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diversos componentes del ser humano, y es así como surgen los distintos tipos de
antropología, como lo son, la antropología física, etnológica o cultural y la
antropología filosófica. De acuerdo a la formulación de Helmut Plessner, citada por
Otto Friedrich Bollnow, la antropología sería:
1
O.F. BOLLNOW, Antropología Filosófica. Educación: Colección Semestral de Aportaciones
Alemanas Recientes en las Ciencias Pedagógicas, Vol. 30, Tübingen, Landhausstr, Alemania, 1984,
p. 7.
2
SALMO 8, 5, en CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÒOLA, Nueva Biblia de Jerusalén, Ed.
Desclée, Bilbao, España, 1999.
3
interrogante nace de una profunda consternación humana y debe ser vista sobre
ese fondo».3
3
O.F. BOLLNOW, Antropología Filosófica. Educación: Colección Semestral de Aportaciones
Alemanas Recientes en las Ciencias Pedagógicas, Vol. 30, Tübingen, Landhausstr, Alemania, 1984,
p. 8.
4
J.A. MIGUEZ, Platón: Alcibíades, Aguilar Editores, Buenos Aires, Argentina, 1955, p. 118.
5
El aforismo griego "Conócete a ti mismo" (que en griego clásico es γνῶθι σεαυτόν,
transliterado como gnóthi seautón) es uno de los más famosos aforismos de la antigüedad griega de
todos los tiempos. Significa que la principal necesidad de una persona para acceder a la sabiduría
filosófica es el autoconocimiento. Por testimonio de un célebre viajero griego Pausanias, sabemos
que la frase estaba inscrita en el pronaos del templo de Apolo. También Platón la refiere en sus
diálogos. En Protágoras, por ejemplo, explica que los Siete Sabios (Cleóbulo de Lindos, Solón de
Atenas, Quilón de Esparta, Bías de Priene, Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Periandro de Corinto),
como muestra de admiración hacia el saber lacedemonio, ofrecieron al dios Apolo las primicias de su
sabiduría en las frases “conócete a ti mismo” y “nada en demasía”, sobre la importancia del
autoconocimiento y de la moderación respectivamente. El aforismo a lo largo de la historia ha sido
atribuido a varios sabios griegos antiguos: Heráclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Sócrates,
Pitágoras, Solón de Atenas.
4
En verdad, oh atenienses, por ninguna razón me procuré este nombre, sino a causa
de cierta sabiduría. ¿Y cuál es esta sabiduría? Esta sabiduría es la sabiduría
humana: y de esta sabiduría puede ser que yo sea sabio.7
Sócrates cuenta cómo tiene origen el hombre, en el mito del Fedro, donde se
representa a un carro tirado por dos caballos alados, uno que se deja guiar y otro
reacio, este último representando a los deseos de la pasión; dirigido por un auriga
o cochero, la razón, que se empeña en conducir bien el carro por el mundo ideal,
(el que remite a Platón), pero por la dificultad que tiene para manejar a los dos
caballos, el alma cae, los caballos pierden sus alas y el alma queda “atrapada” en
un cuerpo.8 El alma dividida en tres, la razón, la irascibilidad, y la concupiscencia,
habita el cuerpo, del que se va a servir para actuar correctamente bajo el dominio
de sí, como se verá más adelante.
6
G. REALE, D. ANTÍSERI, Historia de la Filosofía. Filosofía Pagana Antigua, San Pablo,
Bogotá D.C., Colombia, 2007, p. 151.
7
PLATÓN, Apología de Sócrates, Panamericana, Bogotá D.C., Colombia, 1993, p. 13.
8
PLATÓN, Fedro, Panamericana, Bogotá D.C., Colombia, 1993, p. 519-520.
9
J.A. MIGUEZ, Platón: Alcibíades, Aguilar Editores, Buenos Aires, Argentina, 1955, p. 110.
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querría decir que el cuidado de sí mismo no es tanto velar por la estabilidad del
cuerpo sino por la del alma. A esto se refiere Sócrates cuando plantea en Apología:
“Que esto […] es la orden de dios, y estoy persuadido que hay para ustedes mayor
bien en la ciudad que mi obediencia a dios. Y en verdad no hago otra cosa, con mi
andar entorno, sino persuadirlos a ustedes, jóvenes y viejos, de que no deben
preocuparse por el cuerpo ni por las riquezas ni por otra cosa alguna sino en primer
lugar y más por el alma, de manera que esta llegue a ser óptima y virtuosísima; y
que de la virtud nace la riqueza y todas las otras cosas que son bienes para los
hombres, tanto para el ciudadano individual como para el Estado.10
10
PLATÓN, Apología de Sócrates, Panamericana Bogotá D.C., Colombia, 1993, p. 15.
11
G. REALE, D. ANTÍSERI, Historia de la Filosofía. Filosofía Pagana Antigua, San Pablo,
Bogotá D.C., Colombia, 2007, p. 171.
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los placeres humanos de la comida, la bebida, el sexo y los demás placeres como
las riquezas, el buen vestir y todos los adornos del cuerpo, y esto no es propio del
hombre racional o del filósofo,12 ni ayuda a alcanzar la perfección en la virtud.
Cuando el hombre deja que el alma ejerza señorío sobre el cuerpo y llegue
racionalmente a estos aspectos de libertad, paz y autodominio, es cuando el hombre
encuentra su finalidad: la felicidad, lo que transforma al alma como determinante de
acciones
***
12
PLATÓN, Fedón, Panamericana Bogotá D.C., Colombia, 1993, p. 427.
7
BIBLIOGRAFÍA