IDE: 0610514 Planeación Estratégica en la empresa guatemalteca
La planeación trata con el futuro de las decisiones actuales, es decir
que observa la cadena de consecuencias de causas y efectos durante un tiempo, relacionada con una decisión real o intencionada tomada por la alta dirección o gerencia. La esencia de la planeación estratégica consiste en la identificación sistemática de las oportunidades y peligros (amenazas) que surgirán en el futuro, los cuales combinados con otros datos importantes proporcionan la base para que una organización tome mejores decisiones en el presente para explotar las oportunidades y evitar los peligros. Planear significa diseñar un futuro deseado e identificar las formas para lograrlo. Una buena estrategia se convierte en un mapa del camino que seguirán, muestra a dónde se quieren dirigir y ayuda a elegir la mejor ruta que les llevará al lugar donde se desea llegar.
Planeación estratégica en el contexto
Guatemalteco
La práctica de la planeación estratégica en el medio guatemalteco
enfrenta grandes limitaciones que van desde el desconocimiento de su importancia, metodología e implicaciones organizacionales hasta la ausencia de una cultura gerencial enfocada en la dirección estratégica."Una forma, no de inventar una estrategia, sino de programar una estrategia ya creada, para que sus implicaciones formalmente funcionen." Normalmente cuando se inicia un proceso de planeación estratégica se hace necesario realizar un taller introductorio al tema debido a que la mayoría de directivos y gerentes desconocen el proceso así como sus principales implicaciones. La deficiencia más notoria en este sentido se evidencia en la pretensión, bastante generalizada en el medio, de que se puede contratar a un consultor para que elabore un plan estratégico, lo cual es totalmente equivocado. La mejor aportación que puede realizar un consultor externo es la facilitación de un proceso técnicamente estructurado, lo cual no establece el contenido del plan estratégico, sino más bien garantiza que el proceso se oriente a dar los mejores resultados que el propio equipo gerencial es capaz de estructurar. Otro de los grandes problemas identificados en el medio, se relaciona con la apatía generalizada de los directores y gerentes guatemaltecos en cuanto a invertir el tiempo necesario (normalmente alrededor de 10 horas de la alta dirección) para estructurar el plan estratégico. Mucho de esta actitud proviene de la carencia de una cultura gerencial enfocada en los procesos de dirección estratégica, pero también se origina en el comportamiento generalizado de los gerentes guatemaltecos de planificar para la coyuntura, enfocando todas sus cartas en el corto plazo. Tal como fuera comentado anteriormente, el proceso de planeación estratégica se cimienta en el análisis crítico de las variables que componen el entorno de una organización. Normalmente los gerentes en el medio tienden a conocer de manera muy cercana los elementos del entorno empresarial inmediato, es decir los aspectos centrales de su propia industria. Logran identificar con precisión las cinco fuerzas del modelo porteriano o lo que constituye su micro-ambiente empresarial, sin embargo es notorio que sus equipos de mercadeo no procesan esta información de manera sistemática y respondiendo a un modelo de inteligencia de negocios propio de la organización. Este factor se convierte en una seria limitación para la calidad de los insumos del proceso de planeación estratégica. ¿Cómo podemos anticiparnos a los movimientos de la competencia, si no estamos en capacidad de predecir sus próximas tácticas? Además de las limitaciones para el manejo de la información a nivel micro-empresarial, es evidente que la mayoría de directivos y gerentes del medio guatemalteco no han desarrollado sistemas de información que les permitan analizar apropiadamente las principales tendencias del macro-ambiente de negocios. Muchos empresarios se conforman con revisar cada cierto tiempo las tendencias macroeconómicas, particularmente cuando existen cambios de autoridades públicas. Esta revisión si bien es necesaria, no es suficiente para identificar adecuadamente los principales cambios del entorno que podrían tener un alto impacto en las operaciones de la empresa, especialmente en el largo plazo. Muchas veces la cultura empresarial guatemalteca se mantiene enfocada en los árboles y no en el bosque, lo cual dificulta entender los escenarios futuros en los cuales deberá operar la empresa en los próximos años. Para que el proceso de planeación estratégica funcione apropiadamente, los miembros del equipo gerencial involucrados en esta responsabilidad, debieran incorporar en sus reuniones periódicas el análisis de las principales variables del entorno tecnológico, político, económico, social y demográfico que afectan a todas las empresas de su rama de actividad. Para ello, es necesario que este equipo directivo defina con claridad cuáles son las variables del entorno que deben monitorear y con qué frecuencia. Con la definición de estos elementos, será más fácil realizar los ejercicios de análisis del entorno, especialmente cuando los participantes del proceso han venido dándole seguimiento constantemente a este tipo de variables. Lamentablemente en la realidad empresarial guatemalteca, muy pocas organizaciones han logrado establecer este tipo de sistemas de análisis del macro-ambiente. Sus gerentes no se exponen frecuentemente a la proyección del futuro y por lo tanto no se encuentran en capacidad de predecir las amenazas o riesgos que se avecinan. Al no contarse con este tipo de capacidades de análisis y prospección del futuro, los gerentes se limitan a proyectar los cambios en los próximos dos o tres años, lo cual dificulta en gran medida el proceso de planeación estratégica. Si ver al futuro resulta ser de gran dificultad para los gerentes guatemaltecos al analizar el entorno, también existen grandes limitaciones para analizar a sus propias organizaciones. La gran mayoría de empresas en el medio realizan ejercicios bastante superficiales conocidos como "análisis FODA." Si bien este análisis de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, viene en uso desde hace más de 50 años, la herramienta se encuentra bastante desvirtuada en nuestro medio. Muchas empresas realizan este tipo de ejercicios en talleres de cuatro u ocho horas, sin haber realizado un trabajo previo de compilación y discusión de los elementos esenciales en la empresa. Para que el proceso funcione, el equipo de planeación debería haber analizado en profundidad el desempeño estratégico de la organización en los últimos cinco años así como el inventario de capacidades estratégicas de la empresa. Solamente al realizar este tipo de revisión interna de manera técnica, podría conducirse con efectividad un análisis FODA. En términos generales el proceso de planeamiento estratégico tiene dos grandes momentos. El análisis estratégico, del cual hemos tratado de presentar sus principales limitaciones en el medio guatemalteco hasta este punto, y el proceso de invención estratégica del futuro de la empresa, en el cual también existen grandes limitaciones en la forma en que se lleva a la práctica.
En términos generales el proceso de planeamiento estratégico tiene
dos grandes momentos:
Como lo hemos dejado entrever, si la calidad de los insumos es baja,
el producto del proceso de planeación estratégica también enfrentará serias deficiencias. Es lógico identificar que cuando el equipo de planeación tiene un bajo nivel de análisis del entorno macro y micro, así como un limitado análisis interno de su organización, se hace bastante complicado intentar dibujar futuros estratégicos de verdadero impacto para la empresa. Allí radica la principal falla del proceso en nuestro medio. Es por ello que vemos a muy pocas empresas, pasar del análisis FODA a verdaderos planes estratégicos. Esta fase es la que requiere de mayor creatividad del equipo gerencial así como de referentes estratégicos que permitan evaluar la factibilidad proyectada de diversos rumbos estratégicos. Es un momento del proceso, en el cual se necesita la capacidad del equipo gerencial para proyectar el impacto financiero y mercadológico de muchas de las decisiones propuestas. También aquí encontramos serias deficiencias en el medio, ya que no se contemplan con todas la estructura del caso las proyecciones financieras básicas y por lo tanto muchas decisiones se toman sin considerar sus implicaciones en el largo plazo. Finalmente hay que señalar que en el medio guatemalteco, la gran mayoría de empresas no han desarrollado sistemas de control estratégico para brindarle seguimiento a los planes que formulan. Es por ello que muchos de los planes elaborados solamente llegan a existir en el papel. Solamente una minoría de empresas en el medio ha logrado establecer tableros de comando para el monitoreo de las principales variables estratégicas de sus organizaciones. Estos sistemas de control deberían hacerse acompañar de los sistemas de incentivos que orienten al equipo gerencial hacia las metas estratégicas establecidas en los planes formales. Muchas veces los mejores planes estratégicos fracasan en su implementación al no considerar todos los elementos de la cultura organizacional que se requieren para que las metas se cumplan en el largo plazo. Las presiones en el entorno empresarial que se avecinan como consecuencia de los acelerados cambios en el escenario económico requerirán de directivos y gerentes con una mayor capacidad estratégica en nuestro medio. Como lo menciona Pankaj Ghemawat de la Universidad de Harvard, "podemos imaginar un panorama turbulento, casi caótico, en el que las organizaciones deberán reconsiderar en forma constante sus marcos de referencia estratégicos." De no superarse muchas de las deficiencias señaladas anteriormente, es muy probable que las empresas guatemaltecas no alcancen los niveles de competitividad requeridos en un mundo en donde el futuro ya llegó.