Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por
Gloria Inés Yepes C.
Hilda Mar Rodríguez G.
María Edilia Montoya L.
En todos los ámbitos cotidianos empleamos el lenguaje. Incluso ahora mismo, mientras lee
este texto, usted está utilizando su capacidad intelectual y su potencial lingüístico. Pero
¿qué es el lenguaje?, ¿cómo funciona?, ¿cómo está constituido?
Es indudable que usted tiene respuestas para estos interrogantes, ya que usa el lenguaje en
actos concretos, con intenciones diversas, en contextos muy variados. Pero también hay
disciplinas que estudian el funcionamiento de los sistemas de significación, tales como la
lingüística, la sociolingüística, la pragmática y la semiótica. Conocer más sobre estos
estudios le permitirá emplear el lenguaje con mayor acierto y lucidez.
Ahora bien, responder a estos interrogantes es un largo proceso que ha producido muchas
páginas de estudios e investigaciones sobre el tema. Pero para nuestros fines nos
limitaremos a extraer nociones que nos permitan observar los eventos personales y
socioculturales cotidianos, así como interpretar y producir discursos (actos de habla orales
o escritos) de manera más dinámica.
Comencemos entonces esclareciendo aspectos generales del lenguaje. Acerca de este saber,
ha escrito Kenneth Goodman (1986:15):
Mucha gente piensa que si los animales pudieran hablar dirían cosas
inteligentes. Sin embargo, no es así por dos razones: sólo los seres humanos
podemos pensar simbólicamente, esto es, que sistemas de símbolos arbitrarios
representen nuestros pensamientos y a través de ellos nuestras experiencias,
sentimientos, emociones y necesidades. Esto es lo que hace posible el lenguaje
humano. Experimentamos también una intensa necesidad de interactuar
socialmente. Esto es lo que hace necesario el lenguaje humano.
Los dos párrafos precedentes explican que el lenguaje es un medio o herramienta empleada
por el ser humano. Escriba con sus propias palabras (parafrasee), para qué sirve el lenguaje,
según Goodman:
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
Así se representa en
geometría el concepto de ¿Qué representa un billete?
área. Esta es una manera de
representar datos. ¿Qué representa esta
imagen?
En cada uno de los casos anteriores hay un signo que está en lugar del objeto (del animal,
de la persona, del evento, del proceso) al que se refiere. El lenguaje es un mecanismo que
suplanta objetos por signos (gestos, dibujos, ruidos, colores, etc.) para llevar a cabo actos
comunicativos y de pensamiento. Esta sustitución o reemplazo recibe en los estudios
lingüísticos el nombre genérico de representación. Pero, aunque parezca obvio, es
importante recordar que los signos no son las cosas mismas. Así lo expresa poéticamente la
escritora argentina Alejandra Pizarnik:
UN MUNDO DE SIGNOS
Pues bien. Para efectuar esta interpretación de manera más consciente es útil aclarar los
conceptos de signo y de código. Se entiende por signo la asociación entre un estímulo y un
contenido: vemos el semáforo en rojo (estímulo) y sabemos que hay que detenerse
(contenido). El signo es, por consiguiente, un evento percibido a través de los sentidos que
nos da información distinta de lo que es en sí mismo. Hay, por ejemplo, signos auditivos (el
sonido de un timbre para abrir la puerta); visuales (una flecha que indica el camino a
seguir); táctiles (los puntos resaltados para los invidentes en el sistema Braille); olfativos
(el aroma de la cocina nos indica, en un momento dado, que se nos quemó la sopa):
gestuales (un dedo en los labios para pedir silencio); rituales (ponerse de rodillas como en
la misa); y así sucesivamente.
Los signos creados por los seres humanos con la intención de decir, informar, advertir, o
elaborar mensajes de un modo directo se denominan signos primarios y operan dentro de
amplios sistemas de reglas, generalmente complejos. Ejemplos de ellos son las palabras
habladas, que cobran sentido sólo dentro de las reglas gramaticales de una lengua, y las
señales de humo, que siguen un sistema específico que las codifica.
También existen los signos naturales: el sabor a descompuesto, el olor a podrido, el humo
en un incendio, o las nubes oscuras. Estos aspectos de la naturaleza son interpretados por
las personas como señales de algo. No son signos primarios porque no fueron creados por
la sociedad con la intención de comunicar, aunque el ser humano les asigne un significado.
Se denominan signos secundarios a los objetos creados por el ser humano sin la intención
directa de establecer comunicación, tales como el vestido, las viviendas y edificios, los
perfumes, los automóviles. Sin embargo, estos objetos comunican o indican algo de quien
los usa, de quien los elabora, de la cultura que los emplea. Así, en la forma como una
persona se viste podemos leer algo de su personalidad y de su modo de pensar; el tipo de
auto que una persona utiliza nos indica, hasta cierto punto, su nivel económico, gustos y
hasta rasgos de su forma de ser; así mismo, las construcciones de un pueblo, sus edificios y
viviendas, nos dicen mucho sobre sus valores, sus creencias, su modo de vida, sus reglas de
conducta. Por ejemplo, observe en las tres ilustraciones siguientes cómo la manera de vestir
indica algo sobre los tres personajes: ¿qué sabe usted sobre cada una de las tres mujeres al
observar su indumentaria (época, clase social, comportamiento, edad, valores, etc.)?
Desde esta perspectiva, todas las cosas, los hechos, las actitudes podrían ser signos. No
obstante, para que algo sea considerado signo primario, debe:
- tener un significado (un referente),
- ser emitido por alguien (emisor) para alguien (un receptor),
- tener una intención, es decir, ser empleado con un propósito;
- ambos, emisor y receptor, estar de acuerdo sobre lo que ese algo significa (contenido)
- estar inserto en un sistema que le da sentido (código);
El universo, pues, se nos presenta como un inmenso texto poblado de signos que indican,
sugieren, conminan, invitan y desafían nuestras habilidades interpretativas. Mire a su
alrededor y contemple su entorno con esa actitud: ¿de qué es signo cada objeto que observa
o cada evento que percibe? Al realizar ese pequeño ejercicio se dará cuenta también de que
cada signo está conectado a un sistema de asociaciones mucho más amplio que le da
significado. Por ejemplo, un segundo de silencio adquiere un significado muy diferente si
ocurre dentro de una canción, dentro de un ritual, o dentro de una conversación. Esto nos
remite a los conceptos de sistema y código.
Los signos no funcionan aislados, sino dentro de sistemas de significación, esto es, actúan
según ciertas reglas, con valores y funciones de acuerdo con el contexto. Un sistema, en
general, es una estructura compuesta por elementos variables que se relacionan entre sí
según ciertas reglas, para cumplir una función o propósito. Por ejemplo, el sistema
respiratorio humano tiene la función de oxigenar el cuerpo; sus elementos son los
pulmones, los bronquios, la nariz, la laringe, etc.; sus reglas incluyen la contracción y la
expansión de los pulmones en contraste con la fijeza de la nariz y la laringe, entre otras
muchas reglas de comportamiento de los distintos elementos para que el sistema cumpla su
propósito.
En el código lingüístico, una de las reglas fundamentales tiene que ver con el lugar en que
se encuentren los distintos elementos. Por ejemplo, con las letras A –O –R- M se pueden
formar palabras como AMOR, ROMA, MORA, ARMO, RAMO, pero no RMOA ni
AORM, en español. Con las palabras: “amo – necesito - te – mucho – por – lo – que” se
puede expresar, con diferente sentido: “te amo por lo mucho que te necesito” o “te necesito
por lo mucho que te amo.”
Por otro lado, es importante darnos cuenta de que, obviamente, los códigos son sociales.
Implican un sistema de convenciones explícitas y socializadas, es decir, requieren que una
comunidad acepte que “tal cosa” significa “tal otra”. A esto se le denomina una convención:
ponerse de acuerdo sobre la asociación entre un estímulo y un contenido. Una convención
común en la vida política contemporánea es el caso de las banderas, para las cuales una
sociedad acepta que un grupo de colores y formas representen ciertos ideales comunes,
momentos históricos o aspectos geográficos que la identifican.
En resumen:
Un sistema es una estructura de elementos que se relacionan dinámicamente entre sí bajo
ciertas reglas para cumplir un propósito.
Un sistema organizado con el propósito de producir mensajes es un código.
Los signos son asociaciones entre un estímulo y un contenido. Adquieren significación al
estar regidos por un código.
El lenguaje es el proceso humano de representar a través de signos.
CÓDIGOS
LINGÜÍSTICOS
Códigos Códigos
Paralingüísticos Lenguas o idiomas Extralingüísticos
Apoyan o sustituyen la No se emplea
palabra: entonación, LA PALABRA necesariamente la palabra,
gestos… sino otros sistemas de
signos.
Cuando un extranjero pronuncia ‘pero’ en lugar de ‘perro’ notamos una falta en el nivel
fonológico. Una diferencia semántica entre los españoles y los colombianos es que aquellos
dicen ‘piso’ en lugar de ‘apartamento’. Se nota una diferencia sintáctica entre muchos
caribeños cuando preguntan “¿Cuándo tú vuelves?”, en vez del más común “¿Cuándo
vuelves tú?”, de otros países. “Transporte” y “transportación” son variaciones morfológicas
para sustantivar el mismo verbo. En Antioquia, la expresión “Ave María” tiene un uso
pragmático mucho más allá del contexto religioso.
Una buena manera de identificar estos distintos niveles es a través de los errores.
Recordemos expresiones de los niños, o de adultos, que están aprendiendo la lengua
castellana. ¿Qué “errores” cometen cuando hablan? ¿De qué tipo son? Ilustremos:
2.2. Los sustitutos de la lengua (del código lingüístico): estos códigos no representan
el lenguaje articulado, sino que lo sustituyen; por ello, son autónomos con sus propias
reglas, ya que establecen la comunicación en forma alterna a la lengua. Por lo tanto no
necesitan de la palabra, sino que representan conceptos que cualquier hablante de diferentes
lenguas podría reconocer. Observemos algunos casos:
2.3. Códigos auxiliares de la lengua: tienen por objetivo apoyar los signos lingüísticos
para enriquecerlos o ampliarlos en su significación. Los elementos de un código auxiliar,
considerados como síntomas, son de naturaleza expresiva, y muchas veces llegan a sustituir
el código lingüístico mismo, dejando de ser auxiliares. A su vez, se clasifican en:
3.1. De estos códigos, los más conocidos son los sociales, cuyo propósito es el de significar
la interacción en diferentes ámbitos: normas, roles, costumbres, etc. Para su codificación,
se pueden emplear signos lingüísticos (palabras orales o escritas) y no lingüísticos.
3.2. Otro tipo de códigos paralingüísticos lo constituyen los estéticos. Estos corresponden a
la elaboración y comunicación de la experiencia humana a través del arte en todas sus
manifestaciones. Así, en la literatura, los signos son polisémicos (tienen múltiples
significados) y abunda la simbología; un rasgo distintivo es el empleo de metáforas, de
símiles y de comparaciones. La pintura, por su lado, se apoya en signos pluridimensionales
como el color, la intensidad, la perspectiva y el mayor o menor predominio icónico. En
cuanto a la música, se vale de signos acústicos, pero aprovecha la riqueza que proporciona
el tono, la intensidad, la cantidad, el timbre, el silencio, el ritmo y demás características del
sonido, para constituir una armonía melódica. Cabe anotar que dentro de los códigos
estéticos se encuentra la arquitectura con sus edificios, templos, palacios, monasterios,
museos y otras edificaciones.
3.3. Los códigos científicos o técnicos se emplean en el mundo de las ciencias: física,
química; pero también en el contexto tecnológico, en especial la informática, en donde se
han generado múltiples formas para codificar la información. Por un lado está el lenguaje
con que se programan las máquinas, pero también el lenguaje icónico (en realidad mixto)
con que los usuarios interactuamos a través del computador, el código de la Web, del correo
electrónico, entre otros.
Podemos afirmar entonces que, aunque en cada grupo humano la diversidad de códigos
puede ser mayor o menor, la simbología siempre presentará variaciones según el contexto
social dando lugar a una multiplicidad de lecturas o interpretaciones. Esta riqueza de
sistemas comunicativos nos revela la fascinante amplitud de la mente humana en su anhelo
insaciable de elaborar la experiencia del mundo y de abrirse a universos posibles en un
proceso de expansión constante.
BIBLIOGRAFÍA