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El nombre de la ciudad proviene de la tribu Gayón Hacarygua que habitaba la zona, y

a su vez, el nombre de esta tribu proviene del vocablo indígena "Akaregua" que
significa Akare "Caimán" -y- gua "Agua", es decir, "Lugar de Caimanes".

Los primeros relatos sobre el territorio de Hacarygua están asentados en los escritos
dejados por el conquistador alemán Nicolás Federmann quien llegó a la primigenia
aldea indiana el 15 de diciembre de 1530, de paso a los territorios de los llanos del
sur-oeste en busca de la Mítica Ciudad de "El Dorado".

Desde 1579, existen registros fidedignos de que en el Valle de Hacarygua se hallaban


alrededor de 25 encomiendas, atendidas por vecinos de la Ciudad de Nueva Segovia
de Barquisimeto; productoras de cacao, maíz, algodón y tabaco; cuyos frutos eran
transportados en arreos de mulas hasta el Puerto de Nueva Zamora de Maracaibo.

Tal era la importancia de aquellos lugares, que el Obispo de Venezuela fray Antonio
de Alcega en 1608, de visita en Barquisimeto, decide nombrar un sacerdote
doctrinero que cumpliera con el mandato de pregonar la palabra santa y educar las
almas bajo su dirección; esta responsabilidad recaerá en el presbítero Antonio de
Esteves quien permanece en este puesto hasta 1615 año en que se retira a Caracas,
para ingresar como monje en un convento franciscano. Al quedar desierto el puesto,
el Obispo mexicano Juan de Bohórquez, el 24 de septiembre de 1615, lo declara
vacante y abierto a oposición. Para este cargo aparecerán tres calificables que
fueron, Antonio Luis de Urquiolaegui, Lucas Gomes y Juan Bernardo de Quiroz. Este
último será el escogido por aptitud para asumir las riendas de ese curato de
encomiendas en aquel lugar.

Con la llegada del Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela,


Francisco de la Hoz Berrio y Oruña, a la ciudad de Barquisimeto comenzando 1620,
no se tardará mucho tiempo en organizar una misión pobladora hacia el Valle de
Hacarygua. Para esta tarea se comisionó como Juez Poblador al capitán Diego Gómez
de Salazar, habitante de esa ciudad, quien también era poseedor de un repartimiento
en aquel valle. Una vez seleccionado el sitio de Bocoy, de la Sabana de Choro, como
terreno más propicio para el emplazamiento, se procuró dar aviso a los distintos
grupos de indios diseminados alrededor del punto seleccionado, de que se reunieran
en una sola agrupación, para así fundar un nuevo asentamiento, de la mano de
Francisco de la Hoz Berrio y Oruña, el 29 de septiembre de 1620; con la doctrina de
su fiel sacerdote el toledano Juan Bernardo de Quiroz.

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