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DOCENTE: Dr.

GERMÁN AURIS EVANGELISTA


ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO I ............................................................................................................ 4
PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO ......................................................................... 4
1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA ............................................................... 4
1.2. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA.................................................................. 6
1.3. FORMULACIÓN DE OBJETIVOS .............................................................. 6
1.3.1. Objetivo General ..................................................................................... 6
1.3.2. Objetivos Específicos .............................................................................. 6
1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DEL ESTUDIO ..................................... 7
1.4.1. Justificación práctica ............................................................................... 7
1.4.2. Justificación teórica ................................................................................ 7
CAPÍTULO II ........................................................................................................... 8
MARCO TEÓRICO O REFERENCIAL .................................................................... 8
2.1. MARCO HISTÓRICO................................................................................ 8
2.2. BASES TEÓRICAS .................................................................................. 10
2.2.1. Pro-vida ................................................................................................. 10
2.2.2. Pro-abortistas ....................................................................................... 11
2.3. MARCO NORMATIVO........................................................................... 13
2.4.1. ¿En qué consiste el aborto terapéutico? .............................................. 13
2.4.2. Elementos constitutivos del tipo penal ................................................ 13
2.4.3. Consentimiento de la mujer o de su representante ............................. 15
2.4.4. Cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o evitar en
su salud un mal grave y permanente ............................................................. 16
2.4. MARCO CONCEPTUAL.......................................................................... 17
2.4.1. Clases de aborto según la voluntad de la madre .................................. 19
2.4.2. Clases de abortos provocados según su legalidad................................ 19
CAPÍTULO III ........................................................................................................ 20
DISCUSIÓN Y ANÁLISIS .................................................................................... 20
3.1. DEBATE SOBRE LAS ALTERNATIVAS PENALES AL ABORTO .................. 20
3.1.1. Punto uno ............................................................................................. 20
3.1.2. Punto dos .............................................................................................. 22
CAPÍTULO IV ........................................................................................................ 28
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ......................................................... 28
4.1. CONCLUSIONES ................................................................................... 28
INTRODUCCIÓN

El aborto terapéutico puede ser inducido de muchas maneras; la elección


depende del tiempo de desarrollo del embrión, salud de la madre, contexto
socioeconómico y especialmente el acceso a los servicios médicos.

Las complicaciones más frecuentes producidas por el aborto terapéutico


son: la pérdida excesiva de sangre, al igual que la perforación e infección uterina
y un aborto incompleto, estas ocurren muy rara vez cuando el procedimiento lo
realiza legalmente un médico competente en instalaciones adecuadas para tal
fin.

Lo que nos importa resaltar es, si ésta práctica es delito, no es delito o


debe ser despenalizada cuando existan circunstancias especiales, o
simplemente es un derecho de la madre para decidir sobre su embarazo; ya que,
el feto tiene vida dependiente (aun no es viable para la ciencia médica); pues
existen muchas teorías sobre la materia, pero las más claras, son las que están
a favor del aborto y las que están en contra. Pues desde ésta perspectiva
desarrollaremos los diferentes puntos de vista sobre el aborto, más específico y
profundo cuando toquemos el aborto terapéutico; ya que, éste es la razón de la
presente investigación: determinar en qué caos específicos el aborto terapéutico
es aceptable por la sociedad y el derecho; toda vez, que éste se practica en
circunstancias especiales, cuando esté en peligro insalvable la vida de la madre.

Por lo tanto, para mayor claridad de tales discusiones en cuanto al aborto


terapéutico, se ha tomado como base cinco perspectivas: religioso (protección
total del derecho a la vida), feminista (respeto a las decisiones de cada persona,
en este caso, mujeres sobre su cuerpo), sociológico (se debe terne en cuenta
las posibilidades de los padres que garanticen una vida plena del niño a nacer),
médico (límites y complicaciones al emplear este método) y legal (desde la
consideración normativa-penal) con mayor ampliación en éste último.

En consecuencia, el aborto terapéutico puede ser visto de muchas


maneras, tanto como un asesinato o como derecho de la mujer, cada una con
posturas e ideas diferentes. Al final la decisión es simplemente el ser o dejar ser.
CAPÍTULO I
PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO

1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

En el Perú y el resto del mundo, pocos temas son tan controversiales


como el aborto. Nuestro país ha tenido hasta hoy una idea conservadora
prohibiendo el aborto, salvo cuando la vida de la madre corre peligro (esto es el
aborto terapéutico). Europa, Rusia, China, Norteamérica y países
latinoamericanos como Brasil, Argentina y Uruguay tienen una posición más
liberal.

Por otra parte, el MINISTERIO DE SALAUD (2012) puntualizó que, “el


aborto legal se realiza en el 74% de la población mundial y comprende a 117
países, en donde se permite en tres situaciones: en casos seleccionados sucede
en 53 países (45%), el aborto es liberal fundamentando las causas en 14 países
(12%) y se realiza de manera absolutamente liberal en 50 países (43%). El
aborto ilegal se realiza en el restante 26% de la población que comprenden 74
países. En América Latina el aborto es ilegal a excepción de Cuba y Puerto Rico.
La tasa de aborto en el mundo es de 13 por mil mujeres en edad fértil; en América
Latina es de 37 y en el Perú es de 55 por mil” (p: 11).

Es importante puntualizar que, en América Latina la práctica del aborto


está regulada por el procedimiento de indicaciones. Precisando que éste es
punible, excepto que sea autorizado cuando existan circunstancias especiales
en las que el médico diagnostique. Según SANCHEZ J. (2011) las indicaciones
del médico pueden ser: “terapéuticas o médicas por riesgo para la vida de la
mujer (acogida por Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala,
Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay,
Venezuela); por enfermedad fetal grave o incurable (en Panamá, Trinidad y
Tobago, Uruguay); por violación sexual (en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador,
México, Uruguay); por precaria situación familiar (en Uruguay)” (p: 38).

Otras estadísticas muestran que en nuestro país se producen


aproximadamente un millón de embarazos por año, de los cuales la tercera parte
terminan en abortos clandestinos. En eventos internacionales se ha concluido
que el Perú es el país latinoamericano con el mayor número de abortos, seguido
de Brasil y Argentina (MILAGRITOSBLOGSPOT, 2014).

Según CAMERON P. (2010), “hay dos corrientes de opiniones opuestas


sobre el aborto que llevan el nombre de pro life (quienes creen que el embrión o
el feto tienen prioridad absoluta sobre las decisiones personales de la mujer,
ignorando los derechos que ésta tiene sobre estado de gestación) y pro choice
(privilegian los derechos de la mujer a decidir por sí misma, ya sea la
continuación o la interrupción del embarazo, dándole un valor diminuto a los
derechos del concebido)” (p: 19).

El Código Penal de 1991, penaliza todos los abortos, con excepción, del
terapéutico, con el argumento que cada aborto incompleto hospitalizado
representa otros 7 que no llegan a hospitales ni centros de salud públicos.

Artículo 119° del Código Penal prescribe, “no es punible el aborto


practicado por un médico con el consentimiento de la mujer embarazada o de su
representante legal, si lo tuviera, cuando es el único medio para salvar la vida de
la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente”.

Sin embargo, el Artículo 2°, inciso 1 de La Constitución Política del Perú


señala: “El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”.

La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o


provocada, en el período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no
tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en
período viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto
prematuro, tanto si el feto sobrevive como si muere.

Según la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001), el aborto es la muerte del


feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier momento de su vida
intrauterino.

Entonces, las corrientes ideologías entran en debate al precisar; por un


lado que el concebido es un sujeto de derecho en todo cuanto le favorece,
mientras que otros argumentan que el concebido tiene vida dependiente, por lo
tanto está sujeta la dependencia de la madre.
Es rozable pensar, que tratándose de un aborto terapéutico la normativa
penal no sancione a la madre y al agente que ayude o haga posible dicha
práctica; toda vez, que la gestante estaría en peligro su vida y su salud. Pues, la
problemática nace porque no se ha precisado o explicado exactamente la
valoración de los bienes jurídicos protegidos (del concebido y de la madre) lejos
de cualquier argumento moral.

1.2. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

Llegado a éste punto de la investigación en base a lo planteado líneas


precedentes, creemos que es importante establecer una problemática
específica; es decir, de lo general a lo particular. En consecuencia, se diseña la
siguiente interrogante:

¿En qué medida el aborto terapéutico es aceptable por la sociedad y el


ordenamiento jurídico peruano?

Para tal efecto, se canalizaran todas las posibilidades y circunstancias


generadoras de ésta práctica, de tal forma que generen un entendimiento más
claro del tema, más aun poniendo en tela de juicio los bienes jurídicos protegidos
de la madre y del concebido.

1.3. FORMULACIÓN DE OBJETIVOS

1.3.1. Objetivo General

A. Precisar en qué circunstancias es idóneo que se practique el


aborto.
B. Determinar en qué casos es aprobable que se practique el aborto,
no siendo reprochable social y legalmente.

1.3.2. Objetivos Específicos

A. Explicar qué diferencia existe entre aborto y el aborto terapéutico.


B. Dar a conocer en qué circunstancias este tipo de aborto se da o
se permite.
C. Indicar las consecuencias que puede ocasionar este tipo de aborto
si es practicado.
D. Exponer posturas políticas acerca de este tema.
1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DEL ESTUDIO

La justificación al planteamiento del problema la realizaremos desde dos


aspectos:

1.4.1. Justificación práctica

La presente investigación explicará de manera detallada las diferencias


entre los tipos de aborto aceptados en el mundo médicocientífico y las ciencias
jurídicas; esto servirá para que las personas antes de tomar una decisión de
practicarse un aborto prohibido o permitido por ley, tengan presente las
consecuencias que puede acarrear tanto morales, culturales, sociales,
psicológicas y legales.

Será de interés nacional; ya que, se ha venido debatiendo en reiteradas


oportunidades (en el Congreso de la Republica) proyectos de ley a favor o en
contra del aborto que no se han podido concretar por desconocimiento de la
población, generando que las protestas provoquen caos en las políticas de
estado; es decir, no han sido productivas. Por lo tanto, los beneficiados la
sociedad peruana; pues, éstas conocerán en qué circunstancias es posible
practicar el aborto, así mismo, las secuelas que puede acarrear dicha práctica.

En consecuencia, las normas jurídicas de nuestro país serán


refrendadas o modificadas con el fin de proteger los derechos fundamentales
adaptarán, entonces, la incertidumbre quedará de lado y se podrá tomar una
decisión a favor o en contra del aborto (practicarla o reprocharla)
razonablemente.

1.4.2. Justificación teórica

Permitirá que las generaciones futuras, tengan conocimiento y sabiduría


cuando se debe practicar un aborto, de tal forma, que si se desarrolla una
educación cultural más avanzada, no serían necesarias tantas normas que
precisen tal asunto, sino la conciencia de cada ser humano para decidir sobre un
embarazo, y antes de practicar un aborto terapéutico sopesar los bienes jurídicos
protegidos y que la decisión a tomar sea la mejor.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO O REFERENCIAL

2.1. MARCO HISTÓRICO

Desde hace siglos han aparecido rastros sobre el aborto, en diversas


culturas de la antigüedad en cuanto a la manera de realizarlo y a las
disposiciones que tenían para juzgar el acto. Una de las descripciones más
antiguas sobre cómo efectuarlo es el que aparece en el tratado médico escrito
en China, durante el gobierno del emperador Shen Nung en el siglo XVII antes
de cristo.

En el código de Hammurabi (2500 AC), el aborto se consideraba


un delito contra los intereses del padre o marido, y también una lesión a la mujer.
En Babilonia las leyes reconocían ciertos derechos a la mujer, pero en general
sólo el marido era el ofendido y económicamente el lesionado.

En el derecho hebreo (cap.XXI, Vers.22), figura: Si algunos riñeren, e


hirieren a la mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerto, será
penado conforme a lo que impusiera el marido de la mujer y juzgaren los árbitros.
Más si hubiere muerto, entonces pagará vida por vida.

Respecto al aborto, hay una concepción que domina toda la antigüedad


en tiempos orientales, en Grecia y aun en Roma. El feto es pars viscerum matris,
es decir que es parte de perpetua minoridad y así el poder del tutor, padre,
esposo, estado, se extendías a sus bienes y persona y por tanto al fruto de su
concepción.

En las ciudades griegas el aborto era considerado una práctica normal


de regulación de nacimientos. El mismo Hipócrates a pesar de la condena de
aborto que tiene su juramento, no vacila en aconsejar a las parteras acerca de
los abortivos y anticonceptivos. Sócrates incluía entre las funciones la de facilitar
el aborto cuando la madre lo deseara. Platón proponía en su República, que se
obligase a abortar a las mujeres mayores de 40 años. Y Aristóteles era partidario
de la limitación de nacimientos.
En la época del Imperio Romano, con la corrupción de las costumbres y
el libertinaje femenino, el aborto se extendía más y más, debido a lo numerosas
de las familias y su debilitada situación económica. Según Ovidio, las matriarcas
abortaban a menudo para castigar al marido o para que la semejanza física con
el amante de turno no revelara el adulterio. Empieza entonces la reacción del
Estado, que lo considera un acto indigno contra la moral, vislumbrándose la
concepción de que el Estado asume la defensa de los intereses demográficos y
de la protección de las costumbres. Decía cicerón en sus Oraciones: “Con el
aborto se destruye la esperanza de un padre, el sostén de una raza, el heredero
de una familia, el ciudadano de un Estado”. También se han encontrado
alusiones al respecto en diversos papiros egipcios que ofrecen detalles sobre la
operación.

El padre de la Medicina, Hipócrates que vivió entre los años 460 y 357
AC, en la antigua ciudad de Gracia, dejó como legado el juramento hipocrático
con el cual aún hoy se comprometen todos los estudiantes de medicina a ejercer
su profesión con ética y profesionalismo, en dicho juramento se refiere de la
siguiente manera al aborto: Nunca daré a nadie una droga mortal aunque la pida,
ni haré una sugerencia a ese efecto. Tampoco le haré un aborto a una mujer.

La Biblia cristiana condena al aborto como un acto criminal y lo mismo


opina la iglesia de hoy en día. Cuando el aborto no se realiza para proteger a la
mujer, sino porque ésta desea poner fin a su estado de gestación por razones
económicas, morales o sociales, recibe el nombre de criminal.

Pero el aborto no es sólo un problema legal que concierne a la profesión


médica, sino un problema humano y hasta social, año a año son miles los abortos
realizados por los más diversos motivos en personas de todas clases sociales y
edades.

Aunque la cantidad de mujeres que se someten a un aborto es grande,


no tienen disculpa de parte de la sociedad, que prefiere apoyar a una madre
soltera que a una mujer que teme enfrentar su responsabilidad de madre y que
engendrar muerte.
También existía el juramento hipocrático que era testigo de la promesa
de todos los profesionales de la salud destinada a no interrumpir
la evolución natural de la vida que se engendra en una mujer.

2.2. BASES TEÓRICAS

En la sociedad puede notarse claramente que hay dos posturas


representativas respecto al tema del aborto: la postura a favor del aborto, que en
la sociedad peruana está conformada por los movimientos feministas; y la
postura en contra, que son los conservadores y la Iglesia católica. A
continuación, hablaremos sobre cada una de ellas.

2.2.1. Pro-vida

El movimiento pro-vida es la postura que se encuentra en contra del


aborto, la cual está integrada, como mencionamos anteriormente, por los
llamados “ciudadanos conservadores” y grupos religiosos, entre los que se
destaca la Iglesia Católica.

Este movimiento busca que el aborto no sea legalizado y por lo tanto, no


se practique pues esto generaría una gran cantidad de muertes de seres
inocentes, daños colaterales tanto físicos como psicológicos en las mujeres que
abortan y una distorsión en el modo de pensar de la sociedad.

Algunos de sus argumentos son expuestos a continuación:

 Los derechos del embrión son reconocidos desde el momento de la


concepción por la legislación peruana y por legislación internacional.
Pues, la ciencia afirma que el inicio de la vida humana se da en el
momento de la concepción (fecundación del óvulo por el
espermatozoide), que genera un nuevo ser humano con una
identidad única.

 El argumento pro-aborto que afirma que “la mujer puede hacer con
su cuerpo lo que ella quiera” para justificar el aborto, es inválido pues
el embrión no es parte del cuerpo de la madre, el ADN de este es
distinto del de sus progenitores.

 La vida del ser humano es invaluable, por lo tanto no se puede


negociar la vida o muerte del ser humano en ninguna circunstancia.
Se debe buscar la vida siempre. Por ello, el aborto provocado es
antiético e inaceptable.

2.2.2. Pro-abortistas

Los pro-abortistas buscan básicamente que se despenalicen: el aborto


terapéutico, que se da en determinadas circunstancias y fue explicado con mayor
detenimiento anteriormente; y el aborto en casos de abuso sexual.

La campaña más representativa de esta postura ha sido “Déjala decidir”


que la conforman el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, CLADEM Perú,
Demus, Movimiento Manuela Ramos, Católicas por el derecho a decidir y
Promsex. Además, en sus campañas salen figuras reconocidas, entre ellos:
Tatiana Astengo, Karina Jordan, Aldo Miyashiro, Carlos Bruce, Sandra Vergara,
Yidda Eslava, Pedro Spadaro, Leyla Chihuán, Renzo Reggiardo, Hugo Guerra,
Rosa Mávila, Jorge Del Castillo, Mario Vargas Llosa, entre otros.

Esta campaña asegura que la mujer tiene derecho a decidir sobre su


cuerpo, y una ocasión en la que esta se pone de manifiesto es el momento en el
que decide abortar o no. Uno de sus argumentos es que a causa de no practicar
el aborto terapéutico, muchas mujeres fallecen por el embarazo. Además,
agregan que las mujeres tienen derecho a decidir abortar en caso de haber salido
embarazadas por violación sexual.

Según el movimiento pro-aborto, en el país se hacen 371.420 abortos


inseguros al año, lo que equivale a mil al día.

Además, en un artículo de Promsex de setiembre de 2013, se exponen


otras cifras:

 17 de los 400 hospitales del país tienen guías internas para el aborto
terapéutico. Pero, al no contar con el respaldo del Ministerio de
Salud, los médicos no corren el riesgo de ser sancionados.
 2 años de cárcel es la sanción por aborto en el Perú, a excepción
de la causal terapéutica en el que la vida y salud de la madre se
pone en peligro.
 3 meses de prisión reciben las mujeres por aborto por violación. En
el último caso, si el agresor fue el esposo, la sentencia sube a dos
años de cárcel.
 65 mil mujeres son hospitalizadas cada año en el Perú por
complicaciones de aborto inseguro, según la ONG Flora Tristán.
 30% de muertes maternas en adolescentes por causas directas son
provocadas por abortos clandestinos.

Algunas de los argumentos que exponen son:

1. Una de cada cinco mujeres ha sufrido violación sexual antes de los


quince años, por una persona cercana a su entorno familiar. Y, una
de cada diez ha sido violada por su pareja.

2. El Perú es el país con mayor tasa de denuncias por violación sexual


en toda Sudamérica, y ocho de cada diez denuncias corresponden
a víctimas menores de edad.

3. Nueve de cada diez embarazos de niñas menores de quince años


es producto de incesto.

4. No todas las mujeres embarazadas, producto de una violación


sexual deciden abortar; sin embargo, las que deciden hacerlo se
encuentran con un marco jurídico que penaliza esta conducta, y que
las obliga a llevar adelante un embarazo que afecta su salud mental
y coloca en riesgo su integridad física al exponerlas a un aborto
inseguro.

Si bien las cifras que ofrecen estas entidades puede hacernos dudar
sobre la situación e incluso considerar el daño que podríamos estar causando al
no permitir que el protocolo para el aborto terapéutico se complete y en general,
no legalizar otros tipos de abortos, debemos tener en cuenta que las entidades
pro-aborto tienden a manipular e inflar las cifras que anuncian.

Además, si bien este movimiento se basa en el derecho de la mujer para


elegir voluntariamente abortar y por lo tanto velar por su bienestar, lo cierto es
que un aborto desencadena efectos en la salud física y mental. Incluso los
efectos que desencadena el aborto electivo son mucho más severos que los que
desencadena el aborto involuntario. Haciendo hincapié que los efectos son aún
más serios para la salud de las mujeres que sufrieron situaciones de violencia
como abuso sexual y violación.
2.3. MARCO NORMATIVO
En el Perú, el aborto está penalizado, a excepción del terapéutico. Sin
embargo el último estudio estimado de Delicia Ferrando nos habla de 410,000
abortos al año, aquellos que son denunciados y, los que terminan en procesos
judiciales; revela que si bien la práctica del aborto es ilegal, la sociedad de
diferentes maneras con su silencio parece amparar su práctica y tolerar la muerte
de miles de mujeres.

El Código Penal de 1991, penaliza todos los abortos, con excepción,


como ya se dijo, del terapéutico, elaborado en el año 2006 en la ciudad de Lima,
Perú. Estimación trabajada sobre el supuesto de que cada aborto incompleto
hospitalizado representa otros 7 que no llegan a hospitales ni centros de salud
públicos.

2.4.1. ¿En qué consiste el aborto terapéutico?

Artículo 119.- “No es punible el aborto practicado por un médico con el


consentimiento de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviera,
cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su
salud un mal grave y permanente”.

2.4.2. Elementos constitutivos del tipo penal

2.4.2.1. Practicado por un médico

El artículo 21 del Código Sanitario –ahora derogado-, establecía que el


aborto terapéutico tenía que ser practicado por un médico diplomado; contar con
la opinión previa de dos médicos, además de la firma del jefe del servicio, que
de acuerdo al reglamento interno del hospital debe autorizar todo tratamiento
médico o quirúrgico que se realice. Aclarando el dispositivo, el Colegio Médico
del Perú se pronunció mediante Resolución CMP/CN-20, del 4 de noviembre de
1970: “Cada caso de aborto terapéutico que se plantee en el ejercicio de la
profesión debe resolverse a criterio de una junta médica de no menos de tres
especialistas en el problema que se trate. Si llega a concluirse en la junta médica
que es procedente el aborto terapéutico, éste debe efectuarse en un hospital o
clínica oficialmente reconocida”.

Las normas mencionadas han sido derogadas por la Ley General de


Salud. Si bien este nuevo cuerpo normativo no regula el procedimiento
administrativo para acceder a un aborto terapéutico, sí resultan aplicables los
derechos que como usuaria de los servicios de salud, establece la Ley General
de Salud en su artículo 15:

a) Al respeto de su personalidad, dignidad e intimidad.


b) Exigir la reserva de la información relacionada con el acto médico y su
historia clínica, con las excepciones que la ley establece
(confidencialidad).
c) A no ser sometida, sin su consentimiento, a exploración, tratamiento o
exhibición con fines docentes.
d) A no ser objeto de experimentación para la aplicación de
medicamentos o tratamientos sin ser debidamente informada sobre la
condición experimental de éstos, de los riesgos que corre y sin que
medie previamente su consentimiento escrito o el de la persona
llamada legalmente a darlo, si correspondiere o si estuviere impedida
de hacerlo.
e) A no ser discriminado en razón de cualquier enfermedad o
padecimiento que le afectare.
f) A que se le brinde información veraz, oportuna y completa sobre las
características del servicio, las condiciones económicas de la
prestación y demás términos y condiciones del servicio.
g) A que se le dé en términos comprensibles información completa y
continuada.
h) A que se le comunique todo lo necesario para que pueda dar su
consentimiento informado, previo a la aplicación de cualquier
procedimiento o tratamiento, así como negarse a éste.
i) A que se le entregue el informe de alta al finalizar su estancia en el
establecimiento de salud y, si lo solicita, copia de la epicrisis y de su
historia clínica.
j) Actualmente, sólo Hospital Nacional Docente Madre Niño San
Bartolomé y el Hospital Belén de Trujillo, cuentan con protocolos para
el manejo de casos para la interrupción legal del embarazo del. El
procedimiento administrativo básico es el siguiente:
1. El trámite se inicia con la petición de la gestante a la Jefatura del
departamento de Ginecobstetricia, con expresión de causa.
2. Si la gestante se encuentra impedida de prestar su
consentimiento, lo hará su representante legal.
3. La Jefatura dará inicio al trámite de inmediato, refiriendo el caso
al médico que corresponda en consulta externa.
4. El médico que recibe el caso procede a la evaluación.
5. La jefatura del Departamento constituirá una Junta Médica. El
médico tratante formará parte y presentará el caso ante los otros.
6. La Junta Médica, integrada por tres médicos, podrá pedir
asesoría a otros especialistas; delibera el caso y deja constancia
de sus conclusiones en la historia clínica.
7. Si es procedente, el médico tratante prepara a la paciente.
8. La Jefatura del Departamento asigna al médico que llevará a
cabo el procedimiento.
9. Entre la fecha de la solicitud y la realización del procedimiento no
debe pasar más de una semana, debiendo actuar con más
celeridad si el caso lo amerita.
10. Cumplido el procedimiento, la Jefatura del Departamento de
Ginecobstetricia informará a la Dirección del hospital

El protocolo no establece cuál sería el trámite a seguir en caso de que la


Junta Médica dictamine que no procede la interrupción.

Es importante considerar, que de acuerdo al artículo XII de la Ley


General de Salud, todo/a médico/a tiene derecho a la objeción de conciencia,
pero ésta no opera de forma irrestricta. Las razones de conciencia o de creencia
no pueden ser invocadas para eximirse de las disposiciones de la autoridad de
salud cuando de tal exención se deriven riesgos para la salud de terceros.

2.4.3. Consentimiento de la mujer o de su representante

De acuerdo a lo establecido en el artículo 4 de la Ley General de Salud,


ninguna persona puede ser sometida a tratamiento médico o quirúrgico, sin su
consentimiento o el de la persona legalmente llamada a darlo, si correspondiere
o estuviere impedida de hacerlo. Con excepción de las intervenciones de
emergencia.
En caso que los representantes legales de las absolutas o relativamente
incapaces, negaren su consentimiento, el médico tratante o el establecimiento
de salud, debe comunicarlo a la autoridad judicial.

Artículo 43 del Código Civil.- Son absolutamente incapaces: los menores


de 16 años, salvo para aquellos actos determinados por la ley; los que por
cualquier causa se encuentren privados de discernimiento; y, los sordomudos,
los ciego sordos y los ciego mudos que no pueden expresar su voluntad de
manera indubitable.

2.4.4. Cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o


evitar en su salud un mal grave y permanente

Para acceder a la interrupción legal del embarazo no es necesario que


la gestante esté en inminente peligro de muerte, sino que es suficiente con que
exista amenaza de daño grave y permanente en su salud.

La Organización Mundial de la Salud establece que “la salud es un


estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia
de infecciones o enfermedades. El goce del grado máximo de salud que se
pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin
distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”.

El Comité que monitorea el pacto de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales, ha señalado que la salud debe entenderse como “un derecho al
disfrute de toda una gama de facilidades, bienes, servicios y condiciones
necesarios para alcanzar el más alto nivel de salud”. Es decir, que cuando la ley
penal alude a la salud, se debe entender que comprende tanto a la salud física,
como a la mental. Es justamente bajo este último supuesto, que algunos
tribunales de la región han autorizado el aborto terapéutico en caso de
embarazos como consecuencia de una violación sexual.

Igualmente es necesario advertir que, al no existir un consenso mínimo


sobre los eventos que pondrían afectar gravemente la vida o la salud de la
gestante, opera la amplia discrecionalidad de los/as médicos/as. Sin embargo,
cuando los márgenes de apreciación son tan amplios, terminan por entregar este
campo a la arbitrariedad de quienes a la hora de pronunciarse deben atribuirle
significado.
Desde el Derecho Penal y los estudios de criminología, se puede afirmar
que las leyes penalizadoras no han cumplido con su finalidad de prevención,
específica ni general, es decir, que la amenaza de una posible sanción, no ha
logrado inhibir la práctica del aborto, sino que son el marco en el cual se ejerce
violencia contra las mujeres en múltiples planos, como en el incremento de las
muertes maternas, así como los altos costos que la atención de abortos
incompletos y problemas de salud derivados de la clandestinidad representan
para los servicios de salud. Al ser este el lado más visible de la violencia la
legitimización del debate público sobre el aborto generalmente se presenta como
un problema de salud pública.

2.4. MARCO CONCEPTUAL


El aborto terapéutico es aquel que se aplica por razones médicas, o
mejor dicho, en aquellas circunstancias en las que se encuentre en peligro la
vida o salud de la mujer embarazada.

Este es legal en el Perú desde 1924. El artículo N° 119 del Código Penal
dice sobre el aborto terapéutico:

“No es punible el aborto practicado por un médico con el consentimiento


de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviere, cuando es el
único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal
grave y permanente”.

Este tema en particular se encuentra en controversia debido a que no


existe una guía médica estricta que deban seguir los médicos en caso se quiera
aplicar este tipo de aborto y es exactamente ese protocolo médico el que se
quiere incluir.

Los abortistas defienden este tipo de aborto afirmando que protege la


vida de la madre y su salud, evitando daños permanentes en la misma. Sin
embargo, la Dra. Concepción Morales (Especialista de Medicina Interna del
Hospital Materno-Docente “Hijas de Galicia” y Presidenta de Pro-vida Cuba,
organización de la Iglesia Católica) y el licenciado en teología moral Adolfo J.
Castañeda (Director de Programas Educativos de Vida Humana Internacional)
afirman a su vez que con la nueva tecnología existen otras alternativas para
salvar tanto a la madre como al bebé y que el aborto terapéutico presenta en
realidad un contradicción en cuanto a términos puesto que no salva ni cura a
nadie, que es lo que significa “terapéutico”.

En cuanto a la aprobación de este protocolo, las dos posturas también


se manifiestan y en este caso, para compararlas, tenemos las opiniones de la
congresista de Acción Popular, Rosa Mavila (a favor), y del congresista de
Fuerza Popular, Julio Rosas (en contra) obtenidas de un artículo del diario el
Comercio.

La primera, en su explicación sobre porque sí se debe aprobar el


protocolo, dijo:

Se destaca que la existencia del protocolo es indispensable para el


efectivo ejercicio del derecho de las mujeres a la vida y a la integridad física, que
su alcance debe ser nacional y de obligatorio cumplimiento en los hospitales
públicos, formando parte de la política de salud del Estado.

Los actores e ideólogos de la muerte aseguran que el artículo 119 del


Código Penal otorga derecho a las mujeres para acceder al aborto. Esto es falso.
Esta norma tipifica como delito el aborto y hace una distinción sobre algunas
situaciones excepcionales donde aplica penas. Lo exime de pena solo cuando la
única forma de salvar la vida de la madre o evitar un mal grave y permanente
esté presente.

Eximir de pena no es igual que otorgar un derecho. Hay otras situaciones


en las que el derecho exime de pena y eso no quiere decir que la conducta sea
aceptada, promovida o requiera ser reglamentada. Por ejemplo, un robo de
menor cuantía. Un protocolo de aborto terapéutico equivaldría a reglamentar el
robo de menor cuantía para que lo hagan de manera segura. El hecho de que
los abortistas exijan impunidad y un procedimiento legal para el aborto
terapéutico equivaldría a que una coalición de delincuentes exija al gobierno un
protocolo policial para permitir el robo de menor cuantía.

Dejando así, a lo largo del artículo inválidos los argumentos de la


congresista. Porque, en general, lo único que ella toma en cuenta son los
“derechos” de la mujer, sin siquiera considerar los de la vida que se encuentra
en el vientre de esa misma mujer, sin capacidad de poder defenderse por sí
mismo.
2.4.1. Clases de aborto según la voluntad de la madre

“El aborto inducido o provocado es, un acto voluntario, directo o indirecto,


realizado por un médico, un empírico o por la misma madre gestante para
producir la muerte de su bebé y su posterior evacuación. Alguien toma a plena
conciencia, la decisión de interrumpir el proceso de desarrollo de la vida, y la
mata”.

2.4.1.1. El Aborto Directo

Es premeditado y querido como fin principal, para desembarazarse del


niño, o como medio para salvaguardar la honra, la salud, la vida o cualquier otro
bien de la madre o de otras personas.

2.4.1.2. El Aborto Indirecto

Es el no querido directamente, es el que no se realiza como medio o fin


de la acción, sino que es algo que sigue como secuencia accidental y probable
de esa acción de sí misma, libre y legítima, de modo tal que si se pudiera se
evitaría el aborto. Un ejemplo de esto, es el administrar a la madre medicamentos
necesarios para erradicar un proceso patológico grave, con bajo riesgo de
producirlo.

2.4.2. Clases de abortos provocados según su legalidad

2.4.2.1. Aborto Clandestino

Es el aborto practicado por personas particulares, desafiando las leyes


de un Estado que prohíbe o limita el aborto. Se produce en lugares generalmente
inapropiados.

2.4.2.2. Aborto Legalizado

Es el aborto realizado bajo el amparo de las leyes del Estado, en los


países donde el aborto está legalizado. En estos casos el aborto se realiza en
hospitales oficiales o clínicas, con la autorización y el control de las autoridades.

2.4.2.3. Aborto Terapéutico

Se dice que se realiza, generalmente cuando la vida de la madre corre


peligro. El aborto terapéutico es reconocido internacionalmente como un servicio
de salud especializado y necesario cuya finalidad es salvaguardar la vida de la
madre cuando esta se encuentra en peligro a consecuencia de un embarazo.

Lo que podemos deducir es que en nuestro país de alguna manera están


relacionados los abortos directos con los abortos clandestinos ya que son los
que tienen la finalidad de interrumpir el proceso de gestación y como en nuestro
país el aborto no es legal, a menos que sea el terapéutico, las mujeres que
desean hacerlo recurren a lugares clandestinos corriendo el riesgo de que lo
realicen personas que no están calificadas para realizarlo o con métodos que no
son los indicados, en ambientes o lugares que no sean los adecuados por no
cumplir las medidas mínimas de higiene, pudiendo tener muchas consecuencias
tanto psicológicas como fisiológicas y en el peor de los casos la muerte.

En su texto, FAÚNDES (2007) menciona, “que al referirse el aborto


clandestino también debemos considerar otro factor importante que es el
proveedor (se refiere a la persona que realizará el aborto) ya que de esto
depende si el aborto es considerado seguro o inseguro, y que en la mayoría de
los abortos clandestinos no contamos con la seguridad de que el personal al que
acudamos sea calificado ni que tenga la tecnología adecuada teniendo un alto
grado de riesgo para la mujer que lo practica en esa condiciones convirtiéndose
en un aborto inseguro” (p: 34).

Siendo lo ideal atenderse en un sitio con profesionales especializados


con las medidas necesarias para que sea considerado un aborto seguro y
además tenga un porcentaje de riesgo mínimo, y así evitar desencadenar
terribles consecuencias que podrían poner en riesgo la vida de una persona.

CAPÍTULO III
DISCUSIÓN Y ANÁLISIS

3.1. DEBATE SOBRE LAS ALTERNATIVAS PENALES AL ABORTO

3.1.1. Punto uno

Debemos partir el presente análisis por sentar posición que, ante toda
interrupción voluntaria del embarazo, nos encontramos ante un conflicto de
intereses. Este conflicto de intereses se ha buscado solucionarlo mediante dos
sistemas: El sistema de plazos y de indicadores. El primero supone la impunidad
de todo aborto consentido durante las primeras doce semanas; en este sistema
la madre, dentro de este periodo de tiempo, tiene la libertad de decidir si
continuar a favor de la vida, la salud, la libertad y la intimidad (s.c. de la madre),
pues se trata de bienes jurídicos que constituyen el contenido objetivo de
derechos fundamentales, mientras que la vida humana en formación es un bien
jurídico derivado de un principio fundamental, el de la dignidad humana, no
siendo ella misma directamente objeto de protección . Argumentos que no
convencen realmente y que en todo caso no corresponden a nuestro
ordenamiento constitucional.

La magistratura alemana, en la resolución del análisis de la


constitucionalidad del sistema de plazos, han señalado que el conflicto de
intereses entre la madre y el concebido se aprecia que “para los primeros, no es
posible plantearse el conflicto de intereses entre embarazada y nasciturus, como
si se trataran de realidades enteramente distintas. No puede olvidarse la
tremenda peculiaridad que representa el hecho de que los intereses fetales solo
pueden desarrollarse en el interior de la embarazada, que es la portadora de su
vida. Se trata de una “dualidad en la unidad”: son dos seres distintos pero un
cuerpo soporta al otro. Durante un periodo de tiempo, ha de predominar la
“unidad” y, por consiguiente, la decisión ha de corresponder a la embarazada;
transcurridos ese plazo, predomina la “dualidad” y sólo en determinados y graves
casos podrán sacrificarse los derechos del nasciturus.

Es decir el sistema de plazos tal como está planteado en la legislación


alemana impone un asesoramiento a la gestante por parte de varias instituciones
acerca de las ventajas que pudiera reportarle la continuidad del embarazo, de
esa forma el derecho utiliza otras formas de control social quizás más eficaces
que el derecho penal.

Esta posición si la trasladamos a nuestra realidad nos permite entender


en principio que si una mujer ya ha decidido abortar, y si no se le permite una
alternativa lícita, ha de optar por una alternativa ilícita, por lo que el sistema legal
no debe orientarse sólo ha quienes no se han planteado la disyuntiva del aborto
sino principalmente a las mujeres que ya lo han decidido. “El conflicto del
embarazo constituye uno individual personalísimo como también su evaluación
depende profundamente de determinadas valoraciones morales, entonces en el
fondo no queda otra cosa que dejar la decisión, después de un asesoramiento
previo según el mejor conocimiento y la mejor conciencia, que en la
responsabilidad propia de la gestante.

3.1.2. Punto dos

El sistema de indicadores, parte de la base que el embrión es un bien


jurídico de protección desde la anidación “las distintas indicaciones son
auténticas causas de justificación de la conducta típica fundamentadas en un
conflicto de intereses; conflicto que se produce entre la vida prenatal y la salud
o integridad de la madre en un caso y al derecho de la libre determinación de la
persona; estos es, al libre desarrollo de su personalidad en los demás.”
Los indicadores conocidos son:

3.1.2.1. Indicador terapéutico

La indicación terapéutica o también llamada indicación médica,


constituye una causa de justificación en la medida que extiende una autorización
o un permiso jurídico para todo aquel que realiza una interrupción de embarazo.”
Conforme el artículo 119º CP peruano se permite dos supuestos de abortos
impunes, a) cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante.

Cuando es para evitar en su salud un mal grave y permanente. En ambos


casos se debe contar con el previo consentimiento de la mujer embarazada o de
su representante legal.

El problema es establecer en que situaciones se pone en peligro la vida


de la gestante, además de, previamente, definir el concepto de salud -que incluye
la salud mental- la cual debe ser grave y no sólo temporal. “Interpretando el
contenido del tipo penal 119º del C.P. y el contenido del art. 21º del Código
sanitario de 1981, el mismo que establece taxativamente los requisitos para
practicar en forma eficaz el aborto necesario, podemos conceptualizar el aborto
terapéutico como la interrupción artificial del embarazo que realiza un médico,
con el consentimiento de la gestante o su representante y con previa opinión
favorable de dos médicos que trataron el caso en consulta, con la finalidad de
salvaguardar la vida de la gestante o evitarle en su salud un mal grave y
permanente.” Es decir, se necesita un enjuiciamiento del médico que califique,
desde una “perspectiva ex-ante, que la interrupción del embarazo fuera el único
camino para impedir un daño a la salud o la muerte de la mujer.

Esta postura nos parece de recibo, dado que es la que más se adapta a
nuestra sociedad y realidad de país subdesarrollado, puesto que en las
concretas circunstancias sociales e individuales – y a las que el aborto no es
ajeno – permite resolver adecuadamente el conflicto. Basta imaginarnos la
situación de la mujer y del médico en el ande peruano, en las zonas, en
ambientes urbano marginales, etc.

3.1.2.2. Indicador ético

Este indicador en el caso peruano produce un aborto sumamente


atenuado, pena privativa de libertad de tres meses (cuando la totalidad de los
procesos penales duran más que dicho plazo), formando parte del llamado
derecho penal simbólico. Se diría, entonces, que se conserva esta figura penal
no para castigar, sino para sentar una determinada posición ideológica.

En este indicador el embarazo es como consecuencia de la violación


sexual fuera del matrimonio o de la inseminación artificial no consentida y
ocurrida fuera de la relación matrimonial, siempre que los hechos hubieren sido
denunciados o investigados cuando menos policialmente. El fundamento reside
en “que el Derecho no pueda exigir aquí otra conducta a la mujer embarazada;
significa que el Derecho no puede obligar a la mujer embarazada a soportar la
repercusión sentimental, moral y social que se derivaría para ella del nacimiento
de un hijo en tales circunstancias, atentatorias contra su dignidad.

Frente a ello un “importante sector de la doctrina sostiene que ésta clase


de aborto debe ser impune, pues toda mujer tiene derecho a tener una
maternidad libre y consciente. Si le hubiere sido impuesta la maternidad con
violencia física, grave amenaza o, en su caso, mediante inseminación artificial
sin su consentimiento, se sostiene debe reconocérsele a la mujer la facultad de
deshacerse del estado de embarazo. En estos casos, debe prevalecer el derecho
a la propia dignidad y el derecho al honor de la mujer, reconocido a nivel
constitucional como consecuencia mediata del reconocimiento en normas a nivel
internacional.
En ese sentido el código penal peruano se aleja de las posiciones más
avanzadas de respeto por la persona de la mujer, “las consecuencias que trae el
seguir dicha postura legislativa no sólo destaca de manera lamentable el lugar
que ocupa el Perú en materia de desarrollo y avance jurídico a la hora de ajustar
su derecho interno a las tendencias, casi unívocas y homogéneas del Derecho
comparado, ya sea de los países europeos, de Norteamericana o incluso de
naciones de nuestra más inmediata y cercana órbita cultural, sino que remarca,
una vez más, el divorcio del Derecho penal de la realidad social a la que pretende
servir y regular y la cual demanda ante todo la necesidad de resolver los
conflictos personales y sociales más graves, sin que se permita que nuestra
disciplina se erija en el parapeto y en el escaparate donde se atrincheran y
defienden las ideas morales más conservadoras.

De igual forma el Tribunal Constitucional español entiende que “esta


inexigibilidad a la que se refiere el Tribunal Constitucional, conviene aclararlo, no
significa que la conducta correcta sea la de la continuidad del embarazo, sino
precisamente que este valor ha de ceder ante la consideración superior que para
el Ordenamiento tiene la dignidad de la mujer, es decir, el libre desarrollo de su
personalidad. Si el Ordenamiento hubiera optado por obligar a la mujer a
continuar su embarazo – pese a que tal continuidad sea valorada positivamente-
, habría ignorado el valor superior que tiene el libre desarrollo de la personalidad
y la dignidad de la persona humana, así como el hombre – en este caso y de
momento, específicamente, la mujer- es un fin en sí mismo y de ninguna manera
puede ser considerada, como ya dijera Kant, un simple medio o instrumento.

3.1.2.3. Indicador Eugenésico

Este aborto también conocido como embriopático, es un aborto


atenuado con pena de tres meses, que parte de una presunción, señalada en la
norma “cuando es probable que el ser en formación conlleve al nacimiento
graves taras físicas o psíquicas”, lo que requiere como condición necesaria de la
existencia de diagnóstico médico. Es conforme, “el principio de no exigibilidad de
otra conducta impide al Derecho exigir a la madre el comportamiento heroico de
cumplir con las imposiciones jurídicas y sociales respecto del futuro hijo que va
a nacer, cuando se conoce que lo hará con graves taras físicas o psíquicas.” Por
lo que “se entiende también que las graves taras detectadas en el producto de
la concepción deben ser permanentes; es decir el diagnóstico debe señalar
claramente que la tara detectada es de imposible curación.

El fundamento de su atenuación es el “reconocimiento la no exigibilidad


de otra conducta que releva a la madre de cumplir con un comportamiento
heroico en relación al futuro hijo que está por nacer cuando su advenimiento al
mundo venga acompañado de graves taras físicas o psíquicas.” El fundamento
decisivo es entonces la libertad de la mujer que debe decidir si esta dispuesta a
aceptar una carga mayor en la crianza de un hijo con esas características.

3.1.2.4. Indicación económica social o de estado de necesidad

Este indicador no es considerado por la legislación penal peruana y se


refiere principalmente al número de hijos y la penuria de la madre, como
abandono material y condiciones de violencia a su integridad física y emocional.
Se caracteriza por autorizar “la interrupción del embarazo para liberar a la
gestante de una situación de necesidad no evitable de otro modo.

3.1.2.5. Toma de posición

En nuestra realidad social-jurídica no tiene ningún asidero proponer un


sistema de plazos, que permita el aborto en un determinado plazo, esto por ser
posición firme que la vida prenatal es un interés preponderante a ser protegido,
ya que para el sistema de plazos, “serán normalmente atendibles tales intereses
tan sólo durante cierto periodo de tiempo; durante cierto plazo.” No quedando
claro, el porqué los intereses de la mujer han de prevalecer sobre los de la vida
humana prenatal, y que estos automáticamente se transformen solo al cumplirse
un determinado plazo de tiempo.

Asimismo, el sistema de indicadores ha demostrado su insuficiencia para


contener las masivas prácticas abortivas.

Para precisar nuestra propuesta consideramos que el debate en torno al


aborto a de ubicarse, desde nuestra perspectiva, en las mujeres gestantes
pobres o en estado de abandono que abortan, a quienes se le debe brindar
salidas sociales-legales, pues sino, de todos modos ejecutarán la acción
abortiva, pero en condiciones peligrosas para su vida, propiciándose la práctica
de abortos clandestinos.
Debemos de partir que el Estado, quien posee el monopolio del Ius
puniendi, posee responsabilidades que no puede abdicar, las que se encuentran
posivitizadas en la Constitución Política, así en su artículo 4º cuando prescribe
que “la comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente,
a la madre y al anciano en situación de abandono”.

El Estado por medio de sus aparatos organizados (Ministerio Público,


Poder Judicial) que persigue el castigo de las madres que abortan, le son
oportunas las palabras del profesor Roxin “si el Estado impone a una mujer el
deber de traer al mundo al feto, aquél tendrá que cuidarse simultáneamente de
que el niño pueda vivir en condiciones humanamente dignas y desarrollarse
libremente y de que no recaiga sobre los padres un peso que supere
desproporcionadamente las cargas normales de la paternidad. Y si el Estado no
está en situación de crear esas condiciones, tampoco le es lícito exigir a la mujer
que dé a la luz a su hijo, sino que tendrá que asumir la interrupción del embarazo
y asumir incluso la responsabilidad de ello.

Si colegimos que tanto el sistema de plazos, como el sistema de


indicadores ha fracasado para evitar los abortos, se ha buscar alguna alternativa.
Por ello, hace un tiempo, el profesor Albin Eser proponía que, entre un sistema
de plazos y otro de indicadores, era necesaria una tercera vía, un modelo, que
denominada “del discurso orientado a la situación de necesidad”. Planteando
una ley penal que contemple un supuesto general de necesidad, dejando a la
mujer la decisión última de apreciar si concurre o no dicha situación; buscando
privilegiar medidas alternativas a las penales, tales como ayudas económicas,
sociales, medidas preventivas, etc., dada la ineficacia demostrada por las
normas penales para proteger la vida prenatal. Es decir, “con este modo de ver
las cosas también se garantizaría que se consideren no solamente, o bien los
intereses del niño (como se prefiere en la solución de indicaciones sobre la base
de la evaluación por un tercero) o bien los de la gestante (como se prefiere en la
solución de plazos sobre la base de la autodeterminación), sino los intereses de
todos los participantes en una interrupción del embarazo en su propia aflicción
y/o responsabilidad: la gestante, el niño que se gesta en ella, el médico y el
padre.
En este modelo se propone que el Estado defienda al concebido, la
madre en estado de abandono ha de explicitar por qué ha de darse prioridad a
sus intereses por encima del embrión o feto. No excluyéndosele de la toma de
decisiones al padre del niño afectado, sobre todo si es el esposo o conviviente,
en tanto también él tiene una corresponsabilidad en el embarazo. Requiriéndose
además, la opinión del profesional médico, para conocer si los motivos de la
gestante, no la exponen a riesgos de muerte.

Si tomamos como punto de partida de una auténtica solución esta


propuesta de Eser debemos sostener : Primero, romper el silencio hipócrita de
muchos sectores, que no aceptan debatir una realidad que afecta a miles de
familias, en particular a las mujeres embarazadas pobres, y cuando lo hacen lo
único que plantean es su posición ideológica y religiosa; Segundo, (y no resulta
contradictorio) se ha de proclamar la defensa de la vida del concebido, en
principio, porque es un objeto de tutela constitucional y porque no se busca
propiciar la práctica de abortos clandestinos, que es lo que ocurre actualmente,
sino se propicia que la madre no tome la decisión de abortar. Si a pesar de todos
los mecanismos disuasivos, la madre se decide por el aborto, el Estado debe
intervenir para disuadirla mediante ayudas psicológicas y económicas, que no es
bueno abortar. Finalmente, si a pesar de todos los esfuerzos ella continúa con la
convicción de ejecutar su acción abortiva, el Estado debe plantearse en principio
la responsabilidad de la guarda y cuidado de esos niños. Pero si estamos ante
un Estado que no cumple con sus propias responsabilidades, entonces no tiene
autoridad para imponer una pena, y no le queda más que aceptar entonces los
indicadores para despenalizar el aborto.

Se ha de observar que en estas hipótesis la solución al delito de aborto


esencialmente no proviene del ordenamiento penal. Por ello quienes buscan la
despenalización absoluta del aborto también se equivocan en principio, por ser
una propuesta inconstitucional al ser un atentado en contra de la vida del
concebido, y porque es predecible que nuestros representantes políticos, en su
mayoría no estén dispuestos a enfrentarse con la posición oficial de la Iglesia
Católica, de ahí que cualquier intento de modificación de la ley penal para
despenalizar el aborto termine en su archivamiento.
Se reclaman alternativas, es una obligación tratándose de esta
problemática de alcanzarlas, el tema es que, si bien nuestra legislación no ha
contemplado el indicador del aborto por situación de necesidad económica-
social, consideramos que sí es posible con los criterios de interpretación de la
parte general del Código penal, encontrar eximentes genéricas incompletas, en
especial el estado de necesidad, para atenuar el castigo del aborto consentido.
Esto no incentivara el delito de aborto, sino dentro de una política de Estado de
prevención de abortos, propiciar la reconciliación de los protagonistas de este
drama de la destrucción de una vida en formación, y las realidades y expectativas
de las personas, en particular de las mujeres embarazadas.

CAPÍTULO IV
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

4.1. CONCLUSIONES
Luego de analizar cada postura podemos observar que el movimiento
pro-vida tiene argumentos más coherentes debido a la poca o nula veracidad de
los argumentos pro-abortistas. Aún con esto, siempre habrán grupos que estarán
a favor del aborto, por lo que seguirá siendo polémico así se dé o no la
legalización del aborto y se determine el protocolo a seguir del aborto
terapéutico.

Ahora bien, muchos se preguntarán: Si el aborto no es una solución,


¿Qué podría hacerse para que la gente ya no recurra al aborto como solución?

Pues en primer lugar se podría informar a la gente que el aborto no


soluciona problemas, sino que incluso los empeora, pues como hemos
mencionado, genera daños físicos y psicológicos en la persona que incurre al
aborto. En segundo lugar, si este argumento no convence a la población, se
podrían tomar medidas que incentiven a que las mujeres decidan dar a luz al
bebé. Una solución podría ser indemnizar a las mujeres para criar a sus hijos (lo
que se da en muchos países); otra solución podría ser atacar la raíz del problema
directamente, en el caso de embarazos por violación se podría generar una
condena más severa para los violadores; y una tercera solución, que en la
actualidad sí existe, es que se creen más centros donde las madres con deseos
de abortar puedan acudir y se les dé más información con la finalidad de cambiar
su decisión. Es esta última en particular la solución que consideramos más
correcta y dentro, relativamente, de las posibilidades de los ciudadanos, sin tener
que recurrir al Estado o las decisiones del Congreso.

4.2. RECOMENDACIONES O PROPUESTAS

A continuación se detalla el reconocimiento en una variedad de


documentos que el Perú ha suscrito en materia de derechos humanos respecto
a la implementación de servicios de aborto legal o terapéutico.

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de


discriminación contra la mujer en su artículo 12 señala que, los estados deben
adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la
mujer, en la esfera de la atención médica a fin de asegurar, en condiciones de
igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios de atención médica e
inclusive los que se refieren a la planificación de la familia.

El comité que supervisa el cumplimiento de este pacto, emite la


Recomendación General Nº 24 titulada “La mujer y la salud “- Artículo 12. En su
párrafo 11, señala que, las medidas tendientes a eliminar la discriminación contra
la mujer no se considerarán apropiadas cuando un sistema de atención médica
carezca de servicios para prevenir, detectar y tratar enfermedades propias de la
mujer. La negativa de un estado parte a prever la prestación de determinados
servicios de salud reproductiva a la mujer en condiciones legales resulta
discriminatoria. Por ejemplo, si los encargados de brindar servicios de salud se
niegan a prestar esa clase de servicios por razones de conciencia, deberán
adoptarse medidas para que remitan a la mujer a otras entidades que prestan
esos servicios.

En el programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población


y Desarrollo de El Cairo (ICPD) realizada en 1994, se adoptó el siguiente acuerdo
por parte de los estados: “En los casos en que el aborto no es contrario a la ley,
éstos deben realizarse en condiciones adecuadas. En todos los casos, las
mujeres deberían tener acceso a servicios de calidad para tratar las
complicaciones derivadas de abortos. Se debería ofrecer con prontitud servicios
de planificación de la familia y asesoramiento post aborto que ayuden también a
evitar la repetición de los abortos.

La Asamblea General de las Naciones Unidas revisó y evaluó la


implementación de la ICPD en el año 1999 y acordó que, “En circunstancias
donde el aborto no esté en contra de la ley, los sistemas de salud deben capacitar
y equipar a los proveedores de servicios de salud y tomar otras medidas para
asegurar que dichos abortos sean sin riesgos y accesibles. Deberían tomarse
medidas adicionales para salvaguardar la salud de las mujeres”.

La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing, en el párrafo


106°, de la Plataforma de Acción de Beijing (PAB), donde se establecen las
medidas que han de adoptar los gobiernos en colaboración con las
organizaciones no gubernamentales, organizaciones de empleadores y
trabajadores y con el respaldo de instituciones internacionales, se señala que en
los casos en que el aborto no es contrario a la ley, los abortos deben realizarse
en condiciones adecuadas. En todos los casos, las mujeres deberían tener
acceso a servicios de calidad para tratar las complicaciones derivadas de
abortos. Se deberían ofrecer con prontitud servicios de planificación de la familia,
educación y asesoramiento post aborto, que ayuden también a evitar la
repetición de los abortos. Considerar la posibilidad de revisar las leyes que
prevén medidas punitivas contra las mujeres que han tenido abortos.

Los casos en que el aborto no es contrario a la ley, los abortos deben


realizarse en condiciones adecuadas. En todos, las mujeres deberían tener
acceso a servicios de calidad para tratar las complicaciones derivadas de
abortos. Se deberían ofrecer con prontitud servicios de planificación de la familia,
educación y asesoramiento post aborto que ayuden también a evitar la repetición
de los abortos.
REFERENCIAS
 MINISTERIO DE SALAUD (2012), Referencia Electrónica, recuperado de:
http://www.reddesalud.org/espanol/sitio/info.asp?Ob=1&Id=281
 SANCHEZ J. (2011), Análisis del Aborto Derivado de Casos de Violación
Sexual dentro del Modelo Jurídico Vigente en el Perú (PUCP), Fondo
Editorial.
 MILAGRITOSBLOGSPOT, (2014). Referencia Electrónica, Recuperado
de: https://milagritos24.wordpress.com/la-realidad-del-aborto-en-el-peru/
 CAMERON P. (2010), Aborto sin Riesgos: Guía técnica y de políticas para
Sistemas de Salud, Pdf.
 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001), Referencia Electrónica, Recuperado
de: http://realacademia.org.pe/2001/10/aborto-terapeutico-ii-la.html
 BACIGALUPO E. (1999), Estudios sobre la Parte Especial del Derecho
penal, Akal Ediciones, Madrid, Pdf.
 BRAMONT-ARIAS TORRES L. (1998), Manual de derecho penal – parte
especial, Editorial SAN MARCOS, Lima.
 CASTILLO J. (2005), El Delito de Aborto, ARA Editores, Lima.
ANEXOS O APÉNDICES

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