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Como cambiar la
realidad de la
enseñanza en mi
iglesia local.
Monografía – Pedagogía II
Hoy en día la iglesia local se ha transformado casi en el único lugar donde los niños
reciben algún tipo de educación valórica cristiana. Día a día las nuevas generaciones de
padres van entregando la labor educativa por completo a las instituciones educacionales y
la iglesia. Aunque “cuatro décadas de investigación sobre logros escolares han mostrado de
manera consistente que los efectos de la escuela son mínimos si se comparan con la influencia de
los padres, la familia y el vecindario,1”
La sociedad actual empuja a las familias en busca del exitismo a todo nivel,
incluyendo la esfera cristiana. Esto conlleva tener niños cada vez con más carencias
emocionales que son tratadas de sopesar con elementos materiales.
Niños que se ven enfrentados a un mundo cambiante, que los presiona por
amoldarse a las modas imperantes y cada vez más efímeras, donde si estos no tienen un
claro ejemplo a seguir, a muy temprana edad pueden perderse por caminos de los cuales
les será muy difícil volver.
“Pero no basta, tenemos que actuar para hacer de la educación, en todas sus
dimensiones, una oportunidad para todos de aprender a ser ciudadanos responsables, libres
y, por lo tanto, conscientes en su participación en el hacer cotidianamente de Chile un país
legítimo para todos.3”
1
(MacBeath, 2001)
2
(Maturana, 2003)
3
(Maturana, 2003)
1
DESARROLLO
Se debe tener bien claro cual es la razón por la cual se está haciendo lo que se hace
cada domingo con el grupo de niños con el cual se trabaje. Esto nos habla de la motivación
del liderazgo dentro de la iglesia, dado que la responsabilidad es muy grande. “Necesitamos
entonces de docentes interesados en la construcción, por parte de los alumnos y con su ayuda, del significado
y la comprensión de los contenidos que están aprendiendo; creando ambientes de aprendizaje que sean menos
temibles y más desafiantes comprometiéndose los estudiantes activamente y sumergiéndose en experiencias
más complejas pero interesantes.4”
Como dijimos a rasgos generales, la escuela dominical es el único lugar donde estos
niños o jóvenes reciben algún tipo de enseñanza valórica cristiana, por lo que se hace
imperante entender la responsabilidad que recae sobre los hombros de cada profesor. Es
el futuro del niño el que está en juego, e independiente de las circunstancias en las cuales
el profesor es seleccionado para cumplir con ese cargo, debe entregar todo su potencial
para que Dios actúe a través de él y pueda transmitir el mensaje correcto a esos pequeños
estudiantes de la palabra del señor.
4
(MarÍa Laura de La Barrera, 2009)
5
(MacBeath, 2001)
6
(Guerrero, 2011)
2
La neurociencia ha avanzado bastante en el estudio del cerebro. Especialmente en
como éste funciona y es capaz de aprender y almacenar información. “La tarea central de las
llamadas neurociencias es la de intentar explicar cómo es que actúan millones de células nerviosas
individuales en el encéfalo para producir la conducta y cómo, a su vez, estas células están influidas
por el medioambiente, incluyendo la conducta de otros individuos 7”
CONCLUSIÓN
Es por esto que la educación dentro de la iglesia debe verse como una manera de
evangelización, no solo instrucción histórica de un libro de cuentos para niños.
Debemos tomar todas las herramientas que Dios ha puesto a nuestra disposición para llevar
a cabo esta labor tan vital.
7
(Guerrero, 2011)
3
estigma de las llamadas “clases de escuela dominical”, porque si los niños quieren ir a una
clase, tienen toda la semana para hacerlo en el colegio.
La iglesia debe ver el inmenso potencial que tienen en el desarrollo de las personas
a nivel general. Preparándolos para el día a día con lo que Dios ya nos dejó hace siglos
escrito.
BIBLIOGRAFÍA
MacBeath, J. (2001). Liderar el aprendizaje dentro y fuera de la escuela. Fundación Chile & Fundación CAP.