DE TAMAULIPAS A.C
ANTOLOGÍA
PSICOLOGÍA SOCIAL
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INDICE
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Síntesis de la Unidad II 32
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OBJETIVO GENERAL DE LA ANTOLOGÍA
La presente antología se ha realizado como una guía de consulta, ya que en ella se han
compilado de manera sintetizada los contenidos necesarios sobre los conceptos básicos
de la psicología social, sus implicaciones, características y utilidad en el desarrollo de la
sociedad actual.
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UNIDAD I
PSICOLOGÍA SOCIAL
A la psicología social se la puede definir como la ciencia que estudia aquellos aspectos de
la conducta individual a los que afectan o sobre los que influyen estímulos sociales como
son otras personas o los productos de la conducta. Es necesario aclarar varias partes de
tal definición, para que con ello se comprenda la amplia naturaleza del campo tal como
hoy existe. (Whittaker, 2001)
Algunos consideran imposible estudiar científicamente la conducta, pues se cree que eso
exige la precisión o la exactitud característica de las ciencias físicas. Otros piensan que
no es posible predecir la conducta humana y, por consiguiente, tan sólo se puede
especular al modo que lo hicieron algunos filósofos del pasado. En general, se acepta que
el término ciencia significa un conjunto de conocimientos adquiridos gracias a la utilización
de una metodología particular, a la que se llama método científico.
Una de las dos metas principales de este campo de estudio consiste en realizar
predicciones exactas sobre la conducta que va a presentarse en situaciones sociales. La
otra, poder controlar o regular la conducta. Aquí es necesario indicar que, como seres
humanos, constantemente estamos haciendo predicciones respecto a la conducta
humana y en muchas ocasiones tales predicciones resultan bastante exactas. Si no fuera
así, no podríamos vivir juntos, pues el no poder predecir a las otras personas produciría el
caos total; por ejemplo, piénsese en el problema de guiar un automóvil si no pudiera
predecirse con razonable exactitud la conducta de los otros conductores. Desde luego, en
ocasiones nos equivocamos en nuestras predicciones y sobrevienen accidentes; sin
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embargo, gran parte del tiempo nuestras predicciones resultan correctas, como lo son en
otros aspectos de la vida social. (Whittaker, 2001)
Antes de pasar a detallar otras partes de nuestra definición, un segundo punto merece
mención: el tocante a la meta de poder controlar la conducta. Cuando se habla de control
suele traerse a la mente del estudiante un estado policiaco o una sociedad tipo 1984.
Desde luego, el control o la reglamentación pueden obviamente causar efectos negativos
o perjudiciales; pero gran parte de nosotros estaremos de acuerdo en que convendría
eliminar de la vida humana sucesos como las guerras, las enfermedades y el retardo
mental, la pobreza, el prejuicio, el racismo. Cuando el psicólogo social habla del valor de
poder controlar la conducta humana, está pensando en objetivos de este tipo. Primero,
necesitamos comprender las causas; o, en otras palabras, poder predecir con exactitud la
conducta humana. Cuando se logren realizar tales predicciones, estaremos en situación
de regular o de controlar la conducta para lograr metas como las mencionadas con
anterioridad.
La parte final de nuestra definición que necesita una mayor explicación se relaciona con el
enunciado de que nos interesa la conducta que está influida o afectada por estímulos
sociales, como son otras personas o los productos de la cultura. Por otras personas nos
referimos tanto a individuos como a grupos. Por ello, el psicólogo social estudia relaciones
interpersonales como las existentes entre hermanos, entre jefe y empleado, entre doctor y
paciente, entre madre e hijo, etc. Además, se estudia al individuo como partícipe en
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situaciones de grupo. Incluimos en esto situaciones intra e intergrupo, así como
situaciones sociales donde participan personas que no constituyen grupos. Finalmente, al
psicólogo social le interesan los efectos de los aspectos materiales y no materiales de la
cultura. Por aspectos materiales nos referimos a productos tangibles como aeroplanos,
ciudades, televisores y la bomba atómica. Por aspectos no materiales nos referimos a
cosas como el lenguaje, los valores, las normas sociales, etc. (Whittaker, 2001)
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de cualquier manera, de la coordinación de actividades hacia el logro del objetivo.
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
Los sistemas de status sirven para estructurar las relaciones sociales y suministran el
marco de referencia dentro del cual se puede coordinar el esfuerzo de grupo hacia
objetivos. Los sistemas de papel se relacionan íntegramente con el sistema de status. El
status tiene que ver con el prestigio relativo a un puesto en una relación estructural dentro
de las organizaciones: el papel se relaciona con los patrones de comportamiento
identificados o esperados en un puesto dado.
Los sistemas de status y papel, junto con la dinámica de grupos, proporcionan el marco
dentro del cual opera la motivación que afecta el comportamiento individual. Una vez
reconocida la complejidad, los administradores se interesan en desarrollar medios
efectivos para influir en el comportamiento, y así lograr el liderazgo para la organización
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006).
Hay una tendencia a organizar las simpatías o antipatías hacia las personas en función de
nuestras actitudes. El equilibrio en las relaciones interpersonales es un estado emocional
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placentero que se da cuando dos personas sienten simpatía mutua y tienen una actitud
similar (+ ó -) hacia otra persona, objeto o asunto importante (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006).
Heider postula su teoría del equilibrio cognitivo para explicar el campo de la percepción de
las personas en conjunto con los ambientes físico y social. Para comprender de una
manera clara lo que el autor propone, es necesario exponer cuales son los elementos que
toman parte dentro de su estructura teórica.
Por otra parte, el tipo de juicios que relacionan a “p” con cualquier otro elemento del
ambiente “o”, “x” “q”, puede ser de dos formas:
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Heider, a su vez, expone dos tipos de relación entre la persona y el entorno:
Por último, Heider establece las 3 vías principales para restablecer el equilibrio en una
relación, las cuales son:
Para resolver el conflicto, existen dos orientaciones básicas que las personas pueden
seguir para participar en negociaciones: cooperativa o competitiva. Estos dos estilos de
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conflicto difieren de tal manera que en uno de ellos ambas partes parecen salir con
ventaja mientras que en el otro el resultado es ganar/perder.
En todo conflicto, para poder llegar a una resolución, tanto la cooperación como la
competencia son necesarias. Morgan Deutsch y Robert Krauss investigaron el uso de las
amenazas y cómo se comunican las personas en una negociación interpersonal. (Napier
& Gershenfeld, 2005).
Una comunicación efectiva, donde se verbalizan las ideas, los miembros del
grupo se prestan atención entre sí, aceptan sus ideas y luego se ven
influenciados por ellas. Estos grupos tienden a tener menos problemas para
comunicarse con otros y para entenderlos.
La amabilidad, buena voluntad y menos obstruccionismo se expresan en las
conversaciones. En general, los miembros tienden a estar más satisfechos con
el grupo y sus soluciones, y también quedan impresionados con las
contribuciones de los demás miembros del grupo.
La coordinación de esfuerzos, la división del trabajo, la orientación hacia el
logro de tareas, la disciplina en la discusión y la alta productividad tienden a
estar presentes en grupos cooperativos.
El sentimiento de acuerdo con las ideas de los demás y un sentido de similitud
básica en las creencias y valores, así como la confianza en las ideas propias y
en el valor que otros miembros ponen en esas ideas se obtiene en grupos
cooperativos.
La voluntad de aumentar el poder del otro para lograr los objetivos y la
expansión del otro. Cuando se fortalecen las capacidades de los otros en una
relación de cooperación, tú también te fortaleces y viceversa.
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La definición de los intereses en conflicto como un problema común a resolver
por medio de un esfuerzo de colaboración facilita el reconocimiento de la
legitimidad de los intereses del otro y la necesidad de buscar una solución que
responda a las necesidades de todos. Esto tiende a limitar el alcance de los
intereses en conflicto y a mantener los intentos por influir en los demás en
formas aceptables de persuasión. (Napier & Gershenfeld, 2005)
3) Por otro lado, el estilo de negociación competitiva tiene las siguientes características:
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1.5. Teoría del Cambio
Se puede definir el cambio social como las transformaciones de las condiciones de vida
de los grupos humanos, de su estructura y de su sistema de valores. Cuando se analiza
un proceso de cambio social es preciso responder a ciertas preguntas: ¿Qué es lo que
cambia? ¿Cómo cambia? ¿Cuál es el ritmo de cambio? ¿En qué dirección se produce?
¿Cuáles son los factores objetivos y subjetivos del cambio? (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)
Así, tomando como ejemplo el cambio ocurrido en la familia desde los tiempos primitivos
hasta los actuales, desde la familia extensa a la familia nuclear, podemos observar el
distinto ritmo en los tiempos antiguos, más lento, y en los modernos, más rápido, sobre
todo desde la revolución industrial, que implicó el que se incorporasen las mujeres al
mundo del trabajo y que decreciera, de manera correspondiente el número de hijos. A lo
que también contribuyó el desplazamiento geográfico y la emigración, etc.
Dentro de los procesos de cambio social hay que distinguir varios conceptos: desarrollo,
progreso, evolución social y revolución.
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Tanto el desarrollo, como el progreso, la evolución social y la revolución; como sus
contrarios: el retroceso, la regresión, la involución social y la contrarrevolución son
aspectos que se incluyen en el cambio social, ya sea en una dirección hacia delante o
hacia atrás en el proceso.
b) Las Influencias Políticas: La lucha entre las naciones por la expansión de su poder,
el incremento de su riqueza, y el triunfo militar de unas sobre otras, han sido causas
importantes del cambio durante los dos o tres siglos anteriores. Las dos guerras
mundiales producidas en el siglo XX son un buen ejemplo de la devastación de países,
de su reconstrucción, de cambios institucionales, de ampliación de nuevas tecnologías
de guerra y de cambios internos y externos en la economía y en la política. A esto hay
que unir las series de revoluciones que se han producido en los dos últimos siglos: la
Revolución Francesa, la de los EE.UU., la Revolución Rusa, la Revolución China, etc.
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
c) Las Influencias Culturales: También han sido importantes en los procesos de cambio
de la sociedad moderna; el desarrollo de la ciencia y la secularización del pensamiento
han constituido factores decisivos e innovadores en el cambio de la mentalidad
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moderna. Ya no se supone, como en el pasado, que la costumbre, la tradición, o la
autoridad, son fuentes seguras de conocimiento. Por el contrario, se recurre a un
fundamento racional, a pruebas y experimentos que demuestran las afirmaciones. El
contenido de las ideas y valores va cambiando también considerablemente. Los
ideales de mejora personal, de libertad, igualdad y participación democrática son ideas
vitales desarrolladas en los dos últimos siglos, y tales ideas y valores han movilizado
procesos de cambio político y social de gran alcance, promoviendo incluso
revoluciones trascendentales (ej.: las ideas de Rousseau y Montesquieu están en la
base de la Revolución Francesa).
Aunque estas ideas y valores se han desarrollado inicialmente en occidente, han llegado
a tener un alcance universal en su aceptación y en su aplicación, promoviendo el cambio
socio-político en la mayoría de las regiones del mundo. (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)
Síntesis de la Unidad I
A través del estudio de la psicología social podemos comprender de una manera más
completa el comportamiento humano no solo en lo individual, sino sobre todo en lo
concerniente a su identidad colectiva, lo que constituye una gran parte de su
comportamiento como sujeto en lo individual.
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si se desea colaborar en la creación de una personalidad sana y completa, misma que
constantemente será reconfigurada con las experiencias de vida a las que sea expuesto.
En esta unidad se puede constatar que la psicología social como tal, es una disciplina
muy compleja, por lo que un solo esbozo general de ella tiene limitaciones evidentes; sin
embargo, es una buena introducción para aquellos que de alguna manera u otra
pretendemos colaborar en el desarrollo de las potencialidades del ser humano en su
esfera individual y comunitaria.
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UNIDAD II
CONTEXTO SOCIAL
Se llama sociedad al grupo mayor al que pertenece cualquier individuo. La sociedad está
compuesta por una población de ambos sexos, y de todas las edades, organizada para
cumplir distintos propósitos:
Además, en una sociedad el individuo tiende a compartir con los demás varias creencias,
actitudes y formas comunes de actuar. (Whittaker, 2001)
Por otra parte, la cultura significa los conocimientos, creencias, artes, valores morales,
leyes, costumbres y cualquier otra capacidad y hábito que el hombre haya ido adquiriendo
como miembro de una sociedad. Como se ve, sociedad y cultura son conceptos
íntimamente relacionados. Ninguna cultura puede existir sin una sociedad y al revés, al
menos tal sucede con el hombre donde no hay sociedad sin cultura. Por lo mismo,
sociedad significa la organización y la estructura de los grupos más grande donde viven
los seres humanos, mientras que cultura se refiere al contenido o a los productos
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resultantes de tales organizaciones; o por decirlo de otro modo, la sociedad es un pueblo,
mientras que la cultura no es un pueblo, sino maneras de actuar. (Whittaker, 2001)
Una clase social está compuesta por varios individuos pertenecientes a una sociedad,
quienes comparten un estatus distintivo y quienes, mediante el funcionamiento de los
papeles asociados con este estatus, adquieren conciencia de que tienen intereses
comunes, opuestos a los rasgos e intereses de otros grupos. En tal definición, el término
estatus significa la posición social de un individuo respecto a otros miembros de su
sociedad o grupo, mientras que la palabra papel significa la conducta usualmente
asociada con un estatus particular.
Entre los científicos de la conducta no hay un acuerdo unánime respeto a si las clases
sociales son clasificaciones válidas; sin embargo, se ha venido empleando el término
ampliamente en muchas investigaciones. Para algunos, clase social es sinónimo de
estatus socio-económico, el que está compuesto de ocupación, ingresos y educación.
Cuando las clases sociales están determinadas por la herencia o por el requerimiento de
que la persona se case únicamente dentro de su propio grupo, las llamamos castas. Al
menos en teoría, a un individuo le es imposible escapar de su casta, mientras que, por
otra parte, en algunas sociedades es relativamente fácil pasar de una clase a otra. Las
castas se originaron en la India hace más de 3000 años como un medio para que los
conquistadores de piel blanca venidos del centro de Asia, los Arios, controlarán a los
Drávidas, de piel más oscura y que vivían en el subcontinente; de hecho, la palabra
sánscrita para casta significa color. (Whittaker, 2001)
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típico sea miembro de una sociedad y de una clase social particulares, pues en las
sociedades complejas también es parte de muchos otros grupos y organizaciones.
Además, casi todos están afiliados a varios grupos pequeños e informales de amigos
íntimos. Las pruebas surgidas de investigaciones hechas por psicólogos sociales en los
últimos sesenta años indican claramente que la pertenencia a grupos afecta de manera
diferencial a la conducta: o por decirlo de otro modo, el ser humano como individuo no se
comporta igual cuando está solo que cuando está en presencia de otros.
Los primeros intentos sistemáticos por describir el modo en que la conducta individual se
ve afectada por otros resultan bastante ingenuos. Allport se preocupaba de averiguar si la
presencia de otros individuos facilitaba el desempeño de un sujeto o interfería con éste;
descubrió que la cantidad y el vigor de las respuestas aumentaban cuando el individuo
trabajaba en presencia de otros, pero al mismo tiempo afectaba la calidad del trabajo.
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b. Variables relacionadas con la composición de los participantes en la situación
respecto a homogeneidad en la raza, la religión, la clase, etc.
c. Variables asociadas a las relaciones interpersonales que existen entre los
participantes: ¿Se conocen entre sí? ¿Son amigos o enemigos? ¿Son
miembros de un grupo?
Tal como lo usan gran parte de los psicólogos sociales, el término grupo significa un
conjunto de personas con ciertas características; primera, quienes componen un grupo
tienen alguna motivación en común, causa de que se hayan unido y de que continúen
juntos. Además, la motivación es de tal naturaleza que exige la interacción de quienes
componen el grupo para que logren una meta en particular o satisfagan alguna necesidad.
En segundo lugar cuando por un lapso la gente interactúa para satisfacer algún motivo
común, surgen expectativas recíprocas acerca de la conducta. Los miembros del grupo
adquieren sus diferentes estatus o posiciones sociales en referencia a otros miembros;
juntas, las relaciones de estatus y papel que caracterizan a los grupos reciben el nombre
de estructura u organización. (Whittaker, 2001)
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En los grupos las personas tienden a desarrollar normas de conducta que se conocen
como normas sociales las cuales constituyen creencias o valores compartidos, que
gobiernan la conducta de los miembros del grupo.
Finalmente, los grupos afectan de modo distinto a la conducta de los miembros que lo
componen, es decir, quienes pertenecen al grupo no se comportan igual cuando están
solos que cuando se encuentran en presencia de otros miembros. En otras palabras, la
posición o estatus que se tenga en el grupo, junto con el papel con esto relacionado,
determinan la conducta. (Whittaker, 2001)
Otro punto importante es que los grupos informales a menudo se formalizan con el
paso del tiempo. Muchas organizaciones formales de hoy día tuvieron inicios
informales. También es necesario recordar que los grupos formales suelen incluir en
sí varios grupos pequeños e informales.
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b) Grupos de referencia y grupos de pertenencia: Por lo examinado debe ser obvio que
los grupos a los cuales pertenecemos suelen afectar a nuestra conducta de un modo
considerable. El ser miembro respetado de un grupo particular conlleva cierto grado
de nuestra disposición a aceptar y obedecer las normas sociales de dicho grupo,
sean explícitas o implícitas. Existen sin embargo diferencias entre los grupos de
referencia, que son con los que el individuo se identifica psicológicamente, en
contraste con aquellos a los que pertenece pero con los que no necesariamente se
identifica. No es necesario ser miembro de un grupo particular para identificarse con
él, y por lo mismo, no necesariamente hay identificación con aquellos grupos de los
que se es miembro. (Whittaker, 2001)
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4. Diversidad. La personalidad es única en cada individuo, pues aunque consta de
ciertas características universales, comunes a todos, también tiene rasgos
particulares diferenciables; todos podemos experimentar estrés, pero sus
manifestaciones son diferentes en cada uno de nosotros. (Sanz de Acedo
Lizarraga, 2012)
Una vez definida la personalidad, es conveniente diferenciarla de dos conceptos que con
frecuencia se utilizan como sinónimos de la misma: el temperamento y el carácter. El
temperamento puede ser considerado como la parte biológica de la personalidad. El
temperamento tiene que ver con la dimensión emocional del individuo, que incluye la
susceptibilidad a la estimulación, la espontaneidad, la fuerza, la celeridad de respuesta, el
estado de humor preponderante y sus fluctuaciones. Estos fenómenos se asocian con la
estructura constitucional del sujeto y son fundamentalmente heredados.
Los enfoques teóricos que se han elaborado sobre la personalidad tratan de dar una
imagen coherente de los seres humanos y de sus estructuras y procesos psicológicos así
como un perfil de las diferencias existentes entre ellos. Unos se centran más en la
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comprensión que en la predicción y el control de la conducta, pero todos intentan explicar
la forma de actuar de los individuos. Existen diversos planteamientos, algunos más
específicos y clásicos y otros más integradores y actuales. Los primeros incluyen las
perspectivas psicoanalítica, de los rasgos, del aprendizaje sociocognitivo y humanista.
Los segundos tienen que ver de manera especial con el modelo biosocial de Millon y el
neurobiológico de Cloninger, que han surgido en el entorno científico de las
neurociencias. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
Enfoques clásicos: Los enfoques que en este capítulo se han denominado clásicos por
razones de organización de la información, contemplan el estudio de las variables
intrapsíquicas del individuo, las interindividuales y las contextuales. En ellos encontramos:
Una de las características más importantes de todos los grupos es la creación de normas
sociales, líneas de conducta que regulen el comportamiento y la experiencia de los
miembros de un grupo, al menos en cuestiones de importancia para éste. Las normas no
solo son importantes para comprender las actitudes y el cambio de actividad, sino también
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para comprender la motivación, el funcionamiento cognoscitivo, la socialización y muchos
otros temas de importancia para la psicología social.
Las normas sociales se refieren a todos los productos de la interacción social compartidos
por los participantes y que reglamentan sus conductas como individuos; muchas normas
representan lo que, quienes las comparten, consideran lo ideal. (Whittaker, 2001)
Las normas sociales pueden ser formales y explícitas o informales e implícitas. Las
normas suelen ser mecanismos conservadores que tienden como regla a mantener el
status quo dentro del grupo. Su función es proporcionar el impulso para mantener al grupo
en el curso que inicialmente ha adoptado. Por ello resultan de un valor funcional
considerable en mantener la organización de un grupo, preservar la estabilidad de su
estructura y guiarlo por la ruta que lo lleve a sus objetivos.
Normas y valores se parecen mucho, sin embargo los valores no son normas, son más
bien costumbres sociales. Otro punto de importancia es que no suelen prescribir una
conducta específica, sino que expresan los límites permitidos a la variabilidad de la
conducta. Además, aceptan variaciones para los diferentes individuos de un grupo, y para
todos los miembros de un grupo en un periodo.
Finalmente, toda norma social conlleva algún tipo de sanción o forma de recibir retribución
utilizada por el grupo cuando hay violación o desviaciones, y dependen de la importancia
que la norma tenga para el grupo, y ser concretas y explícitas, como las sentencias para
el asesinato y la violación; o generales e implícitas, como el ridículo o la burla pública.
(Whittaker, 2001)
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El proceso por el medio del cual un grupo presiona a sus miembros para que se
conformen a sus normas o por el cual un miembro manipula las conductas de los demás
es el proceso de control social. Algunos grupos pueden ejercer presiones legítimamente
para uniformar la conducta o las actividades de los miembros; otros ejercen influencia en
los miembros sin que estos estén conscientes de lo que ocurre. En el caso de aquellos
que interactúan frecuentemente aunque sin crear ninguna estructura formal, ejercen
influencia en los estándares de sus grupos informales y pueden tener un efecto
importante en la conducta de los miembros.
Si las normas de grupo son compatibles con las normas y metas del individuo, esa
persona se conformará a las normas del grupo. Sin embargo, si un individuo encuentra
que su conducta se aparta de las normas del grupo, tiene cuatro opciones: conformarse,
cambiar las normas, mantenerse apartado o abandonar al grupo.
2.5. Percepción
Sobre la percepción se ofrecen diversas definiciones que han ido evolucionando hacia la
implicación de las experiencias y los procesos internos del individuo. El planteamiento
ecologista de Gibson defiende la teoría de que la percepción es un proceso simple; en el
estímulo está la información, sin necesidad de procesamientos mentales internos
posteriores. Dicho planteamiento parte del supuesto de que en las leyes naturales
subyacentes en cada organismo están las claves intelectuales de la percepción como
mecanismo de supervivencia, por tanto, el organismo sólo percibe aquello que puede
aprender y le es necesario para sobrevivir. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
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Según la psicología clásica de Neisser, la percepción es un proceso activo-constructivo en
el que el perceptor, antes de procesar la nueva información y con los datos archivados en
su conciencia, construye un esquema informativo anticipatorio, que le permite contrastar
el estímulo y aceptarlo o rechazarlo según se adecue o no a lo propuesto por el esquema.
Se apoya en la existencia del aprendizaje. Para la psicología moderna, la interacción con
el entorno no sería posible en ausencia de un flujo informativo constante, al que se
denomina percepción. La percepción puede definirse como el conjunto de procesos y
actividades relacionados con la estimulación que alcanza a los sentidos, mediante los
cuales obtenemos información respecto a nuestro hábitat, las acciones que efectuamos
en él y nuestros propios estados internos. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
Cuando los individuos se unen a un grupo cambian; ya no son las mismas personas que
eran antes de convertirse en miembros del mismo. Una vez que forman parte del grupo
muestran y expresan comportamientos diferentes a sus comportamientos fuera del
mismo. Un factor poderoso que altera la individualidad de la gente en los grupos es la
ansiedad; basada en las incertidumbres internas y en las ambivalencias que surgen de la
modificación repentina de papeles. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
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A diferencia de la teoría del análisis transaccional, la teoría del desarrollo asegura que
nuestra percepción del mundo continuamente se está modificando. Piaget descubrió que
las observaciones de los niños difieren considerablemente de la de los adultos, y que la
cognición y la percepción se desarrollan en etapas secuenciadas en el transcurso de la
infancia y la adolescencia. Por lo tanto, para esta teoría, el comportamiento dentro de un
grupo está totalmente ligado al desarrollo, puesto que percibimos los grupos de manera
diferente a distintas edades y al transcurrir el tiempo que pasamos dentro de ellos.
Otro de los aspectos que afectan nuestra percepción es el llamado efecto de halo, el cual
es el sentimiento global acerca de un individuo para influir en las evaluaciones de los
atributos de dos personas distintas. Las personas tienden a confiar en sus primeras
suposiciones acerca de las causas de la conducta en vez de hacerlo en su introspección
directa. Por lo tanto, todos los auto reportes son cuestionables debido a que la gente no
sabe por qué los hace, pues incluso cuando pensamos que estamos haciendo juicios
objetivos, las investigaciones nos demuestran que no es así. (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)
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La teoría Gestalt estableció varios conceptos sencillos en relación con los estímulos
físicos, con la finalidad de entender lo que sucede cuando la gente se reúne. Cuando
percibimos un ambiente, ciertos elementos de éste se van al fondo y otros quedan en
primer plano, que es lo que compone una escena de nuestras distinta realidades. En
forma similar, en un grupo ciertos individuos serán el fondo, mientras que por diversas
situaciones, otros formarán la parte central o principal. Otro de los conceptos que fueron
analizados por los gestaltistas es el relativo a la tendencia de organizar datos incompletos
en todo un significado.
Al mirar los participantes de un grupo tomaremos los datos que presentan tales como su
voz, su manera de hablar y su atuendo; luego añadiremos nuestros propios estereotipos y
de esta forma elaboraremos un cuadro completo de la persona. Tenemos la tendencia de
centrarse en un conjunto de estímulos que parezca ser buenos en términos de similitud,
para luego ser atraídos hacia los miembros del equipo que tiendan a encajar en nuestra
percepción de un “buen” miembro de grupo. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
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Cuando percibimos a otra persona, un aspecto importante que contribuye a la impresión
que nos formamos es su conducta verbal: qué dice y cómo lo dice. Sin embargo, tan
importante o más para esta impresión puede ser la conducta no verbal, que comprende
todas las características de la interacción que no son palabras: señales vocales (tono e
inflexión de la voz), expresión facial, mirada, distancia interpersonal, tocamientos, gestos
y similares (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
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Síntesis de la Unidad II
Los grupos humanos tienen diversas particularidades que les identifican, los diferencian y
perpetúan y les permiten colaborar con otros para mantener la subsistencia; a través de
su estudio se puede corroborar que el gregarismo es una condición netamente humana,
por lo que no se debe obviar su estudio si se pretende intervenir eficazmente en la
prevención, promoción o manutención de la salud individual o comunitaria.
Las diversas concepciones culturales y los contenidos que se van manifestando en los
grupos les permiten la trascendencia: como seres humanos, muy pocos individuos
pueden aspirar a ser influyentes en su entorno por sus cualidades o incluso por sus
actividades. Sin embargo, el conglomerado humano permite, dentro del contexto del
grupo, poder permanecer en la memoria colectiva a través de la herencia cultural grupal o
bien, por las enseñanzas que de él continúen a través de su progenie o a quienes tuvo
posibilidad de educar de forma directa o indirecta.
31
UNIDAD III
EL GRUPO
Por otra parte para Knowles, la dinámica de grupo se refiere a las fuerzas que actúan en
cada grupo a lo largo de su existencia y que lo hacen comportarse en la forma como se
comporta. Son precisamente estas fuerzas las que constituyen el aspecto dinámico del
grupo; esto último no es otra cosa que el movimiento, la acción, el cambio, la interacción,
la reacción, la transformación que se vive y se experimenta dentro del mismo. (Rodrigues,
Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
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siempre se utiliza, por desgracia, en un sentido preciso. Como consecuencia, han surgido
expresiones sustitutivas, tales como: procesos de grupo, psicología de grupo, relaciones
humanas, que no expresan el término en un sentido exacto. (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)
Los acontecimientos del entorno inciden en los sentidos humanos aportando, vivencias
sensoriales que son procesados por el sistema nervioso central. La información es
atendida, transformada, organizada, elaborada y tenida en cuenta mientras se recupera
de la memoria la información que facilita el flujo del procesamiento de información. Según
el significado que le damos a este procesamiento de la información nos creamos
expectativas, hacemos planes, etc. Nuestras expectativas, planes y metas son agentes
activos que dan lugar a los fenómenos motivacionales porque dirigen nuestra atención y
nuestro comportamiento hacia una secuencia de acción en particular. Luego se producen
las consecuencias a las que se atiende, evalúa y explican. Esta actividad cognitiva
provocada por las consecuencias de la acción se une al flujo del procesamiento de la
información en lo que constituiría la regulación cognitiva de la conducta. (Rodrigues, Leal
Assmar, & Jablonski, 2006)
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entorno igual o similar está más segura de lo que puede ocurrir comparado con la primera
vez.
Cuando las personas hacen uso de su conocimiento construyen planes, metas para
aumentar la probabilidad de que tendrán consecuencias positivas y minimizar la
probabilidad de consecuencia negativa. Una vez que la persona tiene una expectativa de
la consecuencia que tendrá un acontecimiento, su actuación conductual se ajustará a sus
cogniciones. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
En varias teorías cognitivas está la proposición de que las personas se esfuerzan por que
haya una consistencia entre sus elementos cognitivos. Según estas teorías las personas
tienen una tendencia a mantener la máxima consistencia entre sus cogniciones y que esto
incida en su conducta. Cada vez que una cognición se contradice con otra provoca una
inconsistencia que produce una sensación de malestar. Frente a ese malestar, la persona
se esfuerza en eliminar o al menos reducir la base de esta inconsistencia. De acuerdo con
estas teorías los seres humanos disponen de una serie de recursos para cambiar estos
estados tan incómodos.
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distinción entre tipos de expectativas al diferenciar entre expectativas de eficacia y
expectativas de resultado. La expectativa de eficacia representa el juicio que una persona
hace sobre la seguridad que tiene de poder realizar una conducta en particular. Y la
expectativa de resultado es la estimación que hace la persona de que la conducta, una
vez realizada tendrá un resultado concreto. Ambas son determinantes causales de la
iniciación y persistencia de la conducta. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
Según Brehm, las personas desean tener la libertad de decidir qué conducta van a
realizar en qué momento por lo que cualquier sugerencia, instrucción o favor que sea,
puede llegar a entorpecer la libertad de la persona de tomar decisiones propias. Por tanto,
el término reactividad se refiere a los intentos psicológicos y conductuales por recuperar
una libertad amenazada o eliminada. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
35
conducta estaría determinada por la pertenencia a diferentes grupos o categorías
sociales; y el interpersonal, en el que la conducta estaría determinada por las relaciones
personales con otros individuos y por las características personales idiosincráticas. Turner
y sus colaboradores complementaron las ideas de Tajfel proponiendo el modelo de
identificación social y, posteriormente, la Teoría de la Auto-Categorización del Yo (TAC)
Según los teóricos de la TIS (Teoría de la Identidad Social), la identificación es elemento
suficiente para determinar la percepción subjetiva de la existencia de un grupo y su grado
permite clasificar los contextos en los que se desarrollan las conductas a lo largo del
continuo personal-social. A este propósito, Eiser pone de manifiesto cómo las definiciones
de lo que es o no un grupo dependen, pues, de ese proceso de identificación más que de
otro único factor. (Napier & Gershenfeld, 2005).
Gran parte de los psicólogos sociales están de acuerdo en que líder y liderazgo no
significan lo mismo, pues lo segundo indica una relación entre dos o más personas en la
que una de ellas influye sobre las otras. Por otra parte, líder significa una posición
particular, no presentándose necesariamente la relación de influencia que aparece en el
término liderazgo; es decir, puede llamarse a un hombre líder sin que ejerza mucho influjo
directo sobre otras personas. En los estudios de liderazgo se han investigado dos clases
o categorías principales de variables. La primera tiene que ver con las diferencias físicas
entre los líderes y sus seguidores la segunda con las diferencias psicológicas. (Whittaker,
2001)
Algunos investigadores han informado que en general, los líderes son más saludables que
los seguidores y que tienen un nivel de energía superior; pero al igual que con las
características físicas de la estatura y el peso, las diferencias no son claras. Cosa muy
parecida puede decirse de la apariencia. De la misma manera, se ha investigado mucho
sobre la inteligencia, la extroversión, la dominancia y la sensibilidad de los líderes. De
todas las características psicológicas estudiadas, se ha visto que la inteligencia es la que
con mayor congruencia se asocia al liderazgo.
36
En general, se concluye que los líderes son más inteligentes que sus seguidores, mas no
debe existir un margen demasiado grande, lo que dificulta lograr un propósito unificado.
Si añadimos la confianza en sí mismo a los rasgos asociados al liderazgo, sigue siendo
imposible predecir los rasgos psicológicos comunes en todos los líderes. (Whittaker,
2001)
Por lo dicho hasta el momento, se puede deducir que existen al menos tres teorías sobre
el liderazgo. Una se centra en el papel del individuo, otra en la situación y una tercera en
la interacción entre ambas variables.
37
3.2. Motivación
La motivación ayuda a responder a cuestiones tales como ¿por qué actúan los hombres
como lo hacen? ¿Por qué unos trabajan intensamente y otros descuidan sus
responsabilidades? ¿Por qué unos se esfuerzan por alcanzar objetivos y otros se
muestran indiferentes? ¿Por qué unos arriesgan su vida participando en competiciones
difíciles y otros prefieren la comodidad? ¿Por qué algunos jóvenes ponen en peligro sus
vidas con el consumo de drogas? Es un hecho fácil de constatar que el ser humano se
mueve por diferentes motivos, sean implícitos o explícitos, y que dichos motivos
desencadenan y orientan su conducta o la inhiben. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
La respuesta que puede darse a la cuestión de qué es la motivación gira en torno a tres
proposiciones clave: dirección de la conducta hacia las metas que se persiguen, esfuerzo
invertido en tal conducta y constancia en la acción hasta que la meta sea alcanzada.
Estos tres ingredientes han de constituir el eje de cualquier definición de la motivación.
Es difícil llegar a alcanzar una total comprensión de la motivación humana debido a dos
razones principales. Una, el hecho de que los seres humanos pueden motivarse por una
diversidad de metas y éstas varían a corto y a largo plazo, por ejemplo, salir a cenar el
próximo fin de semana; llegar a ser un gran deportista. Otra, que la motivación supone un
conjunto de procesos que operan a niveles diferentes; así, el impulso de comer depende
de determinadas funciones fisiológicas, pero también de factores psicológicos, tales como
respetar los buenos hábitos de alimentación, cuidar la salud y controlar la economía. La
38
motivación afecta, pues, a las elecciones que hacen las personas y a sus consecuencias.
(Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
Según sostenían los representantes de las teorías de los instintos, los organismos
nacen con ciertas tendencias programadas, instintos, que les motivan a pasar a la
acción para garantizar su subsistencia y, por tanto, volverán a estar presentes en
la siguiente generación; los instintos no solamente funcionan como fuerzas
necesarias para originar y mantener la conducta, sino que además la dirigen, en
cierto sentido, hacia el logro de determinados objetivos. En consecuencia, aquéllos
son necesarios tanto para desarrollar los procesos biológicos como para vitalizar y
organizar los mentales, pues sin ellos el ser humano sería en cierto grado amorfo
y pasivo. La herencia genética trasmite una serie de conductas que no necesitan
ser aprendidas, que se ejecutan ante ciertas señales del medio y que están
restringidas a situaciones específicas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
39
interesantes que surgieron en torno al término impulso fueron la homeostática y la
de reducción del impulso. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
El concepto de disonancia cognitiva fue estudiado, entre otros, por Festinger quien
sostuvo que los desacuerdos o discrepancias que pueden darse en una persona
entre sus creencias, actitudes y conductas le fuerzan a pasar a la acción para
resolver el conflicto, restaurar la congruencia y, en consecuencia, sentirse mejor
por haber desaparecido la incoherencia y el estado no placentero. Si se tiene una
imagen positiva de un amigo y se observan ciertas conductas contradictorias en él,
esas dos realidades entran en conflicto, pues una parece oponerse a la otra, lo
cual produce disonancia cognitiva en el sujeto que las contempla.
40
emprenderlas con la mayor calidad posible. Este motivo se caracteriza, pues, por
un deseo de hacer las cosas cada vez mejor y así desarrollar al máximo las
capacidades humanas, que son las que garantizan el triunfo. El logro es un motivo
intrínseco, con una fuerte orientación hacia el futuro, pero que, a veces, produce
miedo al fracaso y conflicto entre lo deseado y lo alcanzado. (Sanz de Acedo
Lizarraga, 2012)
Muy a menudo queda sin satisfacer una necesidad o un individuo sumamente motivado
choca contra un obstáculo cuando está intentando lograr una meta, lo que produce
tensión, decepción e insatisfacción, recibiendo tal estado el nombre de frustración. En
psicología social la frustración es un concepto más amplio que conflicto, pues en ella el
individuo choca contra un obstáculo, lo que a su vez produce varias conductas.
41
del nivel de personalidad, del sistema motivacional de la conducta, experiencias vitales
anteriores y factores de la situación. Hablaremos de frustración cuando aparece una
reacción distinta a la normal o habitual; bajo ella se incluyen reacciones como la
estereotipia, la supresión de respuesta, etc. (Whittaker, 2001)
También existen teóricos que creen que la frustración puede provocar agresión o
regresión, escape, etc. Como regla, cuando una persona no puede reaccionar de algún
modo ante cierta situación, intenta otra respuesta con base a sus hábitos o modelos de
conducta; si las reacciones alternas resultan imposibles, sube la frustración, se presenta
cuando el hombre lucha por obtener su meta y se presentan obstáculos subjetivos de
naturaleza física, social o psicológica imposibles de superar.
No existe una definición única ni precisa del concepto emoción, pero sí puede expresarse
su significado teniendo en cuenta las aportaciones de diferentes autores y perspectivas.
Así, Paul Ekman define la emoción como un patrón adaptativo de reacción corporal, en
gran medida innata, producto de la filogénesis, que tiene como componentes esenciales
atributos fisiológicos y motor-expresivos, en particular facial. (Morales Domínguez, Moya
Morales, & Gaviria Stewart, 2007)
Una definición clásica de las emociones es la que las califica como un constructo
subyacente a reacciones subjetivas (vivencia o sentimiento y verbalización), fisiológicas y
conductuales (motor-expresivas y de acción)
42
3.2.3. Medición y Cambio de Actitudes (que es la actitud, como surgen, sus
funciones, persuasión y cambio de actitudes)
De una manera más concreta, al hablar de actitudes se hace referencia al grado positivo
o negativo con que las personas tienden a juzgar cualquier aspecto de la realidad,
convencionalmente denominado objeto de actitud. Las evaluaciones o juicios generales
que caracterizan la actitud pueden ser positivas, negativas, o neutras y pueden variar en
su extremosidad o grado de polarización. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria
Stewart, 2007)
43
Componente conductual Recoge las intenciones o disposiciones a la acción así
como los comportamientos dirigidos hacia el objeto de actitud. (Morales
Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)
Organización del conocimiento: Las actitudes ayudan a satisfacer esta necesidad básica
de conocimiento y control, estructurando la información en términos positivos y negativos.
De esta forma, ante situaciones nuevas, nuestras actitudes permiten predecir qué cabe
esperar de ellas, aumentando así nuestra sensación de control. Las actitudes guían la
búsqueda y la exposición a información relevante, acercando a la persona a todos
aquellos aspectos de la realidad congruentes con ellas y evitando aquellos elementos que
les sean contrarios.
Utilitaria: Esta función tiene su base en las teorías del aprendizaje, según las cuales las
actitudes ayudan a la persona a alcanzar los objetivos deseados, y que les
proporcionarán recompensas, así como a evitar los no deseados, y cuya consecuencia
sea el castigo. Esta función de las actitudes a la hora de perseguir los intereses
personales de una forma coherente y eficaz se puede observar, por ejemplo, en los
abogados que adoptan actitudes positivas hacia sus clientes (para poder defenderlos
mejor), o los empleados que desarrollan actitudes positivas hacia las organizaciones para
las que trabajan (lo cual les puede colocar en una relativa posición de ventaja para
ascender).
44
básica de aceptación y pertenencia grupal. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria
Stewart, 2007)
45
El estudio del prejuicio es complejo y se aborda desde numerosas perspectivas, entre las
que cabe citar la sociológica, la histórica, la política y la económica, todas ellas válidas y
necesarias. Sin embargo, este fenómeno ha sido, y continúa siendo, una de las
cuestiones preferidas por la Psicología Social desde hace más de cincuenta años, porque
el prejuicio, es decir, el rechazo de una persona debido a su pertenencia grupal, no es
algo que sólo suceda en la actualidad, sino que se viene produciendo, bajo distintos
nombres, desde los orígenes del ser humano.
46
El prejuicio es grupal en un triple sentido. Por un lado, su objeto son los miembros de otro
grupo (exogrupo); por otro, las actitudes prejuiciosas son compartidas mayoritariamente
por los miembros del propio grupo (endogrupo). Finalmente, el prejuicio refleja el estado
de las relaciones intergrupales en un momento determinado y, por lo tanto, puede variar
con el tiempo y con las circunstancias. Es un hecho debidamente comprobado que el
prejuicio hacia los miembros de otro grupo aumenta en caso de guerra o conflicto con
dicho grupo. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)
Como ejemplo del carácter social del prejuicio, consideramos la aculturación, es decir, en
los cambios culturales que tienen lugar cuando personas o grupos que provienen de
sociedades diferentes entran en contacto continuo y directo. Esto es precisamente lo que
sucede en las sociedades occidentales con la llegada de inmigrantes de culturas y
religiones diferentes a las nuestras.
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad III
Intentar conocer las motivaciones del comportamiento ha sido una de las metas
inherentes a la psicología y a la sociología desde su nacimiento; a través de la historia se
ha constatado que su importancia no solo está en descubrir el cómo mejorar los
mecanismos para mantenerla, sino también para poder complementar y enriquecer los
fundamentos de la vida social y poder generar en el individuo un mayor sentido de vida
en las diversas evoluciones que ha tenido la sociedad humana.
Poder comprender las diferencias que dividen a los seguidores de sus líderes también
tiene una intención más profunda que solo acrecentar el acervo cultural: nos permite
revalorar nuestras propias cualidades al darnos una base por la cual poder explotar
nuestras cualidades, ejercer una mayor influencia en nuestros grupos de referencia e
incluso generar cambios significativos en la sociedad a la que estamos enlazados.
Esta unidad presenta únicamente una muestra pequeña de la riqueza que tienen las
relaciones interpersonales entre los sujetos cuando las metas de ellos convergen en un
ideal, por lo que se invita al estudiante a continuar indagando sobre las mismas no solo en
la bibliografía disponible, sino también a través de sus observaciones e investigaciones
futuras.
UNIDAD IV
48
Objetivo de la Unidad: Conoce las aportaciones de la Psicología social a otras áreas
Como se dijo antes, suele enseñarse la psicología social en la carrera de sociología. Por
ello, el psicólogo social se encuentra igualmente a gusto entre sociólogos que entre
psicólogos. De hecho, la historia de esta ciencia, tal como ha sido descrita antes, indica
que tanto los sociólogos como los psicólogos han contribuido a su desarrollo; sin embargo
al sociólogo le interesan ante todo los grupos de individuos, a diferencia del psicólogo
social, cuyo principal interés consiste en estudiar la conducta individual. (Whittaker, 2001)
49
valores, motivos propios, etc. En consecuencia, los datos reunidos por sociólogos que
estudian estos aspectos como diferencias de clase en la conducta nos ayudan a
considerar de modo objetivo la conducta propia y la de otros. (Whittaker, 2001)
Los legos (no experto en la materia) suelen confundir a la psicología con la psiquiatría y
con el psicoanálisis. Desde luego, la psicología tiene fronteras más amplias que
cualquiera de los otros dos campos, ya que incluyen el estudio de la conducta normal y de
la anormal. Además, existen diferencias en el adiestramiento y en las actividades
profesionales realizadas en esos campos; pero, aunque existen diferencias, tal como
ocurre con otras disciplinas mencionadas anteriormente, también se da una sobreposición
considerable; por ejemplo, algunos psicoanalistas modernos se portan prácticamente
como psicólogos sociales en su modo de enfocar las enfermedades mentales, pues lo
consideran producto de aberraciones en la interacción social. (Whittaker, 2001)
Pero la psicología social también se relaciona con las ciencias médicas de otras
maneras. Hoy día, prácticamente toda facultad de medicina incluye psicólogos en su
cuerpo facultativo y, con frecuencia, tales facultades tienen también un departamento de
ciencias conductuales, lo que se adapta al moderno punto de vista holístico aplicado a la
medicina. Ya no se educa a los médicos para que consideren y traten las enfermedades
como procesos ajenos a los seres humanos afectados por ellas, pues las investigaciones
han demostrado que las características conductuales de los pacientes suelen influir sobre
el curso de ciertas enfermedades y sobre la respuesta dada por el enfermo al tratamiento.
(Whittaker, 2001)
La historia, la economía y las ciencias políticas suelen ser de gran importancia para el
psicólogo social que está intentando comprender la conducta humana; por ejemplo, se
sabe que los factores históricos, económicos y políticos tienen con frecuencia tanta
importancia como los socio-psicológicos en ayudar a comprender tales problemas. La
biología es otra disciplina importante para el psicólogo social; por ejemplo, la fisiología nos
ayuda a comprender el funcionamiento del sistema nervioso y de los órganos sensoriales,
lo que a su vez es de importancia para comprender la conducta.
50
La genética nos ayuda a comprender el papel de los factores hereditarios en la conducta y
la nueva ciencia de la ecología nos enseña algo sobre las interrelaciones de los
organismos vivos con su ambiente. Finalmente, el psicólogo social ha tomado de las
ciencias físicas cierto número de instrumentos de investigación, como son los
galvanómetros, las computadoras y los dispositivos para medir el tiempo de reacción,
aparatos que con frecuencia se utilizan en estudios de laboratorio sobre la conducta
social. Además, los químicos han contribuido con conocimientos sobre el funcionamiento
del sistema nervioso y del cerebro, lo que nos ha ayudado a comprender la conducta.
(Whittaker, 2001)
Hay que recurrir a la definición de Pichon Riviere, que dice que la psicología social es la
ciencia de las interacciones orientada a un cambio social planificado. Siendo esto así,
preciso es reconocer que dicho cambio no puede sino ocurrir en el marco de las
organizaciones y las instituciones de la comunidad. Ello requiere investigar en su
estructura y función las distintas unidades interaccionales que operan como mediaciones
entre las relaciones sociales. Esto significa que debe pensarse en las organizaciones y en
sus efectos sobre los sujetos, en el marco de un criterio de salud específico para ellas
constituido por el concepto de eficacia. (Jiménez-Domínguez, 2004).
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1. Organización: definida, por ejemplo, como disposición de relaciones entre
componentes o individuos que produce una unidad compleja o sistema, dotado
de cualidades desconocidas en el nivel de los componentes o individuos que
asegura solidaridad y solidez a estas uniones, una cierta posibilidad de duración
a pesar de las perturbaciones aleatorias.
2. Institución: cuerpos normativos jurídico – culturales compuestos de ideas,
valores, creencias, leyes, que determinan las formas de intercambio social; nivel
de la realidad social que define cuanto está establecido.
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Esto significa a su vez señalar, que en el marco de los modelos institucionales
hegemónicos, la economía reina hoy día sobre las otras disciplinas y, por lo tanto, los
administradores detentan una porción mayor del capital científico (o cultural según se
entienda a las ciencias sociales) distribuible en el campo de las organizaciones. Cualquier
tipo de intervención, sobre todo en las organizaciones con fines de lucro – pero no sólo en
ellas - está sometida a la tiranía de la racionalidad económica, y la consecuencia es la
entronización de las maestrías en administración en los estratos jerárquicos que poseen
mayor poder de decisión.
Esta situación afecta a todo tipo de intervenciones, y en el caso del análisis organizacional
tal como lo he presentado, significa resistir la presión que se ejerce desde el inicio mismo
de la operación para que el concepto de eficacia quede reducido meramente al de
eficiencia y vaciado de todo otro sentido.
La semántica sirve para dar cuenta de esta situación y las palabras hablan por sí mismas:
las personas se transforman en recursos (humanos) en el mejor de los casos, mano de
obra en el peor, y su conocimiento (expropiado) pasa a ser parte del capital intelectual de
la organización. (Jiménez-Domínguez, 2004)
Las consecuencias de esta situación se traducen, para quienes tienen trabajo, en grados
crecientes de alienación y en la existencia de patologías sociales tales como el stress o el
burnout, que son una consecuencia directa de trabajar bajo presión y con miedo a quedar
excluido del sistema. Allí aparecen generalmente los psicólogos, dentro o fuera de las
organizaciones, con la misión social de reparar a estos enfermos para reinsertarlos en sus
lugares de producción (aunque cada vez más, producto de la superabundancia de mano
de obra, es menos problemático descartar simplemente a los caídos e incorporar otros
nuevos).
53
Aun desde una posición dominada, actuando para la reparación o para la incorporación y
desarrollo, el psicólogo obtiene su legitimidad porque posee un capital cultural específico
que le permite conocer el correlato interno de las vicisitudes externas por las que pasa el
sujeto en la organización y operar en consecuencia. Si el psicólogo adicionara a sus
conocimientos sobre los sujetos y su interacción una representación conceptual de la
organización, podría incrementar su capital cultural y mejorar su posición relativa en el
campo. Por más dominantes que sean ciertas posiciones (en este caso las de los
administradores), las posiciones dominadas pueden siempre luchar por incrementar su
poder, y para ello es necesario que aumenten su capital. Si esto se lograra, o más
modestamente, si no se dejara de intentar, el psicólogo estaría en mejores condiciones de
ayudar a los sujetos a marchar en la dirección de su propia salud mental. (Jiménez-
Domínguez, 2004)
En las compilaciones sobre el tema suelen igualmente aparecer trabajos que tienen
orígenes muy diversos, pero presentados como si formaran parte de lo mismo y sumados
dieran una psicología social comunitaria latinoamericana. Una autora que establece
algunas diferencias, con base en el conocido esquema de la antropología en o de la
ciudad, es Freitas, quien dice que la psicología en la comunidad recibe dicha identidad de
la comunidad misma y se relaciona con el intento de des-elitizar la psicología y vincularla
a la realidad. La psicología de la comunidad se ubica como el esfuerzo de llevar los
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servicios de salud a la comunidad con instrumentos derivados de las vertientes clínicas y
educativas.
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad IV
Síntesis de la Unidad
Como se dijo al inicio de las primeras unidades, la psicología social tiene una injerencia
en diversos campos, por lo que sus límites cada vez se vuelven menos rígidos y son más
permeables a medida que las aplicaciones tecnológicas y humanas le permiten
desarrollarse a través del trabajo interdisciplinario.
Los campos de acción se van haciendo más y más amplios, lo que permite no solo una
mayor influencia en los cambios organizacionales, sino también estructurales de las
sociedades, sea en donde sea que tengan un ámbito de aplicación; evidentemente, la
labor comunitaria preventiva será una de las que más no interese desarrollar con este
trabajo.
Es muy rica y variada la intervención que puede darse en la comunidad, sin embargo, y
haciendo alusión a lo que se ha desarrollado en esta antología, se deben primero conocer
las particularidades de las relaciones humanas si se desean realizar cambios que puedan
ser aplícales: de lo contrario, nos arriesgamos a realizar revueltas y revoluciones que
poco aporten al desarrollo de la sociedad humana, lo que está en evidente contradicción
a los objetivos de la psicología social.
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Jiménez-Domínguez, B. (2004). La Psicología Social Comunitaria en América Latina como
Psicología Social Crítica. Revista de Psicología de la Universidad de Chile Vol.
XIII, Nº 1, 133-142.
Morales Domínguez, J. F., Moya Morales, M. C., & Gaviria Stewart, E. (2007). Psicología
social . España: McGraw-Hill España.
Napier, R., & Gershenfeld, M. (2005). Grupos: Teoría Y Experiencia. México: Editorial
Trillas.
Rodrigues, A., Leal Assmar, E. M., & Jablonski, B. (2006). Psicología Social. Madrid:
Editorial Trillas.
57