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CREACIÓN E INVESTIGACIÓN Tutorías PDF
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Introducción
Este trabajo consistirá en una reflexión acerca de las maneras en las que es
posible utilizar recursos creativos para la elaboración de un proyecto de
investigación. Acotaré el tema centrándome en mi experiencia con el dibujo y sus
procesos en el desarrollo de mi investigación personal. Para ello, una parte de
este documento consistirá en el análisis del proceso que ha girado en torno a una
idea en específico manifestada con regularidad en mis dibujos.
Con el fin de darle a este documento un poco de contexto, es preciso indicar que
mi proyecto se centra en el estudio del dibujo como motivo y resultado de
imágenes que pudieran entenderse como “narrativas” debido a su contenido
visual. No será el interés de este trabajo en particular abordar los mencionados
aspectos narrativos de la imagen, ya que eso requeriría profundizar en ciertos
conceptos teóricos que abarca la investigación que salen sobrando para los fines
de este ensayo. Sin embargo, es conveniente mencionarlo para dejar en claro que
el objeto de estudio son cuestiones de dibujo, imagen y creatividad.
Por otra parte, es importante establecer que con este trabajo no pretendo
demostrar la eficiencia como recurso investigativo de la actividad artística y
posicionarla como una metodología infalible a la que se pueda recurrir de manera
cabal para abordar una investigación de cualquier índole y sobre cualquier tema.
Más bien, constituye un esfuerzo por detectar y puntualizar algunos de los
aspectos en los que la actividad creadora pueda y deba ser considerada como una
estrategia para investigar.
Henk Borgdorff (2006) hace una distinción entre investigación sobre las artes, para
las artes, y en las artes, siendo esta última la más controvertida y la de principal
interés para las cuestiones que orbitan este ensayo, ya que es la que supone una
indiferencia entre el objeto de estudio, los métodos de investigación, y el sujeto
investigador. No es muy difícil de imaginar los motivos por los cuáles esta
modalidad de la investigación genere tanta resistencia en los círculos académicos,
siendo el arte y sus procesos tan esquivos, de difícil delimitación y sistematización
aún por los mismos artistas (¡se ha hablado incluso de irracionalidad!), y siempre
variables de un sujeto a otro. Existen dudas (sobre todo en el ámbito de educación
superior) acerca de que si es conveniente que los estudiantes de un posgrado en
artes reciban becas o títulos de Maestría o Doctorado por la elaboración de
proyectos artísticos, poniendo en tela de juicio el alcance de estos para ser
considerados realmente como proyectos de investigación.
En palabras de Borgdorff,
Pienso que las cuestiones de mayor interés aquí son el tipo de conocimiento y
comprensión que podrían brindar dichas prácticas artísticas, y la metodología o
estrategias llevadas a cabo para que ese conocimiento sea generado, así como el
valor que tiene ese conocimiento desde una perspectiva académica y las maneras
en las que podría ser explotado con fines investigativos. Para Bruce Archer (1995),
“The principal purpose of pursuing an MPhil or MRes degree programme in the
Arts, as in the Sciences, is to learn the methods of research appropriate to a given
field of enquiry; to advance knowledge in a given discipline; and to qualify for
admission to a PhD degree programme.” (p. 9)1
1
“El propósito principal de perseguir un título de Maestría en un programa de artes, así como en
ciencias, es el de aprender los métodos de investigación apropiados de un campo del conocimiento
dado; avanzar en el conocimiento de una disciplina determinada; y calificar para la admisión a un
programa de doctorado” (p. 9). (la traducción es mía)
Así mismo, Archer detecta que la investigación en disciplinas correspondientes a
las artes involucra:
2
-Expresión en los medios adecuados;
-Reflexión creativa de la experiencia humana;
-Interpretación cualitativa del significado en la expresión humana;
-Juicios de valor;
-Exploración de juicios de verdad en el texto;
-Categorización de ideas, personas, cosas y eventos;
-Rastreo de la procedencia de ideas, personas, cosas y eventos. (p. 8)
(la traducción es mía)
Es importante destacar que la creatividad no atañe sólo actividad artística o a la
investigación en las artes, sino que es inherente a cualquier proceso o
metodología de investigación, sea esta correspondiente a las Ciencias Naturales,
Sociales, o Humanísticas. Es innegable que un proceso creativo estará tomando
lugar en el desarrollo de una investigación; en su ausencia, sería imposible incluso
el planteamiento de un asunto a investigar. Entonces, si se pretende justificar la
actividad artística como una metodología de investigación en sí misma, habrá que
analizar las maneras en las que la creatividad opera.
A grandes rasgos, José Antonio Marina (1993) se refiere a la creatividad como la
producción intencionada de novedades eficientes para la solución de problemas, a
la vez que habla de esta –la creatividad- como la característica esencial de la
actividad humana. Los problemas, dice Marina, “son una categoría muy universal,
de manera que se puede considerar que toda actividad creadora está resolviendo
algún tipo de problema”, incluyendo los artísticos.
Entre otras cosas, Marina propone que la creatividad es una capacidad que se
aprende y se desarrolla, y que institucionalmente es importante fomentarla. ¿Pero
qué pasa cuando el problema a tratar son los caminos de la creatividad misma? Si
tanto se ha estudiado y reflexionado desde varias disciplinas acerca de la función
de la creatividad, de su importancia en el desarrollo del individuo y de la sociedad,
o de su relevancia en la actividad humana en general, y aun así se muestra reacia
a ser del todo comprendida, tal vez sea pertinente considerar otros medios para
abordar su estudio. Si el problema es la creatividad, y la creatividad es en sí
misma una forma de dar solución a los problemas, parecería lógico que para dar
con dichas soluciones sea necesario ser creativo. Dicho esto, la siguiente cuestión
sobre la que habría que reflexionar sería entonces: ¿cómo se es creativo?
Me di cuenta que lo que intento siempre dibujar, no es una imagen como tal, sino
que correspondería más bien al recuerdo de un sentimiento, como cuando se
escucha una melodía y se recuerda algo que no se recuerda. Un sentimiento al
que realmente nunca consigo acceder, en los que tratar de dibujar lo que
“recuerdo que vi” siempre falla. Pero no es un fallo como tal, pues la imagen
resultante siempre será provocadora de otros sentimientos y otros mundos, que
estarán de alguna u otra manera habitando en la periferia de esa idea original. No
puedo sino pensar en una conocida anécdota en la que un entrevistador cuestiona
a Thomas Alva Edison sobre los casi mil intentos fallidos a la hora de realizar uno
de sus mayores inventos, a lo que él responde que no fracasó; simplemente
descubrió novecientas noventa y nueve maneras de cómo no hacer una bombilla.
Fue muy curiosa la manera en la que esa sensación volvió a aparecer, de una
manera tan espontánea y misteriosa como aquella primera vez en la servilleta. Un
día como cualquier otro, al estar probando unos rotuladores nuevos, dibujé
nuevamente los mismos motivos, pero con nuevas variantes, y ahí estaba otra vez
esa fuerza evocadora de la imagen que me provocaba una suerte de déjà vu (ver
fig. 9 y 10).
Hasta aquí, podría entenderse que los resultados y beneficios de este tipo de
investigación ocurrirían en todo caso a un nivel subjetivo y personal. Con una
metodología tan ambigua como podría serlo la propia personalidad del creador,
cuyos resultados corresponderían más a una serie de accidentes felices que a
hechos concretos que puedan resultar siempre iguales si se repite el mismo
proceso de la misma manera. Es por ello que se habla de que los artistas son
incapaces de generar conocimiento, puesto que en muchas ocasiones no existe
una metodología clara en su trabajo, y que debido a esos procesos tan inquietos ni
siquiera ellos mismos son capaces de explicar sus procedimientos claramente y
justificar sus resultados sin caer en ambigüedades. Además, cuando se intenta
hacer una investigación en arte los resultados son siempre sospechosos porque
terminan en todos los casos, en mayor o menor grado, hablando del creador
mismo. Aquí intento abogar por el artista y su rol como investigador al proponer
que el estudio en (desde) el arte es en esencia un estudio de la creatividad, que
invariablemente arrojará resultados impregnados de las qualias del creador, ya
que los mismos actos de creación constituyen en sí mismos la metodología del
estudio de la creatividad.
Sobre lo anterior, Carole Gray y Julian Malins (1993) afirman que “La noción de
tener un ´procedimiento´ o proceso de trabajo (metodología) es una parte vital de
la actividad artística, por muy caótico a anárquico que pueda parecer.” (pp. 6)
Considero que al investigar desde la creación, se abordarán siempre las
inquietudes o los temas que se pretende investigar orbitando alrededor de ellos,
siempre buscando experimentar una sensación, provocar algo en el cuerpo o en la
psique. En mi caso, me he dado cuenta que aunque haya una imagen que se
piense vista, conviene no tratar de verla. En el dibujo siempre habrá más
preguntas que respuestas: no es como un oráculo que muestre la verdad a
manera de acertijos con las soluciones ocultas en sus símbolos al que se pueda
consultar cuando nos encontremos en aprietos. Es más bien algo así como darle
vueltas y vueltas a un mismo asunto. Seguir arrojando piedras a un tejado que
nunca se llena, con la esperanza de encontrar de repente algo nuevo e
inesperado. Y para darle una vuelta más a este asunto, podría hacer mención de
un comentario que Fernando Zamora hace al respecto en Imagen y razón: Los
caminos de la creación artística:
Pero esto no es algo que ocurra solo de allá para acá. La relación entre mis
dibujos y las imágenes de mi vida cotidiana es una calle de doble sentido. Mi
cotidianidad e intereses se ven también afectados por lo que veo en mis dibujos.
Como el interés cada vez más grande por cuestiones como la gravedad, el tiempo,
lo cíclico, y las imágenes mismas, que en un principio fueron motivos que localicé
en mis dibujos, y a partir de su detección, un interés posterior hacia ellos fue
desarrollándose y manifestándose en mis maneras de actuar.
A manera de reflexión final, no me parece que esté de más mencionar que ciertos
autores defienden la actividad artística como trascendente a la actividad
académica, cuya naturaleza sistemática restringe o intenta moldear los actos
artísticos a sus reducidos parámetros, y que es el papel del artista romper con los
paradigmas al concebir al arte como un acto de resistencia a las instancias
establecidas. Toledo, por ejemplo, comenta lo siguiente al respecto:
“En un sentido amplio, tanto la creación artística y la contemplación de obras de
arte como la acción creativa en general, constituyen un paso previo a toda
posibilidad de racionalización, enunciación o acción política, ética, técnica,
arqueológica, etnográfica. La creatividad –artística, política o de cualquier otra
índole– es la base de una expresión renovadora que abre nuevas espacialidades
a la vida.” (p. 4)
Lo último que resta decir, es que es evidente que los caminos y alcances de la
creatividad aún distan mucho de ser comprendidos, y que su estudio merece
seguir siendo analizado desde cualquier área o campo del conocimiento que lo
permita.
BIBLIOGRAFÍA
Fig.1
Fig. 2
Fig.3
Fig. 4
Fig. 6
Fig 5
Fig. 7
Fig. 8
Fig. 9
Fig. 10
Universidad Nacional Autónoma de México
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Ensayo:
Creación e Investigación
Ciudad de México
22 de Noviembre del 2016