Está en la página 1de 1

“DERECHOS HUMANOS”

La idea de Derechos Humanos deriva del concepto de “derechos naturales”, desarrollado en


los siglos XVII y XVIII, en Europa, que describe una serie de derechos inherentes a la
condición humana e independientes del reconocimiento del Estado o de cualquier sistema de
organización social o política. La doctrina moral que sustenta su validez considera que esos
derechos, de cuyo cumplimiento depende la vida digna de todos los seres humanos, son
universales y atemporales.
Hoy en día suena como una obviedad decir que todos los seres humanos tienen derecho a la
vida, la libertad y la justicia. Todo sistema político o social en el que alguno de estos aspectos
no sea respetado es visto, en el mundo moderno, como defectuoso o, al menos, excepcional.
Precisamente porque los Derechos Humanos (DDHH), dentro de los cuales están aquellos
derechos obvios, han quedado plenamente integrados a nuestra visión del mundo.
Sin embargo, esto no siempre fue así. De hecho los especialistas coinciden en ubicar el
nacimiento de esta noción de derechos humanos en épocas muy recientes y en Occidente.
Cuando la ONU proclamó la Declaración Universal de los derechos Humanos, en 1948. Su
elaboración demandó el análisis de variados sistemas éticos, morales y religiosos que, antes
que nada, unificaran los criterios sobre la condición “humana” y sobre la dignidad de la vida
de las personas.
La doctrina moral de los DDHH aspira a identificar los pre-requisitos fundamentales para que
cada ser humano acceda a una vida digna.
Sin embargo, la doctrina no aspira a ser exhaustiva: apelar a los DDHH no nos provee una
suma de moralidad: por ejemplo, los DDHH no nos brindan criterios para contestar preguntas
tales como si es intrínsecamente inmoral mentir, o cual debería ser el grado de obligación
moral de alguien con los amigos familiares, parejas, etc.
Habitualmente se identifica a las autoridades públicas, nacionales e internacionales, como las
más aptas para asegurar estas condiciones. La doctrina de DDHH se habría vuelto un primer
anclaje para determinar las garantías morales básicas a las que todos tenemos derecho tanto
en lo relativo a la relación con nuestros semejantes como con instituciones que afectan
nuestros intereses.
La doctrina aspira a proporcionar al orden contemporáneo –presuntamente post-ideológico–
un marco común para determinar condiciones básicas económicas, políticas y sociales
necesarias para ese mínimo de vida digna a la que tiene derecho cada individuo.

También podría gustarte