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El sistema tributario Colombiano esta fundamentado en el cumplimiento voluntario de las

obligaciones tributarias por parte de los contribuyentes, y con ese mismo espíritu se ha
estructurado el sistema sancionatorio en materia tributaria, de modo tal que en la medida en que el
contribuyente corrija los errores e inconsistencias en su declaraciones, la sanción será menos
gravosa.

El proceso tributario adoptado por normas especiales expedidas en 1987, se basa en la premisa de
que la fiscalización debe perseguir ante todo que el contribuyente evasor corrija su comportamiento
antes que se dé aplicación a severas sanciones por parte de la Administración.

Dentro de esta concepción, se crean instrumentos persuasivos como los emplazamientos para
declarar y corregir. Las sanciones son más gravosas en la medida en que el contribuyente no
corrija voluntariamente las fallas, omisiones o errores en que pueda haber incurrido.

Así por ejemplo, un contribuyente que presenta inconsistencias en su declaración tiene como
sanción un 10% de la diferencia del mayor impuesto declarado si corrige voluntariamente, un 20%
si lo hace después de un emplazamiento, un 40% si efectúa la corrección motivo del requerimiento
especial, un 80% si lo hace después de la liquidación de revisión y sólo se aplicará la sanción de
inexactitud completa del 160% con ocasión del fallo favorable al Estado, del recurso de
reconsideración en la vía gubernativa.

De igual manera, se eliminaron las inequidades que existían en el régimen anterior, al reducir
sustancialmente el monto de la mayoría de las sanciones vigentes, y al establecer un sistema de
disminución de las mismas. La aplicación práctica de estos principios podemos verla en las
siguientes situaciones:

La sanción por libros de contabilidad que anteriormente era del 2% de los ingresos o del 1% del
patrimonio, se reduce al 0.5% de los ingresos o patrimonio del año anterior y, si es aceptada con
motivo del traslado de cargos, se paga solamente el 50% de su valor. Si se acepta y paga después
de haber sido impuesta la sanción, se reduce al 75%.

La sanción por corrección aritmética, que era del 100%, se reduce al 30%, y el contribuyente la
acepta paga solamente la mitad de la misma (15%). Las sanciones por no enviar información o por
no expedir los certificados de retención en la fuente son del 5% del valor no informado o certificado
y se rebaja al 10% de su valor inicial, si con motivo del pliego de cargos se envía la información o
se expiden los certificados.

De esta forma, se facilita el cumplimiento de las obligaciones por parte de los contribuyentes y se
encamina la función fiscalizadora hacia la corrección voluntaria de las conductas infractoras, lo cual
busca crear una cultura en el contribuyente de pago y corrección voluntaria lo que indudablemente
le representara a la DIAN menos recursos logísticos, financieros y de personal, por lo que con la
implementación de éste sistema, tanto la administración de impuestos como el contribuyente
resultan beneficiosos.

la liquidación de aforo es aquella liquidación en la que la Dian determina el impuesto a pagar por
parte del contribuyente, cuando este se ha negado a presentar su declaración tributaria aún
después de que la Dian ha agotado el procedimiento que la ley contempla para persuadir al
contribuyente que desista en su omisión.

La liquidación de aforo sólo es posible como última etapa en el proceso de determinación oficial del
impuesto a pagar por parte del contribuyente.
El proceso se inicia con el emplazamiento para declarar y si el contribuyente persiste en su
omisión, la Dian procede a imponer la sanción por no declarar.

Cuando el contribuyente presenta su declaración en respuesta al emplazamiento para declarar, la


sanción que el mismo contribuyente debe liquidar, es la sanción por extemporaneidad.

Pero si el contribuyente no declarar a pesar de haber sido emplazado, la sanción aplicable es la


sanción por no declarar, la cual es impuesta por la Dian mediante una resolución independiente.

Hasta aquí no se ha emitido la liquidación de aforo pero la Dian ya ha impuesto la sanción por no
declarar.

Una vez impuesta la sanción por no declarar, la Dian puede proceder a emitir la liquidación de
aforo tal y como lo contempla el artículo 717 del estatuto tributario:

Liquidación de aforo. Agotado el procedimiento previsto en los artículos 643, 715 y 716, la
Administración podrá, dentro de los cinco (5) años siguientes al vencimiento del plazo señalado
para declarar, determinar mediante una liquidación de aforo, la obligación tributaria al
contribuyente, responsable, agente retenedor o declarante, que no haya declarado.

De lo anterior se interpreta que la liquidación de aforo sólo procede cuando se ha impuesto la


sanción por no declarar, de suerte que al emitirse la liquidación de aforo, el contribuyente ya ha
sido sancionado y no es posible sancionar a un contribuyente dos veces por un mismo hecho. Al
respecto ha dicho el Consejo de estado:

Una vez se ha emplazado al sujeto pasivo, éste tiene dos opciones: presentar la declaración,
liquidando la respectiva sanción por extemporaneidad, por lo que en principio cesa el
procedimiento de determinación oficial del impuesto, circunscribiendo la actuación de la
administración a la verificación de la exactitud de la información consignada por el contribuyente en
la declaración2; ó puede continuar con la conducta renuente, lo cual tendrá como consecuencia
que la administración emita la resolución sanción por no declarar y se continúe el proceso de
determinación oficial de aforo para establecer la obligación tributaria. Es importante recordar que la
sanción por no declarar es un acto previo a la liquidación de aforo pero es un acto independiente,
por lo que no es procedente que en una liquidación de aforo se sancione por no declarar al sujeto
pasivo ya que la sanción tuvo que ocurrir con anterioridad a la liquidación oficial [consejo de estado
sala de consulta y servicio civil. Agosto 2 de 2007, radicación 1837]

Adicionalmente, vale recordar que la sanción por extemporaneidad y la sanción por no declarar, las
únicas dos sanciones contempladas por la ley relacionadas con la omisión en la presentación de
las declaraciones tributarias, son excluyentes, de manera tal que si se ha impuesto una no es
posible imponer la otra, por lo que obligadamente hemos de concluir que en la liquidación de aforo
no se puede determinar ninguna sanción.

Debido a que la firmeza de una declaración cuyo saldo a favor es solicitado en devolución, cambia
con respecto a la regla general, algunos contribuyentes han llegado a considerar que sucede lo
mismo cuando el saldo a favor en lugar de ser solicitado en devolución, es imputado en la siguiente
declaración.

Supongamos que la declaración de renta del año gravable 2008 arrojó un saldo a favor, saldo a
favor que fue imputado en la declaración de renta del año gravable 2009. La inquietud es: ¿cuándo
queda en firme la declaración de renta del año gravable 2008?
Supongamos que el plazo para presentar la declaración de renta del 2008 venció el 10 de junio de
2009 y que dicha declaración no se acogió al beneficio de auditoría. Supongamos también que se
presentó oportunamente.

Según la regla general contemplada por el artículo 714 del estatuto tributario, dicha declaración
queda en firme dos años después del vencimiento del plazo para declarar, es decir que la
declaración de nuestro supuesto queda en firme el 10 de junio de 2011.

Pero resulta que el saldo a favor de la declaración del 2008 se imputó en la declaración de renta
del 2009. ¿Tal circunstancia hace que la firmeza de la declaración del 2008 ya no se alcance el 10
de junio de 2011?

Veamos lo que dice el artículo 714 del estatuto tributario:

Firmeza de la liquidación privada. La declaración tributaria quedará en firme, si dentro de los dos
(2) años siguientes a la fecha del vencimiento del plazo para declarar, no se ha notificado
requerimiento especial. Cuando la declaración inicial se haya presentado en forma extemporánea,
los dos años se contarán a partir de la fecha de presentación de la misma.

La declaración tributaria que presente un saldo a favor del contribuyente o responsable, quedará
en firme si dos (2) años después de la fecha de presentación de la solicitud de devolución o
compensación, no se ha notificado requerimiento especial.

También quedará en firme la declaración tributaria, si vencido el término para practicar la


liquidación de revisión, ésta no se notificó.

Vemos que la regla general de los dos años tiene dos excepciones claramente contempladas por
la norma:

1. Cuando la declaración se presenta extemporáneamente.


2. Cuando hay un saldo a favor que se solita en devolución o compensación

En nuestro supuesto, el saldo a favor no fue devuelto ni compensado, sólo fue imputado, y como la
imputación no está contemplada dentro de las excepciones del artículo 714 ni se puede asimilar a
una devolución o compensación, se ha de concluir que la firmeza de la declaración no sufrirá
ninguna modificación por cuanto se seguirá aplicando la regla general de los dos años contados a
partir del vencimiento del plazo para declarar.

En algún momento el gobierno mediante decreto, intentó que la imputación de un saldo a favor
tuviera el mismo efecto en la firmeza de las declaraciones tributarias que la devolución o
compensación, intento que quedó plasmado en el parágrafo 2 del artículo 13 del decreto 1000 de
1997 que dijo:

Cuando se impute el saldo a favor del período anterior, la declaración tributaria que presente el
saldo a favor quedará en firme si dos años después de la fecha de presentación de la declaración
en la cual se imputó dicho saldo, no se ha notificado requerimiento especial, de conformidad con lo
establecido en los artículos 705 y 705-1 del Estatuto Tributario.

Sin embargo, el Consejo de estado mediante sentencia de febrero 11 de 2000 Expediente 9629
declaró la nulidad de dicho parágrafo por desbordar la norma superior.
INTRODUCCIÓN AL PROCEDIMIENTO TRIBUTARIO

Antes de iniciar el estudio en detalle de los procesos administrativos, es preciso que usted conozca
a manera de introducción, donde empieza y donde termina un procedimiento en materia tributaria.
Para empezar debemos respondernos las siguientes preguntas:

1. Cuáles tributos administra la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales?

La Unidad Administrativa Especial DIAN, recepciona, recauda, controla, determina y administra


(por intermedio de bancos autorizados), los impuestos de renta y complementarios, de timbre
nacional, del impuesto sobre las ventas, los derechos de aduana, y los demás impuestos del orden
nacional cuya competencia no este asignada a otras entidades del Estado, trátese de impuestos
internos o al comercio exterior; así como la dirección y administración de la gestión aduanera,
incluyendo la aprehensión, decomiso o declaración en abandono a favor de la Nación de
mercancías y su administración y disposición.

La administración de estos impuestos comprende su recaudación, fiscalización, liquidación,


discusión, cobro, devolución y todo lo relacionado con el cumplimiento de las obligaciones
tributarias y aduaneras. Este conjunto de acciones se denomina procedimiento tributario.

2. ¿Qué es procedimiento tributario?

Procedimiento tributario es el conjunto de actuaciones que el contribuyente, responsable o


declarante en general realiza personalmente o por intermedio de representantes para cumplir con
la obligación tributaria sustancial. Igualmente, el conjunto de actuaciones que la administración
tributaria cumple para que se realice dicha obligación.

Las ACTUACIONES administrativas que normalmente realiza el contribuyente o declarante son las
siguientes:

1. Presentar peticiones en interés particular o general.

2. Presentar las declaraciones tributarias y realizar el pago cuando sea obligatorio, dentro de los
términos que fijan las normas tributarias.

3. Presentar las pruebas, certificaciones e informaciones que determine la ley o que exija la
administración tributaria.

4. Interponer los recursos contra las liquidaciones oficiales y, en general, contra los actos
administrativos que causen perjuicios patrimoniales. Estos recursos o acciones se interponen ante
la misma Administración Tributaria o ante la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo.

A su vez, la administración tributaria ejecuta entre otras, las siguientes actuaciones procésales:

1. Resuelve las peticiones de los contribuyentes.

2. Investiga, controla y determina el cumplimiento por parte de los sujetos pasivos, de la obligación
tributaria sustancial. En consecuencia, practica liquidaciones oficiales de revisión, corrección
aritmética o aforo, etc., e impone las sanciones que sean del caso.

3. Notifica en consecuencia estos actos administrativos para que la persona afectada con la
decisión de la administración, ejerza su derecho de defensa o los acate, interponiendo los recursos
que proceden contra dicho acto, dentro de los términos que ordena la ley y conforme a los
procedimientos establecidos.

4. Además la administración tributaria exige coactivamente el pago del tributo cuando el


contribuyente no paga oportunamente el propio impuesto autoliquidado, así como el cumplimiento
de los mayores impuestos que se determinen en esas liquidaciones oficiales o resoluciones que
impongan sanciones, siempre que éstos actos administrativos se encuentren ejecutoriados.

3. CLASIFICACION DE LOS TRIBUTOS

Me parece oportuno volver a recordar la clasificación de los tributos, aunque no es tema de


procedimientos tributario.

Sobre este punto, existen diversas tesis a nivel doctrinario. Por ejemplo, el tratadista Dino Jarach,
anota que se entiende por recursos tributarios “aquellos ingresos que obtiene el Estado mediante
el ejercicio de su poder de imperio, vale decir, mediante leyes que crean obligaciones a cargo de
sujetos – individuos y entidades – en la forma y cuantía que dichas leyes establezcan”.

Al respecto la Constitución Política en su articulo 338 prevé que en tiempo de paz solamente el
Congreso, las Asambleas y los Concejos Distritales y Municipales, podrán imponer contribuciones
fiscales y parafiscales.

Así mismo se señala, que son deberes de la persona y del ciudadano “contribuir al financiamiento
de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad” (C.N. Art. 95
num. 9°).

Sin entrar en más detalles, pero atendiendo a los diversos puntos de vista expuestos por los
doctrinantes en la materia, me permito presentar una exposición sobre los diferentes tributos.

Impuestos: Es el ingreso que obtiene el Estado en virtud del poder de imposición, respecto de
quienes se suceda el hecho jurídico considerado por la ley como “hecho imponible”.

Características del impuesto: No se cuenta con el consentimiento del obligado.


2. Sin contrapartida, es decir sin consideración al beneficio. Lo que recibe el contribuyente son
beneficios colectivos como fruto de la acción del Estado.
3. No existe una correlación entre el impuesto cobrado y el beneficio recibido.

Entre los impuestos nacionales vigentes en Colombia tenemos: el impuestos sobre la Renta y
Complementarios, el impuestos sobre las Ventas y el impuesto de Timbre Nacional.

Tasa: son obligaciones pecuniarias que el Estado exige como contraprestación de un servicio que
esta directamente relacionado con el sujeto pasivo.

Una característica de las tasas es que el servicio es prestado efectivamente al usuario, lo cual
significa que no basta con la mera potencialidad o expectativa para que se genere el tributo.

El sujeto pasivo entrega a la administración y a cambio recibe una compensación concreta, un


servicio determinado.

Tenemos algunos ejemplos de tasa vigentes en Colombia: los servicios públicos, tasa
aeroportuaria.
Contribuciones Especiales: las Contribuciones Especiales son ingresos públicos de carácter
obligatorio y tasado proporcionalmente, que el Estado percibe de un grupo de personas y los cuales
tienen un fin especifico del cual se deriva una ventaja particular y al mismo tiempo un beneficio
colectivo.Las contribuciones especiales agrupan 3 tipos a saber:

Las contribuciones sociales


Las contribuciones corporativas
Las contribuciones Económicas

Algunos autores no incluyen dentro de las contribuciones las denominadas sociales, las cuales se
ubican dentro del concepto de “parafiscalidad”.

Según Alain Barrere en su obra Política Financiera, la parafiscalidad constituye las “exacciones
obligatorias que reciben una aplicación determinada instituida por vía autoritaria, generalmente con
una finalidad de orden económico, profesional o social y que escapan por entero o en parte a las
normas de legislación presupuestaria y fiscal en lo que concierne a las condiciones de creación del
ingreso, de determinación de su base y de su tipo, del procedimiento de recaudación o de control
de su empleo”.

a) Contribuciones Sociales: Son contribuciones que el fisco percibe a través de las distintas
entidades de derecho público creadas con el propósito de que el Estado pueda cumplir sus fines,
como proveer la seguridad social, impartir educación y procurar el bienestar de la familia en
general.
Dentro de este grupo tenemos los aportes parafiscales al ISS, cajas de compensación y al ICBF.

b) Contribuciones Corporativas: Son las que deben pagar los diferentes grupos económicos a las
entidades que las agrupan ya sea desde el punto de vista gremial o desde el punto de vista de la
vigilancia y control sobre ellas mismas.
Podemos señalar dentro de este grupo los pagos que se efectúan a la Cámara de Comercio, a la
Superintendencia de Sociedades y Bancaria, y

c) Contribuciones Económicas: En la legislación colombiana se destaca dentro de este grupo la


Contribución por Valorización.

Por ultimo le manifestamos que considerando los elementos propios de las contribuciones
parafiscales como recursos que se utilizan cuando el sujeto activo del tributo es una persona
diferente del Estado, estos pueden tenerse en cuenta para definir la naturaleza de los recursos a
que hace referencia el articulo 81 de la ley 633 de 2000. (DIAN, Conc. 66905, jul. 23/2001).

Ahora veamos qué es ACTUACIÓN

La obligación tributaria sustancial o material tiene por objeto el pago del tributo. Para que se haga
efectiva esta, se necesita de la actividad del Estado con el fin de determinar con certeza el monto
de la misma y que sea satisfecha.

Esta actividad del Estado que hace referencia no a la constitución de la obligación, sino a su
declaración, se concreta en establecer una serie de deberes y derechos, que permiten definir la
realización en cabeza de un sujeto, de los presupuestos previstos en la ley como generadores del
tributo, así como su cuantía.

Entre los deberes que tienen como finalidad el cumplimiento de la obligación tributaria sustancial o
material se encuentran los siguientes:
a) Inscripción. De los sujetos pasivos por censos o registros que maneja la administración
tributaria, Ejemplo: el Registro Único Tributario (RUT) el cual sustituye e incorpora los siguientes
registros: el Registro tributario utilizado por la DIAN, el Registro Nacional de Vendedores, el
Registro Nacional de Exportadores de Bienes y Servicios, el Registro de los Usuarios Aduaneros
autorizados por la DIAN y el Registro de Profesionales de Compra y Venta de Divisas autorizados
por la DIAN.

El registro único tributario, RUT, establecido por el artículo 555-2 del Estatuto Tributario, constituye
el nuevo y único mecanismo para identificar, ubicar y clasificar a los sujetos de obligaciones
administradas y controladas por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales.
Elementos del RUT:

La identificación. Corresponde al nombre de las personas naturales o a la razón social de las


personas jurídicas y demás sujetos de obligaciones administradas por la DIAN, adicionada a su
vez por un código numérico denominado Numero de Identificación Tributaria – NIT, permitiendo su
individualización en forma inequívoca para todos los efectos en materia tributaria, aduanera y
cambiaria, y en especial para el cumplimiento de las obligaciones de dicha naturaleza.

La ubicación. Corresponde al lugar donde la DIAN podrá contactar oficialmente y para todos los
efectos, al respectivo inscrito, sin perjuicio de otros lugares autorizados por la ley.

La clasificación. Corresponde a la naturaleza, actividades, funciones, características, atributos,


regimenes, obligaciones, autorizaciones y demás elementos propios de cada sujeto de las
obligaciones administradas por la DIAN.

b) Presentación de las declaraciones tributarias. Con las formalidades establecidas en la ley y


dentro de los plazos fijados previamente.
c) Suministro de Información. Por parte de contribuyentes o no contribuyentes, en respuesta a un
mandato general o por solicitud especifica y particular de las autoridades fiscales;
d) Conservar pruebas. Lo que implica la obligación de llevar contabilidad en debida forma, la
obligación de facturar, y mantener documentos a disposición de la administración, y
e) Recaudo y pago del tributo. Relacionadas con los deberes de las entidades autorizadas para
recaudar, de los agentes de retención o de los contribuyentes para la extinción de la obligación.
El Estado, a su vez, también debe sujetarse a una serie de procedimientos y formalidades que
garanticen el pago del tributo. Para ellos esta revestido de un poder coercitivo que le permite
sancionar el incumplimiento de los deberes tributarios con arreglo a la ley sin perjuicio de los
derechos y garantías de los administrados.

EFICACIA DE LAS NORMAS TRIBUTARIAS: APLICACIÓN EN EL TIEMPO


Comienzo de la vigencia de las normas tributarias: el consejo de Estado manifiesta que al tenor
de los artículos 338 y 363 de la Constitución Política las leyes, ordenanzas o acuerdos de carácter
fiscal, son aplicables a partir del periodo que comience después de iniciar la vigencia de la
respectiva ley, ordenanza o acuerdo.

Retroactividad de la ley de las normas tributarias: con base en las mismas normas se tiene que
no se hace diferencia entre la favorabilidad del contribuyente, “sino que de manera categórica
proscriben la no retroactividad de la ley” (C.E., Sec. Cuarta. Sent. Jul 19/2000, Exp. 9907. M.P.
German Ayala Mantilla).

Cese de la vigencia de las normas tributarias: estas normas al igual que las restantes
desaparecerán del ordenamiento, bien por su derogación, en el caso de las de duración indefinida,
o bien por el transcurso del plazo, en el caso de ser de duración temporal.
La derogación puede se expresa o tácita: la expresa se manifiesta de dos maneras: a través de
la inclusión en lista de cuales son las normas derogadas y cuando expresamente se manifiesta que
determinada norma queda con esta nueva redacción. La derogación tácita se infiere por la creación
de una nueva norma contraria a una existente.

IRRETROACTIVIDAD DE LOS CONCEPTOS DE LA DIAN

Con base en el principio de irretroactividad de las normas tributarias manifestado en el articulo 252
de la Constitución Nacional, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales profirió la circular
175 de 2001 (seguridad jurídica), en la cual ordena que las actuaciones de la entidad deben
respetar los principios constitucionales del debido proceso, de la buena fe y en principios
reguladores de la función administrativa como son el de la economía, celeridad, eficacia e
imparcialidad, publicidad, eficiencia, justicia y contradicción.

VIGENCIA DE LOS CONCEPTOS DE LA DIAN

La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales en la circulara 175 de 2001 manifestó respecto


al tema de la vigencia de los conceptos de la DIAN “En consecuencia los conceptos que expida la
DIAN tendrán vigencia hacia el futuro, es decir no tendrán el carácter de retroactivos. Teniendo en
cuenta lo anterior es importante que en cada actuación de la entidad (por ejemplo en procesos de
fiscalización), se acoja este principio y antes de adelantar la respectiva actuación se estudie su
contexto particular se el administrado tuvo razón suficiente para actuar de una determinada
manera (por un concepto previo, una sentencia judicial, una acción no controvertida por la entidad,
entre otras) y no que el único soporte sea una norma o concepto aplicado retroactivamente.
En este sentido, y como regla general cada actuación de la DIAN y de los particulares deberá
analizarse a la luz de la Constitución, de la ley, de los reglamentos y de los conceptos vigentes y
publicados, bajo el entendido de que una vez se produzca algún cambio doctrinal o de
interpretación de la norma por parte de la oficina competente, dicho cambio afectara las
actuaciones de los administrados, hacia el futuro, debiendo respetarse las actuaciones ocurridas
bajo el amparo de la doctrina anterior.

OBLIGATORIEDAD DE LOS CONCEPTOS

En la misma circular 175 de 2001, la DIAN establece lo siguiente: “en materia tributaria, el articulo
264 de la ley 223 de 1995 establece: los contribuyentes que actúen con base en los conceptos
escritos de la subdirección jurídica (hoy oficina jurídica) de la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales, podrán sustentar sus actuaciones en la vía gubernativa y en la jurisdiccional con base
en los mismos.

Durante el tiempo en que tales conceptos se encuentren vigentes, las actuaciones tributarias
realizadas a su amparo no podrán ser objetadas por las autoridades tributarias. Cuando la
Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales cambie la posición asumida en un concepto
previamente emitido por ella, deberá publicarlo.

Los conceptos que expide la oficina jurídica de la DIAN, constituyen la expresión de


manifestaciones, juicios, criterios o dictámenes sobre la interpretación de las normas tributarias,
aduaneras, de comercio exterior o de control de cambios, ya sea que hayan sido solicitados por los
particulares o a instancia de las administraciones, para satisfacer necesidades o requerimientos de
las mismas.

Tales conceptos que constituyen criterios auxiliares de interpretación de la ley no se convierten en


actos o decisiones administrativas que afecten la esfera jurídica de los administrados, en el sentido
de imponerle deberes u obligaciones u otorgarles derechos no contemplados en la ley. Ahora bien,
en el evento en que dichos conceptos posean un alcance normativo por la obligatoriedad de
aplicación para la administración o por la posibilidad o exigencia de sujeción a ellos para los
administrados, podrán ser demandados ante la jurisdicción contencioso administrativa.

En consecuencia, las actuaciones de los particulares fundamentadas en los conceptos vigentes,


deben ser respetadas por la administración sin perjuicio de las facultades de fiscalización en virtud
de las cuales puedan llegar a determinarse irregularidades o inexactitudes cometidas por parte de
los contribuyentes o usuarios, en detrimento de los intereses del Estado”.

PUBLICIDAD DE LOS CONCEPTOS

Por la obligatoriedad de la aplicación de los conceptos, se considera que deben ser publicados en
el Diario Oficial los siguientes:

Los conceptos que revoquen, modifiquen, o cambien la doctrina vigente.


Los conceptos que aclaren, adiciones o confirmen la doctrina contenida en conceptos anteriores.
Los conceptos que se emitan con ocasión de cambios en la legislación.
Los conceptos generales sobre una determinada materia y los especiales sobre un determinado
tema (DIAN, Circ. 175/2001).

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