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INSTITUTO DE CIENCIAS Y ESTUDIOS SUPERIORES

DE TAMAULIPAS A.C

ANTOLOGÍA

PSICOLOGÍA SOCIAL

Compilador: Héctor Arturo Degollado Whitaker

Tampico, Tam. Mayo de 2105

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INDICE

OBJETIVO GENERAL DE LA ANTOLOGÍA 5

UNIDAD I- PSICOLOGÍA SOCIAL


Objetivo de la Unidad 6
1.1. Aspectos Fundamentales de la Psicología Social 6
1.2. Principales Sistemas Psicosociales 8
1.3. Principio de Equilibrio 9
1.4. Cooperación y Competencia 11
1.5. Teoría del Cambio 14
Actividades de Aprendizaje de la Unidad I 16
Síntesis de la Unidad I 16

UNIDAD II- CONTEXTO SOCIAL


Objetivo de la Unidad 18
2.1. El Contexto Social de la Vida Humana 18
2.1.1. Conceptos Básicos (Sociedad, Clase, Casta, etc.) 19
2.1.2. Naturaleza de los Grupos Humanos 19
2.1.3. Variables que afectan la Conducta Social 20
2.1.4. Propiedades Fundamentales de los Grupos 21
2.2. Tipos de Grupos 22
2.3. Cultura y Personalidad 23
2.3.1. Principales Enfoques de Personalidad 24
2.4. Normas de Conducta 25
2.4.1. Conceptos y Clasificación 26
2.4.2. Fuerzas que influyen en la Aceptación de las Normas 27
2.5. Percepción 27
2.5.1. Selectiva, Individual, de Grupo 28
2.5.2. Comunicación, Factores del Lenguaje, Comunicación en los 30
Grupos
Actividades de Aprendizaje de la Unidad II 31

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Síntesis de la Unidad II 32

UNIDAD III- EL GRUPO


Objetivo de la Unidad 33
3.1. Dinámica de Grupo 33
3.1.1. Los Enfoques Cognitivos Motivacionales 34
3.1.2. La teoría de la Identidad Social de Grupo 36
3.1.3. Liderazgo, Características y Estilo 37
3.1.4. Teorías del Liderazgo 38
3.2 Motivación 39
3.2.1Teorías de la Motivación 40
3.2.2 Frustración, Emoción 42
3.2.3 Medición y Cambio de Actitudes (que es la actitud, como surgen, sus
44
funciones, persuasión y cambio de actitudes)
3.3 El Estudio del Prejuicio en la Psicología Social: como Estereotipo, Actitud
47
Negativa, Relaciones Interpersonales y Aculturación
Actividades de Aprendizaje de la Unidad III 49
Síntesis de la Unidad III 49

UNIDAD IV- APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL


Objetivo de la Unidad 50
4.1. Aportación de la Psicología Social a otras áreas de la Psicología 50
4.2. Aportación de la Psicología Social a las Organizaciones 52
4.3 Aportación de la Psicología Social a Programas de Acción Comunitaria con
55
Relación a la Salud
Actividades de Aprendizaje de la Unidad IV 56
Síntesis de la Unidad IV 56
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS 57

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OBJETIVO GENERAL DE LA ANTOLOGÍA

La presente antología se ha realizado como una guía de consulta, ya que en ella se han
compilado de manera sintetizada los contenidos necesarios sobre los conceptos básicos
de la psicología social, sus implicaciones, características y utilidad en el desarrollo de la
sociedad actual.

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UNIDAD I

PSICOLOGÍA SOCIAL

Objetivo de la Unidad: Identifica los aspectos que conforman la naturaleza de la


psicología social y conoce los principales sistemas y principios psicosociales.

1.1. Aspectos Fundamentales de la Psicología Social

A la psicología social se la puede definir como la ciencia que estudia aquellos aspectos de
la conducta individual a los que afectan o sobre los que influyen estímulos sociales como
son otras personas o los productos de la conducta. Es necesario aclarar varias partes de
tal definición, para que con ello se comprenda la amplia naturaleza del campo tal como
hoy existe. (Whittaker, 2001)

Algunos consideran imposible estudiar científicamente la conducta, pues se cree que eso
exige la precisión o la exactitud característica de las ciencias físicas. Otros piensan que
no es posible predecir la conducta humana y, por consiguiente, tan sólo se puede
especular al modo que lo hicieron algunos filósofos del pasado. En general, se acepta que
el término ciencia significa un conjunto de conocimientos adquiridos gracias a la utilización
de una metodología particular, a la que se llama método científico.

Una de las dos metas principales de este campo de estudio consiste en realizar
predicciones exactas sobre la conducta que va a presentarse en situaciones sociales. La
otra, poder controlar o regular la conducta. Aquí es necesario indicar que, como seres
humanos, constantemente estamos haciendo predicciones respecto a la conducta
humana y en muchas ocasiones tales predicciones resultan bastante exactas. Si no fuera
así, no podríamos vivir juntos, pues el no poder predecir a las otras personas produciría el
caos total; por ejemplo, piénsese en el problema de guiar un automóvil si no pudiera
predecirse con razonable exactitud la conducta de los otros conductores. Desde luego, en
ocasiones nos equivocamos en nuestras predicciones y sobrevienen accidentes; sin

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embargo, gran parte del tiempo nuestras predicciones resultan correctas, como lo son en
otros aspectos de la vida social. (Whittaker, 2001)

Antes de pasar a detallar otras partes de nuestra definición, un segundo punto merece
mención: el tocante a la meta de poder controlar la conducta. Cuando se habla de control
suele traerse a la mente del estudiante un estado policiaco o una sociedad tipo 1984.
Desde luego, el control o la reglamentación pueden obviamente causar efectos negativos
o perjudiciales; pero gran parte de nosotros estaremos de acuerdo en que convendría
eliminar de la vida humana sucesos como las guerras, las enfermedades y el retardo
mental, la pobreza, el prejuicio, el racismo. Cuando el psicólogo social habla del valor de
poder controlar la conducta humana, está pensando en objetivos de este tipo. Primero,
necesitamos comprender las causas; o, en otras palabras, poder predecir con exactitud la
conducta humana. Cuando se logren realizar tales predicciones, estaremos en situación
de regular o de controlar la conducta para lograr metas como las mencionadas con
anterioridad.

En nuestra definición, por conducta nos referimos a aquellos actos de un organismo


susceptibles de ser observados, registrados y estudiados. La conducta es siempre el
punto de partida en cualquier estudio psicológico, pero con base en la conducta solemos
deducir procesos imposibles de estudiar directamente, como son la motivación o la
percepción. Es necesario mencionar aquí que el término conducta no se encuentra
limitado a los actos verbales. En muchos casos, la verbalización realizada por los sujetos
humanos proporciona datos para realizar investigaciones psicológicas. Al igual que
sucede con otras conductas, las verbalizaciones suelen proporcionar un punto de partida
para hacer deducciones respecto a procesos o atributos fundamentales. (Whittaker, 2001)

La parte final de nuestra definición que necesita una mayor explicación se relaciona con el
enunciado de que nos interesa la conducta que está influida o afectada por estímulos
sociales, como son otras personas o los productos de la cultura. Por otras personas nos
referimos tanto a individuos como a grupos. Por ello, el psicólogo social estudia relaciones
interpersonales como las existentes entre hermanos, entre jefe y empleado, entre doctor y
paciente, entre madre e hijo, etc. Además, se estudia al individuo como partícipe en

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situaciones de grupo. Incluimos en esto situaciones intra e intergrupo, así como
situaciones sociales donde participan personas que no constituyen grupos. Finalmente, al
psicólogo social le interesan los efectos de los aspectos materiales y no materiales de la
cultura. Por aspectos materiales nos referimos a productos tangibles como aeroplanos,
ciudades, televisores y la bomba atómica. Por aspectos no materiales nos referimos a
cosas como el lenguaje, los valores, las normas sociales, etc. (Whittaker, 2001)

1.2. Principales Sistemas Psicosociales

Las relaciones sociales de los individuos constituyen el sistema psicosocial en las


organizaciones. La atmósfera general es afectada por muchas variables, algunas
integrales, otras periféricas. La cultura social establece un marco de referencia global; las
costumbres y habilidades tienen un impacto; y muchas variables son peculiares de
organizaciones específicas. La tecnología y la estructura afectan; el clima organizacional,
así como lo hacen la moral y actitud de los empleados. Las ciencias del comportamiento
(Antropología, Psicología y Sociología) han contribuido significativamente al conocimiento
básico y entendimiento de los sistemas psicosociales organizacionales.

La unidad básica para el análisis en las organizaciones es el individuo. Comprender qué


motiva la conducta individual hacia la productividad es un requisito básico para el éxito
administrativo. Los individuos se relacionan entre sí de maneras sistemáticas dentro de la
organización. Los sistemas de status social proporcionan el marco de referencia para este
análisis, que puede llevarse a nivel organizacional. Cada puesto o nivel tiene su papel
relacionado, un patrón de comportamiento que se espera de cualquier miembro.

El entendimiento de la conducta individual es muy complejo; sin embargo, la atmósfera


organizacional se hace aún más complejo cuando se toma en cuenta la dinámica de las
relaciones interpersonales en pequeños grupos. Los grupos pequeños median entre las
organizaciones y los individuos. Mientras que los sistemas formales de status y papel
proporcionan relaciones relativamente definidas para los miembros de la organización,
muchas relaciones informales son evidentes, inevitables y necesarias. Dada la
complejidad del sistema psicosocial en las organizaciones, la administración se encarga

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de cualquier manera, de la coordinación de actividades hacia el logro del objetivo.
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

El sistema psicosocial en cualquier organización es una mezcla de muchos ingredientes.


El individuo es la unidad básica de análisis, y aun en sí misma, una persona es una
entidad extremadamente compleja. Las relaciones interpersonales, entre dos o entre
mucha gente, incrementa esta complejidad. El sistema psicosocial – las relaciones
sociales del individuo – puede entenderse en términos de la motivación y conducta que
ocurren dentro de un medio que incluye:

 Sistema de status y papel


 Dinámica de grupo
 Sistema de influencia
 Liderazgo

Los sistemas de status sirven para estructurar las relaciones sociales y suministran el
marco de referencia dentro del cual se puede coordinar el esfuerzo de grupo hacia
objetivos. Los sistemas de papel se relacionan íntegramente con el sistema de status. El
status tiene que ver con el prestigio relativo a un puesto en una relación estructural dentro
de las organizaciones: el papel se relaciona con los patrones de comportamiento
identificados o esperados en un puesto dado.

Los sistemas de status y papel, junto con la dinámica de grupos, proporcionan el marco
dentro del cual opera la motivación que afecta el comportamiento individual. Una vez
reconocida la complejidad, los administradores se interesan en desarrollar medios
efectivos para influir en el comportamiento, y así lograr el liderazgo para la organización
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006).

1.3. Principio de Equilibrio

Hay una tendencia a organizar las simpatías o antipatías hacia las personas en función de
nuestras actitudes. El equilibrio en las relaciones interpersonales es un estado emocional

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placentero que se da cuando dos personas sienten simpatía mutua y tienen una actitud
similar (+ ó -) hacia otra persona, objeto o asunto importante (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006).

Si hay desacuerdo se produce estado desagradable, que induce bien al cambio de la


actitud personal, bien al intento de cambiar la actitud del otro, o bien a considerar que esa
persona no es tan simpática como creíamos. Si una persona no nos cae bien, el estar en
desacuerdo con ella no produce desequilibrio emocional.

Heider postula su teoría del equilibrio cognitivo para explicar el campo de la percepción de
las personas en conjunto con los ambientes físico y social. Para comprender de una
manera clara lo que el autor propone, es necesario exponer cuales son los elementos que
toman parte dentro de su estructura teórica.

A continuación se presenta la descripción al detalle:

1. La existencia de una persona “p” con conductas que representan el objeto de


atención
2. La presencia de una segunda persona, expresada mediante la letra “o”
3. Un último elemento “x” que puede tomar la forma de un acontecimiento, objeto
físico, estimulo. En ocasiones la presencia de una persona “q” puede tomar el
lugar de “x”. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

Por otra parte, el tipo de juicios que relacionan a “p” con cualquier otro elemento del
ambiente “o”, “x” “q”, puede ser de dos formas:

1. De sentimiento: Denota una preferencia, positiva o negativa, por el objeto.


2. De unidad: Denota una relación de asociación o disociación con el objeto según
los principios gestaltistas de semejanzas, proximidad o pertenencia (asociación) o
de discrepancia, lejanía o no pertenencia (disociación). (Rodrigues, Leal Assmar,
& Jablonski, 2006)

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Heider, a su vez, expone dos tipos de relación entre la persona y el entorno:

1. Relación diádica: Está conformada solo por dos personas


2. Relación triárquica: Esta conformada por personas y objetos externos (Rodrigues,
Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

Para analizar el carácter positivo o negativo de cualquier relación, es necesario tener en


cuenta los elementos relevantes de la configuración cognitiva y cuáles son los signos de
la relación entre los elementos. Posteriormente, se debe multiplicar los signos para saber
si el resultado es positivo (equilibrio) o negativo (desequilibrio). En relación con lo anterior,
el autor considera que las relaciones equilibradas son psicológicamente estables y
confortables para el sujeto, mientras que las relaciones desequilibradas producen tensión,
lo cual las establece como inestables, desagradables y abiertas al cambio.

Por último, Heider establece las 3 vías principales para restablecer el equilibrio en una
relación, las cuales son:

1. La inversión del signo de una de las unidades de sentimiento o relación.


2. La diferenciación de dos aspectos, atributos o características de la persona o del
objeto de actitud y la elección del que en relación con los demás no produzca
desequilibrio.
3. La transformación de la unidad de sentimiento o de relación en una unidad nula
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006).

1.4. Cooperación y Competencia

La negociación interpersonal es una de las tantas actividades de las que generalmente


formamos parte sin siquiera darnos cuenta. El Experimento de Moran Deutsch y Robert
Krauss investigó dos factores centrales en la negociación, a saber, cómo nos
comunicamos unos con otros y el uso de las amenazas.

Para resolver el conflicto, existen dos orientaciones básicas que las personas pueden
seguir para participar en negociaciones: cooperativa o competitiva. Estos dos estilos de

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conflicto difieren de tal manera que en uno de ellos ambas partes parecen salir con
ventaja mientras que en el otro el resultado es ganar/perder.

En todo conflicto, para poder llegar a una resolución, tanto la cooperación como la
competencia son necesarias. Morgan Deutsch y Robert Krauss investigaron el uso de las
amenazas y cómo se comunican las personas en una negociación interpersonal. (Napier
& Gershenfeld, 2005).

A continuación se muestran algunos descubrimientos del estudio de Deutsch y Krauss:

1) La competitividad de la gente tiende a superar la comunicación efectiva entre ambas


partes, ya que ambas partes no quieren estar en el lado perdedor.

2) El estilo de negociación cooperativa presenta las siguientes características:

 Una comunicación efectiva, donde se verbalizan las ideas, los miembros del
grupo se prestan atención entre sí, aceptan sus ideas y luego se ven
influenciados por ellas. Estos grupos tienden a tener menos problemas para
comunicarse con otros y para entenderlos.
 La amabilidad, buena voluntad y menos obstruccionismo se expresan en las
conversaciones. En general, los miembros tienden a estar más satisfechos con
el grupo y sus soluciones, y también quedan impresionados con las
contribuciones de los demás miembros del grupo.
 La coordinación de esfuerzos, la división del trabajo, la orientación hacia el
logro de tareas, la disciplina en la discusión y la alta productividad tienden a
estar presentes en grupos cooperativos.
 El sentimiento de acuerdo con las ideas de los demás y un sentido de similitud
básica en las creencias y valores, así como la confianza en las ideas propias y
en el valor que otros miembros ponen en esas ideas se obtiene en grupos
cooperativos.
 La voluntad de aumentar el poder del otro para lograr los objetivos y la
expansión del otro. Cuando se fortalecen las capacidades de los otros en una
relación de cooperación, tú también te fortaleces y viceversa.

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 La definición de los intereses en conflicto como un problema común a resolver
por medio de un esfuerzo de colaboración facilita el reconocimiento de la
legitimidad de los intereses del otro y la necesidad de buscar una solución que
responda a las necesidades de todos. Esto tiende a limitar el alcance de los
intereses en conflicto y a mantener los intentos por influir en los demás en
formas aceptables de persuasión. (Napier & Gershenfeld, 2005)

3) Por otro lado, el estilo de negociación competitiva tiene las siguientes características:

 La obstrucción de la comunicación, ya que las partes en conflicto intentan


obtener una ventaja engañándose entre sí a través de falsas promesas y
desinformación. En última instancia, la comunicación se reduce ya que las
partes se dan cuenta de que no pueden confiar en el otro.
 El obstruccionismo y la falta de buena voluntad conducen a actitudes negativas
mutuas y a sospechas sobre la intención del otro. La percepción del otro tiende
a enfocarse en las cualidades negativas de la persona y en ignorar sus
aspectos positivos.
 Las partes no pueden dividirse efectivamente su trabajo y terminan duplicando
los esfuerzos. Cuando lo dividen, sienten continuamente la necesidad de
controlar el trabajo del otro.
 Los desacuerdos y el rechazo crítico de ideas es constante y reduce la
confianza de los participantes hacía ellos mismos y hacia los demás.
 Las partes en conflicto tratan de aumentar su propio poder y ven como una
amenaza el aumento de poder de la otra parte.
 El proceso competitivo fomenta la idea de que la solución del conflicto sólo
puede ser impuesta por un lado sobre el otro. También promueve el uso de
tácticas coercitivas, como las amenazas y la violencia psicológica o física. Este
proceso tiende a ampliar la gama de cuestiones controvertidas y convierte el
conflicto en una lucha de poder, en donde cada lado trata de ganar
completamente. Este tipo de intensificación eleva la importancia motivacional
del conflicto para los participantes y los hace más propensos a aceptar un
desastre mutuo en lugar de una derrota parcial o un acuerdo. (Napier &
Gershenfeld, 2005)

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1.5. Teoría del Cambio

Se puede definir el cambio social como las transformaciones de las condiciones de vida
de los grupos humanos, de su estructura y de su sistema de valores. Cuando se analiza
un proceso de cambio social es preciso responder a ciertas preguntas: ¿Qué es lo que
cambia? ¿Cómo cambia? ¿Cuál es el ritmo de cambio? ¿En qué dirección se produce?
¿Cuáles son los factores objetivos y subjetivos del cambio? (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)

Así, tomando como ejemplo el cambio ocurrido en la familia desde los tiempos primitivos
hasta los actuales, desde la familia extensa a la familia nuclear, podemos observar el
distinto ritmo en los tiempos antiguos, más lento, y en los modernos, más rápido, sobre
todo desde la revolución industrial, que implicó el que se incorporasen las mujeres al
mundo del trabajo y que decreciera, de manera correspondiente el número de hijos. A lo
que también contribuyó el desplazamiento geográfico y la emigración, etc.

Dentro de los procesos de cambio social hay que distinguir varios conceptos: desarrollo,
progreso, evolución social y revolución.

 Desarrollo: Significa un incremento en la dimensión y en la complejidad de un


fenómeno social o económico. Va muy unido a un proceso cuantitativo.
 Progreso: Va muy unido a un proceso cualitativo. Es un incremento en la riqueza
cualitativa de la vida social, en el mejoramiento de las condiciones de vida de una
sociedad. Así, podría darse desarrollo y no progreso.
 Evolución social: Conjunto de transformaciones que conoce una sociedad durante un
largo período de tiempo. Se asocia a un cambio lento.
 Revolución: Se asocia a un cambio rápido. Es la ruptura violenta y rápida con la
situación establecida. Desde el punto de vista político, será la ruptura violenta con el
orden político y social vigente (p.e., la Revolución Francesa). Pueden producirse
revoluciones incruentas, otras pueden ser científicas, técnicas, religiosas, etc.,
cuando los conocimientos, innovaciones y creencias producen un cambio radical en
los diferentes espacios donde se opera (ej: la ciencia y la revolución que supuso la
teoría de la relatividad). (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

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Tanto el desarrollo, como el progreso, la evolución social y la revolución; como sus
contrarios: el retroceso, la regresión, la involución social y la contrarrevolución son
aspectos que se incluyen en el cambio social, ya sea en una dirección hacia delante o
hacia atrás en el proceso.

En los dos últimos siglos, período que se ha dado en llamar de la “modernidad”, se ha


producido una gran aceleración en la velocidad del cambio social. El análisis de este
fenómeno es muy complejo, pero pueden indicarse tres factores implicados en este
hecho:

a) Las Influencias Económicas: En el nivel económico, la influencia de más largo


alcance es el efecto del capitalismo industrial, porque éste implica la expansión
constante, de la producción y la siempre creciente acumulación de riqueza. El
desarrollo capitalista promueve la revisión constante de la tecnología de la producción,
en la cual, la ciencia se emplea de forma progresiva.

El desarrollo de la industria moderna acabó con el carácter local de la producción


tradicional, integrando a productores y consumidores en una división del trabajo que ha
llegado a ser verdaderamente mundial por su alcance en la actualidad. El desarrollo del
capitalismo industrial alteró los modos de vida de las gentes, incrementando la vida en
las ciudades como consecuencia del éxodo rural.

b) Las Influencias Políticas: La lucha entre las naciones por la expansión de su poder,
el incremento de su riqueza, y el triunfo militar de unas sobre otras, han sido causas
importantes del cambio durante los dos o tres siglos anteriores. Las dos guerras
mundiales producidas en el siglo XX son un buen ejemplo de la devastación de países,
de su reconstrucción, de cambios institucionales, de ampliación de nuevas tecnologías
de guerra y de cambios internos y externos en la economía y en la política. A esto hay
que unir las series de revoluciones que se han producido en los dos últimos siglos: la
Revolución Francesa, la de los EE.UU., la Revolución Rusa, la Revolución China, etc.
(Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

c) Las Influencias Culturales: También han sido importantes en los procesos de cambio
de la sociedad moderna; el desarrollo de la ciencia y la secularización del pensamiento
han constituido factores decisivos e innovadores en el cambio de la mentalidad

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moderna. Ya no se supone, como en el pasado, que la costumbre, la tradición, o la
autoridad, son fuentes seguras de conocimiento. Por el contrario, se recurre a un
fundamento racional, a pruebas y experimentos que demuestran las afirmaciones. El
contenido de las ideas y valores va cambiando también considerablemente. Los
ideales de mejora personal, de libertad, igualdad y participación democrática son ideas
vitales desarrolladas en los dos últimos siglos, y tales ideas y valores han movilizado
procesos de cambio político y social de gran alcance, promoviendo incluso
revoluciones trascendentales (ej.: las ideas de Rousseau y Montesquieu están en la
base de la Revolución Francesa).

Aunque estas ideas y valores se han desarrollado inicialmente en occidente, han llegado
a tener un alcance universal en su aceptación y en su aplicación, promoviendo el cambio
socio-político en la mayoría de las regiones del mundo. (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)

Actividades de Aprendizaje de la Unidad I

1. Material en Power Point sobre “Los Principales Sistemas Psicosociales.”


2. Participa en el Foro “La Cooperación y la Competencia como formas de
Coexistencia Social”.
3. Responde el Cuestionario de la Unidad.

Síntesis de la Unidad I

A través del estudio de la psicología social podemos comprender de una manera más
completa el comportamiento humano no solo en lo individual, sino sobre todo en lo
concerniente a su identidad colectiva, lo que constituye una gran parte de su
comportamiento como sujeto en lo individual.

Elementos como el prejuicio, la opinión, la identidad y la motivación constituyen el


paradigma por el que construye una identidad, y dichos elementos deben comprenderse

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si se desea colaborar en la creación de una personalidad sana y completa, misma que
constantemente será reconfigurada con las experiencias de vida a las que sea expuesto.

En esta unidad se puede constatar que la psicología social como tal, es una disciplina
muy compleja, por lo que un solo esbozo general de ella tiene limitaciones evidentes; sin
embargo, es una buena introducción para aquellos que de alguna manera u otra
pretendemos colaborar en el desarrollo de las potencialidades del ser humano en su
esfera individual y comunitaria.

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UNIDAD II

CONTEXTO SOCIAL

Objetivo de la Unidad: Identifica como se organizan y estructuran los grupos humanos y


conoce los conceptos de los elementos que intervienen en el proceso social.

2.1. El Contexto Social de la Vida Humana

Se llama sociedad al grupo mayor al que pertenece cualquier individuo. La sociedad está
compuesta por una población de ambos sexos, y de todas las edades, organizada para
cumplir distintos propósitos:

a) Mantener el funcionamiento biológico de los miembros del grupo


b) Reproducirse, para que el grupo tengas nuevos miembros
c) Socializar a los nuevos miembros para que funcionen como adultos
d) Producir y distribuir los bienes y servicios necesarios para la vida
e) Mantener el orden dentro del grupo y entre el grupo y las personas ajenas a él; y
f) Definir el significado de la vida y mantener la motivación de supervivencia, así
como dedicarse a actividades necesarias para esta última.

Además, en una sociedad el individuo tiende a compartir con los demás varias creencias,
actitudes y formas comunes de actuar. (Whittaker, 2001)

Por otra parte, la cultura significa los conocimientos, creencias, artes, valores morales,
leyes, costumbres y cualquier otra capacidad y hábito que el hombre haya ido adquiriendo
como miembro de una sociedad. Como se ve, sociedad y cultura son conceptos
íntimamente relacionados. Ninguna cultura puede existir sin una sociedad y al revés, al
menos tal sucede con el hombre donde no hay sociedad sin cultura. Por lo mismo,
sociedad significa la organización y la estructura de los grupos más grande donde viven
los seres humanos, mientras que cultura se refiere al contenido o a los productos

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resultantes de tales organizaciones; o por decirlo de otro modo, la sociedad es un pueblo,
mientras que la cultura no es un pueblo, sino maneras de actuar. (Whittaker, 2001)

2.1.1. Conceptos Básicos (sociedad, clase, casta, etc.)

Una clase social está compuesta por varios individuos pertenecientes a una sociedad,
quienes comparten un estatus distintivo y quienes, mediante el funcionamiento de los
papeles asociados con este estatus, adquieren conciencia de que tienen intereses
comunes, opuestos a los rasgos e intereses de otros grupos. En tal definición, el término
estatus significa la posición social de un individuo respecto a otros miembros de su
sociedad o grupo, mientras que la palabra papel significa la conducta usualmente
asociada con un estatus particular.

Entre los científicos de la conducta no hay un acuerdo unánime respeto a si las clases
sociales son clasificaciones válidas; sin embargo, se ha venido empleando el término
ampliamente en muchas investigaciones. Para algunos, clase social es sinónimo de
estatus socio-económico, el que está compuesto de ocupación, ingresos y educación.

Cuando las clases sociales están determinadas por la herencia o por el requerimiento de
que la persona se case únicamente dentro de su propio grupo, las llamamos castas. Al
menos en teoría, a un individuo le es imposible escapar de su casta, mientras que, por
otra parte, en algunas sociedades es relativamente fácil pasar de una clase a otra. Las
castas se originaron en la India hace más de 3000 años como un medio para que los
conquistadores de piel blanca venidos del centro de Asia, los Arios, controlarán a los
Drávidas, de piel más oscura y que vivían en el subcontinente; de hecho, la palabra
sánscrita para casta significa color. (Whittaker, 2001)

2.1.2. Naturaleza de los Grupos Humanos

La vida de prácticamente todos los seres humanos está caracteriza porque se


encuentran afiliados con otros seres humanos en grupos. No solo ocurre que el hombre

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típico sea miembro de una sociedad y de una clase social particulares, pues en las
sociedades complejas también es parte de muchos otros grupos y organizaciones.
Además, casi todos están afiliados a varios grupos pequeños e informales de amigos
íntimos. Las pruebas surgidas de investigaciones hechas por psicólogos sociales en los
últimos sesenta años indican claramente que la pertenencia a grupos afecta de manera
diferencial a la conducta: o por decirlo de otro modo, el ser humano como individuo no se
comporta igual cuando está solo que cuando está en presencia de otros.

Los primeros intentos sistemáticos por describir el modo en que la conducta individual se
ve afectada por otros resultan bastante ingenuos. Allport se preocupaba de averiguar si la
presencia de otros individuos facilitaba el desempeño de un sujeto o interfería con éste;
descubrió que la cantidad y el vigor de las respuestas aumentaban cuando el individuo
trabajaba en presencia de otros, pero al mismo tiempo afectaba la calidad del trabajo.

Zajonc ha revisado varios estudios sobre la facilitación social que se concentraban en


cómo afectaba a la conducta la presencia de espectadores pasivos y la presencia de otras
personas activamente dedicadas a la misma tarea; concluyó que la presencia de
espectadores facilita la ejecución, pero inhibe el aprendizaje. (Whittaker, 2001)

2.1.3. Variables que Afectan la Conducta Social

De los resultados obtenidos en la infinidad de experimentos, sabemos que no es la simple


presencia o ausencia física de otras personas lo que afecta la conducta del individuo.
Tienen tremenda importancia factores como las relaciones entre los participantes. Se han
resumido las variables que afectan la conducta en las situaciones sociales (Whittaker,
2001):

1. Variables relacionadas con los individuos participantes:

a. Relacionadas con las características de los individuos, como el número de


personas, edades, nivel de educación, logro profesional, etc.

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b. Variables relacionadas con la composición de los participantes en la situación
respecto a homogeneidad en la raza, la religión, la clase, etc.
c. Variables asociadas a las relaciones interpersonales que existen entre los
participantes: ¿Se conocen entre sí? ¿Son amigos o enemigos? ¿Son
miembros de un grupo?

2. Variables en lo que respecta a las características de la tarea, el problema, la


ocasión que se trate. ¿Es clara o ambigua? ¿Fácil o compleja? ¿Existen modos o
prácticas ya establecidas para manejar el problema?
3. Variables que pertenecen a la situación o las circunstancias que lo rodean.
Incluyen la atmósfera general de los elementos de interacción de que se disponga
respecto al problema en cuestión y a la presencia o ausencia de otras personas
relacionadas con la tarea.
4. Variables que tocan a la relación de cada individuo participante en lo particular con
los tres grupos anteriores de variables. Por citar algunos, el logro con el problema,
el grado en que resista estar envuelto en el problema, su actitud hacia los otros
participantes, entre otros. (Whittaker, 2001)

2.1.4. Propiedades Fundamentales de los Grupos

Tal como lo usan gran parte de los psicólogos sociales, el término grupo significa un
conjunto de personas con ciertas características; primera, quienes componen un grupo
tienen alguna motivación en común, causa de que se hayan unido y de que continúen
juntos. Además, la motivación es de tal naturaleza que exige la interacción de quienes
componen el grupo para que logren una meta en particular o satisfagan alguna necesidad.

En segundo lugar cuando por un lapso la gente interactúa para satisfacer algún motivo
común, surgen expectativas recíprocas acerca de la conducta. Los miembros del grupo
adquieren sus diferentes estatus o posiciones sociales en referencia a otros miembros;
juntas, las relaciones de estatus y papel que caracterizan a los grupos reciben el nombre
de estructura u organización. (Whittaker, 2001)

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En los grupos las personas tienden a desarrollar normas de conducta que se conocen
como normas sociales las cuales constituyen creencias o valores compartidos, que
gobiernan la conducta de los miembros del grupo.

Finalmente, los grupos afectan de modo distinto a la conducta de los miembros que lo
componen, es decir, quienes pertenecen al grupo no se comportan igual cuando están
solos que cuando se encuentran en presencia de otros miembros. En otras palabras, la
posición o estatus que se tenga en el grupo, junto con el papel con esto relacionado,
determinan la conducta. (Whittaker, 2001)

2.2. Tipos de Grupos

Ya habiendo diferenciado grupos de lo que se pueden conocer como situaciones sociales


transitorias, categorizaremos los diferentes tipos de grupos:

a) Grupos formales y grupos informales: Se suele diferenciar entre los grupos


organizados informalmente y los organizados formalmente. Estos últimos presentan
una jerarquía de estatus explicita, para la que han elegido funcionarios o
representantes, normas y reglamentos que gobiernan la conducta de los miembros;
los primeros no tienen tales funcionarios, ni tampoco un código de conducta escrito.
No obstante, sean formales o informales, todos los grupos tienen una estructura que
consiste en relaciones de estatus y de papeles y en normas sociales que afectan a la
conducta de los miembros. Además, todos los miembros de un grupo comparten
cierta motivación común y tienden a comportarse de modo diferente en las
situaciones de grupo y cuando están solos.

Otro punto importante es que los grupos informales a menudo se formalizan con el
paso del tiempo. Muchas organizaciones formales de hoy día tuvieron inicios
informales. También es necesario recordar que los grupos formales suelen incluir en
sí varios grupos pequeños e informales.

21
b) Grupos de referencia y grupos de pertenencia: Por lo examinado debe ser obvio que
los grupos a los cuales pertenecemos suelen afectar a nuestra conducta de un modo
considerable. El ser miembro respetado de un grupo particular conlleva cierto grado
de nuestra disposición a aceptar y obedecer las normas sociales de dicho grupo,
sean explícitas o implícitas. Existen sin embargo diferencias entre los grupos de
referencia, que son con los que el individuo se identifica psicológicamente, en
contraste con aquellos a los que pertenece pero con los que no necesariamente se
identifica. No es necesario ser miembro de un grupo particular para identificarse con
él, y por lo mismo, no necesariamente hay identificación con aquellos grupos de los
que se es miembro. (Whittaker, 2001)

2.3. Cultura y Personalidad

La cultura se concibe como un conjunto de componentes de conocimiento: denotativo (lo


que es) y connotativo (lo que debería ser). Estos indicadores son compartidos por un
grupo de personas que tienen una historia común y participan de una estructura social.
Así, en todas las culturas podemos distinguir símbolos, normas, valores y creencias. Este
apartado tratará de profundizar en estos aspectos, presentando investigaciones sobre
estas cuestiones. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

Definir el concepto de personalidad de forma exhaustiva es una tarea difícil, ya que


incluye aspectos internos y externos del individuo y las relaciones existentes entre ellos.
Una conceptuación completa debería hacer mención a cuatro ideas clave que son las
siguientes

1. Estabilidad. Los contenidos de la personalidad son relativamente constantes a lo


largo del tiempo, puesto que, sin cierto grado de permanencia, no se podría
predecir la clase de persona que uno será en el futuro, pero no anulan las
posibilidades de cambio de la persona.
2. Interioridad. La personalidad es como un almacén subjetivo de patrones de
actuación que avalan la idea de su innegable influencia en la conducta humana.
3. Coherencia. La actuación del individuo muestra cierta coherencia entre sus
disposiciones internas y sus respuestas a las exigencias del ambiente.

22
4. Diversidad. La personalidad es única en cada individuo, pues aunque consta de
ciertas características universales, comunes a todos, también tiene rasgos
particulares diferenciables; todos podemos experimentar estrés, pero sus
manifestaciones son diferentes en cada uno de nosotros. (Sanz de Acedo
Lizarraga, 2012)

Una vez definida la personalidad, es conveniente diferenciarla de dos conceptos que con
frecuencia se utilizan como sinónimos de la misma: el temperamento y el carácter. El
temperamento puede ser considerado como la parte biológica de la personalidad. El
temperamento tiene que ver con la dimensión emocional del individuo, que incluye la
susceptibilidad a la estimulación, la espontaneidad, la fuerza, la celeridad de respuesta, el
estado de humor preponderante y sus fluctuaciones. Estos fenómenos se asocian con la
estructura constitucional del sujeto y son fundamentalmente heredados.

Por su parte, el carácter se refiere al grado de adherencia de un sujeto a los valores y


costumbres de la sociedad en la que vive. Se puede interpretar el carácter como los
motivos y disposiciones que dan estabilidad a la conducta social del individuo partiendo
de cinco dimensiones:

a) El conocimiento de los principios que rigen la sociedad


b) La empatía, o identificación mental y afectiva con otros
c) La autonomía, regulación de la conducta con un sentido personal del deber
d) El juicio moral, la manera de involucrarse en la sociedad conforme a los criterios
personales o siguiendo las normas establecidas
e) La socialización, como mandato personal de respeto a las normas, idearios y
prohibiciones de la sociedad. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

2.3.1. Principales Enfoques de Personalidad

Los enfoques teóricos que se han elaborado sobre la personalidad tratan de dar una
imagen coherente de los seres humanos y de sus estructuras y procesos psicológicos así
como un perfil de las diferencias existentes entre ellos. Unos se centran más en la

23
comprensión que en la predicción y el control de la conducta, pero todos intentan explicar
la forma de actuar de los individuos. Existen diversos planteamientos, algunos más
específicos y clásicos y otros más integradores y actuales. Los primeros incluyen las
perspectivas psicoanalítica, de los rasgos, del aprendizaje sociocognitivo y humanista.
Los segundos tienen que ver de manera especial con el modelo biosocial de Millon y el
neurobiológico de Cloninger, que han surgido en el entorno científico de las
neurociencias. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

Enfoques clásicos: Los enfoques que en este capítulo se han denominado clásicos por
razones de organización de la información, contemplan el estudio de las variables
intrapsíquicas del individuo, las interindividuales y las contextuales. En ellos encontramos:

 La teoría del psicoanálisis de Freud


 Las teorías de los rasgos de Allport, Cattell y Eysenck
 Las teorías del aprendizaje social de Bandura y Mischel
 Las teoría humanista de Roger

Enfoques integradores: Con el epígrafe de enfoques integradores se quiere llamar la


atención sobre dos desarrollos teóricos que pretenden sintetizar aportaciones de otros
estudios previos. Estos son:

 El modelo de aprendizaje social de Millon


 El modelo neurobiológico de Cloninger (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

2.4. Normas de Conducta

Una de las características más importantes de todos los grupos es la creación de normas
sociales, líneas de conducta que regulen el comportamiento y la experiencia de los
miembros de un grupo, al menos en cuestiones de importancia para éste. Las normas no
solo son importantes para comprender las actitudes y el cambio de actividad, sino también

24
para comprender la motivación, el funcionamiento cognoscitivo, la socialización y muchos
otros temas de importancia para la psicología social.

Las normas sociales se refieren a todos los productos de la interacción social compartidos
por los participantes y que reglamentan sus conductas como individuos; muchas normas
representan lo que, quienes las comparten, consideran lo ideal. (Whittaker, 2001)

2.4.1. Conceptos y Clasificación

Las normas sociales pueden ser formales y explícitas o informales e implícitas. Las
normas suelen ser mecanismos conservadores que tienden como regla a mantener el
status quo dentro del grupo. Su función es proporcionar el impulso para mantener al grupo
en el curso que inicialmente ha adoptado. Por ello resultan de un valor funcional
considerable en mantener la organización de un grupo, preservar la estabilidad de su
estructura y guiarlo por la ruta que lo lleve a sus objetivos.

Normas y valores se parecen mucho, sin embargo los valores no son normas, son más
bien costumbres sociales. Otro punto de importancia es que no suelen prescribir una
conducta específica, sino que expresan los límites permitidos a la variabilidad de la
conducta. Además, aceptan variaciones para los diferentes individuos de un grupo, y para
todos los miembros de un grupo en un periodo.

Finalmente, toda norma social conlleva algún tipo de sanción o forma de recibir retribución
utilizada por el grupo cuando hay violación o desviaciones, y dependen de la importancia
que la norma tenga para el grupo, y ser concretas y explícitas, como las sentencias para
el asesinato y la violación; o generales e implícitas, como el ridículo o la burla pública.
(Whittaker, 2001)

2.4.2. Fuerzas que Influyen en la Aceptación de las Normas

25
El proceso por el medio del cual un grupo presiona a sus miembros para que se
conformen a sus normas o por el cual un miembro manipula las conductas de los demás
es el proceso de control social. Algunos grupos pueden ejercer presiones legítimamente
para uniformar la conducta o las actividades de los miembros; otros ejercen influencia en
los miembros sin que estos estén conscientes de lo que ocurre. En el caso de aquellos
que interactúan frecuentemente aunque sin crear ninguna estructura formal, ejercen
influencia en los estándares de sus grupos informales y pueden tener un efecto
importante en la conducta de los miembros.

Si las normas de grupo son compatibles con las normas y metas del individuo, esa
persona se conformará a las normas del grupo. Sin embargo, si un individuo encuentra
que su conducta se aparta de las normas del grupo, tiene cuatro opciones: conformarse,
cambiar las normas, mantenerse apartado o abandonar al grupo.

Básicamente hay dos clases de fuerzas que inducen al individuo a conformarse. A un


conjunto de éstas se les puede concebir como fuerzas interpersonales; es decir, las
basadas en conflictos intrapersonales. Al segundo conjunto puede considerársele como
fuerzas externas, es decir, fuerzas inducidas por otras personas que pretenden influir
directamente en la persona. (Napier & Gershenfeld, 2005)

2.5. Percepción

Sobre la percepción se ofrecen diversas definiciones que han ido evolucionando hacia la
implicación de las experiencias y los procesos internos del individuo. El planteamiento
ecologista de Gibson defiende la teoría de que la percepción es un proceso simple; en el
estímulo está la información, sin necesidad de procesamientos mentales internos
posteriores. Dicho planteamiento parte del supuesto de que en las leyes naturales
subyacentes en cada organismo están las claves intelectuales de la percepción como
mecanismo de supervivencia, por tanto, el organismo sólo percibe aquello que puede
aprender y le es necesario para sobrevivir. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

26
Según la psicología clásica de Neisser, la percepción es un proceso activo-constructivo en
el que el perceptor, antes de procesar la nueva información y con los datos archivados en
su conciencia, construye un esquema informativo anticipatorio, que le permite contrastar
el estímulo y aceptarlo o rechazarlo según se adecue o no a lo propuesto por el esquema.
Se apoya en la existencia del aprendizaje. Para la psicología moderna, la interacción con
el entorno no sería posible en ausencia de un flujo informativo constante, al que se
denomina percepción. La percepción puede definirse como el conjunto de procesos y
actividades relacionados con la estimulación que alcanza a los sentidos, mediante los
cuales obtenemos información respecto a nuestro hábitat, las acciones que efectuamos
en él y nuestros propios estados internos. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

2.5.1. Selectiva, Individual, de Grupo

Cada percepción y su interpretación respecto a prácticamente cualquier evento, se basan


en una combinación de experiencias previas, necesidades del momento y propiedades
inherentes de la escena que se percibe. Partimos de la suposición de que distorsionamos
y luego construimos una realidad con base a esas distorsiones.

Cuando los individuos se unen a un grupo cambian; ya no son las mismas personas que
eran antes de convertirse en miembros del mismo. Una vez que forman parte del grupo
muestran y expresan comportamientos diferentes a sus comportamientos fuera del
mismo. Un factor poderoso que altera la individualidad de la gente en los grupos es la
ansiedad; basada en las incertidumbres internas y en las ambivalencias que surgen de la
modificación repentina de papeles. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

La teoría del análisis transaccional sugiere que basándonos en experiencias tempranas,


la gente decide asumir una posición ante la vida. De ese momento en delante, son
influidos por sus posiciones ante la vida en cuanto a la manera que piensan, sienten,
actúan, perciben y se relacionan con los demás. Al crecer cumplimos nuestras propias
profecías mediante la ejecución de la posición psicológica de buscar el agrado de los
demás. Si bien, es difícil elaborar un análisis de estos pensamientos inconscientes
cuando nos encontramos solos, lo resulta mucho más difícil cuando estamos rodeados de
otras personas.

27
A diferencia de la teoría del análisis transaccional, la teoría del desarrollo asegura que
nuestra percepción del mundo continuamente se está modificando. Piaget descubrió que
las observaciones de los niños difieren considerablemente de la de los adultos, y que la
cognición y la percepción se desarrollan en etapas secuenciadas en el transcurso de la
infancia y la adolescencia. Por lo tanto, para esta teoría, el comportamiento dentro de un
grupo está totalmente ligado al desarrollo, puesto que percibimos los grupos de manera
diferente a distintas edades y al transcurrir el tiempo que pasamos dentro de ellos.

El ambiente donde nos desarrollamos, también afectan nuestra percepción de la realidad


y el contexto cultural en el que se lleva a cabo la experiencia, también tiene su efecto
profundo en la misma. Con frecuencia no estamos conscientes de las influencias
poderosas que actúan sobre nuestra percepción. Un grupo de personas representa
diversos grados de aceptación y de rechazo. A partir de esta compleja colección de
estímulos producimos un cuadro de nuestra realidad, y construimos lo que parecen ser
respuestas adecuadas; todo esto para mantener la posición e integridad dentro del grupo.

Otro de los aspectos que afectan nuestra percepción es el llamado efecto de halo, el cual
es el sentimiento global acerca de un individuo para influir en las evaluaciones de los
atributos de dos personas distintas. Las personas tienden a confiar en sus primeras
suposiciones acerca de las causas de la conducta en vez de hacerlo en su introspección
directa. Por lo tanto, todos los auto reportes son cuestionables debido a que la gente no
sabe por qué los hace, pues incluso cuando pensamos que estamos haciendo juicios
objetivos, las investigaciones nos demuestran que no es así. (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)

Dentro del grupo los estereotipos individuales se alimentan aparentemente de sí mismos y


rápidamente nos inclinamos a quienes creemos que comparten nuestras opiniones.
Hacemos nuestras predicciones y después gastamos gran parte de nuestra energía para
comprobar que hemos acertado. Los grupos de personas también forman estereotipos
sobre el grado de aceptación social. Se discrimina o acepta gente debido a que
pertenecen a un grupo en particular. Entre más perciba alguien fuera del grupo a los
integrantes como iguales o homogéneos, mayor será la probabilidad de que esta persona
generalice el comportamiento de un miembro como típico de todo el grupo.

28
La teoría Gestalt estableció varios conceptos sencillos en relación con los estímulos
físicos, con la finalidad de entender lo que sucede cuando la gente se reúne. Cuando
percibimos un ambiente, ciertos elementos de éste se van al fondo y otros quedan en
primer plano, que es lo que compone una escena de nuestras distinta realidades. En
forma similar, en un grupo ciertos individuos serán el fondo, mientras que por diversas
situaciones, otros formarán la parte central o principal. Otro de los conceptos que fueron
analizados por los gestaltistas es el relativo a la tendencia de organizar datos incompletos
en todo un significado.

Al mirar los participantes de un grupo tomaremos los datos que presentan tales como su
voz, su manera de hablar y su atuendo; luego añadiremos nuestros propios estereotipos y
de esta forma elaboraremos un cuadro completo de la persona. Tenemos la tendencia de
centrarse en un conjunto de estímulos que parezca ser buenos en términos de similitud,
para luego ser atraídos hacia los miembros del equipo que tiendan a encajar en nuestra
percepción de un “buen” miembro de grupo. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

2.5.2. Comunicación, Factores del Lenguaje, Comunicación en los Grupos

Cotidianamente necesitamos predecir la conducta, sentimientos, pensamientos y


reacciones de las demás personas, sobre todo cuando nos afectan. La percepción de los
demás comprende dos procesos:

 La selección, interpretación y resumen del enorme caudal de datos que recibimos;


por ejemplo, podemos resumir gran parte de la información recibida (modo de
hablar de la persona que se nos acerca, su vestimenta, conversación, y otros
aspectos por el estilo) en el atributo cordial, y olvidar muchos de los otros
pequeños detalles.
 Ir más allá de la información obtenida, con el fin de predecir acontecimientos
futuros. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, percibir a los demás no es
una simple tarea de grabación, en la que se registra la realidad tal y como es, sino
que es un proceso activo por parte de quien percibe, complejo, en el que influyen
las estructuras mentales del perceptor, así como sus motivaciones y valores.

29
Cuando percibimos a otra persona, un aspecto importante que contribuye a la impresión
que nos formamos es su conducta verbal: qué dice y cómo lo dice. Sin embargo, tan
importante o más para esta impresión puede ser la conducta no verbal, que comprende
todas las características de la interacción que no son palabras: señales vocales (tono e
inflexión de la voz), expresión facial, mirada, distancia interpersonal, tocamientos, gestos
y similares (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

Por formación de impresiones se entiende el proceso mediante el cual se infieren


características psicológicas a partir de la conducta, así como de otros atributos de la
persona observada, y se organizan estas inferencias en una impresión coherente. Se trata
pues, de un paso más allá del simple diagnóstico del estado emocional de la otra persona,
o de sus intenciones momentáneas. Tanto la formación de impresiones como la atribución
de causalidad, nos permiten ir mucho más allá de la información percibida, incrementan
nuestra capacidad de predicción de la conducta de los demás y nuestro sentimiento de
control sobre el medio social que nos rodea.

Para ejemplificar, supongamos que hemos inferido de la conversación de la persona que


se nos ha acercado en la fiesta que es una persona que se encuentra sola, atractiva
físicamente, inteligente, de otra ciudad pero que está estudiando en la nuestra, amante de
las ciencias ocultas y de escasos recursos económicos. ¿Cómo se combinan todos estos
elementos y qué imagen global producen en nosotros? ¿Hay elementos que a nuestro
juicio son contradictorios? ¿O son todos coherentes entre sí? ¿Cómo resolveremos las
contradicciones en el caso de que las haya? ¿Qué información tiene un efecto más
poderoso, la recibida primeramente, en posición intermedia o en último lugar? Estas son
muchas de las preguntas a las que han intentado responder los investigadores sobre
“formación de impresiones” (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012).

Actividades de Aprendizaje de la Unidad II

1. Ensayo sobre La Influencia de la Cultura en la Creación de una Personalidad e


Identidad Propia.
2. Participa en el Foro “Las Normas de Conducta Social de los Jóvenes Modernos”.
3. Responde al cuestionario de la unidad.

30
Síntesis de la Unidad II

Los grupos humanos tienen diversas particularidades que les identifican, los diferencian y
perpetúan y les permiten colaborar con otros para mantener la subsistencia; a través de
su estudio se puede corroborar que el gregarismo es una condición netamente humana,
por lo que no se debe obviar su estudio si se pretende intervenir eficazmente en la
prevención, promoción o manutención de la salud individual o comunitaria.

Las diversas concepciones culturales y los contenidos que se van manifestando en los
grupos les permiten la trascendencia: como seres humanos, muy pocos individuos
pueden aspirar a ser influyentes en su entorno por sus cualidades o incluso por sus
actividades. Sin embargo, el conglomerado humano permite, dentro del contexto del
grupo, poder permanecer en la memoria colectiva a través de la herencia cultural grupal o
bien, por las enseñanzas que de él continúen a través de su progenie o a quienes tuvo
posibilidad de educar de forma directa o indirecta.

31
UNIDAD III

EL GRUPO

Objetivo de la Unidad: Identifica algunos factores de la personalidad que influyen en la


relación intergrupo.

3.1. Dinámica de Grupo

La dinámica de grupo constituye el intento más difundido y de mayor influencia en estos


momentos, en el estudio de los grupos, Klineberg sostiene que no es fácil definir o limitar
la importante zona de la dinámica de grupo, la cual en una primera definición de acuerdo
a este último autor consistiría en la teoría de la naturaleza de los grupos y de la
interacción dentro de los grupos e incluye un cierto número de técnicas.

Por otra parte para Knowles, la dinámica de grupo se refiere a las fuerzas que actúan en
cada grupo a lo largo de su existencia y que lo hacen comportarse en la forma como se
comporta. Son precisamente estas fuerzas las que constituyen el aspecto dinámico del
grupo; esto último no es otra cosa que el movimiento, la acción, el cambio, la interacción,
la reacción, la transformación que se vive y se experimenta dentro del mismo. (Rodrigues,
Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

La interacción o acción recíproca de estas fuerzas y sus efectos resultantes sobre un


grupo dado, constituyen su dinámica. En una definición más amplia y desde otra
perspectiva; la dinámica de grupo es un campo de estudio, una rama de las ciencias
sociales que se dedica a aplicar métodos científicos para determinar por qué los grupos
se comportan en la manera como lo hacen.

El término dinámica implica la noción de unas fuerzas complejas e interdependientes


dentro de un campo o marco común. Como podrá concluirse, es importante señalar
después de haber revisado algunas definiciones que la expresión dinámica de grupo no

32
siempre se utiliza, por desgracia, en un sentido preciso. Como consecuencia, han surgido
expresiones sustitutivas, tales como: procesos de grupo, psicología de grupo, relaciones
humanas, que no expresan el término en un sentido exacto. (Rodrigues, Leal Assmar, &
Jablonski, 2006)

3.1.1. Los Enfoques Cognitivos Motivacionales

Los psicólogos de la motivación de orientación cognitiva están muy interesados en la


secuencia cognición-acción. Algunos de los constructos cognitivos implicados en la
motivación y en la secuencia cognición-acción son los siguientes: los planes, las metas, la
disonancia, los esquemas, las expectativas, las evaluaciones, las atribuciones.

Los acontecimientos del entorno inciden en los sentidos humanos aportando, vivencias
sensoriales que son procesados por el sistema nervioso central. La información es
atendida, transformada, organizada, elaborada y tenida en cuenta mientras se recupera
de la memoria la información que facilita el flujo del procesamiento de información. Según
el significado que le damos a este procesamiento de la información nos creamos
expectativas, hacemos planes, etc. Nuestras expectativas, planes y metas son agentes
activos que dan lugar a los fenómenos motivacionales porque dirigen nuestra atención y
nuestro comportamiento hacia una secuencia de acción en particular. Luego se producen
las consecuencias a las que se atiende, evalúa y explican. Esta actividad cognitiva
provocada por las consecuencias de la acción se une al flujo del procesamiento de la
información en lo que constituiría la regulación cognitiva de la conducta. (Rodrigues, Leal
Assmar, & Jablonski, 2006)

El interés de la psicología cognitiva es doble. El primer interés es estudiar cómo las


personas entienden el mundo en el que viven y también se abordan las cuestiones de
cómo los seres humanos toman la información sensorial entrante y la transforman,
sintetizan, elaboran, almacenan, recuperan y finalmente hacen uso de ellas. El resultado
de todo este procesamiento activo de la información es el conocimiento funcional en el
sentido de que la segunda vez que la persona se encuentra con un acontecimiento del

33
entorno igual o similar está más segura de lo que puede ocurrir comparado con la primera
vez.

Cuando las personas hacen uso de su conocimiento construyen planes, metas para
aumentar la probabilidad de que tendrán consecuencias positivas y minimizar la
probabilidad de consecuencia negativa. Una vez que la persona tiene una expectativa de
la consecuencia que tendrá un acontecimiento, su actuación conductual se ajustará a sus
cogniciones. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

El segundo interés de la psicología cognitiva es cómo la cognición lleva a la conducta.


Desde un enfoque motivacional, la cognición es un trampolín a la acción. Para los teóricos
cognitivistas, la acción está principalmente en función de los pensamientos de la persona
y no de algún instinto, necesidad o pulsión.

En varias teorías cognitivas está la proposición de que las personas se esfuerzan por que
haya una consistencia entre sus elementos cognitivos. Según estas teorías las personas
tienen una tendencia a mantener la máxima consistencia entre sus cogniciones y que esto
incida en su conducta. Cada vez que una cognición se contradice con otra provoca una
inconsistencia que produce una sensación de malestar. Frente a ese malestar, la persona
se esfuerza en eliminar o al menos reducir la base de esta inconsistencia. De acuerdo con
estas teorías los seres humanos disponen de una serie de recursos para cambiar estos
estados tan incómodos.

Ante un estado de disonancia, la teoría de la disonancia cognitiva predice que el individuo


tomará uno de esos cuatro caminos para resolver la disonancia: 1) cambiar su creencia
original, 2) cambiar su conducta, 3) cambiar algún aspecto de su entorno o 4) añadir
nuevos elementos cognitivos. La idea más importante es que la disonancia cognitiva
produce un motivo por restablecer la consistencia cognitiva y que este motivo se
manifiesta de cuatro maneras distintas. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

Los psicólogos cognitivos actuales definen la expectativa como la evaluación subjetiva de


la probabilidad de alcanzar una meta concreta. Lo que permite al individuo predecir la
probabilidad de que se dé un acontecimiento o una consecuencia es una estructura de
conocimiento basada en la experiencia previa. Albert Bandura propuso una popular

34
distinción entre tipos de expectativas al diferenciar entre expectativas de eficacia y
expectativas de resultado. La expectativa de eficacia representa el juicio que una persona
hace sobre la seguridad que tiene de poder realizar una conducta en particular. Y la
expectativa de resultado es la estimación que hace la persona de que la conducta, una
vez realizada tendrá un resultado concreto. Ambas son determinantes causales de la
iniciación y persistencia de la conducta. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

Ante las exposiciones repetidas a un acontecimiento en concreto, las personas aprenden


hasta qué punto sus conductas influyen o no en los resultados en estos acontecimientos.
Cuando una persona tiene una experiencia de imposibilidad de control tendrá dificultades
en aprender que esta experiencia no siempre se dará en el futuro.

Según Brehm, las personas desean tener la libertad de decidir qué conducta van a
realizar en qué momento por lo que cualquier sugerencia, instrucción o favor que sea,
puede llegar a entorpecer la libertad de la persona de tomar decisiones propias. Por tanto,
el término reactividad se refiere a los intentos psicológicos y conductuales por recuperar
una libertad amenazada o eliminada. (Rodrigues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)

3.1.2. La Teoría de la Identidad Social de Grupo

El núcleo de la la teoría de la identidad se origina en la idea de que por muy rica y


compleja que sea la imagen que los individuos tienen de sí mismos en relación con el
mundo físico y social que les rodea, algunos de los aspectos de esa idea son aportados
por la pertenencia a ciertos grupos o categorías sociales. Por ello, se propuso que parte
del autoconcepto de un individuo estaría conformado por su identidad social, esto es, el
conocimiento que posee un individuo de que pertenece a determinados grupos sociales
junto a la significación emocional y de valor que tiene para él/ella dicha pertenencia. En
las formulaciones iniciales. (Napier & Gershenfeld, 2005)

Tajfel postuló que el comportamiento social de un individuo variaba a lo largo de un


continuo unidimensional demarcado por dos extremos: el intergrupal, en el cual la

35
conducta estaría determinada por la pertenencia a diferentes grupos o categorías
sociales; y el interpersonal, en el que la conducta estaría determinada por las relaciones
personales con otros individuos y por las características personales idiosincráticas. Turner
y sus colaboradores complementaron las ideas de Tajfel proponiendo el modelo de
identificación social y, posteriormente, la Teoría de la Auto-Categorización del Yo (TAC)
Según los teóricos de la TIS (Teoría de la Identidad Social), la identificación es elemento
suficiente para determinar la percepción subjetiva de la existencia de un grupo y su grado
permite clasificar los contextos en los que se desarrollan las conductas a lo largo del
continuo personal-social. A este propósito, Eiser pone de manifiesto cómo las definiciones
de lo que es o no un grupo dependen, pues, de ese proceso de identificación más que de
otro único factor. (Napier & Gershenfeld, 2005).

3.1.3. Liderazgo, Características y Estilo

Gran parte de los psicólogos sociales están de acuerdo en que líder y liderazgo no
significan lo mismo, pues lo segundo indica una relación entre dos o más personas en la
que una de ellas influye sobre las otras. Por otra parte, líder significa una posición
particular, no presentándose necesariamente la relación de influencia que aparece en el
término liderazgo; es decir, puede llamarse a un hombre líder sin que ejerza mucho influjo
directo sobre otras personas. En los estudios de liderazgo se han investigado dos clases
o categorías principales de variables. La primera tiene que ver con las diferencias físicas
entre los líderes y sus seguidores la segunda con las diferencias psicológicas. (Whittaker,
2001)

Algunos investigadores han informado que en general, los líderes son más saludables que
los seguidores y que tienen un nivel de energía superior; pero al igual que con las
características físicas de la estatura y el peso, las diferencias no son claras. Cosa muy
parecida puede decirse de la apariencia. De la misma manera, se ha investigado mucho
sobre la inteligencia, la extroversión, la dominancia y la sensibilidad de los líderes. De
todas las características psicológicas estudiadas, se ha visto que la inteligencia es la que
con mayor congruencia se asocia al liderazgo.

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En general, se concluye que los líderes son más inteligentes que sus seguidores, mas no
debe existir un margen demasiado grande, lo que dificulta lograr un propósito unificado.
Si añadimos la confianza en sí mismo a los rasgos asociados al liderazgo, sigue siendo
imposible predecir los rasgos psicológicos comunes en todos los líderes. (Whittaker,
2001)

3.1.4. Teorías del Liderazgo

Por lo dicho hasta el momento, se puede deducir que existen al menos tres teorías sobre
el liderazgo. Una se centra en el papel del individuo, otra en la situación y una tercera en
la interacción entre ambas variables.

a) La teoría del gran hombre: En general, se afirma que algunos individuos se


vuelven líderes porque desde el momento que nacen presentan ciertas
características que los sitúan aparte de sus prójimos. La idea de que los caudillos
nacen, no se hacen, encaja muy bien aquí. Se encuentra relacionada con la teoría
psíquica del liderazgo, en la que se hace hincapié en rasgos distintivos de la
personalidad, aunque en especial se subraye la influencia que sobre el curso de la
historia tuvieron individuos mentalmente perturbados.

b) La teoría de los tiempos: Esta teoría hace énfasis en la situación o en las


circunstancias. Se supone en ella que el liderazgo está determinado en parte por
el azar: ocurre que la persona se encuentra en el lugar crítico en el momento
crítico.

c) Teoría de la interacción: En esta propuesta, se pueden comprender que


determinan al liderazgo ciertos rasgos o características del líder en relación a las
características o rasgos de sus seguidores, más la situación. Dicho de otra
manera, las cualidades personales de los líderes en abstracto no determinan el
papel del liderazgo, sino la posición de aquéllos respecto a sus compañeros en las
cualidades especiales exigidas por un grupo o cierta situación. (Whittaker, 2001)

37
3.2. Motivación

La motivación ayuda a responder a cuestiones tales como ¿por qué actúan los hombres
como lo hacen? ¿Por qué unos trabajan intensamente y otros descuidan sus
responsabilidades? ¿Por qué unos se esfuerzan por alcanzar objetivos y otros se
muestran indiferentes? ¿Por qué unos arriesgan su vida participando en competiciones
difíciles y otros prefieren la comodidad? ¿Por qué algunos jóvenes ponen en peligro sus
vidas con el consumo de drogas? Es un hecho fácil de constatar que el ser humano se
mueve por diferentes motivos, sean implícitos o explícitos, y que dichos motivos
desencadenan y orientan su conducta o la inhiben. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

En la motivación intervienen variables neuronales, cognitivas y sociales que, lógicamente,


han sido estudiadas como parte de las teorías que las sustentan. En efecto, los estados
motivadores pueden ser el resultado de situaciones de privación o de necesidad; en
consecuencia, las acciones puestas en marcha como resultado de tales carencias irán
dirigidas a tratar de reducirlas. Otras teorías consideran que lo que realmente motiva a los
sujetos es su deseo de apasionamiento, de crecimiento, de resolución de disonancias, de
relacionarse con los demás o, por el contrario, de persuadirlos y de controlarlos. En
definitiva, se entiende que los organismos son sistemas tendentes tanto a mantener un
estado de equilibrio interno como a mejorar y progresar cognitiva y socialmente.

La respuesta que puede darse a la cuestión de qué es la motivación gira en torno a tres
proposiciones clave: dirección de la conducta hacia las metas que se persiguen, esfuerzo
invertido en tal conducta y constancia en la acción hasta que la meta sea alcanzada.
Estos tres ingredientes han de constituir el eje de cualquier definición de la motivación.

Es difícil llegar a alcanzar una total comprensión de la motivación humana debido a dos
razones principales. Una, el hecho de que los seres humanos pueden motivarse por una
diversidad de metas y éstas varían a corto y a largo plazo, por ejemplo, salir a cenar el
próximo fin de semana; llegar a ser un gran deportista. Otra, que la motivación supone un
conjunto de procesos que operan a niveles diferentes; así, el impulso de comer depende
de determinadas funciones fisiológicas, pero también de factores psicológicos, tales como
respetar los buenos hábitos de alimentación, cuidar la salud y controlar la economía. La

38
motivación afecta, pues, a las elecciones que hacen las personas y a sus consecuencias.
(Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

3.2.1. Teorías de la Motivación

La motivación ha sido estudiada desde tres perspectivas principales: biológica, cognitiva y


social. La biológica destaca las fuerzas físicas del sujeto como motor de la motivación; la
cognitiva, su actuación propositiva y la social, la importancia de la comunicación entre los
individuos para lograr las metas deseadas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012).

a) Enfoques biológicos: Las teorías biológicas, desarrolladas en torno a los conceptos


de instinto e impulso, asumen que el origen de la conducta motivada, tanto en
animales como en humanos, está asociado con la supervivencia de la especie y
con la satisfacción de las necesidades básicas.

Según sostenían los representantes de las teorías de los instintos, los organismos
nacen con ciertas tendencias programadas, instintos, que les motivan a pasar a la
acción para garantizar su subsistencia y, por tanto, volverán a estar presentes en
la siguiente generación; los instintos no solamente funcionan como fuerzas
necesarias para originar y mantener la conducta, sino que además la dirigen, en
cierto sentido, hacia el logro de determinados objetivos. En consecuencia, aquéllos
son necesarios tanto para desarrollar los procesos biológicos como para vitalizar y
organizar los mentales, pues sin ellos el ser humano sería en cierto grado amorfo
y pasivo. La herencia genética trasmite una serie de conductas que no necesitan
ser aprendidas, que se ejecutan ante ciertas señales del medio y que están
restringidas a situaciones específicas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

Así mismo, el concepto de impulso está asociado a la presencia de una necesidad


biológica que crea un estado de excitación que mueve al organismo a pasar a la
acción para colmar dicha necesidad; una vez reducida la tensión y restablecido el
equilibrio, el organismo deja de actuar, pues si todos los impulsos están ya
sosegados no es preciso realizar ninguna actividad. Las dos teorías más

39
interesantes que surgieron en torno al término impulso fueron la homeostática y la
de reducción del impulso. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

b) Enfoques cognitivos: Los enfoques cognitivos señalan que la motivación es


producto de variables psicológicas internas del individuo, tales como las
discrepancias, las expectativas, el descubrimiento de las causas de las conductas
propias y ajenas y el deseo de actuar según la propia voluntad.

El concepto de disonancia cognitiva fue estudiado, entre otros, por Festinger quien
sostuvo que los desacuerdos o discrepancias que pueden darse en una persona
entre sus creencias, actitudes y conductas le fuerzan a pasar a la acción para
resolver el conflicto, restaurar la congruencia y, en consecuencia, sentirse mejor
por haber desaparecido la incoherencia y el estado no placentero. Si se tiene una
imagen positiva de un amigo y se observan ciertas conductas contradictorias en él,
esas dos realidades entran en conflicto, pues una parece oponerse a la otra, lo
cual produce disonancia cognitiva en el sujeto que las contempla.

Las teorías de las expectativas, o posibilidad de conseguir algo, establecen que la


motivación de las personas para hacer algo está determinada por el valor que
confieren a la meta y por la certeza que tienen que mediante su propio esfuerzo la
conseguirán. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

c) Enfoques sociales: Los motivos sociales tienen una fuerza relevante en el


comportamiento humano. Somos seres sociables por naturaleza y todos
pertenecemos a diferentes grupos y participamos en ellos. El querer comunicarse
con los demás se considera una necesidad básica y a todos motiva el hecho de
poder desempeñar un papel dentro de la sociedad. Los individuos no son felices
sólo con la supervivencia, quieren algo más para la vida, mucho más. A esta
activación de la conducta relacionada con la presencia de los demás, Green
(1995) la denominó motivación social.

McClelland propuso que el motivo de logro explica la tendencia a buscar el éxito,


conseguir objetivos que supongan un reto, llevar a cabo tareas difíciles y

40
emprenderlas con la mayor calidad posible. Este motivo se caracteriza, pues, por
un deseo de hacer las cosas cada vez mejor y así desarrollar al máximo las
capacidades humanas, que son las que garantizan el triunfo. El logro es un motivo
intrínseco, con una fuerte orientación hacia el futuro, pero que, a veces, produce
miedo al fracaso y conflicto entre lo deseado y lo alcanzado. (Sanz de Acedo
Lizarraga, 2012)

El motivo de poder se refiere a la tendencia a hacer que otras personas se


comporten de una manera determinada. Responde a la necesidad que se
experimenta de dominar, controlar e influir en personas, objetos o situaciones. Los
métodos que se utilizan para conseguir poder pueden ser agresivos,
manipuladores, carismáticos y persuasivos.

El motivo de afiliación responde a la necesidad de convivir, establecer y mantener


relaciones seguras, intensas y afectivas con otras personas en un ambiente de
respeto y de aceptación mutua. Los individuos, según las diversas culturas, varían
en su necesidad de afiliación diferenciándose entre sí en el valor que atribuyen a
este motivo: unas refuerzan más la independencia, como puede ser la cultura
norteamericana; otras, la dependencia y la solidaridad, como es el caso de las
sociedades latinoamericanas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)

3.2.2. Frustración, Emoción

Muy a menudo queda sin satisfacer una necesidad o un individuo sumamente motivado
choca contra un obstáculo cuando está intentando lograr una meta, lo que produce
tensión, decepción e insatisfacción, recibiendo tal estado el nombre de frustración. En
psicología social la frustración es un concepto más amplio que conflicto, pues en ella el
individuo choca contra un obstáculo, lo que a su vez produce varias conductas.

Algunas propuestas teóricas para explicar la frustración se centran en que no se logra la


meta esperada; cada hombre tiene su capacidad como individuo para resistir la frustración
a un modo conveniente de reaccionar frente a ella. Tal capacidad o resistencia depende

41
del nivel de personalidad, del sistema motivacional de la conducta, experiencias vitales
anteriores y factores de la situación. Hablaremos de frustración cuando aparece una
reacción distinta a la normal o habitual; bajo ella se incluyen reacciones como la
estereotipia, la supresión de respuesta, etc. (Whittaker, 2001)

También existen teóricos que creen que la frustración puede provocar agresión o
regresión, escape, etc. Como regla, cuando una persona no puede reaccionar de algún
modo ante cierta situación, intenta otra respuesta con base a sus hábitos o modelos de
conducta; si las reacciones alternas resultan imposibles, sube la frustración, se presenta
cuando el hombre lucha por obtener su meta y se presentan obstáculos subjetivos de
naturaleza física, social o psicológica imposibles de superar.

No existe una definición única ni precisa del concepto emoción, pero sí puede expresarse
su significado teniendo en cuenta las aportaciones de diferentes autores y perspectivas.
Así, Paul Ekman define la emoción como un patrón adaptativo de reacción corporal, en
gran medida innata, producto de la filogénesis, que tiene como componentes esenciales
atributos fisiológicos y motor-expresivos, en particular facial. (Morales Domínguez, Moya
Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

Una definición clásica de las emociones es la que las califica como un constructo
subyacente a reacciones subjetivas (vivencia o sentimiento y verbalización), fisiológicas y
conductuales (motor-expresivas y de acción)

 El componente subjetivo suscita bastante controversia ya que, muchas veces, la


cuestión importante es determinar si se trata de un estado de sentimiento, de un
proceso cognitivo, o de una combinación de sentimiento y cognición.
 Por lo que respecta al componente fisiológico, es relevante la actividad del sistema
nervioso autónomo y del sistema nervioso somático.
 El componente motor o conductual-expresivo se fundamenta en la observación de
los gestos y posturas corporales, los cambios faciales, o la entonación de la voz, así
como en aspectos que denotan la preparación para la acción o afrontamiento.
(Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

42
3.2.3. Medición y Cambio de Actitudes (que es la actitud, como surgen, sus
funciones, persuasión y cambio de actitudes)

Desde su aparición en la psicología social, a principios del siglo pasado, y hasta la


actualidad, se han propuesto distintas definiciones de actitud, de mayor o menor
complejidad. En la actualidad, la mayoría de los estudiosos del tema estaría de acuerdo
en definir las actitudes de la siguiente forma: evaluaciones globales y relativamente
estables que las personas hacen sobre otras personas, ideas o cosas que, técnicamente,
reciben la denominación de objetos de actitud.

De una manera más concreta, al hablar de actitudes se hace referencia al grado positivo
o negativo con que las personas tienden a juzgar cualquier aspecto de la realidad,
convencionalmente denominado objeto de actitud. Las evaluaciones o juicios generales
que caracterizan la actitud pueden ser positivas, negativas, o neutras y pueden variar en
su extremosidad o grado de polarización. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria
Stewart, 2007)

Otra de las características esenciales de las actitudes es que constituyen un fenómeno


mental. Es decir, las actitudes reflejan una tendencia evaluativa que no es directamente
observable desde fuera del propio sujeto. Por tanto, se hace necesario inferir las actitudes
de las personas a partir de ciertos indicadores.

De forma muy resumida, las actitudes se organizan mentalmente de acuerdo a lo que se


ha dado en denominar concepción tripartita de las actitudes:

Las actitudes constan de tres componentes: cognitivo, afectivo y conductual

 Componente cognitivo Incluye los pensamientos y creencias de la persona acerca


del objeto de actitud.
 Componente afectivo Agrupa los sentimientos y emociones asociados al objeto de
actitud.

43
 Componente conductual Recoge las intenciones o disposiciones a la acción así
como los comportamientos dirigidos hacia el objeto de actitud. (Morales
Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

A pesar de que en la literatura existente podemos encontrar distintas clasificaciones


funcionales de las actitudes, aquí destacaremos tres:

Organización del conocimiento: Las actitudes ayudan a satisfacer esta necesidad básica
de conocimiento y control, estructurando la información en términos positivos y negativos.
De esta forma, ante situaciones nuevas, nuestras actitudes permiten predecir qué cabe
esperar de ellas, aumentando así nuestra sensación de control. Las actitudes guían la
búsqueda y la exposición a información relevante, acercando a la persona a todos
aquellos aspectos de la realidad congruentes con ellas y evitando aquellos elementos que
les sean contrarios.

Utilitaria: Esta función tiene su base en las teorías del aprendizaje, según las cuales las
actitudes ayudan a la persona a alcanzar los objetivos deseados, y que les
proporcionarán recompensas, así como a evitar los no deseados, y cuya consecuencia
sea el castigo. Esta función de las actitudes a la hora de perseguir los intereses
personales de una forma coherente y eficaz se puede observar, por ejemplo, en los
abogados que adoptan actitudes positivas hacia sus clientes (para poder defenderlos
mejor), o los empleados que desarrollan actitudes positivas hacia las organizaciones para
las que trabajan (lo cual les puede colocar en una relativa posición de ventaja para
ascender).

De expresión de valores: La expresión de las actitudes personales, así como sus


correspondientes comportamientos, sirven para informar a los demás (e incluso a ellos
mismos) de quiénes son. Nos ayudan, por tanto, a conocernos y darnos a conocer a los
demás. Así las actitudes juegan un importante papel en la definición y el fortalecimiento
de la propia identidad. Además, la expresión de las actitudes permite a las personas
mostrar sus principios y valores, así como identificarse con los grupos que comparten
actitudes similares. Es decir, la expresión de actitudes sirve para acercarse a otras
personas con actitudes similares, contribuyendo de esa forma a satisfacer la necesidad

44
básica de aceptación y pertenencia grupal. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria
Stewart, 2007)

Desde el punto de vista de la Psicología social, por persuasión se entiende cualquier


cambio, intencionalmente buscado, que ocurre en las actitudes de las personas como
consecuencia de su exposición a una propuesta persuasiva. Aunque la persuasión se
utiliza a veces como sinónimo de influencia, se pueden establecer diferencias entre
ambos términos, las cuales pasamos a describir.

En primer lugar, el concepto de influencia o influencia social, como también se denomina,


sería de mayor alcance conceptual que el de persuasión, reflejando diversos contextos de
cambio y paradigmas experimentales, dentro de los cuales también se encontraría el de la
persuasión tal y como se ha definido. Así, el concepto de influencia englobaría, además
de los procesos persuasivos, los fenómenos que caen bajo la etiqueta de influencia
interpersonal (por ejemplo, tácticas del compromiso, la reciprocidad, y similares),
influencia grupal (normalización, conformidad, des individuación, pensamiento grupal) y
un amplio conjunto de fenómenos relacionados. Otra diferencia entre influencia y
persuasión radicaría en los objetivos de cambio que ambas proponen. En los estudios que
caen bajo la denominación de persuasión, se estudia estrictamente el cambio de actitudes
dentro de un paradigma muy concreto, en el cual una fuente dirige un mensaje a una
audiencia con la intención de formar, reforzar o cambiar sus actitudes. Por el contrario, los
objetivos de cambio buscados en los denominados fenómenos de influencia, abarcan
variaciones en las percepciones, opiniones, actitudes y conductas de las personas, en
una variedad de situaciones mucho más amplia que en persuasión. Desde dimensiones
más cualitativas, algunos autores afirman que el concepto de persuasión debe reservarse
para aquellas situaciones donde el cambio de actitudes se intente llevar a cabo
intencionalmente y utilizar el de influencia para las situaciones de cambio tanto intencional
como no intencional. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

3.3. El Estudio del Prejuicio en la Psicología Social: como Estereotipo, Actitud


Negativa, Relaciones Interpersonales y Aculturación

45
El estudio del prejuicio es complejo y se aborda desde numerosas perspectivas, entre las
que cabe citar la sociológica, la histórica, la política y la económica, todas ellas válidas y
necesarias. Sin embargo, este fenómeno ha sido, y continúa siendo, una de las
cuestiones preferidas por la Psicología Social desde hace más de cincuenta años, porque
el prejuicio, es decir, el rechazo de una persona debido a su pertenencia grupal, no es
algo que sólo suceda en la actualidad, sino que se viene produciendo, bajo distintos
nombres, desde los orígenes del ser humano.

En el prejuicio se dan la mano procesos individuales, grupales y sociales. Individuales


porque en el prejuicio intervienen procesos cognitivos (por ejemplo, la categorización) y
afectivos (las propias emociones negativas que implica el prejuicio). Se dan procesos
grupales porque el prejuicio tiene un carácter compartido y su objeto son los miembros de
otro grupo social. Finalmente, los prejuicios tienen también un importante componente
social desde el momento en que se ven afectados por las leyes y normas predominantes
en un determinado contexto social. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria
Stewart, 2007)

Además, estos procesos individuales, grupales y sociales están interactuando


constantemente. Así, por ejemplo, las leyes existentes en un determinado país a favor de
la igualdad (nivel social) determinan la forma de expresar el prejuicio (nivel individual)
haciendo que el prejuicio no se exprese ya de forma tan directa como antaño, sino de
otras maneras más solapadas o sutiles aunque igualmente perniciosas para el grupo
discriminado. Al mismo tiempo, y como acabamos de señalar, en la definición de G. W.
Allport se concibe el prejuicio como una actitud negativa hacia los miembros de otro
grupo. Este enfoque permite incorporar al estudio del prejuicio la amplia experiencia
teórica y empírica que la Psicología social tiene en el estudio de las actitudes. Además,
permite relacionar el prejuicio con dos fenómenos que a menudo lo acompañan: los
estereotipos y la discriminación. Así, el componente cognitivo de la actitud prejuiciosa
estaría constituido por los estereotipos negativos o creencias negativas preconcebidas
acerca de un determinado grupo. El prejuicio propiamente dicho sería la parte afectiva de
la actitud y la discriminación su parte conductual.

46
El prejuicio es grupal en un triple sentido. Por un lado, su objeto son los miembros de otro
grupo (exogrupo); por otro, las actitudes prejuiciosas son compartidas mayoritariamente
por los miembros del propio grupo (endogrupo). Finalmente, el prejuicio refleja el estado
de las relaciones intergrupales en un momento determinado y, por lo tanto, puede variar
con el tiempo y con las circunstancias. Es un hecho debidamente comprobado que el
prejuicio hacia los miembros de otro grupo aumenta en caso de guerra o conflicto con
dicho grupo. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

Como ejemplo del carácter social del prejuicio, consideramos la aculturación, es decir, en
los cambios culturales que tienen lugar cuando personas o grupos que provienen de
sociedades diferentes entran en contacto continuo y directo. Esto es precisamente lo que
sucede en las sociedades occidentales con la llegada de inmigrantes de culturas y
religiones diferentes a las nuestras.

El concepto de aculturación proviene del campo de la Antropología social y fue introducido


en la Psicología por Berry en los años 80. Este autor define la aculturación psicológica
como el proceso mediante el cual las personas cambian, al recibir el influjo del contacto
con otra cultura y al participar en los cambios generales de su propia cultura.
Habitualmente, la cultura mayoritaria y dominante influye más sobre la cultura minoritaria
que a la inversa, pero, sin embargo, y para comprobarlo basta pasearse por el centro de
cualquier ciudad europea, la presencia de inmigrantes también influye de múltiples
maneras en las sociedades de acogida. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria
Stewart, 2007)

Cuando la importancia de mantener la identidad grupal es alta, pero también se desea


mantener buenas relaciones con la sociedad de acogida, el inmigrante adopta una actitud
de integración. Cuando lo que interesa es adaptarse a la sociedad de acogida, sin que
importe renunciar a la propia identidad cultural, se está adoptando una estrategia de
asimilación. La estrategia de separación se daría cuando se tratan de conservar las
propias costumbres sin interesarse por los valores de la sociedad de acogida. Finalmente,
cuando no se da importancia ni a la propia identidad ni a los valores de la sociedad de
acogida se está adoptando una estrategia de marginación. Por su parte, los países de
acogida también pueden optar, mediante sus políticas de inmigración, por diferentes
estrategias. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)

47
Actividades de Aprendizaje de la Unidad III

1. Elabora un cuadro comparativo donde se contrasten las diferentes Teorías de


la Motivación.
2. Participa en el foro “El Papel de Prejuicio en la Adquisición de una Identidad
Cultural”.
3. Contesta el cuestionario de la unidad.

Síntesis de la Unidad III

Intentar conocer las motivaciones del comportamiento ha sido una de las metas
inherentes a la psicología y a la sociología desde su nacimiento; a través de la historia se
ha constatado que su importancia no solo está en descubrir el cómo mejorar los
mecanismos para mantenerla, sino también para poder complementar y enriquecer los
fundamentos de la vida social y poder generar en el individuo un mayor sentido de vida
en las diversas evoluciones que ha tenido la sociedad humana.

Poder comprender las diferencias que dividen a los seguidores de sus líderes también
tiene una intención más profunda que solo acrecentar el acervo cultural: nos permite
revalorar nuestras propias cualidades al darnos una base por la cual poder explotar
nuestras cualidades, ejercer una mayor influencia en nuestros grupos de referencia e
incluso generar cambios significativos en la sociedad a la que estamos enlazados.

Esta unidad presenta únicamente una muestra pequeña de la riqueza que tienen las
relaciones interpersonales entre los sujetos cuando las metas de ellos convergen en un
ideal, por lo que se invita al estudiante a continuar indagando sobre las mismas no solo en
la bibliografía disponible, sino también a través de sus observaciones e investigaciones
futuras.

UNIDAD IV

APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

48
Objetivo de la Unidad: Conoce las aportaciones de la Psicología social a otras áreas

4.1. Aportación de la Psicología Social a otras Áreas de la Psicología

Como se dijo antes, suele enseñarse la psicología social en la carrera de sociología. Por
ello, el psicólogo social se encuentra igualmente a gusto entre sociólogos que entre
psicólogos. De hecho, la historia de esta ciencia, tal como ha sido descrita antes, indica
que tanto los sociólogos como los psicólogos han contribuido a su desarrollo; sin embargo
al sociólogo le interesan ante todo los grupos de individuos, a diferencia del psicólogo
social, cuyo principal interés consiste en estudiar la conducta individual. (Whittaker, 2001)

La antropología se ha interesado tradicionalmente por estudiar los pueblos primitivos, sus


organizaciones sociales, sus sistemas de parentesco, sus valores, etc. Ahora bien, el
moderno antropólogo cultural estudia frecuentemente esos y otros problemas en las
sociedades industriales y, en tal sentido, suele manejar muchos problemas que también el
sociólogo toca. Los datos que, en todo el mundo, los antropólogos culturales han reunido
sobre los pueblos primitivos son de gran importancia para el psicólogo social, ante todo
porque constituyen un método para evitar el etnocentrismo.

El término etnocentrismo significa literalmente estar centrado en la cultura propia. En otras


palabras, cuando se nos cría en cierta cultura, los valores, motivos, aspiraciones y demás
características de tal cultura tienden a colorear nuestro punto de vista sobre la conducta
de otras personas situadas en sus propias culturas; por ejemplo, competir es parte tan
integral de la vida en nuestra cultura, que quizá la supongamos característica de los seres
humanos en general; pero los antropólogos nos informan que existen sociedades en las
cuales prácticamente se desconoce la competición; es decir, tal conducta debe estar
culturalmente determinada. (Whittaker, 2001)
Otro punto que vale la pena mencionar aquí es que el haber sido criados en una clase
social o en determinada parte de una sociedad influye sobre el punto de vista que se
tenga acerca de personas criadas en una clase diferente; por ejemplo, los criados en la
clase alta miden la conducta de quienes pertenecen a otras clases de acuerdo con los

49
valores, motivos propios, etc. En consecuencia, los datos reunidos por sociólogos que
estudian estos aspectos como diferencias de clase en la conducta nos ayudan a
considerar de modo objetivo la conducta propia y la de otros. (Whittaker, 2001)

Los legos (no experto en la materia) suelen confundir a la psicología con la psiquiatría y
con el psicoanálisis. Desde luego, la psicología tiene fronteras más amplias que
cualquiera de los otros dos campos, ya que incluyen el estudio de la conducta normal y de
la anormal. Además, existen diferencias en el adiestramiento y en las actividades
profesionales realizadas en esos campos; pero, aunque existen diferencias, tal como
ocurre con otras disciplinas mencionadas anteriormente, también se da una sobreposición
considerable; por ejemplo, algunos psicoanalistas modernos se portan prácticamente
como psicólogos sociales en su modo de enfocar las enfermedades mentales, pues lo
consideran producto de aberraciones en la interacción social. (Whittaker, 2001)

Pero la psicología social también se relaciona con las ciencias médicas de otras
maneras. Hoy día, prácticamente toda facultad de medicina incluye psicólogos en su
cuerpo facultativo y, con frecuencia, tales facultades tienen también un departamento de
ciencias conductuales, lo que se adapta al moderno punto de vista holístico aplicado a la
medicina. Ya no se educa a los médicos para que consideren y traten las enfermedades
como procesos ajenos a los seres humanos afectados por ellas, pues las investigaciones
han demostrado que las características conductuales de los pacientes suelen influir sobre
el curso de ciertas enfermedades y sobre la respuesta dada por el enfermo al tratamiento.
(Whittaker, 2001)

La historia, la economía y las ciencias políticas suelen ser de gran importancia para el
psicólogo social que está intentando comprender la conducta humana; por ejemplo, se
sabe que los factores históricos, económicos y políticos tienen con frecuencia tanta
importancia como los socio-psicológicos en ayudar a comprender tales problemas. La
biología es otra disciplina importante para el psicólogo social; por ejemplo, la fisiología nos
ayuda a comprender el funcionamiento del sistema nervioso y de los órganos sensoriales,
lo que a su vez es de importancia para comprender la conducta.

50
La genética nos ayuda a comprender el papel de los factores hereditarios en la conducta y
la nueva ciencia de la ecología nos enseña algo sobre las interrelaciones de los
organismos vivos con su ambiente. Finalmente, el psicólogo social ha tomado de las
ciencias físicas cierto número de instrumentos de investigación, como son los
galvanómetros, las computadoras y los dispositivos para medir el tiempo de reacción,
aparatos que con frecuencia se utilizan en estudios de laboratorio sobre la conducta
social. Además, los químicos han contribuido con conocimientos sobre el funcionamiento
del sistema nervioso y del cerebro, lo que nos ha ayudado a comprender la conducta.
(Whittaker, 2001)

4.2. Aportación de la Psicología Social a las Organizaciones

Hay que recurrir a la definición de Pichon Riviere, que dice que la psicología social es la
ciencia de las interacciones orientada a un cambio social planificado. Siendo esto así,
preciso es reconocer que dicho cambio no puede sino ocurrir en el marco de las
organizaciones y las instituciones de la comunidad. Ello requiere investigar en su
estructura y función las distintas unidades interaccionales que operan como mediaciones
entre las relaciones sociales. Esto significa que debe pensarse en las organizaciones y en
sus efectos sobre los sujetos, en el marco de un criterio de salud específico para ellas
constituido por el concepto de eficacia. (Jiménez-Domínguez, 2004).

La psicología social de las organizaciones constituye entonces una metáfora a través de


la cual se expresa la necesidad de caracterizar a las organizaciones como dominios de
interacciones específicas. Supone un ECRO (esquema conceptual, referencial y
operativo) que contenga explícitamente una representación del ámbito organizacional.

Debe articular y caracterizar en sus interacciones a los conceptos de sujeto y de grupo


con los de:

51
1. Organización: definida, por ejemplo, como disposición de relaciones entre
componentes o individuos que produce una unidad compleja o sistema, dotado
de cualidades desconocidas en el nivel de los componentes o individuos que
asegura solidaridad y solidez a estas uniones, una cierta posibilidad de duración
a pesar de las perturbaciones aleatorias.
2. Institución: cuerpos normativos jurídico – culturales compuestos de ideas,
valores, creencias, leyes, que determinan las formas de intercambio social; nivel
de la realidad social que define cuanto está establecido.

Si la psicología social se caracteriza genéricamente por tratar de resolver la contradicción


dialéctica que existe entre individuo y sociedad (desde la perspectiva del sujeto), la
metáfora de la psicología social de las organizaciones (entendida desde la organización
hacia el sujeto) constituye un aporte para abordar más específicamente la relación
dialéctica organización – individuo. Así entendida, ayuda a resolver las tensiones que
existen para propender simultáneamente a la eficacia de la organización y a la adaptación
activa a la realidad de sus miembros. (Jiménez-Domínguez, 2004)

Ya hemos visto que la psicología social de las organizaciones posee un carácter


esencialmente interdisciplinario, lo cual significa que las operaciones estructuradas con
este ECRO pondrán en relación a los psicólogos con sociólogos, ingenieros,
administradores, abogados, trabajadores sociales, abogados, etc. No hay ninguna
disciplina que pueda arrogarse una primacía sobre las otras en términos de intervención
sobre organizaciones, y cada una de ellas, desde su especificidad, contribuye a la
comprensión de las otras.

El ingeniero comprende mejor a las organizaciones si entiende el punto de vista del


sociólogo, el sociólogo si escucha al abogado, el abogado al psicólogo y así
sucesivamente.

Salvada esta cuestión interdisciplinaria desde lo epistemológico, preciso es reconocer que


una operación desde la psicología social de las organizaciones se inserta en un campo
configurado por un conjunto de relaciones objetivas entre posiciones históricamente
definidas, estructuradas en torno a la distribución de un capital específico (económico,
cultural, social, simbólico, religioso, científico, etc.) (Jiménez-Domínguez, 2004)

52
Esto significa a su vez señalar, que en el marco de los modelos institucionales
hegemónicos, la economía reina hoy día sobre las otras disciplinas y, por lo tanto, los
administradores detentan una porción mayor del capital científico (o cultural según se
entienda a las ciencias sociales) distribuible en el campo de las organizaciones. Cualquier
tipo de intervención, sobre todo en las organizaciones con fines de lucro – pero no sólo en
ellas - está sometida a la tiranía de la racionalidad económica, y la consecuencia es la
entronización de las maestrías en administración en los estratos jerárquicos que poseen
mayor poder de decisión.

Esta situación afecta a todo tipo de intervenciones, y en el caso del análisis organizacional
tal como lo he presentado, significa resistir la presión que se ejerce desde el inicio mismo
de la operación para que el concepto de eficacia quede reducido meramente al de
eficiencia y vaciado de todo otro sentido.

La semántica sirve para dar cuenta de esta situación y las palabras hablan por sí mismas:
las personas se transforman en recursos (humanos) en el mejor de los casos, mano de
obra en el peor, y su conocimiento (expropiado) pasa a ser parte del capital intelectual de
la organización. (Jiménez-Domínguez, 2004)

Las consecuencias de esta situación se traducen, para quienes tienen trabajo, en grados
crecientes de alienación y en la existencia de patologías sociales tales como el stress o el
burnout, que son una consecuencia directa de trabajar bajo presión y con miedo a quedar
excluido del sistema. Allí aparecen generalmente los psicólogos, dentro o fuera de las
organizaciones, con la misión social de reparar a estos enfermos para reinsertarlos en sus
lugares de producción (aunque cada vez más, producto de la superabundancia de mano
de obra, es menos problemático descartar simplemente a los caídos e incorporar otros
nuevos).

A este tipo de intervenciones de los psicólogos, se añaden otras más instrumentales


relacionadas con la selección y el desarrollo de las personas, el favorecimiento de su
compromiso y de su motivación, la aceptación y participación en procesos de cambio
organizacional. (Jiménez-Domínguez, 2004)

53
Aun desde una posición dominada, actuando para la reparación o para la incorporación y
desarrollo, el psicólogo obtiene su legitimidad porque posee un capital cultural específico
que le permite conocer el correlato interno de las vicisitudes externas por las que pasa el
sujeto en la organización y operar en consecuencia. Si el psicólogo adicionara a sus
conocimientos sobre los sujetos y su interacción una representación conceptual de la
organización, podría incrementar su capital cultural y mejorar su posición relativa en el
campo. Por más dominantes que sean ciertas posiciones (en este caso las de los
administradores), las posiciones dominadas pueden siempre luchar por incrementar su
poder, y para ello es necesario que aumenten su capital. Si esto se lograra, o más
modestamente, si no se dejara de intentar, el psicólogo estaría en mejores condiciones de
ayudar a los sujetos a marchar en la dirección de su propia salud mental. (Jiménez-
Domínguez, 2004)

4.3. Aportación de la Psicología Social a Programas de Acción Comunitaria con


Relación a la Salud

Cuando se hace la historia de la psicología social comunitaria se suelen mezclar historias


diversas e identificar la psicología comunitaria, que surgió en los E.U.A. en condiciones
sociales, políticas y académicas bien definidas, con la psicología social comunitaria, que
si bien puede estar relacionada de alguna forma, se debe considerar como algo
específicamente derivado de la psicología social latinoamericana en sus varias vertientes.
Se las equipara al usar los términos indistintamente y al decir en el mismo renglón,
psicología comunitaria o psicología social comunitaria.

En las compilaciones sobre el tema suelen igualmente aparecer trabajos que tienen
orígenes muy diversos, pero presentados como si formaran parte de lo mismo y sumados
dieran una psicología social comunitaria latinoamericana. Una autora que establece
algunas diferencias, con base en el conocido esquema de la antropología en o de la
ciudad, es Freitas, quien dice que la psicología en la comunidad recibe dicha identidad de
la comunidad misma y se relaciona con el intento de des-elitizar la psicología y vincularla
a la realidad. La psicología de la comunidad se ubica como el esfuerzo de llevar los

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servicios de salud a la comunidad con instrumentos derivados de las vertientes clínicas y
educativas.

Mientras que la psicología social comunitaria se encuadra en la psicología social,


redefinida en función del trabajo con grupos para la formación de la conciencia crítica y la
construcción de una identidad social basada en una ética humanista. (Jiménez-
Domínguez, 2004)

En 1981, el ya difunto sociólogo mexicano Francisco Gomezjara, señalaba como un


hecho curioso el que en cada ciclo de crisis económica aparezcan programas de
desarrollo comunitario con un cariz académico, humanista y con pretensiones técnico–
científicas: cuando el movimiento campesino se insurrecciona, cuando los países
desarrollados tienen un superávit de capital y mercancías para negociarlas bajo la forma
de ayuda a los países del tercer mundo, cuando la migración campesina aumenta por la
industrialización agrícola y por el hambre, cuando las comunidades exigen servicios y se
autoorganizan.

La autoorganización solía ser la señal que anunciaba la llegada eventual de programas de


desarrollo comunitario desde los años 60. Como bien lo explica Statman, los movimientos
populares primero son reprimidos por la fuerza y luego sepultados en un diluvio de
programas comunitarios, dichos programas no suelen resolver casi nada pero tranquilizan
a la gente por un rato con las promesas del cambio. La sumisión se logra por medios no
coercitivos y para ello resultan útiles los psiquiatras, psicólogos, educadores, trabajadores
sociales, estudiantes universitarios en prácticas obligatorias y otros agentes de cambio
social planificado y por lo general bien intencionado desde diversas instituciones externas
a la comunidad.

En tiempos globalizados, muchos de estos esfuerzos se ahorran porque la dualización


invisibiliza los problemas y las comunidades y dichos programas solo aparecen en
tiempos preelectorales como una teatralización cuyo escenario se recoge poco después
de la función porque lo prioritario sigue siendo la macroeconomía y las ilusiones vanas de
la inversión extranjera. (Jiménez-Domínguez, 2004)

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Actividades de Aprendizaje de la Unidad IV

3. Realiza un Ensayo sobre la Importancia de la Psicología Social para el Desarrollo de


otras Áreas de la Psicología
4. Participa en el foro “La Acción Comunitaria como una Intervención Social
Preventiva”
5. Contesta el cuestionario de la unidad.

Síntesis de la Unidad

Como se dijo al inicio de las primeras unidades, la psicología social tiene una injerencia
en diversos campos, por lo que sus límites cada vez se vuelven menos rígidos y son más
permeables a medida que las aplicaciones tecnológicas y humanas le permiten
desarrollarse a través del trabajo interdisciplinario.

Los campos de acción se van haciendo más y más amplios, lo que permite no solo una
mayor influencia en los cambios organizacionales, sino también estructurales de las
sociedades, sea en donde sea que tengan un ámbito de aplicación; evidentemente, la
labor comunitaria preventiva será una de las que más no interese desarrollar con este
trabajo.

Es muy rica y variada la intervención que puede darse en la comunidad, sin embargo, y
haciendo alusión a lo que se ha desarrollado en esta antología, se deben primero conocer
las particularidades de las relaciones humanas si se desean realizar cambios que puedan
ser aplícales: de lo contrario, nos arriesgamos a realizar revueltas y revoluciones que
poco aporten al desarrollo de la sociedad humana, lo que está en evidente contradicción
a los objetivos de la psicología social.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS

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Jiménez-Domínguez, B. (2004). La Psicología Social Comunitaria en América Latina como
Psicología Social Crítica. Revista de Psicología de la Universidad de Chile Vol.
XIII, Nº 1, 133-142.

Morales Domínguez, J. F., Moya Morales, M. C., & Gaviria Stewart, E. (2007). Psicología
social . España: McGraw-Hill España.

Napier, R., & Gershenfeld, M. (2005). Grupos: Teoría Y Experiencia. México: Editorial
Trillas.

Rodrigues, A., Leal Assmar, E. M., & Jablonski, B. (2006). Psicología Social. Madrid:
Editorial Trillas.

Sanz de Acedo Lizarraga, M. L. (2012). Psicología: individuo y medio social. España:


Editorial Desclée de Brouwer.

Whittaker, J. O. (2001). La Psicología Social en el Mundo de Hoy. México D.F.: Editorial


Trillas.

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