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SESIÒN 2

AUTOESTIMA

OBJETIVOS: Que los padres conozcan el concepto de la autoestima y la importancia de desarrollar una
autoestima positiva en los hijos.

Que los padres analicen su propio comportamiento como un factor clave en el refuerzo positivo y
negativo en sus hijos.

METODOLOGÌA:

1. Bienvenida y revisión de la tarea.


2. Dinámica de integración. “ME GUSTAS PORQUE…”

-En esta dinámica se pide a los participantes que se sienten en un círculo y que digan que cosa les
gusta de la persona que está a su derecha. Se les da un tiempo para pensar.

-Al finalizar se les pregunta cómo se sintieron con la dinámica, si les gustó que les dijeran eso, si a
ellos también aprecian esa cualidad en sì mismos, etc.

3. Desarrollo del tema Autoestima.


-A manera de Lluvia de ideas se les pregunta lo que saben del concepto de autoestima.
-Se construye entre todos el concepto de autoestima y se da una explicación acerca de la
importancia de la autoestima en los hijos.
-Se platica de manera breve el Efecto Pygmalión o Profesìa de la Autorrealización, en los hijos.

4. Se entrega la Carta al padre de Franz Kafka.


-Se les pide a algunos participantes que lean en voz alta un parràfo de la carta.
-Se les pide su participación acerca de la lectura y còmo se relaciona con lo expuesto
anteriormente (El efecto Pygmalión).

5. Se les entrega la hoja de trabajo, para que la resuelvan.


- Se realiza una puesta en común.

6. Ejercicio de relajación con música.


-Se pone música que induzca a la relajación.
-Se les induce una visualización la cual puede ser opcional.

7. Se les da a cada uno (a) su hoja de tarea.

8. Despedida.
4. CARTA AL PADRE

"Para el niño que yo era, todo lo que me gritabas era positivamente un mandamiento del cielo: no lo olvidaba nunca, y
aquello era para mí, en adelante, el criterio más importante de que disponía para juzgar al mundo, y, sobre todo,
para juzgarte a ti: en esto fallabas por completo. De niño te veía principalmente durante las comidas, y la mayor
parte de tu enseñanza consistía en la manera de instruirme a la hora de comer con educación. Había que comer de
todo lo que se sirviera y abstenerse de hablar de la calidad de los manjares: pero con frecuencia sucedía, que
encontrabas la comida incomible, y decías que los alimentos eran bazofia, que habían sido estropeados por aquella
idiota (la cocinera).

Como tenías un enorme apetito y una peculiar propensión a comerlo todo muy caliente, con rapidez y a grandes
bocados, el niño tenía que darse prisa. Reinaba durante la comida un silencio lúgubre, interrumpido por tus
advertencias: "Primero come, ya hablarás después", o bien: "más de prisa, más de prisa, más de prisa": o bien: "ya
hemos terminado hace mucho". Uno no tenía derecho a sorber el vinagre, tú sí. Era esencial cortar limpiamente el
pan; pero tú lo cortabas con un cuchillo manchado de salsa, y no tenía importancia. Ni una sola migaja debía caer al
suelo; pero era precisamente debajo de tu sitio donde más había. Durante la comida, uno no debía preocuparse más
que de comer; pero tú te limpiabas las uñas, te las cortabas, sacabas punta a los lápices, te limpiabas los oídos con
un palillo. Por favor, padre, entiéndeme bien; todas estas cosas eran detalles sin importancia, que sólo se me hacían
agobiantes en la medida en que tú, que tan prodigiosa autoridad tenías a mis ojos, no respetabas las leyes que me
imponías.

"De aquí resultó que el mundo se dividió en tres partes: una, aquella en que yo vivía como esclavo, sometido a leyes
que habían sido inventadas sólo para mí, y que, por añadidura, nunca podía cumplir satisfactoriamente, sin saber por
qué; otra, que me era infinitamente lejana, y en la cual vivías tú, ocupado en gobernar, en dar órdenes y en irritarte
porque no se cumplían; por último, la tercera, en la que los demás vivían dichosos, exentos de órdenes y de
obediencia".

"Cuando emprendía algo que te desagradaba y tú me amenazabas con un fracaso, mi respeto a tu opinión era tan
grande que el fracaso era inevitable, aun cuando no debiera producirse hasta más tarde. Perdí toda confianza en mis
propios actos; me tornó vacilante, indeciso. A medida que me iba haciendo mayor iba aumentando el material que
podías oponerme como prueba de mi escasa valía. Poco a poco, los hechos te dieron razón en ciertos aspectos".

"No recuerdo que jamás me hayas injuriado de manera directa ni con palabras realmente gruesas...".

"Tenías una confianza especial en la educación por la ironía, que, por lo demás, armonizaba mejor con tu superioridad
frente a mí. En tu boca, una reprimenda cobraba generalmente esta forma: ¿No puedes hacer eso de tal o cual
forma? ¿Es pedirte demasiado, supongo? ¡Claro, no tienes tiempo para ello!, y así sucesivamente. Cada una de estas
frases iba acompañada por una risa y una cara avinagrada. Uno se sentía ya, en cierto modo, castigado antes de
saber que había hecho algo malo".

"También es verdad que puede decirse que nunca llegaste a pegarme de veras. Pero tus gritos, tu rostro
congestionado, tu apresurada manera de quitarte la correa y disponerla sobre el respaldo de una silla. Todo esto era
casi peor que los golpes. Era como cuando un hombre está a punto de ser colgado. Si se le cuelga de veras, muere y
todo ha concluido. Pero si se le obliga a asistir a todos los preparativos para colgarle, si no se le comunica la noticia
del indulto hasta que el nudo pende ya sobre su pecho, puede que tenga que sufrir por ello toda la vida. Para colmo,
la suma de todos los momentos en que, según la opinión que manifestabas claramente, yo había merecido golpes, a los
que sólo había escapado por tu misericordia, hacía nacer en mí, una vez más, una gran conciencia de mi culpabilidad.
Desde todas partes caía en falta contra ti".
Franz Kafka
5. HOJA DE TRABAJO

Despuès de leer la carta al padre de Franz Kafka, contesta lo siguiente:

1. Señala, revisando tu vida, 2 personas (padre, madre, pareja, amigos, jefes…) o situaciones que te
hayan aportado inseguridad o falta de confianza en tì mismo (a):
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2. Por el contrario, señala 2 personas que te hayan infundido confianza en tì mismo (a):
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3. Con respecto a tus hijos (as), has una lista de frases que màs a menudo usas con ellos (as) y que
pueden tener una influencia positiva o negativa en su autoestima.
POSITIVAS NEGATIVAS

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4. Analiza si sueles utilizar gestos o expresiones no verbales que infunden confianza a tus hijos (as),
y cuàles dinfunden desconfianza? Dì còmo.

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5. Indica actuaciones concretas que has tenido y que han influido positiva o negativamente en el
cambio de conducta de tus hijos (as):

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6. Como Kafka, pero sin dramatismos, escribe la carta que crees que tu hijo (a) te dirigiría
3. DESARROLLO DEL TEMA

AUTOESTIMA

- Lluvia de ideas de lo que es la autoestima.


- Construcciòn del concepto:

La autoestima es la percepción evaluativa de uno mismo. Son las creencias y los valores que tenemos
acerca de nosotros mismos, de nuestras capacidades, habilidades, recursos y potencialidades que nos han
llevado hasta dónde estamos y nos conducirán hasta donde creemos que podemos llegar.

La autoestima es la capacidad de reconocer las virtudes y cualidades que poseemos y que nos hace
sentirnos valiosos (as).

Es la forma en la que nos pensamos, nos amamos, nos sentimos y nos comportamos con nosotros mismos
(as).

Todos (as) desarrollamos una autoestima suficiente o deficiente, positiva o negativa, alta o baja… aunque
no nos demos cuenta.

Por todo ello, es importante el desarrollar una autoestima de la manera màs realista y positiva posible
que nos ayude a descubrir nuestros recursos personales, para aprender a apreciarlos y utilizarlos
debidamente, asì como también el conocer cuàles son nuestras deficiencias para aprender a aceptarlas y
superarlas en la medida de nuestras posibilidades.

Ahora bien, las bases de la autoestima son:

a) El autoconcepto: Es la imagen que una persona tiene de sì misma y de su mundo personal en 2


àreas: PERSONAL (como una persona capaz de valerse por sì misma), y SOCIAL (capaz de
relacionarse con otras personas.).

El autoconcepto es la comparación subjetiva que hacemos de nosotros mismos (as) frente a los
(las) demás. Es una representación que estarà menos o màs ajustada a la realidad de quien la
elabora. Por ello, puede ser realista o presntar distorsiones que conduzcan a una sobrevaloración o
infravaloración de uno mismo.

El autoconcepto es el conjunto de creencias, esquemas cognitivas u opiniones valorativas que tiene


la persona sobre sì misma.
Ejemplos:
-“Soy bueno para el estudio”.
- “Soy incapaz de realizar”.
b) La autoaceptaciòn : Es el sentimiento de poseer un “yo” del que uno no tiene que avergonzarse ni
ocultarse, implica una disposición a aceptarse tal como uno es, con sus defectos y virtudes, con sus
errores y aciertos, con sus habilidades y con sus áreas de oportunidad.

Ahora bien, como padres, desde la concepción de nuestros hijos y en la aceptación de nuestra paternidad
estamos edificando la autoestima de nuestros hijos, ya que inconcientemente estamos elaborando
expectativas en cuanto al futuro del bebè que va a crecer junto a nosotros. El (la) niño (a) desde
temprana edad percibe si es querido (a) y aceptado (a), si es valorado (a) o rechazado (a), todo esto
desde su etapa intrauterina.

De este modo, la familia constituye un papel fundamental en donde el (la) niño (a) se sentirá querido (a)
querido (a) por lo que es y si se le acepta como es. La valoración de la imagen que el (la) niño (a) va
haciendo de sì mismo (a) depende de la forma en que va percibiendo que cumple con las expectativas de
sus padres, en cuanto al logro de metas y conductas que esperan de èl.

Por dicho motivo, el niño debe sentir que nuestro amor por èl es màs grande que cualquier travesura o
conducta inadecuada que haya tenido. Por eso, hay que cuidar el uso de expresiones inculpatorias y el
tono de voz (“eres un tonto”, “eres un flojo”, “eres un descuidado”…) Como padres debemos reprochar su
conducta, no su persona.

Para ayudar a nuestros hijos (as) a contruir una autoestima adecuada, teniendo en cuenta que cada hijo
(a) es único (a) y debemos considerar su temperamento, habilidades, debilidades, mecanismos de defensa,
desos, y nivel cognitivo a la hora de comunicarnos con èl (ella), interactuar y educarle.

A este respecto, quiero platicarles acerca de un concepto que seguramente ya han escuchado: “El efecto
Pygmaliòn o Profesìa de la Autorrealizaciòn”.

EL EFECTO PYGMALIÒN

Pigmalión es un personaje del poeta romano Ovidio, en su obra en versos Las Metamorfosis.

Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una
condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo
a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de estas, Galatea, era tan bella que
Pigmalión se enamoró de la estatua. Mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea
cobraba vida.

Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo "mereces
la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y
defiéndela del mal". Y así fue como Galatea se convirtió en humana.

Si este relato mitológico lo trasladamos al ámbito familiar y al educativo se deduce que lo que se espera
de una persona, es lo que se recibe de ella, puesto que las esperanzas que ponemos sobre alguien, de
alguna manera se las comunicamos.
Las expectativas positivas o negativas que ponemos en nuestros hijos tienden a cumplirse, pues las
personas se convierten en lo que otros esperan que se conviertan.

La imagen que nuestros hijos tienen de sì mismos no es algo heredado, sino aprendido del entorno. Desde
que nace el niño se mira en sus padres como en un espejo y va aprendiendo lo que vale en buena medida
por lo que sus padres le valoran.

Como si tratara de una profesìa, las expectativas que uno tiene, pueden convertirse en realidad.

Ejemplos:

 Si tù eres un padre que confía en su hijo, sabes que puede crecer y que puede mejorar, tu espejo
le infundirà confianza y seguridad. El niño traducirà positivamente tu mensaje “puedes hacerlo”,
Veràs còmo sì te sale”, conviertiendolo en una persona segura. Habrà cosas que no le saldrán bien,
pero eso no pondrá en riesgo la confianza que tiene en sì mismo, porque sabe que si lo intenta lo
hará bien.
 Por el contrario, si somos padres ansiosos e inseguros, necesitas que las cosas se hagan
rápidamente y que tus hijos te necesiten, les haces todo, no confías en que pueden hacer las cosas
por sì mismos, el mensaje verbal o no verbal es “eres un inútil”, el niño no sabrà defenderse en el
colegio, se le caerán las cosas, o antes de intentar hacer algo, dirà “yo no sè”, “yo no puedo”. No
tendrá confianza en sì mismo. Serà miedoso e inseguro.
HOJA DE TRABAJO 2

Realizar la hoja de trabajo.

LO QUE ME GUSTA LO QUE NO ME CÒMO CAMBIAR LO


GUSTA QUE NO ME GUSTA
De mi cuerpo

De mi modo de hablar

De mi risa

De mi forma de dar
cariño
De mi forma de educar
a mi hijo
De mi forma de
relacionarme con mi
hijo (a)
De mi forma de
aconsejar
De la forma de
relacionarme con mi
pareja
De la forma de
relacionarme con mis
familiares y vecinos
De mis temores

De mis enojos y
envidias
De mi forma de
divertirme
De mi forma de
trabajar
De mi forma de
enfrentar los
problemas
De mi energía
HOJA DE TRABAJO 3

Termina las siguientes frases:

1. Una de mis emociones que me cuesta aceptar es...

2. Una de mis conductas que me cuesta aceptar es...

3. Uno de los pensamientos que tiendo a alejar de mí es...

4. No me perdono...

5. Uno de los aspectos de mi cuerpo que me cuesta integrar es...

6. Si me perdonara...

7. Si yo aceptara mi cuerpo...

8. Si aceptara mejor mi pasado...

9. Si aceptara mejor mis sentimientos...

10. Si fuera más honesto acerca de mis deseos y necesidades...

11. Si tuviera más en cuenta sanamente a los otros...

12. Lo que me asusta e impide aceptarme a mí mismo es...

13. El beneficio de no aceptarme podría ser...

14. Comienzo a darme cuenta de que...

15. Comienzo a sentir...

16. A medida que aprendo a autoaceptarme...

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