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Evaluacion de Jose Sales Blasco
Evaluacion de Jose Sales Blasco
Al iniciarse una nueva etapa educativa debemos considerar las experiencias que el alumno
ha tenido en la etapa anterior; conocer las actitudes del alumnado frente a diferentes
situaciones, así como las potencialidades con respecto a nuestra área concreta, debe servirnos
para reflexionar y modificar, si es necesario, la programación planteada.
La realización de las fichas que se presentan en este artículo tiene esa finalidad, recoger la
mayor información posible sobre nuestros alumnos/as para, partiendo de esta información,
conseguir facilitar y potenciar el aprendizaje y desarrollo de los mismos.
Desarrollo
La definición que podemos encontrar en la página Web del Diccionario de la Real Academia
Española de la Lengua sobre el término evaluación, nos dirige al verbo evaluar, al entender
evaluación como "Acción y efecto de evaluar". Igualmente, la tercera afección que aparece
sobre este verbo sería: "Estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos".
Parece evidente que, dentro del marco educativo, esta definición no sería válida al no prestar
atención a todos los componentes que conforman el proceso de enseñanza-aprendizaje,
centrándose exclusivamente en uno de ellos: el alumno.
Bebby (1977) define la evaluación como "la recogida sistemática de datos e interpretación de
los mismos, dirigida, como parte de un proceso, a un juicio de valor con vistas a actuar";
Tenbricnk (1988) expone que "evaluación es el proceso de una obtención de información y de
su uso para formular juicios que a su vez s utilizarán para tomar decisiones".
Por lo expuesto con anterioridad, vemos que la evaluación implica el recoger información
para emitir unos juicios que nos llevará a tomar decisiones para mejorar.
Al mismo tiempo nos permitirá valorar el progreso que realizarán nuestros alumnos, ya que
se hace necesario conocer el nivel de partida para poder valorar y finalmente emitir una
calificación en función de los aspectos evaluados.
Orientarse en el espacio.
Tener interiorizada la lateralidad.
Desplazarse por el espacio con distintos movimientos.
De esta manera, se ha desarrollado un cuestionario para los padres, dos listas de control
(una donde se anotarán las actitudes que muestra el alumno/a durante las sesiones y otra
donde recogeremos información sobre la competencia motriz y el nivel de ejecución de
determinadas habilidades) y una hoja para realizar un registro anecdótico. Toda esta
información nos conducirá a una ficha individual del alumno donde recogeremos, entre otros:
Las hojas para llevar a cabo esta evaluación son las que se presentan a continuación:
Como puede apreciarse, todas estas fichas de evaluación se encuentran enfocadas hacia el
alumnado, y puede parecer que se cae en contradicción al centrarnos en el mismo y no analizar
otros aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje en esta evaluación inicial; no es este el
caso ya que, como es lógico, la programación del curso se tiene planteada antes de recepcionar
y conocer a los alumnos/as, no obstante, recoger y valorar las potencialidades de los mismos
nos permitirá revisar, analizar y modificar, si es necesario la programación que tengamos
realizada.
De ahí que se haga necesario plantear unas sesiones de evaluación antes de comenzar con
el trabajo específico de los contenidos planteados para el curso. Parece evidente que, debido a
la cantidad de datos que se proponen recoger en las fichas presentadas, el número de sesiones
deberá adaptarse a la evaluación que queremos llevar a cabo, llegando, si se considera
necesario, a realizar una unidad didáctica de bienvenida enfocada para este fin.
Parece importante destacar que las actividades propuestas, para valorar los aspectos
marcados en las listas de control, deberán tener un carácter lúdico y no ser del todo
desconocidas para el alumnado, ya que, siguiendo a Blázquez (1990), se trata de que el
alumnado no tenga sensación de estar siendo evaluado para poder apreciar cómo suelen
comportarse y reaccionar de manera habitual.
No obstante, no debemos olvidar que se trata de una propuesta que cada maestro/a deberá
adaptar a su realidad, experiencia y expectativas con respecto al tema planteado.
Conclusión
La primera evaluación que hagamos de nuestros alumnos/as, al comenzar la Educación
Primaria, debería ser lo suficientemente rigurosa para obtener la mayor información posible.
Esto no quita, en ningún caso, la importancia a otras evaluaciones que se hagan a lo largo del
curso (al comenzar unidades didácticas, etc.).
No obstante, esta primera evaluación es la base de partida del trabajo que desarrollaremos
posteriormente, ya que nos va a permitir determinar objetivos, adecuar la programación y la
metodología a emplear, etc.