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Mapas Genéticos y físicos

Los mapas genéticos también llamados de ligamiento dan una información a grandes rasgos
sobre la ubicación de los genes en relación con otros genes conocidos. Estos mapas se basan
en la función genética de la recombinación (de allí su nombre de mapa genético).
Organismos individuales de genotipo conocido se entrecruzan y la frecuencia de
recombinación entre sus loci se determina al evaluar a sus descendientes. Para los genes
ligados, la tasa de recombinación es proporcional a la distancia física entre los loci. Las
distancias en los mapas genéticos se miden en porcentajes de recombinación (centimorgans,
cM), o unidades de mapa, una unidad de mapa equivale a 1% de recombinación.
Mediante la realización de una serie de cruzamientos entre pares de genes es posible construir
un mapa genético que indique la disposición de los ligamientos de un cierto número de genes.
En cuanto al desarrollo de un mapa cromosómico a partir de las frecuencias de
recombinación, se deben destacar dos aspectos:
1. Se debe recordar que no podemos distinguir entre genes ubicados en diferentes
cromosomas y los genes alejados pero en el mismo cromosoma. Si los genes tienen
una recombinación del 50%, la máxima conclusión a la que se puede llegar en cuanto
a ellos es que pertenecen a diferentes grupos de genes ligados ( a distintos grupos de
ligamientos) ya sea en cromosomas diferentes o en el mismo cromosoma, pero
alejados unos de otros.
2. Es cuando se realiza un cruzamiento de prueba para dos genes relativamente alejados
pero en el mismo cromosoma, se tiende a subestimar la verdadera distancia física
porque el cruzamiento no revela los entrecruzamientos dobles que pueden ocurrir
entre los dos genes. Un entrecruzamiento doble se produce cuando dos
entrecruzamientos separados ocurre entre los mismos dos loci ( por ahora
consideramos entrecruzamientos dobles que ocurran entre dos de las cuatro
cromatides de un par homologo, un entrecruzameinto doble de dos hebras; los
entrecruzamientos dobles involucran tres o más cromatides se consideraran mas
adelante). Mientras que un entrecruzamiento simple produce combinaciones de alelos
que no estaban presentes en los cromosomas de los progenitores, un segundo
entrecruzamiento en tre los mismos dos genes interviene el efecto del primero y
restaura asi las combinaciones originales de alelos de los progenitores. Los
entrecruzamientos dobles de dos hebras producen tan solo gametos no recombinantes
y, por lo tanto no puede distinguirse entre la progenie que se produce a partir de
entrecruzamientos dobles y la progenie que se produce cuando no hay
entrecruzamiento alguno. Sin embargo es posible detectar entrecruzamientos dobles
examinando un tercer gen que se encuentra entre dos entrecruzamientos. Debido a
que los entrecruzamientos dobles entre dos genes pasan inadvertidos, las distancias
de mapas serán subestimadas cada vez que ocurran los entrecruzamientos. Los
entrecruzamientos dobles se producen con mayor frecuencia entre genes que están
alejados; por consiguiente , los mapas genéticos que se realizan sobre la base de
distancias cortas siempre son más precisos que los que se basan en distancias
mayores.
Construcción de un mapa genético con cruzamiento de prueba de dos puntos:
Los mapas genéticos pueden construirse realizando una serie de cruzamientos de prueba entre
pares de genes y examinando las frecuencias de recombinación entre ellos. Un cruzamiento
de prueba que se lleva cabo entre dos genes se denomina cruzamiento de prueba de dos puntos
o cruzamiento de dos puntos.

Un entrecruzamiento de prueba de tres puntos puede utilizarse para mapear tres genes
ligados:
Si bien los mapas genéticos se pueden construir a partir de una serie de cruzamientos de
prueba para pares de gene, este método no es del todo eficaz porque para establecer el orden
de los genes se deben realizar numerosos cruzamientos de prueba de dos puntos y además,
porque los cruzamientos dobles pasan inadvertidos. Un cruzamiento de prueba para tres
genes, un cruzamiento de prueba de tres puntos o un cruzamiento de tres puntos, constituye
una técnica de mapeo eficaz. Mediante un entrecruzamiento de tres puntos, el orden de los
tres genes se puede establecer a partir de un solo conjunto de la progenie e incluso se puede
detectar algunos entrecruzamientos dobles, lo que se permite obtener distancias de mapas
exactos.
Determinación del orden de los genes
El primer paso en el mapeo de genes es determinar el orden que los genes guardan en el
cromosoma.
En primer lugar, se debe identificar los tipos de progenie no recombinante, que serán las
clases de progenie con mayor número de individuos. (Incluso si el entrecruzamiento se
produjera en todos los procesos de meiosis, la progenie no recombinante constituirá al menos
un 50% del total).
Luego se debe identificar la progenie resultante del entrecruzamiento doble. Estos tipos de
progenie siempre deben de constituir los dos fenotipos con menor cantidad de individuos, ya
que la probabilidad de un entrecruzamiento doble siempre es menor que la de un
entrecruzamiento simple.
En conclusión, para determinar el locus del medio de un cruzamiento de tres puntos compare
la progenie del entrecruzamiento doble con la progenie no recombinante. Los
entrecruzamientos dobles serán las dos clases de fenotipos menos comunes; los no
recombinantes serán las dos clases de fenotipos más comunes. La progenie del
entrecruzamiento doble debe tener los mismos alelos que los tipos no recombinantes en dos
locis y diferentes alelos en locus del medio.

Cruzamiento de tres puntos: pasos a seguir:


1. Anotar los fenotipos y los números de la progenie producida en el cruzamiento de
tres puntos. Será más fácil interpretar los fenotipos de la progenie si se utilizan
símbolos que representen a los alelos para características.
2. Anotar los genotipos de los progenitores originales a partir de los cuales se produjo
el individuo triplemente heterocigota del cruzamiento de prueba y, si se la conoce,
anotar también la disposición de los alelos (de acoplamiento o repulsión) en los
cromosomas del individuo
3. Determinar que clase fenotípica de la progenie son no recombinantes y cuáles son los
que resultaron del entrecruzamiento doble. Las no recombinantes serás las clases
fenotípicas más frecuentes; y las de entrecruzamientos dobles serán las dos clases
menos frecuentes.
4. Determinar cuales es el locus que se encuentra en el medio. Comparar los alelos
presentes en los entrecruzamientos dobles con aquellos presentes en los no
recombinantes; cada clase de entrecruzamiento doble puede coincidir con una de las
clases no recombinantes respecto de dos loci y diferir respecto de un locus. Este
último locus será el que se encuentra en el medio.
5. Volver a anotar el fenotipo de los genes en el orden correcto.
6. Determinar en qué ubicaciones pueden haber ocurrido los entrecruzamientos para dar
origen a los fenotipos de la progenie. Para hacerlo comparar cada fenotipo con el
fenotipo de la progenie no recombinante.
7. Determinar las frecuencias de recombinación sumar las cifras de la progenie que
posee un cromosoma con un entrecruzamiento entre un par de loci. Sumar los
entrecruzamientos dobles de esta cifra. Dividir el resultado por el número total de la
progenie de cruzamiento y multiplicarlo por 100; el resultado obtenido corresponde
a la frecuencia de recombinación entre los loci que es igual a la distancia de mapa.
8. Construir un mapa de los tres loci indicar cual es el que se encuentra en medio y
marcar distancias entre ellos.
9. Determinar el coeficiente de coincidencia y de interferencia. El coeficiente de
coincidencia es el valor que se obtiene al dividir el número de la progenie con
entrecruzamiento doble que se observó por el número de progenie con
entrecruzamiento doble que se esperaba. El número esperado puede calcularse
multiplicando el producto de las dos probabilidades de recombinación simple por el
número total de la progenie de cruzamiento.
Efecto de los entrecruzamientos múltiples
Hasta aquí hemos analizado los efectos de los entrecruzamientos dobles que ocurren entre
dos de las cuatro cromátides de un par homólogo. Estos cruzamientos se denominan
entrecruzamientos de dos hebras. Los entrecruzamientos dobles que involucran tres o aun
cuatro cromátides de un par homólogo también pueden producirse. Si examinamos sólo los
alelos en los loci de cada lado de ambos eventos de entrecruzamiento, los entrecruzamientos
dobles de dos hebras no resultan en nuevas combinaciones de alelos y no se producen
gametos recombinantes. Los entrecruzamientos dobles de tres hebras dan como resultado que
dos de los cuatro gametos son recombinantes, y los entrecruzamientos dobles de cuatro
hebras producen los cuatro gametos recombinantes. En consecuencia, los entrecruzamientos
dobles de dos hebras producen 0% de recombinación, los entrecruzamientos dobles de tres
hebras producen 50% de recombinación y los entrecruzamientos dobles de cuatro hebras
producen 100% de recombinación. El resultado global es que todos los tipos de
entrecruzamientos dobles en forma conjunta producen un promedio de 50% de progenie
recombinante.
Como hemos visto, los entrecruzamientos dobles de dos hebras hacen que los alelos a cada
lado del entrecruzamiento permanezcan sin cambios y que la progenie sea no recombinante.
Los entrecruzamientos de tres y cuatro hebras producen progenie recombinante. Pero esta
progenie es de tipo que la producida por los entrecruzamientos simples. En consecuencia,
algunos entrecruzamientos múltiples pasan desapercibidos cuando se observa la progenie de
un cruzamiento genético. Por lo tanto, las distancias de mapa basadas en las tasas de
recombinación subestimaran las distancias físicas reales entre genes porque algunos
entrecruzamientos múltiples no son detectados entre la progenie de un cruzamiento. Cuando
los genes se encuentran muy cerca, los entrecruzamientos múltiples son improbables y las
distancias basadas en las tasas de recombinación se corresponden con exactitud con las
distancias físicas en un cromosoma. Sin embargo, a medida que la distancia entre los genes
aumenta hay mayor probabilidad de que ocurran entrecruzamientos múltiples, y la
discrepancia entre la distancia genética (basadas en tasas de recombinación) y las distancias
físicas aumentas. Para corregir esta discrepancia, los genetistas han desarrollado funciones
de mapeo matemáticas que relacionan las frecuencias de recombinación con las distancias
físicas reales entre los genes. La mayoría de estas funciones se basan en la distribución de
Poisson, que predice las probabilidades múltiples eventos poco comunes. Mediante la
utilización de estas funciones de mapeo, se puede estimar con mayor exactitud la distancia
de mapas basadas en las tasas de recombinación.
Mapeo con marcadores moleculares
Durante muchos años, el mapeo de la mayoría de los organismos estuvo limitado por la
disponibilidad de marcadores genéticos, es decir, genes variables con fenotipos que pueden
observarse fácilmente y cuya herencia puede estudiarse. Los marcadores genéticos
tradicionales incluyen los genes que codifican características fácilmente observables como
el color de las flores, la forma de las semillas, los grupos sanguíneos y las diferencias
bioquímicas. La escasez de estos tipos de características en muchos organismos limitaba los
intentos de realizar mapeos genéticos.
Durante la década de 1980, nuevas técnicas moleculares tornaron posible examinar las
variaciones del ADN y pusieron u sinnúmero de marcadores genéticos al servicio de la
construcción de los mapas genéticos y del estudio del ligamiento. Los primeros de estos
marcadores genéticos fueron los polimorfismos de longitud de los fragmentos de restricción
(RFLP), es decir, variaciones en la secuencia de ADN detectadas por los cortes que las
enzimas de restricción realizadas en el ADN. Posteriormente se desarrollaron métodos para
detectar el número variable de secuencias cortas de ADN repetidas en tándem denominadas
micro satélites. Mas recientemente, con la secuenciación del ADN es posible la detección
directa de variaciones individuales en los nucleótidos de ADN denominadas polimorfismos
de un nucleótido único (SNP). Estos nucleótidos han aumentado la cantidad de marcadores
genéticos disponible y facilitado en gran escala la creación de mapas genéticos.
¿Cómo se hace un mapa genético?
El proceso de hacer un mapa genético para descifrar la localización de un rasgo
determinado (como una enfermedad) es el siguiente:

1. Se recolecta una muestra de sangre o de tejido.

2. Se aísla el ADN de esas muestras y se examina para encontrar patrones únicos


(secuencias de pares de bases que solo aparecen en los miembros de la familia
que tienen la enfermedad o rasgo y que se conocen con el nombre
de marcadores).
3. Los marcadores de ADN no identifican por sí mismos el gen responsable de
la enfermedad o rasgo; pero sí dan pistas fiables sobre la localización exacta
del gen en el cromosoma. Esto es gracias al proceso de recombinación que se
da en las células reproductivas. La recombinación ocurre durante el desarrollo
de óvulos y espermatozoides: los cromosomas pareados que componen el
genoma de una persona intercambian tramos de ADN .

Si un gen en particular está cerca de un marcador de ADN, es probable que ambos


permanezcan juntos durante la recombinación y pasen juntos de padres a hijos. Así
pues, si cada miembro de la familia con un rasgo determinado también hereda un
marcador de ADN particular, es muy probable que el gen responsable esté cerca de
ese marcador.

¿Qué tipo de enfermedades podrían prevenirse o curarse con su ayuda?


Entre las enfermedades que se piensa pueden ser prevenidas gracias a estos descubrimientos
el SIDA, problemas musculares, diabetes, fibrosis quística, el Alzheimer, la hemofilia,
algunos tipos de cáncer y tumores cerebrales.

Mientras más grande sea el número de marcadores de ADN que haya en un mapa genético,
mayor será la probabilidad de que por lo menos uno de los marcadores esté ubicado cerca de
un gen responsable de la enfermedad, y más fácil será para los investigadores identificar ese
gen.

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