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El Derecho Natural
Una de las ideas que con mayor frecuencia han aparecido en la historia del
pensamiento humano es la de la existencia de un Derecho Natural, es decir, de
una ley que no emana de la voluntad humana sino que procede de algo
superior (Dios, Naturaleza u otros), de todos modos, es superior al Derecho
Positivo y sirve de fundamento a sus normas.
La obediencia a las leyes del Estado es, para Sócrates, un deber. El buen
ciudadano debe obedecer aún las leyes malas, para no estimular al mal
ciudadano a violar las buenas.
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La ley natural es, por consiguiente, inmutable, y tiene el mismo valor en todas
partes, independientemente de la ley positiva que la expresa; la ley positiva,
por el contrario, varía con los pueblos y el tiempo. La ley positiva debe ser la
realización de la ley natural, ya que es la aplicación de la idea universal de
justicia a las circunstancias concretas de la vida.
Por esta razón la ley natural conserva siempre su valor obligatorio, por más
imperfecta que sea su aplicación por la ley positiva.
Los romanos no fueron nunca atraídos por la Filosofía del Derecho, aunque
fueron los más grandes juristas que ha conocido el mundo.
Como para los estoicos, también para los Padres de la Iglesia este Derecho
Natural relativo debía acercarse al absoluto, en cuanto le fuera posible
consideraban que tal misión de acercamiento debía desempeñarla la Iglesia.
San Agustín distingue la existencia de tres categorías de leyes: ley eterna, ley
natural y ley humana.
La ley eterna está transcrita en el corazón del hombre por medio de la ley
natural, con el objeto de que conserve en sus costumbres la imagen de las
ideas morales que le fueron comunicadas. Esta ley está "de tal modo escrita en
el corazón de los hombres, que ni la misma iniquidad puede borrar.
La ley natural es la ley íntima, ley interior, de la que el hombre trata con
frecuencia de huir, teniendo por misión la ley exterior hacerle volver a ella.
Ningún hombre que tenga uso de razón desconoce totalmente, por caído que
esté, los preceptos fundamentales de la ley divina, pues la naturaleza los
escribió en su corazón, intimándolo, por ejemplo “a no hacer a otro lo que no
quiera para sí“.
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La ley humana debe inspirarse en la ley natural, pues, en caso contrario, ella
carece de valor.
Santo Tomás distinguió cuatro clases de leyes: la ley eterna, ley natural, ley
divina y ley humana:
La ley eterna es la razón del gobierno del Universo, existente en Dios, que
gobierna todas las cosas, y que no es conocida por ningún ser humano, salvo
los "bienaventurados”.
La ley divina es la revelada por Dios por medio de las Sagradas Escrituras, y
ella tiene por objeto completar, con direcciones particulares, la ley natural.
Primer período.
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Los representantes más destacados son Grocio, Hobbes, Spinoza, y otros.
Ellos sostienen que existen principios absolutos que guían la conducta humana,
pero su aplicación no está asegurada sino por la buena voluntad del
gobernante (No se debe extrañar esta posición, si consideramos que aún se
encontraba fresco el recuerdo de la anarquía reinante bajo el régimen anterior).
Segundo período.
Tercer período.
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Para Kant el Derecho Natural es “el conjunto de principios universales,
absolutos, perfectos e inmutables, derivados de la propia razón
humana, que rigen la conducta del hombre de acuerdo con el
imperativo Categórico” (obra de tal manera que la norma de tus actos
pueda valer como principio de conducta o de legislación universal).
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la idea del Derecho Natural se vio
duramente atacada por parte del historicismo y del positivismo, refractarios a
toda metafísica en el campo del Derecho y que pretendían reducir la ciencia
jurídica a un análisis del Derecho Positivo, exclusivamente desde un punto de
vista técnico.
Pero, posteriormente, a fines del siglo XIX, se produjo una reacción en contra
del positivismo y un renacimiento de la teoría iusnaturalista, especialmente en
Alemania, con Stammler, y en Italia, con Giorgio del Vecchio y Giuseppe
Capograssi.
El filósofo del Derecho alemán Gustavo Radbruch escribió: "La ciencia del
Derecho tiene que meditar, de nuevo, sobre la verdad milenaria de
que hay un Derecho superior a la ley, un Derecho Natural, un Derecho
Divino, un Derecho Racional, medido con el cual la injusticia sigue
siendo injusticia aunque revista la forma de ley, y ante el cual la
sentencia pronunciada de acuerdo con esta ley injusta no es Derecho,
sino lo contrario del Derecho".
Entre los principios del Derecho Natural existe un orden en el que se pueden
distinguir dos categorías:
1) Principios Primarios.
El hombre, en primer lugar, siente una inclinación hacia un bien, que es el bien
de su naturaleza; esa inclinación es común a todos los seres, pues todos los
seres apetecen su conservación conforme a su propia naturaleza.
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natural aquellas cosas que la naturaleza ha enseñado a todos los animales,
tales como la comunicación sexual, la educación, etc.
2) Principios Secundarios.
De los preceptos primarios del Derecho Natural derivan otros secundarios, que
dicen relación con la naturaleza humana o que se refieren a materias
contingentes, y que procuran concretar o especificar aquellos dictados
generales a que hicimos referencia.
Dar y reconocer a otro lo que le es debido, del cual derivan (Cumplir las
obligaciones, No enriquecerse a costa de otro sin justa causa, No causar daños
injustos);
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de modo que estos principios se presenten siempre, en forma evidente, a toda
conciencia humana.
Conclusión
En esta breve historia de la idea del Derecho Natural hemos visto que los
filósofos coinciden en que ese ordenamiento natural, cuya custodia confían a
distintos organismos, emana o tiene su base en la naturaleza humana y en que
la misión de la razón consiste en descubrir los postulados de ese Derecho
innato.
Dios tuvo que señalar un fin al hombre, el cual era dar gloria a Dios mediante
el conocimiento imperfecto que tiene de Él a través de las criaturas, y el
haberlo amado de acuerdo a ese limitado conocimiento. Pero como el hombre
es un ser inteligente es propio de él proponerse un fin en lo que hace por lo
cual el fin del hombre debe estar de acuerdo con su naturaleza; y satisfacer las
facultades de su cuerpo y de su espíritu. En conclusión el hombre tiene un fin
natural y un fin sobrenatural.
Fin Natural
El fin natural del hombre consiste en que su cuerpo poseyera los suficientes
bienes corporales, su entendimiento conociera las suficientes verdades y su
voluntad amara y poseyera los suficientes bienes para ser feliz.
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La felicidad del hombre estaría limitada por su misma capacidad de conocer y
amar pero es capaz de una felicidad mucho mayor, Dios quiso señalarle un fin
sobrenatural.
Fin Sobrenatural
Dios quiso para el hombre un conocimiento mucho más perfecto de si: quiso
que se le contemplara cara a cara en el cielo. Y en esto consiste precisamente
el fin sobrenatural llamado Visión Beatifica.
Este fin sobrenatural, gratuito por parte de Dios, es obligatorio por parte del
hombre. No puede renunciar a él, para contentarse con un fin meramente
natural, porque la elevación al orden sobrenatural es universal y absoluta.
Todo acto humano es relevante desde el punto de vista moral. El sujeto que
actúa, al adquirir el hábito de realizar actos moralmente buenos, se convierte
en un hombre virtuoso, en un hombre bueno. A la inversa, al adquirir el hábito
o costumbre de actuar mal, se convierte en hombre vicioso o malo.
De entre ellas, a las cuatro principales que encierran y resumen todas las
demás, las denomina cardinales y son: La Prudencia, la justicia, la
Fortaleza y la Templanza.
La Prudencia
La Justicia
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La justicia es el hábito de un hombre movido por una voluntad constante e
inalterable de dar a cada uno su derecho.
Cualquiera que se detenga a medir la realidad que a diario nos circunda por su
mayor o menor grado de aproximación al ideal de la justicia se dará cuenta del
que en los muchos nombres que posee la infelicidad en el mundo, el que
principalmente ostenta es el de injusticia.
La Fortaleza.
La Templanza.
Significa orden en el propio yo, tiene un sentido y una finalidad que es hacer
orden en el interior del hombre.
Abstinencia y castidad, por una parte, la falta de sobriedad en los deleites del
gusto y la lujuria, por la otra son las dos formas originarias de la templanza o
ausencia de ella.
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La biblia la define como: "la Fe es la certeza de lo que se espera y la
evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1).
San Agustín la define como: “la fe es lo que está ausente, lo que no está
a la vista, lo que no es patente por sí mismo”.
La Esperanza
La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y
a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las
promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios
de la gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firme la confesión de la
esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Heb 10,23).
La Caridad
La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las
cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de
Dios.
Conclusión
Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en relación con Dios.
Tienen como origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y
amado por Él mismo. Pueden agruparse en torno a tres virtudes teologales: La
Fe, La Esperanza y La Caridad
Los siete dones del Espíritu Santo concedidos a los cristianos son: sabiduría,
entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
*(ETICA: significa modo de ser, y que viene del vocablo ethos que
significa hábito o costumbre. Ello nos permite precisar que el carácter
o modo de ser que aquí hablamos no es el temperamento o la
constitución sicológica innata, sino la forma de ser que la persona
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adquiere para sí misma a lo largo de su vida, emparentada con el
hábito (hexis), que es bueno (virtud) o malo (vicio). La etimología de
la palabra ética nos permite completar la noción de ética con dos
aspectos nuevos. El ámbito de realidad estudiado por la ética está
constituido por la persona humana, considerada directamente no en
su ser físico o sicológico, sino en el ser o configuración buena (virtud)
o mala (viciosa) que se da a sí misma mediante sus acciones.)*
El Acto Humano
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No todos los actos que realiza el hombre son humanos algunos son
simplemente naturales, otros son del hombre, otros violentos y otros
humanos.
Actos del hombre: son los que proceden de éste sin ninguna deliberación o
voluntariedad, porque se encuentra privado de razón habitualmente o en el
momento de realizar el acto (los actos que ejecutan los dementes o los
sonámbulos.)
Actos violentos: son los que el hombre realiza por una coacción exterior que
lo obliga a ejecutarlos contra su voluntad
Actos humanos: son aquellos que el hombre realiza con plena advertencia y
deliberación, o sea usando libremente de sus facultades racionales.
Elemento Cognoscitivo.
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manera directa, en cambio la cultura, el nivel socio económico, las
enfermedades, la edad, lo afectan o distorsionan indirectamente.
Elemento Volitivo.
Los principales impedimentos que pueden afectar al elemento volitivo son las
pasiones y el miedo (ira, vicio).
Las pasiones son perturbaciones del ánimo de la persona que, producidas por
afectos intensos y permanentes, confunden la recta razón y paralizan o desvían
la voluntad.
Elemento Ejecutivo.
Imputabilidad
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El hombre es libre y por ello sus actos le son imputables, como así mismo los
efectos de éstos. La imputabilidad consiste en atribuir un acto a quien lo
ejecutó y puede ser física o moral.
Responsabilidad
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La Moralidad de Los Actos Humanos
Como dijimos los que actos humanos son los que proceden de la voluntad libre
del hombre. ¿Pero dependen totalmente de la voluntad libre del hombre?
También debemos ver si esa voluntad libre es moral o inmoral dentro de la
sociedad. Para Kant, basta con averiguar si el sujeto actuó con buena o mala
voluntad (intención): en el primer caso, el acto es moralmente bueno y en el
segundo, malo.
La intención se sitúa del lado del sujeto que actúa. La intención, por estar
ligada a la fuente voluntaria de la acción y determinada por el fin, es un
elemento esencial en la calificación moral de la acción.
Una intención buena (por ejemplo: dar una limosna) no hace a alguien ni bueno
ni justo, ya que, en la buena intención debe existir un desinterés de dejar una
buena imagen. (El fin no justifica los medios.)
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La Conciencia
Hasta ahora hemos hablado de los distintos puntos para llamar una acción
buena o mala, verdadera o falsa, lograda o fallida etc. Pero parece como si
existiera una sencilla respuesta, ¿qué haría inútiles todas las demás
consideraciones?, esa respuesta sería: La Conciencia. Ya que la conciencia dice
a cada uno lo que debe hacer.
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La Ley Eterna y la Ley Natural
Ley Eterna
Es la razón de la divina sabiduría que mueve todas las cosas a su debido fin o
la razón de la divina sabiduría en cuanto dirige todos los actos y movimientos,
dice Santo Tomás yendo a buscar filosóficamente el fundamento de todas las
leyes.
Las creaturas irracionales están sometidas a la ley eterna en cuanto Dios
imprime a toda la naturaleza los principios de sus propios actos, pero no por
entendimiento de los preceptos divinos, como las creaturas racionales.
c Toda ley se deriva de la ley eterna, porque ella dirige todos los actos
de las creaturas al bien común del universo a manera de motor primero:
dirige por su propio poder. Cualesquiera otras leyes son, con relación a
ellas, a modo de motores segundos o subordinados, que no mueven
sino porque son por ella movidos: Es lo que sucede con el gobierno en la
ley humana: el plan o razón ejemplar de aquellas cosas que han de
realizarse en el estado deriva del gobernante principal o primero a los
secundarios: del rey a través de la orden o precepto, a los funcionarios
administrativos inferiores.
d Dios no está regido por la ley eterna sino que es esa ley, las cosas que
pertenecen a la esencia divina no están sujetas a la ley eterna sino que
son esa misma ley.
Ley Natural
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conocida por él, puede por él ser obedecida libremente. Así alcanza categoría
moral. Las creaturas irracionales obedecen sus leyes naturales sin saberlo.
El deber es una necesidad que sólo respeta a la voluntad que de hecho la deja
libre para obrar o no y que hace referencia al bien último y supremo en que
consiste el fin de la creatura, para expresar todo lo cual se llama moral.
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- Cuando subsiste y permanece en el acto aquella transgresión a
la ley natural como el matrimonio entre padres e hijos.
Sociedad y Derecho
Concepto de Sociedad
Por otra parte, es efectivo que hay quienes creen que la sociedad es una
institución natural, Aristóteles decía: "El hombre aislado, o es un bruto o
es un Dios", o sea, algo menos o algo más que un hombre, pero también hay
quienes sostienen que la sociedad que forman los hombres a partir de cierto
instante es el producto de un pacto que pone término a un estado previo,
llamado precisamente de "naturaleza", que, según Rousseau, habría sido “un
estado de paz y felicidad”, y que, según Hobbes, habría sido “un estado
de guerra de todos contra todos”.
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El propio derecho, según veremos más adelante, es “Un conjunto de normas
que tienen por función, evitar o resolver algunos conflictos y proveer
de ciertos medios para hacer posible la cooperación social".
La persona humana tiene derechos por el hecho de ser una persona. Por
constituir todo dueño de sí y de sus actos debe reconocérsele el poder de obrar
conforme a las exigencias del último fin y garantizársele el respeto al uso lícito
de su actividad por parte de los demás integrantes del grupo social.
El mismo Derecho Natural que establece nuestros deberes más fundamentales
nos asigna derechos fundamentales. Los derechos de la persona humana
arraigan en la vocación del hombre, ser espiritual y libre, al orden de los
valores absolutos y a un destino trascendente.
- a la existencia
- a la integridad física
- A la libertad
- A la igualdad
- Al trabajo
- A los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digna,
especialmente en cuanto se refiere a la alimentación, el vestuario, la
habitación.
- El descanso.
- La atención médica y los servicios sociales necesarios
- A la seguridad
- A la participación en los bienes de la cultura
- A honrar a Dios según los dictados de su recta razón
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- A profesar la religión privada y públicamente
- A la elección del propio estado
- A la propiedad privada de los bienes de consumo
- A la asociación
- A tomar parte activa en la vida pública y contribuir a la consecución del
bien común
- A la defensa jurídica de los propios derechos, de manera que ella sea
eficaz, imparcial y regida por los principios objetivos de la justicia, etc.
- Los derechos de la Persona humana están inseparablemente vinculados
con los deberes de reconocimiento y respeto de estos derechos por
parte de los demás, de cumplimiento de las obligaciones y de solidaridad
para hacer siempre más viva la comunicación de los valores espirituales.
Derechos Humanos
Antecedentes históricos
1) El Edicto de Nantes: Dado por Enrique en 1598 y que fue registrado por el
Parlamento de París un año o más tarde, puso término a casi medio siglo de
guerras religiosas, reguló las condiciones y límites del culto protestante, y
declaró que "todos los que hacen o hagan profesión de la dicha
Religión Reformada son capaces de obtener todos los estados,
dignidades, oficios y cargos públicos de cualquier tipo".
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3) El Cuerpo de Libertades de la Bahía de Massachusetts: Otorgado por
el Rey Carlos II en 1629 a los primeros colonos de Norteamérica, concedió a
éstos un conjunto de poderes y es considerado como el primer catálogo
norteamericano de derechos humanos. Se trata de un texto bastante
completo, dotado de un preámbulo y de un conjunto de normas sobre
derechos y libertades relativas a procedimientos judiciales, sobre libertades
generales y sobre libertades particulares de mujeres, niños, siervos y
forasteros, parte esta última donde el texto anticipa lo que hoy conocemos
como proceso de especificación de los derechos humanos. En cuanto a la
célebre Acta de Habeas Corpus, de 1679, fue acordada también en
Inglaterra y tuvo su origen en el encarcelamiento arbitrario de que había
sido objeto un grupo de opositores políticos al Rey Carlos II. Precisamente,
el habeas corpus es un procedimiento que se lleva a cabo ante un juez para
poner término a la detención o prisión arbitraria de una persona.
Por lo tanto, en sus orígenes el Habeas Corpus no tuvo por finalidad obtener la
inmediata libertad de un detenido, sino asegurar la presencia física del
detenido ante el tribunal correspondiente, esto es, tuvo por finalidad asegurar
un juicio pronto a las personas que sea veían privadas de libertad.
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arbitrariedades de Jacobo II, y como una manera de precaverse de que éstas
pudieran repetirse en el futuro, reivindicó "antiguos derechos y libertades",
y declaró, entre otras cosas, que:
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Unidos. La Asamblea Nacional la aprobó el 26 de agosto de 1789 y el Rey
Luis XVI la aceptó en octubre del mismo año. Sin perjuicio de la influencia
que tuvo en ella la obra de autores como Rousseau y Montesquieu, es un
hecho cierto que en sus redactores influyeron también los textos
norteamericanos señalados previamente.
Se trata de textos cada vez más completos, en los que se van reflejando
gradualmente no sólo el proceso de positivización de los derechos a nivel del
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ordenamiento jurídico interno de los Estados, sino también los procesos de
generalización y de expansión que analizaremos más adelante.
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saber, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.
Dos años más tarde, en 1950, en el ámbito regional europeo se da otro paso
importante para la internacionalización de los derechos, al firmarse en Roma el
Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos. Se trata ya de
un auténtico tratado internacional que establece obligaciones para los Estados
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en orden a introducir en sus respectivos derechos internos las modificaciones
que permitan adoptar las normas e instituciones de éstos a lo dispuesto por el
Convenio. Como escriben los autores del libro "Derecho positivo de los
derechos humanos", no se trata de "un texto que sustituya a la
protección de los derechos en los sistemas jurídicos nacionales, sino
una garantía internacional de los mismos en el ámbito europeo".
Tocante a los destinatarios del Convenio, "no son sólo los ciudadanos de
los Estados que lo han ratificado, sino que se extiende a cualquier
persona que resida o que, simplemente, se encuentre en el país". Por
otra parte, "es importante señalar que el Convenio establece, por
primera vez, a la persona como sujeto del Derecho Internacional, al
permitir las demandas individuales, siempre que un Estado del que
depende el litigante haya declarado aceptar el procedimiento de ese
recurso por las denuncias de personas que se consideren víctimas de
una violación de sus derechos fundamentales". Todo ello explica, en fin,
que este Convenio haya creado la Comisión Europea de Derechos Humanos, y,
además, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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se creen las condiciones que permitan a cada persona" gozar tanto de
unas como de otras.
En el fondo, según nos parece, una declaración como esa refuerza no sólo la
idea de que hay distintas clases o generaciones de derechos del hombre, todas
indispensables, sino que el valor de la libertad, que está a la base de las dos
primeras generaciones, precisa para su efectiva realización de una cierta
igualdad en las condiciones materiales de vida de las personas, igualdad a la
que apuntan los derechos económicos, sociales y culturales, o de tercera
generación, puesto que para personas que desde el punto de vista material
padecen condiciones de vida miserables se torna completamente ilusorio y
vacío el disfrute y ejercicio de las libertades.
Con posterioridad a 1966, concretamente en mayo de 1985, el Consejo
Económico Social de la ONU emitió la resolución que establece el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, encargado de vigilar la aplicación
del pacto del mismo nombre. Por su parte, en 1989 la Asamblea General de la
ONU aprobó el segundo protocolo facultativo del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos.
Sobre bases como las antes indicadas, el Estatuto de Roma establece una
Corte Internacional de carácter permanente, independiente y vinculado con el
sistema de las Naciones Unidas "que tenga competencia sobre los
crímenes más graves de trascendencia para la comunidad
internacional en su conjunto", aunque, a la vez, se establece que "la Corte
Penal Internacional será complementaria de las jurisdicciones penales
nacionales".
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son los actos constitutivos de genocidio, qué se entenderá por crímenes de
lesa humanidad, y qué por crímenes de guerra.
Por último, el propio Estatuto de Roma declara que entrará en vigor el primer
día del mes siguiente al sexagésimo día a partir de la fecha en que se deposite
en poder del Secretario General de las Naciones Unidas el sexagésimo
instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión.
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Los Derechos Humanos o Fundamentales
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Derecho a la vida; a la integridad física; a la liberta; a la igualdad; al trabajo; a
los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digna
(especialmente en cuanto se refiere a la alimentación, el vestuario, la
habitación); al descanso; la atención médica; los servicios sociales necesarios;
a la seguridad; a la participación en los bienes de la cultura; a honrar a Dios
según los dictados de su recta razón; a profesar la religión privada y
públicamente; a la elección del propio estado; a la propiedad privada de los
bienes de consumo; a la asociación; a tomar parte activa en la vida pública y
contribuir a la consecución del bien común; a la defensa jurídica de los propios
derechos, de manera que ella sea eficaz, imparcial y regida por los principios
objetivos de la justicia, etc.
1) La pena de muerte
Santo Tomás, que justifica la pena de muerte afirma “Que así como es
conveniente a la salud del cuerpo humano la amputación de un
miembro enfermo que pueda contagiar a los demás, lo es también,
velando por el bien común de éste, la eliminación de un hombre
peligroso que corrompe a la sociedad”
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2) La guerra justa
La guerra es, según algunos, otra limitación al derecho de vida. Así como el
Estado tiene derecho a defender su existencia contra sus enemigos internos,
tiene también derecho a perseverar su integridad contra los enemigos
externos.
Para que exista guerra justa debe seguir los siguientes requisitos:
3) La legítima defensa
4) El estado de necesidad
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conflicto entre bienes o derechos, que exige la destrucción o menoscabo de
alguno o algunos de ellos para la salvación del otro u otros.)
Para esta teoría, que compartimos, el suicidio nunca es lícito; "no hay, ni
puede haber circunstancias, aun entre las más extraordinarias, capaz
de justificarlo ni de excusarlo. Por magnos e innumerables que sean
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los infortunios de la vida presente, ella no deja nunca de ser apta para
el objeto a que está destinada”
También se puede dar el caso del suicidio indirecto es aquel en que la muerte
se produce por causa extraña a la voluntad del sujeto, o como consecuencia de
una acción voluntaria realizada por él sin la intención de quitarse la vida sino
de alcanzar otro fin (Por ejemplo el caso del militar que combate en la guerra,
del médico que atiende a un enfermo con peligro de contagio mortífero, del
que busca salvar la vida ajena con peligro de la propia, del que se lanza al mar
a rescatar a una persona etc.)
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Medidas de orden eugenésico se han puesto en práctica desde tiempos muy
remotos, pero es en el siglo XIX cuando la eugenesia adquiere categoría
científica, gracias a los trabajos de Francisco Galton (1822-1911), quien le dio
tal nombre y la definió como "el estudio de los agentes bajo control social que
pueden mejorar o empobrecer las cualidades raciales de las futuras
generaciones, ya sea física o mentalmente" Las medidas eugenésicas pueden
ser de dos clases: positivas o negativas.
Como visión para esta clase somos contrarios a la eutanasia porque creemos
que ella no constituye una ayuda al moribundo, sino una decisión deliberada
de darle muerte; En efecto, todo hombre tiene derecho a una muerte digna de
un ser humano. La muerte es la última gran tarea de la vida que el hombre
debe cumplir. Esta tarea nadie puede arrebatársela, aun cuando se puede y se
debe ayudar a la persona en esta ocasión.
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El aborto admite las siguientes clasificaciones:
1) El del mal menor: tanto la vida del hijo como la de la madre son sagradas,
pero, desde el momento que vemos que el feto pone en peligro la vida de la
madre, estamos autorizados a sacrificar aquella vida cuya existencia es
problemática, mientras sabemos que la madre está desempeñando un
papel en la familia y en la sociedad, el que puede ser de valor inapreciable
(El del consentimiento tácito: hay quienes legitiman el aborto sosteniendo que
si el feto pudiera ser consultado, seguramente renunciaría a su vida para salvar
la de su madre).
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3) Hay quienes admiten solamente el aborto por causas de honor muy
calificadas. En los casos de: violación, estupro.
c) Independencia finalista. El feto, como todo ser vivo, es una unidad con
un fin propio e independiente de todo otro ser.
3. No es efectivo que siempre haya que escoger el mal menor: Hay que
escoger el mal menor siempre que este mal no implique una acción
esencialmente mala, como sería la muerte de un inocente. Un fin bueno no
puede buscarse sino con la ayuda de medios también buenos o, por lo
menos, indiferentes.
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5. Consentimiento tácito. En derecho no puede presumirse que se renuncie
a un derecho cuando no existe la posibilidad de hacerlo valer, cual es el
caso del feto.
B) La libertad individual
C) La libertad de opinión
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gratuitamente difundida, en las condiciones que la ley determine, por
el órgano de publicidad en que esa información hubiere sido emitida".
E) La libertad de enseñanza
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*"La educación básica es obligatoria".
F) La libertad de reunión
G) La libertad de asociación
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Es la facultad que tiene todo hombre de establecer, mediante acuerdos,
relaciones permanentes con otras personas, con finalidades de interés común,
que sean compatibles con los derechos de los demás y el bien común.
H) La libertad de trabajo
I) Derecho de igualdad
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El derecho de igualdad es la facultad que tiene toda persona de que se la trate
en las mismas condiciones que a las demás que se encuentren en similar
situación.
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"Nadie puede ser detenido sino por orden de funcionario público
expresamente facultado por la ley y después de que dicha orden la
sea intimada en forma legal, a menos de ser sorprendido en delito
flagrante y, en este caso, para el único objeto de ser conducido ante
juez competente".
"La casa de toda persona que habite el territorio chileno sólo puede
ser allanada por un motivo especial determinado por la ley, y en
virtud de orden de autoridad competente) "La inviolabilidad de la
correspondencia epistolar y telegráfica y de las comunicaciones
telefónicas. No podrán abrirse, ni interceptarse, ni registrarse los
papeles o efectos públicos, sino en los casos expresamente señalados
por la ley".
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4. No se justifica, en ningún caso, "que el tiempo de detención
provisional sufrida sea prolongado en demasía por la lentitud de
las investigaciones judiciales, debiendo señalarse un plazo
prudencialmente corto de duración" y "La detención policial por
delitos no debe jamás exceder del límite máximo de 24 o 72 horas,
pasadas las cuales debe entregarse al presunto culpable a la
autori9ad judicial competente"
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detectores de mentiras, drogas o cualquier otro procedimiento de
inquisición del subconsciente. El uso prohibido deberá reprimirse
como delito por las leyes de cada país;
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Unidad III “Teoría de las Normas y de la Relación
Jurídica”
La Conducta Humana y su Regulación Normativa
Karl Popper, uno de los filósofos más importantes, describe del siguiente modo
la diferencia entre leyes de la naturaleza y normas. Una diferencia que
podríamos anticipar, resumidamente, con la siguiente afirmación: “las leyes
de la naturaleza describen regularidades empíricas, mientras que las
normas expresan directivas para nuestra conducta”. Esto significa que
las primeras establecen lo que es, o sea, describen, mientras que las segundas
establecen lo que debe ser, o sea, prescriben
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Tratan de lo que es, de lo que efectivamente acontece cuando en presencia de
una causa determinada se sigue un determinado efecto, Y funcionan así sobre
la base del principio de causalidad: un principio en virtud del cual podemos
afirmar que en presencia de una determinada causa o antecedente se seguirá
de manera inevitable un determinado efecto o consecuencia las leyes
naturales son aquellas que establecen "de una manera muy simplificada y
esquemática una relación entre dos hechos", y afirman, en consecuencia,
"que un cierto hecho está condicionado por la existencia de otro
hecho". A este último hecho se le llama "antecedente", mientras que a aquél
se le llama "consecuencia".
Las normas que regulan la conducta humana son preceptos que tienen por fin
realizar valores.
Características
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plano de la acción, es decir, capaces de cumplir o de violar sus disposiciones.
Si no existieren personas humanas, no podría pensarse en ordenar sus
conductas; y si ellas no fueran libres, sino que procedieran por ciega
necesidad, no se podría hablar de normas de conducta, de lo que debe ser,
sino de leyes naturales.
Por ello, toda norma de conducta se caracteriza por el hecho de que pretende
orientar la conducta humana hacia la realización de un valor, esto es, de un
bien adecuado a la naturaleza del hombre en su dimensión individual y social,
siendo indiferente para su existencia y validez como tal norma que de hecho
obtenga o no ese propósito.
Las normas del trato social, usos, convencionalismo, costumbres sociales, son
aquellas que imponen a los hombres una determinada conducta en la vida
social fundada en principios de buena educación, decoro, protocolo o cortesía.
(Los saludos, regalos, invitaciones etc.)
Características
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Honor) o cuenta con órganos destinados a imponerlas
(Tribunales del Honor).
e) Las normas del trato social son unilaterales, esto es, obligan
pero no facultan
g) Las normas del trato social poseen una validez relativa por
cuanto no son normas que tengan valor para todos los tiempos y
lugares; por el contrario, ellas están condicionadas por la época,
el país, la clase social, el círculo, la profesión, la edad, etc.
h) Las normas del trato social persiguen como finalidad hacer más
agradable la convivencia humana.
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- Autónoma como norma concreta: A nuestro juicio, la autonomía viene
dada en su cumplimiento. En efecto, ella es general y es el sujeto quien de
acuerdo a ella y habida consideración de las circunstancias concretas,
formula un juicio ético particular o norma particular.
DERECHO Y MORAL
Existe sin duda una gran relación entre derecho y moral, sus puntos en común
tienen gran importancia práctica puesto que interesa a legisladores,
magistrados, políticos debe establecerse si el derecho debe basarse en la ética
y en qué medida o si es un orden autónomo independiente.
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bondad en general, de los actos libres del hombre, que resulta de su
conformidad con los dictados de la razón. El derecho en cambio tiene por
objeto una de las diversas virtudes incluidas en la idea de bondad, la justicia.
La moral es más amplia que el derecho, pues comprende los deberes del
hombre hacia sí mismo, hacia sus semejantes y con respecto de Dios, en tanto
que el derecho sólo rige este segundo grupo de deberes, o sea, las
obligaciones sociales impuestas por la convivencia.
*El derecho es una parte esencial del orden moral
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La norma jurídica tiene los elementos característicos generales de toda norma
(materia, forma, fines, sanciones) pero modificados o adecuados a ella. En
efecto el acto humano regulado por ella tiene una preponderante dimensión
externa: la imperatividad, que consiste en establecer una cosa como debida,
en darle carácter de deber es al propio tiempo atributiva, esto es, atribuye u
otorga un poder o facultad para reclamar el cumplimiento del deber. La norma
jurídica es pues, externa e imperativo-atributiva o bilateral. Y dado que la
conducta debida (prestación) es externa, la facultad de reclamar su
cumplimiento puede garantizarse por el uso de la fuerza, lo que da origen a la
coactividad de la norma jurídica. Las sanciones tienen por objeto obtener
directa o indirectamente (por equivalencia) el pago o cumplimiento de la
prestación y secundariamente el castigo del culpable.
Características
Normas positivas: son aquellas que mandan ejecutar una acción “se deben
pagar los impuestos “
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Exterioridad: Consiste en que la norma jurídica, en general, sólo exige la
adecuación externa u objetiva a lo prescrito por ella. No le interesa la intención
o motivación con que el sujeto realiza la acción. Esto es lo que Kant llama la
“legalidad” del derecho para confrontarla con la “moralidad”, propia de las
normas morales.
Pero a pesar de ser cierta esta “amoralidad” subjetiva del derecho, este
prescindir de la intencionalidad del agente y preocuparse de la perfección
objetiva del acto, no es menos cierto que en muchas ocasiones el derecho
desde la exterioridad penetra en la interioridad del agente. La dirección es
siempre desde aquélla a ésta. Si no existe acto exteriorizado no hay derecho.
Los meros deseos, fantasías, imaginaciones, son irrelevantes para el derecho.
Los juicios: el juicio es una relación entre conceptos en que uno de ellos
(predicado) afirma o niega algo del sujeto Ej. El muro es verde, la vida es
breve.
Hay excepciones a esta estructura, como “el sol brilla”, o “Juan es mayor
que Pedro”, o “llueve”, gramaticalmente no todo lo que se expresa como
juicio lo es en estricto sentido, pero la mantenemos porque es el reflejo
de la estructura óptica de la realidad: esta se aparece como un
conjunto de sustancias (sujetos) a las que pertenecen (ser) sucesivos
accidentes (predicados). Estos elementos estarán siempre presentes
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en la estructura del juicio, aunque no necesariamente de manera
explícita.
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LA RELACION JURIDICA
Estructura
Un supuesto normativo
Un hecho jurídico efectivamente acaecido
Un deber jurídico del sujeto pasivo
Una facultad jurídica del sujeto activo
La realización de la prestación.
Entonces, cada vez que un sujeto de derecho realice esa hipótesis, o cada vez
que la hipótesis se realice por referencia a un sujeto determinado, deberán
producirse las consecuencias que la norma hubiere previsto.
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En consecuencia, así como hay una vinculación entre el deber jurídico y la
facultad jurídica puesto que ésta supone la existencia de aquél, también la hay
entre sujeto pasivo y sujeto activo, puesto que el primero asume frente al
segundo su condición de tal.
El deber jurídico del sujeto pasivo es lo que éste tiene la obligación de dar,
hacer o no hacer con el correspondiente sujeto activo.
Este puede ser según su modalidad Positivos y Negativos. Los deberes jurídicos
positivos consisten en un “dar” o “hacer”. Dar significa transferir el derecho
de propiedad o cualquier otro derecho real sobre una cosa.
Se puede definir como la prestación debida, como: “La conducta debida a otro
y puede ser de hacer, no hacer o dar.”
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No hacer: Las prestaciones de no hacer son aquellas que consisten en una
abstención u omisión. También se reputan muebles.
El deber jurídico puede ser definido como “la restricción de la libertad que
sufre el sujeto pasivo en la relación jurídica como consecuencia de la
facultad concedida por la norma jurídica a otro sujeto para exigir el
cumplimiento de una prestación determinada”.
Entre las principales teorías que establecen una identificación entre deberes
jurídicos y deberes morales podemos mencionar las siguientes:
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emana de la voluntad del obligado (autonomía) y que sea
universalizable. Por tanto, el deber jurídico sólo es tal cuando el sujeto le
da su consentimiento voluntario, lo internaliza. Se transforma en un
deber moral indirecto.
Por lo tanto las relaciones entre el derecho y el deber jurídico puede resumirse
del siguiente modo: El derecho se presenta como un orden racional impuesto
para una mejor convivencia. Implica, por lo mismo, que se exija una conducta
de manera inexorable para alcanzar así el efecto deseado.
El deber jurídico es pues, la conducta exigible por una norma jurídica cuyo
cumplimiento está garantizado por ésta.
La Consecuencia Jurídica
Elementos
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indudable influencia en el acatamiento de la ley. Este factor se denomina
sanción cuando la fuerza pasa a aplicarse de hecho al transgresor.
El Hecho ilícito, la sanción e intervención del Estado son, por tanto, los
componentes de la consecuencia jurídica.
Teoría de la sanción
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Ya hemos definido la sanción como “El medio compulsivo o punitivo que la
ley hace aplicar para imponer su observancia o castigar su
infracción”.
Por tanto, quizás lo correcto sea decir que reaccionar con sanciones coactivas
frente a los hechos ilícitos es la propiedad no esencial, sino más peculiar del
derecho.
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Las sanciones pueden clasificarse en: Sanciones de coincidencia con la
prestación (como es el caso de la ejecución forzada de la obligación que el
correspondiente sujeto no cumplió voluntariamente) y Sanciones de no
coincidencia con la prestación (como es el caso del pago de una suma de
dinero equivalente a la obligación que se dejó de cumplir, la ineficacia del acto,
que consiste en la invalidación de las consecuencias jurídicas que se pretendía
conseguir al ejecutar el acto de que se trate)
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otros órganos del Estado que se van a encargar de ejecutar la sanción
(Policía, gendarmería).
Las referidas son las formas simples de las sanciones jurídicas, junto a éstas
existen las mixtas o complejas que, como su denominación lo indica,
resultan de la combinación de las primeras. Hay varias combinaciones posibles,
a saber: cumplimiento más indemnización; cumplimiento más castigo;
indemnización más castigo; cumplimiento más indemnización y más
castigo.
Los valores son cualidades que poseen las cosas en virtud de las cuales, con
independencia de su ser físico o espiritual, "son" de cierta manera siendo
arquetipos ideales absolutos, trascendentes, inmutables y universales, cuyo ser
no está condicionado por ningún concepto subjetivo sobre los mismos y cuya
inserción en las cosas no depende de ninguna voluntad individual, sino de la
naturaleza misma de esas cosas.
La Justicia
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Es impresionante la coincidencia del pensamiento sobre la justicia a lo largo de
veinticinco siglos de historia de la filosofía; ella ha sido entendida siempre
como igualdad, proporcionalidad, armonía, medida de cambio y distribución y
ha sido apreciada como el valor jurídico por excelencia.
La justicia fue definida por Cicerón como "el hábito del alma, observado en
el interés común, que da a cada cual su dignidad”, para Ulpiano y
Justiniano es "la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo
que es suyo"; y, para Santo Tomás es “la perpetua voluntad, da a cada
cual su derecho"
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La justicia, en cuanto virtud moral, persigue el perfeccionamiento del sujeto
que actúa; por ello, como expresa el profesor de la Universidad de Chile Jaime
Williams, "le exige un hábito, formado por la constante y perpetua
voluntad del agente de conformarse a sus requerimientos”.
El acto justo surge de una relación existente entre dos o más sujetos.
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Para él, el contenido de las leyes es la justicia, y el principio de ella la igualdad,
la cual se aplica de varias maneras.
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B) Santo Tomás de Aquino (1225 - 1274)
Para Santo Tomás de Aquino "la justicia es el hábito según el cual uno con
constante y perpetua voluntad, da a cada cual su derecho".
En otras palabras, para Kant la conducta humana es buena o justa cuando está
determinada por normas que los hombres que actúan pueden o deben desear
que sean obligatorias para todos.
Clases de justicia
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pretensiones de esta justicia están fundados principalmente en contratos,
se llama también "justicia contractual" o "de cambio"; y como exige la
estricta igualdad de prestación y contraprestación, se denomina también
"justicia compensadora", es decir, justicia vinculada al estricto principio
de equivalencia; cuando no se cumple esta clase de justicia en las
prestaciones contractuales equivalentes que las personas se deben, se
produce enriquecimiento a costa ajena o lesión injustificada de su
patrimonio.
c) Justicia social: La justicia general, legal o social tiene por objeto el bien
común, es decir, impone a las personas la obligación de cooperar al
progreso y bienestar de la sociedad en que viven. La justicia general hace
que las personas miren su bien propio en unión y dependencia del bien
común. Se llama también "justicia legal", por cuanto se ejerce
especialmente por medio de las leyes; y "justicia social", porque tiene como
objetivo el interés social, es decir, el bien común.
Pero como las capacidades y los merecimientos de cada uno son diversos, los
derechos que se derivan de estas singularidades deben ser desiguales. Es
decir, la justicia exige que se trate igual solo a los hombres que son iguales, y
desigualmente a los que son desiguales y en la medida que lo son.
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Respecto a las relaciones entre Justicia y Derecho podemos distinguir dos
posiciones fundamentales:
LA SEGURIDAD
La certeza exige:
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3) La cognoscibilidad de la norma, si toda norma quiere ser cumplida, no
bastan las dos exigencias anteriores, es indispensable conocerla a fin de
saber de antemano lo que nos está mandando, prohibido o permitido,
como también las consecuencias que su observancia o transgresión
generan.
EL BIEN COMUN
Características
Existe una diferencia esencial entre el bien común y el bien particular y no una
simple diferencia cuantitativa; y ello, porque la sociedad no es una masa
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amorfa o un simple conglomerado de partes, sino un todo orgánico y una
realidad distinta de la suma de personas que la integran.
Por ello, el concepto de bien común es una universalidad que reúne las
características de unidad de todos los bienes particulares.
° El bien común es el bien del todo y de las partes, formando una unidad de
orden.
Santo Tomás de Aquino expresa que "cada ciudadano es una parte del
todo, y la bondad de cada parte sólo puede darse en la buena
proporción o disposición con respecto al todo orgánico; de ahí que ese
bien individual no será tal si no se desarrolla, crece y prospera en
debida proporción con todo el conjunto" Y en otra parte agrega: "el bien
particular no puede subsistir sin el bien común de la familia, de la
ciudad o de la patria”. De ahí que Máximo Valerio dijera de los primeros
romanos que "preferían ser pobres en un imperio rico a ser ricos en un
imperio pobre"
El bien común es superior al bien individual de cada persona, por ser un bien
mayor y más perfecto. (El bien del todo es siempre mayor que el bien de cada
una de las partes, porque el todo es mayor que la parte).
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El bien común es inmanente a las personas porque todas participan de él y las
incluye a todas y, a la vez, es trascendente a ellas y a sus propios bienes
particulares.
Hay que tener en cuenta que el principio de la primacía del bien común sobre
el bien individual debe entenderse siempre dentro del mismo orden de bienes;
porque, como decía Santo Tomás de Aquino, "el bien común es mejor que el
privado cuando ambos pertenecen al mismo género, pero no cuando
son de diversa clase".
Los hombres, así como sus bienes particulares, deben ordenarse al bien común
de todas las sociedades de las cuales forman parte, de la misma manera como
los miembros o las partes del cuerpo se ordenan al bien de todo el organismo
que integran.
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El bien común de toda sociedad es un ideal de perfección nunca totalmente
realizado, que señala una meta de progreso indefinido, pero que las sociedades
deben constantemente promover y las personas cooperar a su realización.
Las diversas clases de bienes que comprende el bien común están ordenados
jerárquicamente y existe entre ellos una subordinación interna que señala el
valor e importancia de los mismos en los objetivos de la sociedad.
Pero si es verdad que las tareas del Estado no toman su sentido más que en
relación al horizonte de una verdadera comunidad, que es el verdadero fin de
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la vida política, una concepción política no toma su sentido sino en relación a
una concepción ética.
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