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4. Mide los versos de esta estrofa de Santa Teresa de Jesús. ¿De qué tipo son?

LENGUA Y LITERATURA 3º ESO. EJERCICIOS DE MÉTRICA


¿Qué observas?

1. Lee con atención los siguientes versos de Fray Luis de León. ¿Cuántas Vivo ya fuera de mí
sinalefas encuentras? Márcalas. después que muero de amor,
porque vivo en el Señor
El aire se serena que me quiso para Sí.
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena 5. ¿Ocurre lo mismo en estos versos de Rubén Darío? Explícalo.
la música estremada,
por vuestra sabia mano gobernada. Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard.
¿Crees que la h impide la unión de vocales para formar sinalefa?
6. ¿Cuántas sílabas tienen los versos de Darío? ¿Con qué nombre se conocen?
2. Aquí tienes otros versos de Fray Luis de León.
Recuerda que a partir de doce sílabas, los versos son compuestos. ¿Podrías
¡Qué descansada vida dividirlos en dos partes? ¿Cómo se llaman estas mitades? ¿Y la pausa central
la de que huye el mundanal ruïdo! que las separa?

Despiértenme las aves 7. Señala las rimas de esta letrilla y este villancico de Luis de Góngora. ¿De
con su cantar süave no aprendido. qué tipo son? Justifica tu respuesta.

¿Qué licencia métrica aprecias en ellos? ¿Cómo se marca? La más bella niña
de nuestro lugar,
3. Lee estos versos de Francisco de Quevedo: hoy viuda y sola,
ayer por casar,
¡Cómo de entre mis manos te resbalas! viendo que sus ojos
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía! a la guerra van,
¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría, a su madre dice,
pues con callado pie todo lo igualas! que escucha su mal:
dejadme llorar
¿Cuántas sílabas métricas tienen? ¿Qué licencia se emplea en el tercer verso? orillas del mar.

1
Esta noche un Amor nace, Quien no os ve pierde la vida,
niño y Dios, pero no ciego, y el que os ve halla su muerte;
y tan otro al fin, que hace mas quien muere desta suerte
paz su fuego cobra la vida perdida.
con las pajas en que yace. Fernando de Herrera
8. Compara los versos anteriores con estos: ¡Oh espíritu subtil dulce y ardiente,
que sales de las dos vivas estrellas
Ayer naciste, y morirás mañana. más claras que la luna y muy más bellas
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida? que el sol cuando colora el orïente!
¿Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana? Francisco de Figueroa

¿Cuáles son de arte mayor? ¿Y de arte menor? Escribe su nombre (bisílabos, ¡Primavera soriana, primavera
trisílabos…). humilde, como el sueño de un bendito,
de un pobre caminante que durmiera
9. Mide los versos e identifica la estrofa o el poema. de cansancio en un páramo infinito!
Antonio Machado
Madre mía, amores tengo:
¡ay de mí, que no los veo! Mester traigo hermoso, non es de joglaría;
Anónimo mester es sin pecado, ca es de clereçía;
fablar curso rimado por la cuaderna vía,
Más penado y más perdido a sílabas cuntadas, ca es grant maestría.
Y menos arrepentido Libro de Alexandre, Anónimo
Garci Sánchez de Badajoz
No fuiste tú engendrada
Nunca voló la pluma humilde mía ni producida de la dura tierra;
por la región satírica, bajeza no debe ser notada
que a infames premios y desgracias guía. que ingratamente yerra
Miguel de Cervantes quien todo el otro error de sí destierra.
Garcilaso de la Vega
Hermosos ojos serenos,
serenos ojos hermosos, Los vasallos y los hoyos
de dulzura y de amor llenos, en las viñas igualados,
lisonjeros y engañosos. de nieve estaban cuajados

2
pareciendo los arroyos Mano mejor que la mano de Orfeo,
lazos de plata en los prados. mano que la presumo y no la creo.
Lope de Vega Tomás de Iriarte

Este mundo es el camino Temamos al Señor, que nos envía


para el otro, que es morada las espigas del año y la hartura,
sin pesar; y la temprana pluvia y la tardía.
mas cumple tener buen tino Andrés Fernández de Adrada
para andar esta jornada
sin errar. Hombres necios que acusáis
Jorge Manrique a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
Madrugaba el Conde Olinos de lo mismo que culpáis.
mañanita de San Juan Sor Juana Inés de la Cruz
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar. Una, dos, tres estrellas, veinte, ciento,
Mientras el caballo bebe mil, un millón, millares de millares,
él canta un dulce cantar; ¡válgame Dios, que tienen mis pesares
las aves que iban volando su retrato en el alto firmamento!
se paraban a escuchar. Diego de Silva y Mendoza
Anónimo
Valerosos, enérgicos, tranquilos,
Admirose un portugués caminan sin dudar hacia un futuro
al ver que en su tierna infancia que tramándose está con estos hilos
todos los niños en Francia de un presente en fervor de claroscuro.
supiesen hablar francés. Jorge Guillén
Arte diabólico es,
dijo, torciendo el mostacho, Luz del alma, luz divina,
que para hablar en gabacho faro, antorcha, estrella, sol...
un hidalgo en Portugal, Un hombre a tientas camina;
llega a viejo y lo hace mal, lleva a la espalda un farol.
y aquí lo parla un muchacho.
Antonio Machado
Nicolás Fernández de Moratín

3
Desierto está el jardín... De su tardanza Si de mi baja lira
no adivino el motivo... El tiempo avanza... tanto pudiese el son, que en un momento
Duda tenaz, no turbes mi reposo. aplacase la ira
Comienza a vacilar mi confianza... del animoso viento
El miedo me hace ser supersticioso. y la furia del mar y el movimiento.
Ricardo Gil Garcilaso de la Vega

¿Qué se hicieron las damas, Yo voy por esta solitaria tierra,


sus tocados, sus vestidos, d´antiguos pensamientos molestado,
sus olores? huyendo el resplandor del Sol dorado
¿Qué se hicieron las llamas que de sus puros rayos me destierra.
de los fuegos encendidos
de amadores? El paso a la esperanza se me cierra;
Jorge Manrique d´un ardua cumbre a un cerro vo enriscado,
con los ojos volviendo al apartado
No las damas, amor, no gentilezas, lugar, solo principio de mi guerra.
de caballeros canto enamorados,
ni las muestras, regalos y ternezas Tanto bien representa la memoria,
de amorosos afectos y cuidados; y tanto mal encuentra la presencia,
mas el valor, los hechos, las proezas que me desmaya el corazón vencido.
de aquellos españoles esforzados,
que a la cerviz de Arauco no domada ¡Oh crueles despojos de mi gloria,
pusieron duro yugo por la espada. desconfianza, olvido, celo, ausencia!:
¿por qué cansáis a un mísero rendido?
Alonso de Ercilla
Fernando de Herrera

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