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ENFOQUES TEóRICOS
DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Los esfuerzos por teorizar acerca de las naturaleza de las relaciones en.
tre los estados son bastante viejos; algunos de hecho se remontan a la
antigüedad en la India, China y Grecia. Si bien las reflexiones de Platón
y Aristóteles sobre el tema son bastante esquemáticas, el historiador c;le la
antigua Grecia, Tucídides, escribió un tratado clásico, Historia de la Gue-
rra del Peloponeso, que cualquier estudiante de relaciones internaciona-
les todavía puede leer con provecho.! El príncipe de Maquíavelo, un pre"
cursor del moderno análisis del poder y del sistema de los estados, ponía
11
12 ~ Enfoques teóricos de las relaciones internacionales
Para lbs años tremta ' había un creciente reconocimiento entre los profeo
soresde relaciones! internacionales' de la 'brecha existente entre los ' "uto-
pistas" y los "realistas" . . El: clima académico posterior' a la Primera 'Gue-
rra1Mundial ,hiio que fuera ' conducente 'para los utopistas ' preocUparse pOI!
los , medios de Impedir: otra guerra. En consecuencia, . esta ' tarea '. impulsó
el estadio 'serio de las"relaciones' 'internacionales. Ningún especialista de
dicho~ ,pedoi:lo 'analizó' de ~ manera más ' aguda que Edward Hallet Carr en
su ;"(:er~oliadó · trabajó~21 ' las ' diferenCias' filosófica's entre utopistas : y realis-
tas. , ~·ste, 'si bien publicadO: eil' 1939, noiuvo su efeoto' en Estados' UÍlidoS
hasta despué's :de la Segunda' Guerra 'Mundial. · La mayor,íi de"las análisis
ebmpara,tistassiguientes"se remiten 'claramente a .dkhol ·trabajOl;¡ '.
i':JfmCarr; veía a los utopistas', en su ' mayoría,' corr1'0 i~a:descendientes' ¡nte-
iéctuales '}del optimismo iluminista del siglo xVIIT," el "liheralismo ' delsi~
glol ~IX'<y' :el ¡idealismo wilsoniano-del siglo, xx; El utopisnioestá' estrecha-
inente ;asomado' :c onuna tendencia distintivamente :: anglo-norteamericana
ao~pbnér.'que 'IO's estadista:s' disfrutan 'de amplia' -libertad de · elección en
eNtrazado ;de~. la" poIítíca 'e xterior..22 Echados apeTder por un cierto fari·
séísmo-;<>!t}!r¡,utopistas ' se aferraban ' a: la ' creencia ' de que Estados -Unidos
habfa: entraooeh la Primera Guerra Mundial como un adalid desinteresado,
ine1asi:ve ¡remis'O,' de la moral internacional. Subrayando tómodebería:
comportarse la gente en sus relaciones internacionales más que cómo
se-Icol'inportade 'hecho; los utopistas norteameriCanos desdeñaban la política
tlel equilibrió· de"podér (históricamente identificada: con Europa), los ar~
mamentos"nacionales,el uso de la fuerZa en los asUntos internacionales y
los'1ratadoS' !s~aretos . de -alianza que ·precedieron a la Primera Guerra Mun-
dial; ' Pdr-rci:ontraposición, subrayaban los' derechos y obligaciones legales
intetnáddriáles; la' armonía natural del interés nadonal -que recordaha
la' "IJlano' invisible" : del Adam Sinith 23_ como ' regUladora de la preserva-
ción de la paz' internacional, uría fuerte confianza en la razón' en los asun-
tos hümanos y la'~ cohñanza' en la funci6n de presetvador de la paz del
Enfoques . teóricos .de lfls r,elq.ciones int~rnacionqles. '::'.. l~
lqs dos pmses en. los', cuales las universidades ',habil:lo : n;tO:strado'.'m ayor
avanCe :en :el desarrollo: de: entregueJ;raS de:llas "relaciones ·internacionales¡
produjeron. análisis 'adecuados para la , reali~c!l ; de poSguerra:" Varios ' tra~
bajos públicados a . fines de ' los' años ic1,latentl:l ;s;u;brayaban lel enfoque del
po,derpata el estudio ,de,.las' relacio~es : J.ntelillaCiOnales. "Uno :de Jos auto-
..-es ,inglesesniás a menudo citado: eralMarrtim Wight" 'quien :señalaba que : 1
; ' ,- " '.: -', ',"":i . ;:'; ,r': : ~. I ~ ...r ! . . ... . . ..;- ,
.10 que :distingbe alá,'historia modetíia' dé ,lanhistoria medieval es el
:¡predominio 'de -la ¡idea: de' poder sobve,ila,')i4ea; ~de:, tlerecho; " el " mislllQ
J élin::iino,¡< '.p oder" :para describir. a un EstadQ \em su asp.ecto: intemaci~
-nal',es ' significativ<;) ~ la visión del 'hombre¡¡de.Ja: calle; quien,'quizá$
'está.inclinade} a aar'pQr selitado que 'l a política ,e",teriores inevitable"~
,mente upolítica de poder'.'¡ no 'carece de ;una .aguda,' ;p eneít:ac;:iÓn.31 ' .
." •. :: : o;,. ,O!. ':') . ,' .
Los libros de ' texto anteriores 'c ontenían algunas observaciones teóricaS:
sobre tópicos cOIl1o el nacionalismo, el imperialismo, el 'colonialismo, la
emergencia del Tercer Mundo, la ideología y la propaganda, y el efecto
de los factores e'conóriiicos y tecnológicos en his relaciones' intt~rnadonales.
Algúnos corttenían ' capítulos sobre alianzas, integraéión regiorial o funcio-,
nal, desarme o contr.ol de 'armamentos y técnicas :especfficas de política
exterior como la intervención, la no alineación y r el ' aislamiento. Pocas
vecesse'Veíáun esfuerZo por trazar vínculos precisos' entre las teodas o
por averiguar SI las teorías parciales podían unirse en un todo mayor y
coherente.M Esto Iiopreteride 'sugerir que los' autores necesariamente care-,
cieran de 'su propia teoría configuradorá. Peto no presentaban una teoría
generalizada de forma sistemática. Por cierto, varios de ellos sin duda
sospechaban 'de las teoda'!; aisladas y 'abarcadoras. ' '
A 'lo largo de todo el período que va hasta' fines de los años cuarenta,
ha habido ' un lento desarrollo de metodologías y técnicas. de investigación,
análisis y enseñanza de relaciones internacionales, que ha .contribuido al
crecimiento de la teo'ría.3s El esfuerzo hacia la construcción de una teoría
abarcadora empezó con el "Gran Debate'" entre realistas e idealistas (tra-
tado en el . Capítulo 3). Originalmente, la mayoría de ¡os mlen:ibros de-
ambas escuelas era lo que ahora llamamos tradicionaliStas. Quienes esta-
ban interesados ·en rechazar las premisas de la política internacional tra-
dicional encabezaron el camino en el desarrollo de metodologÍas conduc-
tistás cuan,titativas, pero pronto se les unieron algunos realistas que querían
demostrar que la evaluaCión básica de poder no se podía dejar fácilmente
de lado.
Los añoS sesenta fueron testigos de una considerable expansión del in-
terés eh el análisis teórico,36 y su convalidación por medio de metodologías
tales como el análisis de contenido y las correlaciones de., dos variables;
•20 ~ Enfoqu.~s. teóricos de las relaciones internacionales
. .
Inclusive el esfuerzo por clasificar teorías como "grandes" o "de 'mediano
alca?ce" ~uede provocar debate. No se trata de categorías completamen-
te dIsyuntIvas, algunas teorías pueden ubicarse entre ellas y otras pueden
no adecuarse bien a ninguna de las dos. La teoría de toma de decisiones
d~ Richard Snyder y sus colegas, por ejemplo, no es tanto una teoría ex-
plIcativa con poder de predicción como un esquema taxon6mico o clasifi-
catorio ' preciso, un marco conceptual que le suministra al investigador
que está haciendo un estudio de casos aislados o comparados en el tema
de toma de decisiones, un marco ordenado para recoger y analizar datos.
Otras teorías de la toma de decisiones como la "cibernética" (John Stein-
bruner), la del "comportamiento satisfactorio" (Herbert Simon), la "buro-
crática" (Morton Halperin) y la del "agente racional" o de los "procesos
de organización" (Graham Allison) se acercan más a ser explicativas. To-
das las teorías antes mencionadas, más otras, serán tratadas en los capí-
tulos siguientes. El fin de mencionarlas aquí no apunta tanto a abrumar,
menos aún a desalentar al estudiante, sino a indicar que no sólo hay
muchas teorías diferentes sino también tipos y formas diferentes de teori-
zar sobre las relaciones internacionales. Las autoridades del campo en
absoluto coinciden en qué sería mejor: construir una gran teoría primero
y dejar que la formulación de teorías de mediano alcance fluyera de
ella, o probar y solidificar un conjunto de teorías de mediano alcance
antes de proceder a un nivel más elevado y abstracto. Stanley Hoffmann,
por ejemplo, prefiere empezar con la gran teoría mientras que J. David
Singer se inclinaría a poner las bases con teorías de mediano alcance, de
base empírica. La situación ha cambiado poco desde que Glenn Snyder
y Paul Diesing escribieron, más de una década atrás:
Seguía sugiriendo, con bastante ' sensatez, ,q ué el ' "tema de 'las relaciones
internacionales consiste en cualquier conocimiento, tomado de cualquier
fuente, que puedá ser de ayuda para responder' a nuevos problemas inter-
nacionales o para entender los viejos".43 ' '
, Durante más de una década después de la Segunda Guerra Mundial.
los e's Pecialistas discutieron si las relaciones internacionales podían ' lIa-
,r narse ima disciplina con metodología y conÚmído sustancial propio, o si
era tan encidopédkacomo para pertenecer a varias disciplinas. Quincy
Wright la consideraba una "disciplina en emergencia" en proceso de for-
madón~ y aducía que responde a los criterios ' definitorios de sus criti-
cos tánto :como la mayoría de las disciplinas académiCas, en el desarrollo
tle la',ctúll la historia ha jugado un papel tan importante cómo la lógica.44
Morton' A. Kaplan,al insistir en 'que las relaciones internacionales carecen
'del carácter de disciplinaporque ' D.o "hay un centro disciplinario común
'ql;l~, J>ue~a ' ser ~ndqu~cid?,: com~ lo ha 1?-abi~,~ ef,1 .e~,a' ~quivál~n.te?e
-la cIénCIa polítIca"; nmgun conjunto de habIlIdades ,y: tecmcas y nmgun
cuerpo desarrollado deproposiciories teóricas,preferia reconocer a Ul polí-
tica internacionalsiírtplemente , como una subdisciplina ,dentro de la cien-
dapolítica.4s " , ,, ,
Frederick S. D~nn afirma que las relaciones intemaciohales ptteden
"ser , consideradas COlpO las ' relaciones concretaS que tienen :l ugar !a: tra-
vés de las froníerasnacionales; o como el 'cuerpo, 'de conochnieIltos que
tenemos sobre tales relaciones: en cualquier' 'meirrierlto ' dado".46 Este es un
enfoque bastante ' habitúal, peró ¿es , ádecuadó? 'És : ~barcadory no llinita
el tema alas relaciones 'oficiales entre 'estados y:gobiemos. Pero ¿es acaso
e's ta determinación demasiado amplia y sería mejor incluir las relaciones
·transnadonales sobre la ' base de susignifiCad6ii ' política; , por ejemplo,
céntrándose en las influenchis que 'ellas ejercen en las unidades polítiCas' del
mundo?: Como estudiosos de la polítiCa, nos preocupan las relaciones en-
tre todos los' agentes ' -estatales y no estatales, internacionales y transna-
cionales- en la medida en que contribuyen a una comprensIón 'de ,los
fenómenos políticos. Definimos la política internacional como el esfuetz6
de un Estado u otro agente internacional por influir en cierta forma: a otro
Estado, u otro agente internacional. Una reÜtción de influencia puede abar-
-ca:¡. el uso concreto o la amenaza de uso de la fuerza militar o puede ba-
sarse 'e nteramente o en parte en otros alicientes, tales como incentivos
políticos o económicos. La política internacional, más aún, al igual que
toda la política, representa la conciliación de perspectivas, metas e mtere-
's es variables. Así la política internacional incluye muchas pero no nece-
'sariamente todas las transacciones o interacciones que tienen lugar a tra-
vés de las fronteras nacionales. "
Enfoques teóricos de las relaciones internacionales ,." i5:
.qw :eIWontr.amosen las ciencias físicas (por razones que se explicarán '
.üelante), y puede asumir muchas formas diferentes. En las relacio-
ne~terria'CÍonales, el término teoría ha sido utilizado, al igual que tantos
otros términos, de formas distintivas y a menudo confusas. Entre los usos
más importantes están los siguientes. La teoría ha sido igualada con una
filosofía, una ideología, una hipótesis, un conjunto de conceptos interre-
lacionados, un conjunto de hipótesis interrelacionadas, un conjunto de
hipótesis interrelacionadas con una cantidad necesaria de pruebas que la
apoyan y un conjunto de axiomas y conceptos de los cuales pueden deri-
varse hipótesis. La teoría puede ser deductiva o inductiva, una distinción
que se elaborará más adelante. Puede ser una taxonomía -un esquema
de clasificación o un marco conceptual que permite el arreglo ordenado y
el examen de los datos. Puede ser una descripción y análisis del compor-
tamiento político de agentes racionales, basado en un solo motivo domi-
nante como el poder. 0, en lugar de describir cómo los agentes racionales
de hecho actúan, puede ser normativa, indicando cómo deberían compor-
tarse; un tema sobre el cual se dirá más a continuación. Finalmente, como
se ha sugerido antes, puede ser un conjunto de recomendaciones políticas
para seguir un particular curso de acción.
práctica 'en términos de Hume, podemos decir que mientras que el teóricd>
puro por lo general se preocupa principalmente por los procesos de pen-
samiento deductivos para generalizar formulaciones, el encargado de tra-
zar políticas tiene un interés principal en el conocimiento empírico e'
inductivo, derivado de la propia experiencia personal más que de cualquier-
esfuerzo sistemático de investigación. El encargado de trazar políticas se
preocupa también por los detalles sutiles de los valores, las fuerzas y las
preferencias políticas que operan en una situación particular en toda su.
realidad existencial, más que por la abstracción universal o probabilidad.,
Mientras que el teórico social quiere concentrarse primordialmente en
elementos comunes a muchas situaciones, el encargado de trazar políticas
invariablemente quiere información detallada acerca de aquellos elementos'
que son únicos respecto del caso que tiene entre manos.
Sin embargo, para que nadie reciba una impresión errónea, recalcamos:
que los énfasis diferentes del teórico y del profesional no alteran el hecho
de que sea deseable que cada uno intente apreciar las modalidades de cono-
cimiento peculiares del otro. Ninguno de ellos puede permitirse desestimar
el conocimiento generalizado o particularizado. Los líderes de fines del"
siglo xx deben pesar y mezclar diferentes teorías · en sus esfuerzos por
entender los acontecimientos, elegir políticas adecuadas y predecir resul-·
tados. Sin embargo, es probable que sigan prefiriendo sus propias "teorías-
intuitivas" -el efecto acumulativo de su propia educación y experiencia.
política ya sea en cargos electos, por designación o usurpación, ejecutivos,_
legislativos o diplomáticos- como guía confiable para elecciones políticas,
a las estructuras teóricas abstractas elaboradas en los círculos académicos'
y a menudo expresadas en una terminología no familiar para los encarga··
dos de trazar políticas. Los teóricos académicos apuntan a la comprensión;
los políticos prácticos deben elegir cursos de acción. Los primeros intentan
prescindIr de los acontecimientos de todos los días, los segundos no pueden .
. Finalmente, debemos recordar que los líderes políticos por lo generar
están preocupado's por configurar la política exterior de sus países res-
pecto dé los prinCipales aliados y adversarios. El alcance de su atención
en el ámbito internacional está limitado parla mayor cantidad de tiempo·
y esfuerzo que deben consagrarles a los asuntos internacionales. Pocas ve-
ces pueden afrontar el lu.io de pensar acerca de todo el sistema interna-
cional. El te6rico internacional debe estar profundamente interesado en la-
política exterior de un conjunto de estados, según el fenómeno preciso que
está investigando, pero se da cuenta de que las "relaciones internaciona-
les" sOn más que simplemente la suma de las políticas exteriores de las-
nácionés. Aunque hay un fuerte vínculo entre la política internacional y la:
nacional y 'la economía,58 hay una "interioridad" en el . trazado de la polí-
fÍéa exterior que exige una perspectiva nacional específica. El especialista
académico que se maneja con la teoría internacional, enfoca el tema desde'
una ' perspectiva más amplia ' y se centra en los resultados netos de los-
prótesos interactivos que los encargados de trazar la política nacional pue~·.
den querer intentar entender e influir ' en ellos, pero no siempre de forma'
completa o ·exitosa. Páraque no se nos malinterprete, agreguemos de inme~·
diato que una ' gran cantidad de nuestro conocimiento sustancial sobre
reladonesinternaeionales siempre ha venido, y seguirá haciéndolo, de estu':':
.30 ~. Enfoques teóricos de las relaciónes inlefnacionáles
dios ,de política exterior nacional y comparada.59 Los dos enfoques intersec-
tan 'e n muchos lugares pero no sonjdénticos~·
las ciencias sociales (por contraste con la física o la química) éstas por 10
general no son de orden muy alto; tampoco las da él método deductivo
'<> los métodos utilizados por químicos, físicos o biólogos. Newton fue el
más grande físico de Su época, pero Einstein demostró que su trabajo era
parcial y.tenía defectos, tanto como eventualmente inc!usive el !rabaj?
de Einstem pueda ser reemplazado por una nueva teona. En la mvestI-
gación en política internacional, es algo raro obtener correlaciones esta-
dísticas en altos niveles de significación, a tal punto, por ejemplo, que
:sólo habría una sola oportunidad en mil de que estuvieran obligados a
coincidir.
La deducción y la inducción no deberían considerarse ni como enfo--
ques en competencia ni como mutuamente excluyentes. Algunos especia-
listas preferirán uno al otro y harán ' más avances, con uno que con el otro.
La construcción de la teoría exige una combinación fructífera de los dos,
más algo más, que se ,discutirá en , su momento. El argumento de que en
la era nuclear Un sistema internacional bipolar es más estable que uno
multipolar y t 'ceversa; que no pueda apoyarse en pruebas empíricas, gene-
ralmente pro ede por deducción lógica a partir de ,pr~misas supuestas res-
pecto de la ca tidad de incertidumbre en el sistem~ y .el número de agentes
a los cuales los estados deben dirigir su atención., (Ver la referencia a
Singer, Waltz y Bueno de Mesquita en el Capítulo 8.) Por el otro lado, a la
proposición teórica de mediano alcance de que los gobiernos encuentran
relativamente fácil seguir políticas de integración económica regional en
períodos de crecimiento próspero y tienden a volver a atrincherarse en el
particularismo nacional en épocas de recesión, puede llegarse, por ' deduc-
ción y puede ser ~omprobada por referencia a la evaluación de la Comu-
nidad Económica Europea. (Ver Capítulo 10.)
Kenneth N. Waltz distingue las teorías de los datos empíricos, las
correlaciones estadísticas, las hipótesis y las leyes o generalizaciones ob-
tenidas por inducción. Las correlaciones estadísticas, aun si son signifi-
cativas, no son hechos y nunca pueden establecer conexiones causales.
Podemos llegar a leyes y generalizaciones empíricas a través ' de métodos
inductjvos y éstos pueden idelltificar asociaciones invariables o proba-
bles, pero no pueden explicarlas. Los antiguos babilonios estaban fami-
liariz;ados con la~ leyes de los movimientos de las, mareas que podían
,<>bservar, medir y predecir, pero no podían explicar ,tales leyes.~sa es la
función de la teoría, a la que no puede llegarse sólo P9r la deducción,
'pues ,Ila deducción meramente procede de ' forma lógica desde premisas
iniciales y así no puede suministrar nuevas , explicaciones poderosas. Las
'teorías tienep que ser, inventadas por un prOceso intelectual creativo que
toma un r,conjunto de leyes y generalizaciones diferentes, las simplifica
aislando unos pocos factores clave, las abstrae de lo que no es importante,
las suma en'· una forma antes desconocida y las sintetiza en un Il¡uevo sis-
tema explicativo ideal y casi perfecto, Semejante proceso difícilmente pue-
,da ser enseñado. Un libro de texto no puede más que mostrar cÓmo otros
han teorizado, Los ;estudiosos pueden juzgar pOr sí mismos si una teoría
particular es reveladora, satisfactoria y prometedora. Esperamos que una
.r evisión de varias te01;Ías inspire a aquellos que las estudian a embarcarse
·en suspTo}:>i¡ls trayectorias de .teorización.<i3
Enfoques teóricos de las relaciones internacionales '" 33
Aun al margen del agudo análisis de Waltz, sería erróneo sugerir que la
teoría del equilibrio de poder es obsoleta. Muchos teóricos "modernos",
"no tradicionales" y "científicos" han descubierto que merece atención.
Morton A. Kaplan la convierte en uno de sus seis modelos heurísticos de
los sistemas internacionales. Le consagra más espacio al sistema del equi-
librio de poder con sus reglas esenciales que a cualquiera de los demás
sistemas.97 (Para una discusión de los modelos de sistemas deKaplan, ver
el Capítulo 4.) Arthur Lee Burns, después de estudiar el problema del sis-
tema en un equilibrio estable, llega a la conclusión de que "los arreglos
más estables parecerían ser un mundo de cinco o más potencias impares,
independientes y de aproximadamente igual fuerza", dado que no serían
fácilmente divisibles en dos lados iguales.98 Por su simplicidad para calcular
(46 '~ '1infó~ue's teoriCos de las relaciones internacionales
fá~ ;'té'la:¿¡bnds ' y por la certeza y estabilidad que produciría tal simplicidad,
'B~ms 'sosH~ne que,' óptimamente, el sistema más estable sería un mundo
!(!le "t:lhco bloques aproximadamente iguales, cada uno de los cuales inclu-
yera una familia de naciones-clientesintercambiables".99 '
Más recientemente, R. Harrison Wagner ha aducido que cualquier nú-
mero' de agentes entre dos y cinco puede ' producir un sistema estable,
'Pero 'que el sistema más estable es aquel de tres agentes.1oo Muchos ' analis-
tas dél caII1.PO de la disuasión nuclear y la teoría del control de armamentos
han actualizado y planteado en formas altamente sofistiCadas las catego-
nas del pen,samiento vinculado con 'el equilibrio de poder.101 Y si bien
'r oúchos 'intelectuales y ~specialistas universitarios consideran la teoría
"él 'equilibrio de poder una t~oríaburda, poco elaborada, simplistamente
ingenua Y ob,s oleta de las relaciones internacionales, gran cantidad de esta-
ttist'as',: polí~kos, diplomátiCos, capitostes; periodistaS y gente de la calle
<tdqavía' la consid,eta como 'tina explicación adecuadá de lo que de hecho
ocurre enelsistema internadonaly la bas~ sobre)a cual la política exte-
rior debería formuhlrse y dirigirse. La teoría retiene su encanto y validez
:para los analistas ' ~e. la limitaCión de armas e~tratégicasy de la: relación
entre Estados Unidos, la Unión Soviética; China, Europa Occidental, Japón
y otros
(. .'
centros
.~" . .
de. 'poder del
" .
sistemaglobaÍ.
. . " . ' , "
Conclusiones
Nuestro propósito en este capítulo ha sido mostrar de manera general
cómo el estudio de las relaciones internacionales ha evolucionado, a fin de
abrir el escenario para examinar las principales teorías, del pasado y el
presente, en detalle.
En el principal trabajo de Quincy Wright, A Study of International
Relations (Un estudio de las · relaciones internacionales ), .después de admi-
tir que las relaciones internacionales todavía Son "una disciplina emer-
gente que manifiesta poca unidad desde el punto de vista del método y la
lógica",115 sugiere que el campo puede ser mejor entendido si lo aborda-
mos a través de cuatro perspectivas intelectuales básicas. En su opinión,
toda la realidad social puede dividirse adecuadamente en cuatro catego-
!52 ."., ~Enfoques teóricos de las relaciones internacionales
-das ~ ,l) <lo ,concreto (lo que fue o lo que es, conocido a través del método
4 escriptivo);' 2) lo posible (lo que puede ser, conocido a través del método de
Ja: ~ especulación teórica); 3) lo probable (lo que será, conocido a través
.del ,método de predicción); 4) lo deseable (lo que debería ser, conocido a
través del método de la reflexión ética, valorativa o normativa). Estas
.cuatro categorías, dice Wright, corresponden a la historia, el arte, la cien-
,cia y la filosofía. lló Los autores encuentran esta categorización digna de
-examen, pues es útil en todas las ciencias sociales.
, Para resumir, la función esencial de la teoría internacional es permi~
-timos mejorar nuestro conocimiento respecto de la realidad internacional,
sea con el fin de la "pura comprensión" o con el fin más activo de cambiar
,dicha realidad. La teoría nos ayuda a ordenar nuestro conocimiento exis-
tente y a descubrir nuevos conocimientos de forma más eficaz. Suministra
-un marco de pensamiento en el cual definhnos las prioridades de investi-
:gación y seleccionamos las herramientas disponibles más adecuadas para
recoger y analizar datos. La teoría dirige nuestra atención a similaridades
-y diferencias significativas y sugiere relaciones que no se habían percibido
:antes. En el mejor de los casos, la teoría sirve como prueba de que las
-potencias de la mente humana han sido aplicadas a un problema concreto
·con previsión, imaginación y profundidad, y esta prueba inspira otras
-para esfuerzos ulteriores tendientes al desacuerdo o la coincidencia.
No hay un solo modelo de teoría. La teorización social se produce en
muchos niveles y a través de muchas perspectivas disciplinarias, con
-va:rios experimentos y enfoques interdisciplinarios en curso. La teoría de
"las relaciones internacionales, que va más allá de la teoría de la "política
exterior", contiene componentes que son descriptivos, especulativos, pre-
. dictivos y normativos. Un especialista aislado puede subrayar cualquiera
-tle éstos, pero cuanto más altamente desarrollado esté el campo de la
teoría de las relaciones internacionales , como un todo, será más probable
que implique una síntesis de "lo que es", "lo que puede ser", "lo 'que pro-
oablemente será" y "lo que debería ser". La buena teoría puede ser induc-
tiva o deductiva, micro o macro, altamente específica, de mediano alcance
,o "grande" en el sentido de ser tan abarcadora COmo el estado de nuestro
conocimiento en cualquier momento dado lo permite y explicando un nú-
mero lo más amplio posible de fenómenos con la menor cantidad de varia-
-bIes posible. Todos estos enfoques son válidos y útiles cuando se los
maneja con inteligencia y cuidado metodológico y cuando se aplica al nivel
apropiado, o los niveles apropiados de análisis en el estudio de las rela-
ciones internacionales.
"NOTAS AL CAPITULO 1
-:: " * El tema del desarme ofrece un ejemplo de lo que quiere decir Rosenau.
;Quienes le asignan la , más alta prioridad y urgencia al desarme en la agenda
il;tternacional pueden subestimar los problemas políticos, psicológicos, técnicos
y - estratégicos implicados. Quienes se han especializado en ' el estudio de los
·"d~tps empmco-histórico-técnicos sobre desarme pueden haber alcanzado concIu-
.sienes tan pesimistas como subestimar las dificultades de alcanzar alguna vez
..aCJlerdos ,de limitación de armas.
Enfoques teóricos de las relaciones internacionales ~ 53
'the Wilr' 1914 (Nueva York, Scribner's, 1930); Raymond J. Sontag: European
Diplomatic History, 1871-1932 (Nueva York, Appleton, 1933); G. P. Gooch y
Harold 'W. Temperly: British; Documen,ts on the Origins of the W~;, 1~89-19.14
(Londres His Majesty's StatIOnery Off Ice, 1928). Para una evaluacIOn histono-
'gráfica d~l trabajo de los historiadores norteamericanos, ver Warren I. Cohen:
The American Revisionists: The Lessons of Intervention in World War 1 (Chicago,
University of Chicago Press, 1967).
13 Carlton J. H. Hayes: Essays on Nationalism (Nueva York, Macmillan,
1926)· Hans Kohn: A History of Nacionalism in the . East (Londres, George
RoutÍedge, 1932); Nationalism in the Soviet Union (Londres, George Routledge,
1933), y The Idea of Nationalism (Nueva York, Macmillan, 1944).
14 Philip J. Noel-Baker: Disarmament(Nueva York, Harcourt Brace Jova-
novich, 1926); James T. Shotwell: War as an Instrument of National Policy
(Nueva York, Harcourt Brace Jovanovich, 1929); J. W. Wheeler-Bennett: Disar-
mament and Security Since Locarno, 1925..1931 (Nueva York, Macmillan, 1932).
15 Parker T. Moon: Imperialism and World Politics (Nueva York, Macmillan,
1926); Herbert I. Priestley: France Overseas: A Study of Modern Imperialism
(Nueva York, Appleton, 1938).
16 Harold Nicolson:Peacemaking, 1919 (Boston, Houghton Mifflin, 1933), Y
Diplomacy (Londres, Oxford University Press, 1939).
17 Carl J. Friedrich: Foreign Policy in the Making: The Search for a New
Balance of Power (Nueva York, Norton, 1938); Alfred Vagts: "The United States
and the Balance of Power", Journalof Politics, III (noviembre de 1941),401-449.
18 James Fairgrieve: Geography and World Power (Nueva York, Dutton,
1920; Nicholas J. Spykman: "Geography and Foreign Policy, 1", American Poli-
tical Science Review, XXXII (febrero de 1938), 213-236; Y los dos libros siguien-
tes: America's Strategy in World Politics (Nueva York, Harcourt Brace Jovano-
vich, 1942) y The Geography of Peace (Nueva York, Harcourt Brace Jovanovich,
1944). Spykman también escribió dos artículos con Abbie A. Rollins: "Geographic
Objectives in Foreign Policy 1", American Political Science Review, XXXIII
(junio de 1939), 391-410 Y "Geographic Objectives in Foreign Policy II", ibídem
(agosto de 1939), 591-614. Las teorías de Mahan y Mackinder se tratan en el
Capítulo 2 de este texto; para una discusión de las teorías de Spykman, ver
el Capítulo 3.
" 19 Frimk M. Russell: Theories of International Relations (Nueva York,
Appleton, 1936).
20 Sir Norman Angell: The Gret Illusion (Nueva York, G. P. Putnam's Sons,
1933),'Ver también J. D. B. Miller: Norman Angell and the Futility of War: Peace
and the PublicMind (Londres, Macmillan, 1986), especialmente caps. 2 y 3.
21 E. H. Carr: The Twenty-Years' Crisis, 1919-1939: An Introduction to the
'Study df International Relations (Londres, Macmillan, 1939; Harper & Row
[Torchbooks], 1964).
22 4rnold Wolfers: "Statemanship and Moral Choice", World Politícs, I
(enero de 1949), 175-195, Y "Political Theory and International Relations" en
,Arnold Wolfers y Laurence Martin, comps.: The Anglo-American Tradition in
Foreign Affairs (New Haven, Yale University Press, 1956); Kenneth W. Thompson:
"The Lilllts of PrincipIe in International Politics: Necessity and the New Balance
of Power", Journal of Politics XX (agosto de 1958), 437-467. George F. Kennan
ha comentado de la siguiente forma el enfoque legalista-moralista de los nor-
teamericanos de los problemas internacionales: "Nuestro genio nacional, nuestro
sentido ·de la decencia, nuestro sentimiento por la transacción y la ley, nues-
tra franqueza y honestidad, ¿acaso estas cualidades no han tenido éxito en pro-
d~cir e;n este contine~te un~ sociedad sin paralelo por su falta de tensiones y
vIOlencIa . .. ? No habla motIvos por los cuales el mundo exterior, con nuestra
ayud~, no ~e adecuara .a ~a vida s~ violencia." De Realities of American
Forezgn Polzcy, extracto mc1wdo en DavId L. Larson, comp.: The Puritan Ethic
in United States foreign Policy (Princeton, Van Nostrand, 1966), p. 34.
. 23. Adam Smlth y otros economistas del siglo XVIII, siguiendo los pasos indi-
vI_d...u.a..h..s..ta.s_ i..
.e_ ! ...
?hn.........!:-_ocke, enseñaron que la gente en un sistema competitivo,
Enfoques teóricos de las relaciones internacionales - 55
cuando busca su propia ganancia privada, está conducida por una "mano invi-
sible" a promover el interés de toda la sociedad.
24 E. H. Carr: The Twenty Years' Crisis 1919-1939: An Introduction to the
Study of International Relations (Londres, MacmilIan and Company, Ltd., 1962),
página 9.
25 Ibídem, p. 5.
26 G. Lowes Dickinson: Causes of International War (Londres, The Swarth-
more Press, Ltd., 1920). Otros trabajos importantes que son ilustrativos de la
bibliografía de las relaciones internacionales en su fase utópica incluyen Norman
Angell, op. cit.; Nicholas Murray Butler: Between Two Worlds: Interpretations
of the Age in Which We Live (Nueva York, Charles . Scribner's Sons, 1934);
Nicholas Murray Butler: A World in Ferment: Interpretations of the War for
a New World (Nueva York, Charles Scribner's Sons, 1917); G. Lowes Dickinson:
The International Anarchy, 1904-1914 (Nueva York y Londres, The Century Com-
pany, 1926); Harold Josephson: James T. Shotwell and the Rise of Internatio-
nalísm in Ameríca (Cranbury, N.J., Associated University Presses, Ind., 1975);
Gilbert Murray: The Ordeal of This Generatíon (Nueva York y Londres, Harper
& Row, 1929); James T. ShotweIl: The Autobiography of James T. Shotwell
(Nueva York, The Bobbs-Merril Company, Inc., 1961); James T. ShotweIl: The
Hístory of History (Nueva York, Columbia University Press, 1939); Alfred
Zimmern: America & Europe and Other Essays (Freeport, N.Y., Books for
Libraries Press, 1929; reimpreso en 1969); Alfred Zimmern: The Leage of Natíons
and The Rule of Law, 1918-1935 (Nueva York, RusseIl & RusseIl, 1939; reimpreso
en 1969). Ver Alfred Zimmern: "The Problem of CoIlective Security" en Neutra-
lit y andoCollective Security, Harris Foundations Lectures, 1936 (Chicago, Univer-
sity of Chicago, 1936), pp. 3-89.
27 E. H. Carr: op. cit., p. 62, ver especialmente caps. 1-6. Para una exposición
más completa de las teorías realistas ver Capítulo 3 de este libro.
28 Ibídem, p. 92.
29 Ibídem, pp. 5-6.
30 Ibídem, pp. 10, 20-21, 93-94.
31 Martin Wight: Power Politics: "Looking Forward", Pamphlet N~ 8 (Lon-
dres, Royal Institute of International Affairs, 1946), p. 11.
32 Hans J. Morgenthau: Politics Among Nations (Nueva York, Knopf, 1948,
1954, 1960, 1967); Frederick L. Schuman: International Politics: An Introduction
to the Western State System, 4~ y 5~ ed. (Nueva York, McGraw-HilI, 1948, 1953);
Robert Strausz-Hupé y Stefan T. Possony: International Relations (Nueva York,
McGraw-HilI, 1950, 1954); Norman D. Palmer y Howard C. Perkins: International
Relations (Boston, Hourghton Mifflin, 1953, 1957, 1969); Norman J. Padelford y
George A. Lincoln: The Dynamics of International Politics (Nueva York, Mac-
milIan, 1962); Ernst B. Haas y AJ,len S. Whiting: Dynamics of International
Relations (Nueva York, McGraw-HilI, 1956); Harold y Margaret Sprout: Foun-
dations of National Power (Princeton, Van Nostrand, 1945, 1951) y Foundations
of International Politics (Princeton, Van Nostrand, 1962); Quincy Wright: The
Study of International Relations (Nueva York, Appleton-Centrury-Crofts, 1955),
pp; 23-24; Charles PI. Schleicher: Introduction to International Relations (Engle-
woodCliffs, N.J., Prentice HalI, 1954) e International Relations: Cooperation and
Conflíct (Englewood Cliffs, N.J., Prentice HalI, 1962); Frederick H. Hartmann:
The Relations of Nations (Nueva York, Macmillan, 1957, 1962); 1\.. F. K. Organski:
World Polítics (Nueva York, Knopf, 1958); Lennox A. MilIs y Charles H. McLaugh.
lin: Wórld Politics in Transition (Nueva York, Holt, Rinehart y Winston, 1956);
Fred Greene: Dynamics of International Relations (Nueva York, Holt, Rinehart
y Winston, 1964); W. W. Kulski: International Politics in a Revolutionary Age
(Filadelfia, Lippincott, 1964, 1967). Se lIama la atención del lector a las siguien-
tes revisiones de los textos tempranos de relaciones internacionales: ' Richard
C. Snyder: "Toward Greater Order in the Study of International . Politics",
World Polítics VII (abril de 1955), 462478; Fred A. Sondermann: "The Study of
International Relations: 1956 version", World Politics, X (julio de 1958), 639-647;
Kenneth W. Boulding: "The Content of International Studies in College: A
56 ~ Enfoques teóricos de las relaciones internacionales
39 Alfred North Whitehead: Science and the Modern World (Nueva York,
Macmillan, 1925), (Nueva York, New American Library, 1948), p. 30.
40 Alfred Zimmern: "Introductory Report to the Discussions in 1935" en
Alfred Zimmern, comp.: University Teaching of International Relations, Report
.(Jf the Eleventh Session of the International Studies Conferenee (París, llIlter-
natlOnal Institute of Intellectual Cooperation, League of Nations, 1939), pp. 7-9.
Más adelante C. A. W. Manning preparó un fascículo para la UNESG:O sobre
la enseñanza universitaria de las relaciones internacionales en el cual adoptó
una posición similar. Hay un complejo de las relaciones internacionales que
tiene que ser considerado desde un "ángulo universalista" y ninguna de las
disciplinas establecidas según se las enseña tradicionalmente puede ser deposi-
taria de nuestra confianza en cuanto a que ofrezca esta perspectiva necesaria.
Ver P. D. Marchant: "Theory and Practice in the Study of International Rela-
tions", International Relations, 1 (abril de 1955), 95-102.
41 Nicholas J . Spykman: "Methods of Approach to the Study of Interna-
tional Relations", Proceedings of the Fifth Conference of Teaehers of Internatio-
nal Law and Related Subjeets (Washington, Carnegie Endowment for Inter-
national Peace, 1933), p. 60.
42 Frederich S. Dunn: "The Scope of International Relations", World Politics,
1 (octubre de 1948), p. 142.
43 Ibídem, p. 144.
44 Quincy Wright: The Study of International Relations (Nueva York,
Appleton-Century-Crofts, 1955), pp. 23-24.
4S Morton A. Kaplan: "Is International Relations a Discipline?", The Journal
.(Jf Polities, XXIII (agosto de 1961), p. 462.
46 Frederick S. Dunn, op. cit., p. 143.
47 Stanley Hoffmann, comp.: Contemporary Theory in International Rela-
tions (Englewood Cliffs, N.J., Prentice-Hall, 1960), pp. 4-6. Raymond Aron ha
'Señalado de igual forma, si bien la dificultad para definirla es real, que no
debería exagerarse, dado que toda disciplina científica carece de límites exter-
nos precisos. Más importante que saber dónde los fenómenos empiezan o dejan
de ser datos de las relaciones internacionales, dice Aron, es el foco principal de
interés de la disciplina. Para él, está en las relaciones entre los estados. Peaee
and War: A Theory of International Relations, trad. Richard Howard y Annett
Baker Fox (Nueva York, Praeger, 1960), pp. 5-8.
48 Morton A. Kaplan: System and Proeess in International Politics (Nueva
York, Krieger, 1976) , p. 3. En un artículo escrito como respuesta a la crítica
de Bull a los autores científicos (ver nota 79), Kaplan acusaba a los tradicio-
nalistas de usar la historia de forma inepta, de caer en la trampa de "la
excesiva particularización y la generalización sin vinculaciones" y de no ser
-conscientes de que muchos autores de la nueva escuela científica consideran la
historia como un laboratorio para la adquisición de datos empíricos. Ver su
"'The New Great Debate: Traditionalism vs. Science in International Relations",
World Politics, XIX (octubre de 1966), pp. 15-16.
49 Morton A. Kaplan: "Problems of Theory Building and Theory Confir-
mation in International Politics", en Knorr y Verba, comps.: op. cit., p. 23;
Morton A. Kaplan: New Approaehes to International Relations (Nueva York,
Sto Martin's, 1968), pp. 399-404. Ver también George Modelski: "Comparative
International Systems", World Polities, XIV (julio de 1962), pp. 662-674, en el
cual comenta el libro de Adda B. Bozeman: Polities and Culture in International
History (Princeton, Princeton University Press, 1960) . Ver también Hoffmann,
·op. cit., pp. 174-180.
50 Morton A. Kaplan: System and Proeess, cap. 2.
51 "La sustancia de la teoría es la historia, compuesta de acontecimientos
y ocurrencias únicas. Un episodio de la historia y la política en un sentido
nunca se repite. Ocurre tal como lo hace sólo una vez . . . En este sentido la
historia está más allá del alcance de la teoría. Subyacente a toda teoría, sin
e mbargo, está el presupuesto de que estos mismos acontecimientos únicos tam-
b ién son instancias más concretas de proposiciones más generales. Lo totalmente
58 ~ Enfoques teóricos de las relaciones internacionales
único al no tener nada en común con otra cosa, es indescriptible . .. " Kenneth
W. Tbompson: "Toward a Theory of International Polítics", American Political
Science Review, XLIX (septiembre de 1955), p. 734.
. 52 Ver Fred N. Kerlinger: Foundation of Behavioral Research (Nueva York,
Holt Rinehart y Winston, 1966), p. 11 Y Robert Brown: Explanation in Social
Scie:Zce (Chicago, Aldine, 1963), p. 174.
-53 Gustav Bergman: The Philosophy of Scienee (Madison, University of
Wisconsin Press, 1958), pp. 31-32.
54 Abraham Kaplan: The Conduct of Inquiry (San Francisco, Chandler,
1964), p. 319.
ss Carl G. Hempel: Fundamentals of Concept Formation in Empirical
Science (Chicago, University of Chicago Press, 1952), p. 36.
56 The Ethics of Aristotle, trad.: D. P. Chase (Nueva York, Dutton, 1950),
Libro VI, p. 147. Hans J. Morgenthau, haciéndose eco de Aristóteles, subrayaba
la diferencia existente entre "lo que vale la pena conocer intelectualmente y lo
que es útil para la práctica". "Reflections on Polítical Science", Review of
Politics, XVII (octubre de 1955), p. 440.
57 David Hume: A Treatise of Human Nature, Parte III, "Of Probability
and Knowledge", en The Essential David Hume, introducción de Robert P. Wolff
(Nueva York, New American Library, 1969), pp. 53-99. Ver Sheldon S. Wolin:
"Hume and Conservatism", American Political Science Review, XLVII (diciem-
bre de 1954), pp. 999-1016. Michael Polanyi también ha tratado la diferencia
entre la teoría .de los asuntos y la práctica de los asuntos. Personal Knowledge
(Chicago, University of Chicago Press, 1958), pp. 49 Y sigs.
58 Para análisis de los vínculos entre estructuras y procesos políticos inter-
nos por un lado y la política exterior por el otro, ver James Rosenau: Linkage
Polities (Nueva York, The Free Press, 1969); Henry A. Kissinger: "Domestic
Structure and Foreign Polícy" en American Foreign Policy: Three Essays (Nueva
York, Norton, 1969); Wolfram Hanreider: "Compatibility and Consensus: A
Proposal for the Conceptual Linkage of External and Internal Dimensions of
Foreign Polícy" en Hanreider, comp.: Comparative Foreign Policy: Theoretical
Essays (Nueva York, McKay, 1971) y Jonathan Wilkenfeld, comp.: Confl ict
Behavior and Linkage Politics (Nueva York, McKay, 1973).
59 Fred A. Sondennann: "The Linkage Between Foreign Policy and Inter-
national Politics" en James N. Rosenau, comp., op. cit., pp. 8-17.
60 Quincy Wright: "Development of a General Theory of International Rela-
tions" en Horace V. Harrison, comp.: op. cit., p. 20.
6~ Ibídem, pp. 21-23.
62 James N. Rosenau: The Scientific Study of Foreign Poliey, ed. rev. (Lon-
dres, Frances Pinter, 1980), pp. 19-31.
. 63 Kenneth N. Walts: Theory of International Polities, cap. 1, "Laws and
Theories".
64 Ver J. David Singer: "The Level-of-Analysis Problem in Internationaf
Relations" en Knorr y Verba, comps.: op. cit., pp. 77-92. Reproducido en James
N. Rosenau, comp.: International Politics and Foreign Policy: A Reader in Re-
search and Theory, ed. rev. (Nueva York, The Free Press, 1969), pp. 20-29. K. J .
Holsti acepta que el paradigma clásico que postula a los estados soberanos
como agentes principales en un sistema global anárquico, ha sido muy puesto
en la picota en las últimas décadas, pero insiste en que sigue siendo el p ara-
digma dominante y todavía mantiene la fidelidad de la mayoría de los teóricos
internacionales. The Dividing Discipline: Harmony and Diversity in International
Theory (Boston, Mass., Allen & Unwin, 1985).
65 El tema de los agentes de otro tipo que los estatales está analizado de
fonna exhaustiva por Richard W. Mansbach, Yale H. Ferguson y Donald E.
Lampert: The Web of World Polities: Non-State Aetors in the Global System
(Englewood Cliffs, N.J., Prentice Hall, 1976).
66 Samuel P. Huntington: "Transnational Organizations in World Politics",
World Politics, XXV (abril de 1973); Joseph S. Nye, Jr.: "Multinational Corpo-
rations in World Politics", Feorign Affairs, 53 (octubre de 1974); Robert Gilpin:
U.S. Power and the Multinational Corporation (Nueva York, Basic Books, 1975);
Enfoques teóricos de las relaciones internacionales ~ 59
identificar modelos entre variables. Los resultados del factoreo, los factores que'
definen los modelos diferentes, a menudo se denominan "dimensiones", de allí"
el uso de la palabra "dimensionalidad" en el Proyecto DON. Para una discusión
detallada del factoreo, ver Harry H. Harmon: Modern Factor Analysis (Chicago,
University of Chicago Press, 1967); R. J. Rummel: Applied Factor Analysis
(Evanston, Illinois, Northwestern University Press, 1970) y L. L. Thurstone:
Multiple Factor Analysis (Chicaog, University of Chicago Press, 1965).
lOS Jonathan Wikenfeld: "Domestic and Foreign Conflict Behavior of
Nations", Journal of Peace Reseatch, I (1968), p. 57.
lOó Ibídem, p. 66.
107 Las contribuciones de Kurt Lewin para determinar los prerrequisitos
metodológicos y conceptuales para una ciencia del comportamiento humano, se-
dice que son relevantes para todas las ciencias sociales. El teórico del campo
psicológico ve el comportamiento humano como una función, no ya de las
características internas de la persona ni de una supuesta causa histórica, sino·
de la interacción de la persona y los acontecimientos contemporáneos que se
dan en el entorno. Aduce, en consecuencia, que los determinantes del compor-
tamiento humano deberían tratarse en un solo campo unificado más que sepa-
rados en disciplinas tradicionales. Según Lewin, todo comportamiento puede
concebirse como un cambio que ocurre en algún estado de un campo, en una.
unidad dada de tiempo. Al centrarse en la dinámica de la motivación, el con-
flicto y el cambio, desarrolló una teoría de campo similar en varios aspectos·
a la teoría de los sistemas. Demostró cómo los sistemas vivientes buscan un'
equilibrio en relación con sus entornos a través de procesos recurrentes de esta-
blecimiento de metas, planteo de tensiones, locomoción de la persona dentro del'
entorno psicológico o un cambio en la estructura del entorno percibido y reduc-
ción de la tensión. Ver Kurt Lewin: Field Theory in Social Science (Nueva.
York, Harper & Row, 1951), p. 45; y el artículo sobre "Field Theory" de Morton
Deutsch en la International Encyclopedia of the Social Sciences, David L. Sills,.
comp. (Nueva York, Macmillan y The Free Press, 1972), Vol. 5, pp. 407-417.
108 Ouincy Wright: "Development of a General Theory of International Rela-
tions" en Horace V. Harrison, comp.: The Role of Theory in Internationat
Relations (Princeton, Van Nostrand, 1964), p. 38 y The Study of Internatia-
nal Relations (Nueva York, Appleton, 1955), pp. 524-569.
109 Para un examen completo de coordenadas en la teoría de campo, ver
Ouincy Wright: A Study of International Relations, op. cit., pp. 540-567.
110 R. J. Rummel: "A Status Field Theory of International Relations",.
Dimensionality of Nations Project Report N~ 50 (Honolulú, 1971), p. 5.
11l Para ejemplos de estudios cuantitativos en relaciones internacionales,
ver Morton A. Kaplan, comp.: New Approaches to International Relations (Nueva
York, Sto Martin's Press, 1168); Richard L. Merritt y Stein Rokkan, comps.:
Comparing Nations: The Use of Quantitative Data in Cross-National Research
(New Haven, Yale University Press, 1966); John E. Mueller, comp.: Approaches
to Measurement in International Relations: A Non-Evangelical Survey (Nueva,
York, Appleton, 1969); James N. Rosenau, comp.: International Politics aná
Foreign Policy (Nueva York, The Free Press, 1969); Rudolph J. Rummel y otros:
Dimensions of Nations (Evanston, Illinois, Northwestern University Press, 1967);
Bruce Rus~tt: International Regions in the International System (Chicago, Rana
McNally, 1967) y J. David Singer: Quantitative International Politics: Insights
and Evidence (Nueva York, The Free Press, 1968).
112 Carl G. Hampel y Paul Oppenheim: "Studies in the Logic of Expla-
nation", Philosophy of Science, XV (1948), pp. 135-175.
113 Werner Heisenberg: Physics and Philosophy (Nueva York, Harper &
Row, 1958), pp. 179, 183, 186. Debería señalarse que el principio de indetermi-
nación a menudo se nombra de forma menos precisa entre los científicos
sociales como "el principio de incertidumbre".
• 114 Ver Quincy Wright: A Study of International Relations, cap. 7. "Educa-
tIOnal and Research Objectives", Western Political Quarterly XI (septiembre de
1958), pp. 598-606. Otra reflexión penetrante sobre el papel de la teoría norma-
62) ~ Erlf@ques teóricos de las relaciones internacionales