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GRACIELA BRODSKY
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1
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I. N u n c a v is to ni o íd o
9
Estas Reseñas... no se conocieron hasta bastante tiempo después de
la muerte de Lacan, porque nunca habían sido publicadas. Formaban
parte de esos papeles de archivo que hay en las instituciones. La
primera en aparecer en una caja correspondía a El Seminario 7, La ética
del psicoanálisis, mucho más larga de lo que podría esperarse de una
reseña. Incompleta, con partes manuscritas. Y es ahí donde se Inicia la
investigación del destino de los resúmenes de los otros seminarios que,
una vez hallados, constituyen las reseñas que están recopiladas en esta
publicación.
La reseña correspondiente a “El acto..." es la última escrita por Lacan.
Tiene la ventaja de ser un escrito, o sea que no tiene los vaivenes propios
del discurso hablado, sino que es lo que queda, el concentrado de su
propio seminario. Pero tiene el defecto de ser un escrito, es decir, su
lectura es notablemente más complicada que la lectura del seminario
mismo. Y también tiene la virtud de haber sido escrita un año más tarde,
cuando la perspectiva de Lacan sobre el asunto ya era un poco más
lejana. Es la segunda referencia fundamental a la cual vamos a remitimos.
Este seminario, como los otros propedéutlcos, está dividido en dos
instancias que no se superponen. Por un lado, están las reuniones como
ésta, que son colectivas y a las que he llamado, retomando una vieja
nomenclatura que utilizamos alguna vez en el Campo Freudiano, el
argumento. Me propongo desplegar en ellas el argumento del Seminario
15, tomado en su máxima extensión. Tomando un término de la
economía, podríamos decir que es una perspectiva “macro" sobre el
seminario en la cual me valdré de un método que es tratar siempre de
ubicar cuál es el problema al cual Lacan responde: para qué dice esto,
de dónde saca esto otro. Se trata de hacer el ejercido de encontrar la
lógica a la que responde el texto con esta dirección: ¿a qué problema
está respondiendo?
En los talleres, en cambio, ustedes no van a hacer un trabajo
"macro", van a hacer un trabajo “micro", en detalle. De todos los temas
que abarca el seminario se tomará uno. Por ejemplo: el acting out, la
angustia, la transferencia o el tiempo lógico, y se explorará en la máxima
profundidad, excediéndose, por cierto, del seminario mismo. Los
talleres están a cargo de los colaboradores docentes: los nombro, para
quienes no los conozcan: Marcelo Barros, Eduardo Benito, Viviana
Cammilli, Raúl Carmona. Alejandra Eldelberg, Alberto Grünfeld, Grádela
López, María Inés Meinet Pallarés, Fabián Naparstek, Alicia Pico, Alberto
Saúl y Alicia Yacoi.
Cada taller está a cargo de dos docentes, quienes han elegido un
tema de acuerdo a su interés, y yo he hecho lo mismo con respecto al
tema del seminario de este año,' que no es el mismo que el del año
pasado. Es asi que cada taller tiene un tema, un recorrido y una
bibliografía distintos. Les sugiero que sigan la misma lógica y que se
inscriban donde más Ies interese; la única limitación que hay es
espacial. La dinámica va a ser la siguiente: después de dos primeros
teóricos seguidos, la alternancia será un taller, un teórico.
Retomemos la cuestión del problema al que el Seminario 15
responde.
Hay distintas maneras de plantear un problema para encontrar su
solución. Está la manera convencional, donde tenemos los datos: 4 * 4 .
Esto no tiene mucha ciencia. Es: dado los datos, encontrar la solución. Y,
en este caso, la incógnita se escribe después del signo “igual": 4 ♦ 4 - x.
La respuesta es: x - 8. Y hemos resuelto el problema 4 ♦ 4.
La otra manera de encarar una operación es al modo de una ecuación
donde la incógnita se localiza en otro lugar. Por ejemplo: 4 ♦ x » 8. Es una
manera de plantear el problema en la cual uno tiene la solución. Se sabe,
da 8. Pero no se conoce uno de los datos que permitió llegar a ese
resultado. Las respuestas son variadas, porque la incógnita se puede
despejar como:
x« 4
x -2 2
x-V l6
Son tres maneras que requieren de trabajos totalmente distintos.
El trabajo que imponen los seminarios de Lacan es de este tipo,
porque Lacan no despliega todos los datos del problema; da la solución
pero la Incógnita -a la cual responde toda la construcción que hace- hay
que despejarla para obtener el dato que nos falta.
El resultado en este caso es el Seminario 15, "El acto...", y la pregunta
es: ¿a santo de qué? Se podría simplemente decir que se le ocurrió por
azar trabajar este tema o que se le apareció en algún sueño. Sin
embargo, preguntarse "por qué el acto" requiere ubicar el seminario,
clase a clase —
Propongo responder esta cuestión en tres direcciones, al estilo de: 4
ó 2 al cuadrado ó raíz cuadrada de 16.
11
GACELA BttOuSZY
sueños", c por qué confunde una ciuGad con otra. También se puecer.
encontrar allí veinte renglones donde Freud explica de qué manera la
peculiaridad de la lengua favorece estos errores, Indicando asilo que ha
sido siemnre el interés de Lacan: las_coordenadas de lenguaje,
simfrftliras, qnp h^y pnrnntri1r de todo acto! "
„ Pasemos a 1912. “Recuerdo, repetición y reelaboractón" es la segunda
gran entrada a la cuestión del actóen laeñseñanzá de Freudr Hay aquí un
cambio de perspectiva. Fréud no se desdice pero hay que reconocer que
_aborda el acto desde otro lugar, desde lo que se opone a la rememoración* ,%
Y es entonces cuando introduce la famosa expresión- agieren* términóV
alemán que ha sido traducido a las versiones inglesas debtrachey como . . u .
artina mit
•gains out. .Proviene riel latín aoere:
-Proviene- del agere: aacto, actuación, artlvn
rto actuación activo, actividad
actividad, •
actor, actriz.* La misma raíz da cuenta de estas distintas modalidades dei \ J
acto. - Pero cuando Freud lo trabaja en “Recuerdo, repetición y
reelaboración", no lo hace como e! acto interpretable sino como el acto.-o ^ v-
que se opone a larememorarión que desembocaría en la interpreted r,.* L».
. Ls decir, ubica en ei acto aigo que es contrario a !a lógica del inconsciente,*
puesto queel inconsciente tiene una maneraae repetirse y el acto. otra._
Lacan aborda estas dos maneras de la repetición en El Seminario fl. Les
cuatru conceptos fundamentales del psicoanálisis, cuando trata de hacer la
diferencia entre tyche y automaton.
. Estas son, entonces, las dos grandes perspectivas que tiene Freud Y \
sobre el acto: en tanto interpretable, remite a “Psicopatología de la vida
cotidiana"; en tanto lo que se opone al inconsciente, remite a "Kecuerdq í <
repetición v reclaboraclón". En las dos primeras clases del Seminario 15
Lacan empieza a desplegar todo esto muy lentamente..
— / Qué es lo que la lleva a Lacan a decir: "hunca visto, ni oído, antes
que nosotros..."?
Evidentemente, hay que orientarse y entender qué está diciendo, en
su estilo, sin dar las coordenadas.i^acan está diciendo que la práctica
l
de Freud no era una práctica acorde al acto analítico.* Y si ustedes
quieren alguna prueba de que ailrmar eSTO ntrse debt* a mi manera de
ubicar a Lacan respecto de Freud, lean la página 58 de El Seminario 11,
donde Lacan dice que ni Freud ni ninguno de sus epígonos dieron nunca i <
el valor que convenía al concepto de acto.
>
15
GñAOEiA ÜPCOSKY
19
Q u o o a Bxcostn
Pregunta inaudible.
Graciela Brodsky.
Es una pregunta muy pertinente, dónde queda ia interpretación, en
tanto la interpretación es el correlato de -as formaciones de-
inconsciente. aquello que podría darle sentido al sinsentido de las
formaciones del inconsciente y parece quedar un poco desplazada con
esta perspectiva del acto. Lo interesante es ver cómo Lacan Incluye la
interpretación en esta perspectiva, porque si no se puede producir algo
que ocurría mucho en otra época y que era muy divertido. Se decía:
"hoy le hice un acto al paciente X". Se habla puesto muy de moda. Así
como se suele decir “me hace pregunta" y cosas así. en esa época se
decía: ‘le hice un acto", k) cual quería decir “le corté la sesión, le
aumenté los honorarios, lo miré con cara rara"; en fin. como si el
registro de la interpretación fuera opuesto al registro del acto. Hay que
entender que están exactamente del mismo lado el corte, la puntuación,
la cara rara, el aumento de los honorarios y la interpretación. Así que
mucho más pertinente que decir “le hice un acto", es decir “lo
interpreté".
15 de mano de 2GC0.
II. Lo q u e falla en el sa b e r
Las cuatro primeras clases del Seminario 15 -que des embocan en^l
esquema de los triángulos, al final de la cuarta clase- están atravesadas
por un tema que, si bien no es el único, marca la dirección en la cual
avanza este seminario, al menos en sus inicios.
Hay dos perspectivas que se pueden correlacionar. La primera del \
ellas es la relación entre saber v verdad. La segunda es la correlación i -
que hage Lacan entre aclQ v ética (pues se puede articuiar~é5TéT
Seminarlo - “El acto psicoanalítico"- con El Seminario 7, La ética del £
psicoanálisis). ¿Cómo se 1un tan estas dos perspectivas? / 0
La pregunta con la que empieza esta reflexión se inscribe en las
múltiples variantes que Lacan va mencionando del acto: el acto fallido,
el acto sintomático, la pregunta sobre si el acto es la transferencia, si es
la interpretación, si se confunde con la acción, si es equivalente al
binomio pasivo-activo.
Ijw^n ^ r fi"tfTi modos en míe aparece el térmiqo
"acto" ^ n la obra de_ Freud v también en sus usos habituales. En
determinado momento hace yn desplazamiento er.tre acto v acta, que
en francés se escriben y se pronuncian exactamente igual. De ahí que
durante mucho tiempo se haya hablado del "acta" de fundación de la
Escuela Freudlana de París, y después se haya pasado a hablar del
“acto" de fundación. Nada indica que haya que llamarlo de una manera
u otra, a no ser la Interpretación que uno hace. Es una manera de volver
a decir que el sentido siempre surge a partir de la Interpretación. Y el
ejemplo que tenemos aquí es esta vacilación entre acto y acta.
Lacan usa la expresión “acta" para dar cuenta de lo que menciona
como “acta notarial”: el acta de nacimiento, el momento a partir del cual
se inscribe que algo ha nacido, pues la constatación lenorn¿nica no
. haceiaita mscnEirloTgue se diga. Y es en esta deriva de
su reflexión sobre el acto de nacimiento (recordemos que no se trata de
un escrito sino de un seminario que se va armando a medida que lo dice)
que Lacan se formula en la primera clase la gran pregunta: Este campo
23
Graciela Brodsky
26
un después, algo que era de una manera y cambia para ser de otra, y que
hubiera sido imposible formularlo sin el acto. .
Esto apunta a señalar que el Inconsciente esperó durante siglos, j
; Dónde? Es como el mármol de la estatua, hizo falta el gesto, el acto j e 1
Freüifl, para que se pudiera decir que eso que los egipcios interpretaban i
como la palabra que se transmitía en el sueño o que para \os griegos
provenía del oráculo, era el Inconsciente. Bien, de acuerdo, pero ¿quién
lo sabía? Aquí es donde Lacan, en lo que hace al estatuto mismo del
inconsciente, da el peso decisivo a lo que es el acto de Freud. ___
Una de las referencias de Lacan en la tercera clase del seminario
remite al capitulo “Saber, verdad y opinión" de El Seminario 2, donde
tacan retoma uno de los diálogos platónicos: ei Menón. Se trata de un
diálogo sobre la virtud, marcado por una pregunta: ¿es la virtud algo
que se puede enseñar? ¿De dónde viene?
Platón señala en esta pregunta la diferencia entre dos modos del
saber: por un lado, el saber formalizado, el saber de la ciencia, la
episteme: por otro lado, otra forma del saber que no es tan sensible a la
‘HrmaJlzación y que se liama la orthodoxa, la opinión verdadera.
En este debate sobre cómo ubicar la virtud, aparece el gran desafío
de interrogar a un esclavo, de quien se supone que no sabe nada: la
suposición de saber es nula. El esclavo no conoce nada de la ciencia de
la geometría en la cual se entretenían los nobles de la ciudad. La
cuestión radica en interrogarlo para ver si, a pesar de no saber (en el
sentido de estudiar, de leer, de dedicarse a la filosofía), de todos modos
hay un saber en él. Y si lo hay. ¿de dónde viene?
La pregunta que se le hace al esclavo es: dado un cuadrado, ¿cómo
se hace para obtener otro que tenga el doble de superficie? Guiado por
la intuición, el esclavo dice que hay que duplicar la longitud de sus
lados, y lo dibuja en la arena. Pero lo que resulta no es lo pedido, pues
la superficie obtenida es el doble de lo que se hubiera tenido que
obtener (Figura 1], Sócrates le muestra esto y el esclavo se da cuenta,
pero aun así, no logra avanzar en la solución.
27 '
G raciela B ro d sk y
Dice Platón que Sócrates trata entonces de que salga a la luz eso que
se supone que el esclavo sabia desde siempre. Arriba asi a la
construcción de un cuadrado que es el doble del primero con el método
de la diagonal: se toma como lado la diagonal del primer cuadrado y se
construye un segundo cuadrado en el que la longitud de cada uno de
sus lados es igual a la diagonal del cuadrado de origen [Figura 2].
Figura 2
no
Funoaxlstgí £ : acto a.'^lthco
30
otro, es cuando piensa el síntoma desde la cuestión de su sentido. Y para
responder a esta cuestión le hacen falta al menos dos significantes: uno
que dé sentido al otro. En cambio, cuando piensa el síntoma como sin
sentido. lo piensa como un significante, y un significante, y un significante,
nada distingue a uno del otro en esta cadena de lo mismo. Si se pasa de la
perspectiva del síntoma a la del acto, apelar al recurso d d inconsciente
como cadena formal no es lo mejor. J.-A. Miller apuntaba a esto cuando en
su última estadía en Buenos Aires habió del
inconsciente-suieto. Porque cuando estamos en la perspectiva del acto,
mis' bien volvemos a lo quesón los inicios en la enseñanza de latean.
donde se p»fierp snhre tyKr<^srianfft£úüii¿¿ulgtq o como verdad.
iiiüchomÁsqug al lnconscieñte“como saber.
' En realidad, desde una perspectiva global de la qiseflanza de Lac
se obtiene una cierta decadencia del Inconsciente como verdad y una
promoción del inconsciente como saber, y eso obedece sencillamente a
que Lacan dedica los últimos años de su a\ fftnrfio riel'
síntoma. Pero si ahora queremos volver a otra perspectiva del
Inconsciente -como destóio. como ¡o que emerge-, se entiende que no_
hay nada más antagónico con la estructura del acto que la repetición, al
punto tal que se puede hacer todo un ordenamiento de la enseñanza de
Lacan poniendo en una columna tcxlo lo oue queda del lado del acto v
eiToFra, lo que pueda del lado de la repetición. El cuadrángulo que se j
inaugura en la quinta clase del Seminario 15 va en esa dirección.
Si el síntoma tiene el modo lógico d ñ ¡o eme no cesa, el acto tiene el
modo lógico de lo oue cesa, de lo que “cesa de no escribirse4: es decir.
d¿pen üe abso Iutam ente" de la contingencia, nada ¡o hace necesario, 0
nada k? toma imposible.
Si el síntoma es del orden de lo que se repite, el acto es del orden de
Ip due se hace una sola vez"~
se Sospechá si verdádéraméhte lo son. El solo hecho de que el acto
entre en la repetición lo asemeja más al síntoma. Una cosa es fundar y
otra cosa es pasársela fundando. Una cosa es casarse y otra es
pasársela casándose. Hay algo que parece indicar que el acto déla de ser
acto cuando se repite. Es así como no contamos todas las Infinitas veces
que el Rubicon fue atravesado, contamos esa vez, la que marca un antes
y un después. Cuando entra en la repetición, su carácter de ~acto ~se
desvanece. Es lo oueTó llevaba a Freud a decir que en la interpretación
“el león salta una sola vez". Una vez es sorpresa pero a la quinta vez que
interpretamos lo mismo, ya se sabía: cuando se corta la sesión
imprevistamente, ¡qué sorpresa!, pero cuando siempre se corta la sesión
CXAOSIA BfiGDSXY
32
Fusüaml'sTOS El acto avalmeo
muchos pertrechos) sino algo que e*s del orden de la decisión, que
supone una cierta osacíia -aun cuando sea un esfuerzo físico reducido-,
que supone un clerto_soraje> que inaugura un antes y después, v que
escribe la historia que no estaba escrita antes de ese momento.
Se vislumbra entonces, por qué está en juego el concepto de
retroacción. Se puede pensarlo desde la clínica, tomar en cuenta el
momento en que algo irrumpe, el desencadenamiento de la fobia de
Juanito, por ejemplo. El pasado de esta fobia se escribe en el momento
en que se desencadena, no estaba antes. Lo que estaba antes era la vida
de Juanito. Pero la historia se escribe en el momento en que la fobia se
desencadenó, y no antes. Lo que está en juego aquí es el concepto de
retroacción del grafo de “Subversión del sujeto...’.
Si el síntoma nos inclina a concehir al inrr>n*ri«>ntP rr»mr> una
cadena, como articulación significante o como enjambre de
significantes, el acto^q carpblo. nos conduce a Interrogar lo que falla en
esa .cadena. Es decir"bolamente hav acto donde ¿ cadena significante,
falla. Mientras la cadena signi^ H p ^ ^ lo. míe hav es la
repetición. Por^eso^el^acto tiene más afinidad con todo lo que lacan ha
teorizado, a lo largo de su enseñanza, en relación a ja verdad. Vale la
pena recordar que cuando dice que el síntoma es el retomo de la verdad
en Ja falla del saber, está hablando de su aspecto disruptivo, del síntoma
en tanto aparece como pelo en la sopa, tal como aparece la fobia en 1
vida de Juanito.
¿Cómo formula Lacan esta cuestión en las cuatro primeras clases del
Seminario 15?
En la página 27 de una de las ediciones que circulan, dice:
"... poniendo aparte aquellos casos en donde lo que podemos, lo que
pretendemos, es hacer aséptica a ia verdad..." ¿Qué es hacer aséptica a
la verdad? Lacan responde que “hacer aséptica a la verdad es formularla
como la formula la lógica, en términos de tetras -verdadero ojalso-, esa
es una verdad aséptica”. Y aclara: “Hacer aséptica a la verdad, vale decir,
asexuar a la verdad, como hace la lógica, escribiéndola sólo con un
valor (V) que funciona en oposición a otro (F), verdadero o falso".
La primera cuestión a ubicar -y que será retomada por Lacan más
adelante en este seminario- se refiere a lo que hace el pensamiento
formal: asexuar a la verdad. Dirá después que “hay algo irreductible del
acto sexual a toda relación verídica": vuelve a aparecer la referencia a la
verdad. Es decir, si hay algo de lo cual no se puede predicar en términos
dg verdadero o falso, algo para lo cual las tablas de verdad de la lógica
n o s irven, es para predicar respecto de la sexiialidadTv agrega Lacan
t IjMCZtA ZPODSXY
Seminario i4, La lógica del fantasma", donde inaugura la idea rip qnr pi
arto analítico se asienta en ese punto en el que la verdad se revela
t
abajo aclara: V. eso? puntos en los eme falla el saber son los que
conciernen al gnjgfl ffl fcegft ffig H1np flUfi ftlBfltCaOC CMPB
s ^ S S i c l a s e 3).
m
c o m o g o c ^ a b e r^ v e rd ^ .
goce
m
m
verdad saber
m
O*4
u
Fuw ax & tqs. El acto amaíitkd
Pregunta.
¿Cómo se podría pensar la construcción en psicoanálisis a la luz de
lo planteado? ¿Habría también en Lacan otras dos vertientes: la del acto
y la de la Interpretación?
Graciela Brodsky.
No hay que perder de vista cómo surge la idea de la construcción en
Freud. En su texto “Construcciones en d análisis", ¿qué es lo que
constata? Que, a veces! Io~qüe supuestamente está reprimido es
inaccesible, que no hay interpretación que lo haga concierne Lo que
ubica como un punto ciego, un significante que falta y que nunca vuelve,
que no tiene la forma del retomo de lo reprimido que caracteriza el
funcionamiento de las formaciones del inconsciente Es decir, hay algo
que deja un agujero.
Freud dice que en esos casos, la construcción puede tener para el
sujeto el mismo valor de verdad que la interpretación, aun cuando el
recuerdo nunca vaya acompañado de eso que se construye. Y,
precisamente, ninguna de las distintas formas de la interpretación da
m ejo r,cuent^_ de esta falla del saber que la construcción. La
construcción que hace el analista, la que hace el paciente, o la
construcción deUantjKrna que se realiza" a lo largo de la cura, es,
justamente, lo que viene a ocupar el lugar de jo que falla en eTsab^r
Es importante recordar que el estatuto del inconsciente no es
ontológico, no resiste a las perspectivas, su concepción cambia
totalmente de acuerdo a cómo se lo mire y a qué se quiera extraer de él.
Una cosa es el inconsciente formulado y I: ST/Ci v qtra rn.<LH e* p!
Inconsciente y crjtq - S».__
\ En el primer caso, se da cuenta de que la estructura del saber -el
a
CtAOEiA BHODSXY
Otro dfl) sjgfljfieante. el Otro del lepguaie- está afectada por una falla
radicáf y que, finalmente, el significante no va a estar nunca adentro de
los paréntesis completando al Otro. Ésta es la estructura qui»
corre^opq4f,,ffln I? construcción: algo falta y ef significante viene a
Pregunta.
Si el su)eto es efecto del significante y hay una falla en el saber, ¿cuál
seria el sujeto del acto?
G. Brodsky.
No hay sujeto del acto.
Si estamos en la dimensión del sujeto, suponemos al Inconsciente
como una cadena. La Idea de sujeto es solidaria del inconsciente como
cadena, de un significante que representa ai sujeto para otro
significante. El efecto sujeto resulta de la correlación que hay entre dos~
significantes, es un efecto inesperado como lo es el acto fallido o
cualquier otra formación dd inconsciente.
Precisamente, guando estamos en_la dimensión del acto no
suponemos al sujeto como efecto del Inconsciente-cadena. Desde esta
perspectiva, en cambio, lo que hay que recuperar es algo que en la dase
de hoy nos ha servido para hacer la distinción entre síntoma y acto,
. pero que, en realidad, también puede ponerse en relación al acto: la
pulsión.
Retomaremos la oposldón entre la pulsión y d Inconsdente que
• Lacan plantea en este seminario que nos ocupa, para poder entender
que en d acto no hay sujeto, que sólo hay acto a condición de que no /
haya sujeto.
Pregunta inaudible.
G Brodsky.
El acto es fallido porque d sujetase entromete, pero el verdadero
acto sólo después recupera la dimensión del sujeto, en una
temporalidad especia; Esto es el corazón ae roao
acto psícoanalitíco.
5 de abril de 2000.
III. El s u je to su b v e rtid o
33
FunDAMEypos. El acto anautko
39
G rac iela B r o d sk y
Si-- '
£i primero es el campo del sujeto ($) y este otro es d campo del Otro
(A) o, para utilizar los términos que Cacan usa. nos referiremos a! Já?¿a!
sentido.
Si el sujeto busca en el camsg_dgLI)tro un sentido a su ser, una
r€s3 tiesta a Qué es. lo que prorinrr» fi! snin h e c h o de buscar eseTsent'tdo~
es el efecto de perder toda certeza identificatoria respecto de quién es:
es el producto de la alienación - cuya demostración paso a paso
obviaremos (se puede buscar en £/ Seminario 11). Eli solo hecho de
dirigirse al Otro tratando de encontrarle sent ido al síntoma trae como"
efecto la falta en ser. Ni tengo el sentido ni tengo el ser.
Normalmente consideramos esto CQjqQ-djaavoc-wdSador da qua.
alguien está en análisis. Las identificaciones que le dan su ser al sujete,
Lacan lasescribe más adelante así:
Si
S *
Snn Ira significar á ?m°f .(Si) a los q ules^Lsukla_sc_alÍ9na v oue
encubren su division subjetiva. Normalmente. cuandcH ia^jna cierta ~
vacilación de estas identificaciones imaginarias o simbólicas, sejc_
considera una prueba de que hay algo de la falta en ser en juego y puede
ser el momento de pasaje al divan, por ejemplo; se considera que el
análisis está en marcha. En cambio, una afirmación desde la perspectiva
del ser por parte del paciente no entusiasma al analista, quien más bien
"prefiere que se vuelva a abrir la brecha que pone de manifiesto al sujeto
er^su máxima indeterminación.
Es cierto que esa es una dimensión, no la única, ya q u e j^ a n _
completa la operación de alienación con una secunda operación gracias
¿Tía cual espera demostrar que es posif)T?separarse de la alienación,
que la alienación no és la condena (W y él dispositivo que arma
és equivalente al anterior, no igual.
Es un dispositivo por el cual esa falta en ser -jugada del lado del
analizante- encuentra del lado del analista no al Otro del significante
sino ai deseo del añadís tq, lo cual supone encontrar la falta del lado del
C.iA.aciA B bodsxy
falta en ser que define ai suie|o np pj¡yde estar Airt-ntc ai fipal del
análisis. Cuando se da como parádigma del acto a César cruzando el
KubicórT, es simplemente para Ilustrar que el acto de levantar el pie y
cruzar el charco es un acto que no requiere un gran despliegue a nivel
corporal, pero el sujeto no es el mismo: entró como César y salló como
el subversivo (es una lectura posible), como el que rompe con las leyes
de la ciudad. Insisto en esto para demostrar o anticipar dónde nos
situamos cuando hablamos del acto.
Ya en el texto “Observación sobre eL informe de Daniel Lagache:
■Psicoanálisis y e s tru c tu ra d la personalidad»’ (texto de los Esenias)^
Lacan indica muy bien que la indeterminación subjetiva es algo a perder
erTeTanálisis, flue no bay (alta en ser al salir del análisis y, a partir de
aquí, se puede encontrar en los distintos momentos de !a enseñanza de
Lacan cómo entiende este final de la falta en ser que es equivalente a
pensar el final del análisis.
decir, cuando se toma lo que se hace en el dispositivo desde la
óptica del acto, se piensa en el final del análisis. En cambio, para pensar
la1 noci¿n cJTprocesoo'de experiencia se utilizan otras ópticas.
Cuando se habla de acto -en tanto supone el final de la falta en ser-
, es en términos de una interrogación sobre el final del análisis^ sobre el
estatuto del sujeto al final del análisis. En
Lacan se pregunta sobre el estátuto de la pulsión una vez atravesado el
fagtasma fundamental, que es una forma preguntare» cuál es ei
estatuto del síntoma al final del aq^lUi* El problema que reaparece en
distintos seminarios es siempre el mismo: cómo se acaba con este
efecto de ta falta en ser, es decir, con el efecto sujeto. F* lo nup en
i “Proposición del 9 de octubre de 1967..." (contemporánea al Seminario
iaj -proposición que Lacan hace a su Escuela para la implementación
del dispositivo del pase- se llama destitución subjetiva. ¿y¿ue es 10 que un
I final de análisis debe producir en ei analizante? La destitución del
, sujeto, es decir, que el sujeto quede destituido.
H Seminarla. 15. “El aeto psiennnnlítirn", or im mtfntf? \
responder a este problema, va no con las operaciones de alienación v_r \
separación^ -como en El Seminario 11- sino con un esauema donde,'
(Tcan trata de ubicar un recod o del ^ J r siLn^ H^ ^ - b9 Qu^ en **
ctesTITüción subletivaJJc todos >us esquemas, es el único en el que ‘ y
intenta desplegar lo <jue es el transcurso n recorrido de un análisis
"desde la perspectiva (Je c¿m~o obtener la destitución del sujeto, el llñai
flÉTtlnalta en ser, una afirmación del sov, pero no como la da ei fantasma.
trata de un esfuerzo por obtener una afirmación del ser
*13
Gkaoela Bkoosky
♦
Fu n d a íg n io s . E l acto ax a u tk o
□
A
Y
□
a
O** --------------------► □
Si se toman los vectores horizontales, lo que varía es la forma y no el
color. Se pasa del círculo al cuadrado blancos, o viceversa, y deí círculo
al cuadrado negros, o viceversa, tomando solamente en cuenta la
variación de la forma. A esta permutación la anota con la l c t r / a j
En el caso de los vectores verticales lo ¿ue.se mantiene estfform a
y cánrtflréTTgTór. Se puede pasar del cuadrado blanco al negro o al
revés, y del redondel blanco al negro o al revés. A la variación del color
se le adjudica la le tra ^ ft
Se entiende rápTOmente lo que indican los vectores de las
diagonales. Cada diagonal implica las dos variaciones: varía el color y la
forma. Paso del cuadrado blanco al círculo negro o viceversa y del
círculo blanco al cuadrado negro o viceversa. Cada una dgr~estas\
transformaciones en diagonal es el producto de las otras dos((a y 6 ) J
Cada permutación en diagonal sería la intersección -en términos de
con)untos- de las otras.
Se puede ~dar un paso más y operar con números. Barbut nos explica
’ la r*‘gla de signos" con el siguiente diagrama:
46
de un diagrama Involutlvo es la Idea de que siempre se puede volver aJ
p u n to d e p a r tid a , * • "
opuesto
inverso Inverso
opuesto
47
f
Gkaoua Bm bsky i
*
segundo gráfico, igual al pero cuyo punto de partida es el
punto de llegada del antert^FMllle£desaiTolla esto en su clase del 15 de
mayo de 1985 de su curso
Es decir, tenemos un primer recorrido con un producto (Pt). y fe^e
producto es tomado como el punto de partida (XQ de un segundo
recorrido, cuya estructura es la misma pero que comprende la segunda
mitad de los vectores (ausentes en el primer esquema). Este segundo
gráfico redobla el precedente, dice Lacan, completando así el grupo de
Klein. Y la cuestión es ver cuál es el punto de llegada del segundo
Si se hace con papel se puede obtener esta simetría inversa sobre las
diagonales, porque lo que aparece sobre el extremo de esta diagonal, es
decir, el producto, pasa al punto de partida, se juega en esta dirección:
Pregunta inaudible.
Graciela Brodsky.
No conviene quedarse demasiado pegado a la perspectiva
matemática porque Lacan ha hecho con el grupo de Klein lo que suele
hacer con tos modelos tomados de otras ciencias: los subvierte.
fU ru Y E v ro s El acto x - « u .tjc o
3 de mayo de 2CCu
I
I
*
%
IV. El c o g ito Iacan iano
Antes de empezar la ciase que tengo preparada para hoy, quiero, como
se dice, “abrir el paraguas antes de que llueva" porque lo que viene no es
fácil. Siempre hay preguntas sobre qué es finalmente un propedéutico, si
es lo suficientemente básico o si es lo suficientemente profundo. Y hay
gustos para todos, por supuesto. Así que, para abrir el paraguas, les voy a
dar dos ejemplos en los que Lacan usa el término propedéutico.
El primero de ellos es cuando lo presenta, diciendo que es un
método.en el que no se da ningún paso sin haber demostrado lo bien
fundado del precedente. En el otro ejemplo, dice que el estudio de la
lógica sería un estudio propedéutico para el psicoanálisis.
Como se ve, Lacan no tiene la idea de que el propedéutico es
introductorio, sinoque es preparatorio. Son dos cosas verdaderamente
distintas. Nadie se Imagina que estudiar lógica sea fácil. Sin embargo, !a
idea de Lacan es que estudiar lógica seria un paso previo para poder
entender el psicoanálisis. Y en ese sentido dice que los estudios de
lógica serían un propedéutico para el estudio del psicoanálisis.
Abierto el paraguas, vayamos al cuadrángulo de Klein.
Trataremos de desplegarlo de a poco, sin olvidar que de lo que
estamos hablando es del recorrido de un análisis, que no es un ejercicio
de teoría conjuntlsta por el mero gusto por la teoría misnu*51
inscribe en este cuadrángulo lo que él Interpreta como el reco
un análisis, desde el estado del sujeto jal como entra, hasta
espera de él en la «salida. Al hablar de ese recorrido no lo hace en
férmínos psicológicos, descriptivos; no dice: uno entra mal y sale mejor,
uno entra mal y sale peor, o uno entra bien y sale mal. No da ese tipo de
descripciones, sino que arma una estructura que corresponde a la
teoría de los grupos en matemática y donde agrega el álgebra de boolé.
bse es el punto fle partida de Lacan. Es algo oue había trabajado en
el Él Seminario 11, pon el cogito cartesiano. El cogito es algo que forma
parte, básicamente, de dos textos de Descartes, y que tiene relación con
la llamada “duda metódica" (que no tiene nada que ver con la duda
obsesiva). Lá auaa metódica consiste en preguntarse qué tipo de
certeza puede tener un sujeto y de dónde extrae esa certeza.
51
Graciela B ro d sky
S2
%
Conociendo la promoción dentro del análisis de la falta en ser. es fácil
darse cuenta del peso de lo que estamos empezando a desglosar, pues
implica la idea de que lo que se espera de un psicoanálisis no tiene nada
que ver con la falta en ser, todo ló COntraricrse espeutm á certeza s püre
el serTEs decir, se espera una rpspuegtaJlU£LiaJIO.p.uéde más ser puesta
'en duda; y es por esto que a Lacan le resulta ciertamente interesante el
método cartesiano.
¿Cómo pasar esto a la teoría de los conjuntos? Pensando que existe
? \ r n n j i m t f t ap< A n c/i" y n] r n 1 1j i !i
idea de Lacan es que el cogito cartesiano finalmente es la
intersección de esos dos conjuntos, •‘pienso" y “soy"! es el punto donde
el pensamiento y el ser se entrecruzan. -
~oy
Es decir, Lacan ubica al cogito cartesiano' en la intersección del
p e n s a m i e n t o y *i v * Hasta ahí se puede seguir bastante fácilmente.
Pasemos al Seminario 15, donde le da una vuelta distinta.
Para empezar, retomaremos el cuadrángulo con sus cuatro términos
^ y tres operaciones. Este es el punto de partida (X$:
-<--------------------►
■fn
Si al término de partida le aplico la operación “opuesto", obtengo el
negativo -X. si le aplico la operación inversa obtengo 1/X. Si a 1/X le
aplico la operación opuesta, ¿qué es lo que obtengo? -1/X, que es al
mismo tiempo la Inversa de -X.
Cada una de las Hechas es bidireccional, de modo tal que si a -X le
aplico el opuesto obtengo X, y si a l/X le aplico el Inverso obtengo X. Se
puede recorrer de varias maneras. A cualquier término le puedo aplicar
la operación opuesta o la operación inversa y llego siempre al punto de
partida.
opuesto
-X-«------------------- ► X
verdad
SnP
S-P P*S
Las partes rayadas de cada conjunto quedan así designadas por la
negativa: no pienso; no soy.
55
Gzagela Bxoosjcy
P P
S C.C.
S • Sem.
15
P P
C.C. Soy
no pienso
Pienso Sem. .
no soy 15
Fumwr.vros. El acto asautko
Con este cuadro se ve más fácil que con el sistema de los diagramas
de Venn, pero es exactamente el mismo mecanismo. Es decir, en el
punto de partida, Lacan va a ubicar la antítesis del cogito cartesiano: T.l
soy ni pienso".foro agrega una complicación, pues dice que finalmente
ese estatuto del no ser v_eLna pensar es un estatuto que sólo es
concebible cggjo punto cero, pero que a partir rie él ¡jav una eleccl¿h.
1 Hay que'aclarar'que' ia cuestión de elegir es una dimensión
totalmente ajena al cogito cartesiano, al álgebra de Boole y a los grupos
de Klein. EsTacan quien la plantea al afirmar que ese sujeto que ni es ni
piensa tiene una elección para hacer. Y es una idea que le viene de muy"
l€jós7Por ejemplo, hay un pequeño párrafo en uno de sus primeros
escritos “Acerca de la causalidad psíquica", donde habla del insondable
consentimiento a la libertad. También en “De una cuestión preliminar a
todo tratamiento posible de la psicosis", donde introduce la elección er.
el sentido de aceptar o rechazar la impostura paterna.
Estos términos -aceptar y rechazar- son absolutamente contrarios a
una posición mecaníclsta. Es el margen de libertad que Lacan simpre deja,
por ejemplo, en “La ciencia y la verdad", donde termina diciendo que “de
nuestra posición de sujetos somos siempre responsables". Es decir, no
somos integramentesujetos de una máquina determinista. Y es este
problema de la elección lo qúe vincula siempre al psicoanálisis conk ética.
~ Lacan ya había trabajado este problema en El.Seminario 11. donde |
usa el cogito cartesiano para desembocar rápidamente en una elección: |
"la bolsa o la^lda 17 pIanté¿ñdo que es una elección forzada, pues st se
opta por la vida se pierde la bolsa, pero si se opta por la bolsa, se
pierden la vida víaboíSS.'Eynna elección íor/ñc.¿\ r¡¡- .--pilca siempre
la di iidida.
tabla exacFamente de elección forzada, sino preferenclal.
Todo snjpto que- ni piensa ni es, tiene, antes de todo análisis, una
elección preferencia! que llama alienación. Es decir, que la elección
prelerencial es este vector:
alienación
C.C no pienso
CC alienación
•
S. Sem.
15
*
Pero lo que Lacan afirma inmediatamente después es que^nadie-
esa operación, que el estatuto inicial del sujeto tiene una sofaelec
__________ que- es Ta elección del Jsoy y no pienso". La operadórT
"pienso y no soya. es Hedí, la que mega la amenui. ticuna operación
Rólülá/hénle rechazada por el sujeto.
Rechazada, ¿por qué si a IÓÓÓS M I encanta pensar? Porque Lacan
no se refiere a la actividad del pensamiento, habla del "pienso" que se58
58
produce si uno se deja llevar por sus pensamientos. Es decir, como lo
q u esele pide a un sujeto en la asociación HbreTpaTTgue afloren lo que
Freud llamaba los pensamientos del inconsciente. ¿Qué es el
Inconsciente? Pensamientos, respondía Freud.
fcste “pienso*-trae aparejado un “no soy", pues una vez que el sujeto
se pone a pensar de esta manera ya no sabe quién es. todo el falso ser
sedesmorona. el narcisismo teclea, es la promocionada falta en ser que.
produce un análisis. A partir de un “piense en lo que le pasa”, “diga lo
que le pasa", “largue sus pensamientos no sabidos", se desemboca en la
falta en ser. Pero Lacan dice que esa es una operación rechazada.
Entonces plantea así la estructura:
alienación ____
S-P ------------- S n P
verdad '* *-
P -S
59
Grachia B rodsxy
«n
1
F um uam os. El acto akautko
S nP
verdad
P .T
alienación
*s .p SnP
verdad
S i
% % P -?
' Inconsciente
El cuadrángulo es por ahora un triángulo que representa lo mínimo
de toda experiencia analítica: obtener la pérdida del ser. laJalta en ser
sus lormiiciones en las que el sujeto no se reconoce
.o ááóe quien es (enei lapsus, en el sintoma;, lóelas las formaciones
pel inconsciente colocan'al su(etcTeñ la evídcñcla~de que no sabe qut¿n
es, de que hay otro que piensa en su lugar, que sus pensamientos se
* ju < ?gan en otra escena, que no quiso decir lo que dijo. Es
^verd ad eram ente un error pensar que a esto se reduce el psicoanálisis,
" p u e s sólo es su movimiento mínimo. La falta en ser no es el final de
^ a n á lisis, ni siquiera es lo que permite el paso necesario para eí final
^ Así, Lacan va anim ando su reflexión contra sí mismo.Verifica
_ clínicamente que la falta en ser, promocionada por ¿1 en su momento, no
^ a lc a n z a y exige que un análisis dé más.
♦ Este triángulo permite ver la mitad de la operación, lo mínimo que se
^ p nrdc esperar de un análisis, que produzca la falta en ser. Serta lo Que
esperamos de las entrevistas preliminares: verificar que un sujeto es
^ . n p a / de plegaj^eTulT ^ ñ s S ^ u r ^ u a n d o conduzca a un punto en que
4% .1 no sal>e q uién es. Que un paciente suerte no alcanza para pasarlo al
^ 3 jv Ín. pues nacerla prueba del inconsciente es otra cosa, es consentir
j T i i " |H?nsar a costa ~de~perder el s e r o s o es la entrada eri análisis y no
A liene nada que ver con el s ^ o de uñañálisis, con su final.
Es Interesante ver cÓmasfijibica j á l ^ s fereñda: como condición previa
^ ¿ a rfa
í la entp d p en gn#» no se obtiene si no es primero con uná
irán
Tansferencia hacia el psicoanálisis y después con una transterenda coñ
A lg u ien que puede ser cualquiera, pero tiene que ser alguien, estar presente
^ Voy a adelantar dos cuestiones más.
^ La primera es que hay que llegar a un ser que no sea el falso ser. Esta
O p c ió n Inicial “soy y no pienso" que, vista desde la alienación, es la
. tfcne la cara oculta deja_piu]i¡¿p.
n “s o v y f)o pienso", al Igual que eTaflg.
seguir todos los pasos, porque así parecería que el
sicoanálisis es exactamente la promoción del “pienso y no soy".
^Q uandoen realidad, la persggctlva 4fcj¿acan es que el psicoanálisis debe.
^ pl r|el p arcicism o .
^ Queda así^janleada la pnmer¿Tcuestión a resolver: ¿cómo volver al
p r o n to de partida, siendo que no es exactamente el puntode partida, ya
^%U£_Lacan ha eliminado la propiedadHe la reversibilidad? Pero, de todas
^<uaneras7Eav'áue volver a la opción “soy y no pienso". Este es el primer
inconsciente
acting out
63
Cracjoa B rodsky
Pregunta inaudible.
Graciela Brodsky.
La pregunta es sobre la diferencia entre elección preferencial y
elección forzada.
La elección forzada tiene la siguiente lógica: basta que se elija una
cosa para que se piérdala otra. Si se elige el ser, sé plérflc gTfgntlflo. Si
se elige el sjentldo, se pierde éí ser. Si se elige la bolsa, se pierde la vida.
Son éstos las formas d e la elección forzada de &£§minario 11.
¿Por qué pasar a hablar de elección preferencial? Una posibilidad de
respuesta es que en eTSemlnario 15 sobre el acto, la dimensión que él
llama ética (que jio es la moral), es la dimensión de la elección, n ím ás 1 .
ñi menos. EsdecG^ que siempre que se habla de ética en el psicoanálisis / J
se habla de elección. Entonces, hablar de opción pieíeienclaLén lugar
de opción forzada es reintroducir la Cuestión de la elección en
psicoanálisis. Miller, en su curso "Causa y consentimiento" (que quizás
debería ser publicado después de El banquete de los analistas, que acaba
de salir) explora la tensión que hay en toda la obra de Lacan entre lo que
sería el mecanicismo y la posibilidad de elección.J^ elección forzada da
cuenta de una estructura mecaniclsta, pues no hay posibilidad de no
elegir y el margen de elección es a pura pérdida.
La elección preferencial es más solidaria con la lógica del acto que,
no siendo un pasaje al acto, tiene que ver con algo del orden de la
elección, de la decisión. No es algo que obedece a una lógica i
mecanicista, no tiene la lógica del acto fallido. El acto fallido no es con
consentimiento del sujeto, es a su pesar. El acto verdadero, en cambio,
no es pensable sin el consentimiento del sujeto.
La elección forzada no iría bien con el tema del acto. El acto se lleva
mejor con la elección preferencial.
Fabián Naparstek.
Quizás están en niveles diferentes. La elección forzada supone que
todo el mundo elige, no hay vuelta (aunque haya sujetos que vienen a
Fumutzvros. E l a c t o a n au tk o
G. Brodsky.
El aporte de Fabián me hace pensar, efectivamente, que se podría
pensar en dos niveles. En este sentido, ¿cuándo echa mano Lacan a la
elección forzada? En El Seminario 11, paraTiáblar de la constitución del
sujeto, de Cómo el sujeto se constituye en el ser y el sentido, entre loá
cuales se juega una elección forzada. SI se opta por el sentido, pierde el
ser. SI se opta por el ser, pierde el sentido. Después lo complica diciendo
que si se opta por el sentirlo, s e pierden el ser y el sentido. Es cierto que
no hay nadie que no haya elegido, cji tanto hav un sujeto, se trat&jfe
áígulen que ha pasado por esa elección forzada, haya optado en un
sentido ó en otro.
Acá en el Seminario 15, Lacan ya no está pensando en la lógica de la
constitución del sujeto, sino en la lógica del dispositivo analítico. Eillá
’pensando en alguien que ya ha pasado~pÓr esa~eIecci¿n forzada, esta
pensando que hay alguien que puede no querer saber nada de su
constitución como sujeto y hacer, entonces, una elección alienante 1
hacia el yo. Pero Lacan también plantea que alguien puede querer saber
algo de su condición de sujeto y tULei una opción víj Ij traiiSféreiiiTa
haClá el inconsciente. Son dos momentos lógicos que no responden a la
misma coyuntura: una es la producción A* 55 y ia g g g B 3 á
elección que ese sujeto ha hecho a f^vnr n on rn n tn Hel inconsciente.7
7 de junio de 2000.
i
_____
f
V. El im p a s s e del análisis t
67
Gía o e l k B rodsky
v4 SnP«PuS 'y
Esto quiere decir que lo que queda rayado de un lado es el ser sin
ninguna intersección con el pensar (no pienso), y del otro lado, lo que
queda es el pensar sin ninguna intersección con el ser (no soy). Con la
Intersección vacía, el ser es equivalente al no pensar y el pensar es
equivalente al qo ser.
S -P P -S
SnP*PuS
70
intersección del pensar y el ser, dejando afuera el "no pienso" y el "no
soy". El "no pienso" (equivalente al S.erl rs el complemento del “nipnsn"
y el "no soy" (equivalente al pienso) es el complemento del "soy". En la
íógica del punto de partida de un análisis los unimos, unimos los
Complementos, pero tampoco obtenemos el conjunto universal porque
dejamos la intersección vacwL ---------- ----- -
l s para reforzar esta Idea que Lacan agrega algo que no tiene nada
que ver ni con la teoría de los conjuntos, ni con las leyes de Morgan. En
vez de decir "no pienso y no soy", Inventa que hav que elegir entre una
de las dos opciones.
Así que una vez que construyó estos dos conjuntos -llamados el
conjunto “no pienso" y el conjunto “no soy", cuya intersección está
vacía- dice: ahora hay que elegir “o no pienso o no soy"%no se pueden
elegir los dos al mismo tiempo. Que esto se convierta en esta lógica no
tiene ningún fundamento más que la experiencia analítica misma, es de
ella que Lacan se nutre para inventar esta elección.
Recordemos que la opción natural del sujeto es ir hacia el “soy", o
sea, hacia el "no pienso". El ser no tiene ningún ínteres en él péllW . Se
podría objetar esto con el ejemplo de la neurosis obsesiva, ésos señores
y señoras que se pasan la vida pensando, que sufren del pensamiento,
que son enfermos del pensamiento. ¿Acaso el obsesivo no ha elegido el
"pienso"? La respuesta de Lacan es que no; al contrarío, nadie más que
el obsesivo elige el “soy”. Entre muchas otras cosas, entonces, en la
opcion del "soy", podemos colocar a la obsesión.
71
Gragua Brodsky
n
La obsesión es refractarla a la transferencia porque, para asegurar un
e
je, un yo (yo hablo, yo digo), no se puede estar muy dispuesto a
r¿
consentir al Otro, lo cual es equivalente a consentir al Inconsciente.
C Freud llamaba al Inconsciente “la otra escena". Ese otro yo del Dr.
n
Merengue que define al inconsciente no es nada grato para el obsesivo.
El obsesivo intenta mantener a raya al Otro y al Inconsciente en el
tr
* mismo movimiento. Se preocupa por calcular el cálculo del Otro, para
c así adelantársele y convertirlo en cien por ciento calculable. Su
estrategia falla cuando el Otro aparece más allá de todo cálculo. Es en
ese momento cuando para el obsesivo se produce el fenómeno de la
c
angustia que usualmente lo lleva a consultar a un analista. Es el
y
72
Fundaíuntqs. El acto axajtkq
PuS
Si esta opción permite afirmar el ye. el yo. el dominio del yo. lo que
resta es toda la estructura gramatical menos el ye; es decir, todas las
formas que se puedan concebir donde no se pueda decir ye. ¿Qué
concluye Lacan? Que eso es el ello, la estructura gramatical de la
pulsión que no puede ser formulada en términos de vo. que se lormula
én términos de “se pega a un nlAo" o “un niño es pegado", pero donde
no se puede decir "yo", porque la pulsión es acéfala: no hay sujeto de la
pulsión. Entonces ubica ahí el ello, haciendo coincidir de una manera 3?
Sorprendente en el mismo lugar v c ó m o 'productu de" Id mi¿mT
operación de alienación, el yo (como afirmación de autodominio, de
dominio de sí mismo, como la identificación mayor oei sujeto) y ei ello ~
(como el lugar donde el sujeto no puede pronunciarse, donde no se
puede decir y o l
Ahora bien, ¿qué permitiría ponerlos a los dos en el mismo lugar? La \
afirmación “soy y no pienso", ya que en el ello no estamos en el terreno
dé los pensamientos délTñconscienteTéstamos en el terreno del “soy 75
eso ', eso que es pegado, o eso que pega (pero no como el agente que
pega, sino como el látigo). Se ve la diferencia: “soy eso que pega" no es
una afirmación del lado del yo, es una afirmación de! lado del ello y está
ubicando ahí el objeto. “Soy el látigo" quiere decir "soy el objeto”. No
hay ninguna dimensión de agente.
leñem os entonces del lado del “soy" -al precio de perder el
inconsciente, de no estar allí donde él está, de no saber nada de él- la
obsesión, el ello, la pulsión y el objeto a.
i 75
Graqela Brodsky
PuS
obsesión
ello
pulsión
objeto o
histeria
Inconsciente
histeria
inconsciente
“<P
1 1 75
-
FunOAMDOOS. El acto axautko iI
ii
r
Es un pasaje ineludible, pero si se toma esto como el punto terminal,
lo que se encuentran son finales de análisis del estilo "y Bueno...
resignación... la vida es así”, castración para todo el mundo. Es un final
de análisis que en el mejor de los casos desemboca en la solución de
una impotencia, pero en la perspectiva de una versión imaginaria de la
I
castración. Hay castración, no hay nada que la elimíne. Si se hace la V
experiencia de la transferencia se desemboca en eso porque la víanle!
inconsciente desemboca ahí. Y es lo que hace que se coloque acá <
Cuando Lacan dice, por ejemplo, que la histérica es en sí misma un
analizante, quiere decir que hay. efectivamente, una posición solidaria
entre la pérdida del sentimiento de existencia y la elección del
jnconsciente. El dispositivo analítico requiere la hlsterización; es decir, ¡•i
Lacan supone que la posición del analizante hay que ubicarla en el
mismo lugar que la histeria.
El analizante es el que está dispuesto a pagar con su existencia, con
sif no sabei más quién es. con la a ctl gQr
sorprender por las formaciones del inconsciente y por las
Interpretaciones del analista. Esta opción llamada verdad es a tavor del
Inconsciente y es lo que
castración, a la falta en ser, al -9 , y también
al analizante. Mientras que al analista lo ubica en el oiro vé¡n!ce.
PuS
histeria
Inconsciente
-<P
analizante
PuS
psicoanálisis
obsesión PuS
verdad
histeria
inconsciente
-9
analizante
psicoanálisis
Por otro lado, en la reseña de “La lógica del fantasma", dice que el
cu arto ángulo combina los resultados de cada operación.
"^representando su esencia en su residuo". ¿Por qué decir que es el
residuo de la operación?
79
*
■
Gkaoeia Bhoosky
n
n
ei Para ser siempre imprevisto, para no decir nunca lo que uno espera,
es decir, para intervenir como un psicoanalista,. Lacan dice Q u e ese lugar
es el lugar del impasse del sujeto.
FUSVAñíEtfTOS. E l acto akauoco
81
¡
VI. D o s g ra fo s, tr e s d u p la s
^ Soy
(no pienso)
•<P
Los términos son mudaos. Recordemos que del lado del “soy / no
83
Graciela B roosxy
Soy
(n o pienso)
o no pienso o no soy
verdad
Pienso
(no so y )
Inconsciente
-9
Fusüamevtos. El acto axaithco
Por eso -cpy a aparecen invertidos en sus lugares, porque una cosa es
el producto y otra cosa es cómo Cacan escribe lo qüe sena la solución.
Entre los términos que ubicábamos en los extremos de la diagonal falta
ubicar, del lado del inconsciente, la metonimia de la palabra puesta a
prueba en la asodadón libre, que hace que el sujeto pierda los referentes
de su propia identificación yoica y haga la experiencia de un “no saber
quién es”. Todo este movimiento que se resume en la expresión falta en ser
es finalmente ei lugar donde se puede ubicar toda la cJiaíéctica dél deseoT^
dél deseo articulado a la dimensión de la falta. Mientras que deTlacjo del'..
ello, de la afirmación del “soy", donde no se da la vacilación subjetiva que
implica la (alta en ser. de ese lado no ubicamos el deseo, ubicamos, más
, 6 fen. el goce. Tenemos así la tensión entre el deseo y el goce.
Soy
(no pienso)
86
manera se puede obtener una conjunción de lo que durante todo el
recorrido aparece ordenado en las diagonales como opuesto y en
tensión? ¿Cómo se juntan al final? Esa es la pregunta oue ordena la
rimera parte del «rato. "
7^ué coloca Lacan en el cuarto lugar? Voy a dar una de las dos
elaboraciones que hace Miller de este seminario de Lacan q ue, dlcj)o
sea de paso, se contradicen. Voy a plantear la que me parece mejor,
aclarando que no corresponde a algo escrito por Lacan; es decir, no
responde a algo que se pueda decir “es así".
Hay que recordar que el cuarto lugar, contrariamente a lo que unp
podría esperar, en lugar de llamarlo solución, final de recorrido o salida,
Pican lo llama el impasse del sujeto, su callejón sin salida, su punto de"
Obstáculo. Considero, entonces, que es acorde a la lógica del Seminario
T4 y aerSgmlnario 15 ubicar en este punto el lantasma
Mantiene la estructura de los dos círculos, disyunción-conjunción,
mantiene el objeto a como la solución del -<p y coloca de este lado, en
\ lugar qei -<p, el Pienso que es totalméflté~licito hacer este pefto
desplazamiento puesto que de este lado, entre otras cosas, se puede
escribir $, así como acá escribimos el Je.
Soy
(no pienso)
dk>
-9
d e seo
87
Gracela B rodsky
verdad
Grafo 1 de Lacón
Si esto fuera un grupo de Klein, todos, los vectores tendrían una
doble direcdóp^iin a dirección contraria a la prlm era^aue la anula.
Tendríamos el grupo de Klein tal como lo concibió Félix Klein, es decir,
un grupo involutivo donde se va y se viene por el mismo vector.
Grupo de Klein
88
Fundamentos. El ac¿o ahaltiko
A I
Lo que en el pHmprjfrafp <>ra el lugar del punto de partida, ahora es
el déllegada. V se arriba a él por una diagonal que no es la diagonal que
teníamos al principio. En el vector diagonal del segundo grafo ubica la
sublimación. ------------ -
i
89
Queda así construido el segundo grafo con sus vectores: repetición,
sublimación y prisa. .
Grafo 2
acto sexual
I
fórmula de la conjunción entre lo femenino y lo masculino, lo que
tenemos es la conjunción de un sujeto con un objeto. Y es lo único con
que se cuenta~para hacer existir la relación sexual. Porjeso no ubica ahí
la salida sino el impasse del fantasma, p! punto donde el fantasma
cngafla al sujeto.'
¿Qué se abre a partir da ahí?
Primera Indicación: si el primero es un grafo en el que el sujeto está
amarrado por la ti ja, el segundo no es tan asi. fcjfél ano 84“
Miller dice que este es un esquema^que reposa enteramente erfTa
categoría del acto, lo cual es cierto. Y más bien ubica variantes del acto
a frá/TIr f lé ljp f tu e podríam os llamar un debilitamiento de la
transferencia, de una transferencia que no funciona como en el grafo
anterior, que ya no conduce al “pienso y no soy" del inconsciente, a la
ásocláción libre, a la falta en ser, a la castración. No es eso lo que ubica
Lacan en el segundo grafo. Es como si dijera: la construcción del
fantasma, el impasse que significa abre las puertas a la dimensión del
acto y no siempre de la mejor manera. Eso, a partir de un acto imposible
que sería el acto sexual. El Seminarlo 15 es el primero en donde Lacan
dice “no hay acto sexual", y donde empieza a desplegar una lógica del
no hay que desemboca en el “no hay relación sexual". • /'
El acto que no hay, entonces, abre las puertas a formas fallidas del acto,
a falsos actos oue coexisten con una modalidad de la tráñsferéríCiá~qüg~h5y~
"que pensar de qué tipo es, pero que no es la misma del primer grafo. ¿Qué
ubica entonces como actos que se abren a partir del acto que no hay? f
En el segundo grafo (y no como vectores sino como términos), ubica
abajo a la derecha el acting out.
acting out
unión sexual
acto sexual
91
Gx a o e la B ro d sky
prisa
unión sexual
acto sexual
Raúl Carmona.
¿S Q fít
Graciela Brodsky.
Efectivamente, podríamos ubicar A, A y S(f) en el grafo, pero sería
otra perspectiva. Lo que me interesa especialmente del segundo grafo
es que está todo pensado en términos del acto. Entonces, ¿cómo hacer
para no mezclarlos? Tenemos el acto sexual como lo que no hay y las
dos falsas salidas 0 o que en su momento se llamó el lapsus del acto).
Alicia Pico.
¿El acto analítico?
92
FUNÜAMSVTOS. El acto ammjtko
G. Brodsky.
Sí. es lo que yo pondría allí, exactamente. Como dice A. Pico, pondría
ahí el acto analítico.
unión sexual
acto sexual
R. Carmona.
Pero hay una relación entre acto analítico y S (£).
G. Brodsky.
Por supuesto. Lo que digo es que prefiero posponer un poco esa
reflexión porque antes tendríamos que ubicar A y ^ e n e í circuito mismo
para entender cómo se llega a S (Á). Sería otra vuelta que habría que
darle al circuito completo. Pero para no salir de la perspectiva del acto,
pienso que. en todo caso, el único acto que puede darle una solución a
« t e lugar del acto sexual como impasse, es el acto analítico (y no
SüWlUB lü Alli&fer exfsur). Entiendo que es por eso que Lacan
piensa esto e i y ‘1 mismo momento en que piensa el pase. Y también
oitíendo que es por eso que_no_ ubica el pase en el vértice inferior
izquierdo, pues el pase se refiere al pasaje de analizante a analista
Pregunta.
Y el pase a la entrada, ¿dónde lo ubicaría?
G. Brodsky.
No lo ubicaría en el grafo. El pase a la entrada es el pase a la Escuela.
Es la mezcla de un dispositivo que juzga algo sobre un análisis con un
dispositivo institucional que es la entrada a una Escuela. El grafo. en
cambio, se refiere a un recorrido analítico que no prejuzga que exista la
Escuela. Si bien es cierto que Lacan los hace al mismo tiempo (funda la
Escuela y da este seminarlo), si bien es cierto que hay una articualción
entre ambos, el recorrido que indica el grafo no prejuzga la entrada a la
93
Escuela; más bien prejuzga el estatuto de un sujeto a la salida del
análisis, objetando tanto la salida por el lado de la falta en ser como la
salida por e! lado del fantasma (que sería una respuesta a la falta en ser
que no resuelve el impasse).
Tenemos tres vectores, tres términos y se complica porque ahora
tenemos tfH oposiciones: la oposición entre alienación y .repetición,
entre sublimación y transferencia y .entre prisa y verdad. Son los
térm inosque quedan opuestos si se yuxtapone el primer grafo al
segundo.
Entonces, tenemos un paso más que es:
repetición
sublimación -<■
prisa
R. Carmona..
En realidad. Lacan enuncia en la primera clase del Seminario 14 que
va a trabajar sobre la repetición. No es mi hipótesis de lectura que eso
caiga como un “ovni*. Me parece que la oposición entre alienación y
94
repetición es porque en la repetición -tal como lo elabora en este
seminario cuando dice “repitiendo, etc., etc." y hace el ocho interior
como figura topológica- se verifica la inatrapabilidad de ese elemento
qcfe finalmente lo ileva a empezar a esbozar el no hay relación sexual. No
lo dice con todas las letras, pero dedica varios capítulos a analizar el
tema del acto sexual. Y, Justamente, es la lógica que él extrae del acto
sexual en este seminarlo la que lo va a llevar a pensar el acto analítico a
partir de eso. Pienso, entonces, que la repetición está ahí como un
vector que lleva a la verificación de un imposible, de un Inalcanzable.
G. Brodsky.
Es la Idea de un trayecto que es impulsado y recorrido a partir de lo
que no hay. Se entiende así la repetición porque no sería otra cosa que
lo que dice Freud: si el acto sexual se repite, si no alcanza con uno, es
porque hay algo intrínseco a la pulsión que determina la insatisfacción;
lo que conduce al circuito o trayecto repetitivo que se recorre una y otra
vez es la distancia que hay entre la satisfacción esperada y la
satisfacción obtenida. Entonces, se instala a nivel del acto sexual una
repetición que sólo se entiende a partir de lo que no hay.
Pero, ¿por qué ubicarlo junto con la alienación cuando la alienación
es una afirmación del ye? Es ahí donde no veo claramente el por qué de
esta dupla. Quizás uno no debería aspirar a que sea tan evidente como
las otras dos. Por ejemplo, la dupla transferencia-sublimación es
evidente en que n oJiay sublimación si hay lra ñ sí eren cía. Lacañ va
cambiando el concepto de sublimación, pero mientras existe- Sujeto
a p u e sto Saber no hay lugar para la creación; mientras hay Sujeto
supUéstcTSáSer, lo único que hay es repetición. Se entiende bien la
repetlciótfgri~ é sta dlrección. ~
La segunda~dupla tambíéñ es evidente, hay referencias que saltan
Inmediatamente a la viita: la verdad se obtiene en la prisa; se trata de la
estructura del tiempo lógico fou i algunos de ustedes están trabajando
eñ~Íos talleres). No haymodo de alcanzar la verdad si no es en la prisa.
Se ve claramente, entonces, cómo se pueden armar las duplas
sublimación-transferencia y prisa-verdad (aunque por supuesto hay que
desplegarlas para ver más en detalle el tipo de relación que tienen). Pero
sobre la dupla alienación-repetición hay algo que permanece oscuro en
cuanto a cómo se articulan o se oponen.
A Pico
No es una respuesta lo que voy a dar, es una pista. Me parece que en
95
Cracíu ¿rodsk7
R. Carmona.
Además, por el estudio del Uno, porque justamente en "La lógica del
fantasma" está hecho todo ese análisis y el uso del cuadrángulo de Klein
a partir del uso de los distintos tipos de Unos: contable, Incontable.
Lacan muestra cómo ese Uno repetitivo lleva a la Inconsistencia o la
Inexistencia del discurso.
Intervención
Él lo toma de *..la carta robada".
R. Carmona.
Bueno, también de ahí se puede sacar. Sí, son temas que en Lacan
tienen raíces tempranas.
G. Brodsky.
La cuestión es cómo se vincula la lógica del Uno con la lógica de la
alienación en el sentido de este seminario, porque se entiende cómo la
lógica del Uno desemboca en la repetición, pero yo no veo cómo se
puede hacer algún tipo de lazo con la alienación.
R. Carmona.
La alienación es un significante del Otro, y: el jiestlno de ese un
significante es la insistencia repetitiva de ese Uno.
Intervención
La confusión que yo planteaba en relación a eso es que la repetición
la entiendo más ligadaa! objeto, a lo pulsional, y la alienación la pensaba
más ligada al Uno. Por eso me costaba ponerla como opuesta, porque la
alienación la veía más en relación a ese significante inverosímil al cual el
sujeto está sujetado. Y la repetición la pensaba más en relación al
objeto. Por eso era la confusión.
FusDAjieyros. El ¿ttg aml-tbo
G. Brodsky.
No sirve para esta cuestión pensar la alienación como alienación a
un significante, porque en este seminario la alienación va en dirección
al “soy y no pienso". En todo caso se puede pensar la hipóstasis del
sujeto a un Sl como forma máxima de alienación.
Al mismo tiempo no es seguro que Lacan, cuando ubica en la
alienación el je y todas las formas de dominio y desconocimiento,
ubique también al Otro en esa dirección. De hecho, hay indicaciones
precisas que se pueden seguir en el Seminario 15, "El acto
psicoanalítico", que ubican la dirección al Otro en el vector de la verdad,
no en el vector de la alienación.
Como ven, no es evidente, pero toda esta discusión ha sido una
buena ejempliflcación de lo que pasa a nivel de la estructura; basta que
aquél de quien se supone que tiene el saber o que debería tenerlo para
dar una clase diga “no sé", para que ustedes hablen. Quizás esta sea la
respuesta a mi pregunta de por qué no Intervenían más.
F Ñapantek
Quiero dar simplemente algunas ideas.
La primera es sobre qué entendemos por repetición aquí. Yo siempre
entendí la repetición como automaton y tyche; vos misma indicabas que
en la transferencia también tenemos la repetición en base ai Sujeto
supuesto Saber, del lado del automaton. Quizás esta repetición tenga
que ver con la repetición de lo nuevo, fundamentalmente porque se
trata de! acto, y el acto implica la dimensión de lo nuevo en cada una de
las versiones: pasaje al acto, acting y acto analítico.
Agrego además un elemento nuevo a la cuestión que a ir.í me hace
objeción: la cuestión de la repetición ligada al acting. Eric Laurent señala
en varias oportunidades el pasaje al acting del síntoma y cómo el
síntoma implica la repetición y el acting no; entonces habría que ver de
qué repetición se trata allí.
La otra cuestión es que en el Seminario 15, Lacan define al acting
como una verdad que se da a leer en forma impersonal. Habría que ver
si no hay relación allí, entonces, entre el je y el acting así definido.
G. Brodsky.
Cuando Lacan expilca qué es el acting en el Seminario 14 dice algo
muy claramente: imagínense que ustedes quieren representar o contar
una obra de Sha ispeare y lo hacen muy mal. no se ende ‘.de r.aiv
entonces alguien dice: “un memento", y repite lo mismo ce
UMUCi/ /VrtXWf
Es decir, ubica acting out y repetición diciendo que cl acting repite con
otro lenguaje o recu fio loque r.o fue recibido como mensaje por el Otru.
Cuando el mensaje no liega a su destinatario se lo repite de otra manera.
Lacan ubica así acting y repetición, ^cteñ^ fln a im e n te q u e e l acting
sólo se concibe en relación al analista, en relación al Otro y supone que
algo no fue escuchado, que algo no fue interpretado, que algo no pasó y
que entonces viene la puesta en escena para decir lo mismo: repetición,
de otra manera. Esto es lo que permite decir que finalmente el acting es
interpretable, que no se interprete técnicamente o tácticamente es otra
cosa, pero que es interpretable porque remite a una interpretación que
no hubo.
Entonces, en el sistema del Seminario 14, tiene todo su sentido poner
acting en la misma linea de repetición, ya que el acting está definido
como una repetlcíón' se repite de una manera distinta ío que no fue
acogido por eTOtro, lo que na quedadtf eludido del campo del Otro.
Recuerdo de la vez pasada un cierto efecto de entusiasmo al final de
la clase, cuando alguien me decía llegando al ascensor: M ¡Cómo entiendo!
¡Qué bien cómo estoy entendiendo!". No creo que el efecto de la clase de
hoy sea el mismo, pero confío en que la elaboración colectiva permita
entender mejor lo que yo no entiendo muy bien.
Me com prom eto a desplegar exhaustivam ente sublimación-
transferencia y prisa-verdad, pero para la dupla restante pido
colaboración; todo lo que me puedan mandar por escrito será
bienvenido. Tai vez. siguiendo la indicación de Carmona, haya que hacer
un pequeño paréntesis y ubicar las formas del Otro, y eso sirva de
puente; es un camino que se puede ensayar. Quizás ubicando las formas
del Otro que corresponden a cada uno de estos momentos se puede
entender mejor el parentesco, aunque sea por disimilitud, que existe
entre repetición y alienación. Es una propuesta, con algunos signos de
InterrogKión y puntos suspensivos.
6 de septiembre de 2000.
98
Vil. P ris a y v e rd a d
— ------- ^ j a m t n r n B g n ie n ; ■
99
GkAOELA BftOUSKY
verdad
verdad
’r
Inconsistencia del Inconsciente
No soy
100
A /•
FWiDAMETfWS. El ACTOANAimon
critica, señalando que a esos -piquitos de oro" que son las histéricas, en
realidad Freud, no las supo escuchar. Pero de todas maneras sigue
rescatando de él su saber dejar hablar a la verdad, es decir, a la histeria,
lo cual permite ubicar a ambas del mismo lado en el grafo.
consistencia de ser
ciencia
Hay que aclarar que después Lacan pasa a otra concepción del
inconsciente, definido como saber. Y es justa~mente a la altura del
'yppip^rin Lü—tñn t\7 quo óTtn ocurre. especííiFamente a Partir cíe'T.T—
“Proposición..." sobre el pase. El recorrido de un análisis, sin embargo,
no deja de ser concebido como un recorrido doffdierse vair alcanza! Kt(J
verdades parciales, en sucesivos actos conclusivos anticipatorios del~
HpI m íe se espera uña elaboración de saber sobre la
verdad. En El Seminario 17. concretamente, va a ubicar el saber en el'
Ttrffar de la verdad en el discurso del analista.
Es precisamente en este punto donde el sofisma de los tres
prisioneros va nos permite articular algunas cuestiones, puesto que
podemos decir que en el análisis se avanza de un “no sé", “'no sé lo que
soy^Ta un "s^ lo que sov"._de la misma manera oue en el sofisma cada
uno de los prisioneros, avanza desde üñ “fío sé qué color de disco soy",
a un “soy blanco", y algo más, pues cada prisionero dice "soy blanco y
he aquí cómo lo sé”. Es decir, alcanza una verdad sobre su disco» pero
además elabora un saber sobre esa verdad.
Entonces,_se podría en primer lugar concluir, siguiendo a Miller, que
en la enseñanza de Lacan hay una cierta “degradación" de la verdad. No
hay que entender esto como un desprecio; más bien se trata de un
cierto rebajamiento del aspecto más subjetivo, más apasionado, más
vehemente que tiene la verdad asociada a la estructura histérica, o
también asociada a cierto clima de exaltación que puede tener la
entrada en análisis, que es justamente un momento de hlsterificaclón.
Hay una degradación de este aspecto pasional, casi patético de la
verdad que dice exultante "yo hablo", hacia üñ cierto estado en donde
este aspecto de la verdad es dominado por el saber, por un saber
101
fundadc_enja lógica. (Una digresión: hay una cierta tendencia a pensar
que !a lógica es la obsesión, y no es así; en realidad, puede haber un uso
obsesivo de la lógica, puede haber un uso histérico de la lógica, pero la
lógica en sí misma no se homologa a ninguna estructura ni tipo clínico).
Pasemos al otro término del par -la prisa- que también se ubica
unolfe ios vectores del segundo grafo. En la clase pasada G. Brodsky lo
ubicó en el sentido contrario de la operación verdad:
acting
ser
prisa
no ser
i 03
Graoeia Brodsky
O C C O O
A cada uno de los prisioneros les pondrá un disco cuyo color deberán
deducir y fundamentar en motivos de lógica. Sólo les está permitido ver el
color de los otros, pero sin realizar ningún intercambio entre ellos; no
pueden hacer gestos ni hablar, sólo pueden ver el disco que tienen los
otros dos. Además, sólo el primero en concluir será liberado.
Me interesa señalar como ya, en este extracto, se percibe el clima de
urgencia, prisa y angustia que está en juego en los datos mismos que el
carcelero informa a los prisioneros. Este clima caracteriza a toda la
resolución del problema, a pesar de que se les dice que les será dado
todo el tiempo del mundo para resolverlo. Est2 paradoja es más
evidente en el texto original, donde dice que les será dado todo ei loisir,
que en francés, en realidad, es tiempo de ocio. Entonces, lo paradoja!
está en que en la oferta de un tiempo de ocio haya algo del orden de la
angustia, algo que precipita. Esto es interesante para relacionarlo con ia
sesión analítica, ya que ésta se recorta del ajetreo de la vida-cotidiana
como un tiempo de ocio, pero que, al Igual que en el sofisma, se trata de
un ocio donde algo apura, pues está la prisa en juego.
Ahora bien, es importante aclarar que en la sesión analítica no se
trata del apuro a que nos somete la sociedad capitalista actual que hasta
los ocios programa. No se trata de esa prisa, sino de aquella que
podríamos emparentar con el concepto de levedad de Itaio Cálvíno, tal
como la propone en un libro que les recomiendo: Seis propuestas para el
próximo milenio (en el que ya estamos). Creo que el concepto de prisa
en el sofisma y en el psicoanálisis tiene mucho que ver cor» esta
propuesta de Calvino, porque dice que la levedad es lo que ie da aristas
cortantes, filosas, agudas a lo que se presenta como redondo,
homogéneo, aburrido a veces, inerte. 0 sea. todas características que
en realidad podemos asociar bastante fácilmente al goce fantasmático.
Por otro lado, que se les dé a los prisioneros todo ei tiempo o loisir
que necesiten implica (y esto es otra consecuencia interesante para la
sesión analítica) que no hay un tiempo fijado de antemano. Es esto lo
que inquieta en realidad; el carcelero no Ies dice que van a tener poco
tiempo, no Ies dice que van a tener 10 minutos, Ies dice que van a tener
todo el tiempo que necesiten y. sin embargo, es (justamente porque no
hay límite^que ia prisa, la urgencia^ convoca al acto.
T e señala también que el problema a resolver tiene que estar
fundado "en motivos de lógica" y que sólo el primero en concluir será
liberado. Hay algo del orden de la rivalidad que se instala desde el
comienzo, una rivalidad particular, pues está fundada, como dice Lacan,
eñ~~sú}étos de pura lógica~~Cuando el carcelero les aclara a los
prisioneros"que no pueden intercambiar nada entre ellos, lo que está
anulando es toda pregnancia imaginaria especular para la resolución del
problema, y esto es fundamental. No se trata de que un prisionero le
dice al otro: “dale que vos me das algún datito sobre qué color tengo y
entonces yo después te devuelvo el favor, pero que el otro no se entere
porque...". Ninguna de estas cosas (que a veces ocurren en las
comunidades) son las que se Juegan en'el sofisma, donde no hay ningún
rumor, chisme o alianza que permita su resolución. Se trata de otra cosa:
de poder pensar gracias a otros.
Finalmente, el carcelero termina su exposición diciendo: “en cuanto
uno de ustedes esté dispuesto a formular una conclusión cruzará esta
puerta a Tin de que, tomado aparte, sea juzgado por su respuesta". Esto
nos interesa muchísimo, pues el “cruzar la puerta" tiene que ver con el
concepto de acto. Cruzar una puerta remite a un movimiento, a un ir más
iB O é un umbral, a un franqueamiento, a un acto conclusivo que deberá
ser fundamentado. En un análisis ocurre lo mismo, hay franqueamientos
sucesivos y hay un franqueamiento final; este franqueamiento final -que
fue precedido por muchas peripecias previas- puede ofrecerse para que
sea juzgado en el dispositjvo del pase. ,
Concluiré la presentación del sofisma con las tres configuraciones
posibles de acuerdo ai color de disco que el carcelero les puede poner
a cada uno de los prisioneros. La primera configuración posible es: “dos
negros, un blanco". La segunda es: "un negro, dos blancos". Y la tercera
es: “tres blancos". •
1 0 9 0
n. O O O
ni. o o o
' *
- vO
i
107
G rá q ü a B r c o sx y
El ccto y la depresión.
c ~ Ei ¿LturSTsé precipita £On_prisa.en el momento en que surge la
Inconsistencia del Otro, implica dar un salto, implica un riesgo y cierto
arrojo. A la depresión, en cambio. Lacan la definió como cobardía moraL
Entonces, nada m is opuesto a la depresión que el acto. El depresivo
1 suele quejarse de q'ue^ya natfc tiene sentido", cuando en realidad, es
I por eso mismo, porque el Otro con su inconsistencia no puede darle
\ sentido a "quién soy", que algo hay que hacer para "hacerle un ser".
'£sto es lo que el depresivo no asume, porque se acobarda.
y parnnfHa
Quizás se podría pensar que es con la paranoia que el acto tiene algún
punto más afín porque, en tanto barrado, el Otro puede volverse un poco
persecutorio. Recordemos cómo lo formula cada prisionero: "es por miedo
a que el otro se me adelante que me apresuro, porque si no..."
Miller en su último curso alude a que "sólo los paranoicos
sobreviven", y esto es claro en el sofisma. Ahora bien, entre acto y
paranoia hay. obviamente, diferencias. Por ejemplo: el prisionero no le
atribuye un goce al Otro, él no cree -como el paranoico- que el Otro
quiere su mal y por eso se le va a adelantar. En realidad, el prisionero
asume esta paranolzación como un asunto de pura lógica, nada más.
Alicia Yacoi aporta que esto puede relacionarse con e! conocimiento
paranoico de la primera etapa de la enseñanza de Lacan.
El paranoico, en cambio, se queda en el tiempo de comprender
elaborando un delirio sobrecargado de sentido sobre por qué y cómo el
Otro se le quiere adelantar queriendo así su mal y, a veces, "hasta puede
pasar aTacfo para librarse de este Otro persecutorio.
Sobre Qtfoyang±vi<±
^ ÍÜ ie r dícé~que la angustia es la madre d d acto. En un sentido
correlativo, el acto £fue se anticipa a su certidumbre alivia la angustia de
r V X J M t JTXLAJ. M .
^ a c t o
jS Premisa
sujeto
U acto.es lo que va a verificar la verdad anticipada de la premisa y
además, a nivel del sujeto, éste quedará definido como el que ‘habrá
hecho eso", lo cual no es poca cosa.
Egtaangustia por lo que el act ¿Implica justifica que a veces el sujeto
elija la inacción. Recordemos todo lo yatrabajado en clases anteriores:
la soledad del acto, la dosis de transgresión que supone. Miller dice algo
fuerte también, pues se refiere a “la dosis de suicidio que Implica un
acto”. ¿Por qué? Porque un sujeto nunca es d mismo después de un
acto, como si algo ahí muriera. Paul Válery también habla de las “mil
muertes" del sujeto.
111
Graciela S roosxy
“vamos... ¿dale que una vueltita más?". Hay también otra tensión entre
el analizante -para quien el analista siempre concluye demasiado rápido
la sesión- y el analista, que en realidad así evita que su intervención
llegue demasiado tarde y que ei retraso engendre el error. La última
tensión que Graciela señala se refiere a la regularidad necesaria da las
sesiones para que, justamente, el acontecimiento de la Intervención dei
analista sea subjetlvado como imprevisto; sólo sobre ei fondo da le
previsto, lo imprevisto tiene sentido; y es por esto que sólo sobre el
fondo de la espera, la prisa produce un efecto.
Por mi lado, hay un tema que me gustaría especialmente subrayar
sobre el tiempo de la sesión. Lo que el sofisma permite aprender es que
no importa si este tiempo es corto, largo o mediano, porque no es lo
cuantitativo lo que está en juego. El sofisma nos ensefta que no se trata
de un tiempo lineal, que no hay reloj que marque el límite del tiempo de
comprender para así poder concluir.
Lo importante en cada sesión -que no siempre se logra- es que el
tiempo esté determinado por la prisa como función lógica^ Esto quiere
decir que no se trata de la prisa a secas, sino articulada a uña lógica. De
lo contrario, sólo se trataría de la prisa como sinónimo de apuro: “mejor
que hable rápido porque a los 10 minutos me tengo que ir". No es eso lo
que Lacan pretendía, me parece.
^La prisa articulada a la lógica tiene ia función ce precipitar una
conclusión, aunque sea anticipada. ¿Para qué? Precisamente, para que
té pueda avanzar en el problema y para que además algo áhf emerja,
álgo que no es totalmente del orden significante, me estoy refiriendo al
objeto a. Asf como cada prisionero porta ese elemento que es el disco,
sin saber mucho de él, de la misma manera el sujeto ignora qué objeto
es en el deseo, angustiante, del Otro. Para que algún saber se eiabore
sobre esto, mitigando la angustia, la prisa tiene la función de precipitar
un acto conclusivo.
La sesión, a mi entender, no garantiza esto por ser 'certa"; diez
minutos serán lo mismo que cincuenta si todo se reduce al tiempo reloj.
La cuestión es otra: que no hay un segundo significante cue marque el
límite, que el tiempo de comprender, dice Lacan, no está objetivado, no
está objetivado por un reloj. Y esto es lo angustiante, no sólo para el
analizante, quizás más para el analista, porque e! horror al acto analítico
tiene que ver con esta angustia. No es que sea horroroso lo que
hacemos, sino que uno tampoco tiene, como analista, ningún límite
prefijado. ¿Quiénes son los otros con quienes lidiamos para decidir el
corte de la sesión, o sea. el límite del tiempo de comprender? Otros
112
casos, los libros. los cursos, el propio análisis, el control; pero a pesar
de todos estos “otros*, hay un punto en que el analista -habiendo hecho
cierto cálculo- se juega en su acto y después se verá.
Con esto quiero decir que la brevedad y la prisa en una sesión, si no
tienen fundamentos lógicos, son equivalentes al apuro, a la presión que
a veces se experimenta en la vida cotidiana, a un “hay que hablar
rápido" y nada más.
Por otro lado, la prisa no es lo que debe caracterizar a la sesión en su
totalidad. En realidad, la prisa tiene su función en el momento de concluir.
La lógica temporal de una sesión Implica el instante de ver, el tiempo de
comprender y e í momenld de Concluir. La prisa no está desde el comienzo
presión anao al modo de “tenemos que apuramos porque esto se acaba
dentro de poco". La función lógicajie la prisasejuega específicamente en
un punto de la sesión que es el preacto de la conclusión.
114
Fundamentos. El acto aaautko
115
Gp a c zu B xc zsk y
Viviana Cammilli.
Pensaba si no se podría aplicar también la cuestión de la prisa, de
una precipitación, en relación al dispositivo del pase.
Alicia Yacoi
Me interesó la diferencia que enunciaste entre la versión de estaia en
Lacan y la de sofisma; me gustaría que lo retomaras.
Pregunta
Me gustaría que hables un poco más de la prisa en las entrevistas
preliminares, ¿cómo se trabajaría el tiempo lógico para producir ese
paso de la certeza a !a suposición?
Pregunta.
Es algo que no tengo claro: la cuestión de la consistencia o
inconsistencia del Otro en el acto de concluir.
Alejandra Eidelberg.
Responderé primero a esta última intervención.
En el momento final lo que se revela es la inconsistencia dd Otro, o sea,
.la barrad lira del Otro (A)- V se revelatambién que el cbj&o g. ese objeto
que uno_supone ser en el deseo del Otro, rantasmátlctí.v.2E T 5 sitio :i
forma de darle consistencia a! C 1'^
"rebusque" fant asmático que un ar.ól.sis permite construir para, ai UlItn iQ
tiempo, “atravesarlo". Sin fantasma n o te vive. p e ro ra p e ra teal
sujeto estar advertido de esta fundón que el objeto cumple en el fantasma,
advertencia qué á vec® ^e alcánizá en una experiencia tipo "relámpago".
Ahora bien, e! objeto a también tiene -una vez
función particular que es ¡a de precipitar al sujeto en d momento de
concluir a través de un acto: porque e! Otro es inconsist
pena pasar al acto, no como pasaje
a acto
*t 7
G.U-Z£L\ 3R02SKY
V Camrr.illi.
Lo poGés articular con lo que dijiste.
.4. Eideiberg.
¿Q uise te ocurre?
V. Cammilli.
Pienso que cuando hablaste de precipitar en un acto ya estabas
articulando lo que me ibas a responder.
A Eidelberg.
Bueno, gracias por la ayuda. Me parece que una cosa es el llamado
pase clínico, la precipitación de un acto como fin del análisis, y otra
cuestión es que después el sujeto decida, como analizado, dar a saber
los fundamentos lógicos de este acto conclusivo. Por lo que vos
aportás. quizás pueda concebirse como un acto la decisión de
testimoniar en el dispositivo del pase, lo cual pone en juego la
posibilidad de la nominación.
Graciela Brodsky aludió a este tema cuando comentó que Miller, en
"La lógica del pase", utiliza el segundo cuadrángulo de Lacan para
ubicar la cuestión del pase, mientras que ella prefería tomar este
segundo grafo tal como Miller lo trabaja en el 84, como un segundo
recorrido del análisis una vez construido el fantasma. El atravesamiento
no es Instantáneo, quizás lleva, como bien acaba de aportar Paula
Kalfus. alguna marchas y contramarchas, algunas mociones
suspendidas más, hasta alcanzar este “soy" que no es “soy el ob|eto
fantasmátlco con el que doy consistencia al Otro", es otra cosa, es un
Invento diferente. La afirmación de Lacan "soy una verdad incurable", si
bien aparece muy tempranamente en su enseñanza, creo que se
emparents con lo Incurable del síntoma, y de esto se trata en el segundo
recorrido.
¿Por qué creo que es mejor pensar el análisis como un sofisma y no
como una estafa?
“Estafa" es un término con cierto contenido moral. Un sofisma remite
a la lógica. Me parece más Interesante pensar la experiencia analítica
como un sofisma porque eso la convierte en un problema de lógica y no
en un problema moral.
En realidad, fue el mismo Lacan quien habló de la experiencia
analítica como una estafa, pero esto dio lugar a muchos malentendidos,
me parece. Por supuesto que él no hablaba en términos morales, pero
118
Fwdaxs 'íTCS. El acto akkutko
Patricia Pellegrini.
No, pero tengo una pregunta sobre el goce. Entiendo lo del objeto a
como consistencia lógica para darle consistencia a ese Otro que no hay;
sin embargo, me queda la duda de cómo articularlo con la otra vertiente
del síntoma, con el síntoma como goce.
A Eideiberg.
Me parece importante lo que seftalás. Es uno de los puntos que había
de)ado entre paréntesis porque todo no se puede decir. Sin embargo,
quizás algo se pueda agregar.
En efecto, el disco puede ser tomado en dos vertientes según Miller.
Una es la vertiente significante, la oposición binaria: “soy blanco", “soy
negro"; esta vertiente puede corresponderse, en el algoritmo de la
transferencia, con la cadena de significantes como saber inconsciente
que se desarrolla bajo la barra.
Pero hay otra vertiente del disco: la del objeto a como referente
latente de esta cadena significante y en ese punto el disco es lo oculto,
lo que “no sé que soy ’ en el deseo enigmático del Otro. En esta vertiente
no se trata de un tiempo eplstémico, sino de un tiempo libidinal, dice
Miller. Es así como la cuestión de la prisa ligada al objeto a que la tetiza
y la conduce al acto, necesariamente Implica Introducir el campo del
goce en el análisis. El Sujeto supuesto Saber que el analista encarna pero
al cual no debe Identificarse, tiene como referencia el objeto o. Es con el
objeto a que algo de lo libidinal se introduce en esta búsqueda sobre la
verdad que es el análisis, funcionando como causa.
119
G ua¿u Bjuxsxy
4 de octubre de 2000.
i2G
VIH. T ra n s fe re n c ia y su b lim a c ió n
Hasta hace poco pensaba que la única referencia que había sobre !o$
dos grafos que venimos trabajando era la indicación de Lacan en la
reseña del Seminarlo H “La lógica de! fantasma", pero encontré en la
clase : 1$7. del mismo seminarlo, otra mención sobre
los dos cuadrángulos. La cita dice: “Intenté dar una armadura cor. una
cierta lógica que nos interese a nivel de los registros de la alienación y
la repetición, con ios dos esquemas cuadrangulares superpuestos*. .Aj í
que hay al menos dos referencias de la arquitectura totalmente
disimulada de los dos cuadrángulos supei puestos. No tenía presente
esta indicación en el Seminario 14 mismo.
Pude leer la clase que dio Alejandra Eidelberg hace un mes. Me
parece que despliega muy bien y con mucha claridad todas las
consecuencias clínicas de la articulación clásica en Lacan entre la prisa
y la verdad. También pude leer la referencia que sugirió sobre un trabajo
que se utilizó en el taller que ella coordina con Alberto Saúl, donde está
desplegada la lógica misma del sofisma. Hay suficiente material,
entonces, para este tema; no agregaré nada más.
Voy a dedicar la clase de hoy a la segunda de las articulaciones. Son
tres, empezamos con la prisa y la verdad, que es la buena manera de
empezar. Voy a seguir por lo'qus vincula las dos diagonales, es decir.
transferencia y sublimación.
En el primar cuadrángulo, la operación transferencia es la que
permite pasar de la posición de la elección primordial dei sujeto (que es
la elección del “no pienso", la afirmación del jé) a la posición apta para
el psicoanálisis (la posición del “pienso", a costa de perder la referencia
de “quién soy").
122
r tl'MDArJSr.TCS. C.L ACTO AXm U TKO
123
GUCEH S ttC ú S K Y
124
i
FÜ3M*SS70~ Zl ACTO A.\AL'nCO
SL S2
Son dos significantes que forman cadena, pues el saber es el
producto de ía'artTcuTagTgTTde [os significantes, fcsto se corresponde
con la época de su enseñanza en la que afirma que esa es la estructura
misma del inconsciente: una cadena articulada de significantes que
siguen el principio diacrítico de Saussure y que tienen entre sí una
relación de sustitución o combinación. Es lo que Freud llamó
condensación y desplazamiento, son significantes que se sustituyen o
rnn^hínan: se trata de una cadena cuya articulación da una estructura
totalmente formal, yesones un saber.
Una vez que se Keg.i a esta afirmación, se puede d e d f q je p a r a d
psicoanálisis hay saber; esto requiera afirmar que B g B » 5 el
‘inconsciente; más aún, que el inconsciente mismo es un saber y que' /
nuestro saber es" el saber del inconsciente.
Se trata de un saber supuesto. Cuando alguien nos viene a ver.\
iniciamos la experiencia analítica pidiéndole que asocie libremente por i
nuestra creencia en el saber del Inconsciente, porque pensamos que ¡
baStaqüeaíguien empiece a hablar, que articule un significante con otro
para que emerja esa cadena desconocida para nosotros y para el
paciente. Confiamos así en que hay un saber articulado y que se trata de
ponerlo en juego.
Esto es solidario con muchas afirmaciones del psicoanálisis; por
ejemplo, con que el inconsciente es el Otro. No decimos que es Dios, ni
que es la naturaleza. Sin embargo, desde otra perspectiva, se podría
decir que el Otro es Dios, que es ahí donde está escrito el Libro del cual
somos ei texto que además ignoramos. También se podría decir que el
Gran Libro es el libro de la Naturaleza, así como se puede decir que el
Gran Libro es el libro del inconsciente.
Es una Idpa que Lacan explotó: el lugar del Otro como tesoro o
batería de los significantes, como si se representara ese espacio donde
están los si^ñlfiCant^Q'ueTian marcado la vicia de un sujeto y que, en
un análisis, se trata de hacer emerger Asi se entiende bien que "la otra
escena” -como la llamaba Freud-, o el Otro -según Tacan~ es el
Inconsciente, el saber inconsciente. Finalmente, eso es lo gue escribe en
'súlam os^al^oriurto ce la transtereñcTaTcontemporáneo al Seminario
15, “El acto^icoanalítico". 3a‘o la barra supone la cadena significante
y le agrega una “s“ minúscula que es la suposición del sujeto; pone
entonces bajo la barra tanto el saber como el sujeto que se le supone.
s (S ’, S ".S "....Sn)
En el lenguaje popular, se habla de “mi otro yo". Son muchas las
formas que aluden a la personificación de ese saber, pero Lacan
demuestra que su estructura está más allá de lo imaginario.
Una vez afirmado esto, hay que ir hacia atrás y hacia adelante. Hacia
atrás, no en la cronología de la enseñanza de Lacan, sino en lo que puede
ser su lógica. Hay que ubicarse, aproximadamente, en el Seminario 19.
Seminario 20 para encontrar el atisbo del problema, pues es donde Lacan
cuestiona que el inconsciente esté estructurado como un saber.
SI se afirma que el inconsciente es una cadena articulada según
determinadas reglas, como decía antes, todo va como por un carril y
tendríamos el psicoanálisis asegurado. Pero Lacan empieza a cuestionar
la MfnictiBi mir™ <kl Inconsciente y a formular que no es seguro que
el inconsciente sea un saber en « e momentoTaciinaiin flüevóT¿rmlno:
Habla de “enjambre" en lugar de caacna. (.Miner rastrea que, mueno»
artos antes.Ilaean ya nan’a hablado <3e*constelaclón" en lugar de hablar
de cadena).
Lacan formula entonces en el 73 .que el Inconsciente es en principio un
enjambre de significantes que no forman una cadena; es decir, no son
significantes articulados y por consiguiente, no prod agen ningún efecto de
sentido. El inconscléntéyáno se escribe, como lo había escrito antes. S! S?.
~~En lá~"Pf~oposición ." de 196? (que es anterior a la escritura St SP*
como escritura del saber inconsciente^ 1-aran va escribe el saber como
una cadena de significantes, distintos unos de otros: S* S" S’" hasta S„.
Mantiene así el principio diacrítico saussureano de que un significante
sólo es tal por su diferencia con otro significante. Introduce ya el otro,
pero no el otro imaginarlo, el otro omnipotente, el otro que me manda.
126
i
i
i- j;.zá .vf*-ros. £- /.ero axmjtko
el otro que me quiere; tampoco se trata del Otro simbólico, del lugar del
Otro. Simplemente introduce el otro significante, y ya en esta expresión
mínima -que es el corazón mismo de la estructura simbólica- se trata
de algo totalmente dcsimaginarizado, porque el lugar del Sj es el lugar
del otro significante. Para Lacan, una vez que hay un significante y otro
significante distinto del primero, el efecto que_ se deduce es el efecto
sujetó; T>asta que haya un sigñificánte y otro significante para que la
suposlcí5ñdeísü]etosé produzca.
J i ____ h_
. S
Es el sujeto escrito abajo como supuesto, es el efecto sujeto que se
pone de manifiesto cuando uno dice: “no sé quién soñó eso que softé".
La sola formulación “no sé quién softó", “no fui yo", quiere decir: “fue el
otro, ese enano maldito que está dentro mío". Puede tomar las formas
más diversas, pero basta que uno diga “no soy yo quien softó" para que
la suposición del sujeto esté ahí ya presente.
Así que en la mínima forma depurada de la cadena S, S*. ya está el
lygáFdeTOtro. como lugar del otro slgnlfícanteTe! que no es igual al 1
£n cambio, cuando Lacan habla de enjambre, y no más de cadena, lo que
intenta demostrar es ur. estatuto del inconsciente donde los significantes
son todos 1. donde no hay nada que diferencie un significante del otro. No
forman cadena, ninguno puede retroactivamente decir lo que quiere decir el
anterior porque son todos lo mismo. La combinación de dos significantes
con la producción de un efecto de sentido parece diluirse como concepción,
y Lacan pasa a formular que el inconsciente es este "enjambre":
127
G r a o e ia B ao o sxy
128
FCXOAXL'.TOS. EuACTOAWJJfiSO
! 29
El v a lo r jf t..d e p e n d e de-Sj, es retroactivo, y el electo sujeto
depende de esta cadena.
Toda • un sujeto viene a representarse por un
significante Que es el significante de la transferencia. Desde el primer
momento ya hay transierencía, no hay que buscar con lupa su
sigr ficante, basta con que sea; “padezco de algo que no sé qué quiere
decir’'; no hay que buscarlo en los sueños como si fuera una
manifestación del dios mconsciente.^El^jgnificante de la transferencia
es un significante que significa algo, que no se sabe qué quiere decir y
qué se^di^e_alí¿iiL_,
Depende de cuál sea la respuesta del Otro -como en toda fórmula de
la comunicación- para que encuentre acá, en Sq, un psicoterapeuta. o
un psicoanalista o alguien que medique. La estructura es la misma, pero
conviene aclarar que el algoritmo de la transferencia no es la estructura
del psicoanálisis, es la estructura de la transferencia.
Si en Sq se contesta; “es por los pecados que has cometido, hijo mío",
la estructura sigue siendo la misma^pero el saber estará puesto en Dios;
es decir, la estructura es la de telrafttfgrgflCia, pero no"Ta d e ja
transferencia analítica. £sta soio se constituye a conoicion desque el
funcione de detenninaSa manera y no de oirá: es la responsabilidad del
"acto analítico.
Hasta aquí con la primera cuestión. Pasemos a la segunda.
En el primer grafo. la idea de Lacan es que el ejercicio de la
transferencia como Sujeto supuesto Saber debe desembocar en la
verificación^ de~qüe~TTay,~saber sin-sujeto; ~y q u e e s b e s en realidad el
Inconsciente. *------------ 1
131
GRACIELA BROOSXY
unión sexual
(que no hay)
132
Fu\D>VWfTOÍ Su A,CTOK-ÁUIKO
Esto quiere decir que no hay nada a nivel del inconsciente que
permíta establecer cómo se vincula un hombre con una muler. La
1 fórmula de la relación sexual no~se éSCilbe, no está escrita en el
inconsciente, es ése el saber que falta. _^n el punto de partida dej%
segundo graío, allí donde hay un saber qué falta. lo que viene a ocupar
y cubrir ese lugar, a hacer existir lo que no hay, es ei fantasma. . *
\
i
unión sexual
(que no hay)
SOa
Diana AntebL
Quería hacer dos preguntas. La primera: el punto en que se
diferenciaría la ciencia moderna del psicoanálisis, tomando en cuenta el
134
FlSUaMSIfTOS t i ACTO AMALfTKO
Graciela Brodsky.
Sí.
D. Antebi
La otra cuestión se refiere a lo que planteás sobre la sublimación. Me
preguntaba si algo en relación a la Invención no podría rastrearse en
Freud. Recordaba la “Conferencia XXIII", en la que él se pregunta por el
valor de realidad que tiene la realidad íantasmática y concluye que la
realidad psíquica es la decisiva para la neurosis; dice también, s» no
recuerdo mal, que la realidad difiere ampliamente de la invención.
Utiliza ese término para terminar hablando de otro destino posible de la
pulsión que no sea el síntoma. En un momento habla de la realidad
diferenciándola de la Invención.
G. Brodsky.
Está bien la observación, porque para Freud la realidad es la realidad
psíquica, que es exactamente lo que Lacan llama el fantasma. El que
quiera buscar dónde encontrar el fantasma en Freud, si bien se pueden
buscar todas las referencias a las fantasías, las más interesantes son Tas
referencias a la realidad psíquica, donde engloba un campo más extenso
que el campo de la fantasía y dice que eso es el fantasma Ubicar en
Freud que hay una tensión entre la re-Iidad psíquica^ la Invención,
ubica muy bien el punto de partida entre el fantasma y lo que se abre
una vez corrida esa pantalla.
Alicia Yacol.
En el taller trabajamos ese tema. En “La lógica del fantasma" se parte
del punto en que “o no pienso o no soy". Se podría escribir el materna
S(¿) si partimos de que no hay Otro, y ubicar el acting para pensar la
entrada en análisis en la dirección al Otro. Partimos del “no hay Otro”
para construirlo en esa línea del acting.
G Brodsky.
Sí. es lo que le permite a Lacan decir que, incluso a diferencia del
síntoma, el acting es transferencia, salvaje o no Interpretada, pero es
transferencia. Así que la dimensión del acting Introduce, muy de
entrada, al Otro. Esto no significa que alentemos el acting.
Efectivamente, la cuestión es cómo producir, en ese caso, no un
135
GjUCTZIA Brodsky
Pregunta.
Entiendo de dónde parte el concepto de sublimación, pero no
entiendo cómo se llega a este punto de “no saber" que da lugar a la
invención.
G. Brodsky.
Hay momentos en el análisis donde es totalmente verifiable para el
sujeto que no hay más saber que buscar. Son momentos en los cuales el
ui
d é la indeterminación dennconsciente. Esto se constata en la clínica.
El desciframiento del saber, del sentido lleva al punto de “basta, no
hav mÁs nadá úue buscar, lo que no entendí hasta ahora no lo v o v a
entender^más", no dc~párteUeT anáTIiTi.^sino de parte del analizante.
Cuando so encuentra eso. e. tiene que poder captar ese
momento y no relanzar la pregunta, siempre y cuando ese momento sea
verdadero SI la pregunta tiene que relanzarse, se va a relanzar sola,
simplemente con una cita para la próxma sesión.
Hay un límite er. el saber, y es en esa dimensión que se puede hablar
de invención. Por otro ladd, hay un *no hay" a nivel de la satisfacción y
es ahí que se puede hablar de sublimación. Son dos registros diferentes
-uno del lado del saber y otro del lado de la satisfacción pulslonal- para
d.if cuenta de una resolución del impasse a! que sé üc.^n ahí
Pregunta.
Vos hablabas del “saber hacer" y hay otra expresión que es “servirse de".
Yo quisiera saber qué distinción se puede hacer entre estas exp resiones.
G. Brodsky.
“Saber hacer allí con" es una expresión precisa y íechafcle, que
corresponde al Seminario “El sinthoma". en relación a Joyce. Cuando el
síntoma es imposible de seguir analizando -y no porque se haya
evaporado como muchos otro síntomas, sino porque tiene una
consistencia que lo liga a su carácter objetal. al punto donde se
intrincan síntoma y objeto- lo único que queda es “saber hacer allí con";
136
F lW X L U L \7 0 S . E l ÁZTL- AXAU71CO
Alberto Saúl
“Servirse de" y “saber hacer allí con" son dos expresiones que
corresponden a distintos momentos, pero ambas jerarquizan la
cuestión del uso. mucho más allá de la cuestión metafísica, y ese es el
tema de las Jomadas de la EOL este año: "Usos actuales de la clínica".
G. Brodsky.
Bien. Es encontrar, efectivamente, que cuando hablamos del uso. de
los usos de la clínica actual nos referimos a cómo los psicoanalistas
saben hacer con su síntoma. Es e! subtítulo que propongo para las
Jomadas.
Ia de noviembre de 2000 .
IX. Dos b u e n o s d e s tin o s
139
Gñ^dElA Rzozsxy
hecho un enroque para el arto que viene: él va a dar ‘Los fundamentos del
psicoanálisis", y yo voy a dar “Clínica de las neurosis". Es el único cambio
que hay en el sector propedéutico. “Clínica de las psicosis” queda
exactamente igual para el 2001, a cargo de Jorge Chamorro.
El funcionamiento es exactamente el mismo para los tres
propedéuticos, con las pequeñas variaciones que a cada uno le guste
hacer, es decir, va a haber teóricos y va a haber talleres. “Clínica de las
neurosis" seguirá con una frecuencia quincenal y la cantidad de talleres
que haya dependerá del número de alumnos. No sé si será posible, pero
me gustaría poder dar más teóricos, al menos algunos más de los que
he dado este año. ya que con una frecuencia mensual como la
mantenida hasta aquí, se hace difícil seguir su secuencia.
Probablemente la mayoría de ustedes ya haya cursado "Clínica de
las neurosis”, pero para los que todavía no lo hicieron, les comento que
espero realmente poder intensificar los teóricos, contando con la
colaboración de los colaboradores docentes que podrán ayudarme si el
ritmo de los mismos se duplica, por ejemplo.
Paso ahora a la cuestión de la alienación.
Lo primero que surge como sorpresa, cuando se compara la
alienación_en El Seminario 11 y en los Seminarlos 14 v 15. es su
orientación inversa. El primer efecto es que, en estos dos últimos
seminarios, Lacan dice exactamente lo centrarlo de lo que dice de la
alienación en el AY Y en cierto sentido es así, aunque quizás se pueda
dar una vuelta más. Pero partamos de lo primero.
¿Qué es la alienación? No es un concepto inventado por Lacan.
Tampoco es un concepto Inventado por Marx, quien le dio a la
alienación una dimensión totalmente renovada. Tampoco es un término
inventado por Hegel, en quien está la raíz de donde parte tanto la
elaboración marxista como la lacaniana.
La alienación es un concepto griego muy antiguo, va presente en
Heráciito, que le viene muy bien a Lacan. Ya veremos por rué. Es el termino
que pretende dar cuenta, en la filosofía clásica, de cómo lo Idéntico se
transforma en alteridad. de cómo se obtiene la alteridad a partir de lo
idéntico; es decir, de cuál es la esencia del cambio, de cómo se produce.
Recordemos que hay al menos dos grandes posturas. La primera
sostiene que no hay cambio; la segunda, que sólo hay cambio y no hay
identidad. Heráciito se presenta como el defensor de la idea de que todo
es cambio. Zenón es el que sostiene que nada es cambio; su flecha, por
supuesto, se desplaza pragmát lean ente, pero filosóficamente, como para
llegar ai fondo hay que llegar a la mitad esl cuarto y para llagar a la mitad
J V
r(//*OA¿t£STQZ. i - .1 CTO /Ji/jSttV O
¿Cómo se nombra el campo del ser? Hay que ver cuál es la pequeña
astucia de Lacan aquí. Dice que el campo del ser. tal como se presenta
en el psicoanálisis, es e! campo de la hipóstasis del sujeto.
Este es un concepto griego que Lacan utiliza al comienzo de su
enseñanza de la mano del concepto de alienación. Utiliza esa referencia
para el estadio del espejo, donde el sujeto se ve en el espejo y se aliena
en esa imagen, se toma por otro para salir de la prematuración y así se
pierde él mismo. La anticipación que implica ia imagen especular -pues
permite salir de la prematuración y de la fragmentación- explica su
efecto de júbilo para el sujeto. Pero en ese mismo movimiento el sujeto
se aliena, se enajena, pues al tomarse por otro pierde su ser en la imagen
y queda fijado a ella.
A esto Lacan lo llama la hipóstasis del sujeto. Es una identificación
“sin desplazamiento", contrariamente a lo que es el estatuto usual de la
identificación. Y utiliza en el esquema lo que sería la carta de
presentación del sujeto: el “soy" del sujeto; es decir, el significante al
cual el sujeto se aliena y que es su máxima identificación, el S..
143
Graoela Brodsky
ÍladoQueda del lado derecho el saber (S,-) y la cuestión es qué queda del
izquierdo, del lado del ser. En e! encuentrcTer. e! a'cícmlsmo er.
el sujeto se hace representar por un significante p&ra otro significante,
Lacan usa el esquema para demostrar que lo que se pone de manifiesto
j deTTado del sujeto y su ser es un vacio, tn realidad. e! mecanismo de la
alienación está hecho para poner de relieve esta parte vacía
{sombreado-), es decir, io que no es el Sj, lo que no es la hipóstasis del
sujeto y que sólo se pone de manifiesto cuando se produce este
encuentro con el OtroTAntes no se notaba. Es a partir de haber puesto
en la parte central el elemento común S, que se pone en evidencia que
resta una parte mochada del Sj. ¿Qué quiere decir esa parte vacia?
Pienso
No soy
(campo del Otro)
148
Una vez que el sujeto se pone a pensar, entregado a la asociación nure,
ya no sabe más quién es, pierde el ser Es decir, que la alien^Káón de El
Seminario 11 -tal como está pensado el cuadrángulo en los Seminarios 14
y 15- sejxxlría ubicar en él en la juntura entre la operación vejdad^Ja
operación transferencia, pasando por el campo del Otro.
Este recorrido es el recorrido que planteamos para el análisis ij la
hipóstasis d d sujeto del lado del “soy’*; 2) la opción de la transferencia.
es decir, poñér ese "soy” en referencia al campo 3el Otro; 3) d resultado;
“ahora pienso y ya no soy", d g.
El $, que es el resultado de la alienación en B Seminario 11. equivale
al resultado de la operación verdad bajo transferencia d d Seminario 14.
Cuando hablamos de alienación en términos de El Seminario li,
hablamos de la dirección hacia el Otro. Cuando hablamos de alienación
en el Seminario 14 hablamos de la afirmación del ser.
FlrtáflBHne. 10 que Lacan demuestra en E¡ Seminario 11 es la
impotencia del saber para darle sentido al sujeto y esto le permite abrir
d camino para la segunda operación, la separación, en la que el
conjunto vado se coloca también del lado d d sentido, d d Otro, junto
con d S2.
147
Gracjeu B rodsky
Graciela Brodsky.
Parece que hemos traído conflictos donde no los había.
M. Del Giúdice.
Me puse a pensar entonces: ¿por qué este cambio en Lacan? ¿Qué
consecuencias tiene pensarlo de una manera o pensarlo de otra para la
clínica?
G. Brodsky.
Efectivamente, esa es la buena pregunta. Cuando Lacan cambia sus
perspectivas, siempre conviene preguntarse para qué lo hace.
La respuesta fácil es decir que los mecanismos de alienación y
separación están pensados por Lacan, en Eí Seminario 11, para dar
cuenta de la constitución del sujeto; mientras que el recorrido del
cuadrángulo está pensado, en los Seminarios 14 y 15, para dar cuenta
i del recorrido de un análisis. Son dos problemas distintos. En El
I\ Seminario 11 se plantea cómo es que donde algo no existía algo adviene,
cómo de la nada se pasa a algo; mientras que el cuadrángulo es el
recorrido de la cura. Pero no es una respuesta completa, porque
también se pueden usar los mecanismos del Seminario 11 para dar
cuenta de la cura.
Otra respuesta, pero que habría que. demostrarla, es que Lacan
utiliza' lo que tiene a mano cada vez: sean los diagramas de Venn o el
artículo de Barbut sobre las estructuras en la matemática y la
descripción del cuadrángulo de Klein. Es decir, que hay una cosa
totalmente circunstancial que no obedece a ningún plan prefijado. Se
podría, desde esta óptica, responder que no hay ningún “para qué" en
Lacan, que usa lo que le sirve mejor.
Tercera respuesta: el esquema de la alienación desemboca en la
separación. El extremo al que Lacan llega con la alienación es al de ver
de qué manera el sujeto se separa del Otro! Se trata de la pista hegeüañá:
cómo e! sujeto recupera el “sí mismo", cómo la enajenación se deshace.
La separación no da cuenta del acto analítico. La separación da cuenta
de lo que, en el mejor de los casos, es la solución ele la transferencia, la
separación del analista: no buscar más el sentido en el Otro.
De esta manera, los dos esquemas responden muy bien al
movimiento de un análisis. El interés que para mí tienen los
cuadrángulos de los Seminarios 14 y 15 está en el segundo de ellos, es
decir! en el que se plantea qué hacer con la separación. En efecto, si uno
se limita al primer cuadrángulo de Klein, es posible hacerlo coincidir
i
Fuxdamevtos. El acto asawxxj
S2 S,
El lugar que le corresponde al analista es a fy. Es así como Lacan lo
plantea en un pequeño texto del 75 sobre el discurso analítico,
presentado en las Universidades de Estados Unidos. Lo que le
corresponde al analizante es: J / S,.
El inconsciente puesto en marcha en d dispositivo analítico produce
el objeto a Es el discurso del amo o del Inconsciente, que se escribe así:
150
fíjNDAUENTOS. El ACTO AKAUTKO
6 de diciembre de 2000.
151
I
/ (
I
IND ICE