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En un principio las potencias occidentales llegaron a Asia para comerciar. Pero pronto
exigieron concesiones a los gobiernos asiáticos en forma de territorios para crear
bases militares, que protegerían su comercio. En 1914 el 60% de las tierras de los
continentes y el 65% de la población mundial eran dependientes de los países
colonizadores europeos.
la explotación minera la realizaban los indígenas ya que eran mano de obra más
barata y explotada.
Se crea un sistema de aduanas para conseguir el monopolio en las colonias (al pasar
por la aduna aumentan los precios de los productos extranjeros).
No se establecen industrias en las colonias, sino que exportan todo los productos
manufacturados de su país y se los venden a los indígenas.
aunque mantienen las autoridades indígenas controlan la relación con otros países.
El fin del equilibrio de poder en Europa y las guerras mundiales del siglo XX marcaron
el final del colonialismo moderno. El desarrollo de la conciencia nacional en las
colonias, el declive de la influencia política y militar del viejo continente y el
agotamiento de la justificación moral de los imperios contribuyeron a una rápida
descolonización a partir de 1945. Los imperios coloniales, creados a lo largo de siglos,
fueron desmantelados casi en su totalidad en tres décadas.
Para proteger la India, conquistó los territorios situados al norte y al este, rivalizando
con Rusia y Francia. Así colonizó Birmania en 1886 y mantuvo el control de Afganistán
(1880) y el Tíbet (1904). Se anexionó también, en creciente rivalidad con Francia,
Singapur y parte de Borneo (1895).
Francia, desde la Conchinchina, ocupó el delta del Mekong como puerta de entrada a
China. A través de este río, ocuparon Annam, Tonkín y Laos, formando la Unión
Indochina.
Las rivalidades de las potencias en Asia enfrentaron también a Japón y Rusia por el
control de China, y a España y Estados Unidos por el dominio de Filipinas.
China no fue colonizada pero, tras su derrota en la primera Guerra del Opio, tuvo que
firmar tratados desiguales con las potencias. Esto obligó al país a abrir casi todos sus
puertos al comercio internacional, así como a conceder permisos y arriendos sobre
territorios sobre los que pedían soberanía, como Hong Kong y Shangai. Entre 1885 y
1911 finalizó el reparto del imperio Chino por parte de las potencias europeas y
Japón, tras el cual se adjudicaron diferentes zonas de influencia. La explotación
económica se intensificó con el arrendamiento de minas y control del ferrocarril.