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3.

Las lenguas Anatolias

Comenzamos con un grupo que tiene una suma importancia para la reconstrucción del indoeuropeo y que son
las lenguas anatolias, que no han tenido, ni tienen ninguna continuación histórica. Estas lenguas se distribuyen a lo largo
de dos milenios antes de Cristo, pues tenemos lenguas anatolias del segundo milenio a.C., y del primer milenio a.C., se
trata, de lenguas muy importantes para la reconstrucción, porque nos ofrecen el primer testimonio histórico de una
lengua indoeuropea, en ese sentido, la distribución de las lenguas es: Dentro de las lenguas del segundo milenio, la más
importante, la mejor documentada de todas ellas es el hitita, una lengua relacionada con ellas es el palaíta, y el luvita
cuneiforme y el luvita jeroglífico, y luego dentro de las lenguas del primer milenio, cuando ya se produce el salto
cultural que se produce en el Bronce Tardío a la Edad de Hierro, seguimos teniendo el luvita jeroglífico, y luego lenguas
que son coetáneas con el mundo de la antigüedad clásica, como el licio, el lidio, el pisidio, el sidétido y el cario. Vamos
a comenzar con la lengua de la que tenemos mayor número de documentos históricos, por lo que nos es más importante
para la reconstrucción.

HITITA

El hitita abarca un lapso temporal bastante amplio, los testimonios más antiguos estarían en torno al 1900 –
1800 a.C., y los últimos testimonios, coincidiendo con la desaparición del Imperio Hitita en torno al 1200 a.C., la
extensión más grande del Imperio Hitita es la totalidad de la península de Anatolia y todo el Norte de Siria y la franja
Siropalestina, lo más importante de la historia es que el centro del Imperio Hitita está situado en el centro, bañado por el
río Halis, donde está la ciudad de Ḫattusa, que es donde aparecieron la mayoría de las tablillas cuneiformes, mediante
las cuales testimoniamos la lengua, y gracias a las cuales reconstruimos la historia del Imperio Hitita tan importante
para este período del final de la Edad de Bronce. Los testimonios más antiguos se pueden datar del 1900 – 1800 a.C., y
se ubican en este factoría comercial de Kaneš, que es un asentamiento comercial que los asirios establecieron en el
centro de Anatolia, destinado a controlar el tráfico de metales, fundamentalmente de estaño, y en esta parte baja de la
ciudad es donde se establecieron los mercaderes asirios en correlación con la parte alta de la ciudad que sería el
asentamiento hitita más antiguo. Tenemos que, se encontraron muchísimas tablillas pequeñas en cuneiforme, con
documentos comerciales de correspondencias, facturas, pedidos, cartas, sobre todo cartas comerciales escritas en una
lengua semítica, en medio asirio, en una variante del acadio, y en estas tablillas aparecen algunos nombres propios y
algunas palabras en hitita, de modo que es evidente que ya con este uso de palabras hititas, los comerciantes asirios
hacían referencia a una realidad lingüística relativa a la parte alta de la ciudad.

El Imperio Hitita se distribuye en tres grandes periodos, el llamado Reino Antiguo, del que tenemos menos
documentación, pero muy importante, es cuando se empieza a configurar una entidad política muy importante. El Reino
Medio, que es un periodo de turbulencias históricas y luego, sobre todo, la Época Imperial, con el gran creador del
Imperio Hitita que es Šuppiluliuma I, y sus sucesores que constituyen un imperio tan grande que aniquila por completo
el antiguo reino de Mittani, y pone incluso en jaque al Imperio Egipcio en época de Ramsés II (concretamente con la
batalla de Kadeš.

Bien, como se ha dicho, la totalidad de documentos en hitita está en escritura cuneiforme que, como todo el
mundo sabe es una creación mesopotámica, y es una evolución del mero pictograma, de la mera representación
pictórica de una realidad y mediante la sofisticación que tiene que imponerse al escribir dicho pictograma mediante un
estilete en arcilla fresca, creando estas cuñas y estos clavos que son los elementos con los que se configura la escritura
cuneiforme, se da lugar a una sofisticación de la escritura.

Bien, como se ha dicho, la mayor parte está en tablillas de barro cocido, que es muy perdurable y tiene la
capacidad de no ser reutilizado, con lo cual, al ser un material despreciable ha perdurado por los siglos de los siglos y,
esta es la ventaja grande de que se nos hayan conservado en tan grandes cantidades de materiales.

En hitita tenemos un sólo ejemplar de tablilla escrita en bronce, sabemos que la escritura cuneiforme no sólo se
hacía sobre barro, también sobre metal, sobre madera, sobre cuero, pero son materiales perecederos y no se nos ha
conservado ningún ejemplo ni en madera, ni en cuero. Si se nos ha conservado, por una casualidad, una tablilla muy
bien conservada en bronce, que se cayó de una puerta de Ḫattusa y, quedó enterrada, porque sabemos que este tipo de
objetos eran objeto de saqueo, y eran fácilmente reutilizables, esta tablilla contiene un tratado entre un rey hitita,
Tudḫaliya IV y su primo Kurunta de Tarḫuntassa.

Los hititas son una entidad histórica peculiar en la medida en que desaparecen de nuestro conocimiento de la
historia, desde el momento que desaparece prácticamente el Imperio Hitita, y no vuelve a redescubrirse para la
historiografía moderna y occidental hasta bien entrado el siglo XIX, el primer testimonio de que existió una entidad
política del ámbito cultural mesopotámico en Anatolia, lo tenemos gracias a un viajero francés del siglo XIX, que
buscando antigüedades de la época frigia, se encontró con un santuario rupestre, cerca de las ruinas de Boğazköy, que
en aquel momento no se sabía que existían y testimonió unos relieves que conectó con lo que en aquel momento estaba
comenzando a salir en las excavaciones de Nínive, elementos materiales con conexión con el ámbito mestopotámico,
unos años más tarde, un estudioso orientalista inglés muy importante, Sir Archibald Sayce, fue la primera persona que
propuso que existió un Imperio Hitita del que no tenemos ninguna noticia histórica confirmable, y él reconstruye la
historia del Reino Hitita basándose en tres elementos argumentales, efectivamente, en la Biblia tenemos referencia a
unos hititas, luego, en el único tratado paritario de esta época firmado por Ramsés II y un pueblo que él llama “chet”,
conservado en varios monumentos de Ramsés II como por ejemplo en el templo de Karnak, y luego Sayce empieza a
identificar un tipo de escritura que empezaba a aparecer en este momento, las primeras inscripciones aparecieron en el
bazar de la ciudad siria de Hama, que él identifica como la escritura propia de ese pueblo que plantó cara a Ramsés II.
Sir Archibald Sayce se confundía en algunas cosas, pero en la esencia del asunto tenía razón. Es verdad que existió un
imperio tan importante como para plantarle un jaque a Ramsés II.

Uno de los problemas principales que nos encontramos a la hora de explicar qué es el hitita y a qué llamamos
hitita, es la propia designación de la lengua, porque en español, en algunas ocasiones vamos a encontrar hitita, y en
otras ocasiones hetita, y luego los hititas, es cierto que aparecen en la Biblia, en varios lugares del Antiguo Testamento,
pero hemos tardado muchos años en concretar a qué se refieren los hititas de la Biblia.

Los hititas no se autodenominaban hititas, los hititas a su país lo llamaban “el país de Hatti”, pero a su lengua
la llamaban nesita, que es la lengua de la ciudad de Nesa, y Nesa es precisamente Kaneš, este primer asentamiento. Por
su parte, los hititas en la Biblia, aparecen en la versión hebrea con el nombre de Ḥittim, cuando se traduce al griego en
la Septuaginta, lo traducen con una variante ἡτταῖοι, pero si se leyese con el itacismo propio de la época de la
traducción de la Septuaginta, leeríamos /itteī/, cuando Lutero traduce la Biblia al alemán respeta la versión de la
Septuaginta con la versión erasmiana de la eta griega, por lo que traduce ἡταῖοι como Hethitei, lo mismo hacen los
traductores protestantes en el siglo XVI, españoles como Reina-Valera que traducen como Heteos, sin embargo la
versión inglesa de King Jones, de principios del siglo XVII, la adapta con el nombre con itacismo, de modo que traduce
Hittites, como esta es la designación anglófona, nos hemos adaptado a esta corriente y, por ejemplo la última traducción
de la Biblia, la de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) de 2010, traduce hititas.

Bien, por su parte las referencias a los hititas en la Biblia se las puede dividir en dos grupos: Por un lado, las
que aparecen en los textos más arcaicos, Génesis, Josué, harían referencia a los hititas que habitaron el país de Canaan,
antes de la conquista de Josué, a estos hititas les llamaríamos “endohititas”, y todavía a día de hoy no hemos
identificado que tipo de pueblo son. Por el otro lado, los hititas que aparecen en los textos más recientes, es decir, los
referidos a la época en que los reinos están separados, son los hititas que sí tenemos identificados, los llamaríamos
“exohititas”, y que son los que hoy llamamos como “reinos neohititas”.

La identificación hsta el momento, no es más que una hipótesis hecha por Sayce, a finales del XIX apareció en
Egipto, en el curso medio del Nilo, un yacimiento importantísimo, el yacimiento de Tell El Amarna, donde estaría la
capital de Amenófis IV, y allí apareció un archivo enorme de tablillas cuneiformes muy importante, en el que tenemos
constatada la correspondencia diplomática de Egipto con los reinos del entorno, fundamentalmente de la zona
siropalestina, correspondencia que está escritura cuneiforme y en lengua acadia, con lo cual se pudo leer desde el primer
momento. Pero hay dos cartas que no está identificado el destino, son de una época que, como se puede leer, vienen del
reino de Arzawa y no están en acadio, esta lengua, un estudioso sueco, en 1902, Knudtzon pensó que era una lengua
indoeuropea. Por fin, a principios del siglo XIX, se comienza a excavar el yacimiento de Boğazköy, ya con ciertos
indicios de que ahí va a aparecer un yacimiento arqueológico muy importante, la excavación de Boğazköy es fruto de la
promoción política que el Kaiser Guillermo II quiere darle a la importante arqueología alemana, y se basa en la firme
alianza que se establece en esta época entre el Imperio Alemán y el Imperio Otomano, el problema es que de esta
excavación, la concesión se le dio a la persona menos indicada, Hugo Winckler, que era un asiriólogo muy importante,
leía el cuneiforme acadio a la perfección, pero que no tenía ningún tipo de experiencia arqueológica, con lo que la
excavación fue un desastre desde el punto de vista arqueológico, no tenemos la localización de 10.000 tablillas que
aparecieron en las primeras campañas. Estas tablillas se podían leer porque estaban todas en cuneiforme, pero unas se
entendían porque estaban en Acadio, y otras no.

En plena Primera Guerra Mundial, un asiriólogo de origen checo, pide permiso para, en vez de estar lanzando
cañonazos en los Dardanelos, desplazarse a Estambul, al museo imperial, y poder consultar las tablillas que se habían
encontrado en Boğazköy, Bedřich Hrozný aplica, para descifrar el hitita, una mezcla de criterios, bilingüe y
combinatorio. Hoy día se sabe que no es así, pero la verdad, es que el hombre tenía razón, queriendo descubrir
etimologías indoeuropeas, descifró el hitita. Durante la excavación de Winckler, las tablillas cuneiformes aparecieron en
grandes cantidades en dos lugares concretamente, el templo y la acrópolis.

Otro de los elementos llamativos del archivo de Boğazköy es que se trata de un archivo plurilingüe, cosa que le
diferencia de otros archivos de la Edad de Bronce, la mayoría de los textos están en hitita, pero también tenemos textos
de correspondencia diplomática en acadio, textos en una lengua que no se conocía en el momento, que llamamos
hurrita, que sería la lengua del reino de Mittani.
De las otras lenguas que aparecieron en Boğazköy, la mejor atestiguada es el hitita, de hecho el palaíta es una
lengua menor, sólo conocemos 11 textos, en los que dentro de un informe ritual normal, se dice que tiene que ser
recitado en palaíta, entonces tenemos el palaíta, que sabemos que se hablaría en la parte Norte de Anatolia, al Norte del
hitita. Algo más extensos son los testimonios del luvita cuneiforme, hay dieciséis textos, también recitados en rituales o
glosas hititas, se sospecha que le fue ganando terreno al hitita, dentro de lo que fue la parte final del Imperio, hasta el
punto de que hay gente que sospecha que el luvita terminó sustituyendo al hitita como lengua de uso en el Imperio
Hitita, lo cierto es que el luvita sería la lengua de la parte Sureste de Anatolia, pero también de toda la parte occidental.
Más importantes son los testimonios del luvita jeroglífico, que se extiende desde el final de la Edad de Bronce y
principio de la Edad de Hierro, y además tenemos una variedad documental muy grande, tenemos: incisiones en
artefactos, tenemos improntas de sellos, tenemos muchísimas inscripciones monumentales en piedra, e incluso tenemos
algunas cartas de plomo, de modo que este jeroglífico se localiza en el Norte de Siria y Sudeste de Anatolia, pero
tenemos algunas en Occidente. Sin embargo la escritura de este luvita cuneiforme terminó por configurarse como la
propia de estos reinos neohititas, de los cuales teníamos muy poca noticia hasta el desciframiento del jeroglífico
anatolio, que son los reinos que siguen a la ruina del reino hitita en el 1200 a.C., y que se prolongan en el Sudeste de
Anatolia y Norte de Siria hasta que son conquistados por el imperio asirio allá por el 700 a.C., estos reinos neohititas se
consideran a sí mismos sucesores culturales del Imperio Hitita, y una de las manifestaciones de esa sucesión cultural es,
justamente, la escritura en jeroglífico hitita. Los jeroglíficos luvitas tardaron mucho en descifrarse, había sellos con
cierto nivel de bilingüismo, y se pudo descifrar en los años 70 gracias a la bilingüe de Karatepe que está en luvita
jeroglífico y en fenicio, y las descifradoras fueron una italiana asentada en Oxford, Anna Mopurgo Davies, y la
epigrafista turca Halet Çambel.

Terminamos con las lenguas del primer milenio, todas escritas en escritura alfabética, una de las más
interesantes desde el punto de vista lingüístico es el licio, que dataríamos en torno al 500 y el 300, en época de
dominación del Imperio Persa Aqueménida, fundamentalmente las inscripciones que aparecen son sepulcrales y/o
motivas. Tenemos muchas monedas y, luego es interesante porque tenemos una bilingüe y una trilingüe en Janto y
Letoon, el alfabeto licio se basa en el alfabeto griego, pero no en el griego oriental, sino en el griego occidental, lo cual
es llamativo, la bilingüe de Janto que sería licio y griego, la trilingüe de Letoon, licio, griego y arameo, porque no hay
que olvidar que al datarse estas inscripciones, la lengua cancilleresca del Imperio Aqueménida era el arameo.

El lidio se hablaría en el reino de Lidia, con capital en Sardes, este reino que hace frente a Ciro y por culpa de
eso tiene la ruina, las inscripciones del reino lidio serían unas cien, fundamentalmente funerarias, un grafiti, el alfabeto
lidio está basado en el alfabeto griego oriental, lo cual es lógico. El pisidio es una lengua con unos testimonios muy
pequeños, son sólo 17 inscripciones breves, se entienden muy mal, son de carácter votivo, todas ellas encontradas en la
fuente del río Köprüçay, en Panfilia, en el antiguo río Eurimedonte, que era un río divinizado. Una variante del licio, el
sidético, con testimonios muy tardíos, del siglo IV, siglo II a.C., que se conservarían en monedas e inscripciones de la
ciudad de Side. El cario también es una lengua de la que tenemos un testimonio muy fragmentario, datable entre los
siglos VII – IV a.C., una parte muy importante de la documentación no apareció en la región histórica de Caria, sino en
grafitis hallados en el Sur de Egipto, en la isla de Elefantina, es decir, en lugares donde estaban mercenarios carios que
se afincaron en Egipto en época Saítica. Y unas pocas inscripciones carias, de las que recientemente apareció una
bilingüe que justificó el último empujón al desciframiento del cario, que tenemos la honra de que lo llevó a cabo un
investigador español, Ignasi-Xavier Adiego.

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