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LOS CUADERNOS
DE LAS GAVIOTAS
© Mónica Rodríguez Jiménez
© De esta Edición: F. G. C. / Comunicación, Oralidad y Artes (COMOARTES)
Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE)
Director General: Francisco Garzón Céspedes
Asesora General: María Amada Heras Herrera
Director Ejecutivo: José Víctor Martínez Gil
Directora de Relaciones Internacionales: Mayda Bustamante Fontes
Directora de Extensión Cultural: Concha de la Casa.
Madrid / México D. F., 2012 / ciinoe@hotmail.com
Los textos incluidos en esta edición se publican amparados por las Bases de los Concursos Internacionales,
de Microficción y de Microtextos “Garzón Céspedes”, de los que son premios internacionales
o en los que han obtenido otros reconocimientos, y por las normas del proyecto ¿Escribimos? de F. G. C.
Derechos reservados. Se autoriza el reenvío sólo por correo electrónico como archivo adjunto PDF.
Se autoriza la publicación en medios digitales citando cada vez autor y fuente.
No se autoriza edición o impresión alguna en papel u otros soportes sin permiso previo de la Editorial.
Se autoriza a las bibliotecas a catalogarlo exclusivamente para consulta en sala por el público.
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http://loslibrosdelasgaviotas.blogspot.com
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Cuentos
CUENTA ATRÁS
las manecillas del reloj avanzaban lentas, inexorables, con pesados y diminutos
pasos de tortuga. Quiso detener el tiempo. Sabía que todo esfuerzo era inútil y
tendría que volver al baúl. Había llegado la primavera. También para los abrigos.
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DESDE LA DISTANCIA
Ella piensa: “¡Apártate de mí. Me duelen tus ojos de vacío. Me duelen tus
cia las palabras que ansío escuchar.” Ella piensa: “¡Quiero que caigas, te pre-
cipites desde lo alto”. Ella piensa: “¡Quiero poder hablar de ti en tercera perso-
na, para que tú dejes de ser tú, para convertirte en él y, así, no me duelas”.
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LA INMUTABILIDAD DE LA ESENCIA
La que antaño fuera sirena, añoraba el azul de sus viejos días, mien-
tras tocaba las piernas que habían sucedido a su cola de pez. Pero cada vez
que se dejaba invadir por la nostalgia y las lágrimas anegaban sus ojos, ella
MAR.
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Cuento de nunca acabar
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Cuento para niñas y niños
EL LAGARTO ASOLEADO
sejándole que fuese precavido pues hacía calor y podía quedarse frito, fritito,
muy a gustito tostándose al sol y así lo querría más su lagarta, lagartita, lagarti-
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Dicho
Quien despierto sueña, en las noches de insomnio pena.
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Pensamiento
El futuro no
existe:
es el hoy
de mañana
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Poema
¿SUERTE?
Salmodian
Sirenas
Siempre
Solas
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Poema para niñas y niños
corazón.
a su océano de ilusiones.
¡Azul!
De colores
¡Rojo, Verde!
Irisado tornasol
¡Amarillo!
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Monólogos teatrales
HOMBRE:
¡Escúchame! Por una vez, no alces la voz por encima de la mía. Gritar no te va
la réplica porque me aturdes hasta tal punto, que soy incapaz de reaccionar a
tiempo.
demás. Seguramente piensen que estoy loco por querer alejarte de mi lado. En
perfecta, pero llena de lacerantes espinas. Ocultas hasta que no estás muy
Cuando nos conocimos, no podía creer que te hubieses fijado en mí. A tu lado
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queño aún. Pero he descubierto el juego y no voy a dejarme engañar. No por
más tiempo.
¿Sabes?
(Pausa. Determinación.)
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MUJER A OSCURAS
marañados cabellos y el color claro de una prenda suelta, tal vez un camisón,
de un modo casi febril. Un brillo tan inusual que parece próximo a la locura. Su
mirada se pierde sin ver, más allá de la ventana. Sola, comienza a hablar len-
más firme y por momentos, también furiosa, aunque nunca cesan la tensión ni
la angustia.
MUJER:
Esa maldita lluvia ya está otra vez… Arreciando sobre mí, horadándome con
cada gota. Todos los días la misma lluvia incesante, en esta terrible oscuridad,
que es como un inmenso vacío en el que me hundo sin remedio. Los poros de
mí. ¡Estoy harta de suplicar a ese Dios, que parece ciego, sordo y mudo! Con-
denada a la soledad sin saber cuál ha sido mi delito. Por mis arterias ya sólo re-
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cuerpo, aunque poco hay que corromper donde el tiempo todo lo ha agostado.
Pausa larga. La voz se ahoga en llanto, casi inaudible. Muy despacio. Dete-
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YO NO QUIERO MANTOS NEGROS
Mujer y hombre, ambos de mediana edad. Ella mantiene el semblante serio. Él,
La mujer coge de las manos al hombre. Comienza a hablar con voz monocor-
de. Pausada.
MUJER:
que me asfixio…
Aquí huele a despedida y necesito gritar. Rasgar este angustioso silencio. Has-
ta que se rompa. Como tú. Que presintiendo el final, anticipándote, te has ves-
tido de negro demasiado pronto, sin darte cuenta de que aún no me he ido.
Siento ganas de agarrarte por los hombros y zarandearte. ¡Aún sigo aquí! No
es momento de derrochar lágrimas, ya sé que falta poco, pero ¿para qué des-
perdiciar el tiempo que nos quede, sea poco o mucho? Nunca me gustaron las
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Pausa larga.
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Soliloquios teatrales
EN BLANCO Y NEGRO
Hombre de unos cincuenta años, sentado en un sofá con las piernas apoyadas
HOMBRE:
Lunes, martes, miércoles…ya está otra vez. Lunes, martes, miércoles… vuelta
suceden, uno tras otro, como canción que sólo es estribillo. Estribillo que de
¿Es esto rutina? No, yo lo definiría como vida. Mi vida. Y nadie tiene por qué venir
veinticinco años, tiempo hubo atrás de aspiraciones. Ahora es momento para que
ver nuestras películas favoritas. Pero ella no comprende. Dice necesitar brisa fres-
(Con enojo.)
el silencio compartido? Con sólo mirarla, sé. Sin utilizar palabras. Mejor dicho:
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sabía. Tendré que hablar en pretérito. Porque a esta mujer de ahora no la co-
nozco. Es como si hablase otro idioma y, a estas alturas, viejo me veo para
hacerme políglota. Hablando con propiedad, más que viejo, desidioso. ¿Para
qué tratar de adaptarme, cuando no quiero hacerlo? Estoy muy bien así. Si
televisor, una sonrisa del otro lado de la mesa, su cuerpo junto al mío en la ca-
ma…Tampoco es tanto…
(Consternado.)
(Resignado.)
Si ella se va…
(Suspiro. Pausa.)
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LADRÓN DE SILENCIOS
Primer plano, perfectamente iluminada, mujer muy joven, poco más que una
que brilla un pequeño arete dorado que taladra su nariz. Viste un blusón inma-
culadamente blanco y una falda larga de vuelo, que parece estar confecciona-
MUJER:
(Rezongando.) ¡Otra vez me ha vuelto a preguntar! ¡Será idiota! ¿Es que acaso
no percibe mis dudas? ¿Acaso está en Babia? Aprovecha hasta la más mínima
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equivocándome. Tal vez no merezca la pena esforzarse en que “esto” que
Tal vez no merezca la pena. Pero él ¡se muestra tan ilusionado! Cada vez que
hablamos noto que mi voz es valiosa para él. Más que valiosa: necesaria. ¡Se
Y yo, yo… ¡no sé qué siento! Desde luego, no lo mismo. Desde luego, menos.
con muestras de afecto que él acoge como si fueran maná caído del cielo. Y
troceder, a dar marcha atrás. Tanto que dice saber y tan poco que entiende. No
basta con que yo le diga que necesito más tiempo. No basta con que le pida
mis silencios. Puede que ésta sea la prueba de fuego. Depende de cómo se
es mía y se da cuenta del juego, si por fin demuestra que hay algo por lo que
otra vez volviera a preguntarme ¿en qué piensas?, mi respuesta sería, será,
definitivamente será:
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Monoteatros sin palabras
SIMULACRO
retrato a carboncillo de una mujer peinada con moño italiano. Los bordes del
auxiliar. A la derecha del sillón, hay una mesa camilla con faldón rojo, parcial-
mente cubierto por un mantel de cuadros. En la mesa hay un vaso, una serville-
Entra en escena un hombre de unos setenta años, con batín de felpa abrochado.
HOMBRE:
Camina con pasos titubeantes, sosteniendo un plato con una lata de fabada
que humea. Se acerca a la mesa donde deja con cuidado el plato y se sienta.
rostro refleja hastío, que no parece ser producto de lo poco que ha comido.
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blante pronto vuelve a ensombrecer. Gruñe y se aparta del retrato después de
El hombre se dirige al sillón y se deja caer sobre él. Mira la hora en su reloj.
la rueda del dial buscando otra emisora de radio, que tampoco parece conven-
cerle. Repite el gesto varias veces, hasta que apaga el transistor y lo deja so-
bre la mesita. Vuelve a mirar la hora. Se pone las gafas y hojea un periódico
jauría.
pantalla, dispuesto a formar parte del coro de perros con sus ladridos.
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ÚNICO TESTIGO: LUNA
che cerrada.
manto de paño oscuro y sujeta su falda larga con las manos, para no tropezar.
falta un zapato.
Todos los indicios apuntan a que lleva un rato corriendo campo a través. Tal
MUJER:
desordenado cabello, suelta las horquillas y las vuelve a colocar, suelta las
horquillas y las vuelve a colocar. Hay algo compulsivo en la repetición del ges-
to. La falda ha vuelto a su lugar y la mujer la sacude, una y otra vez, una y otra
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ve la calma. Quietud. El silencio de la noche, únicamente violado por el silbido
del viento.
perdida. Parece estar recordando. Su mano dibuja en el aire una silueta mas-
culina y se lleva la mano al vientre. Un vientre plano, sobre el que ella dibuja
rrumpe. Ella corre por la escena, se golpea contra las paredes. Mira por la ven-
tana. El sonido se acerca, se oye cada vez más fuerte. Ella se detiene. Toca su
inmóvil. Despacio, su mano derecha asciende y busca algo bajo el manto. Ex-
trae una daga. La mira fijamente y se la lleva al pecho donde la clava. Grita. La
sangre mana. Cae al suelo y queda tendida en posición fetal. Aún sujeta el ar-
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Monólogo para niñas y niños
DUERME, MI BIEN
MADRE:
Duerme, mi bien, no sientas miedo. Nadie vendrá a hacerte daño. Y esas som-
bras que tanto te asustan, no son sino tus propios temores. ¿Sabes? La oscu-
ridad no hace más que llamar a tus sueños. Ellos también duermen y, con tu
poco, como tú. Primero se estiran. Ése es el momento en que me llamas pi-
diéndome que te cierre la puerta del armario, porque crees que desde dentro
fuerza desde el armario, que ha hecho que sus puertas se abran. Pero si vengo
a cerrarle la puerta, le costará más salir y tendrá que hacerlo en forma de luz.
Eso sucede cuando ves esos puntitos de colores en tu habitación, que piensas
que son diminutos ojos que te observan. Son fragmentos de sueño, pedazos de
entre las sombras y que agudizan tus miedos, no son más que muebles, ropa,
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tus cosas, desde donde juegan al escondite los sueños, esperando a que por
fin duermas.
Por eso, no debes temer. No hay nada más maravilloso que soñar. Cuando
Tal vez esta noche te crezcan alas, esponjosas como nubes, o quizás te con-
feria. ¿Recuerdas ese día? Papá te cogía de la mano para que no te extravia-
Lo que pasa es que, a veces, nuestra mano se vuelve invisible. Es una mano
con poderes mágicos, por ese motivo puede que no la veas. Pero siempre está
estarás solo.
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ÍNDICE
¿SUERTE? / Poema
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Rodríguez Jiménez, Mónica (Madrid, España, 1976). Premio Iberoamericano de Comunicación,
Oralidad y Oralidad Escénica “Chamán”. Premio Gaviota de Anécdotas Personales y Conversación Escéni-
ca. Narradora oral escénica. En la actualidad y desde hace unos años: una de las primerísimas figuras de la
renombrada Compañía de la Imaginación –el referente internacional en su campo: la oralidad escénica
contemporánea– de la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE) –donde
comenzó a formarse en este arte hace más de diez años con Francisco Garzón Céspedes y José Víctor
Martínez Gil, sus Directores, que la han codirigido de modo directo en sus espectáculos unipersonales–.
Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM, 1998), viajera
incansable de un continente a otro, ser humano que disfruta conociendo otras culturas; entre sus pasio-
nes se encuentran la acuariofilia y las casitas de muñecas. Al ser una de las primerísimas figuras de La
Compañía de la Imaginación ha sido elegida para presentarse (conversando escénicamente y compar-
tiendo anécdotas, contando, diciendo la poesía…) en todos sus eventos relevantes en Madrid (Muestras,
Festivales… como “Contar con Madrid, “Contar con la Universidad Complutense de Madrid”, Festival del
Cuento de Buen Humor, Festival de Oralidad Escénica, Festival Arte Oral de Vanguardia, Festival del
Opti-mismo…), y en otros de las anuales Giras España de Narración Oral Escénica. Ha contado en recin-
tos escénicos, centros culturales, librerías y cafés, de Madrid y de otras ciudades y pueblos de España
(Barcelona, San Lorenzo de El Escorial, Valladolid…), y se ha presentado en recintos –en varios en nu-
merosas ocasiones– como el Teatro Fernán Gómez / Centro de Arte de Madrid, la Universidad Complu-
tense de Madrid, la Feria del Libro de Madrid, el Teatro “Calderón de la Barca” de Valladolid y el Instituto
de Sociología y Psicología Aplicadas (ISPA) de Barcelona. Recientemente ha narrado oral escénicamente
en “Contar con Zurich”, en “Contar con Helsinki” y en “Contar con Tallin”, en espacios como los del Ate-
neo Popular Español de Zurich, la Sala de la Unión Europea en Finlandia, la Universidad Nacional de
Helsinki y la Universidad Nacional de Tallin. Como escritora entre el 2007 y el 2011 ha obtenido varios
premios internacionales, y otros reconocimientos de primer nivel, en los Concursos Internacionales de Micro-
ficción y de Microtextos de la Cátedra (CIINOE) y COMOARTES, y ha sido incluida en sus publicaciones
tanto para los adultos como para la niñez, en diversos géneros, especialmente de la narrativa y del teatro
hiperbreves, así como en otros géneros como el dicho y el pensamiento. Sus cuentos orales han pasado
por Radio Nacional de España y Radio Exterior de España, entre otras emisoras nacionales e internacio-
nales. Ha sido antologada en Los 1001 cuentos de una línea, Aloe Azid, Thule Ediciones, Barcelona
2007, y, de próxima salida, en Antología de cuentos iberoamericanos en vuelo, José Víctor Martínez Gil,
Ediciones COMOARTES, Los Libros de las Gaviotas X, Madrid/México D. F. 2012.
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TÍTULOS EDITADOS EN LA COLECCIÓN
LOS CUADERNOS DE LAS GAVIOTAS
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