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Pinta ratones

Había una vez tres ratones blancos sobre una blanca hoja de papel.
Tan blanca era la hoja y tan blancos los ratones, que el gato no los
distinguía. Un día, mientras el gato dormía, los ratones vieron tres
frascos de pintura: uno de roja, otro de amarilla y otro de azul.
Pensaron que era pinta ratones, y de un salto se zambulleron en los
frascos. Entonces un ratón se volvió rojo, otro amarillo y otro azul.
Chorreaban pintura y formaron charcos sobre el papel. Los charcos
parecían divertidos. El ratón rojo se metió en el charco amarillo e
inició un bailecito. Sus rojas patas revolvieron el charco amarillo
hasta que… —¡Miren! —gritó. —¡Patas rojas en un charco amarillo
forman el anaranjado! El ratón amarillo brincó al charco azul.. Sus
patas mezclaron y revolvieron y revolvieron y mezclaron hasta
que… —¡Miren eso —dijeron el ratón rojo y el azul, -patas amarillas
en un charco azul forman el verde. Entonces el ratón azul saltó al
charco rojo. Chapoteó y mezcló y bailó hasta que… —¡morado! —
exclamaron todos. ¡Patas azules en un charco rojo forman el
morado! Pero la pintura de su pelaje se volvió pegajosa y tiesa. De
modo que se lavaron para recobrar su bonito y tierno color blanco.
Y, en cambio, pintaron la hoja de papel. Una parte la pintaron de
rojo, otra de amarillo y otra de azul. Combinaron rojo y amarillo
para pintar una parte de anaranjado, amarillo y azul para pintar otra
de verde, y azul y rojo para pintar otra de morado. Pero dejaron
blanca una parte para ocultarse del gato.

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