Está en la página 1de 112

ro

N
N
V
H
~~
~·s
ro
>
~
ro
(f)
~~ rn
o~~
~<o
.:=
C'l
¡:: o
t;$' ~ g ~ ·~
<.I
~~
flJ Qj ·~
o ~ ;HQ
~ .-:~
1j
~
ó ro ~~
o 0'C
~
o ÜO
V ~ (l.)
~ (/)~
~
;-:
f1
I

INDICE

a INTRODUCCION Y PRESENTACION 9
a l. VIEJISMO. LOS PREJUICIOS CONTRA LA VEJEZ 16
l. Las dos teorias ............................................................ . 17
t:I 2. Prejuicios contra la vejez ............................................. . 23

=-o 3. Prejuicio más común contra la vejez ............................ . 30


1

4. Bibliografia ............... .... .................. .................. ........ . . 36

2. FACTORES BIOLOGICOS Y SOCIALES QUE INCIDEN


Cubicrla de Guslavo Macri
EN LA PSICOLOGIA DEL ENVEJECIMIENTO 38
1. Introducción .................................. ....... ..................... . 38
lo. cdicirin, 1988
2. ¿Qué es la mediana edad? .......................................... . 40
la. rl'i111pres11i11 , 1991
3. Caracteristicas de la mediana edad ......... .................. .. 42
2a. rci111prcs11i11, 1993
4. Distintos tipos de envejecimiento ...................... .. ....... . 44
5. Factores psicológicos en el envejecimiento ................ . . 46
~ .Jo. rei111presi1i11, 1996
6. Factores biológicos en el envejecinúento .................... . 48
-fo . re1111prcsití11. 1999
7. Factores sociales en el envejecimiento ....................... . 50
~ La n•prndun·11111 tul al o p:1rc1a l de f'Sle libro . e n cuíllquin fornw qu e 8. Conclusiones ................ ..... ....... .... ..... .. ... ........... ........ . 54
'
1 ...: 1•a, idcntu.:a o mmlifirnda , t·~<.Tita a m:iquina. por l'I sistema 9. Bibliografia ................ ...... ............ .... ... .................. .. ... . 55
a "mulllJ!T:tflh··. n111111 ugrafu. im11re~o pur fotocopia, folodupl1caciún,
1

1'1-.:. . nn aulori za d<t por los edilorcs, \'iola dnct:hos rese rvados .
3. LAS DEPRESIONES EN LA VEJEZ
('u;1lqu1t•r t1t1liz;1ciim tlda' se r 11rpviamenle !)olicilada. 58
l. Introducción ............ :................................................. . 58
<D 1988 d e tuda s las ediciones 2. Clasificación de las depresiones ................................. . 61
Edilurial Paidós SAICF 3. Depresiones neuróticas ............................................. . 65
Defensa 599, Buenos Aires 4. Depresiones psicóticas .............................................. . 78
e-mail : paidol it@internet.sisco tel .com 5. Depresiones secundarias .. ................. .... ........ ...... ·...... . 89
Ediciones Paidós Ibérica SA 6. Diagnóstico diferencial .......................... : ................... . 90
Mariano Cubi 92, Barcelona 7. Apéndice ................................................................... . 92
~:ditorial Paidós Mexica na SA 8. Bibliografia ................................................................ . 100
Ruben Dano 118, l\lexico D.F.
4. EL CONCEPTO DE NARCISISMO EN LA VEJEZ
qul'da hecho e l de pcis ilo <¡ue previene la Ley 11.723 Y SU CONEXION CON LAS DEPRESIONES.
linpreso en la Argentina - Printed in Argentina UN ESTUDIO PRELIMINAR 102
1. El narcisismo en la teoría psicoanalítica ..................... . 102
Impreso en GnHica J\ll'S 2 . La interioridad ........................................................... . 106
Sanl 1agn de Estero 338. Lanú s, en enero de 1999 3. Los destinos de la interioridad .................................... . 108
4. La perfección narcisista ............................................. . 115
ISBN 950-12-·112~-G 5. La moral culposa ....................................................... . 120

5
e::
41::
G:::

6. Ejemplificación de la teoria con un viejo


-=
41::
conocido: Fausto ........................................................... . 123 :
7. Conclusiones ............................................................ .
1 Para Raquelita.
132
con quien será muy lindo ~
8. Blbliografia .. ...... .......... .......... ...... ....... .. .... ................ . 132
envejecer juntos.
5. LA SEXUALIDAD EN LA VEJEZ 134
1. Introducción ...... .......... ... ......... ... ..... ............. ............. . 134
2. Datos estadísticos ..................................................... . 1431,· ti::
3. Datos fisiológicos .................................. .. ................ . . . 145
4. Consideraciones psicológicas .....................................; 149 l e
5 . Consideraciones clínicas ... ... .................................. .. . 152
6. Conclusiones ......... ............................ ..... ................... . 164
7. Dibliografia ..... .. .. ..... ......... ....................................... .. 166

6. PSICOTERAPIA EN LA VEJEZ.
REVlSION BIBLIOGRAFICA COMENTADA
a. Revisión bibliográfica ................................... .
168
170 -=
b. Comentarios críticos y actualizaciones .......................
c. Blbliografia complementaria ..................................... . 1
7. EL TRABAJO EN LAS FAMILIAS
187
210 -=
e
EN LA CLINICA PSICOGERIA1RICA 212
l. Teorías psicológicas..... .. .. .. . .. .... .. .... .. . .. .. . .... . . ... .. . .... . 213
2. Teoría cultural........................................................... 21 7
3. Teoría sociológica....................................................... 218
4 . Conclusiones............................................................. 220
5. Bibliografia .................... .... :....................................... 221

6
I INTRODUCCION Y PRESENTACION

WUl you stal need me, will you slillfeed me,


when I'm síxty f our?
THE BEATLES ... década del sesenta.

Cuando me ubico como lector frente a una publicación


científica. además de su contenido me interesa saber
quién es su autor, cómo llegó a desarrollar su pensamien-
to sobre el -tema y en qué momento histórico-social lo
hizo. No siempre encuentro respuesta a estos Interro-
gantes. y entonces tengo la sensación de que a mi lectura
le falta algo. Como supongo que esta inquietud puede ser
compartida por muchos de mis lectores, les ahorraré el
trabajo y me presentaré personalmente.
En primer lugar - cronológicamente hablando- soy
médico. A través del estudio de la medicina aprendí mu-
chas cosas importantes, pero una sobresale entre las
demás: la gente que padece viene en busca de los médicos
para que curemos o aliviemos su padecimiento, y noso-
tros estamos obligados, por nuestro conocimiento y por
nuestro juramento, a hacer todo lo posible para lograrlo.
Esta convicción ha regido mi actuación durante toda mi
vida profesional, y es lo que ahora pretendo transmitir
en este libro, el cual ha sido pensado para ayudar opera-
tivamente a los colegas ante el requerimiento sufriente de
sus pacientes viejos.
En segundo lugar - siempre cronológico- soy psicoa-
nalista. No me alcanzaba solamente con curar - o tratar
de hacerlo- , sino que tuve necesidad de saber cómo y por
qué enfermaba la gente. El psicoanálisis me brindó los
instrumentos necesarios para procesar el conocimiento
extraído del eontacto y observación de otros seres huma-
nos. sufrientes o no, desde una perspectiva distinta de la
que me habían enseñado mis maestros en la Facultad. El

9
apasionamiento por esta nueva ciencia me llevó a cursar tencia. Illia. Onganía. la noche de los bastones largos. el
los estudios en el Institulo de la Asociación Psicoa- secuestro y muerte de Aramburu, el cordobazo, la guerri-
nalítica Ar~enlina. lla, el Perón de Madrid. Lanusse. Nadie quedó afuera de
En aquella época. tanto el aprendizaje como el ejerci- esta conmoción y. por supuesto, tampoco el psicoanálisis
cio del psicoanálisis eran bastante distintos de como son y los psicoanalistas.
ahora. Una pequeña élite monopollzaba ambas activi- Al tomar conciencia de la problemática social en la
dades y dislribuía conocimientos y posibilidades de tra- que estaban inmersos. y la repercusión que esto tenía so-
bajo clenlro de un círculo muy estrecho, Jo que les asegu- bre la salud mental de toda la población. comenzaron a
raba el ejercicio contlnuado del poder. Pero lo que sobre- abrirse en su labor terapéutica hacia la comunidad y se
salía como resultado de esta estructura era que los psicoa- insertaron en los pocos servicios oficiales que entonces
nalistas desempeñaban su profesión casi exclusivamente existían. El primer intento exitoso de acción comunita-
en su s consultorios privados. lo que llevaba a un desco- ria, resultante del encuentro de la psiquiatría y el psi-
nocimiento de las necesidades reales de gran parte de la coanálisis. fue el servicio del Hospital de Lanús, bajo la
población. Como consecuencia, realizaban sus observa- dirección de Mauricio Goldemberg. No sólo debe recono-
ciones en el pequeño mundo de sus pocos pacientes y lue- cerse la labor asistencial allí realizada. sino que en ese
go. a partir de allí. sacaban conclusiones que luego no tiempo y lugar se formó un grupo importante de jóvenes
siempre demostraron ser aplicables fuera del consulto- profesionales que marcaron nuevas pautas en el manejo
rio. Demás está decir que su repercusión social era casi de la salud mental en nuestro medio. Muchos de ellos. lue-
nula. go del período de oscurantismo que hemos vivido recien-
Sin embargo, algunos psicoanalistas visionarlos. temente, han retomado su actividad directiva en alas de
imaginativos y creadores decidieron rebelarse contra la democracia ..
esta estructura de poder centralizada y en la segunda mi- Esta apertura hacia la comunidad. este salirse del en-
tad de los anos 50 comenzaron una apertura intelectual y cierro del consultorio privado, llevó a los psicoanalistas
pedagógica desde las aulas de la Facultad de Medicina, a manejar masivamente situaciones terapéuticas distin-
auspiciada por los jóvenes directivos del Centro de Estu- tas y que necesitaban un nuevo abordaje teórico-técnico:
diantes. Esta apertura tuvo una enorme e inmediata re- adolescentes. parejas, familias. comunidades. institu-
percusión, sobre todo entre la intelectualidad joven, ciones y hospitales de día pero. como de costumbre, un
constituida principalmente por estudiantes de medicina .. gran sector de la población quedó olvidado. los viejos.
médicos recién recibidos y, un poco más adelante. por los Hubo. justo es reconocerlo, algunos intentos indivi-
primeros estudiantes de psicología que cursaban sus estu- duales de aplicación del psicoanálisis a la atención
dios en la Facultad de Filosofía y Letras. Arnaldo Ras- geriátrica. pero que lamentablemente no trascendieron
covsky. Angel Garma. Enrique Pichón-Riviere. Armlnda en una extensión comunitaria adecuada. No obstante es
Aberastury, José Bleger y David Llberman entre otros. importante recalcar la visión anticipatoria que tuvieron
fueron los maestros de esta generación que hizo su irrup, Edgardo Rolla y Natalio Cvick del grave problema social
ción masiva dentro del enonne fem1ento intelectual que involucrado y el enorme esfuerzo solitario que realiza- ~
fue la década de 1960. ron.
Por influjo de la tecnología, con la 1V a la cabeza de los
rnedios de comunicación masiva, Buenos Aires dejó de ser
Así llegamos a 1970. En mayo de ese año asistí casi por
casualidad a una de las reuniones mensuales que la
e
provinciana y todos nos vimos envueltos. y más o menos Sociedad de Psicología Médica. Medicina Psicosomática
comprometidos. con situaciones y personajes de otras y Psicoanálisis realizaba en la Asociación Médica Ar-
latitudes: la Cuba de Fidel Castro y del Che Guevara, Ken- gentina y me encontré con un cuadro insólito dentro de
nedy, los Beatles. la guerra de Vietnam. los hippies. la mi quehacer profesional: un psiquiatra muy simpático,
marih11ana, la revolución sexual. Luther King, el mayo muy carismático y muy preparado hablaba con un entu-
francés, Allhusser, Marcuse. Lacan. las guerras de libera- siasmo contagiante sobre su trabajo con los viejos. Contó
• ción nacional. Argelia, Fanon, las ideologías. la guerri- lo que él hacía en el Hospital Moyana. en su consultorio
lla. Nueslro país también tuvo lo suyo: Frondizi, la resis- particular, lo que se hacía en otros lugares del mundo. lo

10 11 ~
que se podría hacer, las condiciones que él creía que de- porque considero que solamente tomando conciencia de
bería reunir un profesional para trabajar en este campo y estos prejuicios, y de nuestra propia participación en e-
muchas otras cosas más. Este psiquiatra era Mario Stre- llos, será posible comenzar a encarar una verdadera
j ilevich. · acción social tendiente a erradicar esta práctica tan per-
Quedé tan sorprendido y fascinado a la vez con lo que niciosa. Los profesionales que pretendan dedicarse a la
había escuchado. que ese día se definió mi tercera identi- psicogeriatría, para que su accionar sea efectivo y repa-
dad profesional: prácticamente desde entonces soy psico- ratorio, deberán empezar por aceptar que ellos mismos
geriatra. Nunca voy a terminar de felicitarme lo bastante son sujetos que llevan dentro de sí el proceso de envejeci-
por haber concurrido esa noche a la AMA. Cuando poco miento. Si intentan negarlo segregando a los viejos, o
tiempo después, un par de amigos que ocupaban cargos di- permitiendo que otros lo hagan, pagarán caro su error: no
rectivos en el Centro de Salud Mental Nºl de la Munici- se reconocerán en el viejo que serán.
palidad de Buenos Aires me pidieron que fuera a trabajar Las teorías del apego y del desapego son estudiadas en
al servicio con ellos, no tuve ,ninguna duda y les propuse detalle porque brindan el marco conceptual para la discu-
que me dejaran intentar hacer psicoterapia con viejos, lo sión en profundidad sobre este tópico.
cual fue caluros~mente acogido porque ,-- me dijeron- no El otro punto que trato en este capítulo es la diferencia
sabían qué hacer con los pacientes mayores de 50 años entre los diagnósticos basados en "el criterio médico de la
(?). Así nació el equipo de Psicogeriatría y Psicoprofilaxis salud" y en "el criterio funcional". Esto apunta a dejar de
· de la Vejez, que comenzó a funcionar en octubre de 1970 y considerar la vejez solamente desde el punto de vista defi-
cuyo desarrollo y fom1a de funcionamiento se describen citario y encarar la comprensión de sus aspectos saluda-
en el capítulo 6. Este servicio fue el primero de su género bles.
que funcionó en el país, durante mucho tiempo el único, y El capítulo 2, "Factores biológicos y sociales que inci-
luego sirvió de estímulo y modelo para los que después se den en la psicología del envejecimiento", es la transcrip-
fueron creando en otras instituciones. ción del trabajo original obligatorio que presenté en el
Es interesante destacar que en la elección del nombre concurso por el cual gané, en 1987, el cargo de profesor ti-
para el equipo se nota nuestra inexperiencia de aquella tular de la cátedra de Tercera edad y Vejez de la Facultad
época, así como el prejuicio que sobre la vejez teníamos, de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Al consi-
porque el término "profilaxis" remite al concepto de pre- derar estos temas preferí centrarme en un aspecto nove-
vención de enfermedades ... y la vejez no es una enferme- doso en nuestro país, pero de gran repercusión en los me-
dad. dios científicos de otros lugares como EEUU o Inglaterra,
El trabajo en el Centro se extendió hasta principios de y que es la Mediana Edad. Más allá de las dificultades
1976, cuando la asfixia política imperante en el país hizo para su definición cronológica, la caracterización que
insostenible la construcción de proyectos en las institu- hago de ella pennitirá al lector ubicarse rápidamente en
ciones oficiales y, sobre todo, los ligados al psicoanálisis el período que se describe. Creo que es de fundamental im-
y a la psicoterapia, pero mientras duró fue un período de portancia desarrollar este tema porque es en esta edad
aprendizaje muy fructífero durante el cual se gestaron cuando hacen eclosión situaciones conflictivas
gran parte de las ideas que luego he ido perfeccionando en individuales resultantes de las series complementarias,
la clínica psicogeriátrica y que son las que, en definitiva, tal como las describe Freud, y que detem1inarán los dis-
trataré de transmitir desde estas páginas. tintos modos del proceso del envejecimiento humano.
Hasta aquí la historia y su contexto; ahora el libro .. Aquí tambiéJ1 intento rebatir el concepto tan repetido de
En el capítulo l,"Viejismo. Los prejuicios contra la .ve- que el envejecimiento es una crisis, y para hacerlo recu-
jez", me ocupo detalladamente de las fom1as de discri- rro a la discusión sobre el término crisis en sí mismo.
minación que se ejercen contra los viejos y las conse- El capítulo 3 se adentra en el problema más acuciante
cuencias que ello provoca. Este es un tema que me ha pre- de la psicopatología que se prdenta en esta edad, "Las de-
ocupado especialmente y al que he dedicado mucho tiem- presiones en la vejez". Este es un tema arduo y dificil, tan-
po, no sólo en estudiarlo sino en difundirlo por todos los to por su extensión como por las discrepancias que se ob-
medios de comunicación masiva de los que dispuse. servan en su conceptualización al revisar la bibliografía

12 13
tribuciones realizadas en el mundo en este campo. y pos-
pertinente. He preferido centrarme en el aspecto clínico teriormente fo ubico desde una perspectiva fundamental-
con alguna apoyatura teórica. en lugar de utilizar el méto-
do más corriente que es el abordaje teórico con ejempli- mente clínica.
El capítulo 6. "Psicoterapia en la vejez". resume mejor
ficación clínica. He pensado que de esta manera puede que ninguno mi experiencia psicoterapéutlca con los•vie-
servir de guía para los colegas que comienzan a· aden- jos. Empleo aquí un método que, creo. resultará novedoso
trarse en este terreno. para el lector aun cuando le demandará un poco más de
He dejado de lado la clásica denominación psi- atención que la corriente. Se trata de una revisión bi-
quiátrica de Mdepresión reactiva" y la he sustituido por la bliográfica de diez artículos de autores nacionales y ex-
de "duelo patológico". y para sustentar este punto de vista tranjeros que considero de gran trascendencia por sus
dedico una parte importante del trabajo a la descripción implicaciones técnicas y que nos permitirá ver cuáles son
del "duelo nom1al" y a las similitudes y diferencias entre los esquemas referenciales utilizados y cuál su aplicación
ambos. clínica. Luego comento. en forma crítica o ampliada. al-
"El narclslsrno en la vejez y su conexión con las depre- gunos puntos que me parecen especialmente importantes.
siones", el tema del capítulo 4, puede considerarse como con lo que haré una puesta al día de los mismos y así po-
parte de la discusión teórica de lo expuesto en el anterior. dré mostrar mis propias ideas. fruto de mi experiencia
Al elegir. entre las múlUples definiciones que tiene el tér-
mino "narcisismo". aquella ligada con la autoestima, es- personal.
El capítulo 7. último,"El trabajo con las familias en la
tudio la escala de valores que todos los sujetos construyen clínica psicogeriátrica". fue presentado en el Primer Con-
en relación con su yo ideal. A partir de allí, sigo las vicisi- greso Argentino de Psicoanálisis de Pareja y Familia, en
tudes de la interioridad, y, en relación con el aumento de 1987. Ahí sostengo el papel primordial que reviste el tra-
ésta durante el envejecimiento. describo sus dos posibles bajo con la familia en el tratamiento de los pacientes vie-
estructuraciones: reminiscencia o nostalgia. De ellas de- jos. colocándolo, en cuanto a eficacia. junto a la psicote-
penderá, en gran medida, lo que llamamos el "buen" o el rapia y a los psicofármacos. No propongo recetas para su
"mal" envejecer, y también adelanto la hipótesis de la re- abo.rdaje sino que ofrezco los modelos teóricos que creo
lación entre la nostalgia y la construcción de las depre- que hay que utilizar para conceptualizar los fenómenos
siones endógenas. La reminiscencia está adquiriendo observables. modelos que deben ser extraídos tanto de las
cada vez más trascendencia en la literatura pslcoge- teorías psicológicas como de las culturales y sociales.
riátrica mundial en función de considerársela una herra- Esto es todo. Espero que además de interesante. el libro
mienta eficaz para el tratamiento psicoterapéutlco de las
depresiones en la vejez. y por eso necesita de su profundi- les sea útil; ése es mi objetivo.
zación teórica. Para ejemplificar parte de lo expuesto re-
curro al estudio de un aspecto de la personalidad del doc-
tor Fausto. tal como lo describe Goethe en su obra más co-
nocida.
En el capítulo 5 abordo el tema tan apasionante como
revulsivo de "La sexualidad en la vejez". Es impresio-
nante lo poco que se sabe, más aun, lo poco que se dice so-
bre ella. especialmente en los círculos científicos, en
donde se debería esperar un menor nivel de mojigatería
y /o prejuicio. pero. ¿a cuántos de ustedes les han explica-
do algo sobre esta fonna de la sexualidad en las facultades
de medicina o de psicología? Me propongo en este capítulo
tratar de suplir este déficit y brindar la mayor cantidad
de lnfom1aclón posible para un enfoque adecuado del
tema. comenzando por deslindar los conceptos de sexua-
' lidad y genltalldad; luego paso revista a las mayores con-
\ 15
14
\

1
'
ellos y sus problemas. No debemos olvidar ql}e. por su
propia situación vital de indefensión o invalidez. estas .
~ 1. VIEJISMO. LOS PREJUICIOS CONIRA lA VEJE~ personas están en nuestras manos y, por lo tanto. la
manera como encaremos el problema influirá de modo
decisivo sobre su destino. Por eso insisto en que es preciso
hacer consciente esta ideología subyacente para evitar
que, por desconocimiento, podamos transformar una
pretendida actitud terapéutica en iatrogén1ca .

.,
1. lAS DOS TEORIAS
~
Cuando uno observa el trabajo de los colegas en el con-
sultorio de una institución. o cuando escucha las refle-
xiones y los pedidos de las familias de los viejos que vie-
;1 nen a la consulta, o cuando repasamos la literatura
r geriátrica que proviene de cualquier parte del mundo, nos
La vejez es un tema conflictivo, no sólo para el que la es fácil advertir que hay dos formas prevalentes de enfo-
vive en sí mismo, sino también para aquellos que, sin ser car la problemática de la vejez y que ambas se contrapo-
viejos aún, diariamente la enfrentan desde sus roles pro- nen. Corresponde que revisemos la bibliografía para ubi-
fesionales de médico, psicólogo, asistente social, enfer- .,
t carnos en sus orígenes y fundamentos.
mero. o como hijo, como colega, como socio, como vecino A fines de la década del 50 el Comité sobre el desarrollo
o como un simple participante anónimo de las multitudes humano de la Universidad de Chicago inició una inves-
que circulan por nuestras grandes ciudades. tigación sobre los aspectos sociales de la vejez que cul-
El grado de conflicto que representa para cada uno y minó en un libro publicado en 1961. titulado Growing old:
las conductas defensivas que se adopten para evitarlo the process oj disengagement sus autores fueron E. Cum-
estarán determinados por la historia personal de los par- mings y W. E. Henry. Desde su aparición, al postular la
ticipantes, la cual habrá ido sedimentando a través de su- teoría del desapego (disengagement theory), 1 este libro se
~ cesivas experiencias, fantasías y represiones en una ideo- ha constituido en el punto obligado de referencia de todos
'¡::a
¡ logía general sobre lo que es la vejez, cuáles son sus cau-
sas y consecuencias. y sobre cuál es la mejor manera de
los investigadores sobre los aspectos psicosociales de la
vejez, y prácticamente nadie ha dejado de citarlo en sus
comportarse frente a ella. trabajos, ya sea a su favor o contra él.
En la mayoría de los casos, esta ideología determinada De acuerdo con esta teoría, a medida que el sujeto enve-
por nuestra inserción sociocultural permanece incons- jece se produce una reducción de su interés vital por las
ciente para nosotros, y sólo es posible detectarla. por el actividades y objetos que lo rodean, lo cual va generando
t:I ojo entrenado, a· través de los aspectos conscientes de la un sistemático apartamiento de toda clase de interacción
misma, es decir, observando la conducta cotidiana y rei- social. Gradualmente la vida de las personas viejas se se-
terada que se utiliza en el trato directo con las personas para de la vida de los demás, se van sintiendo menos com-
viejas. Forma parte de lo que solemos llamar "nuestra prometidas emocionalmente. con problemas ajenos, y
forma de ser" o "nuestro carácter", pero ignoramos en qué están cada vez má.s absortas en los suyos propios y en sus
medida estas conductas están determinadas por aquella circunstancias. ~te proceso - según los autores- no sólo
E:9 ideología. pertenece al desarrollo normal del individuo, sino que es
Desde mi trabajo institucional he podido observar la deseado y buscado por él, apoyado en el lógico declinar de
enorme importancia que esto tiene. tanto en el trata-
miento que se dispensa a los viejos desde el punto de vista l. En el presente trabajo utilizaré la palabra desapego como traduc·
profeslonal. como en la forma teórica de pensar sobre ¡ clón de dlsengagement. La prefiero a otras que a veces se utilizan, como
desarraigo, desvinculación o desenganche.
16 17
sus capacidades sensorlomotrlces. lo cual le permite tma no tiene valor. La crítica teórica es que la teoría del desa-
redistribución adecuada de sus memrndas reseivas sobre pego no es un sistema axiomático en el sentido científico,
menos objetos, pero más significativos para el sujeto. Al 1 sino, en el mejor de los casos, una prototeoría. La crítica
mismo tiempo, este distanciamiento afectivo lo pone a empírica, tal vez la más seria, es que la evidencia usada
cubierto de confrontaciones con objetos y situaciones que para soportar la teoría es inadecuada o, aun más, no cier-
le plantean problemas de dificil solución, y que cuando ta".
no puede hallarla le engendran cuadros de angustia, por Havinghurst y colaboradores (1968). usando el mismo
ejemplo. relaciones eróticas cuando siente disminuidas material original de Cummings y Henry, intentaron
sus capacidades sexuales o sus atractivos fislcos; compe- modificar esta teoría y redefinieron el desapego como un
tencias por trabajos cuando sus rivales son más jóvenes, simple proceso más que como una teoría del envejeci-
etc. Como consecuencia, aun siendo individual, este desa- miento óptimo, pasando a constituir solamente una de
pego cumple secundariamente una función social impor- las formas posibles. Los 88 sujetos estudiados podían in-
tante al no interferir, o más bien permitir, un adecuado cluirse dentro de las siguientes categorías: 1) los integra-
desarrollo económico de las generaciones más Jóvenes. dos, es decir aquellos que presentaban la mayor cantidad
Los puntos sobresalientes de esta teoría y que es preci- de variables positivas personales; 2) el grupo "defensivo",
so remarcar para entender cabalmente su significado sos- agresivo y lleno de energías: 3) el grupo pasivo-
tienen que: 1) éste es un proceso universat es decir que ha dependiente: 4) el grupo no integrado, pobre en todas sus
ocurrido y ocurre en cualquier cultura y tiempo histórico; capacidades personales. Estas cuatro categorías eran co-
2) es un proceso mevitable, porque está apoyado en proce- munes tanto a hombres como a mujeres. Este estudio co-
sos pslcobtológicos. y 3) que es mtrínseco, es decir que no rroboró otro similar realizado en California por Rei-
está condicionado ni determinado por variable social al- chard y colaboradores (1962).
guna. ~ .
El estudio de Carp (1966) llevado a cabo en una residen-
De esta premisa se desprende ·claramente que la con- cia geriátrica en Texas. comprueba que en un entorno
ducta que es aconsejable seguir frente a los viejos, ya sea positivo la gente vieja generalm~nte prefiere la actividad
como profesionales. como familiares o como amigos, y los contactos sociales informales más que el desapego.
debe ser inducir o favorecer un apartamiento progresivo Sugiere que algunas conductas de los viejos, tales como el
de sus actividades como un paso de preparación necesaria desapego por ejemplo, son el resultado de conductas ad-
para la muerte. versas del entorno más que elementos constitutivos pro-
pios de la edad.
Esta teoría del desapego, luego de su publicación causó ·Maddox (1973) contrapuso su "teoría de la actividad" a
un considerable Impacto porque en su conjunto recogía la anterior y sostuvo que los viejos deben permanecer ac-
una cantidad de hechos obseivables que. al ser conve- tivos tanto tiempo como les sea posible, y que cuando
nientemente estructurados y relacionados entre sí, ciertas actividades ya no son posibles deben buscarse sus-
proveían una sólida base para enfrentar problemas deri- titutos para ellas. La personalidad previa del viejo debe
vados de una sociedad de producción capitalista. Más ade- servir como llave para comprender las reacciones a los
lante veremos cómo está instrumentada socialmente y a cambios biológicos y sociales que se producen con la ~
qué finalidades puede seivlr, pero entretanto digamos edad. Esta teoría estaba apoyada en el estudio de sujetos
que a partir de 1963 comenzó a ser objeto de fuertes notables que habían creado obras de arte, realizado des- E
críticas. que aún no han cesado y que es preciso revisar cubrimientos científicos u obtenido logros polítlco- "
detenidamente. sociales a edad avanzada y, a pesar de que las excepciones
no sirven para establecer teorías generalizadoras, hay en
s::
Bromley (1966) señala que "las críticas a la teoría del
desapego pueden agruparse convenientemente en tres esl<' 1 · • .ljo lineas (](> pensamiento muy importantes que
clases: prácticas, teóricas y empíricas. La crítica práctica cuuviene desarrollar en profundidad, como veremos más
es que creyendo en esta teoría uno se inclina a adoptar adelante.
una política de segregación o de indiferencia hacia los La critica teórica ha recibido entre nosotros un impor-
viejos o a desarrollar la actitud nihilista de que la vejez tante refuerzo en un interesante trabajo de Andrés y

18 19
_.,·.

Gastrón (1979). en donde. entre otras cosas. señalan que Esta cita pone el dedo en la llaga de toda la controver-
Mel problema principal reside en la dificultad de encon- sia: el hombre aislado es un problema y no un ideal; por
trar contraejemplos. Los autores resuelven las críqcas lo tanto, mal puede argüirse el apartamiento y el desapego
presentando hipótesis ad hoc: 1) frente a casos anómalos como un proceso intrinseco del ser humano y deseado por
de desarraigo, se trata de desarraigos no exitosos. Una él. Los procesos intrínsecos puros no existen como tales,
persona está desarraigada. sea bien o mal desarraigada. sino que las conductas hay que estudiarlas y comprender-
:::» pero en ningún caso está arraigada; 2) en otros casos
anómalos el problema está en la edad. El desarraigo está
las como resultado de la dialéctica del ser hu mano con el
medio y el momento histórico-social en el cual se desen-
fuera de época; o bien ya ocurrirá o bien se está en 'el ca- vuelve. No hay que olvidar, por otra parte. las enseñanzas
mino de'; 3) otros casos anómalos formarían parte de un \ que se desprenden del estudio de la historia de la humani-
grupo selecto desde el punto de vista biológico, y hasta !1 dad, en la cual se ve que el pasaje de la naturaleza a la cul-
psicológico. A tal grupo pertenecería Bertrand Russell, 1
tura se hizo fundamentalmente por la posibilidad de
1
por ejemplo; 4) otros casos anómalos son tratados como compartir que tuvieron algunos homínidos primitivos. A
variaciones de formas del desarraigo: tales los trabajos partir de allí ha quedado arraigada en toda la especie hu-
antropológicos". Más adelante .los autores señalan que · mana una tendencia a asociarse con otros y a participar
Mlas hipótesis ad h9c sólo concluyen mostrándonos una en grupos y asuntos comunitarios. Por lo tanto, toda po-
teoría sin con~raejemplos, esto es, irrefutable. Y, como sibilidad de ser dentro del contexto humano es posible
sabemos, un(;l., teoría irrefutabl,e, en el sentido popperiano, solamente en relación con otro, o con los objetos contin-
pasa a ser no cien~ífica". , gentes. Toda satisfacción de necesidades o deseos es pro-
Como vemQs. )as críticas, a la teoría del desapego son vista sólo en estas relaciones objetales, y la separación o
muchas y provienen de campos diversos; por eso la argu- !
f' el aislamiento deben ser comprendidos como formando
mentación no ,ha llegado a estructurarse en una teoría ho- parte de la patología o de la acción prejuiciosa y segrega-
mogénea que se le pueda contraponer íntegramente. cionista contra los viejos de ciertas estructuras sociales,
Además. la mayoría de los investigadores que se han ocu- 1 pero de ninguna manera como normalidad. MPara que la
1
pado de ella provienen del mismo medio sociocultural en vejez no sea una parodia ridícula de nuestra existencia
que fue acuñada, Estados Unidos. y. en consecuencia, no f
1 anterior no hay más que una solución", dice S. de Beau-
han podido desprenderse de las ataduras ideológicas de ' voir (1970), "y es seguir persiguiendo fines que den un sen-
una sociedad individualista y fuertemente competitiva. , tido a nuestra vida: dedicación a individuos, colectivi-
=- No obstante. creo que es preciso recoger los puntos funda-
mentales de estas criticas y tratar de agruparlos en lo que
podríamos llamar razonablemente la teoria del apego.
dades. causas, trabajo social o político, intelectual, crea-
dor. Contrariamente a lo que aconsejan los moralistas,
lo deseable es conservar a una edad avanzada pasiones lo
Comencemos por ubicar el problema. Bleger (1963) bastante fuertes como para que nos eviten volvemos so-
decía: Mse supone que el ser humano es originaria y primi- ¡ bre nosotros mismos. La .vida conserva valor mientras se
tivamente - tanto como especie cuanto como individuo- 1,
acuerda valor a la de los otros a través del amor, la amis-
un ser aislado, no social. que asimila con esfuerzo y gra- tad, la indignación. la compasión". Por otra parte. no
dualmente la necesidad de relacionarse con otros indivi- decimos nada nuevo con esto: Hipócrates aconsejaba
duos; de esta manera, un problema que se le planteaba a 1
1 moderación en todos los terrenos, pero sin interrumpir
la psicología era el de investigar cómo los seres humanos sus actividades, y en el siglo 11, Galeno decía Mque el viejo
entran en relación los unos con los otros y, para ello, se
emitió la hipótesis - entre otras- de un iñStinto gregario . '¡i tome baños calientes. beba vino y además sea activo" .
Cuando se invoca la disminución de las capacidades
o de una energía especial, la libido. El problema viene jus- 1 sensoriomotrices como el argumento de apoyo que sos-
a tamente, en la actualidad, a plantearse en términos total-
mente invertidos; ya no se trata de saber cómo individuos
1 tiene la teoría del desápego, se está cometiendo el error
'
1
¡ tan común de juzgar la posibilidad de satisfacción que
a aislados devienen seres sociales, sino cómo de inte-
grantes de una cultura y de seres eminentemente sociales,
pueden obtener los viejos en sus actividades con la óptica
comparativa de las personas más jóvenes. En otro lugar
llegan a producirse o resultar hombres aislados". · me he referido a esto (1973). pero vale la pena insistir con
20 21

1
1 1
el ejemplo porque es muy demostrativo. Si a los 30 años
el promedio de actividad sexual se sitúa en tres contactos
Estas son las dos teorías. antagónicas y con conse-
cuencias diametralmente opuestas. Personalmente no

í
11.
semanales y esto es lo que permite un estado satisfactorio
adecuado para la salud mental de un individuo, es obvio
que a los 65 ó 70 ya no será posible mantener este ritmo.
tengo ninguna duda de que la segunda, la del apego. es la
correcta y la que hay que tratar de utilizar operativa -
mente. pero tampoco tengo dudas de que la otra, la del de-
pero la satisfacción de sentirse activo, querido y necesita- sapego, está mucho más arraigada y extendida. cons-
do que provee el goce sexual compartido será la misma en ciente o inconscientemente, en todos los estratos de nues-
relaciones mantenidas cada 15 ó 20 días. La insatisfac- tra sociedad. y que produce un fenómeno que. parafra-
ción y la angustia consecuente sólo sobrevendrán en seando la teoría, podríamos llamar de desapego hacia los
aquellas personas que permanezcan preocupadas en una viejos.
situación competitiva con el recuerdo de sí mismos cuan-
do jóvenes. En esto, como en otras actividades humanas.
el secreto del buen envejecer estará dado por la capacidad 2. PREJUICIOS CONTRA lA VEJEZ
que tenga el sujeto de aceptar y acompañar estas inevita-
bles declinaciones sin insistir en mantenerse joven a La vasta mayoría de la población de todas las culturas
cualquier precio. y esto no quiere decir que se renuncie, tiene un cúmulo de conductas negativas hacia las perso-
sino todo lo contrario; quiere decir que hay que mantener nas viejas. inconscientes algunas veces, pero muchas
una lucha activa para tratar de obtener el máximo de sa- conscientes y activas. Butler (1973) ha sido el primero en
tisfacción con el máximo de las fuerzas de que en cada llamar la atención sobre este fenómeno y lo h.a estudiado
momento se disponga. El que ha sido gran tenista en su concienzudamente tratando de establecer su origen y con-
juventud, en su vejez jugará al golf. pero seguirá siendo secuencias. Basado en estas investigaciones ha acunado
deportista. un término. ageism, cuya traducción al CG\Stepano pre-
En este sentido siempre he tratado de desalentar en los senta algunas dificultades. Luego de un prolongado estu -
viejos conductas competitivas de este . tipo que se dio, estas dificultades nos han lleva.cio a la necesidad d e
manifiestan en la conocida expresión: "Mire doctor, ten- crear un neologismo para su equivalencia: vieJisrno.
go 70 años y vea qué joven estoy". "No senara - le respon- Por lo tanto. el término viejismo define el conjunto de
do- usted no está joven, usted está muy, pero muy bien prejuicios. estereotipos y discriminaciones que se apli-
dentro de la edad que tiene". La juventud no vuelve y can a los viejos simplemente en función de su edad. En
Jamás hay que alentar falsas expectativas que siempre sus consecuencias son comparables a los prejuicios que se
están destinadas al fracaso y que encierran la crueldad sustentan contra las personas de distinto color, raza o re-
del desengaño. La única posibilidad de éxito es luchar ligión, o contra las mujeres en función de su sexo. La dife-
contra el enemigo presente y no contra el fantasma del rencia radica sólo en el hecho de que los viejos no poseen
pasado. ese estado en razón de su nacimiento en un medio deter-
SI aceptamos estas premisas. nuestra conducta hacia minado. sino que lo adquieren en razón de la acumula-
los viejos, cualquiera sea el rol que ocupemos. será la de ción de cierto número de cumpleaños. Veremos luego la
tratar de que éstos se mantengan apegados a sus objetos y importancia que esta dlferencia comporta.
actividades la mayor cantidad de tiempo posible y. cuan- Hay otro término, gerontofobia, que también es utili-
do no, tratar de encontrar sustitutos derivativos. Esta zado con frecuencia pero que debe ser convenientemente
será la única fomrn de hacerles sentir que la vida aún distinguido del viejismo. Gerontofobia se refiere a una
vale la pena de ser vivida. Los que trabajamos psicotera- más rara conducta de temor u odio irracional hacia los
péuUcamente en este campo sabemos muy bien que la viejos, de manera que es menos abarcatlva y debe ser in-
queja mayor que manifiestan los viejos es la pérdida de cluida dentro del viejismo y no utilizarla como
roles sociales. y que la dolencia más extendida en esta sinónimo.
edad es la depresión, cuyas causas. como sabemos, son la Los prejuicios contra la vejez, como cualquier otro pre-
separación o la pérdida de objetos reales o fantaseados juicio,· son adquiridos durante la infancia y luego se van
considerados necesarios para satisfacer un deseo. asentando y racionalizando durante el resto de la vida de
¡ 23
! 22 ~
¡'
\
los seres prejuiciosos. Generalmente son el resultado de dos. con los cuales son identificados los viejos. "Está esti-
identificaciones primitivas con las conductas de perso- mada en 300 millones la cantidad de gente en el mundo
nas significativas del entorno familiar y. por lo tanto, no con deformidades físicas visibles. Esto causa problemas
forman parte de un pensamiento racional adecuado, sino emocionales. en parte a causa de la actitud de la sociedad
que se limitan a una respuesta emocional directa ante un hacia ellos. En las culturas prirn1t1vas estos decrépitos (a
estímulo determinado. Estos orígenes quedan luego su- los cuales se les agregaban 1os viejos) eran frecuente-
mergidos en el inconsciente. y a los individuos prejuicio- mente impulsados a morir. Esta 'solución final' no es ob-
sos les resulta dificil, cuando no imposible, reconocer el via en las sociedades actuales, pero ciertas actitudes apa-
tremendo impacto que estas identificaciones tienen sobre recen sorprendentemente similares". En un estudio efec-
su pensamiento o conducta, que resultan en una mala in- tuado por dos psicólogos alemanes sobre las actitudes de
terpretación de los hechos, reacciones inapropiadas, escolares normales, niños y jóvenes, hacia los discapaci-
desinterés o rechazo según el caso. Busse (1980) señala tados. la mayoría (63%) pensaba que las víctimas debían
que las personas prejuiciosas muestran una llamativa ser institucionalizadas (es decir colocadas fuera de la vis-
disociación en sus conductas, pues al serles requerida una ta). Muchos creían que "ellos seguramente preferirían
explicación sobre su manera de comportarse la dan en morir". Cuanto más jóvenes menos piedad sentían y era ·
términos lógicos y adultos, en tanto que sus respuestas mayor la aversión. El temor es la base de la hostilidad, y
emocionales muestran una sobreexageración irracional la ignorancia la prolonga. El temor es de que esto me pue-
de la ansiedad, desesperación, temor o Jurta que corres- da pasar a mí, por lo tanto o debo escaparme o debo lu-
ponden a patrones de conducta lrÚantiles de respuesta a char activamente en contra.
estímulos externos dificiles de controlar. Estos sentimientos irracionales, estructurados en con-
El resultado de la identificación irúantil en la cons- ductas prejuiciosas, como he señalado más arriba, están
trucción del prejuicio contra la vejez se ve muy bien en un ampliamente extendidos en toda la población pero son
cuento de Grumn; 1cltado por Simone de Beauvoir (1970), especialmente peligrosos cuando los poseedores de ellos
que no requiere· mayores explicaciones: "Un campesino . son los médicos o psicólogos que tienen a su cargo la res-
hace comer a su padre sepatado de la familia, en una ponsabilidad de la salud mental de los viejos. En ellos el
pequeña escudilla de madera; sorprende a su hijo juntan- viejismo está intemalizado de tal manera que les es su-
do maderttas: 'Es para cuando tú seas viejo', dice el nifto. mamente dificil reconocerlo conscientemente y brinda la
Inmediatamente el abuelo recobra su lugar en la mesa base de la institucionalización de la teoría del desapego.
común". Gibson (1970) señala que los psiquiatras son pesimis-
El mismo Busse (1980) intenta explicar el origen del tas con respecto al tratamiento de los pacientes viejos.
prejuicio hacia los viejos diciendo que "en cierto momen- Revisando las historias clínicas de 138 pacientes ma-
to d".Jrante los años de formación educativa, los niños ob- yores de 65 años que fueron admitidos en un hospital psi-
servan que la vejez va asociada con declinación mental y quiátrico privado durante un período de tres años, en-
física. Ven en sus abuelos la pérdida de la vitalidad, un contró que el pronóstico fue considerado pobre en el 80 %
declinar del vigor mental y del atractivo corporal. De par- de los casos; aun más, el 60 % fue desahuciado y enviado
ticular importancia en los cambios corporales son la pér- de vuelta a su domicilio dentro de los 90 ·días. Gallagher y
dida de la suavidad y tersura de la piel y las modifica- otros ( 1965) observaron que de los pacientes comprendi-
ciones físicas asimétricas. Se agregan a éstos otros mu- dos entre los 15 y los 29 años, el 66,7 % recibían psicote-
chos cambios tales como la pérdida del cabello, la pig- rapia; entre los 30 y los 39 años la recibieron el 38,5 %, y
mentación de la piel, arrugas y la tristeza de la mirada. La entre los 40 y los 65 años sólo el 15.4 %.
persona en desarrollo ve estos cambios indeseables que En un estudio realizado por Ford en 1980 sobre el com-
acompañan a la vejez e inconscientemente rechaza tanto portamiento de 179 psiquiatras con respecto a los viejos,
el proceso de envejecimiento como a las personas que son encontró que aquéllos consideraban a éstos menos inte-
portadoras de él". resantes como pacientes que a jóvenes con iguales
Butler ( 1973) señala que otro factor que se agrega es la síntomas. Al mismo tiempo, se sentían mucho menos in-
propensión humana de hostilidad hacia los discapaclta- clinados a practicar psicoterapia (especialmente con vie-

24 25
jos depresivos) que con los jóvenes y, consecuentemente, gencia, en el cual el más grave recibe menos atención
prefirieron u t lllzar drogas. en el convencimiento de que porque es menos probable su recuperación.
la psicoterapia no serviría de mucho. 5. El paciente puede morir durante el tratamiento. lo cual
Butler ( 1973) pone especial énfasis en la amplia evi- afecta el sentimiento de importancia (¿omnipotencia?)
dencia de viejismo detectable en ciertas publicaciones en del terapeuta.
el campo de la salud mental. y cita un párrafo del texto de 6. Los terapeutas se sienten disminuidos en su esfuerzo
Noyes y Kolb, Modem Clinical Psychiatry, muy difundi- por sus propios colegas. Habitualmente se escucha de-
do y conocido en todos los países. en donde describen a los cir que los gerontólogos o los gerlatras tienen una pre-
viejos de la siguiente manera: "Un disgusto por los cam- ocupación morbosa por la muerte: su interés por los
bios. una reducción en la ambición y en la actividad, una viejos es o "enfermizo" o, por lo menos. sospechoso.
tendencia a concentrar el Interés en sí mismo. una difi-
cultad incrementada para la comprensión, un incremen- Las conclusiones 1, 2 y 6 concuerdan casi exactamente
to en el tiempo y en el esfuerzo para adaptarse a nuevas con las investigaciones que personalmente he realizado
circunstancias. una disminución de la simpatía hacia durante mi trabajo institucional en el Centro de Salud
ideas nuevas y una tendencia a la reminiscencia y a la Mental Nºl y que he publicado en 1973, no así las 3,4 y 5,
repetición deben ser considerados como síntomas de la que considero poco relevantes en un equipo de profesio-
demencia senil aun si éstos pueden pasar desapercibidos nales convenientemente entrenados. En el trabajo men-
como fonnando parte de la regresión de la personalidad. cionado señalaba, justamente, la cantidad de bromas de
Muchos viejos tienen poca capacidad de expresar senti- los colegas a las que estábamos penosamente expuestos
mientos cálidos y espontáneos hacia los demás ... El pa- los miembros del Equipo de Psicogeriatría, y hacía hin-
ciente resiente lo que considera como interferencias de capié en la enorme dificultad que tuvimos para conseguir
las personas jóvenes y muchos se sienten rechazados por personal que ingresara a trabajar con nosotros. a pesar
ellos. Muchos muestran una hostil pero ansiosa y teme- de que todos los años se presentaban entre 100 y 200 pro-
rosa dependencia. Cierta tendencia al aislamiento está fesionales solicitando trabajo como .psicoterapeutas en la
presente". En esta descripción hay sólo verdades a medias institución. Pudimos car:acterizar d conflicto .,_ partir de
en la caracterización de la demencia senil, pero más ob- nuestra propia inserción dentro de la práctica médica .
via es la visión pesimista que intenta generalizar sobre la Todos sabemos que ésta se realiza en condiciones de gran
vejez. El joven estudiante que lee este material se ve refor- dificultad porque el enfrentamiento con la etµermedad
zado en sus actitudes negativas y pr.e juiciosas, más que siempre genera un cierto grado de ansiedad. y que la posi-
alentado a comprender y acercarse a los viejos. bilidad de desarrollar con mayor o menor éxito nuestro
El Group for the Advancement of Psychiatry enumeró quehacer profesional dependerá de la instrumentación de
en 1971 algunas de las razones de las actitudes negativas nuestras conductas defensivas frente a ella. La más
de los psiquiatras para tratar a las personas viejas: común y elemental está constituida por el par defensivo
disociación-negación. Para ello recurrimos sim-
1. Los viejos estimulan a los terapeutas temores sobre su bólicamente al escritorio, que interponemos entre noso-
propia vejez. tros y el paciente. y nos permite separar omnipotente-
2. Reactualizan en los terapeutas conflictos reprimidos mente la salud pe la enfermedad. Por ejemplo, si entrevis-
en relación con sus propias figuras parentales. tamos a un señor con un cáncer de laringe ubicamos
3. Los terapeutas piensan que no tienen nada que ofrecer rápidamente las cosas: el enfermo es el que está del otro
a los viejos porque creen que éstos no van a cambiar su lado del escritorio. no nosotros. Las estadísticas médicas
conducta o porque sus problemas están relacionados nos pem1iten protegernos en el porcentaje de los no can-
con enfem1edades cerebrales orgánicas intratables. cerosos, y sabemos que las posibilidades de que lo con-
4. Los terapeutas creen que no vale la pena hacer el esfuer- traigamos son bastante lejanas. Otro tanto ocurre cuando
zo de prestar atención a los psicodinamismos de los entrevistamos a un psicótico. Las estadísticas nos ayudan
viejos porque están muy cerca de la muerte: algo simi- otra vez, el enfermo allá, aquí la salud; la posibilidad de
lar a lo que ocmTe en el sistema médico militar de ur- ,~onfundirnos es otra vez remota. Pero la única oportuni-

26 27

L
dad en la cual esta conducta defensiva fracasa por com- psicólogos y asistentes sociales con un largo entrena-
pleto es cuando entrevistamos a un viejo. porque ya no miento en el campo psicoterapéutico. Cuando comertza-
podemos separar las cosas: si tenemos el tiempo sufi- mos nuestra tarea, estimulados por nuestro nuevo objeto
ciente todos llegaremos a eso, no hay escapatoria. Un vie- de trabajo. las cosas comenzaron a desarrollarse
jo frente a nosotros es como una especie de "espejo del magníficamente y las reuniones conjuntas que rea-
tiempo", y como todos sabemos el destino que la sociedad lizábamos dos veces por semana trasuntaban un clima de
impone a la vejez - desconsideración, rechazo, aisla- alegría y optimismo, que más tarde pudimos conceptuali-
miento, explotación y depósito en sórdidos lugares a la zar como hipomaníaco. y que respondía, justamente, a la
espera de la muerte- . nos provoca angustia frente a este postura de que nosotros éramos los jóvenes que
futuro posible y nos impulsa a escaparnos de ella. En atendíamos a los viejos. pero sin mezclamos con ellos. La
otras palabras. elegimos no atenderlos. vejez venía una vez por semana a visitamos y después se
Otra fuente de dúicultad que se le plantea a los terape-.i- iba, pero nosotros seguíamos siendo jóvenes todo el tiem-
tas y que también pudimos detectar e investigar se deriva po. Pero a poco andar este clima casi festivo se fue dilu-
de una fuente vivencial directa. De todas las posibilidades yendo y comenzamos a sentir cierto grado de malestar
terapéuticas que le ofrecen a un profesional desde un pun- cuyo origen no conseguíamos detectar. Desgano en el tra-
to de vista del factor evolutivo humano, es decir niños, bajo, pérdida de interés en los pacientes, conflictos entre
adolescentes, adultos y viejos (nótese que me refiero a este nosotros, eran los síntomas observables y que fueron en
aspecto estrictaµ-i~pte y no al psicopatológico). son estos aumento hasta que en una reunión bibliográfica. al leer
últimos los que se le presentan como los objetos viven- tin trabajo de J. Dry (1970). comenzamos a damos cuenta
ciales más desconocidos. El profesional en su momento de lo que nos sucedía. Allí aprendimos que la vejez no es
ha sido niño, luego adolescente, ahora adulto, y esto le algo abstracto que está allá, en el futuro, y que nos ha de
permite acceder, por lo menos en parte, al entendimiento alcanzar algún día, día que por procedimientos más o me-
de la problemática de sus pacientes a través de una viven- nos mágicos podríamos alejar a voluntad. Allí aprendi-
;::9 cia subjetiva directa, experiencial. Pero en su inmensa mos también que algunos de nuestros órganos comienzan
' -
mayoría :i;io han llegado a viejos y en su acercamiento a . a envejecer a los siete años y que muchas de nuestras ca-
~ éstos faltará la vivencia personal, creándose una brecha pacidades fisicas alcanzan su punto máximo de desarro-
que muchas veces resulta dillcil de salvar. Marcel Proust llo a los 25 y que a partir de allí comienza su declinación.
decía acertadamente que "de todas las realidades. la vejez En otras palabras, aprendimos que la vejez no es algo que
es quizás aquella de la que conservamos durante más está allá, fuera de nosotros, en el futuro, sino que es
tiempo en la vida una noción puramente abstracta". La
::e persistencia de esta realidad como una abstracción está
presente, actual y que la llevamos adentro activamente;
por lo tanto, era artificial la diferenciación entre pa-
dada por la imposibilidad de hacer del objeto concreto cientes viejos y terapeutas jóvenes. puesto que todos
real - la vejez- un objeto concreto real pensado, es decir, formábamos un conjunto de seres humanos en un proceso
incluimos dentro del proceso evolutivo y pensamos vie- activo de desarrollo que integra simultáneamente diver-
jos nosotros mismos. Lo habitual es que tratemos de ne- sos momentos y con las contradicciones propias de esta
gar reiteradamente nuestro propio envejecimiento y que diversidad. La dolorosa toma de conciencia de esta reali-
se lo adjudiquemos masivamente al viejo real que tene- dad. que marcó el punto más alto de ansiedad colectiva
mos delante. "Nos negamos a reconocernos en el viejo que dentro de nuestro equipo, marcó también el punto a par-
seremos" (S. de Beauvoir, 1970). tir del cual pudimos comenzar a consolidar nuestro que-
Pero justamente el enfrentamiento decidido y valiente hacer al posibilitamos nuestra reubicación dentro de la
- no el contrafóbico- con las contradicciones que lleva
::e este planteo nos puede permitir un principio de solución
totalidad de los seres humanos que viven y que, al vivir,
también envejecen. Tomar conciencia de esta realidad
para poder actuar operativamente en este dificil terreno.
::e Para ilustrar esto que digo relataré un episodio ocurrido
personal es la herramienta fundamental que permitirá
que nuestro accionar profesional se desarrolle
en el seno de nuestro equipo de trabajo en el Centro de Sa- científicamente en lugar de formar parte de una nebulosa
lud. Mental Nl1 l, que estaba integrado por médicos, visión prejuiciosa hacia la vejez.
28 29
como indicador último de la predicción de los índices de
mortalidad; la edad es también asociada con morbilidad
3. PREJUICIO MAS COMUN CONTRA LA VEJEZ y se toma su incidencia en la prevalencia de enfermedad o
dlscapacltaclón. Tenemos a nuestra disposición una gran
cantidad de investigaciones sobre salud y enfermedad que
Uno de los prejuicios más comúnmente extendidos, sacan conclusiones sobre su relación colocándolas en
tanto entre legos como entre profesionales, es el de que categorias tales como "45 a 64, 65 a 74, 75 o más" y que In-
los viejos son tocios enfermos o discapacilados. tentan demostrar repetidamente la expectativa de la aso-
Palmore ( l DSO) señ::ila que un tercio del común de la ciación entre edad y enfermedad. Pero cuando tratamos
gente asegura que los viejos "pasan mucho tiempo en de trasladar estos resultados a nuestros pacientes o a
cama a causa de enfem1edades"; "tienen muchos acci- nuestros viejos conocidos, muchas veces tenemos la im-
dentes en el hogar"; "tienen pobre coordinación pslcomo- presión de que no concuerdan. Las estadísticas pasan a
triz"; "desarrollan infecciones fácilmente". Otros este- ser una mera abstracción, números sin sujetos, deforma-
reotipos comunes que se escuchan es que una gran pro- dores de la realidad.
porción de los viejos están hospitalizados. viven en resi- Cuando uno trata de pensar qué es la salud. y si nuestro
dencias geriátricas o en otros establecimientos especiali- rol profesional es el de médico por ejemplo, además del
zados, y que la salud y las capacidades de los viejos mues- generalizado poco interés por las personas viejas, nos da-
tran un alto grado de declinación según pasan los años. mos cuenta que estamos influenciados por nuestra for-
El resultado de estos prejuicios es que se establece una mación universitaria, en la cual la ciencia y la medicina
fuerte sinonhnla: viejo= enfermo que entraña un enorme han estado históricamente más preocupadas por los ca-
riesgo, pues pasa a comportarse como una profecía auto- sos que "andan mal" que en clarificar los elementos in-
predicUva que tem1ina por intemalizarse aun en los des- tervinientes que concurren para producir y mantener esa
tinatarios del prejuicio, es decir en los propios viejos. salud (Butler, 1973). La Organización Mundial de la Salud
Cuando intentamos romper esta sinonimia, el primer (OMS. 1946) señala que la salud debe definirse como "un
problema que se nos presenta es el de resolver qué signifi- estado de completa satisfacción física, mental y 1social
'f' .
y
can los términos salud y enfermedad. problema que se no solamente por la ausencia de enfer.rpedad". Esta es. por
torna cada vez más complicado, como lo demuestra la supuesto, una definición ideal y pasible de distintas in-
enorme cantidad de trabajos cientillcos sobre el tema y el terpretaciones, pero la inclusión en .eHa de las tres áreas
grado de controversia establecido en tomo a él, obvia- de la conducta donde la salµd se ex:p,resa - física, mental y
mente relacionado con el esquema teórico referencial que social- no.s . provee puntos de partida importantes para
cada uno utilice. Esta discusión adqu·iere especial com- pensar qué es lo que debe ·" funcionar" en contraposición a
plicación en geriatría por las cy\.racterísticas propias del lo que "no funciona". Pero en la práctica. más allá de esta
objeto de estudio, donde al efecto conocido de detem1ina- definición, la salud de lqs viejos ~e describe 'g eneral-
das noxas que actúan como generadoras o condicionado- mente: 1) en función de la presencia o ausencia de enfer-
ras de patología se suman los factores aún desconocidos medad, o 2) en función de cuán satisfactorio es sufunclo-
que, independientemente de aquéllas, producen el proce- namlento en cualquiera de las tres áreas de la conducta
so universal de envejecimiento de todos los seres vi- mencionadas.
vientes. Por lo tanto, el enfoque del problema debe con- La definición en función de la enfermedad es la que
templar aquí algunas variables distintas de las que se utilizan habitualmente los profesionales médicos y
emplean habitualmente en otros momentos evolutivos afines. A esto se le puede llamar "modelo médico de la
del ciclo vital, perspectiva de la salud" (Shanas y Maddox, 1976). El jui-
La relación entre edad cronológica y enfermedad es cio sobre la salud basado en la presencia o ausencia de
bien conocida y está bien documentada en las tablas de patología es el resultado de la observación, exámenes
expectativa de vida al nacer y en los estudios epidemio- clínicos y hallazgos de laboratorio y. aunque intenta ser
lógicos sobre la distribución de las enfermedades por objetivo, está no obstante sujeto a la sofisticación de los
edades. Cronológicamente la edad es el factor que se toma medios tecnológicos disponibles. tanto como a las carac-

30 31
s:
terísticas que reflejan el clima social del momento en que es uno de los más importantes elementos que deben ser
se produce. · introducidos en la geriatría. En este sentido la distinción
La definición alternativa de la salud de los viejos debe hacerse entre el impedimento y la discapacitación
según su nivel de funciqnamiento,. que por otra parte es la producida por una condición patológica". El Comité va un
que va ganando adeptos día a día, está resumida por el poco más allá al definir la dúerencia entre impedimento
Advisory Group de la OMS (1959): MLa salud de los viejos y discapacidad. El primero es una anormalidad psi-
es mejor medirla en términos de función; ... el grado de cológica o fisiológica que no interfiere con la actividad
ajuste más que la falta de patología debe ser.usado como vital normal del individuo, en tanto que la segunda es
la medida del monto de servicios que el viejo requiere de una condición que resulta en una total o parcial limita-
la comunidad". De esta manera, las cosas que una perso- ción de esas actividades.
na vieja puede, o cree que puede, son usualmente indica- Esta declaración del Comité de Expertos de la OMS re-
doras del grado de su salud tanto como de los servicios fleja el crecimiento del consenso general sobre el deseo de
que necesita. Naturalmente, la perspectiva funcional de aceptar el criterio de salud funcional de los viejos. La
la definición de salud lleva a desestimar las generaliza- medida de la salud, hasta hace poco considerada prerro-
ciones estadísticas a las que he hecho mención anterior- gativa de los médicos y resultado objetivo de los
mente (que forman parte, por supuesto, del rµodelo médi- exámenes de laboratorio, debe incluir en alguna medida
co propuesto) y crea un conflicto entre ambos puntos de el cómo el individuo se siente frente a su impedimento y;
vista. Sin embargo, pueden no ser irreconciliables si se por extensión, cómo ese impedimento interfiere con su
tienen en cuenta las sensaciones que relatan los propios rutina vital; · al comentarlo Shanas (1976) señala que el
viejos y se confrontan con los hallazgos de los exámenes concepto funcional provee una herramienta mucho más
físicos. Un estudio realizado en Polonia (Piotrowsky, conceptual que el modelo médico, porque a partir de allí
1970) ha demostrado el valor del modelo funcional com- se puede predecir cómo la patología se traslada a la con-
parando las respuestas de los viejos a un conjunto de pre- ducta enferma y, en última instancia, condiciona el rol de
guntas estandarizadas en un vasto estudio nacional que enfermo. Por supuesto que en la consideración de la auto-
trataba de establecer su capacidad funcional con los re- evaluación de su salud que hacen los viejos y sus con-
sultados de un examen fisico completo (Shanas, 1976). gruencias e incongruencias con la apreciación médica, no
Maddox y Douglas (1973), al describir un estudio longi- hay que dejar de mencionar dos aspectos extremos y
tudinal programado por la Duke University sobre la eva- opuestos de suma importancia: uno es la negación
luación médica y funcional de la salud de los viejos reali- maníaca de la enfermedad y otro es su exacerbación hipo-
zada con seis observaciones a lo largo de quince años, condríaca. Ambas son de suma gravedad por sus conse-
sostienen que con el correr del tiempo los dos tipos de ob- cuencias posibles y constituyen manúestaciones visibles
servaciones tienden a ser cada vez más congruentes; pero de trastornos de la personalidad francamente pa-
quizás el hallazgo más significativo de estos autores sea tológicos.
que de una observación a la siguiente eran más predeci- Creo necesario señalar aquí que la introducción de los
bles los informes personales de los pacientes que los re- modelos médico y funcional no zanja la discusión sobre
sultados de los exámenes clínicos. Por supuesto que las qué es salud y qué es enfermedad, puesto que, cualquiera
autopredlcciones de los pacientes no deben tomarse como que sea nuestra posición, no podemos negar el hecho ob-
sustitutos del diagnóstico clínico, pero sí deben tenerse en jetivo de que con la edad, impedimentos y enfermedades
cuenta como un criterio realista de su capacidad de fun- crecen constantemente, y que después de los 65 aflos sola-
cionamiento comunitario. mente una minoría de los individuos están libres de un
En 1974 el Comité de Expertos de la OMS señalaba: MEs diagnóstico de alguna afección crónica, pero sí nos provee
~ ahora aceptado por la profesión médica que la morbili- una posibilidad de introducir un elemento distintivo o-
dad debe medirse no solamente en términos de la falta de perativo para considerar el aspecto social de los roles de
procesos patológicos sino también en términos del im- enfenno o sano que son los que en última instancia se jue-
pedimento de las funciones en las personas afectadas por gan en la utilización del prejuicio contra la vejez.
tales condiciones patológicas ... El diagnóstico funcional Volviendo a esta fom~a del prejuicio que estamos tra-

32 33
tanrlo y, aun sabiendo que las estadísticas no reflejan e- sus reacciones corporales eran similares a los de las per-
xactamente la realidad, es preciso revisar algunas de e- sonas con 30 aiios menos . Estos hechos s ugieren que mu-
lla s para ver la falacia del pensamiento y la conducta pre- chas de las declinacion es en algunas habilidades se deben
j u lc losos .
m ás a la falta de entrenamiento y al apartamiento de la
Mientras una vasta mayoría de la población cree que
entre el 20 y el 50 % de los viejos están hospitalizados o
actividad que al proceso Inevitable de envej ecimiento . -=::::
El criterio funcional pem1lte Interpretar estas es-
viven en Institu ciones especializadas, en realidad la cifra tadísticas de manera distinta de como lo h a ría el criterio
alcanza aproximadamente a.l 5 % de la población mayor médico puro y muestra, como decía antes. qu e la vejez no
de 65 a ños . Estudios realizados en la década del 60 en so- es una enfermedad en sí misma sino que esta última
ci edad es indu s tri alizadas mostraron lo siguiente: Esta- puede -y de hecho lo hace- influir negativamente sobre
dos Unidos. 3, 7 %; Inglaterra, 4,5 %; Dinamarca, 5,3 %. aquélla . No sabemos muy bien todavía cuáles son las cau-
Las diferencias entre estos resultados son más el fruto de sas que determinan el proceso de envejecimiento, aunqu e
una política distinta con respecto a la institucionaliza- seguramente podremos esperar respuestas en un período
ción d e los viejos que de variantes en impedimentos y sa- relativarµente breve. provenientes del campo de la genéti-
lud . A1Tlba de los 75 años el promedio trepa hasta el 8 % ca. pero observando los procesos Individuales de envej e-
(Shanas . 1976).
cimiento podemos ver la enorme variación que se pro-
Con respecto a la idea de que los viejos pasan mucho duce de sujeto a sujeto: así encontraremos personas de 80
tiempo en cama debido a sus enfermedades, la verdad es años que Mno lo parecen", en tanto veremos otras de 60 to-
que pasan el doble de días en cama que las personas más talmente decrépitas. Sin ninguna duda la discrepancia
jóvenes. pero esto solamente representa el 3 % del total de estará dada por la lnterconcurrencia de factores pa-
días d el a no. 10 días para los hombres y 13 para las mu- tológicos o por la excesiva y reiterada exposición a
j eres (Censo del USGPO. Washington. 1977). Solamente el agentes patógenos tales como el sol, cigarrillos, alcohol,
16 % de las personas viejas no institucionalizadas son polución ambiental, etc .. pero de ninguna manera pueden
incapaces de desarrollar el máximo potencial de sus ca- atribuirse al proceso de envejecimiento en si mismo. Al
pacidades operativas pem1anentemente. El número de efecto, es muy demostrativo un estudio predictivo rea liza-
días anu ales de actividad rest1·1ng1da es de sólo 38. do por un organismo gubernamental de Estados Unidos
Con refe rencia al estereotipo de que los viejos desa- para ser presentado en una Conferencia sobre Envejeci-
rroll a n m <'Is fácilm ente infecciones y tienen más acci- miento en la Casa Blanca. Señalaba este informe que ac-
dent es. en realidad hay entre ellos muchas menos condi- tualmente las investigaciones tendientes a prolongar la
cion es agudas d e este tipo que entre las personas más vida humana estaban establecidas en dos direcciones dis-
jóvenes ( l, l por persona y por año contra 2,3 por persona tintas .. Unas estudiaban la forma de prevenir y curar
y por a i'lo debajo de los 65 años). Es Cierto que los viejos principalmente las afecclones como el cáncer y las car-
tiene n m ás problemas crónicos (81 %) . pero sólo una vez y diopatías: las otras estudiaban el proceso de información
m edi éi más que las personas entre 17 y 64 años (54 %). si genética y los posibles errores que se registran en el inte-
se incluyen algunas condiciones menores tales como uso rior de las macromoléculas consideradas responsables en
de ant eojos. redu cción de la audición y alergias (Palmare, gran parte del envejecimiento. El estudio sobre este punto
1980) . En el estudio mencionado de la Duke University, el concluía en que si las investigaciones tenían éxito, en el
51 % de los viejos consideraba que su salud era Mbuena", prin1er caso se podría prolongar la expectativa de vida en
el 33 % qu e era Maceptable" y solamente el 16 % que era un promedio de 5 años, en tanto que en el segundo se la
"pobre".
prolongaría en 20 años. Es tos resultados me parecen es-
Hay frec u entes noticias de viejos que corren mara- pecialmente significativos porque. al mismo tiempo que
tones. trepa n montañas, nadan largas distancias o sim- muestran la real incidencia del proceso patógeno sobre el
plement e clan muestras de su excelente funcionamiento curso del envejecimiento, por otra parte demuestran in-
fi s ico. Un estudio (H. Devries. 1968) sobre un programa de cuestlonablemente la independencia de ambos procesos.
un m1o de duración con ejercicios realizados por personas Sin embargo, la mayoría de la gente. entre la que se
mayores de 70 aií.os demostró que su salud y el ajuste de cuenta gran parte de los profesionales de la salud. se re -
34 35
sisten a aceptar estos hechos y siguen aferrados a sus con- · Palmare, E.: lhe social factors in aging", en Busse. E. W.
cepciones prejuiciosas sobre la vejez. y Blazer. D .. Handbook of geriatrtc psychiatry. Nueva
I York, Van Nostrand Reinholdt Ca .. 1980.
Reichard, S., Livson, F. y Peterson, P. G.: Agmg and per-
4. BIBLIOGRAFIA sonality, Nueva York, John Wiley & Sons, Inc., 1962.
Salvarezza. L.: MPsicogeriatría: ¿Por qué es un campo i-
Andrés, H. y Gastrón, L.: MCríticas a la teoría del desapego. nexplorado?". en Psicología argentma. hoy, Buenos Ai-

=-::a El hospital de día como una alternativa de integra-


ción", Rev. Española de Gerontología y Geriatría, XIV,
5, 1979.
Bleger, J.· (1963): Psicología de la conducta, Buenos
res, Ed. Búsqueda, 1973.
Shanas, E. y Maddox, G. L. : MAging. health and the organi-
zatlon of health resources", en Binstock, R H. y Sha-
nas. E.: Handbook of agmg and the social sciences. Nue-
Aires, Paidós, 1987. va York, Van Nostrand Reinhold Ca .. 1976.
::a Bromley, D. B.: The psychology of human agemg, Ingla-
terra, Penguin Books Ltd., 1966.
Busse, E. W. y Blazer, D.: !he theories and processes of
aging", en Handbook of geriatric psychiatry, Nueva
York, Van Nostrand Reinholdt Co., 1980.
Butler, R. N. y Lewis, M. l. (1973) : Aging and
mental health: positive psychosocial and biomedical
approaches, St. Louis,C. V. Mosby Ca., 1982.
Cummings, E. y Hemy, W. E.: Growmg old: the process of
disengangement, Nueva York, Basic Books Inc. Pub.,
1961.
~· de Beauvoir, S.: La vejez, Buenos Aires, Sudamericana,
1970.
~ Dry, J.: MBiologie du viellissement normal et patholo-
gique", Corifrontations psychiatriques, París, Rodhia,
~ 1970.
Ford, C. B. y Sbordone, R J.: MAttitudes of psychiatrits to-
:X ward eldery patients", American Joumal of Psychia-
by, 137: 571-575, 1980.
Gallagher, E. B., Sharaf, M. R y Levinson, D. J.: !he in-
:X· fluence of patient and therapist in determining the use
of psychoterapy in a hospital setting", Psychiatry, 18:
:X 279:310. 1965.
Gibson, R. W.: MMedicare and the psychiatric patient",
Psychiatrtc Opmton, 7: 17-22, 1970.
Havinghurst, R.. J., Neugarten, B . y Tobin, S. S.:
"Disengangement and patterns of aging", en Neugar-
ten. B. (comp.), Mi.ddle age and agmg, Chicago, Univer-
sity of Chicago Press, 1968.
::J· Maddox, G.: "Activity and morale: a longitudinal study of
:xi selected eldexy subjects", Soc. Forces, 23: 45, 1963.
Maddox, G. y Douglas, E. B.: "Self-assessment ofhealth: a
longitudinal study ad eldery subjects", Joumal of
Health and Social Behavior, 15: 65-72, 1973.

36 37
~

2. FACTDRES BIOLOGICOS Y SOCIALES QUE


de ser computadas estadístlcamente. las conductas de los
recién nacidos o de los chicos de 6 años que las de los vie-
ad
INCIDEN EN LA PSICOLOG!A DEL ENVEJECIMIENTO jos de 70 años. Pero no es ésta la única dificultad meto-
dológica. La Investigación gerontológlca y geriátrica re-
queriría una mayor realización de estudios de tipo
"longitudinal", es decir aquellos que pern1itan el estudio
de los sujetos durante la mayor parte posible de su vida
para poder seguir las vicisitudes de su crecimiento, desa-
rrollo y envejecimiento; pero este procedimiento es muy
dificil de realizar porque requeriría una población inves-
tigada relativamente estable y dis ponible, y un equipo de
trabajo con la consiguiente estabilidad y persistencia a lo
largo de los años. Este sería el método más recomendable
objetivamente. pero no obstante tendría el inconveniente
l. INTRODUCCION subjetivo de que investigado e investigador envejecerían
al mismo tiempo, lo cual en un determinado momento
Uno de los mayores problemas que enfrenta el estudio- podría producir interferencias y desvirtuar los resulta-
so de la gerontología y la geriatría es la excesiva tenden- dos.
cia a la generalización y/ o universalización de los temas Tenemos que recurrir entonces al método "transver-
que se abordan. como también la utilización de un sal". que compara una o varias funciones en grupos de
sinnúmero de "lugares comunes" sobre· la vejez y los vie- igual edad cronológica. Este método es el más utilizado
jos. Es probable que ambas conductas estén íntimamente pero es el menos confiable científicamente en cuanto a
relacionadas. y que el folklore y la mitología invadan el sus resultados porque tiene el Jnconveniente de inducir ·
espíritu cientiflco de los Investigadores en un intento de errores al no contemplar la variable "tiempo histórico"
encontrar expllcaclones totalizadoras para un fenómeno (Neugarten, 1970). El método "transcultural", es decir el
psicológico que se quiere evitar y que es tomar conciencia que compara individuos de la misma edad en diversas
del devenir de nuestro propio envejecimiento. Sea cual culturas (por ejemplo. Gutmann, 1977) tiene el inconve-
fuere la edad del que escribe sobre estos temas o del que niente de desestimar la variable "tiempo social" (Neugar-
los lec, siempre estamos hablando de nosotros mismos, ten, 1970). Sobre estas dos variables volveré a hablar más
de lo que somos o de lo que seremos ... sl el tiempo nos lo adelante.
permite. Tomar conciencia de esto es el punto de partida Finalmente, la elección del lugar donde se realiza el
para poder comprender los vastos, complejos e intrinca- muestreo de la población tiene fundamental importan-
dos fenómenos que se presentan en el proceso de nuestro cia. Generalmente los investigadores empíricos en estos
envejecimiento y las diversas conductas que surgirán de temas tienden a sacar sus conclusiones a partir de los
ellas, conductas que si bien representan y están integra- consultorios privados o de las instituciones, y luego tra-
das en un todo, tendrán su manifestación preponderante, tan de extrapolar estos resultados a la población general.
según los casos .. en el área 1 (psicológica). en el área 2 Pero aquí el error es más peligroso porque hace una ex-
(biológica) o en el área 3 (social). tensión de observaciones realizadas sobre "pacientes" -
Todos los autores importantes en el campo de la ge- es decir. enfermos- hacia individuos sanos, sean éstos
rlatríZt (Ncugarten, Bourl!ere. Gutmann, Bromley, Streji- orgánicos o funcionales. Este error deriva del prejuicio
levich. entre otros) insisten en la imposibilidad de esta más asentado sobre la población vieja y que es la utiliza-
general!zación, basándose fundamentalmente en el crite- ción automática de la categoría viejo=enfermo. Las in-
rio de "dispersión". esto es. la mayor disparidad de con- vestigaciones sobre menopausia (Neugarten, 1970). sobre
ductas o de sus rasgos que se advierten con el paso del declinación mental (Botwlnick, 1966) o sobre depresión
tiempo: son más homogéneas. y por lo tanto más pasibles (Palmore, 1980) entre otras. desestiman este prejuicio.
Cbmo el titulo de este trabajo se presta para caer en algu-
38
39
no (o en la totalidad) de los errores que señalo, corres-
ponde acotar su intención.
El tém1ino envejecimiento de por sí puede indúcir a
r partes de la producción intelectual de científicos y escri-
tores está distribuida en el rango de edad comprendido
entre los 30 y los 59 años: la mitad de los descubrimientos
ambigüedades sobre su ubicación temporal. De las diver- y desarrollos en medicina y en psicología se producen en
sas acepciones que de él se pueden dar, elegiré para esta la década de los 40 (Bromley. 1977). Entre los 30 y los 60
exposición su aspecto de desarrollo, de "proceso" de tran- años se distribuye el 80 % del total de los puestos
sición del ser humano hacia la vejez, y para ello lo cen- políticos, militares o industriales de la sociedad.
traré en las interacciones psicológicas, biológicas y so- Estas consideraciones relativas a las clases medias y
ciales de lo que últimamente los autores ingleses y ameri- altas. tienen su correlato en las clases bajas en cuanto a
canos especialmente. han comenzado a estudiar bajo la status y jerarquías en sus respectivos grupos de funciona-
denominación de mediana edad (Middle Age, Bromley, miento e influencia. Los trabajadores manuales tienen su
1977; Butler. 1982; Howells, 1981; Norman, 1980; lugar en fábricas y/o sindicatos. en las organizaciones
Jacques. 1966; Neugarten. 1977). Esta pretenderá también barriales, clubes, parroquias, etcétera.
ser la introducción a un estudio a desarrollar todavía: la Las personas que han adquirido un nivel socio-
de establecer cuáles de las características descriptas por económico que les brinda seguridad y que mantienen un
los autores anglosajónes se corresponden con la realidad buen estado de salud. pueden sentir esta época como la
de nuestro país, y cuál es su impacto sobre la psicología "flor de la vida". La experiencia acumulada y las conduc-
del envejecer aquí, ahora. tas estabilizadas en las relaciones interpersonales hacen
que en general les resulte fácil responder a las demandas
del entorno social y aun m(lntener adecuadas perfor-
2. ¿QUE ES lA MEDIANA EDAD? mances físicas. atléticas o deportivas, aunque sean mo-
dificadas por la experiencia y por cierto grado de limita-
Una de las dificultades con el término mediana edad ciones. (Por ejemplo. pueden jugar al golf en lugar de jugar
reside en que no es una fase que pueda definirse n:iuy cla- al fútbol o correr dos veces por semana en lugar de jugar a
ramente. sino que guarda dúerentes significados para la la paleta, pero obteniendo. de todos modos. la satisfac-
gente según su edad. sexo, status, clase social, etc. El pri- ción de sentirse activas y deportistas.)
mero en estudiarla fue E. Jacques (1966) y la situó cro- Para otras personas la mediana edad constituye un
nológicamente de los 35 años en adelante, pero a mi jui- "nicho ecológico" (Bromley, 1977). es decir que se han
cio cometió una equivocación, pues constituían la mues- adaptado a un enlomo limitado y que su ajuste a las ac-
tra de su estudio fundamentalmente artistas de siglos pa- tividades de la vida cotidiana se reduce a una rutina regu-
t:I sados: cuando la expectativa de vida al nacer era mucho lar, lo cual les proporciona sentimientos de seguridad y
menor de lo que es ahora y, en consecuencia, si quisiéra- así se sienten protegidos de los conflictos que podrían
mos recurrir al mismo método. arbitrario por cierto. de- provocarles ansiedad. La experiencia los provee de la pa-
beríamos situar actualmente este período entre los 45 y ciencia necesaria para hacer frente a los problemas y, al
los 65 años. mismo tiempo, para sentir confianza en sí mismos. La
Esta es la época en que la mayoría de la gente ha en- gran profusión de contactos sociales que surgen del status
contrado el modo de subsistencia propio y el de su fami- y la jerarquía conseguidos hacen que se esté en condi-
lia, y el momento en el cual han terminado la crianza y ciones óptimas de recoger la información necesaria para
cuidado de sus hijos. actividad que suele suplantarse con resolver los problemas. tanto en el campo de la investiga-
el cuidado y preocupación por los propios padres, cuando ción científica como en el mundo de los negocios. Como es
éstos aún existen. En ciertos sectores de la población. en fácil comprender, el obj~tivo de todas estas conductas es
·la mediana edad se está al mando de la sociedad en térmi- el mantenimiento de un adecuado nivel de autoestima.
nos de poder, influencia y toma de decisiones, lo cual trae Para gran parte de la gente la mediana edad es la época
aparejado suma responsabilidad en el manejo de temas de la autorrealización y la gratificación, pero al mismo
tales como los relacionados con la juventud y la vejez, por tiempo, para toda la gente sin excepción ésta es también
ejemplo (Butler. 1982). Alrededor de las tres cuartas la época que marca el paso inexorable hacia la vejez y. en
40 41
co11sccucncia. gran parte de lo que denominamos "buen o
m al envejecer" está contenido en este pasaje. Pero antes mental antes de que ocurran las Inevitables pérdidas so
de examin ::1r qué es lo que dctem1inará la calidad de este ciales Inherentes al envejecimiento, o antes de que haya
proceso y s11s consecuencias ulteriores debemos pregun- algún cambio detectable en la performance o competencia
tai nos si existen algunos rasgos intrínsecos y pa1iicu- de los sujetos en los roles sociales actultos.
lares el e es ta etapa y que puedan adscribirse a toda lapo- Partiendo de la similitud entre este planteo y la ase-
blación que envejece. veración popular de que "en la vejez hay un aumento del
narcisismo", utilicé en otro lugar (Salvarezza. 1985) la
metodología psicoanalítica para confrontar ambos con-
3. CAl~CTERISTICJ\S DE lA MEDIANA EDAD ceptos - interioridad y narcisismo-. y sostuve que si bien
el Incremento de la Interioridad debe considerarse en
Aun manteniendo muchas reservas sobre las genera- primera instancia como un fenómeno universal. hay que
lizaciones . tal como lo he señalado más arriba, la verlo como el resultado de la disociación que produce el
m;:i yoria de los estudios, tanto los longitudinales como conflicto de envejecer o ciertas situaciones vitales dentro
los transversales y transculturales, muestran la presen-
cia de algunos rasgos intrapsíquicos con la suficiente
del proceso de "ser viejo". Este repliegue sobre sí mismo
podrá tener las características de reminiscencia, en cuyo e
constancia como para tomarlos como punto de partida caso se conseguirá la ú1legridad del sujeto. o adquirirá la
para una futura Investigación comparativa. fom1a de nostalgia. y al no poder establecer la Integridad
Partiré de la base de que en la mediana edad hay dos te- se transformará en desesperación. De cualquier manera,
mas predominantes que prestan una especie de telón de el narcisismo pasa a ser la consecuencia y no la causa del
fondo sobre el que aquélla se desarrolla y que son: la pro- Incremento de la interioridad (véase cap. 4).
gresiva toma ele conciencia del paso del tiempo con el con-
siguiente envejecimiento personal, por un lado, y por el 3.2. Cambio en la percepción del tiempo
otro, que los cambios en los patrones vitales muestran
que los hijos crecen. los propios padres envejecen cada En su mediana edad la gente comienza a pensar el
vez más y mueren, y que eso lo coloca al individuo ante la tiempo, su tiempo, desde una perspectiva distinta; co-
sensación ineludible de ser "el próximo en la fila". Las mienza a medir el tiempo más en función de lo que falta
fom1as de expresión intrapsíqulcas de esta temática son por vivtr que de lo que ha pasado desde el nacimiento. No
las siguientes: hay solamente una Inversión de la dlrecclonalidad, sino
que aparece la conciencia de que el tiempo es finito. Neu-
3. 1. Incremento de la interioridad garten ( 1970) señala que en esta época existe una marcada
dificultad para situarse en la propia edad y que cuando a
Neugarten (1970) ha sido la primera en llamar la aten- algunas personas se les pregunta de improviso por su edad
ción, basada en estudios realizados en la Universidad de no pueden dar de Inmediato la respuesta adecuada; Inte-
Chicago, acerca de que en la mediana edad hay un érúasis rrumpen su pensamiento y frecuentemente dicen:
en la introspección y en el balance vital con un intento de "¿Cuántos ... 51? No. 52. Si. si, 52".
revaluar el sí-mismo (selj). La preocupación por el mundo
interno se intensifica; las catexis emocionales sobre per- 3.3. Personalización de la muerte
sonas y objetos del .mundo externo decrecen; la disporú-
bilidad para distribuir actividades y afectos en las perso- Intlmamente relacionado con lo anterior aparece la
nas del enton1o se' reducen; es el momento del movimien- personalización de la muerte. La muerte de pares y ami-
to desde el mundo externo al mundo interno. La autora gos. especialmente los últimos. hace que ésta se convierta
insiste en que este incremento de la interioridad es un en una posibilidad real para uno mismo y que deje de ser
proceso intrínseco atribuible a la edad más que a una la mágica o extraordinaria ocurrencia que parecía cuan-
respuesta adaptativa a procesos de cambio, ya que puede do éramos jovenes.
ser medida, dice, en personas con buen funcionamiento Jacques, en su Importante trabajo de 1966, al analizar
las causas que provocan un cambio en la conducta de las
42
43
~
...__ F
=- personas en la mitad de la vida decía: "Considero, y trata- H. Ey señala que el ser que envejece debe hacer un es-

=-:a ré de demostrarlo, que el hecho de que en el escenario


psíquico entren la realidad y la inevitabilidad de lá pro-
pia muerte personal eventual, es el rasgo central y básico
fuerzo extra, porque al contrario del niño o del adulto,
debe adaptarse no solamente al medio sino. además, a su
propia vejez. La imposibilidad de aceptar las nuev3:s con-
diciones que impone el envejecimiento pw;de llevar a que
de la fase de la mitad de la vida, el rasgo que precipita la

=- naturaleza crítica de este período, La 1!,lue[t:e - en el nivel aparezca una "reacción global qe rechazo"; \fechazo de ad-
consciente- , en lugar de ser una concepción general o un mitir el envejecimiento de las capacidades intelectuales,
acontecimiento experimentado en términos de la pérdida el envejecimiento fisico o la disminución de la sexuali-
de algún ser, se convierte en un problema personal, la dad. Este rechazo puede convertirse en una auténtica for-
propia muerte, la propia mortalidad real y actual". Freud mación reactiva que se traducirá en la adopción de ras-
(1915) describió con precisión este problema: "Estábamos gos, maneras y conductas inapropiadas. correspon-
preparados para sostener que la muerte era el resultado dientes a otra época, en un intento de ( detener el reloj". La }.
necesario de la vida ... Sin embargo, en realidad, estába- lG frustración libidinal puede llevar al stijeto que envejece a
mos acostumbrados a comportarnos como si fuera de otra sentirse inferior a los jóvenes, puede fomentar senti- Y)

manera. Desarrollábamos una inconfundible tendencia a mientos de envidia, lo cual se traducirá en un rechazo glo-
bal de todo lo relacionado con la juventud y el sujeto se 1
'archivar' la muerte, a eliminarla de la vida. Tratábamos
de ocultarla .. .' Se trata de nuestra propia vida, por supues- mostrará impaciente, agresivo, autoritario y crítico ha-
to ... Nadie cree en su propia muerte ... En el inconsciente cia las generaciones menores. La preocupación por los
todos están convencidos de su propia inmortalidad." cambios corporales inevitables puede llegar a ser exage-
En este punto, un rasgo importante de orden cultural rada, y aparecerá en forma de trastornos .hipocondríacos,
parece determinar una distinta conducta según los sexos: con depresión, alcoholismo o algún otro tipo de adicción
mientras el hombre aparece preocupado por la proximi- - especia~rnente medicamentosa- corno posibles conse-
dad de su muerte, la mujer está preocupada por la inmi- cuencias. 1~1 temor a los cambios, especialmente en lo cor-
nencia de su viudez. poral, relacwnado con el funcionamiento sexual, puede
Es importante señalar que en condiciones normales, producir dos tipos de reacciones opuestas: por un lado,
al instalarse la vejez, de los tres rasgos intrapsíquicos .promiscuidad sexual al tratar de probar que aún se es jo-
mencionados, los dos últimos tienden a perder importan- ven y atractivo. Esto puede conducir a intempestivas rup-
cia y a desaparecer como factor preocupante, en tanto que turas matrimoniales o, por otro lado, a convertir la rela-
el primero persiste y aun puede llegar a incrementarse ción de pareja en una torturante situación de aburrimien-
considerablemente (Salvarezza, 1985). to e insoportable rutina.
La mediana edad, ya lo he dicho, puede ser -y de hecho
para mucha gente lo es- la "flor de la vida", pero necesa-
riamente se verá amenazada por múltiples conflictos 1
'
cuya resolución dará lugar a alteraciones superficiales y
4. DISTINTOS TIPOS DE ENVEJECIMIENTO

Los estudios realizados muestran que en general la


mayoría de la gente se ajusta y adapta relativamente bien
reversibles o bien profundas, de dificil solución, que rotu-
laremos como patológicas.
¿De qué depende que se tome uno u otro camino? "Se \'f'<l
Q t\
a los problemas y demandas que presenta la mediana envejece de acuerdo a cómo se ha viv>do", decía ltlµ.rJa- l\N2'<''\
edad, pero que también muchas veces ocurren dificul- g'l!erra. Sí, pero. ¿qué quiere decir e.c;to exactamente? ¿Qué ¡__....,
tades en ese tránsito y aparecen las llamadas ~crisis de la esquema teórico usamos para concer,tualizar el envejeci-
mediana edad". Más adelante voy a considerar si esto miento? Veamos primero el aspecto psicológico.
~ debe o no considerarse una "crisis", pero entre tanto, pa- (
t
~ rafraseando a Butler (1982) y a H. Ey (1969) describiré las / t-i u ve (í l t -- ..f
a conductas más comunes que suelen presentarse en la
.P \ ·\l '""'"""

mediana edad y que denotan sintomáticamente que el "~
proceso de "buen envejecer" está perturbado. r-)
44 45
5. FAC1DlillS PSICOLOGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO estos casos los individuos comienzan a gratificarse como
r si fueran sus propios hijos únicos - o los de otros- y,
!'(/
Múltiples son las teorías que se han propuesto para ex- , cuando se dan las condiciones favorables. la invalidez
plicar el envejecimento psicológico y/o la reacción psi- ·\ precoz, física o psicológica, se convierte en el vehículo d e
colóf,ica de los individuos ante el envejecimiento, y ob- \
la preocupación por sí mismos" (ibíd..). ·
viamente esta multiplicidad de puntos de vista dependerá La resolución, satisfactoria o no, del con11icto plantea-
de las teo rías donde estén asentadas. No voy a hacer aquí do en eaj.e estadio dará lugar al últim°'- que se planteará
un est ndJo co mparalivo porque excedería los límites y entre l ~ integridad y la desesperació'2{ La primera es el
propós itos de es te trabajo; los interesados pueden consul- fruto de los otros siete ciclos vitales, y madura gradual-
tar los estudios exhaustivos en los libros de Busse y Bla- mente en las personas que envejecen. pero sólo en aque -
zer (1980). Blrren y Shale (1977). Bírren y Sloane (1980). y llas wque se han ocupado de las cosas y de la gente y se han
Bromley ( 1977). adaptado a los triunfos y a los desengaños de ser, por ne-
Mi fom1ación en psicoanálisis y en psiquiatría cesidad. el que ha dado origen a otros y ha producido obje-
dinámica naturalmente me lleva a privilegiar los estu- tos e ideas" (Ertkson, 1968; Salvarezza, 1985). El fracaso
dios y conceptos surgidos de estos. campos, fundamental- de é~ta lleva al sentimiento de desesperación, que expresa
mente dos de ellos. Uno es qe Erikson (1968). A este autor et sentimiento de que el tiempo es corto, demasiado cor-
Y'I le corresponde el ser citado como el primer psicoan~~ to para iniciar el intento de otro tipo de vida que lleve a la
que se ocupó específicamente del tema del envejecimiento U otegridad".
\.' J ·yla\rej ez y que lo hizo formando parte de su teoría epige- Este esquema eplgenético es muy útil, y de hecho h a
nelica. que describe una serie de fases del desarrollo de la satisfecho las preguntas de muchos investigadores en
personalidad en función de su adecuación con ciertas va- nuestro campo geriátrico. como se puede comprobar con-
s riables psicosociales. Esta teoría propone un eslabona-
miento de ciclos vitales - ocho en total- que están deter-
sultando los índices de autores de la mayoría de los libros
importantes sobre el tema . Para mi gusto es un poco ge-
1 \J
<\ minados por la relación del individuo en crecimiento y la
realidad social que actúa por medio de representantes
neralizador y abarcativo y da respuestas globales, que s i
bien abren el camino, no terminan de explicar el destino
personal y subjetivo de nuestro propio envejecimiento. Si
institu c ionales diversos y que son los encargados de per-
--1 \ mitir o facllitar ese desarrollo. Cada ciclo comporta ta- -volviendo a Ajuriaguerra- cada uno envejece de acuer-
reas evolutivas que el individuo debe resolver, y su acier- d oaCO-rrío ha vivido, habrá que buscar otro elemento
to o desacierto en hallar las soluciones necesarias deter- teórico que nos permita entender cómo hemos vivido y
minará su destino. qué determina los cambios de dirección de nuestro ciclo
En la edad que nos ocupa, el conflicto principal, según vital.
Erikson, se plantea entre generativtdad y estancamiento. El psicoanálisis ha privilegiado el encuadre histórico
La primera debemos entend'erla fundamentalmente como Individual (psicosocial); en éste, la historia es una expli-
la preocupación por afirmar y guiar a la generación si- cación del presente por el pasado; más especialmente, del
1
guiente, sin que se refiera esto, por supuesto, solamente a presente adulto por el pasado irúantil. Para entender la
una relación con personas de filiación directa. Este 'con- ,')uA c. operatividad de este concepto hay que recurrir a la formu -
)ación de la\;,.;rtes complqrr'lntarias (Freud, 1916)., En e-
cepto Incluye los otros más estrechos de productividad y ~t llas hay tres serles-aecausas que no actúan independien-
creatividad. WLa capacidad de entregarse por completo en
el encuentro de los cuerpos y de las mentes lleva a una ex- temente sino que, en realidad, lo que ac.lúa esJa resul-
pansión gradual de los intereses del yo y a un vuelco de ca- tante de su interacción (Bleger, 1963) (.!Jna primera serie
texia libidinal hacia aquello que se está generando" está constituida por factores h~~rfbs_y congénitos;
(Erikson. 1968). Pero cuando este enriquecimiento falla entre los primeros están los transmitidos por herencia,
hay una regresión a una necesidad obsesiva de seudoin- por los genes, y entre los segundos los que derivan del
tlmidad acompañada por un sentimiento de estancamten- período intrauterino. Esta serie también se denomina
f\. \.t. to. aburrimiento y empobrecimiento interpersonal. WEn componente constitucional. La segunda serle está consU-
" .\ . tüTcfa por las experiencias Infantiles que, como se com-
1
(, 46
!
"'! ' ;~ \ 1~k~~1 47 n\., •• ",J,, ,J (l\/'\(J"{¡
'{.~ [''~
.. ' ~,
---- ~\.
tau)
~
T
lJ yYO.

prenderá, son de importancia fundamental porque ocu-


rren en los primeros momentos de la formación de la per- 3
+! a notarse que estos aspectos estarán siempre presentes
aunque su desarrollo no será cronológicamente idéntico
sana. Los factores actuales o desencadenantes constitu- l. . para cada capacidad (envejecimiento diferencial) ni para
cada individuo.
·~~·
yen latercera serie. "EStOs actúan sobre la disposición, es
decir sobre el resultado de la interacción de la primera t Los estudios muestran que los mejores resultados obte-
nidos para el conjunto de las aptitudes corporales se
con la segunda serie.
La reciprocidad en la actuación de unas series con
1 sitúan alrededor de los 30 años (edad crítica de los depor-
otras permite explicar tanto el desarrollo psicológico de tistas). y que .a partir'de allí se asiste a un deterioro pro-
los individuos como sus eventuales estructuraciones psi- gresivo fisiológico. pero es sólo en la mediana edad cuan-
copatológicas. y también las categorias de endógeno y do las curvas de fos estudios realizados se desvían eviden-
exógeno. Para entender su funcionamiento hay que recu- temente y toman estado clínico.
rrir al principio de la proporcionalidad inversa. es decir El aspecto general refleja el envejecimiento (Ey. 1969);
que una diSQOSición "fuerte" estará en condiciones de ab- la silueta se pone pesada por la gordura que predomina en
sorber aaecu-adamente y sin mayor complicación reitera- ciertas regiones (vientre. caderas). La piel pierde su hi-
lias situaciones conflictivas .:... factores desencadenantes- o dratación y su elasticidad. se arruga; las varicosidades se
actuales- . en tanto que en disposiciones "débiles" o de- acusan. las venas sobresalen. los cabellos encanecen y se
bilitadas por reiterados sufrimientos. factores actuales hacen escasos. A esto se suman las alteraciones autoper-
mínimos pueden desencadenar catástrofes al constituirse ~ ceptlbles de las funciones oculares y auditivas. el incre-
f,
en verdaderas situaciones traumáticas difíciles o imposi- mento de la fatigabilidad muscular y un cambio en la ve-
bles-de manejar.
Este esquema. sencillo en su formulación pero suma- t locidad de respuesta adaptativa a ciertos estímulos (por
ejemplo. sexuales). Por supuesto. estas modificaciones
mente profundo en sus alcances. permite entender el de- muchas veces pueden corroborarse mediante el estudio de
sarrollo P._Sicológico de los seres humanos y. en el casó'e'S- <. las alteraciones producidas en las moléculas. en las célu-
pecífico que estamos tratando. nos permitirá comprender las. tejidos. órganos y aparatos tal como lo demuestran
las particularidades de cada proceso de envejecimiento los trabajos publicados en el excelente libro de Finch y
por la estructura de la personalidad (constitucional + dis- f Hayflick (1977).
~ D·
:!.
posicional) y por la acción de los factores actuales que so- fl Ahora bien. todas estas modificaciones que, insisto.
bre ella inciden, tales como los biológicos y los sociales, y 1 °"'\ deben ser consideradas fisiológicas en tanto no derivan
poder determinar en qué momento éstos se convertiráñ I .J.Jv-C'\ de problemas patológicos definidos. tendrán repercu- "'
en traumáticos. LJ l siones personales y serán vividas de manera totalmenje 1lN' ~-s.' ('.6\l
1

Pero quiero aclarar bien un concepto. En otro lugar distinta por los indivIBüos ci..ue las padecen y que depen-
(Salvarezza, 1973) he sostenido que cada cultura produce V 1 derá, como lo señalé más arriba. de la personalidad pre-
:=- su propio Upo de ·envejecimiento. pero ahora quiero agre-
gar que dentro de cada una de el1as cada viejo es el produc-

¡ via de cada uno y del rol socioeconómico que desempeñe.
La pérdida de la belleza y del encanto físico n~ndrá
to de sus propias series complementarias. Creo que esta t el mismo efecto en~a p~rsonalidad narcisista r sea
~ hombre o mujer- que en una depresiva, pero tampoco
formulación tiene la enorme ventaja de proveemos las r
bases para una adecuada prevención primaria tendiente a será lo mismo si la persona es actor. actriz o modelo pu-
producir "mejores envejecimientos". Pero esto será tema blicitario que si es taquígrafo o panadero. La declinac.ión
de otro trabajo. de la fuerza muscular no tendrá el mismo efecto en un es-
tibador que en un cajero de banco. y la disminución de la
audición puede tener efectos perniciosos en un crítico mu-
6. FACI'ORES BIOLOGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO sical o en un psicoanalista pero no revestir importancia
en un dibujante. Como es obvio. las combinaciones de
1
Sin entrar a terciar en la conocida discusión sobre si personalidades. profesiones y . roles sociales mulliplican
la vejez es el resultado de aspectos biológicos deficitarios las posibilidades casi hasta el infinito. lo cual. una vez
o viceversa. lo cierto es que en la mediana edad comienza más, hace sumamente dificil, cuando no ilusoria, la pre-

48 ¡.. ,.., 49

~-
tensión de est ablccer generalidades sobre el proceso de
envejec imiento . tos, SU(Prejuiclo s uele estar mucho más defendido porque,
lp,11 a l p.'.1r:'u netro hay que tomar para considerar la a difer~a de los demás prejuicios en los cuales no hay
eclos ión de patología somática en la m ediana edad. No nada que temer porque no es posible que alguien cambie
creo q1w nadie es té contento ni que tome con naturalidad el color de su piel ni es probable que cambie de sexo, en
las cnfrrmedades. pero aquí sí la observación clínica Ins- este caso, si tenemos el tiempo suficiente todos llegare-
tituciona l o privada nos pem1ite ver la desemejanza de mos a ser vle] os y pasaTe-mos a convertirnos en las
reaccio nes p ersonal es que se registran en este teITeno. víctimas de nuestro propio prejuicio. Por el mero hecho
Desde l;i resi¡rnació n al suicidio, toda la gama estará de desconocerlo no deja de ser real ni deja de tener un se-
pr<"scnte. vero efecto pernicioso sobre la salud y la felicidad de la
Volviendo a lo señalado anteriom1ente: en las perso- población víctima del prejuicio. A esta conducta prejui-
nas de m ediana edad tanto las modificaciones biológicas ciosa debe imputarse una gran parte. si no todos los pro-
fisiológ icas. como las patológicas entran a formar parte blemas del envejecimiento (Palmare. 1980).
de las se ries complementarias como el factor actual o de- Las personas víctimas del viejismo se consideran des-
sencadenante que, al obrar sobre los factores constitucio- de el punto de vista social como enfem1as, seniles, de-
nales y dispos icionales, determinaráerfJpo de enveJecr= primidas. rjgldas. asexuadas. pasadas de moda y una
<;\ .,.f'. miento de cada persona. Pero las cosas no tenn!nan allí,
porque hay au n otro Upo de factores a considerar, de
mullltud de rótulos descaliflcatorios más. Sus problemas
físicos y mentales tienden a ser fácilmente ignorados y
suma lmportancia. con frecuencia no se tienen en cuenta sus necesidades
económicas y sociales. El viejlsmo lleva a las genera-
ciones jóvenes a ver a los viejos como diferentes, a no
7. FACTORES SOClALES EN EL ENVEJECIMIENTO considerarlos como seres humanos con iguales derechos
y, lo que es peor. no les pem1ite a ellos - a los jóvenes-
El hombre es fundamentalmente un ser social, y Freud Identificarse con los viejos. Resultado : se tiende a ver la
(1921) decía que la psicología es ante todo psicología so- vejez como algo que no nos pertenece. como algo que está
cial; por lo tanto, toda consideración sobre la psicología allá, en un futuro muy lejano y, por lo tanto. al no sentir
del envejecimiento debe hacerse d~ntro del encuadre so- que nos concierne. no nos permite prepararnos para en-
cial en donde se desarrolla y con la interacción entre am- frentar nuestro propio envejecimiento.
bos. Para considerar esta interacción de tan vastos al- El psicoanálisis nos ha enseñado el movimiento dia-
-canees y consecuencias voy a referirme solamente a tres léctico de las identificaciones. Tendemos a identificamos
aspectos que considero de fundamenta.l importancia. con las personas s!gnlficallvas de nuestro entorno - o con
aspectos parciales de ellas-. pero también nos identifica-
7.1. Así como en muchas sociedades ciertos grupos ra- mos con la imagen que estas personas llenen de nosotros.
ciales sufren discriminaciones por el color de su piel; así Este último aspecto es particularmente significativo -y
como otros grupos son discriminados por su religión y las peligroso a la vez- en la mediana edad. porque en una so-
mujeres por su sexo, los viejos en nuestra sociedad son ciedad orientada hacia y para la juventud y la competen-
discriminados por su edad. Esto ·se llama vie)ismo y co- cia, como es la nuestra actualmente. las personas que en-
rresponde dt>finirlo simplemente como el prejuicio y la vejecen pueden fácllmente hacer suyas las imágenes pre-
discriminación consecuente que se lleva a cabo contra los j uiclosas de los otros y sentirse y /o funcionar como clu-
vfejos. dadanoSIJ2erimldos ¡de segunda categoría. e •., 'J \
11
El viejismo es un concepto relativamente nuevo y fue ;:;AJ.. t tft.. ,,;¡O • ~ .~.. •' ' '
descripto y estudiado en profundidad por Robert Butler a 7.2. En ei 'capítulo 1 he explicado en detalle la teoría
comienzos de la década de 1970. Por esta razón y porque del desapego de Cummlngs y Henry (1961) en la cual se
forma parte de "nuestra manera de ser" (Salvarezza, consideran componentes típicos del proceso de envejeci-
1982). muchas de sus manifestaciones son inconscientes miento el apartamiento natural y normal del geronte de
' o no son registradas como tales por sus portadores. En és- \ sus actividades y roles sociales, el incremento de la preo-
cupación por sí mismo y el decrecimiento del interés en
1 50
1 ve..v '\ ~\ d.~j 51

l
~r·,-¡ - ¡.-, r ,. 1

l¡. ' ¡1

su relación con los demás. En una reciente revisión del


destino de esta teoría, Atchley (1987) señala que este desa-
pego individtiaÍ fbe concebfüo, en primer lugar, COIT}O un
se inclina a adoptar una política de segregación o de in-
diferencia hacia los viejos. o a desarrollar una actitud ni-
hilista en la cual la vejez carece de valor (Bromley, 1966;
1
pro&so psicdlógico que.comprendía tanto el apartamien- Salvarezza. 1982). Al igual que lo señalado en el punto
to del interés c'ón:io del compromiso. El distanciamiento 7 .1, aquí también las identificaciones con la mirada de
social se vio como una consecuencia del desapego indivi- los demás pueden tener consecuencias catastróficas en el
dual conectado· con la falta de oportunidades que brinda individuo que envejece.
la sociedad y el escaso interés que manifiesta por las con-
tribuciones de los viejos. Luego, parafraseando a Hochs- 7.3. Para entender adecuadamente la interacción so-
child (1975). Atchley señala que para comprender esta ciopsicológica de la transición que va de la mediana edad
a teoría ....debe ubicársela dentro del contexto histórico en
-~
donde surgio, esto es, que daba cuenta del problema de
hacia la vejez, hay que referirse a los conceptos de Neu-
garten (1970) sobre el factor tiempo, que describo extensa-
adaptación de .las personas viejas de la década de 1950, en mente en el capítulo 7. Esta autora considera que todos
una situación social mucho más adversa que la de 1980, los individuos. no importa el grupo social al que perte-
tanto respecto de los beneficios previsionales estatales. . nezcan. desarrollan la idea de un "ciclo vital normal y es-
como del cambio de las actitudes sociales hacia ellas. Tal perable". es decir, que ciertos eventos deben ocurrir en de-
vez en aquella época había mucha gente que quería desa- terminados momentos de la vida, y que un reloj mental
pegarse, cosa que no ocurre en la actualidad. interno les va señalando si "están en tiempo" o si están
Al postular la "normalidad" del desapego, esta teoría "fuera de tiempo". La existencia de estos relojes se de-
impulsó una enorme cantidad de investigaciones conexas muestra por la facilidad y adecuación con quºe la gente se
porque; 'camUiO súbitamente la imagen tradicional: que refiere a ellos frente a un interlocutor; rápidamente le co-
mantenerse activo era la mejor forma de envejecer. Jus- mentan cuál es para ellos la mejor edad para casarse.
tamente para refutar la teoría de Cumrnings y Henry se para tener hijos, para convertirse en abuelos, cuándo un
profundizó este último concepto y se sentaron las bases de hombre debe estar asentado en su trabajo, cuándo cree
la teoria de lá"act'i vidad (Maddox, 1963, 1964; Bromley, que debe alcanzar el rango más alto, cuándo debe jubi-
1966; Havinghurst, 1968; Andrés y Gastrón, 1979). Neu- larse y. además, cuáles deben ser las características so-
garteh (1987) menciona un problema adicional en rela- 1 bresalientes en las sucesivas edades. "Estar en tiempo o
ción con este tema, cuando señala que estas teorías caen
en el error de postularse como modelos óptimos de enve-
jecimiento, y que al hacerlo omiten otros aspectos tales
t ·, :_ l fuera de tiempo es una autoimposición apremiante. Hom-
bres y mujeres se comparan con sus amigos, hermanos.
compaüeros de trabajo. con sus padres. para decidir si
como el Upo de personalidad previa, la actividad, el ejer- "'"· I'' han hecho bien, pero siempre teniendo en mente la línea
cicio de los roles sociales. la forma de obtener satisfac- t del tiempo. El llegar a los 40, 50 ó 60 años no es en sí mis-
ción, etc. De esta manera, ambas teorías se convierten en " 1 mo tan in1portante, sino más bien el preguntarse ¿estoy
1
reduccionist~' al centralizar el envejecimiento en un haciendo lo que corresponde a mi edad?" (Neugarten.
solo aspecto. Hoy. después de 30 años de investigaciones, 1979).
está claro que ~ desa¡>ego no es ni natural ni inevitable, y Desde esta perspectiva se puede argumentar que los
cuando ocurre es por la falta de oportunidades que la so- eventos normales y esperables no deben constituirse en sí
ciedad brinda a los viejos para que puedan seguir ejer- mismos en "crisis". y que debe reservarse este término
ciendo sus roles sociales con un buen grado de compromi- para aquellos que no son esperables o que alteran el rit-
so. Ahora bien, a pesar de que existen innegables pruebas mo y la secuencia del ciclo vital. Dejar la casa paterna,
científicas para refutar la teoría del desapego, no ocurre casarse, la paternidad. la realización profesional, el cli-
lo mismo en el nivel popular. El hecho de que la teoría de materio, el convertirse en abuelos. la jubilación, son to-
Cummings y Henry haya tenido tan vasto alcance se debe dos puntos decisivos a lo largo de la vida. la marcan pun-
a que refleja un sentimiento social muy extendido tualmente y exigen cambios en el concepto que se tiene de
señalado más arriba (viejismo). Este sentimiento es per- sí mismo y de la propia identidad; pero que se vuelvan o
nicioso porque creyendo y/ o practicando esta teoría, uno no críticos depende fundamentalmente, para esta autora,
52
í 53
de su timing. Eslas observaciones no niegan el hecho de
que los eventos esper~bles puedan producir crisis en al- fundir má~ que a esclarecer los conceptos; pero como mu-
gunas personas, y tampoco pretenden negar que la chas veces es imposible sustraerse a ellas. es necesario
mayorí;:i cte los grandes acontecimienlos personales que que tengamos presente que sólo deben se1vir de telón de
ocurren durante la mediana edad y en la vejez están cons- fondo de un escenario donde se desarrolla la verdadera
lltuidos por pérdidas individuales unidas a la pena natu- escena: nuestro propio envejecimiento.
ral que desencadenan. Pero cuando estos eventos ocurren
"en tiempo" pueden anliciparse. y al estar preparados, el
trabajo de duelo puede elaborarse adecuadamente sin que 9. BIBLIOGRAFIA
se destniya el senllclo de continuidad del ciclo vital del in-
dividuo. Andrés, H. y Castrón, L. B.: "Criticas a la teoría del desa-
Luego de hacer una serie de consideraciones sobre los pego. El hospital de día como una alternativa de inte-
aspectos psicológicos del proceso de envejecimiento que gración", Rev. Española de Gerontología y Geriatría.
XIV, 5, 1979.
he mencionado más arriba - incremento de la interiori-
dad, cambio en la perspecUva del tiempo y personaliza- Atchley, R.: "Disengagement", en George Maddox (comp.).
ción de la muerte-, hace un detallado estudio estadístico The encyclopedia of aging, Nueva York, Springer Pub-
y psicológico en donde demuestra que la menopausia en si lishing Co., 1987.
misma no constituye necesariamente una etapa critica en Birren, J. E. y Shaie, K. W.: Handbook ojthe psydwlogy of
la vida de la mujer, sino que este periodo debe verse en re- aging, Nueva York, Van Nostrand Reinhold Company
lación con la personalidad previa (serie complementaria) Ed., 1977.
y con la salud mental, y agrega que la "teoría de la crisis Birren, J. E. y Sloane, R. B.: Handbook of mental healih
de la menopausia" que se sustenta generalmente en la li- and aging, Nueva Jersey, Prentice-Hold, Inc .. 1980.
teratura es el resultado de la extrapolación de los ejem- Bleger, J. (1963): Psicología de la conducta, Buenos Aires.
plos clínicos a la totalidad de la población. Paidós, 1987.
La conclusión de Neugarten sobre -este tema es que. a
Botwinlck,J.yThompson, L. W.: "Components of reactlon
causa de que las preguntas sobre el timing son centrales ·time in relation to age and sex", Joumal of gerontolo-
para la construcción de la autoestima, especialmente en giJ, 11, 1966.
aquellos Individuos que se encuentran en la mediana Bourliere, F.: "Envejecimiento, vejez y enfermedades aso-
edad y haciendo el balance de sus vidas, los cambios en ciadas", Buenos Aires. Medicina de la tercera edad, 2,
las nom1as relacionadas con la edad y en los "horarios" 1986.
deberán ser significativos, especialmente para los Bromley, D. B.: (1966) The psychology qf human ageing.
psiquiatras que observan la lucha de sus pacientes para 2a. ed., Inglaterra, Penguln Books, 1977.
decidir "cuál es la edad apropiada para" o "qué deben ha- Busse, E. W. y Blazer, D.: "The theorles and processes of
cer para actuar acorde a su edad". Desde esta perspectiva, aglng", en Busse, E. W. y Blazer, D., Handbookofgeria-
la psicología del ciclo vital no es la psicología de las crisis tric psychiatry, Nueva York, Van Nostrand and Rein-
de la conducta, sino la psicología del tiempo. hold Company Ed., 1980.
Butler, R. N. y Lewis, M. I.: Aging and mental health., 3a.
ed., St. Louis, The C. V. Mosby Company, 1982.
8. CONCLUSIONES
Cummlngs, E. y Henry, W. E. (1961): Growing old: the pro-
cess of disengagement, Nueva York, Baslc Books, 1961.
En el proceso de envejecimiento los factores psi- Erikson, E.: Idenuty, youth and crisis, Nueva York. W. W.
cológicos. biológicos y sociales, más que pensarlos como Norton & Company, 1968.
actuando unos sobre otros. hay que verlos en la totalidad Ey, H., Bemard, P. y Brlsset. Ch.: Tratado de psiquiatría.
de su Interacción y en las resultantes, entendiendo por Madrid, Toray-Mason. 1969.
esto último el envejecimiento individual.
En este tema las generalizaciones pueden llegar a con-
Finch. C. E. y Hayílick, L.: Handboolc of the biology of
aging, Nueva York, Van Nostrand and Reinhold Com-
pany, 1977.
-=
54
55
-=s:
.
i
l
L ..
~ • ,1
Salvarezza, L.: "Psicogeriatría: ¿Por qué es un campo
Freud, S.: Sobre la guerra y la muerte, O.e.. XVIII, Buenos
Aires. Santiago .Rueda EcL. 1915. inexplorado?". en Psicología argentina, hoy, Buenos
Freud, S,: Introducción al psicoanálisis, O.e.. V, Buénos Aires. Ediciones Búsqueda, 1973.
Aires. Santiago Rueda· Ed •. 1916. · Salvarezza. L.: "Carta abierta a todos los médicos que
Freud. S.: Psicología de las masas y análisis del yo, o.e.. trabajan con viejos". Buenos Aires. Medicina de la ter-
IX. Buenos Aires, Santiago Rueda Ed .. 1921. cera edad. N11 7-8, 1982.
Gutmann. D. : "The cross- cultural perspectlve: Salvarezza, L.: "El concepto de narcisismo en la vejez y su
notes toward a ,-comparative psychology of aging", en conexión con las depresiones", trabajo inédito presen-
Bi.rrent, J.E .. y Shaie, K.W., Handbook ojthe psychology tado ante el Jurado para proveer el cargo de Profesor
of aging, Nueva York, Van Nostrand and Reinhold Titular de la Cátedra de "Tercera edad y vejez" en la Fa-
Company Ed .. 1977. cultad de Psicología, UBA, 1985.
Havinghurst. R. l.: Neugarten, W. y Tobin, S. S.: Strejilevich. M.: "Vejez". en Vidal, G .. Bleichmar, H. y
"Disengagement and patterns of aging", en Neugarten, Usandivaras. R. Enciclopedia de psiquiatría, Buenos
B. L. (comp.). Middle age and aging. Chicago. Universi- Aires, El Ateneo, 1977.
ty of Chicago Press, 1968.
Hochschild. A. R.: "Dlsengagement theory: ·a critique and
proposal", American Soctologtcal Revtew. 40, 1975.
Howells, J. G:: Modem perspecttves in the psychialry oj
middle age, Nueva York, Brunner and Mazel Publi-
shers; 198L
Jacques. E.: "La muerte y la crisis de la mitad de la vida",
Buenos Aires, Rev. de Pstcoanal.,XXIII. 4, 1966.
Maddox, G.: "Disengagement theory. A criUcal evalua-
Uon", Nueva York, Gerontologist. N. 1964.
Maddox, G.: "Activity and morale: a longitudinal study of
selected elderly subjects", Nueva Jersey, Soc. Forces.
1963.
Neugarten, B. L.: "Dynamics of transition of middle age to
old age. Adaptation and the life cycle", Nueva York, J.
ojGertatric Psychíatry. N, 1, 1970.
Neugarten. B. L.: "Personality and aging ",en Birren. J. E.
y Shaie. K. W .. Handbook oj the psychology oj aging,
Nueva York. Van Nostrand and Reinhold Company
Ed .. 1977.
Neugarten, B. L.: "Time, age. and the life cycle", Am. J.
Psychíatry, 7, 1979.
Neugarten. B. L.: "The Kansas City Studies". en Maddox,
G. (comp.). The encyclopedia oj aging. Nueva York,
Springer Publishing Co .. 1987.
Norman, W. H. y Scaramella. T. J.: Mid life. Develop-
mental and clinical issues. Nueva York, Brunner and
Mazel Publishers. 1980.
Palmare, E.: "The social factors in aging", en Busse, E. y
Blazer. D. G .. Handbook of gerialric psychiatry. Nueva
York. Van Nostrand Reinhold Company Ed .. 1980.

56 57

ll
den diciendo que no es cor , t 1ue exista una
mayor Incidencia de la depresiuu .:.... . u que, al ampllarse
e
3. LAS DEPI<ESIONES EN LA VEJEZ las Investigaciones y al afianzarse los recursos diagnósti-
cos, se han podido empezar a comprender como verdade-
¡
f ras depresiones cuadros que aparecían enmascarados por
¡ otras patologías. Sin embargo, creo que las dos posi-
ciones son válidas en la medida en que se pueda resolver
1f la contradicción e Integrarlas en su dialéctica, la cual nos
¡. pem1iUrá comprender que la demanda de la patología

' nos ha llevado a buscar nuevas formas de encarar la in-
vestigación, y que los recursos técnicos provistos por ésta
nos permiten descubrir auténticas depresiones donde
antes parecían no estar presentes.
Pero es necesario señalar que así planteadp, ni siquie-
ra esta dialéctica podrá dar cuenta de la realidad en tanto
1. INTRODUCCION no se incluyan los factores socioeconómicos y culturales
que detenninan, desde su especificidad, una serie de con-
diciones patógenas predeterminadas en las cuales deberá
Seguramente pocos cuadros en la psiquiatría presen- insertarse necesariamente el sujeto. Ahora bien, este
tan tanta dificultad para su abordaje teórico y práctico mismo ejemplo nos permite enfocar otro aspecto impor-
corno la ancha faja de patología envuelta en el confuso tante del problema de la depresión, la conceptualización
té1mino de depresión. En realidad el tém11rio no es - o no de su contrapartida, es decir, lo que provisionalmente
debiera ser- confuso, dado que todos tenernos una idea voy a llamar no-depresión.
más o menos clara de lo que queremos decir cuando ha- Veamos qué quiero decir con esto. Nuestra formación
blamos de ella, pero en cuanto nuestra posición como profesional corno médicos -y me refiero a ésta porque es
profesionales o investigadores nos obliga a trascender el la que conozco personalmente, aunque creo que con
subjetivismo y dar un contenido preciso al término, co- pequeñas diferencias debe ser aplicable a los psicólogos.
mienzan las dificultades. A partir de allí se hace muy no- enfermeros, asistentes sociales, etc.- lleva implícita una
toria la diversidad conceptual que llega, incluso. hasta la deformación del pensamiento, deformación que comien-
postulación de puntos de vista tan contradictorios que za con nuestro ingreso a la facultad. Si bien es cierto que
muchas veces llegamos a dudar sobre si estamos hablan- la primera y más importante asignatura que enfrenta-
do del mismo objeto de estudio. mos es la llamada anatomía normal, ésta se estudia con
Felizmente, los últimos años han sido bastante cadáveres y no con organismos sanos y en movimiento. A
prolíficos en desarrollos científicos como para disponer partir de allí, la enseñanza sigue las vías de la patología
de mayores elementos que nos permiten precisar con y. en tanto no aprendemos a pensar al hombre como
mayor fim1eza una cantidad de datos que en épocas ante- sano, todo el peso del aprendizaje nos hace particular-
riores nos pasaban inadvertidos y, de esta manera, un mente más sensibles para detectar la enfermedad que la
mayor Intercambio nos permite ampliar los puntos de salud. Esto en sí no sería grave, puesto que se podría ale-
coincidencia al descartar las supuestas divergencias, pro- gar que la función de la preparación del médico es Justa-
ducto muchas veces de un mal planteamiento de la pro- mente ésa: ayudarle a comprender y diagnosticar las en-
blemática. Corno un ejemplo de esto, quiero señalar que fem1edades para poder actuar sobre ellas. Correcto. Pero
hay autores que consideraban a la década de los años 70 la gravedad consiste en que la ideologización a la que so-
como la década de la depresión - por su enorme inciden- mos sometidos, muchas veces más de lo deseable, nos lle-
a
cia cpictcmiológica- en oposición la década de los años va a confundirnos en nuestra apreciación de los
60, considerada, generalmente, como la década de la an-
siedad. A esta aseveración, otros investigadores respon-
fenómenos y a invadir el campo del hombre sano con ~
nuestra visión de las enfermedades como entidades

58 59 -== 1

s::
... 1 1

autónomas independientes de aquél, pudiendo llegar a Kielholz (1973) señala que en los últimos años han empe-
convertir nuestro accionar en una verdadera iatrogenia. zado a reconocerse cambios en la sintomatología de la de-
Esta deformación profesional es particularmente not'oria presión, en el sentido de que ésta tiende a ser enmascara-
en las personas .- entre las que me incluyo- especializa- da por "varias clases de disturbios del SNA y por manifes-
das en. psico\ogía, psiquiatría y psicoanálisis. Mayer- taciones orgánicas de disturbios funcionales". Los pa-
Gross, Slate_r y R,oth ( 1958) señé~lan: "Las personas tristes cientes buscan alivio consultando al clínico, el cual co-
tienden ordin9-rian;i,ente a s~r más taciturnas de lo que mienza a estudiarlos y a someterlos a múltiples y a veces
quisieran·.y a ,encontrar dificultad para concentrarse en sofisticados exámenes, los cuales solamente consiguen
asuntos indiferentes. La tri~\eza del enfem10 se hace más intens).ficar la preocupación morbosa por el funciona-
profunda hasta llegar a una, .depresión morbosa, y la difi- miento del cuerpo, agravan los desórdenes del SNA y de-
cultad de concentración se transforma en un retardo de jan libre el camino para la instalación de un cuadro hipo-
todo, pensamiento .y acción. La alegría normal lleva con GOndríaco. Pero al mismo tiempo debe 2) incitan10s a
ella, ordinariamente, una mayor libertad y facilidad de descartar "depresiones" en todos aquellos c;:isos en que
palabra ·Y de movimiento y una estimulación de toda ac- parecen existir pero sólo corresponden a la puesta en ju e-
tividad psic«¡Jlógica. y el estado maníaco muestra go adecuada de afectos y/ o conductas defensivas por los
síntomas .que se corresponden con esto: falta de inhibi- seres humanos en ciertas circunstancias dolorosas de su
ción, aparente rapidez de la reacción psicológica, distrac- vida.
tibilidad y fuga de ideas. La exaltación del humor está Dado que estadísticamente la vejez es la época de la
acompañada por un sentimiento de bienestar general que vida en la cual es más probable la aparición de estas
en los estadios maníacos se manifiesta por falta de dis- "circunstancias dolorosas", el diagnóstico correcto de la
cernimiento; un humor sombrío predispone a la preocu- depresión y de su opuesto, la no-depresión, es particular-
pación con pensamientos tristes y en el individuo depre- mente importante para encarar, sea el tratamiento ade-
sivo se encuentra una actitud hipocondriaca y la costum- cuado de los enfermos. sea la psicohigiene de los sanos.
bre de quejarse exageradamente de malestares orgánicos. Mi propósito al encarar este dificil tópico será utilizar
Las emociones .i ntensas de cualquier clase dificultan el un criterio eminentemente clínico que nos permita dife-
dormir normal. En ambos tipos de psicosis afectivas (nos renciar, dentro de lo posible, la normalidad de la pato-
referimos a la psicosis maníaco-depresiva y a la melan- logía, así como las distintas modalidades de ésta. Pero
colía involutiva) el insomnio es un síntoma dominante. antes de hacerlo quiero señalar que para conceptualizar
El estado afectivo total colorea no sólo el panorama indi- las depresiones sigo aquí algunas ideas sustentadas por
vidual sino también la impresión obtenida del ambiente. H. Bleichmar (1976). que de alguna manera la define
Un efecto de esta índole puede verse en las preconcep- como un estado que tiene como condición la pérdida de
ciones y en las malas interpretaciones de los maníacos y una relación objeta!, y en la cual el contenido ideativo es
!:» los depresivos e incluso puede proporcionar una inter- el de que dicha pérdida toma imposible la realización de
pretación parcial de sus ideas delirantes. un deseo al que se está intensamente f!}ado. A partir de
El paralelismo entre las reacciones emocionales anor- esta definición tendrá que leerse todo el desanollo si-
males y normales puede exagerarse, y la idea de derivar guiente.
los síntomas de los estados maníaco y depresivo siguien-
do una línea de 'comprensión' (esto es, viendo en lo anor- 2. CLASIFICACION DE I.AS DEPRESIONES
mal sólo lo que es normal, pero en forma extrema) puede
ser llevada al exceso en éste y otros campos de la psicopa- El Informe del Grupo Científico de la OMS (1972). al
tología". tratar el problema del .diagnóstico y clasificación de los
El mayor desarrollo científico al que he aludido y que trastornos mentales, señala muy acextadamente: "Está
nos permite tener un mejor conocimiento de las depre- muy difundida la idea de que la solución de los problemas
siones y, por lo tanto, esmeramos en su diagnóstico, debe de nosología es más dificil en psiquiatría que en las otras
1) alertamos sobre el peligro de que pasen desapercibidas ramas de la medicina", y más adelante precisa: "En psico-
Mdepresiones" donde parece no haberlas. Al respecto, geriatría, la situación se complica por varios factores: 1)
60 61
la frecuencia de superposición de diversas fases pa-
tológicas; 2) la dificultad de detem1inar las nomrns de la clasificación, sin que quiera decir que ésta sea la mejor
·'
~! evolución. dado el alto índice de mortalidad, y 3) la relati- sino, simplemente. que es la que mejor me sirve a mí para
va !ns11flciencla de los conocimientos sobre la etiología entender este complejo problema:
de los trastornos mentales de la vejez" . Estos conceptos.
que comparto plenamente, revisten una especial dificul-
tad al tratar la nosografia de las depresiones. Duelo patológico
Siempre ha sido compllcado encarar su clasificación, Neuróticas
y las que han sido propuestas nunca han llegado a satis- Descompensación de
facer a todos los psiquiatras. Parte de la dificultad reside caracteropatías
en la diversidad de acepciones de la palabra depresión, la
cual puede ser considerada, según los casos, como un Maníaco-depresiva
síntoma, un síndrome o una enfermedad de distintos gra- Psicóticas
dos abarcativos. De cualquier manera, aún esto sigue Depresiones
siendo oscuro y para llegar a un entendimiento habría Melancolía ansiosa
que adoptar una postura ecléctica como la de D. García
A otros trasfomos '
Reinoso ( 1975) cuando dice que ME! síntoma principal del
síndrome depresivo es la tristeza, con la que se enlazan pslqu iátricos
otros síntomas. En la depresión enfermedad la manifes- A otros trastornos
tación habitual es el síndrome depresivo, con la tristeza Secundarias no psiquiátricos
como síntoma dominante". Pero esto es cuestionado por
otros autores, que sostienen que no es Ja tristeza el A la utilización de
síntoma principal del síndrome depresivo. SI esto es así, algunos medicamentos
¿entonces, cuál es? O, llevando las cosas un poco más
allá. podemos preguntamos: ¿cuál es el síndrome depre-
sivo? Y así con-emos el riesgo de seguir un cuestiona- En las páginas siguientes intentaré justificar esta cla-
miento permanente que, lejos de aclarar. nos confunda sificación a través de la descripción de los distintos cua-
cada vez más . Pero entonces, ¿qué hacemos para encarar dros clínicos, pero quiero señalar que para comprender-
una nosografía de las depresiones que sea de alguna utili- los en toda su significación no hay que olvidar que Mel he-
dad? El infom1e mencionado dice que Mes evidente que cho de que una depresión sea neurótica o psicótica no de-
aún no es posible agrupar en una sola clasificación crite- pende de la estructura de la depresión en sí, sino de otros
rios descriptivos, etiológicos y evolutivos ... Por esa factores que serán aquellos que determinan la neurosis o
razón, el Grupo Científico no se opone a que se mantenga la psicosis. Se trata en última instancia de entender los
la práctica consagrada de utilizar cualquiera de los tres cuadros pslcopatológlcos tal como se presentan en los in-
criterios mencionados", agregando que Ma fin de lograr el dividuos concretos, como una articulación de estructuras,
máxlmo de claridad y precisión, se tiende a utilizar exclu- de modo que la depresión podrá tener lugar en cualquier
sivamente criterios descriptivos y, en consecuencia, a tipo de personalidad, es decir articularse con estructuras
clasificar los trastornos mentales de la vejez ateniéndose de personalidad histérica. obsesiva, fóblca. etc." (H.
únicamente al cuadro clínico". Creo que en el estado ac- Blelchmar, 1976). Dentro de esta línea hay que señalar
tual de nuestros conocimientos este último es el más que no existen las depresiones Mmixtas"; lo que ocurre es
aconsejable, puesto que es el que nos da cuenta de la que detem1inados sujetos presentan una slntomatología
mayor cantidad de fenómenos que observamos en nues- polifacética y variable, que deriva de su estructura per-
tra práctica diaria. sonal y que no condice con los datos estadísticos que de-
Luego de más de 15 años de trabajo ininterrumpido con terminan las nonnas clasificatorias. pero que de ningu-
pacientes viejos. en Instituciones y en consulta privada, na manera justifica la creación de una categoría Mmlxta" .
la observación me ha llevado a formular la siguiente Resultará slg.nificativo para todos los colegas fami-
liárlzados con la nomenclatura psiquiátrica que no haya
62
63

l
utilizado los términos clásicos de reactiva y endógena remisa a incorporar tales descubrimientos del psi-
para calificar a las depresiones. Durante muchos años re- coanálisis. ya sea descartándolos de plano - los menos-
sultó de suma utilidad la diferenciación en estas !cate- º aceptando sólo algunos conceptos. con lo cual. al desga-
gorías puesto que orientaba clínicamente al médico, a jarlos de su estructura total, los tornan no significa1ivos
partir de su etiología. sobre la evolución y pronóstico de e inoperantes.
los pacientes deprimidos. Esta clasificación partía de la
base de la reconocibilldad o no de la causa supuestamente
detemtlnante de la afección y estaba asentada sobre crite- 3. DEPRESIONES NEUROTICAS
rios estrictamente fenomenológicos. El no poder recono-
cer la causa que justificara lo observable hizo suponer El psicogeriatra y el médico general deben estar prepa-
que ésta debería encontrarse en el nivel orgánico, con lo rados para saber que la gran mayoría de las depresiones
cual la clasificación se hacía no p9r presencia sino por de los viejos. manifiestas o enmascaradas. corresponden
ausencia, método que. comq sabemos, no presenta dema- a aquellas en las cuales las causas que aparentemente de-
siados índices de confiabilidad científica. Insisto en que, terminan su aparición pueden ser relacionadas con una
a pesar de todo, este esquema resultó útil y productivo du- experiencia vital identificable en un momento más o me-
rante mucho tiempo y no pudo modificarse hasta la apa- nos cercano del pasado del paciente. Esta experiencia vi-
rición de un nuevo concepto introducido por el psi- tal es asimilable en su sentido más amplio a lo que se
coanálisis como fue el de inconsciente. El desconoci- connota con la palabra Mpérdida". pero considerando que
miento de su estructura y funcionamiento hizo que los desde la perspectiva del observador. importa poco que
psiquiatras rotularan de endógenas u orgánicas a las de- ésta haya sido real o no; lo que la detennina es la viven-
presiones cuya causa no podían encontrar. pero a partir cia del sujeto de que algo relacionado con él se ha perdido.
del estudio de aquél ya no puede justificarse su empleo. La gran mayoría de las definiciones psiquiátricas de
Después de los trabajos psicoanalíticos iniciados con este cuadro, si bien no dejan de considerar el aspecto de
MDuelo y melancolía" por Freud (1915) y ampliamente Mpérdida" como importante. insisten en la tonalidad
desarrollados luego por sus discípulos y por la psiquia- afectiva de la reacción frente a ésta como el factor deter-
: tría dinámica. estamos en condiciones de determinar con minante para su categorización, considerándola como
mayor precisión cuáles son los factores psicológicos in- desmedida o exagerada con respecto al factor deterrn.i-
conscientes que determinan las depresiones hasta ahora nante. Esto quiere decir que tenemos dos elementos a
llamadas endógenas. Es cierto que no siempre es posible considerar separadamente en este cuadro: 1) el motivo:
llegar a conflictos inconscientes que nos den la seguridad pérdida y 2) la reacción: desmedida.
de pensar en la relación causa-efecto. pero esto no debe El primero es parte indisoluble de la vida misma. To-
llevarnos a caer en la simpleza de volver a la vieja ter- · dos los individuos. en diferentes momentos de su desa-
minología, sino que debe impulsarnos a profundizar en rrollo evolutivo y desde el momento de su nacimiento se
la investigación a los efectos de poder precisar más los as- ven enfrentados con reiteradas situaciones de pérdida. No
pectos que aún desconocemos. lo cual podría llevarnos debe considerarse que esto tiene una connotación negati-
incluso. no lo descarto. a poder diagnosticar auténticas va. pues a poco que observemos el desarrollo individual
depresiones orgánicas cuando su organicidad sea demos- de cualquier persona. empezando por nosotros mismos.
trable. Entretanto contamos con una teoría y con una téc- veremos que toda adquisición de nuevos bienes. rela-
nica que nos permiten indagar sobre la causalidad de he- ciones, situaciones. ideales. etc. implica. en mayor o
chos, de la que antes no disponíamos. y tenemos que menor grado, algún tipo de pérdida - parcial o total- de
aprovecharla. No obstante. en la práctica se siguen utili- bienes. relaciones, situaciones o ideales anteriores. En
zando las viejas denominaciones, y esto obedece no sólo a consecuencia. esto debe ser considerado dentro de la dia-
la comodidad establecida por el uso y la costumbre. que léctica del desarrollo vital humano.
ilusoriamente puede hacernos creer que tenemos una vía El segundo. la reacción. En tanto la consideremos des-
segura de comunicación científica entre colegas. sino por medida nos remite a su término opuesto. adecuada. sig-
el hecho de que aun hoy gran parte de la psiquiatría sigue nificando que no hay un solo tipo de respuesta al
64 65
fent'i m t:nc t)e ¡;frdlrb sino por lo menos dos. uno normal y en la búsqueda de los objetos externos o equivalentes
otn; qt". :.; e desviará <le est2 nom1alldad con grados cuan- cuya pérdida pueda haber dete1ml11ado hl reacción del su-
titd! l'.1;t rn1 ·nte rllstlnJos que ncs u blcarán en el ten-eno de jeto, sino también d grado de deterioro que éste siente en
la 1 lC• nonr:2llcLHJ o patología. su inserción dentro de su escala de valores (narcisismo) y
F~ l pslco:.rnó.lisls nos ha familiarizado con la que haya afectado su autoestima. Al considerar este
conce pt n .Jl!;-,aélún <le las distintas reacciones frente a las último aspecto no hay que olvidar la inserción
sltua ~· iones rl.e pf.rcllda y ha creado distintas categorías de económica, social y cultural del sujeto en cuestión, puesto
elb s . e~ ;J 11rll <'w clolas con el nombre de duelo normal y due-
E:l
que ésta es la que en última instancia proporciona las re-
lo Jll lioló:_; icc. A pai Ur riel minucioso e importante trabajo ferencias necesarias para la constitución de dicha escala
de Frc ur¡ ( 1915) hemos podido adentramos en el carácter de valores, dentro de la cual se Inscriben los ideales.
íI1Urno el<> bs reacciones que suceden a la pérdida de obje- "Perder un objeto es perder una relación de objeto, esto es,
tos o r<:' b cton<' S significativas para el sujeto. y es a partir unajorma de ser, un modo de existir, una estructura de
de es tc,s conceptos que prefiero considerar a las ant.fguas conducta" (G. Royer. 1963, citado por D. García Reinoso,
depn~síonés react !vas dentro del cuadro del duelo pa- 1975). Asimismo es importante seüalar que la pérdida
iolór¡icc . l\Jra un::i mejor comprensión de su especificidad puede estar referida a aspectos parciales dtl cuerpo - o del
debemos <'OlTll' IlZar por estudiar con cierto detalle lo que esquema corporal-. tal como ocurrre en aquellos proce-
s.; enUcnde por duelo normaL sos que asientan preferentemente en el área dos.
La palabra duelo tiene dos acepciones que eti- El otro punto que importa resaltar es que todo proceso
mológicamente derivan de dos p;;i.labras latinas distintas. de duelo normal va - o debe ir- acompaflado de un afecto
La primera. que connota una cualidad afectiva deriva de con-espondlente, que en este caso es la pena o la tristeza.
dolus. dolor; la segunda deriva de duellum, que es la anti- Ahora bien. como este afecto paiticulannente doloroso es
gua fonna de bellum. guen-a. Es interesante que duellum muy difícil de tolerar tanto en uno mismo como en los
también tenga relación con duo, dos. Esto nos indica. des- demás. y siendo la manifestación fenoménlca la que pre-
de la lfgazón de la doble significación, que cuando habla- domina, muy fácilmente podemos caer en el error de atri-
mos de duelo estamos en presencia de un vínculo; que este buirle la calidad de patológico. de corúundir síntoma con
vínculo es conflictivo y que su resolución es dolorosa. Es estructura y estar tentados a intervenir para modificar su
partlculannente importante señalar que un conflicto por evolución natural. Freud (1915) en este punto es muy pre-
resolver necesariamente introduce la dimensión tiempo ciso, claro y terminante: "Es también muy notable que
y, por lo t<lnto. estamos en presencia de un proceso. jamás se nos ocurra considerar el duelo como un estado
Rycroft (1968). siguiendo a Bowlby (1942). define el patológico ni someter al sujeto a un tratamiento médico,
duelo normal como "el proceso psicológico que es puesto aunque se trata de una condición que le impone conside-
en marcha por la pérdida de un objeto amado y que rables desviaciones de su conducta normal. Corúlamos.
comúnmente lleva al abandono de dicho objeto. La pérdi- efectivamente. en que al cabo de algún tiempo desapare-
da del obj<'to se acompaña de pena y puede ser seguida o no cerá por sí solo y juzgamos inadecuado e incluso pet]udi-
por el esl;i.blecimiento de una nueva relación objeta!; cial perturbarlo" (la bastardilla es mía).
típicamente se acompaña de un cierto grado de identifica- Por lo tanto, si consideramos previsible que a lo largo
ción con el objeto perdido". Esta definición podría dar de la vida se produzcan pérdidas - en el sentido amplio al
lugar a malas Interpretaciones que derivarían de una dis- que ya hemos hecho referencia-. sl creemos que la reac-
c11slón sobre la naturaleza del término Mobjeto amado" ció11 adecuada debe ser la tristeza y que la expectativa de
que nos llevaría a considerar la racionalidad de lo real, satisfacer deseos y necesidades con aquel objeto ya no
pero d esde el punto de vista psicológico el mismo Freud será púsible, el trabajo de duelo consistirá entonces en el
( 1915) nos soca de dudas al se!"1alar que Mel duelo es, por lo desprendimiento del objeto y en la búsqueda de otro que
general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una sí pueda hacerlo. Para que este proceso pueda desarro-
abstracción equivclt:nle (la bastardilla es mía). la patria, llarse es necesario que el Individuo haya incorporado a lo
la llberl::id , el !~leal, etc.". Esto significa que desde el punto largo de su evolución una serie de e.xperiyncias integrado-
de vista obs ervacional no debemos detenemos solamente ras de sus conductas instrumentales y que corúorrnen una
66 67

~
adecuada capacidad de frustración frente a las vicisitudes en su momento pertenecieron al objeto perdido. Hay desa-
de su inclusión dentro de su escala de valores. liño y abandono en el vestir y en el cuidado personal.
El trabajo de duelo se cumple por lo general en t.rés eta- En la tercera etapa la relación con los objetos internos
pas sucesivas bastante bien definidas. A los fines se va debilitando y el sujeto es capaz de restablecer
prácticos que inspiran mi trabajo voy a señalar los psico- vínculos con los objetos del mundo exterior que había
dinamismos de estas etapas y su correlación fenome- abandonado y finalmente puede conectarse con otros
nológica. El . primer paso incluye fundamentalmente las nuevos. Durante este período el sujeto siente que sus re-
conductas defensivas marúacas. entre las cuales adquiere cuerdos se hacen más lejanos y se espacian; la conversa-
preponderancia la negación. Es un primer paso disociati- ción comienza a incursionar por otros temas. y recupera
vo y proyectivo, con intent.o de deposltación de la culpa en el interés por las actividades habituales. Desaparece el
depositarios externos. En algunas oportunidades las con- desgano y el sujeto se siente en condiciones de salir y
ductas defensivas pueden no ser lb suficientemente efi- aceptar la distracción. Se retoman los hábitos de limpie-
caces, el yo es invadido por la ansiedad y pueden ocurrir za y cuidado personal. y generalmente la incorporación
episodios transitorios de despersonalización. La conduc- de nuevas relaciones e intereses pone fin al proceso. El
ta manifiesta de estos sujetos, que da cuenta de esos psi- objeto perdido pasa a ser motivo de evocación cariñosa
codinamismos.~ '('arlará en intensidad dependiendo de la pero lejana; el duelo ha terminado. Es imposible estimar
signµ-icaciói¡t atripuida al, objeto perdido, de la integra- a priori el tiempo de duración de este proceso, el cual de-
ción psicos~~l del sujeto'y de la forma en que se produjo penderá siempre de factores individuales: 1) personalidad
la pérdida. In~i~to en qu~, no cabe hablar de manifesta- psicológica previa; 2) significación para el sujeto del obje-
ciones clínicas porque no debe observarse a los sujetos en to perdido; 3) capacidad de tolerancia y contención para
este estado cpmo si estuviesen enfermos. Estos pstcodina- el sufrimiento por parte del entorno más próximo, y 4) ca-
mismos, fenomenológicamente aparecerán como agita- racterísticas socioeconómicas y culturales donde se de-
ción, llanto, protestas. desasosiego y negación de la pérdi- sarrolla el proceso.
da. El sujeto trata de rechazar la idea de que la pérdida ha Quiero recalcar que este proceso no es patológico; por
ocurrido y apárece incrédulo: busca encontrar culpables lo contrario, es saludable, y como profesionales debemos
en algún lado, en primer lugar en el objeto mismo; cuando abstenernos de inteivenir, pues podríamos iníluir nega-
ha mediado atención médica suele culpar al facultativo tivamente en su desarrollo. Es aconsejable no utilizar
por mala atención, descuido o incapacidad, y finahnente psicofármacos, que pueden ser especialmente perjudi-
suele reprocharse a sí mismo, pero son reproches yo- ciales. Lo que sí debe hacerse, siempre que tengamos
distónicos que no comprometen su autoestima. oportunidad, es aleccionar a las personas más próximas
En la segunda etapa la pérdida del objeto externo - o sobre la conducta a seguir en cada caso y en cada paso dd
equivalentes..:.. lleva a que el yo incremente la relación proceso: ni apurarlo, ni exigirlo. Al duelo no hay que tra-
con los objetos internos que de una u otra manera hayan tarlo, hay que acompañarlo.
estado ligados a aquél. Esta relación puede adquirir en Si me he extendido en consideraciones sobre este
ciertos momentos características de identificación. Con- proceso es por dos razones: 1) porque es el paradigma de
comitantemente la relación con otros objetos externos las situaciones que los seres humanos deben enfrentar a
también se hace más laxa y puede llegar incluso a inte- lo largo de su vida, con sufrimiento pero sin enfennedad.
rrumpirse, especialmente con aquellos que hayan tenido y porque solamente conociendo su normalidad podremos
una conexión más cercana con el objeto significativo per- apreciar luego la patología, y 2) porque es un lugar común
dido. A la observación se ve un estado de resignación y decir que la vejez es el momento de la vida en que se pre-
aceptación de la realidad de la pérdida y aparece en toda sentan la mayor cantidad de duelos. Esto realmente no es
su magnitud la tristeza. El sujeto aparece sumido en in- así, ya que se ha demostrado estadísticamente en
terminables recuerdos y su conversación gira en tomo de psiquiatría que las depresiones reactivas (que llamo due-
ellos: siente que el mundo no tiene sentido sin el objeto los patológicos) son más frecuentes en las personas
amado y deseado. se retrae, no quiere salir, nada lo dis- jóvenes que en los viejos - comprobación que todavía re-
trae y el desgano es evidente. Puede adoptar actitudes que quiere explicación-, lo que no quita que en las personas

68 69
!
}•
~'

mayorr.:s de 55 ar'ios este trastorno psicológico sea el de


-==
mayor lncldt:ucla en la patología pstqulálrica. 3 . 1.1. Sintomalología. El duelo patológico sigue una
Cn este punto es 1wcesario hacer una última considera- evo111ción escalonada similar a lo que he descripto a pro-
ción adicional. En al[-~unas personas viejas. este proceso pósito del duelo normal, pero su calidad es totalmente
de duelo puede verse perturbado considerablemente en su distinta.
tercera etapa. dando lugar a una desproporcionada pro- La p1imera fase es Igual a la descripta más arriba: es
longación de S ti duraeión con una agobiante sensación de imposible determinar en ese momento si está dentro de lo
tristeza sin fin. La resolución del duelo. tal la carac- nom1al o de lo patológico, cosa que puede tener valor aca- 1::
tefr;tica de esta etapa, impllca la conexión con nuevos démico pero no práctico. puesto que nunca nos consultan
objetos o equivalentes que reemplacen al perdido. pero cuando se produce. Sin que sea una regla, su duración
puede variar entre algunas horas y varios días.
e
muchas veces ocuITe que estas personas no pueden hacer-
lo porque los nuevos objetos. senclllamente ... ¡no existen! Para entender las fases siguientes es preciso hacer una
disquisición sobre los psicodlnamismos involucrados,
c
Al respecto es importante diferenciar los casos en que re-
almelltc no existen de aquellos otros en los cuales predo-
mina una caracterología previa rígida, intolerante y con
que nos permitirán entender las conductas manifiestas
de los pacientes en este estado. La relaGión que se esta-
e
poca ductilid::id para aceptar la contingencia de los obje- blece con los objetos siempre es una relación compleja
tos y su reemplazo, real o simbólico. donde coexisten actitudes contradictorias hacia ellos. lo
que recibe el nombre de ambivalencia. Los objetos no son
3.1. Duelo patológico sólo malos. o sólo buenos. o sólo necesitados. etc. Esta re-
lación se establece por pares contradictorios bueno-malo.
Si, como he descripto, el duelo normal es el trabajo de cuidado-agresión. necesitado-rechazado. etc .. pero habi-
elaboración de una pérdida. el duelo patológico se carac- tualmente y en un intento de preservar la relación, ésta se
teriza por la dificult::id de aceptarla y por una reacción disocia y aparece en la conciencia uno solo de los térmi-
desmedida - pnra el obse1vador- ante esa imposibilidad. nos. el otro queda reprimido y, en consecuencia. fuera de
De est0 se desp rende que toda vez que se vean alteradas ella.
las cleit:r.r11lnantes estructurales que he señalado más a- En la segunda fase del duelo patológico el objeto perdi-
niba, fr.:>nle a la pérdida de una relación objeta!, estarán do se internaliza y el yo adquiere diversos grados de iden-
dadas las condiciones para la aparición de este cuadro. tificación con aquél; pero en la lnternallzaclón se reins-
Al igual que en otras époc;is de la vida, a pa1iir de los tala la primitiva relación ambivalente. entonces el yo
55_años. cuando comienza el envejecimiento. el duelo pa- queda atrapado en ella convirtiéndose en su víctima.
tológico puede presentarse en cualquier momento. No e- Como en este estado no se produce una desintegración
xisten pródromos y su comienzo puede ser más o menos psicótica de la personalldad, la discriminación entre
brusco, dependiendo de la fomrn que revista el suceso de- mundo Interno y mundo externo es pertinente. razón por
senc3denante, y la fonna que adoptará estará teñida por la cual para el yo la pérdida sigue siendo extenor a él y los
las caracteristlcas de la personalidad en la cual se asien- consecuentes ataques resultantes de la ambivalencia son
tan, sin que sea privativa de ninguna estructura caracte-
rológica en particular. Los motivos más comunes suelen
dirigidos hacia afuera. Los reproches hacia el objeto se
intensifican al mismo tiempo que se instala la sensación
e
ser: fallecimiento del cónyuge, de hijos. nietos o allega- de que el mundo está vacío: el paciente está apático.
dos. migraciones. mudanzas o desalojos. casamiento y/o acentúa su retracción y está muy triste. La inestabilidad
abandono del hogar por parte de los hijos, enfermedades emocional es evidente. con episodios de descargas agresi-
propias o de familiares, pérdida del empleo que pone en vas sin motivo aparente. Aun cuando pueda manifestar
pelip:ro el status social adquirido, pérdida de seguridad que su dolor no es tan intenso "como al principio". su es-
económica, etc. L;:i enumeración es solamente ejempllfi- tado aparente no e:A-perlmenta mejoría. Existen diversos
cativa, pues los motivos pueden ser innumerables y de- trastornos del ritmo del dormir que pueden ir desde la hi-
p~nde1-á n siempre de significantes personales. persomnla diurna hasta grados variables de insomnio,
pero lo característico es la frecuencia de pesadillas de las
¡ cuales se despierta angustiado, y la constancia de sueños
l

70
71
¡I

L ·~·· · ·-----
:::9
·,

::e
del tipo de los que se presentan en las neurosis individuales. Algunas suelen decrecer por sí solas hasta
=- traumáticas. es decir con la presencia manifiesta y reite-
rada del objeto perdido. El paciente s.e ve desaliñad6. des-
cuidado en su aseo personal y en el de su casa. No es infre-
su extinción, pero en ~eneral dejan un defecto en la perso-
nalidad del paciente que lo coloca en malas condiciones
para enfrentar las vicisitudes de la vida y lo hace más
cuente que desarrolle o intensifique hábitos alcohólicos vulnerable a otros agentes patógenos. Una modalidad
o drogadicción, especialmente a psicofármacos autome- triste, huraña, retraída y temerosa suele ser la secuela de
dicados. Esta etapa puede durar varias semanas. En la los casos no tratados. En otros casos, cuando la desorga-
tercera fase la readaptación fracasa. Aparecen con fre- nización yoica es muy intensa y se compromete el sentido
cuencia los autorreproches culposos: se acentúa la abulia de la realidad, puede evolucionar hacia una psicosls fran-
y el paciente aparece irresoluto y temeroso. La vivencia ca.
del motivo determinante aparece ya lejana y hasta él Merece especial atención una forma de evolución su-
mismo puede perder la conexión entre causa y efecto al mamente complicada pero que por sus características en-
sentir que su estado actual es inexplicable y sin solución. tra dentro de otra entidad nosográfica aunque no deja de
En esta etapa pueden producirse alteraciones profundas y ser producto del mismo cuadro eUopatogénico. Me refiero
duraderas de la estructura de la personalidad, pero en a aquellos casos en los cuales la primera fase no es segui-
general el sentido de realidad está conservado. No obs- da por la segunda sino que en su lugar se instala una ver-
::e tante, la posibilidad de suicidio es cierta. por lo que es
preciso tener cuidado especial y, sobre todo, contar con el
dadera reacción maníaca. Esta se caracteriza por un re-
fuerzo de la negación acompañado de excitación e hiper-

=- apoy~ de fami~iares o allegados para cuidarlo. actividad, aceleración del curso del pensamiento. fuga de
ideas y verborrea. Puede acompañarse de alcoholismo y

=- 3 .' i'.2.Trástomós somáticos. En los primeros momen-


tos d~' la afección, cuando' el cuadro está dominado por la
drogadicción, como también de una especie de fuga en ac-
tividad.e s diversas, especialmente en el trabajo . Insisto en

=- negación y la agitación, no suelen presentarse síntomas


somáticos. Esfos 'comienzan a aparecer al evolucionar el
cuadro y muchas veces ocurré que el primer contacto con
el médico comienza por e's e lado. Acuden al consultorio
la peligrosidad de esta reacción, pues en los viejos esta
hiperactividad en todos los campos puede no ser resistida
en el nivel corporal, y así producir reactivación o agrava-
ción de viejas dolencias o aparición de otras nuevas que
quejándose de diversas dolencias sin poder establecer co- comprometan su estado físico.
nexión entre ellas y el motivo desencadenante. Los
síntomas más frecuentes son digestivos: disfagia, dispep- 3.2. Descompensaciones en caracteropatías
sia y constipación; malestares cardíacos y, cuando pre-
viamente ha estado conservado. el deseo sexual dismi- La neurosis es una afección producida por un conflicto
nuye, con frigidez o impotencia. psiquico y cuya manifestación sintomatológica es la ex-
Muchas veces ocurre que el paciente se queja de un solo presión simbólica de aquél, al mismo tiempo que su in-
síntoma y deambula de médico en médico sin encontrar tento de satisfacción, y que además es utilizado con la in-
alivio a su dolencia y sin presentar signos que delaten su tención de obtener beneficios secundarios. El cuadro apa-
depresión. Cuando finalmente alguno consigue detectar rece toda vez que fracasan las conductas defensivas que
en la anamnesis indicios llamativos y comienza a ligar- ha ido estructurando el individuo a lo largo de su vida
los, se da cuenta de que lo que hay de por medio es una para "mantener un equilibrio homeostático, eliminando
verdadera depresión, de la cual el síntoma es sólo la ex- una fuente de inseguridad, peligro, tensión o una adapta-
presión simbólica. Estas son las depresiones llamadas ción del organismo" (Bleger, 1963).
monosintomáticas, dillciles de detectar si el especialista Cuando estos cuadros aparecen con un predominio de
no está advertido de la posibilidad de su presencia. los síntomas del síndrome depresivo, la mayoría de los
autores suelen denominarlos "depresión neurótica", pero
3.1.3. Evolución. Ya he señalado el curso escalonado de al hacer su descripción vemos que generalmente se super-
esta afección y también la imposibilidad de determinar ponen ~on lo que ellos mismos denominan "depresión re-
su duración, que siempre dependerá de las posibilidades activa" (duelo patológico). Sin embargo, creo que clínica-
72 73
rt1(· 11l e es posible ob~ervar una serle ele trastornos en los
vkjos r¡ue, si bien comparten algtJnos de los aspectos de éstos es importante destacar la preocupación por el
p~; Jcodi11ú111Jcos y ~intomatológicos de los duelos pa- funcionamiento del cuerpo como una forma del temor a
tológicos. no conflgurnn exactamente el mismo cuadro, y las enfermedades y que luego dará lugar a las manúesta-
hay qne evaluarlos adecuadamente por sus diferentes clones hipocondríacas . Sobre esta estructura caracte-
prognosis y ti atamiento, pero que estrictamente hablan- rológlca actuarán una serle de factores de diversa índole
l
¡ do. tampoco estructuran una neurosis típica tal como és- que serán de dificil manejo por parte del viejo. puesto que
ta:; han sido definidas. Las neurosis no aparecen por sus conductas defensivas carecen de la plasticidad sufi-
prlmera vez en la vejez, y acerca del destino de las pre- ciente como para hacer frente a situaciones que requieren
existentes los distintos autores no han llegado a ponerse una adaptación más o menos rápida y ajustada.
de acuercto respecto de la influencia que sobre ellas ejerce Sobre este terreno así predispuesto, todas las agre-
el prnceso del envejecimiento. Algunos sostienen que se siones patógenas, tóxicas, traumáticas o nutricias pueden
agravan y otros que se atenúan. De cualquier manera, enseñorearse favorecidas por la fragilidad del viejo y so-
esta discusión carece de importancia aquí pero es necesa- bre todo por la tendencia de éste a tomar lo que se llama
rio señalar. como he mencionado más arriba. que hay "la parte por el todo". Es bien conocido este mecanismo
otra forrna de expresión de los conflictos psíquicos que por el cual cualquier pequeño desperfecto es tomado como
no St: manlfiesta por la formación de síntomas sino por que toda la maquinaria no funciona más y que es irreme-
rasgos de carácter, formas de comportamiento o por una diable: dolores reumáticos tomados como imposibilidad
organización patológica de la personalidad. Esto es lo que de desplazamiento, olvidos como señal de senilidad y/ o
se llama neurosis de carácter o, más adecuadamente, ca- demencia, etc. Estos mecanismos revisten especial im-
racteropatías . Lo que se describe generalmente con el portancia porque si no son tratados a tiempo pueden ge-
nombre de depresión neurótica corresponde en realidad a nerar un círculo vicioso por el cual el temor llega a cons-
rupturas transitorias de las estructuras caracteropáticas tituirse en agente patógeno en si mismo: por ejemplo, en
depresivas y que se manifiesta con el afecto tristeza. considerar al alargamiento del tiempo necesario para la
Ultimamente la psiquiatría ha comenzado a poner un erección del pene como imp0tencia, puede llevar a que re-
mayor énfasis en los factores sociales como determi- almente se estructure ésta definitivamente al serle im-
nantes de la aparición de ciertas patologías, y ello ha per- posible al viejo tolerar la al'lsiedad que le despierta.
mitido prestar atención a toda una serie de formas me- El notable aumento del tiempo libre que generalmente
nores de desadaptación de la personalidad, lo cual. en el se aprecia en la vejez y la imposibilidad cultural de hacer
campo específico de la vejez, es de especial importancia una adecuación del ocio es otro de los factores patógenos
para ayudarnos a comprender estos trastornos. M. Stre- importantes, más llamativo en los hombres que en las
jllevich (1970) señala: "La generación añosa actual que mujeres. El hombre está habituado a la división del tra-
suele venir a la consulta no aprendió a envejecer por las bajo familiar tradicional de ser el que aporta los medios
vías socioculturales naturales, que anticipan nom1al- económicos para la manutención del hogar, mientras que
mente la aparición de ciertos momentos críticos. Si a ello · la mujer desarrolla los quehaceres domésticos dentro de
sumamos la rapidez con que se producen los cambios los cuales se incluye. como uno de los más importantes, la
económicos, sociales, Instrumentales, técnicos y huma- de atenderlo a él mismo cuando retorna de sus ocupa-
nos, en una época de la Vida en que es más dificil aprender ciones. Esto le permite sentirse como el personaje más
e incorporar nuevas pautas de conducta, comprendere- importante de la familia mientras relega a la mujer al
mos las dcscompensaciones dramáticas que se producen nivel más bajo de la escala. Cuando la pérdida del traba-
1
en muchos ancianos". jo, por jubilación o por lo que fuere, lo desplaza de esta
! posición, no sabe cómo emplear su tiempo libre y no es
3.2.1. Etiología. La personalidad previa está estructu infrecuente que comience a realizar pequeños quehaceres
1
1 rada sobre una caracteropatía depresiva. Los rasgos so- domésticos como mandados, cuidar la comida o tender
bresalientes de este carácter asientan sobre un trípode las camas, con lo cual su escala de valores se derrumba y
1
ronstituiclo por pesimismo, temor y humor triste. Dentro se siente sometido al otrora subalt erno (esposa) con la
1 consecuente disminución de su autoestima. Hay que reco-
74
11
;¡ 75
i
t
""'---
=- ..
~ ..
nócer que muchas veces esta inversión de roles es aprove- Las manifestaciones más comunes del conflicto con
chada por el hasta enconces sometido para vengarse ac- los hijos están da~as en ocasión del casamiento, especial-
tivamente de las afrentas sufridas, haciéndole! sentir mente si existen .problemas religiosos o raciales, ante la
como más humillante.su condición actual. partida de la casa para irse a vivir solos, ante la elección
Otro de los aspectos patógenos que comporta no saber de carrera o trabajo, y por desavenencias ideológicas de
utilizar el tiempo libre es que favorece lo que se puede lla- tipo político.
mar la patología de la interioridad. Normalmente esta También los factores socioeconómicos y culturales de-
forma parte de los aspectos psicológicos propios de la ve- sempeñan un papel preponderante en la etiología de estas
jez, pero cuando se realiza en las condiciones creadas por descompensaciones, pero los tradicionalmente conside-
el malestar producido por el ocio, de simple reminiscen- rados como importantes (inserción social, poder adquisi-
cia puede revertirse en rememoración nostálgica, culposa tivo, status, etc.) deben ser vistos desde dentro de la pers-
o narcisista según los casos, y que favorecida por el pectiva señalada por J. Oulés (1970): a) la aceptación o re-
mayor tiempo disponible deriva en interminables rumia- chazo del viejo por el medio, y b) la aceptación o rechazo
ciones patógenas que suelen tener como temática prepon- del medio por el viejo. Esto nos pern1lle ver que no so-
derante los aspectos deficitarios, corporales o intelectua- lamente la conducta del entorno puede determinar una
les, que, de tanto ser observados se convierten en domi- acción patógena, sino que también la disposición negati-
nantes. La disminución de los potenciales intelectuales, va del viejo hacia el medio puede ser la que pone en mar-
especialmente la memoria y la fatiga de concentración, cha su subsiguiente patogeneidad.
así como la pérdida de la agudeza visual y auditiva, son
otros de los tantos factores intervinientes. 3.2.2. Sintomatología. El 'comienzo suele ser larvado,
El llamado , Mconílicto generacional", cuando tiene su con una exacerbación de algunos de los rasgos caracte-
expresión djrecta dentro del seno familiar, reviste espe- rológicos previos, siendo lo más común una preocupación
cial importancia. En mi práctica institucional y privada, hipocondríaca. A esto sigue una retracción de sus ocupa-
de hecho éste ha sido estadísticamente el mayor elemento ciones habituales, racionalizada como aburrimiento. E-
de queja de ¡os pacientes que he tratado con este cuadro. xiste una sensación generalizada de infelicidad y de falta
El punto de entrecruzamiento de la línea ascendente de de perspectivas vitales; la tristeza domina el cuadro y los
los hijos con la ,P,escendente de los padres y la consecuente remordlmientos, los reproches y la disminución de la au-
inversión de los roles familiares, se convierte en un seve- toestima son constantes. Sin embargo, lo más llamativo
ro agente pátógeno. Para justificar la motivación del con- es la actitud de debilidad y desamparo que sienten los pa-
flicto, muchas veces los familiares se refieren a la cientes y que los lleva a un reclamo manlflesto de aten-
Mrigidez" conceptual del viejo, cosa que gerteralmente es ción, inclinación afectiva, amor y cuidado, aunque mu-
innegable, pero en este punto conviene hacer una aclara- chas veces se revierten en conductas reactivas de reserva,
ción importante que debe servirnos de diagnóstico dife- aversión o agresión. Las preocupaciones hipocondríacas
rencial. Hay que. distinguir lo más claramente posible si son constantes, adquieren una intensidad considerable y
el viejo ha sido de conceptos y conducta rígidas desde en ocasiones hacen insoportable la convivencia. y puede
siempre o si, por el contrario, esta rigidez sobrevino con ocasionar que las reales complicaciones físicas que so-
la edad. En este último caso estaremos en presencia de la brevienen sean desatendidas al ser tomadas como sim-
puesta en funcionamiento de conductas defensivas ante ples ~anías de viejo". Salvo en esta esfera. el sentido de
la sensación de disminución de la autoestima; la necesi- realidad está conservado; no hay alucinaciones ni deli-
dad de hacer prevalecer ideas, modos de vida o costum- rios. Las ideas de suicidio son frecuentes, pero no su rea-
bres, funcionan como una forma de preservar una posi- lización. .
ción que se siente en peligro de derrumbarse por el proce- Muchas de las personas que presentan lo que se deno-
so inexorable del envejecimiento. Pero si la Iigidez forma mina Mreacción de adaptación a la vejez" deben ser con-
parte de la personalidad previa del paciente, en el mo- sideradas dentro del cuadro que se describe.
mento de la aparición del cuadro hay que descartar Ja
presencia de una melancolía ansiosa. 3.2.3.n-astomos somáticos. Son muy frecuentes -más

76 77
q1w ·~n cualquier otra depresión-. polimorfos y de inten-
sidad sumamente variable. Es muy dlficU su correcto Iet, BaUJanger, Griesinger y Kraepelln, debe su nombre a
dlagnós tlco. pu es !:eneralmente vienen acompañados de la alternancia de períodos de manía y depresión, aunqu e
qu ejas hipocondríacas. Los más frecuentes pertenecen al en algunos pacientes se observa b repetición d<> períodos
tracto rtfgestlvo: <Harreas . disfagia y vómitos; a ellos se de manía o de depresión solamente. y puede variar des de
suman o Gu ceden cefalea, llpotlmia, precordialgia, sensa- formas relativamente leves hasta formas gravíslmas co11
ción de frío en ma no.:: y ples. y distintos grados de com- compromiso psicótico total de la personalidad.
prmntso de fa se•.:u a l1dad. Pu eden ocurrir episodios de La edad de comienzo es variable, pero generalmente se
l:IlU ú~S iS.
presenta en la adolescencia o en adultos jóvenes. Algunos
A l co .1siderar es tos síntomas no hay que olvidar el as- autores señalan que si el primer episodio es de Upo
p ecio d e "beneficio s ecundario" que suelen tener. En esta maníaco. la edad de comienzo se sitúa entre los 15 y los '.L5
época de la vlda, cuando la sensación de soledad es años. y si es de Upo depresivo entre los 25 y los 35. Entre
mayDr , c ua ndo los hijos se distancian o abandonan la nosotros, M. Strejilevlch (1978) ha señalado que es pos i-
cas a, la apelación a supuestas dolencias o la magnifica- ble ol>seivar casos que desarrollan su primer episodio
clón d e las reales. es una fonna de llamar Ja atención, e- después de los 50 años, criterio que comparto. pero deben
xigiJ· c uida do y tratar de retenerlos, induciendo un sent1- considerarse como casos excepcionales.
m1ent o culposo que. muchas veces, en lugar de obtener el Lo que habitualmente vemos en la consulla son p a-
resulta do deseado, puede revertirse en lo contrario. Este cientes con una historia de episodios de rluraclón e inten-
proceso es más llamativo en aquellos viejos que durante sidad variables previos a los 60 años.
toda su vida han considerado a sus hijos como una inver-
s ión, como un "seguro para la vejez". 4.1.1. Etlopatogenta. Mucho se ha insistido en la im-
portancia de los factores hereditarios en la génesis de esta
3 .2.4. Evolu.::lim. No hay una regla ~a para considerar1 afección y prácticamente ningún autor deja de consid(>,-
la evolución de estos cuadros dado que -ya lo he se- rarlo aunque le asigne distintos grados de prevalencirt.
ñalado- siempre dependen de la personalidad sobre la Desde las prhniUvas obseivaclones que señalaban h alta
que s e instalan. Pueden transitar como episodios aisla- frecuencia de aparición de la enfermedad en personas
dos o re iterados, de intensidad, duración y frecuencia con una historia de trastornos familiares idénticos, ha::;-
variable e hnprev!slble. Aunque la mayoría son cortos, ta las más recientes que muestran similar sensibilidau a
hay algunos que por su duración pueden semejar cronici- los psicofármacos en pacientes consanguíneos con tras-
dad.
tornos similares, muchos argumentos se lt"n esgrinlido.
llegando algunos autores ,como Kielholz a s ecular t1 papel
4. DEPRESIONES PSICOTICAS principal de la herencia, al afinnar que puede s~r com-
probada en el '60 % de los, casos. Sin embargo, a pesar de
Lo que determina la clasificación de psicóticas para estos datos no creo que pueda hablar.s e de comprobación
este gn.1po de afecciones es Ja frecuencia de la alteración en sentido estricto, en tanto estas supuestas comproba-
del juicio de realidad que, en grado mayor o menor, siem- ciones están sustentadas por los esquemas referenciales
pre está presente. Estas alteraciones podrán comprome- de los distintos autores, por lo general psiquiatras que se
ter cualquiera de las tres áreas de Ja conducta, y su inten- han negado a incorporar a sus concepciones algunos des-
sidad estará generalmente detem11nada por la estructura cubrimientos e investigaciones importantes llevados a
de personalldad previa del sujeto. cabo por otras disciplinas, especialmente el psi-
coanálisis. No quiero aceptar ni descartar totalmente la
4.1. Ps icosis maníaco-depresiva importancia de los factores hereditarios, sobre todo
porque actualmente los estudios sobre genética avanzan a
Esta grave afección, descripta desde la Antigüedad y un ritmo lo suficientemente acelerado como para esperar
detallada por médicos generales como Hipócrates, Areteo resultados de alguna índole sobre este tema, pero entre
de Capadocia y Galeno, y Juego por psiquiatras como Far- tanto creo que el psicoanálisis nos brinda una línea de
,investigación, que, si bien no es excluyente, es suma-
78
79
¡;
l
i
''J . "'
¡,

mente rica como para considerar estos fenómenos. Me re-


r ciatlon (1969) en su punto 301. l la define así: "El patrón
1

fiero al concepto·de identificación. i


j de conducta se manifiesta por períodos recurrentes y osci-
En honor a la verdad, tampoco dentro del ; psi- t. lantes de elación y depresión. Los períodos de elación se ff
coanálisis su estudio hii sido demasiado riguroso y sis- caracterizan por ambición, cordialidad, entusiasmo, op- ~
temático, pero creo que puede servir de base para com- l¡: timismo y mucha energía. Los períodos de depresión, por ¡
prender algunas de las lagunas que en este terreno tene- preocupación. pesimismo. poca energía y sentimientos de
mos. Cuando hablamos de la incidencia de la herencia de- f futilidad. Estos cambios en el afecto no pueden atribuirse
bido a que observamos pacientes melancólicos con pa- fácilmente a circunstancias externas inmediatas". Es
dres melancólicos, ¿es correcto pensar en la herencia sin importante recalcar que, como lo señala el mismo Ma-
interrogarnos sobre los modelos de identificación me- nual, los trastornos de la personalidad "se caracterizan
lancólicos que se han puesto a disposición del niño du- por patrones de conducta no adaptativos, profundamente
rante su desarrollo? Cuando la obseIVación se hace en pa- arraigados, diferentes en calidad de los síntomas
rejas de hermanos melancólicos, ¿no deberíamos inte- neuróticos y psicóticos. Generalmente son patrones vita-
rrogarnos sobre los modelos de identificación melancoli- licios, a menudo reconocidos en la adolescencia o en edad
zantes a los cuales pueden haber estado sometidos? No es más temprana" (la bastardilla es mía) . Esta descripción
éste el momento de ahondar en una discusión sobre el me exime de mayores comentarios, pero quiero recomen-
tema, pero quería dejar abiertos estos interrogantes para dar que se investigue exhaustivamente en la anamnesis y,
sen.alar que no se puede decir que esté suficientemente de ser posible, se la corrobore con familiares y allegados,
comprobada la importancia de la herencia en la etiología ¡ puesto que muchas veces los datos surrurustrados por los
de esta afección, y que más bien hay que profundizar en ' viejos no son demasiado confiables.
su investigación. Finalmente se impone aquí una somera descripción de
A primera vista parecería que, tratándose de viejos, es
muy difícil rastrear en la historia las vicisitudes de las 1 algunos conceptos psicoanalíticos clásicos sobre la psi-
codinamia de la melancolía que nos permitirán entender
identificaciones. pero en el estado actual de nuesti;-os co-
nocimientos sobre la investigación en la anamnesis,
i los aspectos fenoménicos que luego describiré como
típicos de esta afección.
·~!
para un observador entrenado no puede serlo tanto. i Ya he señalado más arriba, al hablar de la estructura

¡
Otra concepción psiquiátrica que tuvo auge en su mo- del duelo normal. las vicisitudes que acontecen ante la
mento y que ahora debe ser totalmente descartada es la de pérdida de ciertos objetos significativos. En el artículo
Kretschmer sobre la correlación somático-temperamen- allí mencionado, Freud (1915) señala la diferencia funda-
tal. porque "no es demostrable en la práctica .. . y porque, mental entre este proceso y la melancolía. En ésta, como
cualquiera que sea la realidad de la doctrina, el paralelis- en aquél, la primera condición es una pérdida de objeto,
mo psicosomático establecido por aquel autor carece de pero se irucia con una intensa identificación del yo con
valor aplicable a·,las necesidades de la clíruca" (Fischer y dicho objeto (a este respecto es clásica la feliz figura de
Ciafardo, 1967). ,. \ Freud: "la sombra del objeto cae sobre el yo"); además re-
En cambio'; creo que ciertas dificultades en el desarro- t quiere, como segunda condición, que la relación con di-
í
llo psicológico individual por un lado y los procesos bio- cho objeto haya sido de características sumamente am-
químicos últimamente investigados - como los ligados a bivalentes y, por lo .tanto. con un grado de conflicto sigru-
la acción de las catecolaminas y a la permeabilidad de las ficatlvo. Tanto Freud corno Abraham han señalado que
membranas a los electrólitos ligados a aquéllas- deben esta ambivalencia se ha magnificado en la medida en que
considerarse ante los cuadros depresivos, sin que pueda el sujeto ha sufrido en estadios tempranos de su desarro- ·
establecerse todavía una relación cierta de causa-efecto. llo una grave herida nai:cisista que ha perturbado grave-
Ahora bien. otro aspecto importante a considerar · mente su autoestima. La pérdida actual reaviva de mane-
clírucarnente es el de la personalidad sobre la que asien- ra regresiva esta vieja herida y. además. el odio reprimi-
tan generalmente estas afecciones. Ellas son del tipo lla- do. Con este objeto perdido, amado y odiado a la vez, es
nado ciclotímico. El Manual diagnóstico y estadístico de con el que se identifica el yo, y al perder la discrimina-
los trastornos mentales de la American Psychiatrtc Asso- ción yo-objeto. mundo interno-mundo externo. el paso
80 81
1 posterior lleva a que la alteración del juicio de realidad cientes muy pocas veces vierten !;\grimas. lo cual llama la
1
1
t
haga sen t {¡· q11e no se ha perdido el obj eto sino que se ha atención por la contradicción e11lre esta incapacidad y el
1
perclldo 11na parle del ¡:iroplo yo, y esto es lo que configura dolor reílej ado en el rostro.
1 el prnceso psicótico. Con10 seiiala García Relnoso (1975). La abulia es manifiesta. Entre nosotros M. Strejile-
t "él es el otro p erdido". En la medida en que la identifica- vich (1970) ha insistido mucho, y con toda razón, en la
f ción adquiere esta intensidad indiscrirnlnatlva, los necesidad de diferenciar adecuadamente en los viejos "la
i ataques al objeto odiado ahora se dirigen contra el propio abulia (tengo ganas pero no puedo. no me llama la aten-
yo (los lamentos son ataques). lo que configura la ción) de la astenia (doy dos pasos y ya me cansor. La im-
dinámica de los autorreproches y de las autoagresiones. portancia de este distingo radica en el hecho de no con-
Este proceso está mantenido y vigilado por una parte di- fundir los síntomas y pasar por alto graves trastornos
sociada del propio yo llamada conciencia moral (más somáticos envueltos en slntomatología aparentemente
tarde superyó). que además es responsable del sentimien- psiquiátrica u otros cuadros psiquiát1icos que no son au -
to de culpa por los ataques al objeto intemallzado, que no ténticas depresiones. También puede darse una combina-
sólo es odiado sino amado y necesitado. ción de ambas cosas. como señala el mismo autor: "Hay
Estas Ideas de Frn1d que aquí he resumido fueron luego casos de arterioescleróticos deprimidos en los que hay
arnpll;:idas y desarrolladas por Abraham y Rado, quienes abulia matutina y astenia vespertina".
se ocuparon de estudiar las modalidades de las identifica- Pero lo que domina todo el cuadro. lo que lo caracteri-
ciones y de las cualidades del ataque al objeto ambiva- za, es la inhibición psicomotriz, la cual puede variar en
lente y posteriormente se vieron completadas por los intensidad desde los estados leves a los estuporosos, y se
aport í':"'. fundamentales de Melanie Klein. Esta autora es- la puede apreciar de diversas maneras. El paciente apa-
tudió con s umo detalle las vicisitudes del establecimiento rece lentificado, como · quien lleva encima un peso
de las µi-lmltivas relaciones objetales. y al postular el enorme. A prin1era vista se observa en los movimientos:
concepto de las posiciones esquizo-paranoide y depresi- la marcha es vacilante. se arrastra, los ademanes son es-
va. sentó las bases de las investigaciones necesarias para casos y medidos: hay evidente desaliño en su cuidado per-
descifrar el complejo problema de la etiopatogenia de las sonal - barbudo, despeinado, sin maquillaje- y en la ves-
depresiones. timenta, producto del esfuerzo que insume su realización.
Insisto en que todos estos desarrollos no pueden ser ig- La conversación - en los casos en que se la puede estable-
norados por la psiquiatría actual y menos aun desprecia- cer- es en voz baja. lenta, penosa. con momentos de si-
dos, puesto que hasta el presente ningún otro desarrdllo lencio intercalados: al paciente Mhay que arrancarle las
científico puede llenar el vacío conceptual que se escond'e palabras" y permanentemente da muestras de desinterés,
detrás del término "endógeno" como lo hace esta teoría mirando al suelo o al vacío. En la temática predominan
que, por otra parte, n ecesita de nuevos aportes. ,,
J- las desgracias que lo aquejan, cuya mención se repite
monótonamente, sumándose un pesimismo absoluto res-
4 . 1.2 . Sintomatología. Aunque este cuadro se caracte- pecto del futuro, dentro de lo cual engloba la posibilidad
riza por la alten1ancla de episodios maníacos y depresi- de salir de su estado y, sobre todo, la duda de que podamos
vos, aquí sólo voy a ocupmme de los últimos para poder hacer algo por él. ··
establecer un adecuado diagnóstico diferencial con las Subjetivamente el paciente alienta una serte de ideas.
otras depresiones. Clásicamente se describe el comienzo de tal persis't encia e intensidad. que generalmente ad-
como brusco: sin razones previas que lo justifiquen, un quieren el carácter de verdaderos delirios. En primer lu -
bu en día , ude la noche a la mañana", se instala la depre- gar hay que mencionar las ideas culposas. Están referi-
s ión. siendo esta característica, más la presencia de epi- das a un sinnúmero de situaciones diversas de las cuales
sodios anteriores, uno de los elementos importantes a el paciente se siente culpable. y como resultado aparecen
ten er en cuenta para el diagnóstico diferencial. Es noto- los autorreproches, que son permanentes. Un paso más
ria la modilkaclón de la expresión facial, que refleja do- adelante y estos autorreproches pueden llevar a conduc-
lor, desesperación y tortura Interna, y muestra contrac- tas autoagresivas en el plano fisico, muchas veces de ca-
ciones sollozantes. Es Interesante comprobar que los pa- racterísticas automutilantes. Otras ideas de carácter del!-

82 83
r ,,.

=-
rante son las.localizadas en el área dos. manifestadas por rante esta fase el deseo se extingue totalmente. Los tras-
temores hipocondriacos. Las ideas de ruina completan la tornos del SNV se aprecian por cefalea, parestesia, vérti-
trilogía más común de los delirios de estos pacientes, p,ero go, acufenos y centelleos. Es necesario tener claro que
si bien estos delirios son frecuentes. las alucinaciones no aunque esta enfermedad altera el funcionamiento
lo son. Hay que sen.alar que estos delirios. como todos los orgánico general, los síntomas fisicos no constituyen un
delirios, tienen su núcleo de verdad histórica y. además. camino seguro para su diagnóstico. sobre todo. como ya
que son consecuencia de una perturbación de la afectivi- he señalado, cuando en la mayoría de los viejos enfem1os
dad y que, por lo tanto. muchas veces parecenjustilkados la sintomatología orgánica es bastante florida.
en el plano afectivo, justificación que sólo es aparente,
razón por la cual debemos tratar de encontrar su verdade- 4.1.4. Evolución. Según su curso esta enfermedad se di-
ra motivación, como he sen.alado más · arriba. De cual- vide en dos formas principales: 1) psicosis maníaco-
quier manera. lo que importa es sen.alar que el sentido de depresiva, Upo depresivo, y 2) psicosis maníaco-
la realidad está alterado. depresiva, tipo circular; la primera es mucho más fre-
En consonancia con estas ideaciones. la disminución cuente que la segunda. Ambas tienen la característica
de la autoestüna entra a jugar un papel preponderante en particular de su desaparición brusca, tan brusca como su
su mantenimiento, dado que se instala una suerte de comienzo. Un buen día, así como apareció desaparece,
círculo vicioso: disminución de la autoestima-culpa- pero en tanto a la primera le sigue un período de relativo
autorreproche-dismtnución de la autoestima. etcétera. bienestar, a la segunda le sigue un período de exaltación
De todos los síntomas mencionados se puede deducir afectiva; más temprano o más tarde, la fase depresiva re-
fácilmente cuál será la conducta manifiesta del me- aparece. Es imposible. predecir la duración de los episo-
lancólico. Así que transcurre la enfermedad, se apaga su dios dado que éstos no dependen de la estructura de la en-
interés por todo lo que lo rodea: el trabajo, la familia. fermedad en sí, sino que cada individuo Uene su propio
amigos y ocupaciones varias y se retrae de las personas y ritmo. En general suelen extenderse entre varios meses y
los sucesos cotidianos. La sensación de vacuidad se anti- un ano; con el tiempo los intervalos entre las fases depre-
cipa a cualquier resolución, situación ésta que agrava la sivas tienden a estrecharse, en tanto que éstas se hacen
dificultad crónica de los viejos para accionar en el medio más prolongadas y profundas.
social en el que actúan. Las funciones intelectuales se em-
botan. el retralmiento se acentúa, el enfermo se hace hos-
til, poco sociable y finalmente la soledad invade su vida. 4.2. Melancolía ansiosa (involutiva)
El peligro de suicidio es grande y presenta una carac-
terística muy particular que debe tenerse en cuenta para Existen profundas divergencias entre diversos autores
aguzar la ·vigilancia: su máxima incidencia se presenta sobre la autonomía de esta afección con respecto a la psi-
cuando el cuadro depresivo comienza a ceder, es decir, cosis maníaco-depresiva. Consultando la bibliografía
cuando la inhibición deja paso a la posibilidad de acción mundial se puede ver que las opiniones se reparten casi
motriz. por igual. Un caso notable. en cuanto a esta duda, es el de
Los trastornos del dormir son constantes. Hay insom- Kraepelin, quien en 1896 la individualizó y describió
nio; cuando duerme lo hace mal y se despierta temprano, como una entidad clínica particular para luego, influido
lo cual genera a su vez hipersomnia diurna. Resumiendo, por las criticas de su discípulo Dreyfus, rectificar su
podemos decir que toda esta sintomatología configura un primera opinión y terminar por incluirla dentro de la
cuadro de evidente psicotización y que ésta es mucho más psicosis maníaco-depresiva. A partir de allí la mayoría
notoria que en cualquier otra depresión clínica. de los autores alemanes. aunque reconociendo ciertas di-
ferencias, no las separan, mientras que los franceses per-
4.1.3. Trastornos somáticos. El paciente parece des- manecen fieles a la autonomía. Personalmente me incli-
mejorado, ha perdido peso, su piel está pálida y seca. La no por este último criterio puesto que, sea como fuere, los
anorexia es frecuente así como la dispepsia y, sobre todo, que trabajamos en psiquiatría con pacientes viejos esta-
la constipación. Si la sexualidad estaba conservada, du- mos acostumbrados a encontran1os con cuadros es-

84 85
p~cíflcos de esta enfem1edad, ligados al proceso lnvolutl- ble de sufrir esta afección, adquiere fundamental Impor-
), vo y que. si bien no son fáciles de diferenciar de las psico- tancia el concepto de narcisismo en el sentido que le he
1¡ sis rnaní;1co- ctepreslvas. cuando ello se logra. nos permite dado más arriba, es decir. como la inscripción del sujeto
apreciar distingos lo suílclentemente Importantes como sobre una escala de valores en la cual él se adscribe un
para justificar su separación. lugar y una expectativa para lograrlo. Cuando se habla de
Ahora bien, aunque a primera vista la denominación la importancia de la regresión n a rcisista en los viejos
de mvolutlva pareciera sei'i.alar que esta afección está li- hay que entenderla como que en un determinado momen-
t
¡
gada a la manifestación psíquica de un proceso orgánico
o, lnclt?so. a una etapa regresiva del desarrollo, no hay
to evolutivo se revisa, replantea o cuestiona esta escala.
su inserción en ella y los logros conseguidos o no, en rela-
que dejarse engañar por esta apariencia y hay que descar- ción con el ideal trazado. Cuando el balance es negativo
' tar como Inadmisible esta interpretación del episodio en relación con las expectativas. la autoestima dismi-
psicótico. puesto que no existe relación significativa en- nuye enormemente. Al ocurrir esto, el ideal aparece como
tre las lesiones cerebrales y las manifestaciones slnto- más lejano y en tanto la realidad marca el paso de los
matológlcas. en tanto que es más frecuente la observa- años y la muerte se personaliza. apareciendo como propia
ción de la existencia de Individuos predispuestos en vir- y cercana, surge la sensación de que el cumplimiento del
tud de cierto Upo de personalidad previa sobre la cual se ideal se ha vuelto inalcanzable. Estas sensaciones son las
asentará la afección. que determinan la presencia constante de los Mauto-
Aparece por primera vez después de los 55 años. sin an- rreprochesM y son también las que muchas veces le dan al
tecedentes de episodios depresivos previos. En ocasiones observador la impresión de la Imposibilidad de todo in-
suele instalarse a raíz de algunos sucesos de pérdida de re- tento interpretativo.
laciones objetales. de enfermedades fisicas, pero en ge- La personalidad previa del individuo con una melan-
neral está más constantemente ligada a la situación vital colía involutiva es de suma importancia en la mayoría de
dificil que entrañan el envejecimiento y la vejez. Su for- los casos. aunque no en todos; algunos autores señalan su
ma de comienzo suele ser larvada, pero Msl el comienzo presencia en el 70 % de los casos. Esta personalidad es la
clínico parece a menudo desencadenado. sobre todo a los que se denomina de tipo obsesivo-compulsivo y el sujeto
ojos de los familiares. por una emoción reciente, a menu- se caracteriza por ser rígido. intolerante. meticuloso,
do ha estndo prect~ dido de pródromos discretos más o me- aprensivo. suspicaz e Introvertido. "Es natural que tales
nos largos que expresan el trabajo insidioso de la senes- peculiaridades caracterológicas faclllten la irrupción de
cencia sobre el equilibrio biológico e instintivo, y el trastornos ambientales en la esfera psíquica y puedan
análisis clínico del estado depresivo revela que los senti- ocasionar un sentimiento 'dominante' de soledad y aisla-
mientos el epresivos primarios u holotímlcos prevalecen miento. Este proceso se asemeja mucho a la modalidad
sobre la tristeza reactiva a la sltuaciónM (H. Ey. 1969). Es- vivencia! del anciano, de modo que la vejez prematura
tos pródromos suelen ser: disgusto, astenia, trastornos puede considerarse como predisponente a la melancolía
digestivos e instalación paulatina de insomnio. ·1 ' involutivaM (Kielholz. 1973).

4.2.1. Etlopatogenia. Por ser una afección carac- 4.2.2. Sintomatología. Pérdida de interés, abulia e in-
terística ele la vejez. sus causas determinantes hay que somnio, como .he señalado, son los elementos pro-
buscarlas e interpretarlas fundamentalmente en las con- drómicos que marcan la iniciación del cuadro y que lle-
diciones en que aquélla se desenvuelve. Al respecto, el van. en un primer momento. a un refuerzo de las conduc-
mismo Ey ( 1969) señala que Mla involución es un período tas obsesivas propias del, ~ujeto. el cual aparece atmmen-
especialmente deprimente por la conjunción de los fac- tado por escrúpulos o preocupado por el ritmo de la defe-
tores esenciales que inte1vienen en los mecanismos de la cación o tratando de recordar compulsivamente nombres
melancolía: agotamiento de la energía biológica y pertur- olvidados. Cuando estas defensas obsesivas fracasan. se
bación del régimen pulslonal y relacional, retirada de las aprecia la aparición de una gran ansiedad que, según su
catexlas llbldlnales, alejamiento del objeto mismo". intensidad, podrá manifestarse por, irritabilidad, enerva-
En la configuración psicológica del sujeto que es pasi- miento o agitación, y que pronto será la que domine todo
e:
86 87
e::
f'
6. el cuadro clínico. El paciente se mueve constantemente, 4.2.3. Trastornos somáticos. Son bastante intensos y
cambia de posición, de lugar, quiere marcharse, gime; a derivan fundamentalmente de la ansiedad y la agitación,
veces presenta formas paroxísticas. A la observación las que perturban la ingesta de alimentos provocando
podría confundírselo muchas veces con un esquizofréni- desnutrición, pérdida de peso y deshidratación. La piel
co, a juzgar por su mímica, su expresión y sus movimlen- aparece seca y es frecuente el prurito, que no sólo obedece
tos. Esta ansiedad suele tener su mayor manifestación en a estas causas sino que debe atribuirse también a la falta
horas de la: mañana. luego del despertar precoz carac- de limpieza característica de estos pacientes.
terístico de estos pacientes, disminuir con el correr del
día y producirse un estado de relativa tranquilidad al 4.2.4. Evolución. Cursa habitualmente con un brote
atardecer. Luego sobreviene el insomnio, que en este caso único de una duración de algunos meses a un año, con ten-
es intenso. tenaz y rebelde a cualquier tratamiento. dencia a la curación, aunque puede reaparecer luego de un
El juic;io de realidad aparece alterado y la temática me- breve intervalo de relativo bienestar y, en estos casos,
lancólica de características psicóticas que he descripto evoluciona lentamente. con acentuación de los síntomas.
para las psicosis maníaco-depresivas (culpa, ruina, etc.) hacia la cronicidad. En los intervalos libres, cuando exis-
también se hace evidente aquí, aunque hay que recalcar ten, se exacerban las características de la personalidad
la magnitud e intensidad de las ideaciones hipo- previa obsesivo-compulsiva.
condríacas. Éstas son particularmente importantes y H. Ey ( 1969) describe tres formas clínicas de melan-
pueden desconcertar al médico durante los frecuentes colía involutiva: aguda maligna, crónica y delirante,
exámenes clínicos a los que se someten estos pacientes. señalando que la cronicidad de esta última evoluciona
Esta conducta puede acarrear graves consecuencias. dado hacia un síndrome de Cotard (delirio de negación).
que muchas veces el médico no advertido, o confundido
por el paciente, o inescrupuloso, indica operaciones in-
necesarias para enfermedades inexistentes que incons- 5. DEPRESIONES SECUNDARIAS
cientemente son buscadas por el paciente como un inten-
to de expiación de la enorme culpa que siente. En muchos cuadros de patología médica puede apare-
La disminución de la autoestima, manifestada en au- cer en un momento determinado el síndrome depresivo o
torreproches y temores, puede derivar en forma reactiva algunos de sus síntomas principales; el psiquiatra debe
en la aparición de reivindicaciones paranoides de forma estar prevenido ya que. sobre todo en geriatría, muchas
delirante. Las alucinaciones visuales. auditivas o cenes- veces son consultados por pacientes con una sintomato-
topáticas son frecuentes y pueden llevar a un cuadro de logía aparentemente depresiva, pero en realidad presen-
confusión de Upo oniroide. tan otro Upo de enfermedad, algunas veces de suma grave-
El suicidio es de temer constantemente. dado que es la dad. Gran parte de los cuadros infecciosos, sobre todo las
afección depresiva que presenta estadísticamente el ~virosis, son propensos a presentarse de esta manera. des-
mayor número de muertes por esta causa; la agitación e de una simple gripe en adelante. Pero también cierto tipo
hlpermotilidad hacen más factible su realización. de afecciones localizadas y ocultas, como algunos absce-
Corroborando que no hay relación entre la sintomato- sos no diagnosticados, sobre todo en pacientes postrados
logía y la presencia de lesiones cerebrales orgánicas, hay y desmejorados, pueden presentarse en un primer mo-
que señalar que no se pueden detectar clínicamente sig- mento como cuadros depresivos, corno también algunas
nos de deterioro mental. H. Ey (1969) sostiene que, "por intoxicaciones que deprimen los centros cerebrales su-
otra parte, seria bastante dificil apreciar las capacidades periores. En los cuadros clínicos de dudoso diagnóstico
de la inteligencia, incluso por los tests, en razón de la an- hay que indagar cuidadosamente sobre cuál ha sido la
siedad y la obnubilación de este periodo. Parece que el dé- medicación que se le ha suministrado al paciente, ya que
ficit no es más importante que el de un sujeto no me- algunas sustancias también producen cuadros sirnilares.
lancólico en el mismo estado de senescencia". como los citostáticos, antibióticos, antihistamínicos,
etc. En realidad, lo que hace dudar con respecto al
diagnóstico es el polimorfismo de estos estados, en los
88 89
cuales ¡1r.::domlna siempre la personalldad de base sobre suele ser máxima al despertar y Uende a mitigarse con el
la q11e s <· asienta la afección. correr de las horas hasta, Incluso. desaparecer al atarde-
cer.
La descripción de la calidad del insomnio no siempre
6. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL sirve pJ.ra diferenciarlos en un principio y sólo la reac-
ción ante la medicación utilizada podrá orientamos. en
Los c11adros depresivos no son fáclles de diferenciar el sentido de que el insomnio siempre es más rebelde en
entre sí. sobre todo porque en la clínica se presentan los cuadros involutivos. En la psicosis maníaco-depre-
como 1111 conlinuwn que transita desde las fonnas benig- siva son más frecuentes los traslomos neurovegetativos.
nas has ta las severas y doncte más que encontrarnos con en tanto que en la melancolía involutlva predominan los
est rnc 1u íuS definirlas lo que vernos srin vlej os deprimidos delirios hipocondríacos de gran Intensidad . Esta última
de cuya s ubjdlvída cl. más que de la simple apreciación fe- reviste a veces la fom1a denominada monosintomátlca.
nomenológica, t 1'nctre111os que extraer nuestras conclu- que suele Inducir a frecuentes errores diagnósticos.
siones. Al res pecto. H. Blelchmar (1976) señala: WLas de- La forma de presentación de los cuadros involutlvos
presiones en sí mis mas no son psicóticas ni neuróticas en cuando es muy agitada y delirante puede confundirse con
su estructura. s ino que dependerán de aquellos factores cuadros esquizofrénicos, en tanto que la Inhibición de las
que ctelt'rmlnan las psicosis o las neurosis. Hay que en- psicosis maníaco-depresivas, con tendencia al retrai-
tender los cuactros pslcopatológicos como se dan, es decir, miento e Introversión, puede tener simllltud con las con-
en lndlvictuo ~:; concretos". ductas de los pacientes arterioesclerótlcos.
Como se d esprende de la descripción que he hecho de Las depresiones neuróticas son más dúiciles de dife-
cada c11 r,dro. todos éstos constituyen procesos que se de- renciar entre sí dado que la sintomatología es menos pre-
senvuelven en un tiempo particular y, generalmente, sólo cisa y siempre va tenida de la personalidad previa sobre
su cu rso pu r de darnns la pauta para un diagnóstico co- la cual se asienta, no siempre fácil de caracterizar.
rrecto. Por lo tanto. la primera medida que deberemos to- Cuando. frente a una depresión. se puede identificar la
mar frente a un viejo deprimido es no apresuramos y tra- · causa desencadenante, el primer paso tenderá a estable-
tar de evaluar tactos los pequeños detalles que pueden re- cer si estamos ante un duelo normal o un duelo pa-
sultamos significativos. wr,omo en todas las ramas de la tológico. No hay que olvidar que en estos casos general-
medicina. el prerrequisito esencial para un tratamiento mente no somos consultados en los comienzos del cuadro,
satisfacto1io es un adecuado diagnóstico. Este sólo puede por otra parte imposibles de dlferenciar entre sí. Si nos
ser hecho por un estudio conjunto de la herencia del pa- consultan, la tristeza y el retraimiento con aceptación ele
ciente. la estructura premórblda del carácter, la historia la pérdida y sin reproches nos Indicará que el trabajo de
vital y el entorno familiar. profesional y sociocultural, duelo es nom1al. en tanto que la tristeza y el retraimiento
tanto como cte los hallazgos físicos y psíquicos" (Klelholz, sin aceptación de la pérdida y la presencia de reproches
1973). nos harán pensar en un fracaso de la elaboración y, por lo
El primer paso consistirá en establecer si estamos en tanto, en un duelo patológico. La presencia de pesadillas y
presencia de un viejo con una depresión psicótica o sueños de tipo traumático, con referencias constantes en
neurótica. Cuando la actitud, la facies. la alteración del el contenido manifiesto al objeto perdido, son también
juicio de la realidad y la presencia de dellrios nos Incli- características del duelo patológico.
nen por la primera posibilidad. deberemos tratar de ubi- La retracción con aburrimiento. hlpersomnla, senti-
camos sobre si estamos en presencia de una psicosis miento de Infelicidad. alternancia de pedidos de demos-
maníaco-d e presiva o de una melancolía lnvolutlva. La traciones afectlvas con aversión y agresión, acom-
Inhibición ps icornot1·iz. el comienzo brusco y los antece- pañados con frecuentes , y ruidosas manifestaciones
dentes previos nos harán pensar en la primera, en tanto somáticas debe hacernos pensar en las descompensa-
que la ansiedad. b agitación, el comienzo larvado y la au- clones neuróticas de las. caracteropatías depresivas.
sencia de antecedentes. en la segunda. No hay que ol- Cuando esto ocurre. hay q~e efectuar un detallado estudio
vidarse qu e en la melancolía lnvolutlva, la ansiedad del cuadro clín¡co para descartar el comienzo de afec-

90 g ¡'
. ,•

clones psicóticas y, sobre todo, de cuadros demenciales sión de lo "nuevo" como un elemento disruptivo. El nota-
que pueden iniciarse de esta manera. ble incremento de los sistemas masivos de comunicación
/
ha roto las barreras aislacionistas y ha generalizado la
., posibilidad de obtener conocimientos diversos y perma-
7. APENDICE l nentemente actualizados que trascienden el mero marco
familiar. Esto. trajo como consecuencia que los jóvenes de
P.: Me agradaría, doctor Salvarezza, desarrollar nues- todas las latitudes tomen conciencia de que es factible es-
tro diálogo en torno a una temática que me consta le in- tablecer otros modelos e ideales distintos de los tradicio-
teresa y conoce muy bien: vejez, cultura y sociedad. Al res- nales y endogámicos, y han comenzado a extraerlos desde
pecto, la presenescencia o adultez avanzada, muchas ve- dentro de su propia generación, desechando los antiguos
ces coincide con hijos en edad adolescente o adultez jo- al considerarlos inadecuados e incapaces de resolver sus
ven. Tal circunstancia, de oposición o competición, que propios problemas. Si a esto se le suman las crecientes di-
parece referirse a ideologías distintas, ¿la considera us- ficultades habitaciona.les surgidas de los problemas del
ted importante én la génesis de la depresión del ser madu- urbanismo moderno, veremos que el resultado inmediato
ro? es la pérdida de lugar del viejo, tanto físicamente como en
importancia, y su paulatino aislamiento. Este relega-.
R.: Puntos de vista distintos, sobre algunas o todas las miento y la pérdida objeta! que implica, configuran - .
cosas, de ninguna manera son condiciones para determi- ahora sí- las condiciones necesarias para la posible ins-
nar la aparición de una depresión, salvo, claro está, en talación de los cuadros depresivos de la vejez.
personalidades con una organización psicológica muy Este planteo de oposiciones nos da, no obstante. la po-
perturbada previamente. Pero estos casos son los menos sibilidad de encontrar un principio de solución a proble-
importantes. La problemática hay que enfocarla desde mas aparentemente insolubles. Obviamente, la renuncia
otro ángulo. · a posiciones narcisistas de retención del poder a cual-
Los avances tecnológicos del siglo XX han determinado quier precio, y la consecuente aceptación de la posibili-
modificaciones sustanciales en estructuras consideradas, dad de que los jóvenes también sean una fuente de apren-
hasta entonces, poco menos que inamovibles, y entre e- dizaje, puede ayudar a la generación vieja a superar situa-
llas, la familia ha acusado el impacto de manera ciones críticas sin necesidad de organizarlas en sinto-
dramática. matologías depresivas, al mismo tiempo que obraría de
La estructura tradicional familiar estaba compuesta manera f~vorable en los jóvenes, quienes, al sentirse to-
por tres generaciones que convivían simultáneamente, mados en cuenta como elementos de consulta y deci-
por lo general en un mismo hábitat. En este sistema, la siones, moderarían sin lugar a dudas, sus conductas vie-
transmisión de conocimientos se hace del mayor al me- jo-fóbicas reactivas.
nor. y la autoridad paterna está avalada por el respeto y
consideración a los abuelos. Se constituye así una socie- P.: Suele haber cambios de carácter en las personas
dad tradicionalista, aparentemente sin contradicciones, que adquieren categoría de abuelos. Algunas veces renue-
llena de certezas y sin dudas. El futuro de los jóvenes está van deseos de lucha; otras, sobrevienen reacciones opues-
contenido en el pasado de los viejos y éstos son los mode- tas: depresiones. También es de importancia interrogarse
los e ideales de aquéllos. En esta estructura, obviamente sobre el significado de ser abuelo en un sujeto previa-
los viejos tienen y conservan su lugar, su prestigio y su mente deprimido. En general, ¿tiene importancia la ad-
autoridad. Este modelo corresponde a sociedades general- quisición del rol de abuelo para configurar cuadros depre-
mente cerradas. donde la conservación de la tradición de- sivos en las personas mayores?, y los cuadros depresivos
pende, en gran medida, de la preservación de l~ intromi- preexistentes, ¿se agravan o mejoran?

R.: Hay un artículo muy interesante de la doctora Ber-


l Conversación con el doctor l{ubcn Pledlrnontc publicada en el Com- nice L. Neugarten, "Dynamics of Transition of Middle Age
pendio Médico MSD, La depresión, la vida y el médico. to Old Age", publicado en el Joumal of Geriatric Psychla-

' { ~.
92 93
i
try, donde desarrolla el concepto de que para el ser huma- irnordlnarlamente y una enorme cantidad de situaciones
no. la dh11enslón tiempo configura tres aspectos distin- vita.les se cumplen con mayor aceleración. En nuestros
tos: el tiempo histórico, el tiempo biológico y el tiempo días, la gente habitualmente se casa más joven. tienen
social. Este último es el que determina la oportunidad pronto los hijos. los cuales. al reproducir el ciclo. deter-
para realizar bs acciones que son socialmente esperables minan que nos encontremos con el fenómeno de que los
y a partir de lo cual se establecen las categorias de abuelos actuales no responden a la imagen tradicional
"temprano" o "tarde". Así, hay un WtiempoM para estudiar,
que de ellos nos habíamos hecho. En efecto, ¿cómo son
para casarse. para tener h~os, ·y lógicamente - en lo que a
nosotros atañe- para ser abuelos. ahora estos abuelos? Frisan los 50, si no menos. son
jóvenes. generalmente atléticos, practican deportes. usan
Otro punto importante del mismo artículo es el de que
ciertas situaciones que solemos considerar como jeans. remeras. bikinis en la playa, autos deportivos. tie-
wcríilcas" Jurante el desarrollo vital del individuo, no ne- nen activa vida sexual, son política y socialmente acti-
cesariamente deben serlo, sino que esa calificación está vos. viajan a menudo, son profesionales o empresarios o
determinada por las expectativas sociales sobre cómo comerciantes exitosos. gustan de hacerlo y comparten
debe comportarse cada uno en esos casos. No es nuestra gran parte de su vida con el cónyuge, con quien tienen mu-
Intención detenen1os en la discusión de este trabajo - por chos intereses en común y, sobre todo. no disponen de
otra parte ya realizada por otros autores al final del mis- mucho tiempo libre. Ahora bien, esta realidad de gente
mo-, sino tomar estos dos conceptos para aclarar un que se siente activa. que se siente en la plenitud de su
punto sumamente importante para que la pregunta for- vida, tropieza con la expectativa social de lo que debe ser
mulada no sea tomada prejuiciosamente, y decimos esto un abuelo; expectativa que se suele encamar en sus pro-
porque justamente es lo que rodea. como un halo, a lapa- pios hijos. ¿Qué les ocurre a ellos? También su tiempo so-
labra abuelo: prejuicio. ¿Qué evoca en nosotros la palabra cial se ha acortado. Como dijimos antes. se casan muy
abuelo? Un viejito de cabellos muy blancos, bonachón o jóvenes y sus posibilidades de éxito profesional y
gruñón (depende de cuándo). siempre jubilado e inactivo, económico se adelantan. Acuciados por los medios masi-
jugando a las cartas con sus amigos (en el mejor de los ca- vos .de comunicación y la propaganda indiscrin1inada, se
sos) o mirando pasar a la gente sentado en un banco de sienten impulsados a "vivir" aprisa; cierto grado de om-
una plaza. ki.ciendo cola ante la puerta de los bancos, o nipotencia se apodera de ellos. se sienten como wlos
arrumbado y triste en un sillón de la casa, y que sirve sólo dueños del mundoM y como tal quieren imponer sus con-
para hacer pequeños mandados o para cuidar nietos. Si diciones, una de las cuales es que los "viejosM no existan
ésta es la imagen que tenemos de los abuelos -y cierta- como personas útiles o. si existen, sea para disponer de e-
mente lo es- debemos damos cuenta de que es una ima- llos.
gen arbitraria, generalmente referida a cómo hemos vivi- Utilizan entonces la vieja concepción tradicionalista
do a nuestros propios abuelos, inmigrantes en su de lo que deben ser los abuelos y exigen de sus padres -
mayo1·ía, pero que responden solamente a una parte de la generalmente jóvenes y activos- una especie de retiro
realidad. es decir, a aquella etapa tem1inal del ser abuelo forzado. La situación manifiesta de conflicto que plan-
y que a los efectos prácticos de la pregunta no nos interesa tean. surge - casi siempre- alrededor del hecho de que los
demasiado. puesto que las depresiones de este momento abuelos no quieren cuidar a los nietos para que sus hijos
de la vida no tienen mucho que ver con el rol del que puedan trabajar, salir. descansar o viajar, es decir, las
hablábamos. mismas cosas que sus padres realizan y a las cuales
Pero veamos otro aspecto de la misma situación, que tendrían que renunciar para complacerlos. cosa que éstos
es propia de los países altamente desarrollados y que en se resisten a hacer.
el nuestro se corresponde con la problemática que se Pero la expectativa social - tanto la externa como la
aprecia c:n las clases media alta y alta, lugar donde se ob- intemallzada- tiene mucho peso y. si bien los abuelos
servan - más notoriamente- ciertos conflictos agudos en jóvenes quieren seguir su propia vida activa. muchas ve-
relación con la aparición de los nietos. ces no pueden sustraerse a una cierta sensación de obll-
g~tortedad culposa que, al exacerbar corúllctos internos
El tiempo social, como hemos dicho, se ha acortado ex-
pérsonales, suele desembocar en la estructuración de un
94
95
¡:a i

f:.~ cuadro depresivo; pero es importante señalar que su con-


tenido ideacional generalmente está dado porque se v7n a
En efecto. al llegar a determinada edad, por las razones
que fuere. se impone al hombre a un retiro forzado de sus
1
sí mismos como •piezas en desuso de un engranaje inexo- actividades habituales. La pérdida de las relaciones obje-
~ rable y a punto de ser desplazados. tales ligadas a su trabajo, en tanto éste se realiza fuera del
hogar, será mucho más intensa que la de la mujer, que
t:» P.: En general, podemos decir que la función social y continuará realizando sus quehaceres diarios en su lugar
conocido. Lo que solemos observar es que el hombre en
~
familiar del hombre y de la mujer difieren en ciertos as-
pectos: si incluimos además las biológicas (presencia o estas condiciones se siente un extraño en su propia casa
ausencia de maternidad, menopausia, etc.). a cierta altura al no saber cómo ocupar su ocio, en tanto que la mujer
de la vida tales factores. ¿hacen que existan diferencias siente a su marido como un intruso que desorganiza su es-
en la incidencia de la depresión de ambos sexos? O, en quema de vida y que generalmente le exige una sobredosis
todo caso, ¿particularizan tales diferencias la depresión de atención que termina por alejarla de sus hábitos y. so-
masculina y femenina? bre todo, de sus amigas y relaciones sociales que antes
desplegaba en ausencia de aquél. Resumiendo, podríamos
R.: Empecemos por el final. Los factores biológicos, si decir que a partir de esta estructura social de la familia, el
bien son diferentes en el hombre y en la mujer, en sus hombre tiene más po,s ibilidades de reaccionar depresiva-
manifestaciones psicológicas generalmente son correla- mente frente a situaciones criticas que la mujer.
tivos. La presencia o ausencia de maternidad se corres- Aparentemente la clínica demostraría lo contrario,
ponde cqn la presencia o ausencia de paternidad: la me- puesto que a nuestra consulta llegan muchas más mujeres
nopausia femenina se corresponde con un período, to- que hombres. en una alarmante proporción de 6 a 1, pero
davía no bien estudiado, de "climaterio masculino". etc. esto se debe a otras causas: 1) la vida del hombre es es-
De manera que estas situaciones, u otras de las denomi- tadísticamente más corta que la de la mujer, lo que deter-
nadas "críticas". no necesariamente particularizan. mina que haya más viudas que viudos: 2) razones cultu-
cuando se presentan, depresiones femeninas o masculi- rales, dentro de las cuales el "falso machismo" tiene deci-
nas y, en realidad, hay que pensar las cosas en términos siva importancia, hacen que el hombre se sienta obligado
de desarrollos, conflictos, establecimiento de ideales, a arreglárselas solo y que sea más reacio a consultar en
frustraciones frente a ellos, etc., pero siempre dentro de busca de ayuda que las mujeres, y 3) la mujer suele reac-
perspectivas individuales. Hay un punto que sí determina cionar depresivamente ante otras circunstancias distin-
posibilidades distintas de estructurar cuadros depresivos tas. tales como el casamiento y consecuente abandono del
y que es una situación culturalmente condicionada. Vea- hogar por los hijos o la mirada retrospectiva sobre el
mos. Desde los orígenes del desarrollo cultural mismo, la vacío de su vida, sin otra finalidad que los quehaceres do-
estructura de la familia se ha asentado sobre lo que mésticos, y consulta antes al especialista.
podríamos llamar la división social del trabajo. Luego
del período del nomadismo, la instalación del sedentaris- P.: La depresión en esta época de la vida adopta cierta
mo impone esta división y, mientras el hombre desarro- características que podríamos llamar existenciales debi-
lla sus actividades fu era de la aldea. dedicándose a la do al momento en que se producen. Disminución de fun-
guerra, la caza y la adquisición de bienes de consumo, la ciones motoras o sensoriales, alteración de la s exualidad,
mujer pemrnnece en el hogar dedicándose al cuidado de pérdida de fortaleza. acercamiento al fin de la vida,
los hijos. a la producción de utensilios y preparación y muerte más frecuente de familiares y amigos. etc .. le otor-
conservación de alimentos. En términos generales, pode- gan a este periodo cierta singularidad. ¿Modifica o agrega
mos decir que mientras la actividad del hombre es algo al plan terapéutico la concurrencia de estas espe-
centrífuga, la de la mujer es centrípeta. Con variantes ciales circunstancias?
históricas, sociales y regionales diversas, este esquema es
válido hasta nuestros días y es interesante ver cómo de- R.: El común denominador de las circunstancias a -
termina a los individuos a adoptar algunas conductas que puntadas lo constituye la pérdida de una relación objetal,
pu eden derivar en patologías. cosa que, como hemos señalado. en forma manifiesta o

96 97
1
I!
L
~'
latente implica la condición necesaria para la instala-
ción ele una depresión. Ahora bien. la estrategia terapéu-
R.: Creemos que cada sistema sociocultural determina
en su ideología. explícita o implícita. el comportamiento
tica a seguir en estos casos dependerá de si el sujeto afec- de sus integrantes al pautar las normas de conducta a las
tado se éncuentra o no en terapia en el momento en que cuales éstos deben ajustarse. Estas Mreglas de juego" esta-
los acontecimientos se producen. Si la persona no está en blecen una zona más o menos elástica según el sistema. a
tratamiento, es posible que él mismo - raras veces-, o el la cual llamamos Mnormalidad". Est e sistema normativo
médico clínico, o algún familiar advertido, haga ver la es incorporado por cada individuo a lo largo del proceso
. conveniencia de buscar ayuda. y en esos casos se produce de su desarrollo, creando, dentro de cada uno, un sistema
la consulta con un especialista. El plan terapéutico se for- de valores e ideales y una gama de expectativas para satis-
mulará entonces según la Intensidad del cuadro, el moti- facerlos. Pero ocurre que, muchas veces. estos ideales
vo desencadenante y la evaluación de la personalidad creados culturalmente no pueden ser satisfechos porque
pre111órbida dd paciente. las limitaciones del propio sistema Impiden su rea-
Algo más complejo es el caso cuando algunas de estas lización y entonces el individuo. que al intemallzarlas
situaciones críticas aparecen durante el desarrollo de un las ha hecho suyas. siente su no cumplimiento ·como una
tratamiento ya en curso, sea éste por una depresión o por frustración o como un fracaso personal. Por ejemplo, hay
cualquier otro cuadro clínico. Habitualmente, estos epi- sociedades en las cuales se estimula y premia un tipo de
sodios s11elen desencadenar crisis de confianza sobre la esfuerzo competitivo en el trabajo. En ellas se establecen
posibilidad de afrontarlas. por parte del paciente, y de lle- paulatinamente jerarquías que están determinadas por
var adelante estas pérdidas. y estas dudas son proyecta- el wtener", más que por el wser" en sí mismo. Posesión de
das luego sobre el terapeuta, a quien se lo hace responsa- bienes. posición social, pertenencia a círculos exclusivos.
ble del sentimiento de malestar que experimentan. etc .. calúican la medida que establece las categorías de
En este momento es cuando el profesional debe aguzar Mtriunfador" o Wfracasado",
su Ingenio para evitar que el tratamiento se interrumpa, Sin embargo, esta estructura competitiva tiene una du-
y una de las técnicas aconsejadas es la inclusión en la te- ración limitada cuya extensión está dada por la riqueza
rapia de algún otro miembro de la constelación famlllar del sistema productivo que la sustenta y cuyo tope se de-
del packnte, ya sea el cónyuge o la totalidad de la familia. nomina retiro forzado o jubilación. De más está decir que
Esta táctica persigue una doble finalidad: por un lado di- este retiro forzado generalmente no tiene mucho que ver
luir al objeto perseguidor mientras se trata de reintroyec- con la pregonada disminución de ciertas capacidades
tar lo proyectado. y por otro. hacer tomar conciencia a la psicofísicas que se producen con la edad y que-supuesta-
familia de que la crisis de uno de sus miembros consti- mente afectarían al sistema productivo: ése es sólo el con-
tuye siempre un problema de todos, y que como tal debe tenido manifiesto del problema. Lo que realmente ocun-e
ser afrontado. Si bien éste es un principio aplicable a toda es que se necesita evitar enormes índices de desempleo
patología y en cualquier etapa de la vida, es de especial entre la gente joven que pugna por incorporarse al traba-
importancia en el tratamiento de los viejos. en los cuales jo y que, por otra parte. son los que constituyen el peso
la dialéctica del abandonar-ser abandonado es particu- mayoritario de la opinión pública sobre las estructuras
larmente notoria. de poder. Esto determina que los individuos que durante
toda su vida han sido estimulados para trabajar más.
P.: La sociedad moderna ejerce algunas prácticas y se producir más, ganar más y poseer y consurnir más bienes,
maneja con ciertas costumbres que influencian y dan ca- al ser obligados a retirarse, pierden de un día para otro su
racterísticas especiales a la vejez. por ejemplo. el sistema capacidad para trabajar, producir. ganar. poseer y consu-
jubllatorlo que instala a los sujetos, luego de cierta edad, mir. Esta pérdida masiva acarrea otra serie de pérdidas
en un sector al que singulannente denomina Mpasivos". más difícilmente reemplazables: compañeros, amigos.
¿Piensa usted que la influencia sociocultural es de signi- seguidores o admiradores. y además se ve compelido a
ficativa importancia? En caso de ser así, ¿propone cam- utilizar algo que nunca fue de su propia decisión porque le
bios a fin de evitar o disminuir la incidencia de la depre- estaba programado: su tiempo. La incapacidad para dis-
sión en los viejos? frutar del ocio se hace manlfiesta y fácilmente éste se

98 99

i........,__ ··---
: ~ '/ 1~ j 1 , J ! \

" ; 1

convierte en retracción. A la pérdida de objeto se le suma Campbell, J. D.: Maniac-depressive disease, Londres, J. B.
la tristeza del aislamiento, y de esa forma ya están d51das Lipplncott Co .. 1953.
las condiciones necesarias para la instalación de un cua- Freud, S.: "La aflicción y la melancolía". O. C. IX. Buenos
dro depresivo ·típico. · Aires. Santiago Rueda Editores. 1915.
Por supuesto que la intensidad. duración y posibilidad García Reinoso. D.: Depresión, melancolía y manía. Un
de recuperación estarán Influidas por la modalidad de las estudio psicoanalWco, Buenos Aires. Ediciones Nueva
denominadas sertes complementarias personales. pero la Visión, 1975.
aparición del síndrome depresivo. más temprano o más Grupo Científico de la OMS: Psicogeriatría, Org. Mun. de
tarde, es prácticamente inevitable. la Salud, Información técnica Nº 507, Ginebra, 1972.
Resumiendo, podríamos decir que la influencia socio- Kielholz. P. : "Aspectos de la depresión", Ponencia leída
cultural es realmente significativa. a punto tal que, sin en el Simposio de la Asociación Mundial de Psiquia-
lugar a dudas. podemos afirmar que cada cultura produce tría. Madrid, 1973.
su propio proceso de envejecimiento con su normalidad y Manual diagnóstico y estadístico de los traslomos men-
patología propias. . tales. Buenos Aires, ACTA, 1969.
Ahora bien, en cuanto a proponer cambios en las es- Mayer-Gross. w .. Slater. E. y Roth. M.: Psiquiatría
tructuras socioculturales para evitar consecuencias como clínica, Buenos Aires, Paidós. 1958.
las señaladas anteriormente, la cosa ya es más compleja. Oulés, J.: "Les névroses du troisieme age", Conjrontations
sobre todo porque en estos casos es mucho más fácil decir psychiatriques, París, Rodhia, 1970.
que hacer, y el decir, sin su correlato práctico, fácilmente Querol, M.: "Depresión", en Vidal, E.; Bleichmar. H. y
puede convertirse en una critica estéril. Usandivaras. R.: Enciclopedia de psiquiatría. Buenos
Sin embargo. simplificando mucho las cosas ;-y a con- Aires, El Ateneo, 1977.
ciencia de lo que hacemos- podríamos decir que en lugar Rycroft, Ch.: A critical dictionary oj psychoanalysis, Nue-
de retirar gente del sistema productivo habría que tratar va York, Basic Books Inc .. 1968. ·
de ampliar este último para dar cabida a más IndiViduos Salvarezza, L.: La depresión. la vida y el médico, Compen-
durante más tiempo. Sabemos que esto es tremendamente dio Médico. Buenos Aires: Merk, Sharp & Dohme.
dificil de llevar a la práctica porque las condiciones 1978.
económicas de cada país tienen sus propias parti- Strejilevich, M.: "Síndromes de la gerontopsiquiatria en
cularidades y limitaciones. Veamos un ejemplo, que la práctica clínica. Diagnóstico y tratamiento", Revis-
como tal puede ser cuestionado. pero que da cuenta de una ta de Fisiopalología y terapéutica clínica. Buenos Aires,
realidad: el Congreso de EE.UU. acaba de dar media san- 11,5, 1970.
ción a una ley trascendental que eleva la edad del retiro Strejilevich. M.: Comunicación personal. 1978.
forzado. para los empleados de la Administración Vidal. G.: "Terapéutica psiquiátrica". en Vidal. G.:
Pública, de 66 a 70 años. mientras que, al mismo tiempo, Bleichmar. H. y Usandivaras, R. Enciclopedia de psi-
en Kenya, los jóvenes solicitan que se la baje de 50 a 45 quiatría, Buenos Aires. El Ateneo, 1977.
años.

8. BIBLIOGRAFIA

Berard, E.: "Psicofarmacología clínica", en Vidal, E., 1


Bleichmar, H. y Usandivaras, R., Enciclopedia de psi- 1
qutatna. Buenos Aires, El Ateneo. 1977. 1
1
Bleger, J.(1963): Psicología de la conducta. Buenos Aires. i
Paidós, 1987.
Bleichmar. H.: La depresión. Un estudio pslcoanalitlco,
Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión, 1976.

100 101
!:•., 1

·?.
clarar su status dentro de la teoría misma ha llevado a
i'J·'Í~ una especie de caos conceptual que hace dUlcU su apre-
.
.r
4. EL CONCEPTO DE NARCISISMO EN LA VEJEZ
Y SU CONEX!ON CON lAS DEPRESIONES .
hensión última. Esto deriva tanto de los distintos esque-
mas referenciales que utilizan los investigadores pa1a su
·, UN ESTUDIO PllliLIMINAR abordaje. como del hecho de que muchas veces estos es-
quemas suelen no ser lo suficientemente coherenks den-

J
t tro de su propia estructura.
El concepto de narcisismo aparece por piimera vez en
la obra de Freud en 1910 para explicar a1gunos aspectos
de las perversiones, más concretamente de la elección del
objeto en la homosexualidad. Al ano siguiente. al anali-
zar el caso Schreber, se postula la presencia de una fase
Lo que es, lo veo en lontananza; intermedia entre el autoerot!smo y el amor objeta!, idea
lo que fue, se presenta ante mis que se repite luego en Tótem !.J tabú en 1913. La idea forma
ojos como ima realidad. parte de la teoría de la evolución sexual y está en relación
GOE7HE con el desarrollo de las pulsiones y de su distribución
cuantitativa. Se lo ve a Freud, durante esos años. mane-
Consut11ye un lugar común decir que en la vejez hay un jando un concepto dúuso. al que daba mucha importan-
aumento del narclsimo. Esta frase se repite de uno a otro cia, pero al cual sólo consigue definir en toda su ainplitud
tr<ibajo en los cuales se abarca el tema de la vejez, se re- en 1914 en Introducción al narcisismo. En este trabajo
pite f: n conferencias y finalmente ha llegado a hacerse Freud, utilizando la lógica rigurosa de su formación bio-
h¡)hH11al hasta en los círculos legos: pero, aumento del neurológica previa y el modelo conceptual científico de la
narcisismo. ¿qué quiere declr realmente? La palabra nar- época, adscripto a la fisica mecan1cista, basa su teoriza-
cisismo. ¿connota lo mismo para todos aquellos que la ción sobre los principios de economía y constancia con-
usan? Sr no lo es. ¿cuál es la relación entre narcisismo y siderados desde el punto de vista de las catexlas libidi-
vejez?
nales. Así, de acuerdo con el primero, el narcisismo es de-
En el presente trabajo me propongo contestar a estos finido como el desplazamiento de cargas energéticas des-
interrogantes con la mira puesta en conseguir articular de el yo - libido del yo- hacia el objeto - libido objetal- y
una teoría unitaria que nos resulte de utilidad clínica y viceversa. condicionando de esta manera lo que se llama
aplicable a la psicogerlatría. narcisismo primario y secundario. respectivamente. El
No es un secreto que la mayoría de los pacientes viejos segundo principio nos proporciona un modelo del siste-
que observamos en nuestra piáctlca diaria presentan ma nervioso como un sistema cerrado dentro del cual las
cuadrns depresivos de lntens!dad y características distin- energías libidinales tratan de encontrar un estado de
tas. pero s on depresivos: y aquí, en esta dolencia y en es- equilibrio. situación que se lograría especialmente en el
to ~> p<lclcntes es donde debemos rastrear la forma en que
estado de reposo. El narcisismo primario designa enton-
se construyó la depresión. Si podemos hacerlo, gran parte ces "un estado precoz en el que el niño carga toda su libido
de la pwbkmática del narcisismo en la vejez quedará es- sobre sí mismo. El narcisismo secundario designa una
clarecida . vuelta sobre el yo de la libido, retirada de sus catex1as ob-
jetales" (Laplanche y Pontalis. 1967).
1 Es interesante hacer resallar que a pesar de la concep-
¡ , 1. EL NARCISISMO EN LA TEORIA PSICOANALITICA tualización planteada en términos económicos, se nota
1
muy claramente una contradicción en Freud entre su ob-
1
El .ci.mr.epto de narclslsmo es uno de los pilares funda- servación, surgida de la clínica, y su teorización, pues él
ment ales dt la estructura de la teoría psicoanalítica y, mismo comienza su trabajo señalando que Mel término
r. omo tal ha sido minuciosamente estudiado por innu- narcisismo proviene de la descripción clínica" y más ade-
merables autores. lo cual, paradojalmente. lejos de a- lante lo define diciendo que "la libido sustraída del mun-
102 103

1
L _________
f9
b. do externo fue conducida al yo. y así surgió una conducta previo a la elección del objeto; 4) búsqueda de la imagen
que podemos' llamar narcisismo" (la bastardilla es núa). de uno mismo en el objeto exterior elegido; 5) rasgo de
El otro punto inlportante de este trabajo es el referida a la carácter: actitud de búsqueda de amor o de la admiración
formación de un ideal con el cual se mide el yo actual del de los demás sin devolución; 6) engrandecimiento defen-
sujeto y la idea de una conciencia moral (más tarde su- sivo de algún aspecto de uno mismo, y 7) autoestima. Por
peryó) que sería la encargada de esta comparación. Esta cierto que, aun siendo muchas, estas listas no agotan to- '
conciencia moral sería la responsable tanto de esta au- dos los usos de la palabra, y al intentar relacionar el nar-
tocrítlca . como de los sentimientos de autoestima cisismo con lo que ocurre en la vejez necesariamente ten-
(sentimientos de sí) pero que, en última instancia, depen- dremos que adoptar alguno de ellos, pero ¿cuál?
den de la rela~ión entre libido del yo y libido objetal. Para hacerlo deberemos recurrir a un método selecti-
No es mi intención en este momento hacer un desa- vo. En primer lugar dejamos de lado la perversión: de
rrollo ni una Crítica de la teoría del narcisismo. cosa que ninguna manera desempeña un papel importante en la
excedería los límites de este trabajo; sólo me interesa vejez. Tampoco es solamente un rasgo de carácter; aunque
puntualizar, para lo que seguirá después, algunos de los muchos viejos puedan presentarlo, no es universal. Más
conceptos más interesantes se.ñalados por Freud en este adelante me detendré a analizar el problema de aquellos
trabajo. y que son: 1) que el narcisismo es un estadio ne- que sí lo presentan. Las acepciones basadas en el concepto
cesario de la evolución sexual y, como tal, susceptible de económico han recibido desde hace tiempo un sinnúmero
prestarse como punto de fijación de la libido con la consi- de críticas desde diversos sectores psicoanalíticos por
guiente posibilidad de constituirse en polo de atracción considerárselas insuficientes. La síntesis de estas críticas
para la regresión; 2) que el desarrollo teórico está consti- podemos encontrarlas en W. G. Joffe, J. Sandler y otros
tuido fundamentalmente en términos económic os, y 3) ( 1965) cuando señalan que "Desde el punto de vista del a-
que establece una relación estructural entre la constitu- nimal biológico simple, el principio de homeostasis ener-
ción del ideal, la autoobservación y la autoestima, ha- gética puede resultar útil y adecuado. pero desde el mo-
ciéndola depenc,ler del narcisismo. , . mento en que el niño se convierte en un ser psicológico y
Según el punto de vista desde el que se lo mire, este tra- comienza a construir un mundo de representaciones
b ajo de Freud constituyó un hito fundamental en la teoría como mediador de la adaptación, gran parte de su funcio-
psicoanalítica, no sólo por lo que allí dijo sino por lo que namiento está regulado por estados afectivos de uno u
quedó insinuado. Pero también es cierto que las numero- otro tipo . Las exigencias de los Impulsos y su reducción
sas imprecisiones de Freud al tratar este tema promovie- ejercen una gran influencia sobre los estados afectivos,
ron un enom1e interés en gran cantidad de investigadores pero no la única. Los estados afectivos son el efecto y la
que se lanzaron a tratar de entender, desarrollar o com- consecuencia de estímulos que surgen de otras fuentes
pletar la idea del narcisismo, con el resultado de que el además de los impulsos, por ejemplo, el medio externo, y
concepto ha sido excesivamente ampliado. perdiendo así es simplificar demasiado las cosas suponer que las vicisi-
especificidad. A pesar de que algunos autores, como Kus- tudes del desarrollo de los afectos consutuyen un reflejo di-
netzoff (1980) piensan que esto es en gran medida desea- reclo de las vicisitudes de los impulsos". Por otra parte. de-
ble, personalmente no comparto esta opinión. cir que en los viejos hay una concentración en el yo de li-
Pulver, citado por G. Fossi (1979). señala cuatro usos bido retraída de los objetos y pretender que esto ocurre
prevalentes del concepto en la literatura psicoanalítica: por las dificultades relacionadas que se les presentan, es
para describir una perversión; para designar un estadio decir muy poco sobre la psicología propia de esta etapa de
del desarrollo libidinal; para denominar una actividad la vida. En todo caso, no puede pasar de una vaga explica-
de autoestima y para denotar un tipo de relación objetal. ción generalizadora, mecanicista y sin sujeto.
Por su parte. W. Baranger. citado por G. Foks (1976). Planteadas así las cosas sólo nos queda centrar nues-
señala que hay por lo menos siete modos distintos de usar tro estudio en el concepto de autoestima y en su relación
el tém1ino narcisismo : 1) amor dirigido a la imagen de estructural con el concepto de ideal, y en este contexto
uno mismo; 2) estado de la libido concentrada en el pro- corresponde entonces definir el narcisismo como la va-
pio sujeto o dirigida a su propio yo ; 3) estadio de la libido loración que el sujeto hace de si mismo colocado dentro de
104 105
1mu <"':r:n!u el:: tinlores en cuyo extremo más alto está el envejecer. de tal manera q11 e éste debe adaptarse a sus
ilfe:: / !. -::i CIL!Ju 'exlrt' nru mús bajo está el negativo de dlclw propios cambios y comienza a sentirse extraño en los me-
ícleat. ! :1 ubic1ción en ella dará la medida de la autoestl- dios donde hasta entonces se desenvolvía . Ernpleza a sen-
111;:i , b eua l ¡;odr:.í ohse1varse tanto en las conductas ins- tir que muchas cosas dejan de perleneccrle y qu~ él ya no
tn i;. :<~nt:.ilt's como nonn::iUv::is de los sujetos 1 . Pero antes pertenece a esas mismas cosas hasta entonces propias: la
de ,. ..t ,·;:,r <i tn=ttar ddenldarnente esta idea, COITesponde distancia con la generación más joven se amplía. Se va
hac,'.,· ":1? 1in;is consldtr<tclones sobre ciertos fenómenos creando así un grave desajuste entre lo que el sujeto se
que ~::e pmclu2e11 duraute el proceso del envejecinllento. siente capaz de hacer y la visión de sí mismo que le de-
vuelve el mundo externo. Pero el problema no depende
solamente de esta actitud del otro, sino también de cómo
2. LA INTERIORIDAD el individuo la interioriza, de manera tal que se va crean-
do en él una contradicción entre sus deseos y su reticencia
Fl ::11jt·fo r¡1;t: comienza a envejecer se ve enfrentado a a la búsqueda de su satisfacción o. cuando esto realmente
uria ,-;f: lic de cambios que se producen en las tres áreas de no es posible, a su sublimación.
L-1 cu•,, l1"· tr.. F'.:c; tos se desarrollan en el tiempo, como parte Esta contradicción entre las manifestaciones en las
1..k un proc.;so. y nn s iempre en fonna simultánea, pudién- distintas áreas de la conducta, a la cual podemos razo-
dose dar lo que se d.::nomlna envejecimiento diferencial. nablemente denominar co11flicto, está asentada sobre el
No obstante. más temprano o más tarde. la mayoría de fenómeno más general de la disociación es~izoide; se
los s fg110s estarán presentes. Modificaciones en la visión pone en marcha a partir del grado de frustración que ex-
y di:;rninurlón de la audición; disminución del rendi- perimenta el sujeto como un intento de manejar o evitar
miento corporal al esfuerzo físico; alteraciones fi- la ansiedad generada, al mismo tiempo que es una forma
siológicas en la respuesta sexual a la cual estaba acostum- de mantener la autoestima que se siente menoscabada.
brado; pérdida de la turgencia de la piel y aparición de La expresión fenomenológica de este conflicto se tra-
manchas: canas; acumulación de grasa en lugares muy es- ducirá en un cierto retraimiento de la relación con el
pecíficos , son los más notables en el área corporal. En la mundo externo que se podrá presentar en las formas más
esft: ra mental hay pérdida de .memoria de hechos re- variadas, desde las muy manifiestas hasta las solapadas,
cientes , q11e se manifiesta especialmente en una dificul- y en el aumento de una relación reflexiva con su mundo
t<ld para recordar nombres; disminución de la curiosidad Interno activando notablemente los recuerdos de tiempos
intek·c tual: lrritabllldad y cierta sensación de vaga tris- pasados. Desde su esquema referencial teórico, Freud
tez::l. La s uma de estas dos alteraciones determina que su ( 1914) ya lo había descripto al decir: "La elaboración
conducta en el área social se vea ºprofundamente afectada; psíquica presta un extraordinario servicio al desvío de
II. Ey ( 1969) señala que "al contrario del niño o del adul- excitaciones no susceptibles de descarga directa al exte-
to, el senescente debe no solamente adaptarse al medio, rior". Este aumento de la relación con el mundo interno,
s lno además a su propia vejez"; pero esta adaptación no es producido por el conflicto generado por el proceso de en-
fácil de realizar. vejecimiento, es un fenómeno universal. y aquí quiero
Nuestra cultura actual está dominada por la rapidez de adelantar la idea de que, a mi Juicio. si bien lo que
los cmnbios tecnológicos que arrastran a los sujetos en coP1úrunente se denomina aumento del narcisismo en la
un vértigo competitivo donde no hay lugar para el más dé- vejez tiene una relación directa con este fenómeno. no es
bil; éste s iem pre pierde y, justamente. es el caso del viejo. exactamente lo mismo, y corresponde diferenciarlo ade-
La actitud de la sociedad se convierte así. directa o indi- cuadamente. El narcisismo en la vejez adquiere otras ca-
rectamente. en segregacionista, no digamos solamente racterísticas - que luego señalaré- y es la consecuencia y
del viejo s ino desde el momento en que el sujeto empieza a no la causa de esta vuelta hacia adentro del sujeto.
Buscando en castellano una palabra para designar esta
1 Este concep to ha sido ampliamente desarroflado por 1l. Bleichmar conducta, palabra que no debe estar saturada de significa-
(1976 ). trabajo que recomiendo muy especialmente a quienes estén ln- ciones para no confundir su sentido, no se me ocurre otra
tcn~sado s e n e l tema.
mejor que mterioridad. Esta palabra. de acuerdo con la se-
106 107
s:
1
"---"·-~
,,

gunda acepción que registra el Diccionario de la Real Aca-


demia Espaiiola (1970). designa las "cosas privativas. por
10 común secretas, de las personas, familias o q>rpo-
l
!
han servido para amortiguar las contradicciones
patógenas, tanto las del medio socioeconórnico y cultural
donde están insertas como las inherentes a la estructura
11
~

raciones", y creo que tanto por lo de privativo como por lo familiar. Si los modelos de identificación que les ofrecie-
de secreto, se adviene · estrictamente a lo que describo ron no han sido demasiado conílictivos, y si además han
como especifico.de esta etapa de la vida. tenido la suerte de que tanto el tiempo individual como el
Lo que quiero señalar es que en el momento en que al histórico que les ha tocado vivir no los han expuesto a de-
sujeto se le plantea un conflicto entre sus deseos y la im- masiadas situaciones traumáticas tales como enferme-
posibilidad de satisfacerlos en el lugar correspondiente, dades, muertes cercanas, cataclismos, guerras. migra-
en virtud de su proceso de envejecimiento, se produce un ciones, etc., todos estos factores juntos posibilitarán un
aumento de la interioridad que lo llevará a transitar pre- desarrollo bastante armónico. A estos individuos les será
dominantemente por sus huellas mnémicas. y con resul- posible enfrentar los conílictos con un mínimo de ansie-
tados ·diversos que dependerán fundamentalmente de su dad, mediante la utilización plástica y adecuada del
personalidad previa. Si se prefiere se puede operar con el variado repertorio de conductas defensivas que tienen a
concepto de series complementarias, donde la autoper- su disposición, sin que necesariamente éstas tengan que
cepción irrenuncia5le ae los cambios producidos por el estructurarse como neurosis. psicosis, perversiones, psi-
envejecimiento actúa como factor traumático. Resumien- copatías o caracteropatías severas.
do, el incremento de la interioridad es uno de los elementos Podemos pensar que los grados de libertad en la utili-
constitutivos de la psicología del envejecúniento y/o la ve- zación del repertorio de conductas defensivas por un lado.
jez. ' y la rigidez por el otro, nos brindan un marco conceptual,
Corresponde ahora que examinemos cuáles son los de- no demasiado preciso pero sí lo suficientemente acepta-
sarrollos particulares que se producen a partir de aquí. ble para comenzar a pensar desde allí la normalidad y la
patología; y digo "para comenzar a pensar" porque no
pretendo con esta idea zanjar la discusión sobre este
3. WS DES11NOS DE LA INTERIORIDAD dificil tema que tanto preocupa a todos los investigadores
(véase Vidal, 1977). sino simplemente utilizarla como
3.1. La integridad punto de partida para comprender lo que estamos tratan-
do. Cuando un SLtjeto que se encuadra más o menos dentro
Es por todos conocida la dificultad que existe para de- de las caracteristicas que acabo de describir comienza a
finir psicológicamente el concepto de normalidad, a pun- envejecer y se produce ese incremento de la interioridad,
to tal que generalmente se opta por decir que es un con- ésta adquirirá en él la fom1a de reminiscencia. .
cepto utópico, abstracto o, en el mejor de los casos, es- Esta especial fomm de recordar es definida· por el Web-
tadístico. ster's Intemational Dicllonary como "el acto o el hábito de
En consecuencia, cuando tratamos de caracterizar qué pensar en las propias experiencias pasadas o relatarlas".
es un buen envejecimiento o un envejecimiento normal, En esta definición es importante notar que el acto de re-
las dificultades surgen muy nítidamente. No obstante, la cordar no está calificado afectivamente en forma expresa
observación cotidiana o clínica nos muestra que dentro como en otros que veremos más adelante. Pero el hecho
de los distintos' modos de envejecer, no todos deben ser de que no lo esté no quiere decir que no haya afectos. dado
considerados como patológicos. En otro lugar he insisti- que esto es imposible d_esde el punto de vista psicológico;
do sobre un concepto que creo de fundamental importan- esta ausencia debe entenderse como una sensación de
cia para comprender la problemática de los viejos: hay bienestar no perturbada por afectos dolorosos.
que romper la sinonimia viejo=enfenno: hay viejos sa- Aquí, simplemente se recuerda y, en ocasiones, se rela-
nos y viejos enfermos. y de acuerdo con la categoria en ta.
que se encuadren, así habrá que considerarlos. Por supuesto que la reminiscencia no es privativa de la
Gran cantidad de personas han crecido en ambientes vejez, toda vez que la podemos encontrar en cualquier
familiares adecuados, en los cuales el amor y el respeto momento del desarrollo evolutivo de los seres humanos;

108 109
¡'
'
ptro ~: í pudcmos decir que es caractcrisllca de los viejos
que nos ocupan. los cuales !lll1chas veces dan la impre- al viejo actual, pero debido al incremento cada vez mayor

i
sión de que viven fuera del tie1upo. en el pasado, pero sin de la población vieja. parecería fundamental tratar de en-
malestar. contrar la fom1a de proporcionar a estos sujetos oportu-
McJ\fahon y Rhudlck ( 1967) han hecho un interesante nidades para contribuir con sus semejantes a través de
estudJo estadístico sobre una población de 150 veteranos sus conocimientos del pasado. Por ello los autores men-
de la guerra hispano-americana y han arribado a conclu- cionados insisten en promover. con finalidad terapéuti-
siones que merecen una consideración detenida. ca. esta conducta, al mismo tiempo que indican la necesi-
En primer lugar, siguiendo a Freud y a Rapaport, dad de actuar sobre los famll!ares ansiosos que suelen
señ<.1lan que el envejecimiento es una fase de la vida que criticarla por considerarla una forma de deterioro men-
presenta proLlemas específicos cuya solución exige tam- tal.
bién cambios específicos en el yo. "La necesidad de man- En tercer lugar. pasando revista a la btbllografia sobre
tener la autol'.c,Uma frente a las declinantes capacidades la memoria, señalan que la tendencia a la reminiscencia
físicas t: iutelectuales; el control de la tristeza y la depre- no guarda relación directa con el grado de intellgencia del
sión resultante de pérdidas personales; el hallazgo de me- sujeto ni con el deterioro intelectual que éste pueda sufrir
dios para contribuir de manera significativa a una socie- por diversas causas. La revisión que hacen de diversos au-
dad de la cual los viejos siguen siendo miembros; la con- tores coincide al señalar la dificultad que existe para ex-
servación de ckrto senlldo de identidad en un mundo plicar el mayor menoscabo del recuerdo de hechos re-
cada vez más ajeno", son algunos de los problemas típicos cientes con respecto a los remotos, solo en función de ar-
del envejecimiento y precisan la utilización de determi- gumentos de Upo orgánico y que. en cambio. los factores
nadas conductas para la obtención de un equilibrio efi- emocionales y moUvacionales deben tenerse en cuenta
caz. Estas conductas deben tener, según los autores, la ca- como detemllnantes de la fomrn en que los hechos del pa-
pacidad de actuar como "control". Este concepto de sado se reviven o reprimen. "Así, la memoria no sólo con-
"control" es más general e inclusivo que el de "defensa". tribuye a un sentido de continuidad, sino que también es
Tiene dos aspectos: uno dirigido hacia afuera, juzgado por selectiva, con el propósito de conservar un sentido de sig-
su eficacia en tém1inos sociales, y otro dirigido hacia nificación personal".
adentro o defensivo. juzgado según su adecuación para En cuarto y último lugar. y a mi juicio el de máxima
proteger al Individuo de grados desorganizadores de an- importancia, se señala que los sujetos portadores de una
siedad o depresión. La reminiscencia, ciertamente, tiene depresión clínica son menos propensos a la reminiscen-
estas cualidades de control yoico. cia que los no deprimidos: "Los sujetos deprimidos mani-
En segundo lugar, los autores señalan la importancia festaron máxima dificultad en lo que se refiere a la remi-
que esta fonna de recordar revestía en las sociedades niscencia. Sus excursiones hacia el pasado se veían inte-
primitivas. en las cuales eran muy populares los viejos rrumpidas una y otra vez por ansiedad y preocupación
cuentistas (slorylellers) que narraban hazañas y expe- por la salud fisica, las faltas de la memoria. las pérdidas
riencias pasadas, con evidente p!acer, de manera tanto personales y un sentido de inadecuación. Parecían haber
infomrntJva como entretenida, y sin que estos relatos tu- renunciado a la esperanza y haber perdido la autoesti-
vieran la necesidad de glorificar el pasado ni desvalori- ma".
zar el presente. Estas reminiscencias parecen haber teni- Esto no signlfica que en los viejos deprimidos no haya
do la función de servir de eslabones entre el pasado y el un aumento de la interioridad, sino que en ellos adquiere
presente, y haber contribuido a la formación y manteni- una forma distinta, en la cual los recuerdos son codifica-
miento de una ldentldad grupal; desde el punto de vista dos con otra intencional!dad. como veremos más ade-
individual proporcionaban al viejo la oportunidad de re- lante. Ahondando en esta línea se podría sugerir la exis-
alzar su autoestima al permitirle contribuir de manera tencia de un grado de relación inversa entre patología
signiflcallva a su grupo social. Obviamente, el avance tec- mental y reminiscencia.
nológico ha despersonalizado a estas funciones. al mis- Planteadas así las cosas se puede precisar un poco más
mo tiempo que ha despojado de un cierto rol de privilegio el concepto de reminiscencia, pensándola como una ac-
tividad mental organizada. compleja y que posee una fi-
110
111
~

nalidad instrumental importantísima: la de permitirle sentimiento de camaradería con hombres y mujeres de


al sujeto reafirmar su autoestima cuando sus capacidades épocas lejanas, que estaban empeñados en la búsqueda de
psicofisicas y relacionales comienzan a perder vitalidad. cosas diferentes y que han creado sistemas. objetos y len-
En la medida en que esto suceda. el sujeto podrá sentirse guajes que transmiten dignidad humana y amor. Aunque
en paz consigo mismo y con los que lo rodean, podrá sen- consciente de la relatividad de los diversos estilos de vida
tir que pertenece a su sociedad y a su momento histórico, que han otorgado sentido al esfuerzo humano, el indivi-
y de esta manera la personificación de la muerte - duo que posee integridad está dispuesto a defender la dig-
siempre presente en esta edad- no será un fantasma acu- nidad de su propio estilo de vida contra todas las amena-
ciante sino un mero acaecer. A este estado corresponde zas fisicas y económicas. Porque sabe que una vida indi-
denominarlo integridad. El término ha sido introducido vidual es la coincidencia accidental de un ciclo vital
por Erikson (1968) como parte de su teoría epigenética, único con un solo segmento de historia".
que describe una serie de fases del desarrollo de la perso- Quiero que quede claro que integridad significa, en-
nalidad en función de su adecuación a ciertas variables tonces, la aceptación de un proceso del cual el sujeto for-
psicosociales. Esta teoría propone un eslabonamiento de ma parte y que, proviniendo del pasado, se extiende a un
ciclos vitales - ocho en total-- que están determinados futuro que lo trascenderá.
por la relación entre el individuo en crecimiento y la rea-
lidad social, la cual actúa por medio de representantes
institucionales diversos. que son los encargados de per- 3.2. La desesperación
mitir o facilitar ese desarrollo. Cada ciclo comporta ta-
reas evolutivas que el individuo debe resolver, y el acierto Cuando Erikson describe las características del último
o desacierto que pueda emplear para hallar las soluciones de los ciclos vitales, ·señala que cuando la integridad no se
necesarias determinará el destino de ellas. consigue o por alguna razón se pierde, sobreviene un esta-
A ese autor le corresponde ser citado como el primer do que él llama desesperación, que "expresa el sentimien-
psicoanalista que se ocupó específicamente del tema de la to de que el tiempo es corto, demasiado corto para el in-
vejez y que lo separó de la categoría, un tanto confusa. de tento de iniciar otro tipo de vida y para probar diferentes
adultez o madurez genital. El último de los ciclos vitales alternativas que lleven a la integridad".
por él propuesto corresponde a este estadio, y para descri- El fracaso de la integridad puede deberse a: 1) perturba-
birlo utilizó el término integridad. señalando que es un ciones más o menos severas del desarrollo del individuo a
estadio que sólo se logra como resultado de la madura- lo largo de su vida, con las consabidas raíces en la tem-
ción de los siete estadios anteriores, que se producen en prana infancia, cuando la indefensión humana es
aquellas personas que se han ocupado, a lo largo de su máxima y lo hace más vulnerable a las noxas que atentan
vida de los otros y de las cosas, y que se han adaptado contra su necesidad de dependencia, en cuyo caso será
tanto a los triunfos como a los desengaños de haber sido pem1anente. o a 2) alteraciones bruscas de un estado de
quienes han producido objetos. ideas y otros seres. equilibrio que, por tener características de no esperables.
Aun cuando Erikson no la define expresamente, la in- adquieren la connotación de crisis. En este caso la situa-
tegridad es para él "la seguridad que obtiene el yo de su in- ción será preferentemente transitoria, aunque podrá cro-
clinación al orden y el significado (una integración emo- nificarse por razones diversas. Una vez más el esquema
cional fiel a los portadores de imágenes del pasado y dis- de las series complementarias nos puede ayudar a enten-
puesta a tomar, y esencialmente a renunciar, al liderazgo der este fenómeno, al poner el acento en lo constitucio-
en el presente). Es la aceptación de un ciclo vital único y nal-evolutivo en el primer caso, y en lo traumático en el
propio, y de las personas que han llegado a ser significati- segundo.
vas para él, como algo que inevitablemente tenía que ser En lo que sigue voy a detenerme especialmente en el
así y que no admite sustituciones. Significa, pues, una destino que seguirá la interioridad en el primer caso, es
manera nueva y diferente de amar a los propios padres. decir, en aquellos sujetos que no han logrado integridad
sin desear que hayan sido diferentes, y una aceptación del por razones que dependieron de un desarrollo evolutivo
hecho de que uno es responsable de su propia vida. Es un que ha llevado a estructurar su personalidad de una ma-
112 113
r
nera ta l que la misma se hace susceptible a graves desa- das, desde las puras hasta las combinadas, básicamente
justes fren le a situaciones que, por ser necesariamente es- se pueden detectar dos formas principales y abarcativas
perables , no deberían ser criticas, específicamente en este de las demás, y que dependerán de que el yo ideal se haya
caso, el envejecimiento.
constituido sobre la base de sentimientos de perfección
Cuando éste comienza a manifestarse y trae aparejado narcisista por un lado, o de sentimientos de culpabilidad
el conflicto antes mencionado. que se resuelve en primera por el otro. Cualquiera sea la forma que este proceso
instancia con un aumento de la interioridad, ésta no re- adopte en el individuo. la desesperación será el senti-
viste la forma de reminiscencia, como en los sujetos con miento dominante, y a partir de ahí se irán estructurando
UI1 adecuado grado de adaptación, sino que aparece el re- conductas diversas tendientes a restaurar un estado de
cuerdo con tonalidades afectivas más o menos dolorosas. equilibrio homeostático, el cual podrá ser conseguido o
Esta manera de recordar se llama nostalgia. Esta palabra no, según cada caso particular. Corresponde ahora estu-
proviene de palabras griegas que significan regreso y do- diar detenidamente cada uno de ellos.
lor. En la segunda acepción dada por el Diccionario de la
Real Academia Española significa "el pesar que causa el
recuerdo de algún bien perdido". Liberman (1962) dice que 4. I.A PERFECCION NARCISISTA
"Nostalgia significa tristeza dolorosa por el recuerdo de
los momentos buenos obtenidos con un objeto que creó Partiendo de la premisa de que de las numerosas acep-
una ilusión de independencia, y que ahora puede ciones que en psicoanálisis tiene la palabra narcisismo -
añorarse debido a que la memoria ha determinado que en aquí he escogido la que concierne a la autoestima y a sus
el presente este objeto está ubicado en otro lugar y perte- vicisitudes- , es necesario precisar algunos conceptos. En
nece a un tercero".
primer lugar, definir lo que consideramos personalidad
Al analizar estas definiciones debe tenerse en cuenta narcisista. Es aquella cuya preocupación central está
que cuando se hable de "buenos" u "objetos", no nece- constituida por su valoración - lo que permite medir su
sariamenle debemos pensarlos como cosas concretas de autoestima- ante sí y ante los otros. El código que estas
acuerdo con la filosofía clásica, sino también - o personas utilizan para medir sus conductas estará en fun-
además- como elementos imaginarios con los cuales el ción del valor que éstas tengan: es o no es perfecto.
individuo ha construido relaciones internas impulsado Utilizar esta estructura motivacional nos permitirá
por su necesidad de mantener su autoestima por aproxi- adentramos en los componentes narcisistas de los más
mación al yo ideal, cualquiera sea la forma que éste haya diversos cuadros psicopatológicos y nos evitará. por otro
adoptado para cada uno. El incremento de la interioridad lado, quedarnos reducidos a lo que es un componente uni-
- nostalgia en este caso- llevará entonces al sujeto a versal de la psicología del ser humano: la construcción de
transitar por sus recuerdos poniendo el énfasis, no tanto modelos ideales frente a los cuales se ubica y la hiperva-
en los elementos constitutivos por los cuales podría sen- loración transitoria de la representación de sí mismo.
tirse satisfecho y que lo reafirmarían en su identidad po- Quiero que quede claro que no es a esto último a lo que
sitiva, sino en todo aquello que considera que ha perdido aquí me refiero, sino a los otros, es decir, a aquellos en
y que ahora siente que pertenece a otros - los jóvenes- los cuales la valoración que hacen de sí mismos. o lo que
tanto como en todas aquellas realizaciones que siente les devuelve como imagen especular la relación con los
l. que no ha podido concretar a lo largo de su vida y que la otros, es el eje principal de sus conductas. Ahora bien,
1 personificación de la muerte en sí mismo le hace aparecer ¿cómo se construye esta escala de valores?
sin el tiempo necesario para alcanzarlas. El yo ideal se le El sujeto se constituye en su identidad a través de la
1 represenla como inalcanzable, y su sentimiento de auto- dialéctica de las identificaciones. Esto significa que hay
estima se resiente severamente. un doble juego de ellas. Por un lado, la imagen del otro
El grado de severidad que este proceso pueda adquirir que se ofrece como modelo de identificación y que es inde-
estará determinado fundamentalmente por la estructura pendiente de si es la imagen real o la imagen que el otro
de la personalidad previa sobre la cual se asiente. Pero cree tener de sí. Por otro lado, el sujeto se identifica con la
aun sabiendo que ésta puede revestir formas muy varia- imagen que el otro tiene de este sujeto; un personaje sig-
114 115
~ l
~
a nificante para nosotros nos ve de una determinada mane- microcultura familiar donde el sujeto se desarrollará, la
ra y con esa visión nos identificamos. De esta dialéctica cual brindará un código para operar datos, en el cual, la
surgirá nuestra identidad que, en última instancia, no forma de percibir los objetos estará dada por la disocia-
será más que una ilusión o, si se prefiere, una formación ción entre buenos y malos.
:8 ideológica, más o menos acorde con la realidad según los Cuando los sujetos con estas características perso-
casos, y que no tendrá validez en sí misma sino en la nales se enfrentan durante el proceso de envejecimiento
medida en que sea aceptada por el otro como verdadera. - o en la vejez misma- con su recordar nostálgico, nece-
De esta manera, la construcción de la representación sariamente reactivarán su ubicación dentro de su escala
que el sujeto hace de sí mismo (identidad) incluirá inde- de valores. Al confrontar la visión que de sí mismo tie-
fectiblemente elementos valorativos que se ubicarán a lo nen con el yo ideal que se han forjado a lo largo de toda su
largo de una escala de valores en cuyo punto ,máximo con- vida y comprobar que no han cumplido con él, o que ya
cluirá en la formación del yo ideal. Este yo ideal repre- no les será posible alcanzarlo; o cuando sientan el triunfo
senta de esta manera un "abstTactu.s" de un personaje per- del otro como un fracaso propio, se verán enfrentados con
fecto y anhelado al mismo tiempo que un concepto iluso- . la posibilidad de caer en la identificación con el negativo
rio. Este yo ideal no debe ser tomado en singular, sino que del yo ideal, lo cual configura un estado psicológico que se
existen para cada individuo una multiplicidad de yoes denomina colapso narcisista. Cualesquiera que sean las
ideales que contemplan características o rasgos dife- causas que determinen la posibilidad de caída de una
rentes. identificación en otra. provocan en el sujeto un estado
Pero esta escala de valores con el ideal en su tope tiene, doloroso que se manifestará generalmente como una sen-
~ ya que es una medida comparativa, su punto mínimo que sación angustiante más o menos ruidosa. Bleichmar ha
configura la contrapartida de dicho ideal y que, siguiendo denominado acertadamente a esta sensación como ten-
a Kaplan y Whitman (1965) y a Bleichmar (1976), debe de- sión narcisista por su similitud con la tensión de necesi-
nominarse negativo del yo ideaL De aquí se desprende dad estudiada por Freud, y señala que aquélla "no es ne-
que tanto el ideal como el negativo no deben considerarse cesariamente la caída en el colapso narcisista. sino la an-
como entidades autónomas en sí mismas, sino como ele- gustia-señal, con contenido narcisista, ante la posibili-
mentos de una categoría relacional de la cual ambos son dad de caída en ese tipo particular de situación trau-
constitutivos y entre cuyos extremos se desplaza la acti- mática". Puesto en otras palabras, la tensión narcisista
tud comparativa del yo del sujeto, y de la cual dependerá es la sensación de angustia que experimenta el sujeto
la medida de su autoestima. La valoración que éste haga cuando su autoestima amenaza con caer en un franco sen-
de sí mismo podrá fluctuar de un extremo a otro, pero en timiento de inferioridad 1.
las personalidades narcisistas, el no cumplimiento de la La angustia así generada promueve la utilización de
identificación con el yo ideal, las hará caer automáti- conductas defensivas para evitar la caída en el colapso
camente en una identificación con el negativo del yo narcisista, las cuales pueden ser de dos tipos: generales o
ideal. quedando excluidas las posiciones intermedias de específicas. Las primeras son las conductas defensivas
la escala. típicas. represión, idealización, negación, etc .. y la elec-
Para que esto suceda, Bleichmar señala que en el suje- ción de cada una de ellas dependerá de la estructura carac-
to se deben cumplir dos condiciones necesarias: 1) que terológica de cada sujeto y del repertorio más o menos fijo
funcione con la lógica binaria de dos posiciones, y 2) que de conductas defensivas que éste posea. A este tipo perte-
funcione con la lógica del rasgo único prevalente, rasgo necen todas aquellas conductas mediante las cuales los
que asume el valor total y que elimina el examen de la viejos tienden a defender a ultranza sus puntos de vista,
valorización de los otros rasgos (pars pro tato). Es nece- anclados muchas veces en valores perinlidos, frente a las
sario señalar que la construcción de esta escala de va-
lores, que surge de la dialéctica de las identificaciones y 1 Por supuesto que·este proceso que estoy describiendo puede produ-
que obra como estructurante de la identidad del sujeto, cirse -y de hecho se produce- en cualquier momento de la vida; pero lo
así como la lógica binaria de las dos posiciones, depen- que quiero recalcar es que es particularmente notorio y generalizado du -
rante el envcjeclm.lento y :Ja vejez.
derá de los valores proporcionados por la cultura y por la

116 117
concepciones de las generaciones más jóvenes, tratando nos irán marcando su presencia. Es necesario recalcarlo:
de desvalorizarlas o darlas por no existentes. Es el caso el equilibrio emocional de las personalidades narcisistas
del viejo impaciente, colérico y autoritario. es sumamente precario.
Las conductas específicas del narcisismo son todas las Otra cosa muy distinta ocurre cuando las defensas no
que dependen de las compensaciones, es decir, aquellas resultan eficaces. En estos casos sobreviene el colapso
que trat an de restituir al sujeto en el orden imaginario narcisista que, como he señalado más arriba, consiste en
del yo ideal como un Intento de salvaguarda de la autoes- la caída desde la identificación con el yo ideal en la iden-
tima. Pueden ser fantásticas o de acción. tificación con el negativo del yo ideal. con la consiguiente
Entre las primeras se encuentra el intento de buscar invasión masiva de sentimientos de inferioridad. El suje-
sobrecompensaciones en una hipertrofia de la fantasía, to que se encuentra en estas condiciones se verá confron-
conducta que lo llevaría necesariamente a ampliar la tado con autorreproches narcisistas por no haber cumpli-
brecha con la realidad circundante y que puede desembo- 1 do con el ideal, al mismo tiempo que amplificará sus fra -
car en una introversión excesiva y llevarlo al aislamien- casos, sus sometimientos, sus dependencias simbióticas.
to. Entre las segundas está el caso del viejo que funciona sus inhibiciones. sus imperfecciones y el resultado será la
con conductas sobrecompensatorias de acción, mediante aparición de una depresión clínica.
las cuales trata de demostrar, y demostrarse a sí mismo, Aquí es necesario aclarar que esto no significa que s e
que su actividad es aún válida, legítima y competitiva. Se estructurará algún cuadro psicopatológico especial sino
embarca en conductas tales como sobrecarga de trabajo, que podrá caer en cualquiera de los conocidos, pero lo que
deportivas o sexuales. o con un incremento de responsa- predomlnará en cada caso serán los contenidos narcisis-
bilidades que rebalsan sus posibilidades funcionales. La tas: esto es lo que le dará contenido a algunos delirios de
búsqueda de satisfacciones. status, recompensas u hono- las depresiones psicóticas. tales como los de ruina, de rei-
res se convie1ie en una prioridad obsesiva y en un intento vindicación o celotípicos, entre otros 2.
de que la realidad exterior le devuelva una imagen de sí En los delirios de ruina el contenido ideacional mani-
mismo identificada con el yo ideal sin reparar en el pre- fiesto gira en tomo a la ruina económlca, al temor a per-
cio que por ello deba pagar. Para tener la ilusión de su der una posición socioeconómlca determinada o a caer en
conquista. muchas veces debe concurrir al uso, o abuso, la indigencia. Lo que llama la atención en estos casos -
de sustancias estimulantes como el alcohol. algunos psi- como en todos los delirios- es la discrepancia que existe
cofármacos, engañosos estimulantes sexuales o recurrir entre la realidad observable y la interpretación que de la
a tratamlentos "rejuvenecedores". ampliamente publici- misma hace el sujeto delirante, pero en los casos en que s e
tados pero de dudosa efectividad. Es fácilmente compren- puede llegar al contenido latente de estas manifesta-
sible que, dadas las constantes disminuciones fisicas que ciones, lo que se ve es que el dinero. bienes o propiedades
ocurren en esta edad, el sujeto se vea expuesto a graves prestan su forma sobrevalorada socialmente para servir
trastornos orgánicos, cardiocirculatorios, digestivos o de símbolo a toda la cadena valorativa del sujeto cons-
renales o a severas complicaciones de dolencias crónicas truida sobre la base de un yo ideal perfecto en el hecho de
preexistentes. tener, pero no en el de ser. La caída en la identificación
Si estas conductas defensivas instrumentadas son con el negativo con el yo ideal, obviamente será el de no
efectivas. y lo serán en la medida en que permitan al suje-
to una reacomodación de su ser viejo en una cultura ver- 2 Sin embargo, cuanto más pienso en este mecanismo por el que se
tiginosa. que le plantea permanentemente exigencias de llega a la depresión clínica a partir del narcisismo, como así también el
todo tipo, el sujeto narcisista recuperará su estado de que señalare más adelante a propósito de la culpa, más me convenzo de
que no estoy describiendo otra cosa que la estructura de los contenidos
equilibrio, aunque éste será siempre transitorio y some- psicológicos de las depresiones psicóticas (endógenas). Si fuera así,
tido a innumerables recaídas, toda vez que las complica- tendríamos las puertas abiertas para comprender Tinalmente la estruc-
das situaciones vitales que deberá atravesar amenazan su tura Interna de estas afecciones, que durante tanto tiempo han permane-
cido incognoscibles para la psiquiatría.
autoestima. Por el momento, esto no es más que una hipótesis de trabajo, que re-
Cuando esto suceda, el ciclo descripto se reinstalará querirá un mayor desarrollo teórico al mismo tiempo que se.Unpone la
necesidad de su corroboración clínica. ·
una y otra vez. y las crisis de angustia que sobrevendrán

118 119

1

~
tener. En los delirios de reivindicación es muy notoria la
búsqueda de la identificación con el ideal más allá de to-
1 sus fundamentos, y la investigación de los mismos, han
tendido más al camino de su desarrollo que al de su cues-
das las posibilidades lógicas, por el mecanismo de tratar tionamiento. Así, la fórmula básica era que, si había cul-
de conseguir que otro, externo al sujeto, le devuelva una pa, esto suponía agresión - real o fantaseada- consciente
imagen de sí mismo enriquecida y ampliada, que lo saque o inconsciente. Planteadas las cosas de esta manera,
del sentimiento de inferioridad que lo domina. frente a un paciente en el cual se detectaban sentimientos
Los delirios celotípicos generalmente se han relacio- de culpa de cualquier tipo la investigación por parte del
nado con una conducta proyectiva de Upo paranoide, terapeuta consistía en encontrar cuál era la acción o in-
pero creo que son más fácilmente comprensibles desde la tencionalidad agresiva que la explicara. Lo inverso tam-
perspectiva que estamos tratando, es decir como una in- bién era válido: frente a pacientes con conduct as agresi-
juria narcisista, que para la autoestima del sujeto signifi- vas pero sin culpa manifiesta, se trataba de deducir cuáles
ca la caída desde la identificación con el yo ideal. Cuando conductas respondían a su necesidad de castigo o expia-
esto ocurre, el sujeto no se siente amado, cuidado o prefe- ción de la culpa . No obstante, si bien esta línea teórica y
rido y piensa que todo pertenece a un supuesto rival triun- su correlato interpretativo son correctos, su aplicación
fante que pasa a poseer estos atributos. Es significativo extensiva y totalizante no lo es, y muchas veces da lugar a
que en los viejos el rival fantaseado siempre es más jo- la necesidad de forzar las cosas en la clínica para que en-
ven, o bien se retrotraen al pasado. en el cual todos los cajen dentro del esquema, y se desatiendan otras razones
p ersonajes del drama celotípico eran jóvenes; esto es que explicarían mejor - según los casos- la génesis de los
fácilmente comprensible porque al mecanismo anterior frecuentes sentimientos de culpa que experimentan cier-
se le suma. en este caso, la sensación de inferioridad de tos individuos. Estas razones hay que buscarlas, como en
los viejos en la competencia con la generación más joven. el caso del narcisismo, en la dialéctica de las identifica-
Pero no hay que buscar los componentes narcisistas ciones que lleva al individuo al establecimiento de su
solamente en las depresiones psicóticas; también pueden identidad y a la estructuración de su personalidad.
estar en las neuróticas. Muchas de las reacciones de des- Así, por ejemplo, padres de características me-
compensación en las caracteropatías deben estudiarse lancólicas. con tendencia a sentirse culpables, se ofre-
d esde este punto de vista: también es necesario detectar su cerán como modelo de identificación para el yo del sujeto
presencia latente, tras la sintomatología manifiesta, en en formación, determinándolo como culpable. Por otra
la persistencia de los duelos patológicos. El objeto perdi- parte, padres con tendencias culpabilizantes tan comunes
do no es llorado por su valor en sí mismo sino por la sig- que dicen constantemente al niño "sos malo", "te por-
nificación que tenía para el sujeto que pena: ser necesario taste mal", "bias te va a castigar", inducen al sujeto a
para cumplir, a través de la relación con él, la identifica- construir la representación de sí mismo en función de la
ción con el yo ideal. Finalmente, el suicidio suele ser la imagen que le viene de este otro significativo para él:
única manera que encuentran estos sujetos de escapar a culpable.
la sensación de sufrimiento intolerable que les produce Como vemos. la constitución de la representación de sí
s u sentimiento de tremenda inferioridad, cuando no un mismo como culpable en virtud de estas identificaciones
intento alucinatorio de matar al yo ideal que lo esclavi- es independiente por completo de la agresión real o fanta-
za. seada, que debería actuar como causa necesaria, según lo
establecen, como hipótesis de alto nivel, las teorías psi-
coanalíticas prevalentes hasta ahora.
5. 1A MORAL CULPOSA Pero esto no significa que la agresión s ea aj ena a la
culpa, sino que en estos casos su relación se constituye de
El tema de la culpa y su relación con la agresión ha otra manera. Lo que ocurre es que el individuo en desa-
s ido exhaustivamente estudiado en la literatura psicoa- rrollo no sólo va adquiriendo conocimientos s ino que al
n alítica. especialmente por Melanie Klein y la escuela in- mismo tiempo, sus mayores le van proporcionando un
glesa. Sus conclusiones están incorporadas al acervo co- método para procesar y pensar estos conocimientos en
tidiano de los psicoterapeutas. y durante mucho tiempo términos lógicos. Por ejemplo, tomará conciencia d e qu e

120 121
:1 1
1

"si hay agresión, luego hay culpa". Bleichmar (1976) cripta más arriba a propósito del narcisismo y no los
señala: "Ahora bien, ese niño ha adquirido por una parte volveré a detallar; sólo será necesario cambiar las deno-
la estructura 'porque agredís sos malo' como estructura minaciones de "tensión narcisista" y "colapso narcisis-
cognitiva, y simultáneamente, ligado a esta proposición ta" por "tensión culposa" y "colapso culposo", respectiva-
habrá adquirido la identidad de que es malo. Entonces se mente.
producirá en él el razonamiento: si soy malo, si me siento En este caso. las defensas específicas contra la culpa
malo, es porque he agredido". La proposición "si hay son las que corresponden al orden de los intentos repa-
agresión luego hay culpa" se invierte. y en vez de ser la ratorios maníacos. Estos son los cuadros de los viejos con
culpa una consecuencia de la agresión se deduce que ésta un estado de ansiedad (tensión culposa) que sorpresiva-
ha tenido que ocurrir porque existe aquélla. mente aparecen realizando acciones filantrópicas. asis-
De esta manera se han constituido tres formas distin- tenciales o religiosas. sin que hubiera antecedentes de
tas en las cuales se articularán los términos agresión- algún tipo de vinculación con estas actividades. El fraca-
culpa: 1) agresión real-remordimientos; 2) agresión fan- so de estas defensas espe_cificas. tanto como de las ines-
taseada-culpa, y 3) inversión de la proposición. Los casos peciflcas, pueden producir aquí también la aparición de
2 y 3, y el 1 cuando los remordimientos no han podido ser una depresión clínica, donde el componente culposo será
adecuadamente elaborados por las razones que fuere, el predominante y donde los delirios de culpa, las auto-
pueden llegar a estructurarse de una manera muy fija. pa- agresiones y las mutilaciones podrán ser comprendidas a
sando a ser a su vez estructurantes de la personalidad to- la luz de los conceptos que aquí describo. C
tal del sujeto. Así, existe un grupo de individuos cuya vida
está regida por su inserción en una escala de valores mo-
rales, en la cual el extremo superior está ocupado por un
yo ideal con características de "no agresivo", en cuyo caso 6. EJEMPLIFICACJON DE LA TEORiA CON UN
la conducta del sujeto identificado con él estará determi- VIEJO CONOCIDO: FAUSTO
nada por el "no dañarás", y en el extremo inferior estará
el negativo del yo ideal con características .de "agresivo",
y la identificación con éste determinará la conducta Los intentos de aplicar las teorías psicológicas a perso-
"culpable". De esta manera se origina un código de funcio- najes de ficción o a situaciones ajenas a la clínica no han
namiento de la conducta cuyo eje semántico estará cons- sido siempre muy exitosos, y la metodología utilizada ha
tituido por el par bondad-maldad. dado lugar a criticas profundas y valederas (Bleger, 1966).
Como he señalado más arriba a propósito del narcisis- Si bien comparto lo sustancial de las ideas de este in-
mo, el no cumplimiento del precepto moral "no dañarás". vestigador sobre el tema, creo que guardando algunos re-
que lo identifica con su yo ideal, lo hará caer au- caudos en algunas oportunidades presta cierta utilidad.
tomáticamente en la identificación con el negativo del Creo que lo fundamental en estos casos es utilizar al per-
yo ideal, con la consecuencia inevitable de sentirse culpa- sonaje de ficción para ejemplificar o hacer comprensible
ble. la teoría, y no tratar de utilizar ésta para analizar al per-
Cuando los sujetos con esta estructura de personali- sonaje, cosa imposible dado que el psicoanálisis en su as-
dad. que podemos denominar "culposa", se enfrentan al pecto práctico es un procedimiento absolutamente clínico
proceso de envejecimiento o. por diversas razones dentro y sólo aplicable a un proceso que se desarrolla entre un
de la vejez misma, el incremento de la interioridad ad- paciente y un terapeuta, en una situación específica y muy
quirirá las formas de desesperación y nostalgia, se reacti- particular.
vará su confrontación con el yo ideal dentro de la escala Hecha esta salvedad, intentaré utilizar a un personaje
de valores morales que se ha construido a lo largo de su de ficción, Fausto, para ejemplificar lo que he expuesto
vida. y la percepción de su inalcanzabilidad lo colocará teóricamente a propósito de la desesperación narcisista.
ante la inminencia de la caída en la identificación con el Quiero dejar en claro dos cosas: 1) que en lo que va a se-
negativo del yo ideal. Los procesos que se desarrollarán a guir no quiero decir, ni siquiera insinuar, que pienso que
partir de aquí son exactamente los mismos que he des- ésta es la interpretación del significado profundo de la
122 123

L_ __ -~
~
~
obra. y 2) que no es mi intención hacer un análisis ex- de los deseos, el amor a la vida y a la defensa del apego de
haustivo de toda la problemática de Fausto. generalmente los viejos: pero su conducta nos muestra otra cosa.
mal comprendida y reducida a un único -y dudoso- as- Por ese entonces había desarrollado una pasión súbita
pecto. sino que solamente me detendré en las cavila- por una mujer de 30 años, Marianne. que acababa de ca-
ciones nostálgicas del protagonista que culminan en su sarse con su amigo, el banquero Willemer. Para ella escri-
intento de suicidio 3 . Por otra parte, tratar de ir más allá bió varios poemas de amor y "como lo había deseado,
requeriría un esfuerzo enorme, que sobrepasaría las posi- creyó que había encpntrado una nueva juventud". Más
bilidades de este trabajo. y que no estoy seguro de que tarde, a los 72 años, se enamoró perdidamente de U1rica,
tendría mucho éxito, tal como lo anticipara el mismo preciosa joven de 17 con quien pretendió casarse: luego
Goethe en una nota introductoria a esta obra: "Si el libro de consultar a un médico para saber si, dada su edad, era
Fausto tiene o no objeto. si revela o no una tendencia o un aconsejable, solicitó su mano por intermedio del gran
estado sublime y épico: si obliga o no al lector a remon- duque Carlos Augusto. Simultáneamente se había ena-
tarse a esferas elevadas, no es necesario que yo lo diga. morado de otra mujer joven, la célebre pianista Szyma-
Creo firmemente que una inteligencia despejada y un rec- nowska. No se casó: tampoco pudo continuar con la pia-
to juicio tendrán que trabajar mucho para hacerse nista. Entonces escribió: "El universo está perdido para
dueños de todos los secretos que he involucrado en mi mí y estoy perdido para mí mismo, yo que hasta ahora
fábula" (pág.5). era el favorito de los dioses. Me han puesto a prueba. me
Para entender algunos aspectos del personaj~ hay que han enviado a Pandara, tan rica en tesoros, pero más rica
verlos en una perspectiva dialéctica con otros que provie- aun en peligros; me han empujado hacia sus labios gene-
nen de su autor. La vejez de Fausto contiene aspectos de la rosos. Ahora me separan, dejándome arruinado". Cayó
vejez de Goethe, y si la descripción es tan vívida es en una depresión aguda de la que se repuso poco después,
porque. a su vez. fue vivida. Al respecto conviene recordar "pero a partir de ese momento las mujeres no existieron
que si la primera idea de su Fausto fue concebida como más para él, permaneció hasta la muerte obstinado en su
proyecto en su época de estudiante, el manuscrito definl- rencor" (Simone de Beauvoir, 1970).
tivo fue acabado solamente un año antes de su muerte, es Cuando reflexionamos lo que representaba tener 72
decir a los 82 años. años en 1831. época en la que sólo excepcionalemente se
Simone de Beauvoir (1970) considera que Goethe esta- llegaba a los 50. y nos damos cuenta que Goethe era muy
ba satisfecho en su vejez de su situación en el mundo: sin viejo. vemos que el deseo que motiva su conducta es la
embargo, el retrato que hace de este período de su vida búsqueda de un objeto muy joven que le devuelva una
("necesitando una pasión joven para calentarse la san- imagen de sí que le permita sentirse identificado con un
gre") más bien lo describe como utilizando permanente- yo ideal perfecto en el hecho de ser siempre joven y ama-
mente conductas defensivas de sobrecompensación es- do. Su lamento "yo era el favorito de los dioses" es simi-
pecíficamente narcisistas. A los 65 años escribe: lar al de Fausto. "¿Soy un Dios tal vez?" (pág.21). Sólo los
dioses no envejecen nunca.
"Así, anciano alerta, A los 82 años, en la Dedicatoria del Fausto. nos da una
no te dejes entristecer: estupenda descripción de lo que he denominado, a lo lar-
a pesar de tus cabellos blancos go de este trabajo. incremento de la interioridad y del de-
todavía podrás amar". sarrollo nostálgico que ésta adquiere: "Visiones flotantes
que en mis juveniles años os presentasteis ante mi turba-
Abstraídos de la realidad de su vida. estos versos da vista, ¿podré ahora, que reaparecéis, sujetaros a mi
podrían parecer un himno a la búsqueda de satisfacción voluntad? ... Mi corazón se siente aún con fuerzas bas-
tantes para llevar a cabo esta original empresa. ¡Acudís
3 Para lo que sigue me he atenido a la traducción de Francisco Pe- en gran multitud! ... Al aspirar el mágico aliento que ex-
layo Briz realizada para Espasa-Calpe S.A. en 1946 y publicada en la
décima edición de la Colección Austral en 1973. Las páginas entre parén- hala vuestro cortejo, los transportes de la juventud rena-
tesis que figuran en el texto se refieren a las de dicho volumen de donde cen en mi corazón ... la amargura se renueva, el llanto
se han extraído las citas utilizadas. sigue otra vez el torcido y escabroso camino de la vida y
124 125
pronuncia los nombres de los seres virtuosos que. identificándose el sujeto Fausto. Pero. ¿cómo se ha cons-
engañados con la esperanza de un porvenir feliz, han de- truido la escala de valores de Fausto? En el momento en
saparecido antes que yo ... ¡Aquella multitud que con tan- que se desarrolla la acción, el protagonista es un sabio
ta benevolencia me escuchaba, en polvo, en mísero polvo doctor ante quien acuden discípulos de todas partes para
se ha convertido! ¡Ay de mí! Al presente canto para una que les enseñe su sabiduría universal. Al caminar entre
multitud que no me comprende ... Un ardor, no sentido la muchedumbre, "todos preguntan, se acercan, se empu-
por mí desde hace muchos años, me cautiva y me impele jan; cesa la música, se interrumpe el baile; todos se echan
hacia la callada y grave mansión de los espíritus ... Me es- atrás para despejar el camino, los sombreros vuelan por
tremezco. Al llanto sigue el llanto ... Lo que es, lo veo en los aires y poco falta para que doblen la rodilla como lo
lontananza; lo que fue, se presenta ante mis ojos como una hacen ante el Santísimo Sacramento" (pág.40). Es decir
realidad" (la bastardilla es mía). Veremos enseguida que gozaba de un enorme prestigio y reconocimiento ex-
cómo este mismo lamento desesperanzado, con su apela- terno, que además le era generosamente demostrado.
ción final a la muerte, se repite. palabras más, palabras Pero éste prestigio se debía no sólo a su sabiduría sino,
menos. en el viejo doctor Fausto. como dice un viejo aldeano que lo reconoce en medio de
La obra comienza con un "Prólogo" donde el destino de una festividad: "Nos place en extremo el que os reunáis
Fausto, ausente él mismo, se juega en una apuesta entre El con nosotros hoy que es día de regocijo, así como lo ha-
Señor y Mefistófeles. los cuales intentarán dirimir la su- béis hecho otras veces cuando éramos víctimas de alguna
premacía de sus poderes con independencia del sujeto. desgracia. Más de uno de los que me escuchan, si se ha es-
Creo que este pasaje sirve para ejemplificar, a través de capado de la fiebre contagiosa. lo debe a los cuidados de
los dos apostadores, los extremos de la escala de valores vuestro padre. que puso fin al contagio, y también vos, a
narcisistas, el yo ideal y el negativo del yo ideal, entre los pesar de ser un niño. acudíais con solícito interés allí
cuales se decidirá - sin términos medios- el futuro del donde había enfermos: se extraían de las casas multitud
protagonista. simple sujeto descentrado y condenado a de cadáveres. pero vos siempre salíais de las mismas,
una visión imaginaria de sí mismo que lo tendrá atado a sano y salvo. Habéis resistido duras pruebas. El Salvador
falsos valores e ideales. y creyendo que tiene deseos pro- protegía desde el cielo al que nos salvaba" (pág.39).
pios cuando. en definitiva, sólo son deseos de otros. El El padre de Fausto "era un hombre sencillo y honrado
Señor-yo ideal aparece definido por un coro de tres que estudiaba a su modo y de buena fe los secretos de la
arcángeles (pág.13): "tu aspecto infunde fuerza a los Naturaleza, que en compañía de sus discípulos se encerra-
ángeles; nadie puede adivinar su esenéia, y todas tus su- ba en su laboratorio, y en él. siguiendo los preceptos de
blimes creaciones serán admiradas eternamente". antiguas recetas. se entretenía en combinar elementos
Compárese este fragmento con el lamento de Goethe cita- contrarios" (pág.40). Tal como lo era su hijo, había sido
do anteriom1ente donde, entre sus quejas, aparece la de médico, alquimista y rodeado de discípulos. No nos
que sus creaciones ya no son adpúradas. Además, no hay equivocaremos si de aquí extraemos una primera conclu-
que olvidar que el Diablo sólo e$ tal porque siendo ángel sión: esta figura, sabia y poderosa, ha servido como mo-
pecó de soberbia al querer ser como Dios y desde allí cayó delo de identificación para el joven Fausto; la similitud
a lo más bajo de la escala. Es el ángel caído. Como tal, Me- no deja dudas. Pero además, este padre era severo, exi-
fistófeles-negativo del yo ideal, dice (pág.48): "Soy un gente, normativo y con tendencia a sembrar dudas en sus
espíritu que continuamente estoy negando la evidencia de interlocutores. como lo revela un interesante pasaje en el
las cosas, y no me falta razón en parte. porque todo lo que cual un discípulo llega para estudiar con Fausto y apren-
e:x!ste, al fin y al cabo, es una mentira ... si el hombre, ese der toda su sabiduría. Fausto, deprimido. no quiere reci-
ente extravagante, cree componerse de un todo, yo, pues birlo y es sustituido por Meflstófeles, el cual adquiere su
me propongo únicamente de una parte de la parte que en apariencia externa. Se suscita entre ambos - maestro y
un principio era un todo ... (pág.14). Yo sólo me ocupo de alumno- un largo diálogo, tan lleno de reconvenciones
los malos tratos que se le da al género humano ... como paternales. alusiones a la madre. apelaciones al desarro-
siempre, soy de parecer que en el mundo las cosas andan llo infantil, aprendizaje del lenguaje y metodología del
muy mal". Con este negativo del yo ideal terminará pensamiento lógico. que puede ser entendido como la re-

126 127
~
construcción condensada de otros diálogos acaecidos en- se asimila contigo!" (pág. 22) ... "¿Soy un dios tal vez?"
tre Fausto joven y su padre. El discípulo expresa su deseo: (pág. 21).
"Desearía saber mucho. Quisiera conocer muy a fondo El negativo de este soberbio. yo ideal, sabio como un
todo cuanto en cielo y tierra existe. Esto es, quisiera estu- Dios, obviamente es el ángel caído, Meflstófeles. Veamos
diar la ciencia y la Naturaleza" (pág.64). Ante esta exigen- ahora qué le ocurre a Fausto cuando se suscita el conflicto
cia, desmedida por cierto, el sabio padre adopta una con- que le produce su vejez. Al hacerlo, no perdamos de vista
ducta pedante y, al mismo tiempo que comienza a impar- las tribulaciones de su autor señaladas anteriormente: 1
tirle los conocimientos, lo hace de manera tan confusa Marianne, Ulrica, Szymanowska ... El sabio Fausto, vie-
que sólo consigue aturdir y hacer dudar al joven: podemos jo, encerrado en su oscuro gabinete de estudio, rodeado de
suponer que no es más que la proyección de sus propias libros suelos y roídos por los gusanos, de retortas y flui-
dudas frente a la exigencia del conocimiento total. Cuan- dos, alejado del mundo externo que sólo se vislumbra a
do la entrevista termina, a manera de. síntesis el través de pintados cristales. se queja: "Siento hervir en
estudiante le pide que le estampe algunas líneas en su mis venas el fuego de la juventud" (pág. 21) ... "Pero ... ¡Ay
álbum y aquél, solemne escribe: "Seréis tanto como Dios, de mí! ¡A pesar de todos mis buenos deseos, no siento ya
luego que conozcáis el bien y el mal" (pág.68). en mi interior la verdadera satisfacción! ¿Por qué motivo
seca su cauce el río cuando precisamente aumenta la de-
A través de estos pantallazos vemos perfilarse la iden- voradora sed?" (pág. 45) ... "Soy demasiado viejo para an-
tidad de Fausto como el resultado de la dialéctica de las helar diversiones, y sobrado joven para no sentir deseo.
identificaciones que he descripto más arriba. Por un ¿Qué puede darme el mundo? Preciso es que renuncie a él;
lado. la identificación con un padre sabio, médico respe- ¡renuncia! He aquí el precepto que continuamente resue-
tado y admirado, pero a la vez severo, exigente, con dudas na en nuestro oído" (pág. 55).
permanentes de las que trata de escaparse con la adop- Queda aquí claramente expuesta. por un lado la situa-
ción de una conducta defensiva cínica y pedante. Esto se ción conflictiva que sufre el viejo entre sus deseos y su
ve muy bien cuando Fausto. lisonjeado por el pueblo por imposibilidad de satisfacerlos y, por otro, la internali-
su actitud curativa, tanto como la de su padre, dice por lo zación de la visión que de sí - de la vejez- le devuelve el
bajo a su criado: "Este era su modo de emplear la medici- mundo externo: la renuncia como una forma de desapego.
na: los enfermos fallecían y nadie preguntaba quiénes Ante este conflicto se insinúa la retracción y aparece
eran los que habían sanado. De este modo en estos valles como defensa la disociación: "En mi cuerpo habitan dos
y montañas hemos causado, con nuestras mixturas, más almas que separar quisiera: la una, apegada a la vida, se
estragos que la misma epidemia; también yo he dado ve- coge con todas sus fuerzas a este mundo que no quiere sol-
neno a millares de infelices que han sucumbido, y me he tar; la otra, huyendo de la noche que la rodea, se abre ca-
visto obligado a escuchar los elogios que se prodigan a sus mino a través de los espacios donde habitan nuestros an-
audaces matadores" (pág.41). No nos engañemos. Esto, di- tepasados" (pág. 42).
cho así, no es un reproche melancólico, es un ex- abrupto El retiro de la relación con el mundo externo, la vuelta
de cinismo. hacia sí mismo, esto que he denominado aumento de la
Por otro lado, está la identificación con la imagen de sí interioridad, adquiere en Fausto características nostál-
mismo que le brindan los demás: "Seréis tanto como gicas, con afectos dolorosos; la desesperación hace presa
Dios" (pág. 68) ... "Poco falta para que doblen la rodilla de él y la idea de la muerte se personifica: "¡Ay de mí! Con
[ante él) como lo hacen ante el Santísimo Sacramento" laborioso ardor he estudiado la filosofía, la jurispruden-
(pág. 49) ... "El Salvador protegía desde el cielo a quien nos cia. la medicina y también la teología. e, ¡insen sato de
salvaba" (pág. 49). Imagen de sí como un Dios, o en el peor mí!, al presente soy tan ignorante como si nada hubiese
de los casos, protegido por los dioses. De esta manera ve- aprendido" (pág. 19). .. "Con atrevido vuelo empieza la in-
mos constituida la imaginaria escala de valores de Faus- vestigación por aspirar a la vida eterna y , al caer vencida
to, con un yo ideal de perfección narcisista en su sabi- en las luchas mundanales ... la ingratitud aparece en
duría: "¡Oh infatigable Espíritu que flotas alrededor del nuestro corazón y en él engendra dolores crueles; y en él
vasto mundo, mi ser te va comprendiendo cada vez más, y se agita y destruye toda clase de placeres y toda tranquili-

128 129
dad~ (¡J<í.g. 2t3) ... ~ ¡üios mio! El arte es cosa muy larga para piedad me asemejo al gusano que se arrastra y vive en el
SL-r é'q.:a ·cndhla , ¡ay, nuestra existencia es tan corta! suelo y al cual aplasta y sepulta una pisada de un vian-
¡Cuántas dHkultaJes hay que superar para llegar a re- dante" (pág. 27). La depresión clínica no tarda en apare-
monta n::e a los orígenes de las cosas!, y cuando llegamos cer. Angustia al despertarse. desasosiego, insomnio, pesa-
tan sülo a Lt mitad de nuestras investigaciones, bien dillas, autorreproches melancólicos narcisistas: no falta
puede ,,¡¡cede1- que, siendo como somos unos pobres dia- nada. "¿Dónde está Fausto? ¿Serás tal vez tú. miserable
blos, IC'.n~amos un pie metido en el sepulcro ... ¡Esto con- gusano?" (pág. 22) ... "¿Para venir a parar a este desenlace
sume mí cora?.ón!" (pág. 24). triste me habré entregado por completo a la magia?" (pág.
La escak de w\lores narcisista se activa: Fausto trata 19). .. "Por la mañana me despierto sobresaltado. y con
desesperndamente de alcanzar una identificación con su razón podiia llorar amargamente al ver que el nuevo día
yo ideal que le refuerce y devuelva su autoestima en crisis. sigue con rapidez su camino sin dejar satisfecho ninguno
Esto se eJe:inplifica en la obrn con el diálogo que mantiene de mis deseos, al ver que con su curso ahoga toda esperan-
con un espírltu por él convocado (¿alucinado?): "Estáis za de felicidad ... después, al llegar la noche, me acuesto
muy ce1-ca d-:: mi pe1 sana, Espíritu de la Tie1ra: siento au- con desasosiego, y ni aun allí puedo descansar y aun allí
mentar mis fuerzas: anlo, como si un vino nuevo me hu- me llenan de espanto pesados y horroros os sueños" (pág.
biese e1Llbriagc.tdo; rne siento con valor de coner mundo. 55).
de sopuctar placeres y amarguras terrenales" (pág. 21) ... Finalmente, el intento de suicidio: "El espíritu que rei-
"¿Por qué no debo disfrnlar del mundo? ¿Por qué no re- na en mi interior puede conmover profundamente mi ser:
coner el espacio?" (pág. 20) . El Espíritu-yo ideal, le res- no obstante. a pesar de que tiene imperio sobre todas mis
ponde tajante: "Tú te asimilas con el espíritu que te forjas fuerzas, no puede hacerlas obrar en el exterior: por esto
en tu mente; conmigo, de ninguna manera" (pág. 21). me he convencido de que vivir es una pesada carga. por
Fausto. atenado, presa de un estado de tensión narcisis- esto deseo la muerte y aborrezco la vida" (pág. 55) ... "Te
ta, en un úHimo intento de mantener su autoestima repli- saludo, redoma que he cogido con respeto ... compuesto de
ca: "¿Contigo no, y por qué razón? ¿Por qué siendo yo i- jugos que procuran el descanso eterno. extracto de todas
magen de la Divinidad como tú lo eres, no puedo compa- las cosas sutiles que causan la muerte, atestigua tu adhe-
ram1e conlfgo? ¡Oh, muerte!" (pág. 23). En ese momento su sión al que es tu dueño. Yo la he preparado, yo la he esco-
criado !lama a la puerta. Esto lo podemos entender como gidó: ·sea ésta, para mí, la última bebida ... ¡Vamos, ten
una im1pción del mundo e.h.'terno o una reconexión con él, valor para desquiciar las puertas ante las cuales nadie
o como la inminencia de la aparición del negativo del yo puede pasar sino estremeciéndose! Tiempo es ya de de-
ideal representado por el siervo, contrapartida del Señor. mostrar con acciones que la dignidad humana en nada
La imaginaria fantasía comienza su derrumbe: "¡He aquí desvanece la majestad de los dioses" (pág. 38). Pero aun
desvanecerse mi ilusión!. .. Yo. imagen de Dios: yo, que me aquí, en el último momento, se aprecia un intento de ha-
figurab a tener a mi alcance el espejo de la verdad eterna: cer aparecer las cosas como el resultado de una acción
yo, que despojándome de mi naturaleza terrestre. me veía identificada con el yo ideal-dioses; por eso fracasa.
en posesión de la luz y del esplendor celestial: yo, que me Hasta aquí llega la parte de la historla que quería uti-
pensaba saber qué cosa eran los placeres divinos: yo, que lizar para ejemplificar el destino del narcisismo en la ve-
creyéndome superior a un querube, en alas de la esperan- jez, y creo que dificilmente podremos encontrar en algu-
za ilusm·iamente derramaba mis fuerzas libres en las ar- na otra parte una descripción tan maravillosa de este
terias de la Naturaleza: a semejante aparición he debido trastorno como la que ha realizado Goethe. ¿La hizo tan
confesar mi pequeñez ... No: no debo creerme tu igual" bien porque era viejo?. ¿o porque era narcisista?. ¿o sa-
bio? No lo sé. Pero lo que sí sé es que comprendía profun-
e 1
(pág. 26). 1
Imposible ya de mantener por más tiempo la ilusión de
la identificación con el yo ideal, destrozada su autoesti-
damente los misterios de la mente humana. y por eso nos
ha dejado una enseñanza fundamental: no es necesario
e
ma, Faus to se precipita en su caída hacia el negativo del que el yo ideal sea un Dios para conseguir la inmortali-
yo ideal: "No, no soy igual a los dioses, ¡bien lo veo! dad: él no lo era, y la consiguió.
¡Comprendo lo miserable que es mi estado! Con más pro-
1 130 131

i
t::8

Bleichmar, H.: El narcisismo. Estudio sobre la enuncia-


7. CONCLUSIONES · ción y la gramática inconsciente, Buenos Aires, Nueva
Visión, 1982.
De acuerdo con lo que he expuesto creo que no es exacto de Beauvoir, S.: La vejez, Buenos Aires, Sudamericana,
considerar el "incremento del narcisismo" en los viejos 1970.
como un fenómeno universal y constitutivo de este Diccionario de la lengua española, Madrid, XIX ed .. 1970.
período de la vida. Es una expresión vaga, no explicativa Erikson, E.: Identity, youth and crLsi.s, Nueva York,
y que, dada la extensión que el término tiene en psi- W.W. Norton & Company Inc .. 1968.
coanálisis, ayuda a confundir más que a aclarar las co- Ey. H.; Bernard, P. y Brisset, Ch.: Tratado de psiquiatría,
sas. Madrid, Ed. Toray-Masson, 1969.
Lo que sí debe considerarse un fenómeno universal es Fossi, G.: "Nonnalidad y patología del narcisismo", Rev.
el incremento de la interioridad como resultado de la Argentina de Psicoanál. XXXVI, 1, Buenos Aires, 1979.
disociación que produce el conflicto de envejecer o ciertas Freud, S.: "Introducción al narcisismo", O.C. XIV, Buenos
situaciones vitales dentro del proceso de "ser viejo". Aires, Santiago Rueda Editores, 1914.
Cuando este repliegue sobre sí mismo tenga las carac- Goethe, J. W.: Fausto., Madrid, Espasa-Calpe. lOa. ed.,
terísticas de reminiscencia, el resultado será conseguir la 1931.
ú1legridad del sujeto, y por consiguiente se favorecerá un Joffe, W. G.; Sandler. J. y col.: "Algunos problemas con-
adecuado proceso de envejecimiento. ceptuales en la consideración de los trastornos del
Cuando, por lo contrario, adquiera la forma de nostal- narcisismo". Rev. Argentina de Psicoanál. XXV, 2, Bue-
gia no será posible adquirir la integridad y en su lugar nos Aires, 1965.
aparecerá la desesperación. Kaplan, S. y Whitman, R.: "'The negative ego ideal". Int. J.
Según la personalidad previa de cada sujeto, ésta ad- Psychoanal., XLVI, 1965.
quirirá la forma de desesperación narci.si.sta o culposa. lo KusnetzofI, J. C.: "Diferentes conceptos de narcisismo en
cual determinará cuadros psicopatológicos con muchos la obra de Freud", Rev. Argentina de Psicoanál.
elementos en común y algunos diferenciales. Las conduc- XXXVII, 1, Buenos Aires, 1980.
tas defensivas que se pongan en juego para contrarrestar La planche, J. y Pontalis, B.: Vocabulaire de la psychana-
la ansiedad que se genera podrán ser eficaces, en cuyo lyse. París, Presses Universitaires de France, 1967.
caso se restituirá un equilibrio. generalmente transito- Liberman, D.: La comunicación en terapéutica psicoa-
rio, o fracasarán, y entonces aparecerá una depresión nalítica, Buenos Aires, Eudeba, 1962.
clínica con todo su cortejo sintomatológico. McMahon, A y Rhudick, P.: "Reminiscing in the aged", en
Creo que esta forma de encarar las vicisitudes del en- Psychodynamic studies oj aging, Nueva York, Interna-
vejecimiento nos brinda un marco conceptual más am- tional Universities Press, 1967.
plio para comprender la psicología de este periodo de la Sabsay de Foks, G.: "Función y estructura narcisista". XIº
vida. así como la de la psicopatología que en él puede Congreso Psicoanalítico Latinoamericano, Buenos
estar involucrada, al mismo tiempo que reduce a su ver- Aires, 1976.
dadera significación la expresión "incremento narcisis- Vidal, G.: "Salud y enfermedad", en Enciclopedia de Psi-
ta". Este pasa a ser solamente una de las posibilidades quiatría, Buenos Aires, El Ateneo, 1977.
que se pueden presentar y, como he señalado más arriba,
es la consecuencia y no la causa del incremento de la
interioridad.

8. BIBLIOGRAFIA

Bleichmar. H.: La depresión. Un estudio psicoanalítico,


Buenos Aires, Nueva Visión, 1976.

132 133
,,,
tablemente, y en un determinado momento, va a tener
5. LA SEXUALIDAD EN LA VEJEZ que reorganizar su relación consigo mismo y con los
otros cuando la primacía de la genitalidad haya dejado de
ser dominante en la organización sexual.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué los seres humanos, en
nuestra individualidad o en nuestras organizaciones so-
ciales, reprimimos tan férreamente nuestra relación con
la sexualidad de los viejos?
En primer lugar, podríamos decir que tal vez no sea
una excepción, sino que forma parte de una dificultad
genercQ~c:lª- para llegar al cono-crrrilen1o último, cientí-
llco, de la sexualidad en sus aspectos fisiológicos..__Qsi-
a~l@fi~§~-º---ª-º-Giales_,_y_gguramente no estar~a-
Es conocido por todos la enom1e cantidad de trabas,
l. INTRODUCCION internas unas, externas las otras que a lo largo de la his-
toria del desarrollo científico se han opuesto a su conoci-
Hace un tiempo fui invitado a dar una conferencia so- miento.
bre temas generales de psicogeriatría en una prestigiosa "Todas las evidencias indican con claridad que, tanto
universidad de Buenos Alres como parte de su programa en lo individual como en lo colectivo, nuestra inestabili-
de psicología evolutiva. Como la profesora me había ad- dad sexual, culturalmente inducida, ha traspasado los
vertido que los alumnos estaban muy entusiasmados con límites concernientes a la profesión ... ¿De qué modo
el tema y que querían saber lo más posible sobre la pro- pueden los biólogos. los partidarios de esta teoría, los
blemática de los viejos no encaré ningún punto en espe- teólogos y los educadores insistir a conciencia sobre la
cial, sino que planteé mi participación infom1almente, continuación de un estado masivo de ignorancia de la res-
les solicité a los oyentes que trataran de establecer un puesta sexual humana, en detrimento del bienestar de
diálogo a partir de sus deseos y dudas y que, en función de millones de individuos? ¿Por qué las bases de la fisio-
sus preguntas, yo iba a tratar de devolverles mi experien- logía sexual humana deben crear altos niveles de discon-
cia clínJca. Como podría esperarse del público que tenía, formidad personal entre cada hombre y mujer responsa-
la exposición se fue desarrollando en un nivel muy ade- bles de la dirección de nuestra cultura? No existe hombre
cuado, pero habiendo transcurrido un·poco más de una ni mujer que no tenga que encararse alguna vez con las
hora de diálogo me di cuenta de 'que aún no había sido for- tensiones sexuales. ¿Puede permitirse que esta fase de
mulada una pregunta fundamental, a pesar de que tan- nuestra vida, que afecta a más personas que ninguna otra
gencialmente yo había tocado algunos puntos que hubie- respuesta fisiológica y es tan necesaria a nuestra existen-
ran dado pie para introducir el tema. Obviamente, el tema cia, deba permanecer sin el beneficio del análisis objetivo
evitado era el correspondiente a la forma y función de la y científico? ¿Por qué entonces la ciencia y los científicos
sexualidad en los viejos. continúan dominados por el miedo - miedo a la opinión
Cuento aquí esta anécdota porque muestra en todo su pública, a las consecuencias sociales, a la intolerancia re-
dramatismo la gravedad de las dificultades para encarar ligiosa, a la presión política y, por sobre todo, al fanatis-
este tópico. El público era un calificado auditorio de gente mo y al prejuicio- tanto dentro como fuera del mundo
joven, universitaria y, más aun, de una carrera en la cual profesional?" (Masters, W.H. y Johnson. V.E .. 1978).
el tema de la sexualidad se trata en fomrn exhaustiva. Afortunadamente, la capacidad, el tesón y la falta de
Pero aun así, esta gente se abstenía de preguntar, de saber, temor, tanto de los autores citados como de KnifTt-Ebing,
de investigar sobre la sexualidad de los viejos, lo cual lle- Havelock Ellis, Van de Velde. Dickinson. Kinsey, Calde-
vado a sus últimas consecuencias significa negarse a re- rone y, sqJ~~e todo, Freud y sus continuadores, nos han
conocerse como los depositarios de un cuerpo que inevi- permittdq modificar, aunque muy lentamente, este esta-
do de .9º~ªS :Y poco a poco hemos podido ir estructurando
134
135

[
nuestros conocimientos en un cuerpo de doctrinas que, cultura judeo-cristiana- con la fuerte influencia victo-
gracias a la interconexión de diversas disciplinas. al riana de fines de siglo pasado. Esto es especialmente no-
modificar nuestros prejuicios posibilitan establecer table en los pacientes que vemos hoy en nuestra práctica
sólidos conocimientos científicos. En la medida que esto clínica. En 1988, las personas viejas han nacido en el
se ha desarrollado, paralelamente y como consecuencia primer cuarto de este siglo y. por lo tanto. gran parte de e-
lógica, se ha producido una modlficación paulatina de la llas provienen de familias constituida~ en el siglo pasa-
conducta sexual humana manlfiesta. aunque, necesario do. El psicoanálisis nos ha familiarizado con la noción
es reconocerlo, también ha proliferado. como un subpro- de que el individuo construye su identidad por identifica-
ducto inevitable. una considerable industria de la porno- ción con las figuras signlficativas de su infancia. Este
grafía en razón directa del grado de represión anterior. proceso de identlficación es muy complejo e incluye for-
Afortunadamente, esto último será sólo transitorio en mas y grados distintos, pero hay una especialmente sig-
tanto el auténtico conocimiento científico seguirá su de- nificativa y es la que se refiere a la identificación con las
sarrollo. conductas normativas (superyó) y que se establece en re-
Hoy conocemos las intrincadas fantasías que configu- lación con las conductas normativas de los padres. Por
ran el mundo Imaginario de la relación del sujeto-niño consiguiente, estas conductas que abarcan todo lo que el
con las pulsiones sexuales y las zonas erógenas: la com- sujeto "debe ser" y todo lo que "no debe ser". y que inclu-
pleja relación simbólica del sujeto-adolescente con su ne- yen la constitución de una escala de valores en cuyo extre-
cesidad de afirmarse en su identidad sexual atrapado en mo superior está el yo ideal (narcisismo) y en el otro e.-"'C-
la dialéctica de su deseo; y la ominosa presencia de una tremo el negativo del yo ideal. se establecen con normas y
borrosa realidad cultural preexistente que determina al valores vigentes en el siglo pasado, muy dificiles de mo-
sujeto-adulto en la más variada búsqueda de alivio a ten- dlficar por sí solas. ·
siones sexuales que generalmente escapan a su posibili- Esta visión puritana de la sociedad despliega sus as-
dad de conductas instrumentales adecuadas. Sin embar- pectos moralistas en conceptos tales como que la sexuali-
go, una mano misteriosa parece haber detenido las cosas dad en los viejos no es ni posible ni necesaria, y si ocurre.
en este punto. y lo referente a la relación del sujeto-viejo no es normal. Se constituye así un doble juicio de valores.
con su sexualidad. en cualquiera de sus órdenes, sigue Por un lado se niega la sexualidad y la idea de su presen-
siendo inexplorado y una espesa cortina de prejuicios, fa- cia escandaliza. y por el otro se torna fuerte el clisé de
lacias y cientificismo vician nuestra visión. Pero se nece- "viejo verde". 'El viejo queda de esta manera atrapado en
sita algo más que la simple determinación consciente la disyuntiva de no tenerla o tenerla. pero ser desplazado
para solucionar este déficit. por enfermo. Simone de Beauvoir (1970) dice: "Otra barre-
Cuando comenzamos a trabajar en el Centro de Salud ra es la presión de la opinión. La persona de edad se pliega
Mental Nº 1 confeccionamos una hoja que servía de guía al ideal convencional que le es propuesto. Teme al
para las primeras entrevistas que debíamos realizar con escándalo o simplemente al ridículo. Se vuelve esclava
los pacientes viejos y. a pesar de que en ella constaban ex- del qué dirán. Se imbuye de las consignas de decencia, de
presamente preguntas sobre el manejo de la sexualidad, castidad, impuestas por la sociedad. Sus propios deseos le
nos llevó algo más de un año conseguir que los entrevista- avergüenzan, los niega: se rehúsa a ser ante sus propios
dores - médicos y psicólogos con muchos años de expe- ojos un viejo lúbrico. una vieja desvergonzada. Se de-
riencia- las formularan. Siempre había excusas de algún fiende de sus Impulsos sexuales al punto de reprimirlos
tipo: "No tuve tiempo", "Me olvidé", "Estaba sobreenten- en el inconsciente".
dido", etcétera. Para entender esto es preciso señalar que lo que aquí
¿Cómo debemos entender esto? Ciertamente no hay aparece denominado como opinión pública. desde el suje-
una respuesta unívoca. Una serie de factores de diversa to pertenece al orden imaginario del deseo en el cual éste
índole confluyen para explicarlo. es el deseo del "otro" al mismo tiempo que se desea ser de-
En primer lugar veamos lo que concierne a los viejos seado por el otro. Dentro de esta perspectiva, el acata-
en sí mismos. Hay que reconocer que aún hoy subsiste miento por el sujeto de lo que cree que el otro espera de él
una fuerte ola de puritanismo que se enraiza - en nuestra adquiere capital importancia para su equilibrio narcisis-

136 137
ta. sobre lodo lraljnclo::,-: de una edad en la cual el indivi·· do por legis ladores y poetas, casi tod os han caído en esla
duo Sé ve ,J-ecL.,cto - real u fanláslicamente- por una sen- trampa que ha acarreado graves consecuencias. Los mis-
sación de pérdic!a pumanenk en sus relaciones objetales mos movimientos ele reivindicación feminlsta en sus co-
y por el k1nor d e dejar de ser deseado. mienzos no pudieron sustraerse a la ideología de su época.
Esta moral pudtana impone al mismo tiempo la pro- y cuando hoy estudiamos la historia de sus organiza-
hibición d e verbalizar es ta J)rüblemálica . lo que implica ciones y sus ideales, vemos muy claramente que éstos
que a la <.r1g11slia pruveukntc de la con11Jctiva individual consistían simplemente en ser como los hombres. ser
se le suma la imposibllidad de buscar ayuda. Con la pro- hombres. Se partía, por supuesto, de la idea de que los
pia pareja no se habla de estas cosas; o se tiene relaciones hombres eran superiores y hacia esa superioridad iguali-
o no se la ~ tlcn.::, pero no se habla . Con los amigos no se taria se tendía.
puede por d temor al ridículo, y si se pudiera no serviría En ninguna conducta humana se ve con tanta claridad
de mucho. atr•:qiados ellos mis mos en problemáticas si- esta distinción en dos categorías disllntas como en lo
milares. Los hij os s uele n ser malos receptores de estos concerniente a la sexualldad. "Corno se puede imaginar a
conflictos, Jado que b. anguslla que en ellos se genera priori, dada la diferencia de su d estino biológico y su sta-
suele traducirse en escapismo o en conductas reacUvas al~ tus social, el caso éle los hombres es muy diferente del de
tamente desfavorables. El consejo religioso indicará re - las mujeres. Biológicamente, los hombres están en mayor
signación. Sólo queda el médico. Pero muchas veces, desventaja; socialmente. la condición de objeto erótico
cuando empujados por una tensión sexual insostenible o desfavorece a la mujer. Enraizado en un hecho biológico,
por conílictos de pareja por desaveniencias sexuales, al- el hombre, .desde ruño encuentra en 1m pene up _objeto va-_
gunos viejos se deciden a consultar abiertamente, suelen Joriza9o. y ~Dz.anle-de.si.L:personalidad -y -sobre_la _valu::-
chocar con el sllencio cómplice de los profesionales. So- rización de este_Qbjeto prlrnerQ_y_Q~ _ su fonció.rL.después.
bre este punto volveremos más adelante. -- esti-'uctura-gran parle de Sil narcisismo.._ E11 su pene sue-
Ahora bien. la impronta que esta moralldad ha dejado conoceelnombre toda su vida y en él se s!t;~I!te en peligro .
en la generación vieja no es la misma para los hombres El traumatrsmo narcISISta que--feme es una falla de su
que para las muj tres. Durante cinco ai'iós de trabajo en sexo: la imposibilidad de llegar a la erección. de mante-
nuestrv servicio, de 102 hombres entrevistados ·el 6 % nerla, de satisfacer a su companera"(Shnone de Beauvoir,
manifestó consultar por problemas de índole sexual, in- 1970).
cluido uno de 80 ai'ios a quien se le había prohibido tener Se comprende que la tensión narcisista de ciertos
relaciones por un infarto reciente. y que alegaba que su hombres ante las caracteristicas particulares que el enve-
mujer había convencido al médico que lo atendía y que jecimiento impone a su íunción sexual, se traduzca en
aprovechaba la circunstancia para negarse sexualmente. severas crisis de ansiedad y en fuente de crecient~s difi-
1
En cambio sólo el 0,9 % de 21 8 mujeres entrevistadas cultades en su relación intersubjetiva con sus "objetos"
consultó por ese problema; el resto. cuando eran interro- eróticos. De esta desventaja biológica no se puede escapar:
gadas activamente por los entreyistadores sobre si tenían al hombre se le nota y no hay simulación posible. Es fácil
relaciones sexuales. manifestaban, como respuesta Upo:
"¡Ah no!, por suerte ya no más". Más adelante veremos
comprender la enorme trascendencia sobre los desajustes
psicológicos que este hecho tiene, sobre todo en culturas
e
que estas estadísticas nuestras concuerdan bastante con como la nuestra donde el falocentrismo mencionado se
las realizadas en otros lugares y por otros investigadores. traduce en el conocido "machismo".
Entre tanto tratemos de explicar por qué se produce esta $1 bien la. mujer - como veremos en detalle más ade-
discrepancia. lante- es m...ás eslahle...biológicamente, su desventfilª-§Q::.
Nuestra cultura está hecha por los hombres y para los -cial es tremencta ~- bas -viejas que actualmente vemos en la
hombres y por lo tanto podemos hablar de una cultura clínica. aun con diferencias particulares dependientes de ~
falocéntrica. La mujer ha sido considerada a través de los su ubicación social, presentan un cuadro con bastantes
tiempos corno un individuo de segunda categoría. Desde
cierto grado de Ignorancia popular hasta el portentoso
similitudes. Casada muy joven, sin experiencia sexual
previa, sin apoyo materno significativo en cuanto al
e:
pensamiento científico de algunos grandes sabios. pasan- aprendizaje y, lo que es peor. con una madre que frecuen- e
138 139
e:
temente se ha presentado ante ella como un modelo de (1971). convertidos en Minmigrantes perpetuos" en el
identificación sexual negativa, afronta· "el matrimonio mundo en que viven.
con una clara situación de desvenlaja con respecto ,a su A esto se agrega el enorme vuelco que a partir de la dé-
marido y con una free;: u ente sensación de temor. allí cada de i960 ha experimentado la condición de la juven-
donde no debería haber más que deseo eroUzado y expec- tud en todos los órdenes del contexto social. Súbitamente
tativa J?lacentera. Lamenlablemente este temor se ve mu- la Juventud fue catapultada al primer plano de las artes,
chas veces confirmado por la actitud ignorante, inhibida. deportes, política y negocios, y como consecuencia, estos
desconsiderada o brutal - según los casos- de su pareja. y jóvenes exitosos se ofrecieron como modelos de idenliii-
la búsqueda de placer y satisfacción a las tensiones cación horizontal de su generación, desplazando a los
sexuales, poco a poco va dejando paso a una actitud de re- mayores. quienes hasta entonces habían ocupado ese lu-
signación y de aceptación pasiva de un papel de simple gar.
objeto para satisfacción sexual del marido..._Se. comprende En otro trabajo (1973) he señalado que Men lo cotidiano
así _q!,l~_yna gran mayoría de las mujeres vleja~s hay un hecho de objetivación muy simple a la par que di-
actualmente en la consulta vivan la interrupción de la vertido: no hace muchos años, los J9y~_nes qtJ_eri_a_!!_llegar
scic.ualldacCColllOJ..lILliliyJo,_comO--Una llheracion de un rápidamente a ser · randes' paravesUrse como sus padres
sometimiento sufrido durante_gr.an-parte de s11 vida. No es (sombrero, tacos altos ,--en.Tanlo_que::li:ay-=_en_día la motla
de extrañar entonces que según el doctor Eric Pfeiffer la impone la juventud, pues son los padres losqueestán
(1969), conductor del Centro para el Estudio del Envejeci- cÜñipelrdosacopiarlos--só_ p_ena de quedar obsoletos".
miento y Desarrollo Humano de la Universidad de Duke, como-ocurre con toda mariilestacfon deslacabk en 11ues-
EEUU, "el 48 % de las mujeres entrevistadas y seguidas tra cultura actual el mercado de consumo se apropió de
durante un periodo de 15 años, habían detenido su activi- este encomiable avance y lo comercializó en slogans tales
dad sexual cuando sus maridos caían severamente enfer- como Mla generación de Pepsi" o "el mundo de Coca-Cola".
mos, se volvían impotentes o morían". Lobsenz (1974) señala: "Otra fuente de puritanismo sexual
contra la vejez son los clisés de una sociedad fijada a la
Pero si esta moralidad puritana de mantenimiento en juventud. Los avisos comerciales de la televisión nos dan
la oscuridad de este tema, aun a costa de las enormes con- un estereotipo en el que la sexualidad existe sólo para la
secuencias psicosociales que acarrea. es particularmente gente linda con músculos duros y cuerpos ágiles; la idea de
notoria en los viejos que vemos actualmente, no por eso personas viejas gozando - fofas, arrugadas y todo lo
es menos importante en quienes debemos tenerlos a nues- demás- se nos aparece primero como lúbrico y luego
tro cuidado. Me refiero a los profesionales médicos. como repugnante". __Influe~~~por lo~~_s__ rnasivos ,
psicólogos, enfermeros o asistentes sociales. A las ra- de COil.lJ:!!!kaclón lá-jY-v-@nw&-h-a-tmm~do.-pei:--~reerse.Ja_, \
zones que hemos señalado más arriba, todas ellas valede- -dej)Ositaria de la totalidad de la sexualidad y_ _Qel _plªG~I.._. .J
ras y aplicables en este caso, hay que añadir algunas ~ande>yaescfill.flCfífüliLla de los viejos;. La doctora
otras. derivadas del hecho de que, generalmente los profe- Mary "Cal~Directora Ejecutiva del Consejo de Edu-
sionales somos más jóvenes que nuestros pacientes. lle- cación y de Información Sexual de EEUU y una de las au-
gando a configurarse diferencias mayores de treinta o toridades mundiales en educación sexual, fue llamada en
cuarenta años. Esta diferencia necesariamente introduce una oportunidad para responder a preguntas sobre el
puntos de vista distintos, puesto que, si como señalé más tema. ante una audiencia de jóvenes de colegios secunda-
arriba. aquéllos han nacido en el primer cuarto de siglo, rios. Cuando un desprejuiciado joven le preguntó sorpre-
los últimos son de la segunda mitad y herederos del tre- sivamente M¿Cuántos años tiene usted? ... ¿Es usted casa-
mendo avance tecnológico que, como sabemos, ha supera- da? ... ¿Todavía tiene re.Iaciones sexuales?". los estudian-
do en lo que va del siglo a lo conseguido con anterioridad tes prorrumpieron en risotadas. La doctora Calderone.
en toda la historia de la humanidad. La convivencia co- portadora de una personalidad caracterólogtcamente
tidiana con estos desarrollos que sienten como suyos pro- fuerte, cuando las risas se aplacaron, dijo: MLa respuesta a
pios. marca la diferencia con los viejos. que difícilmente la primera pregunta es 64 ... y la respuesta a las otras dos
puedan adaptarse y quedan, al decir de Margaret Mead es sí". Luego agregó: MLajuventud no tiene el monopolio de

140 141
la sexL1alidad ... eso ts alGo que irá con ustL:t.les toda la co conocimiento científico sólo podernos 1üa11ejarnos con
vida" ( 1060). seudoconocimlentos. mezcla de vrej uiclos y falacias.
_ _Al gr.garse__<:!_!_~~g~1ocer la sexualidad.. de los . viej~s Para romper esta visión enónea t1ebemos comenzar por
_jó~c:nr~ ~ y l(l_?_ad ult os Sf' n tecan a reconoc..e.r,se a síIDlli_rnos revisar cuidadosamente las ilwestlgacioues realizadas
en los viejos c1.w~ secán, en si is-deseos y en S.Llli_Qosibili- hasta el momento. las que nos mm·canin cuál es la reali-
. dades. y t~sto. ~-,¡ no h:Lmo.dlflcan lnevitabl.e.n1ente les dad que subyace en la intimidad de la vejez .
ªc::ar_ITar:i. trtrr!_end;:is consecuencias cua_ndo no sepan
córnu-1idlar__.cmLlfl vejez. Para comprender las dificul-
tades que enfrentan los profesionales jóvenes para abor-
dar el tema de b sexui1lidad y la vejez, a estas razones 2. DATOS ESTADIS'l1COS
ideológicas hay que agregarles otras. psicológicamente
más profundas. Eu la d¿cada de 1940. AHn:d mnsey, tll'c.fr:sor de zoo-
El coni11clo triangular edípico, con todo el interjuego logía de la Universidad de lndia1rn. EEUU. emp rendió po1
de alianzas erolizadas y exclusiones: las fantasías de la primera vez la enonne tarea de estudi<.tr la cu11ducta se-
pareja combinada. el ataque intrusivo por parte del niño xual humana. y sus resullados fu(:rcn prt~~<.:ntados en
y la posterior renuncia represiva a la que tiene que some- 1948 y 1953 en libros separado::>. con co11chuiones sobre
terse para poder asumir su propia identidad, retomarán hombres y mujeres. respectivamente. Su rnHodo consls-
luego desde el inconsciente como una negación casi uni- tió en entrevistar a 12.000 personas (5300 hornbrcs·y
versal de la sexualidad de los propios padres. y por des- 6700 mujeres) y aplicando luego tablas y gráficos de tabu-
plazamiento defensivo se extenderán a todas las personas lación estadística. de manera que los datos que poseernos
, mayores. ~ceptar-1a-sex.ua1Wad de los victos ilpQli_C.ftrá son de naturaleza f undarnentalrnenk socioló!~lca y ca::;!
: aceptar la pe los propios padres y, al hacerlo, reinstalará no dan cuenta de los aspeclos psicológicos ni fisiológicos
p:!__2!Iffiillvo objeto del deseo tofantJl~ntonces el joven involucrados. No hay demasiados datos en lo que a la w.
fdeherá.enfreniarn.e con una nueva lllesta en escena de un jez se refiere, dado descaso número de viejos entrevista-
. \ cq!:![J~ct0 knlldo a la vez_gue dolorosa, ya Qlle lleva el se- dos (126 hombres y 56 mujeres rnayores de üO aüos). El
llo inel11ctªhJ.e:_de..la-prlinera-·EltS1Tota. hecho de que solamente el 1.5 % de los entrevistados fue-
· ·· · Eii. fu pe:r:;istcucia activa de este conílicto inconsciente ran mayores de 60 años, en tanto que la población mayor
debemos buscar las razones profundas de nuestras difi- de 60 constituía entonces el 14 % de la población tctJ.l de
cultades profesionales -y también como individuos- EEUU, ejemplifica muy claramente la dificultad que
para cornprénder y desarrollar cientilkamente el conoci- señalé más aniba. Pero hay otro hecho má :~ Jnleresante y
miento sobre la sé:Xualidad en la vejez. Pero debemos sa- significativo. Mientras el estudio estadí.:>tico de lo:> hom-
ber que si no conseguirnos hacerlo estamos expuestos a bres, sin ser demasiado amplio, arroja algunos datos im-
sufrir una segunda y definitivi:l derrota: no poder com- portantes, no ocurre lo mismo con el de las mujeres. Casi
prender n1 manejar nuestra propia sexualidad cuando no se puede recoger algo que vaya más allá del problema
nuestras limitaciones psicofisiológlcas nos muestren que de la menopausia y de sus consecuencias.
hemos llegado a la vejez. Para lo que concierne a nuestro estudio sólo voy a
Resumiendo. la persistencia de conflictos infantiles señalar que, según este informe, el trazado de la curva que
inconscientes en relación con nuestros propios padres - mide en los hombres la relaeión de la impotencia con la
reales o imaginarios- : la persistencia de concepciones edad es la siguiente: 55 años, 8 %: 60 aüos, 10 %: 65 años,
ideológicas moralistas, transmitidas por el inteijuego de 25 %: 70 años. 27 %; 75 años, 57 % y 80 años. 75 %.
las identificaciones primarias y la reactuali+ación repre- Años más tarde. en el Centro de Estudios para el Co-
siva impuesta por factores dominantes en nuestra cultura nocimiento de la Vejez en la Universidad de Duke. EEUU.
actual. se conjugan para mantener una conducta de nega- el doctor Eric Pfeiffer realizó un estudio longitudinal. es
ción activa sobre el conocimiento psicobiosocial de la decir de entrevistas realizadas con los mismos indivi-
sexualidad de los viejos. convirtiéndola, de hecho, en un duos durante 15 a 20 años. Si bien los resultados no son
problema. En lugar de poder acceder a ella con un auténti- fáciles de obtener y además son de compleja interpreta-

142 143
ción, hay algunas cosas que mencionar y que refuerzan y las clases acomodadas. Los obreros, los campesinos tie-
valoran el estudio de Kinsey. nen deseos más directos. menos sometidos a los mitos
Aquí encontramos que 2 de cada 3 hombres mayores eróticos de los burgueses: los cuerpos de sus mujeres se es-
de 65 años y que 1 de cada 5 mayores de 80 años son acti- tropean rápidamente sin que cesen de tener relaciones
vos sexualmente y que en los últimos, si bien su actividad !· con ellas; viejas. les parecerán menos arruinadas que en
declina. su interés continúa. La mitad del grupo de 80-90 el caso de los privilegiados. Además, se imaginan menos
años manifestó un moderado grado de interés. Estos da- a sí mismos que los empleados de oficina. Y se sienten
tos fueron confirmados por un interesante e inquietante menos molestos por la censura social. A medida que se
estudio realizado por el doctor Charles Fisher en el labo- baja en la escala social. aumenta la indiferencia a la opi-
ratorio para el Estudio del Sueño del MountSinai Hospi- nión. Los viejos que viven al margen de las convenciones
tal de Nueva York. Este investigador desarrolló técnicas - linyeras y vagabundos. pensionistas de asilo- tienen
para estudiar los periodos de sueños que se producen du- relaciones sexuales sin avergonzarse, incluso delante de
rante el dórmir y por la aplicación de una compleja red de testigos" (Simone de Beauvoir, 1970).
electrodos detectó que durante el soñar. los sujetos mue-
ven los ojos siguiendo la dirección de la escena en la que
se desen\fuelve el sueño. A esto lo denominó periodos 3. DATOS FlSIOLOGICOS
REM (rapld eyes movemeni). Estos experimentos han sido
ampliamente difundidos y se conocen universalmente. de Los datos de estas encuestas, si bien deben servirnos
manera que no me extenderé sobre ellos. Pero hay uno como referencia, tienen el inconveniente de que desnatu-
que nos interesa especialmente. ralizan un tanto las observaciones por el afán de forzar
El doctor Fisher desarrolló técnicas para detectar y las comparaciones estadísticas. Eran necesarias nuevas
medir las erecciones peneanas que se producen durante investigaciones. realizadas con análoga minuciosidad
los períodos REM. Luego reunió un grupo de 21 hombres pero que no se atuvieran solamente a los aspectos socio-
entre 71 y 96 años. los cuales pasaron varias noches dur- lógicos del problema, sino que incluyeran los datos de la
miendo con los aparatos que registraban el traza do elec- fisiología, y esto se logró más de 20 años después de apa-
troencefalográfico y la posible erección peneana. Durante recer estos trabajos pioneros.
los períodos REM. el 75 o/o de los hombres - incluido el de William H. Masters y Virginia E. Johnson. investiga-
96 años- tuvo erecciones. Todos los sueños que luego fue- dores de The Reproductive Biology Research Foundatlon
ron relatados tenían algo que ver con temas sexuales. de St. Louis, Missouri, fueron los encargados de un estu-
Volviendo al estudio de la Universidad de Duke. las cifras dio minucioso y profundo sobre la fisiología de la res-
de las mujeres son totalmente distintas y revelan muy puesta sexual humana en sus más variadas formas. Para
claramente las diferencias que para ambos sexos he ello no sólo apelaron al interrogatorio de un _elevado
señalado más arriba; como ejemplo digamos que una de número de personas de ambos sexos y variadas edades.
cada 3 mayores de 60 años comunica interés sexual pero sino que en sus laboratorios observaron directamente las
sólo una de cada 5 tiene relaciones. respuestas de los sujetos durante el desarrollo de las fun-
Otro punto que es importante señalar y acerca del cual ciones mismas. Se pudo así. por primera vez, tener un
hay coincidencias en los estudios de Kinsey y de Pfeiller acceso directo al estudio científico de las funciones fi-
es que existen diferencias notorias en el comportamiento siológicas que son parte de conductas que hasta entonces
sexual. según la clase social a la que se pertenezca. En habían estado reservadas sólo a la intimidad de las alco-
general, los sujetos ..perte.n.~~ient~s a las clases m~aJ_a bas o a la promiscuidad de la pomografia.
y -~ajá son más activos sexu ue lo s A pesar de que los resultados de sus investigaciones
mediaru a y a ta. y los hombres de campo lo son má~e han sido ampliamente difundidos en varios libros de
1los -:-cte::ras-Ciüdafils.
- ªLa condiclon social del sujeto influye
en sus actividades sexuales. Estas se prolongan más entre
capital importancia, en este punto me extenderé en la re-
producción y consideración de algunos de sus descubri-
los trabajadores manuales que entre los intelectuales. en mientos por dos razones fundamentales: 1) porque parece
los hombres cuyo nivel de vida es más bajo que en los de increíble que, no obstante la seriedad e importancia de
144 145
k
estos estudios. la cnom1e mayoría de los psicoanalistas, veJiga y recto). A los fines aquí considerados voy a res u -
1
'
psicólogos y psiquiatras continúan Ignorándolos a pesar mir las principales características.
~ ·¡
de que - o tal vez a causa de que- muchas de las teorías Con la edad dismlm1~a..reac.clón_ m1rrnal de vasoul
sexuales que integran sus esquc:mas refere111ciales han de- laÚ~Jón:::de_.los senos frent.e__aL.aum~ la tensiór1-se -
jado de tener preeml.nencia a la luz de estos resultados. En -xu;:i.Ly,~J2QLC.on_slgulent e DQ3S. produce §Li_caraCterístlco
esto se le hace muy flaco favor al genio investigador, aumento de tamaño. Sin embargo. l_g_ ~g_cc!.(:>n del ~ón
abierto y dúctil de Freud, quien sostenía: "Debería acla- -~QHlO-s.igno externo de elevada tensión sexual, se mal1-
rarse con toda precisión que lo incierto de nuestras ·~su respuesta a cualquier Upo de estímulo es-
teorías ha a1~mentado la necesidad de indagar en las cien- pecífico efectivo se produce co11 faciliclacl. La vasodilala-
cias bioló[')cas. La biología es verdaderamente un campo ción __~~-eerü~al que se traduce en enro1eci1!!leiit9 dealgu-
de· posibilidades ilimitadas. Podemos esperar de ella la nas pªrtes del cue-1.:Q_()_y el aumento de la tensión muscular
información más sorprendente, pero no conjeturar qué · e~Lr!ªºª-~n_ re~-estaalesfim ~lo st:_x~aLv-ª!1 .Qismi!!._1:1~n ­
respuestas podrá damos en .algunas docenas de ai'los a las j!_Q_r.onJa edacLJAtrespuesta clitorideana - aumento del
preguntas que le hemos hecho. Es posible que éstas des- · cuerpo esponjoso por vasodilatación-_ con!!núa en el gru-
truyan por completo las estructuras artificiales de nues- po de mujeres de 70 aúos._nero !~reducción del nivelñor-
tra hipótesis" (1905); 2) porque en el aspecto especifico de monal produce- una-pér:dida_ _ctel t~Tdo a..dipQs.o.:y-eT6~tico
la psicogeriatría, la función del especialista no debe ser de ~nay:or-es,--as@mo una p~ga._cte .. la__r~ac -
solamente comprender la problemática sexual que nos - c-íOn de la piel de los labios menore12. La secreción de las
plantean nuestros pacientes, sino, además, pedagógica en glándulas de Bartholin es más lenta desde el envejeci-
el sentido más amplio de la palabra. Para esto debemos miento y decrece paulatinamente desde entonces, hasta
comenzar por saber cómo es Ja.-z:es~sta s~xu.a.l ft- extinguirse. De cualquier manera. siempre es mucho
- ~i~lQgic<!_Q_~_losviefos para poder entender luego las con- menor que en la mujer joven.
-- duc~as de interrelación que a partir de ellas sTf!.~rán__po- Pe.ro donde se manifiestan las mayores modifica-
sibles. ciones y que son las que en definitiva willl~~en los ma-
-El-estudio de Masters y Johnson se realizó con la parti- y~:n:c:s trastornos.~s -~.f1--~~ vagina. ~la~2n C<?!!_~e~~encia
cipación activa de 382 mujeres comprendidas entre 18 y d1rec1a <.!~ _ la .Q_t§.minución de esteroldes que se producen
80 años, de las cuales 34 (8,9 %) eran mayores de 51, y de cori_~!_ªume11Jo ge--fa edad-:-oespuésaequEelovanoa!Sml-
312 hombres entre 21y90 años, con 39 (12,5 %) mayores nuye o cesa su producción, las paredes vaginales comien-
de 51: con posterioridad se incorporaron al estudio 276 zan a involucionar. En lugar del aspecto rugoso, grueso.
matrimonios. Además de la observación directa, el estu- rojo purpúreo de la vagina bien estimulada, se observa un
dio se completó con entrevistas realizadas a 619 mujeres, adelgazmiento de las paredes, que pierden rugosidad y to-
192 de ellas (24,5 %) mayores de 51, y 654 hombres. con man up color_ r_osado pálid<_?.- Las paredes de la vagina se-
252 (38,5 %) mayores de 51. nil son tan delgadas que dan la impresión de que pudiera
Aunque como se notará. el grupo geriátrico era verse a su través. Además disminuye en longitud y en an-
pequeño, su contribución fue muy amplia y cooperaron chura y revela disminución de la expansividad por el
durante más de cuatro años en la investigación. "Será ne- menor grosor de las paredes. La plataforma oq~ásmica,
cesario un período de otros diez años para obtener la cola- cuyas contracciones son responsables de las reacciones
boración de un número suficiente de personas añosas. de correspondientes al orgasmo, ocurren en la mujer de edad
manera que la investigación tenga valor estadístico. Con de la misma manera que en la mujer joven, con la dife-
el material existente puede sugerirse una impresión rencia de que duran menos tiempo. En tanto que en ésta
clínica más que establecer un hecho biológico" (Masters y se producen de 5 a 10 veces (popularmente 5 a 10 orgas-
Johnson, 1978). mos). en la mujer postmenopáusica se repiten entre 3 y 5
En el estudio directo sobre la participación activa de veces. Masters y Johnson encontraron entre las mujeres
las mujeres se observaron con sumo detalle las respuestas estudiadas que en dos de ellas. ambas de 60 años. y en una
de los órganos genitales internos y externos como así de 70, que mantenían una actividad sexual normal con
también los extragenitales (senos, piel, músculos, uretra, regularidad, estas contracciones se repetían hasta siete

146 147
i,

veces. El úterG-iny_oluciona con el tiempo notablemente ·a la fase de excitación y recuperar la erección. Hay que
en su•tamaño; sin embargo. la contracciones uterinasque señalar que la erección peneal completa en el hombre vie-
--acomparran--alorgasmo siguen p10duc1énduse y paeyl-en jo no se obtiene hasta los momentos previos a la eyacula-
extffiorizarse en calamores dolorosos. ción. El orgasmo masculino tiene su expresión biológica
- -ES- preciso señalar que si hie-n:"100as estas modifica- en la expulsión del semen por los órganos primarios y se-
ciones consutuyen la prueba de la falta de hormonas se- cundarios de la reproducción. Esto se realiza en dos eta-
xuales en la postmenopausia y que. por lo general la in- pas: 1) la expulsión del semen desde los órganos acceso-
tensidad de las reacciones fisiológicas y la duración de la rios hacia la uretra prostáqs.;a. y 2) el progreso del semen
respuesta anatómica a la esUmulación sexual efectiva se a través de la uretra membranosa y esponjosa hasta lle-
reduce con los años. esto de ninguna manera implica asu- gar al meato uretral. Desde el punto de vista subjetivo, en
mir que la mujer vieja no pueda mantener una capacidad la primera etapa se produce la sensación de inevitabili-
amatoria que satisfaga plenamente s.us deseos, los que dad eyaculatoria, de que "la eyaculación se aproxima".
estarán determinados por su edad. su experiencia y capa- En este momento ya no se puede ni demorar ni controlar
cidad de goce previo y. sobre todo, por la ejercitación regu- el proceso y entre éste y la salida del semen al exterior
lar de su sexualidad. MA pesar de los cambios involutivos hay un breve intervalo de dos o tres segundos.
de los órganos reproductores. la..mujeF-añosa-pHede-pre.- · A n1~_9ida que el hombre el}_~ej_e.ce_,_ _el_procesQ_d~__ey-ª.~U­
s~11~~r ':1_na_ ~~~21::1~sta_ sexual normal al nivel orgásmico de lación se"-réauce--en -s¡-¡--·encienctaJlsiológlca. La eyacula-
tensión sexual, en particular si se expone de manera reg!:l- - -cron no sólo se altera en su integridad fisiológica sino
lar a · úna__ésUIDD1Eión sexual efectiva. La falta de este- . también en la progresión subjetiva. En otros términos, en
- - -rÓides -reduce en primer término la rapidez e intensidad lugar del proceso en dos tiempos que he señalado, en el
de la respuesta fisiológica. Cuando existe reducción en el viejo se produce una única etapa de expulsión seminal.
nivel de tensión psicológica, por lo general es secundarla Suele no_ pfQ<i~~!I~e.1ª-§ensªcló.n..de.JnevliabilidacLeyacu- \
a la pérdida de la capacidad fisiológica y no efecto directo -lataria..}'.'....puede no existir la satlsfacctó.n_psicosex.ua.Ld.e _j
de la falta de esteroides" (Masters y Johnson, 1978). . Jas_cont-raeeieIW& peneanas ·
En los hombres, más que en las mujeres, una palabra Vemos aquí, al igual que lo hemos señalado más arri-
puede ser utilizada para definir la acción del paso del ba para la mujer, que las variaciones fisiológicas qUe de-
tiempo sobre la respuesta sexual: lentificación. MEn el terminan la may.or lentitud, de ninguna manera deben
hombre de edad, las mayores diferencias 'en la respuesta implicar la apreciación de que el hombre no puede obte-
sexual se relacionan con la duración de cada una de las ner satisfacción y placer en el ejercicio de su actividad
fases del ciclo sexual. En oposición al joven, que presenta sexual, como veremos enseguida.
una erección casi inmediata, rápido acoplamiento y
rápida eyaculación, el hombre añoso (en particular des-
pués de los 60)..es_lent.o-en-la-eFeGGtón,-en-.eLacQ.plaifliento 4. CONSIDERACIONES PSICOLOGICAS
_y_ en la eya.culaci.ón, .. muchos hombres en la mitad de su
cincuentena, al final de ésta o en los 60. advierten que no Toda consideración psicológica sobre el tópico que es-
pueden desarrollar erección peneal por un período de 12- tamos tratando debe partir de algo que, por muy sabido,
24 horas después de una eyaculación" (Masters y John- muchas veces se olvida o confunde: MDe acuerdo con la
son, 1978). A medida que envejece el hombre es más lento concepción corriente. la vida sexual humana consiste
para llegar a la erección y esto con independencia de la esencialmente en el impulso de poner los órganos geni-
efectividad de la técnica esUmulatoria empleada. Unaxez tales propios en contacto con los de una persona del sexo
_alcanzada, esta erección puede mantenerse dnrante lar- opuesto", pero MEs necesario establecer una neta distin-
_ gos períoc:\Qs antes de la eyaculación. Esto, por supuesto, ción entre los conceptos de lo 'sexual' y lo 'genital'. El pri-
no incluye a aquellos que han tenido eyaculación precoz mero es un concepto más amplio y comprende muchas ac-
a lo largo de su vida. Una vez alcanzada esta erección tividades que no guardan relación alguna con los órganos
completa. si por alguna razón se pierde sin que haya ocu- genitales" (Freud, 1938) .
rrido la eyaculación. se hace sm'namente dificil retomar Es sabido que el concepto de sexualidad adquiere cap!-

148 149
tal lmport ancla en la eslru c t ura de la teoría pslcoa- clones. Justamente, éste es el problema del viejo. Por esta
nalíllca y qu e llene un papel de pivote estructurante de razón y a pesar de que los estudios citados anterlonnente
ella . Por es a razón, por \.'. Slar en t i eje. se convierte en tan - K.insey, Pfeiffer y Masters y Johnson- parecen centra-
fundanwnL:il que hace dificil su ddimitación ,,conceptual. dos en la función genital. prefiero mantener la expresión
No obstante. intentaré ordenar algunos conocimientos sexualidad porque nos permitirá descubrir y describir la
que nos sirvan para orientarnos en nuestro tema. dimensión psicológica que subyace a las diversas formas
Psicológicamente. la sexualidad ha sido definida como de su funcionalidad.
el conjunto de los impulsos, conductas. emociones y sen- Así definida, la sexualidad puede arnne11lar. dismi-
saciones que están Intrínsecamente relacionados con la nuir, desplazarse, dando contenido a infinidad de con-
actividad reproductiva o con el uso de los órganos geni- ductas que, para un observador no adverlldo, podrían pa-
tales corno fuente de satisfacción. En tal forma fue con- sar desapercibidas o llevarlo a pensar que nada tienen
ceptuallzada antes de los descubrimientos trascenden- que ver con ella. Simone de Beauvoir (1970) da una des-
tales del psicoanálisis, que llamaron la atención sobre el cripción que merece ser citada m extenso, tanto por su
hecho de que la sexualidad adulta tiene su precursor en concepto como por su fon11a. "Las-ªctlvldades sexuales
una sexualidad infantil, que existe desde la constitución _tieqen una pluralidad de fme.s.._Kpuntan a resolver la ten-
misma del individuo en fom1a de una pulsión ubicada en ~ creada por el impulso sexua!_y_q_p e - sofüe foéfo en_fa
el límite entre lo psíquico y lo somático, es decir, como juventud- tiene la violencia de unanecesidacL Más tarde .
una conducta predeterminada en sus posibilidades de ac- salvo en el caso de que padezca en ese plano de una grave
ceder a objetos y fines más o menos específicos. La frustración~ el tndtvid110 busca más que una liberación,
energía de esta pulsión fue deftnida por Freud corno desti- un placer positivo; lo alcanza_en_ci_orgasi~~t~_ya .Qre-
nada a la búsqueda de placer y posteriormente por Fair- c efücto _y acompañado de un cortejo _g_~ _ _8-t;~sac~nes.
balrn y seguidores, como buscadora de objetos. inlágenes, mitos que_E!:.ocuran al S'!:!\cto 'place[_~s prelfrni-
Cualquiera que sea el punto de vista teórico que se nares·-resulfantes de la descarga de 'impulsos IJarciales'
adopte hay, sí, una cosa en común: la sexualidad infantil arraigados e~_Ji.1.fanaa,y-que pueden teri~-!""_I?ara el suje-
es contemporánea con el desarrollo del sujeto y se mani- iu--tanto-o más valor que el orgasmo mismo. Esta
fiesta en sus primeros años de una forma polimorfa, sin lYus(}uedc:cde- pi.acer rara vez se reaucc al simple ejercicio
centrarse específicamente en los órganos genitales. Cual- de una función; por lo común es una aventura en que cada
quier parte del sujeto puede constituirse en sí y por sí en miembro de la pareja realiza su existencia y la del otro de
una zona erógena capaz de ser asiento de una excitación una manera singular; _en__el -dese.o la turbación, la con-
de tipo sexual. Paulatinamente y luego de un largo y ciencia se ~ace cuerpo 2-ª~Cl.-~~~Lol.rn.J.X>mO cue-fpo,
dificil recorrido en el cual el sujeto . . para constituirse ·fascinarlo y poseerlo; hay una doble encarnación
como tal, debe soportar prohibiciones y aceptar sacrifi- ···recíproca -ytxwsformación del mundo del deseo. La ten-
cios, estas pulsiones van con.fluyendo en la erotización, tativa de posesión fracasa fatalmente, puesto que el otro
tanto de los órganos genitales como de su función. A par- sigue siendo sujeto; pero antes de concluir, el drama de la
tir de allí se instaura la genitalidad adulta que desde la reciprocidad es vivido en el abraw bajo una de sus formas
pubertad en adelante. será la e.:Xte1iorización más visible más extremas y más reveladoras. Si adopta la figura de
de la sexualidad, pero que siempre estará dominada en una lucha, engendra hostilidad; las más de las veces im-
sus manifestaciones por las vicisitudes que ésta haya su- plica una complicidad que inclina a la ternura. En una
frido en el desarrollo de la Inserción qel sujeto dentro del pareja que se ama con un amor en que se suprime la dis-
orden simbólico sociocultural. De esta forma, la genitall- tancia del yo al otro, aun el fracaso es superado". Pero no
dad queda subsumida en el movimiento más abarcatlvo sólo está involucrada esta relación con el otro. sino que
de la sexualidad. de la cual sólo es un representante. pero la relación con uno mismo, narcisista, está ampliamente
no el único. determinada por la sexualidad. No sólo se reconocen y va-
Los individuos que soportan una disminución o desa- lorizan en sus atributos masculinos o femeninos sino que
parición de sus funciones genitales no por eso son asexua- el ejercicio de la función se erotiza y ordena el curso de la
dos y deberán realizar su sexualidad a pesar de sus limita- actividad amorosa.

150 151
Se comprende que así definida, Ja sexualidad-no...tiene... tenis seguidos. cuando llegue a viejo seguramente no
límil.t de edad· para su exte.rtortzaG!ón;.-desde el nacimien- podrá hacerlo y tendrá que dedicarse a jugar 18 hoyos de
to hasta la muerte siempre estará con nosotros. Podf-án golf a paso tranquilo, que no por eso será menos placente-
variar sus manifestaciones. pero sólo e.s o. Ya sea que se ro. Con la sexualidad pasa lo mismo. Kinsey ha demos-
busque la descarga de tensión. o el placer con el otro, o trado que la frecuencia promedio de las relaciones sexua-
una afirmación narcisista de sí mismo o todos estos fines les a los 30 años es de 3 veces por semana y que disminuye
al mismo tiempo. la dialéctica del deseo no se interrumpe a 1 a los 60 años y a 0,3 a los 75. Pero esto no tiene nada
nunca; sólo la represión. interna o cultural, la distorsio- . que ver con el placer; éste se obtiene del ejercicio de la
na de manera nefasta. produciendo no sólo los graves función y no de la cantidad. Una vez cada 20 días a los 75
trastornos que vemos diariamente en los viejos privados años es tan satisfactorio y placentero como tres o más a
del deseo de desear, sino también nuestras absurdas la semana a los 30. A este respecto no hay__q~_e olvidarse
creencias prejuiciosas sobre ellos. il!!..~ el peor enemigo del viejo lo encuentra en l_
a compara-
Sill!Lk.Oilll mismo cuando joven.
Como ya hemos visto. las modificaciones fisiológicas
5. CONSIDERACIONES CLINICAS que la vejez impone, son lo suficientemente importantes
como para provocar trastornos funcionales si el sujeto ·no
Un estudio detallado de las aportaciones de los campos cuenta con un adecuado desarrollo psicológico que le per-
de la sociología, la fisiología y la psicología. sumado a la mita sobreponerse a este déficit. a la par que enfrentar las
experiencia clínica diaria, nos permiten extraer tres pre- condiciones desventajosas que su inserción sociocultural
misas fundamentales que es importante recalcar de en- le determina. Veamos cómo se presentan las cosas desde
trada para poder contraponerles luego las desviaciones el ángulo de la clínica.
que deberemos. considerar como diversos grados de per- Es evidente, está comprobada y medida, la disminu-
turbación o patología. ción de esteroides que se produce en la mujer a partir de la
menopausia; sin embargo, el grado de influencia que esta
A.J;Jo hay ninguna causa para que un .sujeto, en un ra- reducción tiene sobre las funciones sexuales no se haes-
zonable buen estado de salud general. rio pueda continuar tábleddo aún con preclsIOil.- Nó- 05sfiinie- es-Trecuente,
experúnenta~a.s...sexuales....y..ejercaando su (Ura;ión tanto·en- los-p-acten:res como en muchos médicos atribuir
rgenliai-trasra esta.dios de edru:.l.m.uy__avaozados. todas las molestias físicas y trastornos psicológicos a
esta ca.u sa. Gran cantidad de mitos rodean el concepto de
S ~J..a..P-osibili.d e o ocurra efecHliaaumw--está menopausia, incluyendo el temor a la locura, el final del
en razón directa de a acWud~e el su/eto haya tenido deseo, la pérdida del atractivo femenino y, sobre todo. la
para-con su sexualidad a lo largo de toda su vida. Aquellos idea de la inevitable depresión. Conviene leer conceptos
-que han sabido gozar de ella. convirtiéndola en fuente de controvertidos tales como los de Helene Deutsch, Thérese
placer en el goce compartido y de autoafirmación de su Benedek, Marie Langer y Bemice Neugarten . Especial-
identidad deseante más allá de los tabúes. prejuicios e im- mente esta última (1970) insiste en que la mayoría de las
posiciones socioculturales. son los que se mantienen ac- mujeres experimentan solamente problemas mínimos,
tivos durante más tiempo. Por el contrario, los que han pero como están condicionadas por expectativas cultu-
actuado con temor, repugnancia o rechazo y los que la rales en contra, es muy frecuente que presenten reac-
han acatado sólo como imposición, son los que antes in- ciones psicológicas adversas. Lo único que podemos afir-
vocarán las razones de la edad para retirarse. mar por el momento es que este factor posee sólo una
acción indirecta sobre la capacidad e impulso sexuales.
C. En ningún caso debe tomarse comparativamente pero de ninguna manera un control absoluto. Esta acción
como medida -de nonnalidad lQ..Q&tividad de la juventud o indirecta se manifiesta a través de los factores mecánicos
la adü.llez-/0-ven. Cada momento de la vida tiene sus pro- que resultan del desajuste endocrino. Muchas mujeres
pias posibilidades funcionales. Así como un sujeto joven con una actividad sexual normal durante toda su vida co-
puede jugar sin mayor esfuerzo cuatro o más partidos de mienzan a sentir malestar físico durante o Inmediata-

152 153
Í'
mfnte ckspu~s cld coito a partir de la menopausia. Se que- sexual regular y so~lcnida es ruás raro encon[rar estas
jan de dol()r a la penetración o si el coito es muy prolon- dificultades. Todos lus autores estú11 acordes en señalar
gado; sensación vaginal quemante; dolor pelviano per- la importancia que llene la aclivldad sexual regular sobre
manente o de Upo contractivo. Puede ser seguido de sensa- la prevención de la aparición de trastornos en el de-
ción de irritación al orinar que dura hasta 24-36 horas sempeño sexual de las mujeres viejas.
después de la relación. Esta dlspareunla y disuria adqui- Masi.ers y John!:;on ( 1978) seüalall que en tres mujeres
ridas son provocadas por los factores que he señalado mayores de 60 ai1os se observó repelidas veces la expan-
más arriba: al adelgazar las paredes vaginales y dismi- sión y lubricación vaginal a pesar del adelgazamiento se-
nuir la lubricación, éstas se hacen más fácilmente irri- nil de las paredes vaginales y el encogimiento de los la-
tables; la disminución del tamaño de la vagina, sumada a bios mayores. Estas mujeres mantenían una actividad
lo anterior disminuye la protección que los tejidos se:;-.'llal regular una o dos veces por semana.
elásticos brindan normalmente a la uretra; las contrac- K.insey (1953) señala que las mujeres que tuvieron un
ciones uterinas se hacen espasmódicas en el orgasmo y matrimonio feliz, bien ajustado y estimulante, con-
duelen. Estas modificaciones afectan tanto a las mujeres Unúan en los aüos de mcnoµau::;ia y aua posteriormente
m:iyores de 55 años, que frecuentemente suelen evitar la su actividad se~ual con poca o ninguna interrupción.
experic11cia del orgasmo y aun el coito mismo. Pfeíffer (1969). que estudió a un grupo de personas du-
Pero 1.;sla aceptación JJaslva del malestar se produce rante 15 a 20 años. sostiene que si la mujer ha sido frígida
sólo en aquellas mujeres que. como he dicho, han tomado o si su actividad no ha sido regular. es razonable esperar o
la relación sexual no como fuente de amor y placer, sino una disminución o conduelas de franca intolerancia ha-
simplcwcnte como fo1mando parte de los Mdeberes conyu- cia toda fom1a de actividad sexual.
gales". Llegado este momento pueden invocar las moles- Se puede decir sin temor a equivocarse que la .emrme
! las - generalmente magnificándolas- para desligarse mayoría~ los trastornos que se observan en la meno-
poco a poco de la actividad sexual. Pero es necesario saber pausia son conse~uencla directa de desóroeñesneuroucos
que todas estas molestias tienen un remedio relativa- ---· que han pautado la vida de la pacierifeCon anterioridad a
mente f<'.'.cll con la institución de una terapia hormonal _3~1~- P~iliio. La falla de sensación de bienestar y los tras-
balanceada de estrógenos y progesterona. Muchos de los tornos físicos sólo contribuyen a aumentar y reactivar
trastornos mecánicos no desaparecerán. pero sí se conse- patrones de conduela anteriores.
guirá que desaparezcan las molestias que ocasionan, lo Numerosos autores señalan que muchos de estos pro-
que equivale a decir que no van a dar ple para el apoyo de blemas tienen relación directa con las funciones imagi-
conduelas de rechazo neurótico. Por otra parte, hay que narlas relacionadas con el embarazo y la maternidad.
señalar que l~ terapéutica hormonal no . produce-pox:_sí Toda la gama de con11iclos posibles pueden hacer eclo-
misma un aumento del ·er-ot-ismo-o-rleJa respuesta sexual, sión en este preciso momento, en el cual la posibilidad
· _como muchas _ per.s.Q.na~Qar~c_e:n ~r~~r... Lo que ocurre es real se enfrenta con lo irreversible. .
que al disminuir los trastornos mecánicos, secundaria- En ciertos estrato::; sociales. ya sea por pensamiento
mente se alivian los malestares y es posible recobrar el priinitivo o por falta de educación, o por ambas cosas a la
nivel de excitabilidad y goce que había disminuido o de- vez, existe la creencia arraigada entre las mujeres de que
saparecido por completo. con la menopausia se interrumpe la actividad sexual. y la
Stern y Prados (1946) sostienen que no existe correla- adscripción a esta creencia dclennina que generalmente
ción entre la intensidad de los síntomas físicos y la dis- ocurra.
minución hormonal, y que la oportunidad y forma de es- Un factor que hay que tener en cuenta es el estado civil
tos trastornos se ven afectadas por graves problemas de de la mujer. Aquellas que están casadas o mantienen una
desajuste psicológico, lo cual se comprueba por el hecho relación de .pareja estable tleuen más probabilidades de
de las enormes variaciones individuales que se registran, mantenerse regulan11ente activas sexualmente que las
tanto en las mujeres seguidas en los estudios anterior- que no lo están. El problema en estas mujeres se suele pre-
mente señalados como en la clínica privada. No hay que sentar por otro lado. Estadísticamente la mujer es cuatro
olvidar, por ejemplo. que en las mujeres con una práctica años menor que el marido y muchos de ellos. en virtud de

154 155
su edad, suelen presentar todos los tipos de trastornos que ~~racterísticas físicas hennosas y siempre joven. La
hemos seiialado más arriba y que le quitan atractivo a la búsqueda de satisfacer este ideal provoca en ellasu na des-
actividad sexual o hacen imposible su regularidad. cuan- mesurada conducta ansiosa con preocupación pem1a-
do no desaparece totalmente. Obviamente en nuestra cul- nente por su apariencia física, cuidado personal y por su
tura las relaciones extramatrimoniales para estas mu- posibilidad de seducción. Cuando el paso del tiempo co-
jeres son prácticamente imposibles; lo mismo puede afir- mienza a traer los signos irreversibles del proceso de en-
marse para las solteras. viudas o separadas. La condición vejecimiento - arrugas. pérdida de tersura en la piel,
sexual de la mujer vieja y sola es terrible y las diferencias manchas seniles. gordura selectiva, várices ele. - . suelen
con los hombres son notables. Gustan menos a los hom- generarse fuertes sensaciones de tensión narcisista que
bres jóvenes que los viejos a las Jóvenes. wun hombre Jo- acarrean serios trastornos de la personalidad y que pue-
ven puede desear a una mujer lo suficientemente grande den organizarse en variados cuadros psicopatológicos.
como para ser su madre, pero no su abuela". dice Simone Pero aquí importa sel)alar actitudes opuestas y extremas
de Beauvoir (1970). y desgraciadamente la realidad con- que tienen suma importancia para el desarrollo de la re-
lación sexual con su p~reja. Una puede ten~r un _colapso
firma esta magnífica ironía.
Los lnfom1es señalados muestran que en la medida en reactivo y producir un ataque·vuélfoconfiasí misma:-IF-
- gam:lo-aüllasituación ae descuido. desnlliíO,gordura y su-
1
que los contactos sexuales se reducen por viudez o divor-
cio. las mujeres suelen retomar hábitos masturbatorios ci~dad-:-ba-ott a puede llegar a exqgerar grülescamente su
anteriores, como un intento de salida de la penosa situa- í_ñte~cic;I_ñ deJilantenerla apariencia de juventud y se pir:i-
ción de frustración de sus deseos activos. tarrajea o viste con ropas inadecuadas. Enamoos casos.
Masters y Johnson (1978} señalan que MDebe conside- loaa lá-actlvidad. la observación y la valoración está co-
rarse la tendencia de nuestra población hacia una socie- locada sobre sí misma con una desconsideración total
dad senil de mujeres sin hombres. Alrededor del 10 % de por el objeto - su marido o su pareja habitual- y el resul-
las mujeres no se casan nunca. Además, la longevidad no tado será el mismo: dejará de ser un objeto deseado y se-
es igual en ambos sexos. Como resultado de esto, cada vez xualmente estimulante.
es mayor el número de mujeres que pasan sus últimos En lo que respecta a los hombres, ya he señalado la e-
días sin esposo. Muchos miembros de este grupo rt:velan vidente situación de desventaja biológica en que se en-
su inseguridad básica dedicándose de lleno a la religión, cuentran con respecto a las mujeres, a lo que hay que a-
al trabajo social voluntario o sobrevigilando a sus hijos o gregar su m·a yor sensibilidad a la influencia negativa de
nietos. Privadas de la salida sexual normal, se agotan los problemas psicológicos, físicos y sociales. No existen
físicamente en un esfuerzo consciente o inconsciente dudas - como hemos visto- con respecto a la disminu-
para disipar la tensión sexual acumulada y a menudo no ción de la respuesta sexual del hombre a medida que enve-
reconocida". Butler (1973} agrega que muchos de los lla- jece, pero hay una enorme disparidad de respuestas de un
mados problemas de la vejez en realidad son los proble- individuo a otro y aun en un mismo Individuo en distin-
mas del enorme número de mujeres viejas que en canti- tos períodos de su vida. Tanto fünsey como Masters y
dad cada vez mayor viven sin un hombre a su lado. Johnson señalan que la mayor influencia geriátrica so-
Puede decirse razonablemente que la vejez, especial- bre la respuesta sexual es inherente al medio social en el
mente entre los muy viejos es mayom1ente un problema cual vive el sujeto y a sus años sexualmente formativos .
para las mujeres, tanto en los paises desarrollados como En ~Llioml:>...r.e~c_omo_en.Ja mujer,_el f~ctor más imp2rtante
en los que están en desarrollo. En EEUU. en la actualidad para el mantenimiento de una sexualidad activa hasta
la relación entre las personas mayores de 65 años es de 80 ---e-dm:ravanzaaaesfa regularl.dad' de ta~nelaciones. pudl~ll-
hombres por cada 100 mujeres, pero para 1990 se estima -tl-o-Hegar activo hastTI6_s 80 <!_ño~ más. El estado civil
que la relación será de 68 a 100. --mfluye mucho. Los hombres casados o con relación de pa-
Finalmente hay que mencionar otro factor de suma reja estable tienen mayor oportunidad de mantenerse ac-
importancia en la consideración de la sexualidad de la tivos. y de hecho las estadísticas mencionadas así lo de-
mujer. En muchas de ellas. la escala de valores que deter- muestran. Pero si llegan a enviudar o a separarse. al igual
mina ·1a medida de su narcisismo 1nclUye un yo iCiealcfe que los solteros. las oportunidades que se les pre~entan

156 157
son muy dls(J11tas de las de las mujeres en iguales condi- tividad sexual del hombre". Muchos de ellos toleran mal
ciones. Ti·adlciunalrnente al hombre le está perrnitida la o malinterpretan el proceso de lentiflcación que se pro-
<tctlvldad sex ..ial cxlramatrlmonletl. los amores venales y duce por el envejecimiento y reaccionan con lo que se co-
el acerc:mllento a mujeres mucho más jóvenes que él. noce con el nombre de pars pro loto. es decir. toman.el he-
Esta circunstancia favorece la posibilidad de rehacer el cho _de ne.ceslt.ar_m_ñ§_t\('.JliPCL.µara _llegar_a _Ja_erección
contacto sexual cuando por dive1sas razones el objeto ha- ·cor110 una señal de impotencia. Allí comienza un círculo
bitual se pk1·de. No obstante. no hay que pensar que ésta ---vic1oscnfuepú-ede acarrear graves consecuencias. EL.suje-
sea la regla . Con el correr de los años el poder de seduc- to se pone ansioso y no tolera la es1)era: intenta la pene -
ción se debilita o se pierde por completo . Si buscan aven- - traclfüCcon el pene en semierecci5i1J?ero suele encon-
turas. el temor al fracaso y la sensación de ridículo los , trarse eón que su compai'lera rese 1 Jas rnodffiCaCIOnes
ponen en peligro. Si enviudan suelen temer la ciitica o la · que he serfalado mas arr! )a - poco lubricada, con temor
reprobación de sus' hijos. cosa que según mi experiencia .... al dolor...:.. la peneTrac!ón se dificulta y allí pierde la poca
clínica genc:ralmente no ocurre. Por el contrario, éstos erección que tenía. la cual, corno ya sabemos, o no se recu-
suelen mostrarse satisfechos cuando sienten que sus pa- pera fácilmente o no se consigue. Lo i11vade una sensación
dres rehacen su vida sexual; desaparecido uno de los de fracaso y la ansiedad ante el colapso narcisista au -
miembros del triángulo edípico, la rivalidad y el temor se menta. Esto lleva luego a que tenga temor a exponerse a
alivian y la alianza con el que s·obrevive se fortilka. Pero nuevas experiencias frustrantes y comienza a esgrimir
los viejos muchas veces hacen caso omiso de esta permi- diversas racionaltzaciones. en las c¡ue finalmente termi-
sividad y siguen proyectando sobre sus hijos temores y na por creer y que convierten un factor involutivo nor-
prohibiciones que sólo a ellos les pertenece. mal y superable en un cuadro francamente patológico.
Por otra parte. un número bastante grande de hombres
casados tiene su actividad reducida o anulada. La impo- 5.2. Problemas derivados de la mserción soctoeconómica
tencia secundaria es bastante frecuente después de los 50
años. cosa que todos sabemos. Pero lo que muchos igno- He señalado más ~rriba q1=1~Jas estadístlcas.~muestran
ran es que esta perturbación puede remediarse en un ele- que a medida que_se asciende en la e~ªgsociaL el mane-
vadísimo pü!"centaje de los casos, así como puede mejo- jo de la sexualldad-se-loi:fla-nuí&..µmblernático.. Es que este
rarse la habilidad de .respuesta y restituirla si el sujeto de- ascenso social determina el sometimiento a una estructu-
sea volver a practicar el coito y tiene una compañera in- ra .competitiva, consumista, que exige del sujeto un
teresada en la actuación sexual. enonne esfuerzo desgastanle en su afán de conseguir segu-
¿Cuáles son los factores psicológicos, fisiológicos y so- ridad económica o la preservación de su status. Sujetos
ciales que determinan la pérdida.progresiva de la función que no se resignan a aceptar su proceso de envejecimiento
sexual en los seres humanos? Las respuestas que se pue- se sobrecargan de actividades en un vano intento,
den dar a esta pregunta deberán ser cuidadosamente eva- fantástico, de detener el paso del tiempo y tratando de es-
luadas para comprender y tratar los problemas de la se- tablecer una competencia ruinosa con sus colegas más
xualidad de los viejos, sobre todo porque, aunque no lo jóvenes. La búsqueda de prestigio y honores consume su
·exprese en fonna manifiesta, c:n gran parte la vida del su- actividad diaria, transfornrnda en una actuación narci-
jeto viejo está detem1inada en su aspecto psicosocial por sista de la cual no hace partícipe al cónyuge. Este interés
los desajustes sacuales que padece. Casi todos los autores del hombre fuera del hogar, al mismo tiempo que va des-
consultados enumeran razones bastante similares, que gastando sus capacidades mentales al sobrecargarlas de
pueden agruparse en las siguientes categoiias comunes. tensiones conflictivas, va reduciendo el tiempo necesario
para su pareja. Cuando el hombre "tiene un mal día",
5.1. Temor por d desempeño cuando sus asuntos "no le funcionan bien" : en general el
interés sexual disminuye sepultado por la presión de la
Como seüalan Masters y Johnson (1978). "no existen tensión narcisista.
palabras para destacar la importancia que el factor del No quiero ser mal Interpretado. Esto no quiere decir
temor. por el desempeño tiene en la flnaltzación de la ac- que el hombre deba abandonar sus actividades habituales

158 159
con la edad. ¡De ninguna manera! Aquí me estoy refirien- cho menos de lo que los pacientes temen. pero más de lo
do a los que realizan sus actividades bajo el peso de la ten- que se comunica. Una estimación conservadora señala
sión narcisista, que los coloca en una perpetua situación que el 1% de las muertes coronarias súbitas ocurre du-
de insatisfacción por no poder alcanzar un yo ideal que rante el coito. La potencia sexual puede ser afectada psi-
siempre aparece colocado un paso "más allá" de las posi- cológicamente. no sólo porque la enfermedad cardíaca es
bilidades instrumentales del sujeto. atemorizante por sí misma, sino porque tiende a restrin-
gir la confianza del sujeto en sus capacidades fisicas. Es
5.3. Enfennedades interesante que el autor citado, al referirse a estos te-
mores, recuerda la acepción francesa del ténnlno orgas-
Cualquier deterioro, agudo o crónico. que se mani- mo. "petít mor_C, y señala que este temor a la muerte du-
fieste en el ámbito de la mente o del cuerpo, que actúe re- rante el ejercicio de la sexualidad. muchas veces lleva a
duciendo las condiciones generales del sujeto o la eficien- las parejas a adquirir camas o cuartos separados y a un
cia de su economía orgánica, puede estar en relación con hábito de abstinencia no justificado médicamente y que,
el descenso o ausencia de las pulsiones sexuales. Cual- finalmente, terminan en los conocidos síntomas de la
quier J>_~rJur]JacJú!Lfisica a menl al. aguda o cúfoJ.Ca, sexualidad inhibida tales como ansiedad. depresión y
· _pue_9~~º.!!}J2!!far. y de hecho lo hace, la capacid.ad-de-J"es- hostilidad. Para muchas personas, la ansiedad generada
.Jlll-e.s.ta.sexual del hombre. Cuando el problema es agudo, por la restricción sexual puede ser más perniciosa que el
la complicación será transitoria, y si el sujeto no presen- riesgo físico posible.
ta una estructura de personalidad muy ansiosa, suele to- Enfem1edades . ~.!..U.Y_ C9f!).!PJ..e~enJa. vejez. como Ja dia-
lerarla bien: cuando es crónico o se desarrolla muy lenta- betes, suelen causar impotencia; la proporción de irnpo-
mente. la reducción de la capacidad de respuesta es conse- . tentes es aez--a.- s -veces-umyorentre los diabéticos que en
cuencia directa de la disminución de la eficacia física. la población general, aun cuando el interés y el deseo per-
Ahora bien, como dice Butler (1973), la mayoría de los es- sistan. En los diabéticos no controlados. una adecuada
tudios sobre la sexualidad están basados en la población medicación puede mejorar la impotencia, pero cuando un
saludable más que en la que presenta problemas, lo cual enfem10 bien controlado desarrolla impotencia, el pro-
distorsiona las conclusiones. blema se vuelve de .dificil solución. No es conocida la
La actividad sexual puede actuar tanto en función tera- acción de la diabetes ·s obre la sexualidad de la mujer.
péutica como preventiva. Hay alguna evidencia. por ejem- Es necesario planificar muy cuidadosamente la estra-
plo, de que la actividad sexual ayuda a los artríticos. pro- tegia quirúrgica ante un caso de prostatectomía para evi-
bablemente por la producción de cortisona por la tar consecuencias psicológicas secundarias innecesarias.
glándula suprarrenal. El acto sexual es. en sí mismo, una teniendo en cuenta que más del 70 % de los hombres ope-
forma de actividad fisica y ayuda a la gente a estar en bue- rados conservan su potencia. Como sabemos, hay tres ti-
nas condiciones. al mismo tiempo que reduce las ten- pos de vías de abordaje: 1) suprapúbica: la incisión se
siones. tanto fislcas como psicológicas. hace a través del abdomen; 2) permeal: fa incisión se hace
Los accidentes cerebrovasculares y los ataques corona- entre el escroto y el ano; 3) transuretral: se realiza a tra-
rlos suelen traer preocupación, pero esto es así porque los vés de la uretra peneana intubada. En esta última, el teji-
pacientes y los médicos no hablan claramente sobre do puede volver a crecer. por lo que la intervención está
cuándo y cómo retomar la actividad sexual. aunque en especialmente indicada para hombres mayores de 70
este tópico hay que señalar que la mayor responsabilidad años. Después de la prostatectomia. el semen se deposita
corresponde al médico. El consumo de oxigeno durante el en la vejiga en lugar de ser eyaculado y luego sale mezcla-
acto sexual es equivalente al de subir un breve tramo de do con la orina. Esto se llama eyaculación r elrógada y
escaleras o caminar deprisa. El ritmo cardíaco sube a 90- suele traer desconcierto primero, y trastornos psi-
150 pulsaciones, con un promedio de 120. es decir el cológicos después, cuando el profesional no advierte a su
equivalente a un esfuerzo físico moderado. Todavía no paciente. antes de la operación, de lo que le puede suceder.
hay datos suficientes como para estimar la ocurrencia de La secuela de impotencia física está frecuentemente aso-
muerte súbita durante el coito: probablemente sucede mu- ciada con la operación por vía perineal, en tanto que las

160 161
otras dos raramente afeclan la potencia. Cuando la impo- que experimentan por su incapacidad sexual aumentan la
tencia aparece después de las operaciones realizadas por cantidad de la bebida: se desarrolla así un círculo vicioso
las vías mencionadas como Inocuas, generalmente se que finalmente termina en el cuadro que todos conoce-
debe a faclores psicológicos ligados a la angustia de cas- mos: dependencia total del alcohol e impotencia sexual
tración Inconsciente que se reactualiza en el acto absoluta.
quirúrgico . Por esto considero de suma importancia el es-
clarecimiento exhaustivo antes de la operación y, cuando 5.5. Moratoria en la relación sexual
sea necesario, con la ayuda de un psicoterapeuta. De más
está decir que en nuestro medio esto generalmente no se Masters y Johnson ( 1978) han llamado la atención so-
realiza, con bs consecuencias que solemos ver a posterio- bre la evidencia de que la pérdida de interés en el coito de-
r! y que, sin ninguna duda. podemos calificar de iatrogé- bida al aburrimiento en la relación sexual es el factor
nicas. No hay evidencias de que la histerectomía, con o más constante en la disminución de la frecuencia de los
sin ooforectomía, produzca algún cambio en el deseo o contactos sexuales con su pareja que se produce en el indi-
posibilidad de tener relaciones sexuales. Cuando ello viduo de edad avanzada.
ocurre se debe a factores psicológicos similares a los que Si bien esto es así, no estoy de acuerdo con la ubicación
he de?cripto para los hombres. La aparición de alguna en- que los investigadores citados hacen de este problema, e-
fem1edad que reduzca la capacidad de respuesta sexual en rror, por otra parte. común a casi todos los estudios he-
cualcÍuiera de los cónyuges suele acarrear consecuencias chos por otros autores. Casi sin excepción se intenta ca-
deteriorantes para el funcionamiento de la pareja, toda racterizar el problema como sufrido por el hombre frente
vez que. corno ya dijimos. la clave para el mantenimiento a una actitud poco estimulatoria y seductora por parte de
de una buena sexualidad hasta edad avanzada es su cons- la mujer. Para justificarlo se apela a una parte del desa-
tancia y regularidad. En algunos cuadros de involución rrollo histórico durante el cual la sociedad patriarcal
producida por la demencia presenil o senil suelen apare- permitía al hombre la pollgamia no aceptada en cambio
cer trastornos diversos del funcionamiento sexual, suma- para la mujer: además. se pretende dar a este hecho - sin
mente variables de un individuo a otro, sin que hayan po- lugar a dudas cultural- una apaliencia de estar enraizado
dido determinarse con exactitud sus causas. en una necesidad biológica dúerenclal.
Presentar los hechos con estas argumentaciones es
5.4. Excesos en la comida y en la bt;bida una falacia engendrada por la ideología falocéntrlca que
domina nuestra sociedad. De ninguna manera se puede
.La exce.§iva ingesta de alimentos y.elsobrepeso conse- decir que la monotonía en una relación sexual prolonga -
cuente que se observa con relativa frecu.eQcj~ en los suje- da se debe a la actitud de la mujer exclusivamente . Mas-
tos viejos tiende a reducir el dese0-tanto con1<Lla=ca~·!::_ ters y Johnson señalan que Mla mujer puede perder su
QqQ de goce sexual. Por supuesto que no hay que pensar efecto estin1ulativo, ya que cada uno de sus deseos, intere-
solamente en función de la cantidad .de comida ingerida ses y expresiones se conocen con antelioridad". Pero me
sino en función del tipo de estructura de personalidad an- pregunto, ¿esto mismo no vale también para el hombre?
siosa. oral-dependiente, sobre la que aquélla se apoya. Muchas veces éste es tanto o más culpable que aquélla,
Pero este problema es mínimo en relación con el que se aunque creo que en este aspecto. como en casi todos los
produce con el alcoholismo. Afortunadamente entre no- que se refieren a la psicología del ser humano. no se puede
sotros el índice de adicción no es tan elevado como en ni se debe generalizar: hay que observar los hechos tal
otros países más desarrollados, pero en los casos com- como se nos presentan, con todas las circunstancias que
probables las consecuencias son similares: ·la impotencia los rodean.
secundaria en el alcoholismo es sumamente común. Los He señalado más arriba las causas que determinan que
sujetos en esta condición suelen fallar en conseguir o la mujer se retire antes que el hombre de la actividad se-
mantener una erección adecuada. pero muy pocas veces xual. En estos casos, seguramente la actitud de la mujer
asocian este problema con la ingesta de alcohol. Por el dejará de ser seductora y estimulante: desviará su accio-
contrario, traumatizados por las repetidas frustraciones nar hacia los hijos o nietos. hacia actividades sociales o

162 163
profesionales o a cualquier combinación de intereses aje- que coloca a los viejos al margen de la sexualidad y, por el
nos al matrimonio, y se rehusará a aceptar al marido. contrario, es posible afirmar sin ninguna duda que en los
Pero también esto último vale para el varór;i, el cual mu- viejos la sexualidad no sólo es posible sino que es necesaria.
chas veces queda atrapado en las redes de intereses profe- Posible porque, si bien la fisiología nos muestra ·diferen-
sionales competitivos que desviarán su interés sexual y cias con los sujetos más jóvenes. la satisfacción psico-
que sólo se manifestará de tanto en tanto como una ne- lógica que proviene del ejercido de la función no se alte-
cesidad fisiológica compulsiva, pero con una total des- ra; y es necesaria porque el ejercicio regular de la misma
consideración por su compañera. Cuando Masters y es el factor de mayor importancia en su mantenimiento.
Johnson dicen que MMuchos hombres interrogados no de- según el consenso generalizado de todos los investiga-
mostraron ni admitieron tener más interés sexual por dores.
sus esposas", no hay que entender, como los autores pre- Planteadas así las cosas. sólo nos queda por delante la
tenden que esto se debe solamente a la monotonía o al . tremenda tarea de vencer la resistencia que proviene de la
aburrimiento en la pareja vieja y que Mesta actitud es la sociedad con toda su cohorte de prejuicios, prohibiciones
que el hombre siente, por lo menos a nivel inconsciente. y sanciones que se abalen sobre los viejos privándolos del
Y el ego del sujeto de edad es muy susceptible a esta acti- ejercicio de una parte de su vida. La sociedad se arroga el
tud. sea real o imaginaria". La mujer puede no tener inte- derecho de disponer sobre ellos como anlaüo lo hacía con
rés en su compañero porque, por diversas razones. nunca los esclavos y con los negros. imponiendo la ley del blan-
lo tuvo a lo largo de su vida; pero también puede ser co o del más fuerte según los casos; hoy impone la de los
porque éste no ha sabido seducirla, estimularla y. porque más jóvenes ... o la de los más :reprimidos. Para el caso es
además, está gordo, enfermo, deprimido o alcoholizado y lo mismo.
ha dejado de ser un objeto erótico para ella. Un hombre en El problema radica en cómo hacemos para modificar
estas condiciones puede tener una imagen Mpoco masculi- este estado de cosas, que involucra tanto a los viejos como
na" y, en consecuencia, deberá considerarse de igual im- a los responsables de su atención y cuidado. Para comen-
portancia a la afirmación de los autores citados cuando zar debemos acostumbrarnos a la idea de que la sexuali-
dicen: MEl poco cuidado personal en estos años postme- dad existe incluso pasados los 65 años. pero todavía debe-
nopáusicos puede otorgarle una aureola 'poco femenina', remos recorrer un largo camino para poder ayudar a los
con el resultado de que cesa de presentar atractivo sexual viejos a expresarse abiertamente o a manejarse con sus
para el hombre". sentj.mientos hacia ella. Esta es la opinión de Robert N.
El problema debe ser considerado absolutamente igual Butler (1973). el cual además señaló que lo que se necesita
para ambos sexos; lo que no es igual -y a veces engaña- fundamentalmente es una campaüa de educación sexual
es la solución que ambos pueden llegar a instrumentar. específica destinada a los viejos. Personalmente compar-
La mujer no busca un sustituto fuera de la pareja; el hom- to esta opinión. pero creo que hay que hacerle un agrega-
bre. sí. Entonces parece como que éste tiene conservada su do importante. Ningún plan de salud que se dedique a re-
capacidad de respuesta sexual y aquélla no. Nada más parar hechos consumados puede ser de utilidad a largo
equivocado. Una vez más el aparato sociocultural hace plazo porque demanda uha inversión de tiempo y trabajo
sentir aquí su peso sobre el eslabón más débil de la cade- de los especialistas que tarde o temprano te1mina por
na, y la mujer debe pagar el precio por la represión de sus desgastarlos y torna infructuoso su esfueu..o. Todo este es-
deseos: los problemas neuróticos, trastornos de persona- fuerzo debería estar colocado en una labor de psicohi-
lidad y depresiones son más frecuentes en la vejez en las giene, en el sentido definido por José Bleger (1966): MEl
mujeres que en los hombres. psicólogo clínico debe salir en busca de su 'cliente': la
gente en el curso de su quehacer cotidiano. El gran paso en
psicohigiene consiste en esto: no esperar que venga a con-
6. CONCLUSIONES sultar gente enferma. sino salir a tratar y a intervenir en
los procesos psicológicos que gravitan y afectan la estruc-
Creo que con lo expuesto hasta aquí tenemos la sufi- tura de la personalidad. y - por lo tanto- las relaciones
ciente evidencia como para refutar la creencia popular entre los seres humanos. motivando con ello al público a

=- 164 165

=-
1
que pueda concurrir a soliclL.1r sus servicios en condi- Freud S.: MCompen.d.ío de psicoanálisis· o.e .. XXI. Buenos
ciones que no impliquen enfcnnedad" ... MEl objetivo Aires, Santiago Rueda Editores. 1938.
históricamente más reciente en la higiene mental ya no Kinsey. A.. Pomeroy. W .. y Martin C.E.: Sexual behavior
se refiere tan sólo a la enfennedad o a su profilaxis, sino in the human male. Filactelfla,W.B. Saunders Co .. 1948.
también u la promoción de: un mayor equilibrio, de un Kinsey. A .. Pomeroy. W .. Martin, C.E. y Gebhard,
mejor nivel de salud en la población. De esta manera ya P.H.:Sexual behavior in the hwnanfemale. Filadelfia.
no .interesa solamente la ausencia de enfennedad. sino el W.B. Saunders Co. 1953.
desarrollú pleno de los individuos y de la comunidad to- Lobsenz. N.N.: "Sex and the senior citlzenM. Nueva York.
tal. El t"·nfasis de la higiene mental se traslada así de la Th.e New York Tunes. 1974.
enfem1edad a la salud y, con ello. a la atención de la vida Masters, W. y Jonhson. V.E.: Respuesta sexual humana.
cotidiana de los seres humanos". Buenos Aires. Inler-Médica. 1978.
Si compartimos esta posición, la conclusión es obvia: Mead. M.: La fosse des génémtions. París. Denoel-
no se puede pretender obtener muchos resultados dedi- Gonthler, 1971.
cando el esfuerLo sólo a una campaña de educación sexual Neugarten. B.L.: MAdaptation and the Life Cycle", J.of Ge-
para los viejos; la acción debe emprenderse desde la tem- riatrlc Psychialrv. Vol IV, Nº 1, Nueva York. 1970.
prana infancia tratando de que el ser humano pueda sen- Pfeiffer E.: MGerlatric sex behavior", Medical aspecis of
tir sus deseos sexuales cotidianos como algo no sólo natu- Hwnan Sexuality. 3: 19-28, Nueva York. 1969.
ral sino saludable y necesario. En este sentido los ma- Salvarezza. L.: MPsicogeriatría: ¿Por qué es un campo i-
yores, responsables de su orientación y formación, no de- nexplorado?". en Psicología argentina. hoy, Buenos
ben ejercer sobre los niños una acción represiva - Aires. Ed. Búsqueda. 1973.
siempre negativa- y deben ofrecerse como un modelo de Stem, K. y Prados, M.: MPersonality Studies in Menopau-
identificación positiva para el placer compartido. sal womenM. AmerJ. Psycfiialry, 1946.
Mientras trabajamos tratando de llegar a esta meta.
difícil de alcanzar por el momento. sólo nos queda com-
prender y hacerle entender a los viejos que la sexualidad
va más allá del simple ejercicio de la función genital; en
la autoafinnación de la feminidad y de la masculinidad
la sensación cotidiana de sentirse buscado, necesitado y
querido dará una perspectiva distinta a esta etapa de la
vida tan compleja y tan dificil de vivir.

7. BIBLIOGRAFIA

Bleger. J.: Pskohiglene y psicología mstitucíonal, Buenos


Aires. Paidós, 1966.
Butler. R.N. y Lewis. M.I. (1973): Aging and mental health:
Positive Psychosocial and biomedical approaches.
Saint Louis, C.V. Mosby Co .. 1982.
Calderone, M.S.: Release jrom sexual tensions. Nueva
York. Random House. 1960.
De Beauvoir, S.: La vejez, Buenos Aires. Sudamericana.
1970.
Freud. S.: MSobre psicoterapia". o.e. XIV, Buenos Aires.
Santiago Rueda Editores; 1905.

166 167
l: últimos años enseña que la psicoterapia ocupa un lugar
importante en el tratamiento de ancianos con trast01nos
6. PSICOTERAPIA EN LA VEJEZ.
REVISION BIBLIOGRAFICA COMENTADA
'' emocionales, pero es necesario definir con mayor exacti-
tud las formas óptimas de tratamiento. sus objetivos y los
l
diversos factores que limitan su eficacia. Es necesario
efectuar observaciones sistemáticas y controladas sobre
estos puntos y sobre las técnicas de terapéutica de grupo
que se aplican en numerosos centros. Estos estudios
podrían facilitar datos útiles sobre ciertos aspectos de la
psicopatología· de la vejez y sobre el proceso psico-
terápico".
Mi experiencia, recogida a lo largo de más de 15 años
en el campo especifico de la psicoterapia de los trastornos
psicológicos de la vejez. tanto en una institución pública
como en mi consultorio privado, me pem1ite. y al mismo
tiempo me obliga, a exponer mis conclusiones teóricas,
clínicas y técnicas tratando de que ellas sirvan para uni-
La psicogeriatria es la rama de la psiquiatria, la más ficar criterios entre los colegas que están en el mismo
nueva tal vez, que se ocupa de las diversas formas de la · campo. Además, y quiero que quede en claro, este capítulo
patología mental que se presentan en la vejez. su epide- tiene un marcado interés proselitista: conseguir que cada
miología, origen. prevención, evolución y tratamiento. vez más agentes de salud, médicos, psicólogos. asistentes
Se ha ido desarrollando con el correr del siglo XX; paula- sociales. enfermeros, etc .. se acerquen a este trabajo y
tinamente al pfincipio y vertiginosamente en la actuali- brinden su esfuerzo para tratar de aliviar el sufrimiento
dad, impulsada por el tremendo problema que, desde el de este sector de la población tan injustamente dejado de
punto de vista psicosocial. significa el desmedido incre- lado. los viejos. .
mento que experimenta la población vieja en todas partes La aplicación de la psicoterapia a los problemas que
del planeta. estamos tratando es relativamente reciente. aunque,
Este crecimiento no sólo propone problemas de orden como veremos enseguida. las primeras preocupaciones
político y socioeconómico, sino que también incrementa por el tema ya aparecen a principios de siglo. Para con-
la patología psicológica. al mismo tiempo que crea nue- siderar su incremento y evolución voy a seleccionar 10
vas condiciones favorecedoras de ésta. lo cual significa artículos muy significativos que al respecto se han publi-
que, no solamente hay que pensar en la aparición preva- cado de autores nacionales y extranjeros. Ello nos per-
lente de nuevas patologías. sino que debemos tener en mitirá ver cuáles son los esquemas referenciales utiliza-
cuenta que un mayor desarrollo científico nos permite dos y cuál su aplicación clínica. Pero en lugar de conver-
detectar y conceptualizar diversos grados de enfermedad. tir esto en una mera cita bibliográfica más, voy a comen-
allí donde anteriormente no se les prestaba atención. Es tar, en forma crítica o ampliatoria, algunos puntos que
decir que por un lado tenemos un aumento constante de la considero especialmente importantes, poniéndolos al
población vieja y por otro lado se amplía la patología. no día; así podré mostrar mis propias ideas sobre este tema,
sólo cuantitativa sino cualitativamente. y frente a esta fruto de mi experiencia personal.
realidad nos cabe la responsabilidad de dar respuestas Creo conveniente aclarar que como provengo profesio-
desde nuestro campo específico, sea cual fuere nuestra in- nalmente del psicoanálisis, al cual llevo dedicados más
serción. El mío es el de las psicoterapias en sus variadas de 25 años de mi vida. es natural que ml esquema referen-
formas de aplicación. A él me voy a referir en este cial se nutra principalmente de los autores que en él se
capítulo. intentando dar respuesta en primer lugar a una inscriben, y las referencias bibliográficas aquí conside-
recomendación hecha por el Grupo Cientifico de la OMS radas pertenecerán principalmente a este particular y es-
( 1972). que señala: MLa experiencia de los veinte a treinta pecifico campo teórico.
168 169
La estructui·a de este capítulo requiere algunas explica- dos con estos pacientes. ¿Métodos para qué? WMás de una
ciones. Consta de dos partes: en la primera hago un resu- vez los mismos pacientes me urgieron a h acer el intento ...
men de los artículos. agrupados por orden cronológico; en y yo tenía la confianza de que si no podía curarlos. podria
la segunda incluyo mis corneutarios críticos, las actuali- por lo menos proporcionarles una COTnprensión de SlL
zaciones y todos mis puntos de vista sobre el tema. Para problema mejor y más profunda... " Es iinportante recal-
una mejo1· comprensión sugiero al lector que a continua- car, respecto de los pacientes a que se refiere, que si bien
ción de cada artículo lea Jos respectivos comentarios. él los considera conio típicos neuróticos, hoy en día no
(púg. 187-210). guiándose para ello por los números colo- vacilaríamos en considerarlos psicóticos; sin embargo
cados entre paréntesis. aunque, si lo prefiere. puede leer el Abraham dice que wpara su sorpresa" - lo que revela su
capítulo de con-ido. escepticismo previo- wun número considerable de ellos
reaccionó favorablemente al tratamiento" . Atribuye la
relación éxito-fracaso terapéutico a lo que denomina wla
a. REVISION BIDLIOGRAFICA edad de la neurosis" y la considera de más importañcfü
que la edad cronológica del paciente. Son más favorables
aquellos casos en los cuales Mel paciente ha disfrutado de
l. Freuct. S. (1904): WSobre psicoterapia". o.e. XIV, Buenos una actitud sexual próxima a la no1mal y de un período de
Aires. Santiago Rueda Edltpr, 1952. actividad sexual útil". Señala que los casos de los viejos
en los cuales fracasó el tratamiento psicoanalítico. son
Se considera como el úrúco artículo de Freud que se re- los mismos en los cuales fracasaría aunque fueran
fiere espéciflcamente a la aplicación del psicoanálisis a jóvenes. Si bien Abraham insiste en con::;iderar que se
persona:; consideradas viejas. Al exponer los principios debe usar el método psicoanalítico clásico, señala que en
de SU nut:Vú método, la wpSiCOterapia analítica", ante un Malgunos casos", el tratamiento no debe conducirse del
auditorio c01npuesto exclusivamente por médicos, Freud mismo modo que con los pacientes más jóvenes. Como
es muy meticuloso al sentar las indicaciones. tanto como ejemplo dice que aquéllos suelen tener dlficultades para
las contraindicaciones del mismo. Justamente al refe- elegtr el J)Unto de partida para sus asoclaciünes libres y.
rirse a una de estas últimas dice: WLa edad de los enfermos . en .esos casos. el terapeuta debe guiarlos y eslinmlarlos
cumple un papel en su selección para el tratamiento psi- activamente (3). No incluye comentarios de los que pueda
coanalítico (1): por una parte, en la medida en que las per- inferirse el uso que hacía de la transferencia; sólo señala
sonas que se acercan a la cincuentena o la sobrepasan que para algunos de estos pacientes. el terapeuta repre-
suelen carecer de la plasticidad de los procesos anímicos sentaba inconscientemente al padre superior (4).
de la que depende la terapia (2) -y por otra parte, porque
el material que debería reelaborarse prolongaría indefi-
nidamente el tratamiento". No hay runguna otra referen- III. Wayne, George J.: MModified psychoanalyt.ic therapy
da al tema. in senescence",The Psychoanalylie 'Review, XL: 2, Nue-
va York, 1953.
II. Abraham. K. (1919): WLa aplicabilidad del tratamiento
psicoanalítico a los pacientes de edad avanzada". en El autor señala que los siguientes puntos han probado
Psicoanálisis clínico, Buenos Aires, Hormé, 1959. ser efectivos en la terapia con los viejos:
Señala Abraham que no se debe decir a priori que no se a. Hay que obtener el suficiente material histórico
puede actuar psicoanalíticamente s9bre las neurosis de la para pennitir la construcción de fantasías genéticas y
involución. dado que los procesos mentales no son uni- psicodinámicas para que se puedan entender las conduc-
formes. Esto apunta al hecho de considerar a los tas transferenciales. Esto posibilitará comprender el
wenfern1os" y no a wlas enfermedades". Cree que más que modo característico con el que el paciente se maneja en
pensar que no se puede. el psicoanalista debe investigar y las situaciones críticas de la vida. En las primeras entre-
desarrollar métodos nuevos para poder obtener resulta- vistas las producciones del paciente deben ser guiadas por
170 171
preguntas apropiadas y no intrusivas. para limitar el ma- tar ocasionales discusiones. y cuando está indicada. cier-
terial tangencial. ta guía es necesaria.
/
b. Las limitaciones de la terapia deben decidirse desde e. Debe usarse la posición frente a frente para que el
la situación terapéutica tan pronto como aparezcan las paciente pueda ver la "reacción" del terapeuta como un
dificultades del paciente. No deben considerarse necesa- contacto emocional positivo más que con la neutralidad
riamente como objetivos terapéuticos los cambios de la de la clásica posición del "incógnito analítico". Esto per-
estructura .caraeterológica. mite al paciente internarse en sus conflictos y dificul-
tades con menos ansiedad y con el sentimiento de ser
c. A menudo aparece algo que parece ser el problema comprendido y no condenado por hablar de cosas ina-
crucial habitual. Este debe emplearse como el camino propiadas. La sobredependencia con el terapeuta es mini-
principal de la terapia alrededor del cual giran otros con- mizada por esta posición y la cantidad de material regre-
flictos significantes y que tienen relación con él. Sin em- sivo disminuye (6). El interés del paciente por un terapeu-
bargo, el problema por el cual el paciente busca la terapia ta más joven es. en sí mismo terapéutico y puede manifes-
debe mantenerse claramente en foco. El paciente no debe tar una especie de "situación edípica invertida" dentro de
sentir que la terapia se vuelve tangencial. Su interés y su la cual el terapeuta es visualizado como un hijo amado. El
esperanza se mantienen por el hecho de tener en foco hijo se convierte así en padre de su padre como lo han en-·
aquellas dificultades que él clara y conscientemente reco- fatizado Erikson y Grotham. La participación de un tera-
noce. De esto se desprende que muchos problemas perso- peuta más viejo provee un objeto de identificación que
nales no son enteramente elaborados; viejos conflictos muestra que la vejez en sí misma no significa que sea in-
que han sido adecuadamente sobrellevados, aun cuando necesaria o descartable. Estas condiciones. implícitas en
no de una manera enteramente saludable, no necesitan la situación terapéutica, deben ser reconocidas y apro-
ser revisados. El ajuste sexual del paciente es uno de esos piadamente usadas por el terapeuta.
casos. El punto no debe evitarse u ocultarse, pero debe ha-
cerse un csfuerzo para no profundizarlo demasiado J El paciep.te debe ser llevado a tomar parte activa en
porque puede causar un recrudecimiento de viejas ansie- la solución de sus propios problemas más que impulsado
dades. El viejo neurótico puede sentir una gran tranquili- a caer en una aclilud pasiva y dependiente. El terapeuta
dad en el aquietamiento fisiológico de las urgencias se- puede caer en este error apremiado por el sentimiento de
xuales que en algún momento se sintieron como opresi- urgencia por obtener resultados en su paciente viejo, ayu-
vas y tiránicas (5). El problema importante y la meta li- dado por cierta realidad que indica que éste no tiene ante
mitada no deben ser oscurecidos por la reviviscencia de si tanto futuro como eljoven.
viejos corú1ictos.
F9 d El terapeuta debe ser relativamente activo en dirigir
g. Algunas veces, apropiadamente elegidas. se debe de-
dicar cierto tiempo a discutir aspectos reales de las acti-
el curso de la terapia. El paciente debe ser llevado a obte- tudes culturales hacia la vejez, como un reflejo de la so-
1 ner un insight profundo de los dinamismos inconscientes. ciedad como un todo, y de qué manera eso influye en sus
tanto por la interpretación de sus relaciones transferen- condiciones de vida . Estas discusiones seguramente
ciales como por el análisis de las simples situaciones que podrán implicar para el paciente que él es víctima irre-
suceden más allá de la transferencia. La rigidez y una im- versible de una actitud cultural inicua. Sin embargo, el
penetrable armadura caracterológica no son necesaria- terapeuta debe ayudar activamente al paciente para que
mente características de la vejez (2); en efecto, las inter- use este insight construcUvamente y no para quedarse en
pretaciones desagradables son habitualmente aceptadas una simple posición de lamento. También deben ser dis-
con menos resistencias que por los jóvenes. Parecería que cutidos los aspectos fisiológicos de la vejez y el hecho de
un entendimiento maduro hubiera reemplazado a la im- que el paciente es viejo no debe ocultarse como si fuese
petuosa rebeldía y a los ambiciosos esfuer.ws de lajuven- tabú. Debemos ayudar francamente al paciente a que él
tud . Un manejo activo adicional es necesario para sopor- mismo acepte sus 65 años antes que a esperar 21 más. Re-
172 173
ferenciales. Lo que no se puede saber mediante este ejem-
ferirse a él corno "un señor mayor" en vez de vlejo. confi- plo es cuáles son los resultados que se pueden obtener con
gura una connotación espuria. este método. ya que. 15 meses con esta técnica es un
período insuficiente. La autora promete "plankar ciertos
1l La duración y frecuencia de la terapia se debe estl- problemas específicos de las personas ancianas. y discu-
mar lndlvidualmente. Sin embargo, en general las se- Urlos", pero no lo hace.
siones vai-ían entre una y tres semanales: la duración to-
tal. entre 6 meses y un año. El plan debe ser flexible para
ir disminuyendo progresivamente las sesiones, con la co- V. Rolla. Edgardo: "Grupos de gente de edad", en Psico-
laboración del paciente, hasta la terminación de la tera- logía individual !J grupal. Buenos Alres, Editorial Tres.
pia. No obstante. ésta no necesariamente debe ser termi-
1962.
nada; la puerta del consultorio debe permanecer abierta
para que el paciente pueda retomar en los intervalos que Rolla tiene el(privilegio-'de ser uno de los primeros ana-
crea convenientes. La meta del vivir viejo y la inevitabili- listas que trabajaron en nuestro país con grupos de vie-
dad de un Uempo biológicamente más lento debe acep- jos. o por lo menos el primero en publicar su experiencia.
tarse y exµresarse tácitamente en la flexibilidad y amplio Este trabajo comienza con una aflnnación rotunda:
espacio de las entrevistas tanto como en la atmósfera te- "Considero que la mejor fom1a de resolver los problemas
rapéutica (7). propios que plantea la entrada en el último tercio de la
vida es - excepción hecha de las situaciones agudas. en
IV. Segal. Harma: "Algunas consideraciones acerca del cuyo caso el acercamiento en terapia Individual es inob-
análisis de un hombre de 7 4 años", Rev. Argentina de jetable- la de su abordaje grupal" (8). Al señalar cómo
Psicoanál. A.'VII, l. Buenos Aires, 1961. procede para la selección de los pacientes para los grupos.
dice que elige a "individuos con neurosis corrientes. que
Se relata el análisis de un hombre de 74 años realizado habiéndose adaptado con sus defensas y habiendo logra-
durante 15 meses. El paciente había padecido un brote do convivir evolutivamente en el mundo. al llegar a esta
psicótico agudo que remitió, dejando como secuela un es- etapa de la vida se encuentran sorpreslvainente con una
tado psicótico crónico hipocondriaco, con delirios perse- desadaptación; tanto más inexplicable ésta cuanto que el
cutorios y depresión sin alucinaciones. No se sabe exacta- individuo trata empeñosamente. con muy buena volun-
mente cuáles fueron los términos del contrato, aunque tad, de afianzarse y recuperar posiciones que siente va
entre lineas puede verse que el análisis se desarrollaba perdiendo. y comprueba que sus anteriores buenas defen-
frente a frente, sin diván. Del relato se desprende el uso sas ahora le producen más inconvenientes que ventajas".
constante de la transferencia acorde con los prlnclpios de Descarta todos los casos de decadencia senil o pf"esenil,
la técnica klelniana, de la cual la autora es una exponente así como "todo caso de neurosis anterior donde prevale-
típica. Es sumamente Interesante comprobar el alto gra- cieran intensamente las ansiedades paranoides que
do de comprensión del mundo interno del paciente alcan- harán luego insoportable la vejez".
zado por la autora en tan poco tiempo de tratamiento. tal
como se traduce en las impecables construcciones que En cuanto al manejo terapéutico del grupo. el autor In-
realiza. Lamentablemente, en cuanto a los resultados ob- siste en que debe ser conducido como grupo operativo y
tenidos ("llevado a cabo con éxito, y hasta donde yo pueda señala que en este f uncionamlento su modalidad no es
juzgar con muy buenos resultados clínicos") no es posible "estrictamente psicoanalíllca". De aquí se desprende que
determinar cuáles fueron y hay que quedarse solamente en la tarea de hacer consciente lo inconsciente. la técnica
con la explicación que Segal da. Señala que casi no existe evita interpretaciones sobre profundidades instintivas y
diferencia entre este análisis y el de otros pacientes de di- su relación con lo social, limitandose el terapeuta a reco-
versas edades (3). Lo que se desprende de este trabajo es nocer esas situaciones y luego a "esclarecer" las formas de
que es posible utilizar la técnica psicoanalítica clásica en funcionamiento: con esto se busca evitar el incremento de
el tratamiento de los pacientes viejos. Colaboran, son ca-
grandes montos de ansiedad.
paces de insight, comprenden las interpretaciones trans-
175
174
Hay dos confesiones personales de Rolla de suma im- tunidades le llevó cigarros, a los que el paciente era muy
portancia: afecto.
a) cuando señala que al usar el concepto Ngent'.e de Otro punto importante fue que luego de tres años de te~
edad" es consciente que emplea un eufemismo que delata rapia. el terapeuta fue cambiado de departamento dentro
el miedo que le produce el empleo de la palabra "viejo" (9). de la institución y tuvo que abandonar el tratamiento. Lo
y b) cuando relata que al comenzar su trabajo con el pli- sustituyó otro médico y en ese momento sobrevino la en-
mer grupo, lo abordó con la idea prejuiciosa - . provenien- fermedad terminal, acompañada con fuertes deseos de
te de terceros- de que el problema central era enfrentar a morirse por parte del paciente ( 11).
estas personas con la idea de la muerte. Su sorpresafue En la discusión que siguió a la presentación de este tra-
grande cuando posteiiormente comprobó que el tema fue bajo. el doctor Kauffman señaló que el historial demos-
abordado con Nla relativa tranquilidad con que puede ha- traba que muchas veces lo más importante no es lo que _
cerlo un individuo medianamente neurótico y con la mis- hacemos sino cómo lo hacemos, refiiiéndose a la forma
ma cantidad de negación maníaca que cabe esperar en de conducir el tratamiento. con comunicación extra-
todo individuo, cualquiera sea su edad". Sostiene que la sesión - postales- o al hecho de darle gratificaciones
persistencia de mucha ansiedad al respecto está en rela- reales y directas - regalos- . Luego señaló que la plincipal
ción directa con la cantidad de componentes psicóticos sintomatología de este paciente - soledad. temor a 1a
previos en la estructura de la personalidad (10). Concluye muerte. depresión incluyendo ideas de suicidio- podría
con otra rotunda afirmación: NSostengo que el grupo de ser vista tanto a los 81 años corno a los 18. y que no debía
gente de edad debiera 5er considerado por todo terapeuta considerarse específica de la edad. Se refiere luego al tema
que ejercite la labor grupal, como la técnica profiláctica del terapeuta joven enfrentado con un paciente viejo. y se
más eficaz para evitar que la vejez, situación fisiológica, interroga sobre las motivaciones que puedan determinar
se transforme en un incontrolado bullir de ansiedades, esta dedicación. Sugiere que se deben hacer estudios para
tanto depresivas como paranoides, transformando en in- determinar el motivo de la elección profesional: ¿a qué
fortunada una de las épocas que puede ser de las más feli- edad se decidió? ¿Cuán viejos son sus padres? ¿Cuándo
ces de la vida. Todo terapeuta de grupo debiera tener por murieron? ¿Cuánta culpa siente en relación con ellos?
lo menos un grupo de gente de edad en funcionamiento"~ (12).
El doctor Berezin sefl.aló que había que utilizar
VI. Da Silva, Guy: "The Loneliness1and Death1 of an Old parámetro·s técnicos para decidir el tratamiento del pa-
Man", Joumal of Geriairic Psychiatry, Nueva York, ciente viejo, y que él no podía imaginarse a ninguno de e-
1965. llos acostado en el diván y asociando libremente. Suginó
adecuar la técnica a los pacientes (6).
Presenta el caso de un hombre de 81 años tratado en un - -. / Por lo contrario se pronunció el doctor Blau. Dijo que
hospital durante 3 años a razón de una sesión semanal de si bien es común la utilización de recursos adicionales
50 minutos. El diagnóstico era de psicosis maníaco- como sesiones extras, regalos y varias otras estratagemas
depresiva con mecanismos paranoides. Además padecía para conseguir la cooperación de los pacientes borderlme
de trastornos prostáticos severos, de los cuales tuvo que o psicóticos, él no creía que esto debiera usarse en los pa-
ser operado sobre el final del tratamiento y a consecuen- cientes viejos y que si llegara a hacerse se deberá pagar un
cia del cual falleció a los 84 años. Es interesante señalar cierto precio por ello.
que la indicación para la psicoterapia se decidió a raíz de También, como débil propuesta alternativa, sugiere
la profunda soledad que este hombre sentía. El relato del que en caso de que el terapeuta considere necesaria la
tratamiento muestra muy claramente el Upo de relación gratificación directa. debe hacérsela llegar en fonna
que se estableció entre el terapeuta y el paciente. y las ca- anónipla y sin que aquél se entere jamás.
racterísticas de transferencia psicótica masiva que ésta Simberg piensa que en los casos en que la privación
adquirió. La actitud contratransferencial del: terapeuta sensorial inducida por la hospitalización genere regre-
queda muy claramente expuesta en el hecho de que le es- sión, la respuesta del terapeuta debe ser humana. Basa su
.,cribía postales durante sus vacaciones. y en varias opor- argumentación en la observación del cambio de jerarquía

176 177
de las defensas del paciente y dice que cuando la regresión paciente de tratarlo como un niflo obediente y colocarse a
adquiere pn:: ponderancia es 11<.:ces ario aYüdarlC>a toferar-
Ia más que ~· tratar Je vencerla. Piensa que en esta éQ_os_a
de Ta vida. d regalo nüs lwvortaulc:: que se le puede dar a
1 la defensiva. Bien ent endido. los conflictos edípicos del
paciente se encuentra n aquí. pero en situación inversa:
busca de tratar agresivamente al médico como siente que
una persona es compremkrla y apeciarla, pero los él ha sido tratado siendo nhlo. y los propios conflictos del
símbolos L.w1Li én sun lmpoi-l <-r nks. y lo son más aun si terapeuta pueden sentirse mal asegurados en este punto
pueden ayudarlo a convivir coñ sus defensas. a tolerar la esencial. Podrá reaccionar de diversas maneras: formu-
enfe1medad y la Idea de la muerte. lará interpretaciones agresivas. rechazantes o buscará la
S. Lcvin cree que lus n :gal;.J s del terapeuta ayudan a es- forma de interrumpir el trc.1.tamiento; minimizará las co-
tablecer y mantener la alianza terapéutica y a garantizar sas y dará interpretaciones benigna s. En ambos casos el
una constallcia objetal durante su ausencia. Recalca la resultado será malo .
importancia que tiene el c ambio de terapeuta y que Podrá además negar toda la vida sexual del paciente o
habría que encontrar la fon11a de evitar la depresión que buscará imponerle un cierto modo de vida: lo que está
esto pueda i:,roducir; recomienda que duraute un tiempo bien para el viejo del punto de vista del adulto. Las reac-
vean al paciente ambos terapeutas para favorecer el des- ciones oscilarán entre la sumisión o una excesiva defe-
plazamiento de la transferencia (11). rencia, además de una voluntad de imponerse por la fuer-
za o vengarse.
VII. Dedieu -Ang}ade, Gérard: "Psychotérapie au cours du 1 terapeuta debe saber enfrentarse con las múltiples
troisiéme age. Apen;u des problemes théoriques et heridas narcisistas que necesariamente se producirán
. techniques". Corifrontations Psychiairiques. Psycho- durante el tratamiento. Su disponibilidad personal de-
pathologie de la Vleülesse. Société Parisienne D'Ex- penderá fundamentalmente de su propio análisis. que de-
pansion Chimique, París. 1970. berá completarse con una fom1ación técnica que lo lleve
esencialmente al conocimiento de las condiciones bio-
En este trabajo se realiza una extensa revisión biblio- sico-sociales de la vejez (13).
gráfica sobre d tema, tratando de ver en qué medida se to- Señala el autor que es imprescindible la apreciación
man o se dejan de lado los puntos de vista pesirnlstas de del nivel exacto de la demanda del enfermo mediante una
Freud sobre el tratamiento de los viejos. También se exa- evaluación del equilibrio económico de su personalidad:
minan otras técnicas de abordaje no psicoanalíticas. Sin estudio de su vida pasada. pensando que la edad de la neu-
embargo, la parte más importante del estudio está referi- rosis cuenta más que la edad cronológica ( l); la agilidad
da a la preponderancia de la contra~ransferencla, a lo que de las funciones mentales y. sobre todo. la capacidad an-
el autor llama la "disponibilidad del terapeuta" para el terior de reaccionar somáticamente, teniendo en CJ.lenta.
tratamiento. Dice al respecto: "De entrada queremos po- ñaturalmente, el debilitamiento del organismo .
ner el acento sobre un punto que nos parece esencial: las En estas condiciones. a la vez qu e hay que añadir la
condiciones en las cuales se efectúa toda la elaboraélóñ necesidad de condiciones materiales favorables. se puede
eorica sobre el envejecimiento muestra que uno sola ~ comprobar que es posible realizar tratamientos psicote-
rrienle puede observar en el enfenno lo que le perrnife rapéuticos de ritmo y duración variables. con resultados
constatar su pro2ia disp_9nibilidad. Esto se ve muy clara- comparables a los observados en otros periodos de la vida
mente en los trabajos sobre el envejecimiento donde las (3) . De esta manera se podrán conocer mejor, desde la
directivas terapéuticas y los consejos sobre higiene de clínica. los mecanJsmos de defensa más particulares de la
vida traducen muy frecuentemente las proyecciones de la vejez: negación. seudodebilitamiento intelectual. seudo-
ansiedad de los autores frente a su propio envejecirnlen- rigideZ.-Capacidad de reaccionar somáticamente. etc. Al
to". mismóuempo se contribuye a la higiene mental cTel adul- e
Entrando luego en la descripción de la práctica clínica. to, en la medida en que resulta posible detectar ciertos ti-
dice que un sentimiento de culpa puede aparecer en el te- pos de personalidades que envejecerán mal y a quienes se e
rapeuta frente a los celos que siente el paciente ante su ju- podrá aconsejar que no dejen lndefinidam·e nte "para
ventud. Puede sentirse desbordado por las tentativas del mañana" ciertas cuestiones vitalmente necesarias. e
178 179 e
Estos tratamientos. en los casos favorables. se extien- plejo de castración y sometimiento a figura s superyolcas"
den en el tiempo sin que terminen verdaderamente . Las (13). El terapeuta debe tener muy en claro que Mno puede
entrevistas se espacian luego de un cierto tiempo y el pa- pretender un cambio estructural en el paciente. pero tam-
ciente continúa virúcndo cada tanto, según su demanda. poco someterse pasivamente y renunciar de entrada a un
Esta técnica. que el autor denomina tennmación mdeter- enérgico intento de ayuda".
mmada. está recalcada como de particular utilidad. Cuando el autor cambia de lugar de trabajo. de la ins-
La conclusión final del artículo es la siguiente: MHemos titución al consultorio privado, cambia radicalmente su
podido constatar que la psicoterapia. aun la realizada por modo operativo. Las sesiones son de 50 minutos. dos a
analistas entrenados, reviste. en la mayoría de los casos. tres veces por semana, sin objetivos limitados y utllizan-
un aspecto de sostén pragmático" (4). cio el diván en algunas ocasiones. En estos pacientes, el
autor utiliza predominantemente las interpretaciones
VIII. Weissmann, Femando: MPsicoterapia en gerontes". psicoanalíticas transferenciales, en tanto que en los
trabajo leído en la Asociación Médica Argentina. Bue- otros. los de la institución. predomlnalo que Weissmann
nos Aires. 1977. llama mterpretaciones psicoanalíticas sugestivas, en las
cuales tiene decisiva importancia la figura y la personali-
Este es un trabajo importante porque nos provee de la dad del terapeuta.
serie completa: clínica. técnica y teoría. tanto institu- La razón para el cambio de táctica en ambos casos pa-
cional como privada. rece estar dada por a) el poco tiempo y el poco confort de
Weissmann utiliza la psicoterapia basada en la teoría que se disponía en la institución, y b) la edad de los pa-
psicoanalítica, pero señala que la que se realiza con vie- cientes: 72 a 87 años en la institución, y de 55 a 65 aüos en
jos Mes una forma especial de terapia breve". A este respec- el consultorio privado.
to. es importante señalar, así como interrogarse. por qué
el autor utiliza parámetros muy distintos en unos y otros IX. Cath, Stanley (coordinador): MThe psychoanalysis of
casos. the older patient", Annual Meeting of the American
En la institución trabaja con tiempo limitado a tres Psychoanalytic Association. Nueva York, diciembre
meses, con una evaluación que permite la posibilidad de de 1982.
continuar. Dos razones para ello: a) evitar el estableci-
miento de un vínculo simbiótico. y b) evitar la frustra- Lo primero que llama la atención al leer este artículo
ción del terapeuta si no hay respuesta efectiva. Aun cuan- es la importancia que los psicoanalistas norteamerica-
do el tiempo de sesión es de 15 a 30 minutos frente a frente nos le dan al tema de la vejez. al punto de dedicarle toda·
(6). el encuadre prevé elasticidades tales como modificar una sesión de la reurúón anual.
la duración. incluir familiares, planificar las actividades Stanley Cath fue su coordinador y en su introducción
diarias o administrar medicación. La transferencia se sostuvo que, contrariamente a lo que afimrnba Freud, la
usa como modo de actuar sobre ciertas defensas mo- edad cronológica no es un indicador válido ele anallzabi-
mentáneas que dificultan la marcha del tratamiento . In- lidad. pues el envejecimiento no es una experiencia mo-
duce la utilización del Mrecordar" y verbalizar estos re- nolítica equivalente para todas las personas (1), y que en
cuerdos como un intento de discriminar entre pasado y esta época de la vida, así como en la juventud, lo impor-
presente. Como diferencia importante entre esta psicote- tante para el análisis es una selección adecuada de los pa-
rapia y la de pacientes adultos. señala la Menonne gravi- cientes. Hay evidencias teóricas y clínicas, sostuvo, de
tación" que en los viejos adquiere la dimensión cuerpo. la que en el ser humano la necesidad de objeto y su correla-
cual se hace depositaria habitual de las fantasías más to. la transferencia, .permanecen constantes a través de
persecutorias y angustlantes (3). todo el ciclo vital. Si hay alguna diferencia, es que en esta
Afirma luego que un rechazo del terapeuta hacia su edad la necesidad motiva una mayor profundidad del
contratransferencia es la mayor dificultad con que se tro- contacto con el analista en un intenso deseo de encontrar
pieza en esta psicoterapia y le aconseja que ahonde en su invulnerabilidad. Cath termina sei'i.alando la importan-
análisis personal Mlos aspectos relacionados con su com- cia de hacer accesible el análisis a los pacientes viejos y

180 181
enfatiza el hecho de que la contratransferencia de los expresar intenso amor y afecto tanto como deseos de
analls~as es una de las Laneras principales que hay que unión sexual con su analista (5).
vencer parCi hacer esto posllJk ( 13). El material clínico es largo, completo y detallado, y se
En la prhnera prese11taclón .. Simberg dijo 'que había puede seguir muy bien su desarrollo, especialmente a tra-
hecho una encuesta Infonnal con varios colegas psicoa- vés de la interpretación de varios sueüos de contenido
11alistas co dond(~ se revelab~·t que muchos de ellos terúan preedípico. Una de las diferencias que. según Simberg,
serlas dudas sobre la posibllidaq de analizar personas existe con el análisis de personas más jóvtnes. es que se
mayores de 60 años. Las dudas se centraban en cosas tales tiene la impresión de estar trabajando con un espectro de
como la <lblancla de los analizados con sus pensamien- tiempo más complejo. por el fácil y fluido curso de las
tos y sentimientos de su temprana infancia o la flexibili- identificaciones. que abarcan hasta cinco generaciones.
dad yoica: pero lo que más le llamó la atención fue el poco Simberg termina aseverando que los cambios estruc-
interés y cu1iosldad que los colegas demostraban hacia el turales de un sujeto a través del análisis son posibles y
tema, lo que le indujo a reflexionar sobre las motiva- que continúa, no importa la edad que se tenga. Sostiene
ciones que llevan a los analistas a desear trabajar con pa- que en este caso pudo observar notables cambios en las
cientes viejos ( 12). actitudes superyoicas de su paciente y en sus funciones
yoicas. siguiendo a la resolución de su conflicto in-
En contraposición con esta postura, Simberg presentó trapsíquico. La paciente manifestó un incremento de su
un detallado relato de un profundo y exitoso análisis rea- sensibilidad hacia los sentimientos de los <lemas: expan-
lizado con una rn11jer de 64 años a quien él mismo había dió la capacidad efectora yoica, que se manifestó en la
analizado, hacía 20 ailos, por una depresión consecuente publicación de varios escritos: estabilizó su matrimonio
a un divorcio no deseado. A los 57 años se volvió a casar y, gradualmente, con la tristeza apropiada. comenzó a
con un hombre que acababa de enviudar y que le exigía aceptar la posibilidad de su propia mortalidad (10).
mucha atención y dedicación. En un intento de satisfa- King, al leer su trabajo WLogros y peligros en el análisis
cerlo y de consolidar esta nueva relación, ·abandonó un de los pacientes viejos", comienza señalando que, dado
activo trabajo que desarrollaba en una empresa muy exi- que los analistas tienen muy pocos pacientes viejos en
tosa que ella misma había creado. Como consecuencia, tratamiento, es importante compartir las experiencias
comenzó a sufrir depresiones reactivas. Preocupada por para comparar los logros obtenidos y especular sobre las
el incremento de su depresión y por ideas de suicidio, con- razones de los mismos.
sultó a su anterior analista a los 62 años. Al discutir los Al comentar las presiones que determinan la
términos del tratamiento ella pregunta: w¿No soy muy búsqueda de análisis en este momento de sus vidas,
vieja para el análisis?" y Simberg responde: wLa edad no señala que ciertas personas en su mediana edad sienten
tiene importancia; lo que importa es su motivación " y la necesidad de otorgarse una oportunidad para hacer una
comienza ti tratamiento a razón de 5 sesiones por sema- revaluación de sí mismas y así poder hacer frente a la ju-
na (14). bilación, el envejecimiento y la muerte: entonces buscan
El autor señala que durante el tratamiento wsintió ayuda en el psicoanalista. Otras veces las presiones vie-
estar haciendo buenas sesiones" con mayor frecuencia nen de los cambios psicobiológicos producidos por la
que con pacientes más jóvenes. menopausia en la mujer y por el climaterio en el hombre:
Con respecto a la paciente. Simberg demuestra que está otros sufren de síntomas específicos de enfermedades
trabajando muy bien en un análisis profundo. Provee nu- neuróticas que anteriormente no se habían tomado en se-
merosos ejemplos donde se ve la recuperación de expe- rio. La preocupación por este tipo de presiones tiende -
riencias infantiles asociadas con su correspondiente según la autora- a favorecer una mayor y más productiva
afecto y que es capaz de distinguir los sentimientos prove- alianza terapéutica que en muchos pacientes más
nientes de su pasado de }os que experimenta en el jóvenes.
presente. Tanto el material preedípico como el edípico Al enumerar los logros en este tipo de análisis, King re-
están disponibles para su análisis y en la medida en que marca que el crecimiento yoico puede verse facilitado en
se profundizó en la transferencia, la paciente fue capaz de esta edad por el desarrollo de nuevas sublimaciones y con ~
182 183 ti::
-=
modificaciones en el yo Ideal y en la propia autolrnagen. una progresiva adaptación a las demandas internas y ex-
Al disminuir la disociación yoica, el sentimiento de alie- ternas.
nación entre el sí-mismo (seUJ y el otro disminuye. lcf que Al discutir estos trabajos, M. Berezin se11aló que se re-
pem1ite a los viejos experimentar un nuevo sentido en su feriría a algunos principios generales sobre la vejei, más
Identidad. Por otra parte, al mantener un contacto satis- que a los aspectos clínicos relatados, y tomó inmediata-
factorio con su mundo interno, resultado de un análisis mente el terna de la sex:ualidad en esta edad. Dijo que hay
exitoso, sin necesidad de un reaseguro constante por parte un espectro especial relacionado con la ~edad subjetiva"
de los otros, no se ven amenazados por el temor a la sole- que juega un importante papel en el tratamiento psicoa-
dad o a la incapacidad creciente. nalítico de los pacientes viejos. Con frecuencia los viejos
En cuanto a los peligros, King señala que en los pa- construyen una edad interna secreta, habitualmente más
cientes viejos existe mayor posibilidad de que desarro- joven que la cronológica. inconsciente y que juega un rol
llen una erúermedad temlinal. Esto no quiere decir que el significativo respecto del desarrollo de la transferencia y
análisis debe detenerse. sino que se modifican significa- de la contratransfercncia. Berezin cita el caso ele un resi-
tivamente las metas y ciertamente trae una especial pre- dente psiquiátrico de 29 ailos que supervisaba con él a
sión sobre el analista al erúrentarlo con la posibilidad de una paciente de 73 años que había desarrollado una per-
su propia erúermedad y muerte (10) . Otro peligro muy sistente transferencia erotizada. El residente le había an-
común es cuando el paciente siente que el analista es lo ticipado que la paciente probablemente lo veía como a su
único que lo mantiene vivo y que la Interrupción del tra- joven y amado hijo. y quedó sorprendido y angustiado
tamiento puede precipitar una enfennedad tenninal o la cuando la paciente insistió en tener relaciones sexuales
muerte. Este sentimiento puede llevar a la instalación de con él y, además. le contó que se masturbaba regular-
un análisis interminable y el analista debe estar atento mente con la fantasía de tenerlo como pareja.
para no pemlitir que suceda. En otros casos el terapeuta Berezin insiste en que no sólo es dHicil encontrar refe-
debe hacer frente a una reacción terapéutica negativa del rencias a la sexualidad de los pacientes viejos en los his-
paciente viejo detemlinada por la envidia hacia su juven- toriales relatados por terapeutas jóvenes. sino que en ese
tud (13). Alerta también sobre los pacientes con caracte- panel, dedicado a los psicoanalistas de pacientes viejos.
rologías tan rígidas que u tlllzan fuertes defensas obsesi- no se presentó ninguna referencia sobre la vida SC-"Xual de
vas para convertir el tratamiento en un mero ritual. los pacientes tratados por reconocidos analis tas corno
Anne Marie Sandler utiliza luego un largo material Slmberg. King o Sandlcr. Omisiones de esta naturaleza
clínico de la señora A. hospitalizada a los 69 años por difícilmente se verían en el cas o de presentación de his-
una depresión agitada subsecuente a su jubilación, y que toriales de pacientes jóvenes (5) .
luego fue tratada psicoanalíticamente por ella a pedido de A continuación Miller presentó el úlUmo trabajo,
una hija. A partir de este ejemplo sostiene que a través de HSexualidad e impulsos libidinales en la vejez~. corrobo-
todo el ciclo vital. pero especialmente en la niñez y en la rando lo anterion11er1te dicho por Bcrezln en cuanto a la
vejez, las presiones psicológicas. biológicas y sociales. escasa atención dada por los psicoanalistas al lema.
tanto internas corno externas. Imponen al individuo de- Miller destaca la importancia de los factores sociocul-
mandas de cambio y adaptación ante las cuales, y espe- turales en el individuo, y señala que el tiempo y la época
cialmente en los períodos de transición entre una fase del en la cual uno nace, crece y envejece llene definitiva In-
desarrollo y la otra, debe encontrar nuevas formas de fluencia no sólo en relación con los factores psicológicos
manejarse con ellas. Estos períodos de transición están y temperamentales, sino también con la e..xpresión de los
marcados por disrupciones severas del equilibrio Inter- impulsos biológicos en sí mismos .
no, pero la necesidad de erúrentar las consecu encias del En la discusión gene ral que siguió a la presentación de
envejecimiento y la realidad de la muerte puede obrar estos trabajos. se enfatizó es pec ialmente el papel que ju-
constructlvamente : llevar a una adaptación satisfactoria gaba la contra transferencia ( 13 ) de los terapeutas en la
y restaurar la homeostasis. En estos momentos. y para atención o desatención de estos pacientes . y la importan-
estos fines. Sandler enfallza la aplicación del psi- cia que una aclllud vital positiva hacia la vejez tenía en el
coanálisis en la idea de que el desarrollo psicológico es desarrollo exitoso de los tratamientos (1)..
184 185
tuales, tales como "pedidos de agua, uso del baño, saludo
X. Ferrero, G., Kavanchik, A. y Schvartzman, A.: "Al en- con un beso, cambio de horarios, etc." no son conceptuaU-
cuenlro del viejo", trabajo prt:senlado en el 9º Encuen- zadas ni interpretadas como acling out. Dan información
lro de discusión y 4° Simposio Anual de la '.Asociación y participan activamente en la organización vital del pa-
Escuela Argenlina de Psicoterapia para Graduados. ciente. Cuando se precisa medicación, aconsejan que la
Buenos Aires, 1986. prescriba el propio terapeuta, si es médico (15). En cuanto
a los honorarios, les es indiferente que sean solventados
Las auloras comienzan señalando la necesidad que tu- por el paciente o por los familiares ( 16).
vieron de moldear lécnicas personales para alender a sus Dos puntos importantes de la dinámica del tratamien-
pacientes viejos anle la evidencia de la falta de un marco to son los que se refieren a la promoción de la emergencia
teórico adecuado, y sobre todo actualizado, en este tema. de la reminiscencia, en un intento de buscar motiva-
Sugieren que la aclitud de marginar al viejo de la psicote- ciones que resignifiqucn el deseo de construir un proyecto
rapia no depende de "la rigidez del aparato psíquico del futuro, y la eslimulación de la curiosidad, con el fin de le-
paciente", como dijo Freud, sino de la "rigidez del .aparato vantar su historia de vida: "que a mí me interese produce
teórico del analista" (2). Esta interesante observación se la sorpresa de descubrirse inleresado, por lo tanto inte-
completa cuando dicen que "si el objetivo del análisis es resante. y genera la curiosidad del paciente acerca de sí
hacer consciente lo inconsciente y compartimos el cono- mismo".
cimiento de la atemporalidad del mismo. ¿por qué la
temporalidad cronológica. 'los anos', se erigirían en un
obstáculo para la labor del terapeuta?" ( 1). b. COMENTARIOS CRITICOS Y ACTUALIZACIONES
Señalan luego que se necesita introducir modlflca-
ciones a la técnica clásica para tratar a estos pacientes,
tanto en el método como en la meta, pero insisten en que (1) Este trabajo de Freud ha dado mucho que hablar a
al hacerlo privilegian la finalidad terapéutica sobre la todos los psicoterapeutas con inclinación psicoanalítica
investigación del psiquismo. El objetivo que se proponen que se dedican al trabajo con viejos. De hecho. al comuni-
de esta manera es "tratar de validar la posibilidad de car sus experiencias personales, la enom1e mayoría sigue
estar vivo hasta la muerte, y no ir muriendo de a poco haciendo referencia a los conceptos aquí vertidos: se pre-
mientras se está vivo". guntan si Freud tenía o no razón en lo que decía e inva-
Insisten permanenlemente en las dificultades que se riablemente terminan diciendo que no, que no la tenía.
les plantean como terapeutas en estos tratamientos: el Si esto es así -y yo creo que lo es-, significa que no hay
uso de una notoria energía personal frente a la "de- ningún obstáculo para el tratamiento de léits personas
bilitada" capacidad libidinal del paciente, lo que lleva a mayores de 50 años. Sin embargo, como se puede ver en la
adoptar en el comienzo una actitud deliberadamente es- práctica diaria, muy pocos terapeutas se dedican a traba-
timulante: la amenaza del acercamiento a la muerte, real jar en este campo, de manera que las dificultades habrá
para el paciente. temida para el terapeuta ( 10); la herida que buscarlas por otro lado y no por el que señalaba
narcisista del envejecimiento personal que surge en la Freud. En otro lugar me he referido a ello (cap. 1). y aquí
confrontación dtrecta y no fantasmal. solamente quiero hacer algunas consideraciones sobre lo
A parttr de estas premisas describen los aspectos técni- que se afinna en este artículo.
cos de su tarea. Una a dos veces por semana, 50 minutos En primer lugar hay que señalar que en este escrito,
frente a frente (6). pero adecuando los horarios a las ne- así como en todos los llamados "escritos técnicos de
cesidades específicas del paciente. Las consultas pueden Freud", se nota una preocupación permanente por delimi-
ser domiciliarias (14) o instll ucionales. tar el modo de funcionamiento de su nuevo descubrimien-
No tratan de favorecer la regresión en el tratamiento to, y por dejar bien sentado ante la comunidad médica de
(6) y para ello evitan los silencios. interpretan escasa- su tiempo qué era y qué no era el psicoanálisis. No quería
mente la transferencia resistencia!. aunque buscan favo- que quedaran dudas y era muy explícito al senalar que las
recer la transferencia positiva. Algunas conductas habl- desviaciones de lo que él creía que debía hacerse no las e
186 187
compartía ni · 1as criticaba, pero que no eran psi- este fin la última media hora del día". Aquí todos los co-
coanálisis. Trataba - sobre todo al principio- de que hu- mentarios sobran.
biera la menor posibilidad de errores o de que. por lo me- En la actualidad esta discusión es irrelevante puesto
nos. éstos fueran imputables a los problemas personales que las personas de 50 años están consideradas dentro ele
de los psicoterapeutas (escotomas. puntos ciegos, etc.) y no la mediana edad y, como ya he seflalado en otro lado (cap.
a la teoría en sí misma. Esta es la razón por la cual en al- 2). para muchas de ellas ésta es considerada "la flor de la
gunas oportunidades Freud extremaba la cautela en su vida" por sus realizaciones personales. sociales. profesio-
criterio de analizabilidad. uno de cuyos ejemplos es el que nales y/o productivas. La edad cronológica ha dejado de
tratamos aquí. ser un indicador válido para determinar la analizablli-
En su defensa hay que señalar, por otra parte. que en la dad de las personas y ahora nos atenemos más a las mo-
época en que el artículo fue escrito la .expectativa de vida tivaciones de la búsqueda de tratamiento. al cuadro psi-
era muy inferior a la actual (50 contra 70 años aproxi- copatológico. al estado de sus defensas y a la eventual dis-
madamente). y que las condiciones socioculturales de los posición de ayuda familiar apropiada. Los cas os presen-
países desarrollados. Austria entre ellos, determinaban tados en los artículos II. VIII y especialmente en N y IX.
para las personas de 50 años en adelante el rol social de son muy demostrativos al respecto. De hecho. en nuestra
"viejos": a esta concepción ideológica de su tiempo se práctica privada es sumamente frec uente la consulta y el
sometió Freud. Pero yo creo que fue un sometimiento a pedido de tratamiento por parte de personas que están en
medias. pensando más en lo que seüalé antes que lo que la cincuentena, en tanto que. cuando la edad s upera los 60
fue su propia realidad. Veamos. A pesar de que siempre se años. la consulta suele ser hecha por los familiares .
cita este artículo como lo único que escribió Freud sobre
el tema de la vejez. curiosamente se olvidan por lo r:nenos (2) Berezin, en la discusión del trabajo IX. seflala que
tres ejemplos clínicos importantes. "la rigidez no es ni una función ni una consecuencia de la
En el capítulo IX de Introducción al psicoanálisis edad sino la persistencia en el paciente del estilo del
(1916). para ilustrar el funcionamiento de la censura en el carácter de su personalidad". y estoy de acuerdo con él
sueño utiliza el material onírico de una "señora. ya de porque esto constituye una evidencia clínica inefutable.
edad. muy estimada y culta", que luego resulta que tiene Pero hay que distinguir dos casos. Hay personas que han
50 años. Es interesante el alto contenido erótico del sueüo sido rígidas e inflexibles desde jóvenes y al llegar a la ve-
al que Freud le da el título de "sueño de los servicios de jez probablemente - aunque no siempre- se les acentua-
amor". En el capítulo XVI del mismo libro Freud analiza rán estos rasgos: otros no lo han sido tanto pero al llegar
con su habitual claridad y profundidad la obsesión de una al momento del envejecimiento se les hace manifiesta.
"seüora de 53 años, muy bien conservada. amable y sen- En estos casos la rigidez está determinada pm una diso-
cilla" cuyo tratamiento le fue encomendado por el yerno ciación extrema corno un intento de lucha1· contra la an-
de la paciente pero que no pudo continuar mucho tiempo siedad que les provocan los cambios bio-ps ico··socialcs
"por las circunstancias. harto desfavorables. en que el propios de este pasaje. y que se estructuran como fomrn-
análisis hubo de desarrollarse". Aunque no se explicitan ción reactiva, ligados a viejos aspectos caractcrológicos
cuáles fueron estos motivos. Freud. al lamentarse de no que hasta el momento habían transcurrido de fom1a yo-
haber podido continuar el tratamiento. nos está sintónica.
s eñalando implícitamente el abandono en la práctica de Lo que quiero señalar es que hay tanto pacientes viejos
su contundente aseveración de 1904. corno jóvenes con rigidez defensiva. y que la dlflcultad de
manejo terapéutico dependerá de su tipo de estructura psi-
Por último. el paciente más famoso de Freud. Jones copatológica y no de su edad cronológica.
(1953). al justúicar el titulo del capítulo XIV de su bio-
r
grafia de Freud. titulado "El autoanálisis (1897 ... dice: (3) Realizado por un terapeuta que cumpla los requisi-
"En el encabezamiento de este capítulo hemos puesto sólo tos que señalo en otro lugar (1 3). no hay ninguna diferen-
la fecha inicial. La razón de ello es que Freud. según me cia entre el tratamiento psicotcrapéutlco de los pacientes
ha dicho. nunca dejó de analizarse. dedicando siempre a viejos y el de los de alias edades. Insisto en lo ele los lera-
188 189
peutas porque su "disponibilidad" (VII) y su contratrans- coanál!sis propiamente dicho, rigurosa y libre de toda
ferencb s <.: r~~ n lo qu e: en ,-dl!mJ. instancia deten11ine el tendencia".
destino de la relación t e ra ¡ )~ utic a . Esta cita de Abraham Y así es, pero las formas han variado y las hemos ido
mueslr;l qu f' él también pcns aua que no habfa dil.erencia adaptando, como decía Abraham, "más a los enfermos
alguna. que a las enfermedades". No sólo eso, sino. que al incluir-
nos cada vez más como elemento fundante del campo te-
(1) Es te ::lrtíc ulo es i.111p u1taute por ser el primero publi- rapéutico, prestamos mayor atención a la estructura de la
cado por u11 ps icoaualista del círculo cercano a Freud; se pareja clínica y a lo que podemos obtener de ella. Hay que
opone decididamente a las ideas expuestas por éste quince escuchar muy atentamente lo que dice KaufTman (VI): "no
años antes y lo hace apoyado en que: "Desde entonces, la es tan importante lo que se hace sino cómo se hace". Y el
experiencia psicoanalítica ha aumentado mucho, y su cómo se hace dependerá fundamentalmente de cómo po-
técnica se ha desarrollado grandemente". Hay algunos damos nosotros manejar la relación que se nos plantee.
puntos que merecen ser recalcados. Con todo esto no quiero defender una anarquía técnica
Uno está referido a algo que he señalado anterior- clásica o modificarla, como si ello dependiera. en última
mente (1). Abraham se refiere aquí al tratamiento de pa- instancia, de la edad de los pacientes, sino que quiero
cientes de "edad muy avanzada", pero cuando leemos los señalar que me parece irrelevante el plantearse si en el
historiales nos encontramos con que los cuatro pacientes tratamiento de los viejos hay que recurrir a la técnica.
tenían 50, 50, 53 y 41 años respectivamente. y del primero Existen objetivos básicos mínimos que creo debemos
ele ellos decía que "se hallaba en el periodo de involución" compartir todos como terapeutas. tales como hacer cons-
(?). Evidentemente no es ésta la idea que hoy tenemos so- ciente lo inconsciente. atender a la calidad y cantidad de
bre el tema. pero muestra con mucha Claridad cuál era la las defensas y tratar de ayudar a remover los síntomas ,
ideología de la época, aun en los círculos médicos. sobre todo esto dentro del marco de la comprensión de los psi-
la ubicación de la vejez dentro del ciclo vital humano. codinamismos que se juegan en el campo terapéutico. El
Otro punto a considerar en este trabajo es el referido a logro de estos objetivos dependerá no sólo de la edad de
las dudas que se le presentan al autor sobre si en estos ca- los pacientes sino del cuadro psicopatológico y de nuestra
sos debe usarse el método psicoanalítico tradicional o si "disponibilidad" para el tratamiento (VII).
debe modificárselo. Es importante dar alguna respuesta El conjunto de todos estos factores determinará nues-
porque, como el lector podrá apreciar leyendo el resto de tro modo de funcionamiento, pero como se observa
los artículos, es un tema que de una u otra manera se les dramáticamente en la revisión de estos artículos. los cri-
plantea a todos los autores, y que cada uno resuelve de terios teórico-prácticos son muy dispares. Veamos si no
manera particular y, en algunas oportunidades, hasta os- los criterios sobre duración de los tratamientos (III. IV,
tensiblemente contrapuestas. VII, IX, X); frecuencia (III, VI, VII, VIII, IX); uso del diván o
Desde la época de Abraham hasta aquí los aspectos frente a frente (III. IV, VI, VIII, X); o el uso de la transferen-
teóricos y técnicos psicoanalíticos se han desarrollado cia (III, IV, VI, VIII. IX) . Todo esto hace que nos resuene es-
enormemente. Estos desarrollos no sólo son aplicables a pecialmente la conclusión de Didieu-Anglade (VII) y que
los que se consideran como tratamientos psicoanalíticos vale la pena repetir: "Hemos podldo constatar que la psi-
"ortodoxos", sino a casi todas las formas de psicoterapia coterapia (en los viejos). aun la realizada por analistas
que utilizamos. La conceptualización de nuevos cuadros entrenados, reviste en la m ayoría de los casos un aspecto
psicopalológicos tales como las psicopatías, borderlines. de sostén pragmático".
adicciones graves, etc., así como la exigencia de la aten- Aun de acuerdo con esta aseveración, no debemos desa-
ción de éstos u otros pacientes en instituciones variadas lentamos porque a despecho de técnicas distintas. los re-
nos han llevado a lo que Freud vaticinaba en 1918: a sultados parecen ser buenos en la mayoría de los casos, y
"mezclar el oro puro con el cobre" ... "Pero cualesquiera los terapeutas, optimistas sobre su trabajo. Entonces de-
que sean la estructura y composición de esta psicoterapia bemos concluir que esto se debe fundamentalmente a una
para el pueblo, sus elementos más importantes y eficaces abierta y cariñosa actitud vital hacia la vejez ajena y a
continuarán siendo, desde luego, los tomados del psi- una aceptación sin angustias de la propia. I:
190 191
(5) Para entender cabalmente este tema me remito a demos si no lo que dice Abraham (11): "los casos de viejos
mis anteriores trabajos sobre viejismo (cap. 1) y sobre en los cuales fracasó el tratamiento psicoanalítico son
sexualidad en la vejez (cap. 5). En ellos expongo las ra- los mismos en los cuales fracasaría, aunque fueran jóve-
zones psicológicas profundas del rechazo a la sexualidad nes".
de los viejos, pero no por ello dejan de lmpactarme las
afirmaciones que Wayne hace aquí, tanto como las recon- (7) Este artículo es interesante porque méi.s que una te-
venciones que Berezin (IX) hace a las presentaciones de rapia psicoanalítica modificada, como lo expresa el
algunos reconocidos psicoanalistas en ese Panel. Puedo título, es un exponente cabal de una forma de terapia muy
imaginarme perfectamente lo que Berezin le diría a extendida en los años 50 y 60 en los Estados Unidos: me
Wayne si hubiesen coincidido en el tiempo. refiero a la terapia conductista. No quiero que se tome
Pero entretanto me pregunto, ¿cómo puede un psicoa- esto como una crítica, simplemente deseo situar al lector
nalista proponer la no profundlzaclón de un tema como dentro del esquema referencial pertinente.
el de la sexualidad durante un tratamiento? ¿Cómo se
puede proponer una alianza con la neurosis en detrimen- (8) Este artículo de Rolla. con su entusiasmo y su em-
to del auténtico conocimiento? Si se analizan las pul- puje a favor del trabajo grupal con "gente de edad", como
siones sexuales en los niños, los adolescentes y adultos, él los llamaba en esa época, fue el primero de su género
¿por qué no en los viejos? ¿Qué son, sujetos de segunda que leí en 1970 y el que, de alguna manera, dctcrrninó la
categoría? futura ideología de trabajo del Equipo de Pslcoecriatría y
La sexualidad en estos pacientes debe ser conveniente- Psicoprofilaxis de la Vejez que comenzó a funcionar en el
mente analizada dentro del material asociativo en la Centro de Salud Mental Nº 1 de la Capital Federal. Junto
medida en que vaya apareciendo, tal como se ve en el his- con Eduardo Aduce! y Ana María A11tenzon resolvimos
torial de Slmberg (IX), o pese al temor que pueda provocar. aplicar nuestros conocimientos psicoanalíticos al traba-
como le pasaba al candidato que controlaba con Berezln jo con viejos y luego de varias discusiones tomamos una
(IX). La transferencia erótica está permanentemente detem1inación que desde ese momento mantuvimos inal-
presente y no se la puede Ignorar, aun bajo una aparente terada durante todos los años de trabajo en la inslituciól}:
preocupación por el paciente, como parece sostener solamente trabajaríamos con grupos terapéuticos y pai·a
Wayne. ello establecimos a priori una especie de slogan que decía:
No está de más recordar que nuestro rol profesional "todo viejo es agrupable hasta que no demuestre lo con-
como psicoterapeutas nos obliga a la búsqueda incesante trario". A la larga quedó de manlflesto que ésa fue una
de la verdad. y ésta no se puede conseguir silenciando decisión correcta y productiva, ya que sólo "dem•Jslraron
conscientemente aspecto alguno de la personalidad de lo contrario" los casos de demencia senil y de cl.ertas de-
nuestros pacientes. presiones psicóticas en sus períodos más críUcos.
Con el correr del tiemµo, y luego de sucesivas prucllas
(6) Es preciso que quede claro que la elección del diván por ensayo y error, fuimos confirmando lo que aun hoy
o de la posición frente a frente no depende solamente de la considero como la mejor metodología en este tipo de tra-
edad del paciente. El cuadro psicopatológico, la meta tera- bajo denlro de las instituciones. La fuimos estructurando
péutica que nos fijemos, el grado de regresión que nos a partir de la constatación del alto grado ele <insieclad que
propongamos conseguir, el estado de las defensas, etc., generaba en los terapeutas el trabajo con estos pacientes.
son también cosas que hay que tener en cuenta. no sólo por el Upo de material que producían. sirio porque
No estoy de acuerdo con la posición que aquí sostiene en muchos casos configuraban lo que se conoce con el
Wayne para descartar el uso del diván, argumento que nombre de "pacientes de alto riesgo". Como todo ello se
queda claramente refutado al leer los historiales presen- traducía en el afloramiento y manejo de fucrtes ansie-
tados en IX, aunque sí es cierto lo que sostiene con respec- dades psicóticas, tomamos prestada del trabajo con
to a la regresión. De cualquier manera, hay viejos que psicóticos clínicos la idea de la co-tcrapia, y a partir de un
toleran la regresión y otros que no, pero exactamente en determinado momento la usamos en todos los casos, in-
la misma forma y proporción que en otras edades. Recor- cluso, más adelante. en las entrevistas de admisión.
192 193
El es qué1Ga J ,- lc:ibajo ern el ~.J¿;uiente: se constituía el No hay ninguna duda de que el grupo lerc.1péulico cum-
gru1JO CUJ1 G <.. 10 r,acier:lé:S y lo dirigían dos terapeutas y ple una función de suma importancia en el tratamiento
dus observadon~s 110 parlicipanles. La función de éstos de gran parte de los problemas psicológicos de estos pa-
era que u11u i"eg:lslrase por escrito todo lo qu~ decían los cientes. sobre todo teniendo en cuenta que en el trasfondo
p~ickntes y el olrn tocl.o lo que decían los terapeutas •. Lue- de la gran mayoría está la pérdida de ciertos roles so-
go de la sesión, que d11raba 90 minutos, en la hora si- ciales. entre otros escuchar y ser escuchado, reconocer y
g¡ 1knte se reunía todo el equipo institucional y se contro- ser reconocido, interesarse y ser interesante, etc. En este
laba el trabajo recientemente realtzado sobre la base de aspecto es donde el grupo cumple el aspecto mayéutico al
lc:1s nota::; to111adas por los observadores. Este tipo de con- cual Bleger (1972) le daba tanta importancia, y que es el
trol efectuado "en caliente" demostró ser de primordial responsable de la rápida respuesta que suelen tener estos
impo1tancla para 1) la comprensión del material de los pacientes. más rápida que en otros grupos de edades me-
pacientes; 2) la comprensión del funcionamiento de los nores. Pero no sólo los aspectos mayéuticos cuentan sino
terapeutas. lanto en su acción como en sus omisiones; 3) también, por supuesto, los objetivos de curación, que en
la detección del impacto contratransferencial en la con- estos pacientes se dan en una proporción similar a los de
ducta de los lérapeutas. es decir en su integración. acerca- otras edades. Ultimamente, observando y estudiando
miento. distancia afectiva, distracciones, etc.; 4) la dis- ciertas actitudes de la sociedad hacia los viejos. rne h e
minución de la ansiedad de terapeutas y observadores, y empezado a cuestionar este Upo de terapia, pero. en-
5) la cohesión y consolidación de los vínculos de trabajo tendámonos bien, no en sufondo smo en lafonna como
del equipo. Personalmente creo que a este último punto la hacemos. ¿Qué quiero decir con esto?
debe dársele la mayor prioridad en el trabajo institucio- En otro lugar (cap . 1) me he referido extensamente a los
nal con estos pacientes: si el equipo se siente cohesionado prejuicios contra la vejez y las consecuencias que tienen
y con redes de apoyo recíprocas, funciona bien, y como sobre la posibilidad de transitar adecuadamente por este
consecuencia el trabajo clínico se desarrolla sin ten- crucial período de la vida . Observando estas conductas es
siones y el beneficiario directo es, por supuesto, el pa- que he empezado a preguntam1e con preocupación, si a
ciente. · pesar de nuestra buena intención al buscar soluciones
Las conclusiones sobre el trabajo realtzado con los pri- para los problemas psicológicos de los viejos, el hecho de
m ei"os grupos en la institución fueron expuestos por An- constituir grupos terapéuticos integrados solamente por
tenzon y Koziol (1973) en el ler. Congreso Latinoamerica- viejos no es una forma más de contribuir a su aislamien-
no de Gerontología y Geriatría. to y segregación. Se podría argumentar en contra de esto,
que si existen grupos de niños, de adolescentes, de ulcero-
A nuestro Equipo le correspond~ el mérito de haber sos, etc., ¿por qué no podría haberlos de viejos? La res-
sido el primero en nuestro país en trabajar en forma in- puesta es que ni los niños. ni los adolescentes, ni los ulce-
tensiva con grupos de viejos en una institución, modelo rosos son grupos sociales segregados y los viejos, sí lo
que luego, por fortuna, pasó a constituirse en una práctica son. Podría ser que al agruparlos - aunque fuese con fines
corriente en muchos servicios ••. · terapéuticos- estuviéramos, sin darnos cuenta. reforzan-
Ahora bien, ya han pasado varios años desde que se do su segregación, constituyendo una especie de gueto so-
puso en funcionamiento todo este operativo. y creo que cioterapéutico que, en definitiva. tendría el efecto de ale-
conviene hacer una revisión. tanto de lo actuado por no- jarlos de la vista y el contacto del resto de la población. lo
sotros como de lo que sostiene Rolla.
Aduce!, Ana Maria Antenzon, Ana Toblm, Silvia Kozlol. Renata Hllb,
Juana Lljalad, Margarita Mangone, Roberto Mazzucca, Ma1·tha
•No tengo dudas de que en la actualidad, y disponiendo de los medios Schelnker, Jacobo Tacus, Mónica Smajuk, Ercilia Marlínez, Roberto
necesarios, los ob s ervadores grupales podrán ser sustituidos por la Chornobro!f, Alberto Aber, Gabriela Roih, Luis Mlnuchin, Enrique Ml -
cámara de Gesell, las máquinas de video o los circuitos cerrados de tele - rabé, Daniel Menajowsky, Isabel Salomón, Susana Evans y Clara Zanl -
visión. nl.
•• Quiero hacer público mi reconocimiento y a~radecimiento perso- Esta tarea no hubiera sido posible de no mediar el impulso y apoyo
nal a todos aquellos pioneros que con su trabajo, de alguna manera in- decisivo blindado por el entonces director de la Institución, doctor llugo
íluyeron en el de sa rrollo de la psicogc1ialria en nuestro medio: Eduardo Rosarios, y por el jefe dd Equipo de Adultos, doctor Carlos Kaplan. Para
ellos tamblen mi profundo reconocimiento.

194 195
que constituye el objetivo último de todo prejuicio de este ante la amenaza de que se llegase a un callejón !>ill salida
Upo. Con esto no quiero decir que no haya que brindar la OMS cortó por lo sano y estableció como varárnetro
tratamiento grupal a este sector de la población, sino qÍ.1e universal los 65 aüos como el comienzo de l;\ vejez. Por
creo que deben ser incluidos en grupos con personas de extensión comenzó a llamarse Nenvcjeci111lr11to" al
variadas edades, pues ello redundaría en beneficio para período comprendido entre los 55 y los 65 ai'i.os .
todos. viejos, jóvenes y terapeutas. Sería ése el lugar Nadie está satisfecho con esta solución s alomónica.
donde se podrían apreciar las diversas formas que ad- pero aun así. y hasta tanto no lleguemos a pouenws <le
quieren los prejuicios y la segregación contra los viejos, y acuerdo respecto de otra. en muchos medios se la sigue
cuál es el grado de aceptación y/ o participación de éstos usando por comodidad: en otros no, y ya veretuos cuáles
en la construcción y mantenimiento de esas conductas. son las alternativas que se barajan.
Pienso que éste es un proyecto coherente y correcto. Cuando comenzamos a trabajar en el Centro ele Salud
pero también sé que por el momento es de dificil viabili- Mental N2 1, allá por 1970, estas dudas eran frecu entes en
dad porque no creo que haya muchos terapeutas que estén nuestro equipo hasta que un trabajo de Mario SleJllevich
dispuestos a llevarlo adelante, especialmente en los con- (1971) nos dio una pista importante . Allí decía: NI>csde la
sultorios privados, por temor - prejuicioso también- a época de la revolución industrial la d enominacl.ón de
perjudicar su consulta particular. Se debería, por lo me- 'viejo' califica por igual a objetos y seres ltum;mos. Desde
nos. aprovechar la gran y variada afluencia de pacientes entonces (y debido a su producción masiva) ya no se valo-
a los servicios hospitalarios para probar y poner a punto ra a los objetos y utens ilios por su ulilidacl real, ~!no cu
este sistema que, insisto, resultará de suma utilidad. relación al 'último modelo". A su vez lv.s per~' Oll <:1~~ no se
miden por su capacidad, sino que ésta conlien;;,a a sc1 de-
(9) Este problema que se le plantea a Rolla es similar al ducida formalmente de la edad cronológica. Nuc ~ lra ac-
que alguna vez se nos ha planteado a todos los que traba- tual sociedad de consumo induce en la comunidad uua ac-
jamos en este campo. Además tiene varias aristas. ¿Cómo titud que, así como impulsa a reemplazar 'lo viejo' (si1va
llamamos a nuestro objeto de trabajo: viejo, anciano, se- o no). impulsa a reemplazar 'al viejo' (sirva o no). pres.to-
nescente, geronte, etc.? ¿Desde cuándo llamamos a al- nada por un ejército de desocupados jóvenes'". Es ta cita s l-
guien viejo. anciano, senescente, geronte. etc.? ¿Qué es ser tuaba el problema del viejo en la perspectiva ele la dcsrca-
viejo. anciano. senescente, geronte, etc.? Estas preguntas. lización del ser hum.ano a través de su NcoslíJcaclón" y
repito. están presentes en la mente de todos los investiga- nos indicaba que había que comprenderlo dentro ele su
dores. como se ve en la utilización de distintas palabras desarrollo histórico. tanto social como iudlvld ual . como
para designar al mismo sujeto .... ¿o tal vez no es el mis- un hombre-trabajador alienado en el proceso de produc-
mo? Vayamos por partes. ción al que pertenece y que lo encuentra. ;11 fJ11 ;1l de ~;u ca-
Creo que sería importante ponernos de acuerdo sobre mino, identificado con los objetos que produjo y qu e pau-
la terminología a usar para c{ue la comunicación con co- latinamente fueron vaciándolo haslé\ co11ve11 irJo cu un
( ser sin actividad vital. Por lo tanto nos [J <\rc<: ló I C>~lco y
legas de otras partes del mundo. de otras culturas, inclu-
so. tenga cierto viso de seriedad científica. Pero resulta efectivo propulsar la ulilirnclóu de la palabr;1 vic>J u -
bastante dificil hacerlo porque, como he seflalado en re- desechando expresamente tollos los sinónimo ~; - desde to-
petidas oportunidades, cada cultura produce su propio dos los medios de comunicación disponibles a nues tro al-
tipo de envejecimiento y, por lo tanto, los sujetos que cance, conferencias. radio, televisión , perlócHcos . cte .. en
transitan este periodo serán distintos en latitudes distin- un intento explícito ele que la población en ge neral. y los
tas. Pero aun hay más. Dentro de una misma cultura, al profesionales en especial, fueréu-1 perclJenclo el mic<.lo a la
envejecer, los individuos tienden a diferenciarse cada vez vejez, a su propia vejez, a través de perderle el miedo ~l la
más entre sí. mucho más que en otras edades anteriores. palabra que la designa.
Son más homogéneos como grupo los chicos o los adoles- Esta mela que me impu s e <!Psde el co!llle11zo ele mi lrn-
centes que los (¿cómo los llamamos?) viejos, ancianos, bajo en psicogerial.ría. en cierto sentido creo qu c ll a ciado
senescentes, gcrontes. etc. Este fenómeno. llamado dis- muy buenos re ~~ullados en 111 ic::::t ro mcdi(> desde d punto ck
persión en estadística. dificulta un poco más las cosas. y vista de su extens ión y pro[undlzacióu, pe ro d u de d pu11-

196 1· 197
i
1
lo de visl::i .:·. linlcu deirH is ln'>fallas. Con el correr de:l tiem- jo de Muchinik es un claro ejemplo de lo que allí sosten-
po nos dimos cuenta de que no todos los colegas tratá- go, en el sentido de que muestra una gran correlación con
bamos el rüls mo Upo de pacientes y que la palabra viejo lo que nos es dable observar en la clínica y que, por otra
pm·~cía ::.; ,_
x nn1y abarcaliva y poco slgniflcatíva. Una parte, ya ha llamado la atención de varios autores.
pcimera evaluación de c::>La situación conflictiva me llevó Neugarten ha sido quien primero ha insistido en este
a sacrific'ar momi::ntúneamente la evickucia clínica a fa- punto, y en un reciente artículo ( 1986) n~sume los concep-
vor de 1<1 l ' ' luridad que me había impuesto: que se empe- tos que ya venía elaborando con anterioridad y que fue -
zara a pen.k1· el miedo a la vejez. Hoy, más de quince años ron expuestos en 1982 de la siguiente manera: MEntre el
después y con parte de este objetivo cumpliéndose satis- gran rango de diferencias que se observa en las personas
factoriamente. creo que hay que retomar el otro punto. viejas es útil hacer una distinción entre the young-old y
¿A quiénes llamaremos viejos, entonces? the old-old, distinción basada no en la edad en sí misma
Proponeo dar vuelta la pregunta y comenzar por for- sino en características sociales y de salud. [Por el mo-
mulársela a los propios interesados. mento voy a usar los dos térn1i11os en su original inglés
Muchinik ( 1984) realizó un interesante trabajo de hasta su traducción más adelante). Los young-old son la
campo en 1978 sobre aspectos significativos de la vejez, gran mayoría. Son los hombres y las mujeres compe-
uno de cuyos ítems estaba dedicado al estudio de la ima- tentes y vigorosos que habiendo reducido su actividad en
gen que los sujetos tenían de sí mismos. De este estudio el trabajo o en las tareas domésticas, tienen una situa-
reproduzco el siguiente cuadro: ción financiera relativamente confortable, son bien edu-
cados y miembros integrados de sus familias y comuni-
dades. En contraste. los old-old son los que sufren las
Identidad según edad cronológica consecuencias de las mayores pérdidas fisicas, mentales
(N= 297 sujetos) o sociales, y que requieren servicios sociales y de salud
¿Cómo se siente usted? para su soporte y restablecimiento. Estas son las perso-
nas que necesitan cuidados especiales. El término young·
old representa la realidad social que determina que la
65 a 69 70 a 74 75 años línea demarcatoria entre la mediana edad y la vejez está
años años o más TOTAL
(N;156) (N; 76) %
lejos de ser claramente delimitada. Si miramos a la tota-
(N; 65)
ºlo ºlo lidad de la población affiba de los 65 años, una rápida ~s­
0
lo
Uniación nos muestra que los young-old constituyen del
Joven 4,4 3,9 4,6 4,3 80 % al 85 % y los old-old sólo del 15 % al 20 %. Por su-
De mediana edad 26,9 11,8 10,7 10,5 puesto que ésta es una observación no demasiado precisa;
Una persona mayor 52,5 56,5 47,6 50,8 las proporciones podrán cambiar en sucesivos grupos eta-
Una persona vieja 16,0 27,6 36,9 23,8 rios y de acuerdo con las diferentes definiciones que de-
( mos a la palabra fragilidad. El hecho de que la enonne
mayoria de las personas mayores de 65 afl.os sean esen-
Independientemente del curioso hecho del gran cialmente competentes - es decir young-old - es la mayor
número de personas que se consideran Mjóvenes", razón adquisición del siglo XX en los Estados Unidos" (la bas-
que obligó a los investigadores a agregar esta categoría tardilla es mía).
con posterioridad, lo que llama la atención es la baja pro- Dejando de lado el hecho de que ciertos aspectos de
porción de encuestados que se consideran Mviejos" (cerca esta descripción corresponden a la sociedad norteameri-
del 25 %). solamente 1 de cada 4, en tanto que algo más de cana actual y que no son exactamente extrapolables a
la mitad se ve a sí mismo como Muna persona mayor". En vastos sectores de nuestro país, ni mucho ni.enos a los de
otro lugar (cap. l) me he referido a la importancia que es- América latina. la distinción entre dos tipos de viejos es
tas autoevaluaciones tienen para el establecimiento de pertinente y debemos buscar la fom1a de instrumentarla
los diagnósticos funcionales en la vejez como comple- · aquí. El primer problema que se nos presenta es cómo
mentarlos de los diagnósticos de tipo médico. Este traba- traducimos los términos young·old y old-old. La traduc-
198 199
ción literal viejo-joven. viejo-viejo me parece que no psicoterapéutlco. con las personas vi<'j 3s y con s u s pro-
sirve porque podría prestarse a connotaciones ideo- blemas. Es un caso típico de con s 1d c rac lún "a dulto -
lógicas complejas. Los términos Joven y viejo están1 muy morfa". es decir de proyección en los viejos e.le c onducta ~:;
s eparados en el tiempo, y entre ellos existen otros que no pertenecientes a los adultos. Lo q11 e s e obser va clíni-
d eben ser desestimados y que pueden ser útiles. camente en estos pacientes es que la mo c1le n o ocup a el
En nu es tro país Elbert y Antonu;::cio (1985). apo- lugar preponderante en sus preoc up <>cion c:.' q11 e los 8.Llul -
yándose en trabajos de R. Gutman. dicen: "la denomina - tos creen. Este es un tema prcocupa nl(' 1mr ;1 1::1 ~;; 1.1 c rso n C1~3
ción de 'adultos mayores' (es) para aquellas persona s qu e más jóvenes. no para los viejos ... ¡y tl c 1wn razón! Tien c11
c omienzan a mostrar algunos signos de envejecimiento razón porque se muere más gente Joven que vJ. eja. La
en lo corporal y que en lo social se hallan atravesando creencia popular habitua l al obsi::rva r l;:\ p.\rámlcle de-
et a pas de pérdida de roles debido a cambios en su s mográfica es que hacia el final és t::i se achicn y h ay m c 110:>
á mbitos familiares y de trabajo . El término 'anciano' viejos porque éstos se mueren en mayor c a nl ida d ... p ero
será usado para referlrnos a personas que en nuestra so- no es así, es exactamente al revés : hay m e nos viejo ~
c iedad transitan por un período de declinación biológica porque mucha más gente se muere en el c~ 1mh10 antes d e
acelerada. que tiene lugar alrededor de los 80 años, térrnl- llegar a edades avanzadas. No hay que olvida rse que el
no medio" . Como vemos. estas definiciones concuerdan crecimiento de la población vieja en toda s p a rtes del
casi con exactitud con las de Neugarten e introducen ade- mundo - con los problemas que ello trae apa rejado- es el
c uadamente el concepto "adulto mayor". aunque fall a n a resultado del desarrollo clentifico y t ecnológico que per -
mi Juicio, al utilizar el término "anciano"; la palab ra mite actuar de manera preventiva y cu r:-1tlva s obre las
c orrecta pa ra esto creo que es "viejo". Insisto, hay qu e afecciones que se manifiesta n en lo s sectm es m ás Jó-
u sarla sin miedo. venes, brindando así uua mayor sobrcvtcl;-1 .
Habría que incluir dos palabras que también designan Volviendo a las consecuencias p s icológicas de todo
a proxlmadamente lo que estamos tratando aquí, espe- esto, señalemos que, en general. la prlnclpa l preocupa-
cia lmente en lo que se refiere a la funcionalidad. · corno ción de los viejos no es la muerte sino la pérdida d e los
los térn1inos senectud y senilidad. que connotan el enve- roles sociales, pérdlda que, en muchos ca ~o s . h ace J11so-·
j ecimiento normal y patológico. respectivamente. Est::1 s portable la vida. La toma de conciencia d e la pers onifica -
p a labras son peligrosas porque. especialmente la última. ción personal de la abstracción "muerte" debería ocu rrlr
senil. han entrado en la franja de las palabras más fre- nonnalmente en las pe1sonas en s u m cdiam.1 euacl, lo cual
cuentemente utilizadas en los prejuicios contra la vejez, y llevaría a una elaboración adecuada y a la Clccptc:ición de
se han saturado de una significación cargada ideo- la propia muerte como un ekrncnto inteernn tc de la vlda ..
lógicamente de hostilidad . Por suerte creo que cada vez se La imposibilidad de h a cerlo, la n egac ión, d rechazo o la
u s an menos en los círculos científicos serios. o por lo me- persistencia de fuertes componentes p sicótJcos previos -'-
n os se la s usa con mayor cautela y propiedad. como acertadamente señala Rolla- d et ermin a n qu e lue-
ReexamLnando todas estas ideas. me parece adec u a do go, en su vejez. muchos sujetos pers is ta n en fuert es preo-
t raducir - por lo menos por el momento- los términos cupaciones sobre la muerte . Pero es to debe ponerse en la
young -old y old-old por adulto mayor y viejo respectiva- cuenta de la patología y no de la eda d .
m ente. Si lo aceptamos. entonces , desde el punto de vista
b io-psico-soc ial el ciclo vital estaría compuesto por in- (11) Este tema me interesa muy cs p eci<1Jmcnle porqu e
fancia, pubertad. adolescencia, adultos jóvenes. mediana tiene que ver directamente con algo en lo etléll ve ngo In-
edad. adultos mayores y viejos. cada una con sus particu- sistiendo desde hace mu cho, des de mi trabajo en el Centro
laridades y conflictos propios. los cuales determinarían de Salud N 9 1.
la pertenencia de los sujetos a ellas y no simplemente su En las instituciones dedlcadas a la SLllud m ental y es-
edad cronológica. pecialmente en nuestro p a ís, donde la falta de una remu -
neración adecuada - entre otras cosas- produce una mo-
( 10). Esta idea de Rolla está muy extendida entre vilidad y deserción muy gra nd t>s del p erson ;,\l terapéutic o
quienes no tienen contacto directo. desde el punto de vista especializado, es necesario fom entar, p or m edio de su In -

200 201
terpretacfón :>fstt1nática, ta l1 ansjerencla institucional no es otra historia. y dependerá. entre otras cosas. de la
más qut la individual. Es preciso que el paciente se sienta profundización que sobre ellas hayamos hecho en nues-
contenid0. fJJ.·otegido y comprendldo por la institución, de . tro análisis personal. Por lo tanto. todos los terapeutas
la cual el te:1·apeuta que ocasionalmente reaÍiza el trata- tendrán sus motivaciones para atender niños, adoles-
miento debe ser· sólo el representante. así como aquélla centes. psicóticos. etc .. pero que yo sepa estas motiva-
debe serlo de la sociedad toda. ciones no forman parte de la preocupación de los inves-
Las iuslituciones deben tener una política clara y de- tigadores que se dedican a estos temas. por lo menos no
finida en este sentido, que tienda a evitar la práctica, tan tengo conocimiento de que se haya publicado algo al res -
común y ex:Lendida. de permitir que muchos terapeutas la pecto. Entonces, ¿por qué tendrían que ser importantes
utilicen como lugar para sacar de allí su clientela particu- las motivaciones de los terapeutas para atender viejos?
lar, ya que para conseguirlo necesariamente deben recu- Tenemos que concluir que lo son solamente en la medida
rrir al procedimiento de hacerse idealizar por los pa- en que alguien considere la vejez como una edad muy dis-
cientes utilizando la transferencia como sugestión, lo tinta de las demás - pero cargada de una connotación ne-
cual incrementa en éstos una fuerte disociación entre te- gativa-. merecedora de una atención especial, y a los que
rapeuta e institución, sin tener en cuenta las previsibles trabajan en este campo como poseedores de una actitud
consecuencias que esta conducta puede tener sobre el en- morbosa - sospechosa en el mejor de los casos- hacia
fem10. Claro que uno puede comprender que esto ocmre ella y hacia la muerte.
porque en üuestro país a los profesionales no se les paga o Personalmente me parece más provechoso plantearrhe
se les paga muy mal, y por lo tanto tratan de cobrarse por las preguntas al revés, es decir, ¿por qué tan pocos tera-
otro lado. lo cual es cierto. pero no por ello deja de tener peutas quieren trabajar con viejos? ¿Cuál es el temor que
consecuencias negativas sobre la marcha de las institu- la vejez produce en nosotros que nos lleva a rechazarla?
ciones y sobre el resultado de los tratamientos que allí se
realizan. Una solución parcial que aliviaría algo la situa- (13) En otro lugar me he extendido sobre las dificul-
ción sería que las instituciones pagaran a los profesio- tades que se le plantean al terapeuta para atender a este
nales con fomrnción adecuada, es decir con cursos, ate- tipo de pacientes (cap. 1), de manera que remito al lector a
neos. controles. etc .. pero en realidad muy pocas lo hacen. lo allí dicho. Ahora sólo quiero resaltar algunas cosas.
El análisis centrado en la transferencia institucional Como se ve en varios trabajos aquí resumidos (VI, VII.
aliviaría, por ejemplo, los procesos de duelo que tienden a Vlll, IX y X), es una observación constante de todos los au-
producirse ante la necesidad de cambio de terapeuta, tores el que la contratransferencia juega un papel decisi-
como en el caso que estamos viendo. vo en la instalación, mantenimiento y logro del trata-
miento con estos pacientes. por eso me parece muy impor-
(12) Estas preguntas, así como las que se hace Simberg tante lo que Didieu-Anglade señala sobre la necesidad del
(IX). merecen algunas consideraciones. análisis personal más el complemento de la formación
Basándome en lo que he explicado largamente en mi técnica especializada. La falta de estas dos piezas claves
trabajo sobre vl2jlsmo sostengo que estas preguntas for- es lo que determina: 1) el poco interés de los terapeutas
man parte de un típico pensamiento prejuicioso hacia la para atender a pacientes viejos; 2) el fracaso de los trata-
vejez y descallflcatorio para con los profesionales que mientos emprendidos por terapeutas no entrenados. o 3)
trabajamos con ella. Esto no debe ser tomado como una el abandono, después de un corto tiempo. del trabajo con
crítica al pensamiento consciente de estos autores, sino viejos por parte de los terapeutas.
como un ejemplo muy claro de lo que describí en mi El análisis personal es importante en estos casos por
artículo. en especial cuando me refiero a los aspectos in- dos razones fundamentales. En primer lugar, porque es
conscientes del vlejlsmo y a la acción perjudicial que preciso que los profesionales que piensen dedicarse a esta
tiene cuando asienta en un profesional encargado de la tarea tengan elaborado. por lo menos en parte, su situa-
salud mental de los viejos. ción como hijos dentro del triángulo edípico para que eso
Desde el psicoanálisis sabemos que todas nuestras les permita la suficiente libertad interior como para po-
conductas tienen sus motivaciones. SI las conocemos o der situarse, sin angustias, cuando las exigencias transfe-

202 203
renciales del tratamiento lo coloquen. en cualquiera de más adelante, organismos no oficiales promovieron ac-
los tres Jugares requeridos. En segundo Jugar, porque es ciones que culminaron en la creación de diversos tipos de
preciso que los terapeutas tengan aceptado - aunque sea programas en relación con la enseriariza de la geriahia y
en parte- su propio proceso de envejecimiento como algo la gerontología. En lo referente a la Argentina-dice: HLa
activo e inevitable, inherente a la vida inisma. para que especialidad es reconocida por el Ministerio de Salud
el enfrentamiento constante, diario. con la vejez de sus Pública y Medio Ambiente. Para la obtención del titulo de
pacientes no se convierta en una prueba constante, dia- especialista, se exige haber realizado algunos cursos espe-
ria, de su juventud, es decir en una conducta contrafóbica ciales o haber ejercido una actividad continua, durante
de reafirmación narcisista de algunos aspectos de su per- cinco años, en algún servicio de geriatría reconocido
sonalidad. como tal.
La elauoración de estos dos aspectos les permitirá
afrontar las dificultades certeramente expuestas aquí por Universidad de Buenos Aires: Estableció no1n1as para
Didieu-Anglade y en los artículos VI, VIII y IX, pero el otorgamiento del título de médico geriéltra, que involu-
además puede dar respuesta a otra preocupación de estos cra actividades teórico-prácticas durante 2 aflos .
mismos autores: ¿tiene importancia la edad del terapeuta Universidad de Rosario: Por medio de su Facultad de
en este tipo de tratamientos. especialmente cuando es Medicina y a través de la Sociedad de Ge1 ial1 ía ele Rosa-
más joven? rio, se realizan cursos de posgrado cada 2 m~ws, para el
Planteadas las cosas de este modo, la respuesta deci- otorgamiento de títulos.
didamente es no. Podtian surgir -y de hecho surgen- Otros cursos de capacitación profesional:
clertas dificultades resistenciales manifiestas relaciona- - Dirección de Ancianidad de la Municipalldad de Bue-
das con la edad del terapeuta, pero en la medida en que nos Aires.
éste haya cumplido los requisitos que serialamos ante- - Hospital Aeronáutico.
riormente estará en condiciones de acceder al material - Club Edad de Plata del Consejo Argentino de Mujeres
inconsciente necesario para disolverlas. Aquí las cosas Israelitas.
son similares a las que planteé anteriormente con respec- - PAMI.
to a la edad de los pacientes para acceder al tratamiento -AGEBA".
(1). es decir que las dificultades en el manejo de la situa-
ción terapéutica no dependen de la edad del profesional, La lista no es completa, pero es sigrúficativ;t y muestra
s ino que están en relación con sus propias respuestas que en el país tenemos algunos lugares en durnle se pucclcH
contratransferenciales. Esto en cuanto al requisito del seguir cursos sistemáticos de aprendiza.Je de 1, 1 gcri<itifa y
análisis personal. la gerontología ... pero no de la psicoge1iallié1. Esto está
En lo referente a la formación técnica especializada delegado al esfuerzo personal de algunos empeüo:,;os .
también hay algo que decir, empezando por lo más obvio Como de costumbre, los aspectos psicológicos quedan re-
que es de fundamental importancia. En un trabajo de legados.
Carn;ado (1985) se cita una recomendación incluida en el No obstante, las cosas han comenzado a cambiar. La
Proyecto de Programa de Acción sobre el Envejecimiento Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos AJres
en América Latina, realizado en San José de Costa Rlca ha incluido en su nuevo programa de estudios una mate-
en 1982, y que dice que Hse debe dar la debida importancia ria que se llama "Tercera Edad y Vejez", y el 13 de diciem-
al desarrollo de centros de capacitación e investigación bre de 1985 llamó a concurso para proveer el cargo de pro-
sobre la tercera celad, encargados de preparar recursos hu- fesor titular. Lo gané, y cuando me haga cargo de la
manos en distintos niveles para atender a las necesidades cátedra intentaré darle a la misma tanto el carácter de
de los ancianos. desde especialistas geriátricos de nivel docencia como de investigación, para que sirva de apren-
universitario, hasta personal auxlliar en el área geron- dizaje de todos los aspectos psicológicos relacionados con
tológica", y también se dice que estas recomendaciones la vejez. no sólo en sus aspectos patológicos sino, y muy
Hno fueron puestas en práctica por la mayoría de los go- especialmente, en la comprensión del desarrollo emo-
biernos latinoamericanos" . No obstante, como seiiala cional normal del proceso ele la mediana e(\c~<l y el cnve-

204 205
jcclmlento. Iritcntaré subsanar en parte, por lo menos, el r ro paciente, lo que nos perm.itirá dejar en claro con la fa-
déficit de infonna.c ión y fom1ación que hasta ahora pa- milia qué es lo que debemos esperar del tratamiento y qué
decemos en nuestro medio. no. Me refiero, por ejemplo, a los casos manifiestos e in-
I confundibles de ciertas demencias o a trastornos depresi-
(14) La motivación para el tratamiento y la forma de vos circulares.
establecerla merecen algunas reflexiones. En cuarto lugar, y de suma in1portancia a mi juicio,
Actualmente en nuestro país la mayoría de los moti- nos permitirá saber con qué Upo de apoyo contaremos a
vos para el tratamiento psicoterapéutico de los adultos lo largo del tratamiento. En estas entrevistas debemos
mayores y los viejos los deciden sus fam¡Jiares. Son ellos tratar de comprometer el máximo de ayuda posible y de-
los que solicitan la consulta y por lo tanto considero de ben quedar establecidos fluidos lazos de comunicación de
buena práctica comenzar con entrevistas a los miembros ambos lados para todas las ocasiones requeridas. En
de la familia que para ello se presten sin la presencia del quinto lugar, para establecer algunos términos del con-
futuro paciente. La consigna debe ser clara y precisa: "Que trato, en especial el referido a los honorarios (16).
. vengan todos los que se sientan concernidos por el pro- En aquellas oportunidades en que el motivo de consul-
blema". Este procedimiento tiene varias ventajas. ta familiar sea por quejas especiales referidas a la convi-
En primer lugar, me permite tener una visión clara del vencia del viejo en casa de sus hijos. por ejemplo, resulta
problema, es decir si la motivación es en interés del viejo de suma utilidad, y debe1ia tomarse como una práctica
por el cual se consulta, o si éste es sólo el "chivo emisario" corriente, realizar la entrevista en el domicilio de los
de situaciones familiares complejas no resueltas. Esto consultantes. ¡Cuántas cosas aparentemente incompren-
suele verse con mucha asiduidad en ·los casos de duelos sibles en la entrevista se aclaran de repente con sólo ver
patológicos. donde, por los motivos prejuiciosos que he el escenario donde se desarrollan!
señalado anterion11ente, se trata de endilgar al viejo el
rótulo de enfermo y se pretende hacerlo depositario de an-
siedades que no le pertenecen, o que por lo menos com- (15) Al discutir el tema del tratamiento psicoterapéuti-
parte. Estas entrevistas, manejadas operativamente, mu- co de los viejos no puede dejar de considerarse el tema del
chas veces permiten por sí solas ubicar dónde está centra- uso de los psicofármacos. En otro lugar (cap. 7) y al hacer
do el conflicto y determinar si es realmente el viejo el que mención de los recursos terapéuticos con que contamos
necesita atención o si lo es algún otro miembro de la fa- para tratar a estos pacientes, rocé tangencialmente la
milia o la familia entera. cuestión. Ahora vuelvo a ella.
En segundo lugar, cuando se logra determinar que es Ha pasado ya, afortunadamente, el tiempo de los puris-
reahnente al viejo al que debemos atender, la entrevista tas del psicoanálisis que se oponían al uso de las drogas
debe servir para recabar la mayor cantidad de datos posi- por considerar que éstas perturbaban el de·s arrollo de los
bles sobre su histolia, sobre la evolución de la enferme- tratamientos. Así como el psicoanálisis, la psicofarma-
dad y, sobre todo, escuchar las diversas versiones que so- cología también ha avanzado mucho, ha descubierto nue-
bre el caso llenen los distintos miembros de la famllla. vas drogas muy eficaces para producir rápido alivio en
Todo ello resultará muy útil en el momento de confrontar muchos casos, lo cual, lejos de lo que se pensaba antes.
estos datos con los que obtengamos posteriormente en la ayuda a hacer accesibles al psicoterapeuta cuadros que
entrevista con el propio paciente. No hay que olvidar que antes eran inabordables. Por supuesto que no hay drogas
por diversas razones éste suele estar muy poco dispuesto a mágicas, drogas que "curan" los trastornos psicológicos.
contar sus intimidades, sobre todo sabiendo que no ha pero sí hay drogas que ayudan ... ¿que ayudan a qué?
sido él el que ha decidido la consulta. Si no fuera por este En el caso que estamos tratando, el de la terapia de los
procedimiento muchas veces correríamos el riesgo de pa- problemas de salud mental de los adultos mayores y vie-
sar por alto elementos importantes referidos al paciente jos, contamos con tres elementos de fundamental impor-
y a sus circunstancias. tancia que son la psicoterapia, los psicofármacos y la a -
En tercer lugar, estas entrevistas nos permiten, mu- yuda o terapia familiar. La experiencia me ha demostra-
chas veces. hacer un diagnóstico presuntivo sobre el futu- do que ninguno de estos tres recursos es eficaz por sí solo

206 207
y que lo será solamente en conjunción con alguno de los ser es suplantado por el tener. como dice Simone de Beau-
otros dos; si podemos uillizar los tres juntos, mejor. voir (1970): NLa propiedad también garantiza una seguri-
Muchas de estas psicoterapias requieren en algún mo- d¡;i.d ontológica: el posesor es la razón de ser de sus pose-
mento de su desarrollo, el uso de psicofármacos. La gran siones ... El propietario mantiene con su propiedad una
mayoría de los pacientes que vienen a la consulta están o relación mágica. El anciano, como ya no le corresponde
estuvieron medicados. bien o mal, pero medicados. Gene- hacerse ser haciendo. para ser quiere tener. Esta es la
ralmente han probado muchos medicamentos sin un razón de esa avaricia que se observa en él con tanta fre-
plan orgánico, sin seguimientos; drogas antagónicas; las cuencia. Esta abarca objetos concretos: el viejo detesta
mismas drogas con distintos nombres de comercializa- que usen sus cosas e inclusive que se las toquen. Se fija
ción y. lo que es peor. drogas que tienen efectos secunda- también en su equivalente abstracto: el dinero. El dinero
rios sobre otras funciones corporales sin que ellos lo se- representa un seguro sobre el porvenir, protege al viejo de
pan y sin que nadie les haya advertido. Todo esto cor.figu- la precariedad de su situación ... El dinero es sinónimo de
ra un cuadro bastante caótico, lo que exige que los tera- poderío ... el viejo se identifica con él mágicamente. Ex-
peutas estén no sólo informados adecuadamente del fun- perimenta una satisfacción narcisista contemplando, to-
cionamiento y manejo de los psicofármacos sino tam- cando esa riqueza en la que se reconoce y también en-
bién actualizados. Y si no lo están deben trabajar con al- cuentra en él esa protección que le es tan necesaria ... Con-
guien que los ayude. Los médicos. por su formación, tie- tra los que pretenden ver en él solamente un objeto, el vie-
nen la obligación de conocer este tema y al realizar la psi- jo. gracias a sus bienes, se asegura su identidad ... Pero ahí
coterapia deben encargarse también de la elección del psi- su sistema defensivo peligra en el mundo; los demás pue-
cofármaco adecuado, de la dosis, del aumento. de la dis- den robarle su dinero, arrebatárselo ... la propiedac.1 en la
minución y de la supresión cuando sea necesario. Hay que que el viejo busca refugio contra su ansiedad se convierte
perder el antiguo temor, infundido por desconocin1iento, en el objeto de su ansiedad".
ele que el hacerlo perjudica la obtención de las metas psi- Esta descripción se corresponde bastante linealmente
coterapéuticas. Nos llevó bastante tiempo darnos cuenta con lo que solemos observar en la clínica. Con el paso de
de que mucho más perjudicial era la disociación. los años, al envejecer, al sentirse menos seguros, más vul-
Otra cosa sucede con los psicólogos. Es de lamentar que nerables, al disminuir su autoestima, los sujetos se afe-
éstos no estén preparados profesionalmente para conocer rran cada vez más al dinero, cuando lo tienen. o se angus-
las propiedades fam1acológicas de las drogas. su modo de tian cada vez más cuando carecen de él. En países como el
utilización. asociaciones medicamentosas. contraindica- nuestro este equivalente fantástico de protección, seguri-
ciones. etc .. pero al dedicarse a la clínica -y especial- dad, potencia o poder, sufre permanentemente tremendos
mente a este tipo de clínica- deberían preocuparse por golpes que afectan el precario equilibrio narcisista de
obtener los conocimientos básicos del funcionamiento de nuestros viejos. La inflación se ensafla especialmente con
los ansiolíticos, los antidepresivos y los antipsicóticos, ellos porque la mayoría pertenece al sector no productivo
es decir los psicofármacos más utilizados en psicoge- de la sociedad. y al corroer sus pertenencias ataca directa-
riatría. Esto los ayudará para saber cuándo consultar con mente aquella parte de su sí-mismo con el que cada uno
el profesional médico que necesariamente los deberá ayu- ha identificado la abstracción dinero. Por otra parte, una
dar. consecuencia inevitable de la inflación, la necesidad del
cambio de la moneda por otra de valor y denorrúnación
(16) El pago de los honorarios es un punto delicado en distintas. suele tener consecuencias devastadoras, más o
el tratamiento de estos pacientes porque es un lugar vul- menos acentuadas según la caracterología previa. La más
nerable donde pueden anclarse muy fácilmente las ma- común es la aparición de ansiedades confusiouales o pa-
yores resistencias al tratamiento. Por supuesto que está ranoides. lo que los lleva a un estado de extraüeza que
íntimamente relacionado con la concepción que cada su- acentúa lo que tan acertadamente describía M. Mead
jeto tenga de la abstracción dinero y de su representación (1971) cuando señalaba que los viejos constituyen Muna
interna fantaseada. especie de inmigrantes perpetuos en su propio tiempo y
En una sociedad capitalista como la nuestra. donde el país".
208 209
Todo esto hace que los honorarios. y sobre todo los sultorios externos de una inslitución hospitalaria".
reajustes permanentes que nos vemos obligados a hacer, trabajo presentado en el 2º Congreso Interinstilucio-
sean sentidos en el contenido manifiesto como excesivos, nal de Psicopatologia y Salud Mental. Buenos Aires.
o desproporcionados. o aun como un ataque lo vaciamien- · 1985.
to, lo que traduc.e sensaciones más profundas de ansiedad Freud S.: Introducción al psicoanálisis, O.C. N-V, Buenos
frente a la movilización producida por la terapia. La Aires, Santiago Rueda Ed., 1916.
transferencia negativa, las amenazas de dejar el trata- Freud. S.: "Los caminos de la terapia psicoanalítica". o.e.
miento, etc ... generalmente suelen tener algún elemento · XIV, Buenos Aires, Santiago Rueda Ed., 1918.
relacionado con el dinero. Jones, E.: Vida y obra de Sigrnund Freud, Buenos Aires,
En razón de todo ello es que muchas veces, cuando la NOVA, 1953-1957.
estructura del paciente así lo requiere, prefiero pactar los Mead, M.: La fosse des génératlons, París. Denoel-
honorarios directamente con los familiares; el pago Gonthier, i971.
podrá hacerse con o sin su inteivención directa, según los Muchinik. E.: Hacia una nueva imagen de la vejez, Bue-
casos. Las resistencias al tratamiento y a la movilización nos Aires, Editorial de Belgrano, 1984.
del viejo podrán provenir ahora del sector familiar, pero Neugarten, B.: "Psychological aspects of aging and ill-
allí es más fácil manejarlas, y la instrumentación co- ness", trabajo presentado en el Simposio sobre Clinlcal
rrecta de estas dúicultades puede tener efectos favorables Issues in Geriatric Psychialry, realizado por la Acade-
en la marcha de la terapia. my of Psychosomalic Medicine. Chicago, 1982.
Este sistema ha demostrado su eficacia y estoy seguro Neugarten, B. y Neugarten, D.: "Age in the aging so-
de que muchos de los tratamientos que he realizado no ciety", en Pifer, A. y Bronte. L. (comps.). Our aging soci-
los hubiera podido llevar a cabo si el pago hubiera corrido ety: Promise and paradox, Nueva York, W.W. Norton.
directamente por cuenta del propio paciente. 1986.
Strejilevich, M.: "Obstáculos para el desarrollo de la asis-
tencia psicogeriátrica en América Latina", i·elato· ofi-
cial al V2 Congreso Mundial de Psiquiatría, México,
c . BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA 1971.

Antenzon, A.M. y Koziol, S.: "Coterapia con viejos. Aspec-


tos teóricos", trabajo presentado en el ler. Congreso
Latinoamericano de Gerontología y Geriatría, Buenos
Aires, 1973.
Antenzon, A.M. y Koziol, S.: "Coterapia con viejos.
Aproximación a una teoría de la técnica". trabajo pre-
sentado en el 1er. Congreso Latinoamericano de Ge-
rontología y Geriatría, Buenos Aires, 1973.
Bleger, J.: "Criterios de curación y objetivos del psi-
coanálisis", trabajo póstumo publicado en Rev. de Psl-
coanaL, XXX. 2, 1973, Buenos Aires, 1972.
Carn;ado, F.A.X.: "Educación geriátrica en América Lati-
na", trabajo presentado en el 12° Congreso Interna-
cional de Gerontología, Nueva York. Medicina de la 3a.
edad. 8, 1985, Buenos Aires, 1985.
de Beauvoir, S.: La vejez. Buenos Aires, Ed. Sudamerica-
na, 1970.
e
Elbert, E. y Antonuccio, O.: "Terapia familiar para pa-
cientes ancianos con. problemas psiquiátricos, en con-
210 211 IC
solo esquema referencial-teórico o s i s e rá n ecesario re-
currir a teorías provenientes de dis tintos campos - psi-
7. EL TRABAJO CON LAS FAMILIAS EN LA
cológicas. sociológicas, culturales. antropológicas. etc.-.
CLINICA PSICOGERIATRICA
para tratar de entender lo que se presenta a nuestra obser-
vación.
Consciente de los reparos metodológicos que se po-
drían hacer desde una cierta perspectiva de concebir la
ciencia, aun así me inclino por la segunda de las varian-
tes y, por lo tanto, en este trabajo no me propongo dar res-
Un campesino que hace comer a su padre _puestas explicativas sobre los fenómenos observados,
separado de la familia, en una pequeña sino mostrar cómo creo que hay que conceptualizarlos y
escudilla de madera, sorprende a su hijo cuáles son las categorías que hay que utilizar para hacer-
juntando maderitas: "Es para cuando tú lo. En consecuencia, los objetivos de este trabajo estarán
seas viejo", dice el nifw. Inmediatamente el centrados en el estudio de los diversos esquemas concep-
abuelo recobra su lugar en la mesa común. tuales con los que operamos en la clínica psicogeriátrica
HERMANOS GRIMM .
y en mostrar cuál es su margen de aplicación.
Desde los comienzos de mi trabajo en psicogerlatría
una convicción, recogida de la práctica cotidiana, se me l. TEORIAS PSICOWGICAS
fue imponiendo: no hay una sola manera de tratar la pa-
tología de la vejez y permanentemente hay que recurrir a l. l. Freud decía que el superyó se fom1a por identifica-
interacciones terapéuticas. En nuestro campo específico ción con el superyó de las figuras parentales. Esta obser-
contamos con tres instrumentos preponderantes, a saber, vación aplicada a nuestro objeto de estudio y trabajo
la psicoterapia. los psicofám1acos y la ayuda familiar. La tiene mucha importancia, por lo menos hoy en día. Vea-
experiencia nos ha demostrado que para que nuestro ac- mos. En 1987, los viejos que vemos en la consulta tienen
cionar terapéutico en los problemas de la vejez sea eficaz entre 65 y 80 y pico de años. por lo tanto son personas
es necesario que en su aplicación concurran, por lo menos, nacidas dentro de familias constituidas durante las dos
dos de ellos (psicoterapia + psicofármacos; psicofármacos primeras décadas de nuestro siglo, de manera tal que sus
+ ayuda familiar; psicoterapia + ayuda familiar); si es progenitores provienen del siglo pasado y es razonable
posible contar con los tres, mejor; pero uno solo es de du- suponer que en la mayoría de los casos se habrán criado y
dosa eficacia. serán portadores. a su vez, de la "moral victoriana·. con
Cuando me consulta algún nuevo paciente geriátrico su cohorte de principios éticos. sociales y familiares muy
comienzo por planificar una entrevista con la porción de particulares, con su expresión fenomenológica más acen-
la familia más cercana - o por la más concernida- sin la tuada y notoria en la esfera sexual. Las represiones y las
presencia del viejo. En una o varias entrevistas, según los sublimaciones derivadas de esta inserción han dejado
casos, trato de hallar respuesta a los siguientes interro- instalada una fuerte impronta ideológica que aun es muy
gantes: 1) ¿qué podemos esperar del ~rupo familiar frente notoria en los sobrevivientes de esta generación. Carac-
a la enferrnedad, aguda o crónica. del viejo?; 2) ¿cuál es el terologías rígidas. obsesivas. con fuertes rasgos de some-
papel del grupo famlllar en la adjudicación del rol de en- timiento homosexual y alto grado de conílicto genera-
fenno al viejo?; 3) ¿cómo repercute la enfermedad del vie- cional suelen demostrar su anclaje histórico en este Upo
jo sobre la estructura del grupo familiar?; 4) ¿qué pode- de estructura familiar.
mos ofrecer al grupo familiar que Mpadeceft en su seno la La teoría psicológica que da cuenta de las identifica-
enfermedad de alguno de sus miembros más viejos? ciones en la temprana infancia y su importancia en el de-
No escapa a mi atención el hecho de la amplitud y am- sarrollo individual, contrastada con el intcrjuego de las
bición de estos objetivos y la primera reflexión que me identificaciones cruzadas que se dan en el s eno de la fa -
hago es si será posible responder a todos ellos desde un milia actual que consulta por el viejo. es de primordial
212
213
importancia ¡"Jara el pronóstico de la ductilidad y malea- mer tiempo, reside en la posibilidad de salir del estado
bilidad, tanto de las relaciones internas como de las confusional y poder discriminarse con el otro. enfermo o
transferene:ialc:s subslguitntes. muerto. Pero es justamente en estos grupos donde el pego-
/ teo aglutinante marca la dificultad para modificar los
1.2. Una .segunda teoría psicológica imprescindible es roles, para acceder a la discriminación y, en consecuen-
la que, signlendo a Cooley, estableció Bleger ( 1966) y que cia, aparece la sintomatología instalada en el grupo mis-
luego fue adaptada a la familia de los viejos y la convi- mo. "La penosa elaboración de los duelos se manifiesta
vencia trigen.::racional por Pecheny y Minster ( 1973) y por una tendencia a la cronlficación del conflicto" (Pe-
por Peche11y (1976). Me refiero a la que establece las cate- cheny, 1976).
gorías y cualidades de los grupos familiares aglutinados y En estas familias el viejo siempre es "el otro", y esta fi-
esqulzoides con sus configuraciones intermedias. jeza lo hace pasible del rol del potencialmente débil o en-
En esta teoría se parte de la premisa de que la familia fermo y muchas veces se fuerL-a a los miembros viejos del
se caracteriza fundamentalmente por el establecimiento grupo a asumirlo porque si no es así, podría recaer sobre
de una simbiosis y que en ella interviene, se concentra. la alguno de los otros miembros. Como se suele ver, ante la
parte psicótica de la personalidad (PPP) de todos sus inte- muerte de alguno de los progenitores, aparece en cual-
grantes. Aquí es importante recalcar que el concepto de quiera de los hijos, generalmente el mayor, la inesperada
simbiosis de Bleger no es igual al de M. Mahler, ya que y angustiante sensación de ser "el próximo en la fila".
está referido a aspectos parciales más regresivos e inma- Finalmente, el comportamiento más común de estos
duros; fund amt:ntalmente, en tanto funciona la simbio- grupos hacia los viejos es el de mantenerlos vivos a cual-
sis, es muda y sólo se hace aparente cuando comienza a quier precio, lo que llamamos el síndrome del "viejo en
fallar. Recordemos con Bleger que la PPP es aquella que formol", es decir que responda a los deseos y necesidades
ha quedado en los niveles más inmaduros y regresivos, de la familia sin considerar los propios del individuo.
que se caracterizan por una falta de discriminación entre En el otro extremo de la escala . encontramos al grupo
el yo y el no-yo. entre objeto interno y depositario. familiar esquizolde o disperso. donde predominan las
En el primero de los tipos familiares, el grupo agluti- defensas frente a la fusión y a la pérdida de identidad.
nado. en el que prima una organización narcisista, Son grupos con un alto grado de diferenciación y separa-
"funciona como una totalidad, en la cual los roles (no las ción afectiva entre sus miembros. contrastando con la
personas) se hallan en un inteljuego derelaciones y com- mayor adaptación y contacto en las relaciones extragru-
pensaciones dependientes" (Bleger, 1966). Hay un déficit pales. Pecheny (1976) señala un punto de suma importan-
de la individuación, la identidad es grupal y, por lo tanto, cia en esta organización cuando dice que "la autonomía
los individuos no pueden reconocerse como indepen- es exigida en forma precoz e inapelable", de man~ra tal
dientes unos de otros, lo cual trae aparejado frecuente- que "así como en la infancia estos hijos fueron obligados
mente la desconsideración maníaca por el otro. Esto a ser autónomos precozmente. obligan al anciano a hacer
tiene consecuencias clínicas muy notorias en casos de en- lo mismo en estas circunstancias, aun sin recursos yoicos
fermedad grave o muerte de alguno de los miembros vie- para ello". La ideología de estas familias suele ser "que
jos del grupo, es decir en el momento en que se deben en- cada uno ponga lo que pueda y que cada cual se haga cargo
frentar a un trabajo de duelo. En estos grupos, éste es el de lo suyo". Las respuestas operativas a esta ideología de-
punto en el cual suelen mostrar su máxima dificultad penderán, obviamente, de la inserción socioeconómica de
elaborativa, con una enorme disponibilidad para los due- cada grupo, pero siempre. aun en los de mayor capacidad,
los patológicos. · será disociada: muy competente en la aplicación material
En rigor de verdad, casi todas las consultas que reali- de los recursos y pobremente instrumentada afectiva-
zamos sobre familias que presentan problemas con sus mente. La burocratización asistencial es llamativa y la
viejos, siempre llevan involucrado algún Upo de duelo: o idea de segregación está siempre presente. No hay que per-
se murió mamá, o papá quedó hemipléjico o alguno de e- der de vista que en estos grupos los propios viejos, mu-
llos está deprimido y se piensa que puede ser una demen- chas veces son portadores - cuando no inductores- de las
cia, etc. Corno sabemos, el "trabajo de duelo", en su pri- actitudes segregacionistas y, como dice Pecheny. partici-
214 215

¡

1
1
m
pan de la ideología de que es Mmcjor muerto que inválido forma. por lo menos en el fondo, la estructura famllJar,
o discapacitado". impidiendo que sirva de continente a las angus tias que en
los momentos críticos se ponen en juego. La familia del
1.3. Hay una tercera teoría que fue postulada origina- Rey Lear es un ejemplo típico de la aplicación de esta
riamente como estrictamente psicológica, pero que, a mi teoría.
entender, cabalga entre ésta y lo cultural. Me refiero a la
teoría del filicidio descripta por Rascovsky ( 1973). la que,
en rigor, debe entenderse operativamente dentro del par 2. TEOHIACUL1UHAL
dialéctico filicidio-parricidio, y cuya manifestación
clínica la vemos permanentemente en las consultas fa- Las contradicciones que alberga en su s eno la institu-
miliares por viejos enfermos en las cuales predominan ción familiar, resultado de la convivencia mulllgenera-
las relaciones hostiles y las culposas-culpógenas. cional, han producido no obstante modificaciones im-
El término familia proviene del latín famulus - portantes, que M. Mead ( 1971) ha caracterizado muy acer-
esclavo doméstico- y significa, en consecuencia, la reu- tadamente al describir tres tipos de culturas dependientes
nión de esclavos pertenecientes a un mismo hombre. de los tipos de su organización familiar: a) Posfíguratl-
MEsta expresión fue inventada por los romanos para de- vas. Aquí son los abuelos y los padres los que trans miten
signar un nuevo organismo social. cuyo jefe tenía bajo su a los hijos los modelos y los valores. cons iderados éstos
poder a la mujer. los hijos y a cierto número de esclavos, como Inmutables. El futuro de los hijos está, de alguna
con la patria potestad romana y el derecho de vida y manera, contenido en el pasado de los adultos y éstos no
muerte sobre todos ellos" (Engels, 1884). La familia pueden concebir para sus descendientes un porvenir dife-
monógama que se Instala sobre estos principios asegura rente. La idea de un cambio en el Mmodo" ele vida es tá to-
su perpetuación por el simple medio de convertirse en tahnente excluida. En estas sociedades, prtrnitivas o tra-
agente reproductor y transmisor de ideología. entre las dicionales, la famila se caracteriza por la presencia de
cuales se cuenta la estructura de dominación propia de la tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Los abuelos
misma familia. Esta dominación, en estructuras con un confirman lo que dicen los padres, los hijos son rodeados
alto grado de perversión y/ o perversidad hacen sentir una de certezas; no hay críllcas ni revisión de las cosas. b) Co-
influencia fuertemente filicida sobre las generaciones fig uraliva. Integra la idea de cambio; cada generación
menores hacia las que se ejercen las relaciones de domi- puede tener un comportamiento diferente y ya no son más
nación ligadas al poder. Pero como éste siempre va llgado los viejos los que suministran a los Jóvenes los modelos
a la infraestructura económica respectiva, la pérdida de de comportamiento, sino sus pares, sus contemporáneos.
esta última acarrea la caída de la primera, situación que Los jóvenes toman sus modelos e ideales dentro de su pro-
dentro de la famllia se manifesta de forma ineluctable en pia generación, pero los adultos retienen aun todo el po-
la vejez. El viejo pasa a ser marginado por aquellos a los der y se mantienen en una posición dominante. En revan-
cuales él mismo contribuyó a dominar y marginar. Se cha, en estas sociedades - que son en gran parte las del
conflgüra así un cuadro de encierro y aislamiento de una mundo contemporáneo- los abuelos es tán aus entes. La
amplia problemática entre cuatro paredes: el padre que famiUa está reducida a padres e hijos y estos últimos. se-
maltrata y explota a su hijo sometido. cuando a su vez parados de los viejos. pierden así el ligamen con el pasa-
pierde el poder y tiene que ceder, exige a cambio, cuidado y do. c) Prefigurativa. Está en tren de desanollarse . Se
atención por parte de su hijo, al cual hasta aquí había caracteriza porque los mayores deben también aprender
considerado como su Msegura inversión para el futuro". El de los hijos; es la cultura del futuro. Esta investigadora
hijo, que no se resigna a ocupar un papel predetem1inado cree que muchos ele los problemas e incomprens.ioncs de
sin su participación. trata de salirse del rol asignado pero nuestra época provienen de cierto tipo de coexistencia de
una larga historia de presiones que ha tenido que sopor- las tres fom1as de cultura en nuestras sociedades, donde
tar - entre las cuales el mane.Jo de la culpa es la más im- muchos de los adultos se afen-an al modelo a. mientras
portante- termina por paralizarlo dentro de una rela- una parte importante vive en el modelo b, en tanto que los
ción ambivalente que finalmente desintegra, si no en la jóvenes aspiran a la cultura c. Sea como fuere. lo que se

216 217
observa muy claramente en esta descripción es la paulati- (tiempo cronológico) de los individuos se desarrolla den-
na pérdida de hegemonía del viejo dentro de la familia, tro del tiempo histórico que les toca vivir, pero que la in-
tanto en su presencia fisica como en su modelo de pensa- teracción entre ambos se da en el contexto de una tercer
miento. Es interesante observar cómo esta teofía cultural dimensión, que es el tiempo social. Cada sociedad - dice-
puede ser fácilmente extrapolada a las manifestaciones está graduada por edades y con un sistema propio de ex-
clínicas de las fam111as que vemos en la consulta con un pectativas sociales sobre los comportamientos apropia-
alto índice de conflicto generacional. Nuestra observa- dos para cada edad. El individuo pasa a través de un ciclo
ción Indica que esto ocurre principalmente cuando en fa- socialmente regulado desde el nacimiento hasta la
milias de tipo posfigurativo, llamadas en nuestro medio muerte que es tan inexorable como el ciclo biológico: e-
tradicionales. se altera el statu quo de los roles preesta- xiste una especie de horario social que prescribe y ordena
blecidos. Esta familia, que tiende a funcionar en forma los mayores acontecimientos del ciclo vital: hay un tiem-
encapsulada, como grupo cerrado, registra como peligro- po donde se espera que hombre y mujer se casen, hay un
sa para su integridad la Introducción de la noción de cam- tiempo para tener hijos, hay un tiempo para jubilarse,
bio que generalmente vehiculizan los miembros más etc. Dentro del ciclo familiar hay puntos en los cuales se
jóvenes, generalmente estinmlados por el notable incre- pasa de niño a adolescente. a adulto. a viejo y en cada uno
mento de los sistemas masivos de comunicación, que de estos puntos cada persona adquiere nuevos roles y su
rompen las barreras aislacionistas impuestas desde arri- status en relación con los otros miembros de la familia se
ba. Pero también se registran como peligrosas las trans- altera. Estas normas y expectativas relacionadas con la
gresiones que puedan provenir de los viejos: la más edad operan como un sistema de control social e Introdu-
común es la que se produce cuando alguno de ellos, gene- cen categorías tales como las de "anticipado" o
ralmente viudo. Intenta casarse otra vez e incorporar un "retardado". que actúan sobre los individuos y sus con-
nuevo miembro - extraño- a la familia. Cuando hay In- ductas de manera tal que los acontecimientos impor-
tereses económicos de por medio, aunque sean mínimos, tantes de sus vidas pasan a referirse en función de si "es
generalmente se desplaza a este terreno y se vive al Intru- temprano", Mes tarde" o Mya es tiempo de". Por otra parte,
so de manera paranoide, como alguien que se quiere la regulación del tiempo dentro del ciclo familiar ha su-
aprovechar del viejo "para quedarse con la plata". Estas frido variaciones impoitantes en el curso de las últimas
situaciones contlictivas que suelen preanunclar sin- décadas: la edad de contraer matrimonio ha descendido;
tomáticamente un pasaje evolutivo a una familia de tipo los hijos nacen antes; la longevidad ha aumentado y por
cofigurativo también pueden plantearse por enferme- lo ·tanto se incrementa la duración del matrimonio. En
dades graves de los viejos o por situaciones externas como tanto éste y la paternidad implican adultez dentro del ci-
catástrofes económicas, mudanzas. etc., y pueden recaer clo familiar, por lo dicho ante1ionnente hay que inferir
sobre cualquiera de las generaciones. Hay que recalcar que el estado adulto se alcanza más temprano ahora que
que el intento de establecer funcionamientos de tipo co- antes. Las jóvenes modernas se casan alrededor de los 20
figurativo implica la puesta enjuego de una enorme carga años, tienen su primer hijo en el transcurso del primer
emocional cuando se tiñe con vivencias culposas ligadas año de matrimonio, completan su maternidad dentro de
a fuertes fantasías de contenido parricida. los 5 ó 6 años siguientes y envían a su último hijo a la es-
cuela cuando llegan a los 32 anos. La maternidad activa
tiende a acortarse porque los hijos dejan la casa paterna
3. IBORIA SOCIOLOGICA cada vez más jóvenes. De esto se desprende que ahora se
llega a ser abuelo más temprano y más joven que en las
B. Neugaiten (1970). en un Interesantísimo trabajo so- generaciones anteriores. Al mismo tiempo,_ ligado al au-
bre la transición desde la mediana edad a la vejez. hizo mento de la expectativa de vida al nacer. la viudez tiende
una serie de consideraciones sobre el factor tiempo, que a ocurrir más tarde, lo .cual signilka que se prolonga el
resulta de suma utilidad para entender el significado de período de vida matrimonial que sigue a la partida de los
ciertos acontecimientos que tienen lugar dentro de la es- hijos. Como consecuencia de estas consideraciones. Neu-
tructura familiar. Ella sostiene que el tiempo de vida garten concluye que los elementos constitutivos espera-
218 219
bles del ciclo socialmente determinado no deberían cons-
tituir por sí solos. factores traumáticos capaces de con-
vertirse en wcrisis". en tanto sí lo harían los no espera- 5. l31ULIOGfü\FIA
bles. por ejemplo el divorcio. no la viudez en la vejez, la
muerte de un hijo. no la de un padre viejo. Además. los Bleger. J.: Psicohigiene y psicología tnslilucional, Buenos
mayores conflictos sobrevienen cuando los hechos alte- Aires. Paidós, 1966.
ran la secuencia y el ritmo del ciclo vital, por ejemplo Engels. F.: El origen de lajamilia. la propiedad y el Esta-
cuando la muerte de un progenitor ocurre en la infancia do, Buenos Aires, Shapire Editor. 1884.
más que en la mediana edad; cuando el matrimonio "no Mead. M. : La fosse des généraiions, París. Dcnoel-
llega" en el tiempo apropiado; cuando el nacimiento del Gonthier, 1971.
primer hijo es muy temprano o muy tardío; cuando el Neugarten. B.: WDynamics of transition of middle age to
wempty nest", el ser abuelo, jubilación. enfermedades old age", Nueva York. J. of Gertatric Psychiatry, IV, 1,
mayores. o viudez ocurren fuera de tiempo. Creo que es 1970.
fácilmente comprensible cuál puede ser la aplicación de Pecheny, J.: "Conducta del grupo familiar frente al miem-
esta teoría a la práctica clínica pslcogeriátrica, pero sin bro enfem10", Medicina de la Tercera Edad. 1982. Nº 7-
duda la más importante está referida al vasto capítulo de 8, Buenos Aires, 1976.
la patología producida por las expectativas narcisistas li- Pecheny J. y Minster D.: "La convivencia trigeneracional.
gadas al cumplimiento o no de la aspiración del yo ideal Su influencia sobre la salud me11tal del anciano". Me-
familiar. Pero ¿cuál es el yo ideal familiar? dicina de la Tercera Edad. 1982, Nº 5. Buenos Aíres.
1973.
Rascovsky, A.: El filicidio, Buenos Aires. Ed. Paldós,
4. CONCLUSIONES 1973.

Responder a esta pregunta está en el centro de todo el


trabajo clínico con la familia del viejo. porque nos dará
la ubicación que el concepto "vejez" tiene dentro de la es-
trnctura grupal. quién es su depositario actual. c.uáles son
eC\r"~ \-\iq
\\
las dificultades de contacto y cuáles las técnicas de evita-
ción. Pero no ·~odas las familias son Iguales. y para detec- ~
\¿ 0 ~ lJ--\
tar cuál es el yo ideal familiar, creo que es de suma utili-

Y-e G{"' ó
dad trabajar clínicamente con los conceptos prove-
nientes de estos tres grupos de teorías aquí expuestas.
Ahora bien. volviendo a lo dicho al principio de este V'
trabajo sobre los tres recursos terapéuticos disponibles
~~·,J ~d\c~ <
(psicoterapia, psicofármacos y ayuda familiar). y a la luz
de lo que hasta aquí he expuesto, creo que convendría
hacer una reconslderación. Aun manteniendo la idea de
la asociación de por lo menos dos de ellos. creo que el tra-
bajo con la familia debe considerarse como un instru-
mento privilegiado e Imprescindible en la clínica psico-
-- bu 5t"v(-{ crs.fvucrv ')

gerlátrlca. ''fº
4 vV,,S
~t~~~
4\_1',,.A
-- 1 \{_tJ(\

• 220 221

También podría gustarte