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A. N.

LEONTIEV

ACTIVIDAD, CONCIENCIA
Y PERSONALIDAD

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EDITORIAL CARTAGO ...·
MEXICO
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Diseño de Portada a cargo del Maestro Alfredo de la Rosa

PROLOGO DEL AUTOR

Este pequeíío libro teórico ha sido preparado a lo ]argo de mu-


cho tiempo, pero aún ahora no puedo considerarlo terminado, pues
es mucho lo que no ha quedado explicado, sino apenas esbozado en
él. ¿Por qué me decidi de todos modos a publicarlo? Lo aclararé
de entrada: no precisamente por apego a la teorización.
Las tentativas de penetrar a fondo en los problemas metodoló-
gicos de la ci ncia psicológica siempre han sido fruto de una necesi-
dad permanente de puntos de referencia teóricos, sin los cuales es
inevitable que las investigaciones concretas tengan un. alcance
limitado.
Hace casi un siglo que la psicología mundial se viene desarro-
llando en medio <le una crisis metodológica. Después de haberse
dividido en su momento en humanitario y natural, en clescriptivo y
explicativo, el sistema de los conocimientos psicológicos sigue pre-
sentando nuevas grietas en las cuales parece desaparecer el propio
objeto de estud io de la psicología. Se opera una reducción del mis-
mo, encubierta con frecuencia por la necesidad de desarrollar inves-
tigaciones interdisciplinarias. En ocasiones llegan a oírse voces que
exhortan abiertamente a los "varegos" a irrumpir en la psicología:
Copyright, 19814 Editorial Cartago de México, S. A. "venid y reinad sobre nosotros". La paradoja consiste en que, a pesar
Cerrada de San Antonio No. 22
México 19, D. F. de todas las dificultades teóricas, se observa hoy en el mundo entero
Miembro de la Cámara Nacional de la lndustria Editorial No. 396 un desarrollo extraordinariamente acelerado de las investigaciones
Reservados todos los derechos. en el terreno de la psicología: es la presión directa cle exigencias
Este libro no puede ser reproducido en todo o en parte, vitales. En consecuencia, se fue agudizando cada vez más la contra-
en forma alguna, sin permiso previo de:
Editorial Cartago de México, S. A.
clicción entre la enorme cantidad d e material fáctico minuciosamente
Impreso en México - Printed in Mexico, acumulado en laboratorios muy hicn equipados y el estado lamcntahlc
de su fundamentación teórica y metodológica. El desdén y el es-
cepticismo respecto de una teoría general del psiquismo, la difusión
del factorialismo y el cientificismo que son característicos de la psico- idealistas y mecanicistas, bio1ogizadorasJ que iban apareciendo yá
logía actual norteamericana ( IY no sólo de ella!) se han convertido con una, ya con otia fisonomía. Al desarrollar la línea que so con-
en una barrera que obstaculiza la investigación de los problemas traponía a estas concepciones era preciso evitar el aislamiento cien-
psicológicos fundamentales. tífico, y, a 'la vez, evitar convertirse en una escuela psicológica más,
No es difícil ver el nexo que existe entre este fenómeno y el aJa par de las otras. Todos comprendimos que la psicología científica
desengaño causado por las infundadas pretensiones, que alentaban las no es una corriente especial ni una escuela, sino una nueva etapa
corrientes imperantes en Europa occidental y Norteaméricn, de reali- histórica que encarna el inicio de una psicología auténtica y conse-
zar en la psicología la revolución teórica largamente esperada. Cuan- cuentemente materialista. Comprendimos también otra cosa: que
do nació el 'behaviorismo" se empezó a hablar de él como de un precisamente en el mundo actual la psicología cumple una función
fósforo arrimado a un barril de pólvora; luego comenzó a creerse ideológica, sirve a los intereses de clase y que no es posible dejar
que no era el behaviorismo, sino la psicología de la "Gcstn lt" la qne de tener en cuenta esto.
hab.ía d escubierto el principio general, capaz de sacar n la ciencia Los problemas metodológicos e ideológicos concentraron la aten-
psicológica del atolladero al que la llevó el análisis elemental, "alo- ción de la psicología soviética sobre todo en el primer período de
místico"; por fin, muchísimos se ofuscaron con el freudismo, que su desarrollo, que se destacó por la publicación de libros tan funda-
supuestamente había encontrado en el inconciente el punto de apoyo 1 ¡
mentales como Pe11samíento y lenguaje de L. S. Vigotski y Funda- 1 '

que permite poner a la psicología sobre sus pies e insuflar1e verdadera


vida. Otias tendencias psicológicas fu eron quizá menos ambiciosas,
mentos de psicología general de S. L. Rubinstein. Sin embargo, es
preciso reconocer que en los últimos años ha decaído un tanto la :l
pero les cupo la misma suerte; todas ellas confluyeron en la mesco- atención hacia los problemas metodológicos. Por cierto que esto no .. 1
lanza ecléctica que hoy sostienen -cada cual a su manera- los significa en absoluto que las cuest1ones teóricas hayan p, sado a ser
1

psicólogos que buscan ser reputados de ''mentes amplias". menos consideradas o que se trabaje menos sobre ellas. Me refiero j ~
' .
Totalmente distinto fue el camino que siguió el desarrollo de ::.a a otra cosa: a cierto descuido metodológico en muchas investigacio- lo
• <

ciencia psicológica soviética. nes psicológicas concretas, incluidas las aplicadas.


Al pluralismo metodológico, los psicólogos soviéticos opusieron Este fenómeno puede explicarse por una serie de circunstancias.
la metodología científica, que permHe penetrar en la verdadera na- Una de ellas es que poco a poco se fue produciendo la mptura de
turaleza de la psiquis, de la conciencia del hombre. Se iniciaron los nexos intemos entre la. elaboración de los problemas filosóficos
búsquedas tenaces para encontrar solución a los principales proble- de la psicología y la metodología real de las investigaciones que se
mas teóricos de la psicología sobre una base cierta. Simultáneamente efectúan. Se dedican muchos libros voluminosos a los problemas
se fue desenvolviendo una labor tendiente a asimilar con sentido filosMicos <..l e la psicología (así como también a la crítica filosófica
critico -sobre esta base- los hallazgos positivos de la psicología de diversas corrientes), pero en esas obras casi no .se tratan Jos as-
extranjera y se desarrollaron las investigaciones concretas en un vasto pectos que atañen a las vías concretas de la investigación de los ·1
conjunto de problemas. Se fueron conformando nuevos enfoques y problemas psicológicos. Da la impresión de que se produjera una suer- 1
un nuevo aparato conceptual, que permitió elevar con bastante ra- te de escisión: por una parte, la esfera de la problemática filosó-
pidez la psicología soviética a un nivel científico incomparablemente fico-psicológica, y, por otra parte, la esfera de las cuestiones metodo-
más elevado del que ocupaba la psicología que gozaba de reconoci- lógicas específicamente psicológicas que surgen en la experiencia de
miento oficial en la Rusia prerrevolucionaria. Aparecieron en la psi- las investigaciones concretas. Por supuesto que resulta imprescindible
cología nuevos nombres: Blonski y Kornílov, más tarde Vigotski, elaborar las cuestiones propiamente filosóficas de uno u otro ámbito
Uzdnadzé, Rubinstein y otros. del conocimiento científico. Pero la cuestión es otra: elaborar sobre 1 -
! •
la base de la filosofía científica los problemas específicos de la me- 1
Lo más importante es que fue éste el camino de una lucha in- todología psicológica como iencia concreta. Y esto demanda que el '
declinable c~n un claro objetivo, es decir, de la lucha por dominar pensamiento teórico penetre en su "vida doméstica". ! ,•''
creadoramente la teoría científica, de la lucha contra las concepciones Aclararé mi idea con el ejemplo de uno de los temas más difíciles
Q
que se plantean desde hace mucho a las investigaciones psicológicas: las tareas parciales no eclipsen a las más generales, que los proce·
se, trata de los vinculas entre los procesos psíquicos y los procesos dim!cntos de investigación no desplacen a su metodología.
cctcbralcs, fis iológicos. Difícilmente haya que convencer ahora a los Ocurre <1nc el psicólogo investigador que se ha dedicado a cstu-
psicólogos de que la psiquis es una función del cerebro y que los <.1 iar problemas concretos, continúa tro1Jezando inevitablemente con
fenómenos y procesos psíquicos deben estudiarse unidos con los fi- las dificultades metodológicas fundamentales de la ciencia psicoló-
siológicos. ¿Pero qué significa estudiarlos como una ·unidad? Esta gica. Sólo CJllC se le plantean de un modo velado, dado que· la solución
cuestión resulta archicompleja para la investigación psicológica con- de las cuestiones concretas parece no depender de ellos, y exigir
creta. Ocurre que ni siquiera una corx:elación directa entre los pro- únicamente la multiplicación y precisión de los datos empíricos. Sur-
cesos psíquicos y los procesos fisiológicos cerebrales resuelve la ge una ilusoria "dcsmetodologiznción" en la esfera de las investiga-
dis}untivn. L'ls alternativas teóricas que surgen dUJ;ante esa aproxi- ciones concretas, lo cual acentúa más aún la hnprcsión de que existe
mación directa son bien conocidas: o bien se da la hipótesis del una ruptura de los nexos internos entre los fundamentos científicos
paralelismo que lleva fatalmente a la concepción de la. psiquis como teóricos generales de la ciencia psicológica y los hechos que ésta
un epifenómeno; o bien es la posición del determin ismo fisiológico estudia. Como consecuencia, en el sistema conceptual psicológico
ingenuo, con la consiguiente reducción de la psicología a la H~inlogía; se forma una especie de vacío én el que se introducen al azar con-
o, por último, es la hipótesis dualista de la interacción psicofisiológica, cepciones originadas en ideas esencialmente ajenas al método y a la
que admite la acción de una psiquis inmaterial sobre los procesos teoría científicos.
materiales que transcurren en el cerebro. Para el pensamiento meta- A vec - , la falta de preocupación teórica metodológica se ex-
físico sencillamente no puede existir ninguna otra solución; sólo se presa también en 1 modo de encarar la solución de algunas tareas
modifican los térnlinos que recubren siempre las mismas alternativas. psicológicas puramente aplicadas. Se manifiesta sobre todo en in-
Al mismo tiempo, el problema psicofisiológico tiene para la psi- tentos de emplear en forma no crítica, a los fines prácticos, recursos
cología un sentido totalmente concreto y en gran medida práctico 111etodológicos carentes de fundamentación científica. Al proceder
porque el psicólogo siempre debe tener en cuenta el funcionamiento así con frecuencia se especula con la necesidad de vincular más
de los mecanismos morfofisiológicos. Por ejemplo, no es posible juz- estrecham ente la psicología a las tareas actuales que plantea la etapa
gar acerca de los procesos de percepción sin recurrir a los datos de contemporánea del desarrollo de la sociedad y la revolución científi-
la morfología y la fisiología. No obstante, la imagen de la percepción co-técnica. La expresión más evid ente ele tales intentos es el empleo
corno realidad psicológica no es en modo alguno lo mismo que los irreflexivo de los tests psicológicos, importados principalmente de
procseos cerebrales y sus constelaciones, de las cuales es función EE.UU. ?vienciono aquí esto sólo porque el desarrollo de la práctica
esa imagen. Es evidente que en este caso estamos ante diferentes de los tests pone al desnudo uno de los "mecanismos" que engendran
formas del movimiento; pero esto plantea necesariamente el problema actitudes antimetodológicas en psicología.
posterior de las sustanciales transiciones que vinculan entre sí estas Como todos saben, se denomina tests a breves perfonnances
formas de movimiento. Aunque este problema es ante todo metodo- cuya finalidad consiste en revelar (y a veces también medir) una u
lógico, su solución exige un análisis que penetre -como he dicho- otra propiedad o proceso que se ha captado con anterioridad desde
en los resultados acumulados por las investigaciones concretas a nivel un ángulo científico. Cuando, por ejemplo, se llegó a conocer la
psicológico y fisiológico. reacción del tornasol al ácido, apareció el test del "papel de torna-
Por otro lado, en la esfera de la problemática específicamente sol", o sea, 1 cambio de su color pasó a ser el índice más simple
psicológica, la atenc:ón comenzó a centrarse cada vez más en la de la acidez o alcalinidad del líquido que impregna el papel; el
minuciosa elaboración de temas concretos, en mejorar el equipamien- estucHo de las particularidades individuales en la percepción del color
to técnico del experimento de laboratorio, en perfeccionar el aparato llevó a crear las conocidas tablas de Stilling, las cuales, según el
estaclistico y en la utilizac:ón de lenguajes formales. Es claro que carácter de la diferenciación de las cifra representadas en ellas,
sin esto hoy sencillamente es imposible el progreso en psicología. perm;ten juzgar con bastante segurid ad sobre la ausencia o presenci::t
Pero también es evidente que c. lo solo no basta. Es preciso 'tLtc de anomalías cromáticas y la naturaleza de las mismas. Este tipo de
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tests, que son ampliamente utilizados en los más diversos terrenos del presente libro, aunque no es el único fundamento en el cual se basan
saber, pueden ser denominados "comprensivos" en el sentido de que las posiciones que aquí se desarrollan. A ellas ha aportado mucho
se apoyan en una idea medulosa sobre las dependencias que vinculan la experiencia positiva lograda en investigaciones psicológicas con-
entre sí los resultados de la prueba con las propiedades, estados o cretas, tanto las mías propias como las efectuadas por colegas. Tuve
procesos que se estudian. Están subordinados a la ciencia y no presente en todo momento los resultados de esas investigaciones,
sustituyen a las investigaciones profundas. aunque se las menciona directamente sólo raras veces, a título de
Esencialmente distinto es el carácter que tienen aquellos tests breves aclaraciones; en la mayoría de los casos quedaron por com-
que sirven como medio para eludir las dificultades cuando se trata pleto al margen de la exposición. Esto último se debe a la necesidad
de lograr conocimientos psicológicos genuinamente científicos. Un de rehuir las largas disgresiones para hacer que la concepción del
modelo típico son los tests de desarrollo mental. Se basan en el autor sea más accesible y evidente.
procedimiento siguiente: en primer lugar, se admite que existe cierto Por esta misma causa, el libro tampoco pretende brindar una
"flogisto psicológico", la denominada aptitud intelectual; luego se revisión de Ja bibliografía científica sobre las cuestiones que trata.
crea una serie de situaciones y tareas entre las cuales se seleccionan Muchos trabajos importantes y conocidos por el lector no se citan
aquellas que poseen mayor poder diferenciador y con ellas se integra en la obra,. aunq~~ qued~n sobreentendidos. Como esto último puede
la "'batería de tests"; por último, sobre la base de la elaboración crear una 1mpres10n erronea, debo destacar que, si bien esos trabajos
estadística de los resultados arrojados por gran número de experi- científicos no han sido mencionados, no se debe en absoluto a que,
mentos, la cantidad de tareas correctamente resueltas incluidas en según mi criterio, no merezcan atención. Lo mismo sucede con las
esa batería son referidas a la edad, raza o pertenencia social de los fuentes histórico-filosóficas: el lector descubrirá sin esfuerzo argu-
investigados. Se toma como unidad un porcentaje fijo de soluciones, mentos teóricos tras los cuales se oculta el análisis de algunas cate-
empíricamente determinado, y la desviación respecto de él se registra gorías de la filosofía clásica, que no se mencionan directamente. Todo
en forma de fracción: ésta es la que expresaría el "coeficiente inte- esto son carencias que se podrían subsanar sólo en un nuevo libro,
lectual" inherente al individuo o grupo dado. voluminoso y escrito totalmente de otra manera. Es de lamentar que
Resulta evidente que la metodología utilizada en la confección ahora no tenga yo esa posibilidad.
de este tipo de tests es inconsistente, pues el único criterio que sirve Casi todos lqs trabajos teóricos pueden ser leídos de distinto
de base para incluir unas u otras tareas en. el test es su validez, es modo, a veces por completo diferente a cómo se lo figura el autor.
decir, el grado de correspondencia entre los resultados de su solución Por eso. quiero valerme de la posibilidad de hablar en el prólogo
y unas u otras expresiones indirectas de las peculiaridades psicológi- sobre lo que, a mi juicio, es lo más importante en las páginas del
cas sometidas al test. Es esto lo que ha dado vida a una disciplina texto.
psicológica especial: la denominada "testología". No es difícil adver- Pienso que lo principal ea este libro consiste en el intento de
tir que, tras semejante trasformación de un procedimiento técnico comprender psicológicamente las categorías más importantes para
en una disciplina independiente, se esconde nada menos que el reem- estructurar un sistema no contradictorio de la psicología como cien-
plazo de la investigación teórica por un burdo pragmatismo. cia concreta acerca del tJacimiento, funcionamiento y estructuración
¿Quiero decir con esto que es preciso rechazar los tests psico- del reflejo psíquico de la realidad, el cual mediatiza la vida de los
lógicos? Por cierto que no. He utilizado el ejemplo de los tests de individuos. Se trata de la cal goría de actividad objetivada, la
aptitud, desprestigiados tiempo ha, para remarcar una vez más cuán categoría de conciencia del hombre y la categoría de personalidad.
necesario es el análisis teórico serio, incluso para resolver problemas La primera de ellas no sólo es la inicial, sino también la más
que, a primera vista, parecieran puramente metodológicos. importante. En la psicología soviética esta tesis es enunciada con
Me he detenido en las dificultades por las que pasa la psicología mucha frecuencia, pero e la desarrolla de modos esencialmente
científica y nada he dicho sobre sus indiscutibles y muy importantes diferentes. El punto nodal, que forma algo así como la divisoria
logros. Pero es que la toma de conciencia de estas dificultades ha de aguas entl'e las diferentes concepciones del lugar que ocupa la
constituido precisamente el contenido crítico -digámoslo así- del categoría de actividad, reside en si se considera la actividad obje-

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de ese ancllisis que se basa en el análisis del movimiento ele la acti-
tivada sólo como una condición del reflejo psíquico y una cxp~esión vidad. Se sobreentiende que no es a mí a quien corresponde juzgar
suya, o, en cambio, se la analiza como un proceso que entrana ~as si esta experiencia es o no exitosa. Sólo quiero llamar la atención
contradicciones dinámicas, los desdoblamientos y. las trasformaciO- del lector sobre el hecho de que el "secreto" psicológico de la con-
nes internas que engendran la psiquis, la qu~ ~onstltuye un momento ciencia queda oculto para cualquier método, con excepción del que
necesario del propio movimiento de la actividad, de s;; clcs~rro~l_o. fuera descubierto por el sabio de Treveris; éste permite desmitificar
En tanto que la primera de estas posiciones saca a la ,m~cstlgacwn la naturaleza de las propiedades suprasensibles de los objetos socia-
de la actividad en su forma básica -en for~a. ,de practlc~- fue_ra les a los que pertenece también el hombre, con1C• sujeto de la
de los marcos de la psicología, la segunda postc1on, por el contr~no, conciencia.
presupone que la actividad, independientemente de su forma, mte- Es probable que las mayores objeciones las puedan suscitar los
gra el objeto de la ciencia psicológ}ca, ~:unque por supuesto de un conceptos que desarrollo sobre la personalidad como objeto de es-
modo complelnmente distinto a como mtcgra el objeto de otras tudio propiamente psicológico. Y pienso que es así porgue esas
ciencias. 1 · ·d d opiniones son decididamente incompatibles con las concepciones
Dicho de otro modo el análisis psicológico de a acttvt a metafísicas cultural-antropológicas de la personalidad (así como con
-desde el punto de vista de esta segunda posición- consiste no en las teorías de su doble determinación, por la herencia biológica y
separar de ella sus elementos psíquicos interno.s para ~omelerlos ~ por el medio social) que inundan hoy la psicología mundial. Esta
un estudio posterior en forma aislada, .sino . en mtrod.uct~· en 1~ ~si­ incompatibilidad se hace especialmente evidente cuando se examina
cología unidades de análisis tales que 1mphquen el reDc.¡o pstqmco e1 problema de la naturaleza de los denominados motores internos
en su inseparabilidad de los aspectos de la acitvidad b.u~ana qne lo de la personalidad y el de los nexos de la personalidad del hombre
engendra y ·que son mediatizados por él. Esta postcion, que yo con sus particuaridades somáticas.
defiendo, exige, no obstante, reestructurar tod? el aparato concep- Una idea muy difundida sobre la naturaleza de las necesidades
tual de la psicología, lo cual en este libro esta apenas esbozado Y e inclinaciones del hombre es que precisamente éstas son las deter-
que representa en gran parte una empresa del h;turo. , minantes de la actividad de la personalidad y de su orientación;
Aún más difícil resulta abarcar en psicolog1a la categona de que, en realidad, la tarea fundamental de la psicología consiste en
conciencia. La teoría general sobre la conciencia, como forma supe- estudiar cuáles son las necesidades propias del hombre y qué viven-
rior específicamente humana, del psiquismo, que surge en el pr?- cias psíquicas (inclinaciones, deseos, sentimientos) provocan. Otra
ces~ del trabajo social y que supone el funcionamiento del lenguaJe, idea a diferencia de la primera, es comprender de qué modo el
constituye una premisa fundamental de la psicología .d~l. hombr:. desarrollo de la propia actividad del hombre, de sus motivos y re-
La tarea de la investigación psicológica reside en lo s1gu 1ente: .s~n cursos trasforma sus necesidades y crea otras nuevas, como resultado
limitarse al estudio de los fenómenos y procesos en la superficie de lo cual se modificaría la jerarquía de las mismas. De acuerdo
de la conciencia, penetrar en su estructura interna. Pero para eso con ello, la satisfacción de algunas de ellas se reduce al status de
ha que considerar a la conciencia no como un campo q~e pueda las condiciones imprescindibles para la actividad del hombre, para
se! contemplado por el sujeto y en el cu.al .se pr~yectan las 1~agenes su existencia como personalidad. Es preciso decir que los defensores
y conceptos de éste, sino como un mo.vl.miento mterno peculiar, en- del primer punto de vista, antropológico, o, mejor dicbo, naturalista,
gendrado por el movimiento de la act1v1dad human,a. . . esgrimen multitud de argumentos, incluso algunos que figurada-
La dificultad cons'ste en delimitar la categona ~e. conciencia mente podrían llamarse argumentos "del estómago". Es cierto que
como psicológica, y esto significa comprender las transtc1ones re~lles llenar el estómago con alimento es una condición ineludible para
que vinculan entre sí la psiquis del individuo concreto .Y la con~J~l:- cualquier actividad objetivada, pero el problema psicológico reside
. social sus formas. Pero esto no debe efectuarse sm un anahs~s en otra cosa: cuál ha de ser esta actividad, cómo trascurrirá su
Cia . d' 'd 1
previo de' los "hacedores" de la conc1enc1a
• •
1? lVI ua , . cuyo m
OVI
- desarrollo y, a la par con él, cómo se logra la trasformación de las
miento caracteriza la estructura interna de est:;~. Prec1samen~e ~n propias uece~idadcs.
capítulo especial C.el libro está dedicado a exponer la expenenc1a
·-
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Si he destacado aquí dicho problema, ello se debe a que en él numerosas) se deben a que el autor ha considerado que su tarea.
chocan concepciones antagónicas sobre la perspectiva que tiene el no reside tanto en afirmar unas u otras tesis psicológicas concretas,
estudio de la personalidad. Una de ellas conduce a la formación corno en buscar el método para llegar a ellas, el que deriva de la
de una psicología de la personalidad que parte de la primacía, en teoría científica sobre la naturaleza del hombre, de su actividad, su
el sentido amplio de la _palabra, del consumo (en el lenguaje de los conciencia y su personalidad.
behavioristas, del "refuerzo"); la otra lleva a estructurar una psico· Para terminar, me resta decir algunas palabras sobre la estruc-
logía que parte de la primacía de la actividad en Ja que el hombre tura del libro. Las ideas que contiene ya fueron expresadas en
afinna su personalidad humana. trabajos publicados anteriormente por el autor y cuya nómina se
El segundo problema -el de la personalidad del hombre y de da en las notas de los capítulos, pero es la primera vez que esas
sus peculiaridades corporales- se acentúa en relación con la tesis ideas son expuestas en forma sistemática.
de que la teoria psicológica de la personalidad no puede ser estruc· El libro se divide en tres partes. La primera está formada por
turada apo)'ándose sobre todo en las diferencias de constituciones los capítulos I y II, dedicados al análisis del concepto <.le reflejo
del hombre. ¿Cómo es posible, en la teoría de la personalidad, pa· y al aporte general científico a la psicología científica. Estos capí-
sarse sin las citas habituales a las cónstítuciones de Sheldon, a los tulos son una introducción a la parte central de la obra, en la cual
factores de Eysenck y, por último, a los tipos de actividad nerviosa se examinan los problemas de la actividad, la conciencia y la per-
superior de Pávlov? Esta consideración también proviene de un sonalidad. Un lugar especial le corresponde a la última parte: no
error metodológico que depende mucho de que el propio concepto es una continuación de los capítulos precedentes, sino uno de los
''personalidad" no tiene un significado único. Esta polisemia des- primeros trabajos del autor sobre psicología de la conciencia. Desde
aparece, sin embargo, cuando se acepta la conocida tesis de que la época de su primera edición -que hoy se ha convertido en una
la personalidad es una cualidad especial que el individuo natural rareza- han trascurrido más de veinte años, y mucho de lo que
adquiere en el sistema de las relaciones sociales. El problema in- contiene envejeció. No obstante, incluye algunos aspectos psicope-
evitablemente se invierte: las propiedades antropológicas del indi- dagógicos del problema de la conciencia que no se enfocan para
viduo aparecen no como determinantes de la personalidad o partí- nada en las otras partes del libro, aunque siguen siendo todavía
cipes de su estructura, sino como condiciones genéticamente pre- caros a los sentimientos del autor. Esto es lo que lo movió a incluir-
establecidas de la formación de la personalidad y, a la vez, corno los en el libro.
aquello que determina no sus rasgos psicológicos, sino sólo las for-
mas y modos de manifestación de los mismos. Por ejemplo, la agre-
sividad, como rasgo de la personalidad, se ha de manifestar, por
supuesto, de distinto modo en el colérico que en el flemático, pero
explicar la agresividad por la peculiaridad de temperamento es _tan
absurdo desde el punto de vista científico como · buscar la exphca-
ción de las guerras en el instinto de lucha propio de los hombr~s.
Por consiguiente, el problema del temperamento, de las caractens-
ticas del sistema nervioso, etcétera, no "es expulsado'' de la teoría
de la personalidad, sino que aparece en un plano distinto, no tradi-
cional, o sea como la. cuestión de la utilización -si podemos expre-.
samas así- por la personalidad de las propiedades y capacidades
individuales innatas. Y éste es un problema muy importante para
la caracterología concreta que, como muchos otros, ha quedado sin
examinar en este libro.
Las salvedades hechas en este prólogo (y podían ser aún más
1'f
16
y otros autores de esa época destacaron la tesis acerca de la natu~
raleza social de la psiquis humana, esta tesis se interpretaba por lo
general de un modo acorde con las nociones ingenuas sobre el
condicionamiento biosocial de la conducta humana.
Sólo después de los trabajos de L. S. Vigotski ("La conciencia
corno problema de la psicología de la conducta", 1924 y ·'Pensa~
miento y lenguaje", 1934), y, algo más tarde, de los de S. L. Rubins-
tein ("Los problemas de la psicología en las obras de C. Marx", 1934,
y "Principios de psicología general", 1940), se comenzó a comprender
más plenamente la significación del marxismo para la psicología. Se
CAPÍTULO I fueron desarrollando un enfoque histórico de la psiquis del hombre,
la teoría eminentemente psicológica sobre la conciencia como forma
LA CIENCIA PSICOLOGICA superior del reflejo de la realidad, la teoría sobre la actividad y su
estructuración. Se operaba así un proceso de reelaboración paulatina
de la significación que tienen las obras de los clásicos del marxismo
l. Sobre los fundamentos generales de la psicología para la ciencia psicológica. Se fue haciendo cada vez más evidente
que el marxismo había creado uua vasta teoría que revelaba la na~
La doctrina de Marx produjo una revolución en las ciencias turaleza y las leyes generales de la psiquis, de la conciencia; que el
sociales: en la filosofía, la economía política, la teoría del socialismo. aporte hecho por el marxismo a la ciencia psicológica no puede
Es sabido que durante muchos años la psicología quedó aislada de compararse en importancia con los más grandes descubrimientos
la influencia del marxismo, d que no era aJmitido en los centros teóricos realizados en psicología, tanto en el periodo premarx:ista
psicológic.Js científicos oficiales, y con po:>terioridad a la publicación de su desarrollo como después de Marx. ·
de las obras básicas de Marx, durante más de medio siglo su nombre Esto se llegó a comprender sólo como resultado de una fecunda
casi no fue c~tado en los trabajos de los psicólogos. labor teórica de muchos psicólogos marxistas soviéticos y no soviéti-
Sólo a comienzos de la década del 20 los científicos de nuestro cos 1 . Pero ni aun en la actualidad se puede afirmar que la psico~
país plantearon por primera vez la exigencia de que h psicología Iogía haya agotado el acervo de ideas del marxismo leninisrn<?. Es
fuera estructurada concientemente sobre la base del marxismo ( véa- por ello que nos remitimos siempre a las obras de Marx, que brtndan
se K. N. Kornílov, "Psicología modernn y marxismo", Lcningrado, la solución a los problemas teóricos más profundos y complejos de
1923). Así, pues, fueron precisam ente k:· científicos soviéticos quie- la ciencia psicológica.
nes descubrieron a Marx para la ciencia psicológica contemporánea. En la teoría del marxismo aplicada a la psicología tiene una
significación decisiva la doctrina sobre la actividad humana, sobre
En un comienzo se interpretó la tarea de crear la psicología su desarrollo y sus formas.
marxista como la de criticar las ideas filosóficas idealistas que ha- Es sabido que Marx comienza sus célebres tesis sobre Feuer•
bían predominado en la psicología e introducir en ésta algunas tesis bach indicando que "El defecto fundamental de todo eJ materialis~
de la dialéctica marxista . En este sentido fue significativo el título mo anterior" consiste en que sólo concibe el objetó, la realidad, bajo
del nuevo manual de psicología escrito por K. N. Kornílov y publi- la forma de objeto, de contemplación, pero no como actividad hu~
cado en 1926: Manual de psicología, expuesta desde el punto de mana, no de un modo subjetivo.
vista del nuzterialismo dialéctico. En este manual, así como en otros
trabajos de ese período, aún no se manifestaban muchas ideas y
conceptos del marxismo leninismo fundamentales para !a psicología, 1 Uno de los primeros autores no soviéticos que enunció la exigencia de

entre ellos el concepto de reflejo. Sin embargo, aunque Kornílov estructurar la psicología sobre una base marxista fue G .. Politzer, Revue de
psychologie concrete, números 1, 2, 1929.
18 19
t.

Al hablar del carácter contemplativo del vieJO materialismo,


Marx tiene presente la circunstancia de que consideraba el conoci- "Las premisas de las que partirnos -leemos en 'La ide~log}a
miento sólo como resultado de la influencia de los objetos sobre el alemana'- no tienen nada de arbitrario, no son dogmas de mngun
sujeto cognoscente, sobre sus órganos de los sentidos, y no como un tipo, sino premisas reales, de las que sólo es po~!ble abstraers~ ~n
producto del desarrollo de su actividad en el mundo objetivo. De la imaginación. Son los individuos reales, su acclOn y s~s conatclO-
este modo, el viejo materialismo separaba el conocimiento, de la nes materiales de vida ... " Al mismo tiempo, estas prem1sas confor-
actividad sensorial, de los nexos prácticos vitales del hombre con man tres etapas básicas necesarias, tres eslabones cuyos nexos dia-
el mundo circundante. lécticos constituyen un sistema ~ico en su autodesax:rol~o: ,
Cuando Marx introdujo el concepto de actividad en Ja teoría Ya en la propia organizacion corporal de los md1v1duos esta
del conocimiento le asignó un sentido rigurosamente materialista: contenida la ne(;esidad de entrar en una relación activa con el mundo
para él la actividad, en su forma inicial y básica, es 1a actividad exterior; para existir deben actuar, producir los medios que .nece-
sensorial práctica, durante la cual los hombres se ponen en contacto sitan para su supervivencia. Al influir sobre el mundo extenor lo
práctico con los objetos del mundo circundante, experimentan en modifican· con ello se modifican también a sí mismos. Por eso, lo
sí mismos la resistencia de esos objetos y actúan sobre ellos, subor- que los h~mbres son está determinado por su actividad, la que está
dinándose a sus propiedades objetivas. Es ésta la diferencia cardinal condicionada por el nivel ya alcanzado en el desarrollo de sus me-
que existe entre la docb·ina marxista sobre la actividad y la idealista, dios y formas de organización.
que admite la actividad sólo en su forma abstracta, especulativa. Sólo durante el curso de esas relaciones se va desarrollando
El profundo viraje que Marx imprimió a la teoría del conoci- también l reflejo psíquico de la realidad ¡lOr los hombres. Dicen
miento radica en que la práctica humana fue concebida como base Marx y Engels en ''La ideologta. alemana": " .. . ~s homb~es que
del conocinúento hwnano, como un proceso en el curso de cuyo desarrollan su producción material y su intercambio m.atenal mo-
desarrollo van surgiendo tareas cognoscitivas, se engendran y des- difican también, al cambiar esta realidad, su pensam1ento Y los
arrollan la percepción y el pensamiento del hombre y que, a la vez, productos de su pensamiento". . . .
conlleva los criterios de la adecuación y la veracidad de los cono- En otras palabras, el pensamiento y la conc~enc1a son determi-
cimientos; en la práctica -dice Marx- el hombre debe d mostrar la nados por la existencia J"eal, por la vida de los hombres, y sólo
verdad, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento. existen como conciencia de los mismos, como un producto del des-
arrollo del mencionado sistema <le relaciones objetivas. En s~ auto-
Al mencionar estas bien conocidas tesis de Marx es preciso desarrollo, este sistema forma diversas infraestruct:uas, relac1ones. Y
destacar especialmente que ninguna de ellas puede ser tomada en procesos que pueden convertirse en tem~ de .estudio .de algur~as dis-
forma aislada, desgajada de la doctrina marxista en su totalidad . ciplinas científicas. Sin embargo, la ~X!gencm manusta cons1~te en
Esto se aplica también, en particular, a la tesis sobre el papel de la que sean analizados dentro de este siStema general, ~ no aislada-
práctica, tesis que algunos tergiversadores modernos del marxismo mente de él. Claro está que tal exigencia alcanza por 1gual al estu-
intentan interpretar como si fuera expresión y fundamentación de dio psicológico de los }1ombres, ~ la ciencia psic?lógica. . . .
un punto de vista pragmático. La vieja psicologta metafis1ca reconoc1a solo a los md1v1duos
En verdad, el descubrimiento filosófico de Marx no consiste en abstractos sometidos a la influencia de un medio externo opuesto
modo alguno en identificar la práctica con el conocimiento, sino a ellos y que, por su parte, manifestaban cual~d~des psíquicas, pro-
en que el conocimiento no existe al margen d el proceso vital, que pias: percepción, pensamiento, voluntad, sent1m1entos .. Ademas, lo
por su propia natural~za. es un proceso material, práctico. El reflejo mismo <la que se conciba al individuo como una máquma de reac-
de la realidad surge y se desarrolla en el proceso de desarrollo de ción (aunque con una programación muy. compleja), o que ,se le
los vínculos reales de los hombres cognoscentes con el mundo hu- confieran fuerzas espirituales que se manifiestan con autonom1a. A
mano que los circundaba, es determinado por esos vínculos y, a su semejanza de San Sancho -a quien Marx ridiculiza-, que supone
vez, ejerce una influencia inversa sobre el desarroUo de éstos. ingenuamente que con un golpe del acer? .hacemos brotar ~1 f';lego
contenido en la piedra, el psicólogo metaf1Slco cree que el ps1qmsmo
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!1:
1

surge del sujeto mismo, de su cerebro. Al igual que Sancho, no tran las crísís te6rícas qlie se producen de continuo en 1a psl.cología,
sospecha que las partículas fgr.eas DO brotan de la piedra, sino uel a medida que se acumulan los conocimientos psicológtcos concretos,
acero, y, lo principal, que el problema se centra en la interacción cuyo caudal fue incrementándose con rapidez a partir de la segunda
de la piedra y el acero· que pnne incandescentes esas partículas. El mitad del siglo pasado.
psicólogo metafísico tampoco a~h "erte el eslabón principal, es uecir, El secreto central de la psiquis humana, ante el c~al 'se detuvo
los procesos que metliaí:iza11 ws vínculos del sujeto con el muntlo la investigación psicológica ''científica fue la existencia de )os fenó-
real, procesos éstos en lo~' que t-recisamente se opera el reflejo psí- menos psíquicos internós, e1 hec.ho de la representativi.dad .que tiene
quico de la realidad en ""el · s11jet:o, la transición de lo material a lo para ei sujeto el cuadro del mundo. Es· éste el secreto psicológico
ideal. Y" estos son los prúcesos 'e 1a actividad del sujeto, que ::;lern- que no pudo ser develado por lo. :psicología premarxista, y sigue sin
pre inidalmeute es exte ua y pdctica, y luego también adquiere la hab~r sido resuelto en la :psicología actual .que se· ~esa;r9lla .. al rn~­
forma de actividad bter"sr, de actividad de la conciencia. gen del marxismo. · · · ·· · . · ·.
Es el análisis de h. adividad lo que constituye el punto dedsivo En psicologí~, la concien~ia aparecía · si~mpre cd~o · algo. ~xtr~~
y el métoJo principal dd con0eimiento científico del reHejo psÍ<pico, polado, sólo como condicwn del trascurrir de los· procesos. psíquicos.
de la conciencia. En el estudio ·de las formas de la conciencia social Tal fue, en particular, la posición de, Wundt. La con~iencia. -es~ri­
es el análisis de 1a existencia ' social, de los modos de producción bió-· está contenida en los · estados ·psíquicos que encontram9s en
y del sMer~1a de relaciones sociales inherentes á ella; en el estudio nosotros,· sean cuales fueren esos estados, y por eso no podemos
del psiquismo individual .es el análisls de la actividad de lt}s indivi- comprender la esencia de la conciencia. ·"Todos los intentos de "de-
duos en condiciones scx.:iales d-- das y en las circunstancias concretas finir la conciencia [ ... ] conducen a una tautología, o bien a defi-
que
-
le tocan en .suerte
.,,.
a (:ada uno. : ~
·.: niciones ·que trascurren en la .conciencia de las actividades, Jas : que
; • '
ya no son conciencia porque la ·presuponen.'' 8 Ese mismo pensa-
miento, en una forma más tajante, lo encontrarnos en , Natqrpi · la
2. Teoría de la conciencia conciencia carece de estructura propia, es sólo uni condición de la
Marx ·puso los cimientos de la teoría psicológica concreta de
psicología, pel'O no "su objeto. Aupque. su existencia es un . hecho
psicológico básico y absolutamente fidedigno, no es pasible de. aefi-
la conciencia, que abrió perspectivas totalmente nuevas para la cien- nición y es deducible sólo de sí mismo •. . ..
cia psicológica. ' · ·
. A pesar de qlJ.e la anterior psicología empírica subjetiva gus-
·. La conciencia es dcualitatioa porque ,ella misma es un~ ·. cual!~
taba autodenominarse ciencia. sobre la conciencia, en realidad jamás ?ad, es decir, la cualidad de los fenómenos y proce~os psíquicos;
lo fue. Los fenómenos de la conciencia se estudiaban en el plano esta· cualidad se expresa en la representatividad que esos fenóm~nos l!
i[
y p1;0cesos tiepen ·para el sujeto ( Staut). Esta cualidad 1;10 :puede ser l!¡¡
netamente descriptivo, desde· las posiciones de la ep:fenomenología
y del paralelismo, o bien se excluían totalmente del objeto del saber
descubierta: sólo puede ser o no ser 5 • .. , :

La idea de la extrapolación de la conciencia está contenida ¡;


psicológico científico, corno lo exigían los representantes más radi-
cales de la denominada "psicología objetiva" 2 • Empero, no se pue- también en la conocida comparación de la conciencia con un e~ce­
nario •en el cual se desenvuelven Jos acontecimientos de la vida es- ¡1
de estructurar un sistema coherente de la ciencia psicológica al mar-
gen de la teoría científ~ca concreta de la conciencia. Así lo demues- pirituaL' P;1.ra que 'estos acontecimientos puedan producirse se ne- 1
1
·t \ cesita un escenario, pero éste no participa en ellos. ;

2 J.. Watson, "Psychology as th~ bebaviorists views?'. En Psychological


Review, 1913, v. 20. Ya anteriOJIDente un grupo de zoopsic6logos planteó la 3 W. Wundt, Principios de psicologw fisiol6giéa. Moscú, 1880, pág . . 738.
nec~idad de desis~ totahnente qe los conceptos y ténninos psicológicos (T. (Hay versión en español. Ed.) " · : l ·· . · • - ·· " .•
Beer. j. v. "Ueriill Voscblage zu einer .objetktive . Nomenklatur" Biologishes
Zentralblatt, 1899, Bd. XIX)., . '
4 P. Natorp, Einleitung in die Psychologie. Berlín, 1888, S. 14, 112.
;; Véase Staut, Psicología analítica. Moscú, 1920. · ·..
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surge del sujeto mismo, de su cerebro. Al igual que Sancho, no tran las crísís teórícas q e se producen de continuo en la psico1ogk,
sospecha que las partículas fgneas no brotan de la piedra, :-;ino Jel a medida que se acumulan los conocimientos psicológicos concretos,
acero, y, lo principal, que al problema se centra en la interacción cuyo caudal fue incrementándose con rapiJez a partir de la segunda
de la piedra y el acero (}_ue _l;lG:Ie ~ncandescentes esas p:utículas. El mltad Jcl siglo pasado.
psicólogo metafísico tum;:o-co s.J ·:.~;te el eslab6n principal, es uccir, El seercto central de la psiquis humana, ante el cual se detuvo
los procesos que rneuiaí:' _:.:,u lvs illculos del sujeto con el lllt !~lU\) la investigación psicológica científica fue la existencia de l~s fenó-
real, procesos éstos en >i>:. 11i.!e ¡,.~·ed.s:11n ente se opera el ¡~fl e}t psí- IJJenos psíquicos internos, ei hecho de la representativídad que tiene
quico de la realidad en ~i süjeto, la transkión de lo material a lo para d suj<:to el cuadro dd mundo. Es ést<> e1 secreto vsicológico
ideal. Y estos son los ¡.»rucases Je 1a actividad del sujeto, que .:;:em- que nu puJo ser develadu 1.10r la psicolog;ía pretr.arxista, y sigue sin
pre inicialmeute es e:i.i:e tJS. y ¡;é céica, y luego también aclr1niere la hauer sido r suelto en la psi~ología actual _que se desa."Tol!a al mar-
forma Je actividad i1He.::k:.:, de a-.;t;vidad de la conciencia. g0n del marxismo.
Es el auáHsis de h a:.:ti\iJ:ul lo que constituye el pm,to ded:;ivn
En ]_Jsi<.:ología, la conciencia aparecía siempre corno algo extra-
y el métouo principal cid conJcími~nto científico del reflejo ¡.¡síc1 u¡co,
polado, sólo como condici~)· L del trascurrir de los proct>sos psíquicos.
de la collcieuci:l. En el estudio de las formas de la conderJ:.;iu ~ocial
Tal fue en particular, la p sición <.le Wundt. La conciencia -escri-
es el ::uiálisis de h existencia sodal, de los modos de jJrüducckm
bió- está contenida en los estados psíquicos que encoutramos en
y del shterna de relaciones s~'{;iales i11herentes a ella; en el GStm1io
nosotros,. sean cuales fueren esos estados, y por eso no podemos
del psiquismo individual es ei ~.nálbls de la actividad de li..~s ind :vi-
comprender la esencia de la conciencia. "Todos los intentos de de-
duos en condicioues sudai~s d~tdas y en las circunstancias ;::oncretl3
finir la conciencia [ ... ] conducen a una tautología, o bien a defi-
que le tocan en suerte a cada uno. niciones que trascurren en la conciencia de las actividades, las que
ya no son conciencia porque la presuponen." 3 Ese mismo pensa-
miento, en una forma más tajante, lo encontramos en Natorp: la
2. Teoría d~ ht conciencia conciencia carece de estructura propia, es sólo una condición de la
psicología, pero no su objeto. Aunque su existencia es un hecho
Marx puso los cimientus de 1a teoría psicológica concreta Je psicológico básico y absolutamente fidedigno, no es pasible de Clefi-
la conciencia, que abrió perspectivas totalmente nuevas para la cien- nición y es ded ucible sólo de sí mismo •.
cia psicológica.
A pesar de que la anterior psicología empírica subjetiva gus- La conciencia es acualitativa porque ella misma es una cuali-
taba autoclenominarse deuda sobre la conciencia, en realiJad j:t1Hás dad, es d ecir, la cualidad de los fenómenos y procesos psíquicos;
lo fue. Los fenómenos Je la ~oncienda se estudiaban en d plano esta cualidad se expresa en la represcntatividad que esos fenómenos
netamente descriptivo, desde las posiciones de Ja ep 'fenomcno logía y procesos tienen ·para el sujeto ( Staut). Esta cualidad no puede ser
y del paralelismo, o bien se excluían totalmente del objeto tlel saber descubierta: sólo puede ser o no ser 5 •
psicológico científico, como lo exigían Jos representantes más radi- La idea de la extrapolación de la conciencia está contenida
cales de la denominada "psicología objetiva" 2 • Empero, no se pue- también en la conocida comparación de la conciencia con un esce-
de estructurar un sistema coherente de la ciencia psicológica al mar- nario en el cual se desenvuelven los acontecimientos de 1a vidu es-
gen de la teoría cienúfica concreta de la conciencia. Así lo dcmucs- piritual. Para que estos acontecimientos puedan producirse se ne-
cesita un escenario, pero éste no participa en ellos.

2 j .. Watson, "Psychology as the behaviorists views". En Psychological


Reoiew, 1913, v. 20. Ya anterionnente un grupo de zoopsicólogos planteó la 3 W. Wundt, Principios de psicología fisiol6gica. Moscú, 1880, pág. 738.
necesidad de desistir totalmente de los conceptos y términos psicológicos (T. (Hay versión en español. Ed.) ·
Beer. J. v. "UelCiill VoschHige zu einer objetktive Nomenklatur" Biologishes 4 P. Natorp, Einleitung in die Psychologie. Berlín, 1888, S. 14, ll2.
Zentralblatt, 1899, Bd. XIX). ;; Véase Staut, Psicología analítica. Moscú, 1920.

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Así, pues, la concienda es algo extrapsico16gico, acualitatlvo ciencia consiste en que la conciencia individual surge como resul-
desde el punto de vista psicológico. Aunque esta idea no siempre tado d~ la influencia que sobre el el hombre ejerce la conciencia
se expresa abiertamente, está constantemente sobrentendida. Nin- de la sociedad por efecto de la cual su psiquis se socializa e inte-
gún intento anterior de caracterizar psicológicamente la conciencia lectualiza; est~ socialización e intelectualización de la psiquis del
entra en contradicción con esa idea. Me refiero ante todo a la con- hombre es precisamente su concienc!a. Per? ta;n?ién en ~st~ con-
cepción cuantitativa de la conciencia que en la forma más directa cepción se conserva totalmente el caracter ps1colog1c0 acuahtattvo de
ya enunciara Ledd: la conciencia es aquello que aumenta o dismi- la conciencia; sólo que ahora la conciencia se presenta com? un pla-
nuye, una parte de lo cual se pierde en el sueño, y que se pierde no en el cual se proyectan nociones, conceptos, que. con.shtuy~n el
por completo en el desmayo 6 • contenido de la conciencia social. Con esto la conc1enc1a se Iden-
Es una iuminiscencia" singular, un rayo de luz que se desplaza, tifica con la ciencia: conciencia, es decir "con-ciencia", producto de
o mejor dicho, un proyector, cuyo haz ilumina el campo externo o la comunicación de las conciencias.
interior. Su desplazamiento en este campo se expresa en los fenó- Otra dirección que siguieron los intentos de caracterizar en
menos de la atención, los únicos en los cuales la conciencia obtiene forma psicológica la conciencia consistió en presentarla como con-
su característica psicológica, pero además, sólo cuantitativa y espa- dición de la unificación de la vida psíquica interior.
cial. El "campo de la conciencia" (o, lo que es lo mismo el "campo La unión de funciones, capacidades y propiedades psíquicas:
de la atención") puede ser más estrecho, más concentrado, o más eso es precisamente la conciencia; por ello -es;ribió ~ipps- es a
amplio, disperso; puede ser más persistente o menos persistente, la vez también autoconciencia 8 • James expreso esta 1dea con la
fluctuante. Pero p ese a todo, la descripción del "campo de la con- mayor sencillez en una carta a Kt. Stumpf: la conciencia es ''el amo
ciencia" sigue siendo acualitativa, no estructural. Por consiguiente, general de las funciones psíquicas". Pero justamente en el ejemplo
también las '1eyes de la conciencia" que se formularon tuvieron un de James se ve con claridad meridiana qu? esta interpret~ción de la
carácter puramente formal; tales son las leyes de la relutiva claridad conciencia encuadra totalmente en la teona sobre su caracter acua-
de la conciencia, de la continuidad de la conciencia, del fluir de la litativo e indefinido. Fue James quien dijo de sí mismo: "Ha~e ya
conciencia. veinte años que dudo de la existencia de lo existente denommado
Se suelen incluir entre las leyes de la conciencia también la ley conciencia [ .. . ] . Me parece que ha llegado el momento de que
de asociación o las leyes de la integridad, de la pregnancia, etc., todos renuncian abiertamente a ello" 9 •
enunciadas por la Gestaltpsychologie, pero esas leyes atañen a los Ni la introspección experime~tal de los adeptos d~ la ~ c?ela
fen6menos que tienen lugar en la conciencia y no a la conciencia de Wurzburgo, ni la fenomenologm de Huss?rl ~ los exJstenclahsl.as
como forma peculiar de la psiquis, y por eso son igualmente válidas pudieron penetrar en la estructura d~ la conc1enc~a. Por el conlrano,
en lo que se refiere a su "campo" y en lo tocante a fenómenos que al entender por conciencia el contem~lo fcnom6n1.?0 d~ ésta •. co~ ~~.S
ocurren al margen de ese "campo", o sea, tanto a nivel del hombre relaciones internas, ideales, ellos insisten en la deps1co~og1za~ón ,
como a nivel de los animales. si se puede decir así, de esas relaciones internas. La ps1~olog1a de
Ocupa una posición un tanto particular la teoría de la concien- la conciencia se diluye por completo en la fenomenolog1a. Es cu-
cia que se remonta a la escuela sociológica francesa ( Durkheim, De rioso señalar que los autores que se plantearon ~omo fin penetrar
Roberti, Halbwachs y otros) 7 • Como es sabido, la principal idea "tras" la conciencia y que desarrollaron la teona sobre la esfera
de esta escuela, vinculada con el problema psicológico de la con- inconciente de la psiquis, mantuvieron esa misma interpretación de
la conciencia, o sea, como "organización coherente de los procesos

6 En nuestra literatura psicológica esta idea tiene una expresión original


en la experiencia de sistematización de la psicología propuesta por P. P. Blonski B Véase G. Lipps, Los métodos de la psicología. Info:nne presentado en
(P. P. Blonski, Ensayos psicol6gicos, Moscú, 1927: [En ruso].) el V Congreso Internacional de Psicología, 1905. .
7 Véase S. L. Rubinstein, El desarroUo de lo psicología. Principios v mé- 9 W. James, "¿Existe la conciencia?" NuevaJ idell3 en psicología. Rec.
todos. Mcntevideo, Ed. Pueblos Unidos, 1963, págs. 412-440. núm. 4, Moscú, 1910.
oc::
24
·-4 ·~--~~--= . ·:. _- __

psíquicos" ( Freud). Al igual que otros representantes de la psico- se ca.r acteríza porque se produce su cosifícací6n, su "extinción;' -sé 6

logía profunda, Freud lleva el problema de la conciencia rof.s allá gún expresión de Marx- en el producto.
de la c~fera d e lo psicológico propiamente dicho, pues la in.;taHcia Lo que en el trabajador era actividad [Un.ruhe] -estribe Marx
prillcipal que representa la conciencia -el "super-yo"- es en reali- en "Zl capital"- aparece ahora, en el producto, como una propiedad
dad metapsíquica . en rt:;:poso [l'Uhend.e Eigenschaft], como existencia". Durante el pro-
En rigor, la posición metafísica en el enfoque de. h concieocia teso le vr:Jducción -leemos más adelante-, el trabajo pasa sin
tampoco pudo conducir a la psicología a nluguna otra interpretación ce.>n.r Je !a iorma Je b activjJad a 1a forma tle la existencia, de la
de ella. Aunque la idea del desarrollo se infiltró también en el forma ciel ~-.novlm;eoto a la forma de la objetivación.
pensamiento psicológico premarxista -sobre todo en el períu:lü pos- En este :prGceso se produce también la objetivación de aquellas
terior a Spcnccr- no llegó a abarcar In solución del prohlet~1a subre nociones •-:ue b :.;:,nlsan, orientan y regulan la ac:tividad <.lel sujeto.
i<t nr.turaleza d ' Ja p-icJ !s liuu,ana , por lo cual ésta. cuntinuó sieuJu Eu .)ll tJrvducto .::U::..s ~J :1uleren una forma nueva de existencia, uvmo
consiJ rada como algo preexistente y que súlo "se rellena" con nue- •.JLj ~; lus exccrno~ : •. .} s.Jll percibidos sensoriah1en te. Ahora, en su
vos C;'lti . ..·u.i.llos. 'ueron precisalllente estas posiciones metafísicas fo.w .a e: i:e¡·¡,a, e: .ü:~~·¿;.,z .i:t.:::Lda o exotérica, ellus n i "·nas se C<Hlv!ert n
las qu~ res1iltur n d estruidas por la conc:epdóu IJ"Jalcria1ista dialéc- en ebj~tos J.el1·cf ~}o . La CvJ:.cordaucia eo11 las uociones ir idalcs es
tica, ·1u, aLrió perspect ivas tutaiJllente nuevas a h psicologb de la d .J:'Wca·o de .>ü t<~ :z.; ¡<-¡¡.,i.Ju por el sujeto, es decir un p roceso
cond n ia. -v.I.OO .-esu1tado dbl CulLl e ..as ociunes adquienm en su cabc::za su
La tesis inic:ial del maJxismo sobre la conciencia consiste en thtpticaci0n, su ~.<.i.; ·eiJCia ideal.
gue ésta es una forma cualitativamente particular de la psiquis. Sjo "'H,bargo, esta d escr~yció n del proceso d e aprehensión s
Aunque la conciencia tiene también una larga preldstoria en la incOUlJ:lleta. P:1ra J.Ue este pwc '.50 pueda realizar:.e el ob jeto tl c:lJC
e' oluclón d 1 mundo animal, en el hombre npar ce por primera vez ap:uecer unte el hum1re COU10 haLieDdo reproducs.iJo el couleoido
en el proceso en que se fueron establ eciendo el tral.tajo y las rela- lJS.ÍlJ.uico de la actividad, es d cir, en su fttceta ideal. Ewperu, la
1.'l
cíones sociales. D •sdc el comienzo -afirman Marx y Eugcls en "La delill)itaciún de esta última no se 11uecle cowpn:i1der haciendo abs-
ideología alemalia"- la conciencia es un producto social. tracción de los vínculos socia!es - en los cuales necesariamente en - 1:
La tesis marxista sobre la necesidad y sobre la función real tran los que participan en el trabajo-, Je la comunicación entre
de la conciencia excluye por entero la posibilidad ele onsiclcrar en ellos. Al entablar comunicación entre ellos, los hombres producen :1
psicología los fenómenos de la conciencia sólo como ·pi fenómenos también el lenguaje, que sirve para denominar el objeto, los medios ¡;
que acompañan los procesos cerebrales y la activ:dad que •llos reali- y el ¡>.LOceso del trabajo. Los actos Je <.l eoominadón no son más
zan. Al mismo tiempo, es cierto que la psicología no pued e simple-
¡¡
que actos de delimitación de la faceta ideal <.le los objetos, en tanto ;1
mente postular el carácter activo oe la conciencia. L1. tarea de la que la apropiación del lenguaje por los jndividuos es la apropiación
ciencia psicológica consiste en explicar científicamente el papel ac- de lo que ellos han denom!naclo en forma de su aprehensión. " . . . El
tivo de la conC: ncia, y esto es posible sólo a contlici6n de que se lenguaje -observan Marx y Engels en 1a obra citada- es la con-
modifique de modo radical el enfoque del problema y, sobre todo, \
1 ciencia práctica, la conciencia real, que existe también para los otros
a condición de que se abandone esa idea antropológica limifada hombres
sobre la conciencia, que obliga a buscar la explicación de ésta en
1 . ,y que, por lo tanto, comienza a existir también para mí
111JSIDO •• .
los procesos que se desenvuelven en el cerebro del individuo bajo ¡ Sin embargo, no se puede interpretar de ningún modo esta tesis 1
la influencia de los estímulos que actúan sobre él, o sea, una con- 1
¡-
cepción que inevitablemente hace regresar la psicología a las posi- en el sentido de que la conciencia es engendrada por el lenguaje:
ciones del paralelismo.
La verdadera explicación de la conciencia no se halla en estos
l éste no es su demiurgo, sino la forma de su existencia. Además, las
palabras, los signos lingüísticos, no son simplemente remplazantes
procesos, sino en las condiciones y modos sociales de esa actividad de las cosas, sus substitutos convencionales. Tras los s;gnificados
que crea su necesidad, o sea, en la actividad laboral. Esta ac;:tivi<;lad de las palabras se oculta la práctica social, 1a actividad trasformada

26
t
1

psí~uicos" ( Freud). Al igual que otros representantes de la psíco- se cáracteríza porque se produce su cosífícací6n, su "extinción;, -sé·
logJa profunda Freud lleva el problema de la conciencia más allá gún expresión de Marx- en el producto.
de la esfera de lo psicológico propiamente dicho, pues la irutaucia Lo que en el trabajador era actividad [U nruhe] -escribe Marx
prli¡cipal que representa la conciencia -el "super-ytl'- es en reali- en "El capital"- aparece ahora, en el producto, como una propiedad
dad metapsíquica. en re:poso [tuhende Eígenschaft], como existencia". Durante el pro-
En rigor, la posición metafísica en el enfoque de h couck.uda ceso de producclón -leemos más adelante-, el trabajo pasa sin
tampoco pudo conJucir a la psicología a niuguna otra jnterpreto.eión cesar de la iorma de la activlJad a la forma de la existencia, de la
de ella. Aunque la jdea del desarrollo se iuflltró también ~n el forma del >ilovimieüto a la fo.rma de la objetivación.
pensamiento ¿Jsico]ógico premarxista -sobre todo t!L1 el :períuJo pos- En este :pr0ceso se produce también la objetivación de aquellas
terior a Spcr".ccr- no 11 gó a abarc3r la soluci o tld proiJ!t)t:•J. S\Jbre nociones que la.:;:.ulsan, orientan y regulan la activiclad ucl sujeto.
ia n~.ttwdrza de b psif1uis lniJllana, por lo cual é:;t~ ..:uutiuuó siem.lu En ;;u vrvducto cibs aa:1uieren una forma nueva de existencia, como
consit1 "rada cowo algo pre ' xi:> tentc y que sólo "se rellena" con uue- '.J Lj~lus e,tcc:n1os Li' ~ s JI.l percibiJos sensoriahnente. Ahora, en su
\ 'OS cor.l ·u.i.Jos. F 1eron preclsalllente esi:as posic.;iones wetaHsicas fu¿·¡ •:l. vAi.e¡·¡,a, C:t..{,;¿·!· ·¡izaua O e:<Oté.cica, ellas 1 Í nas se couv!erteo
las qu e resultaron destruitlas por la cooccpci6u materialista dialéc- en c.:bjdos Jel rc:flc;jo. ,¡1 cuncordaucia co11 ]as uocione inidalcs es
tica, y u e a brió ,··ersp ecti vas tvtalmeu te nuevas a la psicología de la d rrucaso de .m «:,~r..::b . . :dóu por el sujeto, .,;; decir, un proceso
conciencia. ::!(ano .ie.:.ultaoo dt:l cu· 1 '='~as JOciones aJqlderen en su cabt!za su
La tesis inicial del marxismo sobre la conciencia consiste en tluvlicuci6n, u :::.u.; eucia ideal.
que ésta es una forma cualítativamente particular de la psiquis. Sin ea.bargo, esta descdl!ción Jel pruceso de aprehcn íón es
Aunqu.~ la conciencia ~iene también una larga prel1istoria en la incow~:-~leta. Para ue este pruceso pueda realizarse t1 ob jeto cJel,c
evoluc10n del rnunc.lo amma1, en el hombre aparece vor primera vez aparecer ~w te el humure cowo haLiendo reprodu<:iuo el couteniuo
e~1 el pro~eso en que se fu eron estableciendo el trauajo y las rela- J!SÍf}uico de la activjdad, es decir, en su fuceta i<.leal. Emvcro, la
cwnes soc1ales. Desde el comienzo -afirman Marx y E11gels en "La ue] irnitac.ión de esta última no se puede compr<::nder hacienuo abs-
ideología alemana"- la conciencia es un producto soda l. tracción de Jos vínculos sociales - en los cuales necesariamente en-
La tesis marxista sobre la necesidad y sobre la función real tran los que participan en el trabajo-, Je la comunicaci6n entre
de la conciencia excluye por entero la posibilidad de considerar en ellos. Al entablar comunicación entre ellos los hombres prouucen
psicología los fenómenos de la conciencia sólo corno evift'nómcnos también el lenguaje, que sirve para denowinar el objeto, los meJios
que acompañan los procesos cerebrales y la activ:dad que ellos reali- y el :proceso del trabajo. Los actos Je J enonli na~ión no son más
zan. Al mismo tiempo, es cierto que la psicología no pucd simple- que actos de oelim itación ele la faceta ideal Jc los objetos, en tanto
mente postular el carácter activo de la concieucia. La tarea de la CJUe la apropiación del lenguaje por los inuividuos es ln apropiación
ciencia psicológica consiste en explicar cien tíficamente el papel ac- de lo que ellos han uenom!nado en forma. de su aprehensión. << ••• El
tivo de la conc~encia, y esto es posible sólo a condición de que se lenguaje -observan Marx y Engels en la obra citada- es la con-
modifique de modo radical el enfoque del problema y, sobre todo, ciencia práctica, la conciencia real, que existe también para los otros
a condición de que se abandone esa idea antropológica limitada hombres y que, por lo tanto, comienza a existir también para mí
sobre la conciencia, que obliga a buscar la explicación de ésta en mismo ... "
los procesos que se desenvuelven en el cerebro del individuo bajo
la iniluencia de los estímulos que actúan sobre él, o sea, una con- Sin embargo, no se puede interpretar de ningún modo esta tesis
cepción que ine itablemente hace regresar la psicología a las posi- en el sentido de que la conciencia es engendrada por el lenguaje:
ciones del paralelismo. éste no es su demiurgo, sino la forma de su existencia. Además, las
La verdadera explicación de la conciencia no se halla en estos palabras, los signos lingüísticos, no son simplemente remplazantes
procesos, sino en las condiciones y modos sociales de esa actividad de las cosas, sus substitutos convencionales. Tras los significados
que crea su necesidad, o sea 1 en la actividad laboral. Esta a<;:tivi~ad de las palabras se oculta la práctica social, la actividad trasformada

27
·- --

etapa de formación primaria de la conciencia y del fenguaje y a Ia


y cristalizada en ellos, y es sólo en el proceso de esa actividad etapa de trasformación de la conciencia en una forma universal
donde se va revelando al hombre la realidad objetiva. específicamente humana de la psiquis, cuando el reflejo, en forma
Claro está que el desarrollo de la conciencia en cada hombre de conciencia, abarca todo el conjunto de fenómenos del mundo
no repite el proceso histórico-social de producción de la conciencia. que circunda al hombre, su propia actividad y a él mismo (véase
Pero el reflejo conciente del mundo no surge en él como resultado "La ideología alemana"). Tiene trascendental significación la doc-
de la proyección directa en su cerebro de las repres·entaciones y trina de Marx sobre los cambios que sufre la conciencia en el des-
conceptos que elaboraran las generaciones precedentes. Su concien- arrollo de la división social del trabajo, cuando la masa fundamental
cia es también un producto de su actividad en el mundo objetivo. de productores están separados de los medios de producción y la
Es en esta actividad, que se realiza por intermedio de la comunica- actividad teórica, aislada de la práctica. La alienación económica
ción con otros hombres, donde tiene lugar el proceso de apropiación engendrada por el desarrollo de la propiedad privada conduce tam-
(Aneignung) por el hombre de las riquezas espirituales acumuladas bién a la alienación, a la desintegración de la conciencia de los
por el género humano ( Menschengattung) y que están encarnadas hombres. Esta alienación se expresa en que surge una inadecuación
en la forma objetiva sensorial (véase "La ideología alemana"). Ade- entre el sentido que adquiere para el hombre su actividad y el
más, la propia existencia objetivada de la actividad humana (en los producto de ésta, y su significación objetiva. Esta desintegración
"Manuscritos" Marx dice, de la industria, aclarando que toda acti- de la conciencia sólo desaparece con la desaparición de las realcio-
vidad humana fue hasta ahora trabajo, es decir, industria) aparece nes de propiedad privada que la originan, con el paso de la sociedad
como ..exposición a los sentidos de la psicología humana". de clases a la sociedad comunista. " ... El comunismo -escribió
Así, el descubrimiento de Marx, radical para la teoría psicoló- Marx en los "Manuscritos"- se sabe una reintegración o retorno del
gica, consiste en que la conciencia no es la manifestación de alguna hombre a sí mismo, la superación de la autoenajenación humana ... "
capacidad mística del cerebro humano de irradiar la "luz de la con- Estas tesis teóricas de Marx adquieren en nuestra época una
ciencia" baj<;> la influencia de las cosas que actúan sobre él - estí- particular actualidad. Sirven de orientación a la ciencia psicológica
mulos-, sino un producto · de esas relaciones especiales, es decir para encarar los más complejos problemas del cambio que se opera
sociales, que entablan los hombres, relaciones que se realizan sólo en la conciencia del hombre en la sociedad socialista comunista
) )

por medio de su cerebro, de sus órganos de los sentidos y de sus para dar solución a las tareas psicológicas concretas que hoy se
órganos de acción. En los procesos engendrados por estas relaciones plantean no sólo en la esfera de la educación do la joven generación,
es donde se conciben los objelos como imágenes subjetivas de los sino también en el ámbito de la organización del trabajo, de la
mismos en la mente humana, como conciencia. comunicación y en otras áreas donde se manifiesta la personalidad
Junto con la teoría de la conciencia, Marx elaboró también los humana.
principios de la historia científica de la conciencia de los hombres,
cuya importancia para la ciencia psicológica difícilmente puede
so breestimarse. 3. Psicología de los procesos cognoscitivos
A pesar de que la psicología dispone de gran cantidad de ma-
teriales sobre el desarrollo histórico del pensamiento, de la memoria La doctrina marxista sobre la naturaleza de la conciencia ha
y de otros procesos psíquicos, que fueron compilados en lo funda- creado una teor.í~ general de la psiquis humana. Al mismo tiempo,
mental por historiadores de la cultura y etnógrafos, no ha logrado ~ncontr6 expres10n concreta en la solución teórica de problemas tan
dar solución todavía al problema central: el de las etapas histó;ricas rmportantes como el de la percepción y el pensamiento, a cada
de formación de la conciencia. uno de los cuales Marx aportó ideas que son básicas para la psico-
Marx y Engels no sólo crearon un método general de investiga- logía científica. Esas ideas se anticiparon en muchos años a la
ción histórica de la conciencia; también descubrieron los cambios orien~ación principal de su desarrollo en el ámbito del estudio psi-
fundamentales que sufre la conciencia del hombre en el curso de cológtco de la percepción y de la actividad pensante del hombre.
desarrollo de la sociedad. Nos referimos, en primer término, a la

28
El marxismo considera la percepc10n, o sea el refleío serlsorial de la trasformación de las relaciones humanas en la conciencia de
directo de la actividad, como una etapa y también como forma los hombres en relaciones de cosas que se encuentran fuera de ellos.
búsica del conocimiento, que alcanza un alto grado de perfeccio- Sólo bajo la presión de hechos cada v z mús numerosos, acu-
namiento en el proceso del desarrollo histórico del hombre. mulados especialmente en los últimos años, "postgestaltianos", por
Es cierto que las posibilidades perceptivas están condicionadas decirlo así, los esfuerzos de los investigadores se orientaron hacia
por la estructura de los órganos de los sentidos del hombre, de sus el estudio de 1a actividad del sujeto en cuyo proceso se forman las
capacidades sensoriales o -expresándonos en el lenguaje de las imágenes de la percepción. Aparecieron innúmeros trabajos dedi-
primeras obras de Marx- de sus fuerzas esenciales correspondientes. cados aJa investigación de la génesis de la estructura y composición
Sin embargo, para que en el cerebro del hombre se forme la imagen de las acciones perceptivas, es decir, táctiles, visuales y, por último,
táctil, visual o auditiva del objeto es necesario que entre d hombre auditivas. Por lo tanto, se necesitó todo un siglo para que la psico-
y ese objeto se establezca un relación activa. Es de esos procesos Iogia dejara de encarar la percepción como resultado de la influencia
realizadores de esa relación de los que depende la adecuación y el unilateral de cosas exteriores sobre el sujeto pasivo, que contempla
grado de complexión de la imagen. Por lo tant:o, para explicar cien- el mundo, y para que en ella comenzara a configurarse un nuevo
tíficamente el surgimiento y las particularidades de la imagen sen- enfoque de los procesos perceptivos.
sorial subjetiva no basta con estudiar, por un lado, la estructura y Es _cierto que también dentro de este nuevo enfoque continúan
funcionamiento de los órganos de los sentidos y, por el otro, la na- chocando enh·e sí líneas filosóficas antagónicas : la del materialismo
turaleza física de las influencias que el objeto ejerce sobre ellos. y la del idealismo. La primera exige que se conciba la actividad
Es necesario penetrar también en la actividad del sujeto, que me- perceptiva como un proceso incluido en los vínculos vitales, prác-
diatiza sus vínculos con el mundo objetivo. ticos, del hombre con la realidad o jetiva, como un proceso 12n el
Era totalmente distinto el enfoque contemplativo sensualista cual lo material sólo "se traduce" - según expresión d • Marx- en
de la percepción que predominaba en la psicología premarxista. Este lo id al. La segunda línea, la ·idealista, encara esta actividád per-
enfoque encontró su expresión en la tesis -aparentemente clara- ceptiva como si fuera !a que construye el mundo de las cosas.
que formularan los psicólogos sensualistas: para que en la. conciencia
d el hombre surja la imagen del objeto es suficiente tener ese objeto A lo expuesto debemos agregar que los datos contenidos en
ante los ojos. modernas investigaciones experimentales · de las acciones y opera-
ciones p erceptivas por sí solos no dan aún solución teórica al pro-
Conociendo, por una parte, al hombre con sus particularidades
blema de la percepción humana .. Su significación rea l sólo se puede
morfofisiológicas, y por la otra, el mundo de las cosas que lo en-
frenta la investigación psicológica de la percepción se encontró comprender en el contexto más amplio de la teoría sobre la unidad
con dificultad es teóricas insolubles. En particular no se podía ex- del sujeto y el objeto, sobre la naturaleza histórico-:soe:;al de los
v.ínc:ulos del hombre co.n el n-tundo objetivo.
plicar lo más importante: ]a adecuación de la imagen subjetiva a la
r aüdad objetiva. Por eso la psicología de la percepción en los Aunque la actividad perceptiva es singular, en el sentido de
hechos resultó no estar en condiciones de ir m:'ts allá de una inter- que en sus formas desarrolladas no está vinculuda directam ente con
pretación encuadrada en el idealismo fisiológico y en la teoría de la influencia práctica que el hombre ejerce sobre el objeto y tiene
los jeroglíficos, y tuvo que apelar a conceptos tales como la capacidad como J?roducto una imagen subjetiva d el objeto (es decir, un pro-
de estructuración, de formación de la "Gestalt". Además, de todos ducto 1deal), es de todos modos una actividad auténticamente ob-
modos, muchos hechos del área de la percepci6n seguían sin ser jetivada que se subordina a su objeto como cristalización de ]a
explicados. Por ejemplo, entre ellos se incluye uno primordial: que totalidad de la práctica social humana. "El ojo -dice Marx en los
los efectos que provoca la acción de los objetos externos en nuestros "Manuscritos económicos y filosóficos de 1844"- se ha convertido
órganos, los percibimos no como estados propios, sino como algo en .ojo humano, así como su obfeto se ha hecho objeto social humano,
que se encuentra fuera de nosotros; éste es un hecho que, dicho sea obJeto que fluye del hombre para el hombre. Los sentidos se han
de paso, fue utilizado por Marx para esclarecer uno de los aspectos hecho, por consiguiente, directamente teorizantes en su práctica".

30
Y más adelante: "La formacü5n de los cinco sentidos, es el trabajo el pensamiento de los hombres, así como su percepción~ son de
de toda la historia del mundo hasta nuestros días". naturaleza histórico-social.
Las tesis citadas se refieren directamente al hombre social al El marxismo destaca especialmente el carácter primario del nexo
hombre como ser genérico, y a su actividad genérica, es decir: al del pensamiento con la actividad práctica. "La producción de las
proceso histórico-social. Pero un individuo no existe, como hombre, ideas [ ... ] -leemos en "La ideología alemana"- aparece al prin-
al margen de la sociedad. Se convierte en hombre sólo como resul- cipio directamente entrelazada con la actividad material y el inter-
tado del proceso por el cual se apropia de la realidad humana. La cambio material· de los hombres, como el lenguaje de la vida real.
actividad de percepción es precisamente una de las formas en que Las representaciones, el modo de pensar, la comunicación espiritual
se realiza este proceso. de los hombres se presentan todavía aquí como emanación directa
Estas ideas fueron totalmente extrañas a toda ]a psicología em- de su relación material". Engels expresó este concepto en una forma
pírica anterior. Sólo unos pocos pensadores, los más lúcidos, casi más general cuando escribió en "Dialéctica de la naturaleza":
llegaron a comprender que tras la percepción está una práctica " .. . la modificación de la naturaleza por los hombres, y no sólo la
"comprimida", y que la mano que palpa o el ojo no se pierden en naturaleza como tal, es la base más esencial e inmediata del pensa-
sus objetos sólo porque aprenden a cumplir acciones y operaciones miento humano ... "
perceptivas que se han conformado en la práctica. Pero son estas Estas tesis tienen fundamental significación para la teoría del
ideas las que nos aproximan a la comprensión de la verdádera conocimiento y también para la psicología del pensamiento; no sólo
naturaleza de la percepción humana. destruyen las ideas naturalistas pueriles e idealistas sobre el pensa-
Juntamente con los princi_pios teóricos de la psicología cientí- miento, que predominaron en la vieja psicología, sino que crean la
f~ca ?~ la percepción, Marx creó también las bases de la psicología base para una adecuada interpretación de los innumerables hechos
Científica de los procesos del pensamiento. La doctrina marxista y concepciones científicos que en las últimas décadas resultaron del
es la única que permite superar tanto la noción idealista sobre el estudio psicológico de los procesos del pensamiento.
pensamiento -que coloca al pensamiento por encima de lo senso- El análisis de las teorías psicológicas del pensamiento origina-
rial- como la limitación del materialismo metafísico, que reduce el das en nociones filosóficas burguesas, muestra que no están en
pensamiento a Jos procesos elementales del análisis y generalización condiciones de proporcionar respuestas auténticamente científicas ni
de las impresiones sensodales y a la formación de asociaciones entre siquiera a los problemas más cardinales, cuya falta de solución frena
ellas. Como es sabido, en contraposición a esto el marxismo consi- la evolución posterior de las investigaciones concretas sobre este
dera el pensamiento humano como producto del desarrollo histórico- problema tan candente.
social, como una forma teórica especial de la actividad humana que Entre esos problemas cardinales se encuentra, en primer tér-
no es otra cosa que un derivado de la actividad práctica. Incluso mino, el siguiente: ¿de qué modo el pensamiento, que tiene como
en la etapa de desarrollo en que el pensamiento adquiere relativa única fuente la percepción sensorial, penetra más allá de la super-
independencia, la práctica sigue siendo su base y el criterio de su ficie de los fenómenos que pueden influir sobre nuestros órganos
verdad. · de los sentidos? La única solución correcta de este problema la
Como función del cerebro humano, el pensamiento es un proceso brinda la doctrina marxista sobre el origen y la esencia del pensa-
natural, pero no existe al margen de la sociedad, al margen de los miento humano.
conocimientos acumulados por la humanidad y de los procedimien- El trabajo mediante instrumentos coloca al hombre no sólo ante
tos de la actividad pensante elaborados por ella. De este modo, objetos materiales, cosificados, sino tamb~én ante su interacción, que
cada hombre se convierte en sujeto del pensamiento sólo cuando él mismo controla y reproduce; es en este proceso donde se opera
domina el lenguaje, los conceptos y la lógica, que constituyen un su conocimiento por el hombre, conocimiento que excede las posi-
reflejo generalizado de la experiencia de la práctica social: incluso bilidades del reflejo sensorial directo. En tanto que durante fa in-
aquellas tareas que el hombre plantea a su pensamiento son un fluencia directa "sujeto-objeto" este último descubre sus propiedades
producto de las condiciones sociales de su vida. En otras palabras, sólo dentro de límites condicionados por la composición y el grado
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33
de sutileza de las sensaciones del sujeto, en el proceso de interac- ya sólo en el plano del habla. Además, corno el habla pierde su
ción mediatizado por el instrumento, el conocimiento trasciende función comunicativa y sólo cumple la cognoscitiva, su faz articu-
esos limites. Así, en el curso de la elaboración mecánica de un latoria, sonora, se va reduciendo gradualmente, y los procesos co-
objeto hecho de un material por medio de un objeto hecho de otro, rrespondientes van adquiriendo cada vez más el carácter de procesos
sometemos a una experiencia inequívoca su relativa dureza en un internos que se realizan para uno mismo, "in mente". Entre ]as
grado totalmente inaccesible a nuestros órganos sensoriales mio- condiciones iniciales y la ejecución práctica de las acdones se in-
cutáneos: por la deformación perceptible de uno de ellos deducimos cluyen ahora de más en más largas cadenas de procesos de con-
que uno es más duro que el otro. En este sentido la herramienta fronta ión mental, análisis, etc., que por último adquieren una
es la primera abstraccwn auténtica. Unicamente siguiendo este ca- independencia relativa y la capacidad de separarse de la actividad
mino lograremos desgajar las unidades objetivas cuya aplicación práctica.
puede proporcionar un conocimiento tan preciso como se desee di$' Esta separación entre el pensamiento y la actividad práctica
las propiedades de los objetos y, lo que es principal, independiente trascurre históricamente, empero, no por sí sola, no sólo en virtud
de los fluctuantes umbrales de la sensación. de la propia lógica del desarrollo, sino que resulta de la división
Al comienzo, el conocimiento de las propiedades del mundo del trabajo, que lleva a que la actividad mental y la activida~ ~rác­
objetivo que trasciende los límites del conocimiento sensorial di- tica material recaigan sobre distintos hombres. En las cond1c1ones
recto, es un resultado no premeditado de acciones orientadas hacia de desarrollo de la propiedad privada de los medios de producción
fines prácticos, es decir, de acciones incluidas en la actividad indus- y ele diferenciación de la sociedad en clases sociales antagónicas, la
trial de los hombres. Luego comienza a responder a tareas espe- actividad del pensamiento se aisla del trabajo físico y se contrapone
ciales como, por ejemplo, la tarea de apreciar la aptitud del material a ia actividad práctica. Parece, pues, totalmente inclepend ient.e de
original por medio de una prueba práctica previa, del experimento sto. última que tiene otro origen otra naturaleza. Estas noc10nes
'
sobre la actividad ' que se . afirman en las teonas
de pensar son las '
más simple. Este tipo de acciones subordinadas a una finalidad
cognoscitiva conciente es ya un auténtico pensamiento, aunque con- idealistas del pensamiento.
serva también la forma de procesos externos. Sus resultados cognos- S:n embargo, esta separación entre el pensamiento y la activi-
citivos, generalizados y reforzados por medio del lenguaje, difieren dad práctica, y la contradicción entre ambos, no son eternas .. :'1
esencialmente de los resultados del reflejo sensorial directo, que se desaparecer la propiedad privada sobre los medios de producc1on
generalizan en las correspondientes formaciones sensoriales. Difieren y las clases antagónicas, el abismo abierto entre ellos desaparecerá
de estas últimas no sólo porque encierran propiedades, vínculos y gradualmente. En la sociedad comunista desarrollada el paso de
relacione'> inaccesibles a la apreciación sensorial directa, sino tam- una forma ele actividad a otra se convierte en un modo natural de
bién porque al ser trasmitidas a otros hombres en el proceso de existencia y desarrollo de las mismas. Para ello, observa Marx en
comunicación verbal, forman un sistema de conocimientos que in- "La ideología alemana", ya no se requieren "complejas operaciones
tegran el contenido de la conciencia de la colectividad, de la socie- de reflexión".
dad. Debido a ello, las representaciones, conceptos e ideas que Claro está que esta unificación de la actividad de pensar de la
tienen algunos hombres se van formando, enriqueciendo, y son so- actividad práctica no significa que se elimine la diferencia cualitativa
metidas a una selección no sólo en el curso de su práctica individual entre ambas. La actividad de pensar -al perder algunos rasgos que
(pues es inevitable que ésta sea estr~chamente restringida y sujeta adquirió como consecuencia de su aislamiento de la actividad prác-
a las casualidades), sino también sobre la base de la experiencia, tica- conserva, de todos modos, sus particularidades, pero éstas se
incomparablemente más amplia, de la práctica social que ellos van demistificando. Lo que determina esas particularidades es, en
asimilan. primer término, que en su forma desarrollada -en la forma del
Al mismo tiempo, la fonna verbal de expresión, que inicial- pensamiento teórico-- la actividad de pensar trascurre sin contacto
mente es ~a. forma externa objetiva de la actividad cognoscitiva, directo con los objetos del mundo material. El pensamiento teórico
crea la cond1ción que permite cumplir luego algunos de sus procesos de un hombre no necesita siquiera de una base de partida objetivo-
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~ensorial que puede representarse en su cabeza en forma refleja,
1deal, es decir, ya como conocimientos acumulados y conceptos raleza del mismo, sino también nuestra concepción de los problemas
abstractos. Por eso, a diferencia del pensamiento que se objetiviza psicológicos concretos. Por ello es un craso error la idea de que la
e? forma de actividad industrial y en el experimento, y que en doctrina marxista es importante sólo para la teoría general del pen-
vrr~? de ello se encuentra rígidamente limitado por las condjciones samiento, en tanto que las investigaciones psicológicas experirne~­
obJ~ti,v~s reales, el pensamiento teórico posee en principio ilimitadas tales especiales deberían mantenerse en un plano netamente empl-
pos1b1hdades de penetrar en la realidad, aun en una realidad total- rico. La tarea que aún hoy se plantea a la psicología científica
mente inaccesible a nuestra influencia. consiste precisamente en no limitarse a las tesis materialistas ~ia­
Dado ~ue el pensamiento abstracto trascurre al margen de los lécticas generales sobre la esencia del pensamiento humano, smo
contactos directos con el mundo objetivo, con respecto a aquél en concretar estas tesis con respecto a los problemas actuales que sur-
el pr~bl~ma de la práctica como base y criterio de la verdad del gen al estudiar el proceso de desarrollo de la actividad del pensar
c~noc1m1ento, surge otro aspecto más. Se trata de que no siempre, del hombre, de las distintas formas de esta actividad, de la tran-
ru mucho menos, se puede probar con la práctica la verdad de los sición reqíproéa entre estas formas y de la influencia que sobre esta
resultados teÓr·icos del pensamiento inmediatamente después de ob- actividad ejercen las nuevas condiciones y fenómenos sociales tales
tene~los. Entre e}lo~ ·y la prueba pueden pasar muchas décadas y como la aceleración del progreso científico-técnico, la extensión y
no s1empre esta ultrma puede ser directa; esto hace necesaJio que cambio de los medios y formas de la comunicación, etcétera.
1~ experiencia de la práctica social esté presente en la propia acti- En el presente se han producido grandes cambios en la psi-
VIdad de pensar. A esta necesidad responde la subordinación del cología del pensamiento. El avance de esta área de los conocimien-
pensamiento a la lógica, al sistema de leyes, normas y reglas lógicas tos psicológicos ha determinado que muchas ideas marxistas encon-
(y matemá~icas), el análisis de cuya naturaleza es el que da res- traran allí objetivamente su expresión concreta y su desarrollo, de
~ues~ al stguient~ interrogante: ¿de qué modo interviene la expe- modo que incluso algunos psicólogos que están lejos del marxismo
nencla de la práctica social en el curso del proceso de pensamiento por sus conceptos filosóficos, han comenzado a citar a Marx en
del hombre? una especie de coqueteo. ·
, Contrariamente a las nociones de que las leyes lógicas dima- En nuestra época ya nadie adopta las posiciones -hace mucho
~anan de los principios del trabajo del cerebro (o expresarían leyes desprestigiadas- de la psicologia empírica subjetiva, que presenta
mmanentes al espíritu pensante o, por último, que serían engendra- el pensamiento como un movimiento en la conciencia de represen-
das J?OI el de~arrollo ~el lenguaje de la propia ciencia) el punto taciones y conceptos, que serían un_ producto de la estratificación,
de VlSt~ mal"Xlsta cons1ste en que las le) es lógicas son un reflejo en la experiencia individual del hombre, de impresiones sensoriales
generalizado de las relaciones objetivas de la realidad a las que se y de su generalización, o sea, un movimiento que está regido por
subordina y que son reproducidas por la actividad práctica de los las leyes de la asociación y la perseveración. Hoy es evidente que
hombres. " ... La actividad práctica del hombre -observa Lenin la única concepción de los procesos del pensar que corresponde a
en "Cuadernos filosóficos"- tiene que ll~var su conciencia a la re- los hechos acumulados es interpretarlos como los realizadores de
pe~ción de las distintas figuras lógicas, miles de millones de veces, un tipo singular de acciones y operaciones orientadas hacia un fin
a f1n de que esas figuras puedan obtener la significación de axiomas". y adecuadas a las tareas cognoscitivas.
De e~te modo, la actividad práctica, la práctica, crea algo así como Han quedado en el pasado también las teorías psicológicas que
un hilo conductor para el pensamiento teórico, debido al cual éste concebían el pensamiento en una sola y única forma: en la forma
puede no desviarse del canúno que conduce a un conocimiento de pensamiento interior, discursivo. Las actuales investigaciones
adecuado. genéticas han revelado el hecho indiscutible de que existen proce-
Tales son, en la forma más general, las tesis básicas de la doc- sos del pensar que transcurren igualmente en forma de actividad
trin~ marxista leninista sobre el pensamiento, que modifican sus- externa con los objetos materiales. Es más, se mostró en ellas que
~ncmlmente, no sólo las nociones teóricas generales sobre la natu- los procesos internos del pensar no son más que un resultado de la
interiorización y trasformación específica de la actividad práctica
36
externa, y que existen constantes transiciones de una forma a otra. ladora más simple o el equipo de computaci6n más complicado.
En el caso de un pensamiento muy desarrollado, la presencia de Pero por ello no dejan de ser sólo medios de la actividad del
estas transiciones apareció de manera particularmente nítida en las hombre y objetos de ésta. De aqu1 que la actividad del pensar no
investigaciones de lo que se denomina pensamiento técnico o sea se reduce en modo alguno al sistema de ciertas operaciones lógicas,
e~ pensamiento de un obrero ajustador de complejos equipos téc~ matemáticas o de otro tipo tipo, al igual que, por ejemplo, la pro-
rucos o el de un científico dedicado a la experimentación investi- ducción no se reduce en absoluto a los procesos tecnológicos que
gaciones éstas que respondieron a las exigencias de la eta~a actual la realizan.
de desarrollo de la técnica. El jgnorar estas tesis irrebatibles es lo que crea esas ideas ilu-
Sin embargo, junto con éstas y otras conquistas indudables de sorias sobre el pensamiento en las cuales todo aparece trastocado:
la psicología del pensamiento, a muchos de sus prob1emas esenciales las operaciones sígnicas del pensamiento, producidas por el desarro-
-que. se estudia~on a~ margen de la teoría marxista general- se llo de Ja actividad cognoscitiva del hombre, parecen engendrar su
les dw ~n la ps1cologta moderna una explicación unilateral y por pensamiento. Estas ideas se expresan en particular en el hecho de
ello terg1versada. Hasta el propio concepto de actividad i tradu- que se atribuyen las propiedades de los auténticos sujetos del pen-
cid~ .e~ la psicología de.l pensam ie~to es encarado por los psicólogos samiento a las modernas máquimls "pensantes" (que como todas
poslt1v1stas con un sentido que esta muy lejos del que Marx aportó las máquinas son, según expresión de Marx, solamente "órganos del
al concepto de actividad objetivada del hombre. En la mayoría de cerebro humano creados por la mano ael hombre"). La cuestión
las investigaciones extranjeras, la actividad del pensamiento se se presenta como si no fueran las máquinas las que están al servicio
muestra desde el ángulo de su función adaptativa, y no como una del pensamiento humano, sino, por el contrario, el hombre el que
de las formas de apropiación de la realidad y de sus cambios por sirve a las máquinas 10 •
el hombre. Por eso se ubican en primer plano las operaciones que No es difícil advertir que el hecho de adjudicar a las máquinas
la componen. En los hechos esto no significa otra cosa que un las capacidades intelectuales del hombre expresa una vez más la
retorno a la posición de id entificar en el pensamiento lo lógico y lo misma separación entre el pensamiento y la actividad sensorial, pero
psicológico y a un panlogismo sui generis. ya¡ con una nueva faz: aquí se separan de la actividad del hombre
. La "auton.omización" de las operaciones lógicas que de ello las operaciones del pensamineto en sus formas exteriorizadas, tras-
den~a es profunda~enle aj~na a la ,doctrina marxista sobre el pen- ladadas a las máquinas. Pero las operaciones son sólo procedimien-
satmento, que reqUiere constderar a este como una actividad humana tos, medios del pensamiento, y no el propio pensamiento.
viva, con la misma esencial estructma que la actividad práctica. Al Por ello las consecuencias psicológicas de la revolución científico-
igual que esta última, la actividad del pensar responde a unas u otras técnica, que objetivamente produce la intelectualización del trabajo
necesidades y estímulos y, consiguientemente, experimenta la in- humano, la unión en éste de la actividad mental y la actividad prác-
fluencia reguladora de las emociones. AJ igual que la actividad tica, aparecen dependiendo no de la automatización de la técnica
práctica se compone de acciones que están subordinadas a fines por sí misma, si no del sistema social en el cual esa técnica funciona.
concientes. Por último, al igual que la actividad práctica el pensa- Bajo el capitalismo, con la enajenación de los med·ios de producción,
miento. se realiza por unos u otros medios, o sea, con ayuda de esa técnica no hace más que desplazar la línea de la ruptura a la
determmadas operaciones, en este caso, lógicas o matemáticas. Pero esfera de la actividad intelectual, separando a la elite -los creadores
cualquier operación -lo mismo si es motriz externa o interior inte- de máquinas automáticas- de aquellos que sirven a esas máquinas;
lectual- por su origen no es más que un producto del des~rrollo por el contrario, en la sociedad socialista, comunista, esa técnica
de las acciones correspondientes, en el cual se fijan las relaciones pertrecha al pensamiento humano, asegura el desarrollo del carácter
objetivas abstraídas y generalizadas, que caracterizan las condicio- creador e intelectual del trabajo en todos sus eslabones y formas.
nes matetriales de la acción. Por ello adquieren una existencia re-
lativament independiente y pueden concretarse en una u otra forma 10 Véase A. N. Leóntiev, "La automatización y el hombre". En Investiga-
material: instrumentos, máquinas, tablas de multiplicar, la calcu- ciones psicológicas, Moscú, 1970, fase. 2, págs. 3-12.

~
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.1
J

Es _c~erto qu~ éste es u~ prob~em~ muy específico que requiere


un análiSIS especml. Me refiero a el solo para destacar una vez más
que el pensamiento es inseparable de las condiciones reales de su
funcionamiento en la vida de los hombres. La investigación de los
procesos del pensa_r,. no de un modo aislado de los múltiples tipos
y formas de la act1v1dad humana que ellos realizan sino como me- ,. L
dios de esta actividad, es precisamente una de las t~reas más impor- 1
tantes que se les plantean a los psicólogos soviéticos a todos los
psicólogos marxis.tas. . '
l!
En este _cap~tulo hemos esbozado apenas algunos problemas
cuya profundizaCIÓn es el objetivo de la exposición post rior. Asi CAPÍTULO
.II
lo. de~anda peren~oriamente el proble11U.l de la concepción de la
psu¡uss ccmw refle¡o de la realidad. EL REFLEJO PSIQUICO

l. Niveles de la investigación del reflejo

El concepto de reflejo es un concepto filosófico fundamental.


También tiene un sentido fundamental para la psicología. La in-
troducción del concepto de reflejo en la psicología como noción
básica, permitió el desarrollo de ésta sobre una nueva base teórica,
marxista leninista. Desde entonces la psicología ha recorrido un
camino de casi medio siglo durante el cual sus ideas científicas con-
cretas se desarrollaron y modificaron; pero lo fundamental -el enfo-
que de la psiquis como imagen subjetiva de la realidad objetiva-
permaneció y sigue permaneciendo inmutable en ella.
Al hablar del reflejo, corresponde comenzar por subrayar el
sentido histórico de este concepto. Consiste, en primer lugar, en
que su con tenido no es algo petrificado. Por el contrario, se va
desarrollanc.lo y enriqueciendo en el curso del progreso de la ciencia
de la naturaleza del hombre y de la sociedad.
En segundo lugar, una tesis especialmente importante consiste
en que en el concepto de reflejo está contenida la idea de desarrollo,
la idea ele que existen diferentes niveles y formas del mismo. Nos
referimos a los diversos niveles de las modificaciones de Jos cuerpos
reflectores que surgen como resultado de las influencias que expe-
rimentan y que son adecuadas a ellos. Estos niveles son muy diver-
sos. Pero, I!O obstante, se trata de niveles de una misma relación,
que en formas cualitativamente diferentes se manifiestan tanto en
la naturaleza inanimada como en el mundo animal y, finalmente,
en el hombre.
l.
Un gran aporte al problema del reflejo lo cons:it~1yó la tc?ría
~n relac~ón con lo dicho surge una tarea que tiene para la psi- reflexol6gica, la doctrina de l. P. Pávlov sobre .la ~ct1v'dad nervios~
cologJa. ~na unporta_ncia primor.dial: investigar las peculiaridades y superior. El centro de atención en las Íl,we~trgac ·oncs .se desplazo .
l~ funcwn de lo_s d1eferentes mveles de reflejo, estudiar las transi-
sustancialmente: la función reflectora , p tqu1ca, del cerebro apare-
ciones de ~us niveles y formas más simples a los más complejos. ció como producto y condición de los vin~u~?s reales. del o:ganisrno
. Es sab1_do que ~nin consideraba el reflejo como .una propiedad con el medio actuante sobre él. Esto sugmo una ortentactón esen-
ya mtroducu.la ~n el funda:nento del propio edificio de la materia"', cialmente nueva de las investigaciones, la que se puso de manifiesto
q~e en determma?o l?eldano del desarrollo, y precisamente en el en el enfoque de los fenómenos cerebrales desde el ángulo de la
ntvel de ~~ matena VIva. altamente organizada, adquiere la forma interacción que los engendra y que se realiza en la conducta de
de sensac10n, de percepc1611, y, en el hombre también la forma de los organismos, en su prrpararión, formación y refuerzo. Ha~ta pa-
pen~amiento .teórico, de concepto. Tal concepción hist6rica -en el
sent1do amp~10 ,de la pala,br~- del reflejo excluye la posibilidad de
recía que el estudio del fm;cionam~ento del cerebro en e: .mve~ ~~
ésta -según expresión de Pavlov- segunda parte de la hs1o~og1~
enc~rar los - ~enomenos ps1qmcos como sustraídos al sistema general
llegaría a confluir plenamente con la ps~c~logia cie~t~fica, explicativa.
d_e ~~~era?? ~on de un m~ndo único en su materialidad. La enorme Quedaba en pie, no obstante, la d1~1culta~ teonca fu,n?~me~tal,
s¡g~Ílcac10n de ,Jo exp~~saao .pa-ra la ciencia radica en. que lo psí- expresada en la imposibilidad de reducu el mvel del ana11SlS pslCO-
lógico al del análisis fisio1óp;ico , las leyes psicol6~icas ~ las leye~
qUico, cuyo caracter pnmord1al era postulado por el idealismo, se
trasform,a ~hora e.n un problema de investigación científica; en tanto de la actividad cerebral. Entonces, cuando la psJColog1a alcanzo
que el umco postulado que se mantiene es el reconocimiento de la
gran difusión como ámbito p::trticular del saber y adquirió impor-
existencia de la re_alidad obj~tiva, independiente del sujeto cognos-
tancia práctica para resolver muchos. probl_erna_s plante.ado; por la
cen~;· En. el~o res1de el sentido de la exigencia que Lenin enuncia
vida, en la experiencia misma de las 1nvestigac1o.nes psiCO~O~lc,as. se
en Matenahsmo y empiriocriticismo" de ir no de la sensación al volvió a demostrax que lo psicológico no s reduc1ble a lo fis.lOlogiCo.
mundo exterior, sino del mundo exterior a la sensación del mundo Se estableció en los hechos una diferenciación ba t::1.nte pre_cJ.sa, e~tre
exterior ~omo primario _a los fenómenos psíquicos subjetivos como los procesos psíquicos, por una parte, y lo~ meca_ms.~os ~lsiolog1cos
secun.~anos. Se s.obr~ntl~n_de que esta exigencia abarca plenamente
ejecutores de estos procesos, por otra, d1ferencmc10n sm la cual
tamb1en el .estudio ClentifJco concreto de la psiquis, la psicología.
también es imposible, por cierto, resolver el probl~~ma de. la corre-
. El :anuno de la i~vest:ig~ción de los fenómenos sensoriales que lación y el nexo entre ello~; a, 1~ vez, ~e _estableciÓ u? sistema d,e
P~}tc u~l ~nundo extenor, de _las cosas, es .el camino de la investiga- métodos intrínsecamente psJcologiCos objetivos, en particular d~ me-
Cl~n ob¡?twa. Como lo atest1gua la expenencia del desarrollo de la
todos de investigaciones psico-fisiológicas colindantes.. Gracias a
ps1cologm, surgen en este camino muchas dificultades teóricas. Es- esto el estudio concreto de la naturaleza y los meca~1smos de los
tas Y~ apan~ciewn en relación con los primeros logros concretos pro~esos psíquicos fue mucho más allá de los ~í~ites hja~os por las
obten1dos J?Or el estudio científico natural del cerebro y los órganos nociones de las ciencias naturales sobre la activ~da? . del organo del
d_e los .senttdos. ~os tra?ajo.s d~ !isiólogos y psicofísicos, aunque en- psiquismo: el cerebro. Por supuesto, esto no, ~1gmh~a en absol~to
n.quecleron la pslColog~a cwnbhca con_ el conocimiento de impOI- que se hubieran re~uclto todos_ l_os ,aspectos, teor!cos atment~s al pro-
tan~es hechos/ r_egulandades_ que condrcionan el surgimiento de Jos
blema de lo psicologico y lo hsJOlogiCo. Solo podemos .dec1r ~ue se
fenomenos psrqUicos, no pud:eron descubrir directamente la esencia produjo un importante avance en esa direc~i?n. Al mismo tiempo,
surgieron nuevos y complejos problemas te~ncos; _Dno de ellos f~e
de estos mismos fenómenos; la psiquis continuó siendo examinada 1
planteado por el desarrollo del en~oqu~ c1berne~ICO ~11; el estudio
como algo aJslado, mientras que el problema de ]a reladón de lo 1
~síquk.o_ c~n _el mundo ~xterior era ,resuelto en el espíritu del idea- de los procesos del reflejo. Bajo el mflUJO de la cibernet1ca, la aten-
lismo f1s1ologico de J. Muller, la teona de los jeroglíficos de H. Helm-
h?ltz, ~1 idealismo dualista de W. Wundt, etc. Las que más se
)
d1fun?1eron fueron la posiciones _del paralelismo que aún en la psi- 1 Véase l. P. Pávlov, Obras completas. Moscú-Leningrado, 1951, t. Ill,
cologJa r.1odcrna aparecen camu.fladas con una nueva_ terminología. libro 1, pág. 28.

4:l
1
1

1
1
\f
de la cibernética tienen una fundamental significación para las in- •.
ción se concentró en el análisis de la regulación de los estados de vestigaciones psicológicas 8 •
los sistemas vivos mediante la información que los dirige. Con esto Encarada desde este ángulo, resulta indiscutible la importancia
se dio un nuevo paso por el camino ya esbozado de estudiar la in- de la cibernética para estudiar los mecanismos del reflejo sensorial.
teracción de Jos organismos vivos con el medio, el cual apaxecía ahora Pero no hay que olvidar que la cibernética general, al dar la des-
bajo un nuevo ángulo:, el de la trasmisión pl:oc.esamlento y ~onser­ cripción de los procesos de regulación, se aparta de su naturaleza
vación de la informacion. A la par con es.to últ1mo, se produ¡o una concreta. Por eso, con respecto a cada esfera especial, surge el pro-
aproximación teórica en los modos de. encara.r objet~s d i rigi~os y. blema de su aplicación adecuada. Se sabe, por ejemplo, basta qué
autodirigidos cualitativamente diversos, es dec1r, los SIStemas ma.m- punto es compleja esta cuestión cuando se tr~ta de los procesos
mados los animales y el hombre. El propio concepto de inforrrH\clón sociales. También es compleja para la psicología. Pues el enfoque 1
(uno de los fundamental es para la cibernética) aunque provino de cibernético en psicología no consiste, por supuesto, en sustituir sen-
]a técnica de comunicación, es por su origen -digamos así- huma- cillamente los términos psicológicos por otros tomados de la ciber- ¡.
no fisiológico e incluso psicológico, ya que todo comenzó por el
est'udio de la trasmisión a través de canales técnicos de la informa-
ción semántica de un hombre a otro.
nética; esa sustitución resulta tan estéril como el intento hecho en
otra época de remplazar los términos psicológicos por otros fisioló-
gicos. Menos admisible aun es incluir mecánicamente en la psico-
r¡l
.1
Como se sabe, el enfoque cibernético se extendió también im- logía algunas tesis y teoremas de la cibernética.
plícitamente, desde el co_mienzo,. a la activid~d p~íqu ic~ 2 • Muy
pronto su necesidad se h1zo sentlr e~ 1~ pro~ta, ps1colo.gJa ~ e un
Entre los problemas que surgen en la psicología a causa del
desarrollo del enfoque cibernético tiene especial importancia cien-
!'
modo especialmente palpable en la ps1comgemena, que. mvesttga el tífica y metodológica el problema de la imagen sensorial y los mo-
sistema "hombre-máquina", considerado como ca~,o part1~ular d~ , 1~~ delos. A pesar de que filósofos, fisiólogos, psicólogos y cibernetistas
sistemas de dirección. Entonces los conceptos retroalnne1üaciOn han dedicado a este tema numerosos trabajos, merece un posterior
"regulación", "información", "mode~?" y otros por el est~o cor:lenza- análisis téórico, o sea analizarlo a la luz de la doctrina sobre la ima-
ron a utilizarse ampliamente tamb1en en Iamas de la ps1cologm que gen sensorial como reflejo subjetivo del mundo en la conciencia
no tienen necesidad de aplicar los lenguajes formales aptos para del hombre.
describir los procesos de dirección que se operan en cualquier sis- Es sabido que el concepto de modelo se ha difundido mucho
tema incluso en los técnicos. y se emplea cou muy diversos significados. Pero para nuestro examen
En tanto que la introducción de conceptos neurofü;iológicos en del problema podemos aceptar su definición más sencilla y -valga
psicología se basó en la tesis sobre la psiquis como. función ~lel ?~re­ la expresión- burda. Vamos a denominar modelo a un sistema
bro, la difusión del enfoque cibernético en ella ttene una Justthca- (pluralidad) cuyos elementos se hallan en relación de semejanza
ción científica distinta. La psicología es una ciencia concreta sobre (homomorfismo, isomorfismo) con los elementos de algún otro sis-
el surgimiento y desarrollo del reflejo de la realidad por el hom?r~, tema (el modelado). Es totalmente evidente que una definición tan
reflejo que se produce en }a actividad del hombre y qu~, me?I~tl­ amplia de modelo abarca, en particular, también la imagen senso-
zándola, cumple en ella un papel real. Por su parte, la ctbe~·netJca, rial. El problP.ma, empero, no consiste en si es posible o no enfocar
al estudiar los procesos de las int~raccione~, dentro d~ los sJs,t~m.as la imagen psíquica como un modelo, sino en si este enfoque abarca
e intersistemas en los conceptos de mfonnac10n y semeJanza, pe1mlte sus particularidades específicas, esenciales, su naturaleza.
introducir métodos cuantitativos en el estudio de los proces~s de
reflejo, y con ello enriquece la ~eoría _del reflejo como prop 1cda_d
¡ La. teoría leninista · del reflejo ex~mina las imágenes sensoriales
1 enla conciencia del hombre como huellas, como copias de una reali-
general de la materia. Esto ~,a stdo s~na!a~o a menudo en nuestla 1

bibliografía Jilosófica, y tambten se ha ms1st1do en que los resultados


3 Véase el artículo "Cibernética" en la Enciclopedia filosófica. Moscú,
1962, t. 2.
2 Véase N. Wiener, Cibernética. Moscú, 1968.

44
dad que existe en forma independie~t~; Eso es lo ~ue ac~rca el cepción, la representación, el pensamiento respecto de aquello "que
reflejo psíquico a las formas de refleJO ~mpar~~1tadas. ~on el, pro- el hombre necesita", o sea, de sus necesidades, motivos, tendencias,
pias de la materia que -como dice Lenm en Matenahsm~ Y em- emociones. Además, es muy importante destacar que esa parcialidad
piriocriticismo"- no posee una "capacidad netamente mam~cst<~(;a está objetivamente determinada y que se expresa no en la inadecua-
de sentir". Pero esto conforma sólo un aspecto de la caractenzac10n ción de la imagen (aunque también puede expresarse en ella), sino
del reflejo psíquico; el otro reside en que éste, .a diferenci.a .del en que ésta permite penetrar activamente en la realidad. Dicho de
reflejo especular y de otras ~orm~s de reflei? past':'o, es subJcttvo, otro modo, la subjetividad a nivel del reflejo sensorial no debe ser
y eso significa que no es pastvo m muert~, ~mo achvo y que en_.su comprendida como su subjetivismo, sino más bien como su "suje-
determinación entra la vida humana, la prachca y que se ~ar~ctenza tualidad", es decir, su pertenencia al sujeto activo.
por el movimiento de trasvasamiento permanente de lo obJetivo a lo La imagen psíquica es producto de vínculos y relaciones vita-
subjetivo. . les, prácticas, del sujeto con el mundo objetivo, las cuales son in-
Estas propostclones, que tienen sobre tod~ un ~cnt~~o gn.o se~­ comparablemente más amplias y ricas que cualquier relación de
lógico, son a la vez puntos de partida para la .mvesh~act,Ol~ pstcolo- modelo. Por eso su descripción como reproductora, en el lenguaje
gica científica concreta. Preci~amente en ~l. mvel ps1colo~tco surge de las modalidades sensoriales (en el "código" sensorial), de los
el problema de las particulandades espectflcas de aquellas f.or~s parámetros del objeto que actúan sobre los órganos de los sentidos
de reflejo que se expresan en la existencia de imágenes subJcttvas del sujeto constituye, en realidad, el resultado de un análisis en el
-sensoriales e intelectivas- de la realidad en el hombre. plano de la física. Pero es en ese plano donde la imagen sensorial
La tesis de que el reflejo psíquico de la re~lidad es su íma~en se muestra más pobre, comparada con un posible modelo mate-
subíetiva indica que la imagen pertenece al suJeto real d~ la vtda. mático o físico del objeto. La situación es distinta cuando exami-
Pero el concepto de subjetividad de ~a ima~cn. en .~1 scnttdo de. s? namos la imagen a nivel psicológico, o sea, como reflejo psíquico.
pertenencia al sujeto de la vida imphca 1~ md1cac10n de ~u actwt- En caJidad de tal aparece, por el contrario, en toda su riqueza,
dad. El vínculo de la imagen con lo refleJado no es un vmculo ?e como si hubiera absorbido el sistema de relaciones objetivas en el
dos objetos (sistemas, pluralidades) que se encuentran en una nu~­ cual existe realmente el contenido que es reflejado por la imagen.
ma relación uno con otro; la relación entre ellos reproduce !a J?olan- Lo dicho es aun más aplicable a la· imagen sensorial candente, 1
zación de todo proceso vital, en uno de cuyos polos esta .~~tu~do o sea, a la imagen a nivel del reflejo conciente del mundo.
el sujeto activo ("parcial") y en el otro,. e~ objeto que es . ,mchfe- 1
rente" al sujeto. Precisamente esta pe~uhandad .de la relac10n que ¡¡¡
tiene la imagen subjetiva con la ,_reahdad reflepd~, es .la q~e. no 2. El carácter activo del reflejo psíquico 1.
queda abarcada por la relación modelo-mo~el~do . Esta, ult!ma ,1

posee la propiedad de la simetría y, por cons1?mente, los termlllos


"modelo" y "modelado" tiene un sentido relativo que depende ~e
En psicología se han estructurado dos .enfoques, dos puntos de
vista sobre el proceso del surgimiento de la irna,gen sensorial. Uno ![
cuál de los dos objetos es concebido por el sujeto cognoscente (tea- de ellos reproduce la vieja concepción sensualista de la percepción, '1'
rica o prácticamente) como modelo y cuál como .modelado. E~ lo según la cual la imagen es un resultado directo de la influencia 1¡:1:
que concierne al proceso de modelización (es decn, a que el SUJeto unilateral del objeto sobre los órganos de los sentidos.
construya modelos de cualquier _tipo o inclu~o a que conozca ~os La otra concepción, básicamente distinta, del proceso de for- ¡1;
vínculos que determinan en el obJeto un cambiO tal que le comumca mación de la imagen se remonta a Descartes. Cuando compara en
los atributos de modelo de cierto objeto) es por completo otra su famosa obra Di6ptrica la vista con la percepción de los objetos
rl;
•1
cuestión. por los ciegos que "es como si vieran con las manos", Descartes :.

Por ende, el concepto de subjetividad de la i~agen incluye el escribe: " ... Si consideran que la diferencia que advierte un ciego i 1
•1
concepto de parcialidad del sujeto.. La psicolog1a ha descnto Y entre los árboles, las piedras, el agua y otros objetos semejantes por
estudiado hace tiempo la dependencia en que se encuentran la per- medio de su bastón no es menor para él que la existente entre el :!
;

46 41
color rojo, el amarillo, el verde y cualquier otro, de todas :narteras Ahora resulta casi trivi~l la tesis de que para que surja la ima-
la disimilitud entre los cuerpos no es otra cosa que .los d~ferentes gen no ba~ta la itúluencia unilateral del objeto sobre los órganos
modos de mover el bastón o de que se ofrezca reststcneta a sus de los sent1dos y que paru ello es necesario que exista asimismo un
movimientos" 4 • Posteriormente la idea sobre el principio común proceso "de recepción" activo por parte del sujeto. Por supuesto
en la gestación de las imágenes táctiles y :'isuales ft~e desarrollada que la investigación de la percepción estuvo orientada fundamen-
-como es sabido- por Diderot y, en cspectal, por Sechcno:. talmente al estudio de los procesos perceptivos activos, a su génesis
La tesis de que la percepción constituye un proceso actlvo, que y estructura. A pe ar de que las. hipótesis concretas con que los
necesariamente incluye en su composición un eslabón eferente, goza investigadores abordan el estudio de la actividad perceptiva son
de general aceptación en la psicología moderna. Aunque poner de distintas, las aúna el reconocimiento de su necesidad, la convicción
manifiesto y registrar los procesos eferentes presenta a ':'ec~s con- de que precisamente en esa actividad se efectúa el proceso de "tra-
1
siderables dificultades metodológicas, ya que algun~s fen?mc!?os
1
ducción" de los objetos exteriores, que actúan sobre los órganos de l
parecen testimoniar aparentemente en favor de .1~ te~1:1a ~astva, de los sentidos, a imagen psíquica. Y esto significa que no son los ;
.~
órganos de los sentidos los que perciben, sino el hombre por medio
~
pantalla", de la percepción, con todo, su partlc1pac10n meluctable
puede considerarse establecida. . . . de dichos órganos. Todos los psicólogos saben que la imagen reti- 1
Datos de especial importancia se obtuvieron en las mvestiga- niana ("modelo" retiniano) del objeto no es lo mismo que la imagen
ciones ontogenéticas de la percepción. Estas investigaciones tienen visible (psíquica), así como, por ejemplo, a las denominadas imá-
la ventaja de que permiten estudiar los procesos activos d.c la per- genes consecutivas sólo se las puede llamar imágenes en forma
cepción en sus formas -digámoslo así- desplegad.as, ab1ertas, es convencional porque carecen de constancia, siguen al movimiento
decir exteromotrices aún no interiorizadas ni reducidas. Los datos de la vista y están subordinadas a la ley de Emmert.
obte~idos se conoce~1 perfectamente y no voy a exponerlos; sólo Por supuesto que uo es preciso mencionar el hecho de que los
quiero acotar que precisamente en estas investigaciones se introdujo ~rocesos de percepción están incluidos en los vínculos vitales, prác-
la noción de acción perceptual 5 • ticos, del hombre con el mundo, con los objetos materiales y que por
El papel de los procesos eferentes también fue estudi~do al eso necesariamente están subordinados -en forma directa o indi-
investigar la percepción auditiva, cuyo órgano recepto~ -a dife~en­ recta- a las propiedades de los objetos .mismos. Es esto lo que
cia de la mano que palpa y del aparato visual- esta desprovisto determina la adecuación del producto subjetivo de la percepción:
por completo de actividad exter~a:, Se mostró en f?rma ex~,~ri~11e~t31l la imagen psíquica. Cualquiera que sea la forma que adopte la
la necesidad que para la aud1c10n del habla tiene la nmtacwn actividad perceptiva, cualquiera que sea el grado de reducción o
articulatoria" 6 y para la de sonidos altos, la actividad no visible del automatización a que esté sometida en el curso de su formación
y desarrollo, se estructura esencialmente igual que la actividad de
aparato fonador í,
la mano que palpa que ''copia'' el contorno del objeto. Lo mismo
que la mano que palpa, toda actividad perceptiva encuentra el ob-
i R. Descartes, Discurso del método. Con agregados: Dióptrica. Meteoros.
jeto allí donde éste realmente existe. o sea; ·en el mundo exterior,
Geometría. Moscú, 1953, pág. 71; véase también la pág. 72.
. ó Véase A. V. Zaporózhets, L. A. Vénguer, V. P. Zínchenko, A. G. Rúzkaia,
en el espacio y el tiempo obfetivos. Esto último constituye esa im-
Percepción y acción. l\'loscú, 1967. portantísima particularidad psicológica de la imagen subjetiva que
a Véase L. A. Chistóvich, V. V. Aliakrinski, V. A. Abulián, "Demoras se denomina su objetividad o, muy desafortunadamente, su obje-
temporales en la repetición de la palabra escuchada". Pr?ble!~s ~e. psicología, tivización. ·
1960, núm. 1; L. A. Chistóvic~, l. A. Klaas:, R. O. Alexm. S1g.mftca~lo de la
imitación para distinguir suceswnes sonoras . Problemas de ps1cologw, 196~, Esta peculiaridad de la imagen psíquica sensorial aparece en
núm. 5; véase también A. N. Sókolov. Lenguaje interior y pensamiento . Moscu, su forma más simple y exquisita con relación a la imagen objetiva
1968, págs. 150-157. . . 'k "A , cxtraccptiva. El hecho psicológico cardinal es que en la imagen no
1 Véase l. B. Guippenreuter, A. N. Le6nbev, O. V. Ovchmm ova, na- nos son dados nuestros estados subjetivos, sino los objetos mismos.
lisis de la estructura sistémica de la percepción". Informes de la ACP ele la
11SFSR, Moscú, 1957-1959. Comunicación 1-VII.
Por ejemplo, la influencia luminosa de un obj to sobre el ojo se

48
es decir, que sus sensaciones se encuentran paradójicamente despla-
percibe precisamente corno un objeto que se encuentra fuera del zadas al mundo de las cosas exteiiores y localizadas no en el limite
ojo. En el acto de la percepción, el sujeto no refiere su imagen de de la "sonda-mano", sino en el límite de la "sonda-objeto perceptible"
la cosa a la cosa misma. Para el sujeto, la imagen es como si estu- (bala). Lo mismo ocurre en cualquier otro caso análogo, por ejem-·
viera superpuesta sobre la cosa. En esto se expresa psicológicamente plo, cuando percibimos la aspereza del papel con el extremo de una
Jo que subrayara Lenin en su obra "Materialismo y empiriocriticis- pluma aguda, cuando tanteamos en la oscuridad el camino mediante
mo": el carácter directo del vínculo de las sensaciones, de la con- un bastón, etcétera.
ciencia sensorial con el mundo exterior. El interés fundamental que o(recen estos ·hechos es que en ellos
Al copiar en un dibujo el objeto, necesariamente referimos su están "separadas" y en ocasiones exteriorizadas relaciones que por
representación (modelo) al objeto representado (modelado), per- lo común se ha1lan ocultas para el investigador. Una de ellas es la
cibiéndolos corno dos cosas distintas; pero no establecemos esa co- relación "mano-sonda". La influencia que ejerce la sonda en los
rrelación entre nuestra imagen subjetiva del objeto y el objeto mis- aparatos receptores de la mano provoca sensaciones que se integran
mo, entre la percepción de nuestro dibujo y el dibujo en sL Y si en una imagen visual-táctil compleja y que en adelante cumplirán
es que surge el problema de tal correlación, es sólo secundariamente, un papel rector en la regulación del proceso de retención de la sonda
es decir, de la reflexión de la experiencia de la percepción. en la mano. Otra relación es la relación "sonda-objeto". Surge en
Por ello no es posible estar de acuerdo con la afirmación que cuanto la acción del cirujano pone la sonda en contacto con el ob-
a veces se hace de que la objetividad de la percepción es resultado jeto. Pero incluso en este primer instante, el objeto que aún aparece
de la "objetivación" de la imagen psíquica, o sea, de que la influen- como indeterminado -como ''algo", como primer punto de la Hnea
cia de la cosa engendra al principio su imagen sensorial y luego del futuro "dibujo-imagen"- es referido al inundo exterior, localiza-
esta imagen es referida por el sujeto al mundo, "es proyectada sobre do en el espacio objetivo. Dicho de otro modo, la imagen psíquica
el original" 8 . Ese acto peculiar de "proyección inversa" sencilla- sensorial pone de manifiesto la propiedad de referencia objetiva ya
mente no existe desde el punto de vista psicológico en condiciones en el momento de su proceso de fornwci6n. Pero sigamos ádelante
habituales. Bajo la influencia ejercida sobre la periferia de la retina con el análisis de la relación ..sonda-objeto". La localización del
por un punto luminoso que aparece inesperadamente sobre una pan- objeto en el espacio expresa su separación del sujeto; ese es el ..tra-
talla, el ojo de inmediato se desplaza hacia él y el investigado ve zado de los límites" de su existencia independiente con respecto al
inmediatamente este punto localizado en el espacio objetivo; lo que sujeto. Dichos límites se manifiestan en cuanto la actividad del
no percibe en absoluto en su desplazamiento en el momento en sujeto se ve compelida a subordinarse al objeto, y esto ocurre in-
que el ojo salta con relación a la retina y las modificaciones de los cluso en caso de que la actividad tenga como consecuencia la tras-
estados neurodinámicos de su sistema receptor. Dicho de otro modo, formación o eliminación de éste. La notable particularidad de la
para el su;eto no existe ninguna estructura que pueda ser correlacio- relac ión que estudiamos es que este límite pasa como límite eñtre
nada secundariamente por él con el objeto exterior, tal como pu de dos cuerpos físicos: uno de ellos -la extremidad de la sonda- reali-
correlacionar, por ejemplo, su dibujo con el original. za la actividad cognoscitiva, perceptiva, del sujeto; el otro es el
Muchos hechos notables, conocidos en psicología desde tiempo objeto de dicha actividad. En el límite de estos dos objetos mate-
atrás, testimonian que la objetividad ("objetivación") de las sensa- riales es donde se localizan las sensaciones que forman la "trama"
ciones y percepciones no es un fenómeno secundario. Uno de ellos de la imagen subjetiva del objeto: actúan corno si se hubiesen des-
está vinculado con el denominado "problema de la sonda". Este plazado al extremo táctil de la sonda, que es un receptor de distan-
hecho consiste en que para el cirujano que explora una herida lo cias artificial que representa la continuación de la mano del sujeto
"sensible" es la extremidad de la sonda con la cual tantea la bala, actuante.
Mientras que en las condiciones de percepción descritas el efec-
tor de la acción del sujeto es un objeto material que se pone en .,
8 Véase V. S. Tiujtin, "El reflejo y la información", Problema.r de filcsofía, movimiento, en la percepción de distancia propiamente dicha el !' 1
1967, núm. 3.
l. 50
51
11
proceso de localización espacial del objeto se reestructura y se hace
proveniente de la visión; por ello, en rigor, no existe en el caso dado
extremadamente complejo.' En el caso d e la percepción mediante
un~ referencia secundaria de la imagen al mundo exterior, sino una
una sonda, la mano no se desplaza sustancialmente con respc.: to a
i~clusión en la imagen del mundo exterior de elementos pertene-
la so~da; e~ ca~1bio, durante 1~ percepción visual lo móvil el ojo cientes a una nueva modalidad.
que selecciOna. los rayos lummosos lanzados por el objeto que He:.
~s cierto que la percepción de la distancia (visual, auditiva)
gan. a .s u retina. Pero_ también en este caso, para que surja la imagen
constituye un proceso de extraordinaria complejidad y que su .in-
s~b~et1~a .es ne~esa;,w observar las condiciones que desplazan el
vestigación tropieza con una multitud de hechos que parecen ser
lmnte SUJeto-ObJeto a la superficie d el objeto en sí. Son éstas las
contradictorios, -y en ocasiones inexplicables. Pero la psicología, como
mismas condiciones que crean la denominada invariabilidad del ob-
cualquier ciencia, no puede estructurarse solamente como suma de
jeto visual, y precisamente la presencia de tales d spbz.."lmicntos
hechos empíricos, no puede eludir la teoría, y el quid de la cuestión
de la retina con respecto al flujo luminoso refl ·jado ---{]_uc cn'an una
está en cuál es la teoría por la que se guía.
espec~e de constante ''cambio de lugar del tanteador" dirígic..lo por
el SUJe~o- es el equivalente de sus movimientos por la superfide A la luz de la teoría del reflejo¡ el "clásico" esquema escolar:
del obJeto. Ahora las sensaciones del sujeto también se trasladan bu¡ía ~su proyección en la retina ~ imagen de esta proyecci6n en
a los límites exteriores del objeto, pero no a través de una cosa (la el cerebro que emite cierta "luz metafísica' no es más que una re-
sonda), sino siguiendo los rayos luminosos; el sujeto no ve la retina presentación superHcial, burdamente unilateral (y por ende también
que cambia permanente y velozmente la proyección del objeto, sino falsa) del reflejo psíquico. Este esquema induce a admitir que nues-
el_,objeto exterior en su relativa invariabilidad y estabilidad.
. Es precis~mente el hecho de ignorar el rasgo principal de la
1magen sensonal -la referencia d e nuestras sen aciones al mundo
exterior- 1~ que .creó. el erro_r ~nonne 9-ue preparó el terreno para
tros órganos de lqs sentidos, que poseen "energías específicas" (lo
cual es un hecho}, níslan la imagen subjetiva de la realidad objetiva
exl rior. Se en tiende que ningún tipo de descripción de este esque-
ma del proceso de percepción en términos de difusión ae la excita-
!
¡,
ción nerviosa, de la información, de la construcción de modelos, etc.,
las conclusiOnes Jdeahsta-subJE'tJvas denvadas del principio de que 1·
está realmente en condiciones de modificarlo.
~
los. órganos de los sentidos poseen una energía específica. Este error
res1de en que las reacciones, subjetivamente experimentadas de los Otro aspecto del problema de la imagen sensorial subjetiva es
órganos d~.los sentidos, provocadas por las acciones de los e~tímulos lo relativo al papel de la práctica en su · formación. Todos saben
fue~on identificadas por J. Müller con las sensaciont's que integran
que In introducción de la categoría de la praxis en la teoría del co-
1
nocimiento constituye el punto fundamental de la línea divisoria
la Imagen d.el. mun~1o exterior. En realidad na.d ie por supuesto, 1

toma la lummiscenCia que surge como resultatlo del estímulo eléc- entre la concepción marxista del conocimiento y la existente en el
trico .del o_io por una luz real, y sólo a Münchhausen se le podía
ocumr la Jdca de encender en su división la pólvora del fusil con
materialismo premarxista, por una parte, y en la filosofía idealista,
por otra. "El punto de vista de la vida, de la práctica, debe ser el !'1,
punto de vista primero y fundamental de la teoría del conocimiento",
las chispas que brotan de los ojos. ·A menudo decimos con toda
corrección: "se le oscureció la vista", "resuena en los oídos" o sea
en la. vista, en los oídos, y no en la habitación o en la cal! , ~te. E~
dice Lenin en su obra ya citada. Este punto de vista se mantiene
como el primero y fundamental también en la psicología de los
procesos cognoscitivos sensoriales.
¡'
?e~ensa de} carácter secundario de la referencia de Ja imag n sub-
Jet.IVa habna que rcmitirs~ a ZJenden., Hebb y otros autores que dcs- Ya nos hemos referido al hecho de que la percepción es activa
cn~en casos de restablecimiento de ]a visión en adultos después d e a que la imagen subjetiva del mundo exterior es producto de 1~
extrrparles cataratas congénitas: al principio surge en ]Jos sólo un actividad ?el sujeto en ese mundo. Pero esa actividad no puede ser
caos de fenómenos visuales subjetivos que luego son correlacionados comprend1da de otro modo que como la vida realizadora del sujeto
con objetos del ~1Undo exte~i9r y se convierten .en sus . imágenes. corporal, la cual es sobre todo un p¡;oceso práctico. Es claro que
Pero se trata aqut d ~ personas con una percepción objetiva ya con- s~ría un ~ra ~e. error considerar en. psicología toda actividad percep-
formada en otra modalidad, 1ue ahora sólo reciben un nuevo aporte tiva del md1v1duo como trascurnendo directamente en forma de
actividad práctica o procediendo de ella de modo inmediato. Los
52
procesos de percepción visual o auditiva activa se apartan de la subordinación del proceso de surgimiento de la imagen al príncíp1o
práctica directa debido a que el ojo hwnano y el oído humano se de verosimilitud.
convierten -según expresión de Marx- en órganos teorizantes ( véa- Para ilustrar este principio vamos a recurrir otra vez a hechos
se los ..Manuscritos económicos y filosóficos de 1844"). Unicamente psicológicos bien conocidos desde hace tiempo: a los efectos de la
el tacto mantiene los contactos prácticos directos del individuo con percepción visual "seudoscópica" cuyo estudio volvemos a abordar.
el mundo exterior objetivo~material. Esta circunstancia es · de una Como se sabe, el efecto seudoscópico consiste en que al observar
.,
importancia excepcional desde el ángulo del problema que estudia~ los objetos a través de un binóculo, formado por dos prismas Dove,
i 1
mos, pero tampoco ella lo explica por completo. Se trata de que se produce una deformación de la percepción que constituye una ;.
la base de los procesos cognoscitivos no está constituida por la regularidad: los puntos más cercanos de los objetos parecen más ·'
práctica individual del sujeto, sino por "el conjunto de la práctica distantes y viceversa. Como resultado, por ejemplo, la máscara cón- :¡
humana". Por eso no sólo el pensamiento, sino también la percep~ cava de un rostro hecha en yeso se ve, con determinada iluminación, ,,
ción del hombre superan en gran medida por su riqueza a la relativa como su representación abombada, en relieve, en tanto que la re-
pobreza de la experiencia personal. presentación en relieve de la cara se ve, por el contrario, como si
fuese una máscara. Pero el interés fundamental de los experimentos
El planteo correcto en psicología del papel de la práctica como con seudoscopia consiste en que la imagen seudoscópica visible sur-
base y criterio de la verdad exige investigar precisamente cómo
ge sólo en caso de que sea verosímil (la máscara cóncava del rostro
entra la práctica en la actividad perceptiva del hombre. Es preciso es tan "verosímil" desde el punto de vista de la realidad como su 1!
decir que la psicología ya ha acumulado una multitud de datos
científicos concretos que llevan de lleno a la solución de esta cuestión.
representación escultórica convexa en yeso), o en el caso de que ·¡¡
se logre de algún modo bloquear la inclusión de la imagen seudoscó- '
!o
Como ya dijimos, las investigaciones psicológicas nos muestran pica visible en el cuadro del mundo real ya conformado en el hombre. r
cada vez con mayor evidencia que el papel decisivo en los procesos Es sabido que si se remplaza una cabeza de hombre hecha en J.

de la percepción les cabe a sus eslabones eferentes. En algunos yeso por la cabeza de un hombre real, el efecto seudoscópico no

¡·
casos, y en particular cuando estos eslabones se manifi estan en la surge en absoluto. Son particularmente demostrativas las experien-
dinámica o en la microdinámica, aparecen con bastante claridad; cias en las que se muestra al investigado -provisto de un seudosco-
en otros casos son eslabones "ocu!ltos", que se expresan en la diná~ pio- al mismo tiempo y en el mismo campo visual dos objetos: una
mica de los estados internos comunes del sistema receptor. Pero cabeza real y su representación en relieve hecha de yeso; entonces
siempre existen. Su función es "comparadora" no sólo en el sentido la cabeza humana se ve como de costumbre, en tanto que el yeso
más estricto 9 , sino también en el más amplio. Este último ab:uca se percibe en forma seudoscópica, es decir, como una máscara eón~
asimismo la función de incluir en el proceso que engendra la ima- cava. Tales fenómenos se observan, no obstante, sólo cuando existe
gen la experiencia total de la actividad onjetivada del hombre. Lo verosimilitud en la imagen seudoscópica. Otra peculiaridad del
que ocurre es que esa inclusión no puede realizarse como resultado efecto seudoscópico consiste en que para que éste surja es mejor
de una simple repetición de las combinaciones de elementos senso- mostrar el objeto sobre un fondo abstracto, no objetivo, o sea, exter-
riales y de la actualización de los nexos temporales existentes entre no al sistema de nexos objetivos concretos. Por último, el mismo
ellos. Pues no se trata de la reproducción asociativa de los elementos principio de verosimilitud se expresa en el efecto por completo
faltantes en los complejos sensoriales, sino de la adecuación de las asombroso de la aparición de "agregados" tales a la imagen seu-
imágenes subjetivas a las propiedades generales del mundo real doscópica visible que hacen objetivamente posible su existencia. Así,
en el cual vive y actúa el hombre. En otras palabras, se trata de la ubicando a nte cierta superficie una pantalla con ranuras, a través
de las cuales se pueden ver partes de esa superficie, debemos ob-
tener, con la percepción seudoscópica, el siguiente cuadro: las partes
9 Véase A. N. Le6ntiev, "Sobre el mecanismo del reflejo sensorial". Pro-
de la superficie que está situada detrás de la pantalla, visibles a
blemas de psicología, 1959, núm. Z. través de sus ranu;:as, deben ser p~rclbid::.s p~r el investigado como
ubicados m~s cerca de él que la pantalla, es decir, como colgadas percepcwn, se movía invariablemente en el plano de una doble
libremente ante la pantalla. En la realidad las cosas son diferentes. abstracción: la abstracción del hombre respecto de la sociedad y la
En condiciones favorables, el sujeto de investigación ve -y así debe abstracción del objeto perceptible respecto de sus vínculos con
ser en la percepción seudoscópica- las partes de la superficie situa- la realidad objetiva. La imagen sensorial subjetiva y su objeto eran
das tras la pantalla, delante de ésta; pero no "penden" en el aire tratados como dos cosas opuestas entre sí. Pero la imagen psíquica
(lo cual es inverosímil), sino que son percibidas como uua suerte no es una cosa. En contra de las ideas fisicalistas, la imagen no
de cuerpos físicos tridimensionales que aparecen a través de las ra- existe en la sustancia cerebral en forma de cosa, como no existe
nuras de la pantalla. En la imagen visible surge un agregado en ningún "observador" de esa cosa que pueda ser sólo alma, sólo un
forma de superficies laterales que crean los límites de estos cuerpos "yo" espiritual. La verdad está en que el hombre real y actuante,
físicos. Y, por fin, lo último: como han mostrado las e ·periencias con ayuda de su cerebro y de sus órganos, percibe los objetos exte-
sistematizadas, los procesos de surgimiento de la imagen seudoscó- riores; la manifestación de éstos es para él precisamente su imagen
pica, e igualmente la desaparición de su carácter seudoscópico, aun- sensorial. Lo subrayarnos una vez más: la manifestación de los ob-
que se producen en forma instantánea no son en absoluto auto- jetos y no los estados fisiológicos provocados por ellos.
máticos, no se dan por sí mismos. Son resultado de operaciones En la percepción se opera en forma constante un proceso de
perceptivas realizadas por el sujeto. Esto último queda demostrado "extraer" de la realidad existente las propiedades, las relaciones, etc.,
por el hecho de que los investigados pueden aprender a dirigir de ésta, su fijación en estados transitorios o prolongados de los sis- 1
1
ambos procesos. temas receptores y la reproducción de estas propiedades en actos '1
El sentido de las experiencias con el seudoscopio no reside, por de formación de nuevas imágenes, en actos de reconocimiento y
supuesto, de ningún modo en que creando con ayuda de una óptica memorización de los objetos.
especial la deformación de la proyección de los objetos que se pre- Aquí debemos interrumpir de nuevo la exposición para descri-
sentan en las retinas, es posible, en determinadas condiciones ob- bir un hecho psicológico que ilustra lo que acabamos de decir. Todos
tener una imagen visual subjetiva falsa . Su verdadero sentido (como conocen qué es la solución de un acertijo. Hay que encontrar en el
en las experiencias clásicas "crónicas" -similares a aquéllas- de acertijo un objeto representado en él de un modo oculto y que
Stratton, J. Koller y otros) está en las posibilidades que abren para está indicado en la adivinanza (por ejemplo, .. ¿dónde está el caza-
investigar el proceso de trasformación de la información que llega dor?", etc.). U na explicación tri vial del proceso de percibir (re-
a la "entrada" semorial, trasformación que está subordinada a las conocer) en la ilustración el objeto buscado es decir que éste se
propiedades generales, nexos y regularidades de la realidad exis- opera como resultado de sucesivas confrontaciones de la imagen
tente. Esta es otra expresión más plena de la objetividad de la visual del objeto dado -existente en el sujeto- con algunos con-
imagen subjetiva, que aparece ahora no sólo en su referencia inicial juntos de elementos ·de la ilustración; la coincidencia de esta ima-
al objeto reflejado, sino también en su referencia al mundo objetivo. gen con uno de los conjuntos de la estampa es lo que lleva a su
en su conjunto. "adivinación". Dicho de otro modo, esta explicación parte de la
Se sobrentiende que en el hombre ya debe estar formado el idea de que se dan dos cosas comparables entre sí: la imagen en
cuadro de ese mundo. Pero se va conformando no sólo en un nivel la mente del sujeto y su representación en . la ilustración. En lo
directamente sensorial, sino también en los niveles cognoscitivos su- que atañe a las dificultades que surgen en este caso, se las rela-
periores, o sea, como Iesultado de que el individuo asimila la expe- ciona con la insuficiente diferenciación y plenitud con que el objeto
riencia de la práctica social reflejada en la forma verbal, en el buscado está representado en la ilustración, lo cual demanda reite-
sistema de significados. En otras palabras, el "operador" de la per- radas "pruebas" de la imagen en ella. La falta de verosimilitud
cepción ·no son sencillamente las asociaciones de sensaciones acwnu- psicológica de tal explicación sugirió al autor la idea de realizar
Iadas con anterioridad ni tampoco la apercepción en el sentido un sencillísimo experimento, consistente en no dar al sujeto indi-
kantiano, sino la práctica social. cación alguna sobre el objeto oculto en la figura. Se dijo al inves~
La psicología anterior, de pensamiento metafísico, al analizar la Ugado: "Tiene ante usted unas ilustraciones con acertijos de las que
56
se dan comúnmente a los ruños; intente encontrar el objeto que está tares desde objetos únicos. Igual que la ímagen -pSíquica, fas repn.:·
representado en forma oculta en cada una de ellas". En estas con· sentacioncs sensoriales existen de un modo inseparable de la actividad
diciones, el proceso no podía trascurrir en modo alguno según el del sujeto a la que colman de la riqueza acumulada en ellas, bacién·
esquema de confrontar la imagen del objeto surgida en el investi- dala viva y crealiva.
gado con su representación, contenida en los elementos de la estam. o o o
pa. Sin embargo, los investigados resolvieron los acertijos. "Extra.
jeron" de la ilustración el dibujo del objeto y se actualizó en ellos El problema de las imágenes y rej}[esentaciones sensoriales se
la imagen de ese objeto que les era conocido. planteó a la psicología a partir de los primeros pasos de su desárro-
Llegamos ahora a un nuevo aspecto del problema de la imagen llo. La cuestión de cuál es la naturaleza de nuestras sensaciones y
sensorial: el problema de la represe11taci6n. En psicología por lo percepciones no pudo ser eludida por ninguna corriente psicológica,
común se denomina a la representación imagen generalizada, que cualquiera que haya sido la base filosófica de la que partiera. Por
está "inscrita" en la memoria. La vieja concepción sustancialista de ello no causa asombro que se hayan dedicado a este problema una
la imagen como una especie de cosa condujo también a la concep- enorme cantidad de trabajos, tanto teóricos como experimentales.
ción sustancialista de la representación. Esto es una generalización También en nuestros días su número sigue aumentando rápidamen-
que surge como resultado de aplicar una sobre otra -a la manera te. En . consecuencia, una serie de problemas fueron elaborados de
de la fotografía de Galton- las huellas sensoriales a las cuales se manera extraordinariamente detallada y se ha reunido un material
une en forma asociativa la denominación verbal. Aunque dentro fáctico casi inabarcable. A pesar de esto, la psicología moderna está
de los marcos de tal concepción se admitía la posibilidad de que aún lejos de poder crear una concepción integral, ho ecléctica, de la
las representaciones se trasformaran, éstas eran concebidas de to- percepción, que abarque sus diferentes niveles y mecanismos. Esto
dos modos corno ciertas formaciones "acabadas" que se conservan atañe en particular al nivel de la percepción conciente.
en los archivos de nuestra memoria. Es fácil advertir que esa con· Abre nuevas perspectivas a este respecto la introducCión en la
cepción de las representaciones concuerda bien con la doctrina lógico- psicología de la categoría de reflejo psíquico, cuya productividad
formal sobre los conceptos concretos, pero está en flagrante contradic· científica ya no es preciso demostrar. Esta categoría: sin embargo,
ción con la concepción materialista dialéctica de las generalizaciones. no puede ser tomada al margen de su nexo interno con otras éate·
Nuestras imágenes sensoriales generalizadas, as.í como los con· gorias básicas del marxismo. Por eso la introducción de la categoría
ceptos, contienen rnovjmiento y, por consiguiente, contradicciones; de reflejo en la psicología científica exige necesariamente reconstruir
elJas reOejan el objeto en sus vínculos y mediatizaciones diversos. toda su estructura categorial. Los problemas más inmediatos que
Esto significa que ningún conocimiento sensorial es una huella surgen en este camino son los referentes a la actividad, los que ata-
petrificada. Aunque ese conocimiento se conserva en la mente del ñen a la psicología de la conciencia, a la psicología de la personali-
hombre, no es como una cosa "acabada", sino sólo virtualmente o dad. A su análisis teórico hemos dedicado la exposición ulterior.
sea como constelaciones cerebrales que se han conformado fisioló-
gicamente y son capaces de realizar la imagen subjetiva de un objeto
que descubre al hombre ya uno, ya otro sistema de vínculos obje-
tivos. La representación del objeto incluye no sólo lo semeja11te en
los objetos, sino también algo asi corno sus diversas facetas , incluso
las no "superponibles" una sobre otra, las que no se encuentran en
relaciones de semejanza estructural o funcimml.
l No s6lo los conceptos son dialécticos, sino también nuestras re-
presentaciones sensoriales; por eso ellas también son capaces de cum·
¡l plir una función que no se reduce al papel de patrones-modelos
fijados, correlacionados con las influencias recibidas por los recep-

5S
--·~ ~

~u aprencbz.ajc. Pero es esto lo que diviUe a la psicología en cientí-


fico-natural y psic:ología como ciencia del espíritu, en p ·icología
hchaviorista y en "mcntalista". Los fcnówcuos cr.ílicos que a raíz
de clJo .sUJ:?icron en la psicología siguen existiendo, sólo que "se han
sumergido , han comenzado a manifestarse en formas menos
evidentes.
' El intensivo desarrollo de las investigaciones interdisciplinarias
-característico de nuestros día - que vinculan la psicología <' n la
neurofisiología, con la cibernética y Jas disciplinas lógi c:o-malemá-
CAPÍTULO III ticas, con la sodología y la historia de la cultura, no puede por sí
solo llevar a la s.olución de los problemas metodológicos fundamen- ¡:
taes de la ciencia psi cológ ica. Al dejarlos sin resolver no hace más !·
EL PROBLEMA DE LA ACTIVIDAD EN PSICOLOGIA que reforzar 1a tendencia que conduce hacia un peligroso red.;,...do-
nismo fisiológico cibernético, lógico o sociológico, que amenaza
hace1· perder a la psicología su obj to su especificidad. Tampoco 1'
l. Dos enfoques en psicolog~a: dos esquemas de análisis t'
es Uila prueba de progreso tcórk:o el hecho d • CJUC s' haya atenuado 1•
1
la anterior virulencia del enfrentamiento eot las distintas curri n-
Durante los últimos años se ha venido produciendo en la psi- tes psicológicas: el behaviorismo militante fue sustituido por un
cología soviética un acelerado desarrollo de algunas de sus ramas neobehaviori mo conC'i!iador (o, como dicen algunos autores, por
y de las investigadones aplicadas; simultáneamente se dedicó bas- un "b"·haviorismo subj<.•tivo"), el gestaltismo por el ncogestaltismo
tante menos atención a los problemas teóricos de la psicología ge- el frcuclisnm por el neofreuclismo y la antropología cultural. Aunque
neral. Al mismo tiempo, la psicología soviética -que se fue formando el térptino "ecléctico" ha adquirido n los autores norteamericanos
sobre la base de la filosofía marxista leninista- presentó un enfo- una connotación que raya en el más alto elogio hasta el presente las
que esencialmente nuevo de la psiquis y aportó por primrea vez a posicion es eclécticas jamás condujeron al éxi to. Se sobrentiende que
la psicología varias categorías importantísimas que requieren una no se puede lograr la síntesis científica de con juntos heterogéneos, .·
ulterior elaboración. de los hechos y generalizaciones psicológicos mediante la simple
Entre estas categorías la de mayor significación es la de acti- unión de los mismos bajo una cobertura únka. Se requiere una
vidad. Recordemos las célebres tesis de Marx sobre Feuerbach, en elaboración posterior del aparato couccptual d e Ja psicología, y la
las cuales se afirma que el defecto fundamental del anterior materia- búsqueda d e ltucvas teorías cicutíficas capaces de ajustar los desven-
lismo metaffsico consistía en que concebía la sensarialidad sólo como cija~os audamiajes d 1 edifid~ de la ciencia psicológica.
una fonna de contemplación, y no como actividad humana, como
praxis; que en oposición al materialismo, el lado activo fue desarro- A pesar · de , la diversidad de . corrientes a las que nos estamos
llado por el idealismo, el que, no obstante, lo concebm de modo \ • refiriendo, lo común entre ellas d esde l'l á11glllo IuclodoUtgico es
abstracto, y no como vcn.lndera. actividad sensorial del hombre. uc
que parten de 1111 L'!:i<lliCllla análisis bimctllbrc: i11jlue11cia sol;re
Tal era la situación también en toda la psicología premarxista. los, si.<.·temas re~;eptores del sujeto~ fell()meno,s . de. respuesta, obje-
Dicho sea de paso, en la psicología moderna que se desarrolla al tivos y subj ti vvs prcxocados por esta, i1l{luellcia. ,
margen del marxismo la situación tampoco ha cambiado: también Este esquema ya apareció con típica clMiuad en la psicofísica
en ella la actividad se interpreta enmarcada en las concepciones y en la psicología fi siol ógica del s.iglo pasauo. La principal tarea
idealistas, o bien en las corrientes científico-naturales, materialistas que se planteaba en esa é poca consistía n estudim la d epcnclcnc:ia
por su tendencia general, como respuesta del sujeto pasivo a las entre los elementos de la c:onci ·nt:ia y los parámetros de los estí-
influencias externas, condicionada por su organización congénita y mulos que los suscitan. ~Iás tarck, en el uchaviorismo, es decir,

60
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aplicándolo al estudio de la conducta, este esquema bimembre crís- el indiferente a este deporte ante la noticia de los resultados de un
talizó en la conocida fórmula S~ R. partido.
La insuficiencia de este esquema consiste en que excluye del Es . indud~ble que la introducción del concepto de variables in-
campo visual de la investigación ese rico proceso en el cual se hacen termedms enm~uece el análisis de la conducta pero en modo alguno
realidad Jos vínculos del sujeto con el mundo objetivo, su actividad anula el mcnctonado postulado de inmediación. Lo que sucede es
objetivada (en alemán Tiitigkeit, a diferencia de Aktivitiit). Seme- que aunque las variables a las que nos referimos son intermedias
jante abstracción de la actividad del sujeto sólo se justifica dentro lo so~ sólo e~ el sen~ido de lo~ estados internos del propio sujeto:
de los estrechos límites del experimento de laboratorio, que tiene Lo d1cho atane tamb1én a los factores motivadores" es decir ne-
como finalidad revelar mecanismos psicofisiológicos elementales. No cesidades e inc!in~?iones. C?omo es ~abido, el estudi~ del pap~l de
obstante, es suficiente salir de esos estrechos límites para que en- estos factores s1gu10 muy d1versas d1recciones, tanto en el behavio-
seguida se manifieste su inconsistencia. Fue esto lo que obligó a los rismo como ~n la escuela de K. Lewin, y sobre todo en la psicología
anteriores investigadores a admitir, en la explicación de los hechos profunda. Sm embargo, a pesar de las diferencias que existen entre
psicológicos, la ingerencia de fuerzas especiales tales como la a per- esas. ori~~taciones y las diferen~ias en la concepción de la propia
cepción activa, la intensidad interior, etc., es decir, apelar de todos motivacwn y de su papel, lo prtncipal no ha cambiado: la contra-
modos a la actividad del sujeto, pero sólo en la forma mistificada posición de la motivación a las condiciones objetivas de la activi-
por el idealismo. dad, al mundo exterior.
Las dificultades sustanciales que crea en psicología el esquema Conviene destacar especialmente los intentos de resolver este
de análisis bimembre y el "postulado de inmediación" 1 implícito problema que provienen del campo de lo que se denomina culturo-
en él dieron lugar a que se hicieran tenaces intentos de superarlo. logía. L. White 3 , célebre fundador de t>sta corriente desarrolla la
Una de las líneas que siguieron esos intentos se expresó en subrayar idea de la "determinación cultural" de los fenómenos ~n la sociedad
el hecho de que los efectos de las influencias exteriores dependen Y en la ~onducta de los individuos. El surgimiento del hombre y
de la refracción de ellas por el sujeto, de esas "variables intermedi.as" de la s?c1edad ht~mana llevan a que los vínculos del organismo con
psicológicas ( Tollman y otros), que caracterizan su estado interior. el med10, antes d1rectos, naturales, empiecen a ser mediatizados por
S. L. Rubinstein expresó esto en la fórmula que dice: "Las causas la cult;'ra, que se desarrolla sobre la base de la producción material •.
externas ·actúan a través -de las condiciones internas" 2 • Esta fórmula Ad emas, la cultura actúa para los individuos en forma de significa-
es, por cierto, irrefutable. No obstante, si se entienden como con- ~os que son trasm.itidos por los sí~bolos-signos del lenguaje. Par-
diciones internas los estados habituales del sujeto que está sometido hendo de esto, Whtte propone una formula trimembre de la conducta
a la influencia, ésta no aporta nada esencialmente nuevo al esque- del hombre: organismo del hombre X estímulos culturales~c011ducta.
ma S~ R, ya que al cambiar sus estados, hasta los objetos inani- . Esta. fó~~ula crea la ilusión de que se supera el postulado de
mados se manifiestan de distinta manera en la interacción con otros ~a m~ed1actOn y el esquema S~ R que de él deriva. Sin embargo,
objetos. En un suelo húmedo, blando, las huellas se marcan nítida- mc1Uir en este esquema como mediatizador el eslabón de la cultura
mente, en tanto que en un terreno seco, apisonado, no sucede lo que se comunica a través de los sistemas sígnicos, inevitablcment~
mismo. Esto se manifiesta con mayor claridad en los animales y encierra la investigación psicológica en el círculo de los fenómenos
en el hombre: el animal hambriento reaccionará de diferente manera
que el ahíto al estímulo alimentario, en tanto que el hombre apa- 3
sionado por el fútbol tendrá una reacción totalmente distinta que 4
L. White, The Science of Culture. New York, 1949.
El hecho de que se refiera a que la sociedad está organizada sobre la
base ~e las relaciones .de propiedad, aJ~nas veces dio lugar a que se incluyera
a Wh1~e entre los part1danos del matenahsmo histórico; es cierto que uno de sus
1 Véase D. N. Umadzé, Investigaciones psicológicas. Moscú, 1966, pág. apol?g1stas hace al respecto la salvedad de que el materialismo histórico no
158. pr~v1ene en éJ de Marx, sino del "sentido común", de la idea del business of
2 S. L. Rubinstein, El ser y la conclencla. Montevideo, Ed. Pueblos Uni- liv'?g. H. Bames, Outstanding contributions to Antropology, Culture, Culturu-
dos, 1960, pág. 241. log'e and Cultural Evolutíon. New York, 1960.

62
de la conciencia, social e individual. Se produce una simple susti- Durante el período trascurrido desde los primeros trabajos, que
tución: el mundo de los objetos es remplazado aquí por el mundo fueran realizados ya en los años 30, las teorías de la dirección y 1a
de los signos y significados elaborados por la sociedad. De este infonnación adquirieron una significación científica general que
modo nos encontramos nuevamente ante el esquema bimembre abarca los procesos tanto en los sistemas vivos como en los in-
S~ R, sólo que el estímulo es interpretado en él como "estím-ulo animados.
cultural". Es esto lo que expresa la siguiente fórmula de White, Es curioso que las nociones de cibernética elaboradas en esos
por medio de la cual aclara la diferencia existente en la determina- años hayan sido aceptadas más tarde como totalmente nuevas por la
ción de las reacciones psíquicas ( minding) de los animales y del mayoría de los psicólogos. Se produjo algo así como un segundo
hombre. Registra esta fórmula así: nacimiento de esas nociones en psicología, o sea un hecho que creó
Vm = f(Vb), en los animales, entre algunos entusiastas del enfoque cibernético la impresión de
Vm=f(Vc), en el hombre, que se habían encontrado por fin nuevas bases metodológicas para
donde V son las variables; m, la psiquis; b, el estado corporal ( body) una teoría psicológica universal. Empero, muy pronto se reveló que
y e, cultura. el enfoque cibernético en psicología tiene también sus limites, de
A diferencia de las concepciones sociológicas en psicología, que los cuales sólo se puede salir al precio de sustituir la cibernética
provienen de Durkheim, las que de uno u otro modo conservan la científica por cierta "mitología cibernética"; en cambio, }as autén-
idea del carácter primario de la interacción del hombre con el mun- ticas realidades psicológicas tales como la imagen psíquica, la con-
do objetivo, la moderna culturología norteamericana reconoce sólo la ciencia, la motivación y la formación del fin, de hecho quedaron
influencia que ejercen sobre el hombre los "objetos extrasomáticos" relegadas. En este sentido se produjo incluso cierta regresión con
que conforman un continuum que se desarrolla siguiendo sus pro- respecto a los primeros trabajos, en los cuales se había desarrollado
pias leyes "supra psicológicas" y "suprasociológicas"· (lo que hace el principio de la actividad y la idea sobre los niveles de regulación
necesaria una ciencia especial: la culturología). entre los cuales se destacaba particularmente el nivel de las accio-
.11, Desde este ángulo culturológico los individuos humanos sólo
son "agentes catalíticos" y "medio de expresión" del proceso cultu-
nes objetivas y los niveles cognoscitivos superiores .
l Los' conceptos de la moderna cibernética teórica configuran un
ral5. Nada más que eso. plano muy importante de abstracción, que permite describir las
¡ El descubrimiento de la regulación de la conducta mediante particularidades de la estructura y del movimiento del tipo más
i. los vínculos inversos, que ya fuera claramente formulado por N. N.
Lange 6 , marcó una línea totalmente distinta, que hizo más complejo
amplio de procesos, que no podían ser descritos mediante el anterior
aparato conceptual. Al mismo ~iempo, las investigaciones efectuadas
l el análisis derivado del postulado de inmediación. en este nuevo campo de abstracción, a pesar de su indudable fecun-
'' Ya las primeras investigaciones sobre la estructuración en el didad, no fueron capaces de dar solución por sí solas a problemas
hombre de complejos procesos motores -entre esas investigaciones metodológicos fundamentales de uno u ot.i'o ámbito especial del
debemos mencionar especialmente los trabajos de N. A. Bernstein 7 - saber. Por ello, nada tiene de pamdójico que la introducción en
que mostraron el papel del anillo reflector con los vínculos inversos, psicología de conceptos sobre dirección, sobre los procesos informa-
permitieron comprender de un modo nuevo el mecanismo de un cionales y sobre los sistemas autorregulados, tampoco háya anulado
vasto conjunto de fenómenos. todavía el mencionado postulado de inmediación.
Lo que se deduce es, por io tanto, que ninguna complejización
del esquema inicial que deriva de este postulado "desde su interior"
1 ti L. White, The Sciénce of Culture, pág. 181. -valga la expresión- está en condiciones de eliminar las dificul-
' 6 N. N. Lange, Investigaciones psicológicas. Odesa, 1893. tades metodológicas que aquél crea en psicología. Para superarlas
l 7 Véase N. A. Bernstein, "Fisiología del movimiento". En el libro de
C. P. Konradi, A. D. Slonim, V. S. Farbel, La fisiología del trabaio. Moscú, es necesario sustituir el esquema bimembre de análisis por otro es-
1 1934; tarnbiéri en N. A. Bernstein, Sobre la estructuración de los movimientos. quema esencialmente distinto, y ello no se puede hacer sin haber
lt Moscú, 1947. renunciado al postulado de inmediación.
¡;
l

La tesis principal -a cuya funda-mentación se dedica la er.po- es cecir, a níveT psicológico, es I~ unid~d de vida mediatizada por
sición siguiente- consiste en que el verdaclero camino para superar el refleje r~icológico, cuya función real consiste en que orienta al ·~
ese postulado que, según expresión de D. K. Uznadzé, es "perjucH- sujeto en e! mundo objetivo. En otraf; palabras, la actividad no es !
cial" para la psicología, se abre introduciendo en psicología !a ca- una reacdón ni un conjunto de regccioaes, sino un sistema que tiene
tegoría de actividad objetivada. estructura, sus transiciones y trasformaciones internas, su desarrollo.
Al formular esta tesis hay que precisarla de entrada: se trata de La introducción de la categori~ de actividad en psicología cam-
la actividad, y no de la conducta ni de los procesos nerviosos fisio- bia toda la construcción concepi.•Jal del couodmiento psicológico. "
lógicos que cumplen la actividad. Lo que sucede es que las "uni- Pcw para ello hay que tomar esta c~-legoría en toda su plenitud, en
dades" y el lenguaje que son desmembrados por el análisis, y me- sus depenr!cncias y dcterminacion~s más irnrortantes: desde el án-
diante los cuales se describen los procesos de conducta cerehrales gt! i0 de su estructura y en su d·n~~ica específka, en sus diversos
o lógicos por una parte, y la actividad objetivada, · por la otra, no
coinciden entre sí.
tipos y formas. Dicho de otro modo, se trata de responder a la
siguiente pregunta: ¿cómo se presen~a la e2tegoría actividad en
¡.
Por consiguiente, se ha dado en psicología la siguiente alt~r­ psicología.? Este interrogante plantea varios problemas teóricos que
nativa: conservar como básico el esquema bimembre: influencia del distan mucho de estar resueltos. Se sobrentiende que sólo puedo
objeto-+ cambios en los estados habitu)11~s del sufeto (o, lo que en referirme a algunos de ellos.
principio es lo mismo, el esquema S-+ R), o bien tomar como pnnto La psicología del hombre está vinculada con la actividad de los
de partida el esquema trimembre, que incluye el eslabón intermedio individuos concretos, que trascurre en condiciones de una colectivi-
("término medio'') -actividad d el sujeto y, consiguientement~ sus dad abierta, entre los hombres que lo rodean, juntamente con
condiciones, fines y medios- eslabón que mediatiza los vínculos ellos y en interacción con ellos, o a solas con el mundo objetivo
entre ellos. circundante, ante el torno o la mesa escritorio. Sin embargo, sean
Desde el punto de vista de la determinación de la psiquis esta cuales fueren las condiciones y formas en que trascurre la actividad
alternativa puede formularse del siguiente modo: o bien adoptamos del hombre, cualquiera que sea la estructura que tome, uo se la
la posición de que la conciencia es determinada por los objetos, por puede considerar como desgajada de las relaciones sociales, dé la
los fenómenos drcundantes; o bien la que afirma que la conci'::ncia vida de la sociedad. Pese a toda su diversidad, la actividad del
es determinada por la existencia social de los hombres que según individuo humano es un sistema incluido en el sistema de relaciones
la definición de Marx y Engels en "La ideología alemana", no es de la sociedad. Al margen de tales relaciones esa actividad no
más qne el pr0ceso real de su vida. existe en absoluto. Pero como sí existe, está determjnada por las
¿Pero qué es la vida humana? Es el conjunto, más precisamente, formas y medios de la comunicación material y espiritual ( Verke}lt'),
el sistema, de ac: ividades que se sustituyen unas a otras. Es en la que son engendrados por el desarrollo de la ¡>roducción y que no
actividad donde se produce la transición del objeto a su forma sub- pueden efectuarse de otro modo que en la actividad de los hombres
jetiva, a la imagen; a la vez, en la actividad se opera también la concretos (véase "La ideología alemana").
transición de la actividad a sus resultados objetivos, a sus productos. Se sobrentiende que la actividad de cada hombre depende,
Tomada desde este ángulo la actividad aparece como un proceso además, de su lugar en la sociedad, de las condiciones que le tocan
en el cual se concretan las transiciones recíprocas entre los polos en suerte y de cómo se va conformando en circunstancias individua-
"sujeto-objeto". "En la producción se objetiviza la personalidad; en les que son únicas.
el consumo se subjetiviza el objeto,, acota Marx. Hay que estar prevenidos muy particularmente contra la con-
cepción de que la actividad del hombre es una relación que existe
2. Sobre la categoría de actividad objetivada entre éste y la sociedad enfrentada a él. Debemos subrayar esto
porque las concepciones positivistas que hoy inundan la psicolgía
La actividad es una unidad molecular, no una unidad aditiva tratan de imponer por todos los medios la idea de que el individuo
de la vida del sujeto corporal, material. E.s un sentido más estricto, humano está enfrentado a la sociedad. Para el hombre la sociedad
sería sólo el m~io externo,al cual se ve obligado a adaptarse para las influencias del primer tipo. La fonnación de esos procesos, me-
no r~ultar u? madaptado , y sobrevivir, tal como el animal tiene diatizados por funciones vitales fundamentales, tiene lugar en virtud ·
que 1 ~ ~daptandose al medio natural externo. Desde este ángulo, de que las propiedades bióticas del objeto (por ejemplo, sus pro-
la actlvtdad del hombre va tomando forma como resultado d e su piedades alimentarias) están como ocultas tras otras "superficiales",
ref\lerzo, aunque no sea directo {por ejemplo, a través de la valo- es decir, superficiales en el sentido de que antes de experimentar los
raCió? e~presada por el grupo .. de referencia"). A la vez, se omite efectos provocados por ln influencia biótica es preciso -hablando
1~ .pnnc1pal: que el hombre encuentra en la sociedad no sólo con- metafóricamente- atravesar esas propiedades (tales como, por ejem-
dtcwne~ externas ~ ]as que debe acomodar su actividad, sino que plo, las propiedades mecánicas del cuerpo duro con respecto a sus
esas ~ls.mas condicione~ s.ociales conllevan los motivos y fines de propiedades químicas).
su .actlVldad, sus prcedu~u~ntos y medios; en un palabra, que la Se comprende que omita aquí exponer la fundamentación cien-
sociedad produce la activ1dad de los individuos que la forman. tífica concreta de las tesis citadas, al igual que el examen del pro-
Claro ~~ta que esto. no significa en modo alguno que su actividad blema sobre su nexo interno con la doctrina de l. P. Pávlov sobre
per~omflCa las re~ac10nes de la sociedad y su cultura. Existen com - la función señalizadora de los estímulos condicionados y sobre los
pleJas ~rasfor;maciones y transiciones que las vinculan, de modo que reflejos de orientación; ya he explicado ambas cosas en otros
~o .es 1mpos1ble redu~~r ~n~ a !~ ,?tra. Para la psicología que se trabajos 8 •
limita al con,c~I?to de soctahzacwn de la psiquis del individuo sin Así, pues, la prehistoria de la actividad humana comienza cuan-
hacer su anahs1s posterior, estas trasfonnaciones siguen siendo un do los procesos vitales adquieren carácter objetivo. Esto significa
v~rdadero m!~erio, que sólo se devela cuando se investiga la géne- también la aparición de formas elementales del reflejo psíquico,
SIS de la actlVIdad humana y d e su estructura interna. o sea, la trasformación de Ja irritabilidad ( irribilitas) en sensibili-
~.característica básica o, como suele decirse, constitutiva d dad ( sensibilitas) en "capacidad de sensación".
la ~c~v,tdad <;s .su ~b!etividad. En rigor, en el concepto mismo de La posteóor evolución de la conducta y de la psiquis de los
activ1dad esta 1mplJC1tamente contenido el concepto de su objeto animales puede ser adecuadamente comprendida precisamente como
( Gegenst~nd). La e~p.resión "actividad no objetivada" carece de historia del desarrollo del contenido objetivo de la actividad. En
~oda ~ent~do. ~ ~~tiv1dad puede parecer no objetivada, pero la cada nueva etapa surge una subordinación cada vez más plena de
mvest1gac1Ón c1ent~fica de la actividad exige perentoriamente que los procesos efectores de la actividad a los vínculos y relaciones ob-
se descubra su obJe.to. Además, el objeto de la actividad aparece jetivas de las propiedades de los objetos, en interacción con los cuales
de d?s maneras: pnmero, en su existencia independiente como su- está el animal. Es como si el mundo objetivo "se incorporara" cada
~ordmando y ~msformando la actividad del sujeto; segundo como vez más a la actividad. Así, el movimiento del animal a lo largo de
~agen del ob¡eto, c~mo producto del refl ejo psíquico de su pro- la valla se subordina a su "geometría", es decir, se iguala a ella y la
pledad, que se efectúa como resultado de la actividad del sujeto lleva dentro de sí; el movimiento del salto se subordina a la métrica
y no puede efectuarse de otro modo. objetiva del medio, en tanto que la elección del camino de rodeo se
Ya en el pr~~io nacimiento de la actividad y del reflejo psíquico subordina a las relaciones interobjetivas.
se ~ne ~e mamhesto la naturaleza objetiva de ambos. Se demostró El desarrollo del contenido objetivo de la actividad encuentra su
que ~~ v1da. de los organismos en un medio homogéneo, aunque expresión en el desarrollo del reflejo psíquico subsiguiente, el que
tamb1er;'-. vanable, ~mede desarrollarse sólo en un estado de creciente regula la actividad en el medio objetivo.
co~ple¡~dad d~l s1stema de funciones elementales que mantiene su Toda actividad tiene una estructura circular: aferencia inicial~
eXIste~cla. Un.Jcamente al pasar a la vida en un medio discreto, procesos efectores que realizan los contactos con el medio objeti-
es decrr, a la v1da .en el m.undo de los objetos, por sobre los procesos vo ~ corrección y enriquecimiento con el auxilio de los vínculos
que ~espondeo a mfluenc1as de directa significación biótica, se van
constituyendo procesos pr?,v?cados por influencias que en sí mismas 8 Véase A. N. Leóntiev, Problemas del desarroUo de la psiquis. Moscú,
pueden ser neutrales, abiOtlcas, pero que la orientan respecto de 1972.

68 69
~nt-ersos de 1a imc gén. af2'1'di .te 'nk;a1. Hoy, el carácter circular de la necesidad constituye el objeto del conocimiei\to psicológico. En
los· prol..esOs eit:cutures cle ~e u¡~ef~.::ción del organismo con el tn<:!dio el primer caso, la necesidad no aparece más que corno estado de
~~·
ha alcanzado Jel t.'011:>~~1S~ ~úll "L.'.• y e.>ta, bastaute b'ten deacrlto.
. ;,m necesidad del organismo, que por sí mismo nu puede provocar uiuguna
embargo, lo fuuJ::u:ut:ntal nc re:;~d0 en la estructura circular en si aclividad definidamente orieiitada; su papel se limita a estimular las
misma, sino en que el r-eflejo psiquko del mundo oLjetlvú es e11gen- funcioHes biológicas correspondientes y la excitación general de la
drado no directameut~ .l:_J()r !:: .; influencias externas (entre ellas tam- esfera motriz que se manifiesta en los movimientos de búsqueda no
bién las "inversas"), siJ~ ¡;o:r i<.Js procesos mediante lo.; c;_¡abs ei orientaúos. Sólo como resultado de sus "encuentros" con el objeto
sujeto establece contat:to:. _p;l. ;.;tit: ' ~ cun el mundo objetivo, y •]Ue, p;Jr que ]e respundc, la oecesidali puede por pdrnera vez orientar y regu-
eso se subordhnn uece:;arlP.l;:-.cute a sus propiedades, vínculus y rda- lar la actividad.
cio~es iuJependient-=s. Esto significa que el "aferentizador" que diri- El encuentro de la necesidad con el objeto es un acto extraordina-
ge los procesos de la actividüd, es primero el propio objeto y, sób rio que fue ya observado por Darwin; también algunos infonnes de
en segundo ténni.no, su it~agen como producto subjetivo Je la acti- I. P. Pávlov brindan pruebas sobre él; Uznadzé se refiere a él como
vidad, que fija, estabiüza y conlleva su contenido objetivo. Dicho condición del surgimiento de la actitud, y los etólogos modernos lo
de otro modo, se pcodu~,;e una doble transición: la de objeto~ pr<J(;eso describen brillantemente. Este acto extraordinario es el de objetiva-
de actividad y la tramición cu;tivit.:fad-+ su producto subjetivo. l)e.ro ción de la necesidad, es decir, de su "rellenado" con un contenido
la transición del procesu a la forma de producto se opera no sólo que se extrae del mundo · circundante. Es esto lo que traslada la
en el polo del suj~to; esa transición .es más notoria aun en el-polo del necesidad al nivel psicológico propiamente dicho.
objeto que se trasforma por la adividad humana; en ese casu la acti- En este nivel, el desarrollo de las necesidades se opera como
vidad regulable de un U1tX.lo psíquico por el sujeto pasa a ser "pro- desarrollo de su contenido objetivado. Es oportuno señalar aquí que
piedad pasiva" (mhe11de Higenshaft) de su producto objetivo. esta circunstancia es la única que permite comprender la aparición
A primera vista parece que la noción sobre la naturaleza objetiva ,,
de la psiquis se refiére s61- a h esfera de los procesos cognoscitivos
de nuevas necesidades en el hombre, incluidas aquéllas que no tienen
sus equivalentes en los animales, que están ..desligadas" de 'las nece-
,.¡,

propiamente dichos y que elht, eu cambio, no abarca la e:>fera de las sidades biológicas del organismo y son "autónomas" en este sentido 10 • ...
f

necesidades y las emociones; ::in ~:;mbargo no es así. Lo que explica su formación es que en la sociedad humana los ob- .
1~
'

,l.
Las ideas de que la estera necesidad-emoción es la 23fera de jetos de esas necesidades se producen, y gracias a ello -dice Marx- .,
estados y procesos cuya naturale:m subyace en el vropío sujeto y ¡
se producen también las propias necesidades. · · ··
cuyas manifestaciones sólo ca.rnbian bajo la presión de conJiciunes 1
Así, pues, las necesidades dirigen la actividad por p~rte del su-
externas se basa, en realld::d, ~a ia confusión de distintas categorías, jeto, pero pueden cumplir esta función sólo si son objetivas.· De aquí :1-·
lo que es muy notorio en el ? .. vhlewa de las necesidades. deriva la posibilidad de invertir los términos, lo que permitió a J.
En la psicología Je las ~ec~:;idaues hay que partir desde el co- K. Lewin hablar de la fuerza estimulante (Aufforderungscharakter)
mienzo mismo <le la sigillo te Ji.fe:renciación básica: diferenciar la de los propios objetos 1-l.
necesidad como cor.Jkión '!ltl:a·i~r, como una de las premisas ineludi- En nada difiere la situación en lo tocante a las emociones y
bles de la actividad, y Ia nu::e::;ld~.J I.!Jmo aquello que orienta y regula sentimientos. También aquí hay que distinguir, por una parte, los
la actividad concreta del $1!jc~.) e.1 el medio objetivo. "El hamLre estados eslénkos y asténicos no objetivos, y por la otra, las emocio- -
puede hacer <J.U8 Ull O.Diffi~ $e !evrJ.Hte, puede conferir a SUS UÚsqu.e- nes y sentimientos propiamente dichos engendrados por la correla-
,
d as un caracter ' o menos -;.:.up~tuoso,
mas . . pero no h ~y en e'l mngun
. '
ción de la actividad objetivada del sujeto con sus necesidades y
elemento que pueJa urieutar ..:;l ~·w~·imlento hacia uno u otro lado motivos. Pero a este tema nos referiremos especialmente. En cuanto
y modificarlo de acut-rJo c~.r. l:>.s e:::.igt:ncias del lugar y los encuentros
fortuitos" 9 , escribió Séche:c.ov. En su función orientadora es uon~e
lO G. Allport, Patterri and Growth ln Personalíty. New York, 1961.
9 l. i\1. Séchenov, Ohra& -J:;,;ogiJ:.:s, i:. I, Moscú, 1952, p:í.g. 5131. _ H K, Lewin 1 A Dynamic Theory of Per$onalitv. New York, 1928.

70 71
al análisis de la actividad, basta señalar que su carácter o~jetivado práctica exterior no puede ser desgajada de la investigaci6n psico-
engendra, no sólo el carácter objetivado de las imágenes, s.m~ tam- lógica propiamente dicha. No obstante, se pueden dar a esta tesis
bién la objetividad de las necesidades, emociones y scnt1m1entos. interpretaciones sustancialmente distintas.
El proceso de desarrollo del contenido objetivo de las necesi- En tanto que ya en los años treinta S. L. Rubinstein señaló la
dades no es, por supuesto unilateral; tiene otro aspecto, y ~s que el importante significación teórica que tienen para la psicología las
propio objeto de la actividad se descubre al sujeto como s1 r~spon­ ideas de Marx, que puntualizan que en la industria material co-
diera a una u otra de sus necesidades. De este modo, las neces1dades rriente tenemos ante nosotros el libro abierto de las fuerzas huma-
estimulan la actividad y la dirigen por parte del sujeto, pero sólo nas esenciales, y que la psicología para la cual este libro continúe
pueden cumplir esta función si son objetivas. cerrado no puede llegar a ser una ciencia real y medulosa, que la
psicología no debe ignorar la riqueza contenida en la actividad
humana.
3. La actividad objetivada y la psicología Agregaremos que en sus publicaciones posteriores Rubinstein
subrayó que aunque en la esfera de la psicología entra también la
El hecho de que la forma genéticamente pr}m~ria y bá~ica ?e actividad práctica, por medio de la cual los hombres modifican ]a
la actividad humana es la actividad exterior, practJco-sensonal, tw- naturaleza y la sociedad, el objeto del estudio psicológico "queda
ne para la psicología un sentido especial, dado que ésta ha estudiado circunscrito a su contenido específicamente psicológico, a la moti-
siempre, por cierto, la actividad, por ejemplo ,la activid~d. del -pen- vación y regulación con que las acciones se efectúan en consonan-
sar, de la imaginación, la memoria y otras. Solo tal actlvtdad mt~­ cia con las condjciones objetivas en que se dan y que se reflejan
rior, que cabe en la categoría cartesiana cogito es 1a que se consi- en la sensación, en la percepción y en la conciencia" 12 •
deraba actividad psíquica, y la única que entraba en el campo Por consigujente, según la concibe el autor la actividad prác-
visual del psicólogo. De este modo, la psicología se apartaba del tica ntra en el objeto de estudio de la psicología, pero queda cir-
estudio de ]a actividad práctica, sensorial. . . . cunscrita a su particular contenido que aparece como sensación,
Aunque la actividad exterior también figuraba en la vteJa pslc~­ percepción, pensamiento o, en general, en la forma de procesos y .·.
1
logía, era sólo como expresión d~, la actividad in.te~ior, de la a~tl­ estados psíquicos internos del sujeto. Pero esta afirmación es por
vidad de la conciencia. La rebehon de los behav10nstas, productda lo menos unilateral, ya que hace abstracción del hecho capital de
en los albores de nuestro siglo, contra esta psicología mentalista que la actividad -en cualquiera de sus formas- entra en el pro-
contribuyó más bien a ahondar que a cerrar esta brecha ~ntre la ceso del reflejo psíquico en el propio contenido de este proceso,
conciencia y la actividad exterior, sólo que entonces, a la mversa, en su engendramiento.
esta última quedó separada de la conciencia. . Tomemos el hecho más simple: el proceso de percepción de
La cuestión que fue tomando cuerpo debido a )a marcha ob¡e-. la elasticidad de un objeto. Es este un proceso motor externo, me-
tiva del desarrollo de los conocimientos psicológicos -y que hoy se diante el cual el sujeto entra en contacto práctico, en vinculación
plantea en toda su magnitud- puede enunciarse así: ¿cabe inc~uir práctica, con el objeto externo y que puede ser orientado hacia la
el estudio de la actividad práctica externa en la tarea de la pstco- ejecución no de una tarea cognoscitiva, sino directamente práctica,
logía?, porque la actividad no lleva un rótulo donde d.ice .de ~ué como por ejemplo, su deformación. La imagen subjetiva que así
ciencia es tema de estudio. Al mismo tiempo, la expenencia cien- surge es, por cierto, psíquica y, en consecuencia, es un tema indis-
tífica muestra que no se justifica separar la acti~idad ..com~ obj~~? cutible del estudio psicológico. Empero, para comprender la natu-
de estudio de una rama especial del saber, es decu, la praxwlog1a . raleza ele esa imagen debemos estudiar el proceso que la engendra,
Al igual que cualquier realidad empíricamente da~a, la a?~ivid~d
es estudiada por diversas ciencias se puede estudiar la flSlologia
de la actividad, pero también es legítimo in~luir ,su estudio . e~ la 12 S. L. Rubinstein, El desarrollo de la psicología. Principlos y métodos.
economía política, por ejemplo, o en la socwlogta. La achVldad Ed. cit., pág. 53. ·

72
y en el caso que analizamos este es un proceso externo, prú...:tíco. p.;íquica" que consjste en que, bajo la influencia Je impulsos exter-
Querramos o no hacerlo, corresponda esto o no a nuestros puutos uos que acrú:w ubre los rece~tores del sujeto, en su cerebro -como
uc v.ista teóricos, de todos modos nos vernos forz:1dus a incluir ht f~u .. uaeHO parai<::w :1 l0s procesos flsiológlcos- se encientle una
acciúrt oujetiva externa del sujeto en el tema de nuestra in vcsti- espec:e do:: luz ;lit rior f}Ue iluwina el mundo, al hombre, que se
;¡,.
. '
gaciún ps~cológica.. procuce t.HJa e:sp~::.:íe de irraJia~ión de imágenes, luego localizadas,
Quiere Jecir que es ilegitimo considerar que ia a<.:tivüh obje- "ob}~~i ~h:üuas", l'~.r el sujeto en el aspacio circundante .
tiva exterior, auuque aparece ante la investigauión :tJSicolúgica, sólo 3e s ÍJl'cutil.: 1c!e que la realidad que wau' ja el p~icóbgo es
lo hace col..10 aigo en lo cual están incluidos tus pruc~sus lJSiquicus iucul~lkJatuL•le deute 1:ás compieja y rica que ia esbozada Bn el
internos, y que en rigor la investigación psicológica av:1uza sii, p:!Sar hutdu esque~ m que pres~ntamos del surgimiento de la imagen e u10
al plano Jel estudio de la udividatl exterior, de ru estrudura. r esul ~:tilu d ·i COIJ~a :.;tt) vr:lCtico con el ohjcto. No obstante, por 1Uás
Esto se puede accj,>tar súlo eu caso de que se admita umt. de- que se alej0 ia r~;;alidu d psicológica de este i.Jurdo esquema, por
pendencia unilateral ue la actividad exterior con resvecto a la ima- profu1das q L:e e-.u1 las metamorfosis de la rc..'lliJad, en tutlus la·
gen psíquica que la dirige, de la representación del Hu o <le su conukion-'5 ésta continúa siendo la que reali7.a la vida Jel sujeto
esquema wental. Pero uo es así. La actividad entra necesariamente corporal, y ésta, por su propia esenda, es uu proceso práctico seu-
en contados prácticos con los objetos que se resisten al hombre, los sorial.
cuales la rechazan, la modifican y la enriquecen. En otras pala- El hecho de q,u.e la actividad se va haciendo más compleja y,
bras, es en la actividad exterior donde se opera la apertura del por cousiguiente, también se ltace más compleja su regulación psí-
círculo de los procesos psíquicos internos como saliendo al encuen- quh.:a, plantea Ül!lúmeros problemas psicológicos de orden cientí-
tro del mundo objetivo material que irrumpe imperiosamente en fico, entre los cuales cabe señalar en primer término el de las for-
ese círculo. mas de la activlJad humana y el de sus interconexiones.
De este modo la actividad integra el objeto de estudio de la
psicología, pero no con su "parte" o elemento especial, sino con su '!. CNrreladón entre la actividad <exterior y la intema
función especial. Es la función de situar al hombre en la realidad
obj_etiva y de trasformar a ésta en una forma de la subjetividad. La vieja psicología sólo se ocu¡¡aba de los procesos internos:
Pero volvamos al caso que hemos descrito, en el que el reflejo del movituiento Je las representaciones, de su asociación eo la
psíquico de -la propiedad elemental propia, del objeto material se conciencia, de su generalización y del moviwiento de sus sust!tutos,
produce a raíz uel contacto práctico con éste. Hemos presentado es decir, las pah bras. Estos procesos al lgual que las vivencias
este caso sólo a modo de ejemplo aclaratorio, burdamente siwpli- _l_¡Jternas no cognoscitivas, eran consitleradCJs como los únicos <1ue
ficado. Empero, tiene también un sentido genético real. Casi no cuns jtuían terna de estudio para la psicología.
hace falta explicar aquí que, en las etapas iniciales de su desarrollo, El planteamiento tlel problema sobre el origen de los prucesos
la actividad tiene necesariamente la forma de procesos extewos y psíquicos internos marcó el comienzo de la reorientación de la ante-
que en verdad la imagen psíquica es el producto de esos procesos, rior psicología. En este aspecto corresponde el paso Jecisivo a I.
que en los hechos ligan al sujeto con k 1·ealidad ohj<:!tiva. Es evi- M. Sécheno v, ·quien señaló hace ya cien aiios, que la psicolvgra
dente que en las primeras etapas genéticas no es posible dar una arranca ílegítirr;a~uente al proceso integral los es1abones que (!Stin
explicación científica acerca de la naturaleza y particularidades uel unidc.s pur la u~ltu¡·:.deza, su parte cex:trnl, o sea lo (lpsíquico", con-
reflejo psiq uico más que sobre la base del estudio de estos rroce- lrapuniéncb1o a io "wateriat". Así CUlflO k i.JSÍ.:.:olvgía nació ue esta
sos externos. En tal caso, esto no significa su tituü· la. investigación o~er::t.:'6n a r.tinacli.f~l, según la califica Sécbei!oV, vostE:riorme! te ya
de la psiquis por la investigación de la conduct~, sino sólo demis- "no .:ubo anllicio algWlo que pudiera unir esos eslabones rotos'.
tificar la naturaleza de la psiquis; de otro modo, lo único que pode- Este ~üJo~ue de la cuestión -escribe más nJé:lrrnte Séchenov- u ~be
mos hacer as reconocer la exbtcncia de una misttri0sa "capacidad cawbhr. "Por toiio .;u ccnteniclo, la pJU;ologfa cie ntífica no ¡;uede

74
ser otra cosa que una serie de teo11ías sobre el origen de las activi-
Mdes psíquicas" 13 • . . de las operaciones internas del pensar, a partir de los actos senso-
Es una tarea que corresponde al histona~or segull' las etapas motores, consiste, al parecer, en la imposibilidad de extraer los
de desarrollo de este pensamiento. Lo que qUiero. obs.ervar es que esquemas operativos del pensamiento directamente de la percep-
el meticuloso estudio que se inició sobre la filog~neSIS. Y 1~ oot~­ ción. Operaciones como la unión, regulación y ccntración surgen
IJ génesis del pensamiento ensanchó el campo de la mvestigac10~1 psr- inicialmente en el curso del cumplimiento de las acciones externas
cológica. Se incorporaron a 1~ ~sicologí~ . conceptos tan par~dogtcos con objetos externos, y luego continúan desarrollándose en el plano
desde el punto de vista subJebvo-emp1r!co? ~omo el del Intelecto de la actividad interna del pensar de acuerdo con sus propias leyes
práctico o el pensamiento manual. El pnnc1p1o. de que, en el plano lógico-genéticas 16 • Las opiniones de P. Janet, H. Wallon y D. Brun-
genético Jos actos mentales internos son pieceuJdos por los externos, ncr determinaron otras posiciones de parlida sobre la transición de
llegó a obtenel' casi el consenso general. Por ~tra p::rte, o. sea par- ·la acción al pensamiento.
tiendo del estudio de la conducta, se formulo la lnp6tests de una En la psicología soviética el concepto de interiorización se
transición directa, mecánicamente comprendida, de los pr?cesos ex- vincula generalmente con el nombre de L. S. Vigotski y sus conti-
ternos a procesos internos, no visibles; recordemos, por e¡e~plo, el nuadores, a quienes se deben importantes investigaciones sobre este
esquema de Watson: conducta verbal~ susurro -7lengua¡e total- proceso. En los últimos años las etapas sucesivas y las condiciones
mente inarticulado 14 . de la trasformación orientada hacia un fin "no espontánea", de ]as
Empero, fue la introducción en la psicología del concepto de acciones externas (materializadas) en acciones int •mas (mentales),
interiorización lo que desempeñó el principal. papel en el desa~rollc están siendo estudiadas con esp cial detalle por P. l. Galperin 17 •
de las ideas psicológicas concretas sobre el ongen de las operacwnes Las ideas de las que partió Vigotski, y gue lo llevaron al pro-
internas del pensar. blema de que la activiJad psfquica interna se origina en la activi-
dad externa, difieren esencialmente d las concepciones teóricas de
Como se sabe se denomina interiorización a la transición de otros autores de su época. Estas ideas nacieron del análisis de las
la que resulta que 'procesos externos por su forma, con obj~tos. t~.m­ particularidades de la actividad específicamente humana, o sea, la
bién externos, materiales, se trasforman en procesos que bascunen actividad laboral productiva, que se realiza por medio de instru-
en el plano mental, en el plano de la conciencia; a la ve~, son some- mentos, de la acti idad que es social el ·sde sus inicios, es decir, que
tidos a una trasformación específica, es decir, se generalrzan ?rba- se desarrolla sólo mediante la coopcrnción y la comunicación de los
lizan, reducen, y lo principal es que s~ tornan capaces <~e. contmuar hombres. En verdad Vígolski s<:parú dos asp ·ctos principales inter-
un desarrollo que trasciende las posibi.lidades de ~a acti~l(lad cxte- inculados, que deben constituir la hase eJe la ciencia psicológica:
riol'. Si utilizamos la escueta f01·mulaCIÓn de J. Pwget,. esta,~; una la estructura instrumental de la actividad ti ·1 hombre y su inserción
transición "que Jleva del plano sensomotor al l?ens~m1ento . en el sistema Je interrelaciones con otros hombres, que son precisa-
El proceso de la interiorización está hoy m1nuc1os~~ente e~tu­ mente la que determinan las peculiaridades de los procesos psíqui-
diado en el contexto de muchos problemas: ontogenet1cos, pstc,o- cos del hombre. El instrumento mediatiza la actividad que liga al
pedagógicos y psicológicos generales. Simultáneamente ~~ estan hombre no sólo con d mundo de las cosas, sino también con otros
descubriendo importantes diferencias, tanto en las b~ses .t,eorJc~s. de hombres. Gracias a ello, su actividad absorbe la experiencia de la
la investigación de este proceso, como en ~u ~1terpretac10n teo~·.tca . humanidad. De aquí deriva que los procesos psíquicos del hombre
Para Piaget la base principal de las investigaciones sobre el ongen (sus "funciones psíquicas superiores") adquieren una estructura que
tiene como eslabón inevitable medios y procedimientos que se han
13 I. M. Séchenov, Obras escogícUzs. T, 1, pág. 209. 16
H 1. B. Watson, The ways of the behaviorism. Ne"':' York, 1928. . .. Véase J. Piaget, Traba;os psicológicos escogidos. Moscú, 1969.
111J, Piaget, "El papel de· la acción en la formaCIÓn del pensamiento · 17 Véase P. I. Galperin, "El desarrollo de las investigaciones sobre la
Problemas de psicología., 1965, núm. 6, pág. 33. formación de las acciones mentales". La ciencia psicológica en la UHSS. Moscú,
1959, págs. 441-469.
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formado en el plano histórico-social, qne le son tr9smitidos por los Como es sabido, después del primer ciclo de trabajos d€('Jicados
.1 hombre· que Jo rod ean en el proceso de colaboración, de comunic~­ al esl•!din del papP.l de los medios externos y su interiorización,
j ción con éstos. Pero es imposible trasmitir eJ m-edio, el pror.~dJ­ L. S. Vigotski se orientó a la investigación de la conciencia, de sus
miento para cumpBr uno u otro proceso, más que eP. forma extenor, "célu1as", es df!'!!ir de los significados verbales, llJ. formación y es-
en forma de acción o de lenguaje externo. En otras p<Jlabras, los trud•Jra de los mismos. Aunque en estas investigaciones el signifi-
procesos psicológicos superiores específicos del hombre pueden na- cado apareció desde el ángulo de Jo que podría llamarse el movi-
cer ún;camenlc en la interacción del hombre con el hombre, es mientn inv~rso. y por eso, como aquello que está tras la vida y d:rige
decir, como intrapsicológicos, y s6lo después comiem::m a ser efec- la. actividad, para Vigolski siguió manteni6ndose inconmovi.bl~ la
tuados indepcndieutemente por el individuo; ad emá~, a!¡;unos de tesis opuesta: no es el significado, no es la concienr.ia, la quP. está
estos procesos pierden luego su forma exterior inicial y se tmsfor- tras la vida, sino que es la vida la que está tras la conciencia.
man en procesos interp.c-icol6gicos 18 • . J,a inv~stigación de la formación de los procesos m ~ntales y de
A la tesis de que las actividades psíquicas internas denv8!! de los sigPificados ~onceptos) en cierto modo desgaja del movimiento
la. actividad práctica, hjstóricamente establecida. como res~ltado general de la actividad sólo una parte de éste, aunque muy impor-
de la formación del hombre, que se basa en el trabaJO de la soc1edad, tante: la asimilación por el individuo de los modos de pensar ela-
y que en los individuos de cada nueva generación es~s actividade~ bmados por la humanidad. Pero con esto no involucra ni siquiera
van tomando forma en el curso del desarrollo ontogenét1co, se agrego Ja actividad cognoscitiva, ni su formación ni su Juncionamiento.
otra tesis muy importante, la de que simultáneamente cambia la En el plano psicológico, el pensamiento (y la concienciz. individual
forma del reflejo psíquico de la realidad: surge la conciencia., o sea en sn conjunto) es más amplio que las operaciones lógicas y los sig-
la reflexión de la realidad, de su actividad y de sí mismo por el nifir.ados en cuyas estructuras están inmersos. Por sí solos los sig-
sujeto. ¿Pero qué es la conciencia? ~ ~~ci~n~ia es con.-cieu.ci~, nificados no engendran pensamiento, sino que lo mediatizan, del
pero sólo en el sentido de que la CO?Cle~cJa ~d1v1dual puede_ ex1stir mi~mo modo que el instrumento no engendra la acción, sino que la
únicamente en presencia de la conc1enc1a soc1al y del Iengua¡e, que mediatiza.
es su sustrato real. En el proceso de la producción material los En un~ etap~. posterior de su investigación, Vigotski expuso
hombres producen también el lenguaje que sirve como medio de muchas veces y de distintas formas esta tesis de capital importancia.
comunicación y es portador de los significados socialmente elabo- Veía en su motivación en la esfera afectjvo-volitiva, el último plano
rados, fijados en él. del pensamiento verbal que había quedado "oculto". El análisis
La psicología anterior consideraba la concienci~ co.mo un plano detenninista de la vida. psíquica -escribió- excluye "que se atri-
metapsicológico de1 movimiento de los I?roceso~ pstqmcos. Pero la buya al pensamiento la fuerza mágica de definir la conducta del
conciencia no es algo dado desde el com1enzo m es engendrada por hombre por medio de un sistema propio" 19 • El programa positivo
la naturaleza: es engendrada por la sociedad se produce. Por eso que de aquí se deriva exigía que -conservando la activa función
la conciencia no es un postulado ni una condición de la psicología, descubierta en el significado, en el pensamiento- se encarara una
sino un problema de ésta, o sea, un objeto de la investigación psico- vez más el problema. Y para ello había que regresar a la categoría
lógica científica concreta. . . . . de actividad objetivada, extendiéndola a los procesos internos, es
De este modo, el proceso de intenonzactón constste no en que decir a los procesos de la conciencia.
la actividad exterior se desplaza a un "plano de candencia" ~nterno Es precisamente como resultado del movimiento del pensa-
preexistente; se trata de un proceso en el cual este plano mterno miento teórico en esa dirección que se d escubre que la actividad
se va formnndo. exterior y la interna tienen algo esencial en común como mediado-
\ 18 Véase L. S. Vigotski, El desarrollo de las funciones psíquicas superiores.
11 19 L. S. Vigotski, Obr~ pskol6gir.AJs escogidas. Moscú, 19.56, pág. 54.
Moscú, 1960, págs. 198-199.
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ras de la intervinculación del hombre con el mundo en las cuales ext_e~i?r y la interna tienen tlha misma estructura común. En mi ;¡
se concreta su vida real. opmwn, el descubrimiento de que esa estructura es común a ambas
De acuerdo con esto, la diferenciación principal que S\tbyace constituye uno de los más importantes descubrimientos de la mo-

'1
en los principios de la psicología clásica de Descartes y Locke, y derna ciencia psicológica.
Por. consiguient~, .la activid~d que es interna por su forma y
1

que es, por una parte, la diferenciación del mundo exterior, del i.
mundo de las dimensiones, al que se refiere la actividad exterior, que denva de In activ1dad práctlca externa no difiere de ésta rii se
corporal, y por la otra, del mundo de los fenómenos internos y los s~perpone a ella sino que conserva un ne;o de principio y además ¡:
procesos de la conciencia, debe ser sustituida por otra diferencia- b1lateral con e11a. :1
1

ción: por una parte, la diferenciación de la realidad objetiva y sus ¡1


formas idealizadas, trasformadas (ferwandelte Formen), por la otra,
la actividad del sujeto, que incluye tanto los procesos externos como 5. Estructura general de la actividad
il
los internos. Y esto significa que desaparece la división de la acti- ,!/

vidad en dos partes o .aspectos que supuestamente pertenecen a dos La comunidad de la macroestructura de la actividad externa
·¡¡
il
esferas totalmente distintas. Esto plantea a su vez un nuevo proble- ~r~ctica, ~ de la actividad interna, teórica, permite conducir su aná~ íil
ma: el de inve~tigar la correlación concreta y los nexos entre las hs1s apartandose inicialmente de las formas en que ambas trascurren. iJ
diversas formas de la actividad del hombre. , Como ya hemos dicho, la idea de analizar la actividad como ·¡
Es éste un problema que ya estaba planteado en el pasado. No m~todo de Ja psicología científica del hombre, aparece ya en los .'i
,¡j

obstante, es en nuestra época cuando adquiere un sentido bien con- pnmeros trabajos d e L. S. Vigotski. Fueron introducidos los con- :'1
creto. Hoy se opera ante nuestros ojos un entrelazamiento y una ce~tos instru,mento, operaciones instrumentales el concepto d e fi- ¡¡

aproximación cada vez más estrecha de la actividad externa y la nalidad~ y ~~.s tarde, también el de motivo ("esfera motivacional de ,¡
interna: el trabajo físico, ejecutor de la trasformación práctica de la c~nc1enc:a.). No obsta_o te, habría1~ de J?asar años hasta que se '1
los objetos materiales, se "intelectualiza" cada vez más, abarcando logro des_cr.Jblr, en una pnmera aproxunacion, la estructura general
el cumplimiento de las más complejas acciones mentales; al mismo de }a activ1dad humana. y de la conciencia individua} 2 o. Hoy, des-
tiempo, el trabajo del investigador moderno -que es una actividad pues de un cuarto de s1glo, esta primera descripción nos parece en
específicamente cognoscitiva, intelectual par excellence- se colma IJ?Uchos aspe~tos insatisfactoria, en extxemo abstracta. Pero es gra-
cada vez m(ts de procesos que, por su forma, son acciones externas. cias . a su. ~a:acter abstracto que puede ser tomada como punto de
Esta unificación de procesos de la actividad, distintos por su forma, partida, IDipal para la investigación posterior.
ya no puede ser interpretada como un resultado exclusivo de aque-
llas transiciones que se describen con el término interiorización de Hasta ah?ra se hablaba de la actividad· con un signHicado ge~
la actividad exterior. Supone necesariamente la existencia de tran- neral ~ ?ol.echvo del concepto. Pero en rigor, nos ocupamos siempre
siciones que se operan constantemente también en dirección opuesta, d~ activ1dade~ particulares, cada una de las cuales respond e a deter-
de la actividad interna a la exterior. nunada neces1dad del sujeto, tiende hacia el objeto de esa necesidad
En condiciones sociales que aseguran un desarrollo universal de d~saparece cuando esa n~c~sidad es satisfech~ y vuelve a reprodu~
los hombres, la actividad mental no está aislada de la actividad c1rse, tal ~ez ya en condiCIOnes totalmente distintas y modificaJas.
práctica. Su pensamiento pasa a ser un momento en la vida total Los tipos concretos de actividad pueden diferenciarse entre sí
de los individuos que se reproduce según sea necesario (véase 'La por. un ind!cio cual~uiera: P?r su forma, por los ~odos en que se
ideología alemana"). reahz:t, poi su tenswn emociOna], por su caractcnstica temporal y
Adelantándonos un poco, diremos que las transiciones recípro- cspacml, por sus mecanismos fisiológicos, etc. Empero lo esencial,
cas a las que nos referimos conforman el más importante movimiento
de la actividad objetiva del hombre en su desarrollo histórico y
ontogenético. Estas transiciones son posibles porque la actividad 1947.20 Véase A. N. Leóntíev, Ensayo sobre el desarrollo de la psiquis. luvscú,

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lo que distingue una actividad de otra, es la diferencia de sus obje-
tos, ya que es el objeto de la actividad el que le confiere determinada Esta es la delimitación ·del fin que, según expresión de Marx "de-
orientación. De acuerdo con la terminología que he propuesto, el termina, como una ley, su ·modo de acción ..."
objeto de la actividad es su ven.ladcro motivo 21 • Se sobrentiende La delimitación de los fines y la formación de las acciones subor-
que éste puede ser tanto material como ideal, tanto llado en la per- dinadas a ellos conduce a que se opere algo as) como una desinte-
cepción como existente sólo en la imaginación, en el pensamiento. gración de las funciones que anteriormente estaban fusionadas en
Lo fundamental es que detrás del motivo está siempre la necesidad, el motivo. Es cierto que la función del impulso se conserva plena-
que aquél responde siempre a una u otra necesidad. mente en el motivo. Otra cosa es la función de la orientación: las
Por consiguiente, el concepto de actividad está necesariamente acciones que ejecuta la actividad son impulsadas por su motivo,
unído al concepto de m.otívo. No hay actividad sin motivo; la acti- pero ~st.án orientadas -hacia un fin . Supongamos que lo que impulsa
vidad "no motivada" no es una actividad carente de motivo sino la achv1dad de un hombre es el alimento; éste es su motivo. No
una actividad con un motivo subjetiva y objetivamente oculto.' obstante, para satisfacer las necesidades de la alimentación, el hom-
Los "componentes" principales de algunas actividades de los bre debe ejecutar acciones que no están orientadas directa-mente
hombres son las acciones que ~llos realizan. Denominamos ac_ción hacia la obtención del alimento. Por ejemplo la finalidad de un
al proceso subordinado a la representación que se tiene del resultado ho~bre es fabr.icar implementos de pesca; ¿utilizará él mismo pos-
que debe lograrse, es decir, al proceso subordinado a un fin canden- tenormente el tmplemento que ha fabricado o lo entregará a otras
te. Del mismo modo que el concepto de motivo se correlaciona personas y recibirá parte de la pesca?; en ambos casos lo que im-
con el concepto de actividad, el concepto de fin se correlaciona con pulsó su actividad, y aquello hacia lo cual estuvieron orientadas sus
el concepto de acción. acciones, no coinciden entre sí; la coincidencia constituye un caso
El surgimiento en la actividad de procesos orientados hacia un especial, particular, un resultado de un proceso peculiar al que· nos
fin, o sea acciones, fue históricamente una consecuencia del paso referiremos más adelante.
a la vida del hombre dentro de la sociedad. La actividad de los La delimitación de acciones orientadas hacia un fin como com-
pa.rticipes de un trabajo colectivo es estimulada por su producto, ponentes del contenido de actividades concretas plantea, como es
el que inicialmente responde de manera directa a las necesidades natural, el problema de las relaciones internas que las vinculan.
de cada uno de ellos. Sin embargo, hasta el desarrollo de la más Como ya :hemos dicho, la actividad no es un proceso de adición.
simple división técnica del trabajo lleva necesariamente a delimitar Por consiguiente, las acciones no son "unidades" peculiares que se
l' los resultados en cierto modo intermedios, parciales, que logran al- incluyen en la composición de la actividad. La. actividad humana
gunos partícipes de la actividad laboral colectiva, pero que por sí no ~xiste más que en forma de acción G cadena de acciones. Por
solos no pueden satisfacer las necesidades de aquéllos. Estas nece- ejer.1plo, la actividad laboral existe en las acciones laborales, la ac-
sidades no son satisfechas por los resultados ..intermedios", sino por tivirlad del estudio en las acciones del estudio, la actividad de la
la parte del producto de su actividad conjunta que cada, uno de comunicación en 1as acciones (actos) de la comunicación, etc. Si
ellos obtiene en virtud de las relaciones que los unen y que surgen restamos mentalmetne a la actividad las acciones que la ejecutan
en el proceso del trabajo, es decir, de relaciones sociales. nada quedará de esa actividad. Podemos expresar esto de otro modo;
Es fácil con1prender que ese resultado "intermedio" al que se cuando ante nosotros se desenvuelve un proceso concreto -interno
subordinan los procesos laborales del hombre, debe estar delimitado o exterio~-; desde el ángulo de su relación con el motivo aparece
para él también subjetivanaente, o sea, en forma de representación. como activtdad del hombre, en tanto que como subordinado a un
fin, aparece como acción o como conjunto o cadena de acciones.
A la vez, la actividad y la acción constituyen realidades autén-
. 21 Una ~terp~etaci6n tan. limitada del motivo que lo considera como el ticas y, adémás, no coincidentes entre sf. Una misma acción puede
ob¡eto (material o ideal) que IIDpulsa y orienta hacia sl la actividad, difiere concretar diversas actividades, puede pasar de una actividad a otra
de la interpretación generalmente admitida; pero no es éste el lugar para pole-
mizar sobre este problema. revelando de este modo su relativa independencia. Volvamos ~
1 tomar un ejemplo cqmún: supongamos que me planteo una finalidad,
1. • i
on
es decir, llegar al punto N, y así lo hago. Se comprende que esta Se dan en condiciones objetivas. Al mismo tiempo, la delimitación
• 1 acción puede tener motivos totalmente dive¡sos, es decir, realizar y toma de conciencia de los fines no es en mo_do alguno un acto
actividades completamente distintas. También es evidente lo ~ontra­ que se produce automática e instantáneamente, smo un proceso bas-
rio, es decir, que uno y el mismo motivo pueden concretarse en tante prolongado de aprobación de los fines por la acciÓn y de su
distintos fines y, correspondientemente, engendrar diferentes acciones. reUenado objetivo, si puede decirse así. El individuo, o_:hserva jus-
En relación con la delimitación del conceplo de acción como tamente Hege1, "no puede determinar el fin de su acciOnar hasta
·1' '
i' la "más importante "efectora" de la actividad humana (de un mo- que no ha actuado ... " 22• •, •
1
mento suyo) debe tenerse presente que una actividad que se des- Otro importante aspecto del proceso de formacton. del fm con-
envuelve en alguna medida presupone el logro de u11a, serie de siste en concretarlo y delimitar las condiciones para lograrlo. Pero
fines concretos, entre los cuales algunos están ligados cnh·e sí por 6!;to es un aspecto que merece una consideración especial.
·.. :'
.i~ 1 una rigurosa continuidad. Dicho de otro modo, por lo general la Cualquier fin -incluso el de "llegar al punto N"- existe o~je­
actividad se realiza mediante un conjunto de acciones que están tivamente en una situación objetiva. Es cierto que para la concten-
subordinadas a fines parciales que pueden ser .deslindados del fin cia del sujeto el fin puede aparecer abstraído de esta situación, pero ·
general; además, un caso típico en los peldaños más elevados del su acci.6n no puede ser abstraída de ella. Por eso, además de su
desarrollo, es que el papel del fin general lo cumple un motivo del aspecto intencional (.qué debe ser logrado), la acción tiene también
que se ha tomado con.ciencia, y que gracias a que se tiene concien- su aspecto operacional ( c6nw, por, qu~ med~o puede ser lo~r~do)
cia de él se ha convertido en motivo-fin. el que es definido no por el fin en Sl nusmo, smo por las condtc1ones
Uno de los problemas que aquí surgen es el de la formación objetivo-materiales que se requieren. para lograrlo. En otras pala-
del fin. Es éste un problema psicológico de magnitud. Lo que su- bras, la acción que se está ejecutando respon?e a una ta~e~; la tarea
cede es que del motivo de la actividad depende sólo la zona d(; es precisamente un. fin que se da en ~etermn;',adas c~,nd1cto~es. P~r
finrs objetivamente adecuados. En cambio, la delimitación subje- eso la acción tiene una calidad espec1al, su efector especial, mas
tiva del fin (es decir, la comprensión del resultado inmediato, cuyo precisamente, los medios con los cuales se ejecuta. Denomino ope-
log~ realiza esa actividad que puede satisfacer la necesidad objeti- raciones a los medios con los cuales se ejecuta la acción.
vada en su motivo) es un proceso especial que casi no ha sido Con frecuencia no se diferencian los términos "acción" y ·"ope-
estudiado. En el laboratorio o en un experimento pedagógico siem- ración". Empero, en el contexto del análisis psicológico de la acti-
pre planteamos al investigado un fin, que podríamos llamar "ela- vidad es jmprescindible diferenciarlos con exactitud. Como ya he-
borado"; por eso el proceso de formación del fin por lo general mos dicho las acciones están correlacionadas con los fines, las ope-
escapa al investigador. Probablemente sólo en los experimentos si- raciones c~n las condiciones. Supongamos que el fin sigue siendo
milares por su método a los muy conocidos de F. Hoppe, este proceso el mismo en cambio las condiciones en· Jas cuales se ua, se mouifi-
se man.ifiesta, aunque en forma unilateral, pero con bastante nitidez, can; en ~se caso se modifica única y precisamente la composición
por lo menos en su aspecto cuantitativo-dinámico. Distinto es lo operacional de la acción. .
que sucede en la vida real, donde la formación del fin aparece como La no coincidencia de las acciones y las operac10nes aparece
momento principal del movimiento de una u otra actividad del su- de manera particularmente evidente en las. acciones ins~~entales,
jeto. En este sentido comparemos el desaiTollo de la, actividad cien- porque el instrumento es el objeto matenal . dond~ cnst~lizan los
tífica de Darwin y Pasteur, por ejemplo. Esta comparación es alec- procedimientos, las operaciones, y no la ace1ón m l?s fmes. P~r
cionadora no sólo desde el punto de vista de que existen enormes ejemplo, se puede dividir físicamente un objeto matenal por mediO
diferencias en cómo se opera subjetivamente la delimitación de los de diferentes instrun1entos, cada uno -de Jos cuales establece el
fines, sino también desde el ángulo de la riqueza de corttenido psi- procedimiento para cumplir determinada acción. En algunas condi-
cológico del proceso de esa delimitación.
Ante todo, en. ambos casos se ve con mucha claridad que los
fines no se inventan, que el sujeto no los plantea arbitrariamente. 22 Hegel, Obras. Moscú, 1959, t. IV, págs. 212-213.

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Incluso en caso de que la operaci6n la ejecute una máquina, ésta ;¡
ciones será más adecuada la operación de cortar, por ejemplo, en realiza de todos modos las acciones del sujeto. En el hombre que ¡:
tanto que en otras convendrá aserrar; en este caso se supone que e1 rcsue]~e la tarea utili~ndo 'un equipo de computación, la acción
hombre sabe maneiar los instrumentos que corresponden, o sea, el no se interrumpe en ese eslabón extr~cerebral: del mismo .mo~o que
cuchi1lo, el serrucho, etc. Lo mis~o sucede en circunstancias niás en otros de sus eslabones, esa accion encuentra su reahzac1ón en
complejas. Supongamos que· a una· persona se le plantea el fin de é. te. Unicamente una máquina "enloquecida" que escapa al control
representar gráficamente algunas dependencias que ha encontrado. ucl hombre pu~de cumplir operaciones que no concreten ninguna
Para hacerlo debe aplicar uno u otro procedimiento a fin de trazar acción del suj .to orientada l)acia un fin. . . 1

los gráficos, o sea, ejf')cutar determinadas operaci~nes, y par? ello Por consiguiente, en el torrente genera] de la act1v1dad q~e '1
debe saber efectuarlas. En este caso no importa como, en que con- configura la vidn humana en sus manifestaciones sup~riorcs, rncdla-
diciones ni sobre qué material aprendió n. hacer esas oprraeioncs; tizaJas por el reflejo psíquico, el análisis delimita, pr1mero, algunas ¡¡
lo esencial es otra cosa: que la elaboración de las operaciones tras- actividades (especiales), según el criterio de los motivos que las
curre de modo totalmente distinto a' la formación del fin, es decir, :.'1
impulsan. Luego se deli~itan las ~cciones o pr~cesos que o~edecen lj
a la génesis de las ·acciones. ' a fines concientes. Por ultimo, estan las operac1ones que depend~n
Las acciones y operaciones tienen distinto origen distinta diná- directamente de las condiciones requeridas para el logro . del fin
mica y distinto destino. La génesis de la acción reside en las rela- concreto.
ciones del intercambio de actividades; en cambio toda operación Estas "unidades" de la actividad humana. son las que foqnan
es el resultado de la metamorfosis de la acción que ocurre porque se su macroestruclura. La particularidad del análisis que conduce a su
incluye en otra acción y sobreviene su_ "tecnificación". Puede servir delimitación consiste en que utiliza, no la disociación de la actividad
como el ejemplo más simple de este proceso la formación de opera- viva en elementos, sino que descubre las relaciones internas que la
ciones cuya ejecución se requeiere para conducir un automóvil. En caracterizan relaciones en las que están implícitas las trasforma-
un principio cada operación (el cambio de velocidades, por ejem- ciones que ~urgen en el curso de' desarrollo de 1~. actividad.' en su
plo) se forma como una acción subordinada a ese fin y que tien~ movimiento. Los objetos de por sí pueden adqumr la. cuahdad de .1'
una ''base orientadora" conciente (P. l. Galperin). Posterionnen te 1.
impulsos, fines e instrumentos solamen,te dentro del SJ~tema de. la
esta acción se incluye en otra que tiene una compleja composidón actividad humana; desgajados de los vmculos de este s1stema pler-
operacional; en la acción de cambiar el régimen de movimieDto del d n su ·xistcnda como impulsos, r;omo fines, como instrumentos. 1'
automóvil. Entonces, el cambio de velocidades se conviE-rte en uno El instrumento, por cjcn1plo, tomallo al margen de] vínculo con el 1 1
1
de los procedimientos · para ello, es decir, en la operación que lo .1
fü1, llega a ser tan abstracto como 1~ operación tomada al margen '
ejecuta, y deja de realizarse como proceso especial orientado hacia del vínculo con la acción que lla 'JCcuta.
un fin: su fin no se delimita. Para la conciencia del conductor en Para investigar la actividad lo que se requiere es analizar. s_us
condiciones normales parecé casi no existir el cambio de velocida- vínculos sistémicos internos. De otrc modo no estamos en condlclO-
des, se ocupa de otras situaciones: hace arrancar el coche, acelera nes de resolver ni siquieia las tareas más simple~~ como por ejem~}o.
bruscamente, lo hace correr, lo detiene en el lugar necesario, etc. juzgar si en un caso dado estamos ante un~ acc1on o una opera~10n.
Como es sabido, la verdad es que esta operación puede ser excluida Además la actividad es un proceso caractenzado por trasformac10nes 1
de la actividad del conductor y ser ejecutada por un autómata. ·El
destino de las operaciones en general es el de convertirse tarde o
que se producen coustantemcnte. La activid~d puede perder. el mo- .1 ~
tivo ue ]a ha suscitado, y entonces se conv1erte en una ac016n que 1·
temprano en función de una máquina 23 • tal vez concreta una relación totalmente diferente con el mundo, '
lo
Sin embargo, la operación no es con respecto a la acción algo otra actividad; la acción, por el contrari.o,. puede a?quirir una !u~rza
..separado", como no lo es la acción con respecto a la actividad. impulsora propia y llegar a ser una activ~dad particular; por ~timo,
la acción puede trasformarse en un mcdw para a1caf!zar un fm, ~n
23 Véase A. N. Leóntiev, "La automatización y el hombre". Investigaciones un operación capaz de efectuar diversas acciones.
psicológicas. Moscú, 1970, fase. 2.

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Por otra parte, la movilidad de algunos sistemas ''efectores" de Tiene primordial importancia delimitar en la actividad las "uni-
acti idad se expresa en que cada uno puede llegar a ser más frag- dades" que la efectúan para resolver varios problemas capitales. Ya
mentado o, a la inversa, incluir unidades antes relativamente inde- me he referido a uno de ellos: el de la unidad de los procesos de
pendientes. De este modo mientras se trata de alcanzar el objetivo actividad que por su forma son externos e internos. El principio
general ya delimitado puede producirse la delimitación de los fines o ley de esta unidad consiste en que siempre se produce siguiendo
inlermcd ios como resultado de lo cual la acción integral se divide exactamente las "junturas" de la estructura que hemos descrito.
en una serie de acciones sucesivas; esto es particularmente carac- Hay algunas actividades en las cuales todos los eslabones son
terístico cuando la acción trascurre en condiciones que dificultan esencialmente internos; de este tipo puede ser, por ejemplo, la acti-
su cumplimiento por medio de operaciones ya conformadas. El pro- vidad cognoscitiva. Es más frecuente el caso en que la actividad
ceso opuesto consiste en ampliar las unidades delimitables de la interna que responde a un motivo cognoscitivo se efectúa mediante
actividad. Es el caso en que los resultados interm ed io , logrados procesos que, en lo esencial, son extemcs por su forma; de este tipo
objetivamente, se fusionan entre sí y el sujeto deja de tomar con- pueden ser las acciones exteriores o bien las operaciones motrices
ciencia de ellos. externas, pero jamás sus elementos separados. Lo mismo se refiere
D e acuerdo con lo que antecede se opera la división o, por el a la actividad externa: algunas de las acciones y operaciones que
contrario, la ampliación también de las "unidades" de las imágenes efectúan la actividad externa pueden tener la forma de procesos
psíquicas: el texto que copia la inexperta mano de un niño se divide internos, mentales, pero de nuevo precisamente y sólo como accio-
en su percepción en letras separadas y-,hasta en sus elementos grá- nes o como operaciones, es decir, en su integridad, en su indivisibi-
ficos; luego, en este proceso llegan a ser unidades de percepción lidad. El fundamento de tal estado de cosas, que es sobre todo
para él las palabras enteras e incluso las oraciones. fáctico, reside en la propia naturaleza de los procesos de interiori-
A simple vista -tanto con una observación externa como intros- zación y exteriorización, porqu , en general, no es posible trasfor-
pectivamente- no aparece con mucha nitidez el proceso de división mación alguna de los "trozos" separados de la actividad. Esto sig-
o ampliación de las ·unidades de la actividad y del reflejo psíquico. nificaría no una trasformación de la actividad, sino su destrucción.
Sólo se lo puede investigar recurriendo a un análisis especial y a Delimitar las acciones y operaciones dentro de la actividad no
índices objetivos. Entre tales índices se cuenta, por ejemplo, el de- agota su análisis. Tras la actividad y las imágenes psíquicas que la
nominado nistagmo optocinético, las modificaciones de cuyos ciclos regulan se inicia el enorme trabajo fisiológico del cerebro. Esta
i
permiten -como lo han mostrado las investigaciones- establecer, tesis en sí misma no necesita ser dernoslra:da. El problema es otro:
al ejecutar las acciones gráficas, el volumen de las "unidades" mo- encontrar las verdaderas relaciones que vinculan entre sí la activi- ¡.
trices que entran en su composición. Por ejemplo, la escritura de dad del sujeto, mediatizada por el reflejo psíquico, y los procesos
palabras en un idioma extranjero se separan en muchas más unida- fisiológicos cerebrales.
des fragmentadas, que la escritura de palabras comunes en el idioma La correlación de lo psíquico y lo fisiológico es analizada en
natal. Se puede decir que este desmembramiento, que aparece visi- muchos trabajos psicológicos. En relación con el estudio de 1a
blemente en los oculogramas, corresponde a la desintegración de la actividad nerviosa superior, ha sido teóricamente explicada en de-
acción en las operaciones que la componen y que evidentemente talle _por S. L. Rubinstein, quien desarrolló la idea de que lo fisio-
sou las más simples y primarias u lógico y lo psíquico son una y la misma activjdad, es decir, la acti-
vidad refleja reflectora, pero examinada en diversos relaciones, y
ll· que su investigación psicológica es la continuación lógica de su
24
Véase l. B. Hipperreiter, G. L. Pik, "El nistagmo optocinético de fij:t.- investigación fisiológica 25 • Empero, el análisis de estas proposicio-
ción como índice de la participación de la vista en los movimientos". En In nes, al igual que el de proposiciones planteadas por otros autores,
recopilación Investigación de la actividad visual del hombre. Moscú, 1973; l. B.
Hippenreiter, V. I. Románov, l. S. Samsóoov, "El método para delimitar las
unidades de la actividad". En la recopilación Percepción y actividad. Moscú
1975. ' 25 Véase S. L. Rubinstein, El ser r¡ la conciencia. Ed. cit., págs. 239-240.

88
- ------

nos hace salir del plano de análisis que nos hemos trazado. ~ or eso, mientos psicológicos; que hasta un concepto tan fundamental para
al reproducir algunas de las proposiciones fo.rmulad.a~ ~o r. e os, me la fisiología como el de reflejo condicionado, nació en experiencias
limitaré aquí al lugar que o cu~)a n las func1oncs fJSiolog1cas en la "psíquicas", corno las denominara al comienzo I. P. Pávlov. Como
estructura de la actividad objetivada del hombre. . . . ,. es sabido, posteriormente Pávlov se pronunció en el sentido de que
· Quiero recordar que !a anterior psicolo~ía, subJChvo-c~pmca, la psicología, en su etapa de aproximación, aclara "las construccio-
se limitaba a afirmar la existencia del paralehsmo d e l~~ fenome.n?s nes generales de Jas formaciones psíquicas, en tanto que la fisiolo-
psíquicos y fisiológicos. Es sobre esta base cómo surgJO la ~xtra3a gía, en la misma etapa, tiende a hacer avanzar más la tarea, es c.lecil
teoría de las "sombras psíquicas" que, en el fo~,do , en cualqUlera e aprehenderlas como una interacción singular de los fenómenos fisio-
27
sus variantes, significaba renunciar a la soluc10n de lo~ problema~ . lógicos" • D e este modo, la investigación se encamina, no de la
Esto se refiere también, con algunas salvedad~s, ~ l?s mtento~ .te~­ fisiología a la psicología, sino de ésta a aq uélla. "Ante todo -escri-
ricos posteriores de describir el nexo de lo psiCologiCo y lo flSl~l.o­ bió Pávlov-, es importante comprender •psicológicamente, y luego
gico basándose en la idea de su morfología y en h. interprctac10n traducir al lenguaje fisiológico" 2S,
de Ías estructuras psíquicas y fisiológicas por medio de modelos El hecho más importante es que el paso del análisis de la acti-
lógicos 26 • •, . vidad al análisis de sus mecanismos psicofisiológicos responde a
Otra alternativa consiste en renunciar a la comparacwn ~~r.ecta Lransiciones reales entre ellos. Hoy ya no podemos encarar los me-
de lo psíquico y lo fisiológico, y continuar ~~ análisis de la act1v1dad canismos cerebrales (psicofisjológicos) de otro modo que e mo un
haciéndolo extensivo al nivel fisiológico .. ~:n embargo,. para ,ello ~s producto del d esarrollo de la propia actividad objetivada. Sin ·em-
necesario superar la rutinaria cont.ra?OSICJ?,n ?e
1~ ps1cologm Y a bargo, es pr ciso tener presente que estos mecanismos se forman
fisiología, como abarcadoras de d1shntos objetos . . . en la filogénesis y en el desarrollo ontogcn6tico (sobre todo funcio-
Aunque las funciones y mecanismos cerebrales son tema mdJs- nal) de modo distinto y, consiguientemente, no actúan en la misma
forma.
cut ible de la G iología, de ello no se deduce en absoluto q~e osa_s
funciones y mecanismos estén totalmente .al margen d e dla ~~~es~!.­ Los mecanismos filogenéticamente formados constituyen premi-
gación psicológic::l que "hay que dar al César lo que es , e1 .~esar · sas completas de la actividad y del reflejo psíquico. Por ejemplo,
Aun']_ue s~lva' del rcduccionismo fisiológi o, esta como?a. !ór- los procesos de la percepción visual están en cierto modo registrados
en las particularidades de la estructura del sistema visual del hombre,
ula induce a cometer el mayor de los pecad0s: d de_ a1sla1 lo
msíquico del trabajo del cerebro. Las verdad ras relac10~1es qu~ pero sólo en forma virtual, como posibilidad de éstas. Sjn embargo,
~nen la psicolog.ía y la fisiología se parecen más_ ~ .las .rclacJOncs de con esto la investigación psicológica de la percepción no qucd:1 exi-
mida de profundizar en esas particularidades. Lo que~ suc<~uc es
la fisiología y la bioquímica: el progreso de la hsJOlogta ~le a nece-
sariamente a ahondar en el análisis fisiológico hasta 1 mvcl de l~s que no podemos decir nada en general sobre Ja percepción sin ape-
recesos bjoquímicos; por otra parte, sól e.l d<~~arrollo el ' la J¡- lar a esas particularidades. Otro problema es l de si convertimos
~ología (en un sentido más amplio, de la .b1ologlél ), .eng ndra ~sa en tema inde7Jendiente de estudio esas particularidades morfofisio-
Jógicas o investigamos su funcionamien to dentro de la estructura
problemática especial que constituye el ámb1to e ·pec1.hco de la biO-
de las acciones y operaciones. La diferencia de estos enfoques se
química. · 1
Continuando esta analogía -completamcnt,e. conv~nc1?~a , J?Or pone de manifiesto en cuanto comparamos los datos d' la inve ti-
cierto-, podemos decir que también la problematlca psicohsJOlogic.a gación, digamos, de la duración de las posimágenes visuales y los
¡· 1
(fisiológica superior) es engendrada por el desarrollo de los conoc1- datos de la investigación de la integración posexposicional de los
elementos visuales sensoriales al resolver diversas tareas perceptivas.
1'1
... 2ll véase por ejemplo, J. Piaget, "El carácter de la~ cxplicacio~es en. psi-
cología y el p;ralelismo psicofisiológico". Psicolo,gía expenmental, ba¡o la d1rer;;.
21
28 l. P. Pávlov, Miércoles pavlovianos. Moscú, 1934, t. I, págs. 249-250.
1
I J' ción de P. Freiss y J. Piag~t, fases. I y U. Moscu, l9p6,
,
pag. 275.l. P. Pávlov, Miércoles clínicos ·pavlovianos. Moscú-Leningrado, . 1954,

Ui 90
La situación es un tanto diferente cuando la formación de los ra~fones.. E~ verdad que el s.~gimiento de una u ofra opcracíón
mecanismos cerebrales trascurre en las condiciones del desarrollo esta dctcrmmad? por las condiClünes, medios y proocdimicnlos pre-
funcional. En estas condiciones dichos mecanismos aparecen como ~entes de la acc~ón que se van conformando o van siendo asirrtiludos
"órganos fisiológicos móviles" (A. A. Ujtomski), como nuevos "sis- esde afuera· ~m embargo, la soldadura de los eslabones elemen-
temas funcionales" (P. K. Anojin) que se van conformando ante tales qu~ .:onsht~yen el conjunto de las operaciones, su "compresión"
nuestros ojos, por así decirlo. Y t~asmlS1on a mveles neurológicos ubicados subcorticalrnente está
En el hombre la formación de sus sistemas funcionales especí- regido por leyes fisiológicas que, por supuesto, la psicología 110 pue-
ficos trascurre como resultado de su dominio de los instrumentos de desconocer. Incluso al enseñar los hábitos mot01·es externos 0 los
(medios) y operaciones. Estos sistemas no son otra cosa que ope- n:entales, nos apoyamos siempre intuitivamente en nociones empí-
raciones motrices-externas y mentales -lógicas, por ejemplo- que ncas sobre las funciones mnésicas del cerebro ("la repetición e~ la
madr~ d ~I .aprendizaje") y sólo nos parece que un cerebro nor;nal
1
se han depositado y estabilizado en el cerebro. Pero esto no es un
simple "calco" de ellas, sino más bien su parábola fisiológica. Para es ps1co og1camente mudo.
que esa parábola sea entendida, ya hay que utilizar otro lenguaje, Es distinto cuando la investigación requiere una calificación
otras unidades. Esas unidades son las funciones cerebrales, el con- exacta de l?s. procesos de la actividad que se estudian sobre lodo
junto de ellas, es decir, los sistemas funcionales-fisiológicos. de una act~v1da~ que trascurre en condiciones de escaso tiempo
Al incluir en la investigación de la actividad el nivel de las ~leva~as ~XIgen:tas, d? precisión, selectividad, etc. En este ca 0 ]a
funciones cerebrales ( psicofisiológicas) se puede abarcar Tealidades mvestigacJón ps1cologtca de la actividad incluye inevitablemente a
muy importantes, con cuyo estudio comenzó, en verdad, el desarro- modo d~ ,tarea especia.}, su análisis a nivel psicofisiológico. '
llo de la psicología experimental. Es cierto que los primeros trabajos Qwza sea en la psicología aplicada a la ingeniería donde ·se
que se dedicaron, como se decía en ese entonces, a las "funciones psí- plantea más ag~damente la tar~a de dividir la actividad en sus ele-
quicas" (la sensorial, la mnésica, la selectiva, la tónica), a pesar de men~o~: determmr sus caractensticas temporales y ]a capacidad de
la significación del aporte concreto que dieron, resultaron teórica- ad~tswn de algunos aparatos de recepción y de "salida". Se intro-
mente estériles. Pero esto sucedió porque esas funciones eran inves- duJ? el concep.to. de operaciones elementales pero en un sentido ¡¡
tigadas haciendo abstracción de la actividad objetivada del sujeto radJcalme~te dJshnto, no psicológico, sino, digamos, lógico-técnico
que ellas realizaban, es decir, corno manifestación de algunas ca- c.o~cepto Impuesto por la necesidad de extender el método de aná~
pacidades: las del alma o del cerebro. La esencia de la cuestión hs1s. d.e los procesos .maquinizados a los procesos del hombre que
reside en que en los dos casos fueron consiperadas no como gene- participa e? el trabaJo ~e. las máauinas. Sin embargo, este tipo de
radas por la actividad, sino como generadoras de ésta. fragm.entac1ón. de la actividad con vistas a describirla formalmente
Por otra parte, muy pronto se reveló que la expresión concreta Y aphcar medidas teórico-informacionales, tropezó con el hecho de
de las funciones psicofisiológicas se modifica en dependencia del que, como resultado, los principales efectores de la actividad
contenido de la actividad del sujeto. Empero, la tarea científica no dete~inad~res .:principales~ ?scapaban totalmente del campo vis~~~
consiste en constatar esa dependencia (lo que ha sido hecho hace ~e la IDvestlgacwn,y la actividad parecía deshumanizarse. Al mismo
tiempo en innúmeros trabajos de psicólogos y fisiólogos), sino en tlemp~, po s~ podut renunciar a un tipo de estudio de la aetividad
investigar las trasformaciones de la actividad que conducen a rees- que tr~s~er!d1cra los marcos del análisis de su estructura general. Se
tructurar el conjunto de las funciones psicofisiológicas cerebrales. produjo as1 Wla suer.te. de con~;oversia: por una parte, el hecho de
La importancia de las investigaciones psicofisiológicas radica que .la base pa~a dclirDJtar las unidades" de la actividad es la dife-
en que permiten descubrir las condiciones y la continuidad en la renc~a de s~s. vmcul?s ~o~ el mundo -en las relaciones sociales con ..
formación de los procesos de la actividad, los cuales requieren para el e al P~c1pa el J~d.lVlduc con aquello que impulsa la actividad
su concreción que se reestructuren o formen nuevos conjuntos de con sus fi~es y condiCIOnes objetivas- y pone fin al posterior des~
funciones psicofisiológicas, nuevos sistemas funcionales cerebrales. medbram1e?~o de esas unidades dentro de los marcos de este siste-
El ejemplo más sencillo es aquí la formación y refuerzo de las ope- ma e anális1s; por otra parte, se planteó con insistencia el estudio
92
t
1

d~ su detenninación como sistema que es engendrado por relaciones


de los procesos intracerebrales, lo que ,demand6 seguir fragmentando
~tt~les. Par~ s~npUficar, la actividad objetivada, al igual que las
esas unidades. , · 1 1~agenes pstqmcas, no la produce el cerebro, sino que es una fun-
En relación con ello, en los últimos años se lanzo la 1~ea de
clÓn de éste, consistente en la concreción de esas imágenes por me-
análisis "microestructural" de la actividad, tarea qu~ ~onSlSt.e en
unificar el enfoque genético (psicológico) .y ~1 cuan~tativo ( mfor-
dio de los órganos del sujeto corporal.
C?mo ya hemos dicho, el análisis de la estructura de los pro-
macional) de la actividad 20 • Fue necesano. mtroduc~ el . concept.o c~so~ mtercerebrales de sus bloques o constelaciones, constituye el
de ''bloques funcionales", de los vínculos d1rectos e 1~vers~s. e~tl~ 1 s1gmente des~nembramiento de la actividad, de sus aspectos. Tal
ellos, que forman la estructura de l?s procesos que real_tzau f1Slolog - desmembramiento no sólo es posible, sino que suele ser necesario.
camente la actividad. En este sentldo se presupone que est~ .estruc-
Lo q~e. hay que te~er presente es que traslada la investigación de
tura corresponde en conjunto a 1,~ macroestruc.tura d~ la act~~1~ad, Y la. activtdad a un mvel especial: el del estudio de las transiciones
que la delimitación de algunos bloques funClonales, perm1t~1a pro-
fundizar el análisis, continuándolo en unidades mas fr~c.ciOnadas.
de las unidades de la actividad (acciones, operaciones) a las uni-
dades de. los procesos cerebrales que ellas realizan. Quiero destacar
Sin embargo, aquí se nos p1antea una .compl~ja tarea teor1~a: .co~1- en especial que se trata precisamente de estudiar las transiciones.
prencler las relaciones que vinculan entre Sl las estructur~s mtra- Es esto l~ que diferencia el denominado análisis microestructural
cerebrales y las estructuras de la actividad que ellas reahzar:. El de la. actividad objetivada y el estudio de la actividad nerviosa
posterior desarrollo del microanálisis ~e la acti~id.ad .plantea ~mp,e­ supenor en los conceptos de los procesos fisiológicos cerebrales y
rativamente esta tarea, ya que el prop10 proceduruento de la mves- de sus mecanismos. neuronales cuyos datos sólo pueden compararse
tigación, por ejemplo, de los vínculos inversos de los elementos con los correspondientes fenómenos psicológicos.
estimulados de la retina y de las estructuras cerebrales responsables
Por otra parte, la investigación de los procesos intercerebrales
de la construcción de las imágenes visuales primarias, se apoya .en
que efectúan la actividad conduce a la demistificación del concepto
el registro de fenómenos que sur~en ~6lo gra~ias ,a. la 'P.ostenor de "funciones ps~quicas" en su significación antigua, clásica, corno
reelaboración de esas imágenes prunanas en ~1potet1cos blo.ques u_n haz de capac1dades. Resulta evidente que éstas son manifesta-
semánticos", cuya función está definida por el s1stema de rclac10nes
CIO~es de propiedades fisiológicas funcionales generales ( psicofisio-
que por S'J. propia naturaleza son extracerebrales y, por lo tanto, no
~óg1ca~) q~e de. ordinario no elÚsten por separado. Por ejemplo, es
fisiológicas. unposible 1mag111arse la función mnésica como desvinculada ele la
Por el carácter de sus mediatizaciones, las transiciones a que f~~ci?n. sensorial, y viceversa. En otras palabras, sólo los sistemas
nos referimos son comparables con las que vinculan la técnica .~e f~sJOlogJcos. de las funciones ejecutan operaciones perceptivas, mné-
la producción y la propia producción. Es claro que la producc~on Sicas, .motnces y ot~as. Pero, insisto, las operaciones no pueden ser
se realiza. por medio de instrumentos y máquinas, y en este sentido reduc1~as a es~os. sistemas fisiológicos. Están siempre subordinadas
es una consecuencia del funcionamiento de éstos; empero los ins- a relac10n~ obJetivo-materiales, es decir, a relaciones extracerebrales.
trumentos y las máquinas son creados por la producción, la que es 'l!na v1a muy importante -que ya fuera esbozada por L. S. Vi-
una categoría ya no técnica, sino socioeconómica. gotskí- para penetrar en la estructura de la actividad desde el án-
Me he permitido founular esta comparació~ ~on el ún.ico ob~eto gulo ,del cere?r~, .es ~a que. toman la neuropsicología y la psicopa- •1
de destacar la idea de que el análisis de la actlvtdad a ruvel pstco- tologta. Su s1?~1hcaciÓn ps1~ológica general consiste en que penni-
fisiológico, aunque da la posibilidad de uti}i~r adecua?amente .su- t~? ver la act1v1dad en su disociación, que depende de la descone-
1

tiles indicadores, el lenguaj~ de la cibemetica X ~ed1~as teónco- XIOn de algunos sectores del cerebro o del carácter de las alteraciones
informacionales, al mismo tiempo hace abstracc10n mevttablemente más comunes de su función que se manifiestan en las enfermedades
mentales.
, Me de~engo ~ólo en al~unos datos recogidos en la neuropsico-
29 Véase V. P. Zínchenko, "Sobre el método microestructural de _investi- logia. A d¡ferenc1a de las mgenuas representaciones psicomorfoló-
gación de la actividad cognoscitiva". Trabajos del ISICET, fase. 3, Moscu, 1972.

94
es decir, de su cerebro, sus órganos de percepción y de movimiento.
gicas -de acuerdo con las cuales los proces~s psi~ológicos externos Las l yes que gobiernan los procesos de su funcionamiento se ma-
están unívocamente vinculados con el funciOnamiento de algunos nifiestan, por supuesto, pero sólo mientras no pasamos a investigar
centros cerebrales (del habla, la escritura, el pensamiento concep- las acciones objetivadas que ellos realizan o las imágenes cuyo aná-
tual, etc.)- las jnvestigaciones neuropsicológicas demostraron que lisis es únicamente posible a njvel de la investigación ele la actividad
esto complejos procesos, que se van conformando. du:~nte .la VI.da del hombre, a nivel psicológico.
y son de origen socio-histórico tie~c.n. una locali~'lctOn dmánuca La cuestión no cambia tampoco al pasar del nivel de la inves-
y sistémica. Como resultado del anahslS comparativo ~e. un vasto tigación psicológica al nivel social propiamente dicho: es aquí donde
material recogido en experimentos con enfermos con d1st1~ta l~ca­ esta transición a leyes nuevas, o sea, sociales, se opera como una
lización de lesiones focales del cerebro se pone al descubierto JUS- transición de la investigación de procesos que son los ejecutores de
tamente el cuadro de cómo se van "asentando" en su morfología los las relaciones de los individuos, a la investigación de las relaciones
· ·a a a h umana 30.
diversos "componentes , d e 1a actiVl en las que se concreta la actividad conjunta de aquéllos en la so-
De este modo la ncuropsicología permite, desde su ángulo -es ciedad, y cuyo desarrollo está regido por leyes históricas objetivas.
decir, desde el ángulo de las estructuras cerebrales- penetrar en De este modo, el análisis sistémico de la actividad humana es
los "mecanismos efectores" de la actividad. necesariamente también un análisis por niveles. Es este análisis el
La inactividad de algunas zonas del cerebro, q~~ conduce a. 1~ que permite superar la oposición de lo fisiológico, lo psicológico y
alteración de unos u otros procesos descubre tamb1en otra posibl- lo social, al igual que la reducción de lo uno a lo otro.
lidad: investigar en esta.s condiciones totalmente xcepcionales, su
desarrollo funcional , que aparece aquí como restablecimiento d.e
dichas zonas. Esto se refiere d el modo más directo al restableci-
miento de las acciones externas y mentales, cuyo cumplimiento se
había vuelto inaccesible al enfermo debido a que la lesión focal
excluyó uno de los eslabones de una u otra de .las .operaciones ~u.e
realizaban. Para eludir el defecto preyia y mmuCiosamente cahh-
cado del enfermo, el investigador proyecta uu nuevo conjunto d.e
operaciones capaces de cumplir la acción dad~, y h~ego forma act~­
vamente en él ese conjunto, en el cual el eslabon lesiOnado no parti-
cipa, pero que, en cambio, comprende eslabones qu~ en casos nor-
males son superfluos o incluso faltan. No es necesano hablar de la
significación psicológica general que tiene esta corriente de inves-
tigaciones; eso es evidente. . . , . .
Es cierto que en las investigaciOnes neuropsicologiCas, al 1gual
que en las psicofisiológicas, se plantea nec sa~iarnente el probl ema
del paso de las relaciones extracerebrales a las mtracercbral · s. ~omo
ya lo hemos dicho, este problema no puctlc s r resuelto med1ant~
comparaciones directas. Su solución radica en el análisis d 1 mOvi-
miento (kl si tema 'de la a,clividad objetivada · en su conjunto, en
la cual está incluido también el funcionamiento del sujeto corporal,

:lO Véase A. R. Luria, Funciones corticales superiores del hombre. Moscú,


1969; L. S. Tsvetkova, Enseñanza restauradora en lesiones locales del cerebro.
Moscú, 1972.
97
96
gieron nuevos problemas: a qué necesidad objetiva responde la na~
dente conciencia, qué la engendra, cuál es su estructura interna.
La conciencia en su carácter inmediato es el cuadro del mundo
que- se revela al sujeto, en el cual están incluidos él mismo, sus ac-
ciones y estados. La presencia en él de este cuadro subjetivo no
plantea al hombre cándido, por supuesto, problemas teóricos de nin-
gún tipo; tiene ante sí el mundo, y no el mundo y el cuadro del
mundo. En este realismo natural está inserta una verdad auténtica,
aunque pueril. Otra cosa es identificar el reflejo·psíquico y la con-
ciencia, lo cual no es más que una ilusión de nuestra introspección.
CAPÍTuLo IV Surge de la aparente amplitud ilimitada de la conciencia. Al
preguntarnos a nosotros mismos si tomamo::; o no conciencia de uno
ACTIVIDAD Y CONCIENCIA u otro fenómeno, nos estamos planteando la tarea de tomar concien-
cia y, por supuesto, la resolvemos instantáneamente en la práctica.
Se logró inventar un procedimiento taquistoscópico para diferenciar
l. Génesis de la conciencia experimentalmente el "campo de percepción" y el "campo de la
conciencia". ;·
11 La actividad del sujeto -exterior e interna- está mediatizada y Por otra parte, son bien conocidos y fácilmente reproducibles, ~ :
regulada por el reflejo psíquico de la realidad. Aquello que para el en condiciones de laboratorio, hechos que muestran que el hombre 1',1
sujeto aparece en el mundo objetivo como motivos, finalidades y es capaz de realizar procesos adaptativos complejos que son diri- 11

1•
condiciones de su actividad, debe ser percibido, representado, com-
prendido, retenido y reproducido, de rmo u otro modo, en su me-
gidos por objetos del ambiente, sin darse cuenta en absoluto de
la existencia de su imagen; elude obstáculos e incluso manipula
il
1

i moria; esto también se ·refiere ·a los procesos de su actividad y a él cosas como si "no las viera".
mismo, es decir, a sus estados, propiedades y características. De La cue~;tión difiere si es preciso hacer o modificar el objeto se-
tal modo, el análisis de la actividad nos lleva a los temas tradicio- gún un modelo o representar algún contenido objetivo. Cuando
nales de la psicología. Pero ahora se invierte In lógica de la investi- hago un arco de alambre o dibujo, digamos, un pentágono, necesa-
gación: el problema de la manifestación de los procesos psíquicos riamente confronto la representación que pose() con las condiciones
1
se trasforma en el de cómo se originan, cómo son engendrados por objetivas, con las etapas de su realización en el producto, y comparo 1
los vínculos sociales que el hombre establece en el mundo objetivo. interiormente uno con el otro. Estas confrontaciones exigen que mi 1•
La realidad ps1quica que se nos revela en forma directa es el representación se presente para mí como si fuese en un mismo plano
'1
con-el mundo objetivo, sin fusionarse, empero, con él. Esto es par-
¡''¡.
¡,
mundo subjetivo de la conciencia. Debieron trascurrir siglos para l
que se llegara a desechar la identificación de lo psíquico y lo con- ticularmente claro en las tareas para cuya solución hace falta llevar 1

dente. Es asombrosa la diversidad de caminos que condujeron a su a cabo con antelación "en la mente" traslados especiales recíprocos de
diferenciación en la filosofía, la psicología y la fisiología: basta las imágenes de los objetos relacionables entre sí; así es, por ejemplo,
mencionar los nombres de Leibniz, Fechner, Freud, Séchenov y la tarea que plantea dar vuelta mentalmente una figura, inscrita en
otra figura.
l 1

Pávlov.
El paso decisivo fue la afirmación de la idea de que el reflejo En el plano histórico, la necesidad de esa "presentación" de la
psíqirico tiene diversos niveles. Desde el pWlto de vista histórico, imagen psíquica al sujeto sólo surge durante la transición de la acti-
genético, esto equivalía a reconocer la existencia de un psiquismo vidad adaptativa de los animales a la actividad productiva, laboral,
preconciente en los animales y la aparición en el hombre de una que es específica del hombre. El producto hacia el que tiende ahora
forma cualitativamente nueva de la psiquis: la conciencia. Así sur- la actividad todavía no existe en forma real. Por eso sólo puede

98 99
!1
'

regular la actividad en caso de que esté representado para el' sujeto


f
i en forma tal que le permita comparado con el material inicial ( ob-
jeto de trabajo) y con sus trasformaciones intermedias. Má~1 aun, que. se presenta añora al sujeto, es decir, aparece ante él en forma
la imagen psíquica del producto como finalidad debe existir para de Imagen del objeto percibido.
el sujeto de tal modo que éste pueda actuar con esa imagen, es elecir, Dicho ~e o_tro modo, en una primera aproximación, la gestación
trasformarla en concordancia con las condiciones existentes. 1t'ales de la. ~onc1enc1~ ~e perfila del siguiente modo: la representación
imágenes son precisamente las imágenes concicntes, las representa- que d.mge ~a ~;tz~td~d, e~carnán?ose en el objeto, obtiene su segun-
ciones concientes, en una palabra, son los fenómenos de la conciemcia. da eXIstenc~a, objet~vada , acces1ble a la percepción sensorial; como
Pero se entiende que la sola necesidad de que surjan en el hom- consecuencia~ el SUJeto . parece que viera su representación en el
bre los fenómenos de la conciencia aún nada dice sobre el proceso mundo extenor; al duphcarse, se toma conciencia de ella. Sin em-
' que los engendra. Pero, eso sí, plantea con claridad la tarea de barg?, este es51uema . es. inconsistente. Nos hace retornar al punto
'
'' investigar este proceso, tarea que no se planteaba en absoluto a ]a de v1sta ~ntenor subJetivo-empírico, en realidad idealista, que des-
psicología de otros tiempos. Se trata de que en los marcos del tra- ~ac~ prec17amente ante todo la circunstancia de que la transición
dicional esquema diádico objeto~ sujeto, el fenómeno de la con- mdt~ada tiene ~omo premisa necesaria la conciencia, o se~ la pre-
ciencia en el sujeto era aceptado sin aclaración alguna, si no consi- s~ncia en el SUJet~. de representaciones, intenciones, planos intelec-
deramos las explicaciones que admitían la existencia -bajo la tapa hvos, esquem~s _o modelos"; de que estos fenómenos psíquicos son
de nuestro cráneo- de cierto observador que contemplaba los cua- los que se ObJetiva~ en 1~ ~ctividad y en sus productos. En lo que
dros que los procesos fisiológicos nerviosos tejen en el cerebro. c?nci~rne a la propia actividad del sujeto, ésta, dirigida por la con-
i, Marx fue quien descubrió el método de análisis científico del CI~ncta, cumple con respecto a su contenido sólo una función tras-
!
surgimiento y funcionamiento de la conciencia humana, social e in- misora y la función de su "refuerzo-no refuerzo".
dividual. Como consecuencia -así lo subraya uno de los autores . Pero lo principal no consiste en absoluto en indicar el papel
modernos- el tema de la investigación de la conciencia se desplazó activo, rector, de la conciencia. El problema fundamental está en
del individuo subjetivo a los sistemas sociales de la actividad, ya comJ?render la conc.iencia. ,como producto subjetivo, como forma
que "el método de la observación interior y de la introspección trasfigurada de mamfestac10n de las relaciones, sociales por su na-
comprensiva, que durante largo tiempo había dominado en forma tu~al:za, que son realizadas por la actividad del hombre en el mundo
monopólica las investigaciones de la conciencia comenzó a desmoro- ObjetiVO.
narse por los cuatro costados", dice M. K.. Mamardashvili en "Aná- La actividad ~o es, en ~od~ alguno, simplemente un intérprete
lisis de la conciencia en los trabajos de Marx" (publicado en "Pro- Y portador de la Imagen ps1qmca que se objetiva en su producto.
blemas de filosofía", 1968, núm. 6, pág. 14). Es imposible, en En. e_l producto no queda impresa la imagen, sino precisamente la
realidad, abarcar en unas pocas páginas y con cierta plenitud aun- actlVldad, ese contenido objetivo del que ella es objetivamente
que sea sólo las cuestiones fundamentales de la teoría marxista de portadora.
la conciencia. Sin aspirar a hacerlo, me limitaré a algunas tesis que Las. t~ansicio?es sujeto ~ actividad~ objeto forman una suerte
señalan el camino para resolver el problema de la actividad y la de movimiento cucular, por eso puede parecer indiferente cuál de
conciencia en psicología. sus eslabones o momentos se tome como inicial. Pero no es en
Es evidente que la explicación de la naturaleza de la conciencia absoluto un movimiento en círculo vicioso. Este círculo se abre
¡. subyace en las propias peculiaridades de la actividad humana que Y se abre precisamen,te en la propia actividad práctica sensorial. '
la hacen necesaria: en su carácter objetivo-material, productivo. . Al entrar en cotft~~to directo con la realidad objetiva y subor-
1
La actividad laboral va dejando su sello en su producto. Se dm~rse ~ ~lla, la achv1~ad .se trasforma, se enriquece, y en este
1 opera -para decirlo con las palabras de Marx- la transición de la enn~uecimient? s.uyo c!lstahza en el producto. La actividad ya
• actividd a una propiedad en reposo. Esta transición es un proceso realizada es mas nca, mas verdadera que ]a conciencia que la prevé."
1
de encamación material del contenido objetivo de la actividad, la A la vez, ~~ra la conciencia del sujeto, los aportes que son hechos
¡. por su achv1dad permanecen ocultos; de ahí que la conciencia pue-
i¡,¡i 100 da parecer la base de la actividad.
1

Expresaremos lo mismo de otro modo. El refleío ele los produc- apropiación por el sujeto del mundo objetivo en su forma ideal~ en
tos de la actividad objetivada, realizadora de los nexos y relaciones forma de reflejo conciente. .
entre los individuos sociales, les parece a éstos fenómenos ele su Este proceso surge inicialmente en el mismo sistema de rela-
conciencia. Pero en realidad, tras estos fenómenos se encuentran los ciones objetivas en el cual se opera el paso del contenido objetivo .
mencionados nexos y relaciones objetivos, aunque no en forma evi- de la actividad al producto de ésta. Pero para que este proceso se
dente, sino en forma de copia, oculta para el sujeto. A la vez, los lleve a cabo no basta con que el producto de la actividad, que la
fenómenos de la conciencia constituyen un momento real en el mo- ha absorbido, aparezca ante el sujet9 con sus propiedades materia-
vimiento de la actividad. Es aquí donde reside su carácter "no les; debe operarse una trasformación tal de ese- producto que éste
epifenoménico", su esencialidad. Como observa con acierto V. P. pueda presentarse como cognoscibie por el sujeto, es decir, ideal-
Kuzmin (véase ~'Historia de la dialéctica marxista"), la imagen mente. Esta trasformación se realiza mediante el funcionamiento.
conciente asume la función de medida ideal que se cosifica en la del lenguaje, que es un producto y un medio de comunicación entre
actividad. los que participan en la producción El lenguaje conlleva en sus
El enfoque de la conciencia que estamos exponiendo modifica significados (conceptos) uno u otro contenido objetivo, pero un
de raíz el planteo de un problema cardinal para la psicología: el contenido libe.r ado por completo de su materialidad, Así., el alimen-
de la correlación de la imagen· subjetiva y el objeto exterior. Des- to es, por supuesto, un objeto material; en cambio, el si.gnificado
truye la falsificación de este problema que es creada en la psicología de la palabra "alimento, no contiene ni un gramo de sustancia ali-
por el postulado de inmediación, al que me he referido varias veces. menticia. A la vez,. el propio lenguaje también posee su existencia
Puesto que si partimos de la admisión de que las influencias exter- material, su ?JWteria; pero el l~nguaje, tomado en relación con la
nas provocan directamente en nosotros, en nuestro cerebro, la imagen realidad que denota, es sólo una forma de la existencia .de ésta, lo
subjetiva, de inmediato surge la cuestión de cómo ocurre que esta mismo que los procesos cerebrales materiales de los individuos en
imagen parece existir fuera de nosotros, fuera de nuestra subjetivi- virtud de los cuales se efectúa la toma de conciencia de la realidad 3 •
dad, o sea, en las coordenadas del ,mundo exterior. Por ende, )a conciencia individual como forma específicamente
Se puede responder a este interrogante sin salir del postulado humana del reflejo subjetivo de la realidad objetiva sólo puede ser ·
de inmediación, sólo que antes hay que admitir un proceso -digá- comprendida coq~o producto de las relaciones y mediaciones que
moslo así- de proyección secundaria de la imagen psíquica al exte- aparecen durante la formación y desarrollo de la sociedad. Fuera
rior. Resulta evidente la inconsistencia teórica de semejante admi- del sistema de estas relaciones (y fuera de la conciencia social) no' ,
sión 1 ; además se encuentra en flagrante contradicción con los es posible la existencia de la psiquis individual en forma de reflejo
hechos que testimonian que desde el comienzo mismo la imagen. conciente, de imágenes concientes.
psíquica ya "está referida" a la realidad exterior con respecto al La clara comprensión de esto es tanto más importante para la
cerebro del sujeto y que se proyecta al mundo exterior o, más bien psicología por cuanto hasta hoy ésta no ha abandonado definitiva-
es extraída de éste 2 • Por supuesto que cuando digo "extracción" mente el antropologismo ingenuo en la explicación de los fenóme-
esto no es más que una metáfora; pero expresa, no obstante, un nos de la conciencia. l1Jcluso cuando en el estudio psicológico de
proceso real y accesible a la investigación científica: el proceso de los fenómenos de la conciencia se adopta el enfoque basado en la.
actividad es posible comprenderlos sólo con la condición ineludible
1 S. L. Rubínstein, El ser y la concwncia. Ed. cit., pág. 34; V. A. Lek-
de que la propia . actividad del hombre sea considerada como .un
torski, El problema del sujeto y del objeto en la filosofía burguesa clásica y en proceso incluido en el sistema de relaciones ejecutoras de su exis-
la moderna. Moscú, 1965; A. V. Brushlinski, "Algunos métodos de modelización
en psicologia". En la rec. Problemas metodolológicos y teóricos de la psicología.
Moscú, 1969, págs. 148-254.
2 Véase A. N. Leóntiev, "Imagen y modelo". Problemas de psicología,
3 Véase E. V. IlieJlkov, "Lo ideal''. Enciclopedia filosófica. Moscú,
1970, núm. 2. 1962, t. 2.

109.
l

tencia social, la cual es- su modo de existencia también en calidad de Surge un cuach~ sumamente complejo de víncuios, entrelaza-
ser natural, corporal. mientos y transiciones internos, engendrado por el desarrollo de las
Por cierto, que las mencionadas condiciones y relaciones que contradicciones internas que, en su aspecto abstracto, aparecen ya
engendran la encienda humana, la caracterinm sólo en las etapas durante el análisis de las relaciones más simples que caracterizan el
más tempranas. Posteriormente debido al desarrollo de la produc- sistema de ]a actividad humana. A primera vista, el hecho de <!ue
ción material y de la comunicación, a la separación y luego al aisla- la investigación se sumerja en este cuadro tan complejo puede pa-
miento de la producción espiritual y a la tecnificación ~ue se opera recer que desvía de las tareas del estudio psicológico concreto de la
en el lenguaje, la conciencia de los hombres se va .liberando, del
vínculo directo con su actividad laboral práctica inmcdmta. El cncu- ~ conciencia hacia la sustjtutción de la psicología por la sociología.
Pero de ningún modo es así. Por el contrario, las parlicularidad s
¡
lo de aquello de lo que se toma conciencia se va ampliancl~ cada psicológicas de la conciencia individual sólo pueden ser compren-
: 1:
vez más, porque la conciencia se convierte en la forma umversal didas a través de su vinculación con la.<; relaciones sociales a las ' ''
-aunque no la única- del reflejo psíquico en el hombre. A la vez, \ cuales está incorporado el individuo.
experimenta una serie de modificaciones radicales.
La conciencia primaria existe sólo en forma de image.n psíquic.a
que descubre al sujeto el mundo que lo ,ro?ea; en c~b1o, la acti- 1 2. Trama sensorial de la conciencia
vidad sigue siendo, igual que antes, practxca y extenor.. En una
etapa posterior, también la actividad se convierte en objeto de la La conciencia desarrollada de los individuos se caracteriza por
conciencia: se toma conciencia de los actos de otros hombres, y a 1 ser multidimensional desde el punto de vista. psicológico.
través de ellos también de los actos propios del sujeto. Ahora éstos En los fenómenos de la conciencia descubrimos ante todo su
son comunicados denotándolos por medio de gestos o del lenguaje trama sensorial. Esta trama es la que conforma la constitución sen-
articulado. Es e~to lo que constituye la premisa para que surjan \ sorial de las imágenes concretas de la realidad, que es percibida en
el momento o que emerg-e en la memoria, que concierne al futuro
las acciones y operaciones internas que trascurren en la mc~1t~, en
o incluso es sólo imaginada. Estas imágenes se diferencian por su ,,
el "plano de la conciencia". La conciencia-imagen se hace asnmsmo
conciencia-actividad. Precisamente en esta plenitud suya es donde
la conciencia comienza a parecer emancipada de la actividad exlc-
l modalidad, su tono sensorial, grado de claridad, mayor o menor
estabilidad, etc. Acerca de todo esto se han escrito muchos miles
de páginas. Empero, la psicología empírica ha soslayado siempre
.,
1

l
rior, práctico-sensorial, y más aun, comienza a dhigirla. . .
Otra modificación cardinal experimentada por la conctencw. en una cuestión que es importantísima desde el punto de vista del
el curso del desarrollo histórico reside en la ntptura oc la fusión problema de la conciencia: la función especial que cumplen en la
que existe inicialmente entre la conciencia ~e la colectividad labo- conciencia sus elementos sensoriales. Más exactamente, esta cues-
ral y la conciencia de los individuos .que. la forman. Esto o:urre en tión hfl. sido diluida en problemas secundarios, tales corno el de la
virtud de que se pasa a tomar conc1enc1a de un vasto conJunto de comprensión de la percepción, el del papel del habla (del lenguaje)
fenómenos que incluyen también los que pertenecen a la esfera de en la generalización de los datos sensoriales.
las relaciones de los individuos que forman lo part·icular en la vida La función especial que ctunplen las imágenes sensoriales de
de cada uno de ellos. Al mismo tiempo, la estratificación de la so- la conciencia consiste en que confieren realidad al cuadro concicnte
ciedad en clases hace que los hombres se encuentren en relaciones <.lel mundo que se despliega ante e] sujeto; o, dicho de otro modo, en
desiguales, mutuamente opuestas, con respecto a los medios de pro- que precisamente gracias al contenido sensolial de la conciencia, el
ducción y al producto social; por consiguiente, también su conciencia
experimenta sobre sí la influencia de esta desigualdad, de esta opo- i mundo se presenta al sujeto como existente no en la conciencia, sino
fuera de ella, es decir, como "campo" objetivo y objeto de su
actividad.
sición. A la par, se van elaborando las nociones ideológicas que
están incluidas en el proceso por el cual los indiv~duos concretos j Esta afirmación puede resultar paradójica, porque las investi-
gaciones de los fenómenos sensoriales han partido, desde hace mu-
toman conciencia de sus relaciones vitales reales.
cho, de posiCIOnes que, po~ el contrario: llev~~on ,; la idea de Sll
"subjetividad pura", de su cara~ter de ¡er_og~1hcos . En cons?nan-
1
engendradas por el desarrollo de las formas que tiene el vínculo del
cia con eso el contenido sensonal de las 1magenes se conceb1a no sujeto con la realidad y, por ende, sobre todo desde el ángulo de
como efcct~r del vínculo directo de la conciencia ?~n ~l. I_llun?,o la función que cumple cada uno de ellos en los procesos de presen-
exterior sino más bien (véase "Materialismo y empmocnhc1smo ) tación (representatividad) del cuadro del mundo al sujeto.
.. como u~ muro que aísla de él. . .· .
Los contenidos sensoriales, incluidos en el sistema de la con-
En el período posterior a Helmholtz, el estudio explei_tmental
ciencia no revelan en forma directa su función; ésta se expresa
de los procesos de percepción se destacó por e?ormes e_XItos, de
subjetivamente sólo de modo indirecto, o sea, en la vivencia difusa
modo tal que la psicología de la · percepcion es~a ah~ra mun?ada
del "sentido de Ja realidad". Pero a veces se pone de manifiesto en
por una gran cantidad de hechos diversos ~ _!upótesis c~~?cmle~~ cnanlo surge una perturbación o deformación ele la recepción de las
Pero ocurre algo asombroso: a pesar de esos ex1tos, la postc1on teo
influencias externas. Como los datos que · prueban esto tienen una
rica de Helmholtz se mantuvo incólurne. .
importancia esencial para la psicología de la conciéncia, mencionaré
Es cierto que en la mayoría de los tr_abajos ps~cológ1cos se halla algunos de ellos.
presente de modo no visible, entre bashd?res. Solo un~s p_ocos .la
discuten seria y abiertamente, como por eJemplo, R. Gngon, autor Hemos observado una manifestación muy notable ele la función
de los trabajos contemporáneos quizá más cautivantes sobre la P r- de las imágenes sensoriales en la conciencia del mundo real durante
cepción visual 4 • d" la investigación del restablecimiento de las acciones objetales en
La fuerza de la postura de Helmlholtz radi~a en _que, al es~~ mr zapadores heridos, cegados por completo y qu"' habían perdido al
la fisiología de la visión, comprendía que es Imp_os1ble ~edu~~~ las mismo tiempo ambas manos. Debido a que se les realizó una ope-
imágenes ele los objetos directamente de las sensaciOnes e Identih~ar­ ración quirúrgica restauradora vinculada a la remoción ma iva de
las con los "arabescos" que los rayos luminosos dibujan en la r~tma. los tejidos blandos del antebrazo, perdieron asimismo la posibilidad
Dentro del sistema conceptual de las ciencias naturales de esa epoca de la perc~pción táctil de los objetos con los brazos (fenómeno de
la única solución posible del problema era la propuesta_por Helm- asimbolia). Resultó que en la imposibilidad de ejercer un control
holtz ( 0 sea que al trabajo de los órganos de los sent~dos se une visual no se restableció en eUos esta función, y consiguientemente no
necesariamente el trabajo del cerebro, estruct~ado se~u~ las refe- se restablecieron tampoco los movimientos manuales objetales. Como
rencias sensoriales de la hipótesis sobre la rcaltdad ob¡ehva) · consecuencia algunos meses después de rccihid:t Ja herida, los pa-
Ocurre que las imágenes objetivas de la conciencia fueron con- cientes comenzaron a expresar quejas no habituales: a pesar de
cebidas como ciertas cosas psíquicas que dependen de otras c?~a~, que la comunicación verbal .con los demás no se veía entorpecida
siendo estns últimas su causa exterior. En otras palabras, el análb1s en nada y de que los procesos mentales se conservaban indemnes,
se operaba en el plano d una doble abstracdó~, la que s.e expresa a, el mundo objetivo exterior poco a poco parecía "desaparecer" para
por una parte, en sustraer los procesos sensonales del.sts,tema de la ellos. Aunque los conceptos expresados ~n palabras (los significados
actividad del sujeto, y por otra parte, en sustraer las tm~ge~es sen- de las palabras) mantenían en ellos sus nexos lógicos, iban perdien-
soriales del sistema de la conciencia humana. .~ pr?p1~ ~dea, de do no obstante, su referencia objeta!. Se produjo un cuadro verda-
dar un caráct r sistemático al tema de la cogrucwn cJentif1ca que- deramente trágico de perturbación del sentido deJa realidad en los
daba sin elaborar. pacientes. "Es como si hubiera leído sobre todas las cosas, y no
1
A diferencia del enfoque que examina los fenomenos en forl_lla ]as hubiera visto... Las co as están cada vez más alejadas de mí'',
aislada el análisis en sistema de la conciencia requi~re qu_e se m- así describe su estado uno de los enceguecidos amputados. Se· queja
vestigu'en las imágenes de la conciencia en sus relaewnes mternas, de que cuando lo saludan es con1o si "no hubiera nadie" 5.

4 Véase R. Grígori, El ojo racional. Moscú, 1972. 5


75.Leóntiev, A. V. Zaporozhets, Recuperación del movimiento. Moscú,
A. N.
1945, pág.
106
locar un prisma inversor, al sujeto se le presenta sólo la trama sen-
Fenómenos similares de pérdida del sentido de la re~lidad se sorial de la imagen visual, desprovista de contenido objetivo. Lo
observan asimismo en investigados norm'lles cuando se. pro uce ~~a que ocune es que durante la percepción del mundo a través de
inversión artificial de las impresiones visuales. Ya a fmes del sig o aparatos ópticos que modifican la proyección, las imágenes visibles
pasado en sus clásicos experimentos realizados en r:erso~as con a~: se van trasformando en el sentido de su máxima verosimilitud; en
teojos especiales, que invierten la imagen ~n la. re~na?. trf~.o~ ~el otras palabras, durante Ja adaptación a las deformaciones Óplicas se
servó que en este caso se produce una VlVencw e urca 1 a opera no sencillamente un "descifrado" distinto de la imagen proyec-
mundo prcibido 6 • · a tada, sino un complejo proceso de estn.tcturación del contenido ob-
Era preciso comprender la esencia de las reestr.ucturacirnes cud - jetivo percibido, que posee cierta lógica objetiva, distinta de ]a ''ló-
. . d 1 ima en visual que se revelan al sujeto en orma e gica proyectiva" de la imagen retiniana. D e ahí que sea imposible
h~ahv~s de l ÍlT~~lidad
del cuadro visual. Posteriormente se d~~­ la percepción del contenido objetivo al comienzo de un experimento
VIvbe~cm e ~t. laridades de la visión invertida tales como la dih- prolongado con una inversión vinculada al hecho de que en la con-
cu neron par 1cu d 7 'al rostros hu-
cultad para identificar objetos c~n.~ci llos ~ en especi ciencia del sujeto la imagen sólo está representada por su trama
manos s, la inconstancia ~e e~a VISIOdn 1, e~cetera. . ual invertida al sensorial. En cambio, más adelante, la adaptación perceptiva se
La falta de referencia directa e a rmagen VIS . . lleva a cabo como un proceso peculiar de restablecimiento del con-
d 0 b'etivo material prueba que, a nivel de la conciencta re- tenido objetivo de la imagen visual en su trama sensorial invertida 12.
fl:c~o~a ef sujeto es capaz de diferenciar la. percepci?n del mt~n~o La posibilidad de diferenciar el campo fenoménico y las imá-
real ;u campo fenoménico interior. El pnmero esta represen a o
por l~s imágenes concientes "significantes", el segundo, por la tra~~
genes objetivas "significantes" es, al parecer, sólo una peculiaridad
de la conciencia humana, en virtud de la cual el hombre se libra
sensorial propiamente dicha. En otras palabras, _la t.ra~a sensor~a de la esclavitud de las impresiones sensoriales cuando éstas son
d la irna en uede estar representada en la conciencia e un m~ o
d~al: ~omo par~ s~)eto ev~)on~e~~~~
desfiguradas por condiciones casuales de la percepción. Son cu-
o bYen aquello donde ,existe el riosos en este sentido los experimentos realizados con monos a los
0 b"etivo
1 ( esto constituye un fenomeno habitual, norma , que se puso anteojos que invertían la imagen retiniana; resultó qut:,
, · y a A diferencia de los casos normales en los que la trama
por SI ~Ism ei contenido objetivo están fusionados entre sí, su falta
a diferencia del boro bre, esto desorganiza por completo la con-
sensona ducta de los monos, que caen por un largo período en un estado de
Y
de coincidencia se manifiesta ya en e1 rcsu lt ac_]0 de.- h: ·introspección
· t' inactividad u.
es ecialmente orientada to, o en condiciones expenmenta1es pm Icu-
lafes: es notoriamente clara en los experim~ntos con una pr?longad~
He mencionado aquí sólo algunos datos referentes a ese aporte
especial que la sensoriaJidad hace a la conciencia individual; se han
adaptación a la visión invertida 11. Inmedmtarnente despucs de co omitido del todo, por ejemplo, algunos Jwcbos importantes registra-
dos en condiciones de una prólongada privación sensorial H. Pero
6 M. Stratton, "Sorne preliminary ~xperiments i,n vision withouth inversion
0f the retina! image". Psychological Retnew, 1897, num .. 4. . . h
lo expuesto basta para plantear el tema que es central para el pos-
terior análisis del problema que estamos examinando.
Exter:al~orhl ~~ough
G ff "p rceptual Experience: An Analys1s of 1ts Relahon t? t e
Interna! Processings". Ps¡¡chology: A Study of a Scwnce, La naturaleza profunda de las imágenes psíquicas sensoriales
vol. 4,8 1963.
reside en su carácter objetivo, en el hecho de que son gestadas
]in, "Looking an upside- d omwn f ace , . lo·urnal of Experimental Psycho-
logy, vol. 81 (1), 196L9. .
9 Véase A D
k V V Stalin "Percepción enT condiciones
ogvmen. o, . . . , f 6 M
de
·
mverswn·' del cam. po. visual" · Ergonómica. Trabajos del ISICE , ase. , os- 12 A. D. Logvinenko, "La actividad perceptiva en la inversión de la ima-
gen retiniana". En la rec. Percepción y actividad. Moscú, 1975.
cú, 1~J3Esto dio fundamento para introducir el concepto de ."camf~¡ vis~al"Í IS J. B. Foley, "An experimental investigation of the visual field in the
Resus14monkey". lournal of gene Psychology, 1940, núm. 56.
a diferencia del co;ICepto "mundo visual". J. J. Gibson, Perceptwn o le Vlsua
• Ph. Solomon, P. Kubzansky and oth, "Physiological and Psychological
Vease A19~Do.
world.11 Bos,ton, . k o, "Visión invertida e imagen visual". Problemas
. . L ogvmen aspects of sensory deprivation". Sensory deprívation. Cambridge, Mass., 1965
de psicología, 1974, núm. 5.
109
durante los procesos de la actividad que liga en la práctica al sujeto vidad y de la co · ·' .
con el mundo objetivo exterior. Por más que estos vínculos y sus murucaclOn no se efectúa E!
que la esfera sensomotriz co 1 . . n tal caso, a pesar de
fonnas efectoras de la actividad se complejicen, las imágenes sen- conciencia. Actualmente es ~s;:rve p e~a mdemnidad, no surge la
soriales conservan su referencia objetiva inicial. denominaremos "fenómeno K y cHonoc¡d~ este fenómeno (al que
Por supuesto que cuando comparamos con la enorme riqueza De tal modo 1 aspar auser ) .
. . que os signifi d fr
de los resultados cognoscitivos obtenidos por la actividad del pensar CJenc¡a del hombre. Aun la os re actan el mundo en la con-
humano los apm'tes que le hace en forma ·directa nuestra scnsoriali- J~nguaje, éste no es el de~~~r eo sorltado: d~ .los significados es el
dad, lo primero que salta a la vista es su extrema limitación, su casi hcados lingüísticos se ocultan 1os e os significa.~os. Tras los signi-
insignificancia; además, se pone de manifiesto que las impresiones borados (operaciones) en cu o modos de acclOn socialmente ela-
sensoriales entran permanentemente en contradicción con el conoci- conocen la realidad ob' . ti' YD. proceso los hombres modifican
miento más completo. Es ahí donde surge la idea de que las impre- f d , Je va. 1cho de otr Y
Ica os esta repl·esentada tra f d. a manera, en los signi-
siones sensoriales sirven sólo como impulso que pone en acción nues- d 11 . - s orma a y co . 'd
e enguaJe- la forma ideal d . . mprlffil a en la materia
tras capacidades cognitivas y que las imágenes de los objetos son sus. propiedades, vínculos relae .eXIstencia de~ mundo objetivo, de
producidas por operaciones internas del pensamiento -inconcientes sobCJal conjunta. Por eso ks si;I:esd descubtertos por la práctica
o concientes-, que, en otras palabras no percibiríamos el mundo a straídos de su func¡'onam. t u ca os por sí mismos es decrr·
t " . . ten o en la . . . ' '
objetivo si no lo concibiéramos. ¿Pero cómo podríamos concebir an, no ¡mcológicos., corno la realid d co~ctencta mdividual son
este mundo si al principio no se nos mostrara precisamente en su esta detras de ellos te. a SOCialmente conocida que
c&rácter sensorialmente objetivo? . Los significados constitu en 1 b.
tica, la semiótica la lo' . YAl e .o Jeto d.e estudio de la lingu" ís-
<• f '' ' gica. mJsmo t'
e ectores de la conciencia . d' . . tempo, como uno de los
3. El significado como problema de la psicología de la conciencia pr?blemática de la psicolo ía ui..;'td~al. mte~r~n necesariamente la
psicológica del significad g . pnnCipal dificultad de la cuestión
Las imágenes sensoriales son la forma universal del reflejo psí- contradicciones con las ~e
correlación entre lo Iógiq
e: q~e se reproducen en ella todas las
rfple~ el problema . más amplio de la
quico que es generado por la actividad objetiva del sujeto. Pero en
el hombre, las imágenes sensoriales adquieren una nueva cualidad, la lógica y la psicología cdoely o psicológico en el pensamiento en
y es justamente su carácter significativo. Los significados son "for-
n concepto '
entro de los marcos de la sic .1 , . .
madores" primordiales de la conciencia humana. ~ro~J~ma se resolvía en el sentidop d o ogta subJetivo-empirica, este
Como se sabe, la pérdida en el hombre incluso de los sistemas sJgmflcados verbales) son od e que los conceptos (resp. los
d uc t o d e la asociación y generalizac.
un pr ucto
, p · l6 ·
StC? gu:o, o sea, el ..pro-
sensoriales fundamentales -la vista y el oído- no destruye la con-
ciencia. Hasta en los niños ciegos-sordos, como consecuencia de su en la conciencia del sujeto ind' 'd ~~n de las Impresiones que actúan
dominio de las operaciones específicamente humanas de la acción tras las palabras Este punto dvl ~a, cuyos resultados se consolidan
objeta! y el lenguaje (lo que, por supuesto, puede ocurrir sólo con c?mo es sabido,. no sólo en si~of.st~ en~ontró for~as de expresión,
una educación especial) se forma una conciencia normal que se ClOnes psicologi.zantes de la l~gica~gia, smo tambien en las concep-
diferencia de la conciencia de quienes ven y oyen sólo en la extrema ~ otra alternativa está en admitir
pobreza de su trama sensorial u;. Distinta es la situación cuando en operaciones con conceptos está d' . . que los conceptos y las
virtud de unas u otras circunstancias, la 'bominización'! de la acti- vas; que la psicología sólo se o~ ali1~~as sor !ey~s lógicas objeti-
estas leyes, que se observan f as. esvtacwnes respecto de
en e pensamtento primitivo, en condi-
¡e¡ Véase A. l. Mescheriákov, Niños ciegos-sordomudos, Moscú, 1974; G. S. 16 En
y si ifi este contexto no hay necesidad d diE.
Gurguenidze y E. V. Ilienkov, "Una conquista notable de la ciencia soviética".
Problemas de filosofía, 1975, núm. 6. del !:t..,.. . cados
.. verbales, opru-aciones lógicas Ye opereraen~iar tadjantemente conceptos
•. ctones e significado. Nota
110

ciones patológicas o bajo intensas emociones; q ue, !?or último, es La productividad te6rica y pd.ctica de éstas y otras numerosas
tarea de la psicología estudiar el desan·ollo ontogenétzco de los con- investigaciones que las sucedieron es indiscutible. Al mismo tiempo,
ceptos y del pensamiento. La investigación. t1 este pro~c~o ha ocu - el problema al que estaban dedicadas fue rigurosamente delimitado
pado un lugar fundamental ~n la ps~colog_ía d el p:l.lsauue~:lo_- . ~asta desde el propio comienzo; se trataba del problema de la formación
mencionar los trabajos de Pmgct, Vtgotsk1 y nunlCIO~os. lt ,tb,t]OS so- "no casual", sino orientada hacia un fin, de los procesos mentales
viéticos y extranjeros sobre la psicología del aprcntltzaJc. según "matrices" -"parámetros"- dadas desde fuera. Por consiguien-
te, el análisis se centró en el cumplimiento de acciones preestableci·
Las investigaciones de la formación de los conceptos y ove_ra-
das; en lo que respecta a su génesis, es decir, al proceso de creación
ciones lógicas (mentales) en los niños hicieron un aporte muy un-
de la finalidad y la motivación de la actividad (en este caso, de
portante a la ciencia. Quedó demostrado q~e los .conceptos no. ~e aprendizaje) que esas acciones llevan a cabo, esto quedó al margen
forman en absoluto en la cabeza del niño segun el ttpo. de fonnacwn
de la investigación directa. Se entiende que en esas condiciones,
de las imágenes sensoriales genéricas, sino qu ~ constl~.uyct un r~­ no hay necesidad alguna de diferenciar, en el sistema de la activi-
sultado del proceso de apropiación de signihcados preparados .• dad, las acciones y los medios específicos de su cumplimiento, no
históricamente elaborados, y que este proceso trasc~rr n la acti- surge la necesidad de hacer un análisis sistémico de la conciencia
vidad del niño, en medio de su comunicación con qmenes lo rod~an. individual.
Al ir aprendiendo a cumplir unas u otras acciones, lleg~ a_ dor~nnar
La conciencia, como forma del reflejo psíquico, no puede ser,
las correspondientes operaciones, que en su fo~ma_ ~ompnmida, Idea-
empero, reducida al funcionamiento de significados asimilados del
lizada, están representadas justamente en el s1gmhcado. exterior, los cuales al desarrollarse dirigen la actividad externa e
Se sobrentiende que 'en un comienzo el proceso ,de -~ominio de interior del sujeto. Los significados y las operaciones que ellos re--
los significados trascurre en la .acti.v_ida~ ext~r~a de~ mno ,O.n ~b~ visten no son en absoluto por sí mismos -es decir, en su abstracción
jetos materiales y eu ln. c~mumca~10~1-. sunpraxiCa. En l_os, ~stadws respecto de las relaciones internas del sistema de la actividad y de
tempranos, el niño va asumlando s1gni.hcados co~cretos, 1cfen~os en la conciencia- tema de estudio de la psicología. Pasan a serlo sólo
forma objetiva y directa; más ,adelante va do~ru~ando tambten las cuando son tomados en estas relaciones, en el movimiento de su
correspondientes operaciones logicas, pero asumsmo en su forma sistema.
externa, exteriorizada, puesto que de otra manera no pued~n ~~r Ello deriva de la propia naturaleza de lo psíquico. O>mo ya
comunicadas de ningún modo. Al interlorizarse, fonn~n _los signih- dijimos, el reflejo psíquico surge como resultado de la división de
cados abstractos, los conceptos, en tanto que su movmu nto cons- los procesos vitales del sujeto en procesos efectores de sus Ielacio-
tituye la actividad mental interna, la actividad "en el plano de la nes bióticas directas, y procesos "señalizadores" que las mediati?.an;
conciencia". el desarrollo de las relaciones internas engendradas por esta división
Este proceso fue estudiado en detalle durante los últimos años se expresa en el desarrollo de la estructura de la actividad, y, sobre
por P. I. Galperín, quien planteó una teo ría armónica ~ la que deno- esta base, también en el desarrollo de las formas del reflejo psíquico.
minó "teoría de la formación por etapas de las ncctones menta_l~s Posteriormente, a nivel del hombre, se opera un cambio tal de estas
y los conceptos"; al mismo tiempo fue desarrullamlo la. conc~pc1on formas que conduce a que, fijándose en el lenguaje (idiomas), ad~
sobre la base orientativa de las accion~s, .so~re sus partlCulandadcs quieran una existencia cuasi independiente como fenómenos objet.i 4 ¡:
1
y los tipos correspondientes de aprendizaJe . vos ideales. A la vez, son reproducidos permanentemente por los !!

procesos que trascurren en la mente de los individuos concretos. ¡1!


Este último constituye el "mecanismo" interno de su trasmisión de
17 Véase P . .l. Galperín, "Desa rrollo de las inveslig¡\ci n~ ~obre la, for~a­ generación en generación y la condición de que esas .formas :3e
ción de las acciones mentales". LtL ciencia psicológica e11 1~ UHSS . tuscu, 19o9, enriquezcan mediante los aportes individuales. 1
t. 1; del mismo nulor: "Psicologla del ~~nsatniento y teonn :'cer~a J e la forma-
ción por etapas de las accionfi',~ mentales . En la rec.: llwest,gac10nes deL pensa-
:niento en la psica/ogícL soviétic(l. loscú, 1966.
Aquí pasamos de lleno a abordar el problema que es el vcn!a-
dero escollo para el análisis psicológico de la conciencia: se crata 1
}1:

'1'
1.
1'

de Jas particularidades del funcionamiento de los conocimientos, Aunque .la concepcwn de la correlación entre los conceptos
conceptos, modelos del pensar, por una parte, en el sistema de' rela- significado y sentido que propongo fue explicada reiteradas veces,
ciones de la sociedad, en la conciencia social, y por otra, en la suele ser interpretada en\ forma totalmente incorrecta. Al parecer
actividad del individuo que realiza sus vínculos sociales, en su es preciso volver a analizar una vez más el concepto sentido personal.
conciencia. Ante todo, algunas palabras sobre las condiciones objetivas que
. . ~?- hablamos de que la conciencia debe su surgimiento a la conducen a la diferenciación de los significados y los sentidos en la
d1v1S10n de los actos operada en el trabajo, cuyos resultados cognos- conciencia individual. En su conocido artículo dedicado a la crítica
citivos son abstraídos de la integridad viva de la actividad humana de A. Wagner, Mafx observa que los objetos del mundo exterior de
e idealizados en forma de significados lingüísticos. Al ser comuni- los que los hombres se adueñan son designados inicialmente por ellos
cados, éstos se convierten en patrimonio de la conciencia de los como medios de satisfacer sus necesidades, como lo qu.e constituye
individuos. A la vez, no pierden en absoluto su carácter abstracto; para ellos ((bienes". " ... Atribuyen al objeto el carácter de utilidad
son portadores de los modos, condiciones objetivas y resultados de co~o si fuer~ inherente al objeto mismo", dice Marx. Este peusa-
las acciones, independientemente de la motivación subjetiva que mJento acentua un rasgo muy importante de la conciencia en las
posea la actividad de los hombres en la cual se van formando. En primeras etapas del desarrollo, o sea, que los objetos se reflejan en
las etapas tempranas, cuando la actividad de los partícipes de la el lenguaje y en la conciencia juntO' con las necesidades de los hom-
labor colectiva conserva aún motivos comunes, los significados, como bres concretadas (objetivadas) en ellos. Empero, más adela te esta
fenómenos de la conciencia individual, se hallan en relaciones de fusión se destruye. La inevitabilidad de su destrucción está inserta
adecuación directa. Pero esta relación no se mantiene: se va dis- en las contradicciones objetivas de la producción mercantil, que
gregando a la par con la disgregación entre las relaciones primitivas engendra el antagonismo entre el trabajo concreto y el abslracto, y
de l~s, individuos y las condiciones materiales y los medios de pro- lleva a la enajenación de la actividad humana.
ducmon, con el surgimiento de la división social del trabajo y la Es inevitable que aparezca este problema ante un análisis que
propiedad privada. entiende toda la limitación que implica la idea de que los significa-
Como consecuencia, los significados socialmente elaborados co- dos son, en la conciencia indivídua1, sólo proyecciones más o menos
mienzan a vivir en la concienCia de los individuos una especie de completas y perfectas de los significados «supraindividuales" que
vida dual. Nace una relación interna más, un movimiento más de existen en 1~ sociedad dada. Este problema no se elimina ni siquiera
los significados en el sistema de la conciencia individual. mencionando el hecho de que los significados son refractados por
Esta relación interna especial se pone de manifiesto en los he- las particularidades concretas del individuo, por su experiencia pre-
chos psicológicos más simples. Así por ejemplo, todos los estud iantes via, por la peculiaridad de sus actitudes, temperamento, etcétera.
mayores comprenden, por supuesto, muy bien el significado de l..ts El problema que estamos tratando emerge de la dualidad real
notas en los exámenes y las consecuencias derivadas de ellas. Sin de la existencia de los significados para el sujeto. Esta consiste en
embargo, la nota puede presentarse a la conciencia de cada uno <.le que los significados aparecen ante el sujeto también en su· existencia
ellos de un m,odo sustancialmente distinto: digamos, como un paso independiente, o sea, como objetos de su conciencia y, a la vez
(o un obstácUlo) en el camino hacia la profesión e1egida, o como como modos y "mecanismo" de la aprehensión, es decir, funcionand~
una manera de afirmarse a sí mismo ante los allegados o, tul vez, en procesos que presentan la realidad objetiva. En este funciona-
de alguna otra manera. Es precisamente esta circunstancia la que miento, los significados entran necesariamente en relaciones internas
pone a la psicología ante la necesidad de diferenciar el significado que los vinculan con otros .. generadores" de la conciencia individual·
objetivo comprensible y su significado para el sujeto. Para evitar la sólo en estas relaciones internas es donde adquieren su característíc~
duplicación de términos, yo prefiero hablar, en el último caso; de psicol6gica.
sentido personol. Entonces el ejemplo mencionado puede ser x- Digámoslo de otro modo: cuando en el reflejo psiquico del mun-
presado del siguiente modo: el significado de la nota puede adquirir do por el sujeto individual se vierten productos de la práctica his-
en la co:denci::t de los cstudi:lntes un sentido personal diverso. tórico-social idealizados en significados, éstos adquieren nuevas

114
lu
cualidades sistémicas. El descubrimiento de estas cualidades cons-
tituye precisamente una de las tareas de la ciencia psicológica.
El punto más dificultoso es creado en este caso por el hecho Otro aspecto del movimiento de los significados en el sistema
de q~e los significados llevan una vida dual. Son producidos por de la conciencia individual es esa particular subjetividad que se
la sociedad y poseen su propia historia en el desarrollo del lenguaje, expresa en la parcialidad que adquieren. Esta faceta sin embargo
en el desarrollo de las formas de la conciencia social; en ellos se so'1o se revela al analizar las relaciones internas que' vinculan los'
expr~~a el movimiento de la ciencia humana y de sus recursos cog-
significados con otro "generador" de la conciencia: el sentid personal.
noscitivos, así como las nociones ideológicas de la sociedad: reli-
g~osas, filosóficas, políticas. En ésta su existencia objetiva se subor-
4. El sentido person~l
dman a las leyes histórico-sociales y a la vez a la lógica interna de
su propio desarrollo. '
Pese a toda la inagotable riqueza, a toda la universalidad de Hace tiempo que la psicología viene describiendo la subjetivi-
esta vida de los significados (¡basta pensar que todas las ciencias dad, la parcialidad de la conciencia humana. Se han visto como
manifestaciones de ello la selectividad de la atención, el tinte emo-
se ocupan de ~ll~l) allí permanece oculta por completo otra vida
suya, otro moVImiento suyo, es decir, su funcionamiento en los pro .. cional de las representaciones, la dependencia de los procesos cog-
cesos de la actividad y la conciencia de los individuos concretos noscitivos respecto de las necesidades e inclinaciones. En su época
Leibniz expresó esta dependencia en un famoso aforismo: " ... si la
aunque es sólo mediante estos procesos como ellos pueden existir:
En esta segunda vida suya, los significados se individualizan geometría contradijera nuestras pasiones y nuestros intereses igual
Y "subjetivizan", pero sólo en el sentido de que su movimiento en que la moral, también discutiríamos con ella y la infringiríamos a
el sistema de las relaciones de la sociedad ya no está contenido pesar de todas las demostraciones de Euclides y Arquímedes ..." 1 8
directamente en ellos; entran en un sistema distinto de relaciones Las dificultades residen en explicar, desde el ángulo psicológi-
en un movimiento distinto. Pero aquí tenemos algo notable: co~ cv, la parcialidad de la conciencia. Los fenómenos de la conciencia
todo eso no pierden en absoluto su naturalez.:'l histórica social su parecían tener una doble determinación: externa. e interior. Corres-·
objetividad. ' pondientemente se los enfocaba como si pertenecieran a dos esferas
diferentes de la psiquis: la esfera de los procesos cognoscitivos y la
Uno de los aspectos del movimiento de los significados en la
esfera de las necesidades, de la afectividad. El problema de la
conciencia de los individuos concretos consiste en su "retorno" a la
correlación entre estas esferas -ya se resolviera en el espíritu de
o.bjetividad sensorial del mundo, de la que ya hemos hablado. Al
las concepciones racionalistas o de la psicología de las vivencias
~empo que. en. su abstracción, en su "individualización", los signi-
profundas- era interpretado invariablemente desde el punto de vista
fiCados son mdiferentes a las formas de la sensorialidad en las cuales
antropológico, desde el punto de vista de la interacción de factores-
el m';In~o. se desplie~a a~te el sujeto concreto (se puede decir que
fuerzas diferentes por su naturaleza.
l~s sig~IfiCados en SI estan desprovistos de sensorialidad ), su fun-
Pero la verdadera naturaleza de esa aparente dualidad de los
ciOnam~ento en la realización de sus vínculos vitales reales supone
fenómenos de la conciencia individual no reside en su subordinación
necesanamente que se. los refiera a las impresiones sensoriales. Por
a estos factores independientes.
supuesto que la referencia objetivo-sensorial de lns significados en
la conciencia del sujeto puede no ser directa, puede llevarse a cabo No vamos a entrar aquí en las particularidades que diferencian
a través de. cadenas tan complejas como se quiera de operaciones en este aspecto a las distintas formaciones económico-sociales. Para
la teoría general de la conciencia individual lo fundamental es que
del pensar mvolucradas en ellos, en especial cuando los significados
reflejan una realidad que se muestra sólo en sus formas distantes e la actividad de los individuos concretos siempre permanece inserta
indirectas. Pero en los casos normales, esta referencia siempre exis- ( inseré) en las formas existentes de manifestación de estas oposi-
te y sólo desaparece en los productos de su movimiento en sus
exteriorizaciones. '
18 G. W. Leibniz, Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano Moscú-

116 Leni.ngrado, 19.36, pág. 88. ·

11 "1 l¡
La liquidación de las relaciones de propiedad privada elimina
ciones objetivas que encuentran su expres10n fenoménica indirecta esta oposición de los significados y los sentidos en la conciencia de
en su conciencia, en su peculiar movimiento interno. los· individuos; pero su falta de coincidencia se conserva.
La actividad del hombre no modifica históricamente su estruc-
tura general, su ..macroestructura". En todas las etapas del desarro- La necesidad de esa falta de coincidencia está inserta ya en la
llo histórico se lleva a cabo a través de acciones concientes en las profunda prehistoria de la conciencia humana, en la existencia, en
cuales se efectúa la transición de las metas a productos objetivos y los animales de dos tipos de sensorialidad que mediatizan su con-
se subordina a los motivos que la estimulan. Lo que se modifica ducta en el medio materiaL Como se sabe, la percepci9n de los
radicalmente es el carácter de las relaciones que ligan entre sí las animales está limitada por las influencias que actúan como señales
metas y los motivos de la actividad. vinculadas a la satisfacción de sus necesidades, así sea sólo de un
Estas relaciones son las decisivas en el plano psicológico. Lo modo eventual, posible 10 • Pero las necesidades pueden realizar la
que ocurre es que para el propio sujeto la aprehensión y logro de función de regulación psíquica sólo actuando como objetos impul-
objetivos concretos; el dominio de los medios y operaciones de la sores (y, por consiguiente, como medio para dominarlas o defen-
acción es un modo de afinnar su vida, de satisfacer y desarrollar derse de ellas). Dicho de otro modo, en la sensorialidad de los
sus necesidades materiales y espirituales objetivadas y trasformadas animales, las propiedades exteriores de los objetos y su capacidad de
en los motivos de su actividad. Es indiferente que el sujeto tome satisfacer unas u otras necesidades no están separadas entre sí. Re-
o no conciencia de los motivos, que éstos denoten su presencia en cordemos que el perro en respuesta a la acción de un estímulo
forma de vivencias del interés, el deseo o la. pasión; su función, condicionado alimentario, se tira hacia él, lo lame 20 • Pero el hecho
tomada desde el ángulo de la conciencia, reside en que parecen de que la percepción del aspecto exterior de los objetos por los
"valorar" el significado vital que tienen para el sujeto las circuns- animales sea inseparable de sus necesidades, no significa en absoluto
que ambas cosas coincidan. Por el contrario, en el curso de la evo-
tancias objetivas y sus acciones en esas circunstancias, les confieren
lución, sus vínculos se hacen cada vez más dinámicos y se comple- ,.
un sentido personal que no coincide directamente con su significado •
objetivo comprensible. En determinadas condiciones, la falta de jizan al máximo, conservándose sólo la imposibilidad de aislarlos.
coincidencia de los sentidos y los significados en la conciencia in- Unicamente son diferenciados a nivel del hombre, cuando en los
dividual puede asumir el carácter de verdadero extrañamiento entre vínculos internos de estas dos formas de la sensorialidad penetran los
ellos, e incluso de antagonismo. significados verbales.
En la sociedaq mercantil este extrañamiento surge necesaria- Digo que los significados penetran ( atinque tal vez sería mejor
mente y además en las personas que están en ambos polos sociales. decir "entran" o "se sumergen") con la sola intención de recalcar 11
El trabajador asalariado, por supuesto, toma conciencia del producto el problema. En realidad lo que sucede es que en su objetividad,
que él produce; o en otras palabras, éste aparece ante él en su sig- es decir, como fenómenos de la conciencia social, los signilic~dos
nificado objetivo ( Bed.eutung), al menos dentro de los límites ne- refractan para el individuo los objetos independientemente de las
cesarios para que pued~ cumplir racionalmente sus funciones labo- relaciones de éstos con su vida, con sus necesidades y motivos. Inclu-
rales. Pero el sentido ( Sinn) de su trabajo no reside para él en so para la conciencia del que se está ahogando, la paja 3: la que se
esto, sino en el salario en aras del cual trabaja. "Las doce botas aferra conserva, a pesar de· todo, su significado de paja; otra cosa
de trabajo no tienen para él sentido alguno en cuanto a tejer, hilar, es que esta paja -así sea sólo de un modo ilusorio- adquiere para
taladrar, etc. -dice Marx en 'Trabajo asalariado y capital'-, sino él en ese momento el sentido de elemento salvador de su vida.
solamente como medio para ganar dinew que le permita sentarse
a la mesa o en el banco de la taberna y meterse en la cama". Este
extrañamiento se manifiesta también en el polo social antagónico: 19 Esto es lo que sirvió de fundamento a los autores alem~es para dife-
para el traficante en minerales -observa Marx en los «Manuscritos renciar el a:mbient.e (Umwelt) como aquello que es percibido por los animales
y mundo (Welt) que se revela s6lo a la conciencia del hombre. ,
económicos y filosóficos de 1844"- éstos no tienen el sentido de !!O Véase l . P. Pávlov, Obras t:omple_tas. T. III} libro 1, pág. 157.
minerales.
1 119
118
\\
l
1
!' Aunque en las etapas primitivas de formación de la conciencia necesidad. El otro aspecto consiste en que el sentido personal es
los l=ignificados aparecen junto con los sentidos personales, en esta siempre el sentido de algo: un sentido "puro", inmaterial, es tan
fu si6n está contenida ya implícitamente su falta de coincidencia, absurdo como un ser inmaterial.
que adquiere más adelante de un modo ineludible sus formas abier-
La encarnación del sentido en los significados es un proceso
·i tas, explícitas. Esto último es lo que hace necesario distinguir en
profundamente íntimo, psicológicamente rico, nada automático ni
' el análisis el sentido personal como un sistema más que conforma
la conciencia individual. Son ellos los que crean ese plano "oculto" instantáneo. En las creaciones de la literatura de ficción, en la
de la conciencia -según la expresión de Vigotski- que suele inter- práctica de la educación moral y política este proceso aparece en
pretarse en psico]ogí.a, no como formado en la actividad de los su- toda su plenitud. Lá osicología científica trata este proceso sólo en
•~~ jetos, en el desarrollo de su motivación, sino como si expresaran de sus expresiones parciales: en los fenómenos de "racionalización" por
los hombres de sus verdaderos móviles, en la vivencia del sufri-
......
1 manera directa las fuerzas motrices internas incluidas desde el co-
mienzo en la propia naturaleza del hombre . miento que implica el paso del pensamiento a la palabra ("Olvidé
i: la palabra que quería decir, y el pensamiento infecundo a la morada
Los significados que son asimilados desde fuera, en la concien- de las sombras vuelve", cita L. S. Vigotski a un poeta).
cia individual realmente parece que separan y a 1a vez unen entre
sí ambos tipos de sensoria1idad : las impresiones sensoriales de la El proceso al que nos referimos aparece en sus formas más
realidad exterior en la que trascurre su actividad y las formas de descarnadas en las condiciones de la sociedad de clases, de la lucha
vivencia sensorial. de sus motivos, la satisfacción o insatisfacción de ideologías. En esas condiciones, los se~tidos I_Jersonales, que
de las necesidades que se ocultan tras ellos. reflejan los motivos engendrados por las relacwnes vitales reales del
hombre, pueden no l1allar significados. objetivos ~~e los en~arnen
A diferencia de los significados, los sentidos personales, lo mis- de un modo adecuado, y entonces comienzan a VIVIr como SI estu-
mo que la trama sensorial de la conciencia, no poseen una existencia viesen vistiendo ropa ajena. Es preciso imaginar la contradicción
"supraindividual", "no psicológica" Mientras que la sensorialidad esencial que produce .este fenómeno. Pues a diferencia del s~r de
externa vincula en la conciencia del sujeto los significados con la la sociedad, el ser del individuo no es "autoparlante", es decir, el
realidad del mundo objetivo, el sentido personal los vincula con la individuo no posee lenguaje propio ni significados elaborados. por
realidad de su propia vida en este mundo, con sus motivos. El él mismo· su toma de conciencia de los fenómenos de la realidad
sentido personal es el que · crea la parcialidad de la candencia sólo puede operarse por medio de. significados "acabad?s:' que asi-
humana. mila del exterior o sea conocimientos, conceptos, opmwnes, que
Antes dijimos que en la conciencia individual los significados recibe en la comu~icació~. en unas u otras formas de la comunicación
se "psicologizan", retornando a la realidad del mundo que es dada individual o de masas. Es esto lo que crea la posibilidad de intro-
sensorialmente al hombre. Otra circunstancia -por- lo demás de- ducir en su conciencia, de imponerle, representaciones e ideas ter-
cisiva- que trasforma los significados en una categoría psicológica giversadas o fantásticas, incluso aquellas que no tienen base algun.a
es que, al funcionar en el sistema de la conciencia individual, los en su experiencia real, vital. Carentes de esta base, ponen de mam-
significados no se realizan a sí mismos, sino al movimiento del fiesto en la conciencia del hombre su inestabilidad; a la vez, se
sentido personal encarnado en ellos, de este ser-para-sí del sujeto convierten en estereotipos, y como cualquier estereotipo pueden
concreto. ejercer resistencia, por lo cual sólo pueden dest~!rlos serias co~­
·•' frontaciones vitales. Pero ni siquiera su destrucc10n conduce aun ¡·
Psicológicamente, es decir, en el sistema de la conciencia del
l' a eliminar la desintegración de la conciencia, su inadecuación; la 1
11 sujeto, y no como objeto o producto suyo, los significados no existen !1
1· conciencia por sí misma crea sólo su vaciamiento, capaz de con- ~ :
en general de otro modo que realizando unos u otros ·sentidos, así
,1 vertirse en una catástrofe psicológica. Aún se precisa que en la
como sus acciones y operaciones no existen de otro modo que reali- 1!
conciencia del individuo se realice la reencarnación de los sentidos
zando una u otra actividad suya, impulsada por un motivo, por una ·¡
personales subjetivos en otros significados 1 adecuados a ellos.
1or.
r
'l '
'l.~ '' bibliografía 21. De lo expuesto se infiere dírectamen~e que aunque
'! '
·,
Un análisis más detenido de esa reencarnación de los sentidos la psicología científica no debe excluir de su campo v1sual el mundo
l. ;
personales en significados adecuados (más adecuados) muestra que interior del hombre el estudio de éste no puede ser separado de la
1 ella trascurre en medio de la lucha por la conciencia de los hombres investigación de la 'actividad y no constituye una corriente esp_ecial
que se libra en la sociedad . Quiero decir con esto que el individuo de la investigación psicológica científica. Lo que ll~I?amos .viven-
no está simplemente ante una "vitrina" de significados entre los cias interiores son fenómenos que surgen en 1~ superhcte del sistema
cuales sólo le cabe hacer una elección, sino que penetran con ener- de la conciencia, formas en las cuales la conciencia a parece para
•¡ '
gía en sus vínculos con la gente que forma el círculo de sus comu- el sujeto en su inmediatez. Por eso las vivencias en sí del interés
nicaciones r:eales. Si en determinadas circunstancias de la vida el o el edio de la atracción o los remordimientos aún no descubren al
individuo se ve compelido a elegir, esta elección no es entre signi- sujeto su' naturaleza; a pesar de que parecen fuer~s interiores i~­
ficados, sino entre posiciones sociales antagónicas que se expresan pulsoras de su actividad, su función real sólo. consiste en cond~c1r
y aprehenden mediante estos significados. al sujeto hacia su auténtico odgen, en que previenen ~obre el sent.1do
En la esfera de las nociones ideológicas este proceso es. inevi- personal de los acontecimientos que ocurren en su vida, c?T?o SI lo
tabhi y tiene un carácter universal sólo en la sociedad de clases. obligaran a detener por un instante el curso de su, achvidacl, a
Empero, sigue existiendo también en la sociedad socialista y comu- escrutar los valores vitales que se han conformado en el para encon-
nista, en la medida en que se manifiestan allí las peculiaridades de trarse en éstos o quizá para revisarlos. . . .
la vida individual del hombre, las peculiaridades de sus relaciones, De tal modo, ]a conciencia del hombre, como su achviclad mis-
contactos y situaciones vitales personales; asimismo sigue existiendo ma no es aditiva. No es un plano, ni siquiera es un volumen repleto
porque conservan su carácter irrepetible sus peculiaridades como ser ' de 'imágenes y procesos. Tampoco es un nexo de algunas "unidades"
corporal y también las condiciones exteriores concretas, que no pue- suyas, sino un movimiento interno de sus efectores, incluido en el
den ser idénticas para todos. movimiento general de la actividad que realiza la vida real del
No desaparece - ni puede desaparecer- la falta de coinciden- individuo en la sociedad. La actividad del hombre es lo que cons-
cia, que se reproduce permanentemente, de los sentidos personales tituye la sustancia de su conciencia.
portadores de la intencionalidad y parcialidad de la conciencia del El análisis psicológico de la actividad y la conciencia sólo re-
sujeto y los significados que le son "indiferentes" y por medio de vela sus cualidades sistémicas generales y -claro está- se abstrae
los cuales esos sentidos sólo pueden expresarse. Es por eso que el de las características de los procesos psíquicos especiales, o sea, ele
movimiento interno del sistema desarrollado de la conciencia indi- los procesos de la percepción y el pensamiento, ue la memoria .Y el
vidual está pleno de dramatismo. Es creado por los sentidos que no aprendizaje, de ]a comunicaci6Q. verbal. ~ero estos procesos ex1st?n
pueden "manifestarse" en significados adecuados; por los significa- únicamente dentro de las relaciones del ·Sistema que hemos descnto
dos carentes de su propia base vital, y- por eso a veces dolorosamente en unos u otros de sus niveles. Por eso, aunque las investigaciones
desprestigiados en la conciencia del sujeto; es creado, por último, de estos procesos implican una tarea específica, no son en modo
por la existencia de motivos-fines que son conflictivos entre sí. \ alguno independientes de cómo se resuelven los probl~mas de la
No es necesario repetir que· este movimiento interno de la con- actividad y la conciencia, pues es esto lo que determma su me-
ciencia individual es generado por el movimiento .de la actividad todología.
objetivada del hombre, que tras su dramatismo se oculta el drama- Y, por último, lo más importante. El análisis de la ~ctivi~ad y
tismo de su vida real, que por ello es imposible una psicología de la conciencia individual parte, por supuesto, de la existencia de
cieutílica de la conciencia que esté. al margen de la investigación un sujeto corporal real. Empero, inicialmente, es decir, has~~ y fuera
de la actividad del sujeto, de las formas de su existencia directa. de este análisis, el sujeto ~parece sólo como una abstraccwn, como
Como conclusión no puedo dejar de referirme aquí a los pro-
blemas de la denominada "psicología vital", psicología de las viven-
21 Véase Problemas de psicología, 1971, núms. 4, 5; 1972, núrns. 1, 2, 3, 4.
·.1' cias que, en los últimos tiempos, vuelve a ser discutida en nuestra
123
J22
1

una entidad "no completada" en el sentido psicológico. Sólo como


resultado del camino recorrido por la investigación, el sujeto se r
descubre a sí mismo como personalidad también en lo psicológico
concreto. Al propio tiempo, se pone de manifiesto que el análisis
de la conciencia individual, a su vez, no puede dejar de recurrir
a la categoría de personalidad. Por eso fue preciso introducir en
este análisis conceptos tales como "parcialidad de la conciencia" y
"sentido personal'' en los que subyace el problema siguiente, aún
no abordado: el problema de la investigación p8icológica sistemática
de la personalidad. CAPITulO V

ACTIVIDAD Y PERSONALIDAD
; 1
''
'1
l. La personalidad como objeto de la investigación psicológica
!!
A fin de superar el esquema bipolar imperante en psicología ... 1

era preciso separar ante todo el "eslabón medio, que mediatjza los ..q!
vínculos del sujeto con el mundo real. Por ese motivo comenzamos ~,
con el análisis de la actividad, de su estructura general. No obstante,
1
de inmediato se puso de relieve que en determinada actividad hace •1
falta introducü el concepto de su objeto, que la actividad por su
propia naturaleza es objetivada.
Otra cuestión es el concepto sujeto de la actividad. Inicialmente,
es decir, antes de llegar a explicar los momentos fundamentales que
integran el proceso de la actividad, el sujeto parece quedar al margen
de la investigación. Sólo se da como prerrequisito de la actividad,
como condición de ésta. Pero el análisis posterior del movimiento
de. la actividad y de las formas del reflejo psíquico que ella engendra
hace necesario incorporar el concepto de sujeto concreto, de la per-
sonalidad como momento interno de la actividad. La categoría de
actividad se d espliega ahora en su auténtica plenitud, como abar-
.'
' 1
cadora de ambos polos: el polo del objeto y el polo del sujeto. '
El estudio de la personalidad como aspecto de la actividad y
producto suyo constituye un problema especial, si bien no aislado,
de la psicología. Y es uno de los más complejos. Ya aparecen serias
dificultades cuando se intenta aclarar cuál es la realidad que S<"
describe en psicología científica con el término "personalidad".
La personalidad no es solamente tema de estudio para la psi-
cología, sino también para la filosofía, para el conocimiento histórico-

125
124
social; por último, en cierto nivel del análisis, la personalidad apa- pletada" o bien como "yo" metapsicológico (persone) que posee
rece desde el ángulo de sus particularidades innatas, biológicas, como desde un comienzo disposiciones o fines insertos en él. Esto último,
objeto de la antropología, la somatología y la genética del hombre. como se sabe, es postulado por todas ]as teorías persona1ísticas. Ade-
Int titivamente comprendemos bastante bien dónde está aquí la di- más, es indiferente si se examina la personalidad desde posiciones
ferencia. Sin embargo, en las teorías psicológicas de la personalidad biologizantes, orgánicas, o como un· principio meramente espiritual,
siempre surgen burdas confusiones y oposiciones infundadas entre o por fin, como cierta "neutralic;lad psicofisiológica" 2 •
estas maneras de enfocar la inve5tigación de la personalidad. Por otra parte, la exigencia de un "enfoque personal" en psico-
Sólo unas pocas tesis generales sobre la personalidad son acep- logía se entiende a veces en el sentido de que cuando se estudian
tadas, con algunas salvedades, por todos los autores. Una de ellas algunos procesos psíquicos, la atención del investigador debe concen-
reside en que la personalidad es cierta unidad irrepetible, cierta trarse ante todo en ]as peculiaridades individuales. Pero esto no
intcgrídad. Otra de esas tesis consiste en reconocer por personalidad resuelve para nada el problema, puesto que a priori no podemos
el papel de una instancia integradora superior que dirige los procesos juzgar cuáles de estas peculiaridades caracterizan a la personalidad
psíquicos (James denominó a la personalidad el "amo" de las fun- y cuáles no. ¿,Quedan incluidas en la caracterización psicológica
ciones psíquicas, G. Allport, la "determinante de las conductas y de la personalidad, por ejemplo, la velocidad de las reacciones del
pensamientos"). Pero los intentos de una interpretación ulterior _de hombre, la capacidad de retención de su memoria o su habilidad
estas proposiciones produjeron en psicología una serie de ideas fal- para escribir a máquina?
sas c1uc tergiversaron el problema de la personalidad. Uno de los modos de soslayar esta cuestión capital de la teoría
Aute todo, se trata de la idea que opone 1 "psicología de la
,,
1

psicológica consiste en entender por el concepto personalidacl al d


personalidad" a la psicología que estudia los procesos concretos hombre en su totalidad empírica. La psicología de la personalidad ¡;
(funciones psíquicas). Una de las tentativas de superar esta opo- se convierte, de esa manera, en un tipo especial de antropología !:
sición se manifiesta en la exigencia de convertir a la personalidad que lo incluye todo: desde la investigación de las propiedades de 1

en ''punto de partida para explicar cualquier fenómeno psíquico", l


los procesos metabólicos hasta la investigación de las diferencias i
en "centro partiendo del cual, y sólo así, es posible resolver todos individuales en ciertas funciones psíquicas 3 •
los problemas de la psicología", de modo que desaparezca la nece- l.;¡
Por cierto que el enfoque complejo del hombre es no sólo po-
siclad <.!e una parte especial de la psicología, la psicología de la sible, sino necesario. El estudio complejo del hombre ("el el factor
personalidad 1 . Se puede estar de acuerdo con esta exigencia, pero humano") ha adquirido ahora una importancia primordial, pero
únic:am:..-nte u caso de que se vea en ella nada más que la expre- esta circunstancia es la que plantea el problema psicológico de la
sión de un pen amiento muy general que se abstra de las tareas personalidad como una cuestión especial. Ningún sistema de cono-
y métodos concretos de la investigación psicológica. A pesar de cimientos sobre un objeto total nos brinda su verdadera comprensión
todo el poder de convkcíón que posee el viejo aforismo: "no piensa si falta en él una_de sus características específicas esenciales. Eso
d pensamiento, sino el hombre", esta exigencia es metodológica- ocurre con el estudio del hombr : la investigación psicológica del
mente ingenua, por la sencilla razón de que d sujeto, hasta llegar mismo como personalidad no puede ser compensada por un conjunto
al l'Slutlio analítico de sus manifestaciones vitaks superiores, apa- de datos tnorf o lógicos, fi siológicos y psicofuncionalcs confrontauos
rece inevitablemente como abstracción, como un..1 üntidad "no com- entre sí. Diluyéndose en ellos, la personalidad, en última instancia,

t Véase E. V. Shorojova, "Algunos problemas metodológicos de la psico-


logía". Problemas de la personalidad. Materíales de un simposio, t. 1, Moscú, ~ En la psicología moderna, las posiciones personalistas se están desarro-
1969, págs. 29-30. S. L. Rubinstein plantea de un modo distinto este problema: llando en muy divers:;~s corrientes, incluso socioantropol6gicas (véase por ejem-
convertir -dice- al aspecto personal en el único significa cerrarse el camino plo, A. ~la~low, Motivalion and Personality. New York, 1954).
para la investigación de las regularidades de la actividad psiquica. (Véase :J Véase, por ejemplo, B. G. Anániev, El hombre como obielo del conoci-
S. L. Rubinstein: Problemas de pskologÍ!J general. Moscú, 1973, pág. 248.) miento. Leningrado, 1968,

126
- - -

queda reducida bien a una noción biológica, bien a una idea socio-
lógica abstracta; culturológica, sobre el hombre. . . de los factores se ocupan de las variaciones de rasgos que son dife-
El verdadero escollo en la investigación de la personalidad SI- renciados sólo por cuanto se expresan en diferencias individuales o
gue siendo hasta ahora la correlación entre la psicología gen~ral grupale<: accesibles a la medición. Los correspondientes datos cuan-
y la diferencial. La mayoría de los autores elige la corrient~ psico- titativos, ya se refieran a la velocidad ue reacción, a la estructura
lógica diferencial. A partir de Galton y Spearman esta comente se del esqueleto, a las particularidades eJe la esfera vegetativa o al
limitaba al principio a la investigación de las capacidades mentales, número y carácter de las imágenes que producen los investigados al
y más tarde abarcó el estudio de la personalidad en su conjunto. observar manchas de tinta, se someten a elaboración prescindiendo
Ya Spearman extendió la idea de los factores a los rasgos de la de cuál es la relación existente entre los rasgos medidos y las peculia-
voluntad y la afectividad, separando del factor común "g", el factor ridades que caracterizan esencialm.ente la personalidad humana.
"s" 4 • Cattel dio los pasos posteriores, proponiendo un modelo mul- , Lo dicho no implica en absoluto, por cierto, que en la psicolo-
tidimensional y jerárquico de los factores (rasgos) de la pers?~ali­ gta de la personalidad sea imposib1e en general aplicar el método
dad, entre los cuales se contemplan algunos como la estabtl1dad de las correlaciones. Se trata de oh·a cosa: de que por sí solo el
emocional, el carácter expansivo, la seguridad en sí mismo 11 • método de la correlación de un conjunto empírico de prop iedades
El método de investigación desarrollado por esta corriente con- individuales es aún insuficiente para revelar la personalidad en el
siste como se sabe en estudiar los vínculos estadísticos entre los senti~o psicológico, ya que la diferenciación de estas propiedades
disti~tos rasgos de Ía personalidad {sus propiedades, capacidades o necestta fundamentos que no pueden ser derivados de ellas mismas.
conductas) que son puestos de manifiesto por medio tle tests. Los La tarea de encontrar estos fundamentos surge en cuanto re ..
vínculos correlativos.que se establecen entre esos rasgos son los que nunciamos a concebir la personalidad como algo total , que abarca
sirven de base para delimitar hipotéticos factores y "superfactores" el conjunto de todas las peculiaridades del hombre «desde las opi-
que condicionan estos vínculos. Tales son, por ejemplo, los factores niones políticas hasta la digestión de la comida"< Del hecho de
de introversión y neurotismo, que forman, según Eysenck, la cumbre que las propiedades y peculiaridades del hombre sean múltiples
de la estructura jerárquica factorial, que él identifica con un tipo no se infiere de ningún modo que la teoría psicológica de la perso-
psicológico de personalidad 6;c De ta~, modo que ~ras el .concep~o de nalidad debe tender a abarcarlas globalmente. El hombre como un
personalidad aparece algo general que se dtferenc1a medmnte todo empírico manifiesta sus propiedades en todas las formas de
unos u otros procedimientos de elaboración estadística de rasgos jnteracción en las que interviene. Si cae desde la ventana de un
cuantitativamente expresados, seleccionados, también según criterios e~ificio de varios pisos pone de manifiesto, por supuesto, las pro-
estadísticos. Por eso, a pesar de que en la base de la caracterización pledades que le son inherentes como cuerpo físico q ue posee masa
de este algo "general" subyacen datos empíricos, con todo sigue volumen, etc.; es posible que al golpearse en la calzada quede mu~
siendo, en esencia, metapsicológico, le es innecesaria la explicación
tilado ? muera, y ~ambién en este caso se rev~larán sus propiedades,
psicológica. Si se emprenden tentativas de explica~lo, se enca~~n es decJT, las prop1edades de su morfología. Sin embargo, a nadie
hacia la búsqueda de las correspondientes correlaciOnes morfoflSlo- se le OcW"rirá in.cluir semejantes propiedades en la caracterización
lógicas (tipos de actividad nerviosa superior de ~ávlov, constitucio- de la personalidad, por más confiables que sean los vínculos esta-
nes de Kretschmer-Shelldon, variables de Eysenck), lo que nos hace blecidos por la estadística entre el peso del cuerpo o las caracterís-
retornar a las teorías organicistas. ticas individuales del esqueleto y, digamos, la memoria de cifras s.
Lo característico de esta corriente es el empirismo, y P-n reali-
C uando en la vida cotidiana damos la caracterización de la
dad no puede dar más. El estudio de las correlaciones y el análisis
personalidad de u~ hombre, incl uimos en ella sin vacilaciones rasgos
tales como, por eJemplo, la fuerza de ·voluntad (ceuna personalidad
4 I-1. Eysenck, Dimention of Personality. London, 1947.
5 R. B. Cattel, Personality. New York, 1950. 7
6 H. Eysenck, The Structure of Personalit¡¡. London, l980, R. B. Cattel, Penonolity.
8
Véase Problemas eh (Q personalidad. Materi&es de un simposio. Moscú.
1969, t I, pá.g. ll7.
·i:
,.!
128
·1 .. . .,.
fuerte", "un hombre de'' carácter débil"), la relación con la gente
y 1
determinante es la herencia que el rnedio exterior, las influencias
sociales condicioJ!.an sólo las posibilidades y formas en las que se
("bondadoso", "indiferente"), etc., pero por ló común no considera- manifiesta ese programa con el cual nace el hombre; otros deducen
rnos que sean peculiaridades personales la 'forma de los ojos o la las particularidades más importantes de la personalidad directamen-
habilidad de calcular en e~ ábaco; y lo hacernos sin emplear ningún te de las características del medió social, de las ."matrices socio-
criterio racional para diferenciar las peculiaridades "personales" y culturales". Empero, a pesar de todo lo que diferencia en el sentido
"no-personales". Si seguirnos el camino de seleccionar y comparar ideológico y político a las ideas enunciadas, todas ellas se mantienen
algunas peculiaridades psíquicas y de otro tipo, ese criterio en ge-
neral no puede ser encontrado. Lo que ocurre es que las mismas
en la posición ?ela d~ble determinación de la personalidad, por
c~~nto, la sola 1gn~ranc1a de un~ de los factores mencionados sig-
peculúuidades del hombre pU.eden. estar en un.a relación diversa con mflcana refutar la 1nfluencia empnicamente demostrable de ambos .
su personalidad. En un caso, pueden resultar indiferentes, en otro
esos mismos rasgos integran de un modo esencial la caracterización Las ideas sobre la correlación del fa~tor biológico y el social
como un simple cruzamiento o división de la psiquis del hombre en
de su personalidad.
una endosfera y una exosfera coexistentes fueron sustituidas por
Esta última circunstancia hace especialmente evidente que con-
tra opiniones muy difundidas, ninguna investigación empírica' dife- nociones más complejas. Surgieron a raíz d~ que el movimiento del
análisis pareció invertirse: lo principal pasó a ser el problema de la
rencial pueda dar solución al problema psicológico de la personali-
dad; que, por el contrario, la propia investigación diferencial sólo estructura interna de la personalidad misma, incluidos sus niveles
y sus correlaciones . .Así surgió la idea de la correlación entre lo
es posible si se basa en la teoría psicológica general de la persona-
lidad. En los hechos la situación es la siguiente: tras cualquier conciente y lo inconciente que ca!acteriza a la personalidad, des-
a~rollada por S. Freud. La ..libido"~ que él destacara, constituye no
investigación psicológica diferencial de la personalidad '-testoló-
solo el origen bioenergético de la actividad, sino también una ins-
gica o clí,nica- siempre se halla una u otra concepción teórica ge-
tancia espec~al en la personalidad, o sea, el ''ello" (id), que .se con-
neral, este o no claramente expresada.
trapone al "yo" (ego) y al "super-yo"· (super-ego); los vínculos
A pesar de la aparente mescolanza e incluso de la mutua incorn-
gené.ticos y funCi.onales entr~ estas instancias, que se efectúan .. por
patibilid.ad entre las modernas teorías psicológicas de la personali-
~ed1o de mecarusmos especiales (represiones, censuras, simboliza-
dad, la mayoría de ellas conserva él esquema bipolar de análisis
CIOnes, sublimaciones), son · los que forman la estructura de · la
~aracterístico de la psicología prernarxista y no' marxista- sobre
pcrsoualidad. · ·
étiya inconsistencia ya he hablado;· ·Ahora este· esquema adopta un
nuevo aspecto, o sea, el de la teoría de los dos factores que forman No es preciso entrar aquí a hacer una crítica del freudismo ni
la personalidad: la herencia y el medio. Cualquiera que sea el rasgo de los p~ntos de vista de Adler, Jung y ~us continuadores contem-
del hombre que encaremós, sé explica -según esta teoría- por un poráneos. Es a todas luces evidente que estos puntos de vista no
lado, por la acción de la herencia • (los instintos, inclinaciones, ca- s~lo distan de supera¡- la teoría de los dos facto,res, sino que, por el
1'
pacidades e incluso categorías a priori insertas en 'el genotipo); por contrario la acentúan, .convirtie~dQ la idea de su convergencia, en el '
otro lado, por la influencia del medio exterior. (natural -y social: sentido que le daba W .. Stern ,o J. Dewey, en.la idea de la confron-
lenguaj~, cultura, aprendizaje, etc.). Desde el punto de vista del taci6n entre ellos. ·
sentido común; en realidad no se puede proponer otra explicación.
Pero el habitual sentido común -'-según una sagaz 'observacióñ de 9 La teoría de los dos factores en esta forma descarnada llamémosla asi no
Erigels..:... muy respetable compañero en la 'vida doméstica, sufre las hubiese merecido atención, si no lé atribuyeran a veces un ~·::arácter dialécti~o".
más asombrosas vicisitudes en cuánto se atreve a irrurnpii' en el El hom~re, .feemc;>s en 71 .libro ya ~itado, ·es una unidad dialéctka de lo natur¡¡,l
ámbito de la investigación. y lo soc1al. 'To?o en él: s1endo den vado de dos factores (el social y el bio~ógico.)
La aparente insuperabilidad de 1~ ,. teoría . de. los dos, factores debe lleva~ su Wlpronta,. s6lo ¡que. en mayor .grado uno y en menor otro 'depén-
.'hace que ·las discusiones. se· realicen sobre todo en torno de la sig- dieodo d,el .coiltepido (!el fenómeno psíquico". (Problemas rk" la peh~idad.
Materiales tk ·un· simposio. págs: ·76-77). •' ·; ,. _, · ·· · : '
nificación de estos dos factOres: unos insisten en que éf principal
·:: ..1~
Otra corriente en la cual se desarrolló el enfoque de la perso-
nalidad desde el ángulo de su estructura interna está representada copia, una personificacíón parcial de determinada cultura. Y aun-
por las concepciones cultural-antropológicas. Partían de los datos que ésta existe precisamente en sus personificaciones, constituye
etnológicos que mostraban que las peculiaridades psíquicas esencia- objeto de estudio de la historia y de la sociología, pero no de la
les están determinadas por las diferencias no en la naturaleza hu- psicología.
mana, sino en la cUltura humana; que, por ende, el sistema de la Las teorías culturológicas introducen a este respecto una dife-
personalidad no es otra cosa que el sistema individualizado de la renciación de la personalidad propiamente dicha como producto ele
cultura en el cual se inserta el hombre durante el proceso de su la adaptación individual a las situaciones externas, y de su "base"
"culturalización". Es preciso decir que en este sentido se aportaron comúu, o arquetipo, que se pone de manifiesto en el hombre desde
multitud de observaciones, comenzando por los conocidos trabajos la infancia bajo la influencia de rasgos propios de la raza, el grupo
de M. Mead, quien mostró, por ejemplo, que incluso un fenómeno étnico, 1a naciom1Jiuad la dase social. La introducción de esta dife-
tan constante como la crisis psiquica eJe la adolescencia no puede renciación, sin embargo, nada resuelve, porque la formaci_ón del
ser explicado por la aparición de la maJurez sexual, puesto que en arquetipo en sí requiere una explicación ulterior y admite diversas
algunas culturas no existe esta crisis 10. Se tomaron argumentos tam- iutcrpretadoncs en particular de tipo psicoanalítico. A ln vez, el
bién de investigaciones hechas en personas trasladadas de pronto a esquema general de "los dos factores" es conservado, aunque de
un nuevo entorno cultural, y, por último, de investigaciones expel·i- un modo algo di tinlo. El concepto de genotipo (carácter heredita-
mentales con fenómenos tnn especiales como la influencia de los rio) se hace ahora mAs complejo con la introducción d el concepto
objetos predominantes en una cultura dada sobre el resultado ue la de personalidad básica, de arquetipo o de actitudes primarias, en
lucha d e los campos visuales, etcétera 11 • tanto que al concepto de medio extemo se le incorporan los con-
...'
La significación de las interpretacioHes cultural-antropológicas ceptos de situación y TOl. Este último casi se ha convertido hoy
de la p ersonalidau es, sin embargo, ilusoria para la psicología: in- en el eje de la p icología social d e la personalidad.
evitablemente llevan al antipsicologismo. Ya en la década del 40, Según una definición ampliamente difuodida, el "rol" es el
i.1' Linton indicó que en este punto surgía un.1. dificultad consistente programa que· responde a la conducta que se espera de un hombre
1 1
en qua la cultura existe realmente sólo en su forma conceptualizada que ocupa ueterminado lugar en la estructura de cierto grupo so-
como "c0r1struct'' generalizada. Sus _portadores son, por supuesto, cial, es un modo eslwclurado de su participación en la vida d-e la
hombres concretos, cada uno de los cuales la asimila en parte; en sociedad. La personalidad no es otra cosa que un sistema ue "roles"
ellos la cultura se personifica e indiviJualiza, pero, a la vez, no asimilados (internaliza <Jos). En el grupo social formado por la fa-
.,¡ forma en el hombre lo personal, sino, por el contrario lo que es jm- milia se habla del "rol'' ue hijo, de padre, etc.; en el trabajo, del
personal en él, como por ejemplo, el lenguaje común, los conocimien- "rol" de médico o de maestro, por ejemplo. En situaciones indefi-
l. tos, los prejuicios difundidos en ese medio social, las modas, etc. 12 • nidas también surge el ''rol", sólo que en este caso en él se manifies-
Por eso para la psicología de la p ersonalidad, la significación del tan mucho más los rasgos del arquetipo y de la experiencia individual
..' .
1
. concepto generalizado ( construct) de. la cultura es -según la ex- adc1uirida. Cada uno de nosotros asume, por cierto, unas u otras fun-
presión de Allport- "engañosa" 13 • Al psicólogo le interesa el indi- ciones sociales (por ejemplo, profesionales) y en tal sentido asume
l. viduo como personalidad, y 1a personalidad no es simplemente una "roles". Pero la idea de reducir directamente la personalidad al
¡·
¡;. conjunto de "roles" que des mpeña el hombre es -a pesar de todas
las salvedades que hacen Jos adeptos de esta idea- una de las más
lO M. Mead, Coming In Age Samoa. New York, 1963. raras. Por su puesto, el 1úño asinúla cómo debe comportarse con
r
1,
11 Y. W. Bagby, "A Cross-<:u.ltural Predinance of Perceptual Binocular su maure, por ejemplo, que debe obedecerla, y la obedece, ¿pero
¡1 Rlvalry". Joomal of Almormal and Social Psycltology, 1957, vol. 54, ·págs.
331-344. acaso se puede dech que en este caso desempeña el rol de hijo o de
i! u R. Lintoo, The Cultural Background of Personality. New York, 1945. hija? Es igualmente absurdo hablar, por ejemplo, del "rol" de in-
13 G. Allport, Pa.ttem and growth In PersontúUy. New York, 1961. vestigador po.lar "aceptado" por Nansen. Acotemos que para él esto
1 no es un "rol", sino una misi611. A veces el hombre en verdad des-
"1• 13t
·1·
1
empeña uno u otro rol, pero éste de todos modos sigue siendo para Es comprensible que enunciados de este tipo sólo pueden surgir
él sólo un "rol'', independientemente del grado en que esté interna~ como resultado de absurdos intentos destinados a encasillar las no-
lizado. El "rol" no es la personalidad, sino más bien una represen- ciones que el marxismo da sobre la personalidad en esquemas con-
tación tras la cual ésta se oculta. Utilizando la terminología de ceptuales que le son profundamente ajenos. . ' ,..
P. Janet, el concepto de rol no corresponde al concepto de personali-
dad ( personalit~), sino al de ·personaje ( personnage) 14 • Lo que sucede se que no se trata en absoluto de comprobar·
que el hombre es un ser tanto natural como social. Esta tesis indis-
Las principales objeciones contra las teorías de los "roles" no cutible indica sólo las diversas cualidades sistémicas que manifiesta
son las que se encauzan hacia la crítica de una u otra concepción el ~ombre y nada dice sobre la esencia de su personalidad, sobre
del lugar atribuible a los roles en la estructura de la personalidad, que la engendra. Y es aquí donde está el quid de la tarea científica,
sino aquellas que se orientan contra la propia idea que vincula a la tarea que requiere concebir la personalidad como una nueva for-
personalidad con una conducta programada ( Gunderson), incluso mación psicológica que se va conformando en medio de las relaciones
cuando el programa de conducta establece su automodificación y la vitales del individuo, como fruto de la trasformación de su actividad.
creación de nuevos programas y subprogramas 11'. ¿Qué diría usted Pero para esto es preciso desechar de entrada la idea de que •¡a !
-pregunta el autor citado- si se enterase de que "ella" sólo desem- personalidad es un producto de la acción conjunta de diferentes
peña con maestría un rol ante usted? 1
fuerzas, una de las cuales está oculta, como en un saco, "bajo la
1
El destino de la concepción de los roles es el mismo que el de superficie de la piel" del hombre (¡qué no habrán metido en ese 1
otras concepciones "sociológicas", cultural-antropológicas, que per- saco!), en tanto que la otra se halla en el medio exterior (sea cual
manecen prisioneras de la teoría de los dos factores: para salvar lo fuere el modo en que enfoq uemos esta fuerza: como la fuerza de
psicológico en la personalidad se ve obligada a apelar al tempera- influencia de situaciones estímulos, ¡natrices culturales o "expecta-
mento y las capacidades preestablecidas en el genotipo del individuo. tivas" sociales). Pues ningún tipo de desarrollo puede ser deducido
directamente sólo de aquello que constituye sus premisas necesa- '
y así retornamos a la falsa cuestión de qué es lo fundamental, las
particularidades genotípicas del hombre o las influencias del medio rias, por más en detalle que las describamos. El método dialéctico
social. Más aun, nos previenen contra el peligro de cualquier uni- marxista exige seguir adelante e investigar el desarrollo como pro- :¡
lateralidad. Lo mejor, nos dicen, es conservar en la solución de este ceso de "automo.vimiento'', es decir, estudiar sus relaciones motrices !.
problema un "equilibrio racional" 16 • internas, contradicciones y transiciones mutuas, por cuanto sus pre- ¡:
misas aparecen como trasformándose en él mismo, como sus propios

Así, en los hechos, la sabiduría metodológica de estas concep-
momentos.
ciones se reduce a la fórmula del eclecticismo vulgar: "y esto y lo 1\
otro", "por una parte, por otra parte". Desde las posiciones de esta Este enfoque nos conduce necesariamente a la tesis sobre ]a 1
1;
sabiduría se enjuicia también a los psicólogos marxistas: se los esencia histórico-social de la personalidad, tesis que implica que la
supone culpables (¡junto con los defensores de la culturologíal) de personalidad surge por primera vez en la sociedad, que el hombre
subestimar lo interior en la personalidad, su "estructura interna" 17 • entra en la historia (y el niño entra en la vida) sólo como individuo 1
J
dotado de ~eterminadas propiedades y capacidades innatas y que
sólo se conv1erte en personalidad como sujeto de las relaciones so-
14 P. janet, Uevolution psychologlque de la personnalité. París, 1929; ciales. Dicho de otro modo, a diferencia del individuo, la personali-
G. Berger, Caractere et personnalité. PUF, 1959, págs. 69-71.
dad del hombre no es algo preexistente en ningún sentido con
1G Kj. Gunderson, "Robot. Consciousnes and Programmed Behavior". The
British ]ournal for Philosophy of Science, 1968, vol. 19, núm. 2.
16 G. Allport, Pattern and Growth in Personality, pág. 194.
respecto a su actividad, lo mismo que su conciencia, su persoria1idad
es engendrada por ella. La investigación del proceso de nacimiento
l
ll
17 Ibíd., pág. 194. Entre las corrientes que se caracterizan por un reduc- y trasformación de la personalidad del hombre en su actividad -que
cionismo sociológico señala a la psicología soviética y a j. Piaget (Psicología
experimental. Bajo la redacción de P. Freiss y J. Piaget, facs. 1 y 11, Moscú, 1966, trascurre en condiciones sociales concretas- es la clave para llegar ii!l
pág. 172). a su concepción psicológica auténticamente científica. . i¡
·¡
1,

134 135 l
o
2. Individuo y personalidad en determinadas condiciones externas, el individuo, no obstante, no

es en absoluto un mero "calco" de esas condiciones; es justamente
Al estudiar un tipo especial de procesos vitales, la psicolo- un producto del desarrollo de la vida, de la interacción con el medio
gía científica los examina forzosamente como manifestaciones de y no del medio tomado en sí mismo.
la vida de un sujeto material. En tales casos, cuando se trata de Todo esto es bastante conocido y, si a pesar de eso, be comen-
un sujeto aislado (y no de una especie, ni de una comunidad zado por el concepto de iodividuo es sólo porque en psicología se
o sociedad) decimos ejemplar o si deseamos subrayar también lo emple~ c?n un significado tan amplio que induce a no distinguir IJ
sus diferencias respecto de otros representantes de la especie,
individuo.
Jas peculmndndes del hombre como individuo y sus peculiaridades
como personalidad. Pero precisamente su distinción nítida, y la .
t'
j•
1

El concepto de "individuo" expresa la indivisibilidad, integridad consiguiente distinción que subyace en los conceptos de "individuo" O¡

y particularidad de un sujeto concreto, las cuales surgen ya en los Y. "pe~·son~l~dad", constituye una premisa inexcusable para el análi-
SIS psiCologico de la personalidad.
primeros peldaños del desarrollo de la vida. El inclíviduo como 'o

'i
integridad es un producto de la evolucióu biológica en cuyo trascur- Nuestro idioma refleja con acierto la no coincidencia de estos :¡
so se opera no sólo el proceso de diferenciación de órganos y f uncio- dos conceptos: usamos la palabra personalidad sólo con respecto
nes, sino también de su integración, de su "ajuste" r cíproco. El al hombre y, por lo demás, a parth de cierta etapa de su desarrollo.
proceso de ese ajuste inlerno es bien conocido: fue observado por No clecimo~ la "personalidad de un animal" o la "personalidad de 1
Darwin y descrito en términos de adap lación correlativa por Cu- un neonato . Pero nadie encuentra dificultad en referirse a un neo- '1
vier, Platc, Osborne y olros. A. N. Sevcrtsov en su "hipótesis de la nato o un animal como individuos, en hablar de sus rasgos indivi-
\


correlación" subrayó en especial la función de los cnmbios corre- dual ~s (un animal excitable, tranquilo, agresivo, etc.; lo mismo, por "o¡
lativos secundarios de los organismos, que crean h integridad de su upuesto, es válido para un recién nacido). No hablamos en serio i
organización. de la personalidad ni de un niño de dos años aunque éste mani-
El individuo es ante todo una formación genotípica. Pero el fiesta no sólo sn peculiaridades g<motípicas, sin'o una gran cantidad
individuo no es sólo eso, su formación continúa -como es sabido- de peculiaridades adquiridas bajo la influencia del entorno social; ·11
en la ontogénesis, durante el curso de la vida. Por eso, en la carac- dicho sea de paso, esta circunstancia atestigua una vez más en con-
lrn de In concepción de la personalidad como produclo del cntre-
terización del individuo se incluyen también las propiedades y la
cr~zamiento, de los factores biológico y social. Es curioso, que en
integración de las mismas que se forman ontogcnét icamcntc. Se ps1copatologw se describan casos de desdoblamiento de la perso-
trata de las "aleaciones" que se producen entre las reacciones coll- nalidad, cosa que no es, ni mucho menos, una expresión figurada;
génitas y las adquiridas, de la modificación en el contenido objcli\'O pero ningún proceso patológico puede hacer que se desdoble el
de las necesidades, de las dominantes de conducta que se han for- individuo: un individuo desdoblado, "dividido" es un absurdo, un
mado. La norma más común reside, en este caso, tm que cuanto contrasentido.
más nos elevamos en la escala de la evolución biológica, más com- El concepto de personalidad, lo mismo que el concepto de in-
p1ejas se tornan las manHestaciones vitales de los individuos y su dividuo, expresa la integridad del sujeto de la vida; la personalidad
organización, más claras se vuelven las diferencias enlr, sus pecu- no se reduce a trocitos, no es un "polípero". Pero la personalidad
liaiidades innatas y las adquiridas, t.anto más -valga la expresión- constituye una formación integral de un tipo especial. No es una
los individuos se v,.an individualizando. integridad condicionada de modo genotípico: la personalidad no
nace, la personalidad se hace. Es por eso que tampoco hablamos
Así el concepto de individuo se basa en la iodivisi biliuad, la sobre la personalidad de un neonato o un lactante, aunque los ras-
integridad del sujeto y la presencia de las particularidaclcs que le gos de la individualidad se ponen de manifiesto en los estadío3
son propias. Siendo un producto del desarrollo filo y onlogenélico tempranos de la ontogénesis con claridad no menor que en las etapas
136
137 11
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más tardías. La personalidad es un producto relativamente avanzado 1'• ,

1'
del desarrollo histórico-social y ontogenético del hombre. Sobre este P~emos expr~sarlo de .otr~ .manera: las peculiaridades que ca- ;¡¡"
tema ha escrito, en particular, S. L. Rubinstein 18 • · racter.I~n una urudad (el tndiVlduo) ·no pasan simplemente a ser ::
!1!
Esta tesis puede ser, no obstante, interpretada de distinta forma. pecuhandades de otra u~dad, de otra_formación (la personalidad), ,1

Una de su posibles interprestaciones seda la siguiente: el individuo de modo tal que las pnmeras quedan eliminadas· se conservan
de nacimiento -si podemos expresarnos así- no es todavía un indi-
.
pero pr~c1sa~ente como pec~li~dades del individuo.' Por ejemplo,'
viduo "completo" y al comienzo muchos de sus rasgos están dados las part1c~andades de la -activ1dad nerviosa superior del individuo
sólo virtualmente, como posibilidad; el proceso de su formación con- no se convierten en peculiaridades de su personalidad ni la definen.
tinúa. en el curso del desarrollo ontogenético hasta que se despliegan Aunq_ue el func~onamiento del sistema nervioso es, por cierto, una
en él todas sus particularidades, formando una estructura relativa- prem;sa necesana para el desarrollo de la personalidad¡ su tipo no
ment~ estable; la . personalidad seda el resultado del proceso de constituye en modo alguno el "andamiaje" sobre el cual ella "se
maduración de los rasgos genotípicos bajo la influencia de las ac- con~t~u~e". La fuerza o debilidad de los procesos nerviosos, su
ciones del medio social. Es esta la interpretación que han adoptado e<;twlibno, etc., se manifiestan sólo a nivel de los mecanismos me-
en una u otra forma la mayoría de las concepciones modernas. dlante los cuales se lleva a cabo el sistema de reladones del indivi-
Otro modo de entender la cuestión consiste en afirmar que la duo con el mundo. Es esto lo que determina la diversidad de su
formación de la personalidad es un proceso sui generis que no coin- papel en la formación de_la personalidad.
cide en forma directa con el proceso de modificación de las propie- Para enfatizar lo dicho, me permitiré una digresión . Cuando
dades innatas durante la vida del individuo, en el trascurso de su se aborda el tema de la personalidad, habitualmente asociamos su
adaptación al medio exterior. El hombre, como ser natural, es un car~cterización ps~cológica con el sustrato más cercano -por así
individuo que posee determinada constitución física, un tipo de sis- decirlo- de la ps1quis: los procesos nerviosos centrales. Imagine-
tema nervioso, un temperamento, las fuerzas dinámicas propias de mos, em~ero, ~l si~~iente caso: un niño tiene luxaciones congénitas
las necesidades biológicas, una afectividad y muchos otros rasgos de la. ar.ticulaClÓn, 1l~aca que lo condenan a la cojera. Esa ~·osera
que, en el curso del desarrollo ontogenético en parte se van desarro- ~eculi~ndad anatormca .dlS~a mucho de pertenecer al tipo de par-
Hando, en parte se reprimen, en suma, cambian de diversas maneras. tlcul~ndade~, que se a;IJud:can a la personalidad (a lo que se de-
Sin embargo, no es el cambio de esas propiedades innatas del hom- nom~na su es~uctura ) sm embargo, su importancia para la for-
bre lo que engendra. su personalidad. ~actón de la .persona~idad e_s incomparablemente mayor que, por
Ll personalidad es wm formación humana especial que no pue- CJCmplo, un t1po débtl de Sistema nervioso. Pensemos sólo cómo
de ser inferida de su actividad adaptativa como tampoco pueden los niños ~e su. edad corren por el patio tras la pelota, mientras que
ser inferidas de la personalidad la conciencia o las necesidades el pequeno cOJQ_ se mantiene apartado; luego, cuando sea mayor
humanas. Según sea la conciencia del hombre, tales serán sus ne- Y llegue la épo,;a de Jos bailes no 1~ quedará más remedio que "sos-
cesidades (Marx dice: producci6n de la conciencia producción de ten~r 1~ pare.d . ¿~ómo se f~rmara en. tales. condiciones su perso-
las necesidades); también la personalidad del hombre "es produci- ~ahdad. Es Jmpos.rbl.e predecrrlo, y es 1mpostble justamente porque
da", o sea, es creada por las relaciones sociales que entabla el indi- mcluso una peculiandad tan notoria del individuo no determina
viduo en su actividad. El hecho de que, al mismo tiempo, se vayan en un único sentido su formación como personalidad. Por sí. sola
t-rasformando y camhiando también algunas de sus peculiaridades n?. puede producir, digamos, un complejo de inferioridad, insocia-
como individuo no constituye la causa, sino la consecuencia de la blhdad, o, por el contrario, una actitud de consideración afectuosa
formación de su personalidad. ha~ia _la gente, y, en general, ninguna ,peculiaridad específicamente
ps1qU1ca ?el hombre como personalidad. La paradoja radica en que
las P';ern:-sas del desarrollo de la personalidad son, por su propia
18 Véase S. L. Rubinstein, Fundamentos de psicología general. Moscú, esencia, Impersonales. :~
l 940, págs. 515-516. . La pe~s,onalidad, lo mismo que el individuo, es un producto de :. f•
1(.
la mtegrac10n de los procesos que hacen realidad las relaciones vi- 1¡
138 i
l<V\
1e
tivas de la sociedad -dice Marx en "El capital"- como "personifi-
tales del sujeto. No obstante, esa formación especial que denOt.nína- cación" suya.
mos personalidad posee una diferencia fundamental. Es dctermmada Uegamos aquí al problema metodológico fundamental que se
1
¡¡ por la natW"nlezn de las propias relaciones que la engendran: se oculta tms la distinción de los conceptos "indi iduo" y "personali-
1•
trata de las relaciones sociales específicas del hombre, en l~s que dad'. Nos referimos al problema de la dualidad de las cualidades
éste entra en su actividad objetivada . Como ya lo hemos v1slo, a de los objetos sociales que son engendradas por la dualidad de las
pesar de la diversidad de sus tipos y formas todas ellas· se caracte- relaciones objetivas en las que existen. Como se sabe, fue Marx
rizan por una estructura interna que les es común y que. su~onen su quien descubrió esta dualidad al mostrar el doble carácter del tra-
regulación conciente, es decir, la presenci.~ de la conciencia .Y' ~n bajo que produce el producto y, por último, la dualidad del propio
determinadas etapas del desarrollo tamb1en de la autoconcwncm hombre como "sujeto de la naturaleza" y "sujeto de la sociedad".
del sujeto. .. . Para la psicología científica de la personalidaJ este descubri-
Al igual que estas actividades, el proceso de su umf1caciÓn miento melodol6gico fundamenlal tiene una importancia decisiva.
-surgimiento, desarrollo y disol~ción ele l.os vinculas entre e!las- Cambia de xaíz la concepción de su objeto de estudio y destruye
es un proceso de un tipo especwl, ubordmado a Jcyes .~spec1ales. los esquemas anaigados en ella, en los cuales se incluían rasgos o
El e tuclio del proceso de unificación, de vinculacion de las "subestructuras" tan heterogéneos como, por ejemplo, las cualida-
aclivicladcs del sujeto, como resultado del cual se va forma~1do. ~u des morales, los conocimientos los hábitos y costumbres, las formas
personalidad r presenta una. tarea primordial para la inv :sl1.ga~10n del reflejo psíquico y el temperamento. Sem jantes "esquemas de
psicológica. Pero n~ es pos~~le res?lver1a dentro. de los l~tml~s. ~e la personalidad" tienen su origen en la iuea de que el desarrollo de la
la psicología subjetJvo-empmca, m de las c.ornenles, ps1c< log1cas personalidad resulta de estratificar lo adquirido en el curso de
conductistas o "profundas", incluidas sus vo.nan~cs. mas modcr.nas. la vida sobre cierta base metapsicológica preexistente. Pero preci-
Esta tarea demanda el análisis de la actividad ob¡etJVaoa del su¡eto, samente desde este punto ele vista no puede entenderse en absoluto
mediatizada siempre -por supuesto- por los procesos de la con- la personalidad corno una formación espccílicamente humana.
ciencia que son los que "empalman" las distintas activida~es entre El auténtico camino para la investigación de la personalidad
sí. Por eso la desmilificación de las ideas sobre la personah~ad sólo pasa por el estudio de aquellas trasformaciones del sujeto (o, para
es posible n una psicología que tenga corno base una ~cona sobre decirlo con el lenguaje de L. Seve, de las "inversiones fundamenta-
la actiYidad, su estructura, su desarrollo y sus trasfonnaclones, sobre les") que se crean por el automovimicnto de su actividad en el
sus di(crcnles tipos y formas . Sólo con esta condición se ,<.1csh·uye sistema de las relaciones sociales (véase L. Seve. "Marxisme et
por completo la antinomia antes mencionada de "p.sicologta perso- théorie de la Personnalité"). Pero al emprender este camino, trope-
nal" y "psicología de las funciones", ya que no es pos1ule :ontraponer zamos de entrada con la necesidad de rcvaluar algunas proposicio-
la personalidad a la actividad que la engendra .. Tam~1én se des- nes teóricas generales.
truye por completo el fetichismo im,perante en pstco~og~<t~ que con- Una de ellas, de la que depende el planteo básico del problema
siste en atribuir las propiedades de ser una .personah~~d a la pr~­ de la personalidad, nos hace retomar la tesis ya mencionada, de
pia naturaleza del individuo, por cuanto ba¡o la preswn del m~~lO que las condiciones externas actúan a través ele las internas. "El
exterior sólo se modifican las manifestaciones de esta nHtica principio de que los influjos externos se hallan concatenados a su
propiedad. . . efecto psíquico ue manera mediata a través de la persona, constituye
El fetichismo a que nos refenmos denva de desco~ocer esa el centro desde el que se enfoca la investigación teórica de todos
importantísima tesis de q~e el sujet~, al entr~1,r en la soc1cd~1d en los problemas de la psicología de la persona ... " 19 • Es cierto que
un nuevo sistema de relaciOnes, adqmere tambten nuevas cuahdad~s
-sistémicas- que son las únicas que forman la verrlader~ caract.cn-
zación de la personalidad: psicológica, cu~ndo se :stud1a al .suJeto 19 S. L. Rubinstein, El desarrollo de lo psicología. . . Ed. cit., págs.
dentro del sistema de actividades que reahzan su v1da e~ soc1ed~d; 163-164.
social, cuando se lo examina dentro del sistema de relaciOnes ob1e-
14.1

'1
140
lo externo actúa a través de lo interno y, · además es incondicional- periencia que el hombre acu~ule, de los acontecimientos que cam-
mente cierto para los casos en que examinamos el efecto de una u bien su situación vital y, por fin, independientemente de las modi-
otra influencia. Otra cosa sería ver en este principio la clave para ficaciones físicas que sufra, co~o persooolidad seguirá siendo el
comprender lo interno como personalidad. El autor aclara que este mismo para los otros hombres y también para sí. Se identifica no
intemo mismo depende de influjos exteriores precedentes .. Pero aun sólo con su nombre, ~ambién lo idehtifica la ley, al menos dentro
así no se revela el surgimiento de la personalidad como una integri- de los 1Í!.nites en los cuales se reconoce responsable por sus actos.
dad especial, que no coincide directamente con la integridad del De modo que ~xiste . cierta contradicción entre la evidente va-
individuo, y por ello sigue quedando en pie la posibilidad de con- riabilidad física y psicofisiológica del hombre y su estabilidad como
cebir la personalidad sólo cqmQ el individuo enriquecido por la personalidad. Esto es lo que ha planteado el problema· del "yo"
experiencia precedente. como problema particular de la psicología de la personalidad. Sur-
Pienso que para hallar el modo de enfocar el problema se debe ge porque los rasgos incluidos en la caracterización psicológica de
volver desde el comienzo á la tesis inicial: lo interno (el sujeto) la personalidad expresan con claridad lo variable y "lo intermitente"
actúa a través de lo exterior y con ello se modifica a sí mismo. Esta en el hombre, es decir, aquello a lo que se contrapone la perma-
tesis tiene un sentido absolutamente real. Puesto que al prindpio nencia y continuidad de su "yo". ¿Pero qué es lo que conforma esta
el sujeto de la vida aparece en general sólo como poseedor -si permanencia y continuidad? A este interrogante, responde . el per-
empleamos la expresión de Engels- "de una fuerza de reacción sonalismo en todas sus variantes postulando la existencia de cierto
autónoma" pero esta fuerza sólo puede actuar a través de lo exte- principio especial que fom1a el núcleo de la personalidad;·· Es éste
rior y es allí donde se opera la transición de 1a posibilidad a reali- el que se rodea de multitud de adquisiciones· vitales que son capaces
dad: su concreción, su de arro11o y enriquecimiento, en una palabra, de modificar sin afectar sustancialmente el propio núcleo. · .
sus trasforn1aciones, que son las del propio sujeto, el portador de Cuando es otro el enfoque de la personalidad se da como· fun-
esa fuerza. Ahora, es decir, en su con~ición de sujeto trasformado, damento de ésta la categoría de actividad humana objetivada, y el
éste actúa como si refractan las influencias externas en sus estados análisis de su · estructura interna: su me<liatización y las ·formas de
habituales. reflejo psíquico que la actividad éngendra. · ·
Es claro que cuanto hemos dichoconstituye sólo una abstracción Tal enfoque permite dar de entrada una solución ·preliminar
teórica pero el movimiento general que ella describe subsiste en a la cuestión de ·qué constituye la base estable de la personalidad,
todos los niveles del desarrollo del sujeto. Vuelvo a repetir: cual- de la cual depende también qué se incluye y qué no se incluye en
quiera que sea la organización morfofisiológica, sean cuales fueran la caracterización del nombre precisamente éomo personalidad. Esta
las necesidades e instintos que posea el individuo en forma congé- solución parte del principio de que la base real de la personalidad
nita, éstas actúan sólo como premisas de su desarrollo, que de in- del hombre es el conjunto de sus relaciones con el mundo -que son
mediato dejan de ser lo que fueron virtualmente, algo "en sí", en sociales por su naturaleza- , pero ·d e las relaciones que se realizan,
cuanto el individuo comienza a actuar. La comprensión de esta me- y s~m r~alizadas por su actividad, más exactamente, por el conjlinto
tamorfosis tiene especial importáricia cuando pasarnos a encarar al de ·sus diversas actividades. · · · · · -
hombre, al problema de sli personalidad. Nos referimos a· las actividades· del sujeto ·que son justamente
las ."unidades" de las que parte el análisis psiCológico ·de la perso~
nahda:d, y no a las acciones, ni a las operacion,es, ni a lás funciones
3. La actividad como fundamento psicofisiológicás o a los bloques de 'estas funCiones; · estas 'últimas
. ' ;. de la. personalida.
, . d.
caracterizan la actividad, pero no ditectamente la personalidad. A
El principal objetivo reside en mostrar 1os auténticos "compo- primera vista; esta tesis .parece contradecir las ideas eyttpíricas acei-
nentes" de la personalidad, de esta unidad superior d.el 4o~bre que ,ca de la personalidad 'Y; ·más aun,. emp<>brecerlas. ·Siri, embargo;' és
es mutable como lo· es su propia ·vida y que a la vez con ~rva . su 1á. única qu~ abre el' caniinp hacia la conccpci6n de la ; persbnaÍidad
constancia, su autoidentidad . Porque independientemente de la eX· 'en ·su·verdadera. concreción psic·ológi~a. ·: ' . . '·.· ·· · .·. . :·· ·

142
1
1
1•1

la fisonomía psicológica de la personalidad, cualquiera que sea el


Ante todo, en este camino se elimina la principal dificultad: conjunto de acciones concretas que la realiza. Este conjunto cons-
determinar cuáles son los procesos y peculiaridades del hombre tituye algo así como una cobertura de esa otra actividad que hace
incluidos entre los que caracterizan su personalidad desde el punto efectiva una u otní verdadera relación del hombre con el mundo,
de vista psicológico y cuáles de ellos son neutrales en este sentido. cobertura que depende de condiciones que a veces son fortuitas.
Pero ocurre que si se los toma en sí mismos, haciendo abstracción Tál es la razón, por ejemplo, de que el hecho de que un hombre
del sistema de la actividad, en general nada nos dicen sobre su determinado trabaje corno técnico nada dice aún sobre su persona-
relación con la personalidad. Difícilmente pueda ser considerado lidad; los rasgos de ésta se ponen de manifiesto no en eso, sino en
con sensatez que las operaciones ele escribir, la capacidad caligrá- las relaciones que él entabla en forma inevitable, quizá, durante
fica "pertenecen a la personalidad". Tomemos como ejemplo a el proceso de su trabajo y quizá fuera del mismo. Todo esto es casi
Akaki Akakiévich Baslunanchkin, · el personaje del cuento de Gogol una perogrullada y me refiero a ello sólo para poner de relieve -una
El capote. Trabajaba éste en ci erto departamento como funcionario vez más- que no es posible obtener ninguna "estructura de la per-
para copiar documentos oficiales y veía en esta ocupación todo un sonalidad" a partir de una selección de algunas peculiaridades psí-
mundo variado y atrayente. Cuando terrninaba de trabajar, Akaki quicas o psicosociales del hombre; que la base real de la personali-
Akakiévich se iba enseguida a su ca:>a. Después de comer a toda dad del hombre no subyace en programas genéticos puestos en él,
prisa sacaba un frasco con tinta y se ponia a copiar los docum entos en las . profundidades de sus dotes e inclinaciones innatas ni tam-
que se habia llevado a su casa, pero si no los tenía, hacía copias por poco en los hábitos, conocimientos y habilidades que adquiere, in-
puro gusto, para sí, para su satisiacci6n personal. "Después de cluidos los profesionales, sino en ese sistema de actividades que ,,
haber escrito a su antojo -relata Gógol- se acostaba a dormir, son- cmstaliza esos conocimientos y habilidades. ¡;
riendo por anticipado al pensar en el día siguiente: quién sabe que La conclusión general que puede extraerse de lo que hemos
le enviaría Dios para copiar mañana". dicho es que en la investigación de la personalidad no hay que
¿Cómo sucedió, cómo pudo ocurrir que la copia de documentos limitarse a explicar premisas, sino que es preciso partir del. desarro-
oficiales llegara a ocupar el lugar central en su personalidad, se
¡:
llo de la actividad, de sus tipos y formas concretos, y de los vínculos
convirtiera en el sentido de su vida? No conocemos las circunstan- que se establecen entre ellos, por cuanto su desarrollo modifica ra- :;,,
cias concretas, pero algunos hechos hicieron que uno de los motivos dicalmente la significación de esas mismas premisas. Por consi- 1i
:\ ~
fundamentales fuera sustituido por operaciones, por lo común, com- guiente, la investigación debe estar orientada no a partir de los j;¡
r•
pletamente impersonales que, en virtud de ello se convirtieron en hábitos, habilidades y conocimientos adquiridos hacia las actividades ¡;;
t:i·~
una actividad independiente y corno tal pasaron a ser características que los caracteriza, sino del contenido y los vínculos de las activi- ¡·. 1

de la personalidad. dades a la búsqueda de cómo, mediante qué procesos se realizan


Por cierto que se puede razonar de otro modo, más sencillo: y se hacen posibles. 11
pensar que en esto se habría manifestado cierta "capacidad caligrá- Ya los primeros pasos en esa dirección permiten destacar un
fica" de la que Bashmacbkin fue dotado por la naturaleza. Pero este hecho muy importante. Se trata de que en el curso del desarrollo
razonamiento ya sería en un todo similar al de los jefes de Akaki del sujeto, algunas de sus actividades establecen relaciones jerár-
Akakiévich que siempre lo vieron como un funcionario tan afanoso quicas entre sí. A nivel de la personalidad no forman en absoluto
para escribir "que luego se convencieron de que, por lo visto, así un simple haz, cuyos rayos tienen su fuente y centro en el sujeto.
había nacido ...". La idea de que los nexos entre ]as actividades están arraigados en
A veces sucede de otro modo. En aquello que visto desde fuera la unidad e integridad de su sujeto sólo se justifica a nivel del
parecen acciones que tienen para el hombre valor por sí mismas, el individuo. En este nivel (en el animal, en el niño) la composición
análisis psicológico revela otra cosa, o sea, que constituyen sólo un de las actividades y de sus interconexiones está directamente de-
medio para lograr fines, cuyo auténtico motivo estaría en un plano terminada por las propiedades del sujeto, sean generales o indivi-
totalmente distinto de la vida. En este caso, tras la apariencia de duales, congénitas o adquiridas. Por ejemplo, la modificación de la
una actividad se oculta otra. Y es ésta la que integra directamente
145
144
selectividad y la mudanza de actividad se hallan en dependencia con el experimentador, digamos post factum: el · bombón re~ultaba
directa de los estados habituales que tengan las necesidades del amargo, amargo por su sentido subjetivo, personal. ·
organismo, del cambio de sus dominantes biológicas. El fenómeno descrito perte~e~ a 1os más tempranos y transi-
Otro problema son las relaciones jerárquicas de las actividades torios. A pesar .de todo el candor con que se manifiestan estas pri~
;,
que caracterizan a la personalidad. Su particularidad reside en que meras subordinaciones de diversas relaciones vitales del niño, son
•1 están "desatadas" de los estados del organismo. Estas jerarquías de ellas las que testimonian que ha comenzado el proceso de estruc-
.. las actividades son fruto de su propio desarrollo y son ellas las turación de· esa formación especial que llamamos personalidad. Ta-
1
que forman el núcleo de la personalidad. les subordinaciones nunca se observ~n en edades más tempranas; en
En otras palabras, los "nudos" que unen las distintas activi- cambio durante el posterior desarrollo se muestran de un modo per~
dades son atados no por' la acción de las fuerzas biológicas o espi- manente en fonnas incomparablemente más complejas y "ocultas"'.
rituales del sujeto ínsitas en él, sino que se anudan dentro de1 siste- ¿Acaso fenóm enos tan profundamente personales como, por ejem-
ma de relaciones que el sujeto establece. plo, los remordimientos de concien~ia no surgen sigu.iendo un . es-
La observación revela con facilidad esos primeros "nudos" con quema análogo? _ ·
los cuales se inicia en el niño la etapa más temprana de formación ~~ desarrollo .Y aumento de los tipos de actividad del individuo
de la personalidad. Este fenómeno apareció cierta vez en fonna no hacen sólo que se amplíe su "catálogo". Al mismo tiempo, se
muy elocuente durante .experiencias con preescolares. El experi- van centrando al~ededor de algunos que son los fundamentaJes y
mentador que realizó la prueba planteó. a un niño lo siguiente: al- que subordinan a los otros. Este complejo y largo pro~eso de des-
canzar un objeto alejado d~ él cumpliendo ineludiblemente la. regla arrollo de la personalid~<) tiene sus etapas, sus estadios; es insepa-
de no levantarse de su sitio. En cuanto el niño se disponía a cumplir rable del desarrollo de la conciencia, de la autoconciencia, pero la
la tarea, el experimentador se f~e a la habitación contigua desde conciencia no constituye su princip!o.: s6lo lo mediatiza y, por así
donde siguió .la observación utilizando un dispositivo óptico de uso decirlo, lo resume. ··
común en estos casos. Después de una ~erie de intentos infructuo- De modo que en la base de la personalidad está la relació'n de
sos, el pequeño se pu~o en pie, se a.cercó. al objeto, lo toiQÓ y regresó subC?rdinaci6n de las activida?es humanas generadas por el curso
tranquilamente a su siqo. El experimentador entró en ~eguida en de su .desarrollo. ¿Pero en qué se expresa en el plano psicológico
la habitación, felicitó ul niño. por el buen re~ultad.o obterudo y como esta .subordinación, esta jerarquía de las actividades? De acuerdo
recompensa le ofreció un bop1bón. El pequeño, sin e~bargo, lo con la definición que hemos adoptado, denominamos actividad al '
rechazó y cuando el expcri~entador comenzó a insistirle se puso proceso que es estimulado y orientado por un motivo, en el .cual
a llorar qued~ente . . está objetivada UQa u otra necesidad. Dicho de otro modo: en la
corrdación de a_ctividades está implícita la correlación de motivos.
¿Cuál es el quid de este fenómeno? En el proceso que .hc~?s De este modo, llegamos a la necesidad de retomar el análisis de
observado se ·pueden distinguir tres momentos: 1) la comumcac10n los motivos y de examinar su desarrollo, sus trasformaciones, la ca-
del niño can· el· experimentador mientras se le- explica la tarea; 2) la pacidad .de de~doblar sus funciones y los desplazamientos que se
solución . de la tarea, y i3) la·; comunicación con el experimentador operan dentro del sistema de procesos que conforman la vida · del
después que el niño ha tornado el objeto. Las acciones del niño hombre corno persOnalidad.
respondían, por ende, a dos motivos diferentes, es decir, que lleva-
ban a cabo una actividad de dos tipos: una; con· relación al investi- ,• .• '
gador, la otra con relación a · un objeto (la recompensa) . La ob- 4. Motivos, emocion~s y personalidad··
·,
servación mostró · ·q ue en · el momento en ·qúe el niño alcanzó : el ' ~ ' , • • • ' 1 -

. .
objeto, no· vivía la ·situación · como· conflictiva, como una situación En la psicología ~oderita· se denominan c::Ón el témú~o "motivo"
"de · stress'', ·El ·vínculo jerárquico' entre ambas actividades se · puso (motivación, factores motivadores) fen6menos .totalmente :diversos.
de manifiesto· sólo · Em · el momento de reanudarse ·la·' comunicación Llaman motivos a los impulsos instintivos, a las inclinaciones y a¡>e-
' .~
146
147
titos biológicos, e igualmente a la vivencia de las emociones, inte-
reses y deseos; en la abigarrada enumeración de los motivos se pue- marginadas de la psicología sino sus formas abstractas, es decir, los
den encontrar algunos tales c_oma los objetivos vitales y los ideales, estados de necesidad del sujeto "puros", objetivamente no rellena-
pero también otros como la irritación por una corriente eléctrica 20 • dos. Estas formas abstractas salen a la escena como consecuencia
No hay necesidad alguna de intentar comptcnder todas estas mez- de abstraer las necesidades de la actividad objetivada del sujeto,
clas de conceptos y términos que caracterizan el estado actual del que es el único en el cual adquieren su carácter concreto desde el
problema de los motivos. La tarea del análisis psicológico de la ángulo psicológico.
personalidad exige que se examinen solamente los problemas fun- Se sobrentiende que el sujeto como individuo nace dQtado de
damentales. necesidades. Pero -repito una vez más- la necesidad como fuerza
En primer lugar está el problema de la correlación entre los interior puede realizarse solamente en la actividad. O de otro modo:
motivos y las necesidades. Ya he expresado que la necesidad pro- la necesidad se presenta al comienzo sólo como condición, como
piamente dicha es siempre la necesidad de algo, que a nível psico- requisito de la actividad, pero en cuanto el sujeto empieza a actuar,
lógico las necesidades están mediatizadas por el r<'flejo psíquico y, de inmediato se opera su trasformación, y la necesidad deja lo que
por añadidura, de dos maneras. Por una parte, los objetos que res- era virtualmente, algo "en sí". Cuanto más avanza el desarrollo de
ponden a las necesidades del sujeto se le presentan con sus rasgos la actividad tanto más esta premisa suya se convierte en su resultado.
señalizadores objetivos. Por otra parte, también los propios estados La trasformación de las necesidades ya se hace evidente a nivel
de necesidad son señalizados y reflejados sensorialmente por el su- de la evolución de los animales: a consecuencia de que se modifican
jeto, en los casos más simples como resultado de la acción de los y amplían el conjunto de objetos que responden a las necesidades
estímulos interoceptivos. Al mismo tiempo, el cambio más impor- y los modos de satisfacerlas, se desarrollan también las necesidades
tante que caracteriza la transición al nivel psicológico consiste en mismas. Y es así porque las necesidades son capaces de concretarse
el surgimiento de vínculos dinámicos entre las nt:>cesidades y los ob- en una gama potencialmente muy amplia de objetos que se con-
jetos que responden a eiias. vierten en estímulos de la actividad del animal, los que le dan a
Sucede que en el propio estado de necesidad del sujeto no ésta determinada orientación. Por ejemplo, cuando aparecen en el
está rigurosamente registrado el objeto que es capaz de satisfacer medio nuevos tipos de alimento y desaparecen los anteriores, la
la necesidad. Hasta la primera vez en que es satisfecha, la necesidad necesidad alimentaria, al continuar satisfaciéndose, se impregna a
"no conoce" su objeto, éste aún debe ser descubierto. Sólo como la vez de un nuevo contenido, es decir, se torna diferente. De tal
resultado de ese descubrimiento, la necesidad adquiere su objetivi- modo que el desarrollo de las necesidades de los animales trascurre
dad y el objeto que es percibido (representado, concebido), adquiere mediante el desarrollo de su actividad con respecto a un conjunto
su actividad estimuladora y orientadora de la función, es decir, se cada vez más enriquecido de objetos; se entiende que el cambio
convierte en motivo 21 • del contenido objetual concreto de las necesidades l1ace que tam-
Tal concepción de los motivos parece cuanto menos unilateral, bién se modifiquen los modos de satisfacerlas.
en tanto que las necesidades parecen quedar al margen de la psi- Por supuesto que este principio general demanda muchas sal-
cología. Pero no es así. No son las necesidades las que quedan vedades y aclaraciones, en especial en lo que atañe a la cuestión
de las denominadas necesidades funcionales. Pero ahora no nos
20 Dentro de la bibliografía soviética puede encontrarse 1m examen bas-
estamos refiriendo a eso. Lo fundamental es destacar que las ne-
t:mte completo sobre las investigaciones de los motivos en el libro de P. M. cesidades se trasforman a través de los objetos durante el proceso
laY.obson, Problemas psicológicos de la motivación de la conducta del hombre de su uso. Y esto tiene una importancia clave par.a comprender la
(~loscú, 1969). El último libro que se ha publicado y da un an~lisis compClra- naturaleza de las necesidades del hombre.
tivo de las teorías de la motivación es el de K. B. Madsen, Moclern Theories of A diferencia del d esarrollo de las necesidades en los animales,
Motivation. ( Copenhagen, 1974.)
21 Véase A. N. Le6ntiev, Necesicúules, motivos y emociones. Moscú, 1972. el que depende de que se amplíe el conjunto de objetos naturales
(En ruso.) que ellos consumen, las necesidades del hombre son engendradas
por el desarrollo de la producci6n, puesto que ésta es también di-
148 J .¡
rectamente el· consumo que crea .la necesidad. Dicho de otro modo:
el enfoque -esgecíJi<;:o para la psicología- del problema se examina
en explicaciol)es que parten de las necesidades mismas; dicho con
el consumo es mediatizado por la necesidad de un objeto, por su más precisióp, de las vivencias emocionales que provocan, las cua-
1

percepción o su representación mental. Como lo expresa Marx, . es les serían la. única explicación posible de por qué el hombre se
en esta forma .reflejada cómo el objeto aparece en calidad de motivo
ideal, de estimulante interior. propone fines y ere~ nuevos objetos 22 • Es claro que hay en esto algo
de verdad y se podfía estar de acuerdo con ello si no fu era por
· · Peró lo más común es que en ·psicología las necesidad es se una sola cos~: que como índices de la ac.t ividad conc.reta: sólo .Pue-
an~licen .hacje~~ó ·abstracción de lo principal, o sea, del desdobla- den actuar las necesidades CQn SU contenido objetivo, .pero este
mi~nto de )a producción para el consumo que las engendra, y eso contenido no está p.uesto directamente en ellas y por consiguiente
es lo que condúce a la explicación unilateral de las acciones de los no pueq e s.e r ~e ducid.o ~e ellas.
h~mib.res,. :infiriéndolas 'en fo~a directa de sus necesidades. En Otra dificul tad esencial surge como resultado ele admitir a .me-
este caso .s~elen apoyarse en un enunciado de Engels, extraído del dias la natrual e~ histórico-social' de las necesidades humanas, lo
éont.exto general d~ un frágmento suyo dedicado precisamente al que se expresa en que una parte de las .necesida.des se. consideran
papel·. del trabajo en la formación del hom.bre, incluidas, por su- sociales por su origen y las otras, en cambio, se incluyen entre las
pue~t~, sus necesidades. La concepción marxista dista mucho de puramente biológicas, en principio com~es al hombre y los a~ima­
v~r .en las necesid~des el ~~to in~cial y principal. Veamos lo que les. No hace falta, por supuesto, una 4~pdura particular del pensa-
escribe Marx al respecto: En cahdad de demandas como necesi- miento ,para -descubrir que algunas necesirla~es son comunes al
dades, el propio consumo es un momentb interno de la actividad hombre y los animales. El horqbre, al igual que los animales, tiene
productiva. Pero esta ultima [la bastardilla es nuestra- A. L.] es el un estómago y siente hambre, o sea,_una necesidad que debe satis-
punto de partida de la realización, y por eso su momento dominante facer para conservar su e:ltistencia. Pero son px:opias del hombre
es decir, ~n ·~c~o en el cual se met~orfosea de nuevo todo el pro~ también otras necesidades que están determinadas no biológica siuo
ceso. .El md1v1duo produce uh objeto y a través de su consumo socialmente. Son "funcionalmente autónomas" o ·:anastáticas". La
retorna nuevamente a sí' mismo ... " esfe~a de las necesidades_-del hombre queda, de tal modo, dividida
. r~r e.nde, estamos a'rit~ dos esquemas esenciales que expresan
~1 vmculo entre necesidad y actividad. El primero reproduce la
en dos. Es éste el resultado inevitab~e de analizar las "propias ne-
cesidades" abstrayéndolas de las condiciones objetivas y de las ma-
1~e3; de qu~ el punto de partida es la necesidad y por lo tanto el neras de _satisfacerlas y, por ende, aisladas de la actividad en la
proceso en su .conjunto está representado por el ciclo: nec esidad~ que se opera su trasformac;:ión. Pero ésta, a nivel del hombre, abarca
O{;tir;>~ad ~ necesida4. En él -como observa L. Seve en "Marxisme también (y sobre todo) las necesidades que en el hombre son ho-
et théorie de la Personnalité"- está encarnado el "materialismo de mólogas a las de los animales. "El hambre -observa Marx- es el
las necesidades" que corre.sponde a la representación premarxista hambre, pero el hambre que se aplaca con carne cociqa, comida
.sobre la esfera del consumo como la fundament.al. El otro 'esquema con cuchillo y tenedor es un ·hambre. diferente a aquélla en la que
opuesto al anterior, es eJ del 'ciclo: actiVidad~ necesidad~ activi~ se devora carne cruda con ayuda de las manos, las uñas . y los
dad. Este esquema, que responde a la concepción marxista de las dientes." . . 1

!Je~~sidad~s, e~ as~mismo . fundamental para la psicología ~n .la ·que . ,El pensamjento positivo no ye en esto -por supuestq- más que
nmg~~~ ~oncepc1Ón bas~da e.n la id.e a de un .'motor' que precede
una diferencia superficial, ya que para _poner de manifiesto la co-
?~ -?nnc!p10 a. la propi~ .actividad puede cumplir el papel de idea' munidad "profunda" entre la necesidad . d,e alimento en el hombre
lDlCial ~ se~r de s1,1hc~ente fun.dam((nto para la teoría científica y el animal, basta con tomar un hombre hambriento. Pero . esto es
•, d~ la; pe~s9~ahdad humana, dice L.. Seve en la obra citada.
_ La tysis de. que las necesidades hu:r;nanas se produ.c en tien~ '2!! Véase L . L Bozhovin,' ,"El desarrollo de:Ia esfera motivacional del niño".
PQr cierto, un sentido mate.rialista histórico. A la vez es de extrem; En la rec.: Estudio de la motivación de la conducta en niños: Y · adólescentes:
Moscú, 1972, págs. 14-15.
1
importancia para la psicología. Cabe subrayar esto porque á. veces
.i
•l 1 !')() 151
nada más que un sofisma. Para un hombre hambriento en realidad De tal modo, el análisis psicológico de las necesidades se tras-
el alimento deja de existir en su forma humana y, en consecuencia, forma inevitablemente en análisis de los motivos. Para ello, sin
su necesidad de -alimento se "deshumaniza"; pero si es que esto embargo, es preciso superar la concepción suhjctivista tradicional
demuestra algo es sólo que el hombre puede ser llevado por el de los motivos, que lleva a confundir fenómenos totalmente hetero-
hambre al estado animaL y no nos dice absolutamente nada sobre géneos y niveles completamente diferentes de regulación de la ac-
la naturaleza. de sus necesidades huma1ULS. tividad. Aquí tropezamos con una verdadera resistencia: ¿no es
Aunque 1as necesidades del hombre, cuya satisfacción consti- acaso evidente -nos dicen- que el hombre actúa porque quiere?
tuye una prenüsa ineludible para mantener su existencia física, se Pero las vivencias subjetivas, el querer, el desear, etc., no son moti-
diferencian de sus necesidades que no poseen homólogas en los vos porque no son capaces de engendrar por sí solos una actividad
animales, esta diferencia no es absoluta y la trasformación histórica orientada y, consiguientemente, la cuestión psicológica fundamental
abarea toda la esfera de las necesiddes. reside en comprender en qué consiste el-10bjeto de ese querer, de ese
Junto con la modificación y enriquecimiento del contenido ob- deseo o pasión.
jetivo -de las necesidades del hombre se produce la modificación de Ni qué decir que hay menos fundamento para llamar motivos
las formas de su reflejo psíquico, como consecuencia de lo cual pue- de la actividad a factores tales como la tendencia a la reproducción
den adquirir un carácter ideal y en virtud de lo cual se convierten de estereotipos de conducta, la tendencia a terminar una acción
en invariantes desde el punto de vista psicológico; así, el alimento comenzada, etc. En el transcurso .de la actividad surge, por cierto,
sigue siendo alimento tanto para el hombre hambriento como para una multitud de "fuerzas dinámicas,., pero éstas pueden ser inclui-
el que se ha saciado. A la vez, el desarrollo de la producción espi- das en la categoría de motivos con menos fundamento que, por
ritual .crea necesidades tales que sólo pueden existir en presencia ejemplo, la inercia del movimiento del cuerpo humano, cuya ac-
del «plano de la conciencia". Por último, se forma un tipo especial ción se pone de manifiesto al instante cuando un hombre que co-
de necesidades: las objetivo-funcionales como, por ejemplo, la ne- rre a toda velocidad tropieza con un obstáculo surgido inespera-
cesidad del trabajo, de la creación artística y otras. Lo más impor- damente.
tantes es que en el hombre las necesidades establecen nuevas rela-
ciones entre sí. A pesar de que la satisfacción de las necesidades Corresponde un lugar especial en la teoría de lds motivos de la
vitales sigue siendo para él '1a primera cuestión" y la condición actividad a las concepciones abiertamente hedonistas, cuya esencia
infaltable de su vida, las necesidades superiores, específicamente consiste en afirmar que cada actividad del hombre se subordinaría
humanas no crean en absoluto sólo formaciones superficiales que al principio de elevar al máximo las emociones positivas y reducir
se estratifican sobre ellas. Por eso sucede que si en un platmo de a un mínimo las negativas. De ahí surge que lograr el placer y
la balanza se ponen las necesidades vitales más fundamentales d 1 librarse del sufrimiento son los auténticos motivos propulsados por
!.1. hombre y en el otro sus necesidades superiores son estas últimas las el hombre. Precisamente en las concepciones hedonistas convergen,
que pueden pesar más. Todos saben que es así y no hace falta como en el foco de una lente, todas las ideas tergiversadas desde
demostrarlo. el ángulo ideológico sobre el sentido de la existencia del hombre,
Es verdad que el camino general que recorre el ucsarrollo de sobre su personalidad. Igual que todas las grandes mentiras, estas
las necesidades humanas comienza a partir de que el hombre actúa concepciones se apoyan en una verdad que han falsificado. Esa
para satisfacer sus necesidades elementales, vitales; pero más ade- verdad es que el hombre tiende realmente a ser feliz. Pero el he-
lante esta relación se invierte y el hombre satisface sus necesidades donismo psicológico entra en contradicción con esta auténtica gran
vitales para actuar. Este es el camino esencial del desarrollo de las verdad, perdiéndose en los detalles de las "afirmaciones" y las "au-
necesidades del hombre. Pero este camino no puede ser directa- toafirmaciones" en el espíritu del behaviorismo de Skinner.
mente inferido del movimiento de las propias necesidades porque en La actividad humana no es estimulada ni dirigida en absoluto
él está jmplicito el desarrollo del contenido objetivo de aquéllas, es como lo es la conducta de las ratas de laboratorio co!l electrodos
decir, de los motivos concretos de la actividad del hombre. ubicados en los "centros cerebrales del placer", las que, si se les

152 15:1
enseña a cone~tar la corriente se dedican sin cesar a esa ocupación 23 cionai diferente e incluso opuesto. En otras palabras: el papel de·
Es claro que se pueden aducir fenómenos similares en el hombre "sancionar" positiva o· negativamente es cumplido por las emocione~,
como por ejemplo, el consumo de narcóticos o la hiperbolización por un motivo predado con respecto a los efectos. Incluso el cUm-
del sexo, pero estos fenómenos no revelan absolutamente nada sobre plimiento ·exitoso de una ,u otra. acción no siempre,. ni mucho menos,
la verdadera naturaleza de los motivos, sobre la vida del hombre lleva a una · emoción positiva; puede incluso · crear una . vivencia
que se afiima a sí misma. Por el contrario, la frustran. agudamente negativa, señalizadora de que desde el ángulo del mo-
Se sobrentienqe ·que Jás concepciones hedonistas de la motiva- tivo rector para la personalidad; el buen resultado obtenido es un ·
ción no son inconsistente.s porque magnifiquen el papel de las vi- fracaso en el plano ·psíquico. Esto' se relaciona ,también con el nivel ·
vencias emocionales en la regulación de la actividad, sii1o porque de las más simples reacciones adaptativas. El acto de estornudar
quitan relieve y defoFman las rc la ~iones reales. Las emociones no por sí mismo, es decir, excluido de todo tipo de relaciones, nos
subordinan a la áctividad, sino que son su resultado y el "n ccanis- provoca -así dicen- placer; · pero un . sentimiento completamente
mo" de su movimiento. diferénte experimenta el personaje del cuento de Chéjov que estor-
J. Stuart Mill escribió en su época: "Llegué a comprender que nudó en el teatro: esto le produce una emoción de terror y a partir
para ser feliz el hombre debe proponerse algún fin; entonces, al de ahí realiza una serie de actos como consecuencia de ·los cuales
tender hacia él, ha de experimentar felicidad sin ocuparse d e ella' muere ...
Esta s la "pícara"· estrategia de la felicidad. Esta es -dijo- una La diversidad y complejidad de los estados emocionales son
ley psicológica. resultantes de la división · de la sensoria:lidad primaria, en la 'cual
Las emociones cwnplen la función de señales internas; internas los aspectos cognoscitiVOS' y afectivos se encuentran fusionados. No
en el sentido de que no son el reflejo psiquico" inmediato del propio se debe concebir está. división como. que los estados emocionales
objeto de la actividad. La particularidad de las emociones reside adqui~ren· una existencia independiente del mundo objetivo. Al ·
en que reflejan las ·relaciones entre los motivos ·enecesidades) y el surgir en situaciones objetivas parece que "insinuaran" en su len- ¡
éxito o la posibilidad de realización exitosa de una actividad del guaje estas situaciones y algunos , objetos que a veces. incluso se
sujeto que responda a aquéllos .2 4.. Además, no se trata aquí de la
reflexión de estas relaciones, sino de su reflejo sensorial el irecto, de
incorporan casual o · secundariamente a ellas. Basta con citar el
hecho habitual de atribuir un signo emocional a las cosas mismas ¡~
la vivencia. Por ende, ellas surgen tras la actualización del motivo o a algunas personas, la formación de los denominados "complejos
(de la necesidad) y antes de qu~ el sujeto haga la valoración racio- afectivos", etc. · Se trata de otra' cosa, o sea, de la diferenciación
nal de su actividad. que surge en la imagen de su contenido objetivo y · de su tinte emo-
No puedo detenerme aquí en
el análisis de las diversas hipóte- cional y de que, dadas las mediatizaciones complejas que tiene la
sis que de una u otra manera expresan que las emociones dependen actividad humana, la afectogénesis de los objetos puede modificarse
de la correlación entre "el ser y el deber". Acotaré solamente que (el encuentro imprevisto con un oso, por lo común suscita . temor,
ante todo debe prestarse atención al hecho de que las emociones pero si existe un motivo especial, por ejemplo, cuando se está ·de:
.son momentos relevantes de la actividad y no acciones u operacio- caza, ese encuentro puede alegrar). L~ fundamental es que los
nes realizadoras de la misma. Es por eso que idénticos procesos, procesos y estados emocionales poseen en el hom brc su propio des-
ejecutores de diversas actividades, pueden adquirir un tinte emo- arrollo positivo. Esto debe ser señalado con particular énfasis por
cuanto las cóncepciones clásicas de · las emociones humanas como
"rudimentos", que proceden de Darwin; consideran su trasformación
23
Véase ·E. Helhom, 1. Lufborow, Las emocio11es y las perturbaciones en el hombre como una ·involución de las mismas, lo que crea un
emocionales. Moscú, 1966. (En ruso.) · falso ideal de la educación que se reduce a exigir "que. se subor.;
· · 24 · Una tesis similar fue enunciada ·por Fraisse: " ... la situación emoció-
gena no ·existe como tal. Depende de la relación entre Las motivaciones y las dinen los sentimientos a la fría .razón": · ·
pos~bilidades del sujeto" (P.: Fraisse, "Les émotions". Trqité de Psyc/¡ologie ~~- La manera opuesta de encarar el problema afirma que los es•
pénmentale, vol. V, PUF, 1965~, · tados emocionales tienen en el hombre· su historia, su desarróllo.
154
Pero los motivos no está:n separados de b conciencia. Induso
A la vez, se va operando el cambio de sus funciones y su diferen- cuando no se conoccn, es decir,. cuando el hombre no se da cuenta
ciación porque ellos forman niveles y clases esencialmente distintos. de qué lo estimula a ejecutar unas u otras acciones, a pesar ele eso
Son los efectos que surgen de pronto y al margen de la voluntad ellas encuentran su reflejo psíquico, pero en una forma especial: en
(decimos: la ira se apoderó de mí; pero decimos: yo me alegré); la forma de tono emocional de las acciones. Este tono emocional
es más: en rigor, éstas son emociones, es decir, estados predominan- (su intensidad, su signo y su• característica cualitativa) cumple una
temente ideales y situacionales con los cuales están vinculados sen- función específica, lo cual exige que se diferencien el concepto de
timientos objetivos, o sea, vivencias emocionales estables, "crista- emoción y el concepto de sentido personal.. Sin embargo, no e.) c1uc
lizadas" -según la expresión figurada de Stendhal- en el objeto; su falta de coincidencia se dé desde el comienzo: es cvidcntc que
por último, son estados de ánimo, fenómenos subjetivos muy im- en los niveles inferiores los objetos de la necesidad son precisa-
portantes por su función "personal". Sin entrar en el análisis de mente "apuntados" en forma directa por la emoción. Esta falta de
estas diversas clases de estados emocionales, me limitaré a señalar coincidencia surge sólo como resultado de la divísión de funciones
ctuc éstos establecen complejas relaciones entre sí: el suboficial de los nwtivos, que se opera durante el desarrollo de la actividad
Hostov, ante la inminencia del combate, teme (y eso es una emo- humana.
ción) que lo domine el terror (afecto); una madre puede enfadarse Esa división se debe a que la actividad se torna necesariamente
de verdad con el pequeño que ha hecho una travesura, sin dejar polimotivada, es decir, que responde al mismo tiempo a dos. o a
de quererlo ni por un minuto (sentimiento). varios motivos :! 5 .
La diversidad de los fenómenos emocionales, la complejidad
Las acciones del hombre siempre efectúan objetivamente cierto
de sus interconexiones y 11esultados se abarcan bastante bien desde conjunto de relaciones: con el mundo objetivo, con las personas
un plano subjetivo. Pero ~n cuanto la psicología abandona el plano circundantes, con la sociedad, consigo mismo. Así, la actividad
de la fenomenología sólo resultan accesibles a la investigación los laboral está socialmente motivada, pero es dirigida también por mo-
estados más palpables. Así ocurría en las teorías periféricas (James tivos tales como, por ejemplo, la wcompcnsa materiaL Ambos mo-
dijo abiertamente que su teoría no concierne a las emociones supe- tivos, aunque coexisten, parecen situados en diferentes planos. En
riül·cs); lo mismo sucede en las concepciones psicofisiológicas medio de las relaciones socialistas, el sentido del trabajo surge, para
modernas. el obrero, de motiv~s sociales; en cambio, en lo que se refiere a la
El otro enfoque del problema de las emociones consist·~ en recompensa malcrütl, este motivo también a<:túa por cierto para
investigar las relaciones "intermotivacionalcs', las <1ue, al estable- él, pero sólo en función de estimulante, aun<!UC tambi(~n impulsa,
cerse, caracterizan la estructura de la personalidad y, a la vez, la "dinamiia" la actividad, carece de la príncíp:l!1 función: g1·nerar
esfera de las vivencias emocionales que reflejan y mediatizan su sentido.
funcionmicnto.
Para la actividad humana, lo inicial en el aspecto genético es Por consiguiente, unos motivos, al impulsar la actividad, le
la falta de coincidencia entre los motivos y los fines. Por el con- otorgan a la vez un sentido personal; los llamaremos motiws gene-
trario, su coincidencia es un fenómeno de orden secundario: o bien radores de sentido. Otros, que coexisten con los primeros, al cum-
un resultado de que el fin adquiere una fuerza impulsora indepen- plir el papel de factores impulsores (positivos o negativos) -en
diente, o bien el resultado de la toma de conciencia de los motivos ocasiones intensamente emocionales, afectivos- carecen de la fun-
que trasforman a éstos en motivos-fines. A difercncb de lo que ción de generar el sentido; denominamos convencionalmente a estos
ocurre con los fines, el sujeto no toma conciencia de los motivos
en el ~~omento presente: cuando realizamos una u otra acción, por
lo comun en ese momento no nos damos cuenta de los motivos que 2 5 Esto ~stá dado ya en la esbuctura de principio de la actividad laboral
la estimulan. En verdad, nos resulta difícil dar su argumento mo- la que concreta una doble relación: con el resultado del trabajo (su producto)
tivacional, pero éste no siempre, ni mucho menos, contiene la indi- y con el hombre (con otras personas).
C::Jción de su verdadero motivo.
157
156
últimos motivos-estímulos 26 • Un rasgo característico~ cuando una
actividad que es importante para el hombre por s~ senti.~o perso~al, afectogénesis directa. A pesar de ser los rectores en 1a vida de la
choca en el curso de su realización con una estimulacwn ~egahva personalidad, pueden permanecer "entre bastidores" para el propio
que provoca incluso una intensa vivencia emoc~onal, su sen~1do per- sujeto, tanto desde el ángulo de la conciencia como desde el punto
sonal no se modifica a raíz de ésto; suele ocurnr lo contrano, o sea, de vista de su afectividad inmediata.
un desprestigio psicológico peculiar, . y rápida_mcnte ~reciente, . de El hecho de que existen motivos de los que en un momento
la emoción surgida. Este fenómeno, b1en cono~~do, ob~1ga a I?ed1t~r dado no se tiene conciencia no expresa en modo alguno un principio
una vez más sobre el problema de la relacwn entre la viVencm especial que esté oculto en las profundidades de la psiquis. Los
emocional y el sentido personal 27 • • , •
motivos no concientes poseen la misma determinación que cualquier
La distribución de las funciones de generar senhdo es ~l umco reflejo psíquico: la existencia real, la actividad del hombre en el 1,
1'
impulso entre los motivos de una u otra actividad .que permite com- mundo objetivo. Lo no conciente y lo que es conciente no son r
prender las relacion~s fundamentales que. caractenz~m la e,sfera mo- términos opuestos, se trata sólo de diversas formas y niveles del
tivacional de 'la personalidad: . las relac10nes de 1erar9uta de los reflejo psíquico que se encuentra en una correlación rigurosa con
motivos. Esta jerarquía no se forma en absoluto segun la escala el lugar que ocupa lo reflejado en la estructura de la actividad, en el
de su cercanía a las necesidades vitales (biológicas), tal como lo movimiento de su sistema. Mientras que se toma conciencia nece-
supone, por ejemplo, Maslow: en 1~ b~s~ de. la je~arquí~ está }a sariamente de los fines y d e las acciones que responden a ellos, no
necesidad de mantener la homeostas1s flSlológiCa; mas arnba e_st~n acune lo mismo con la comprensión de su motivo es decir, de
los motivos de autoconscrvación; luego, la s~gu;ida?, el presh?Io; aquello en virtud de ]o cual se plantean y logran dichos fines. Es
y por último en la propia cumbre ~e ~a escala Jerarqmca, los motivos claro que el contenido objetual de los motivos siempre se percibe,
cognoscitivos y estéticos 28 • El pnnc1pal problema que se pres~nta se representa d e uno u otro modo. En este sentido el objeto que
aquí no consiste en d eterminar basta qué_ punto ;~ correcta. d1_c~a impulsa a actuar y el que aparece como instrumento o barrera son
escala (u otra análoga), sino en aclarar .s1 es legttlm? el pnnc1p10 -digámoslo así- equivalentes. Es diferente cuando se trata de to-
mismo de escalonar los motivos. El hecho . es que ru el grado. de mar conciencia del objeto como motivo. La paradoja está en que
proximidad a las necesidades biológicas, ~ el gr~do de pode~ Im- los motivos sólo se revelan a la conciencia objetivamente, por medio
pulsor y afectogénesis de unos u o~ros motivos defme? las relac10n~s del análisis de la actividad, de su dinámica. En cambio, subjetiva-
jerárquicas existentes entre los mismos. Estas relacwnes. ~on .defi- mente sólo aparecen en su expresión indirecta, es decir,· en forma
nidas por los nexos que se van constituyendo en 1~ act1y1dad del de vivencia del anhelo, del deseo, de la tendencia hacia el fin. Cuan-
sujeto, por sus mediatizaciones y son, por ello, relativos. Esto con- do surge ante mí detenninado fin, no sólo tengo conciencia de él,
cierne también a la correlación fundamental: la que se da .entre los tengo noción de su condicionamiento objetivo, del medio para lo-
motivos generadores de sentido y los motivos-estímulo~. En la .~s­ grarlo y de los resultados más mediatos a los que conduce; al mismo
tructura de una actividad, cierto motivo puede curnphr la func10n tiempo, quiero lograrlo (o,· por el contrario, siento rechazo hacia
de generador de sentido, y en otra, la función de e~timu.lación com- él). Estas vivencias directas son las que cumplen el papel de señales
plementaria. Pero los motivos gener~?ores de sentido s1empre ocu- internas mediante las cua.les son regulados los procesos en curso.
pan un sitio jerárquico más elevado, mcluso cuando no poseen una Subjetivamente el motivo que se expresa en estas señales internas
no está contenido en ellas en forma directa. Es esto lo que crea la
' impresión de que no surgen de un modo endógeno y de que preci-
20 Mucho autores señalan la diferencia enlr.e motiv011 y· estímulos, J?ero . · samente son las fuerzas motrices de la conducta.
lo hacen según ft~ndameotaciones distintas; por ejemplo, entienden por m~tlvos
los impulsos internos, y por estímulos, los exteriores. (Véa~e A. G. ~ravomislov, La toma de conciencia de los motivos es un fenómeno secun-
N. N. Rozhi.n, V. l. Iadov, El hombre y .su trabajo. Moscu, 1967, pag .. 38). dario que surge sólo a nivel de la personalidad y que se reproduce
27 Véase F. V. Bassin, "Acerca del desarrollo del problema del stgniflCado en forma constante durante el curso de su desarrollo. Para los niños
y el sentido". Problemas de psicología, 1973, núm . .6. muy pequeños esta tarea' sencillament~. no existe. Incluso en la
28 A. Maslow, Mottoation and Perso~ity. Ne..y York, 195~
etapa de tránsito a la edad escolar; cuando se manifiesta· en el niño
158
159.
la aspiración de ir a la escuela, el motivo auténtico implícito en en esclarecer los ne~os jerárquicos de los motivos. Subjetivamente
esta aspiwci6n pem1anece oculto para él, aunque no encuentra di- parecen expresar las "valideces" psicológicas inherentes a los motivos
ficultad en las argumentaciones motivacionales q ue reproduce, por mis~,os. Pero el análisis científico debe ir más allá, porque la for-
lo común , lo r¡ue es conoddo por él. Sólo es posible aclarar ese macwn de estos nexos supone necesariamente la trasformación de
auténtico motivo en fom1a objetiva, "desde afuera", estudiando, por los propios motivos, que se opera en el movimiento de todo ese
ejemplo cuando los niños juegan "a la escuela", por cuanto en 1a sistema de la actividad del sujeto en el cual se forma su personalidad.
dramatización s descubre con facilidad el sentido personar de las
acciones Júdricas y por con iguientc, su motivo z!l. Para comprender
los auténticos moti vos de su actividad el sujeto también se ve obli- 5. Formación de la personalidad
gado a hacer un "camino de rodeo", pero con la diferencia de que
lo orientan las señales-vivencias, las "marcas" emocionales de los La situación del desarrollo del individuo hwnano pone de ma-
acontecimientos. ni~ies~o sus particularidades ya en las etapas más tempranas. La
Un día colmado de multitud de acciones al parecer plenamente pnnc1pal de ellas es el carácter mediatizado de los vínculos del niño
exitosas puede, sin embargo, arruinar al hombre su estado de áni- con el mundo que lo rodea. Los vínculos biológicos directos inicia-
mo, dejar l'n él cierto resabio emocional desagradable. En medio de
les niño~;nadre bie~- pronto son mediatizados por los objetos: la
las ocupacione del día éste resabio apenas se nota. Pero llega un mad:e ahmenta al. nmo del tazón, lo viste con la ropa y lo entretiene
instantr en que el hombre parece echar una mirada retrospectiva mampulando un JUguete. Al mismo tiempo, los vínculos del niño
y pasa revista al día vivido; en ese preciso momento emerge en la con las cosas son mediatizados por las personas que lo circundan:
memoria determinado acontecimiento y su estado de ánimo adquiere la madre aproxima el niño a la cosa que lo atrae se la acerca o tal
u m referencia objetiva: surge la señal afectiva indicado ra de q úe
vez se la quita. En una palabra, la actividad dei niño aparee; cada
es ese el hrcho que le ha dejado un resabio emocional. Puede ocu-
vez más realizando sus vínculos con el hombre a través de las cosas
rrir, por cj mplo, que se trate ele su reacción negat iva ante el éxito
y los vínculos con las cosas a través del hombre. '
de nlguim en la conquista del fin común, el Único en aras del cual
creía haber actuado; pero :resulta que no es del todo así y que el .~sta sit~ación del desarrollo conduce a que las cosas se revelen
principal motivo fue aca-so lograr el éxito para sí. Se encuentra ~1 mno no ~olo en sus propiedades físicas, sino también en esa eua-
an te "una tarea acerca del sentido persona l", pero ésta no se resuelve h.da~ .espec1al q~e adquieren en la actividad humana, o sea, en su
sola porque ahora se ha convertido en tarea sobre la correlación s1gmhcado funciOnal (la taza de la que se bebe la silla en la cual
ele los motivos que lo caracterizan como personalidad. se sientan, el reloj que se usa en la muñeca etc:) en tanto que las
Hace fa lta un trabajo interior especial para resolver esa ta rea p~rsonas son "soberanas" de estas cosas de ias cu~les dependen sus
y, tal vez, :uro jar lejos de sí lo que se ha puesto al desnudo . Porque vmculos c~n ellas. La actividad objetivada del niño adquiere una
la desgracb -elijo Pirógov- es cuando uno no advierte esto a tiempo estructura mstrumental, en tanto que la comúnicación se torna ver-
y no se dl'lienc. También Herzen escribió sobre el tema, y toda la bal, por intermedio del lenguaje so.
vida d<:> Tolstoi es un magnífico ejemplo de ese trabajo interior. En esta situación inicial del desarrollo del niño es donde está
El pro eso de penetrar en la personalidad aparece aquí desde c?ntenida la simiente de las relaciones cuya ulterior evolución cons-
el ángulo dC'l sujeto de un modo fenoménico. Pero incluso en esta tituye la cadena de acontecimientos que llevan a su formación como
m:tnifcstación fenoménica suya, es evidente que ese proceso consiste personalidad. Inicialmente las relaciones con el mundo de las cosas
y. :on las personas circundantes están fusionadas entre sí para el
mno, pero más adelante se produce su división y forman líneas de
2!1 Véase A. N. Leóntiev, "Dnses psicológicas del juego p reescolar". Edu--
cación preescoLar, 1947, núm. 9; L. l. Dozho in, N. G. Morózova, L. S. Slávina,
"DC"s:trrollo de los motivos del estudio en los escolares soviéticos". Noticias de
1 ! la Academia de Ciencias Pedogógica.J de la RSFSR. Moscú 1951, fase. 36. so Véase A. N. Le6ntiev, Prob'lemtu MI ~ dtJ Z. plfquk Moteú.
l 1:}72, vágs. 368-37{J, .
1
11 1 160
l. 1
161
1
desarrollo diferentes, aunque están intervinculadas y pasan una es decir, un motivo situado fuera de los vectores del campo exterior,
a otra. es capaz de subordinar a sí mismo las acciones que tienen motivos
En la ontogénesis, estas transiciones se expresan en sustitucio- exteriores de orientación opuesta. Para decirlo en forma figurada,
nes alternativas de fases: de aquellas en las que predomina el des- el mecanismo psicológico de una proeza vital debe ser buscado en
arrollo de la actividad objetivada (práctica y cognoscitiva) por fases
¡·;,
la imaginación humana.
.J
·. 1
de desarrollo de las interrelaciones con la gente, con la sociedad 31 . El p roceso de formación de la personalidad, enfocado con la
· \''

¡:' Pero esas transiciones son las que caracterizan el movimiento de los óptica <le las modificaciones que estamos tratando, puede ser re-
,,
motivos dentro de cada fase. Como resultado surgen los vínculos presentado como desarrollo de la voluntad; y esto no es casual. La
jerárquicos de los motivos que forman los "nudos" de la personalidad. acción involuntaria, impulsiva, es una acción impersonal, aunque
El enlace de estos nudos constituye un proceso oculto, y en sólo es posible hablar de pérdida de la voluntad con respecto a la
las diversas etapas del desarrollo se manifiesta de distinto modo. personalidad (pues no se puede perder lo que uno no tiene). Por
Ya he descrito uno de los fenómenos que caracterizan el mecanismo eso los autores que consideran la voluntad como el rasgo más im·
de este proceso en el estadio en que, aunque la inclusión de la portante ue la personalidad tienen razón desde el punto de vista
acción objetivada del niño en su relación con el adulto ausente en empírico 32 • Sin embargo, la voluntad no es el principio ni tampoco
ese momento modifica el sentido del resultado obtenido, la acción el "eje" de la personalidad; es sólo una de sus expresiones. La ver-
aún sigue siendo por completo "situacional". ¿,Cómo se operan las dadera base de la personalidad es esa estructura particular de las
modificaciones posteriores? Los hechos resultantes de las investi- actividades conjuntas del sujeto que surge en cierta etapa del des-
gaciones con preescolares de distintas edades muestran que estas arrollo de sus v.ínculos humanos con el mundo.
modificaciones están subordinadas a determinadas reglas. El hombre vive en medio de una realidad que parece ensan-
Una de ellas consiste en que en una situación de motivación charse cada vez más para él. Al principio es el círculo estrecho de
con una orientación diversa, surge primero la subordinación de la personas y objetos que lo rodean en fom1a directa, la interacción
acción a la exigencia del hombre, luego a los vínculos objetivos con ellos, su percepción sensorial y la asimilación de lo que. se sabe
entre las cosas. Otra regla descubierta en los experimentos también sobre ellos, la asimilación de sus significados. Pero, posteriormente,
parece algo paradójica: resulta que en una actividad motivada de comienza a desplegarse ante él una realidad que está situada mucho
dos maneras, ei motivo objetivo-material puede cumplir una función más allá de su actividad práctica y de su comunicación directa: se
que se subordina a otra primero, cuando es dado ai niño sólo en desplazan los limites del mundo que le es cognoscible y representa-
forma de representación, mentalmente, y sólo después la cumple ble. El verdadero "campo" que determina ahora sus acciones no
permaneciendo en el campo actual de la percepción. es simplemente lo presente, sino lo existente, lo que existe objeti-
Aunque estas reglas expresan la sucesión genética tienen tam- vamente o en ocasiones sólo en forma ilusoria.
bién una significación general. Lo que ocurre es que cuando se El conocimiento por el sujeto de eso que tiene existencia siem-
acentúan las situaciones del tipo descrito, surge el fenómeno de pre aventaja a su trasfonnación en una actividad que lo defina. Ese
desplazamiento (décalage) como consecuencia_ del cual se revelan conocimiento desempeña un papel muy importante en la fonnación
estas relaciones rectoras más simples; es sabido, por ejemplo, que es de los motivos. En determinado nivel del desarrollo los motivos
'
1•1
más fácil lanz..-;¡,rse al ataque siguiendo una orden directa del coman- inicialmente sólo aparecen como "cognoscibles", como posibles; en
dante que por autouecisión. En lo que concierne a la forma que realidad aún no impulsan acciones de ningún tipo. Para comprender
adoptan los motivos, se manifiesta con toda claridad en las situa- el proceso de fonnación de la personalidad es preciso tener en cuen·
ciones ~omplejas de una actividad volitiva que sólo un motivo ideal, t1; esto indefectiblemente, aunque la ampliación de los conoci.rrúen·

31 V éa~e E. B. Elkonin, "Sobre el prob~ema de la periodización del des- 32 Véase V. l. Selivánov, "'Personalidad y voluntad'', Problemas de la
arrófto psíquico del escolar soviético" .. Problemas de . psicología, 1971, :núm. 4. personalidad. Materiales de un simposio, pág8. 49.5-433.

162 163
fas por sí sola no es lo determinante; es por eso que --d~cho sea conciencia. Se nos plantea la tarea de comprender la necesidad de
de paso:- la educación de la personalidad no puede reducme a la esta reestructuración y precisamente en qué consiste. ,
instrucción, a la comunicación de conocimientos. Esta necesidad se crea por la circunstancia de que cuanto mas
La formación de la personalidad supone el desaiTollo del_ pro- se amplían los nexos del sujeto con el mundo, tanto más se entre-
ceso d e forma ción de Hnes y, por consiguiente, el de l~s acc10nes cruzan éstos entre sí. Las acciones del sujeto, que efectúan una
del sujeto. Las acciones, enriqueciéndose cada vez mas, parecen actividad, una relación suya, resultan objetivamente reaUzad?ra.s
sobrepasar al conjunto de actividad es q ue efectúan y ent;an en también de alguna otra relación de él. La posible falta de comci- 1!
contradicción con los motivos que las engendraron. Esos fenomenos dencia o contradicción de esas acciones no crea, sin embargo, alter- ·1
son bien .conocidos y se los describe permanentemente, -aunque_en nativas que se solucionan por una simple ~·aritmética de m~tivos".
otros términos- en la bibliografía sobre la psicolog1a evolutiva; La situación psicológica real que es engendrada por los vmculos

son los que crean las denominadas crisis de desarrollo: la cris.is de entrelazados del sujeto con el mundo, en los cuales -independien-
los tres años, de los siete años, del período de la adolescencia, al temente de él- se incorporan cada una de sus acciones y cada uno
igual que las crisis del adulto, mucho menos estu?íadas. ~amo de sus actos de comunicación con las otras personas, le exigen pun-
resultado se opera un desplazamiento de los motlvos hacia los tos de referencia en el sistema de estos vínculos. En otras palabras,
fines la ~odificación de su jerarquía y la aparición de nuevos mo- el reflejo psíquico, la conciencia, ya no puede seguir siendo la orien-
tivos: o sea, de nuevas formas de actividad; los fin es anteriores se tadora sólo de unas u otras acciones del sujeto: debe reflejar tam-
desprestigian en el aspecto psíquico, en tanto que la~ acciones c?n- bién de un modo activo la jerarquía de sus vínculos, el proceso en
siguientes, o bien dejan de existir por completo, o bten se convier- curso de subordinación y resubordinación de sus motivos. Y esto
ten en operaciones impersonales. . ,
demanda un peculiar movimiento interno de la conciencia.
Las fu erzas motrices internas de est proceso radican en la En el movimiento de la conciencia individual -antes descrito
dualidad inicial de los nexos del suj eto con el mundo, en su doble como proceso de transiciones mutuas de los contenidos y significa- 11
,l
mediatización: por la activida d ob jeti acla y por la comunicación. dos sensoriales directos que adquieren según los motivos de la ac- ;¡
Su desarrollo genéra no sólo la dualid ad de mot!vac!ón de la~ ac- tividad uno u otro sentido- se despliega ahora el movimiento en 1·
ciones, sino también, en virtud de ello, las subordmactones de es_tas, una dimensión más. En tanto que el movimiento antes descrito se
que dependen de las relaciones ob¡etivas desplegadas ante el SU]Ct.o presenta figuradamente como un movimiento en un plano horizontal,
y en las que éste entra. La cvoluci_ó n y aumento de .estas subordi- este nuevo movimiento es como si se operara según una vertical.
naciones de una naturaleza cspCCJal, que surgen solo cua ndo el Reside en la correlación de los motivos entre sí: algunos ocupan
hombre ~ive en sociedad, ocupan un largo período que puede ser el lugar de subordinantes de los otros y parecen ele~~r,se por sobre
1lamndo etapa cspont{uwu, no orientada por la auloco nc:icnda de ellos; algunos, por el contrario, descienden a la ?,Ostclün de subor-
que la personalidad se va conforman do. E~1 (·:.ta _ctnp:1 c1uc !'>C ex- dinados o incluso pierden por completo su functon generadora de
t iend e hasta la adolescencia el proceso de lormac1Ón de.: b persona- sentido. La formación de este movimiento es lo que expresa el
lidad, empero, no termina; sólo prcparn el naci miento de b perso- establecimiento de un sistema armónico de sentidos personales: el es-
nalidad concientc ele sí misma. tablecimiento de la personalidad.
En la literatura pedagógica y psicológica siempre se indica ya Es claro que la formación de la personalidad es un proceso
la primera edad preescolar, ya la adolescencia, como edades crític~s incesante que consiste en una serie de estadios . que se van sustit~­
en este sentido. La personalidad realmente nace dos veces : la pn- yendo y cuyas particularidades cualitativas dependen de las condi-
mera, cuando se manifiestan en el niño en formas nítidas la plura- ciones y circunstancias concretas. Por eso, al investigar su curso
lidad motivacional y la subordinación de sus acciones ( recordemos sucesivo notamos solamente algunos adelantos. Pero si la miramos
el fenómeno d e los "bombones amargos" y otros similares); la se- como desde cierta distancia, la transición que denota el verdadero
gunda vez cuando surge su personalidad concicnte. En el este úl ti- nacimiento de la personalidad aparece como un acontecimiento que
mo caso ' nos referimos a- cierta reestructuración especial de la modifica el curso de todo· el desarrollo psíquico posterior.
164 165
Existen muchos fenómenos que marcan esta transición. Ante aú,n más complejos y pueden ser verdaderamente trágicos, pero aun
¡1 todo está la reestructuración de la esfera de las relaciones con las as1 lo que ocurre es lo mismo: cuanto más se revela la sociedad a la
1 otras personas, con la sociedad. Mientras que en los estadios pre- penonalidad, más pletórico se torna su mundo interior.
cedentes la sociedad se revela en las crecientes comunicaciones con El proceso de desarrollo de la personalidad siempre sigue sien-
los circundantes y por ello predominantemente en sus formas perso- d~ profunda~ente indi_vidual, irrepetible. Muestra fuertes desplaza-
nificadas, ahora esta situación se revierte: las personas circundantes mlentos ~egun l_a abscisa de la edad, y en ocasiones provoca una
comienzan a aparecer cada vez más a través de las relaciones so- degradaciÓn soc1al de la personalidad. Lo pdncjpal es que trascurre
ciales objetivas. La transición a que nos referimos es la que inicia de _un modo completamente distinto según sean las condiciones his-
las modifkaciones determinantes de lo fundamental en el desarrollo tóncas concretas y la pertenencia del individuo a uno u otro medio
de la personalidad, en su destino. social. Es particularmente dramático en la sociedad de clases con
La necesidad que tiene el sujeto de orientarse en el sistema sus inevitab.les alienaciones y parcialización de la per onalidad: con
-que se va ampliando- de sus vínculos con el mundo, se despliega sus alternatlvas entre la sumisión y la dominación. Se sobrentiende
ahora con un nuevo significado: como generadora del proceso en el que también en la sociedad socialista las circunstancias vitales con-
que se desenvuelve la esencia social del suj-eto. En toda su plenitud, cret~s d_ejan. su huella en el curso del desarrollo de la personalidad.
este desarrollo constituye la perspectiva del proceso histórico. En La hqmdac16n de las condiciones objetivas que crean el obstáculo
lo que se refiere a la formación de la personalidad en una u otra para devol~er al hombre su verdadera esencia, es decir, para que
etapa del desarrollo de la sociedad y en dependencia del lugar que su personal~dad se desarxolle de un modo universal y armónico, hace
ocupa el individuo en el sistema de relaciones sociales vigente, esta que por pnmera vez est~ perspectiva sea real, pero en modo alguno
perspectiva sólo se presenta como conteniendo eventualmente un reestructura la personahdad en forma automática. La modificación
"punto límite" ideal. fu~damental consiste en otra cosa, en que surge un nuevo movi-
Una de las modificaciones que lleva implícita la nueva rees- mle~to: la..Jucha de la sociedad por la personalidad humana. Cuando
tructuración de la jerarquía de los motivos se pone de manifiesto d_ecrmos: En aras del hombre, para el hombre", esto no significa
en la pérdida de la autovaloración que tienen las relaciones para el Simplemente para su consumo quiere decir para su pe1·sonalidad
adolescente en el círculo íntimo de sus contactos. Así, las exigencias aunque a la vez queda sobrentendido que el hombre debe ser abas~
provenientes de los adultos, incluso de los más allegados, conservan tecido_ tanto de bienes materiales como de alimento espiritti.al.
ahora su función generadora de sentido sólo a condición de que S1 volvemos a ~~carar los fenómenos que d!stingucn el paso del
estén incluidas en la esfera social motivacional más amplia; en caso pexíodo de preparacwn de la personalidad al penodo de su desarrollo
contrario, suscitan el fenómeno de "rebeldía psicológica". Esta en- cabe indicar una trasformación más. Se trata deJa trasformación de ]~
trada del adolescente en un círculo más amplio de comunicación no. e~presión que asumen las peculiaridades clasistas de la personalidad 0
significa, sin embargo, que lo íntimo, lo personal, pase ahora a una dtch? de m.od? más explícito, ele las peculiaridades que dependen de
especie de segundo plano. Por el contrario, precisamente en este la dife~enciaCIÓn social .a~ la sociedad. La pertenencia ·del sujeto a
período y precisamente por eso se opera un desarrollo intensivo determmada clase condiciOna desde el comienzo el desarrollo de sus
de la vida interior: junto con el compañerismo surge la amistad vín~~los con, el _mundo circundante, la mayor o menor amplitud de su
que se nutre de las confidencias mutuas; cambia el contenido de actlvHlad practica, de sus comunicaciones, de sus conocimientos y de
¡·; las cartas, las que pierden su ·carácter estereotipado y descriptivo, las normas de conducta que asimila. Todo esto es lo que constituye
manifestándose en ellas las vivencias; se intenta llevar un diario esas adquisiciones con las cuales se va estructurando la personalidad
1: íntimo y. comienzan los primeros enamoramientos. en _la etapa de su forma,ción inicial. ¿Es acaso posible y necesario re-
fenrse a esto como caracter de clase de la personalidad? Sí cuando
.. Modificaciones ·aún más profundas signan los niveles posteriores
del ·desarrollo, incluso basta el nivel en la cual el p1'opio sistema de se trata de ,lo qu~ el niño _va tom_and,o dei entorno; no, p~rque en
relaciones sociales objetivas y sus expresiones adquieren un sentido esta etapa el es solo un obJeto --...:s1 as puede decirse- de su clase
personal. Es claro que los fenómenos que surgen en este nivel son de su grupo social. La trasformación posterior consiste precisament~

166 167
Í,

(
1
1
en que se torna sujeto de los mismos. Entonces, y sólo entonces, su carga de su biografía. ¿Acaso esto no testlmonia que los aportes
1
personalidad comienza a formarse como clasista en otro sentido, en de la experiencia pasada a la personalidad se han tornado depen-
el sentido propio de la palabra: quizás al comienzo sea sin darse dientes de la propia personalidad, se han conv~rtido en función s~ya?
cuenta, luego tomando conciencia de ello, pero tarde o temprano Esto resulta posible en virtud del nuevo movimiento i11terior
ocupa inevitablemente su posición, que puede ser más o menos ac- surgido en el sistema de la conciencia individual, al que he llamado
tiva, decidida o vacilante. Por eso, no simplemente "resulta estar" en .forma figurada movimiento "según la vertical". No corresponde
en medio de las confrontaciones de clases, sino que se coloca de pensar sólo que los bruscos cambios en el pasado de la personalidad
uno u otro lado de las barricadas. Lo que resulta es otra cosa: que son producidos por la conciencia; la conciencia no los produce, sino
en cada recodo del camino de la vida tiene que liberarse de algo, que los rnedúztiw; sí los producen las acciones del sujeto, a veces
afinnar algo en sí mismo, y todo esto es preciso lwcerlo, y no sólo incluso las exteriores, o sea, las rupturas de las comunicaciones an-
"someterse a las influencias del medio". teriores, el cambio de profesión, la incorporación práctica a nuevas
Por último, en esa misma frontera se produce una modificación circunstancias. Makarenko lo d~scribe maravillosamente: la vieja
más, que también cambia el propio "mecanismo" de fmmación ~e ropa de los vagabundos que eran aceptados en la colonia la quema-
1
't la personalidad. Ya he hablado sobre la realidad cada vez mas ban ellos mismos en una hoguera.
l amplia que existe en forma actual para el sujeto. Pero ella existe A pesar de la difusión que ha alcanzado, la opinión de que la
' también en el tiempo, o sea, en f01ma de pasado y en forma de un personalidad es producto de la biografía del hombre resulta insa-
futuro que es previsible para él. Por supuesto que ante todo se tisfactoria y justifica la concepción fatalista de su destino (así es
:1 tiene en cuenta lo primero, es decir, la experiencia individual del como piensa el pequeño burgués: un niño ha robado, ¡por lo tanto
sujeto, cuya función sería su personalidad. Y esto da nueva vida a será un ladrón!). Este modo de ver admite, por supuesto, la posi-
la fórmula de la personalidad como producto de propiedades inna- bilidad de cambiar algo en el hombre, pero sólo al precio de una
tas y de la experiencia adquirida. En las primeras etapas del des- ingerencia externa que prevalece con su fuerza sobre lo establecido
arrollo, esta fórmula aún puede parecer verosímil, en especial si no en la experiencia del hombre. Esta es la concepción de la suprema-
se la simplica y se tiene en cuenta toda la complejidad de los me- cía del castigo, y no del arrepentimiento, del premio, no de las
canismos de formación de la experiencia. Pero cuando se opera acciones que éste corona. Se deja a un lado un hecho psicológico
la jerarquización de los motivos, va perdiendo cada vez más su fundamental, o sea, que el hombre establece una relación con su
significación, y a nivel de la personalidad parece ser derrotada:. pasado que se incorpora de una manera diferente en lo que está
Lo que sucede es que en este nivel las impresiones, aconteci- presente para él, es decir, en la memoria de su personalidad. Tolstoi
mientos y las propias acciones anteriores del sujeto no aparecen en aconsejaba: observa qué recuerdas, qué no recuerdas; según estos
absoluto para éste como estratos inertes de su experiencia. Se con- indicios te conocerás a ti mismo 33 •
vierten en objeto de sus relaciones, de sus acciones y por ello mo-
difican su aporte a la personalidad. Una parte de este pasado mue- Tampoco es cierta esta opinión por una razón más: porque la
re, pierde el sentido que tenía y se convierte en mera condición y ampliación de la realidad no fluye para el hombre sólo en dirección
medios de su actividad, o sea, en las capacidades, habilidades, este- al pasado, sino también en dirección al futuro. Lo mismo que el
reotipos de conducta ya formados; otra parte se le revela bajo una pasado, el futuro constituye lo presente en la personalidad. L.'l pers-
luz totalmente nueva y adquiere un significado que antes no había pectiva de la vida que se abre anle el hombre no es meramente
advertido; por último, algo del pasado es activamente rechazado producto de un "reflejo anticipado", sino un patrimonio suyo. Re-
por el sujeto, psicológicamente deja de existir para él, aunque per- side en esto la fuerza y la verdad de lo que escribió Makarenko
manece· almacenado en su memoria. Estas modificaciones ocurren sobre el significado educativo de las perspectivas inmediatas y leja-
constantemente, pero pueden también concentrarse, creando cam- nas. Lo mismo es válido para los adultos. A propósito, recuerdo la
bios morales. La revaloración consiguiente de lo que ya estaba
establecido en la vida conduce a que el hombre se deshaga de la 23
Véase L. N. Tolstoi, Obras completas. Moscú, 1935, t. 54, pág. 31.
168 169
parábola que escuché una vez en los Urales, de labios de un viejo les y sociales que son dadas por las condiciones objetivas de époc~,
caballerizo: cuando el caballo comienza a tropezar en un camino nación y clase. Por eso el enfoque de la tipología de las personali-
difícil, lo que hace falta no es azotarlo, sino levantarle más alto la dades incluso cuando tiene en cuenta sólo uno de estos parámetros
cabeza pa•ra que vea más lejos ante sí. -com~ suele decirse ahora- , no puede dejar de ser histórico con-
La personalidad se crea por las circunstancias objetivas, pero creto. Pero el análisis psicológico no se detiene en esto, pues los
no de otro modo que a través de todo el conjunto de su actividad vínculos de la personalidad con el mundo pueden ser más pobres
que hace realidad sus relaciones con el mundo. Las particularidades que aquellos que son dados por las condiciones objetivas, pero tam-
de esa actividad son lo que define el tipo de personalidad. Aunque bién pueden superarlos en mucho.
las cuestiones de la psicología diferencial no forman parte de mi Otro parámetro de la personalidad, y por añadidura el más im-
objetivo, el análisis de la formación de la personalidad lleva sin
portante, es el grado de jerarquización de las actividades, de sus
embargo, al problema de cuál es el enfoque general en la investiga- motivos. Este nivel suele ser muy diverso, independientemente de
ción de estas cuestiones.
cuán estrecha o ampBa sea la base de la personalidad que crea sus
La primera base de la personalidad que no puede ser ignorada vínculos con el entorno. Las jerarquías de los motivos existen siem-
por ninguna concepción psicológica diferencial es la riqueza de pre, en todos los niveles del desarrollo. Son las que crean las unida-
vínculos del individuo con el mundo. Esta riqueza es lo que distin- des relativamente autónomas de la vida de 1a personalidad, que
gue al hombre, cuya vida abarca un vasto conjunto de actividades pueden ser menos grandes o más grandes, desunidas entre sí. o
diversas, de un maestro berlinés "cuyo mundo sólo abarque el espa- entrar .en una única esfera motivacional. La desunión de estas uni-
cio que va a Moabit a Kopenick y se halle cerrado con tablas cla- dades de la vida ) jerarquizadas entre sí, crea la fisonomía psicológica
• « »
vadas detrás de la Puerta de Hamburgo y cuyas relaciones con este del hombre que vive fragmentanamente, o sea, ya en un campo ,
mundo se v:ean reducidas a un mínimo por el miserable puesto que ya en otro. Por el contrario, un grado más elevado de jerarquiza-
ocupa en la vida", dicen Marx y Engels en '1.a ideología alemana". ción de los motivos se expresa en que el hombre parece comparar
Se sobrentiende que estarnos hablando de relaciones auténticas, y sus acciones con el motivo-fin que es fundamental para él y enton-
no de las enajenadas del hombre que se oponen a él y lo someten. ces puede resultar que unas estén en contradicción con este motivo,
En el plano psicológico expresamos estas relaciones auténticas a otras respondan directamente a él, en tanto que algunas se desvíen
través del concepto de actividad de sus motivos generadores de del mismo.
sentido, y no en el lenguaje de los estímulos y de las operaciones
Cuando se refieren al motivo fundamental que impulsa al hom-
que se cumplen. A esto se debe agregar que las actividades que
bre suele hablarse de objetiuo vital. ¿Pero acaso este motivo se le
constituyen la base de la personalidad incluyen también las activi-
revela de un modo adecuado a la conciencia? No se puedo res-
dades teóricas y que durante el desarrollo su círculo no sólo puede
ampliarse, sino también ir empobreciéndose; en la psicología em- ponder de entrada a este interrogante porque la toma de conciencia
pírica esto se denomina "estrechamiento de los intereses". Algunas de ese motivo en forma de concepto, de idea no se opera por sí
personas no advierten este empobrecimiento; otras, corno Darwin, misma sino en el movimiento de la conciencia individual como re-
lo lamentan como una desgracia 34 • sultad~ del cual el sujeto sólo es capaz de refractar su interior a
través del sistema de significados y conceptos que va asimilando.
Las diferencias que se dan en esto no son sólo cuantitativas, Ya hemos hablado de esto, como también de la lucha que se libra
expresando en qué medida es amplío el mundo que el hombre des- en la sociedad por la conciencia del hom br .
cubre en el espacio y en el tiempo, en su pasado y su futuro. Tras
ellas están las diferencias en el contenido de las relaciones objetua- Las unidades de sentido de la vida pueden converger en cierto
modo en un so1o punto, pero ésta es una caracteri7..ación formal. Lo
principal sigue siendo el problema d qué lugar ocupa este punto
34 Véase C. Darwin, Recuerdos sobre la evolución de mi mente !J mi en el espacio multidimensional que constituye la realidad existente,
carácter. Autobiografía. Moscú, 1957, págs. 147-148. auténtica, aunque no siempre visible para el ü1dividuo. Toda la
170 171
vida del caballero Avaro está orientada hacia un fin: instituir "el Las correlaciones internas de las líneas rnotivacionales dentro
poder del oro". El objetivo fue logrado ("¿Quién sabe cuántas amar- del conjunto de las actividades del hombre forman algo así como un
gas privaciones, pasiones reprimidas, penosas reflexiones, preocupa- "perfil psicológico" general de personalidad. A veces éste se con-
cionrs cotidianas y noches en blanco costó todo eso?" ) pero la vida forma caracterizándose por su chatura, por su carencia de verdaderas
se fue desgarrando para nada, el objetivo resultó absurdo. Con las cimas, entonces es cuando el hombre torna lo pequeño que hay en
palabras: "¡Qué siglo espantoso, qué espantosos corazones!", conclu- la vida por grandioso, en tanto que ni siquiera ve lo grande. Esa
ye Pushkin la tragedia sobre el Avaro. pobreza de la personalidad puede, en determinadas condiciones so-
Se va conformando una personalidad diferente, con un destino ciales, combinarse con la satisfacción de un conjunto desmedida-
diferente cuando .el motivo-fin rector se eleva hasta lo genuinamente mente amplio de necesidades cotidianas. En esto, dicho sea de paso,
humano y no va aislando al hombre, sino que fusiona su vida con consiste la amenaza psicológica que entraña la moderna sociedad
la vida de la gente, con su bien. De acuerdo con las circunstancias de consumo para la personalidad del hombre.
que tocan en suerte al hombre, esos motivos vitales pueden adquirir U na estructura diferente del perfil psicológico de p rsonalidad
muy diverso contenido y diversa significación objetiva pero sólo se crea por una serie de motivos vitales que a menudo se combina
ellos son capaces de crear la justificación psicológica interior de la con la aparición de cimas falsas, creadas sólo por "motivos ya sabi-
existencia del hombre que constituye el sentido y la felicidad d dos", o sea, por estereotipos de ideales, desprovistos ele sentido per-
la vida. La cumbre a la qu e 11eva este camino es el hombre conver- sonal. Pero esa estructura es transitoria: las líneas - seriadas en un
tido -según las palabras de Gorl<i- en hombre de la humanidad. comienzo- de las diversas relaciones vitales establecen luego nexos
Llegamos aquí a] parámetro más complejo de la personalidad: internos. Esto ocurre inevitablemente, pero no por s! solo, sino como
al tipo universal de su estructw-a. La esfera motivacional d el hom- resultado de ese trabajo interior, sobre el cual he hablado antes, y
bre, aun en su desarrollo más elevado, jamás recuerda a una pirá- que adopta la forma de un movimiento especial de la conciencia.
mide inerte. Puede estar desplazada, ser excéntrica con respecto Las múltiples relaciones que el hombre entabla con la realidad
al espacio actual de la realidad histórica, y entonces se habla de son objetivamente contradictorias. Sus contradicciones también en-
unilateralidad de la personalidad. Puede conformarse, por el con- gendran connictos que, en determinadas condiciones, se fijan y se
trario, como una personalidad multilateral, que incluya. un vasto incorporan a la estructura de la personalidad . Así, la separación
conjunto de relaciones. Pero, tanto en un caso como en otro, refleja -surgida históricamente- entre la actividad teórica interior y la
necesariamente la falta de coincidencia objetiva de estas relaciones, actividad práctica, no sólo da lugar a un desarrollo unilateral de
las contradicciones entre ellas, el cambio del lugar que esas relacio- la prrsonaliclad , sino que pu ede conducir a un desajuste psíquico,
nes ocupan en ella. a una disociación de la personalidad en dos esferas ajenas um a la
La estructura de la personalidad ·es una configuración relativa- otra: la esfera ele sus manikstaciones en la vida real y la de sus
mente estable de las principales líneas motivacionales, jerarquiza- manifestaciones ' ll una vida que sólo existe ilusoriamente, sólo en
das dentro de sí. Se trata de que es incompleto describirla corno d pensamiento autista .. Es imposible describir ese desajuste en el
"orientación de la personalidad", y es incompleto porque, incluso plano psicológico con mayor penetración de lo que lo hizo Dos-
cuando existe en el hombre una clara línea rectora de la vida, ella toievski: ele una cxist<'ncia lamentable, plena de cosas triviales, su
no puede mantenerse como única. El servir al fin elegido, a un personaje huye a la vida de la imaginación, a los sueños; es como si
ideal, no excluye ni absorbe en absoluto otras relaciones vitales del estuviéramos ante dos personalidades: una, la de un hombre humi-
hombre, las que, a su vez, forman motivos generadores de sentido. llado y tímido, de un extravagante, escondido en su madriguera; la
Hablando metafóricamente, la esfera motivacional de la personali- otra, una personalidad romántica e incluso heroica, abierta a todas
dad siempre posee una pluralidad de cimas, lo mismo que el sistema las alegrías de la vida. Y, a pesar de todo, es la vida de un mísrno
objetivo de conceptos axiológicos que caracteriza la ideología de una hombre y por eso llega irreversiblemente el momento en que los
sociedad, de una clase dada, de una capa social que se comunica sueños se disipan, llegan los años de una soledad lú~ubrc, de la
y es as.imilaclo (o rechazado) por el hombre. congoja y el abatimiento.

172 173
'· La personalidad del héroe de Noches blancas es un fenómeno
e_special, hasta excepcional. Pero a través de esta excepcionaliclad se En ~o que concierne a las "subestructuras" psicológicas de la ..
trasluce una verdad psicológica general. Esta verdad consiste en que personalidad, tales como el temperamento, las necesidades e incli- 1
la cstruclura de la personalidad no se reduce ni a la riqueza de naci.ones, las vivencias emocionales y los intereses, las actitudes, los
vínculos del hombre con el mundo ni al nivel de jcrarquización de h~bit_os y costumbres, los rasgos morales, etc., éstos, se entiende, c.le
los mismos, en que sus características están en la correlación de los 1'
nmgun modo desaparecen. Sólo que se despliegan de otra manera:
diversos sistemas de relaciones vitales que se han conformado y que unos co~o condiciones, otros en sus frutos y trasformaciones, en
generan una lucha entre ellos. En ocasiones, esta lucha trascurre sus cambws de lugar en la personalidad, que se operan en el pro-
ceso de su desarrollo.
en formas exteriormente no objetivadas, por lo general dramáticas
.:_¿¡gárnoslo así- y no perturba la annonía de la personalidad, su Así, las particularidades del sistema nervioso son indiscutible-
desarrollo; puesto que una personalidad armónica no es en absoluto mente rasgos individuales y, además, rasgos muy estables que, em-
una personalidad ajena a toda lucha interior. Pero a veces esta pero, no son los que forman la personalidad humana. El hombre
lucha interna se convierte en lo fundamental, en lo que define toda concicnte o inconcientemente, tiene en cuenta en sus acciones lo~
la fisonomía del hombre: esa es la estructura de una personalidad rasgos de su constitución, así como tiene presentes las condiciones
trágica. exteriores de sus acciones y los medios ex.istentes en él para reali-
De modo que el análisis teórico permite diferenciar al menos ~'lrlas. Aunque cara?terizan al hombre como ser natural no pueden,
tres parámetros ·básicos de la personalidad: la amplitud de los víncu- sm mbargo, cumplu el papel de fuerzas que determinan la moti-
los del hombre con el mundo, el nivel de su jerarquización y su vación de la. actividad y la generación de los fines que se van
estructura general. Por supuesto, estos parámetros aún no dan una conformando en él. Quizás el Único problema real aunque secunda-
tipología psicológica diferencial; pueden servir nada más que como rio de la psicología de la personalidad que surge aquí es el de la
esquema descarnado que todavía debe ser rellenado con un conte- f?rrnac.ión de _las acciones del sujeto orientadas a sus propias par-
nido histórico concreto y vivo. Pero esto constituye la meta de hculandades mnatas o adquiridas, las que no entran de modo di-
investigaciones especiales. ¿Es que se produce así una sustituciÓQ recto en la caracterización psicológica de su esfera personal.
de la psicología por la sociología, no se pierde acaso "lo psicológico Menos aún pueden ser consideradas como subestructuras fac-
en la personalidad?
Est.e interrogante se presenta corno consecuencia de que el en-
~ores o "modus" ?e la personalidad las necesidades y actitudes.' Así,
estas aparecen solo cuando se hace abstracción de la actividad del
foque que estamos examinando se distingue del que es habitual en sujeto en la que se Operan sus metamorfosis; pero no son éstas últi-
la psicología de la personalidad propia del antropologismo (o antro- mas las que crean Ja personalidad; por el contrario, ellas mismas son
pologismo cultural), que considera la personalidad como individuo engendradas por el movimiento d e desarrollo de la personalidad.
que posee peculiaridades psicofisiológicas y psicológicas cambiantes Este movimiento se subordina a la misma fórmula que describe la
en el proceso de su adaptación al medio social. Este enfoque exige, trasformación de las necesidades humanas. Comienza a partir de
por el contrario, que se analice la personalidad como una nueva que el sujeto actúa a fin de mantener su existencia, conduce a que
cualidnd generada por el movimiento del sistema de relaciones so- el sujeto mantenga su existencia para actuar, o sea, para realizar
ciales objetivas al cual se incorpora su actividad. De tal modo, la la causa de su vida, para llevar a cabo su designio humano. Este
personalidad deja de parecer un resultado de la estratificación di- viraje, al dar cima a la etapa de formación de la personalidad abre,
recta de influencias externas; es lo que el hombre hace de sí al a la vez, ilimitadas pcrspecUvas a su desarrollo.
afirmar su vida humana. El hombre la afirma en las tareas y con- . Las. ?ecesidades objetivo-materiales "para sí" son. saciadas y su
tactos de todos los días, y en las personas a las cuales trasmite una sat1sfacc10n hace que se reduzcan al nivel de las condiciones de
partícula de sí mismo y en las barricadas de los combates de clase vid.a que son menos advertidas por el.hornbre cuanto más habituales
y en los campos de batalla por la patria, afirmándola a veces con-
se tornan. Por eso, la personalidad no puede desarrollarse dentro .J
cientementc incluso al precio de su propia vida física.
d~ los m4rcos del consumo, ru desarrollo presupone necesa: iamente
174
17.)
que las necesidades se desplacen hacia la creación, que es lo único refleja el m~virniento de la vida real del sujeto a la cual mediatiza; '·
que no conoce fronteras. ya hemos visto que sólo en este movimiento los conocimientos ad-
¿Hace falta subrayar esto? Probablemente haga falta porque quieren su relación con el mundo objetivo y con su realidad. Lo
el pensamiento cándido y, en rigor, perimido suele imaginar el paso mism~ ~curre cuan~o el objeto de la conciencia son las propiedades,
al principio "según las necesidades" casi como la transición a una pecul.Iandades, accJOnes o estados· del propio sujeto; en este caso
supcrfloreciente sociedad de consumo. Se deja de ver que a la vez tamb1én se debe diferenciar el conocimiento sobre sí y la torna de
es preciso que se efectúe la trasformación del consumo material,
que la posibilidad de que todos satisfagan estas necesidades supri-
conciencia de sí. ·
. . . ·

me el valor de las cosas en sí que responden a ellas, suprime la Los con¿cimientos, las representacion.es sobre si 'se van acumu-
función antinatural que cumplen en la sociedad de la propiedad lando ya en la prjmera infancia; en fonnas sensoriales no concientes
privada: la función de que a través de ellas el hombre se afirma a existen, al parecer, también en los animales superiores. Otra cosa
sí mismo, afirma su "prestigio". es la autoconciencia, la toma de conciencia del propio "yo". Esta es
El último problema teórico en el que me detendré es el de la resultado, producto de la formación del hombre como personalidad.
toma de conciencia de uno mismo como personalidad. En psicología Al representar la mutación fenomenológica de las formas de rela-
se acostumbra a plantearlo como la cuestión de la autoconciencia, ciones reales de la personalidad, aparece en su carácter inmediato
corno su causa y sujeto.
del proceso de su desarrollo. Existe una cantidad enorme de traba-
jos dedicados a la investigación de este proceso; contienen datos El problema psicológico del "yo" se plantea en cuanto nos pre-
detallados que caracterizan las etapas de formación de las represen- guntamos a qué realidad se refiere todo lo que conocemos sobre
taciones de uno mismo en la ontogénesis. Se trata de la formación nosotros y si todo lo que sabemos sobre nosotros se refiere a esta
del denominado esquema corporal, de la capacidad de localizar las re~lidad. ¿Cómo puede ser que en una parte descubro mi "yo'',
propias sensaciones interoceptivas; se trata de la evolución del co- mi entras que en otra lo pierdo (así lo decimos: estar "fuera de
nocimiento que uno tiene de su fisonomía externa, o sea, de reco- sí ... ")? DE~sde el punto de vista psicológico es evidente la falta de
nocerse en el espejo o en una fotografía. El proceso de desarrollo coincidencia entre el "yo" y aquello q ue el sujeto se representa como
en los niños de las valoraciones de otros y de sí mismos, en las objeto de su propio conocimiento de sí mismo. A la vez, ·la psico-
cuales primero son diferenciadas las particularidades físicas, y luego logía que parte de posiciones organicistas no está en condiciones de
se unen a ellas las psicológicas y morales se ha seguido minuciosa- dar una explicación científica de esta falta de coincidencia. Si el
mente. El cambio que se efectúa paralelamente consiste en que las problema del "yo" se llega a plantear en ella, es sólo como consta-
características parciales de otros y de uno mismo son sustituidas por tación de que existe una instancia especial dentro de la personalidad :
características más generales, que abarcan al hombre en su integri- ~~ hombre pcquciii~? dcntr,o del corazón IJ.UC en d instante preciso
dad y destacan sus rasgos esenciales. Tal es el cuadro empírico del tu a de los cordeles . N ·gaudosc, como es t atural, a ad judicar sus-
desarrollo del conocimiento de UD<), mismo, de sus propiedades indi- tancialidad a es ta in stancia especial, la psicología termina por eludir
viduales, de sus particularidades y capacidades. ¿Pero, acaso este del todo el problema, diluyendo el "yo" en la estructura de la per- 1
cuadro da respuesta a la cuestión del desarrollo de la autoconciencia, sonalidad, en sus interacciones con el mundo circundante. Y a pesar 1
de la toma de conciencia del "yo"?
~~
de t_odo, el problema sigue en pie manifestándose ahora en fonna
Sí, en caso de que se entienda la toma de conciencia de sí solo de aspiración p uesta en el individuo de penetrar en el mundo, en
como el conocimiento sobre sí. Como cualquier ptro conocimiento, la necesidad de "act ualización de sí mismo" as. · ·
el conocimiento sobre sí se inicia con la delimitación de propiedades
externas, superficiales, y es resultado de la comparación, el análisis
y la generalización, de destacar lo esencial. Pero la conciencia indi-
vidual no es únicamente conocimiento, sólo un sistema de conceptos
v significados adquiridos. Le es propio un movimiento interno que
De tal modo, el problema de la autoconciencia de la personali-
dad, de la torna de conciencia del "yo", sigue no resuelto en la psi- l
35
J. Nuttin, La Structure de la personalité. París, 1925, pág. 234.
176
177
cología. Pero éste no es un problema ficticio; es, por el contrario, estos asp:::ctos? Es evidente que se trata de los aspectos sobre los
un problema de elevada importancia vital que corona la psicología que se habla en el texto al que corresponde dkha nota. Son las
de la personalidad. ' ·· relaciones de valor de las mercancías. El sustrato natural de una
mercancía se convierte en forma, en espejo del valor de otra mer-
i. Lenin escribió acerca de qué diferencia a un "simple esclavo" cancía, es decir, en una propiedad suprasensorial suya que nunca
d de un esclavo conforme con su sih1ación, y de un esclavo que se ha se trasluce a través de su trama. Marx concluye del siguiente modo
•'"
rebelado. No es ésta una diferencia en el conocimiento de sus rasgos esta nota: "A la vez, precisamente Pablo como tal, en toda su cor-
individuales, sino una diferencia en la toma de conciencia de sí den- poreidad de Pablo se convierte para él en una forma de 1'7Ul11ifesta-
tro del sistema de las relaciones sociales. No otra cosa es la toma ci6n del género 'hombre'. [La bastardilla es rrúa- A. L.]". Pero el
de ·conciencia de su "yo". hombre como género, como ser genérico, no significa en Marx la
Acostumbramos pensar que el hombre es el centro hacia el cual especie biológica Hamo sapiens, sino la sociedad humana. En ella,
convergen las influencias exteriores y del cual parten las líneas de en sus formas personificadas es donde el hombre se ve a sí mismo
sus nexos, de sus interacciones con el mundo exterior; que este cen- como hombre.
tro, dotado de conciencia, es precisamente su "yo". Pero las cosas El problema del "yo" humano figura entre los que escapan al
no son en absoluto así. Hemos visto que las diversas actividades análisis psicológico científico. Interfieren en el acceso a él muchas
del sujeto se entrecruzan y atan en nudos con relaciones objetivas, nociones falsas que se han establecido en la psicología en el nivel
sociales por su naturaleza, en las cuales el sujeto entra necesaria- empírico de la investigación de la personalidad. A este nivel la
mente. Estos nudos, sus jerarquías, son las que forman ese secreto personalidad aparece inevitablemente como el individuo al que la
"centro de la personalidad" al que llamamos "yo"; dicho de otro sociedad hace más complejo y no al que trasforma, es decir, que
modo, este centro no está en el individuo, no está bajo la superficie adquiere en ella nuevas propiedades sistémicas. Pero precisamente
de su piel, sino en su existencia. en éstas, sus propiedades "suprasensoriales", es donde el individuo
Por consiguiente, el análisis de' la actividad y de la conciencia se constituye en objeto de estudio de la ciencia psicológica.
lleva inevitablemente a negar la concepción del hombre, tradicional
de la psicología empirica, egocéntrica, "ptolomeica" en favor de la
concepción "copernicana" que considera el "yo" humano como in-
cluido en el sistema general de intervinculaciones de los hombres
en la sociedad. Sólo es preciso subrayar al mismo tiempo que in-
cluido en el sistema no significa en modo alguno que se diluye en
él, sino, por el contrario, que adquiere y manifiesta en él la fuerza
de su acción.
·1:
• !
En nuestra literatura psicológica se citan a menudo las palabras
'1 1 de Marx acerca de que el hombre no nace como el filósofo fichtea-
no, que el hombre se mira, como en un espejo, en otro hombre, y
sólo relacionándose con él como con su semejante comienza a refe-
rirse a sí como a un hombre. Estas palabras a veces se entienden sólo
en el sentido de que el hombre forma su imagen a imagen de otro
hombre. Pero en estas palabras está expresado un contenido muchd
.. más profundo. Para ver que es así basta con restablecer su contexto .
...
En algunos aspectos -comienza diciendo Marx en la citada nota
de "El capital"-· el hombre recuerda a una mercancía. ¿Cuáles son

178 179
..¡
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1

....'•'
)1

1'l

do se estudia la ontogénesis. Mientras que en los pasos iniciales del
' desarrollo psíquico del niño resultan estar en primer p~a~o sus
adaptaciones biológicas (las que introducen elementos declSlvos en
la formación de sus percepciones y emociones), más adelante e~tas
adaptaciones se trasforman. Esto no significa, po~ cierto que s~m­
plemente dejen de funcionar; .sino que pasan a mtegrar un mvel
distinto y más elevado de la actividad del cual depende también
en qué medida aportan a cada etapa del desarrollo. Se da por con-
siguiente, una doble tarea: investigar las posibilidades (o limita-
1 ciones) que crean. En el desarrollo ontogenético esta tarea se re-
i¡. CONCLUSIONES produce de un modo constante y a veces en foirna muy acuciante,
como sucede, digamos, en el período de la pubertad, cuando ad-
,¡ vienen cam bias biológicos, que ya en un comienzo adquieren ex-
Aunque he titulado a estas páginas conclusiones, su objetivo no presiones modificadas en el plano psicológico y cuando el problema
es hacer un resumen sino, más bien, esbozar las perspectivas que se centra en definir cuáles son estas expresiones.
1l
¡
entraña el futuro. Estas se abren, a mi entender, con la investiga-
ción de los eslabones que podemos denominar interniveles.
Pero dejemos a un lado la psicología evolutiva. E! principio
1 general al que están subordi~adas las . relacion~s intermve!es con-
1 No presenta dificultad alguna erunarcar distintos niveles en el siste en la presencia de un mvel superwr que stempre actua como
l.
1
estudio del hombre: el nivel biológico en el cual éste se revela como
ser corporal, natural; el nivel psicológico en el que actúa como su-
nivel rector, pero que sólo puede funcionar por medio de los niveles
ubicados por debajo y que en esto depende de ellos.
'
1
jeto de una actividad animada y, por último, el nivel social en el
'1 Por ende, el objetivo de las investigaciones i~tefl_liveles resi?e
1¡ cual se manifiesta como ejecutor de las relaciones sociales objetivas, en el estudio de las múltiples forrnas de estas reahzac10nes, gracias
del proceso histórico-social. La coexistencia de estos niveles es lo a lo cual los procesos de nivel superior no sólo se concretan, sino
que plantea el problema de las relaciones internas que vinculan el
..¡
1

'
nivel psicológico con el biológico y el social.
Aunque esta cuestión se yergue ante la psicología desde hace
que también se individualizan. .
Lo esencial es no perder de vista el hecho de que en las mves-
tigaciones interniveles no trabajamos con un movimiento _unilateral,
tiempo, hasta ahora no se puede considerar que la haya resuelto. sino bilateral y, por añadidura, espiraloide: con la formaciÓn de los
La dificultad reside en que su solución científica demanda una abs- niveles superiores y la "exfoliación" -:-O mo?~icación- de_l~s. niveles
tracción previa de las interacciones y nexos específicos del sujeto situados por debajo, que, a su vez, condlcxonan la pos1b1hdad de
que engendran el reflejo psíquico de ]a realidad en el cerebro del que el sistema en su conjunto se siga_ desa~olland?. D~ t~l ~o~o,
hombre. La categoría de actividad, implica, en rigor, esta abstrac- la investigación intemivel, aunque s1gue s1endo mterd1Sc1plinana,
ción la que, naturalmente, lejos de destrllir la integridad del sujeto excluye a la vez la concepción de esto último como reduciendo uo
concreto tal como lo hallamos en el traba jo, en el seno de la familia nivel a otro o tratando de encontrar sus nexos y coordinaciones co- ·
e incluso dentro de nuestros laboratorios, por el contrario lo resti- rrelativos. Subrayo esto con particular énfasis porque, mientras que
tuye a la psicología. en su época N. N. Lange hablaba del paralelismo psicofisioló~ico
El retorno del ·hombre integral a la ciencia psicológica, sin como de una idea "temible", lo qUJe ahora resulta en verdad tem1ble
embargo, sólo puede tc;.1et lugar sobre la base de la investigación para la psicología es el reduccionismo. La comprensión de esto se
especial de los pasos redprocos qe unos niveles a otros, surgidos en extiende cada vez más también en la ciencia occidental. La conclu-
el curso del desarrollo. Dicha investigación debe rechazar la idea sión general del análisis del reduccionismo fue formulada -quizás
de considerar estos niveles corno superpuestos o -más aun- la de en la forma más aguda- por autores ingleses en las páginas del nú-
reducir un nivel a otro. Esto resulta particularmente evidente cuan- mero de 1974 de la revista internacional Cognition: la única alter-
180 181
nativa al reduccionísmo es el materialismo dialéctico (S. Rose and
H. Rose, vol. JI, N9 4). Y realmente es así. La solución científica
del problema de lo biológico y lo psicológico, de lo psicológico y lo
social es lisa y llanamente imposible a margen del análisis sistemático ' 1
!,
,¡ marxista. Por esp también el programa positivista "Ciencia Unica"
(¡con mayúsculas!) que pretende unh· los conocimicnlos por medio
de esquemas dbeméticos y multiplicadores matcmálicos (modelos)
universales ba sufrido un rotundo fracaso.
Aunque estos esquemas en realidad son capaces de comparar
entre sí fenómenos cualitativamente distintos, es sólo en determinado
..
t

!
plano de abstracción, donde desaparecen la . especificidad de e~tus
fenómenos asi como sus trasformaciones m~.J.tuas. En lo que concH~ r­
APENDICE

Í: ne a la psicología, de este modo rompe defintivamcnte con h con- PROBLEMAS PSICOLOGICOS DEL CARACfER CONCIENTE
,¡ creción del hombre. DEL ESTUDIO
., Es claro que al referirme a todo esto, tengo en men e ante todo
las relaciones entre los niveles psicológicos y morfofisiológic.:os d · la
..! investigación. Pero J1ay que pensar que la cuestión no difiere mudw 1

en cuanto al vinculo que existe entre los niveles social y p icol ' gico.
·ij
1
Es de lamentar que precisamente los problemas psico oc ioló~­ El intelectualismo no pone de manifiesto su inconsistencia con
.
1 cos sigan siendo los menos elaborados en nuestra ciencia y lo~ 1115\;
obstruidos por concepciones y métodos extraídos de las in estiga-
tanta c1aridad en ningún problema psicológico como en el de la
conciencia. El enfoque intelectualista de la conciencia convierte a
¡]¡ ciones del exterior. Es decir, de investigaciones subordinadas a la ésta en un simple sinónimo del pensamiento, de la comprensión.

r tarea de buscar fumlamentos psicológicos para justificar y eternizar


las relaciones que engendra la sociedad burguesa entre los hombres.
Pero la reestructuración de la ciencia psicosociológica desde posi-
ciones marxistas no puede operarse independientemente de cuál sea
¿Pero acaso conciencia y pensamiento no son en realidad una y la
misma cosa?
La conciencia y ~~ pensamiento no coinciden de una manera
directa ni simple. La conciencia no se puede extraer del pensamien-
·¡ la concepción psicológica general sobre el hombre, del papel que
cumplen en su formación los nexos vitales del hombre con el mw1do,
to, porque no está determinada por el pensamiento; lo que la deter-
mina es la existencia, la vida real del hombre.
nacidos de las relaciones sociales en las cuales éste entra.
El concepto de conciencia no es simplemente nuí.s am.plio que
Por ello al pensar en las perspectivas de la ciencia psicológica
el concepto de pensamiento. La conciencia no es el pensamiento más
corno centralizadora de los diversos enfoques del hombre no se debe la percepción, más ]a memoria, más las habilidades, y ni siquiera
soslayar el hecho de que esta confluencia está dada a niv 1 social, todos estos procesos tomados juntos más las vivencias emocionales.
del mismo modo que es en el nivel social donde se resuelve el des-
La conciencia debe ser descubierta psicológicamente en su carac-
tino humano.
teristica propia. Debe ser comprendida no solamente como conoci-
miento, sino también como relación, como orientación.
Es preciso señalar que en el pensamiento pedagógico ruso, en
oposición a la pedagogía intelectualista de Meiman, Lay y otros, se
fue elaborando una concepción cabal de la conciencia, elaboración
que fue propiciada por.el hecho de que la instrucción y la educación
eran considerados como procesos que dan al niño no sólo conoci-

182 183
•,

mientas, sino que tambi~n formulan la orientaci6n de su personali- liúbov, Ushinski y Tolstoi, enfo~ron la escuela, la enseñanza y la
dad, su relación con la realidad. educación en general, ante todo desde el ángulo de lo que se exige
..La verdadera instrucción -escribió en su época Dobroliúbov- al hom brc (¿,qué hom brc necesitamos, cómo debe ser?), y no exclu-
cs aquella que obliga a definir ]a actitud de uno hacia todo lo cir- sivamente desde el ángulo de exigir .habilidades, pensamientos, sen-
cundante". Y esto es lo principal que caracteriza a la conciencia, timientos (¿qué habilidades, qué ideas, qué sentimjentos se necesi-
·que hace al hombre "moral tio por hábito , sino por su conciencia". tan?, ¿cómo deben ser?) .
También Chernishevski enuncia en esencia este mismo pensamiento La diferencia entre estos dos enfoques no es en modo alguno
al exigir ante todo que se eduque "al hombre en el verdadero sen- un juego de palabras. Su decisiva importancia debe ser comprendida
tido de la palabra." a fondo.
Ushinski plantea en una forma brillante, aunque muy singular, Estamos tan habituados a pensar eo la conciencia con conceptos
el problema de la educación de la personalidad: 'Supongamos que que hipostasian de la vida psiquica del . tambre en forma de algunas
el niño ha aprendido versos en un idioma extranjero que le resulta funciones o capacidades psicológicas (las funciones psíquicas no
incomprensible; por lo tanto, ha aprendido sólo los sonidos en su son más que capacidades disfrazadas), que donde más se borra la
sucesión, uno tras otro. Por cierto que la conciencia participa en diferencia entre ambos enfoques es desde el punto de vista psico-
esta memorización: si no interviniera, la atención del niño no oiría lógico. La ilusión consiste aquí en el hecho de que cómo piensa,
los sonidos, sin la intervención del razonamiento no reconocería la cómo siente el hombre y a qué aspira, nos parecen depender · de
diferencia y la similitud entre estos sonidos ... cómo es su pensamiento, sus sentimientos y aspiraciones. Pero el
"Pero supongamos, por último, que el niño es ya un adolescente pensamiento no pien a, los sentimientos no sieP.ten ni las aspiracio-
y que en su alma ha madurado un interrogante cuya respuesta estará nes aspiran: es el hombre el que piensa, siente y aspira. Por lo tan te;>,
dada en la idea que encerraban aquellos versos, o que ha madurado lo principal es qué llegan a ser para el hombre esos pensamientos
un sentimiento que tendrá la más plena expresión poética en aque- y conocimientos que le comunicamos, esos sentimientos que educa-
llos versos aprendidos, entonces la simiente contenida en esos versos, mos en él, esas aspiraciones que en él estimulamos. Los conocimien-
liberada de todas sus envolturas, pasará a la memoria espiritual del tos y las ideas que el pensamiento asimila pueden, sin embargo, no
joven, y pasará no en forma de versos, sino de palabras, ni siquiera llegar a ser atributo del hombre mismo y entonces serán algo sin vida;
como pensamiento, sino como una nueva fuerza espiritual, de modo la educación de los sentimientos puede originar un simple sentimen-
que el joven sin pensar ya en esos versos, sin recordar siguiera la talismo (en James tenemos un claro ejemplo: la dama .que presencia
·idea que contenían, después de haberlos asimilado, mirará todo de un espectáculo teatral se deshace en lágrimas ante los sufrimientos
l un modo un tanto diferente, sentirá de un modo algo distinto, que-
rrá algo que no es y~ lo que antes había querido, o sea, dicho oo
de un hombre del pueblo, y mientras tanto l siervo que maneja su
coche se hiela a la salida del teatro, esperándola) y las mejores
otras palabras, el homb·re se habrá elevado a un peldaño más alto." 1 intenciones que hemos inculcado a nuestro educando pueden con-
No basta aprend.e r las palabras, no basta comprenderlas, ni si- vertirse en él en esa clase de intenciones, de las que se dice: de
quiera basta comprender los pensamientos y sentimientos que en- buenas intenciones está empedrado el camino al infierno.
cierran, es preciso que esos pensamientos y esos sentimientos lle- He aquí por qué un enfoque vital y sincero de la educación es
guen a ser l0s· determinantes interiores de la personalidad. Esta aquél que encara las tareas ed11cativas y hasta las instructivas, par-
simple idea expresa la conclusión principal que sugiere la experien- tiendo de las exigencias que se plantean al hombre: cómo debe ser
cia viva recogida en la educación del hombre. Por ello es una idea el hombre en la vida y de qué debe estar provisto para ello, cuáles
tan entrañable y es comprensible para todos los que como Dobro- deben ser sus conocimientos, su modo de pensar, sus sentimientos,
etcétera.
Tomemos el planteamiento de la formación marxista según el
1 K. D. Ushinski, Obrtu escogidas. Moscú-Leningrado, 1950, t. 8, págs. más grande y experimentado pedagogo de nuestra época, M. l. Ka-
363-364. linin. ¿Qué exige él de un maestro de marxismo leninismo? Le
134 18S
~1
•'

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exige que enseñe de tal modo, que el marxismo leninismo se integre como un problema especial, que no puede reducirse ni a tesis filo-
a la vida del hombre como una necesidad orgánica para éste de ~;óficas generales sobre la conciencia, ni a la suma de problemas
vivir así, y no de otro modo. "Si yo fuera maestro de marxismo sobre procesos psíquicos particulares.
leninismo dedicaría siempre mi atención especialmente a cómo asi- Tendremos que referirnos especialmente a este tema porque
.. milan realmente mis alumnos Jos fundamentos del marxismo leni- hasta el presente existe al respecto la más profunda incomprensión .
nismo, ya que se lo puede aprender sólo formalmente se pueden
" estudiar bien todas las fórmulas, los hechos y datos históricos, pero
Una doctrina psicológica sobre la conciencia :plenamente des-
1
arrollada es algo que pertenece al futuro. Pero l10y tenemos ya al-
....l no por eso llegar a ser un marxista leninista convencido. ¿Qué les gunas nociones psicológicas concretas primarias sobre la conciencia
't parece, es esto posible o nq? (Voces del auditorio: '¡Es posible!') . que se fueron ·recogiendo sobre la base de la labor investigadora
Por otra parte se puede no s~ber las fórmulas, pero poseer Tcalmente ,¡_ue desde hace varios años estamos realizando en c~;ta dirección.
el espíritu del marxismo leninismo." Dentro de las limitaciones del artículo no podemos, ciertamente,
Pero, podría objetárseme, ¿qué relación tiene esto, en rigor, con exponer todos los resultados de lo que se ba hecho. A medida que
el principio de lo conciente? vayamos elaborando el tema -principal, desarrollaremos aquí sucin-
En verdad todo esto tiene relación directa con el principio de tamente algunos principios psicológicO§ generales sobre la conciencia.
lo conciente en la enseñanza, que se revela en su verdauero conte-
nido justamente desde el verdadero ángulo: el del hombre: ''El hom-
2
bre es un hombre -dice Kalinin-. Y de esto tenemos que partir".
Así, existen dos enfoques diferentes de la conciencia. Por con- Al analizar el proceso en el cual el niño toma conciencia del
siguiente, también existen dos concepciones cHstintas de lo concien- ma.tcrial didáctico surgen, como es natural, dos problemas: qué com-
tc. Una reduce las exigencias que dimanan ele] principio ele lo con- prende el niño en ese material, y cómo lo comprende. Sin embargo,
dente, a exigencias con respecto al pensar a la concepción de los ambas cuestiones parecen a menudo demasiado sencillas, aparente-
procesos cognoscitivos en general más, tal vez, las habilidades, emo- mente no constituyen un problema especial y por ello escapan a la
ciones y hábitos. Esta concepción de lo conciente se basa en la investigación.
psicología abstracta de las funciones 2 •
Otra concepción, menos "psicológica", pero más vital y fidedig- El primer problema parece ser particularmente insustancial. En
na, parte de las exigencias que se plantean al hombre, a su persona- efecto, el niño cuya atención está concentrada en uno u otro material
lidad; no diluye el problema de lo conciente en el conjunto de de estudio evidentemente comprende ese material. No obstante, en
pwblemas sobre algunos procesos psíquicos· desde el punto de vi ta la realidad, el problema es bastante más complejo, y si no se lo en-
de esta concepción, lo conciente es en la personalidad del ·hombre foca fonnalmente merece el análisis más detenido. Para probarlo
lo que caracteriza sus conocimientos, su pensar, sus sentimientos y tomaremos los ejemplos más sencillos en la práctica de la enseñanza
sus aspiraciones, lo que realmente llegan a ser para el hombre y de la ortografía. ·
hacia dónde orientan su vida. Se da al niño un ejercicio : leer un acertijo adivinar la solución
Para explicar de modo científico el problema de lo que se en- y luego dibujar la respuesta y escribir debajo el texto del acertijo.
tiende por lo concieote se debe partir de la teoría psicológica con- Esta forma de ejercicio propuesta por D. 1 • Ushakov tiene como fin
creta sobre la conciencia. Y para ello se requiere ante todo admitir asegurar el aspecto conciente de su ejecución, y por cierto no puede
que el problema de la conciencia está planteado en la psicología ser realizado mecánicamente, sin tomar conciencia del matcrjal que
se ]e presenta. En primer lugar, el niño debe necesariamente com-
' prender el acertijo, es decir, el significado de las palabras con que
2 En el fondo ésta es, ciertamente, una concepción idealista: resulta que
la conciencia del hombre se determina por sus procesos psíquicos que se f0rman
está expresado y la idea que contienen, de otro modo no podrá adi-
en la ensei3anza, es decir, en la relación cognoscitiva, teórica, con la realidad; vinarlo. Es más, es igualmente necesario que comprenda la solución
que mi conciencia es determinada por otra conciencia, por la conciencia de otros.
\
1
para reproducirla en forma de dibujo. De este modo, finalmente
186 1
187

!¡·.
t.
~ .

copia el texto del acertijo de cuyo contenido ha tomado previamente ~ímplemente 1o r;produce en otra forma, como el problema del ob-
plena conciencia. Jeto de la atencion.
Pero enfoquemos el ejemplo que estamos examinando desde Recurramos a los hechos experimentales.
otro ángulo. Nos haremos la siguiente pregunta: ¿en qué consiste ~n _una de las i?vestigaciones de P. l. Zí.nchenko 3 se planteaban
la tarea de este ejercicio, para qué se da? Es cierto que su tarea las. sJgUientes expenencias: se bahía entregado al investigador una
11
directa no consiste en modo alguno en enseñar al niño a adivinar hoja grande, en la que . estaban dibujados quince objetos y se le.
acertijos, ni tampoco en enseñarle a dibujar; se le da para que apren- daba también la misma cantidad de tarjetas sueltas con 'grabados
da ortografía. Pero en este ejercicio no hay nada que contribuya a que se podían disponer sobre la hoja, como se hace habitualmente
tomar conciencia del aspecto ortográfico del texto, ya que la única en .el juego de loteria ilustrada, pero en este caso los dibujos de las
palabra con respecto a cuya ortografía podría surgir una duda en la tarJetas y los de la hoja eran diferentes.
conciencia del niño es la palabra adivinnza, y ésta es la palabra que A .algunos de los investigadores se les pedía que distribuyeran
el niño no debe escribir, sino representar con un dibujo. Resulta las taqetas de modo que la letra inicial del nombre del objeto rc-
que la toma de conciencia del texto leído de este ejercicio es algo p:es~ntado en ell~ coincidiera con la inicial del nombre del objeto
que realmente sucede siempre pero lo que pasa es que el niño no dib~Jado en la hoJa; a otros; se les pedía que las distribuyeran según
comprende en él precisamente lo que se requiere para un dominio el vm.culo que. en algún sentido existía entre los objetos dibuja<los,
i conciente de la ortografía. por eJemplo, sierra y hacha, libro y a.nteojos, etcétera.
.1. Se comprende que tanto en el primer caso como en el se"undo
IJ No hay que pensar que el ejemplo expuesto es una excepción. 0
1 los objetos dibujados en las tarjetas debían en'trar igualmente en eÍ
:¡; Exactamente lo mismo sucede cuando damos al niño la tarea de
"caml?? de ate~ci~n" de los investigados; es claro que sin prestar
\ escribir por separado apodos de vacas y apodos de perros. Para ello
a~encwn a lo d1bu]ado en las tarjetas no se podía cumplir la primera
el niño debe comprender cuáles son los apodos que cuadran mejor
m la segunda de las tareas. Pero, ¿cuál era el objeto de conciencia
a las vacas y cuáles los que se prestan para los perros; y, en efecto, de los investigados en uno y en otro caso?
se empeña concienzudamente en entender si un perro puede llamarse
.Para responder a esta pregunta seguiremos el curso del experi-
Chucho o si este apodo es exclusivamente para una vaca. Pero la-
mento. Después de retirar los dibujos de la mesa se planteaba de
mentablemente al hacer este ejercicio lo que tiene que aprender es
improviso al investigado la siguiente tarea: recordar qué estaba re-
algo totalmente distinto: que los nombres propios, en este caso los presentado en las tarjetas.
apodos de los animales (y aquí es lo mismo que se trate de apodos
11 de perros o de vacas), se escriben con mayúscula. Es totalmente La confrontación de los datos recogidos en las dos variantes de
! igual lo que ocmTe en algunos problemas en los que se plantea las ~xperienci~s arrojó los si&uientes resultados. Los investigados que
1

completar palabras omitidas en el texto, y también en algunas tareas hab1an selecc10nado las tarjetas según las iniciales de los nombres
i. y ej~rcicios aritméticos. ~e los objetos representados pudieron recordar estos objetos en can-
'! 1 tl?ad relativamente _insignificante en comparación con los que ha-
;¡ 1
Este fenómeno de falta de coincidencia entre el contenido pro- blan hecho la selecciÓn de los dibujos de acuerdo con el vínculo de
puesto y el real que el niño comprende en su proceso de aprendizaje, los objetos rep,resentados en ell~s. Esta diferencia fue mayor aun
nos coloca ante un problema psicológico más general por su signi- cuando s,e trato de la repro~ucc16n por pares. Algunos investigados
.¡ ficación: el obfeto de la conciencia, es decir el problema de qué q~e hab1an aprob~d? ~ pnmera variante del experimento, no pu-
comprende el hombre y en qué condiciones. dieron recordar· m. s1quwra un s~lo par de dibujos, en cambio los
La respuesta habitual a este interrogante es que se convierte de la segunda vanante, que ped1a la selección de las tarjetas por
en objeto de la conciencia aquello hacia lo cual se orienta la aten-
1. ción. Sin embargo, en este caso la referencia a la atención no ex-
1
!
plica ni puede explicar nada, ya que conduce a enredar el problema, .
3
F~,publicado en parte en el artículo "Problemas de la memorización
a hacerlo totalmente insoluble, o bien, en el mejor de los casos, mvoluntana · Apuntes del Instituto de Lenguas Extranjeras de ]árkov, 1939, t. 1.

188 189
.. siempre está vinculada con la toma de conciencia, es decir, con ese
la vinculación de los objetos representados en elias, dieron índices proceso especial que los autores franceses denominan prise de cons-
'1 muy altos. cience. ;
Por consiguiente, la memorización de los objetos representados A primera vista esta afirmación parece un tanto paradójica, pero
en bs tarjetas -que en el pr?ceso de cum~l!miento de .las d~s tareas sin embargo es así. El contenido que se percibe y el que se com-
es claro que atrajeron por Igual la atencwn de los m~est1gados-:-, prende no coinciden directamente.
resultó, no obstante muy diferente. Este hecho se exphca de la SI- Por ejemplo: ¿me doy cuenta de que la acera por la que camino
,l guiente manera. está despareja, de la gente con que me cruzo o de los objetos ex-
1'
En las experiencias a que nos referimos el investi~ado, al el~gir puestos en los escaparates de los negocios y que veo de paso. etc.,
las tarjetas según la letra inicial de la palabra que d~s1gna el ?b¡eto mientras estoy absorbido por la conversadón con quien me acom-
dibujado, ve, distingue y diferencia ese objeto ( podnamos. dec1r que paña? . No. En este caso el objeto de mi conciencia es sólo el con-
lo tiene en su campo de atención), pero el verdadero ob¡eto de su tenido .de lo que me . relata mi interlocutor. ¿Quiere decir esto que
conciencia es la composición foné#ca de la palabra: el nomb:e ~e no percibo lo que me rodea? Mis movimientos y toda mi conducta
ese ob¡eto. Al cumplir la segunda tarea el objeto d~, la conc1encm en Ja calle concuerdan exactamente con lo que ocurre a mi alrededor
del investigado es el objeto rep1·esentado y su relacwn con el o.tro y, por consiguiente, yo lo percibo.
objeto dibujado en la hoja. Por eso es que éste ~me~e ser ~eprod.uc1do Sin embargo, subjetivamente, por la autoobservación directa, lo
voluntariamente con tanta facilidad en la conciencia del mvestlgado, perceptible y lo comprensible son indiferenciables: lo que sucede es
con especial facilidad en el método de reproducción por par.es. En que en cuanto me pregunto si me doy cuenta de un fenómeno, éste
general lo no conciente es irreproducible en forma voluntana; esta se convierte por eso mismo en objeto de mi conciencia, tomo con-
es una norma que no admite ninguna discusión (aunque, por supues- ciencia de él. Este hecho psicológico es el que subyace en la ilusión
to, la inversa no es igualmente cierta). Dicho sea de paso, esta es sobre la conciencia dire~ta de lo que se percibe y lo que se com-
p~ende. En realidad el círculo de lo que se comprende es relativa-
la forma que siempre se utiliza en los casos en que, para es~ableccr
si se ha tomado conciencia de uno u otro fenómeno, . se reqmere que mente estrecho. Eso se sabe desde hace tiempo.
uno se dé cuenta de él, es decir, se requiere su reproducción volun- En el hombre moderno la conciencia es la "forma universal" del
reflejo psíquico del mundo, pero de e1Io se deduce únicamente que
taria en la conciencia. todo lo que se percibe puede llegar a ser objeto de la conciencia en
¿Qué es, pues, lo que se esconde tras esta diferencia en la toma determinadas condiciones, pero de ningún modo que todo reflejo
de conciencia? psíquico tiene forma de conciencia.
Evidentemente un distinto contenido de la actividad de los in- ¿Cuáles son, pues, entre los innumerables y variados fenómenos
vestigados cuando cumplen dos tareas comp~rab~es entre. sí. Dicho que percibe el hombre, aquellos de los cuales toma conciencia?
de otro modo, el verdadero objeto de la conc1enc1a del su¡eto resulta Si se encara como punto de partida que la toma de conciencia
depender de la naturaleza de su actividad. De este modo ya la del material didáctico es una condición necesaria de la enseñanza
primera cuestión que hemos intenta~o encarar ~os ha puesto ant~ -y esto es indudablemente ' así, y más adelante veremos toda la im-
el problema muy general de descubnr los nexos mtern9s de la acti- portancia que tiene-, entonces debemos saber contestar con toda
vidad y la conciencia. precisión a este interrogante.
En la psicología tradicional el problema de qué es lo que entra
3 en el ..campo de la conciencia clara" del sujeto, se resolvfa limitán-
dose a señalar el papel de algunos factores: los externos y los inter-
Hemos visto que la existencia de uno u otro contenido en el nos. Los fac:tores e'J."ternos son las propiedades de los objetos, tales
campo de la percepción del niño (o en el campo :Je su atención.' si como, por eJemplo, la intensidad de su influencia sobre los órganos
se prefiere) no significa todavía que €Ste co~ücmdo sea el .~b¡eto de los sentidos, su carácter de novedoso o desacostumbrado, y basta
de su conciencia, que sea comprendido por el. La percepc10n no
191
190
el lugar que ocupan en el espacio, etc. Los factores intem.os so~, necesidad de consultar bibliografía. Este es el motivo que me im·
por ejemplo, el interés por el objeto, su tinte emocional, 1~ e~1stenc1a pulsa a plantearme dicha finalidad y a cumplir la acción correspon-
de un esfuerzo volitivo, la apercepción activa, etc. En termmos ge- diente. En otras circunstancias el mismo motivo podría provocar
nerales, aunque capta los hechos superficiales, tal solución del pro- una acción completamente distinta; por ejemplo. podría ir no a la
blema no revela ninguna relación interna, sujeta a ley, · y por ello, biblioteca, sino a ver a un amigo que tiene los libros que necesito.
es, en el fondo, una solución aparente. ¿Cómo se delimita, pues, el fin inmediato de la acción? A fin de
A una solución completamente distinta de la cuestión del ob- que se delimite también para mí es imprescindible que yo adquiera
jeto de la conciencia conduce el análisis basado en lo~ dat?s .de conciencia de su relación con el motivo rle la actividad: para estu-
investigaciones sobre el desarrollo de las formas del refleJo ps~q~uco diar los libros tengo que ir a la bibliotf'..ca. Por consiguiente, lo que
y su dependencia interna con respecto a la estructura de la act1v1d~d ocupa en la actividad el lugar estructural de fin de alguna acción
del sujeto. Estas investigaciones permitieron establecer los dos prm- particular, debe necesariamente aparecer para el sujeto (ser refle-
cipios siguientes, de suma importancia para el problema que exa- jado por él) en su relación con el motivo de su actividad, y esto
minamos. quiere decir que deb e ser comprendido.
El primero de ellos consiste en que -como ya lo mencionára- Por lo tanto, el problema de si ese contenido entra o no en el
mos- la realidad que influye sobre el sujeto puede ser reflejada por "campo de la conciencia" no se resuelve en dependencia de cuál es
éste en sus propiedades, nexos y relaciones, y este reflejo puede en sí dicho contenido. Es lo mismo que se presente o no en forma
mediatizar la actividad del sujeto; sin embargo, el sujeto puede no de estímulos que actúan in'tensivamente o no, que se distinga o no,
tomar conciencia de esa realidad. Utilizando la expresión de la psi- por ejemplo, por su novedad, o sea una costumbre, etc. Esto no
cología analítica se puede decir que al impulsar y orientar la acti- depende siquiera de los intereses, inclinaciones o emociones del su-
vidad del sujeto la imagen subjetiva de la realidad puede, a la vez, jeto perceptor; se determina por el lugar que este contenido tiene
no "presentarse" ante él. El campo de lo "no presente" en la psiquis en la estructura de la actividad del hombre: sólo se hace conciente
del hombre es muy vasto, lo que torna, dicho sea de paso, totalmente en el momento en que contenido aparece ante el sujeto como objeto
sin vida y falsa toda psicología que limite su objeto de estudio sólo al que está orientada directamente una u otra acción suya. Dicho
a los fenómenos accesibles a la introspección. de otro modo, para que sea conciente el contenido percibido es
El segundo principio consiste en que el contenido que aparece preciso que ocupe en la actividad del sujeto el lugar estructural de
ante el sujeto ("que se presenta", según la. terminología de Staut), fin inmediato de la acción y, de este modo, entraría en la relación
es decir, el contenido del que tiene conciencia en el momento dado correspondiente con el motivo de dicha actividad. Este principio
es el que ocupa en su actividad un lugar estructural completam ente es válido en cuanto a la actividad externa e interna, a la práctica
determinado, y es el objeto de su acción (el fin mediato de la y a la teórica.
acción) externa o interior. El alumno escribe. ¿De qué cobra conciencia al hacerlo? Ante
Aclararemos este principio. La actividad tiene una estructura todo esto depende de qué lo impulsa a escribir. Pero por ahora
interna determinada. Uno de los procesos que entra en la estructura dejemos de lado este problema y supongamos que en virtud de uno
de la actividad humana es la acci6n. La acción es un proceso orien- u otro motivo se b a propuesto un fin : comunicar, expresar por escrito
tado hacia un fin, que es impulsado no por su propia finalidad, ~ino su p ensamiento. Entonces será objeto de su conciencia ese pensa-
por el motivo de la actividad global que es realizada por diCha miento, su expresión en palabras. Es claro que en este caso .:1
alumno percibirá tanto la representación d e las letras que cscr•i ,,~
acción. -pero, no obstante, en ese momento (es decir, en el momento ac-
Por ejemplo, me encamino hacia la biblioteca. Esta es una tual), no será ese el objeto de su conciencia- como la letra, palabra
acción; como cualquier acción está orientada hacia un fin determi- o la oración, que subjetivamente para él sólo estarán escritas de uno
nado, concreto e inmediato ("llegar a la biblioteca"). Pero este u otro modo, mejor o peor. Supongamos ahora que en esa misma
fin no impulsa de por sí mi acción. Voy a la biblioteca porque tengo actividad su fin ha pasado a ser otro: e~cribir con buena letra, calí-
1Q'l
1
h
1' '
f.,.
'
gráficamente. Entonces el verdadero objeto de su conciencia será procesos complejos participan a la vez varios "niveles". Sin embargo,
Ji esos niveles no son equiparables; uno de ellos es el rector, en tanto
.!
;·,
la representación de las letras 4 •
que los otros desempeñan el papel de fondo ("niveles de fondo",
. Se sobrentiende que en este caso no es el lugar estructural que
d1eho contenido ocupa en la actividad el que depende de si se tiene según la terminología de Bernstein). Aquí lo notable es, primero,
conciencia de ese contenido o no, sino, por el contrario, el hecho que la actividad que se expresa en movimiento exteriormente igua-
de tener conciencia de ese contenido depende de su lugar estructu- les, puede formarse en diferentes niveles neurológicos, según cuáles
ral ·en la actividad. sean los estímulos que desempeñan en ella el principal papel. En
El acierto de esta afirmación es demostrado en particular por el segundo lugar, es notable que (como lo subraya especialmente N. A.
conocido hecho psicológico de que el único modo de retener algún Bernstein) los estímulos de los que se tiene conciencia son siempre
contenido como objeto de la propia conciencia consiste en actuar los del nivel rector, sea cual fuere ese nivel 6 • De este modo, el con-
e~ relación con ese contenido, y que, en caso c'ontrario, deja in:me-
•' tenido conciente que realiza la aferencia de la actividad, siendo la
d~a.!amente de ser tenido en cuenta, sale del "campo de la concien- estructura de esta neurólógicamente diferente, es distinto. Pero su
\
1. cia . Este hecho aparece con mucha claridad en el célebre libro de estructura se determina por lo que N. A. Bernstein denomina tarea;
·= K. S. Stanislavski, cuando analiza qué significa mantener la atención es decir, justamente lo que según nuestra terminología, debiera lla-
r sobre algún objeto y de qué modo se logra eso 5. marse fin. (N os otros llamamos tarea a algo un tanto diferente: es

r
·1;
Estas trasformaciones del contenido, que es percibido, pero del el fin dado en determinadas condiciones, el contenido de ese mismo
que no se toma con.ciencia, en un contenido conciente y viceversa, proceso que depende de las condiciones requeridas para lograr el
dependen d el camb10 de lugar que ocupa ese contenido en la es- resultado que se pide y se efectúa fisiológicamente no por el nivel
1
'1' tructura de la actividad; esas trasformaciones pueden ser explicadas rector sino, por el contrario, por los niveles efectores).
!.
en nuestros días por la neurofisiología. . . Por lo tanto, cuando encaramos una actividad cualquiera, por
1 e¡emplo la del estudio, no todo lo que el .sujeto percibe durante ella
1 Las investigaciones modernas muestran que toda actividad cons-
tituye fisiológicamente un sistema de procesos (un "sistema funcio- -y sin lo cual es imposible dirigir esa actividad- es "también verda-
1j deramente conciente para él. En contra de lo aparente, se tiene
nal", según la terminología de P. K. Anojin ) , dirigido por señales
que l~egan ininte:rumpidamente del medio exterior y d el propio verdadera conciencia sólo de lo que entra en la activid ad como ob-
1 ¡ ~rgams~o (por eJemp.lo, la.s sens1aciones mioarticulares). Estas se-
jeto de una u otra acción realizadora de ella, como fin inmediato
': de la acción. ·
nales-estlmulos son umdas, mtegradas por distintos centros nerviosos
sensoriales distribuidos tanto en la corteza como en las regiones Como es natural esta circunstancia nos plantea la siguiente ta-
¡l subcorticales y vinculadas con diversos centros motores. En depen- rea: examinar el proceso de trasformación de determinado contenido
1
dencia de cuál es el "piso" del sistema nervioso central donde ocurre en · contenido verdaderamente cbnciente, es decir, el proceso a raíz
la unión de las señales sensoriales y su trasmisión a las vías nerviosas del cual Q.icho contenido ocupa el lugar que le corresponde en la
1 1 motrices, se diferencian los distintos "niveles estructurales" neuroló- actividad. ·
gicos de los procesos (N. A. Bernstein). · En la dirección de los
4
. . ~ <?,bservemos, a propósito, que el hecho oculto de la denominada "com- Como ya hemos dicho, el proceso que en psicología se describe
pllcac16n . no es otra ~osa que la expresión, en condiciones del experimento de
i 1 lab?,ratono,. de esa mlStna ley de la conciencia a que nos referimos. El fin bajo la denominación de proceso de atención, en rigor no coincide
1 de det~rmmar ~~ momento en que suena el timbre", hace que se tome conciencia con el proceso de la conciencia, con el proceso príse de coruciet!Ce.
del somdo del timbre, en tanto que la aguja del aparato solamente "está" frente Sin embargo, en el uso corriente de la palabra se acostumbra a ex-
a una división de la escala, es decir, "se retrasa" o a' la inversa. Compárense
también los datos recogidos por la investigación expei-imental de la abstracci6n 6 Vé~~e N. A. !3ernste!;t, "Sobre el problema de la naturaleza y la dinámica
de O. Culpet. · '
11 Véase K. S. Stanislavski, La autoeductWi6n ckl tWtor. Moscú, 1958, de la func10n coordmadora . Apuntes científú;os de la Universidad de Moscú,
cap. V. . (En ruso.) . fase. 90, 1945.

194 195
1
1,

¡·:'
presar el problema de qué es lo que aprehende el sujeto, como pro- cación correspondiente, puede provócar en él s61o urta reacci6n oríert~
1" blema de hacia qué se orienta su atención. Para no apartarnos de tadora inicial, que luego, si no surge ninguna actividad vinculada
' esta terminología trataremos de mantenerla convencionalmente tam- con el objeto en cuestión, por supuesto, desaparece. Si, en cambio,
1' bién en estas páginas. Entonces nuestro problema asumirá la forma el objeto dado se mantiene en el campo de atención del niño, esto
¡, tradicional de la cuestión de atraer y retener la atención del estu- depende de que surja ante él cierta tarea y que él actúe de algún
,,.,
1

diante sobre determinado objeto. modo con respecto a lo que ahora ocupa en su actividad el lugar
'J
Al trabajar con los escolares pequeños este problema es particu- estructural de fin. De esta manera, aquí el problema no reside en
1 larmente agudo. A primera vista la principal dificultad con que aquí las particularidades de la atención del niño como una capacidad de
,¡ tropieza el maestro consiste en que la atención del niño se distrae su conciencia, sino en las particularidades de su actividad.
constantemente, revela su inestabilidad, la incapacidad de fijarse Cuando el estudiante escucha alguna explicación, en ese mo-
prolongadamente en uno u otro contenido, o sea, en la explicación mento está activo interiormente, aunque externamente puede mante-
del maestro, en el material didáctico que se muestra en clase, en ner una inmovilidad total. Si estuviese interiormente pasivo, inac-
el texto que se copia, etcétera. tivo, no c:omprendería nada, y tampoco aparecería nada en su con-
¿En qué consiste la naturaleza de este fenómeno? ¿Expresa ciencia. Pero naturalmente no basta con ser activo en general. Es
dicho fenómeno una propiedad especial de la atención del niño o preciso que la actividad esté referida a lo que se está exponiendo o
una incapacidad especial de éste? mostrando. En realidad, en la práctica casi nunca nos encontramos
Lo que prueba decididamente que esto no es así es el hecho con un estado de "inactividad:' del alumno. La "inactividad" es pos-
de que en algunos casos el niño demuestra una estabilidad muy tración, sueño; la conducta de un hombre que permanentemente se
grande de la atención, una concentración muy prolongada en el ob- sale de la actividad es, por ejemplo, la conducta del Gordo Joe, el
jeto. En condiciones experimentales, durante la elaboración inicial pequeño sirviente de Los papeles póstumos del Club Pickwick, pero
del problema del análisis estructural de la actividad en el laboratorio en modo alguno es la conducta de una persona desatenta.
de psicología genética de la Academia Psiconeurológica de Ucrania, En los casos en que la atención se desvía, la actividad interna
pudimos crear en niños de siete a siete años y medio una concentra- producida (comúnmente la actividad de percibir algún material)'
ción ininterrumpida durante 20-30 minutos y hasta 40 minutos en decae rápidamente y es sustituida por otra actividad: en los niños
algunos casos, con muy pocas distracciones. De este modo, en una más pequeños suele ser una actividad externa, en cambio en los niños
de las investigaciones (V. A. Asnin y T. O . Guinévskaia, 1935) se más grandes, es interna. El niño sigue sentado, inmóvil, con la mi-
obtuvieron los siguientes índices promedio: duración promedio de la rada fija en el maestro o en el pizarrón, pero ya no está en clase,
concentración, 22,3 min.; promedio de las distracciones en la expe- "se ha ido" del aula, piensa eil otra cosa. Coincidimos con K. S.
riencia, 2,5; y en otra investigación los índices fueron toda vía más Stanislavski cuando dice que la atención no consiste en "mirar de
altos: duración promedio de la concentración, 26 rnin.; número pro- hito en hito" un objeto, sino en ser activo con relación a dicho ob-
medio de distracciones 0,8 en total, es decir menos de un caso como jeto. Por lo tanto, hacer que un alumno sea atento, educar su aten-
promedio por experiencia (P. I. Zíncheriko, 1935) . ción, es ante todo organizar en él la actividad requerida, educar en
Por otra parte, lo que habla en contra de la mencionada inter- él ciertos tipos y formas de ella. Así, y solamente así, se plantea el
pretación sobre la desviación de la atención es que muchas veces problema.
queda muy claro que este fenómeno es sólo el negativo del fenómeno Una de las condiciones importantes que conducen a que el
opuesto, o sea, que el niño se concentra intensamente, pero en otro aprendizaje en los escolares más pequeños sea inestable es que esta
objeto, en uno "extraño". actividad trascurre en gran medida en forma de actividad interior,
Ya en las investigaciones citadas apareció muy claramente la teórica, en forma de acción de percibir, es decir, de una acción que
dependencia que la estabilidad de la actividad tiene con respecto responde a un fin cognoscitivo. Hay que mirar y escuchar no si-
a la propia estructuración de di<.-ha actividad. En efecto, el simple guiendo una u otra acción práctica, sino especialmente para ente-
hecho de "dirigir" la atención del niño ·hacia algo mediante la indi- rarse o comprender algo. En este caso la percepción está desconec-

196 197
'tada de la acción práctica, el1a mismá és la accí6n que efectúa Ia
actividad de aprendizaje del niño. Por otra parte, como regla, la "en su fuero interno" el mismo camino. Pero es pre~isamente estp
falta del motivo que subyace en el contenido de lo que se p rcibe, lo que algunas ~eces no se logra . . Por consiguien.te, es natural que
es precisamente una acción pero no actividad, y además bastante se haga necesano elaborar determinados métodos que facilitarán la
abstracta: su motivo no sólo no coincide con su fin inmediato, -sino tarea de hacerse seguir por los educandos. Entre estos métodos em-
que incluso se encuentra en una relación compleja con éJ. pírícamente encontrados, ocupa un importante lugar la utilización
En qué medida esta acción resulta difícil a los preescolares lo del carácter didáctico del propio objeto, y allÍ. donde es posible,
muestra en particular, la investigación que realiza,ra N. C. Morózova aprovechar las acciones,. ext~riores por su forma, de los alumnos,
sobre la comprensión, o mejor dicho, sobre cómo toman conciencia Esto último desempeña . un papel particularmente importante
t• los preescolares de las explicaciones verbales. La investigación mos- cuando el alumno debe realizar de modo independiente la acción
!
1.
1
tró que sin la motivación inmediata, la explicación de una "instruc- que. se le ha m?strado: por ejemplo, en el proceso de preparar las
ción" dada antes, es decir antes de la acción a realizar, y aunque lecciOnes. Es bien sabido cuan importante es el hecho de indicar
ésta sea atractiva, es escuchada por los niños, pero casi no "les llega". con absoluta precisión ~ los alumnos de los primeros grados el or-
Esto no ocurre en modo alguno porque no la comprendan; los niños d~n .en 9-~e deb~n reahzar la tarea escolar, exigirles determinada
redben plenamente esa misma explicación cuando está directamente d.Istnbucw~, extenor de~ material en los trabajos escritos, etc. En ·
incluida en la actividad externa que realizan, o cuando el fin cog- ngor, tambwn la anotaciÓn de las preguntas para resolver las tareas
noscitivo correspondiente se destaca ante los niños creando una mo- desempeña, en particular, ese mismo papel de '1levar hacia afuera"
1 • tivación especial. la acción teórica que cumplen los alumnos. Generalmente los pro-
El aprendizaje escolar se caracteriza justamente porque por su blemas de estructt;rar y dirigir las acciones teóricas que el niño
propia esencia exige inevitablemente al niño que está aprendiendo apre?d~, en especia~ el problema de dirigir su percepción y, por
la capacidad de actuar internamente, teóricamente, en las condicio- cons1gmente, encammar su atención, tiene enorme importancia pe-
nes de la actividad del aprendizaje, que por su tipo general es cog- dagógica. Sin embargo, nosotros no podemos detenemos ahora es-
1' noscitiva. Esta es una exigencia nueva para el niño. En los niños pecialment~ sobre este particu~ar. J:?esde el ángulo del problema
d~ _lo conc1ente, nos basta exammar solo dos de las cuestiones espe-
l que están empezando a estudiar, los procesos internos teóricos, en
el sistema de la relación cognoscitiva de motivación compleja, son
algo que todavía deben dominar o que apenas han dominado. Por
cifiCas .que aqm se nos presentan: primero, la del carácter didáctico
del. ob¡eto de la c~nciencia, y, segundo, la del papel que las ope-,
eso en ellos estos procesos son los menos estables. Es esto lo que racwnes y los bábttos desempeñan en la actividad de aprendizaje
l. del niño, conciente y dirigida hacia un fin. . ,
se expresa en la dificultad de mantener prolongadamentc la aten-
ción de los escolares más pequeños sobre el objeto de la acción Nos referiremos a continuación a la primera de estas cuestiones:
teórica interna.
¿Cómo se puede educar en general en los otros las acciones 5
internas? Ni siquiera sabemos describirlas con suficiente claridad,
y pam. ello es poco solamente exigir o plantear la tarea correspon- El problema de lo didáctico se encara- con frecuencia entre nos-
diente. Al comienzo el principal camino es en este caso realizar la otros d~ un_ modo en extremo simplificado, yo diría, de ~n modo
acción conjuntamente: por ejemplo, el maestro señala algo en el sensuahsta mgenuo. N. K. Goncharov lo señala con acierto en su
objeto, lo describe siguiendo determinada sucesión, determinado sis- a.rtíc~o sobre las ?ases filosóficas de la pedagogía 7 • En una inves~
tema, destacando en particular algo en el objeto, omitiendo otra hgacwn -no pub~IC~da en la prensa- del Instituto Pedagógico de.
cosa de escasa importancia, casual; o construye oralmente una refle- Járkov (V. V. M1stmk, 1936), este problema fue sometido a una
xión, analiza, llega a conclusiones, etc. Se supone que en este caso investigación experimental desde el ángulo del análisis del papel
el educando observa al maestro, sigue mentalmente estas acciones
teóricas suyas que expresa exteriormente y, de este modo, recorre ~ -· '

7 Véase Pedagogía Soviética? 19441 núm. 7,


198
199
real que el material didáctico desempeña en distintos procesos del Se puede y se debe seguir diferenciando los distintos tipos de
aprendizaje escolar y en diversas etapas de su desarrollo. Al mismo material didáctico, pero para nuestra finalidad lo importante es
tiempo, este problema fu e explicado también en otras investigacio- destacar sólo el que mencionamos en segundo término, ya que es en
nes psicológicas (L. l. Bozhóvich, A. V. Zaporózhets, etc.) y en relación con este tipo de material didáctico donde aparece con par-
particular en una serie de trabajos experimentales sobre la percep- ticular agudeza el problema del objeto de la conciencia. ¿En qué
ción de las ilustraciones (dibujos) por los niños 8 • consiste psicológicamente la función del material didáctico de este
Al generalizar los datos de estas investigaciones -así como las tipo? Es evidente que su finalidad es servir de apoyo externo a las
de otros autores- es preciso señalar ante todo el hecho indudable de acciones internas que el niño efectúa bajo la dirección del maestro
que la función del material didáctico puede ser muy varia,da. Una durante el proceso de asimilación de los conocimientos. De por sí,
cosa es cuando en el proceso de la enseñanza se presenta la tarea de este tipo de material tampoco es el objeto directo de las acciones
proporcionar a los alwnnos una imagen viva, elocuente, de un trozo de aprendizaje del niño. En cierto modo, es como si sólo represen-
de la realidad que aquél no conoce bastante, ampliar en esta direc- tara ese objeto, ya que el niño no aprende a contar cuadernos, sino
ción su experiencia sensorial, enriquecer sus impresiones, en una a contar; no estudia los cuerpos que flotan o se hunden, sino e]
palabra, hacer que ellos tengan la representación más concreta, más principio de la flotación y la ley de Arquímedes; no el calentamiento
real y exacta posible de un conjunto de fenómenos. Una visita al de los cuerpos, sino las leyes de la convección del calor, etcétera. De
jardín zoológico, un cuadro histórico, la fotografía de un escrHor lo que menos se trata aquí es de dar forma concreta a las represen-
o un científico, etc., todo eso hace más concreto, y en cierto n1odo taciones, a los conocimientos del alumno; más bien al contrario, se
más palpable para el niño lo que se trata en el curso de la enseñanza: 1 trata de generalizarlos. Por lo tanto, el material didáctico es en es-
el mundo animal se presenta en toda su diversidad, un aconteci- tos casos el material en el cual y a través del cual se busca la asimi-
miento histórico tiene una vivencia más clara, adquiere el tinte sen- lación de determinado tema.
sorial de una época, los rasgos de un personaje conocido se vuelven 1 Aplicado al problema que estamos analizando, el objeto de la
más cercanos, más íntimos para el niño. Todo esto es muy necesario conciencia ya aparece en otra forma: no sólo como el problema de
y muy importante.
Es totalmente distinto cuando lo didáctico se incluye directa-
mente en el proceso instructivo debido a una tarea pedagógica es-
l qué es en la práctica aquello de lo que toma conciencia el alumno,
sino también de qué debe tomar conciencia de acuerdo con deter-
minada tarea pedagógica. Desde el punto de vista psicológico este
pecial. Me refiero a los casos en los cuales se utilizan materiales es el problema central de lo didáctico.
didácticos en la enseñanza inicial de aritmética, en las lecciones de 1 Para demostrarlo recurriremos al análisis de algunos ejemplos
idioma ruso, en las tareas de física en el aula, etcétera. El papel del
muy simples de utilización de materiales didácticos.
material didáctico consiste aquí, por cierto, no en enriquecer con la
representación de lápices en el pizarrón la experiencia sensorial del En cierta ocasión me mostraron varias láminas para el aula,
niño; no se uti1izan para eso, sino para enseñar a contar. Del mismo
1 preparadas con toda dedicación por el maestro, en las que estaban
modo, también la demostración en la clase del fen6meno de que los representados grupos de objetos homogéneos, destinados a servir de
cuerpos flotan en un líquido o el de la difusión del calor, no se
hacen para mostrar al niño que estos fenómenos tienen lugar en la
naturaleza; la principal tarea reside ~.quí en revelarle la esencia de
l material para estudiar, en primer grado, los números y las opera-
ciones con cantidades hasta diez. Esas láminas se distinguían de
otras no por su estructura, sino por la minuciosidad de su confección
estos fenómenos, en ex-plicarle sus leyes, en conducido hacia las } y por el carácter de los objetos representados en ellas. Así, por ejem-
necesarias generalizaciones científicas. plo, en una se habían dibujado tanques y cañones antiaéreos. La
intención del autor era evidente: había querido crear un material
interesante, qtie atrajera fácilmente la atención de los alumnos de
B Publicadas parcialmente en Apuntes científicos del Instituto Pedagógico 1 primer grado, un material concreto y real al máximo (era en los
de Járkov, t. 1, 1939 y t. VI, 1941 (artículos de K. E. Jomenko, T. O. Guinévskaia
V. V. Mistiulc). , días de la Gran Guerra Patria).

.200 Ml
Imaginémonos ahora este material en acción. En primer térmi-
no, es indudable que atraerá verdaderamente la atención de los que en el caso en que se distraé por algo colateral; cuando, por
alumnos y que la retendrá con facilidad. Por lo tanto, la tarea ini- ejemplo, simplemente mira hacia la ventana, se le puede exigir que
cial y más simple ha sido resuelta: ha atraído la atención de los mire el pizarrón. En el primer caso, e:n cambio, toda su ·atención
alumnos, más ... lo que les ha llamado la atención es la lámina. está concentrada en el material pero en su conciencia no hay cantida-
¿Pero acaso ha atraído la atención };lacia el objeto de estudio, es des ni correlación de ellas, sino imágenes de guerra; mientras exterior-
decir, hacia las cantidades y las relaciones entre ella's? La suposi- mente mira lo mismo que su maestro, interiormente no sigue a éste,
ción incorrecta desde el ángulo psicológico consiste en que cuando sino al contenido objetivo representqdo en la lámina.
en el "campo de la conciencia" del alumno aparece algún objeto, Es cierto que en el análisis de este ejemplo todo el problema
con eso basta para que tome conciencia de todo 1o que ese objeto está simplificado y esquematizado al máximo. Pero, de todos modos
contiene realmente. En el ejemplo que examinamos el error de esa lo principal está presentado correctamente, y consiste en que, como
l suposición es evidente. Hemos visto que el "proceso de la atención", ]a conciencia es el resultado de un proceso rico en contenido, orien-
, ..
1'
o sea el proceso de torna de conciencia, no es un proceso formal, tado hacia un fin determinado, la introducción en la enseñanza del
¡¡,
¡; sino rico en contenido y orientado hacia un fin, que está vinculado material didáctico debe tomar en cuenta ineludiblemente por lo
11 con la acci6,n interna. Por ello, el primero y principal interrogante menos los dos momentos psicológicos que damos a continuación:
¡ 1' con el cual debernos encarar el análisis del material que examinamos l) qué papel concreto debe cumplir el material didáctico en la
i.l ; es el siguiente: ¿qué acción y orientada hacia qué fin debe asegu- asimilación, y 2) en qué relación se encuentra el contenido objetivo
i 1'1 rar? Supongamos que esa acción debe consistir en abstraer el rasgo
1 de dicho material con el objeto del que se debe tomar conciencia
1: cuantitativo y en unir las cantidades. ¿Es esa la acción que se y que debe ser asimilado.
suscita en el niiio mediante la representación de una cantidad de Volveré a recurrir a un ejemplo negativo. Pero esta vez se trata
tanques, cañones, etc.? Por cierto que no. Los tanques represen- de un material sobre idioma ruso, propuesto por uno d e nuestros
tados atraen tan vivamente su atención porque para él tienen un especialistas en metodología. Es una lámina en cuya parte superior
rico contenido: qué tanques son, por qué están en columna, por qué hay un cuadro que representa un bosque. Debajo de éste aparece
están enfrentados unos a otros aunque todos ostentan estrellas; por un texto que comienza con la palabra "bosque", y a continuación
qué son estrellas pequeñas y no grandes, etc.; todo esto constitu- palabras derivadas de esta palabra madre. Una vez más la inten-
ye el contenido de esa actividad mental interior que por sí misma ción dc1 material didáctico resulta clara. Se rcqtúere que el alumno
retiene un tiempo relativamente prolongado la atención del niño imagine concretmnentc ol material que maneja en la clase, y· cslo
sobre esa lámina y que determina aquello de lo cual torna conciencia, es necesario para que no lo asimile "formalmente". Supongamos que
es decir, lo que es el objeto de su conciencia. eso es así. Sin embaigo, analicemos el material desde el punto de
i. Pero es el maestro el que dirige a los alumnos. Les expone vista de los dos momentos que hemos enunciado. ¿Sirve para enri-
fines -de aprendizaje y de ese modo trata de organizar su actividad quecer las representaciones del niño a fin de que éste reconozca
en otra dirección que, sin embargo, en el caso que nos ocupa deci- y tenga la noción gráfica de lo que significa la palabra "bosque'?
didamente no coincide con la dirección en la cual la actividad de Supongamos que el niño no tiene en verdad esa noción, que hay
los alumnos se desenvuelve bajo la influencia del material expuesto. que explicársela especialmente con una lámina (¡aunque sólo en
Las acciones interiores que deben estructurarse en los alumnos exi- los manuales y textos de ruso para segundo grado la representación
gen que se aparten del contenido objetivo de las representaciones, del bosque aparece en siete ilustraciones distintas!). Quiere decir,
y esto es tanto más difícil cuanto más rico es ese contenido. Psicoló- entonces, que el papel del cuadrito es muy especial, y no coinc!de
gicamente al niño le resulta más fácil contar lápices, que no son con el papel que cumple el texto de dicho material y para el cual
interesantes, que contar tanques que . sí lo son. Cuando- al niño lo está destinado en general: proporcionar al alumno el concepto sobre
distraen del rasgo cuantitativo formal otros rasgos de esos mismos la palabra madre. Es más, el proceso de referir la palabra al objeto
'1 objetos, con contenido es inclusive más difícil dominar su actividad que denomina, y que es provocado en los alumnos por el dibujo,
... 202
y aquellos procesos psicológicos que conducen a diferenciar en las
•¡¡
f 1
palabras de una misma raíz, su raíz común, son procesos que en es el hombre que cuida la casa, todo lo que hay en ella, los bienes
cierto modo tienen una orientación contraria. de una escuela, etcétera 10•·
Para damos cuenta de esto enfocaremos el material que ;x~mi­ Lo que más conviene en este caso es independizar la ilustración
namos desde el punto de vista del segundo momento: de que l1cbc del texto y utilizar ambos por separado.
tomar conciencia el nii1o en ese material. Es evidente que debe to- Dado que mi tarea consiste en hacer un análisis psicológico del
mar conciencia justamente de la raíz común de las palabras que problema de la torna de conciencia del material didáctico, me limi-
ve escritas pero en ;modo alguno de su significación objetiva común taré a formular una conclusión general que deriva directamente de
(ya que por su significación objetiva hay más afinidad, por cierto, dicho anlisis. ·
entre las palabras "bosque" y "monte", o "perdiz" y "pato", que en Dicha conclusión consiste en que el lugar y el papel que el
los vocablos con una mjsma raíz, como "bosque" y "guardabosques" material didáctico ocupan en el proceso del aprendizaje son deter-
o "tinta" y "tintero") . Esto quiere decir que, por el. c~~trario; lo minados por la relación que exjste entre la actividad del educando,
que hace falta es que el niño pueda abstraerse del sigmflcado ob- en la cual dicho material puede ocupar el lugar estructural de ob-
jetivo de las palabras que se comparan, para que la palabra aparezca jeto del fin inmediato de sus acciones, y la actividad que conduce
para él como tal, y no como el objeto que denomina. Y este es un a adquirir conciencia de lo que es preciso asimilar. Esta relación
problema muy serio. Debe recordarse que en los prees~olares lo puede ser triple. Primero, una y otra actividad pueden cioncidir,
típico es el fenómeno que Potebnia fue el primero en designar ~0~1 Jo · que asegura la máxima eficacia directa del elemento didáctico.
la expresión figurada ''palabra-cristal", consistente eo que al perCibir Además, la primera actividad puede ir preparando la segunda, y
la palabra el niño torna conciencia del contenido objetivo que parece entonces se requiere sólo delimitar correctamente y con precisión
"trasparentarse" directamente a través de ella, y sólo poco a poco las corre pondientes etapas del proceso pedagógico. Por último, una
comienza a adquirir conciencia de la palabra como tal; nosotros, y otra actividad pueden no estar vinculadas entre si; en este caso
igual que otros autores (A. R. Luria), hemos tenido la posibilidad el material didáctico es inútil, y algunas veces puede desempeñar
de observar en detalle este fenómeno en condiciones experimentales 9 • incluso el papel d~ factor de distracción.
Por consiguiente en este caso el objeto de la conciencia del
) 1 1 Por lo tanto, el análisis psicológico nos lleva a plantear la si-
niño deben ser las palabras que se comparan y su ra1z comun como guiente tarea pedagógica: encontrar el lugar concreto del material
fenómeno idiomático; en cambio, la figura en que se apoya el apren- didáctico, es decir, encontrar no sólo el método para incorporarlo al
dizaje del niño al utilizar este material, fija su conciencia, en el proceso pedagógico, sino también el método para manejar este pro-
objeto que la palabra madre designa. Esta "atadura", innecesaria ceso, que pueda asegurar no la "utilización" formal de los elementos
aquí, de lo que representa lo más general en la palabra, o sea, su didácticos, sino su uso efectivo. Ya que, para usar las palabras de
raíz, a una imagen objetiva, concreta, única, no hace más ento~~ecer Pirógov, "ni lo didáctico, ni la palabra por sí misma valen; sin la
la cuestión. No debe sorprender que más tarde, cuando el mno se habilidad de manejarlos como es debido [... ] nada eficiente se
encuentra con la tarea de comprobar cuál es la vocal átona, o sus- podrá hacer" 11 •
tituir la palabra si tiene duda en la consonante, no considera posible
comprobar la palabra "casilla" con la palabra "casero", o sustituir 6
..carro" por "correr", por la misma razón que no se puede comprobar,
por ejemplo, la palabra "salchichón" con "sal", debido a que designan Sólo nos resta examinar el último punto del problema: la toma
objetos concretos totalmente diferentes: "casilla" es una casa peque- de conciencia del material de estudio. Quizá este sea el punto más
ña, una dependencia de un edificio grande, en tanto que "casero''
lO Véase L. I. Bozhóvich, "Psicologia dd .empleo de la regla sobre las
9 Véase G. D. Lúkov, "La toma de conciencia del lenguaje por los niños ralees vocales átonas". Pedagogfa soviética, 193'1, núms. 5-6.
en el proceso del juego". Apuntes científicos del Instituto Pedag6gíco de ]árkov, 11 N. Pirógov, "Problemas de la vida'·. Obras. San Petersburgo, 1887,
t. 1, 1949, págs. 65-103. t. l, pág. 116.
1, 9.0.~
204
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;i. complejo. Pese a todo, no podernos pasarlo por alto, porque sí así veces van tornando forma en los medios e Ínstrurnentos materiales
; 1
lo hiciéramos nuestra noción sobre la torna de conciencia del mate- de la acción. AsÍ, por ejemplo, en los cálculos, cristalizan, tornan
rial de estudio sería unilateral y, por consiguiente, falsa. forma material, determinadas operaciones de cálculo; en . la sierra
De lo dicho se deduce que es preciso diferenciar cJ contenido se concreta la operación de aserrar, limar, etc. Por eso, la tnayoría.do
del que se toma conciencia en el momento y el contenido que só~o las operaciones que tienen lugar en la actividad del hombre son un
aparece en la conciencia. En el aspecto psicológico. cs_ta diferen~ta resultado del aprendizaje, del dominio de modos y medios de acción
es sumamente importante porque expresa una pecuhandad esencial socialmente elaborados. •
del propio "mecanismo" de la torna de conciencia. Pero no toda operación es una operación conciente. Llamamos
En realidad se torna conciencia sólo del contenido que es el operación conciente sólo al modo de actuar que se ha constituido
objeto de la actividad orientada hacia un fin, es decir, que ocupa mediante la trasformación de una acción anteriormente conciente
el lugar estructural de fin inmediato de la acción interior o ex~erna y orientada hacia un fin. Sin embargo, hay operaciones que tienen
i
1
en el sistema de una u otra actividad. Sin embargo, esta tesis no
se extiende al contenido que sólo · "aparece como reconocido", es
otro origen, otro génesis; son las que han surgido mediante el "amol-
damiento" de hecho de la acción a las condiciones objetivas o me-
¡1
decir, que es controlado por la conciencia. diante la simple imitación. Las operaciones del último tipo, ast
1 Para que "aparezca como reconocido", es decir, sea conciente- como 1as condiciones a que responden, constituyen el contenido que
rnente controlado, este contenido, a diferencia del que se toma con- no es susceptible de ser controlado concientemente sin un esfuerzo
ciencia en el momento dado, no debe ocupar necesariamente en la especial (aun que, por supuesto, se perciben en la forma que la prác-
1 actividad el lugar estructural de fin. Esto se ve, con claridad, aun- tica requiere para que esa acción pueda concretarse). Este conte-
¡: que sea en los ejemplos arriba citados a través de la to~a. de con- nido puede convertirse en un· contenido capaz de "aparecer como
1 ciencia de uno u otro contenido, en el proceso de la escntura. Para reconocido", es decir, · ser concienternente controlable sólo si antes
1 es objeto de una acción especial y se adquiere verdadera conciencia
que se tome conciencia del aspecto gráfico de la escritura en el
momento dado, es preciso hacer que sea el objeto hacia el cual se de él. Entonces al haber ocupado nuevamente el lugar estructural
dirige la acción como hacia su resultado directo. Por otra parte, ese de condiciones de la acción (y si se tiene presente el proceso en sí,
aspecto de la escritura puede "aparecer como reconocido" y, por al volver a trasformarse de acción en operación), dicho contenido
consiguiente, ser controlado concientemente también en el propio adquiere esta notable capacidad.
proceso de la exposición escrita del pensamiento. Empero, no todo Es así, por ejemplo, que el niño que todavía no ha aprendido
ni mucho menos se puede controlar concientemcnte. su lengua materna, en la práctica domina plenamente las formas
¿,Cuál es, pues, en este· caso el contenido que puede actuar en gramaticales, pues los niños jamás incurren en errores como "la
esta última forma peculiar de la torna de conciencia, es decir, corno lámpara estaban de la mesa", es decir que en su práctica oral de-
concienternente controlable? clinan, conjugan y coordinan correctamente las palabras. ¿Pero
Podemos responder a esta pregunta con una tesis completamente corno resultado de qué proceso el niño aprende a hacer esto, ·o sea,
prc:-cisa. Este contenido lo integran las operaciones concíentes y, va dominando esas operaciones verbales? Es evid nte que lo hace
por consiguiente, las condiciones a que esas operaciones responden. en el proc~so de adaptación práctica de su actividad ·verbal a las
· ¿,Pero qué son las operacio11es? Convencil)ualnl!'nte designamos conc.liciones idiomáticas en las cuales ésta trascurre, es decir, en el
con este término un contenido completamente detcrminat1o de h1. proceso de "amoldamiento", de imitación. Debido a ello, las formas
actividad: son operaciones los modos con los cuales se efectúa la gramaticales correspondientes que el niño utiliza. con tanta perfec-
acción. Su pcculiarid2.d consiste en que responden p.o al motivo ni ción corno rnodo.s de comunicación verbal, de expresión no son em-
al fin de h acción, sino a aquellas condiciones en las cuales está pero, susceptibles de ser controladas por la conciencia; para ello
dado ese fin, es decir, a la tarea (la tarea es también un fin, dado deben convertirse antes en objeto especial de la relación del niño,
en determinadas condiciones). Por lo general las operaciones, o sea o sea, en objeto de su acción orientada hada un fin; de lo· contrario
los modos de la acción, se van elaborando socialmente y algunas pueden seguir existiendo en él sólo como lo q_uc se IlaqJ:1 "::cntidq

206 20'/
ejecutar la cadena de movimientos que se 1e indicaba de la manera
del idioma" (L. I. Bozhóvich). Es por esta razón que se ?el;>e ert- más rápida, precisa y segura.
señar gramática al niño, o sea enseñarle lo que en la prac;tca ya El principal resultado que se obtuvo en esta investigación es
domina, y ello se debe hacer no sólo para !J.UC, sepa ortogr~h~, por- que cuando la operación se iba formando y fijando sólo "'sobre la
que también se puede dominar la ortograha solo en la practica~, lo marcha", a través del simple amoldamiento motor, los investigados
que en realidad suele ocurrir (por ejemplo, un~,. carta ~?rrecta_ de no estaban en condiciones de infonnar, en la experiencia crítica,
oficinista", con ·errores escasos pero burdos, mcultas , Y frases sobre la sucesión de las teclas ( ó, correspondientemente, sobre la
hechas). sucesión de sus movimientos) que de hecho ya dominaban por
Hemos observado esta dependencia entre la vía por la cual. ~e completo y que acababan de realizar en la acción. Y a la inversa,
forma la operación y la toma de conciencia, tanto de la operacwn cuando la operación motriz exigida se estructuraba en forma de
en sí como de las condiciones a que esa operación responde, en la acción, y sólo luego se fijaba como hábito "automático" estable, la
investigación experimental de los hábitos motores, es decir, de las sucesión de las teclas y de los movimientos podía ser controlada
operaciones motrices fijadas 12 • concientemente, siempre y por todos los investigados.
En los experimentos que se realizaron, que fueron un tanto
En el trascurso de dicha invcstigaciqn se formaron hábitos to- burdos pero en cambio muy claros por sus resultados, resaltaron
talmente iguales (una serie de movimientos en u1~ ~parata con te- también las particularidades objetivas de operaciones distintas por
clas). Sin embargo, los dos primeros de estos habltos se. cr~aron su génesis. Aquellas que no son susceptibles de ser concientemente
dentro de lo. acción, cuyo fin para el investigado era el siguiente: controladas resultan, COlJlO es lógico, insuficientemente dirigidas, de-
1
1

j presionar las teclas con la m.ayor r~pidez posible para que. se a~a­ masiado lentas, torpes. Otras, las que pueden ser controladas, se
garan las lamparitas que se encendtan sob~e ellas; en cam!:no, ot.Ios distinguen por los rasgos opuestos: son más plásticas y se las puede
1
11 dos hábitos se estructuraban desde el comwnzo como acciOnes que modificar fácilmente a voluntad.
para el investigado tenían la finalidad de realiz.c_·u: los movimientos Por consiguiente, la diferencia entre el contenido concientemen-
en determinada sucesión, guiándose por el encendido de las lampa-
1 ¡ ritas. De este modo, en su aspecto puramente externo, en los dos
casos el proceso de formación de los hábitos h:ascurri6 de. i?ual ma-
te controlable (que resulta reconocido) y el contenido del que no
se tiene conciencia en absoluto, lleva implícita una vez más la dife-
11 rencia objetiva del lugar estructural que dicho contenido ocupa en
nera: objetivamente, una misma tarea, las mism~s .condlClO~es 7x- la actividad del sujeto.'
ternas, los mismos movimientos, diferían en las distmtas senes solo La relación de '1o que aparece como reconocido" y lo que no ha
por su sucesión (por ejemplo, en una serie, el orden de las tecl~s llegado a ser conciente, no hace más que reproducir la relación de
era: 4;¡i 6;¡i 5;,1 2;,1 3'\ 1;,1, 4;,1, etc., y en otra, 6;,1, 3;,1, 2;,1, 4;,1, 1;,1, 5·, las operaciones que nacen como acciones y aquéllas que son .pro-
5;,1 etc\ La 'dif~rencia entre ambas consistía sólo en el distinto ducto de una adaptación inconciente.
lugar estructural que ocupaba en la actividad la . sucesión de. los Aquello que puede "aparecer" en la conciencia y ser controlado,
movimientos que se formaba y se fijaba. En el pnmer caso, dtcha es el contenido que previamente correspondi\l a una acción, a un
sucesión constituía una simple condición para cumplir la acción, a proceso conciente par excellence y de cuyo contenido se tenía con
la que ésta de hecho se adaptaba; en el segundo caso, e~ cambio, antelación verdadera conciencia. Hablando en términos neuroló-
dicha sucesión se daba en un comienzo como aquello hac1a lo cual gicos, las operaciones de este tipo son un resultado de la trasmisión
estaba orientada en verdad la acción del investigado, o sea que para posterior del proceso que inicialmente se ha estructurado en el nivel
él estaba planteada como fin conci nte y sólo después .se trasf?rma- superior a los niveles inferiores; en cambio, las operaciones del se-
ba en el modo de cwnplir la exigencia íntegra de las mstrucc10nes: gundo tipo se estructuran de entrada en estos niveles inferiores,
"efectores". Por ello sólo las primeras revelan un dinamismo interior
particular, consistente en que se produce unas veces su "estiramien-
12 Véase V. l. Asnin, "La particularidad de los hábitos motores en depen-
dencia de las condiciones de su formación". Apuntes científicos del Instituto
to" hacia los pisos más · alt?s, otras veces un nuevo descenso a los
Pedag6gico de ]árkov, 1936, t. 1, págs. 37-65.

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ejecutar la cadena de movimientos que se le indicaba de la marterá
del idioma" (L. I. Bozhóvich). Es por esta razón que se ?e?e en- más rápida, precisa y segura.
señar gramática al niño o sea enseñarle lo que en la practica ya El principal resultado que se obtuvo en esta investigación es
domina, y ello se debe hacer , no sólo para ~uc, sepa ortogr~ f'1~, por- que cuando la operación se iba formando y fijando sólo "sobre la
que también se puede tlominnr la ortograha solo en la practica~. lo marcha", a través del simple amoldamiento motor, los investigados
que en realidad suele ocurrir (por ejemplo, una carta correcta de no estaban en condiciones de informar, en la experiencia crítica,
1
oficinista", con ·errores escasos pero burdos, ..incultas··, y frases sobre la sucesión de las teclas ( ó, correspondientemente, sobre la
1
hechas). sucesión de sus movimientos) que de hecho ya dominaban por
.¡ Hemos observado esta dependencia entre la vía por la cual. ~e completo y que acababan de realizar en la acción. Y a la inversa,
•' forma la operación y la toma de conciencia, tanto de la operacwn cuando la operación motriz exigida se estructuraba en forma de
en sí como de las condiciones a qu esa operación responde, en la acción, y sólo luego se fijaba como hábito "automático" estable, la
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¡· investigación experimental de los hábitos motores, es decir, de las sucesión de las teclas y de los movimientos podía ser controlada
·! .
1' . operaciones motrices fijadas 12 • concientemente, siempre y por todos los investigados.
' En los experimentos que se realizaron, que fueron un tanto
En el trascurso de dicha invcstigaciqn se formaron hábitos to- burdos pero en cambio muy claros por sus resultados, resaltaron
1 talmente iauales (una serie de movimientos en un aparato con te- también las particularidades objetivas de operaciones distintas por
clas). Sin° embargo, los dos primeros de e~tos hábitos se. cr~aron su génesis. Aquellas que no son susceptibles de ser concientemente
dentro de la acción, cuyo fin para el investigado era el s1gwente: controladas resultan, como es lógico, insuficientemente dirigidas, de-
1\ presionar las teclas con la mayor r~pidez posible para que. se apa- masiado lentas, torpes. Otras, las que pueden ser controladas, se
1! garan las lamparitas que se encend1an sob~e ellas; en cam_b10, otros distinguen por los rasgos opuestos: son más plásticas y se las puede
i 1 dos hábitos se estructuraban desde el comtenzo como acc10nes que modificar fácilmente a voluntad.
para el investigado tenían la finalidad de realizar los movimientos Por consiguiente, la diferencia entre el contenido concientemen-
en determinada sucesión, guiándose por el encendido de las lampa- te controlable (que resulta reconocido) y el contenido del que no
ritas. De este modo, en su aspecto puramente externo, en los dos se tiene conciencia en absoluto, lleva implícita una vez más la dife-
casos el proceso de formación de los hábitos trascurrió de igual ma- rencia objetiva del lugar estructural que dicho contenido ocupa en
nera: objetivamente, una misma tarea, las mismas condiciones ex- la actividad del sujeto.
ternas, los mismos movimientos, difer.ían en las distintas series sólo La relación de "lo que aparece como reconocido" y lo que no ha
por su sucesión (por ejemplo, en una serie, el orden de las teclas llegado a ser conciente, no hace más que reproducir la relación de
era: 4?-, 6Zi, 5Zl, 2'\ 3'il, lZl, 4Zl, etc., y en otra, 6'il, 3Zi, 2Zi, 4'\ l'il, 5Zi, las operaciones que nacen como acciones y aquéllas que son pro-
6;;t, etc.). La diferencia entre ambas consistía sólo en el distinto ducto de una adaptación inconciente.
lugar estructural que ocupaba en la actividad la . sucesión de. los Aquello que puede "aparecer" en la conciencia y ser controlado,
movimientos que se formaba y se fijaba. En el pruner caso, d1cha es el contenido que previamente correspondía ·a una acción, a un
sucesión constitula una simple colidición pata cumplir la acción, a proceso conciente par excellence y de cuyo contenido se tenía con
la que ésta de hecho se adaptaba; en el segundo caso, en cambio, antelación verdadera conciencia. Hablando en términos neuroló-
dicha sucesión se daba en un comienzo como aqucUo hacia lo cual gicos, las operaciones de este tipo son un resultado de la trasmi~ión
estaba orientada en verdad la acción del investigado, o sea que para posterior del proceso que inicialmente se ha estructurado en el mvel
él estaba planteada como fin conciente y sólo después se trasforma- superior a los niveles inferiores; en cambio, las operaciones del se-
ba en el modo de cumplir la exigencia íntegra de las instrucciones: gundo tipo se estructuran de entrada en estos niveles inferiores, ·
"efectores". Por ello sólo las primeras revelan un dinamismo interior
particular, consistente e~ que se produce unas veces su "estiramien-
12 Véase V. I. Asnin, "La particularidad de los hábitos motores en depen-
dencia de las condiciones de su formación". Apuntes científicos del Instituto to" hacia los pisos más alt?s, otras veces un nuevo descenso a los
Pecl4gógico de Járkov, 1936, t. 1, págs. 37-65.

•J 209
niveles inferiores, que Bianchi denomina con el gráfico térm~no de en este ejemplo tenemos. el caso de la operació.n que se fija e.n un
retombem.e nt. Esta d!Jlámica . neurofisiológica es la que se maru- hábito, 'lo que se requiertt es justamente el ejercicio, es decu, 1a
fiesta en el singular. fenómeno que he intentado expresar convencio- acción especial que debe repetirse tantas más veces cuanto . ~ás
nalmente como fenómeno que "aparece" en la conciencia en el curso estable sea la fijación. En cambio en los casos en que la operactón
de la verdadera toma de conciencia del objeto directo de la acción. que se reestructura no está fijada, las repeticiones insistentes no son
·t 1 La dinámica que hemos descrito es el "mecanismo' auténtico necesarias.
de lo que se denomina atención voluntaria secundaria ( Titchener). Las relaciones que hemos examinado, entre el contenido que es
Empero, el descubrimiento . de dicho mecanismo cambia sustancial- reconocido, el contenido que. es sólo controlado, y aq~él que, aun~ue
mente nuestra interpretación de lo que habitualmente se entiende es· percibido no se incluye en el conjun~o de _lo con~1ente, perm1t~n
con este concepto. Lo principal es que permite encarar de una ma- precisar una de las más importantes e~g~nc1as der~vadas de~ ~nn­
nera decididamente diferente la formación, la educación de este cipio del carácter conciente del aprendizaJe. Me rehcro a la exigen-
tipo de atención, que cumple la importantísima función de ser algo cia de que el resultado del aprendizaje sea co~cie~te. .
así como el "punto de control" de la conciencia. Es evidente que Esta exigencia parece muy contradictona s1 la encaramos sm
en este caso la tarea consiste no en hacer que el qontcnido -que profundizar antes en su asp~cto psicológico. En efecto, una eno?De
antes carecía de interés y por eso exigía especial "esfuerzo de la cantidad de habilidades y conocimientos que el alumno adqwere
1 atención"- se vuelva interesante, de modo que la atención hacia él, en la escuela deben capacitarlo, serl~ útiles, pero en modo alguno
1 al tornarse voluntaria, al mismo tiempo ya no requiere "esfuerzo";
.¡ tampoco consiste en educar (¿cómo?) una nueva capacidad general
tienen que permanecer siempre presentes en la conciencia, no ?eben
recargar su conciencia. No en vano se dice que se debe considerar
.
!
de atención involuntaria que a la vez posea también algunos rasgos instruida no a la persona que pueda escribir correctamente, s~o a
de voluntariedad. La verdadera taréa aquí es bastante más amplia quien no puede escribir de un modo incorrecto aunque no p1ense
y puede expresarse con mucha más precisión: para que uno u otro especialmente en ello. Sé ~ cantidad de r~las, ~ero cuando hl:s
contenido pueda ser concientemente controlable cuando es otro el aplico no ocupan mi conciencta, y en 1!1 práctica c~Sl nunca las u~­
contenido actual de la conciencia, se requiere que antes aquél haya lizo de manera totalmente conciente. S1 no fuera as1 en general sena.
ocupado el lugar estructural de fin inmediato de la acción. Si luego inlposible escribir obras, resolv~r proble~as difíciles, pilotear .un
se incorpora en la actividad como una de las operaciones que la avión e inclusive razonar con lógica, es dectr, razonar gmándose por
efectúan, "se prestará atención, a ese contenido en cierto modo las reglas lógicas. Y pese a ello, tienen toda la ra~n quienes consi-
involuntariamente, en cierto modo sólo como control, pero a la vez deran que la ·exigencia de tener un carácter conCiente debe exten-
de ningún modo en virtud de las condiciones que gobiernan la derse al resultado de cualquier aprendizaje, incondicionalmente y
atención involuntaria primaria, o . sea las primitivas reacciones de sin ningún tipo de concesiones. • . ,
orientación. Lo contradictorio de esta exigencia no reqmere e1_1 absoluto con-
Tornemos el ejemplo más simple. clusiones eclécticas: hemos .visto que se va resolviendo en aquellas
Supongamos que al escribir, el alumno curva demasiado hacia relaciones . dinámicas que vinculan lo actualmente conciente y lo
atrás las "colas" de la g y de la y; hacerle una simple indicación concientemente controlable, es decir, sólo: ·1o que aparece c~mo.
puede no ser suficiente: cuando vuelva a escribir un dictado por reconocido".
ejemplo, "escapará a su atención" una vez más cómo hace las "co- Por ejemplo, hay que señalar la aritmética de ~1 modo que los
las" de dichas letras, no podrá darse cuenta de eso. Será distinto conocimientos aritméticos sean ineludiblemente conc1entes, pero esto
si hace una cantidad de ejercicios especiales, en los cuales el objeto significa que es.os conocimientos deb~n no simplemente llenar la
de sus acciones y, por consiguiente, el objeto de su conciencia en conciencia, sino sólo ocupar en ella en el momento adecuado el
ese moment,o será precisamente el trazado cotTecto de esas letras. lugar adecuado'·. Y esto se refiere a todo lo que enseñamos al alum-·
Entonces, al incorporarse de nuevo a ]a estructura del proceso inte- no en la escuela·, desde los movimientos gimnásticos hasta las leyes
gral de lo. escritura, el trazado será controlable, gobernable. Como de la física y de la lógica.
21J 211
Ya hemos examinado el procedimiento que responde a esta exi-
gencia en su generalización psicológica; por otra parte, la elabora- presa toda la riqueza del contenido psicológico que encontramos en
ción del método pedagógico concreto ya no es una tarea que corres- la comprensión de los fenómenos de la realidad objetiva que "men-
ponde a la psicología, sino a la didáctica. cionamos".
Significado es la generalización de la realidad que ha cristali-
7 zado, que se ha fijado en su vehículo sensorial, por lo general en
una palabra o una combinación de palabras. Es la forma ideal, espi-
Hemos analizado la toma de conciencia del material de estudio rituai, en que cristaliza la experiencia social, la práctica social de
desde el ángulo de qué es asimilado por la conciencia, de qué e~ la humanidad. El conjunto de nociones de una sociedad, su ciencia,
el objeto de Ja conciencia. Ahora se nos plantea una tarea mucho su idioma todo esto son sistemas de significados. Por consiguiente
más importante: analiza.r la toma de conciencia desde el áng ulo de el signific~do pertenece en primer término al mundo de los fenóme-
c6mo la: conciencia capta el material de estudio, en qué se convierte nos objetivo-históricos ideales. Este debe ser el punto de partida.
ese material para la personalidad del niño.
Pero el significado existe también como hecho de la conciencia
Ya ·desde el comienzo se nos planteó esta cuestión como el as- individual. El hombre percibe, concibe, al mundo como ser socio-
pecto verdaderamente central de todo el problema de lo conciente. histórico, está pertrechado de nociones, conocimientos de su época,
Sin embargo, para enunciarlo sobre una base psicológica concreta de su sociedad, y a la vez está limitado por ellos. La riqueza de su
hay que introducir algunos conceptos complementarios que deben conciencia no se reduce en modo alguno a la riqueza de su expe-
ser previamente aclarados de un modo especial. riencia personal. El hombre conoce el mundo no como un Robinson,
La necesidad de proceder así proviene de qu e, por lo común, aue hace descubrimientos por su cuenta en una isla deshabitada. En
la psicología científica tradicional no se dedicaba a investigar la ~1 curso de su vida el hombre asimila la experiencia de la humani-
conciencia como reflejo del mundo en dependencia de las verdaderas dad, la experiencia rle las generaciones precedentes; esto ocurre lJre-
relaciones vitales del sujeto, de su existencia real. En otras palabras, cisamente a través de la asimilación por el hombre de los significa-
para esa psicologfa, la conciencia se manifestaba como un singular dos, y .en la medida en que los asimila. Por consiguiente, significado
derivado psicológico sólo de la actividad cognoscitiva del hombre, es la forma en que cada hombre asimila la experiencia generalizada
v no de toda su vida, es decir, se manifestaba en forma intelectua- y reflejada por la humanidad.
lista, como saher y no corno relaci6n.
El sigmficado como hecho del estado individual no pierde, sin
Pero, ¿qué significa desde el ángulo psicológico la conciencia embargo, su contenido obietivo ni se trasforma .en una cosa mera-
como relaci6n? El con~epto de relación es demasiado general, y por mente "psicológica". Es obvio que lo que yo ptenso, compre~d~ y
eso en psicología el problema de la conciencia como relación, lo sé sobre el triángulo puede no coincidir exactamente con el stgnih-
planteamos como el problema del sentido que adquiere para el hom- cado de "triángulo"" aceptado en geometría. Pero est~ no ~s u~a
bre lo que éste comprende. diferencia de principio. Los significados no tienen extstencta ~as
El concepto de sentido es precisamente ese concepto fundamen- que en la conciencia de los hombres concretos. No hay un remo
tal que debe ser previamente aclarado para darle una precisión ab- independiente de significados, ni existe el mundo platónico de las
soluta y librarlo del velo idealista que lo envuelve. Por tal razón ideas. Por lo tanto, no se puede contraponer al significado "geomé-
tendremos que apartamos un poco del tema directo de este artículo, trico", lógico, comúrunente objetivo, ese mismo significado en la
pues sin eso no podríamos resolver la tarea que nos proponemos. conciencia del hombre como un significado "psicológico" especial;
En el uso común de las palabras se suele no diferenciar el con- lo que aquí difiere no es lo lógico de lo psicológico, sino más bien,
cepto sentido del concepto significado. Por ejemplo, se habla del lo general de lo individual. ¿_Acaso el concepto deja de ser concepto
sentido de la palabra o de su significado, sobrentendiendo en ambos en cuanto se convierte en mi concet>to?, ¿acaso puede existir el "con-
casos la misma cosa. Sin embargo, el concepto significado no ex- cepto de nadie"? Es una abstracción igual a la noción bíblica de la
Palabra, que surge de la expresión: "Al principio era el Verbo".
212
una imagen embrionaria; Binet, lo llamó muy sagazmente, acci6n
Pero el problema psicológico fundamental del significado es: embrionaria; Van der Veldt trató de mostrar en forma experimental,
cuál es el lugar y el papel real del significado en la vida. psíquica que el sentido se forma: como resultado de que una señal de una
del hombre, qué es en su vida. acción antes indiferente para el investigado, adquiere el contenido
En el significado se descubre al hombre la realidad, pero de condicionalmente vinculado con ella.
un modo particular. · El sjgnificado mediatiza la toma de conciencia En cambio; la mayoría de los autores modernos siguen otra di-
del mundo por el hómbre, dado que éste comprende e] mundo como rección, considerando el concepto de sentido .sólo vinculadó con la
ser social, es decir, porque el reflejo del mundo por. el hombre se lengua. Polan define el sentido como el conjunto de todos los fenó-
funde en la práctica social y la incluye en sí. menos psíquicos que la palabra provoca en la conciencia; Titchener;
Una hoja de papel se refleja en mi conciencia no sólo como algo como un complejo significado contextua!, y Bartlet es rllás preciso,
rectangular, blanco, cubierto de líneas, y no sólo como una estntc- como significado creado por la "integridad" de una situación; mu-
tura, una forma acabada. Se refleja en mi conciencia justamente chos otros autores lo definen como concreción del significado, como
como una hoja de papel, como papel. Las impresiones sensoriales un resultado, un producto del proceso de "denominación". o
que yo recibo de la hoja ode papel se refractan en mi conciencia de · Por lo tanto, estos puntos de vista psicológicos consideraban el
un modo definido debido a que yo poseo el significado corrcspon- sentido como lo que es creado en la conciencia individual por:
dient~; de lo contrario, la hoja .de papel seguiría .siendo para mí solo el significado. Pero .el significado pertenece al conjunto de fenóme-
algo blanco, rectangular, etc. Sin embargo, y esto es muy importante nos ideales, de fenómenos de la conciencia social. Resulta, pues,
por. Pt?:n_?ipio, ,;uand~ percibo el papel percibo ese papel real, y no que el sentido, al igual que el significado, es determinado ~or la
el sJgniftcado papel . Introspectivamente el significado está ausen- propia conciencia, pero exclusivamente por la conciencia social. Por
te. en mi conciencia: al refractar lo que se percibe o se piensa, eso ello, el hecho de introducir el concepto de sentido en la psicología
mismo a la vez no se percibe ni se piensa. Este es uo hecho psico- conduce en esa interpretación a que la conciencia individual del
1 1 lógico fundamental. · · hombre queda separada de su vida real.
.. Por ello, ,aunque por cierto se puede tener conciencia del sig- El concepto de sentido se revela de modo esencialmente dis-
nificado, es solo cuando el objeto de la conciencia es no Jo que se tinto cuando se enfoca la conciencia partiendo del análisis de la
desi~~a; sino el propio signiHcado, por ejemplo, cuando se estoudia vida misma, del análisis de las relaciones que caracterizan la inter-
un. 1d1oma. Así, p~icológicarnente el significado es el reflejo gcne- acción del sujeto real con el mundo real que lo rodea. · ·
r~~~~o de ~a ~~al~dad, elaborado por la humanidad y fijado como Con ese enfoque el sentido aparece en la conciencia del hombre
significado lingutstit:o, concepto, conocimiento o incluso como habi- como algo que refleja directamente, y lleva implícitas sus propias
lidad fijada, como "forma de-acción" generalizada, como norma téc- relaciones vitales.
nica, etcétera. El sentido' candente, psicológicamente concreto, es creado por
El significado es el reflejo de la realidad, independientemente la relación objetiva, que se refleja en la :mente del hombre, de aque-
de las relaciones individuales que con ella tiene cada hombre; el llo que lo impulsa a actuar con aquello hacia lo cual está orientada
hombre encuentra un sistema de significados ya preparado, histório su acción como resultado inmediato de ésta. En otras palabras, el
cam~nte confo~ado, y lo va asimilando del mismo modo que va sentido expresa la relación del motivo de la actividad con la finali-
dom1?an~o un ms~ment~, ese portador material del significado. dad inmediata de la acción. Sólo es opreciso destacar que se debe
En ngor el ·h echo pSicológico -hecho de mi vida- es el de que yo cm~prender el motivo no como una vivencia de la necesidad en sí,
voy dominando un significado, el hecho de hasta qué punto lo do- sino como lo objetivo, en lo cual esa necesidad se encuentra a sí
mino y ·~m qué, ll~ga a ser para mí, para mi personalidad. ¿De qué misma en las condiciones dadas, en lo que la hace objetivada, y por
depende esto ultimo? Ello depende de qué sentido tiene para mí ello orientadora de la actividad hacia un resultado determinado.
ese significado. _ o o El sentido es siempre el sentido de algo. No existe el sentido
En la psicología no soviética el concepto .de sentido se fue ela- "puro". Por ello, ,subjetivamente, el sentido pertenece en cierto modo
borando según muy distintas orientaciones. Müller llamó sentido a .
214 215
al propio contenido vivencia!, parece formar parte del significad,o. En este ejemplo se advierte claramente también la diferencia
Dicho sea de paso, fue esto lo que engendró en la psicología y en entre el sentido y el tinte emocional de la vivencia del significado,
la lingüística psicologizante ese gran error que se expresó en una de su trasfondo subjetivo. Precisamente en el primer caso, la no-
indiferenciación total de ambos conceptos, o bien en que el sentido ción de la muerte puede por el contrario, no provocar vivencias
era considerado como significado concretado, en dependencia del emocionales de cierta intensidad u.
contexto o de la situación. Pero en verdad, aunque sentido y sig- Resulta particularmente importante para la psicología diferen-
nificado parecen introspectivamente fusionados en la conciencia, am- ciar con claridad sentido y significado, porque su relación no per-
bos tienen una raíz distinta, un origen distinto, y cambian de acuerdo manece invariable, sino que va cambiando en el curso del desarrollo
con leyes diferentes 13• Internamente están ligados, pero sólo por histórico, constituyendo distintas formaciones de la conciencia y dis-
una relación inversa a la que hemos hecho referencia más arriba: tintos tipos de su estructura u;.
es más bien el sentido el que se concreta en los significados (como La conciencia cómo relación con el mundo se revela psicológi-
el motivo en los fines), y no el significado en el sentido. camente para nosotros como un sistema de sentidos, y. las particu-
.' El sentido no está contenido en modo alguno potenciahnente laridades de su estructura, como particularidades de la relación de
en el significado, ni puede surgir de éste en la conciencia. El sen- sentidos y significados. El desarrollo de los sentidos es un producto
tido no es engendrado por el significado, sino por la vida. del desarrollo de los motivos de la actividad; a su vez, el desarrollo
En algunos casos la no coincidencia del sentido y el significado de los propios motivos de la actividad está determinado por el de-
en la conciencia aparece con especial claridad. Por ejemplo, puedo sarrollo de las relaciones reales que el hombre tiene con el mundo,
comprender muy a fondo, amplia y perfectamente qué es la muerte, que dependen de las condiciones históricas objetivas d~ su vida .. La
comprender que es inevitable para el hombre, estar del todo con- conciencia como relación: este es precisamente el sentido que ttene
1
1
! vencido de que para mí, personalmente, es inevitable; puedo, por para el hombre la realidad que se refleja en su conciencia. P01r lo
último, conocer en detalle la naturaleza biológica de este proceso. tanto, lo que distingue el carácter conciente de los conocimientos
Dicho de otro modo, puedo poseer ampliamente el conocimiento y es, justamente, qué sentido adquieren éstos para el hombre.
el significado correspondientes. ¡Pero, sin embargo, qué distinto
puede ser para mí ese significado! Con respecto a mí mismo com- 8
prender la inevitabilidad de la muerte puede, en cierto modo, no
tener sentido: no entra en mi vida, en realidad no la modifica para Así, pues, aqueUo de lo que tomo conciencia en este momento,
nada, ni en un ápice, ni por un solo instante. Incluso al comienzo cómo lo hago, qué sentido tiene para mí esa toma de conciencia, lo
de su vida, el ·h ombre, por lo general, se conduce verdaderamente determina el motivo de la actividad en la cual está incluida esa
como si su vida fuera a durar toda una eternidad. Pero de pronto acción mía. Por eso, el problema del sentido es siempre el problema
algo cambia en su vida, o tal vez ésta se acerca a su fin, y ese mismo del motivo.
hombre calcula ahora los años, y hasta los meses que le quedan por
vivir, se apresura a llevar hasta el fin el cumplimiento de algunos
de sus propósitos y renuncia por entero a otros. Se puede decir H No se puede dejar de señalar al respecto que la diferencia entre la
que su conciencia de la muerte se ha tornado distinta. ¿Pero ha conciencia de la esfera del sentido y la esfera de los significados es justificada
cambiado o se ha incrementado su conocimiento, se ha vuelto dife- también por los datos psicopatol6gicos actuales. Asi, se puede considerar como
comprobado que, en tanto que la lesión de los sistemas parietooccipitales de la
rente en su conciencia el propio concepto, el significado de la muer- corteza conduce a la disociación de los significados y de las operaciones intelec-
te? No. Lo que ha cambiado para el hombre es su sentido. tuales correspondientes, la lesión de los sistemas · prefrontales está vinculada,
en cierto modo, con el "vaciamiento" de sentido de la personalidad del paciente.
Por ende, estas dos esferas diferentes están representadas por estructuras corti-
ts No me es posible analizar aqu1 mhs en detalle este importante problema: cales completamente distintas.
del mismo modo, tampoco abordo el problema del mecanismo propiamente 1ll Véase A. N. Leóntiev, Ensayo sobre el desarrollo del psiquismo. Moscú,
lisiológico de la formación dél sentido. 1946.

216 217
Supongamos que estoy leyendo un manuel de anatomía. ¿Está por un. motivo enteramente dístinto, que Iio coíncide en absoluto
con aquello hacia lo cual está orientado como hacia un resultado
claro, se comprende lo . que estoy haciendo? Sí y no. Se comprende
el fin que persigo: naturalmente, leo un manual de an;ltomía para suyo; ent~nces, es una acción. Y puede suceder que eri el primer
caso este proceso exprese el sentimiento más elevado,· y en · el se-
estudiar anatomía. Se comprende asimismo el significado de lo que
gundo, perfidia.
estoy haciendo. Y pese a todo, mi acción puede ser incompren~ida,
incomprendida predsamentc: en el pla.no psicológico. Para compren- Al concretar disUntas relaciones, es d e~ir, al integrar aclivida-
derla de verdad me preguntí:ln: ¿qué sentido tiene para mí estudiar des de diver~a m~tivación, una misma acción cambia psicológica-
anatom1a? Pero sólo se puede responder a Ja pregunta sobre el ~ente: adqu1ere diferente sentido. Pero esto significa ,tan1bién que
' sentido indicando el motivo. Por eso digo: "Necesito hacerlo de- lllcluso .~1 contenido objetivo del que tiene conciencia el sujeto de
'Í·
f bido a mis investigaciones". Con eso explico qué es esa · acción para esa acc10n en el momento dado es asimilado por él de otro modo.
••1. mí (o todo el sjstema, toda la cadena de acciones), es decir, qué Por ello, el único camino para _la auténtica investigación psicológic~
1
sentido tiene. · concret8¡ de la co.n.ciencia es el análisis del sentido o sea el an.álisis
.'
'•
Pero quizás he dicho una mentira. Tal vez lo hago porque quie· ?e la moti~a~ión, en cuyo desarrollo es donde se' expresa desde el
ro volver a la profesión de . médico, y por eso actualizo mis conoci- ang~:~_lo sub¡etlvo, el desarrollo de lq vida psíquica del hombre.
mientos de medicina; entonces mi acción tiene completamente otro .A. pesar d e lo que pueda -parecer desde un punto de vista su-
sentido, en razón de ciertas ·circunstancias que oculto. perficial, este es el camino que afirma al máximo la objetivjdad de
El sentido de ia acción cambia a la vez que se modifica su sus fundam entos porque conduce a la comprensión de la conciencia
motivo. Por su contenido objetivo la acción puede seguir siendo del hombre a partí~ de_ la vid?, de la existencia concreta, y no de
casi la misma, pero si ha adquirido un nuevo motivo, psicológica- las leyes de la conctencHl en s1, no de la conciencia de los hombres
mente ya es otra. Trascurre de otro modo, se desarrolla de otro que están en derredor, no del saber.
modo, conduce a consecuencias subjetivamente muy distintas, ocupa
otro lugar en la vida de la personalidad. . Tiene . particular importancia destacar aquí lo dicho en último
A propósito, la denominada psicología práctica, o sea la psico- término. La cuestión es que la superación de las p osiciones intros-
logía que "acientíficamente" utiliza un observador, un escritor o una peccionistas todavía no nos sitúa, por cierto, fuera de la concepción
persona cualquiera de quien se dice que "comprende bien a los hegeliana de la conciencia. Para ello no basta formular de un modo
hombres", es ante todo la psicología del sentido, su método no general i?cluso la simple at~títesis de la concepción teórica uc
ll egel,
conciente consiste precisamente en descubrir el sentido de las ac- ya que s1 aceptamos su tes1s de que nad(]J puede exi.stir para la con-
ciones humanas. Por eso es tan personal, tan concreta y tan . au:tén- ciencia. sólo conw saber, lógic*mente es imposible comprender de
ticaJmente vital. , qué modo la conciencia puede "elevarse sobre sí misma', es decir
El análisis que conduce al verdadero descubrimiento del sentido ~s imposible, en un análisis concreto de la conciencia trascende;
no puede limitarse a la observación superficial. Es un análisis psi- sus límites, es decir, pasar al ser, como lo exige el materlalismo con-
cológico con todas las dificultades que le son inherentes. Ya la secuente. Lp que sucede es que la conciencia como pensar es preci-
primera diferenciación imprescindible -la diferenciación entre ac- sru:nente el pensar hegeliano como sufeto, "sujeto absoluto que para
ción y actividad- requiere penetrar en el contenido · interno del otro uo _puede ser ni debe ser objeto; precisamente por eso, y a pesar
procesó. ¿Acaso no se ve por el proéeso mismo qué es este proceso: de todos los esfuerzos, ese sujeto jamás e11contrará el paso al objeto
acción o actividad? Con frecm;ncia, para aclarar esto, hace falta al ser. D e1 ~ni~mo modo, la cabeza separada del tronco no pued~
realizar una investigación activa, la observación que fundamenta, la pas~r a dom:tpar un objeto porque no tiene medios no pósee órga-
nos prensiles" 1 a. · ' ·
suposición, la verificación.
Aquello hacia lo cual está orientado este proceso puede parecér
lo que lo . impulsa, lo que constituye su motivo; si es así, entonces
esa es una actividad, Pero ese mismo :proceso puede ser im~mlsado
10
L~ Feuerbach, Obras filosóficas escogidas. Moscú, 1955, t. 1, pág. 200.

218 219
En la historia de la psicología la concepción fáctica de la con- que luego conduce en fonna inevitable a un enfoque estéril del
ciencia como cognición se manifiesta con particular nitidez en el pensar.
problema de las enwciones. En rigor, ello es lo que hízo del proble- Esa simple idea de que si la geometría se opusiera a nuestras
ma de las emociones algo psicológicamente insolubl~. reduciéndolo, pasiones y a nuestros intereses la discutiríamos y la derogaríamos
en ;1 f?ndo, ~ lo fisiológico, y dejando en la práctica para la psico- a pesar de todas las pruebas de Euclides y de Arquímedes, contie-
logm solo la mvestigación descriptiva. Si prescindimos de los resul- ne u_na verdad muy grande e irrefutable. Es esa verdad la que es
tados .t~talmente inconsistentes de este tipo de investigación ("Yo prec1so saber comprender psicológicamente a fondo.
prefenna -observa James- leer la descripción de las dimensiones Mientras tanto, sólo nos resta repetir una vez más: ese aspecto
de la~ roc~s de N~w Hampshire"), la única teoría psicológica de de la. concie_ucia del individuo que es determinado por sus propias
las VlVenctas emoc10nales que queda en pie es la intelectualista, rela~t~nes v1tales~ es el sentido. Con respecto a los procesos cog-
porque -como lo señala con todo acierto J. Dumas en su introduc- noscitivos t1 sentido es lo que hace que esos procesos sean no sólo
ción a la traducción al francés del trabajo de James- en la así orientados, sino también parciales, lo que de ordinario comunica
lla~~da_ concepción "periférica" se trata de contraponer a la expli- al pensamiento un carácter psicológicamente rico, que distingue de
cact?n mtelectualista la fisiológica, pero no la psicológica 11. Pero un modo esencial los procesos que tienen lugar en la mente del
lo cierto es que la explicación fisiológica es no directamente confron- hombre de aquellos procesos de cálculo, a veces muy complejos,
t~ble con la esencia de una u otra teoría psicológica. Por tal razón,
que se hacen con computadoras.
m J a~_es por un lado, ni Cannon y sus adeptos por el otro, están en · Nos anticipamos a señalar que de lo precedente se deduce
co?d1~10?es de superar el intelectualismo en el plano del examen
que el problema de la formación y desarrollo del pensamiento no
psicologiCo de este problema. El clásico "argumento del telegrama" puede ser reducido íntegramente al problema de dominar conoci-
(para que el telegrama pueda provocar alguna vivencia antes debe mientos, aptitudes y hábitos mentales. En efecto la relación el
sentido, no se puede enseñar. Sólo se puede des~ubrir el sentido
s~~ comprendid?) con_s~rv~ ~oda su fuerza en cualquier representa-
cwn d~l mecarusmo hs10log1co de las emociones. Por consiguiente, en el proceso del aprendizaje, encarnarlo en una idea claramente
cualqmera que sea la explicación que demos sobre el mecanismo de conciente, desarrollada, después de enriquecer al alumno con los
la v~v~ncia emocional, de todos modos, desde el ángulo de la teoría correspondientes conocimientos y aptitudes.
tr.adiCwnal .,sobr~ la. conciencia, psicológicamente se seguiría defi- El_ se?tido no se ~nseña, ~e educa. La unidad de educación y
mendo la conc1enc1a como ciencia". aprendizaJe es una umdad psicológicamente concreta de formación
del sentido y los significados. Las medulosas relaciones internas
i En consecuencia, la tarea de superar esta proposición no puede
.! que ligan la educación y el aprendizaje aparecen, desde el ángulo
consistir en modificar la noción psicológica sobre la naturaleza de
del proceso de formación de la conciencia, como las relaciones del
las vivencias, que expresan la relación del sujeto con lo cognoscible; sentido y el significado.
tampoco puede consistir en establecer el nexo interno que existe
Al analizar estas relaciones, ellas se nos revelan como relacio-
entre ellos, pues lo que ha estado desunido desde el comienzo no
nes re,a~e~ de la propia actividad del hombre. Es gracias a ello que
puede ser unido luego más que de un modo externo, en tanto que su anallSls puede ser para nosotros el método para la investigación
1~, mera declaración de que están unidos, como cualquier declara-
psicológica de la conciencia.
Clan en general, en la práctica por cierto nada modifica. La ver-
dadera tarea reside aquí en comprender que la conciencia del hom-
t. 9
:1 bre refleja su vida real, su existencia. Y para ello es necesario
'1
que al examinar la conciencia se deseche resueltamente la abstrac- Al investigar lo que se denomina pensamiento operativo-con-
' ción idealista de los procesos puramente cognoscitivos, abstracción creto de los niños pequeños, tropezamos en un comienzo con la
¡ depend.encia que exist~ _entre la comprensión y el sentido que sus
,,1 actos tienen para el mno. Nos sorprendieron la diversidad de Jos
11 W. 'ames, La théorie de l'emotion. Introduction. París, 1902.
221
• t
220
datos recogido.s en Jos experimentos y la evidente fa1ta de coinci-
dencia que con frecuencia se manifestaba entre ellos y las erda- lado de la mesa, pero todo infructuosamente. La segunda niñita
deras posibilidades intelectuales del niño. Así, por ejemplo, ciertas comienza por observar . en silencio y luego ·propone a la primera:
tareas muy · simples, estructuradas sobre la base de las conocidas ''¿Por qué no pegas un salto?". La investigada no presta la menor
tareas de Kcller, algunas veces no podían ser resueltas en absoluto atención a un conseJo tan manifiestamente desafortunado, y conti-
por niños de 6 a 10 años, en tanto que para los más pequeños no núa actuando en silencio. Entonces la más pequeña le da otro con-
presentaban dificultades de ninguna especie. Ello nos obligó a en- sejo: alcanzar el objeto con el palito, y tomándolo intenta hacerlo
focar por separado el problema d~l método de investigación del ella misma. Pero la investigada le retira enseguida el palito, lo
intelecto y a hacerlo objeto de un estudio experimental espedal. coloca en su lugar, y explica · que , no es difícil alcanzar el objeto
El trabajo que siguiendo esta dirección emprendió V. I. Asnin 18 con él, que "así cualquiera puede".
mostró que lo que define el éxito en el proceso de resolver la tarea En ese momento aparece el experimentador, a quien la inves-
no es sólo el contenido objetivo, sino que en primer término depen- tigada manifiesta que no puede alcanzar el objeto de la mesa. Es
de del motivo que impulsa a l ni.í1o a actuar o, dicho de otro modo, sintomático que en esta situación se condujeran de una manera aná-
del sentido que tiene para él esa actividad suya. loga muchos investigados, a la vez que el hecho .de incorporar a la
Para esclarecer el motivo de la actividad del niño a quien se tarea un fin atrayente (un compás, etc.) que podían guardarse si lo
• 1 le propone resolver la tarea, el autor del trabajo en cuestión recu- alcanzaban no cambiaba el cuadro, sólo que confería un tinte más
1
1• rrió al método del experimento "en pareja" que se realizaba en una emocional a la conducta de los investigados.
11 1 hab:tación especial de observación por medio de una pantalla ópti- Es obvio que el verdadero motivo que impulsa a actuar al in-
,.,
•• 1
camente a·asparente desde un lado y una instalaci0n de micrófonos
que permitían al investigador asistir a la exp.e riencia como si llevara
ves.tigad~ no coincide aquí con el motivo que intenta crear para él
el mvcshgador al. prometerle, a modo de recompensar el objeto que
¡. el manto que _hace invisible, es decir, ver y escuchar a los niños debe alcanzar. Aunque el investigado acepta esa condición, lo que
sin ser visto ni oído por ellos. El experimento "en pareja" consistla en verdad lo impulsa es otro motivo, el de mostrar su habilidad su
1: en que, en el momento necesario se hacía entrar a la habitación a ingenio, etc. Debido a eso la tarea que se le plantea es revalor~da
otro niño que, con sus comentarios sobre los actos del .investigado, y la solución que objetivamente es la mejor y la más sencilla, carece
! lo obligaba a manifestar el motivo real de aquéllos. de sentido para él ("así cualquiera puede").
Veamos uno de los hechos más simples obtenidos en esas expe- A pesar de toda su sencillez, este caso plantea algunos proble-
¡1
riencias. La investigada -una niñita de edad escolar- n<? resuelve mas esenciales que se presentan en el análisis psicológico de cual-
una ta1·ea muy simple que se le plantea: alcanzar un objeto colocado quier actividad intelectual conciente.
en el centro de la mesa, a tal distancia de los bordes rodeados por Se trata ante todo de un problema de principios muy importan-
una baranda no muy alta que hacía imposible alcanzarlo directamen- te: estamos en tales casos ante una falta de concordancia entre la
te con la mano; había que recurrir a un palito colocdo allí mismo. tarea objetiva y sU comprensión por el investigado o ante la particu-
Entra en la habitación otra niñita de cinco años. El experi- laridad del sentido que tiene para él. El problema no existe aquí
mentador se retira, después de recordar una vez más a la investigada para la psicología tradicional; su explicación reside, por supuesto,
que debe intentar alcanzar de algún modo el objeto colocado sobre en la. primera hipótesis, que apela a la comprensión de la tarea por
la mesa. La niüa insiste en sus intentos, pasando de uno a otro el sujeto, ql.t~ es, en apariencia, lo que determina para él su sentido.
Sin embargo, esta explicación es errónea.
Para mostrarlo es suficiente cambiar un poco las condiciones
IB Véase V. l. Asnin, "A propósito de las condiciones de confiabilidad del experim~nto, o sea que sin rebajar la significación objetiva que
en la investigación psicológica del intelecto". Tesis de los informes de una
sesión científica del Instituto Pedagógico de Járkov, 1938; del mismo autor, para la co?c1e~cia del investigado tiene el objeto que debe alcanzar,
"Sobre las condiciones de confiabilidad en el experimento psicológico". Apuntes se le exph.ca sn~plemente que puede actuar con el palito. Lógica-
cientificos del Instituto Pedagógico de Járkov, 1941, pág. 125. mente, el mvestlgado procede en este caso siguiendo las instruccio-
nes, pero trata de rehuir el premio convenido. Esto se expresa en
222
29.1
que procura rechazarlo o lo acepta de mala gana, luego '1o olvida" método que resulta adecuado para la solución de la tarea. Para
sobre la mesa del laboratorio, etc. Este fenómeno suele manifestarse que este problema se manifieste con mayor contenido es necesario
con extrema intensidad: para que eso ocurriera fue suficiente dife- hacer más compleja la situación. Por eso sólo las investigacione~
renciar bien la tarea y el resultado, es decir, hacer, por ejemplo, más especiales posteriores, dedicadas al dominio de los significados, per-
importante el fin-recompensa sin complicar la tarea. En tales con- mitieron esclárecer más en detalle la dependencia real que aquí
diciones se puede crear en el niño (¿sólo en el niño?) una auténtica existe, por ejemplo, se logró mostrar que sólo a condición de que
•1
emoc10n. aparezcan motivos estrictamente cognoscitivos es posible llegar al
¿,Qué prueban estos hechos y otros similares? ¿De qué modo se dominio verdadero, y no sólo fórmal, de las operaciones del pensa-
crea en el niño la necesidad interior de justificar su derecho a recibir miento teórico. En caso contrario, estas operaciones, así como los
el premio con esfu erzos que podría fácilmente evitár? H a y algo que conocimientos teóricos con los cuales está vinculada su formación,
es muy evidente: no se trata aquí de co mprender la tarea, y ni si- iliguen siendo asimiladas de un rruxlo formal, contrariamente a lo
quiera d e comprender la situación en su conjunto. Una persona que parece surgir de la habitual concepción simplista del forma-
que no fu era psicóloga dirfa con toda sencillez: no es un problema lismo en la enseñanza 19 •
de inteligencia, sino de conciencia moral Y seguramen te con ello
En este artículo no nos ocuparemos del problema del intelecto.
amargaría al psicólogo científico, porque la psicología tradicional
.Este es un problema especial. Para nuestros fines es suficiente for-
nada tiene que hacer con categorías como la conciencia moral; la
mular una tesis psicológica general vinculada con la dependencia
psicología tradicional no maneja e n general conceptos en los cuales
que hemos examinado: el nacimiento de nuevos motivos que forman
pueden ser psicológicamente explicadas las categorías éticas (lo que,
nuevos sentidos descubre nuevas posibilidades también en la esfera
dicho sea de paso, ¡no le impide aspirar al esclarecimiento psicológico
del intelecto. Esta tesis está bien expresada en las siguientes pala-
de los p roblemas de la educación!) .
bras de L. Feuerbach: "Aquel1o para lo cual está abierto el corazón,
Toda la dificultad que estos sencillos hechos encierran para el
análisis psicológico tradicional consiste en que caracterizan la con- no puede ser un secreto para la razón".
ciencia del niño, no desde el ángulo de sus "funciones", y que no
están determinados por los significados que tienen para él el fin, las 10
condiciones de la acción, las éxigencias del experimentador, etc. Desde su ángulo psicológico, el problema de lo conciente en
Sin embargo, pueden ser explicados por sus emociones. La clave el estudio se ha planteado para nosotros como el del sentido que
para su comprensión reside en las particularidades que presentan los adquieren para el niño los conocimientos que va asimilando. Por
motivos de la actividad, en la esfera de los motivos: los determina consiguiente, en qué se convierten esos conocimientos para el niño
el sentido que tiene para el niño esa tarea, esa situación. y cómo éste los v.a asimilando debe ser determinado por los motivos
En psicología la imposibilidad de reducir el sentido al signifi- concretos que lo impulsan a estudiar. No es difícil comprender que
cado es tan indiscutible como la irreductibilidad de las categorías eso es verdaderamente así.
éticas a categorías aritméticas. En psicología tal reducción cons-
tituye la base teórica del intelectualismo; en ética es la base de la Supongamos que el niño estudia la lección de historia porque
"moralidad fundada en la aritmética" ( Herzcn) que "inventaron hasta que no termine de preparar sus tareas no lo dejarán ir al cine;
para sí los burgueses". supongamos ahora que no lo hace por eso, sino porque quiere
El segundo problema general q ue plan tea ~1 análisis de los obtener la nota más alta; supongamos además que el contenido del
hechos citados a la investigación psicológica de la conciencia se manual lo atrae; por último, supongamos que ve en el estudio de la
refi ere a la dependencia q ue existe entre los procesos intelectuales historia el camino para su futura profesión, y ello lo hace esforzarse
y la motivación de la actividad. Sin embargo, ambos p roblemas
aparecen en los hechos citados todavía en su forma más simplificada
19 Véase L. l. Bozhóvich, "La naturaleza psicológica del formalismo de
y bu rda , como el problema de ll! aplicación o no aplicación del los conocimientos escolares". Pedagogía Soviética, 1945, núm. 9.
224
en ésa materia. ¿.Serán iguales los resultados del estudio en todos Para ver estas relaciones fue necesario encontrar e investigar
estos casos? Es evidente que no. Las difereílcias se centrarán no los modos de dirigir los intereses y, además, en condiciones en que
sólo en el éxito que se logra en la asimilación, sino también en su se manifestaran con la máxima libertad posible. El trabajo con niños
grado de concíencía, es decir, en qué significarán ,para ~1 ni!m los en los establecimientos extraescolares llena totalmente estos rC(}UÍ-
conocimientos que ha asimilado, qué lugar ocuparan en m v1da de sitos. En dos amplias investigaciones colectivas de tipo experimen-
su personalidad, qué sentido adquirirán para él. tal que llevamos a cabo -una en el Palacio de Pioneros de Járkov
Empecemos por examinar el primer problema, que es el ~ás (1933-1934) y la otra en el Parque de Cultura y Descanso Gorki, de
sencíllo, el de la dependencia entre el éxito del e:~tudio y el sent1do Moscú ( 1935) ~ nos plantearnos el siguiente objetivo: partiendo del
que tiene para el niño lo que estudia. análisis teórico de la estructura de la actividad, efectm.r la dirección
Por lo común este problema se plantea como el del papel que práctica de la orientación de los niños hacia unos u otros fines en
desempeña el interés en el estudio. Cuanto más interesante es para los cuales es donde objetivamente se expresa el interés.
el niño el material de estudio, más fácil le resulta asimilarlo y tam- Ante todo tuvimos oportunidad de convencernos una vez más
bién memorizarlo. Por lo tanto, el problema del interés, corno el de lo que ya fuera demostrado experimentalmente por Symonds y
de la atención, están entre los problemas psicológicos más impor- Chase 21 en cuanto a que la sola conciencia de la importancia ob-
t;.¡ntes para la práctica pedagógica. Pero lo mismo que el problema jetiva de un tema no basta para provocar el interés por él (en la
.,,.,'
1( ,
1
de la atención el del interés requiere un análisis posterior, dado
que, igual que la atención, no es más que un fenómeno cuya esenci,a
interpretación psicológica de este término) y que, por el contrario,
! se crea fácilmente el interés modificando la estructura de la activi-
: y fundamento todavía deben ser hallados. La tarea se plantea aSI: dad, en particular modificando su motivo.
1: l si el éxito depende del interés, ¿qué determina en este caso el propio
1' Exponemos algunos hechos de estas investigaciones.
interés?
Una deficiencia reconocida de la labor del círculo de aeromo-
A menudo se vinculan los intereses con las emociones, con las delismo en el Palacio de Pioneros era que sus pal"licipantes más
necesidades; a veces tratan de encontrar la dependencia entre los jóvenes, aunque trabajaban con grau entusiasmo en la preparación
intereses y el pensamiento, pero lo más común es que se contenten de modelos de aviones, no manifestaban suficiente interés por los
con criticar teorías "unilaterales", sin dar, empero, ninguna solución dalas teóri•:os irnpresci11dibles para construirlos a conciencia. Re-
positiva al problema ao. Por eso es natural que también la pedagogía sultó, en efecto, que, aunque cumplían con gusto y habilidad la
del interés esté limitada por consejos insuficientemente analizados, metkulosa labor de curvar las costillas, ele., los grupos de acromo-
cuyo acierto lo demuestra con facilidad la práctica de los expertos delist.as priudpiantcs se iuteresaban muy poco por Ia teoría del
en el quehacer pedagógico, pero que son muy difíciles de trasmitir vuel ); muchos no pudieron responder correctamente a la pregunta
a otros para que los utilicen. Esta circunstancia es demasiado co- de _;~or qué el avión se sostiene en el aire, qué son la "resistencia
nocida como para que sea necesario ilustrarla con ejemplos. La frontal" y el "ángulo de ataque", por qué un modelo de avión puede
cuestión radica aquí en que quedan sin descubrir las relaciones caer antes de que cese el funcionamiento de su motor, etc. Ningún
que existen dentro de la actividad del niño, que están implícitas tipo de propaganda argumentando la necesidad de comprender el
en el fenómeno del interés y que son las únicas que realmente aspecto teórico del asunto tuvo éxito, e incluso cuando Ieian líbros
se pueden dirigir. de divulgación sobre el tema, los niños reparaban casi exclusiva-
mente en los datos técnicos de carácter práctico.
La tarea consistía en d espertar en los jóvenes pioneros un in-
20 Es significativo que S. A. Ananin llegue a la conclusión, en su conoci-
do trabajo, de que el "estado de interés como tal no existe en absoluto" ( véáse terés activo por los principios físicos del vuelo. Después de algunos
su libro El interés en el estudio según la psicología y lü pedagogía modernas.
Moscú, 1915). Por consiguiente, también en este aspecto el problema del interés
comparte la ruerre del ptoblema de la atencióó que, o se convierte en el principio · .Bl P. Symonds and D. Chase, "Practice versus Motivation". ]ourn. of
expücath·o fundat:nental ó se lo niega en fonné. terni1nante. Educ. Research, 19~9, núm. l.

226
ensayo~, el trabajo del grupo experimental fue reestructurado de Ia Igualmente claros fueron los datos que recogió G. L. Rozengart
siguiente manera. En lugar de la tarea ordinaria de confeccionar en la Casa del Joven Técnico del Parque, a raíz de un experimento
el modelo lo mejor posible, se planteó a los niños otra tarea: "cu- que realizó con muchos centenares de niños que concurrían al lugar.
brir" lo antes posible con el modelo construido una distancia deter- La tarea era doble: retener más tiempo el interés en la serie "Mag-
minada en línea recta. Todos construían modelos (una parte de las netismo" en el laboratorio electromecánico, y hacer que se interesaran
piezas se entregaban prefabricadas, lo que ahorraba tiempo para las por los carteles en los que se proporcionaban las explicaciones teó.-
otras) y luego, en días prefijados, se concedía a todos la misma ricas que, por lo general, los niños no leían en absoluto. Los resul-
posibilidad de hacer lanzamientos de prueba, cuyos resultados se tados cuantitativos fueron los siguientes. Hasta la reconstrucción
registraban sucesivamente en un pizarrón. De este modo, una vez del t.ipo de trabajo, el número de niños cuya atención se fijaba en
que se habían reunido los modelos, se organizaba el primer lanza- los objetos de la serie menos de 3 minutos llegaba aproximadamente
miento, en el que, por cierto, los diversos jóvenes constructores ob- al 60 por ciento· el 30 por ciento la fijaba de 3 a 5 minutos, y el 10
tenían diferentes resultados, lo que se podía juzgar por la distancia por ciento más de cinco minutos; con posterioridad a la reconstruc-
que había recorrido el modelo. Más tarde, después de cierto intervalo ción (pero sin modificar los elementos) el número de niños cuya
que se concedía para corregir y perfeccionar los modelos, se repetía atención se fijó en la serie menos de 3 minutos fue de cero por
varias veces el lanzamiento, y los resultados se sumaban a los pri- ciento; de 5 por ciento los que la fijaron -de 3 a cinco minutos; 15
meros, hasta que algún modelo no "cubriera" la distancia total por ciento, los de 5 a 10 minutos; 50 por ciento los de 10 a 20 mi-
prefijada.
nutos, y 30 por ciento los de más de 20 minutos. Es notable qu~_en­
Es muy comprensible que esta reestructuración experimental tonces junto a los carteles ya se reunían verdaderos grupos de nmos.
de la actividad del grupo creara un enorme cambio en los intereses. Estos datos son muy convincentes, porque con las condiciones
Se sobrentiende que los niños encaraban la nueva tarea con el mismo que se crearon para el trabajo, quedó totalmente excluido el papel
gusto que la anterior; sin embargo, a diferencia de ésta, la segunda, de cualquier tipo d e factores adicionales; los niños entraban y sa-
como e~timuladora de la actividad (es decir, como nwtivo) llevaba lían con la misma libertad al pabellón en donde nada podía rete-
implícita la necesidad de plantearse fines que objetivamente eran nerlos, salvo el interés por las series expuestas. Esto es lo que explica
ya teóricos, cognoscitivos. ¿Por qué 1 modelo sube haciendo una un número tan grande ( 60 por ciento) de visitas breves (con una
bmsca vertical y luego cae en picada. sjn habúr volado siquiera dos estadía de menos de 3 minutos) de los niños al laboratorio antes
l metros? ¿Qué se d ebe modificar en él para el próximo lanzamiento? de la reconstrucción experimental; por otro lado, resulta tanto más
Había que reso1ver el problema. Lo que sucedía era que el ángulo elocuente el marcado aumento de los índices temporales que se logró
1 de ataque debía ser menor. El instructor dibujaba en el pizarrón con la reconstrucción.
11 El balance teórico de estas investigaciones es tan claro como
vectores hacia adelante, hacia arriba, hacia abajo: algunos se alar-
gaban, otros se reducían; era evidente que en esas condiciones el sus resultados prácticos. Al surgir el motivo, éste crea la disposición ,
avión caeda sjn remedio. Esto es muy interesante. ' y luego, cuando a la acción: esto es comprensible. Empero, un tipo determinado de
la mano del joven constructor arqueaba un plano en el xnodelo, tenia motivos, como por ejemplo, los cognoscitivos, presupone sistemas
presente en su mente la correlación de esos vectores. muy complejos de muchas acciones y, por lo tanto, la búsqued~ '!
comprensión de muchos fines qu.e, por supuesto, no se dan antlCJ-
En los materiales de la investigación realizada en la ciudad padamente. Por eso, la orientación general que es cre.ada QOr este
infantil del Parque se ve muy claramente qué notorio es el efecto tipo de motivos es bastante más amplia que la orierrtación de una
que se logra al crear intereses modificando la estructura de la acti- acción, de un fin tomado en forma aislada. Este amplio conjunto
vidad. O>mo resultado de un cambio análogo al citado, en la labor de orientaciones es justamente el círculo de un interés dado. Por
del laboratorio de aviación se recogieron los siguientes datos: el consiguiente, hacer que algo sea interesante significa: 1) hacer que
promedio de niños que se incorporaron a diario al trabajo (durante un motivo dado sea actuante o volver a crearlo, y 2) hacer que se
un lapso promedio de 12 días) aumentó de 6,6 a 40,7. busquen también los fines correspondientes. Dicho de otro modo,
228 229
tria, etc.; que estudiar es un deber del niño. Esto es así sin duda
para despertar el interés lo que se requiere no es señalar el fin y alguna, categóricamente.
Juego procurar justificar motivacionalmente la acción orientada ha- Empero, tal exigencia de ser concicnte es todavía abstracta.
cia rsc fin, sino, por el contrario, crear el motivo, y luego brindar
Es abstracta porque reduce todo el problema a que el niño
la posibilidad de cncont{ar el fin (por lo general, todo un sistema de comprenda, sepa, para qué tiene que estudiar. Pero, en realidad, .la
fines intermcrlios y "de rodeo") en uno u otro contenido o hjctivo. comprensión de esto es sólo una premis<J, una condición del carác-
De este modo, la actividad que genera interés es una activid<Jd en ter concientc. del estudio.
la que el lugar de las acciones que la consuman directamente lo ¿Es posible explicar al niño por qué hay que estudiar? Claro
ocupa sólo la esfera más o menos delimitada de esas acciones. que sí. Y esto puede y debe hacerse de una manr~ra suficientemente
Un tema de rstudio interesante es precisamente aquel que se explícita, suficientemente minuciosa. Basta el escolar más peque:üo
ha convertido en "esfera oc los fines" del estudiante en virtnd de es capa:t de comprenderlo, es capaz de hablar de eso en forma clara
algún motivo impulsor. Debido a ello, el lugar estructural de fin y convincente.
en la actividad de aprendizaje del que estudia lo ocupa justamente Sin embargo, la cuestión es que lo que caracteriza el carácter
el contenido esencial de ese objeto; por lo tanto, l::t cognición de conciente, la conciencia como actitud, no es la comprensión ni el
éste se hace verdaderamente asimilable para el que estudia, y se cmwcimiento del significado de lo que se estudia, sino el sentido
memoriza con facilidad (P. l. Zínchcnko). que eso adquiere para el niño. La no diferenciación de una y otra
· Pero es verdad que un tema de estudio puede interesar al cosa, la confusión de ambas, resulta no sólo falsa en el aspecto psi-
alumno de diferente manera. Un contenido algo distinto del tema cológico, sino que en la práctica engendra el formalismo "intelcc-
puede ser para él lo esencial, el objeto de conciencia actual, y eso tualista".
depende del motivo que comunica sentido al estudio ele ese tema. Los alumnos de primero y segundo grado saben para qué estu-
Por esta razón la investigación de los intereses no puede limitarse dian, en general saben para qué hay que estudiar. ¿Pero acaso esto
a descubrir las relaciones estructura1es, formales, de la actividad, y los obliga verdaderamente a escuchar con atención al maestro y a
exige inevitablemente que se penetre en la esfera motivacional que cumplir con celo sus tareas en el hogar? No, no es así. Lo que
determina los intereses de un modo cualitativo, desde su ángulo in- verdaderamente los impulsa a estudiar son otros motivos: es posi-
terno, de sentido. ble que deseen aprender a leer, escribir y contar; tal vez quieren
1 obtener la nota más alta; tal vez quieren conservar su prestigio en
!1 11 la familia, en la clase, ante el maestro.
l· ¿Qué es, pues, lo que determina el sentido que tiene para el
Por lo tanto, todo nos lleva a la misma idea, que es muy senci- niño lo que estudia, lo que sabe sobre la necesidad de estudiar o
lla: la de la dependencia entre los contenidos cognoscitivos de la los verdaderos motivos de su estudio? De acuerdo con nuestra tesis
conciencia y la actitud hacia lo cognoscible. Es esta una vieja idea, general, la relación del objeto directo de la acción con el motivo
que podríamos calificar de clásica, para la pedagogía. Y se sobren- de la actividad en la cual está inserto es precisamente lo que lla-
tiende que la tarea de la psicología no consiste en "fundamentarla", wamos sentido. Quiere decir que el sentido que para el niño ad-
sino en dilucidarla desde el ángulo psicológico concreto. qt.iere el objeto de sus actos de aprendizaje, el objeto de su estudio,
Lo que ya se ha encontrado nos permite encarar de un modo lo determinan los motivos de su actiVidad de estudio. Es este sentido
distinto esa idea en uno de sus puntos más importantes, el de las el que distingue el carácter conciente de la asimilaci6n de los cono-
vías para la formación de lo conciente, de la conciencia como actitud. cimientos. Quiere decir que no basta que el niño asimile el signifi-
La exigencia que emana del principio del aprendizaje conciente cado del tema dado, sea teQrico o práctico: es preciso que se con-
entraña la exigencia de que el niño comprenda claramente por qué, duzca como corresponde con respecto a lo que estudia, es preciso
para qu.é, .tiene que estudiar. Es preciso que el niño comprenda educar en él l11 ~ctitud req1,1erida. Sólo así los conocimientos que
que debe estudiar a fin de llegar a ser un miembro valioso para la va adquiriendo serán para él conocimientos vivos, llegarán a ser
sociedad, un constructor digno de ésta, un defensor de su pa-
231
230
- ··-· ·-·---"··---- - - -

auténticos "órganos de su individualidad" y, a su vez, definirán su minar la ciencia) lo que tiene una importancia decisiva es qué lugar
actitud hacia el mundo. ocupa el conocimiento en la vida del hombre, si es para él parte
Si tomamos el problema de lo concicnte en su fonna más gene- de su auténtica vida o sólo una condición externa de ésta, impuesta
ral, no hay que plantearlo, por ejemplo, del siguiente modo: ¿es el desde afuera. 'La ciencia -escribió Herzen- hay que vivirla para
niño capaz de comprender qué es la patria?, sino al n~odo d~ Do- no asimilarla formalmente" 2(; también en el estudio, para no asimi-
broliúbov: ¿puede el niño internalizar la patria? La diferencia ex- lar fonnalmentc el material, se requiere no "cumplir" con el estudio,
terior de las palabras entraña aquí una diferencia interna de con; sino vivirlo, es necesario que el estudio se haga parte de la vida,
ciencia. Internalizar no es lo mismo que comprender. Porque, ¿que que tenga para el alumno un sentido vital.
es comprender, y en base a qué se juzga comúnmente l_a compren- E~to es así incluso en el aprendizaje de los hábitos, de los há-
sión? Sobre la base de la aptitud del alumno de exphcar, relatar bitos motores comunes. Ni siquiera los métodos de la lucha con
o escribir una composición s_obre un tema dado. Pero esa aptitud bayonetas pueden dominarse como es debido si no se tiene hacia
no es todavía una prueba de que lo que el alumno relata se ha eso una actitud interna como motivo, y todo parece una simple
hecho para él internamente suyo, se "ha identificado" con su per- técnica de "heridas profundas" y "heridas leves", de "golpes hacia
sonalidad. arriba" y ..golpes ·h acia abajo". Incluso en este caso es útil la vieja
Por eso Makarenko exigía con toda razón no contentarse con y . clásica orden de "¡Enojarse!'' que desde tiempos remotos exigían
las palabras sin verificar qué llevan implícito. "Un, escola~ ,dice 9-ue los comandantes al soldado raso.
los guardias fronterizos deben ser valientes, y 9-ue el tamb1en _q_mere La concesión intelectualista de lo conciente no sólo es abstracta,
ser valiente, y considera que hay que ser vahente. ¿Ha verificado sino -como ya lo hemos dicho- también profundamente metafísica,
usted si ese niño es valiente o cobarde?" 22 • ya que carece de la idea de desarrollo.
He utilizado a modo de ilustración el problema de qué pueden
llegar a ser para el niño conceptos tales como patria y valor. Pero No crea ninguna perspectiva, no plantea con respecto a lo con-
este problema está vinculado má_s bien con el ám_b~t?, de la educ~­ ciente ningún sistema de tareas concretamente educativas y conse-
ción; ¿quizá, aplicado a la ensenanza, a la adqms1c10n de conoci- cuentes; en el fondo, las exigencias que emanan de esa concepción
mientos (por ejemplo, de matemáticas, de física) el p~oblema del Son las mismas si se trata de alumnos de primero o de décimo gra-
sentido en general no se plantea, y haya que hablar solo sobr~ el do. Pero lo cierto es que el niño puede estudiar a conciencia en el
conocimiento sobre el dominio de significados? Esta es una tdea primer grado, puede seguir siendo un alumno muy candente tam-
profundamen'te equivocada. Tanto en matemática como en física bién en los grados superiores y, por último llegar a ser un estudiante
se pueden asimilar los conocimientos de modo tal que estén muertos igualmente conciente en los cursos universitarios; y, de todos modos,
y permanezcan muertos hasta que tal vez la propia vida los resu- el carácter conciente de su estudio será diferente en todos esos ni-
cite, siempre que, por supuesto, al llegar ese momento, no se hayan veles. Esto es evidente. Por lo tanto, también las tareas concretas
borrado del todo de la memoria del alwnno. En efecto, un alumno de educar la actitud conciente hacia el estudio, hacia lo que se
de séptimo grado ¡admitió que no se le había presentado ni una aprende, difieren en los distintos niveles del desarrollo, con respecto
sola vez la "ocasión excepcional" que le permitieran utilizar los a los niños 'd e cada edad. Brindar a la educación la perspectiva de
conocimientos de física que había adquiridol 23 • tener un carácter conciente es descubrir esas tareas. Y esto requiere
1 que estén expresadas en los términos del desarrollo y no en los del
Por cierto que también para dominar los temas de estudio (así
'1'
., como para dominar cualquier conocimiento en general y para do- resultado final. Hoy sabemos que esas tareas se deben plantear
como tareas del desarrollo, de la educación de los motivos del estu-
dio. Sabemos también algo más: los motivos se van formando en la
12 Apunte.t clentífico.t del Imtltuto Pedag6gico de ]árkoo.. 1941, t. VI,
pé.g. 5.
2:3 Véase L. l. Bozh6vich, "Acerca de la fndole psicológica del formalismo 1K A. l. Herzen, Obr01 e1cogldtu {en trefnta tomos). Moscú, 1954, t. III,
de los conocimientos escolares". Pedagogía Soclética, 1945, núm. 9. pág. 68.

232
vida real del niño; la unidad de la esfera motivacional de la perso-
nalidad concuerda con la unidad de la vida, por ello los motivos
no pueden desaiTollarse signiendo líneas aisladas, no vinculadas en·
trc sí. Por consiguiente, de lo qnc se trata es de que las tareas de
educar los motivos del estudio estén ligadas con el desarrollo de
la vida, con el desarrollo del contenido de las vHdaderas relaciones
vitales del nifio; sólo ton esta condición los objetivos planteados
serán suficientemente concretos y, lo que es fundamental, reales.
,,. El aprendiw,je, los conocimientos que se adquieren, educan, y
1'
,o esto no se debe subestimar. Pero para que los conocimientos etlu-
quen es preciso educar la actitud hacia los conocimientos. Esa es INDICE
la esencia del carácter conciente del estudio.
Grigori Vinski, un hombre ruso del siglo XVIII, que se destacó
por su sagacidad psicológica y pasó muchos años de su drsafortu-
nada vida ejerciendo la profesión de maestro en casas pa1 tlculares,
observó con amargura que en la Rusia de su época "la enseñanm
se toma casi en todas partes por educación". Y más adelante, dijo:
"Vosotros, padres, madres y todos aquellos de quienes dependen
los niños, haced una meticulosísima búsqueda de las diferencias
entre la eJuca.ción y la enseñanza; ocupaos de que vuestros hijos sean
ed1,wados primero y luego enseñados". Y, por último, Gon la auténtica
sagacidad ql.le le era propia, escribió: "La educación es sólo un
atributo distintivo del hombre; en cambio, la enseñanza. no es del
todo ajena a otros seres" u.
;, t 1 Estas palabras encierran un pensamiento muy importante y muy
...!!¡ profll:lldo .
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25 G. S. Vinski, Mi época. Apuntes. San Petersburgo, 1914, págs. 9 y 18-19.

234
PROLOGO DEL AUTOR . . . . . . .. . .. .. . . .. .. . . .. . .. .. .. .. . 7

Capítulo I. -LA CIENCIA PSICOLOGICA . . . . . . . . . . . . . . . . . 18


l. Sobre los fundamentos generales de la psicología . . . . . 18
2. Teoría de la conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3. Psicología de los procesos cognoscitivos . . . . . . . . . . . . . 29

Capítulo 11. - EL REFLEJO PSIQUICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41


l. Niveles de la investigación del reflejo . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2. El carácter activo del reilejo psíquico . . . . . . . . . . . . . . . 47

Capítulo III. -EL PROBLEMA DE LA ACTIVIDAD EN


PSICOLOGIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
l. Dos enfoques en psicología: dos esquemas de análisis . . 60
2. Sobre la categoría de actividad objetivada . . . . . . . . . . . . 66
3. La actividad objetivada y la psicología . . . . . . . . . . . . . . 72
4. Correlación entre la actividad exterior y la interna . . . 75
5. Estructma general de la actividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

Capítulo IV. -ACTIVIDAD Y CONCIENCIA . . . . . . . . . . . . . . 98


l. Génesis de la conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
2. Trama sensorial de la conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
3. El sigruficado corno problema de la psicología de la
conciencia .............. .. ... .. ... .. .. . . . .. . . .. . . . . 110
,t
·= 4. El sentido personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
d,
1
11··
Capítulo V. -ACTIVIDAD Y PERSONALIDAD . . . . . . . . . . . . 125
l. La personalírlad como nbjcto de la invcstígaciún psi-
cológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
2. Individuo y personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
3. :..,a actividad como fundamento de la personalidad . . . . 142
4. ~vlotivos, emociones y personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
5. Formación de la personalidad . ..... .. . . ..... . ...... . 161

Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
Apéndice.- PROBLEMAS PSICOLOGICOS DEL CARACTEH
CONCIENTE DEL ESTUDIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

1
1
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1,
:¡ Esta primera edición se terminó de imprimir
ij en los talleres de Razo Hnos ., 1mpresores,
; calle Aldama 81, Local 11, México 3, D. F.,
' el día 15 de abril de 1984.
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