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Ritual de Cierre en 2º Grado

Introducción:
El Cierre o Clausura de los Trabajos consiste, según el Breve Diccionario Masónico IMAN,
en la Ceremonia Litúrgica con que se da fin a los trabajos de todos los cuerpos masónicos,
y en la que, para que sean válidas las tenidas, debe circularse el Saco de Beneficencia.
Cada grado masónico tiene su Liturgia especial, y consiste en el conjunto de enseñanzas y
practicas ritualisticas masónicas, cada liturgia contiene, además de una ceremonia de
Clausura de los Trabajos, Apertura, Ceremonial de Iniciación, Aumento de Salario o
Exaltación, Afiliación, Regularización, y Catecismo del Grado. Todo masón esta obligado a
poseer la liturgia de su grado y a estudiarla.
Cuando hablamos de ritual, nos referimos más bien a la liturgia y no al Rito, de acuerdo al
Convenio masónico celebrado antes del año 2005, en Lausana, Suiza, cada país puede tener
su Rito Nacional, siempre que se sujete a las reglas universales. Como Ritos universales
mas conocidos y practicados, están el Escocés Antiguo y Aceptado, el de York y el de
Mizraim. Como Ritos Nacionales están el Mexicano, el Francés y el Español. Cada Rito
tiene sus Constituciones, Reglamentos y modalidades especiales, pero todos conservan la
universalidad de las Palabras Sagradas, de Pase, Signos y Tocamientos, algunos con ligeras
variaciones que no alteran la interpretación ni el significado.
Según Robert Macoy en su libro Manual Masónico, mucho podría decirse de lo que se
acepta en los rituales de apertura y la clausura de los trabajos, a partir de explicaciones
escritas y practicas habituales. Pero, como lo habitual es que esas ceremonias sean
guardadas en el cuerpo de la logia, solo pueden hacerse vagos comentarios al respecto y
tratar de profundizar en el simbolismo que nosotros observamos. En esta ocasión, me
referiré al ritual de cierre, que habitualmente practicamos con una interpretación personal.

Desarrollo:

Los trabajos Masónicos se distinguen de las reuniones profanas por el ceremonial especial
según el cual se desenvuelven y, particularmente, por como se abren y cierran cuya nota
distintiva es el orden y manifestación de la continuidad de lo ya realizado. La clausura de
los trabajos se realiza en la hora convencional y simbólica de medianoche, momento en el
que ya no es posible realizar eficazmente los mismos.
Según el manual del Aprendiz de Aldo Lavagnini, en antiguas tradiciones masónicas, los
trabajos se abrían y cerraban en horas diferentes para los distintos grados (que representan
diferentes etapas de evolución), particularmente para el grado de aprendiz, los trabajos se
abran a la salida del sol donde la luz espiritual se manifiesta primero en la conciencia y se
cierren al mediodía, hora en la que la plenitud de la luz permite el paso a un grado superior,
y que puede ser útilmente aprovechada por otros obreros que continúen el trabajo de los
primeros, en la construcción del edificio interior. El reconocimiento de la hora se acompaña
de la edad, que representa el estado en la evolución individual en que es posible tomar parte
en los trabajos masónicos. Estas alegorías nos indican simbólicamente la diferencia que se
debe establecer entre los trabajos del aprendiz y el compañero.
Antes de proceder a la clausura de los trabajos, se hace circular el Tronco de Pobres, con
este acto, cada masón expresará su solidaridad con toda la Familia Masónica y Humana,
por medio de una contribución depositada secretamente en el Saco, que será destinada a
aliviar las desgracias ajenas, o bien como cooperación para alguna obra benéfica. El Q:.H:.
Hospitalario viene a recordarnos, con su presencia y trabajo, que nuestro primer deber es
ayudar a los necesitados, y que nunca deben quedar olvidados los que están en el infortunio
y aunque no de cuenta de ninguna caso en especial, en toda reunión masónica es obligación
circular, antes de la clausura, el saco de beneficencia.
La clausura de los trabajos se verifica en forma inversamente análoga a la ceremonia de
apertura, una actitud de alegría y satisfacción será la de los hermanos en la Logia cunado
los trabajos hayan sido convenientemente conducidos y obtenida la aceptación de que así
es, el V:.M:. se informa sobre la hora y la edad y asegurándose de que estas son justas,
procede a la clausura requiriéndose la cooperación unánime de de los hermanos presentes.
Hecho el anuncio, con el fin de que todos los hermanos se dispongan en actitud conveniente
para participar en la ceremonia, la palabra pasa del Oriente al Occidente, y del Occidente al
Sur, y siendo debidamente recibida por el Segundo Vig.·., éste lo anuncia, comunicando
que todo esta anunciado. La clausura se hace por medio de los golpes simbólicos que se
repiten, y mediante la fórmula pronunciada por el Ven.·.M.·., se declaran cerrados,
siguiendo también a esta declaración el signo y la batería, particulares y especialmente
simbólicos para nuestro grado. Luego el Maestro de Ceremonias, procede a la clausura del
Libro, la Escuadra y el Compás, dispuesto de manera especial en cada grado y se apagan las
tres antorchas simbólicas, que corresponden a las tres Luces de la Logia.
Concluido este acto se procede a formar la cadena, manifestando ésta en forma tangible el
lazo de fraternidad que existe entre todos los masones, símbolo de la unión íntima de todas
las buenas voluntades, y alentadora para el triunfo de las buenas causas y el progreso de la
humanidad.

Conclusiones

La exhortación de clausura debiera recordarnos que estamos a punto de abandonar el


recinto sagrado de fraternidad y virtud para mezclarnos en el mundo extramuros, quizás y
desde mi punto de vista, es el momento donde debemos hacer el máximo esfuerzo de
concentración para conservar las enseñanzas adquiridas y grabarlas en nuestro consciente
para poder aplicarlas de manera eficiente en el mundo profano, lugar donde el compañero
esta obligado a manifestar con acciones concretas el crecimiento masónico que
experimenta.
El 2do grado encierra un inmenso simbolismo en el numero 5, inmenso no solo porque
aritméticamente el numero es mayor que el 3 del aprendiz, sino que además cada
interpretación es mucho mas profunda, extensa, encriptada y requiere de mayor estudio
para su comprensión.
La Iniciación no es solo de orden intelectual, y su objeto tampoco es el de satisfacer las
curiosidades profanas a la revelación de misterios que pueden estar un tanto ocultos, no se
trata de una ciencia oculta ni de una filosofía que de solución a todos los problemas del ser
humano, se trata mas bien de cultivar el arte de la vida, el que algunos llaman el Arte Real.
Si bien la teoría puede ayudarnos a comprender mejor un arte, sin practica no se puede ser
artista, y ¿como podemos empezar a practicar este arte de la vida o arte de vivir?, pues bien,
pienso que procurando ayudar a nuestro prójimo, para disfrutar debemos participar de la
vida de los demás, pues la vida se trata de un bien colectivo.
En el sentido ritualístico, desde el instante en que circula el tronco de pobres, debemos estar
en paz, en conversación con nuestro ser interior, tratando de adherir en nuestro interior
todas las motivaciones, verdades, descubrimientos y aclaraciones que la tenida nos ha
revelado, haciendo un esfuerzo mas por alcanzar un mayor grado de mejoramiento, y
aunque la proximidad del ágape en el que expresamos nuestra particular e individual
personalidad de manera alegre y fraterna, nos invade olvidándonos del sagrado momento de
la circulación del tronco y de la clausura de los trabajos, pienso que es un tiempo de
meditación crucial, en el que los compañeros, con una tarea un tanto distinta y mayor que la
de los aprendices, debemos buscar en nuestro propio ser interno, la forma de aplicación que
mas tarde daremos a los conocimientos adquiridos en el mundo que nos rodea.
La Gnosis, es esencia en la Francmasonería, y es en nuestro grado donde empezamos a
desentrañarla, practicarla y descubrirla, hay que entender el Conocimiento Tradicional que
se nos ha transmitido, desde la antigüedad hasta nuestros días, a través de esta cadena
temporal que no ha sido interrumpida. Los grados iniciáticos que conocemos en la
masonería simbólica corresponden al triple programa perseguido en la iniciación. En cada
uno se aporta en su esoterismo una solución a las tres preguntas filosóficas: ¿de dónde
venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos? Y responden así a todo lo que pueda interesar al
hombre; Así, el trabajo interior del compañero debe ser llevado con mayor responsabilidad,
esmero y actitud, y al interior de los templos el Ritual de Cierre de los trabajos adquiere un
significado mayor, presentándose como la instancia última de nuestra tenida, en la que la
distracción no debe llevarnos a dejar de descubrir “Quienes somos”.
La Masonería no puede y no debe atarse a ninguna opinión filosófica particular, no es más
espiritualista que materialista, no es más deísta que atea o panteísta, en el sentido que se da
habitualmente esas denominaciones. Pienso que la gnosis del conocimiento transmitido es
tan amplia que lo único concreto que nos queda, es la practica de nuestro ritual de la
manera mas disciplinada posible porque eso se convierte en la base de nuestro aprendizaje
simbólico. Si bien existen diversos símbolos presentes en el templo en los trabajos del 2do
grado, y que no están en los trabajos del Aprendiz, la diferencia que se destaca en el ritual
de clausura debe manifestarse en el propio compañero al momento de terminar nuestra
tenida; plasmado no solo en una actitud exterior, sino que principalmente Interior e
Individual.

S:.F:.U:.

J.Rojas
20-11-2006

Bibliografía.-

“Breve diccionario masónico”, Imán.


“El libro del Aprendiz”, Aldo Lavagnini.
“Manual Masónico”, Robert Macoy.“Estudios sobre la francmasonería y el compañerazgo”.
Rene Guenon

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