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TEMA 4: LA ÉPOCA DEL IMPERIALISMO Y LA PRIMERA GUERRA

MUNDIAL
0. INTRODUCCIÓN.
El período comprendido entre 1870 y 1918 será de una extraordinaria
complejidad política y económica, enrareciendo las relaciones internacionales entre las
grandes potencias. En efecto, la conformación de grandes imperios coloniales y la
tensa competencia militar y económica acabaron por desembocar en una atroz guerra
mundial, la Primera Guerra Mundial, cuya finalización provocó una alteración total
del mapa europeo y la aparición de actitudes revanchistas entre los grandes derrotados,
preparando así el camino hacia una confrontación mucho mayor veinte años más tarde.
1. EL IMPERIALISMO Y SUS CAUSAS.
En el último tercio del siglo XIX, aprovechando su superioridad técnica,
financiera y militar, Europa se lanzó al dominio del resto del mundo. Los países más
avanzados ocuparon territorios en África y Asia, principalmente, y crearon imperios
coloniales, en un proceso favorecido por las siguientes causas:
a) Causas económicas: Los países de Europa necesitaban vender el excedente
de su producción y comprar materias primas al mejor precio posible. También
querían invertir sus excedentes de capital en otros lugares, donde la mano de obra,
más barata, les permitiera obtener mayores beneficios.
b) Causas demográficas: El crecimiento europeo del siglo XIX dio lugar a un
exceso de población, que provocó dificultades para encontrar trabajo y tensiones
sociales. La política colonial significaba la posibilidad de emigrar hacia otras tierras y
mejorar sus condiciones de vida y de trabajo para millones de europeos.
Emigración e inversión europea en el siglo XIX

c) Causas políticas: Las fronteras de Europa se habían estabilizado a finales del


siglo XIX y la expansión territorial debía hacerse sobre regiones extraeuropeas, lo que

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provocó que las grandes potencias compitieran por controlar áreas geográficas de
interés económico o estratégico.
d) Causas ideológicas: El nacionalismo conservador defendía la superioridad
de algunas naciones y el derecho de éstas a imponerse sobre otros pueblos. Se
hablaba así de la misión civilizadora de Europa, que se veía obligada a llevar a los
pueblos atrasados del planeta la educación, la sanidad, etc. Esta postura acabó
desembocando en actitudes racistas al considerar al hombre blanco superior a otras
etnias.
2. CONQUISTA, ORGANIZACIÓN Y EXPLOTACIÓN DE LAS
COLONIAS.
A mediados del siglo XIX, gran parte del interior de África, de Asia y de los
océanos era prácticamente desconocida. Por ello, la búsqueda por los europeos de
territorios en los que expandirse propició una serie de viajes científicos y
exploraciones geográficas.
Una vez conocido el territorio, la conquista fue relativamente rápida y fácil,
gracias a la superioridad militar y técnica Británicos contra zulúes
europea y a la utilización de las rivalidades
internas entre tribus y etnias de los territorios
ocupados.
Sometido el territorio, la colonia era
organizada para ser controlada y
administrada por la metrópoli, pudiéndose
distinguir tres clases de colonias:
a) Colonias de explotación: Eran las
colonias propiamente dichas, en las que la
metrópoli se dedicó especialmente a la
explotación económica. Estos territorios
carecían de gobierno propio y en ellos los
europeos ejercían una auténtica política de
ocupación. Los colonizadores se apropiaban de las tierras, o bien para crear grandes
plantaciones (café, azúcar, cacao, té, caucho), o bien para explotación yacimientos de
cobre, oro, carbón y diamantes. Sus propietarios eran colonos blancos o grandes
compañías con sede en Europa, y empleaban mano de obra indígena que cobraba unos
salarios muy bajos. Además, se impedía a estar colonias comerciar con otros países.
b) Colonias de poblamiento: Eran colonias que, por sus condiciones climáticas,
el escaso número de indígenas, o sus especiales riquezas, recibían población blanca
que emigraba para establecerse de forma permanente. Estas colonias poseían
autonomía en el gobierno interior. Dentro del Imperio británico recibieron el nombre
de dominios.
c) Protectorados: Eran territobrios que, tras la ocupación europea, mantuvieron
la organización estatal, el gobierno indígena y un aparato administrativo propio. Pero
la metrópoli creó e impuso en ellos un gobierno paralelo que en la práctica dominaba
el gobierno local y se reservaba las funciones de defensa y política exterior.

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3. EL REPARTO DEL MUNDO.
A finales del siglo XIX las grandes potencias se lanzaron a la lucha por el
reparto del mundo y llegaron a controlar casi toda África y Asia, la mayor parte de las
islas del océano Pacífico y de Oceanía y amplios territorios de América.
En África, británicos y franceses tuvieron ventaja porque poseían bases en
África desde el siglo XVIII. Ambos países soñaron con crear imperios continuos: de
Norte a Sur los británicos, y de Oeste a Este los franceses. Por su parte, el rey belga
Leopoldo II adquirió como propiedad privada una gran colonia a lo largo del río Congo,
mientras que alemanes e italianos llegaron tarde al reparto y se produjeron roces que
amenazaron con un enfrentamiento bélico. Estas tensiones llevaron a la convocatoria
de la Conferencia de Berlín (1885), donde se decidieron las normas y las zonas que
ocuparía cada potencia, produciéndose un verdadero reparto de África.

Mapas de los imperios coloniales

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Asia fue ocupada tanto por las potencias europeas occidentales como por
otros países deseosos de expandirse (Rusia, Estados
Unidos, Japón). Los británicos, desde la India se Cartel satírico sobre el reparto
anexionaron Birmania y se enfrentaron con Rusia por el de China
control de Afganistán, ocupando Malasia desde el puerto
de Singapur. Por su parte, Francia se centró en Indochina.
En China, todas las potencias colonialistas querían estar
presente en un mercado tan importante y, a través de las
llamadas Guerras del Opio (1840-1858), forzaron la
apertura del comercio y la entrada de intereses occidentales
en la explotación de sus riquezas; la intromisión extranjero
fue contestada con diversas revueltas sociales como la de
los bóxers (1899).
A finales del siglo XIX, Gran Bretaña poseía el
mayor imperio colonial del mundo: de la India a África.
Su objetivo era el control de las rutas comerciales
marítimas, asegurándose bases en el Atlántico, el Índico, el
Pacífico y el Mediterráneo.
El segundo imperio colonial era el de Francia,
que se instaló en diversas partes, pero especialmente en
África del Norte y en el Sudeste asiático (Indochina),
compitiendo con el Imperio británico sobre todo por el control de África.
También poseían importantes territorios coloniales países como Rusia, Holanda,
Portugal y, en menor medida, Alemania, Italia, Bélgica y España.
Tanto Estados Unidos como Japón fueron las dos únicas potencias extraeuropeas
que iniciaron, también a finales del siglo XIX, una expansión colonial. Estados Unidos
se expandió hacia el Pacífico y hacia el Caribe, ocupando Filipinas, Cuba y Puerto Rico,
apoderándose además de una franja de Panamá. Por su parte, Japón intervino en la
provincia china de Manchuria y ocupó las islas Kuriles, Corea y Formosa.
4. LAS CONSECUENCIAS DE LA COLONIZACIÓN.
4.1. La introducción de avances
Misionero en África
europeos en las colonias.
Las potencias colonizadoras
introdujeron algunos de sus avances en los
territorios coloniales: construyeron puertos,
carreteras, ferrocarriles, etc., que permitieron una
mejora de las infraestructuras. También pusieron
nuevas tierras en cultivo y crearon industrias,
aunque en beneficio propio.
Asimismo, la introducción de medidas
higiénicas y la construcción de hospitales
permitieron reducir la mortalidad y aumentar la
población, rompiendo el equilibrio entre
población y recursos y provocando una situación

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de subalimentación crónica.
Además, los europeos también
Viñeta de Tintín en el Congo, de Hergé, 1930
levantaron escuelas, que comportaron
un descenso del analfabetismo, si bien
en estas escuelas se enseñaba sobre todo
la lengua, la cultura y las costumbres de
la metrópoli, provocando un proceso de
aculturación.
Por último, las misiones y los
misioneros socorrían y ayudaban a los
indígenas, pero, a cambio, intentaban
imponerles el cristianismo y las
creencias y valores occidentales.
4.2. Las transformaciones
económicas.
En las colonias se impusieron los intereses económicos de los colonizadores.
Así, muchas tierras pasaron a manos de los colonizadores y se abandonaron
determinados cultivos tradicionales, que aseguraban la subsistencia de las familias
indígenas; en cambio, se potenciaron las grandes plantaciones de productos que
beneficiaban a la metrópoli, donde los indígenas debían trabajar para subsistir,
debiendo además de comprar los alimentos por lo que se impuso una economía
monetaria y de mercado, desconocida hasta entonces. Finalmente, la artesanía local se
arruinó debido a la competencia de los productos industriales importados desde la
metrópoli.
4.3. Los cambios sociales y culturales.
La estructura social también cambió como resultado de la imposición de los
nuevos modelos coloniales, que trastocaron las formas de vida tribal y las jerarquías
sociales tradicionales. Las sociedades coloniales eran, además, reflejo de una
profunda segregación: los funcionarios y colonos de la metrópoli vivían en lujosas
residencias que contrastaban con la miseria de los poblados indígenas. Finalmente, el
impacto de la cultura occidental hizo perder la identidad a las culturas indígenas
(aculturación).
5. LAS CAUSAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
Entre 1914 y 1918 se desarrolló la Primera Guerra Mundial. Las causas de
esta guerra se gestaron desde finales del siglo XIX:
a) Rivalidades entre las potencias coloniales: Los conflictos entre imperios
rivales tuvieron su escenario preferente en Marruecos, donde Alemania quería
imponerse frente a Francia y Gran Bretaña. Las tensiones estuvieron a punto de
desencadenar una guerra, que en principio se evitó, pero permanecerían latentes y
contribuirían al estallido de la Primera Guerra Mundial.
b) La exaltación nacionalista: Enfrentaba a Alemania y Francia por los
territorios de Alsacia y Lorena y por la hegemonía continental europea. Por otro lado,
Alemania y Gran Bretaña también mantenían una fuerte rivalidad por el control de
las rutas marítimas y el comercio internacional.

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c) El conflicto de los Balcanes: Esta zona de Europa era un foco de tensiones
desde mediados del siglo XIX. Diversos pueblos sometidos al Imperio turco habían
protagonizado guerras y conseguido la independencia (Grecia, Serbia, Rumania,
Bulgaria y Montenegro). Austria deseaba dominar la región, mientras que Rusia
pretendía apoyar a todos los pueblos eslavos como afianzar su poder en la zona y
ocupar los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, que abrirían el mar Mediterráneo a
sus flotas. Cuando Austria ocupó el
territorio de Bosnia (1908), Rusia dejó
bien claro que estaba dispuesta a
enfrentarse a Austria en caso de conflicto
armado.
El malestar existente entre las
grandes potencias originó una carrera
de armamentos (fabricación de
armamento, construcción de barcos de
guerra, entrenamiento de tropas).
Asimismo, todas las potencias se
lanzaron a un complejo sistema de
alianzas militares para prepararse para
un posible enfrentamiento. Alemania,
Austria-Hungría e Italia firmaron la
Triple Alianza (1882), mientras que
Francia se alió con Rusia y Gran Bretaña Asesinato del archiduque Francisco Fernando
firmando la Triple Entente (1907).
El 28 de junio de 1914 fue
asesinado en Sarajevo, capital de
Bosnia, el heredero del Imperio
austrohúngaro, Francisco Fernando. El
atentado fue realizado por un estudiante
bosnio relacionado con los nacionalistas
serbios.
Austria dio un ultimátum a
Serbia de un mes, transcurrido el cual
le declaró la guerra a Serbia,
convencida de que era el momento de
acabar con ella y extender su dominio por los Balcanes, poniendo en marcha todo el
sistema de alianzas establecido hasta ese momento. Así Rusia intervino para proteger
a Serbia, y Alemania, aliada de Austria, declaró la guerra a Rusia y a Francia.
Finalmente, Gran Bretaña también entró en la guerra cuando los alemanes invadieron
Bélgica, aliada suya, para rodear a los franceses.
6. LA GRAN GUERRA.
La Primera Guerra Mundial se conoce con el sobrenombre de la Gran Guerra
porque nunca, hasta entonces, un conflicto había implicado a tantos países y seres
humanos. La guerra fue larga y tuvo etapas muy diferentes.

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6.1. La guerra de movimientos.
Los ejércitos alemanes atacaron Francia, Guerra de movimientos
entrando por Bélgica y Luxemburgo, con la
esperanza de vencerla rápidamente y poder
dirigir luego todos sus esfuerzos al frente ruso. A
comienzos de septiembre de 1914 los alemanes se
encontraban a 40 km de París, pero los ejércitos
francés y británico se reorganizaron y
detuvieron el avance alemán en la batalla del
Marne.
En el frente oriental, los alamanes
también avanzaron rápido al principio, pero los
rusos reaccionaron y llegaron a las fronteras del
Imperio austriaco.
6.2. La guerra de trincheras.
Tras los primeros movimientos, los frentes
Trinchera de la Primera Guerra Mundial
se inmovilizaron. En el frente occidental se
abrieron trincheras desde Suiza hasta el mar
del Norte y se inició una fase muy dura de la
guerra en la que ganar un palmo de territorio al
enemigo significaba decenas de miles de muertos.
Entonces se hizo necesario la búsqueda de
nuevos aliados que aportaran más soldados a la
guerra: Italia intervino a favor de los aliados,
mientras que Bulgaria y el Imperio turco ayudaron
a las potencias centrales.
En 1916, los alemanes lanzaron una ofensiva para romper el frente francés,
en la batalla de Verdún, pero los franceses y sus aliados resistieron durante los cuatro
meses de combate, cuyo saldo fue de un millón de muertos aliados y 800.000 alemanes.
Sistema de trincheras en la Primera Guerra Mundial

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6.3. La crisis de 1917 y el fin de la
guerra. Armisticio alemán en Compiègne
Durante el año 1917 triunfó en Rusia
la Revolución bolchevique y los
revolucionarios firmaron la paz con
Alemania y se retiraron de la guerra (paz de
Brest- Litovsk. Por su parte, Estados Unidos
intervino en la guerra del lado aliado como
respuesta a las pérdidas provocada por la
guerra submarina alemana.
En 1918, en el frente Este, británicos,
franceses e italianos derrotaron a Austria y
sus aliados, lo que llevó al Imperio
austrohúngaro y al Imperio turco a pedir el
armisticio. En el Oeste, los alemanes fueron
Cartel de propaganda
derrotados y se produjeron revueltas en su ejército
y su marina, y manifestaciones obreras contra el
gobierno. Finalmente, el 11 de noviembre de 1918
se firmó el armisticio con Alemania, y el káiser
Guillermo II se marchó a Holanda, proclamándose la
república en Alemania.
6.4. La guerra de retaguardia.
La Primera Guerra Mundial fue un
conflicto que exigió la movilización de muchos
recursos y de la implicación de toda la población,
tanto civil como militar. Los contendientes
reconvirtieron sus industrias con el objetivo de
fabricar armamento, pidieron préstamos y
sustituyeron la mano de obra masculina que se había
ido al frente por mujeres. La utilización de
modernas técnicas de propaganda permitió
movilizar a la opinión pública y comprometerla
contra el enemigo.
7. LA ORGANIZACIÓN DE LA PAZ.
En enero de 1919 se inauguró en París una conferencia para establecer las
condiciones de paz. Asistían 32 países, pero tomaban las decisiones las cuatro grandes
potencias vencedoras de la guerra: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.
El tratado más importante fue el de la paz con Alemania, firmada en
Versalles y en el que los vencedores le impusieron duras condiciones: Alemania era
declarada única culpable de la guerra y se la obligaba a pagar fuertes reparaciones por
las destrucciones ocasionadas; se desmantelaba casi por completo su ejército, así como
su marina y se le prohibía rearmarse; se le arrebataba su imperio colonial; se devolvía
Alsacia y Lorena a Francia, dos cantones a Bélgica, Schlewig a Dinamarca y la
Posnania y una parte de Prusia Oriental a Polonia. Alemania consideró que el Tratado
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de Versalles había sido una imposición y una
paz humillante, lo cual reavivaría el
nacionalismo y el deseo de revancha en el
futuro.
Además del Tratado de Versalles, otra
serie de tratados se ocuparon del resto de
vencidos. Según los 14 puntos de presidente
norteamericano Wilson, los antiguos
imperios europeos se resquebrajaron: el
Imperio ruso perdió casi toda su costa en el
Báltico y cedió grandes extensiones a la nueva
Polonia; el Imperio turco desapareció casi por
completo, apareciendo en sus antiguos territorios de Oriente Próximo Irak, Siria y
Palestina como protectorados franceses o británicos; el Imperio austrohúngaro se
desintegró, apareciendo Checoslovaquia, Hungría, Austria y Yugoslavia.
A propuesta del presidente Wilson se creó una organización, la Sociedad de
Naciones, que debía garantizar la paz, fomentar la cooperación internacional, vigilar el
cumplimiento de los tratados y dirimir de forma diplomática los conflictos. Pero el
panorama de destrucción, miseria, deudas, intereses no cumplidos, etc., dificultó su
labor. Además, Estados Unidos no se integró en la Sociedad de Naciones, ni tampoco
muchos países descontentos con los resultados de la paz, como Alemania e Italia, lo que
convirtió a la Sociedad de Naciones en una organización de vencedores sin medios para
imponer sus decisiones.
Mapa europeo posterior a la Primera Guerra Mundial

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