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Introducción al Derecho

Unidad I “Derecho Natural”


Derecho Positivo: Es el conjunto de normas jurídicas escritas en un ámbito
territorial

Derecho Natural: Es el conjunto de normas que los seres humanos


deducimos o establecemos a partir de nuestra propia conciencia y que son los
que priman y se determinan como justicia en un momento histórico
determinado

El Derecho Natural

Una de las ideas que con mayor frecuencia han aparecido en la historia del
pensamiento humano es la de la existencia de un Derecho Natural, es decir, de
una ley que no emana de la voluntad humana sino que procede de algo
superior (Dios, Naturaleza u otros), de todos modos, es superior al Derecho
Positivo y sirve de fundamento a sus normas.

El Derecho Natural en Grecia

Sócrates (469-399 A.C.): Sócrates afirmó su fe en una justicia superior, para


cuya validez no es necesaria una sanción positiva ni una formulación escrita.

La obediencia a las leyes del Estado es, para Sócrates, un deber. El buen
ciudadano debe obedecer aún las leyes malas, para no estimular al mal
ciudadano a violar las buenas.

Platón (427-347 A.C.): Para Platón el verdadero Derecho vive en el mundo


de las ideas y las leyes positivas no pueden pretender ser valiosas sino en la
medida en que participen de la idea de la ley justa. Es por eso que el legislador
-y únicamente los filósofos y los reyes filósofos pueden ser legisladores-debe
contemplar el mundo de las ideas, en donde habita la esencia de la ley
inmutable y eterna, e inspirarse en él para la organización de la vida jurídica.

Platón reconoce, así, la existencia de un Derecho Natural, que convierte en


Derecho ideal y que es el fundamento de las leyes positivas.

Aristóteles (384-322 A.C.): Para Aristóteles, el Estado regula la vida de los


ciudadanos mediante leyes. Estas controlan la vida entera de los individuos
porque ellos no se pertenecen a sí mismos, sino al Estado. El contenido de las
leyes es la justicia. La justicia encuentra su expresión en la ley natural y en la
ley positiva. La ley positiva tiene su origen en la voluntad del legislador y la ley
natural en la esencia de lo justo.

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La ley natural es, por consiguiente, inmutable, y tiene el mismo valor en todas
partes, independientemente de la ley positiva que la expresa; la ley positiva,
por el contrario, varía con los pueblos y el tiempo. La ley positiva debe ser la
realización de la ley natural, ya que es la aplicación de la idea universal de
justicia a las circunstancias concretas de la vida.

Por esta razón la ley natural conserva siempre su valor obligatorio, por más
imperfecta que sea su aplicación por la ley positiva.

El Derecho Natural en Roma

Los romanos no fueron nunca atraídos por la Filosofía del Derecho, aunque
fueron los más grandes juristas que ha conocido el mundo.

En el campo práctico, los juristas romanos sufrieron la influencia del Derecho


Natural de los filósofos estoicos, especialmente en lo que se refiere a la
igualdad de los hombres. Esta influencia fue mayor en el Derecho Privado
Romano, en donde instituciones como la esclavitud y la familia se vieron muy
modificadas por este nuevo pensamiento.

El Derecho Natural en la visión Católica

La Patrística y San Agustín (354-430)

La Patrística recogió la distinción estoica entre un Derecho Natural absoluto


y un Derecho Natural relativo. El primero regía a los hombres antes del
pecado y, decaída por éste la naturaleza humana, surgió un Derecho Natural
relativo, conforme a ella, que creó el Estado, la familia.

Como para los estoicos, también para los Padres de la Iglesia este Derecho
Natural relativo debía acercarse al absoluto, en cuanto le fuera posible
consideraban que tal misión de acercamiento debía desempeñarla la Iglesia.

San Agustín distingue la existencia de tres categorías de leyes: ley eterna, ley
natural y ley humana.

La ley eterna está transcrita en el corazón del hombre por medio de la ley
natural, con el objeto de que conserve en sus costumbres la imagen de las
ideas morales que le fueron comunicadas. Esta ley está "de tal modo escrita en
el corazón de los hombres, que ni la misma iniquidad puede borrar.

La ley natural es la ley íntima, ley interior, de la que el hombre trata con
frecuencia de huir, teniendo por misión la ley exterior hacerle volver a ella.
Ningún hombre que tenga uso de razón desconoce totalmente, por caído que
esté, los preceptos fundamentales de la ley divina, pues la naturaleza los
escribió en su corazón, intimándolo, por ejemplo “a no hacer a otro lo que no
quiera para sí“.

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La ley humana debe inspirarse en la ley natural, pues, en caso contrario, ella
carece de valor.

La Escolástica y Santo Tomás de Aquino (1226-1274)

Santo Tomás distinguió cuatro clases de leyes: la ley eterna, ley natural, ley
divina y ley humana:

La ley eterna es la razón del gobierno del Universo, existente en Dios, que
gobierna todas las cosas, y que no es conocida por ningún ser humano, salvo
los "bienaventurados”.

La ley natural es la participación del hombre en la ley eterna, por medio de la


recta razón que Dios le ha dado. Ella permite al hombre conocer algunos de los
principios de la ley eterna, haciéndole distinguir entre el bien y el mal.

La ley divina es la revelada por Dios por medio de las Sagradas Escrituras, y
ella tiene por objeto completar, con direcciones particulares, la ley natural.

La ley humana es “una ordenación de la razón para el bien común,


promulgada por quien tiene a su cargo el cuidado de la comunidad”.

Tenemos, entonces, que, en concepto de Santo Tomás de Aquino, la ley natural


es expresión de la voluntad divina dada a conocer al hombre no sólo por la
revelación sino, además, por la razón humana. Ella tiene por objeto la conducta
entera del hombre y se extiende a todos sus actos; muestra cuál es el fin del
hombre y preceptúa los medios para conseguirlo.

Refiriéndose al problema de la inmutabilidad del Derecho Natural, expresa


Santo Tomás de Aquino: "la inmutabilidad acompaña siempre,
absolutamente, a la ley natural por lo que se refiere a sus primeros
principios. Respecto de los preceptos secundarios, que son como las
conclusiones propias e inmediatas de esos primeros principios, la ley
natural puede sufrir variación, pero no en forma tal que deje de ser
verdadero o recto en la generalidad de los casos aquello que esa ley
prescribe"

El Derecho Natural en la Escuela Clásica

Los principios fundamentales de la escuela clásica son: el hombre nace libre;


luego, ante las dificultades que emanan de ese estado de naturaleza, celebra
un contrato con sus semejantes para constituir una sociedad, en la cual delega
parte de sus derechos a cambio de protección; estos derechos que el hombre
entrega a la sociedad no pueden ser disminuidos por ella, porque son derechos
naturales.

Primer período.

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Los representantes más destacados son Grocio, Hobbes, Spinoza, y otros.

Según los escritos de los filósofos citados, el Derecho Natural queda


entregado solamente a la prudencia y moderación del gobernante. Estos
autores estaban dispuestos a entregar al soberano la totalidad del poder,
quedando los derechos individuales confiados sólo a su prudencia.

Ellos sostienen que existen principios absolutos que guían la conducta humana,
pero su aplicación no está asegurada sino por la buena voluntad del
gobernante (No se debe extrañar esta posición, si consideramos que aún se
encontraba fresco el recuerdo de la anarquía reinante bajo el régimen anterior).

Segundo período.

Los representantes más destacados son John Locke y Carlos de


Montesquieu.

Para estos autores el Derecho Natural precisa de una mayor protección y


creen poder otorgársela a través de una separación de los poderes del Estado.

En esta etapa vemos acentuarse el carácter protector de las garantías


individuales que tiene el Derecho más que el de salvaguardar el orden. Esta
tendencia se explica por la experiencia de los excesos a los que puede conducir
la doctrina de la omnipotencia soberana.

Tercer período.

El representante que destaca Rousseau.

Para Rousseau el Derecho Natural también precisa de protección, pero se


cree que ella sólo puede otorgársela la voluntad general del pueblo (El
verdadero soberano es la voluntad general).

El gobierno es simplemente una comisión para ejecutar la voluntad general. No


hay contrato entre el pueblo y el gobierno. Expresado en términos jurídicos, el
gobierno no es sino un mandato, que puede ser revocado, limitado o
modificado a voluntad del pueblo soberano. Los depositarios del poder público
son funcionarios del pueblo, a los cuales no se les transmiten los atributos de la
soberanía.

El Derecho Natural en la Escuela del Derecho Racional.

La Escuela de Derecho Racional es innovadora precisamente al considerar que


la razón no es la descubridora sino la fuente generadora del Derecho Natural.
El principal representante de esta tendencia es el filósofo alemán Manuel
Kant.

Manuel Kant (1724-1804)

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Para Kant el Derecho Natural es “el conjunto de principios universales,
absolutos, perfectos e inmutables, derivados de la propia razón
humana, que rigen la conducta del hombre de acuerdo con el
imperativo Categórico” (obra de tal manera que la norma de tus actos
pueda valer como principio de conducta o de legislación universal).

Crisis y Resurgimiento de la Teoría del Derecho Natural.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la idea del Derecho Natural se vio
duramente atacada por parte del historicismo y del positivismo, refractarios a
toda metafísica en el campo del Derecho y que pretendían reducir la ciencia
jurídica a un análisis del Derecho Positivo, exclusivamente desde un punto de
vista técnico.

Pero, posteriormente, a fines del siglo XIX, se produjo una reacción en contra
del positivismo y un renacimiento de la teoría iusnaturalista, especialmente en
Alemania, con Stammler, y en Italia, con Giorgio del Vecchio y Giuseppe
Capograssi.

El filósofo del Derecho alemán Gustavo Radbruch escribió: "La ciencia del
Derecho tiene que meditar, de nuevo, sobre la verdad milenaria de
que hay un Derecho superior a la ley, un Derecho Natural, un Derecho
Divino, un Derecho Racional, medido con el cual la injusticia sigue
siendo injusticia aunque revista la forma de ley, y ante el cual la
sentencia pronunciada de acuerdo con esta ley injusta no es Derecho,
sino lo contrario del Derecho".

Contenido del Derecho Natural

Entre los principios del Derecho Natural existe un orden en el que se pueden
distinguir dos categorías:

1) Principios Primarios.

Estos principios expresan los fines primarios de la naturaleza humana a los


cuales está ordenada o inclinada naturalmente. De ahí que Santo Tomás de
Aquino establezca en orden de estos preceptos primarios del Derecho Natural
atendiendo a esas distintas inclinaciones naturales y los reduzca a tres grupos
fundamentales.

El hombre, en primer lugar, siente una inclinación hacia un bien, que es el bien
de su naturaleza; esa inclinación es común a todos los seres, pues todos los
seres apetecen su conservación conforme a su propia naturaleza.

En segundo lugar, hay en el hombre una inclinación hacia bienes más


particulares, conformes a la naturaleza que él tiene en común con los demás
animales; y en virtud de esta inclinación decimos que pertenecen a la ley

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natural aquellas cosas que la naturaleza ha enseñado a todos los animales,
tales como la comunicación sexual, la educación, etc.

Finalmente, hay en el hombre una inclinación al bien correspondiente a su


naturaleza racional, inclinación que es específicamente suya; y así el hombre
tiene tendencia natural a conocer las verdades divinas y a vivir en sociedad.

2) Principios Secundarios.

De los preceptos primarios del Derecho Natural derivan otros secundarios, que
dicen relación con la naturaleza humana o que se refieren a materias
contingentes, y que procuran concretar o especificar aquellos dictados
generales a que hicimos referencia.

Sin pretender hacer una enunciación exhaustiva de los preceptos secundarios


del Derecho Natural, sino más bien por vía de ejemplo, podemos enunciar los
siguientes:

Respetar la vida y la persona propia y la del prójimo (precepto del cual


derivan, entre otros, el derecho y deber de conservar la vida y el derecho de
legítima defensa);

Dar y reconocer a otro lo que le es debido, del cual derivan (Cumplir las
obligaciones, No enriquecerse a costa de otro sin justa causa, No causar daños
injustos);

Asumir las consecuencias de nuestros actos, del cual deriva todo el


principio de responsabilidad (No ser juez y parte en el mismo proceso, del
cual deriva la organización de la justicia; No juzgar a nadie sin oírlo y darle
oportunidad de probar sus defensas, del cual deriva la teoría del proceso).

Características del Derecho Natural

Universalidad: El Derecho Natural es el mismo en todo tiempo y para todo


individuo. En efecto, los primeros principios naturales (como ser: la tendencia
hacia la conservación de la vida, la propagación de la especie, la sociabilidad y
el desarrollo de la inteligencia), han existido como tendencias en todos los
pueblos del mundo.

Cognoscibilidad: Por muy compleja que sea la vida humana, el Derecho


Natural siempre será aplicable igualmente a todos los hombres en cuanto
encierra verdades universalísimas y se encuentra integrado por aquel conjunto
de principios que hemos llamado primarios.

El carácter universal de este orden de verdades lo coloca por encima de toda


contingencia, sea ella objetiva o referente a la Cognoscibilidad de las mismas,

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de modo que estos principios se presenten siempre, en forma evidente, a toda
conciencia humana.

Inmutabilidad: Así como la universalidad de los primeros principios del


Derecho Natural afecta a éstos en razón del espacio, la inmutabilidad lo hace
en razón del tiempo. La inmutabilidad debe ser entendida en el sentido de que
algo que ha pertenecido al Derecho Natural no puede dejar de serlo, en lo que
dice relación a los preceptos primarios.

Conclusión

En esta breve historia de la idea del Derecho Natural hemos visto que los
filósofos coinciden en que ese ordenamiento natural, cuya custodia confían a
distintos organismos, emana o tiene su base en la naturaleza humana y en que
la misión de la razón consiste en descubrir los postulados de ese Derecho
innato.

El Fin del Hombre

Dios tuvo que señalar un fin al hombre, el cual era dar gloria a Dios mediante
el conocimiento imperfecto que tiene de Él a través de las criaturas, y el
haberlo amado de acuerdo a ese limitado conocimiento. Pero como el hombre
es un ser inteligente es propio de él proponerse un fin en lo que hace por lo
cual el fin del hombre debe estar de acuerdo con su naturaleza; y satisfacer las
facultades de su cuerpo y de su espíritu. En conclusión el hombre tiene un fin
natural y un fin sobrenatural.
Fin Natural

El fin natural del hombre consiste en que su cuerpo poseyera los suficientes
bienes corporales, su entendimiento conociera las suficientes verdades y su
voluntad amara y poseyera los suficientes bienes para ser feliz.

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La felicidad del hombre estaría limitada por su misma capacidad de conocer y
amar pero es capaz de una felicidad mucho mayor, Dios quiso señalarle un fin
sobrenatural.

Fin Sobrenatural

Dios quiso para el hombre un conocimiento mucho más perfecto de si: quiso
que se le contemplara cara a cara en el cielo. Y en esto consiste precisamente
el fin sobrenatural llamado Visión Beatifica.

Este fin sobrenatural, gratuito por parte de Dios, es obligatorio por parte del
hombre. No puede renunciar a él, para contentarse con un fin meramente
natural, porque la elevación al orden sobrenatural es universal y absoluta.

Moral y virtud moral

Todo acto humano es relevante desde el punto de vista moral. El sujeto que
actúa, al adquirir el hábito de realizar actos moralmente buenos, se convierte
en un hombre virtuoso, en un hombre bueno. A la inversa, al adquirir el hábito
o costumbre de actuar mal, se convierte en hombre vicioso o malo.

Aristóteles distingue y ordena un gran número de virtudes y de sus correlativos


vicios, de acuerdo a diversos criterios. Uno de ellos que atiende al actuar
humano en cuanto humano, da lugar a las denominadas virtudes morales.

De entre ellas, a las cuatro principales que encierran y resumen todas las
demás, las denomina cardinales y son: La Prudencia, la justicia, la
Fortaleza y la Templanza.

Las Virtudes Cardinales

La Prudencia

La prudencia es la madre y el fundamento de las restantes virtudes cardinales


“sólo aquel que es prudente puede ser por añadidura, justo, fuerte y
templado”, si el hombre bueno es tal, es gracias a la prudencia. El bien propio
y esencial del hombre consiste en que “la razón perfeccionada por el
conocimiento de la verdad informe y plasme internamente el querer y
el obrar”. En esta proposición fundamental de Tomás de Aquino se compendia
toda la teoría de la prudencia pues la verdad es el supuesto de la justicia.
“Sólo el que rechaza la verdad, natural o sobrenatural, es
verdaderamente malo e incapaz de conversión”.

La Justicia

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La justicia es el hábito de un hombre movido por una voluntad constante e
inalterable de dar a cada uno su derecho.

Cualquiera que se detenga a medir la realidad que a diario nos circunda por su
mayor o menor grado de aproximación al ideal de la justicia se dará cuenta del
que en los muchos nombres que posee la infelicidad en el mundo, el que
principalmente ostenta es el de injusticia.

La Fortaleza.

Consiste en la voluntad firme de perseverar en las decisiones prudentemente


tomadas pasando por sobre obstáculos y desánimos. No es la fortaleza la
primera ni la más grande de las virtudes, pese a ser la que exige al hombre lo
más difícil. Porque no es la dificultad ni el esfuerzo lo que constituyen a la
virtud, sino el bien.

La Templanza.

Significa orden en el propio yo, tiene un sentido y una finalidad que es hacer
orden en el interior del hombre.

Lo que distingue a la templanza de todas las demás virtudes cardinales es que


tiene su verificación y opera exclusivamente sobre el sujeto actuante (La
templanza, al revés de todas estas posturas virtuosas, revierte sobre el mismo
que la ejercita).

Abstinencia y castidad, por una parte, la falta de sobriedad en los deleites del
gusto y la lujuria, por la otra son las dos formas originarias de la templanza o
ausencia de ella.

Las Virtudes Teologales

Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar moral del


cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por
Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y
merecer la vida eterna. Son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu
Santo en las facultades del ser humano.

En la teología católica, se llaman virtudes teologales a los hábitos que Dios


infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus
acciones a Dios mismo.

Tradicionalmente se cuentan tres: la Fe, la Esperanza y la Caridad.


La Fe
La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha
dicho y revelado, el discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella
sino también profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla.

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La biblia la define como: "la Fe es la certeza de lo que se espera y la
evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1).

San Agustín la define como: “la fe es lo que está ausente, lo que no está
a la vista, lo que no es patente por sí mismo”.

Santo Tomás expresa así el mismo pensamiento: “la fe no puede referirse


en absoluto a algo que se ve, y tampoco pertenece a la fe lo que
puede ser demostrado”. Se refiere justamente a algo que conocemos como
verdadero sin haber visto.

La Esperanza
La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y
a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las
promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios
de la gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firme la confesión de la
esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Heb 10,23).

La Caridad
La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las
cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de
Dios.

La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica


del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es
siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión

Conclusión

La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien.


Las virtudes humanas son disposiciones estables del entendimiento y de la
voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían
nuestra conducta según la razón y la fe. Pueden agruparse en torno a cuatro
virtudes cardinales: La Prudencia, La Justicia, La Fortaleza y La Templanza.

Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en relación con Dios.
Tienen como origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y
amado por Él mismo. Pueden agruparse en torno a tres virtudes teologales: La
Fe, La Esperanza y La Caridad

Los siete dones del Espíritu Santo concedidos a los cristianos son: sabiduría,
entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

*(ETICA: significa modo de ser, y que viene del vocablo ethos que
significa hábito o costumbre. Ello nos permite precisar que el carácter
o modo de ser que aquí hablamos no es el temperamento o la
constitución sicológica innata, sino la forma de ser que la persona

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adquiere para sí misma a lo largo de su vida, emparentada con el
hábito (hexis), que es bueno (virtud) o malo (vicio). La etimología de
la palabra ética nos permite completar la noción de ética con dos
aspectos nuevos. El ámbito de realidad estudiado por la ética está
constituido por la persona humana, considerada directamente no en
su ser físico o sicológico, sino en el ser o configuración buena (virtud)
o mala (viciosa) que se da a sí misma mediante sus acciones.)*

El Acto Humano

Acto humano es el que procede de la voluntad libre del hombre. El acto


Humano está incrustado en la inteligencia y en la voluntad de la persona.

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No todos los actos que realiza el hombre son humanos algunos son
simplemente naturales, otros son del hombre, otros violentos y otros
humanos.

Actos simplemente naturales: son aquellos que proceden de las potencias


vegetativas y sensitivas del hombre, sobre las que éste no tiene total control
(la nutrición, la respiración, la circulación de la sangre, etc.)

Actos del hombre: son los que proceden de éste sin ninguna deliberación o
voluntariedad, porque se encuentra privado de razón habitualmente o en el
momento de realizar el acto (los actos que ejecutan los dementes o los
sonámbulos.)

Actos violentos: son los que el hombre realiza por una coacción exterior que
lo obliga a ejecutarlos contra su voluntad

Actos humanos: son aquellos que el hombre realiza con plena advertencia y
deliberación, o sea usando libremente de sus facultades racionales.

Actos Humanos Internos y Externos.

Los actos humanos pueden ser internos o externos.

1) Los actos internos: Llamados simplemente actos, son aquellos que se


realizan únicamente en la intimidad del hombre, accionando interiormente
el compuesto psicofísico.

2) Los actos externos: Llamados también acciones, son aquellos que


prolongan la efectividad del acto humano hacia el exterior por medio de los
órganos corporales. La característica de la acción es su proyección externa,
que vincula a la persona con el medio objetivo.

Elementos de los Actos Humanos

En todo acto humano, se pueden distinguir los siguientes elementos


principales: El Cognoscitivo, El Volitivo, El Ejecutivo

Elemento Cognoscitivo.

El elemento cognoscitivo consiste en el conocimiento de lo que se hace, por la


inteligencia si falta algún elemento manifiesta una carencia de libertad y por
tanto, deja de ser acto humano (Pero puede darse el caso de ciertos factores
que afecten algunos de estos elementos impidiendo así el carácter libre del
acto total)

En doctrina suelen distinguirse ciertos factores que impiden ya de manera


directa o indirecta, la concurrencia plena de alguno de estos elementos.
Así respecto del elemento cognoscitivo se sostiene que el error, la
ignorancia, el olvido y la distracción, lo perturban o distorsionan de

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manera directa, en cambio la cultura, el nivel socio económico, las
enfermedades, la edad, lo afectan o distorsionan indirectamente.

El acto humano puede ser, desde el punto de vista de su manifestación,


solamente interno (desear matar a alguien, estar decidido a mentir si se
presenta la ocasión) o bien exteriorizado (matar a alguien, mentir). En este
último caso, se puede distinguir una fase interna del acto y otra fase de
ejecución o externa.

Elemento Volitivo.

Por elemento volitivo se entiende la influencia que ejerce la voluntad en el acto


humano.
Acto voluntario es el que procede de un principio intrínseco con conocimiento
del fin; o el que procede de una inclinación libre de la persona con
conocimiento del fin a que se dirige.

El concepto de acción libre se opone al modo de obrar necesario; la libertad


excluye toda forma de necesidad o determinación; por ello hombre libre es el
que tiene potestad o es dueño de sus propias acciones.

Los principales impedimentos que pueden afectar al elemento volitivo son las
pasiones y el miedo (ira, vicio).

Las pasiones son perturbaciones del ánimo de la persona que, producidas por
afectos intensos y permanentes, confunden la recta razón y paralizan o desvían
la voluntad.

El miedo es la perturbación del ánimo de la persona por un riesgo o mal, real


o imaginario, presente o futuro, que la amenaza a ella o a otra persona a la
que está vinculada.

Elemento Ejecutivo.

El elemento ejecutivo corresponde a las potencias ejecutivas y se hace efectivo


a través de la realización de un acto externo a impulsos de la libertad interna.

En realidad supone el acto humano ya constituido esencialmente por el


entendimiento y el consentimiento de la voluntad, pero le añade un
complemento accidental que, además de intensificar el acto interno, puede
afectar a una ley.
El principal impedimento que puede afectar al elemento ejecutivo es la
violencia.
La violencia aplicada a un ser inteligente y libre se llama coacción y puede
definirse como la fuerza física o moral ejercida sobre una persona para
obligarla a realizar una acción contra su voluntad.

Imputabilidad

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El hombre es libre y por ello sus actos le son imputables, como así mismo los
efectos de éstos. La imputabilidad consiste en atribuir un acto a quien lo
ejecutó y puede ser física o moral.

La imputabilidad física: considera al agente únicamente como causa física.


La imputabilidad moral: toma en consideración el grado de conocimiento y
libertad con que el sujeto actuó. A la persona que actúa con advertencia y
libertad le son moralmente imputables sus actos y los efectos de éstos.

Responsabilidad

La responsabilidad es la consecuencia favorable o adversa que sufre la persona


que ejecuta un acto libre (La responsabilidad es consecuencia directa de la
imputabilidad puesto que es responsable el que tiene capacidad para sufrir las
consecuencias del acto humano.)

Además, las acciones de la persona humana incluyen de algún modo un orden


de retribución, es decir, una relación de mérito o de pena ante la sociedad,
porque cada persona es una parte o miembro de la comunidad en que vive. Por
tanto, sus actos, buenos o malos, repercuten en la sociedad y merecen de ella
el premio o el castigo.

El hombre es responsable de sus decisiones libres, tanto si se refieren a un acto


como a una omisión. Muchas veces las consecuencias de una omisión pueden
ser tan trascendentales como las de un acto.

El hombre es responsable no sólo de lo que intenta directa o inmediatamente


con su decisión, sino también de todos los efectos mediatamente perseguidos,
pues ellos caen igualmente bajo su intención.

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La Moralidad de Los Actos Humanos

Como dijimos los que actos humanos son los que proceden de la voluntad libre
del hombre. ¿Pero dependen totalmente de la voluntad libre del hombre?
También debemos ver si esa voluntad libre es moral o inmoral dentro de la
sociedad. Para Kant, basta con averiguar si el sujeto actuó con buena o mala
voluntad (intención): en el primer caso, el acto es moralmente bueno y en el
segundo, malo.

Ahora veremos los principios que rigen la moralidad de un acto (Fuentes de la


moralidad)

La moralidad de los actos humanos depende:

a) del objeto elegido (fin intrínseco)

b) del fin que se busca (la intención)

c) de las circunstancias de la acción.

(*El objeto, la intención y las circunstancias forman las "fuentes" o


elementos constitutivos de la moralidad de los actos humanos.)

a) El objeto elegido es un bien hacia el cual tiende deliberadamente la


voluntad; dicho de otra manera “es la materia de un acto humano”. El objeto
elegido especifica moralmente el acto del querer, según que la razón lo
reconozca y lo juzgue conforme o no conforme al bien verdadero. (La moralidad
ósea el bien y del mal, va atestiguado por la conciencia.)

La intención se sitúa del lado del sujeto que actúa. La intención, por estar
ligada a la fuente voluntaria de la acción y determinada por el fin, es un
elemento esencial en la calificación moral de la acción.

El fin es el término primero de la intención y designa el objetivo buscado en la


acción. (La intención es la voluntad exteriorizada.)

Una intención buena (por ejemplo: dar una limosna) no hace a alguien ni bueno
ni justo, ya que, en la buena intención debe existir un desinterés de dejar una
buena imagen. (El fin no justifica los medios.)

Las circunstancias son comprendidas las consecuencias, (son los elementos


secundarios de un acto moral.) Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad
o la malicia moral de los actos. Las circunstancias no pueden modificar la
cualidad moral de los actos; (Por ejemplo: no pueden hacer ni buena ni justa
una acción que ya es mala.)

Fin Intrínseco y Fin Extrínseco

El Fin intrínseco es aquel que dirige la acción en virtud de su propia

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La Conciencia

Hasta ahora hemos hablado de los distintos puntos para llamar una acción
buena o mala, verdadera o falsa, lograda o fallida etc. Pero parece como si
existiera una sencilla respuesta, ¿qué haría inútiles todas las demás
consideraciones?, esa respuesta sería: La Conciencia. Ya que la conciencia dice
a cada uno lo que debe hacer.

Hablar de conciencia es hablar de la dignidad del hombre, hablar de que no es


un caso particular de algo general, ni el ejemplar de un género, sino que cada
individuo como tal es ya una totalidad, es ya “lo universal”. Los hombres
actúan expresamente y en libertad con respecto al sentido de su acción. (Por
ejemplo: Si tengo ganas de hacer algo cuyas consecuencias dañan a un
tercero, entonces puedo plantearme esas consecuencias y preguntarme si es
justo obrar así y si puedo responder a ese acto.)

La conciencia es en el hombre el órgano del bien y del mal. Nos marca la


dirección, nos permite superar las perspectivas de nuestro egoísmo y mirar lo
universal, lo que es recto en sí mismo. Pero para poder verlo, necesita de la
reflexión de un conocimiento real, un conocimiento si se puede decir, que
también sea moral. Lo cual significa: necesita una idea recta de la jerarquía de
los valores que no esté deformada por la ideología.

° Lucio Anneo Séneca: “habita en nosotros un espíritu santo como


espectador y guardián de nuestras buenas y malas acciones”.

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La Ley Eterna y la Ley Natural

Ley Eterna

Es la razón de la divina sabiduría que mueve todas las cosas a su debido fin o
la razón de la divina sabiduría en cuanto dirige todos los actos y movimientos,
dice Santo Tomás yendo a buscar filosóficamente el fundamento de todas las
leyes.
Las creaturas irracionales están sometidas a la ley eterna en cuanto Dios
imprime a toda la naturaleza los principios de sus propios actos, pero no por
entendimiento de los preceptos divinos, como las creaturas racionales.

a La ley eterna es la causa ejemplar del orden de las creaturas. La ley


eterna es la razón, modelo o causa ejemplar del orden por el que todas
las creaturas se mueven hacia sus fines, existente en la mente de Dios
como en gobernador de los actos de todas ellas.

b La ley eterna es una sola no obstante la multitud de las creaturas. No


obstante la multitud de las cosas creadas y de las razones o ideas
ejemplares respectivas en la mente divina, la ley eterna es una sola,
porque es la razón o ejemplar del orden del conjunto de las creaturas al
bien común del universo.

c Toda ley se deriva de la ley eterna, porque ella dirige todos los actos
de las creaturas al bien común del universo a manera de motor primero:
dirige por su propio poder. Cualesquiera otras leyes son, con relación a
ellas, a modo de motores segundos o subordinados, que no mueven
sino porque son por ella movidos: Es lo que sucede con el gobierno en la
ley humana: el plan o razón ejemplar de aquellas cosas que han de
realizarse en el estado deriva del gobernante principal o primero a los
secundarios: del rey a través de la orden o precepto, a los funcionarios
administrativos inferiores.
d Dios no está regido por la ley eterna sino que es esa ley, las cosas que
pertenecen a la esencia divina no están sujetas a la ley eterna sino que
son esa misma ley.

e Las creaturas irracionales todas también están sometidas a la ley eterna,


participan por modo de obediencia

Ley Natural

Es la participación de la ley eterna en la creatura racional (Sto. Tomás). La ley


natural de cada ser es la que le ha dado Dios al crearlo. El hombre por su
carácter racional, puede conocer la ley inscrita en su naturaleza y que lo lleva
a su fin, y obedecerla o no libremente. El conocimiento mismo que tiene el
hombre de su legalidad natural se llama también ley (ley natural) pues se
traduce en dictados de la razón práctica acerca de lo que se debe hacer y de lo
que se debe evitar, del bien y del mal. La ley natural del hombre al ser

17
conocida por él, puede por él ser obedecida libremente. Así alcanza categoría
moral. Las creaturas irracionales obedecen sus leyes naturales sin saberlo.

La ley natural del hombre es pues, ley moral natural. Es ley en el


sentido más pleno y noble. Por eso cuando se habla de ley natural sin más
calificativo, se habla de ley natural humana.

Efectos de la Ley Natural

1) Es el deber de obligación por el cual se entiende la necesidad moral de


ejecutar o de omitir una acción.

Dícese moral la necesidad constitutiva del deber, como para distinguirla


de las otras especies de necesidad a que está sujeto el hombre. Hay para éste
necesidad física como la que imponen a los cuerpos las leyes de atracción, de
nutrición; no es necesidad absoluta como la que tenemos en todos nuestros
actos racionales de tender al bien universal en abstracto; no es necesidad
intelectual, como la de estudiar para saber.

El deber es una necesidad que sólo respeta a la voluntad que de hecho la deja
libre para obrar o no y que hace referencia al bien último y supremo en que
consiste el fin de la creatura, para expresar todo lo cual se llama moral.

La obligación es el efecto adecuado y preciso de toda ley. Adecuado porque se


conforma y acomoda a la esencia de la causa: la ley en sustancia no es otra
cosa que el acto de una voluntad que quiere y puede obligar: y el efecto propio
del acto de una voluntad eficaz y potente para obligar no puede ser otro que la
obligación misma.

De aquí se deduce que igualmente que la obligación es efecto preciso de la ley,


pues para que ésta no obligara sería preciso que su autor o no quisiera o no
pudiera obligar, y en ninguno de estos casos habría ley: así es que la ley es
verdadera ley y obliga, o si no obliga no es verdadera ley.

2) Es el derecho, esto es el poder honesto e inviolable que corresponde a


una persona para ejecutar una acción o exigirla de otra. A diferencia de
la obligación, efecto común de todos los preceptos naturales, el derecho
es efecto propio de los preceptos tocantes a la justicia.

3) Es la nulidad de los actos ejecutados contra sus prescripciones, nulidad


que no tiene lugar siempre sino en casos determinados a saber:

- Cuando falta la potestad necesaria para la ejecución del acto ej.


Doble matrimonio, es nulo el segundo.

- Cuando falta algún constitutivo esencial del acto ej. El acto


celebrado por el que no tiene uso de razón, pues falta el
requisito fundamental del consentimiento

18
- Cuando subsiste y permanece en el acto aquella transgresión a
la ley natural como el matrimonio entre padres e hijos.

Unidad II “Sociedad y Derecho”

Sociedad y Derecho

El hombre no es un todo cerrado, aislado en sí mismo, que pueda realizarse en


una existencia individual, sino que, por naturaleza, está inclinado a la vida
comunitaria, a causa de las limitaciones que le son inherentes y de la
capacidad de comunicación que posee como persona, en virtud de las cuales
necesita de los demás para el logro de su integral desarrollo espiritual,
intelectual y físico. (No es aislándose, sino asociándose convenientemente con
todos los demás hombres, como la persona puede alcanzar su pleno
desarrollo).

Concepto de Sociedad

“Agrupación constituida sobre un territorio por individuos humanos


que, participando de una misma cultura y de unas mismas
instituciones sociales, interaccionan entre sí para el desarrollo de sus
intereses comunes y la consecución de sus fines".

Por otra parte, es efectivo que hay quienes creen que la sociedad es una
institución natural, Aristóteles decía: "El hombre aislado, o es un bruto o
es un Dios", o sea, algo menos o algo más que un hombre, pero también hay
quienes sostienen que la sociedad que forman los hombres a partir de cierto
instante es el producto de un pacto que pone término a un estado previo,
llamado precisamente de "naturaleza", que, según Rousseau, habría sido “un
estado de paz y felicidad”, y que, según Hobbes, habría sido “un estado
de guerra de todos contra todos”.

(Que se entienda la sociedad como una institución natural o convencional, o


sea, se entienda que no podemos vivir sino en sociedad (Aristóteles) o que a
partir de cierto momento decidimos vivir de ese modo por alguna razón
(Rousseau y Hobbes)).

En la segunda de esas hipótesis, que la convención que dio origen a la


sociedad puso término a un estado anterior de felicidad (Rousseau) o a uno de
infortunio (Hobbes), lo cierto es que sin mucha dificultad podemos advertir que
la naturaleza está regida por leyes que llamamos por ello "leyes de la
naturaleza", en tanto que la sociedad está regida por reglas que en general
llamamos "normas de conducta", o, simplemente, "normas".

19
El propio derecho, según veremos más adelante, es “Un conjunto de normas
que tienen por función, evitar o resolver algunos conflictos y proveer
de ciertos medios para hacer posible la cooperación social".

La regulación externa de la conducta de los hombres, tendiente a establecer un


ordenamiento justo de la convivencia humana, es lo que se denomina Derecho.
La justicia es el valor absoluto que determina la igualdad que debe existir en
las relaciones humanas y ella se expresa a través del Derecho. La justicia, en
consecuencia, es el valor supremo del Derecho; y el Derecho, por su parte,
aquello que realiza la justicia.

Como afirma Santo Tomás de Aquino, "el Derecho es el objeto de la


justicia".
Quien dice Derecho dice relación societaria; no hay Derecho sino allí donde hay
sociedad organizada: "ubi ius ibi societas". La afirmación inversa "ubi
societas ibi ius", es igualmente cierta; toda sociedad organizada necesita del
Derecho para constituirse, subsistir y funcionar.
Fundamento del Derecho

El Derecho se fundamenta en la esencia de la naturaleza humana, que es


inmutable e igual en todos los hombres, y en el hecho que todos ellos gozan de
la facultad de determinarse por sí mismos en busca de su realización integral.

Derechos y Deberes de la Persona Humana

La persona humana tiene derechos por el hecho de ser una persona. Por
constituir todo dueño de sí y de sus actos debe reconocérsele el poder de obrar
conforme a las exigencias del último fin y garantizársele el respeto al uso lícito
de su actividad por parte de los demás integrantes del grupo social.
El mismo Derecho Natural que establece nuestros deberes más fundamentales
nos asigna derechos fundamentales. Los derechos de la persona humana
arraigan en la vocación del hombre, ser espiritual y libre, al orden de los
valores absolutos y a un destino trascendente.

Entre estos derechos cabe mencionar el derecho:

- a la existencia
- a la integridad física
- A la libertad
- A la igualdad
- Al trabajo
- A los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digna,
especialmente en cuanto se refiere a la alimentación, el vestuario, la
habitación.
- El descanso.
- La atención médica y los servicios sociales necesarios
- A la seguridad
- A la participación en los bienes de la cultura
- A honrar a Dios según los dictados de su recta razón

20
- A profesar la religión privada y públicamente
- A la elección del propio estado
- A la propiedad privada de los bienes de consumo
- A la asociación
- A tomar parte activa en la vida pública y contribuir a la consecución del
bien común
- A la defensa jurídica de los propios derechos, de manera que ella sea
eficaz, imparcial y regida por los principios objetivos de la justicia, etc.
- Los derechos de la Persona humana están inseparablemente vinculados
con los deberes de reconocimiento y respeto de estos derechos por
parte de los demás, de cumplimiento de las obligaciones y de solidaridad
para hacer siempre más viva la comunicación de los valores espirituales.

Derechos Humanos

Antecedentes históricos

Si pasamos ahora a la historia propiamente tal de los derechos humanos, los


textos respectivos proliferan a partir del siglo XVI en adelante. Por lo mismo,
nos limitaremos a mencionar los que nos parecen más importantes.

1) El Edicto de Nantes: Dado por Enrique en 1598 y que fue registrado por el
Parlamento de París un año o más tarde, puso término a casi medio siglo de
guerras religiosas, reguló las condiciones y límites del culto protestante, y
declaró que "todos los que hacen o hagan profesión de la dicha
Religión Reformada son capaces de obtener todos los estados,
dignidades, oficios y cargos públicos de cualquier tipo".

2) La Petición de Derechos, de 1628: Emanada del Parlamento inglés,


declaró que de aquí en adelante:

a) “nadie será obligado a entregar préstamos al Rey contra su


voluntad; que nadie será gravado con ninguna carga o exacción a
título de donación, ni por ningún otro tipo de cargas", de modo que
nadie puede ser obligado "a contribuir con ningún impuesto, crédito u
otra carga no aprobada por el Parlamento” y que;

b) "ningún hombre libre será arrestado o encarcelado, o será


obstaculizado en el ejercicio de sus libertades o de sus costumbres,
o será proscrito o desterrado, ni sancionado de ninguna forma,
sino conforme a un juicio legal formado por sus pares o según el
derecho de su tierra".

21
3) El Cuerpo de Libertades de la Bahía de Massachusetts: Otorgado por
el Rey Carlos II en 1629 a los primeros colonos de Norteamérica, concedió a
éstos un conjunto de poderes y es considerado como el primer catálogo
norteamericano de derechos humanos. Se trata de un texto bastante
completo, dotado de un preámbulo y de un conjunto de normas sobre
derechos y libertades relativas a procedimientos judiciales, sobre libertades
generales y sobre libertades particulares de mujeres, niños, siervos y
forasteros, parte esta última donde el texto anticipa lo que hoy conocemos
como proceso de especificación de los derechos humanos. En cuanto a la
célebre Acta de Habeas Corpus, de 1679, fue acordada también en
Inglaterra y tuvo su origen en el encarcelamiento arbitrario de que había
sido objeto un grupo de opositores políticos al Rey Carlos II. Precisamente,
el habeas corpus es un procedimiento que se lleva a cabo ante un juez para
poner término a la detención o prisión arbitraria de una persona.

4) El Acta de Habeas Corpus: De especial importancia en la historia de los


derechos humanos, vuelve a ser un documento que no es fruto de la sola
inspiración de sus autores, sino que lo es, ante todo, de determinadas
circunstancias de hecho lesivas para la libertad, a las que en un momento
dado se decide enfrentar y poner término.

En efecto, el Acta en referencia se inicia con la denuncia de que alguaciles y


carceleros, a quienes se ha confiado la custodia de algún detenido por asuntos
criminales, suelen eludir los mandamientos de habeas corpus que se les
dirigen, o sea, acostumbran desoír o retardar las ordenes que se les dan para
no retener por más tiempo a una persona y presentarla ante el juez encargado
de verificar la legalidad de su detención.

Por lo mismo, el Acta establece la obligación de tales funcionarios en orden a


que, en el mismo momento en que sean requeridos para ello, "lleven o
manden llevar la persona detenida o encarcelada ante el Lord
Canciller o el Lord Depositario del Gran Sello de Inglaterra", o "ante
los jueces o barones del referido tribunal que haya emitido el habeas
corpus", debiendo además "certificar las verdaderas causas de la
detención o prisión".

Por lo tanto, en sus orígenes el Habeas Corpus no tuvo por finalidad obtener la
inmediata libertad de un detenido, sino asegurar la presencia física del
detenido ante el tribunal correspondiente, esto es, tuvo por finalidad asegurar
un juicio pronto a las personas que sea veían privadas de libertad.

5) El Bill of Rights, o Declaración de Derechos de 1688: se originó


también en un hecho político concreto, en este caso la proclamación como
reyes de Inglaterra de Guillermo de Orange y de su esposa María, quienes
habían destronado al rey Jacobo II.

La Declaración, preparada en el Parlamento, fue presentada a los nuevos


monarcas en la misma fecha en que iban a ser proclamados reyes, de modo
que la aceptación de la Declaración por parte de éstos constituyó una
auténtica condición para hacerse de la corona, invocando en su comienzo las

22
arbitrariedades de Jacobo II, y como una manera de precaverse de que éstas
pudieran repetirse en el futuro, reivindicó "antiguos derechos y libertades",
y declaró, entre otras cosas, que:

a) "el pretendido poder de la autoridad real de suspender las leyes o


la ejecución de leyes sin el consentimiento del Parlamento es ilegal";
b) "la exacción de tributos en dinero por o para el uso de la Corona,
sin permiso del Parlamento, es ilegal"; que "es derecho de los súbditos
dirigir peticiones al Rey y que todo encarcelamiento basado en tal
petición es ilegal"; y que "la elección de los miembros del Parlamento
debe ser libre".

6) La Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia: En


Norteamérica, en 1776, un mes antes de la Declaración de Independencia,
encontramos que afirmó la existencia de "ciertos derechos innatos" que
tienen "todos los hombres", de los cuales, una vez que los hombres
"entran en estado de sociedad, no pueden privar o desposeer a su
posterioridad por ningún pacto".

Además, este documento afirmó que "todo poder es inherente al pueblo y


procede de él"; que "los magistrados son mandatarios del pueblo y sus
servidores, y, en cualquier momento, responsables ante él"; que "los
poderes legislativo, ejecutivo y judicial deben estar separados"; y que
"la libertad de prensa es uno de los grandes baluartes de la libertad y
no puede ser restringida jamás, a no ser por gobiernos despóticos".

7) Declaración de Independencia de los Estados Unidos: Cabe destacar


sus expresiones iniciales: "Sostenemos como evidentes estas
verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son
dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; entre los
cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que
para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los
gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento
de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno se
haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a
reformarla o a abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde
en dichos principios".

Cabe señalar que esta Declaración de Independencia no incluyó una


declaración explícita de derechos, como tampoco lo hizo la Constitución de
1787, lo cual explica que algunos años después, en 1791, se aprobaran diez
enmiendas a la Constitución, las cuales jugaron precisamente ese papel.
Quizás si la principal de esas enmiendas sea la primera de ellas, que declaró lo
siguiente: "El Congreso no hará ley alguna por la que se establezca una
religión, o se prohíba ejercerla, o se limite la libertad de palabra, o la
de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y pedir al
Gobierno la reparación de sus agravios".

8) La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano: Es


posterior en trece años a la Declaración de Independencia de los Estados

23
Unidos. La Asamblea Nacional la aprobó el 26 de agosto de 1789 y el Rey
Luis XVI la aceptó en octubre del mismo año. Sin perjuicio de la influencia
que tuvo en ella la obra de autores como Rousseau y Montesquieu, es un
hecho cierto que en sus redactores influyeron también los textos
norteamericanos señalados previamente.

En la Declaración de 1789 se reitera que "los hombres nacen y


permanecen libres e iguales en derechos", que "la meta de toda
asociación política es la conservación de los derechos naturales e
imprescriptibles del hombre", y que "el origen de toda soberanía
reside esencialmente en la nación", de modo que "ningún órgano ni
ningún individuo pueden ejercer autoridad que no emane
expresamente de ella". Añadió, asimismo, que "la ley es la expresión de
la voluntad general" y que "todos los ciudadanos tienen el derecho de
participar personalmente o por medio de sus representantes en su
formación".

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano ha ejercido hasta


hoy una poderosa influencia, aunque no consagró el derecho de asociación y
restringió el derecho de sufragio sólo a los propietarios. Sin embargo, sus
redactores avizoraron la importancia de que los derechos humanos tuvieran
una consagración efectiva en el derecho positivo, especialmente a nivel
constitucional, no obstante considerarlos derechos naturales.

Así, en el Art. 16 de la Declaración se estableció que "toda sociedad en la


cual la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de
poderes establecida, no tiene Constitución". En lo que concierne ahora al
siglo XIX, otros textos de importancia para la historia de los derechos humanos
fueron:

- La Constitución Política de la Monarquía española, de 1812;


- La Constitución belga de 1831;
- La Constitución francesa de 1848;
- Tres nuevas enmiendas a la Constitución norteamericana, que fueron
aprobadas entre 1865 y 1870;
- La Constitución española de 1876.

En el siglo XX, antes de las decisivas Declaración Americana de los Derechos y


Deberes del Hombre, adoptada en Bogotá en 1948, y de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, de fines del mismo año, cabe mencionar:
- La Constitución mexicana de 1917;
- La Constitución alemana de 1919;
- Nuevas enmiendas a la Constitución norteamericana, entre las que se
cuenta el reconocimiento del derecho de sufragio a las mujeres, en
1920;
- La Constitución de la República española de 1931;
- La Constitución italiana de 1947.

Se trata de textos cada vez más completos, en los que se van reflejando
gradualmente no sólo el proceso de positivización de los derechos a nivel del

24
ordenamiento jurídico interno de los Estados, sino también los procesos de
generalización y de expansión que analizaremos más adelante.

En cuanto a la internacionalización de los mismos derechos, se trata de un


proceso que tiene lugar sólo a partir de la mitad del siglo XX, y cuyas primeras
manifestaciones fueron, en ese mismo orden, la Declaración Americana y la
Declaración Universal, ambas de 1948.

La primera de esas dos declaraciones fue producto de la IX Conferencia


Panamericana que se celebró en Bogotá a inicios de 1948, ocasión en la
que se aprobó la Carta de la Organización de los Estados Americanos.

En esta misma Declaración, su preámbulo, propugna una articulación entre


derechos y deberes, lo cual se ve reflejado luego en que su capítulo primero
trata precisamente de los derechos, en tanto que el segundo y último
desarrolla lo concerniente a los deberes.

En el mencionado capítulo primero, junto a la consagración de la igualdad ante


la ley y de las libertades de conciencia y de expresión, se mencionan un
conjunto de derechos de carácter social, por ejemplo, a la salud, a la
educación, al trabajo, a la vivienda, a la seguridad social, a la participación en
la vida cultural, todos los cuales no importan límites al poder político sino
compromisos que deben asumir quienes ejercen el poder para mejorar las
condiciones materiales de vida de las personas.

En el capítulo relativo a los deberes, la Declaración menciona, entre otros, el de


"obedecer a la ley", el de "adquirir a lo menos la instrucción primaria", el de
"votar en las elecciones populares", y el de "cooperar con el Estado y con la
comunidad en la asistencia y seguridad sociales, de acuerdo con las
posibilidades y las circunstancias de cada cual".

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre no estableció


órganos ni mecanismos destinados a controlar el cumplimiento de la misma en
el ámbito propiamente internacional, aunque reconoció en su Art. 18 que "toda
persona puede acudir a los tribunales para hacer valer sus derechos", debiendo
"disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare
contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los
derechos fundamentales consagrados constitucionalmente".

Esta Declaración constituyó la primera pieza de lo que puede considerarse el


sistema internacional de derechos humanos en el ámbito regional americano, y
a ella siguieron luego otros documentos de importancia, a saber, la Carta
Interamericana de Garantías Sociales y la Convención Interamericana de
Derechos Civiles de la Mujer.

En 1965 se creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y en 1970


se suscribió la Convención Americana que retorna la distinción entre derechos
civiles, derechos políticos y derechos económicos, sociales y culturales, y que
establece dos órganos competentes para conocer de "los asuntos relacionados
con los compromisos contraídos por los Estados partes de esta Convención", a

25
saber, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

9) La Declaración Universal de Derechos Humanos: Aprovada el 10 de


diciembre de 1948, por la Organización de las Naciones Unidas, tuvo
también un carácter declarativo y no propiamente el de un pacto
internacional vinculante. Pero si bien no creó obligaciones legales a los
Estados que la suscribieron, lo cierto es que constituye un hito fundamental
en la historia de los derechos humanos, puesto que junto con marcar en
cierto modo el inicio del proceso de internacionalización de los mismos,
influyó en numerosas constituciones, posteriores a ella, a nivel del derecho
interno de los Estados. Con todo, es preciso aclarar que la opinión
prácticamente unánime de los actuales tratadistas sobre el tema, es que la
Declaración Universal de los Derechos Humanos ha pasado a ser vinculante
tanto por vía consuetudinaria como porque recoge o consagra normas
llamadas de jus cogens, esto es, normas imperativas del derecho
internacional.

Su Preámbulo, en una manifiesta alusión a los horrores de la segunda guerra


mundial, advierte acerca de que "el desconocimiento y el menosprecio de
los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes
para la conciencia de la humanidad". Por otra parte, en otro de sus
razonamientos consideró "esencial que los derechos sean protegidos por
un régimen de derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al
supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión".

En cuanto a su contenido, la Declaración consta de 30 artículos y un estudio


particularizado de ella permite advertir como los derechos individuales, que se
asientan en el valor de la libertad, ocupan la mayor parte del texto (Arts. 3 al
20), mientras que los derechos económicos, sociales y culturales, que se
fundan en la idea de igualdad, son tratados apenas en tres artículos (22 al
25).
Por su parte, y en lo que concierne a los derechos políticos o de participación,
aparecen tratados en el Art. 21.

Por su lado, el Art. 28 da un claro impulso a la internacionalización de los


derechos, al declarar que "toda persona tiene derecho a que se
establezca un orden social e internacional en el que los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente
efectivos", en tanto que el Art. 30 y final dice que "nada en la presente
Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, o a un grupo o a una persona, para emprender y
desarrollar actividades o realizar actos tendentes a la supresión de
cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración".

Dos años más tarde, en 1950, en el ámbito regional europeo se da otro paso
importante para la internacionalización de los derechos, al firmarse en Roma el
Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos. Se trata ya de
un auténtico tratado internacional que establece obligaciones para los Estados

26
en orden a introducir en sus respectivos derechos internos las modificaciones
que permitan adoptar las normas e instituciones de éstos a lo dispuesto por el
Convenio. Como escriben los autores del libro "Derecho positivo de los
derechos humanos", no se trata de "un texto que sustituya a la
protección de los derechos en los sistemas jurídicos nacionales, sino
una garantía internacional de los mismos en el ámbito europeo".

Tocante a los destinatarios del Convenio, "no son sólo los ciudadanos de
los Estados que lo han ratificado, sino que se extiende a cualquier
persona que resida o que, simplemente, se encuentre en el país". Por
otra parte, "es importante señalar que el Convenio establece, por
primera vez, a la persona como sujeto del Derecho Internacional, al
permitir las demandas individuales, siempre que un Estado del que
depende el litigante haya declarado aceptar el procedimiento de ese
recurso por las denuncias de personas que se consideren víctimas de
una violación de sus derechos fundamentales". Todo ello explica, en fin,
que este Convenio haya creado la Comisión Europea de Derechos Humanos, y,
además, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Como inicio del proceso de especificación de los derechos fundamentales, cabe


mencionar ahora distintas convenciones y declaraciones que adoptó la
Organización de las Naciones Unidas respecto de la mujer, en 1952 y 1967, así
como respecto del niño, en 1959. Respecto de la mujer, las convenciones se
refirieron, en ese orden, a sus derechos políticos, a la nacionalidad de la mujer
casada y a la eliminación de la discriminación contra la mujer.

Tratándose del niño, la Declaración correspondiente parte de la base de que,


sin perjuicio de los derechos que se reconocen a toda la especie humana sin
distinción, "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita
protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal,
tanto antes como después del nacimiento"

Respecto siempre de la mujer y del niño, la especificación de sus derechos se


consolida en la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, de 1979, y en la Convención sobre los Derechos
del Niño, de 1989.

Siempre en el ámbito de las decisiones de la ONU, el Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, ambos de 1966, permitieron superar el carácter meramente
declarativo que tuvo la Declaración Universal de 1948. Su misma
denominación ("pactos") indica su finalidad de convenios presentados a la
firma y ratificación de los Estados que entrarían en vigor cuando hayan sido
firmados por 35 países miembros de la Organización.

Ambos pactos, como sus respectivas denominaciones lo indican, tratan de las


libertades civiles y políticas, y de los derechos económicos, sociales y
culturales, reconociendo que tanto aquéllas como éstos son indispensables
para realizar "el ideal de ser humano libre", por lo cual es necesario "que

27
se creen las condiciones que permitan a cada persona" gozar tanto de
unas como de otras.

En el fondo, según nos parece, una declaración como esa refuerza no sólo la
idea de que hay distintas clases o generaciones de derechos del hombre, todas
indispensables, sino que el valor de la libertad, que está a la base de las dos
primeras generaciones, precisa para su efectiva realización de una cierta
igualdad en las condiciones materiales de vida de las personas, igualdad a la
que apuntan los derechos económicos, sociales y culturales, o de tercera
generación, puesto que para personas que desde el punto de vista material
padecen condiciones de vida miserables se torna completamente ilusorio y
vacío el disfrute y ejercicio de las libertades.
Con posterioridad a 1966, concretamente en mayo de 1985, el Consejo
Económico Social de la ONU emitió la resolución que establece el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, encargado de vigilar la aplicación
del pacto del mismo nombre. Por su parte, en 1989 la Asamblea General de la
ONU aprobó el segundo protocolo facultativo del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos.

En 1990, la misma Asamblea General aprobó la Convención Internacional sobre


la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus Familias.

En 1992 se aprueban dos declaraciones de importancia, una sobre Protección


de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, y otra sobre
Derechos de las Personas Pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas,
Religiosas y Lingüísticas.

Un paso muy importante en materia de jurisdicción internacional de los


derechos humanos lo constituye el Estatuto de Roma de la Corte Internacional,
de julio de 1998, que asume que "los crímenes más graves de
trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto no
deben quedar sin castigo y que, a tal fin, hay que adoptar medidas en
el plano nacional e intensificar la cooperación internacional para
asegurar que sean efectivamente sometidos a la acción de la justicia",
y que, además, recuerda en su preámbulo que es deber de todo Estado ejercer
su jurisdicción penal contra los responsables de crímenes internacionales.

Sobre bases como las antes indicadas, el Estatuto de Roma establece una
Corte Internacional de carácter permanente, independiente y vinculado con el
sistema de las Naciones Unidas "que tenga competencia sobre los
crímenes más graves de trascendencia para la comunidad
internacional en su conjunto", aunque, a la vez, se establece que "la Corte
Penal Internacional será complementaria de las jurisdicciones penales
nacionales".

En cuanto a la competencia de la Corte, ella se limita a los crímenes más


graves de trascendencia internacional, como es el caso del crimen de
genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y el crimen de
agresión. Cabe señalar, asimismo, que el Estatuto de Roma establece cuáles

28
son los actos constitutivos de genocidio, qué se entenderá por crímenes de
lesa humanidad, y qué por crímenes de guerra.

Respecto de lo primero, se establece que se entenderá por "genocidio"


cualquiera de los actos siguientes, perpetrados con la intención de destruir
total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:
matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental de
los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de
existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas
destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; y traslado por la fuerza
de niños del grupo a otro grupo.

Por "crimen de lesa humanidad" se entiende cualquiera de los siguientes


actos cuando se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque: asesinato;
exterminio; esclavitud; deportación o traslado forzoso de población;
encarcelación; tortura; desaparición forzada de personas; violación, esclavitud
sexual, prostitución forzosa, embarazo forzado, esterilización forzada u otros
abusos sexuales de gravedad comparable; persecución de un grupo o
colectividad con identidad propia; y el crimen de apartheid.
En cuanto a los "crímenes de guerra", se entiende un conjunto importante
de actos contra personas o bienes protegidos por las disposiciones de los
Convenios de Ginebra, de 1949, tales como matar intencionalmente; someter a
tortura o a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos;
obligar a un prisionero de guerra a prestar servicios en las fuerzas de una
potencia enemiga; privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra
persona de sus derechos a un juicio justo e imparcial; y tomar rehenes.

Por último, el propio Estatuto de Roma declara que entrará en vigor el primer
día del mes siguiente al sexagésimo día a partir de la fecha en que se deposite
en poder del Secretario General de las Naciones Unidas el sexagésimo
instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión.

29
Los Derechos Humanos o Fundamentales

Los derechos fundamentales se fundan en su naturaleza racional, en la


necesidad humana de conservar y perfeccionar su ser para cumplir sus
finalidades específicas. El hombre supera y trasciende la sociedad de la cual
forma parte, tiene un destino propio.

Características de los Derechos Fundamentales:

- Son Innatos: se poseen desde el nacimiento como atributo inherente al


ser.

- Universales: se extienden a todo el género humano de cualquier tiempo y


lugar Iguales, son los mismos en todas las personas.

- Imprescriptibles: no caducan ni se pierden por el transcurso del tiempo ni


por no poder ejercerse

- Inalienables: están fuera del comercio humano y por lo tanto no pueden


transferirse ni transmitirse a ningún título.

- Inviolables: nadie puede atentar contra ellos

Limitaciones con excepción del derecho a la vida, el ejercicio de todos los


derecho humanos está sujeto a limitaciones, permanentes o transitorias que
legítimamente le imponga la autoridad en la medida en que sea indispensable
para cautelar la moral, el orden público, la seguridad del estado, el Bien Común
en general.
Principales Derechos Humanos

30
Derecho a la vida; a la integridad física; a la liberta; a la igualdad; al trabajo; a
los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digna
(especialmente en cuanto se refiere a la alimentación, el vestuario, la
habitación); al descanso; la atención médica; los servicios sociales necesarios;
a la seguridad; a la participación en los bienes de la cultura; a honrar a Dios
según los dictados de su recta razón; a profesar la religión privada y
públicamente; a la elección del propio estado; a la propiedad privada de los
bienes de consumo; a la asociación; a tomar parte activa en la vida pública y
contribuir a la consecución del bien común; a la defensa jurídica de los propios
derechos, de manera que ella sea eficaz, imparcial y regida por los principios
objetivos de la justicia, etc.

A) Derecho a la vida o a la conservación de la vida

Es el derecho que tenemos a conservar nuestra vida y a que nadie atente


contra ella. No consiste en un dominio absoluto sobre nuestra vida misma, en
virtud del cual podemos destruirla si queremos, sino en la facultad de exigir de
los otros la inviolabilidad de ella. Todos los seres humanos, aun un niño en el
seno de su madre, tienen derecho a vivir. (Ese derecho no procede de la
sociedad)

° No existe autoridad humana, ciencia, ni motivos médicos, eugenésicos,


sociales, económicos o morales, que puedan proporcionar una decisión
jurídica válida para la eliminación directa y deliberada de una vida humana.
La vida es sagrada y el principio de no matar es absoluto.

No obstante, en concepto de algunos, existen cuatro excepciones a


este derecho: la pena de muerte, la guerra justa, la legítima defensa y el
estado de necesidad.

1) La pena de muerte

El problema de la licitud y conveniencia de la pena de muerte es muy


controvertido, ya que, hay quienes nos oponemos a ella, fundados,
principalmente, en que la vida humana es sagrada (el principio de no matar es
absoluto.) La sociedad no tiene el derecho a disponer de la vida de sus
miembros, por cuanto no fue ella quien se la otorgó; además se pueden
cometer con dicha pena injusticias irreparables (fundadas en errores
judiciales). Otros, en cambio, la justifican y argumentan que correspondiéndole
al Estado velar por el bien común y la seguridad de los individuos, él puede
aplicar las sanciones necesarias, aun la suprema, a los que atenten contra ella;
además, la pena de muerte, según ellos, es un medio para precaver la paz
social, al ser “ejemplificadora” y enseña a los demás miembros de la
comunidad a no cometer determinados actos por temor a sufrir semejante
sanción.

Santo Tomás, que justifica la pena de muerte afirma “Que así como es
conveniente a la salud del cuerpo humano la amputación de un
miembro enfermo que pueda contagiar a los demás, lo es también,
velando por el bien común de éste, la eliminación de un hombre
peligroso que corrompe a la sociedad”

31
2) La guerra justa

La guerra es, según algunos, otra limitación al derecho de vida. Así como el
Estado tiene derecho a defender su existencia contra sus enemigos internos,
tiene también derecho a perseverar su integridad contra los enemigos
externos.

Otros, como Francisco de Vitoria y Francisco Suárez, la justifican sólo cuando es


declarada por la autoridad legítima con el fin de preservar la vida de la
comunidad o de asegurar el imperio de la justicia y el Derecho, y siempre que
se empleen medios lícitos y proporcionados. (Materia que se verá en Historia
Institucional de Chile)

Para que exista guerra justa debe seguir los siguientes requisitos:

a) Que sea declarada por la autoridad legítima que tiene el gobierno de la


sociedad.
b) Que haya sido declarada por una causa justa, que puede ser defender un
derecho legítimo o castigar su violación.
c) Que los medios que se empleen sean lícitos y proporcionados.
d) Que se evite todo daño a las personas o a los bienes que no posean una
razón estratégica suficiente para aplicársela.

3) La legítima defensa

Hemos dicho que al derecho que tiene todo individuo a la conservación de la


vida corresponde a la obligación de los demás de respetarla. Cuando ocurre
que alguien viola este derecho, puede la persona afectada puede repeler la
agresión, a esto se le llama legítima defensa, que consiste en el rechazo de
una agresión ilegítima, actual o inminente, mediante un acto perjudicial al
agresor.

Para que la defensa sea legítima, la mayor parte de los tratadistas


exige:

a) Que se trate de una agresión actual. La defensa de las agresiones pasadas


corresponde a la justicia ordinaria, y la venganza por ellas es ilegítima.
b) Que la agresión sea injusta y grave.
c) Que la defensa sea necesaria, es decir, que no exista otro medio de repeler
la agresión que la fuerza.
d) Que la defensa sea proporcionada, esto es, que con ella no se cause más
daño que el necesario.
e) Que no se busque el daño del agresor, sino la defensa propia.

4) El estado de necesidad

El estado de necesidad es una situación de peligro actual de intereses


protegidos por el Derecho, en la cual no queda otro remedio que la violación de
intereses de otro, también jurídicamente protegidos. (Este es un caso de

32
conflicto entre bienes o derechos, que exige la destrucción o menoscabo de
alguno o algunos de ellos para la salvación del otro u otros.)

Para determinar el fundamento del estado de necesidad, hay que distinguir


según que los bienes o derechos en conflicto sean de desigual o de igual valor.
En el primer caso (por ejemplo el robo o hurto famélico) la justificación es el
interés preponderante.
En el segundo caso (por ejemplo cuando una persona desaloja a otra de una
tabla de salvación) la justificación es el instinto de conservación.

Para que exista estado de necesidad deben reunirse los siguientes


requisitos:

a) Peligro actual o inminente, proveniente de un caso fortuito o de fuerza


mayor o de un fenómeno natural.
b) Injusticia del mal que se trata de evitar.
c) Imposibilidad de evitarlo por otro medio que no sea el sacrificio del bien
ajeno.
d) Proporcionalidad entre el mal que amenaza y el que se causa para
prevenirlo.
e) Que el necesitado no haya dado lugar dolosamente al surgimiento del
estado de necesidad.

En íntima relación con el derecho a la vida están: El suicidio, El duelo, El


maltusianismo, La eugenesia, La eutanasia y El aborto.

A) El suicidio: El suicidio consiste en la muerte de una persona, querida y


provocada intencionalmente por ella misma. Lo que caracteriza al
suicidio es la voluntad determinada a un hecho que ponga término a la
propia vida.
Desde el punto de vista moral y jurídico las opiniones que se sustentan sobre el
suicidio se dividen en tres grupos:

a) Hay quienes lo justifican plenamente, considerándolo como un acto de


valor y dignidad
b) Hay otros que sostienen que el suicidio supone necesariamente un
trastorno de las facultades mentales, ya que significa vencer el instinto
de conservación, que es una de las características más constante de la
psicología normal.
c) Por último, hay quienes lo condenan como un acto contrario a la
naturaleza, a la sociedad y a Dios. Es contrario a naturaleza, porque
atenta, contra la realización del fin supremo de la persona humana;
contrario a la sociedad, porque ésta tiene el derecho de exigir la
cooperación de todos los hombres para la consecución del bien común; y
contrario a Dios, porque la vida del hombre sólo pertenece al Creador.

Para esta teoría, que compartimos, el suicidio nunca es lícito; "no hay, ni
puede haber circunstancias, aun entre las más extraordinarias, capaz
de justificarlo ni de excusarlo. Por magnos e innumerables que sean

33
los infortunios de la vida presente, ella no deja nunca de ser apta para
el objeto a que está destinada”

° Sin embargo, la legislación penal chilena no considera el suicidio como un


delito específico, y no sanciona ni la tentativa de suicidio, ni el suicidio
frustrado, y sólo castiga al que, con conocimiento de causa, presta auxilio a
otro para que se suicide. (Código Penal de Chile, artículo 393).

También se puede dar el caso del suicidio indirecto es aquel en que la muerte
se produce por causa extraña a la voluntad del sujeto, o como consecuencia de
una acción voluntaria realizada por él sin la intención de quitarse la vida sino
de alcanzar otro fin (Por ejemplo el caso del militar que combate en la guerra,
del médico que atiende a un enfermo con peligro de contagio mortífero, del
que busca salvar la vida ajena con peligro de la propia, del que se lanza al mar
a rescatar a una persona etc.)

I. El duelo: El duelo es un combate entre dos personas, realizado en virtud de


un convenio previo sobre el día, lugar y armas, con el riesgo mutuamente
aceptado de heridas y muerte.

Hay autores que lo justifican, considerándolo como una excepción al derecho


de vida, que se funda en el uso lícito de la fuerza para defender los derechos
atacados, y que procede debido a la insuficiencia de las leyes que protegen el
honor.

Hoy en día la mayoría de los ordenamientos jurídicos lo sanciona como delito.

° La legislación penal chilena condena la provocación a duelo, el hecho de


que se desacredite a una persona por no aceptar un duelo y, finalmente, el
duelo mismo, aunque no produzca lesiones; y sanciona a los duelistas y a los
padrinos. (Código Penal de Chile, artículos 404 a 409).

II. El maltusianismo: El pastor protestante inglés Thomas Malthus (1776-


1836) es autor de la obra "Ensayo sobre el principio de población", en la
cual sostiene que mientras la población aumenta en progresión geométrica
la producción lo hace en progresión aritmética; y recomienda que, para
evitar la crisis que sobrevendrá con motivo de esta desproporción, es
necesario reducir la natalidad, absteniéndose de relaciones sexuales fuera
del matrimonio, aplazando éste hasta que el hombre pueda mantener una
familia, y utilizando dentro del matrimonio métodos anticonceptivos, en
caso de que no se tenga la independencia económica suficiente. (Los
discípulos de Malthus propician la limitación de la natalidad mediante el
empleo masivo de métodos anticonceptivos).

III. La eugenesia: La eugenesia es la ciencia que se propone como fin el


mejoramiento de la especie humana, por medio de la selección de los
caracteres hereditarios.

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Medidas de orden eugenésico se han puesto en práctica desde tiempos muy
remotos, pero es en el siglo XIX cuando la eugenesia adquiere categoría
científica, gracias a los trabajos de Francisco Galton (1822-1911), quien le dio
tal nombre y la definió como "el estudio de los agentes bajo control social que
pueden mejorar o empobrecer las cualidades raciales de las futuras
generaciones, ya sea física o mentalmente" Las medidas eugenésicas pueden
ser de dos clases: positivas o negativas.

Las positivas consisten en el mejoramiento de las condiciones de vida, la lucha


contra el alcoholismo, la prostitución y las enfermedades venéreas, etc.

Las medidas negativas tienden a eliminar las cualidades hereditarias


perjudiciales para la sociedad, con la intención de mejorar la herencia. Las
medidas más importantes son la castración y la esterilización.

IV. La eutanasia: "Francisco Bacon, en el siglo XVII, sostuvo el derecho que


asistía a una persona para dar muerte a otra por razones piadosas, cuando
los dolores le eran insoportables y no había esperanzas de curación; bautizó
este género de muerte con el nombre de "eutanasia" (del griego: "en" =
buen y "thanatos" = muerte)".

De las numerosas definiciones que se han propuesto, podemos decir


que son cinco los elementos que se comprenden dentro de su
concepto:

a. Que se trate de un enfermo incurable.


b. Que padezca de crueles dolores.
c. Que la muerte se dé a su propio pedido, de los miembros de su
familia o de sus guardadores.
d. Que se haga a impulsos de un sentimiento profundo de piedad y
humanidad.
e. Que se le procure una muerte exenta de sufrimientos.

Como visión para esta clase somos contrarios a la eutanasia porque creemos
que ella no constituye una ayuda al moribundo, sino una decisión deliberada
de darle muerte; En efecto, todo hombre tiene derecho a una muerte digna de
un ser humano. La muerte es la última gran tarea de la vida que el hombre
debe cumplir. Esta tarea nadie puede arrebatársela, aun cuando se puede y se
debe ayudar a la persona en esta ocasión.

V. El aborto: Etimológicamente la palabra aborto deriva del griego "ab, que


significa privación, y "ortus", nacimiento, y significa privación de
nacimiento”. En obstetricia se llama aborto a la expulsión del producto de la
concepción, durante los seis primeros meses de la vida intrauterina.

° Desde el punto de vista jurídico, el aborto es la interrupción provocada del


proceso fisiológico de la preñez en cualquiera de sus etapas.

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El aborto admite las siguientes clasificaciones:

Espontáneo: Que es aquel que se produce por causas naturales.


Provocado: El que es consecuencia de una intervención.

El provocado puede ser: indirecto, cuando se produce sin intención, como


consecuencia de un hecho tendiente a otro objetivo o directo, cuando se ha
perseguido directamente la expulsión del feto.

El aborto directo, a su vez, puede ser: médico, que es el realizado por un


facultativo, con fines terapéuticos, en caso de enfermedad de la madre o con el
objeto de salvar su vida o criminal, que es el provocado con el único fin de dar
muerte al feto.

Las diversas opiniones sobre el aborto pueden agruparse en tres


corrientes:

a) La que defiende el aborto como un derecho, propiciando el aborto libre.


b) La que lo permite en ciertos casos.
c) La que lo condena siempre como inmoral y contrario a la justicia.

i. El derecho al aborto libre: El fundamento de este derecho es, según sus


defensores, de orden biológico. Para ellos, el feto es la simple prolongación
del organismo materno; de consiguiente, la madre, dueña de su cuerpo,
tendría también sobre el feto el derecho de destrucción.

"La mujer tiene el derecho de atentar contra su propia vida, ¿cómo no


ha de poder destruir el fruto de su vientre antes del alumbramiento?
Una madre puede cortarse un brazo, cómo no ha de poder perforar las
membranas fetales que limitan el proceso de la generación
Fisiológicamente, el embrión puede tener una vida independiente”

ii. El aborto es permitido en determinados casos: Hay quienes justifican


el aborto terapéutico, realizado por el facultativo en caso de enfermedad de
la madre o para salvar su vida.

Al respecto dan los siguientes argumentos:

1) El del mal menor: tanto la vida del hijo como la de la madre son sagradas,
pero, desde el momento que vemos que el feto pone en peligro la vida de la
madre, estamos autorizados a sacrificar aquella vida cuya existencia es
problemática, mientras sabemos que la madre está desempeñando un
papel en la familia y en la sociedad, el que puede ser de valor inapreciable

2) El de la legítima defensa: cuando el feto pone en peligro la vida de la


madre, ésta puede eliminarlo con la eximente de la legítima defensa.

(El del consentimiento tácito: hay quienes legitiman el aborto sosteniendo que
si el feto pudiera ser consultado, seguramente renunciaría a su vida para salvar
la de su madre).

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3) Hay quienes admiten solamente el aborto por causas de honor muy
calificadas. En los casos de: violación, estupro.

iii. El aborto es condenado siempre como inmoral, contrario a la


naturaleza humana y a la justicia: Consideramos que el aborto es
inmoral, contrario a la naturaleza humana y a la justicia, por las siguientes
razones:

1. El feto es un ser vivo distinto e independiente de la madre: No es


efectivo que el hijo sea parte de la madre, un órgano o un episodio de ella.
Por el contrario, el feto presenta sus propios procesos vitales, que no son los
mismos de la madre, sino que forman un todo independiente de su ser.

a) Independencia ontogénica. Lo que caracteriza la individualidad biológica


de un ser, es el número de cromosomas de su célula, que es igual y fijo
para todas las células de un mismo organismo.

b) Independencia fisiológica. La independencia fisiológica del feto se


manifiesta a través de la independencia de sus grandes procesos vitales
(alimentación, respiración y circulación; aparato genital y sistema nervioso).

c) Independencia finalista. El feto, como todo ser vivo, es una unidad con
un fin propio e independiente de todo otro ser.

2. No hay diferencia esencial entre el feto y la madre: Tratándose de dos


vidas humanas, ambas son igualmente valiosas. Cuando se causa la muerte
al feto no se trata de escoger entre salvar la vida de la madre o la del hijo,
sino de dejar morir a la madre a consecuencia de un mal para el que la
ciencia se declara impotente, o matar el feto vivo en sus entrañas. Se trata
en este caso de un hecho positivo: matar.

3. No es efectivo que siempre haya que escoger el mal menor: Hay que
escoger el mal menor siempre que este mal no implique una acción
esencialmente mala, como sería la muerte de un inocente. Un fin bueno no
puede buscarse sino con la ayuda de medios también buenos o, por lo
menos, indiferentes.

4. El feto no es un injusto agresor: La primera condición esencial para que


se justifique dar muerte a otro en virtud de legítima defensa es que exista
un agresor injusto. Toda agresión supone un acto positivo dirigido contra
alguien. El feto no es un agresor, por cuanto lo realiza ningún acto positivo,
ni menos es injusto, por cuanto no se sale de la esfera de sus derechos. Si
él produce un mal, este proviene de fuerza mayor, que no le puede ser
imputable, o de defectos de la madre, y en tal caso más bien podría
considerarse a ésta injusta agresora del hijo, ya que ella lo ha concebido,
por lo general, libremente, mientras que él no ha tenido participación
alguna en el hecho de su concepción.

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5. Consentimiento tácito. En derecho no puede presumirse que se renuncie
a un derecho cuando no existe la posibilidad de hacerlo valer, cual es el
caso del feto.

Por lo demás, no existe un derecho sobre la propia existencia y, por


consiguiente, nadie puede autorizar a otro para ser eliminado.

° El Código Penal de Chile considera al aborto como un delito, y sanciona al


que maliciosamente causare aborto; al que con violencia ocasionare un
aborto, aun cuando no hubiere tenido intención de hacerlo, cuando el
embarazo fuere notorio o le constare al hechor; a la mujer que causare su
aborto o consintiera que otra persona se lo causare; y al facultativo que,
abusando de su oficio, causare un aborto o cooperare a él.

° El aborto y la Iglesia Católica. El ordenamiento jurídico de la Iglesia Católica


condena también el aborto y establece que "los que procuran el aborto,
incluso la madre, incurren, si el aborto se verifica, en excomunión ipso
facto". (Código de Derecho Canónico, canon 2.350).

B) La libertad individual

Es la facultad que posee toda persona para fijar su residencia en cualquier


punto del territorio de un país; trasladarse de una parte a otra y salir y regresar
al país, sin más restricciones que las limitaciones establecidas por la autoridad
judicial o la del estado en orden a la justicia y el bien común.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: "La libertad de permanecer en cualquier punto de la
República, trasladarse de uno a otro, o entrar y salir de su territorio, a
condición de que se guarden las normas establecidas en la ley y salvo
siempre el perjuicio de tercero, sin que nadie pueda ser detenido,
preso, desterrado o extrañado, sino en la forma determinada por las
leyes”.

C) La libertad de opinión

Es la facultad que posee toda persona para expresar su pensamiento, de


palabra o por escrito, siempre que él no sea contrario a la moral o al orden
público.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: "La libertad de emitir, sin censura previa, sus opiniones,
de palabra o por escrito, por medio de la prensa, la radio, la televisión
o en cualquiera otra forma, sin perjuicio de responder de los delitos y
abusos que se cometan en el ejercicio de esta libertad, en la forma y
casos determinados por la ley. No podrá ser constitutivo de delito o
abuso, sustentar y difundir cualquiera idea política".

“Toda persona natural o jurídica ofendida o aludida por alguna


información, tiene derecho a que su aclaración o rectificación sea

38
gratuitamente difundida, en las condiciones que la ley determine, por
el órgano de publicidad en que esa información hubiere sido emitida".

"Toda persona natural o jurídica, especialmente las universidades y


los partidos políticos, tendrán el derecho de organizar, fundar y
mantener diarios, revistas, periódicos y estaciones transmisoras de
radio, en las condiciones que establezca la ley”.

"La importación y comercialización de libros, impresos y revistas


serán libres, sin perjuicio de las reglamentaciones y gravámenes que
la ley imponga. Se prohíbe discriminar arbitrariamente entre las
empresas propietarias de editoriales, diarios, periódicos, revistas,
radiodifusoras y estaciones de televisión en lo relativo a venta o
suministro en cualquier forma de papel, tinta, maquinaria u otros
elementos de trabajo, o respecto de las autorizaciones o permisos que
fueren necesarios para efectuar tales adquisiciones, dentro o fuera
del país".

D) La libertad de conciencia y de culto

La libertad de conciencia y de culto es la facultad que tiene todo hombre para


profesar la religión que considere verdadera y sostener sus creencias mediante
manifestaciones externas.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: "La manifestación de todas las creencias, la libertad de
conciencia y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a
la moral, a las buenas costumbres o al orden público, pudiendo, por
tanto, las respectivas confesiones religiosas erigir y conservar
templos y sus dependencias con las condiciones de seguridad e
higiene fijadas por las leyes y ordenanzas".

“Las iglesias, las confesiones e instituciones religiosas de cualquier


culto, tendrán los derechos que otorgan y reconocen, con respecto a
los bienes, las leyes actualmente en vigor; pero quedarán sometidas,
dentro de las garantías de esta Constitución, al derecho común para
el ejercicio del dominio de sus bienes futuros".

E) La libertad de enseñanza

Comprende dos aspectos: la libertad de enseñar y la libertad de aprender.


Dentro de ellas se considera necesario fijar algunas normas, como, por
ejemplo, las referentes a la idoneidad de los profesores y a los programas de
estudio. Pero no puede privarse a nadie del derecho a elegir el tipo de
educación que desea recibir, como tampoco imponer una determinada
enseñanza.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: “la libertad de enseñanza".

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*"La educación básica es obligatoria".

"La educación es una función primordial del Estado, que se cumple a


través de un sistema nacional del cual forman parte las instituciones
oficiales de enseñanza y las privadas que colaboren en su realización,
ajustándose a los planes y programas establecidos por las
autoridades, educacionales".

"Sólo la educación privada gratuita y que no persiga fines de lucro


recibirá del Estado una contribución económica que garantice su
financiamiento, de acuerdo a las normas que establezca la ley". (Ojo)

"La educación que se imparta a través del sistema nacional será


democrática y pluralista y no tendrá orientación partidaria oficial. Su
modificación se realizará también en forma democrática, previa, libre
discusión en los organismos competentes de composición pluralista”.

"El acceso a las Universidades dependerá exclusivamente de la


idoneidad de los postulados, quienes deberán ser egresados de la
enseñanza media o tener estudios equivalentes, que les permitan
cumplir las exigencias objetivas de tipo académico. El ingreso y
promoción de profesores e investigadores a la carrera académica se
hará tomando en cuenta su capacidad y aptitudes".

"El personal académico es libre para desarrollar las materias


conforme a sus ideas, dentro del deber de ofrecer a sus alumnos la
información necesaria sobre las doctrinas y principios diversos y
discrepantes".

"Los estudiantes universitarios tienen derecho a expresar sus propias


ideas y a escoger, en cuanto sea posible, la enseñanza y tuición de los
profesores que prefieran".

F) La libertad de reunión

Es la facultad que posee todo hombre de vincularse libremente con otras


personas con finalidades comunes.
Este derecho emana de la sociabilidad del hombre. Algunos autores consideran
que ésta no es una libertad específica, sino la manifestación simultánea de las
libertades de tránsito y de opinión.
La libertad de reunión no solamente implica el derecho de reunirse para fines
lícitos sino también el principio de que nadie puede ser obligado a concurrir a
una reunión en contra de su voluntad.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: "El derecho de reunirse sin permiso previo y sin armas.
En las plazas, calles y demás lugares de uso público, las reuniones se
regirán por las disposiciones generales que la ley establezca".

G) La libertad de asociación

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Es la facultad que tiene todo hombre de establecer, mediante acuerdos,
relaciones permanentes con otras personas, con finalidades de interés común,
que sean compatibles con los derechos de los demás y el bien común.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: "El derecho de asociarse sin permiso previo y en
conformidad a la ley".

Además, "la Constitución asegura a todos los ciudadanos el libre


ejercicio de los derechos políticos, dentro del sistema democrático y
republicano".

"Todos los chilenos pueden agruparse libremente en partidos


políticos, a los que se reconoce la calidad de personas jurídicas de
derecho público y cuyos objetivos son concurrir de manera
democrática a determinar la política nacional".

H) La libertad de trabajo

Es la facultad que tiene toda persona de ejercer libremente sus actividades


laborales y de ejecutar el trabajo lícito que haya obtenido y para el cual posea
la competencia exigida. (El fundamento de este derecho es la trascendencia
del quehacer humano, porque preguntar cuál es la más honda significación del
trabajo equivale a preguntar cuál es el sentido último de la vida).

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República: "La libertad de trabajo y su protección. Toda persona
tiene derecho al trabajo, a la libre elección de éste, a una
remuneración suficiente que asegure a ella y su familia un bienestar
acorde con la dignidad humana y a una justa participación en los
beneficios que de su actividad provengan".

"El derecho a sindicarse en el orden de sus actividades o en la


respectiva industria o faena, y el derecho de huelga, todo ello en
conformidad a la ley".

"Los sindicatos y las federaciones y confederaciones sindicales,


gozarán de personalidad jurídica por el solo hecho de registrar sus
estatutos y actas constitutivas en la forma y condiciones que
determine la ley".

"Ninguna clase de trabajo o industria puede ser prohibida, a menos


que se oponga a las buenas costumbres, a la seguridad o a la salud
pública, o que lo exija el interés nacional y una ley lo declare así".

I) Derecho de igualdad

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El derecho de igualdad es la facultad que tiene toda persona de que se la trate
en las mismas condiciones que a las demás que se encuentren en similar
situación.

El fundamento de este derecho reside en que los hombres son esencialmente


iguales, en cuanto participan de la naturaleza propia de la condición humana;
pero esta igualdad no dice relación con las calidades accidentales de cada
individuo, en virtud de las cuales cada hombre es distinto de los demás por un
variado conjunto de caracteres físicos y espirituales, específicos y concretos,
que, sin alterar su esencia de ser humano, se agregan a ella para constituir la
condición propia, única e intransferible de cada persona humana. Los hombres
son, por lo tanto, iguales y desiguales a la vez, vale decir, iguales en ciertos
aspectos y desiguales en otros.

La legislación positiva de los distintos países contempla las principales


aplicaciones del derecho de igualdad: ante la ley, ante la justicia, ante las
cargas públicas, ante los cargos administrativos, etc.

*La Constitución Política de Chile garantiza a todos los habitantes de


la República:

a) "La igualdad ante la ley. En Chile no hay clase privilegiada". (En


Chile no hay esclavos, y el que pise su territorio, queda libre).
b) "La admisión a todos los empleos y funciones públicas, sin otras
condiciones que las que impongan las leyes".
c) "La igual repartición de los impuestos y contribuciones, en
proporción de los haberes o en la progresión o forma que fije la ley; y
la igual repartición de las demás cargas públicas"

J) Inviolabilidad de la vida privada, de la familia, del domicilio y de


la correspondencia

La persona humana vive en el espacio y en el tiempo y convive con sus


semejantes; por ello la libertad personal se proyecta en esferas materiales y
sociales, por ejemplo en la vida privada, en el lugar, en la correspondencia,
etc., campos que vienen a quedar en cierta manera incorporados a la propia
persona y, por consiguiente, deben ser considerados como propios de ella, es
decir, como libres de toda injerencia arbitraria o injustificada, a la vez que
deben ser protegidos por el ordenamiento jurídico (La persona humana tiene el
derecho a disfrutar de la pacífica intimidad de su existencia).

*La Constitución Política de Chile otorga a todos los habitantes de la República


las siguientes garantías: "Nadie puede ser condenado, si no es juzgado
legalmente y en virtud de una ley promulgada antes del hecho sobre
que recae el juicio"

"Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el


tribunal que le señale la ley y que se halle establecido con
anterioridad por ésta"

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"Nadie puede ser detenido sino por orden de funcionario público
expresamente facultado por la ley y después de que dicha orden la
sea intimada en forma legal, a menos de ser sorprendido en delito
flagrante y, en este caso, para el único objeto de ser conducido ante
juez competente".

"Nadie puede ser detenido, sujeto a prisión preventiva o preso, sino


en su casa o en lugares públicos destinados a este objeto".

"Los encargados de las prisiones no pueden recibir en ellas a nadie en


calidad de detenido, procesado o preso, sin copiar en su registro la
orden correspondiente, emanada de autoridad que tenga facultad
legal. Pueden, sin embargo, recibir en el recinto de la prisión, en clase
de detenidos, a los que fueren conducidos con el objeto de ser
presentados al juez competente, pero con la obligación de dar cuenta
a éste dentro de las veinticuatro horas".

"La inviolabilidad del hogar".

"La casa de toda persona que habite el territorio chileno sólo puede
ser allanada por un motivo especial determinado por la ley, y en
virtud de orden de autoridad competente) "La inviolabilidad de la
correspondencia epistolar y telegráfica y de las comunicaciones
telefónicas. No podrán abrirse, ni interceptarse, ni registrarse los
papeles o efectos públicos, sino en los casos expresamente señalados
por la ley".

Garantía de los Derecho Humanos

El "Seminario acerca de la protección de los derechos humanos en el Derecho y


el procedimiento penales", organizado por las Naciones Unidas en colaboración
con el gobierno de Chile, que se desarrolló en Santiago en 1958, bajo la
presidencia del profesor de la Universidad de Chile Luis Cousiño Mac-Iver,
adoptó interesantes conclusiones en relación con la garantía de los derechos
humanos:

1. Uno de los aspectos fundamentales radica en las condiciones personales del


juez. Las leyes e instituciones, por buenas que sean, pueden quedar
desvirtuadas por un mal juez. Sería preciso repetir la frase “según la cual
no hay más garantía de justicia que la personalidad del juez".

2. Tanto la independencia como la imparcialidad de los jueces se asegura


mediante la selección de las personas más capacitadas en sentido integral,
o sea ético, intelectual, de carácter, etc. para el desempeño de la elevada
función de juzgar;

3. Toda persona detenida, procesada o condenada injustamente tiene derecho


a ser indemnizada por el Estado de todos los daños materiales y morales
ocasionados.

43
4. No se justifica, en ningún caso, "que el tiempo de detención
provisional sufrida sea prolongado en demasía por la lentitud de
las investigaciones judiciales, debiendo señalarse un plazo
prudencialmente corto de duración" y "La detención policial por
delitos no debe jamás exceder del límite máximo de 24 o 72 horas,
pasadas las cuales debe entregarse al presunto culpable a la
autori9ad judicial competente"

5. El recurso de amparo o "habeas corpus" debe ser lo suficientemente


amplio y eficaz sin que pueda admitirse excepción alguna

6. Sean cuales fueren los sistemas procesales de cada país, es indispensable


que el detenido y el procesado gocen de todos los derechos y garantías, en
especial:

- comunicación con su familia;


- amigos y abogado;
- asistencia letrada y gratuita a falta de medios;
- información acerca de las diligencias de la investigación y del
proceso;
- ausencia de cualesquiera coacción o influencia indebida;
- enjuiciamiento pronto y expedito, porque la justicia tardía no
responde a las garantías fundamentales de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y la morosidad judicial es fuente directa
o indirecta de violaciones de dichos derechos;
- libertad en el ejercicio de la defensa, exenta de toda clase de
presiones e influencias

7. Los detenidos o procesados tienen derecho a "No ser objeto de


vejaciones, tratos o amenazas que tiendan a menoscabar su
libertad de decisión y acción, su memoria, su inteligencia o su
juicio (por ejemplo: lesiones corporales, insultos, fatiga,
administración de estupefacientes, narcoanálisis, torturas,
engaños, hipnosis)".

*El fundamento de esta prohibición general se encuentra en la


Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículos 5, 11 y 30)
y, en el plano de los ordenamientos nacionales, en todas aquellas
disposiciones, constitucionales y legales, que establecen que nadie
puede ser obligado a declarar contra sí mismo, o sea dicho en otras
palabras que las únicas declaraciones válidas son las prestadas sin
coerción de ninguna especie y en estado de conciencia".

Al respecto el Seminario adoptó, por unanimidad, los siguientes principios y


recomendaciones:

a. Inadmisibilidad de interrogatorios sin la presencia del abogado;

b. Prohibición estricta de todos los métodos de coerción física y moral


con respecto a personas detenidas o procesadas, incluyendo los

44
detectores de mentiras, drogas o cualquier otro procedimiento de
inquisición del subconsciente. El uso prohibido deberá reprimirse
como delito por las leyes de cada país;

c. Necesidad de extender el recurso de "habeas corpus" de


organizarlo si aún no lo estuviere para amparar a todas las personas
interrogadas mediante estos métodos prohibidos, comprendiendo
también a los testigos;

d. Importancia de que los jueces, ante quienes se produzcan o eleven


las confesiones o declaraciones, examinen severa y estrictamente
los procedimientos empleados para obtener tales confesiones O
declaraciones o para suprimir respuestas;

e. Necesidad de examen físico del detenido o procesado antes de


cualquier interrogatorio, y aun después en caso de petición expresa
de aquellos o de sus defensores;

f. Necesidad de consignar, en todos los interrogatorios escritos, tanto


las respuestas como las preguntas que las originaron, y, asimismo,
la fidelidad de los interrogatorios y declaraciones valiéndose de los
instrumentos o de los recursos técnicos adecuados (taquigrafía,
cintas magnéticas, etc.).

8. El procesado tiene derecho a un juicio público, cualquiera que fuere el


sistema procesal vigente, ya sea oral o escrito y tanto en la instrucción o
sumario como en el plenario;

9. La existencia de penas inhumanas, crueles y degradantes, que excedan los


límites de la justicia y de la ley, están en contradicción con los principios
contenidos en el artículo de la Declaración Universal de los derechos
humanos.

45
Unidad III “Teoría de las Normas y de la Relación
Jurídica”
La Conducta Humana y su Regulación Normativa

Leyes de la naturaleza y normas de conducta.

La diferencia entre naturaleza y sociedad nos conduce a esta nueva distinción:


la que diferencia las leyes de la naturaleza a las normas de conducta. Así, por
ejemplo, decimos que los movimientos del sol, de la luna, de los planetas,
como la propia sucesión de las estaciones, pueden ser explicados por ciertas
leyes que llamamos del modo antes indicado (leyes de la naturaleza). Por otra
parte, en la vida social encontramos ciertas prohibiciones y mandatos, que
llamamos normas de conducta, o simplemente normas, tales como los Diez
Mandamientos “No mataras”, las disposiciones que establecen quiénes, cómo y
cada cuánto tiempo tendrán derecho a elegir al Presidente de la República
"Podrán participar en las elecciones todas las personas que hayan cumplido 18
años de edad y estén inscritas en los Registros Electorales" , o las reglas que se
encuentran en la Ordenanza del Tránsito y que es preciso aprender como
requisito previo para obtener licencia de conducir.

Karl Popper, uno de los filósofos más importantes, describe del siguiente modo
la diferencia entre leyes de la naturaleza y normas. Una diferencia que
podríamos anticipar, resumidamente, con la siguiente afirmación: “las leyes
de la naturaleza describen regularidades empíricas, mientras que las
normas expresan directivas para nuestra conducta”. Esto significa que
las primeras establecen lo que es, o sea, describen, mientras que las segundas
establecen lo que debe ser, o sea, prescriben

Principio de causalidad y principio de imputación.

En síntesis: las leyes de la naturaleza describen ciertas regularidades o


uniformidades que observamos en la naturaleza, sobre la base de advertir
que dada una cierta causa (por ejemplo: aplicar calor a un metal) se produce
un determinado efecto (el metal se dilata, aumentando de volumen). Entonces,
las leyes de la naturaleza describen hechos que acontecen en ese medio que
llamamos naturaleza.

46
Tratan de lo que es, de lo que efectivamente acontece cuando en presencia de
una causa determinada se sigue un determinado efecto, Y funcionan así sobre
la base del principio de causalidad: un principio en virtud del cual podemos
afirmar que en presencia de una determinada causa o antecedente se seguirá
de manera inevitable un determinado efecto o consecuencia las leyes
naturales son aquellas que establecen "de una manera muy simplificada y
esquemática una relación entre dos hechos", y afirman, en consecuencia,
"que un cierto hecho está condicionado por la existencia de otro
hecho". A este último hecho se le llama "antecedente", mientras que a aquél
se le llama "consecuencia".

En cambio, las normas prescriben determinados comportamientos que las


personas deben observar en ciertas circunstancias y prevén también algún tipo
de castigo para el caso de que no se las cumpla. Entonces, las normas
prescriben conductas, o sea, señalan no lo que es, sino lo que debe ser, y
operan así sobre la base no del principio de causalidad, sino del llamado
principio de imputación: un principio que establece que una determinada
consecuencia debe ser imputada a determinado acto, sin que pueda decirse,
sin embargo, que este acto sea propiamente la causa de dicha consecuencia ni
ésta el efecto de aquél.

Las Normas de Conducta Humana

Cuando analizamos la actividad consciente del hombre, podemos advertir que


existen diversos sistemas que regulan la conducta humana.

Los hombres, seres dotados de voluntad y entendimiento y que gozan de libre


albedrío, pueden adecuar o no su conducta a las prescripciones de dichas
normas, sin perjuicio del sometimiento de su ser biológico a las leyes de la
naturaleza.

Las normas que regulan la conducta humana son preceptos que tienen por fin
realizar valores.

Características

a) Las normas de conducta determinan relaciones de deber ser entre un


hecho antecedente, que es una conducta dada, y un hecho que puede
o no ocurrir como consecuente. (Ellas no enuncian lo que ha sucedido,
sucede o sucederá, sino lo que debe ser cumplido, aunque tal vez en la
realidad no se cumpla ni se vaya a cumplir.)

b) La condición para que una norma de conducta sea tal, radica en


que aquello que estatuye como debido no tenga que acontecer
forzosa e inevitablemente en el mundo de los hechos. (La norma
prescribe lo que debe ser, lo cual puede o no acontecer en la realidad.)

Esta característica no se deriva de las normas mismas, sino de la índole de los


sujetos a quienes se destinan. Las normas de conducta se refieren,
necesariamente, a personas humanas capaces de auto determinarse en el

47
plano de la acción, es decir, capaces de cumplir o de violar sus disposiciones.
Si no existieren personas humanas, no podría pensarse en ordenar sus
conductas; y si ellas no fueran libres, sino que procedieran por ciega
necesidad, no se podría hablar de normas de conducta, de lo que debe ser,
sino de leyes naturales.

Las excepciones al cumplimiento de una norma no afectan a su validez. En


consecuencia, las normas de conducta son proposiciones que valen a pesar de
su no coincidencia con la realidad, porque ellas no tratan de expresar cómo es
efectivamente ésta, sino cómo debe ser, es decir, prescriben una conducta.

c) Las normas de conducta son válidas cuando exigen un proceder


intrínsecamente obligatorio, fundado en la idea de valor. (Sólo tiene
sentido afirmar que algo debe ser si lo que se postula como debido es
válido).

Por ello, toda norma de conducta se caracteriza por el hecho de que pretende
orientar la conducta humana hacia la realización de un valor, esto es, de un
bien adecuado a la naturaleza del hombre en su dimensión individual y social,
siendo indiferente para su existencia y validez como tal norma que de hecho
obtenga o no ese propósito.

Las Normas del Trato Social, Usos, Convencionalismo o Costumbres


Sociales

Las normas del trato social, usos, convencionalismo, costumbres sociales, son
aquellas que imponen a los hombres una determinada conducta en la vida
social fundada en principios de buena educación, decoro, protocolo o cortesía.
(Los saludos, regalos, invitaciones etc.)

Características

a) Las normas del trato social son de carácter social pues


consideran al hombre como parte integrante de la sociedad y no
en su vida individual. (En consecuencia, es necesario, para que ellas
existan, la presencia de por lo menos dos sujetos entre los cuales se
produzcan relaciones que se manifiesten en actos externos).

b) Las normas del trato social rigen la conducta exterior del


hombre, esto es, regulan su proceder sólo en cuanto éste se
traduce en conductas en relación con otros sujetos. (Las normas
del trato social afectan a la exterioridad de la conducta humana; ellas
jamás penetran en la intimidad del ser, en la esfera de las intenciones
originarias, en la profundidad de la vida humana).

c) Las normas del trato social entrañan un mandato cuya infracción


acarrea una sanción de reprobación social, que a veces está
determinada en forma previa en la misma norma (Código del

48
Honor) o cuenta con órganos destinados a imponerlas
(Tribunales del Honor).

d) Las normas del trato social son heterónomas, porque para su


vigencia se requiere de un proceso de interiorización, de
adhesión íntima o de reconocimiento personal

e) Las normas del trato social son unilaterales, esto es, obligan
pero no facultan

f) La sanción por la infracción de las normas del trato social no


fuerza inevitablemente a su cumplimiento; ella nunca consiste
en la imposición forzada de la conducta prescrita, ni tiene
tampoco el carácter de inexorable, sino que constituye una
simple reacción reprobatoria de la sociedad contra el sujeto
infractor de la norma. (Esta sanción puede resultar, en algunas
oportunidades, de mucha gravedad para el sujeto, lo que explica el
hecho de que, a veces, estas normas se presentan con caracteres de
mayor obligatoriedad que las normas morales o jurídicas.)

g) Las normas del trato social poseen una validez relativa por
cuanto no son normas que tengan valor para todos los tiempos y
lugares; por el contrario, ellas están condicionadas por la época,
el país, la clase social, el círculo, la profesión, la edad, etc.

h) Las normas del trato social persiguen como finalidad hacer más
agradable la convivencia humana.

Noción del Deber Moral o Norma Moral

La norma moral participa de los caracteres y elementos de toda norma, pero


tiene como muy propios los siguientes:

- Unilateral: prescribe un deber, pero no faculta a nadie para exigir de otro


el cumplimiento de su deber.

- Interior –Exterior: Su campo de acción se inicia en la conciencia, que es


donde por lo demás se inicia el acto humano. Esto no significa que la norma
moral no prescriba una conducta exterior, por el contrario, ocupándose de
la intención del sujeto, exige que ésta se manifieste en un acto concreto. En
definitiva, alcanza a todo el acto humano y a todos los actos humanos.

- Heterónoma: En su origen, la norma no es creada por la voluntad del


sujeto, si así fuera no sólo su obligatoriedad dependería de cada cual, sino
también su vigencia: si yo creo la norma, también podría modificarla,
alterarla o cambiarla a voluntad, y por tanto, derogarla.

49
- Autónoma como norma concreta: A nuestro juicio, la autonomía viene
dada en su cumplimiento. En efecto, ella es general y es el sujeto quien de
acuerdo a ella y habida consideración de las circunstancias concretas,
formula un juicio ético particular o norma particular.

- Incoercible: Significa que no es susceptible de ser exigible su


cumplimiento por la fuerza física. Es más, de obtenerse el cumplimiento de
un deber moral mediante el uso de la fuerza, la moral sigue incumplida,
puesto que ella, ya que persigue en última instancia la bondad del sujeto
(su calidad de hombre bueno y virtuoso), reclama su íntima y libre voluntad

Las Normas Morales

Las normas morales pueden presentarse en forma positiva o negativa. En


ambos casos se hace referencia a un valor que en sí mismo es más rico de lo
que puede expresar el enunciado de la norma. En consecuencia es el valor el
que da significado a la norma y el que constituye el verdadero objetivo del acto
moral. Por ser un valor en sí mismo y por los valores que fundamenta en su
relación con el hombre (regula la conducta de éste).

Una norma moral no es una restricción arbitraria de la libertad humana, sino un


llamado dirigido a la libertad para moverla a salva guardar y cultivar el valor.
"Una norma que no estuviera fundada sobre un valor y no estableciera
un deber valioso, estaría privada de toda fuerza moral obligatoria"

Las normas morales que regulan la conducta humana están fundadas en el


principio de que el nombre debe actuar conforme a su ser, porque el orden del
obrar debe atenerse al orden del ser, Las normas morales son razonables y
valiosas y están dirigidas a la libertad. El hombre puede reconocerlas o
desconocerlas y cumplirlas o transgredirlas libremente.

El hombre, por su naturaleza, no está determinado a seguir una sola conducta,


sino que él debe esforzarse, con todos los recursos que le proporcionen sus
conocimientos y su libertad, por satisfacer las exigencias de su propia esencia
y las de todos los seres con los cuales está en relación.
De lo expuesto podemos concluir que las normas morales regulan la conducta
libre del hombre. De conformidad con los dictados de la recta razón, con la
finalidad de que pueda realizar su destino trascendente y alcanzar su último
fin.

DERECHO Y MORAL

Existe sin duda una gran relación entre derecho y moral, sus puntos en común
tienen gran importancia práctica puesto que interesa a legisladores,
magistrados, políticos debe establecerse si el derecho debe basarse en la ética
y en qué medida o si es un orden autónomo independiente.

La relación entre ambos sistemas normativos es que el derecho es una parte


dependiente del orden moral. Para la filosofía cristiana, la ética trata de la

50
bondad en general, de los actos libres del hombre, que resulta de su
conformidad con los dictados de la razón. El derecho en cambio tiene por
objeto una de las diversas virtudes incluidas en la idea de bondad, la justicia.
La moral es más amplia que el derecho, pues comprende los deberes del
hombre hacia sí mismo, hacia sus semejantes y con respecto de Dios, en tanto
que el derecho sólo rige este segundo grupo de deberes, o sea, las
obligaciones sociales impuestas por la convivencia.
*El derecho es una parte esencial del orden moral

LAS NORMAS JURIDICAS

El derecho en cuanto norma: en la historia etimológica del término derecho se


advierte su vinculación con lo justo y con la conducta social o alteridad. En una
primera aproximación podría definirse como “la ordenación justa de la
conducta social”. Es pues una prescripción de la conducta humana
determinada por una cierta norma, regla o medida.

Y no de cualquier conducta, sino de la conducta de alteridad, esto es referida a


otro (social). El carácter de justa de tal ordenación significa que ella tiene por
objeto establecer lo suyo de cada cual, lo que le es debido y si le es debido es
obligatorio dárselo, pagárselo, entregárselo.

51
La norma jurídica tiene los elementos característicos generales de toda norma
(materia, forma, fines, sanciones) pero modificados o adecuados a ella. En
efecto el acto humano regulado por ella tiene una preponderante dimensión
externa: la imperatividad, que consiste en establecer una cosa como debida,
en darle carácter de deber es al propio tiempo atributiva, esto es, atribuye u
otorga un poder o facultad para reclamar el cumplimiento del deber. La norma
jurídica es pues, externa e imperativo-atributiva o bilateral. Y dado que la
conducta debida (prestación) es externa, la facultad de reclamar su
cumplimiento puede garantizarse por el uso de la fuerza, lo que da origen a la
coactividad de la norma jurídica. Las sanciones tienen por objeto obtener
directa o indirectamente (por equivalencia) el pago o cumplimiento de la
prestación y secundariamente el castigo del culpable.

Desde una perspectiva sustancial (esencial) la norma jurídica puede ser


concebida como “una ordenación racional y coercible del
comportamiento social valorado según un criterio de justicia”.

Características

Imperatividad: Es la forma de todas las normas. Lo característico de lo


normativo es, precisamente, la Imperatividad u obligatoriedad (permite
distinguir la norma de una súplica, consejo, invitación o sugerencia). Las
normas son obligatorias, establecen deberes, es necesario reiterar y ratificar
este rasgo, puesto que algunos autores niegan la imperatividad del derecho.

Hay que distinguir la Imperatividad sustantiva y la Imperatividad adjetiva:

a) Como sustantivo: quiere decir mandato u orden que una voluntad da a


otra para que ésta actúe o se abstenga de actuar de un modo determinado
ej. ¡Cierre la puerta! ¡Deme la billetera! ¡No se mueva!

b) Como adjetivo: la Imperatividad es una cualidad que poseen ciertos


preceptos consistentes en instar al sujeto a conducirse de un modo
determinado. Es decir, un precepto es imperativo cuando envuelve la
exigencia o pretensión de que debe ser cumplido.

Las normas de acuerdo a este rango, pueden ser clasificadas en normas


positivas, prohibitivas, permisivas.

Normas positivas: son aquellas que mandan ejecutar una acción “se deben
pagar los impuestos “

Normas prohibitivas: Son aquellas que mandan abstenerse de realizar una


acción en toda circunstancia. “prohibido pasar”.

Normas permisivas: Son aquellas que autorizan a realizar una acción


“permitido virar con luz roja y precaución” en este caso, la imperatividad
se refleja en que nadie puede obligarme a virar con luz roja ni nadie puede
impedirme hacerlo; los demás tienen el deber de respetar mi libertad.

52
Exterioridad: Consiste en que la norma jurídica, en general, sólo exige la
adecuación externa u objetiva a lo prescrito por ella. No le interesa la intención
o motivación con que el sujeto realiza la acción. Esto es lo que Kant llama la
“legalidad” del derecho para confrontarla con la “moralidad”, propia de las
normas morales.

Pero a pesar de ser cierta esta “amoralidad” subjetiva del derecho, este
prescindir de la intencionalidad del agente y preocuparse de la perfección
objetiva del acto, no es menos cierto que en muchas ocasiones el derecho
desde la exterioridad penetra en la interioridad del agente. La dirección es
siempre desde aquélla a ésta. Si no existe acto exteriorizado no hay derecho.
Los meros deseos, fantasías, imaginaciones, son irrelevantes para el derecho.

Bilateralidad: Consiste en que frente al sujeto obligado la norma jurídica


autoriza o faculta a otra persona para exigir de aquel el cumplimiento del
deber. Es decir, impone deberes y simultáneamente otorga facultades; hay un
sujeto obligado y un sujeto pretensor. En este sentido el derecho tiene una
estructura dual, relaciona directamente a un sujeto con otro sujeto. Este rasgo
puede ser derivado directamente del hecho de que la norma jurídica prescriba
“lo debido a otro”, puesto que es por ello que ese “otro” tiene la facultad de
exigir lo debido.

Coercibilidad: Consiste en la posibilidad legítima de aplicar la fuerza física en


caso de incumplimiento, coercibilidad es sinónima de coactividad. No debe
confundirse con la sanción, pues toda norma trae aparejada una sanción para
el caso de incumplimiento. Pero tratándose de las normas jurídicas esta
sanción puede ser aplicada por la fuerza.

Estructura Lógica de la Norma Jurídica

Se refiere a la unidad de sentido de la proposición normativa, es decir, analiza


el juicio lógico que encierra la prescripción.

Los juicios: el juicio es una relación entre conceptos en que uno de ellos
(predicado) afirma o niega algo del sujeto Ej. El muro es verde, la vida es
breve.

Estructura del juicio: tienen una estructura predicativa y están compuestos


de tres elementos, sujeto, cópula y predicado. Sujeto es la persona, cosa,
situación o conducta a la que se le atribuye algo, predicado es la cualidad o
atributo que se le imputa al sujeto y la cópula corresponde al verbo “ser” que
une al sujeto con el predicado.

Hay excepciones a esta estructura, como “el sol brilla”, o “Juan es mayor
que Pedro”, o “llueve”, gramaticalmente no todo lo que se expresa como
juicio lo es en estricto sentido, pero la mantenemos porque es el reflejo
de la estructura óptica de la realidad: esta se aparece como un
conjunto de sustancias (sujetos) a las que pertenecen (ser) sucesivos
accidentes (predicados). Estos elementos estarán siempre presentes

53
en la estructura del juicio, aunque no necesariamente de manera
explícita.

Hipotéticos: son aquellos en que la atribución del predicado está sujeta al


cumplimiento de una condición o hipótesis Ej. Si llueve uso paraguas.

Disyuntivos: son aquellos en que a un mismo sujeto se predican dos o más


realidades que se excluyen mutuamente. Ej. Juan está vivo o está muerto. Se
expresan mediante la disyunción “o”.

La Norma Jurídica como Complejo Proporcional

Conjuntivo de dos Juicios Hipotéticos

El distinguido profesor de la Universidad de Chile Jorge Millas afirma que "todo


parece indicar la conveniencia de reconocer en la norma jurídica un
complejo proposicional de carácter conjunto, según la fórmula general
"Si A es, debe ser B y si no es B, debe ser S". Este esquema, siguiendo el
de Cossío en su descripción de la complejidad de tercer grado que tiene la
norma jurídica, lo aventaja en que expresa la coexistencia de las dos fases, es
decir el carácter conjuntivo de su coordinación. La norma jurídica, diremos
pues, constituye desde el punto de vista de su estructura lógica, una
coordinación conjuntiva de dos proposiciones hipotéticas. Esta interpretación
permite ver la norma en una función de conocimiento jurídico muy importante:
la de definir lógicamente el deber ser jurídico, en un sentido análogo al que ha
mostrado Kelsen. En la expresión "Si A es, debe ser B y si no es B, debe
ser S", aparece, en efecto, gracias al símbolo conjuntivo, que indica la
concurrencia de las dos proposiciones hipotéticas, el alcance exacto del deber
ser de la conducta principal: que B deba ser significa que si no B es (es decir, si
ocurre la conducta contraria) debe ser S (esto es, debe ocurrir sanción)".

54
LA RELACION JURIDICA

La relación jurídica es el vínculo entre dos sujetos de derecho, surgido de la


realización de un supuesto normativo, y que coloca a uno de tales sujetos en
posición de sujeto activo frente a otro en posición de sujeto pasivo en la
realización de una prestación determinada.

Estructura

Desde el punto de vista de su estructura, la relación jurídica consta de:

 Un supuesto normativo
 Un hecho jurídico efectivamente acaecido
 Un deber jurídico del sujeto pasivo
 Una facultad jurídica del sujeto activo
 La realización de la prestación.

El supuesto normativo: se trata de la hipótesis a cuya realización efectiva la


norma jurídica asocia una determinada consecuencia. Por ejemple, una
norma jurídica dispone que el que recibe dinero en préstamo tiene la
obligación de devolverlo en la fecha convenida y con los intereses que
hubiere pactado con su acreedor. (este supuesto normativo, es un hecho
calificado jurídicamente que tanto puede suceder o no, que un sujeto reciba de
otro una suma de dinero en préstamo, pero se trata de un hecho que, una vez
ocurrido, va a producir la consecuencia que la misma norma establece).

En otras palabras: las normas jurídicas describen o califican determinados


hechos al modo de hipótesis que tanto pueden realizarse como no realizarse y
a cuya realización efectiva vinculan determinadas consecuencias.

Entonces, cada vez que un sujeto de derecho realice esa hipótesis, o cada vez
que la hipótesis se realice por referencia a un sujeto determinado, deberán
producirse las consecuencias que la norma hubiere previsto.

El hecho jurídico acontecido: Es el mismo que, supuesto por una norma, se


realiza luego efectivamente, de modo que las consecuencias previstas
(también por la norma) pasan a vincular ahora, indefectiblemente, a los sujetos
de que se trate.
Como escribe Antonio Bascuñán Valdés, "una vez realizado un hecho
jurídico, convertido en realidad el supuesto de la norma, la
consecuencia (prestación) indefectiblemente se imputa a ese
supuesto".

Ya está dicho, asimismo, que la realización efectiva del supuesto normativo,


con la consecuencia antes indicada, determina también la posición tanto del
sujeto pasivo, sobre quien pesa el deber de efectuar la prestación, como del
sujeto activo, que es el que aparece dotado de la facultad de exigir el
cumplimiento de la prestación.

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En consecuencia, así como hay una vinculación entre el deber jurídico y la
facultad jurídica puesto que ésta supone la existencia de aquél, también la hay
entre sujeto pasivo y sujeto activo, puesto que el primero asume frente al
segundo su condición de tal.
El deber jurídico del sujeto pasivo es lo que éste tiene la obligación de dar,
hacer o no hacer con el correspondiente sujeto activo.

Los sujetos de derecho en la relación jurídica

En la relación jurídica, las personas naturales o jurídicas pueden ocupar dos


roles diversos: sujeto activo o sujeto pasivo.

Sujeto activo: Es la persona titular del derecho subjetivo, esto es, de la


facultad jurídica de exigir de otro una determinada prestación

Sujeto pasivo: Es el titular del deber jurídico, esto es de la obligación de


realizar la prestación que le exige el sujeto activo.

° Sujeto activo y sujeto pasivo, derecho subjetivo y deber jurídico son


términos correlativos que se suponen unos a otros. Por lo tanto no hay
derecho subjetivo sin deber jurídico, y viceversa.

Clases de deber jurídico.

Este puede ser según su modalidad Positivos y Negativos. Los deberes jurídicos
positivos consisten en un “dar” o “hacer”. Dar significa transferir el derecho
de propiedad o cualquier otro derecho real sobre una cosa.

El deber de dar envuelve el de “entregar” y el deber jurídico de “hacer”


consiste en realizar cualquier acción que no importe un dar, sino, ejecutar una
obra (pintor, sastre)

Los deberes jurídicos negativos consisten en una abstención, es decir, en un


“no hacer”

El objeto de la relación jurídica: la prestación

Se puede definir como la prestación debida, como: “La conducta debida a otro
y puede ser de hacer, no hacer o dar.”

Dar: Es aquella que consiste en transferir el derecho de dominio o cualquier


otro derecho real sobre una cosa. Su objeto son los bienes. Los bienes son
cosas que prestan utilidad y son susceptibles de apropiación.

Hacer: Es aquella que consiste en la ejecución de cualquier acción que no sea


un dar. Su objeto son los hechos. “El Código Civil señala que los hechos que se
deben se reputan muebles y las obligaciones de hacer también son
obligaciones muebles”.

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No hacer: Las prestaciones de no hacer son aquellas que consisten en una
abstención u omisión. También se reputan muebles.

° En caso de infracción, la obligación de hacer o no hacer puede convertirse


en la dar, esto es, de indemnizar, y puede exigirse la ejecución forzada de la
obligación incumplida.

El objeto de la relación jurídica es la prestación de lo que se debe y consiste en


el conjunto de derechos y obligaciones que se generan en ese vínculo jurídico

El objeto de la prestación a su vez versa sobre cosas (que se deben entregar),


hechos (que se deben cumplir) o valores (que se deben satisfacer).

 El objeto de la norma jurídica es la relación que establece


 El objeto de la relación jurídica es la prestación debida

° El objeto de la prestación son aquellas cosas, hechos y valores a través de


los cuales debo dar, hacer, o no hacer algo.

Concepto de Deber Jurídico

El deber jurídico puede ser definido como “la restricción de la libertad que
sufre el sujeto pasivo en la relación jurídica como consecuencia de la
facultad concedida por la norma jurídica a otro sujeto para exigir el
cumplimiento de una prestación determinada”.

Las normas jurídicas producen determinadas consecuencias de Derecho, las


cuales pueden consistir en el nacimiento, transmisión, modificación o extinción
de facultades y deberes. De ello se infiere que las principales consecuencias de
las normas jurídicas son los derechos subjetivos y los deberes jurídicos.

Es necesario distinguir entre los deberes jurídicos, fundados en las normas


jurídicas con aquellos deberes que derivan de normas morales, religiosas, del
trato social, etc. (Por ejemplo un padre tiene el deber jurídico de alimentar a su
hijo menor; pero además tiene el deber moral de hacerlo, la religión se lo
impone y las normas del trato social lo obligan también a ello).

Es preciso no confundir ya que son deberes distintos, aunque se dan como


coincidentes. El deber jurídico se funda única y exclusivamente en la existencia
de una norma de Derecho positivo que lo impone.

Teorías Sobre los Deberes Jurídicos y los Deberes Morales

Entre las principales teorías que establecen una identificación entre deberes
jurídicos y deberes morales podemos mencionar las siguientes:

1. Kant (1734-1804): Para Kant el Derecho positivo no puede ser mirado


como fuente de auténticos deberes. Los deberes morales son
autónomos, en cambio el deber jurídico es heterónomo puesto que
emana de un poder externo a la voluntad del propio obligado;
pero el filósofo alemán dice que el único deber auténtico es aquel que

57
emana de la voluntad del obligado (autonomía) y que sea
universalizable. Por tanto, el deber jurídico sólo es tal cuando el sujeto le
da su consentimiento voluntario, lo internaliza. Se transforma en un
deber moral indirecto.

° La doctrina kantiana se funda en la tesis en que la voluntad pura y


autónoma del sujeto trascendente es la única fuente de obligatoriedad
inmediata (deber moral) o derivada (deber jurídico).

2. Kelsen (1881-1973): Basa la especifidad del deber jurídico en la


coactividad, (esto es en la posibilidad de exigir su cumplimiento
mediante la fuerza).

3. Radbruch (1878-1949): Según Radbruch estima que el rasgo


característico del deber jurídico es su calidad imperativo-atributiva, a
diferencia del deber moral, que sólo tiene un carácter imperativo.

4. Laun (extremando la tesis de Kant): Sostiene que sólo existen


deberes morales. Las normas heterónomas, por el hecho de provenir de
una voluntad ajena al obligado (legislador), no crean obligación alguna.

5. Catedra: El deber jurídico propiamente tal se funda en un valor del


derecho, cual es la seguridad jurídica, y se traduce en que es exigible
por otro; es decir, siempre correlativamente al deber existe el derecho.

Por lo tanto las relaciones entre el derecho y el deber jurídico puede resumirse
del siguiente modo: El derecho se presenta como un orden racional impuesto
para una mejor convivencia. Implica, por lo mismo, que se exija una conducta
de manera inexorable para alcanzar así el efecto deseado.

El derecho establece y garantiza dicho orden mediante un conjunto de órganos,


procedimientos y formas que confieren certeza al cumplimiento del deber
jurídico.

El deber jurídico es pues, la conducta exigible por una norma jurídica cuyo
cumplimiento está garantizado por ésta.

La Consecuencia Jurídica

La consecuencia jurídica de la relación jurídica es el cumplimiento (o la fase o


circuito) de cumplimiento forzado de ésta, puesto que dado efectivamente el
hecho ilícito previsto hipotéticamente por la norma, debe aplicarse una sanción
por los órganos correspondientes del Estado.

Elementos

Los elementos de la consecuencia jurídica son el hecho ilícito y la sanción.

° El Derecho Positivo está acompañado ordinariamente para asegurar su


eficacia, del elemento de la coacción que es una amenaza latente que ejerce

58
indudable influencia en el acatamiento de la ley. Este factor se denomina
sanción cuando la fuerza pasa a aplicarse de hecho al transgresor.

Hecho ilícito: es la conducta contraria a la prescrita por la norma, o, lo que es


lo mismo, la conducta prohibida por la norma.

La sanción: Es el medio compulsivo o punitivo que el ordenamiento jurídico


hace aplicar para imponer su observancia o castigar su infracción.

° El deber jurídico cuya inobservancia acarrea esta consecuencia está


contenido en la norma primaria, que desempeña el papel de supuesto
primario; la sanción es materia de la norma secundaria o sancionadora, que
ordena y determina la consecuencia de no haberse cumplido la conducta
prescrita en la norma primaria.

De la definición que hemos propuesto se desprende que la sanción puede


revestir dos modalidades diferentes: la compulsión (sanción compulsiva) y
el castigo (sanción punitiva).

La sanción compulsiva: Consiste en el cumplimiento forzoso de la conducta


debida y omitida por el infractor.

La sanción punitiva: Consiste en la aplicación de un castigo al infractor de la


ley.

La sanción en este sentido, es la imposición al infractor en el carácter de


castigo, de una medida que le ocasione un menoscabo en su patrimonio, en
sus derechos, en su libertad física. La sanción punitiva reviste muy diversas
modalidades según la rama del sistema jurídico de que se trate; Entre las
sanciones más frecuentes tenemos como ejemplo la nulidad en el derecho
civil, las multas en el derecho administrativo, y la restricción o
privación de libertad personal en el derecho penal.

° La indemnización o resarcimiento de perjuicios no constituye propiamente


una sanción, porque su objetivo no es el de castigar al infractor, sino el de
imponerle el pago de una compensación en dinero equivalente al monto de
los daños y perjuicios que haya ocasionado su actuación antijurídica.

El Hecho ilícito, la sanción e intervención del Estado son, por tanto, los
componentes de la consecuencia jurídica.

Teoría de la sanción

Para calificar las consecuencias de la transgresión no basta, con comprobar la


existencia de una conducta externamente antijurídica, imputable a un
determinado sujeto, es necesario , además que concurra de parte del infractor
la responsabilidad consiguiente, configurada por factores de carácter subjetivo
como la culpa y el dolo (vicios de la voluntad)

59
Ya hemos definido la sanción como “El medio compulsivo o punitivo que la
ley hace aplicar para imponer su observancia o castigar su
infracción”.

° La pena es un mal jurídico, pues siempre envuelve una pérdida de los


derechos del afectado, relativos a los bienes o patrimonio, a la libertad o el
ejercicio de funciones. Lo más característico de la pena reside en que a
diferencia de otras sanciones, no recae sobre los derechos en abstracto del
delincuente, sino sobre su propia persona, lo que le irroga consecuencias
particularmente gravosas y aflictivas. La pena tiene como finalidad la
reparación del orden moral perturbado por el delito, el castigo, y la
rehabilitación del culpable, y que sea ejemplificadora para el resto, para
prevenir y evitar la comisión de nuevos hechos delictuosos.

La escala de penas establecida en el Derecho Penal chileno contempla la


multa, la prisión, la suspensión o inhabilitación de cargos, u oficios
públicos y profesiones titulares, el presidio, la reclusión, el
confinamiento, el extrañamiento, la relegación.

Kelsen considera que lo que hace de determinada conducta un acto ilícito no es


ninguna propiedad inmanente de la conducta, ni ninguna relación de ella con
alguna norma meta-jurídica, ya sea natural o divina, sino la sola circunstancia
de que alguna norma del ordenamiento jurídico positivo convierta a la
conducta en condición de un acto coactivo, es decir, en antecedente de una
sanción.

Por lo mismo, el hecho ilícito no constituye propiamente la negación del


derecho, o sea, no es algo que amenace ni menos suprima la existencia del
derecho como orden normativo, sino, todo lo contrario, representa la condición
que, una vez acaecida, trae consigo la eficaz aplicación de las sanciones que el
propio derecho ha previsto.

En consecuencia, el hecho ilícito no es algo exterior al derecho, algo que


estuviera fuera o en contra del derecho; por la inversa, se trata de un hecho
interno al derecho, algo que se encuentra previsto y determinado por éste. "El
acto ilícito no viola ni puede violar el derecho, porque el acto ilícito
permite desempeñar al derecho su función 'esencial', cual es,
reaccionar con sanciones coactivas cuando los sujetos se desvían de
lo que sus normas prescriban o prohíban".

Por tanto, quizás lo correcto sea decir que reaccionar con sanciones coactivas
frente a los hechos ilícitos es la propiedad no esencial, sino más peculiar del
derecho.

En cuanto a la sanción, se trata de otro acto humano, lo mismo que el hecho


ilícito, y que se aplica en presencia del acaecimiento de este último. Es,
entonces, la consecuencia jurídica del incumplimiento de un deber jurídico, y
posee, consiguientemente, el carácter de una consecuencia desfavorable para
el sujeto infractor.

60
Las sanciones pueden clasificarse en: Sanciones de coincidencia con la
prestación (como es el caso de la ejecución forzada de la obligación que el
correspondiente sujeto no cumplió voluntariamente) y Sanciones de no
coincidencia con la prestación (como es el caso del pago de una suma de
dinero equivalente a la obligación que se dejó de cumplir, la ineficacia del acto,
que consiste en la invalidación de las consecuencias jurídicas que se pretendía
conseguir al ejecutar el acto de que se trate)

° También existen las sanciones combinadas, que se producen cuando dos o


más de las sanciones antes señaladas se asocian a un determinado acto
ilícito.

Por último, en lo que concierne a la intervención del Estado, es también propio


del derecho que la aplicación de las sanciones sea requerida ante órganos
públicos especializados, los cuales son los únicos autorizados para declarar la
procedencia de la sanción y para ordenar su posterior ejecución.

A este respecto, recuérdese lo que se dijo a propósito de la coercibilidad como


característica de las normas jurídicas: “el derecho se atribuye el
monopolio de la fuerza”.

El efecto natural y propio de la relación jurídica es el cumplimiento por parte de


los sujetos pasivos, de las obligaciones que les corresponden. La observancia
de los deberes cautelados por el ordenamiento normativo constituye la regla
general en la convivencia social; pero excepcionalmente se producen
infracciones que exigen poner en acción los mecanismos coactivos que el
mismo Derecho contempla para imponer su imperio.
Características de la sanción jurídica

1. se encuentra establecida en una norma: Cada infracción o hecho


ilícito tiene establecida una sanción. no es necesario que la misma
norma que define el hecho ilícito contenga o contemple la sanción, pero
es necesario que en algún otro lugar del ordenamiento jurídico esa
sanción se encuentre.

2. Es coactiva: La prestación, por regla general, será acatada


voluntariamente. En caso de no serlo se va aplicar la sanción, a través
de los procedimientos de fuerza que el propio derecho prevé.

3. Es institucionalizada: Su institucionalización, a diferencia de otras


normas cuyas sanciones se aplican espontáneamente por la sociedad,
consiste, en los sistemas jurídicos desarrollados, en la existencia de
órganos específicos dentro del estado encargados de aplicar la sanción,
y de acuerdo a procedimientos predeterminados por el derecho.

4. Requiere la intervención del Estado: En la actualidad toda sanción


implica siempre la intervención de órganos del Estado. Estos órganos del
Estado van en primer lugar a declarar la existencia del hecho ilícito, de
la infracción, y además van a establecer cuál es la sanción aplicable (Los
tribunales de justicia), pero además, una vez que la infracción ha sido
declarada y se ha establecido cuál es la sanción aplicable, intervienen

61
otros órganos del Estado que se van a encargar de ejecutar la sanción
(Policía, gendarmería).

Al declarar que el castigo es una forma de sanción jurídica no nos referimos


solamente a la sanción penal sino a todas aquellas sanciones cuya finalidad no
consiste en lograr coactivamente el cumplimiento de un deber jurídico, ni en
conseguir determinadas prestaciones económicas equivalentes a los daños y
perjuicios sufridos; por ejemplo, las diversas formas de nulidad, las multas, etc.

Las referidas son las formas simples de las sanciones jurídicas, junto a éstas
existen las mixtas o complejas que, como su denominación lo indica,
resultan de la combinación de las primeras. Hay varias combinaciones posibles,
a saber: cumplimiento más indemnización; cumplimiento más castigo;
indemnización más castigo; cumplimiento más indemnización y más
castigo.

° El caso de las sanciones mixtas no debe ser confundido con el de la


acumulación de sanciones. Aquéllas son consecuencia de una sola violación;
en cambio la acumulación supone la existencia de varios hechos violatorios
cometidos por una sola persona.

Unidad IV “Teoría de los Valores Jurídicos”


Los Valores Jurídicos

Los valores son cualidades que poseen las cosas en virtud de las cuales, con
independencia de su ser físico o espiritual, "son" de cierta manera siendo
arquetipos ideales absolutos, trascendentes, inmutables y universales, cuyo ser
no está condicionado por ningún concepto subjetivo sobre los mismos y cuya
inserción en las cosas no depende de ninguna voluntad individual, sino de la
naturaleza misma de esas cosas.

La Justicia

"¿Qué es la justicia? Ninguna otra pregunta ha sido planteada más


apasionadamente que ésta, por ninguna otra se ha derramado tanta
sangre preciosa ni tantas lágrimas amargas como por ésta, sobre
ninguna otra pregunta han meditado más profundamente los espíritus
más ilustres desde Platón a Kant"

62
Es impresionante la coincidencia del pensamiento sobre la justicia a lo largo de
veinticinco siglos de historia de la filosofía; ella ha sido entendida siempre
como igualdad, proporcionalidad, armonía, medida de cambio y distribución y
ha sido apreciada como el valor jurídico por excelencia.

En lo que se refiere al concepto de justicia, por lo menos en lo que puede ser


justo para cada persona, puede significar: a cada uno lo mismo, a cada uno
según sus méritos, a cada uno según sus obras, a cada uno según su
contribución, a cada uno según sus necesidades, a cada uno según su rango o
condición, a cada uno según su capacidad, a cada uno según lo atribuido por el
Derecho Positivo. Todas estas acepciones son incompatibles entre sí, pero
existen entre ellas elementos comunes, pues en todas aparece el concepto de
justicia como un principio de acción según el cual los seres de una misma
categoría esencial deben ser tratados del mismo modo.

Diversas Acepciones de la Justicia

Aunque el concepto de justicia es único, él puede dar lugar a diversas


acepciones, entre las cuales distinguiremos tres: como virtud moral, como
orden objetivo y como ideal.

La justicia, como virtud moral: Tiene un aspecto subjetivo, le interesa sobre


todo lo que puede haber de virtud en el hombre que practica la justicia y
estudia esa virtud como una de las que integran el orden moral.

La justicia, como orden objetivo: Considera los actos del hombre en


relación con los demás, en la medida en que esos actos están determinados
por el ordenamiento jurídico; se identifica con éste en cuanto alcanza
efectivamente a realizar la justicia en el campo de la vida social.

La justicia, como ideal: Persigue un modelo que sirva de fundamento al


Derecho.

Analizaremos estas tres acepciones:

a) La justicia como virtud moral es la virtud suprema,


omnicomprensiva, la expresión del amor al bien o a Dios, la aspiración a
la santidad. En este sentido debe ser comprendido el Sermón de la
Montaña: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados"

La justicia fue definida por Cicerón como "el hábito del alma, observado en
el interés común, que da a cada cual su dignidad”, para Ulpiano y
Justiniano es "la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo
que es suyo"; y, para Santo Tomás es “la perpetua voluntad, da a cada
cual su derecho"

63
La justicia, en cuanto virtud moral, persigue el perfeccionamiento del sujeto
que actúa; por ello, como expresa el profesor de la Universidad de Chile Jaime
Williams, "le exige un hábito, formado por la constante y perpetua
voluntad del agente de conformarse a sus requerimientos”.

El término voluntad significa la disposición del ánimo de actuar rectamente; en


este caso, de reconocer con buen ánimo el "debitum" y saldar tal deuda. Es un
querer con íntima convicción, y de consiguiente, libre (No es un querer
coaccionado).

No se trata, en consecuencia, de hacer actos aislados de justicia para


convertirse en un hombre justo sino de hacerlos habitualmente. De aquí que
Santo Tomás enfatice el punto al indicar: “voluntad constante y perpetua
de dar a cada uno su derecho”. Pues bien, una persona que actúe de este
modo, ejecutará actos externa como internamente justos, o sea, plenamente
justos.

b) La justicia como orden objetivo la justicia, considerada como orden


objetivo, es la proporción de los actos humanos con el fin jurídico y se
identifica con el ordenamiento jurídico. De este sentido objetivo derivan
muchas definiciones de la justicia.

La justicia, objetivamente considerada, consiste en “dar a cada uno lo que


le corresponde”. Pero con ello sólo describimos el acto justo. Para que la
justicia se realice es menester, además, que existan condiciones que impongan
la solución adecuada, por obra, no de la voluntad del agente, sino de una
voluntad superior a la suya.

El acto justo surge de una relación existente entre dos o más sujetos.

No es un acto puramente individual, sino de orden social. Si su cumplimiento


dependiera exclusivamente de la voluntad individual, el acto justo sería sólo un
acto de voluntad, pero como aparece impuesto por una voluntad superior a la
del Derecho el acto consiste, además, en cumplir el Derecho.

c) La justicia como ideal Al carácter absoluto e inmutable de la justicia


corresponde, subjetivamente, una multiplicidad de ideales de justicia,
que son consecuencia de las variaciones de la intuición humana para
comprender la justicia y realizarla en determinadas circunstancias
históricas. Por ello el ideal de la justicia objetiva es un orden social justo.

Principales Teorías Acerca de la Justicia

A) Aristóteles (384-322 a.c)

Desarrolla en el Libro V de su obra "Ética a Nicómaco" su teoría sobre la


justicia.

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Para él, el contenido de las leyes es la justicia, y el principio de ella la igualdad,
la cual se aplica de varias maneras.

Distingue varias especies de justicia: la primera es la "justicia distributiva",


que se aplica al reparto de los honores y de los bienes y consiste en que cada
uno de los asociados reciba de ellos una porción adecuada a su mérito. Así,
pues, dice Aristóteles, si las personas no son iguales, tampoco deben tener
cosas iguales.

La justicia distributiva consiste, pues, en una relación proporcional, que él


define como una proporción geométrica.

La segunda especie es la "justicia rectificadora, igualadora, o


sinalagmática", reguladora de las relaciones de cambio. También aquí se
aplica el principio de la igualdad, pero en una forma diversa de la ganancia o el
daño, esto es, las cosas y las acciones en su valor objetivo, sin tomar en
consideración los méritos personales.

Según Aristóteles, una medida tal encuentra su propio tipo en la proporción


aritmética.
Esta especie de justicia tiende a lograr que cada una de las partes de una
relación se encuentre con respecto a la otra en una condición de caridad, de tal
suerte que ninguna dé ni reciba más ni menos. De esto se sigue la definición
de tal forma de justicia como el punto intermedio entre el daño y la ganancia.
Estos términos se entienden en sentido lato, aplicados no sólo a las relaciones
voluntarias y contractuales, sino también a aquellas que Aristóteles llama
involuntarias, que nacen del delito y que exigen una correspondencia exacta
entre el delito y la Pena.

En esta materia hace Aristóteles una ulterior subdistinción. La justicia


igualadora puede mirarse desde un doble punto de vista, bien en cuanto
determina la formación de las relaciones de cambio según una cierta medida y
entonces se presenta como "justicia conmutativa"; o bien en cuanto tiende
a hacer prevalecer tal medida en casos de controversia mediante la
intervención del juez y se presenta, entonces, como "justicia judicial". En
materia de delitos, la justicia rectificadora se ejercita, de un modo necesario e
inmediato, en la forma de justicia judicial, porque se trata de reparar un daño
injustamente producido, contra la voluntad de una de las partes.

Las diferentes especia de justicia formuladas por Aristóteles no parecen estar


deducidas rigurosamente de un solo principio, y ello explica el hecho de que
aún se discuta entre sus intérpretes si Aristóteles enunció una división
bipartita, tripartita o bien cuadripartita de la justicia.

Aristóteles se preocupó, además, de las dificultades que ofrece la aplicación de


las leyes abstractas a los casos concretos, e indicó un medio correctivo de la
rigidez de la justicia que es la equidad, entendida como un criterio de
aplicación de las leyes que permite adaptarlas a los casos particulares.

65
B) Santo Tomás de Aquino (1225 - 1274)

Desarrolló el concepto de justicia especialmente en el “Tratado de Justicia"


de la Suma Teológica (11-11, c. 57-79). Sigue en esta materia muy de
cerca la ética de Aristóteles, dividiendo la justicia en “justicia conmutativa”,
que es la que los particulares se deben entre sí; “justicia distributiva”, que
es la debida por la comunidad a sus miembros; y “justicia legal”, general o
social, que es la que rige las relaciones de los individuos con la comunidad
entera considerada como un todo, cuyo fin es el bien común.

Para Santo Tomás de Aquino "la justicia es el hábito según el cual uno con
constante y perpetua voluntad, da a cada cual su derecho".

C) Manuel Kant (1734-1804)

En la "Crítica de la razón práctica" refuta los sistemas formales fundados


sobre la utilidad o sobre la búsqueda de la felicidad. La moral se distingue
radicalmente de la utilidad y del placer; ella manda de modo absoluto y quiere
que nuestros actos tengan un carácter universal.

A esto se reduce la ley moral, que Kant denomina ''imperativo categórico" y


que formula como sigue: "Obra de tal manera que la máxima .de tu
acción pueda valer como principio de una legislación universal". Esto
significa que nuestra acción no debe ser motivada por impulsos particulares;
que no debe haber contradicción entre nuestra acción individual y lo que debe
ser norma para todos.

Este es un principio puramente formal: no da preceptos de ética material, no


dice lo que se debe hacer, sino cómo y con qué intención se debe obrar. Según
tal principio precisa obrar con y por la conciencia del deber, de modo que sea
posible una legislación universal conforme a la acción particular.

Según Kant, el Derecho se reduce a regular las acciones externas de los


hombres y a hacer posible su coexistencia y, por ello, lo define diciendo que
"el Derecho es el conjunto de las condiciones por las cuales el arbitrio
de cada uno puede coexistir con el arbitrio de los demás, según una
ley universal de libertad". En esta definición se reafirma el concepto de la
voluntad como supremo valor ético.

En otras palabras, para Kant la conducta humana es buena o justa cuando está
determinada por normas que los hombres que actúan pueden o deben desear
que sean obligatorias para todos.

Clases de justicia

a) Justicia conmutativa: La justicia conmutativa regula las relaciones de


persona a persona, consideradas como tales, las cuales son naturalmente
iguales e independientes en el orden de los bienes que se poseen con
exclusión de los demás. Ello obliga a las personas a dar a cada uno lo suyo
según la medida estricta de la igualdad. Dado que los derechos y las

66
pretensiones de esta justicia están fundados principalmente en contratos,
se llama también "justicia contractual" o "de cambio"; y como exige la
estricta igualdad de prestación y contraprestación, se denomina también
"justicia compensadora", es decir, justicia vinculada al estricto principio
de equivalencia; cuando no se cumple esta clase de justicia en las
prestaciones contractuales equivalentes que las personas se deben, se
produce enriquecimiento a costa ajena o lesión injustificada de su
patrimonio.

b) Justicia distributiva: La justicia distributiva es la que tiene por objeto


distribuir entre los miembros de una sociedad los cargos y las cargas en la
debida proporción. La regla fundamental de la justicia distributiva consiste
en dar a cada miembro de la comunidad la parte de bien que le corresponde
según el lugar que ocupa en la sociedad. Ella regula las relaciones entre la
autoridad y los ciudadanos, y obliga a aquélla a distribuir los cargos
públicos en proporción a las aptitudes y méritos de las personas; y

c) Justicia social: La justicia general, legal o social tiene por objeto el bien
común, es decir, impone a las personas la obligación de cooperar al
progreso y bienestar de la sociedad en que viven. La justicia general hace
que las personas miren su bien propio en unión y dependencia del bien
común. Se llama también "justicia legal", por cuanto se ejerce
especialmente por medio de las leyes; y "justicia social", porque tiene como
objetivo el interés social, es decir, el bien común.

° Algunos autores distinguen entre la "justicia legal" y la "justicia social",


argumentando que los deberes impuestos por la justicia legal tienen su
fundamento en el Derecho Positivo y los derivados de la justicia social
emanan principalmente del Derecho Natural.

Consideremos que el criterio de valoración para establecer la igualdad debe ser


la dignidad moral de la persona humana. Por consiguiente, para determinar la
valorización entre los términos de una relación de justicia debemos estimar,
principalmente, a la persona humana como sujeto ético, a cuyo servicio están
el Estado y el Derecho, como medios para propender a su desarrollo integral y
a su ascensión ontológica.

Ahora bien, para comprender la estimación de la persona humana para la


justicia en relación con los valores que ella encarna, y como quiera que los
hombres son en esencia iguales, hay que apreciar y respetar en todos ellos los
derechos inalienables de la personalidad, como ser el derecho a la
conservación de la vida, a los medios necesarios para el integral desarrollo de
las personas, a la libertad, a la propiedad y al uso de ella, al trabajo, a expresar
sus opiniones, etc.

Pero como las capacidades y los merecimientos de cada uno son diversos, los
derechos que se derivan de estas singularidades deben ser desiguales. Es
decir, la justicia exige que se trate igual solo a los hombres que son iguales, y
desigualmente a los que son desiguales y en la medida que lo son.

Relaciones entre Justicia y Derecho

67
Respecto a las relaciones entre Justicia y Derecho podemos distinguir dos
posiciones fundamentales:

1. El positivismo identifica los términos Derecho y Justicia, porque niega la


existencia de una justicia objetiva y trascendente y considera que no
hay más justicia que la establecida en la legislación, pero advierte que
esa justicia no es la justicia absoluta que en vano busca el hombre, sino
una justicia relativa y contingente, la justicia posible en cada situación
concreta, que es la única justicia existente en general.

2. El iusnaturalismo admite también la equivalencia de Derecho y Justicia


porque eleva el primero al nivel de la segunda.

Nosotros decimos que:

 La justicia es el valor absoluto que determina la igualdad que debe


existir en las relaciones humanas y que se expresan a través del
derecho.
 El derecho es aquello que realiza la justicia.
 La justicia es un valor que debe ser realizado y se hace efectivo por
medio del derecho.
 El derecho se nos presenta muchas veces defectuoso o parcialmente
realizado.

LA SEGURIDAD

La seguridad que llamamos jurídica no es personal, sino interpersonal: es la


originaria de un conocimiento cierto y garantizado de un tipo de normatividad
que rige el actuar, la conducta, el comportamiento intersubjetivo. Tal tipo de
normatividad es exclusivamente el derecho.

La seguridad jurídica, fin inmediato y urgente del derecho, es un valor


instrumental, o valor de medio, respecto de la justicia, y no de la justicia moral,
sino de la justicia jurídica a la que le basta con que las prestaciones debidas se
cumplan.es la justicia propia del derecho, la única que él puede procurar.

La seguridad jurídica es el valor que le pedimos inmediatamente al derecho


¿cómo vamos a obtenerla? A través de “la certeza”

La certeza exige:

1) la positividad del derecho, que el derecho sea “puesto” por el hombre


concluyendo y determinando así una exigencia imperativa interpretable
de más de una manera.

2) La preexistencia de la norma, esto es que la norma jurídica positiva esté


dada con anterioridad al actuar vinculado por ella.

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3) La cognoscibilidad de la norma, si toda norma quiere ser cumplida, no
bastan las dos exigencias anteriores, es indispensable conocerla a fin de
saber de antemano lo que nos está mandando, prohibido o permitido,
como también las consecuencias que su observancia o transgresión
generan.

EL BIEN COMUN

El bien común es el conjunto de las condiciones espirituales, culturales y


materiales necesarias para que la sociedad pueda realizar su fin propio y
establecer un orden justo qua facilite a las personas humanas que integran la
sociedad alcanzar su fin trascendente.

Existe el bien común de la familia, de los municipios, de los sindicatos, de


las universidades, de las sociedades religiosas, del Estado, de la
comunidad internacional y, en general, de cada sociedad humana.

° La justicia es el valor fundamental de la vida social y tiene por objeto


propio el bien común

Características

a) La totalidad: Es característica del bien común la totalidad, pues la


sociedad misma se presenta como un todo. El bien común es el bien del
todo, al cual los individuos contribuyen y del cual todos participan.

Pero no debe entenderse el bien común como el bien de la sociedad tomada


como un todo, en beneficio del cual deberían los hombres sacrificar sus propios
bienes particulares, como lo pretende el totalitarismo.

Porque en tal caso el bien común habría perdido su condición de comunicable a


las personas, ya que si no fuera el bien de los hombres no sería
verdaderamente común.

Una recta concepción de bien común se separa, pues, de todo totalitarismo


que sacrifica las personas a una abstracción de bien común, desvinculado de
los bienes particulares, tampoco debe entenderse el bien común como una
colección o suma cuantitativa de los bienes particulares de las personas que
integran la sociedad, como lo pretende el individualismo.

Existe una diferencia esencial entre el bien común y el bien particular y no una
simple diferencia cuantitativa; y ello, porque la sociedad no es una masa

69
amorfa o un simple conglomerado de partes, sino un todo orgánico y una
realidad distinta de la suma de personas que la integran.

Por ello, el concepto de bien común es una universalidad que reúne las
características de unidad de todos los bienes particulares.

° El bien común es el bien del todo y de las partes, formando una unidad de
orden.

"El bien común es esencialmente comunicable y comunicativo a todos


y cada uno de sus miembros componentes, por el mero hecho de ser
común y de ser inmanente. No está, ni puede estar, fuera del hombre,
sino en él. Es un todo implícito, no meramente potencial, sino a modo
de un todo global confuso que se explica y se distingue según varios
modos de participación actual en sus miembros o partes. El bien
común se difunde y comunica a todos y cada uno de los miembros de
la sociedad, como el ser a sus modos particulares, como la salud y el
bienestar del organismo a todos sus miembros, como la virtud
vivificante del alma a todas las partes del cuerpo"

b) La igualdad proporcional: El bien común es comunicado a cada


persona no en su integridad, sino en partes a escalas variables,
proporcionadas a la aptitud y responsabilidad de cada cual.

Esta idea de proporción es fundamental en la constitución del bien común y


tiene fecundas consecuencias.

Santo Tomás de Aquino expresa que "cada ciudadano es una parte del
todo, y la bondad de cada parte sólo puede darse en la buena
proporción o disposición con respecto al todo orgánico; de ahí que ese
bien individual no será tal si no se desarrolla, crece y prospera en
debida proporción con todo el conjunto" Y en otra parte agrega: "el bien
particular no puede subsistir sin el bien común de la familia, de la
ciudad o de la patria”. De ahí que Máximo Valerio dijera de los primeros
romanos que "preferían ser pobres en un imperio rico a ser ricos en un
imperio pobre"

Muchas veces el bien individual está en oposición al bien común, no porque no


se incluya como parte de él, sino porque crece y prospera desmesuradamente,
a expensas del organismo social y con perjuicios del bien de los demás, merced
a actividades de los hombres, las más de las veces ilícitas e injustas.

Primacía del Bien Común Sobre el Bien Individual

El bien común es superior al bien individual de cada persona, por ser un bien
mayor y más perfecto. (El bien del todo es siempre mayor que el bien de cada
una de las partes, porque el todo es mayor que la parte).

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El bien común es inmanente a las personas porque todas participan de él y las
incluye a todas y, a la vez, es trascendente a ellas y a sus propios bienes
particulares.

Hay que tener en cuenta que el principio de la primacía del bien común sobre
el bien individual debe entenderse siempre dentro del mismo orden de bienes;
porque, como decía Santo Tomás de Aquino, "el bien común es mejor que el
privado cuando ambos pertenecen al mismo género, pero no cuando
son de diversa clase".

° Esta relación de superioridad del bien común implica, necesariamente,


relaciones de subordinación.

Los hombres, así como sus bienes particulares, deben ordenarse al bien común
de todas las sociedades de las cuales forman parte, de la misma manera como
los miembros o las partes del cuerpo se ordenan al bien de todo el organismo
que integran.

Es necesario determinar la naturaleza íntima de estas relaciones de


supremacía y ordenación al bien común. En razón de que la sociedad es un
todo compuesto de personas, resulta que las relaciones entre persona y
sociedad son complejas y difíciles de precisar.

Debemos dar la supremacía a la persona sobre el bien de la sociedad entera,


como pretende el individualismo; o, por el contrario, debemos establecer la
sumisión absoluta de la persona humana a la sociedad, en especial al Estado,
como lo sostiene el totalitarismo.

Extensión y Limites de la Ordenación de las Personas al Bien Común

Las personas están ordenadas al bien común de la sociedad por normas de


justicia legal y por la fuerza imperativa de Derecho.

El hombre está obligado a procurar el bien común y debe realizarlo y


promoverlo con todas sus acciones exteriores, de tal manera que subordine a
la utilidad común toda su actuación. Esta preocupación del bien común debe
ser uno de los deberes primordiales de la persona.

Esto significa que el hombre no debe aislarse en un individualismo, ni buscar


egoístamente su propio bien con perjuicio del bien de los demás. Es la justicia
social la que obliga al hombre a "considerar su propio bien en unión con
el bien general y en dependencia de éste"

La subordinación de las personas al bien común aparece evidente si se


considera el contenido material de éste. Si nos referimos a la sociedad política,
esto es, al Estado, podemos afirmar que él debe procurar la suficiencia de
bienes espirituales intelectuales y materiales necesarios para que los hombres
que lo integran puedan desarrollas plenamente su personalidad y alcanzar su
perfección humana.

71
El bien común de toda sociedad es un ideal de perfección nunca totalmente
realizado, que señala una meta de progreso indefinido, pero que las sociedades
deben constantemente promover y las personas cooperar a su realización.

Diversas Clases de Bienes que Comprenden el Bien Común

Las diversas clases de bienes que comprende el bien común están ordenados
jerárquicamente y existe entre ellos una subordinación interna que señala el
valor e importancia de los mismos en los objetivos de la sociedad.

Analizaremos esto en relación con el Estado:

a) La primera categoría corresponde a los valores de justicia y El Estado


debe promover la libertad, la paz, la fraternidad, la solidaridad y la justa
convivencia de todas las personas y debe garantizar el ejercicio de los
derechos fundamentales de los ciudadanos.

b) La segunda categoría está compuesta por los valores y bienes de la


cultura, los medios de educación y formación intelectual; el progreso
científico y tecnológico; la autonomía de las universidades; el desarrollo
de la literatura y del arte; y, en general, la formación de un ambiente
que asegure y estimule la creatividad y el libre desarrollo del espíritu; y

c) La tercera categoría la integran los bienes materiales y económicos. La


producción y distribución de estos bienes debe organizarse de tal modo
que beneficie efectivamente a toda la comunidad y no suceda, como en
algunos Estados, que el comercio de las cosas está casi todo en manos
de pocos.

El Contenido del Bien Común

Como expresa el distinguido profesor de la Universidad Católica de Lovaina


Jean Ladriere, "El contenido efectivo del bien común es de naturaleza
ética: es la finalidad real de la vida colectiva, es decir la instauración
de una comunidad verdadera, de una vida común en la cual los
individuos encuentran una verdadera satisfacción, porque se
reconocen unos a otros en su realidad humana verdadera, en su
dignidad, en su libertad”.

La instauración de una comunidad tal representa una tarea infinita. La


realización del bien común no puede, por lo tanto, ser concebida como la
ejecución de un programa determinado: ella es el encaminamiento en la
dirección de una verdadera comunidad.

Pero si es verdad que las tareas del Estado no toman su sentido más que en
relación al horizonte de una verdadera comunidad, que es el verdadero fin de

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la vida política, una concepción política no toma su sentido sino en relación a
una concepción ética.

"La política no es una empresa autónoma, el poder no es su propio fin,


la soberanía no es para sí misma, el Estado no es un verdadero
objetivo; la política no es más que el esfuerzo concreto para realizar
la exigencia ética en las condiciones de la vida colectiva. Tales como
los hombres, en su historia, las determinan.”

Justicia y Bien Común

La justicia es el valor fundamental de la vida social por el cual el hombre entra


en relación inmediata cori las demás personas; ella tiene por objeto propio el
bien común.

En consecuencia, el bien común está fundado en obligaciones de justicia. La


justicia es el criterio racional conforme al cual se asigna a cada persona su
colaboración y participación en el bien común.

La justicia determina y especifica el bien común; y, por ello, el bien común


constituye un orden de justicia.

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