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Sumario: I. Introducción, II. Iter del caso, III. Decisión de la corte suprema, IV.
Consideraciones sobre la Casación 454-2014, Arequipa, V. Consideración final.
I. Introducción
1. La “condena del absuelto” es uno de los aspectos más controvertidos que trae
consigo el proceso penal peruano, puesto que la situación de la persona que ha sido
absuelta en primera instancia y posteriormente condenada en segunda instancia, dada la
configuración de nuestro ordenamiento jurídico, pone en cuestión la vigencia de
principios y derechos fundamentales que componen el debido proceso, como los de
pluralidad de instancias, plazo razonable y derecho defensa.
4. La sentencia casatoria in comento fue emitida en el marco del proceso penal que se
siguió contra Alexis Gamarra Palomino a quien se absolvió en primera instancia y se
le condenó en segunda por la comisión del delito contra la fe pública, en la modalidad
de uso de documento falso, previsto en el segundo párrafo del artículo 427° del Código
Penal.
9. Por otro lado, en el marco de esta decisión, la Corte Suprema estableció como
doctrina jurisprudencial los fundamentos jurídicos 4.15 y 4.16 de la Ejecutoria, a saber:
«4.15. Con lo anterior expuesto, se concluye que si bien esta Sala Suprema tiene mayor
jerarquía y rango que la Sala Penal de Apelaciones, siendo por tal razón un órgano
judicial distinto; sin embargo, esta máxima instancia judicial no tiene competencia para
poder realizar una revisión integral, independientemente de la denominación que se le
pueda dar al recurso, ya que su competencia resolutiva está limitada producto de la
interposición y fundamentación del recurso extraordinario de la casación penal, no
siendo este último recurso uno de carácter eficaz para el caso en concreto por limitarse
al análisis de los aspectos formales y legales de la sentencia expedida, esto es, de
control de constitucionalidad y de legalidad, así como de unificación jurisprudencial».
”4.16. (…) mientras no se implemente ninguna de las propuestas dadas por este
Supremo Tribunal -órgano jurisdiccional capaz de revisar la condena del absuelto-,
corresponde anular el fallo condenatorio dictado en primera y segunda instancia para
que si en un nuevo juicio se le encontrara culpable del delito imputado, tenga la
posibilidad de impugnar la sentencia condenatoria por medio de un recurso de
apelación”.
En efecto, dado que se trata de una decisión condenatoria de segunda instancia, no cabe
más una apelación, sino que, el único recurso existente pasible de ser accionado es el
recurso de casación. Sin embargo, el recurso de casación, en la práctica, se torna
ineficaz para resolver el problema de la condena del absuelto:
ii) debido a la naturaleza del recurso (al ser un recurso extraordinario, tiene causales
taxativamente definidos en el Código Procesal Penal y su examen se limita a revisar y
controlar la constitucionalidad y legalidad de La decisión impugnada).
12. En la Casación comentada, se señala que la Corte Suprema, pese a tener mayor
jerarquía y rango que la Sala Penal de Apelaciones, no tiene competencia para poder
realizar una revisión integral de la sentencia de segunda instancia, y, por tanto, la
casación no puede ser un recurso de carácter eficaz para resolver la problemática de la
condena del absuelto (Fundamento N° 4.15).
Lo afirmado por la Corte Suprema es correcto, toda vez que el recurso de casación al
constituirse como un medio impugnatorio extraordinario apunta a un control questio
iuris, es decir, de las cuestiones jurídicas, no permitiendo un control total e integral de
la sentencia recurrida (por ejemplo nueva valoración de pruebas). Más aún, porque
mediante la casación se busca la correcta interpretación de la norma (nomofilaxis), que
permita la uniformidad de los pronunciamientos judiciales (unificación de la
jurisprudencia).
13. La Corte Suprema señala, además, que en tanto no se implementen sus propuestas
(dadas en anteriores pronunciamientos que están orientadas a la necesidad de
implementar una sala que tenga competencia para revisar las condenas de los absueltos),
lo adecuado es anular los dos fallos, es decir, los fallos dictados en primera y segunda
instancia. Según la Corte Suprema, esto permitiría que si en un nuevo juicio se
encontrara culpable al acusado, este tenga la posibilidad de impugnar la sentencia
condenatoria por medio de un recurso de apelación. (fundamento 4.16).
La solución dada por la Corte Suprema es correcta, sin embargo, resulta insuficiente. En
efecto, si bien con esta medida se estaría tutelando el derecho del condenado por
primera vez en segunda instancia a recurrir la sentencia que lo encuentre culpable
posibilitando, luego de la anulación de las sentencias, un nuevo pronunciamiento de
primera instancia por un nuevo juzgado, sin embargo, el problema que justamente
generó la condena del absuelto no es resuelto y se mantiene latente. En efecto, en el
nuevo proceso podría repetirse el camino ya recorrido, por ejemplo que se absuelva al
acusado nuevamente en primera instancia y luego en segunda instancia se le condene,
evidenciándose un fenómeno procesal que podríamos denominar como el “eterno
retorno”.
14. Esta situación -de dilación del proceso debido a las reiteradas declaraciones de
nulidad- que posibilitaba el art. 301 del Código de Procedimientos Penales, fue
justamente la que motivo que en la nueva ley procesal se introdujera la posibilidad de la
condena del absuelto. Lamentablemente, la ley no contempló la implementación de un
mecanismo procesal para posibilitar la revisión de este tipo de sentencias, situación que
ha generado un peligro para la plena vigencia de algunas garantías procesales. Por ello,
ante este escenario, y más allá de la solución “momentánea” presentada por la Corte
Suprema, se hace necesario impulsar una reforma legislativa orientada a resolver
definitivamente el problema.
Sin embargo, si se atiende a los principios procesales y a las ideas políticas que
orientaron la reforma procesal penal, no es viable una apelación ante la Corte Suprema.
En primer lugar, porque supondría la desnaturalización de los cometidos de la Corte
Suprema que debería limitarse a la revisión de las sentencias expedidas en segunda
instancia cuando estas son planteadas mediante recurso de casación a efectos de cumplir
con su fin nomofiláctico y de uniformización de la jurisprudencia. En segundo lugar,
esta propuesta también Va en contra de la idea de hacer excepcional la intervención de
la Corte Suprema. Si se habilita una apelación suprema la carga procesal de esta Corte
se incrementaría aún más, pues a la actualidad la Corte Suprema ya tiene una carga
procesal proveniente de la revisión de casaciones, juzgados y salas para altos
funcionarios, además de los Recursos de Nulidad en virtud de las competencias que
emanan del Código de Procedimientos Penales. En tal medida, adicionar a la Corte
Suprema la competencia de revisar las sentencias donde se ha producido una condena
del absuelto, supondría una sobrecarga procesal que afectaría aún más la celeridad
procesal de esta alta instancia.
16. Según nuestra opinión, una reforma legislativa orientada a resolver esta
problemática, debería partir de las siguientes consideraciones:
17. Considero que debería consolidarse el criterio que afirma que el tribunal de
apelación no debe encontrarse habilitado para condenar al absuelto en primera instancia.
En caso que el tribunal de apelaciones observe elementos que podría llevar a una
condena, solo debería poder anular la sentencia y ordenar un nuevo pronunciamiento
indicando la atención de los elementos que ameritan una nueva valoración por parte de
juez de primera instancia. De esta manera, el nuevo juzgamiento deberá implicar
necesariamente la absolución de los vicios procesales cuestionados, además de integrar
los elementos de prueba que ameritan nueva valoración. Sin embargo, para evitar el
problema de las nulidades reiteradas, la reforma legislativa debería limitar el contenido
de la apelación de la nueva sentencia de primera instancia para limitar la revisión a
la questio iuris, no pudiendo modificarse los hechos.
V. Consideración final