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Enfermería

TRABAJO FIN DE GRADO

Papel de enfermería en el Autismo y Asperger

Estudiante: Irene Prieto Izard

Tutor: Francisco Javier Pellegrini Belinchón

Universidad Pontificia de Salamanca


Dr. D. Francisco Javier Pellegrini Belinchón, profesor de Desarrollo Normal y
Patológico en la Infancia y Adolescencia de la facultad de Ciencias de la Salud
de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Certifica que:

El trabajo, bajo mi dirección, realizado por Dª Irene Prieto Izard titulado “Papel de
Enfermería en el Autismo y Asperger” reúne las condiciones requeridas para optar al
Grado de Enfermería por la Universidad Pontificia de Salamanca.

Y para que así conste, autorizo su presentación escrita y firmo el siguiente certificado
en Salamanca a 14 de mayo de 2016.

Fdo: Francisco Javier Pellegrini Belinchón

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Índice
Resumen. ¡Error! Marcador no definido.

1. Introducción. 7

2. Objetivos. 11

3. Metodología. 13

4. Resultado. 14

4.1. Trastorno Autista. 15

4.1.1 Diagnóstico 17

4.1.1.1. DSM – V. 18

4.1.1.2. DSM – IV. 21

4.1.1.3. CIE-10 22

4.2. Trastorno de Asperger. 24

4.2.1 Diagnóstico 25

4.2.1.1. DSM-IV 26

4.2.1.2. CIE-10. 27

4.3. Diferencias entre el Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger. 27

4.4. Otros tipos de trastornos generalizados del desarrollo. 28

4.4.1. Trastorno desintegrativo infantil. 28

4.4.2. Síndrome de RETT. 28

4.4.3. Trastorno generalizado del desarrollo no específico. 29

4.5. Causas. 29

4.6. Enfermedades asociadas. 29

4.6. Terapias. 30

4.7 Integración social 34

4.8. Actuación de enfermería. 36

5. Conclusión. 43

6. Anexos 45

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6.1. Artículos. 45

6.2. Tests de Diagnóstico. 48

6.4. Diagnostico NANDA relacionados con el TEA. 51

6.5. Ejemplos del comportamiento de estos niños. 55

7. Bibliografía. 57

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RESUMEN

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Resumen. Introducción: A lo largo de la historia el Trastorno Autista y el
Trastorno de Asperger han sido no reconocidos ni en el ámbito sanitario ni social. En
el momento actual, aunque en medios sanitarios están perfectamente definidos,
socialmente apenas están reconocidos, no son diferenciados y, esto ocurre, en
ocasiones, incluso entre los profesionales de la salud.

Objetivos: Aportar información sobre el Trastorno Autista y el Trastorno de


Asperger para saber diferenciar uno del otro, detectar a tiempo signos de alerta y
saber tratarlos adecuadamente en el ámbito hospitalario. Todo esto a pesar de la
última clasificación DSM-V, que al contrario de la anterior no especifica el Síndrome
de Asperger como trastorno diferenciado.

Metodología: Búsqueda en distintas bases de datos: PudMed, Medline, la


página oficial de la OMS, TDR, guías de prácticas clínicas, webs oficiales y libros
disponibles en la biblioteca de la UPSA y de la USAL.

Resultados: El Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger son dos


enfermedades del neurodesarrollo que se caracterizan por tener déficits en la
integración social acompañado con alteración del lenguaje y la comunicación e
inflexibilidad mental y comportamental. Estos dos trastornos se diferencian en la
forma de presentación y en su CI (Coeficiente intelectual). El Diagnostico es clínico
y se mediante manuales de diagnóstico, actualmente el DSM-IV y el CIE-10, ya que
el DSM-V no los diferencia. No existe ningún tratamiento que consiga la cura de
estas anomalías del desarrollo, pero si existen terapias cognitivo-conductuales que
ayudan a mejorar su calidad de vida. Dadas las características de estos procesos, no
son raras las comorbilidades, como los trastornos de ansiedad, depresión… y, debido
sus déficits a la hora de comunicarse y relacionarse, pueden ser frecuentemente
objeto de bullying. Entre las actuaciones de enfermería más importantes esta la
detección precoz de estos trastornos, su intervención en el diagnostico dentro de un
equipo multidisciplinar y el apoyo e información a las familias para saber tratar
adecuadamente a estos niños.

Conclusiones: Para tratar adecuadamente a un niño con Trastorno Autista o


Trastorno de Asperger es preciso tener experiencia en el abordaje de estos problemas
y utilizar un lenguaje sencillo y concreto, prestando atención en todo momento al
comportamiento del niño y siendo flexible con los protocolos.

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INTRODUCCION

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1. Introducción.
A lo largo del tiempo el Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger han
sido poco conocidos por la sociedad. Actualmente es frecuente que muchas personas,
aunque no sean personal sanitario o educativo, hayan oído hablar del Trastorno
Autista, sin embargo, el Trastorno de Asperger sigue siendo poco conocido y, aunque
sepan que el Trastorno Autista existe, tampoco saben decir en qué consiste o en qué
se diferencia del Trastorno de Asperger.

Debido a este desconocimiento de la enfermedad la sociedad no sabe cómo


reconocer ni cómo tratar a este tipo de personas, lo que provoca que estos niños se
excluyan más de su entorno provocando que se retraigan sobre sí mismos y sean más
excéntricos, este desconocimiento se da incluso entre los profesionales de la salud
donde, en mi opinión, es más importante conocer sus características para poder
tratarlos adecuadamente, especialmente teniendo en cuenta que estos niños se sienten
más vulnerables y nerviosos en los hospitales.

Las características del Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger se basan


en tres pilares:

 Trastorno de la interacción social,


 Alteración del lenguaje y la comunicación social
 Inflexibilidad comportamental y mental.

Estas alteraciones pueden darse en mayor o menor grado y van acompañadas


de una capacidad cognitiva variable. Debido a estas características comunes el tema
de si el Trastorno Autista y el Síndrome de Asperger deberían tener categorías
diagnósticas diferentes ha sido uno de los principales temas de discusión entre los
expertos. (1)

Aunque fue el Doctor Eugen Bleurer quien utilizó por primera vez el término
“Autismo” en 1911 para describir a un grupo de niños “encerrados en sí mismos”,
considerándolo una perturbación básica de la esquizofrenia, fue Leo Kanner en 1943
el que por primera vez lo señaló como un síndrome distinto y lo describió de forma
científica, observando a 11 niños cuyo desarrollo y comportamiento era diferente de
otras enfermedades típicas del desarrollo y creó la hipótesis que decía que ese

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comportamiento anómalo se debía a que estos niños nacían sin la motivación de
interactuar con otras personas.

Poco después fue descrito el Trastorno de Asperger por el médico austriaco


Hans Asperger1 (1944) que, al igual que Kanner, observó el comportamiento de
cuatro niños Autistas pero, comparados con los niños que describió Kanner, estos
parecían tener un CI normal, incluso más elevado que la media, pero que no tenían la
habilidad de entender por qué otras personas no se comportaban de la manera que
ellos querían. (2) Estos trastornos no fueron conocidos internacionalmente hasta 1981
cuando Lorna Wing2 lo dio a conocer y no se empezaron a diagnosticar hasta los
años 90. (3)

En un principio, se pensó que la causa de estos trastornos era debido a los


padres y su forma de educar. Estos padres, casi siempre de un status socioeconómico
alto, eran acusados de ser perfeccionistas, fríos y distantes. Esta teoría era
devastadora para los padres, que se sentían culpables y responsable de los problemas
de sus hijos. Actualmente se ha superado esta teoría librando a los padres de esta
carga emocional. (4)

Estas dos enfermedades han permanecido en distintas categorías hasta que en


2014 publicaron el DSM-V donde desaparecen los trastornos del desarrollo, pasando
el Trastorno de Asperger, el Trastorno Desintegrativo Infantil y Trastornos del
Desarrollo no Especifico a llamarse Trastorno del Espectro Autista, el único que
permanece es el trastorno de Rett, en una categoría propia separada del TEA
(Trastorno del Espectro Autista). Por tanto, la OMS actualmente considera el
Trastorno del Espectro Autista “un grupo de afecciones caracterizadas por algún
grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por
un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo.”, con
una frecuencia de un niño afectado por cada 160 niños sanos. (5)

Por estas causas el presente trabajo se ha realizado sobre el antiguo manual de


diagnóstico de 1994 DSM-IV, el anterior al actual, y por el CIE-10, el cual no ha
sido renovado como el DSM.

1
En un principio Hans Asperger llamo al Trastorno de Asperger psicopatía Autista.
2
Lorna Wing fue quien le dio el nombre de Trastorno de Asperger a la enfermedad hasta
entonces se conocía como psicopatía Autista.

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Para finalizar la introducción me gustaría añadir que el Síndrome de Asperger
y el Trastorno Autista han sido relacionados a lo largo de la historia, sin confirmarse
oficialmente, con personas célebres como Albert Einstein, Béla Bartók y Vincent van
Gogh, etc.

“Parece que para alcanzar el éxito en la ciencia o en el arte, se necesita cierta


cantidad de Autismo. Quizás el éxito dependa de un ingrediente necesario: ser capaz
de retirarse del mundo de cada día, esa habilidad para repensar las cosas con
originalidad teniendo todas las habilidades canalizadas en una sola especialidad”
(Hans Asperger). (4)

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OBJETIVOS

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2. Objetivos.
Objetivo general:

 Aportar información sobre el Trastorno Autista y el Trastorno de


Asperger según definiciones del DSM-IV y el CIE-10.

Objetivos específicos:

 Identificar criterios para diferenciar el Trastorno Autista del Trastorno


de Asperger, según las definiciones del DSM-IV y el CIE-10.
 Actualizar conocimientos sobre cómo se debe enfocar adecuadamente
a los niños con Trastorno Autista y Trastorno de Asperger en el
ámbito hospitalario.
 Aprender a detectar a tiempo los signos de alerta del Trastorno Autista
y Trastorno de Asperger.

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METODOLOGIA

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3. Metodología.
La metodología que se ha utilizado para realizar este trabajo fin de grado ha
sido una revisión descriptiva sobre el Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger.
Para Realizar la búsqueda sistemática se han: PubMed, Medline, Medline Plus, la
página web oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), TDR (página
web con tesis doctorales en línea), guías de prácticas clínicas, páginas web oficiales
del trastorno del espectro Autista y el Trastorno de Asperger y los libros disponibles
en la biblioteca de la UPSA y de la Universidad de Salamanca.

La búsqueda se ha realizado mediante las palabras clave: Autismo, Autism,


Asperger, Autism and nurse, Autismo y enfermería, Asperger and nurse, Asperger y
enfermería, trastornos del desarrollo, DSM y CIE.

Los criterios de selección de fuentes bibliográficas han sido los siguientes:

 Escritos en español o inglés.


 Que aborden el tema desde el punto de vista médico o enfermero.
 Que no sean escritos posteriores a 1992 (fecha de publicación del
CIE-10).

Fuentes de información primaria:

 Los libros disponibles en la biblioteca de la UPSA y la universidad de


Salamanca.

Fuentes de información secundaria:

 Nacionales:
o TDR.
 Internacionales:
o PudMed/Medline/Medline Plus.
o Página oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Fuentes de información terciaria:

 Guías de prácticas clínicas.


 Páginas webs oficiales del Trastorno Autistas y del Trastorno de
Asperger.

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RESULTADOS

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4. Resultado.
4.1. Trastorno Autista.
El Trastorno Autista es una disfunción del neurodesarrollo que afecta la
manera en la que estas personas perciben y socializan con otras personas. (2)

Tiene tres características importantes:

1. Deficiencia en la comunicación verbal y no verbal: la mayoría no


desarrollan el habla o no se molestan en usarla. Algunos de estos
niños que no hablan puede que usen gruñidos, señales o alguna forma
de toque o tirón para comunicar que necesitan algo, y una minoría
dirán unas pocas palabras cuando necesitan algo. El uso de gestos es
más reducido y, generalmente, es raro que empiecen a decir o hacer
algo nuevo si no lo ha desarrollado antes de los 6 años. Incluso los
niños que hablan suelen tener problemas a la hora de hablar y
comunicarse. (1)
2. Deficiencia en la interacción social: no se relacionan de forma
normal con las personas o con su entorno. Suelen estar muy metidos
en su mundo y, por tanto, es más probable que se relacionen más
fácilmente con los adultos que con los niños. (6) Son incapaces de
reconocer o identificar las emociones de otras personas, siendo esto
no solo aplicable a las emociones ajenas sino a las suyas propias. (1)
3. Deficiencia en la imaginación y el lenguaje interno: no juegan a
cosas imaginativas, son muy literales, y no desarrollan la capacidad de
representar objetos mentalmente.

A estas tres características fundamentales se les puede unir también


respuestas anómalas a sensaciones, carencia de la capacidad de abstracción y falta de
flexibilidad mental, lo que les obliga a tener rutinas diarias muy estrictas. (6)

A menudo desarrollan una adecuada memorización por repetición, lo que


ayuda a la hora de enseñarles pautas de comportamiento, pero son incapaces de
desarrollar habilidades de imitación, siendo ésta una de sus características principales
y más definitivas a la hora de diagnosticar.

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Son torpes en el ámbito motor y tienen dificultades a la hora de realizar
movimientos de coordinación tales como montar en bicicleta o a la hora de realizar
más de una actividad a la vez, pueden presentar también corea3, desequilibrio y
movimientos anormales.

Un estudio realizado en niños Autistas basado en películas caseras realizado


por Losche en 1990 sugiere que el desarrollo motor era normal durante la infancia
pero que cuanto más crecía el niño se mostraba un mayor retraso e incluso regresión
con comportamientos estereotipados y sin propósito. Otro estudio realizado por
Sigman & Ungerer en 1984, usando escalas de Piaget del desarrollo de motor, indica
que el desarrollo normal permanece, pero muestra déficits en imitaciones vocales y
gesticulares. Estos déficits parecen disminuir con la edad y con el desarrollo de
habilidades verbales.

Se ha descubierto con el tiempo que tienen también problemas para regular la


excitación, pasan muy rápido de estados normales a estados de alta o baja excitación,
se cree que es debido a que estas personas tienen una mala conexión en los
estímulos.

Muestran una atención anormal a su alrededor, pueden ser inconscientes,


ajenos y selectivos sobre a qué prestan atención, muchos niños pueden llegar a ser
inaccesibles por otras personas. Esto no quiere decir que sean incapaces de
concentrarse en algo pues varias personas con autismo han mostrado una “sobre
concentración” en ciertos temas que les interesen, pero tienen dificultades a la hora
de cambiar su foco de atención.

La curiosidad y búsqueda de información natural de los niños está ausente en


estos niños y no suelen hacer las típicas preguntas de “¿por qué?” de los niños
pequeños.

Uno de los temas que más se relaciona con el Trastorno Autista es el bajo CI,
suele estar por debajo de 70. Casi la mitad tiene un CI inferior a 35, un cuarto suele
estar entre los 35-50, un quinto está entre 50-70 y solo un 6% tienen puntuaciones
superiores a 704. Para estos niños aprender cosas nuevas puede llegar a ser muy

3
Movimientos espasmódicos involuntarios de manos y pies.
4
Se considera retraso mental una puntuación por debajo de 70, entre 90 y 110 CI normal y
superior a 110 superdotado.

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difícil, se caracterizan por la dificultad que tienen para relacionar información,
identificar patrones y distinguir la información relevante de la irrelevante.

A pesar de todo, los síntomas varían mucho según su CI y, dependiendo del


niño, tienden a centrarse en un área distinta de discapacidad. (1)

4.1.1 Diagnóstico
El diagnóstico suele empezar con la sospecha de la familia, quienes empiezan
a notar comportamientos anormales en sus hijos. Aunque actualmente se dan casos
en que los médicos o las enfermeras han sido los primeros en observar
comportamientos extraños.

Es raro que este trastorno se diagnostique antes de los dos años, pero,
generalmente, estos niños suelen tener comportamientos extraños incluso siendo
lactantes (6), como no extender los brazos cuando van a cogerlos, mostrarse tensos y
resistirse al contacto o pueden estar pasivos y parecer hipotónicos.

Cuando el niño está en la edad de hablar y reconocer sonidos, no es raro que


los padres puedan pensar que el es sordo porque no les responden o no les miran
cuando hablan, pero si responden a ciertos sonidos que le llaman la atención. (1)

Una de las cosas en las que más se fijan los padres es que en el primer año de
vida estos niños no realizan juegos imaginativos como el resto de niños de su edad,
tienen dificultad a la hora de usar gestos y en imitar comportamientos y palabras.
Suelen buscar menos el contacto y la ayuda de sus padres, no muestran contacto
visual, le prestan menos atención al entorno y muestran muchas conductas de
evitación, el contacto siempre tiene que ser bajo sus condiciones.

A medida que el niño crece se van mostrando cada vez más comportamientos
típicos y van aumentando de intensidad, siendo cada vez más evidentes.

Para realizar el diagnóstico además de pruebas clínicas, para descartar otras


enfermedades, se necesitará una historia clínica formada por la historia familiar, el
desarrollo del niño, antecedentes y observación y descripción del comportamiento
del niño. (6)

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Para su diagnóstico las pautas de comportamiento del autismo se recogen en
el DSM-V5 , DSM-IV y en el CIE-10. También se pueden usar sistemas de apoyo
como cuestionarios, los más destacados son:

 Checklist for Autism in Toddlers (CHAT): Es una escala para


valorar el autismo a los 18 meses. Consta de 20 preguntas de si/no que
contestan los padres y los pediatras, se suele realizar dos veces con un
intervalo de un mes entre una y otra, y si la segunda vez tienen los
mismos comportamientos se valora un posible trastorno Autista.
 Pervasive developmental disorder screening test (PDDST): detecta
señales de alerta en la atención ambulatoria.
 Red Flags for autism: lista de características que pueden llevar a los
padres a consultar al pediatra.
 E2: cuestionario que se envía al Instituto de Investigación sobre
Autismo de San Diego comparando con otros casos y consejos sobre
la mejor intervención.

Todas estas escalas sirven como apoyo para el diagnóstico.

También hay herramientas para realizar la historia personal y familiar, los


más utilizados son: Autism diagnostic interview – revised (ADI - R) y diagnostic
interview for social and communication disorders (DISCO). (6)

4.1.1.1. DSM – V.
El DSM-V es un “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales” que reponde a las siglas del “Diagnostica and Statistical Manual of Mental
Disorders” (DSM) que ha sido desarrollado por la Asociación Americana de
Pediatría en EEUU y que aporta una clasificación de los trastornos mentales,
proporcionando descripciones de las distintas categorías diagnósticas, con el fin de
que los clínicos y los investigadores de las ciencias de la alud puedan diagnosticar,
estudiar e intercambiar información y tratar los diferentes trastornos mentales o del
desarrollo. Publicada en mayo de 2013 es la clasificación vigente para esta
Asociación.

A. Deficiencias en la comunicación y en la interacción social:

5
Tanto las características de diagnóstico del Autismo el DSM-V como el DSM-IV (el
anterior al DSM-V) se pueden observar en el punto 4.1.1. y 4.1.2.

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1. Deficiencias en la reciprocidad socioemocional.
2. Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales.
3. Deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de
las relaciones.
B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o
actividades, manifestándose en dos o más de los siguientes puntos:
1. Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o
repetitivos.
2. Insistencia en la monotonía, inflexibilidad de rutinas o
patrones de comportamiento verbal o no verbal.
3. Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en
intensidad o foco de interés.
4. Hiper- o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés
inhabitual por aspectos sensoriales del entorno.
C. Los síntomas deben de estar en las primeras fases del periodo de
desarrollo (pueden no manifestarse hasta que la demanda social supere
las capacidades del individuo, o pueden estar enmascarados por
estrategias aprendidas en fases posteriores.).
D. Los síntomas causan un deterioro significativo en los ámbitos social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
E. Esto no se explica mejor por la discapacidad intelectual o por el
retraso del desarrollo, con frecuencia estos dos coinciden. Para hacer
un diagnóstico de comorbilidades la comunicación social ha de estar
por debajo de lo previsto para el nivel de desarrollo.

Las características principales del trastorno son los criterios A y B y están


presentes desde la primera infancia, la etapa en la que el deterioro es notable depende
de las características del individuo y su entorno.

Clasificación:

 Con o sin déficit intelectual.


 Con o sin deterioro del lenguaje.
 Asociado a una afección médica o genética, o a un factor ambiental.

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 Asociado a otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del
comportamiento.
 Con catatonia.

Niveles de gravedad:

 Grado 1: necesita ayuda.


o Comunicación social: las deficiencias causan problemas
importantes, dificultad para iniciar interacciones sociales,
respuestas atípicas o insatisfactorias a la apertura social. Puede
parecer que tiene poco interés en las interacciones sociales.
o Comportamientos restringidos y repetitivos: interferencia con
el funcionamiento en contextos, dificultad para alternar
actividades y problemas de organización y planificación.
 Grado 2: necesita ayuda notable.
o Comunicación social: dificultades en la comunicación social,
verbal y no verbal, problemas sociales incluso con ayuda,
limitación en el inicio de las interacciones sociales y
respuestas reducidas o anormales a la apertura social.
o Comportamientos restringidos y repetitivos: dificultad para
hacer frente a cambios y comportamientos evidentes para el
observador casual e interfieren con el funcionamiento en
contextos. Ansiedad y/o dificultad para cambiar el foco de
acción.
 Grado 3: necesita ayuda muy notable.
o Comunicación social: deficiencias graves de la comunicación
social, verbal y no verbal, causan alteraciones graves del
funcionamiento, interacciones sociales muy limitadas y
respuesta mínima a la apertura social.
o Comportamientos restringidos y repetitivos: extrema dificultad
para hacer frente a los cambios e interferencia notable con el
funcionamiento en todos los ámbitos, ansiedad interna y
dificultad para cambiar el foco de acción. (7)

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4.1.1.2. DSM – IV.
Publicada en 1994 es la clasificación sobre la que se ha realizado este trabajo.

Trastornos generalizados del desarrollo son déficits graves y generalizados


de: habilidades para la interacción social, habilidades para la comunicación o la
presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipados. Las
alteraciones no son normales con respecto al nivel de desarrollo o edad mental,
suelen ponerse de manifiesto durante los primeros años de vida y suele asociase a
algún retraso mental. Estos trastornos también se pueden observar en otras
enfermedades médicas.

 Trastorno Autista.
 Trastorno de Rett.
 Trastorno desintegrativo infantil.
 Trastorno de asperger.
 Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Criterios diagnósticos del trastorno autista

A. Mínimo 6 ítems de 1, 2 y 3, (dos de 1, y uno de 2 y de 3):


1. Alteración de la interacción social, manifestada por dos o más
de las siguientes características:
a. Alteración de comportamientos no verbales.
b.Incapacidad para desarrollar relaciones adecuadas al
nivel de desarrollo.
c. No compartir con otras personas disfrutes, intereses y
objetivos.
d.Falta de reciprocidad social o emocional.
2. Alteración de la comunicación manifestada al menos por dos
de las siguientes características:
a. Retraso o ausencia total del desarrollo del lenguaje oral
(sin intentos para compensarlo con alternativas de
comunicación).
b.Si posen un habla adecuada, alteración de la capacidad
para iniciar o mantener una conversación.
c. Lenguaje estereotipado, repetitivo o idiosincrásico.

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d.Ausencia de juego realista espontáneo, variado, o de
juego imitativo social propio del nivel de desarrollo.
3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades
restringidos, repetitivos y estereotipados, manifestados por una
o más de las siguientes características:
a. Preocupación absorbente por uno o más patrones
estereotipados y restrictivos que resulta anormal, en su
intensidad o en su objetivo.
b.Adhesión inflexible a rutinas o rituales, no funcionales.
c. Manierismos motores estereotipados y repetitivos
d.Preocupación persistente por partes de objetos.
B. Retraso o funcionamiento anormal en una de las siguientes áreas,
apareciendo antes de los 3 años de edad:
1. Interacción social.
2. Lenguaje utilizado en la comunicación social.
3. Juego simbólico o imaginativo.
C. El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de
Rett o de un trastorno desintegrativo infantil. (7)

4.1.1.3. CIE-10
El CIE-10 es la “Clasificación Internacional de Enfermedades”, en ingles
conocido como ICD (International Statistical Classification of Diseases and Related
Health Problems), desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y
aporta una clasificación de enfermedades, proporcionando descripciones de signos,
síntomas, hallazgos anormales, denuncias, circunstancias sociales y causas externas
de daño y/o enfermedad. Publicada en 1992 es la clasificación vigente.

Autismo infantil.

Por lo general no hay un periodo previo de desarrollo inequívocamente


normal, pero, si es así, el periodo de normalidad no se prolonga más allá de los tres
años. Hay siempre alteraciones cualitativas de la interacción social que toman la
forma de una valoración inadecuada de los signos socioeconales, puesta de
manifiesto por una falta de respuesta a las emociones de los demás o por un
comportamiento que no se amolda al contexto social, por un uso escaso de los signos

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sociales convencionales y por una integración escasa del comportamiento social,
emocional y de la comunicación, de un modo especial por una falta de reciprocidad
socio-emocional.

Asimismo, son constantes las alteraciones cualitativas de la comunicación.


Consiste en no utilizar el lenguaje para una función social, debido a unas alteraciones
de la actividad lúdica basada en el juego social imitativo y simulado, a una pobre
sincronización en la expresión del lenguaje, a una relativa falta de respuesta
emocional a los estímulos verbales y no verbales de los demás, a defectos de la
cadencia o entonación necesarias para lograr una modulación de la comunicación y,
como es de esperar, a la ausencia de gestos acompañantes para subrayar o precisar la
comunicación verbal.

El comportamiento en este trastorno se caracteriza también por la presencia


de formas de actividades restrictivas, repetitivas y estereotipadas, de restricción de
los intereses y de la actividad en general, en la que destaca la rigidez y rutina para un
amplio espectro de formas de comportamiento.

Por lo general, estas características afectan tanto a las actividades nuevas,


como a los hábitos familiares y a las formas de juego. Puede presentarse, sobre todo
en la primera infancia, un apego muy concreto a objetos extraños, de un modo
característicos a los “no suaves”.

Los niños persisten en llevar a cabo actividades rutinarias especificas


consistentes en rituales sin un sentido funcional, tal y como preocupaciones
estereotipadas con fechas, trayectos u horarios, movimientos estereotipados o un
interés en los elementos ajenos a las funciones propias de los objetos (tales como su
olor o textura) y suelen presentar una gran resistencia a los cambios de la rutina
cotidiana o de los detalles del entorno personal (tales como la decoración o los
muebles del domicilio familiar).

Además de estas características diagnosticas específicas, es frecuente que en


los niños con autismo aparezcan otros trastornos sin especificar, tales como temores,
fobias, trastornos del sueño y de la conducta alimentaria, rabietas y manifestaciones
agresivas. Son bastantes frecuentes las autoagresiones (por ejemplo, morderse las
muñecas), sobre todo cuando el autismo se acompaña de un retraso mental grave. La
mayoría de los niños autistas carecen de espontaneidad, iniciativa y creatividad para

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organizar su tiempo libre y tienen dificultad para aplicar conceptos abstractos a la
ejecución de sus trabajos (aun cuando las tareas se encuentran al alcance de su
capacidad real). Las manifestaciones específicas de los déficits característicos del
autismo cambian al hacerse mayores los niños, pero los déficits persisten en la edad
adulta con una forma muy similar en lo que se refiere a los problemas de
socialización, comunicación e inquietudes. Para hacer el diagnostico, las anomalías
del desarrollo deben haber estado presentes en los tres primeros años, aunque el
síndrome puede ser diagnosticado a cualquier edad.

En el autismo pueden darse todos los niveles de CI, pero hay un retraso
mental significativo en, aproximadamente, el 75% de los casos. (8)

4.2. Trastorno de Asperger.


El Trastorno de Asperger comparte muchos síntomas clave del Autismo, pero
generalmente están en lo más alto del espectro en términos cognitivos, de lenguaje y
capacidades sociales.

Se caracterizan por su comportamiento excéntrico y por su alta inteligencia,


son muy literales y concretos. Tienen problemas para entenderse con otras personas,
presentan un vocabulario muy amplio y tienen dificultad entendiendo las normas de
una conversación, pudiendo llegar a resultar incoherentes. Tienden a obsesionarse
con ciertos temas hasta el punto de centrar toda su vida en ello, una vez que el interés
pasa se suelen obsesionar con otros nuevos e intentar memorizar todo lo posible
sobre la cuestión. (6) Al hablar sobre estos temas se puede observar su excelente
memoria, percepción visual y un lenguaje que se caracteriza por ser pedante, (9)
excesivo, inexpresivo y características extrañas. Tienen cierto retraso al adquirir el
lenguaje y lo suelen expresar de forma anómala, excepto cuando hablan del tema que
les obsesiona.

Son incapaces de relacionarse con sus iguales porque muestran una falta de
sensibilidad hacia los demás, esto es debido a que no saben interpretar la
comunicación no verbal, ni relacionar la situación y los estados mentales y, por ello,
muestran una falta de reciprocidad emocional y limitaciones al adaptar conductas
sociales a la hora de relacionarse. Todo esto les causa dificultad para entender las
intenciones ajenas, interpretar enunciados literales o con doble sentido, gestos,
miradas, bromas, chistes, refranes….

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En cuanto a las expresiones emocionales presentan limitaciones y anomalías a
la hora de usar gestos y dificultad a la hora de expresar y comprender emociones,
tanto las de los demás como las suyas propias, lo que provoca muchas veces
arrebatos de ira en los individuos con Trastorno de Asperger, debido a la frustración
que les produce no entender algo por su personalidad perfeccionista. (3)

Al igual que los niños Autistas, los niños con Asperger también tienen rutinas
inflexibles, tanto hacia ellos mismos como hacia los demás. Un cambio, total o
parcial, en estas rutinas les genera ansiedad, por ejemplo, si mientras realizan un
ritual se les interrumpe tienden a repetirlo desde el principio hasta completarlo con
éxito, como lo haría un niño o adulto con TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo).
Estos rituales sirven para tener una vida predecible y reducirles la ansiedad, por este
motivo en momentos de ansiedad estas rutinas se vuelven más rígidas.

En los niños con Trastorno de Asperger se ve afectada también su capacidad


motora y sensitiva, son torpes a la hora de realizar movimientos de coordinación,
como montar en bicicleta, y pueden tener hipersensibilidad en el oído y el tacto, pero
también puede estar afectado el sabor, el olor, la percepción de los colores las luces
etc., esta hipersensibilidad va disminuyendo a medida que el niño va creciendo. Sin
embargo, algunas veces son capaces de soportar dolor y temperaturas intolerables
para otras personas. (3)

4.2.1 Diagnóstico
Actualmente, al igual que con el Autismo, no existe ninguna prueba médica
objetiva para el diagnóstico del Trastorno de Asperger, por lo que el diagnóstico solo
se puede hacer a través de guías de diagnóstico, basadas en criterios clínicos. En este
síndrome se recomienda también utilizar algún test de coeficiente intelectual como el
WAIS-IV.

Se suele realizar en la edad escolar debido a que los síntomas no alarman


tanto a los padres como los del Trastorno Autista, ya que pueden pasar
desapercibidos debido a su alta inteligencia. En esta edad es donde se hace más
notable la falta de capacidad para relacionarse y es lo que les lleva a consultar al
pediatra.

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Suelen describir a niños tercos que no se adaptan bien a los cambios y que
muestran conductas rituales, no entienden que otras personas tengan ideas o
sentimientos que difieran de los suyos y refieren lejanía emocional.

Como en el Autismo, se necesitaría la historia del desarrollo del niño y la


historia familiar.

Es muy importante realizar de forma adecuada el diagnóstico de este


Trastorno porque a diferencia del Autismo, muchas personas tienden a tratar a estas
personas con normalidad por su alta inteligencia, olvidándose de sus problemas para
socializar e integrarse. (6)

Para el diagnóstico del Trastorno de Asperger, aparte de usar el DSM y el


CIE, se pueden usar también herramientas de ayuda específicas para el Trastorno de
Asperger como las que se usan para el Autismo. Entre ellas podemos encontrar:

 Childhood Asperger Syndrome Test (CAST): son 39 preguntas con


respuestas de si/no. Este test lo contestan los padres según el
comportamiento que presenta su hijo. Según los estudios realizados
tiene una sensibilidad del 87,5% y una especificidad del 98%.
 Escala Autónoma para la Detección del Síndrome de Asperger y
Autismo de Alto Funcionamiento: son 39 preguntas en las que hay
que responder nunca, algunas veces, frecuentemente, siempre, y no
observado. Es contestado por los padres, pero también puede ser
contestado por los profesores. Ha demostrado una sensibilidad del
entre 97,8% y 100% y una especificidad entre 98,9% y 72%. (10)

4.2.1.1. DSM-IV
Criterios diagnósticos del Trastorno de Asperger.

A. Alteración de la interacción social, manifestada al menos por dos de


las siguientes características:
1. Alteración del uso de comportamientos no verbales.
2. Incapacidad para desarrollar relaciones apropiadas al nivel de
desarrollo.
3. Ausencia de la tendencia a compartir disfrutes, intereses y
objetivos.

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4. Ausencia de reciprocidad social o emocional.
B. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos,
repetitivos y estereotipados, manifestados por una de las siguientes
características:
1. Preocupación absorbente por uno o más patrones de interés
estereotipados y restrictivos que son anormales, sea por su
intensidad, sea por su objetivo.
2. Adhesión inflexible a rutinas o rituales no funcionales.
3. Manierismos motores estereotipados y repetitivos.
4. Preocupación persistente por partes de objetos.
C. Deterioro significativo de la actividad social, laboral y otras áreas de
la actividad.
D. No hay retraso general del lenguaje.
E. No hay retraso del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de
habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento
adaptativo (distinto de la interacción social) y curiosidad acerca del
ambiente durante la infancia.
F. No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo
ni de esquizofrenia. (7)

4.2.1.2. CIE-10.
Síndrome de Asperger.

El diagnostico se basa en la combinación de ausencia de cualquier retraso de


lenguaje, o cognoscitivo clínicamente significativo y la presencia de déficits
cualitativas en la interacción social (como en el autismo) y manifestaciones
repetitivas y estereotipadas, de intereses y de la actividad en general (como en el
autismo) puede haber o no problemas de comunicación similares a los del autismo,
pero un retraso significativo del lenguaje descarta el diagnostico. (11)

4.3. Diferencias entre el Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger.


La principal diferencia entre estos síndromes es la capacidad intelectual, ya
que los individuos con Trastorno de Asperger suelen tener una capacidad intelectual
muy alta, sobresaliendo en campos como matemáticas, física, química etc., a

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diferencia de los niños con Trastorno Autista, que suelen presentar retraso mental y a
veces pueden destacar en campos como música, arte etc. aunque no es habitual.

Debido a la alta inteligencia de las personas con Trastorno de Asperger no


presentan retraso del lenguaje, es decir, aparentemente son niños normales por tanto
su diagnóstico suele ser más tardío que en el Autismo. Este diagnóstico tardío
también se debe a que los niños con Trastorno de Asperger mantienen relaciones más
normales con su familia que los Autistas. También se ha observado que, al contrario
que los Autistas, son conscientes de su situación a la hora de relacionarse y que en
realidad quieren conseguirlo, pero no saben cómo, en contrapartida con los autistas
tienden a aislarse y no buscan el contacto con otras personas. (6)

Se diferencian también en la habilidad motora. Mientras que los niños con


trastorno Autista presentan regresión de los movimientos, torpeza, desequilibrio,
corea y movimientos anormales y repetitivos, las personas con Síndrome de
Asperger presentan solo torpeza, falta de coordinación y desequilibrio.

Hay que destacar que las personas con Asperger tienen más habilidad de
adaptación, siendo capaces de mantener un trabajo y de vivir independientemente, al
contrario que las personas con Autismo.

4.4. Otros tipos de trastornos generalizados del desarrollo.


4.4.1. Trastorno desintegrativo infantil.
Este síndrome, descrito por Theodore Heller, comienza con un deterioro,
manifestando varios comportamientos Autistas en un niño que, aparentemente, antes
se comportaba de forma normal. El resultado de esta enfermedad parece ser peor que
la del Autismo. (12)

4.4.2. Síndrome de RETT.


Es una enfermedad neurodegenerativa que solo se da en niñas cuando después
de un periodo de desarrollo normal, generalmente corto, en los primeros meses de
vida se produce, pérdida significativa de los movimientos de las manos, retraso
psicomotor y grave retraso mental. (12) Tras su fase inicial de desarrollo normal, se
asiste a una detención del desarrollo y luego a un retroceso o perdida de las
capacidades adquirida. Se observa una disminución de la velocidad de crecimiento

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de la cabeza con respecto al resto del cuerpo entre los primeros 5 y 48 meses de vida.
Posteriormente presenta apraxia y una pérdida progresiva de interés por el entorno.

4.4.3. Trastorno generalizado del desarrollo no específico.


Aquellos que tienen signos de Autismo pero que no cumplen todas las
características.

4.5. Causas.
Se cree que hay numerosos factores que influyen en la aparición de esta
enfermedad, pero no se ha establecido una causa clara. Entre los factores más
importantes podemos encontrar los factores genéticos, ambientales y biológicos, (2)
pero también se ha observado diferencias bioquímicas y anatómicas con respecto a
personas normales. (6)

Se ha descubierto que son de las enfermedades mentales con más


posibilidades de ser heredadas, en forma de números se calcula que la probabilidad
de que varios hermanos comparta este Trastorno es de un mínimo de 2,2% y como
máximo un 8%, en el caso de gemelos monocigoticos la cifra asciende a un 60%.
(10)

La gran mayoría de los estudios realizados sobre las causas de estos dos
síndromes se han realizo en personas con Autismo, por tanto, hay menos información
sobre las causas del Trastorno de Asperger. (4)

Entre los últimos descubrimientos sobre las posibles causas del Trastorno
Autista se han encontrado niveles altos en sangre de neuropeptidos y neurotrofinas,
cambios en proteínas cerebrales y presencia de indotil-3-acriloilglicina en orina. (6)

Se debe puntualizar en este apartado que se ha descartado totalmente la


hipótesis que relaciona la vacunación con la aparición del Autismo.

4.6. Enfermedades asociadas.


Estos trastornos no son solo complicados por sus síntomas, sino que se
presentan comorbilidades con cierta frecuencia.

Entre estas enfermedades asociadas podemos encontrar:

 Trastorno de ansiedad: son muy comunes entre los niños con


Autismo o Asperger. Se estima que aproximadamente del 50% al 80%

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de estas personas pueden ser diagnosticadas con uno o más trastornos
de ansiedad, incluyendo fobias, ansiedad generalizada, ansiedad por
separación, trastorno obsesivo compulsivo y fobia social.
 Trastornos del estado de ánimo: aproximadamente del 25% al 34%
son diagnosticadas con depresión por la dificultad que tienen al crear
y mantener relaciones. Esta enfermedad es más común entre los
individuos con Trastorno de Asperger, al ser más conscientes de sus
dificultades en este campo.
 Déficit de atención/ trastorno hiperactivo.
 Problemas para alimentarse: los niños con estos síndromes son
descritos de forma normal como quisquillosos a la hora de comer.
Usualmente evitan ciertos sabores, texturas o colores que hacen su
dieta muy limitada a la hora de comer. Suelen tender a ingerir
productos tóxicos que les huelen bien.
 Trastornos del sueño: entre 50% y el 80% sufre insomnio o
problemas de sueño prolongado. (13)
 Epilepsia: está asociado en un alto porcentaje con el Autismo sobre
todo a los cinco años y en la pubertad. El más común es el síndrome
de West. (10)
 Patologías oftalmológicas: entre las más destacada se encuentran
astigmatismo y estrabismos.
 Patología otorrinolaringológica: son muy propensos a las otitis y a
las rinitis, especialmente los niños con Trastorno de Asperger.
 Autolesiones: cuando se ponen nerviosos tienden a morderse,
rascarse o pellizcarse. (13)

4.6. Terapias.
No existe una cura ni un tratamiento específico para el Autismo o el
Asperger, pero existen diferentes técnicas y terapias que ayudan a mejorar su calidad
de vida.

Lo principal sería enseñar pautas y habilidades para atenuar los aspectos


negativos de estos síndromes, sobre todo en el aspecto social. (6)

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A la hora de tratarles es muy importante tener en cuenta su CI ya que,
dependiendo de su nivel, se puede esperar una mejor o peor compensación de sus
déficits. Por este motivo los niños con Trastorno de Asperger suelen tener mejores
resultados si se les pone a su disposición técnicas para desarrollar habilidades, al
contrario que los niños con bajo coeficiente intelectual en los que puede llegar a ser
todo un reto y se obtiene un rendimiento mucho menor. (1). Es importante tener en
cuenta que los resultados obtenidos de los test de inteligencia tienen que ser
interpretados con cuidado pues los niños con Autismo y Asperger no suelen poner
mucho interés a la hora de realizarlos. (14)

Precisan una educación individual donde se debe reforzar los aspectos en los
que presenten carencias, permitiendo que el niño se adapte a una gran variedad de
ambientes y situaciones, y enseñándoles habilidades para reforzar su carencia en la
comunicación y la expresión emocional, enfocada según las capacidades y
características de cada individuo, adaptándolo a sus preferencias y enseñándole a
elegir y a tener una autonomía propia adecuada a sus conductas anormales. (6)

El tratamiento debe ser realizado por un grupo multidisciplinar que le ayudan


en áreas como comunicación social, desarrollo cognitivo, comportamiento adaptativo
y problemas de salud. (14)

Es importante saber que cuando se empieza una terapia se debe seguir con
ella a lo largo de la vida del niño. No solamente es preciso mejorar la capacidad para
cambiar conductas, es necesario enseñarles cuándo deben aplicarlas.

Es fundamental incluir a los padres en cualquier terapia que se lleve a cabo ya


que será necesario reforzarla en casa. Esto también puede ayudar a establecer y
mejorar lazos de estos niños con los padres, y que los padres aprendan el modo
adecuado de tratar a sus hijos y cómo deben educarlos. Puede llegar a ser una tarea
realmente exhausta, por este motivo sería adecuado atender también las necesidades
de los padres. (15)

A la hora de intervenir en las relaciones sociales se necesita información muy


específica sobre trastornos y carencias presentes en el niño, para ello se suelen
utilizar test o distintas herramientas para determinar las áreas alteradas y dónde
precisan más ayuda, por ejemplo, un test especialmente diseñado para los niños con
Trastorno de Asperger es el Vanderbilt Treatment and Research Institute for Autism

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Spectrum Disorder (TRIAD). Es muy importante en este apartado tener en cuenta la
capacidad de comunicación de cada niño, ya que si casi no pueden hablar habría que
ayudarlos antes en ese campo, por tanto, la meta en estos niños es que desarrollen la
habilidad necesaria para comunicar qué quieren y qué necesitan y la meta ideal es
que sean capaces de comunicarse de una manera social. Para estos niños se usan una
gran variedad de métodos alternativos incluidos lenguaje de signos, dibujos y
aparatos para poder comunicarse.

Algunas técnicas basadas en la evidencia, derivadas del campo de análisis


conductual aplicado, han demostrado ser exitosas para enseñar conductas a las
personas con trastorno Autista y Trastorno de Asperger. Una de estas técnicas se
realiza a través de ensayos de aprendizaje que tienen un específico inicio y final; otra
técnica maneja componentes de aprendizaje que incluyen incitación para una
actividad, intervenciones con antecedentes de éxito, refuerzo, análisis de tareas e
interrupción/ redirección de respuestas. Al aplicar estas técnicas es necesario que la
persona que las realice esté entrenada en estos trastornos y en sus manifestaciones.
Estas terapias se deben aplicar en entornos habituales del niño como su domicilio o
colegio, y tienen sus limitaciones.

En las terapias se suelen incluir también métodos para controlar las conductas
de desafío que pueden llegar a tener estos niños, sobre todo los niños con Trastorno
de Asperger. La estrategia general consiste en evaluar el funcionamiento de su
conducta y usar una variedad de técnicas para apoyar las conductas apropiadas y
enseñar conductas alternativas. Es importante puntualizar que las conductas
repetitivas en estos niños son un auténtico reto y los datos de efectividad son
limitados. Estas conductas pueden ser más difíciles de tratar porque requieren un
proceso interno. Estos niños deben comprender que estas conductas pueden alejar a
las personas de ellos.

Se ha comprobado que si en estos tratamientos se incluyen todos los entornos


de estos niños su eficacia aumenta. (16)

Entren las recomendaciones de la Federación de Asperger española para


elaborar un programa de educación o para enseñarle alguna pauta de comportamiento
a niños con Trastorno de Asperger se encuentran:

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 Empleo de apoyos visuales: facilita la comprensión de la
información que se está intentando transmitir.
 Ambiente estable y predecible: esto es debido a su incapacidad para
adaptarse a situaciones nuevas, estar en un ambiente que ellos
conocen les facilitara el aprendizaje y en que fijen su atención.
 Generalización del aprendizaje: realizar programas de enseñanza
explícitos en contexto naturales para el niño.
 Asegurar el aprendizaje de pautas sin errores: como hemos visto a
lo largo del trabajo estos niños tienen muchas conductas inadecuadas,
por tanto, hay que asegurarse de que aprendan comportamientos
nuevos sin errores y corregir las conductas erróneas.
 Descomponer lo que se quiere enseñar en pasos pequeños: es más
fácil de aprender de esta forma. Esto es debido a su facilidad para
distraerse si lo que le están contando o lo que están haciendo no les
interesa.
 Planear situaciones en las que ellos puedan elegir: tienen que tener
claro su capacidad para decidir y ser conscientes de ello. Esto
desarrollará su capacidad para decidir. Al principio se les deben
ofrecer solo dos opciones para que el niño no tenga tanto problema al
realizar la decisión.
 Ayudarles a planificar y dividir su tiempo: les ayuda a no tener
desequilibrios, ya que tienden a obsesionarse sobre un tema y le
dedican todo su tiempo a eso. Si se les enseña que tienen que repartir
su tiempo en varias actividades les ayudará en un futuro a planificarse
y a ser independientes.
 Enseñar habilidades y competencias de manera explícita: los
individuos con estos trastornos no saben interpretar las emociones
propias y las del resto de personas, hay que enseñarle con claridad a
interpretar gestos, expresiones, reglas de comunicación etc.
 Priorizar la enseñanza de habilidades sociales: a diferencia de los
niños con Trastorno Autista los individuos con Trastorno de Asperger
no presentan un bajo CI, sino que a diferencia de ellos presentan altos

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CI, por tanto, lo que debe preocupar principalmente son las
habilidades sociales.
 Incluir temas que les sean de interés: de este modo su atención
permanecerá en lo que se le está enseñando.
 Prestar atención a las emociones del niño: hay que estar alerta por
si el niño en algún momento se muestra demasiado nervioso,
ansioso… si esto sucede se tendrá que detener lo que se está haciendo
y ayudar al niño a que se relaje antes de poder seguir.
 Evitar el castigo y las críticas: Este modo de educación no funciona,
al contrario, pueden emporar la situación. Responden mejor a los
premios y los halagos. (17)

Varios estudios han demostrado que una intervención temprana puede reducir
el estrés familiar y hacer ganar al niño comportamiento adaptativo y técnicas de
comunicación social, cuando los programas incluyen estos elementos:

 Centrarse en las imitaciones, el lenguaje, juego con juguetes,


interacción social, movimientos y comportamiento adaptativo.
 Sensibilidad para desarrollar secuencias.
 Apoyo.
 Estrategias de comportamientos para reducir los comportamientos
inadecuados.
 Padres involucrados en el tratamiento.
 Una transición gradual para un ambiente más naturalista.
 Personal entrenado.
 Mecanismos de supervisión y revisión.
 Entrenamiento intensivo (25 horas por semana al menos dos años).
 Iniciación a la edad de 2-4 años. (16)

4.7 Integración social


La interacción social que establece el niño tiene como objetivo satisfacer sus
necesidades personales. En sus inicios suele ser torpe y poco efectiva, debido
principalmente a la incapacidad que tienen para la interacción con sus iguales y la
ausencia de deseo o interés en ello. El contacto social solo es tolerado si los demás se
atienen a sus reglas.

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No se suman a las actividades, a no ser que las dirijan ellos mismos. Suelen
realizar juegos repetitivos y poco sociales cumpliendo las reglas estrictamente, no
suelen compartir placeres, intereses o logros. El cumplimento estricto de las reglas
también explica su dificultad de funcionamiento en entornos con poca o nula
estructuración, sin rutinas o sin reglas. (4)

A pesar de todo muchos intentan ser sociables, pero no saben qué hacer para
conseguirlo. Pueden realizar pautas de comportamientos incorrectos con respecto a la
situación, inquietando o desconcentrando a la gente con la que se está comunicando.
Por estas causas estos niños se relacionan mejor en situaciones estructuradas donde
pueden seguir una serie de pautas.

En cuanto a la hora de una conversación, cuando no entienden algo en lugar


de pedir que se lo expliquen se pueden pasar un tiempo en silencio considerando la
contestación y al receptor le puede parecer que no escucha, otras veces puede
empezar un tema nuevo con el que se encuentre más cómodo o familiarizado.
Tienden también a interrumpir o hablar a la vez que otra persona sobre el tema que le
haya parecido interesante. Suelen imitar el acento de su programa de televisión
favorito e inventar palabras. Así mismo tienden a verbalizar sus pensamientos, por lo
tanto, se les puede encontrar hablando solos o moviendo los labios sin articular
palabras.

Presentan una baja o nula capacidad empática y tienden a hacer


interpretaciones literales, por tanto, no entienden refranes, modismos, metáforas,
giros o comentarios humorísticos y se enfadan ya que debido a esta comprensión tan
literal no entienden la mentira.

Otro error que suelen cometer a la hora de comunicarse es el mal uso de la


comunicación no verbal, por ejemplo, utilizando mal los gestos o presentando una
postura corporal rígida o una distancia corporal inapropiada. Este déficit complica
especialmente seguir una conversación o mirar a la cara a otras personas.

Todos estos déficits que presentan a la hora de comunicarse provocan que los
niños de su entorno se burlen de ellos y, por tanto, los niños con Trastorno Autista y
Trastorno de Asperger se sientan rechazados.

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No solo tienen problemas a la hora de socializar y entender a las demás
personas, sino que, debido a estas características, estos niños se enfrentan también al
bullying, a su obsesión por ciertos temas que puede hacerles parecer acosadores y, en
los niños con Trastorno de Asperger, tienden a ser más violentos por su tendencia a
ponerse nerviosos cuando las cosas no salen como ellos quieren. (16)

4.8. Actuación de enfermería.


En cuanto al Trastorno Autista y al Trastorno de Asperger, en el momento
actual no se utiliza de forma reglada ningún protocolo específico desde el punto de
vista de la enfermería en el ámbito hospitalario y, por tanto, se les trata erróneamente
como a pacientes habituales.

Los únicos protocolos o guías que se usan sobre el trastorno del espectro
Autista son sobre su detección precoz en la atención primaria ya que, al ser siempre
el mismo personal sanitario, son los que están en la mejor posición para iniciar o
sospechar un diagnóstico y los que van a tratarle den forma habitual en los procesos
que presenten.

La misión de estos profesionales es vigilar el comportamiento de niños con


riesgo de padecer esta enfermedad, prestar atención a los comentarios de los padres
sobre los niños y si hablan sobre comportamientos preocupantes (alteraciones en el
habla, movimientos repetitivos, alteraciones de carácter al afrontar situaciones…). Se
debe examinar el desarrollo motor, adaptativo y sociocomunicativo mediante alguna
escala de valoración. Si en cualquier momento se observa un comportamiento típico
se recomienda utilizar algún instrumento recomendado para la detección, como el M-
CHAT. (18) Actualmente en Castilla y León se está utilizando este test para la
detección temprana de trastornos del desarrollo y se pasa a los padres de los niños en
las revisiones de 18 meses y 2 años. Es un estudio liderado por el profesor Canal
Bedía de la Universidad de Salamanca y en el que participan todos los pediatras y
enfermeras de pediatría de centros de Salud de Zamora y Salamanca.

Los niños que entran en la categoría de riesgo son:

 Los niños que hayan pasado algún proceso perinatal que pueda haber
afectado al sistema nervioso (drogas, alcohol, fármacos,
infecciones…).
 Enfermedades metabólicas después del nacimiento no tratadas.
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 Presencia de ataques epilépticos durante el primer año de vida (no es
considerado un factor de riesgo, pero sí se ha observado una
comorbilidad asociada).
 Edad avanzada de los padres6.
 Apgar bajo (menor o igual a 7) a los 5 minutos del nacimiento.
 Bajo peso.
 Nacimiento antes de la semana 35.
 Tamaño pequeño para la edad gestacional.
 Antecedentes de enfermedades psiquiátricas.
 Tener algún familiar con Trastorno de Asperger o Trastorno Autista.

Según los expertos los signos de alerta inmediata que nos deben alertar de
que un niño puede padecer uno de estos trastornos son: a los 12 meses no balbucear
ni hacer gestos, a los 18 meses no dicen palabras sencillas, a los 24 meses no dicen
frases espontáneas de dos palabras y cualquier pérdida de lenguaje o a nivel social a
cualquier edad. (10)

Si el instrumento de detección resulta positivo el pediatra tendrá que evaluar


al niño y valorar si debe ser derivado o no a los servicios especializados. (18)

Cuando se confirme la sospecha habrá que comunicárselo a la familia. Este es


el momento más delicado del proceso de diagnóstico, ya que la familia puede
rechazar el posible diagnóstico. Para evitar que esto ocurra hay que ser especialmente
cuidadoso al trasmitirlo.

Lo primero que hay que saber es que podemos encontrar dos tipos de
escenarios distintos: en uno la familia ya sospecha que su hijo pueda tener algún
problema, en este caso el posible diagnostico será una confirmación de sus sospechas
y por tanto no habrá ninguna negación por parte de la familia, el segundo escenario
es el más complicado pues en este caso los padres no han observado que su hijo
pueda tener un problema, este es el escenario más delicado y donde tenemos que
proceder con más cautela. Este último escenario puede darse por dos motivos: el
primero es el caso de que los padres sean primerizos y puede que no rechacen el
diagnóstico, pero en el segundo motivo es porque los padres no quieren aceptar que

6
No se han comprobado que funcione como factor independiente para el desarrollo del
Trastorno de Asperger o del trastorno Autista.

37

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su hijo no sea normal y, seguramente, cuando se les hable del posible problema los
padres se negarán a aceptarlo. (10)

Entre los consejos que se pueden dar para transmitir esta información
podemos encontrar evitar en todo momento la palabra Autismo, Asperger o
similares, e informar de la manera más sencilla posible de los beneficios de un
diagnóstico y tratamientos tempranos, dejando claro que el diagnóstico requerirá de
varios profesionales y que la culpa no es de los padres, además de informales de que
la causa no ha sido por ninguna vacuna. (18). Durante el tiempo de diagnóstico y
después de éste es muy importante tener en cuenta que la familia estará más afectada
y estresada, al menos hasta que se acostumbren a la nueva situación.

Estos protocolos de actuación, son muy importantes debido a que


instituciones de apoyo del trastorno del espectro Autista y los profesionales expertos
concuerdan que un diagnóstico temprano7 ayuda a:

 Prevenir o rectificar diagnósticos erróneos


 Reducir la incertidumbre de los padres.
 Detectar las mejores opciones de educación.
 Orientar profesionalmente y al acceso a servicios que faciliten la
educación y el seguimiento.
 Proporcionar un acceso temprano al apoyo, servicios especializados y
recursos.
 Proporcionar a la familia un consejo genético.
 Proporcionar al niño un ambiente adecuado.
 Facilitar el contacto con otras familias en la misma situación
 Apoyar a la familia durante más tiempo.
 A que lo niños se entiendan mejor a sí mismos y al resto de personas.
 A que la familia pueda entender mejor a estos niños, y reducir
problemas futuros de comorbilidad y aislamiento. (10)

Una vez realizado el diagnóstico la misión de los profesionales de AP es


realizar un seguimiento al niño. Este seguimiento es fundamental, ya que las
manifestaciones de dolor o malestar pueden pasar desapercibidas para las personas

7
Un diagnóstico temprano se considera desde los 0 – 6 años. En el anexo 6.4. se han añadido
los diagnósticos NANDA relacionados con los TEA y sus familias.

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que rodean a estos niños hasta que los síntomas son visuales o la familia se da cuenta
de que el cambio del comportamiento de sus hijos se puede deber a un malestar
físico. Se debe puntualizar que estos niños no son capaces de manifestar el malestar
como el resto de personas lo que suele provocar que el diagnóstico se produzca tarde
y no se pueda realizar con exactitud por la poca o nula información que puede
aportar el niño sobre sus síntomas.

A pesar de esto, en la mayoría de los hospitales no existe actualmente


protocolos específicos para la atención a estos niños y es más difícil para ellos
adaptarse, ya que se ven rodeados por personas y lugares nuevos, largas esperas,
instrumentos nuevos, el uso de protocolos estrictos, maquinaria nueva, técnicas
extrañas para ellos… y todo esto, unido a su inflexibilidad y dificultad para
empatizar y comunicarse, puede traducirse en rechazo, ansiedad, nerviosismo,
agresividad y/o miedo, provocando que sea más difícil tratarlos, y como,
generalmente, el personal sanitario de los hospitales no está preparado para esta clase
de niños se pueden dar situaciones como: una nula colaboración a la hora de realizar
técnicas, manifestaciones violentas por parte del niño etc.

Una posible solución sería disponer de un servicio de enfermeros entrenados,


que estos niños ya conozcan de antemano, para atenderlos cuando se encuentren
hospitalizados, se les tenga que realizar alguna prueba o tengan que recurrir al
servicio de urgencias. Los niños conocerían por primera vez a su enfermero asignado
una vez que la sospecha de diagnóstico sea realizada, este niño tendría una entrevista
con el enfermero y de este modo el niño conoce por primera vez a su acompañante
en un entorno agradable y así se familiarizaría con el entorno del hospital poco a
poco de modo que cuando surja una urgencia el niño ya este acostumbrado y no se
aumente su nerviosismo para que pueda mostrarse más receptivo. También se podría
acostumbrar al niño en futuras entrevistas a una exploración física y a los
instrumentos utilizados explicándole como se usan, por qué se realiza, cuándo se le
van a realizar, por ejemplo, acostumbrándole a la toma de tensión, temperatura, al
contacto con las gasas, al olor de los desinfectantes, a las agujas...

Este enfermero estará adecuadamente formado en este tipo de trastornos y


sabría cómo manejar al niño, de modo que, junto con el médico, puedan interactuar
en lo posible para conseguir sus objetivos y que en el momento de realizar alguna

39

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técnica alguien conocido esté presente para disminuir el nerviosismo y la ansiedad
del niño. También estará disponible para resolver las dudas de los padres sobre el
comportamiento de su hijo y cómo reaccionar adecuadamente.

Para realizar técnicas específicas a estos niños, como un ECG, una radiografía
o una analítica, no se puede ir rápido como con los demás pacientes ya que, al querer
ahorrar tiempo puede que pase lo contrario y se tarde más porque el niño no se está
quieto o no deja que lo toquen. Para empezar, se deberá explicar al niño
detalladamente lo que se le va a realizar con todo detalle, por ejemplo, en el caso del
ECG se le explicará al niño para qué sirve la máquina y una vez que sepa su
funcionamiento se le deberá explicar por qué se usan las pegatinas, y que se le
pondrán en distintos sitios del torso, que se sentirán frías y que irán conectadas a los
cables de la máquina para que registre sus latidos y, posteriormente, salga una hoja
de papel con sus latidos registrados en ella. Es importante explicar también la
duración de la prueba y que para que sea lo más breve posible se tiene que estar
quieto. Se debe resaltar que antes de tocar a estos niños se les debe pedir permiso, ya
que no les gusta el contacto físico, y un contacto repentino y sin consentimiento
puede llevarles a un estado de ansiedad.

En cuanto a la realización de técnicas dolorosas es mejor ser sincero con el


niño que mentirle diciéndole que no le dolerá. Pasará al contrario que con los niños
normales. Éstos se sorprenderán y seguramente tengan una reacción anormal que
impida terminar la técnica. Sin embargo, en los niños con Trastorno de Asperger
puede crear más problemas la mentira porque, al ser tan literales, pueden no volver a
fiarse de la persona. Generalmente, suelen ser más fáciles de tratar porque son
capaces de comprender que necesitan tratamiento.

Entre las técnicas más difíciles de realizar a estos niños se encuentran las
radiografías debido a que requieren que el niño se mantenga en una posición inmóvil
y solo en una sala con maquinaria y equipamiento que no conoce. Para facilitar la
realización de la radiografía habrá que encontrar una postura cómoda para el niño y
permitir que el acompañante pase con un chaleco protector e, incluso, permitir que el
niño tenga algún juguete conocido.

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Debido a su literalidad el lenguaje8 que se tiene que usar con estos niños tiene
que ser claro y sencillo para que puedan comprender todo lo que le decimos y hay
que mostrar mucha paciencia. Si no se consigue que nos entienda a la primera se le
volverá a explicar hasta que consiga entenderlo. Esto también se aplica a la
realización de técnicas, el tiempo no puede ser la prioridad. Puede ayudar la
utilización de imágenes o dibujos para que el niño entienda lo que se le está
explicando y lo que se necesita que haga.

También sería conveniente para minimizar la ansiedad de estos niños que se


les diera un trato especial en urgencias, atendiéndolos antes o derivándolos a una sala
de espera con menos personas hasta que pueda ser atendido por el médico. En una
situación de urgencias a veces no se dispone de mucho tiempo, solo en los casos en
los que el paciente no se muestre colaborador se valorarán tomar medidas de
contención física, si es posible se utilizará la sedación antes que las correas pues
éstas pueden volver al niño más hostil y violento.

Es importante ser indulgentes y, si es posible, no cumplir de forma estricta los


protocolos con ellos y sus familias. Sería aconsejable que estuviera al menos un
acompañante en todo momento y, de esta manera, si es necesario contenerlo y lo
realiza su familia, el niño no se mostrará tan violento como podría pasar con un
desconocido o con alguien que ve de vez en cuando. Su ansiedad se reduciría
también si se le dejara algún elemento conocido para el niño, como puede ser un
juguete. (19)

8
En el anexo 6.5. hay varios ejemplos de la literalidad del lenguaje.

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CONCLUSIONES

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5. Conclusiones.
1. El Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger son dos enfermedades
del neurodesarrollo cuyos principales déficits son en los ámbitos de la
interacción social, de la comunicación y de la flexibilidad mental y
comportamental.
2. El Trastorno Autista y el Trastorno de Asperger se diferencian
principalmente en el CI (Coeficiente Intelectual). Debido a ello existe
una gran disparidad en la forma de presentación de sus déficits.
3. La mayoría de los protocolos de actuación en pacientes con Trastorno
Autista y Trastorno de Asperger van dirigidos a la detención precoz
de estos, y la asistencia a nivel general.
4. No existe un tratamiento específico, pero mejoran sus déficits con
terapias conductuales.
5. El diagnóstico temprano se realiza por la información que aportan los
padres y las observaciones de los profesionales de la salud de AP
(Atención Primaria).
6. Para tratar adecuadamente a un niño con Trastorno Autista o
Trastorno de Asperger es preciso tener experiencia en el abordaje de
estos problemas y utilizar un lenguaje sencillo y concreto, prestando
atención en todo momento al comportamiento del niño y siendo
flexible con los protocolos.

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ANEXOS

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6. Anexos
6.1. Artículos.
En este anexo se incluye un artículo publicado en prensa no sanitaria, sobre la
actuación de enfermería en un gran hospital de Madrid con personal de enfermería
especialmente preparado para atender a niños con trastornos del espectro autista y
Síndrome de Asperger. Artículo del mundo: El enfermero amigo. (2015)

Tanto para su familia como para sus pacientes, él es José, cercano, sensible,
empático y amigo. Desde 2009, este enfermero se dedica en cuerpo y alma a una
consulta muy especial en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, donde cada día
ve a unos 20-25 niños con trastorno del espectro autista, recibe entre 40 y 50
llamadas y responde a unos 25 e-mails. En toda su trayectoria profesional (tiene 60
años), asegura, "este servicio es el que más satisfacción me ha producido como
persona".

Su consulta forma parte del programa para la Atención Médica Integral de los
pacientes con este tipo de trastorno (AMI-TEA). A través de dicho proyecto, este
hospital les ofrece atención sanitaria y especializada por parte de un equipo
multidisciplinar y coordinado. Gracias a esto, el centro es referencia en el
tratamiento.

Todos y cada uno de los pacientes de esta unidad comienzan sus pasos por el
hospital con el enfermero, José Romo, coordinador asistencial del programa AMI-
TEA. "No son pacientes al uso, son más complejos, no saben transmitir sus
problemas. Un niño autista no sabe decir que le duele algo [...] Es importante que les
expliquemos previamente a los especialistas con los que tienen consulta, como
podría ser el gastroenterólogo, por ejemplo, las características de estas personas".
Además, José acompaña a la familia, por un lado, para ayudar al médico en la
exploración. "Por lo general, no se suelen dejar hacer. Sólo acercarte o tocarles
resulta difícil. Por eso es importante que haya una persona de referencia que les
calme". Con José, los niños ya se han familiarizado en las primeras visitas y
continúan acudiendo a él para cada revisión aproximadamente una vez al mes. Por
otro lado, en la consulta del especialista, el enfermero facilita un ambiente "de paz y
tranquilidad con el que el pequeño se encuentre sosegado y a gusto".

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Gema sabe perfectamente de lo que habla. Tiene dos hijos con trastorno del
espectro autista. Pablo y Lucía son mellizos y hoy tienen 11 años. Antes de que
existiera este servicio, argumenta la madre, "ir al médico, tanto por lo público como
por lo privado, era un calvario. Por mucho que les explicara, no me dejaban entrar
con ninguno de ellos, por protocolo. Y tanto para los niños como para el médico, la
consulta resultaba traumática. Los niños no saben contar qué les pasa y el médico no
entendía sus características ni sabía adaptarse a ellos". Algo que les sigue ocurriendo
cuando tienen que acudir a otro hospital. Por ejemplo, "las últimas vacaciones en la
playa. Los problemas de conducta no se entienden".

En el hospital madrileño, los profesionales integrados en el programa AMI-


TEA "trabajamos intentando adaptar los protocolos a los pacientes, no al revés [...] Si
tenemos que hacer un análisis de sangre en una silla y el paciente no se deja y se
pone nervioso, cambiamos el espacio". José ha llegado a hacer una extracción
sanguínea jugando en el suelo con una niña. "Aquí hay que saltarse los protocolos.
Es importante que los niños se encuentren cómodos. Si marcas rigidez, no puedes
trabajar con ellos".

Desde el buenos días hasta el adiós, un choque de manos, palabras amables,


sonrisa, ambiente amable, cercanía, sensibilidad, empatía... "Tenemos que
adaptarnos a las necesidades y circunstancias de estos niños que no saben
comunicarse. Si tengo que hacerles una analítica, no dejo de intentarlo hasta que lo
consigo. El tiempo para mí no cuenta", afirma José.

Lo que más rechazan son los análisis de sangre. Sobre todo "las técnicas que
lleven aparataje, como el encefalograma o el electrocardiograma", apunta Jose. En
palabras de Gema, "la misma bata y todo el concepto de medicina les ponía muy
nerviosos a Pablo y Lucía". Para relajar el ambiente y que los niños confíen y se
tranquilicen, el enfermero trabaja en colaboración con los padres. Por ejemplo, para
que sepan que la extracción no dura mucho, se les propone contar hasta 10, para que
estén seguros de que el período es pequeño. Al hacer un electrocardiograma,
"jugamos con los niños a ponernos nosotros primero las pegatinas. En un brazo, en la
pierna... También nos ponemos primero los cables. Cuando se serenan y comprueban
que no hace daño, se dejan hacer, justo el minuto o los dos minutos que hemos
necesitado para obtener las derivadas correctas".

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Esta conexión entre paciente y enfermero sienta bases fundamentales. No sólo
la consulta transcurre con éxito, sino que no supone un trauma para ninguna de las
partes. Como dice Gema, "Pablo y Lucía, cuando está José, se sienten más seguros".
Le conocen y no le ven como a un enemigo, todo lo contrario. Dados los buenos
resultados y teniendo en cuenta que esta sensibilización no existe en otros centros, el
programa AMI-TEA tiene unas guías ('Su próximo paciente tiene autismo') que
entregan a los padres por si acuden a otro hospital, puedan hacer entender las
peculiaridades de tratar con pacientes con trastorno del espectro autista. "Hay que
sentarse con ellos, no tener miedo, conectar con ellos, perder un poco de tu tiempo y
mostrarse cercano", remarca el enfermo más querido de esta unidad.

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6.2. Tests de Diagnóstico.
Checklist for Autism in Toddlers (M-CHAT) (14)

Por favor rellene el siguiente formulario sobre cómo es usualmente su hijo.


Por favor intente rellenar todas las preguntas. Si la conducta es rara (es decir si la ha
visto una o dos veces), por favor conteste como si el niño no lo hiciera.

1. ¿Su hijo disfruta al ser columpiado, balanceado en sus rodillas, etc.?

Sí No

2. ¿Su hijo muestra interés en otros niños?

Sí No

3. ¿A su hijo le gusta trepar cosas?

Sí No

4. ¿A su hijo le gusta jugar al pilla pilla o al cucu?

Sí No

5. ¿Su hijo a veces pretende, por ejemplo, hablar por teléfono o cuidar una
muñeca u otras cosas?

Sí No

6. ¿Usa su hijo su dedo índice para apuntar o para preguntar sobre algo?

Sí No

7. ¿Usa su hijo su dedo índice para apuntar o para mostrar su interés por algo?

Sí No

8. ¿Puede su hijo jugar apropiadamente con juguetes pequeños (coches o


bloques) sin juguetear o sin tirarlos?

Sí No

9. ¿Su hijo le trae alguna vez objetos para mostrarle algo?

Sí No

10. ¿Su hijo les mira a los ojos por más de un segundo o dos?

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Sí No

11. ¿Su hijo se muestra a veces hipersensible a los ruidos?

Sí No

12. ¿Su hijo le responde con una sonrisa a su cara o a su sonrisa?

Sí No

13. ¿Su hijo le imita?

Sí No

14. ¿Su hijo responde a su nombre cuando le llaman?

Sí No

15. ¿Si señala a un objeto de la habitación su hijo lo mira?

Sí No

16. ¿su hijo camina?

Sí No

17. ¿Su hijo mira a las cosas que usted mira?

Sí No

18. ¿Su hijo suele hacer movimientos inusuales con sus dedos cerca de su
cabeza?

Sí No

19. ¿Su hijo intenta atraer su atención hacia lo que está haciendo el en ese
momento?

Sí No

20. ¿Se ha preguntado alguna vez si su hijo es sordo?

Sí No

21. ¿Su hijo entiende lo que la gente dice?

Sí No

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22. ¿Su hijo mira a veces a la nada o deambula sin ningún propósito?

Sí No

23. ¿Su hijo le mira a la cara para mirar su reacción cuando se encuentra con
algo con lo que no está familiarizado?

Sí No

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6.4. Diagnostico NANDA relacionados con el TEA.
Orientado al cuidado de niños de 0 a 6 años con trastorno del espectro Autista
en Atención Primaria, se presentan los problemas más frecuentes de estos niños y de
sus familias. Presenta las etiquetas de Taxonomía NANDA, códigos de
intervenciones de enfermería (NIC) y de resultados de enfermería (NOC).

00111 Retraso en el crecimiento y desarrollo: desviaciones de las normas para


un grupo de edad.

00112 Riesgo de retraso en el desarrollo: riesgo de sufrir un retraso del 25% o


más en una o más de las áreas de conducta social o autorreguladora, cognitiva, del
lenguaje o de las habilidades motoras groseras o finas.

NOC NIC
0120 Desarrollo infantil: 1 mes. 8274 Fomentar el desarrollo: niño.
0100 Desarrollo infantil: 2 meses. 5605 Enseñanza: estimulación infantil.
0101 Desarrollo infantil: 4 meses. 5566 Educación paterna: crianza familiar
0102 Desarrollo infantil: 6 meses. de los niños.
0103 Desarrollo infantil: 12 meses. 8250 Cuidados del desarrollo.
0104 Desarrollo infantil: 2 años. 4360 Modificación de la conducta.
0105 Desarrollo infantil: 3 años.
0106 Desarrollo infantil 4 años.
0107 Desarrollo infantil: preescolar.
0108 Desarrollo infantil: segunda infancia.

00051 Deterioro de la comunicación verbal: disminución, retraso o carencia


de la capacidad para recibir, procesar, transmitir y usar un sistema de símbolos.

NOC NIC
0902 Comunicación. 4976 Mejorar la comunicación: déficit del
0903 Comunicación expresiva. habla.
0904 Comunicación receptiva. 5540 Potenciación de la disposición de
aprendizaje.
4720 Estimulación cognoscitiva
5460 Contacto.

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00052 Deterioro de la intervención social: intercambio social inefectivo o
cuantitativamente insuficiente o excesivo.

NOC NIC
0116 Participación en juegos. 5100 Potenciación de la socialización.
1502 Habilidades de interacción social. 4362 Modificación de la conducta:
0915 Nivel de hiperactividad. habilidades sociales.
4430 Terapia con juegos.
4352 Manejo de la conducta:
hiperactividad/ falta de atención.

00126 Conocimientos deficientes (especificar): carencia o deficiencia de la


información cognitiva relacionada con u n tema específico.

NOC NIC
1803 Conocimiento: proceso de la 7400 Guías del sistema sanitario.
enfermedad. 5510 Educación sanitaria.
1824 Conocimiento: asistencia médica. 5568 Educación paterna.
1806 Conocimiento: recursos sanitarios. 5632 Enseñanza: seguridad del niño
1823 Conocimiento: fomento de la salud. pequeño.
1801 Conocimiento: seguridad infantil. 5630 Enseñanza: nutrición del niño
1700 Creencias sobre la salud. pequeño.
1703 Creencias sobre la salud: percepción 5520 Facilitar el aprendizaje.
de recursos. 6610 Identificación de riesgos.

00075 Disposición para mejorar el afrontamiento familiar: manejo efectivo de


las tareas adaptativas del miembro de la familia implicado en el reto de la salud del
cliente, que ahora muestra deseos y disponibilidad para aumentar su propia salud y
desarrollo y los del cliente.

NOC NIC
2204 Relación entre el cuidador principal y 7140 Apoyo a la familia.
el paciente. 5240 Asesoramiento.
2602 Funcionamiento de la familia. 7280 Apoyo de hermanos.
2605 Participación de la familia en la
asistencia sanitaria profesional.

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0073 Afrontamiento familiar incapacitante: comportamiento de una persona
significativa que inhabilita sus propias capacidades y las del cliente para abandonar
efectivamente tareas esenciales para la adaptación de ambos al reto de salud.

NOC NIC
2506 Salud emocional del cuidador 7110 Fomento de la implicación familiar.
principal. 7120 Movilización familiar.
2508 Bienestar del cuidado principal. 4700 Reestructuración cognitiva.
2208 Factores estresantes del cuidador 5400 Potenciación de la autoestima.
familiar.
2210 Posible resistencia al cuidado
familiar.
1606 Participación en las decisiones sobre
asistencia sanitaria.
00074 Afrontamiento familiar comprometido: la persona que habitualmente
brinda el soporte principal proporciona en este caso un apoyo, consuelo, ayuda o
estimulo insuficiente o inefectivo que puede ser necesario para que el cliente maneje
o domine las tareas adaptativas relacionadas con su salud.

NOC NIC
2600 Superación de problemas de la 5270 Apoyo emocional.
familia. 7040 Apoyo al cuidador principal.
2604 Normalización de la familia. 5250 apoyo en la toma de decisiones.
2205 Rendimiento del cuidador principal: 5230 Aumentar el afrontamiento.
cuidados directos. 7100 Estimulación de la integridad familiar.
2206 Rendimiento del cuidador principal: 7200 Fomentar la normalización familiar.
cuidados indirectos. 5520 Facilitar el aprendizaje.

00164 Disposición para mejorar el rol parental: patrón de proporcionar un


entorno para los niños u otras personas dependientes que es suficiente para favorecer
el crecimiento y desarrollo y que puede ser reforzado.

NOC NIC
2211 Ser padre. 8300 Fomento de la paternidad.
1603 Conducta de búsqueda de la salud. 5566 Educación paterna: crianza familiar

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1602 Conducta de fomento de la salud. de los niños.
5568 Educación paterna: niño.

00058 Riesgo de deterioro de la vinculación entre los padres y el lactante/


niño: alteración del proceso interactivo entre los padres o persona significativa y el
lactante/niño que fomenta el desarrollo de una relación reciproca protectora y
formativa.

NOC NIC
1500 Lazos afectivos padre-hijo. 6481 Manejo ambiental: proceso de
2211 Ejecución del rol de padres. acercamiento.
1704 Creencias sobre la salud: percepción 6710 Fomentar el acercamiento.
de amenaza. 5370 Potenciación de roles.
5480 Clarificación de valores.
4480 Facilitar la autorresponsabilidad.
(10)

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6.5. Ejemplos del comportamiento de estos niños.
En cursivas se presenta la respuesta de estos niños.

 Vi el premio durante unos segundos.


o Pero ¿Cuántos 5, 6, 7…?
 Es importante para nuestra familia que contemos las cosas que nos
pasan.
o Es que yo no entiendo por qué hay que contar a los demás,
que necesidad de estar hablando, como las chicas de mi clase
que no paran de hablar…
 Lo habéis hecho todos muy bien.
o ¿y yo que tal?
 ¿por qué mirar mucho rato es de mala educación?
 El profesor hace una mueca para indicar que ha hecho un comentario
inapropiado a su compañero.
o Que es ¿cara de sueño?
 Intenta mirarme a los ojos, ¿no te acuerdas o es que te pones
nervioso?
o Me aburre.
 ¿te importa repartir las hojas a los compañeros?
o No me importa.
 Preguntas retoricas en las fichas para introducir el tema ¿alguna vez
has escuchado frases como “eres un sol”?
o Pone al lado Sí.
 Estoy como pez en el agua.
o ¿Qué aguantas mucho sin respirar?
 Me tenéis frita
o ¿Cómo las patatas? No lo entiendo. (20)

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BIBLIOGRAFIA

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