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FUNDACIÓN PUEBLO INDIO DEL ECUADOR

Constituida por Monseñor Leonidas Proaño


Ruiz de Castilla N26-92 y Sosaya
Telfs. 593-2-2529 361; 593-2-3200-968
Email: fpie@fundacionpuebloindio.org; fundacionpuebloindiodelecuador@gmail.com
170520 Quito – Ecuador

Mushuk nina, mushuk wata


FUEGO NUEVO – AÑO NUEVO
En Abya Yala los pueblos indígenas hemos identificado los equinoccios y solsticios,
correspondientes a la trayectoria del Sol, examinando el comportamiento de su entorno natural. De
acuerdo a esas observaciones, y desde tiempos inmemoriales trazaron calendarios anuales que les
permitieron llevar una convivencia armónica con la naturaleza. La profunda espiritualidad indígena
está directamente relacionada con la pachamama que es la fuente de la vida y la que da la vida.

Así las más grandes celebraciones de los pueblos


Kichwa están relacionadas con el ciclo agrícola y el
principal referente es el maíz, grano sagrado como
sucede con las fiestas de Koya Raymi (21 de
septiembre), Kapak Raymi (21 de diciembre), Pawkar
Raymi (21 de marzo) y el Inti Raymi (21 de junio).

Cada 21 de marzo, en pleno equinoccio, los pueblos


kichwa celebramos la fiesta del MUSHUK NINA,
MUSHUK WATA, FIESTA DEL FUEGO NUEVO, AÑO
NUEVO o FIESTA para la PRINCESA. Para el norte del
planeta el 21 de marzo es el Equinoccio de invierno e
inicia la primavera, pero como estamos en la mitad del
mundo, el acontecer de las estaciones no
experimentamos, sin embargo esta fecha marca el inicio
del nuevo año, del tiempo de volver a nacer y crear, del
inicio de la vida de todas las vidas que están relacionadas con la Pachamama y con la Allpa Mama.
Precisamente en esta época se realiza la cosecha de los granos nuevos, de los granos tiernos.

Por todo esto, la celebración del AÑO NUEVO occidental que normalmente se realiza el primero de
enero, no nos dice nada; esta fecha como todas las fechas llamadas cívicas o religiosas para
nuestros pueblos indígenas son fechas impuestas, que responden a un calendario ajeno, extraño.

En este equinoccio. fecha histórica y simbólica la Fundación Pueblo Indio del Ecuador y el Centro
de Formación de Misioneras Indígenas del Ecuador celebramos el nuevo año con la realización de
la Pachamanka que significa “Olla de tierra”, es decir la madre tierra que los incas, nuestros
antepasados, la convirtieron en olla. Fiesta en la cual participaron los jóvenes del programa “Quiero
Ser Bachiller” y la “Organización de mujeres del Pueblo Natabuela”.

Estamos tratando de motivar a comunidades y pueblos a la recuperación –en la práctica- de


nuestra cultura milenaria, por eso hemos hecho el esfuerzo de realizar, en minga, la
PACHAMANKA para así celebrar el año nuevo indígena, volviendo a la madre tierra pues como
dice la compañera peruana Lourdes Leonardo “De las entrañas de nuestra tierra, nace la
Pachamanka: un agradecimiento a la tierra convertida en comida tradicional del Ande
Peruano”.
Cada uno de los participantes aportamos con los ingredientes necesarios para la realización de la
Pachamanka, choclos, habas, arvejas, camote, papas, frutas, carne y más… Bajo los primeros
rayos del Taita Inti nos congregamos y así empezamos a armar los dos altares, el uno para
calentar las piedras volcánicas y el otro ceremonial que es indispensable en esta celebración.

Estuvieron al frente de este gran ritual, como los más grandes concelebrantes la compañera
Magdalena Pupiales y el compañero Matías Sandoval, esposos kichwa del Pueblo Karanki a
quienes los nombramos Achik Taytas de la ceremonia.

Una vez que todo estaba listo realizamos la ceremonia que ayuda a renovar tanto nuevas energías
como compromisos para el Nuevo Año; y en minga continuamos en la preparación de los alimentos
que fueron luego cocinados en la “olla de tierra”.

De tal manera que mientras unos compañeros encendían el fuego, otros empezaron a cavar el
hoyo que luego se convertiría en la esperada olla de tierra.
La gran minga continúa… unos preparan las frutas, otros la carne, otros los granos… y otros lavan
las hojas de col… así se fomenta la comunidad, la unidad, el compartir, la reciprocidad y se
profundiza en la amistad.

Una vez que todos los alimentos y la olla estaban listos colocamos dentro de ella por capas primero
piedras ardientes y sobre ellas los productos listos para la cocción…

El compañero Matías como guía espiritual de la magna celebración fue el encargado de ir


colocando todos los productos ya debidamente preparados.
Los alimentos ya listos se van colocando de acuerdo al tiempo que requieren para la cocción,
empezando en la parte más profunda con las papas y los camotes, luego van las capas de choclos,
y granos tiernos; a continuación las carnes; claro está todos intercalados por capas de piedras
incanecentes. Finalmente colocamos las frutas las mismas que hacen de tapa de la olla.

Una vez que se termina de poner todos los alimentos dentro de la olla, se la cubre con un mantel
grande y encima de ella se pone la tierra extraída para hacer el hoyo… Una vez cubierta la olla con
su propia tierra sobre ella se baila al ritmo de la música ceremonial con el cual se logra la conexión
de nuestro ser con la Allpa Mama, y se expresa el cariño y gratitud hacia nuestra Pachamama.

Mientras duró la cocción de los alimentos y alrededor de la misma reflexionamos sobre la historia y
el contenido de lo que significa la Pachamanka.
Luego de tres horas de cocción, el guía con al ayuda de los participantes empezó a mover la tierra
y luego a sacar los sabrosos productos ya cocinados.

Mmmm….todo está una delicia y la gran minga continúa…Tal como fueron introducidos los
alimentos crudos, se los va sacando producto por producto ya cocinado.

Así, con todo listo el compañero Matías nuestro padrino de la Pachamanka hizo una oración de
agradecimiento a la Pachamama y la compañera Magdalena, la madrina preparó una ofrenda con
los alimentos y depositó –como siempre- en la tumba de Mons. Proaño.
Una vez realizado el agradecimiento a Pachakamak, a la Pachamama y a Mons. Proaño por ser
nuestro Profeta y Obispo de los Indios, llegó la hora de servirnos una comida abundante, muy
variada y muy sabrosa, pues los alimentos fueron cocinados con el propio fuego y calor de las
piedras volcánicas del Taita Imbabura y además con el cariño y dedicación que pusimos todos los
participantes en este gran día de celebración.

Para esta festividad se requiere de un gran compromiso de colaboración y participación con la


finalidad de que reine la armonía y equilibrio entre todos.

Que este aprendizaje nos motive a reproducir en nuestras comunidades esta y tantas valiosas
enseñanzas de nuestros ancestros y así reiniciar la valoración y recuperación de todo lo que es
propio de nuestra cultura milenaria.

RECUPEREMOS NUESTRA CULTURA

Mons. Proaño siempre es luz, con sus palabras llenas de gran


sabiduría nos pide que valoremos nuestra cultura Kichwa, que
sigamos firmes; que valoremos lo que somos y de dónde
venimos:

Así se expresa en uno de sus escritos: “…tengo que enfatizar


que lo que articula todo esto es el valor indígena del amor a la
tierra como su madre, juntamente con el valor de que la tierra
está en función de toda la comunidad, como también de su
culto a Dios. Así se explican sus ritos en relación con la tierra
y con la comunidad; así se explican sus fiestas que están
íntimamente relacionadas; “Dios, Comunidad y la Tierra”.

Y en otro nos alerta: “… a este propósito tenemos que decir que, hay mucha influencia
extraña que pretende absorbernos y cambiar nuestra mentalidad, nuestra identidad”
RECORDEMOS:

En Kichwa
Alli mushuk watata charipashunchik-Que tengamos un buen año

En Aymara
Puku Pacha - Tiempo de cosecha

En Mapuche
Küme ayiukonpape tüfachi we-tripatun-Que comience con alegría este nuevo año.

Bendición Apache
Que el sol traiga nueva energía cada día.
Que la luna dulcemente te restaure por la noche.
Que la lluvia se lleve tus preocupaciones
Que la brisa sople nueva fuerza dentro de tu ser.
Que puedas caminar suavemente por el mundo y
conocer la belleza todos los días de tu vida.

Quito, 21 de marzo del 2016

Surimana Montalvo Chuma

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