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EVALUACIÓN DE PROYECTOS:

FACTIBILIDAD ECONÓMICO - SOCIAL


María Valeria Mendoza
Junio de 2001

1. INTRODUCCIÓN

La utilización de recursos, que son limitados, para alcanzar un objetivo reduce la disponibilidad de ellos
para otros. Cuando los recursos se usan eficientemente, aumenta el número de objetivos que se pueden
lograr.

Siendo esto así, es importante reconocer que cualquier proyecto debe ser analizado bajo la perspectiva
de múltiples disciplinas. Esto es, una vez identificada la idea del proyecto, cada profesional participante,
desde su perspectiva disciplinaria, hará propuestas y planteará interrogantes que permitirán un análisis
comprensivo de las alternativas del proyecto.

La evaluación económica de proyectos compara los costos con los beneficios económicos que éstos
generan para así decidir sobre la conveniencia de llevarlos a cabo. Es decir, la medida en que el
sacrificio económico derivado de le ejecución y operación es compensado por la producción de los
bienes y servicios del proyecto.

La óptica desde la cual se evalúa económicamente un proyecto es un elemento fundamental para


determinar cuáles con los costos y beneficios relevantes. Se distinguen dos enfoques:

a La evaluación económica desde el punto de vista social considera como costos y beneficios de un
proyecto a todos aquellos que se producen debido a su emprendimiento, independientemente de
quién o quiénes sean los sujetos que perciben los beneficios o incurren en los costos.

Se interesa por la situación de la comunidad como un todo, analizando si se verá beneficiada por la
realización de un determinado proyecto.

Se toman en cuenta todos los costos (sean éstos directos, asociados, indirectos e intangibles) y
todos los beneficios (sean éstos también directos, indirectos o intangibles).

a La evaluación económica desde el punto de vista privado tiene en cuenta sólo los costos y
beneficios que debe enfrentar un productor u organismo individualmente considerado, generalmente
los directos (en algunos casos podrían llegar a considerarse los asociados).

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Ejemplo:

Si pensamos en la ampliación del sistema cloacal, podemos analizar cómo se computarán los beneficios
del proyecto desde ambas perspectivas.

Supongamos que el monto cobrado al usuario mide adecuadamente la ganancia o beneficio que tiene
éste por el hecho de disponer del sistema cloacal ($ 2.000.-). Ese monto cobrado tiene dos
componentes: $ 1.800.- por la prestación del servicio y $ 2.000.- en concepto de impuestos.

Desde el punto de vista social, el beneficio del proyecto será igual a $ 2.000.-, dado que se ha
producido un aumento en la cantidad de servicios a disposición de la comunidad que ésta los valora en
ese monto cobrado.

Cabe aclarar que si esta valoración fuera menor ($ 1.600.-), éste sería el beneficio a tener en cuenta en
una evaluación social. Esto es así debido a que desde un punto de vista social, interesa la valoración o
beneficio del consumidor ya que los otros componentes ($ 400.-) pasa a ser transferidos para su
utilización con otros fines en el sistema económico-social.

Desde una perspectiva privada, en este caso, la de Obras Sanitarias, el beneficio es menor debido al
pago de impuestos que lo disminuyen a $ 1.800.-

Otro caso ilustrativo sería por el lado de los costos: el usuario paga las conexiones domiciliarias.

Nuevamente aquí existe una discrepancia entre el costo del proyecto desde el punto de vista social y el
privado. Desde la perspectiva de Obras Sanitarias este costo es nulo ya que no se deberá hacer
ninguna erogación, mientras que para la sociedad en su conjunto si existe un costo, y por lo tanto debe
ser imputado como costo al proyecto de ampliación.

El presente documento se refiere únicamente a la evaluación económico – social, siendo el objetivo


principal la revisión de algunos conceptos básicos con la esperanza que sea un complemento de gran
utilidad para el desempeño profesional de otras disciplinas.

La evaluación económica del proyectos implica tres etapas:

a Identificación de los beneficios y costos relevantes para el proyecto.

a Valuación o valoración de los costos y beneficios determinados anteriormente.

a Utilización de criterios que permitan comparar ambos aspectos (costos y beneficios) y determinar la
conveniencia económica de un proyecto.

2. IDENTIFICACIÓN DE BENEFICIOS Y COSTOS

El criterio general a tener en cuenta para determinar los costos y beneficios relevantes para un
proyecto, es considerar todos aquellos costos y beneficios que se producirán si se emprende el
proyecto y que no se producirían si no se realiza. Es decir que, la comparación de lo que sucede
“con proyecto” versus lo que hubiere sucedido “sin proyecto” definirá los costos y beneficios
pertinentes del mismo, específicos del emprendimiento, que sólo se generan a través de él y que de
no hacerlo no existen.

Un aspecto fundamental en la evaluación de proyectos de inversión es la correcta determinación de los


flujos netos del proyecto, o dicho en otras palabras, una adecuada identificación de los ingresos y
egresos que deben ser considerados a efectos de emitir una opinión acertada sobre la conveniencia del
mismo.

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Para que un ingreso o egreso de un proyecto sea considerado como relevante debe cumplir tres
condiciones:

a Flujo líquido

Se fija sobre la base de un criterio de percibido, al contrario de la contabilidad que opera basado en
un concepto de devengado.

Esto significa que sólo deben considerarse como relevantes a aquellos flujos que impliquen
desembolsos reales en efectivo y la consideración de éstos debe hacerse en el mismo período en
que se produce, efectivamente, el ingreso o egreso de fondos.

a Flujos diferenciales

El flujo debe ser diferencial con respecto al caso en que dicho proyecto no se realice.

Esto significa que si, por ejemplo, esperamos tener a futuro un cierto flujo de ingreso ya sea que
realicemos o no el proyecto, dicho flujo no debe ser considerado como relevante para nuestra
decisión.

Ejemplo:

Suponemos la ampliación de un sistema cloacal cuya planta de tratamiento tiene capacidad ociosa.

En este caso, el salario del personal encargado del funcionamiento de la planta de tratamiento,
suponiendo que no se necesita de nuevas contrataciones, no debería ser incluído como costo del
proyecto. Se trata de un costo no relevante desde el punto de vista de la evaluación económica, dado
que su existencia no depende de la ampliación del sistema. Es un ítem que no varía debido al proyecto
y por lo tanto no se incluye en el cómputo de los costos.

De la misma manera, deberá sumarse como beneficio solamente el incremento en la ganancia de los
nuevos usuarios del servicio ($ 2.000.-), ya que el nivel anterior se obtiene independientemente del
proyecto, se haga éste o no.

a Flujo Futuro

Que se vaya a producir en el futuro; es decir, cualquier ingreso o egreso realizado en el pasado no
tiene ninguna importancia y no deberá considerarse para nada en la decisión de realizar o no el
proyecto.

Nos introducimos así en el concepto de costo hundido: todos aquellos costos y beneficios en los que
ya se ha incurrido no deben ser tenidos en cuenta en el momento de decidir con respecto al proyecto,
desde el momento en que son inevitables.

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Ejemplo:

A partir del ejemplo anterior en donde se estudia la posibilidad de ampliar el nivel de cobertura cloacal en
una zona determinada, suponemos que la red primaria ya estaba instalada (I= $ 3.000.), sólo son
necesarias algunas mejoras ($ 500.-).

¿Cómo decidir si conviene ampliar el sistema o no?

Para obtener la respuesta se debe tener presente el concepto de costo enterrado. Si consideramos el
total de costos deberíamos comparar $ 3.500.- con $ 2.000.- que representa el beneficio de ampliar y la
conclusión sería que no conviene llevarlo a cabo porque se produce una pérdida de $ 1.500.-

Esto sin duda es cierto si nos encontramos al inicio del proyectao de ampliación (cuando los costos de
inversión aún no se han realizado). Pero sí, como en nuestro ejemplo, éstos ya se han pagado, las
erogaciones realizadas ya no son relevantes, constituyen costos enterrados. Lo adecuado es comparar
los costos todavía no erogados o no enterrados, es decir $ 500.- con los beneficios generados por esa
decisión ($ 2.000.-). La decisión racional desde el punto de vista económico consiste en continuar con
la ampliación.

Supongamos que, en cambio, por una mala estimación de los beneficios futuros, éstos se
sobrevaloraron ($ 4.000.-), el proyecto era rentable desde el inicio. Una vez instalada la red primaria, una
revisión a estos beneficios corrigió los mismos, los cuales sólo ascendían a $ 300.-. Conviene o no
terminar la ampliación, suponiendo únicamente como costo las mejoras de la red primaria?.

2.a. Clasificación de los costos

Los costos directos son todos aquellos bienes y servicios que deben utilizarse para construir y
operar el proyecto. Se los puede agrupar en los costos de inversión que se dan generalmente al
inicio del proyecto y los costos de operación y mantenimiento que se dan generalmente en forma
anual. Dentro de estos últimos merecen atención los costos de reposición debido a que éstos se
dan en determinados momentos de la vida útil del proyecto (por ejemplo, recambio de la bomba
cada 5 años).

Los costos asociados son aquellos en los que deben incurrir los beneficiarios directos de un
proyecto para lograr el valor pleno de los beneficios (por ejemplo, conexiones domiciliarias en
proyecto de cloacas).

Los costos indirectos son todos aquellos involucrados en la generación de beneficios indirectos
(por ejemplo, en el caso de una planta de tratamiento de residuos cloacales cuya disposición del
agua tratada sirva para regar parcelas que contaban con agua subterránea, el ahorro en el costo de
bombeo constituye un beneficio indirecto. Los costos indirectos serían los de construcción del canal
de riego y los ocasionados por su mantenimiento).

Generalmente, éstos se tratan como beneficios indirectos netos o externalidades, los cuales pueden
ser positivos o negativos.

Los costos intangibles son aquellos que no pueden ser valorados adecuadamente en términos
monetarios.

Al igual que en el caso anterior, éstos se tratan generalmente como beneficios intangibles netos
(positivos o negativos).

2.a. Clasificación de los beneficios

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Los beneficios directos son la cantidad total de bienes y servicios que estarán a disposición de los
consumidores debido a la construcción del proyecto (por ejemplo, la provisión de agua para riego en
una zona rural trae como beneficio el ahorro en el costo de bombeo de agua subterránea).

Los beneficios indirectos son aquellos que provienen indirectamente o son inducidos por el
proyecto.

A pesar que este tipo de beneficios no provienen de las actividades específicas del proyecto, deben
ser atribuidos al mismo basándonos en el criterio general de identificación de beneficios. Como ya
mencionamos, este criterio recomienda incluir todos los aspectos que se producirán debido a la
ejecución y operación del proyecto y que no se producirían si éste no se emprende (por ejemplo,
como consecuencia de dicha provisión de agua para riego, puede esperarse la instalación de una
empresa agroindustrial para procesar la mayor producción disponible. Los ingresos netos de esa
planta deberían ser computados como beneficios indirectos del proyecto de riego).

Los beneficios intangibles no son susceptibles de una valoración económica adecuada, ya sea
por la naturaleza de los bienes o servicios producidos o por la dificultad para proceder a cuantificar
su valor.

3. VALORACIÓN DE LOS COSTOS Y BENEFICIOS

Hemos discutido brevemente los criterios a seguir para determinar cuáles son los costos y beneficios que
deben ser incluídos en la evaluación de un proyecto.

Pero, a los efectos de evaluar el mismo, se deben valorar los mismos, es decir que se deben cuantificar
monetariamente los beneficios y costos asociados al proyecto, previamente identificados.

Debido a la diferente naturaleza física de los bienes o servicios se hace necesario encontrar un
denominador común que es la unidad monetaria. En este sentido, la estimación de beneficios y costos
consiste en asignar precios a los bienes y servicios, a los recursos y a los factores productivos que
entrega o usa el proyecto respectivamente.

3.a. Valoración de los costos

Hemos discutido brevemente los criterios a seguir para determinar cuáles son los costos y
beneficios que deben ser incluidos en la evaluación de un proyecto. Corresponde ahora analizar
cómo se procede a valorar dichos costos, es decir, cuáles son los precios relevantes.

Cuando la evaluación se hace desde una perspectiva social surgen ciertas dificultades. Mientras
que para un inversor particular, los precios de mercado informan sobre el costo de una acción dada,
cuando se considera la economía en su conjunto los precios de mercado pueden no medir
adecuadamente el valor de dichos bienes.

La divergencia entre precios privados y precios sociales, de cuenta o sombra se produce por
distintas causas. Algunas de las principales son:

a. existencia de imperfecciones de mercado,

b. presencia de impuestos y subsidios que provocan una diferencia entre el costo económico de
los factores y su precio de mercado,

c. existencia de desempleo en el mercado de los factores, etc.

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Vale decir que éstos se utilizan como un dato que depende de las condiciones del mercado de cada
factor productivo. En general se utilizan los siguientes factores de conversión:

• material y equipo nacional................. 1,000


• mano de obra calificada.................... 0,800
• mano de obra no calificada............... 0,65
• energía.............................................. 0,714

Es por ello que con el fin de transformar los distintos precios de mercado a valores económicos,
siempre interesa diferenciar para cada componente del costo sus respectivas erogaciones.

3.b. Valoración de los beneficios

Para evaluar los beneficios que genera el proyecto desde una óptica social es necesario medir
adecuadamente la ganancia del consumidor. Para ello se utiliza el concepto de demanda: máxima
cantidad consumida a cada precio.

El Gráfico 1 muestra una curva de demanda de agua en donde el eje vertical mide el precio - valor
de uso marginal (ctvos./litro) y el eje horizontal mide la cantidad (litros/día) que el consumidor está
dispuesto a comprar a cada precio.

Las curvas de demanda indican que a medida que el consumo de agua por período de cada
persona aumenta, disminuye la cantidad que ella está dispuesta a pagar por otro aumento en el
consumo. Esto es, el valor de uso de la unidad marginal de agua disminuye a medida que aumenta
su consumo por período.

Gráfico 1
Beneficio del consumidor

A precios por encima de P0, ningún consumidor estaría dispuesto a comprar agua porque el valor
de uso marginal de la necesidad más urgente de agua de cada consumidor es inferior al precio que
debe pagar para consumirla. En el otro extremo, hay una tasa de consumo (Xn)en la cual cada
persona obtiene un valor de uso virtualmente nulo de la unidad marginal y no estaría dispuesta a
pagar nada para consumirla.

Para consumir la primer unidad de agua (X0), el usuario está dispuesto a pagar el precio P0. Una
vez disponible esta unidad, el consumidor está ahora dispuesto a pagar un precio ligeramente
menor, P2, por la segunda unidad de agua (X2). En la medida que aumentan las unidades de agua
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que se ponen a disposición del usuario, el precio que éste está dispuesto a pagar se va reduciendo
paulatinamente.

Ahora bien, si se suman todas las barras verticales u ordenadas que relacionan cada cantidad
consumida con el precio que se ha estado dispuesto a pagar, se llega a la conclusión que para
consumir X7 unidades de agua este consumidor ha estado dispuesto a pagar en total el área bajo la
curva de demanda. Este área es la que denomina beneficio del consumidor, y que matemática-
mente, se representa como la integral de la función de demanda entre los puntos X0 y X7. En
síntesis, el beneficio del consumidor es el área que se encuentra bajo la curva de demanda.

4. CRITERIOS DE RENTABILIDAD

4.a. Construcción del flujo de beneficios y costos

El flujo de beneficios y costos de un proyecto es la información básica que se utiliza para realizar el
análisis de rentabilidad y por lo tanto constituye el aspecto crítico de la evaluación de un proyecto, de la
precisión con que se construya este flujo dependerá la confiabilidad de las conclusiones obtenidas en el
análisis de rentabilidad y la posibilidad de tomar decisiones con un mínimo de racionalidad económica.

El criterio general a tener en cuenta para la elaboración del flujo de beneficios y costos, es que los
diferentes valores se deben imputar con un criterio de caja. En términos contables, esto significa que se
utiliza el sistema del percibido y no del devengado.

Ejemplo:

Si el proyecto requiere de la utilización de alguna maquinaria para su realización, su costo se computará


en el momento en que sea pagada, dado que desde ese momento los recursos utilizados dejarán de
estar disponibles para otros usos alternativos.

Las amortizaciones contables que se imputen no deben considerarse para la toma de decisiones
económicas, aunque cumplan un papel importante desde el punto de la contabilidad histórica.

En el caso de los beneficios, los ingresos se computarán cuando son efectivamente percibidos
independientemente del período en que se hayan devengado.

Habitualmente, el flujo de fondos del proyecto se construye con datos anuales (aunque esto puede variar
según el tipo de proyecto), discriminando los costos y beneficios según las categorías ya mencionadas y
ubicándolas de la manera más precisa posible dentro del período correspondiente. Posteriormente se
procede a calcular el resultado neto para cada período de tiempo, sumando todos los beneficios y
restando los costos. Se obtiene así el flujo de beneficios netos del proyecto, que permite conocer los
períodos con resultados positivos o negativos.

El primer problema a considerar es el de la influencia del tiempo sobre el valor de los costos y beneficios:
no es lo mismo disponer de $ 1.- hoy que disponerlo mañana. Es por esta razón que la simple suma
de ingresos y egresos que se producen en diferentes momentos del tiempo, no representa un criterio
válido para evaluar un proyecto, dado que existe una preferencia temporal, que en el mercado
financiero se traduce en la tasa de interés, respecto de la disposición en el futuro. Esta preferencia se
manifiesta en la valoración que se realiza de los flujos de beneficios y costos según su ubicación en el
tiempo.

Expresado matemáticamente:

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VF = VA + VA . i = VA (1+i)

VA = VF / (1+i)
Vale decir que para poder sumar valores que se encuentran ubicados en diferentes momentos del
tiempo, primero es necesario copnvertirlos en montos que sean comparables. Es incorrecto agregar
valores que sean presentes y futuros como si fueran homogéneos. Lo adecuado es llevarlos todos a un
mismo momento, sea éste actual o futuro.

La tasa (i) que se utiliza para convertir los valores futuros en actuales se conoce con el nombre de tasa
de descuento. Ella representa el costo de oportunidad de los fondos invertidos, es decir cuánto se podría
obtener en el mejor uso alternativo existente.

4.b. Indicadores de Rentabilidad

Los indicadores de rentabilidad aportan a las personas que tomarán la decisión de materializar o no el
proyecto una valiosa información, la que, en cualquier caso tendrá que complementarse con otros
elementos de juicio.

En general puede decirse que un proyecto es rentable cuando sus beneficios son mayores a los costos,
es decir cuando se genera un incremento neto de riqueza para un particular o la sociedad en su
conjunto, según sea la perspectiva de la evaluación.

Existen varios indicadores para medir la rentabilidad de una proyecto. Los más utilizados son:

a Período de recuperación de la inversión


a Tasa Interna de Retorno
a Relación Beneficio - Costo
a Valor Actual Neto

4.b.a. Valor Actual Neto (VAN)

Representa la diferencia entre el valor actualizado de los beneficios de un proyecto y el valor actualizado
de sus costos.

Ejemplo:

Supongamos un proyecto que proponga invertir $ 100.- obteniendo el año próximo unos ingresos de $ 111.- En nuestro
simple ejemplo:

VAB = 111 / 1,12 = 99,1

VAC = 100

VAN = VAB - VAC = 0,9

En este caso el VAN es negativo, lo que significa que los costos son mayores que los beneficios. Si se realiza este
proyecto, el individuo será $ 0.9.- más pobre que si no lo hubiera realizado y colocara sus fondos en el mejor uso alternativo
disponible.

La regla de decisión, cuando se utiliza el VAN para medir la rentabilidad de un proyecto de


inversión, es que este indicador sea positivo.

4.b.b. Tasa Interna de Retorno (TIR)

Representa cuál es el rendimiento del proyecto independientemente de la tasa de costo de oportunidad


del capital que se tome en cuenta.
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Una definición formal de la TIR, consiste en caracterizarla como aquella tasa de descuento que hace que
el VAN de un proyecto sea igual a cero.

Ejemplo:

En nuestro ejemplo inicial, en el que se invertían $ 100.- obteniéndose al final del período $ 111.-,
la TIR es del 11%. No conviene realizarlo porque i=12%.

Cuando se usa la TIR la regla de decisión para que un proyecto sea conveniente hacerlo, es que
ésta debe ser mayor al costo de oportunidad del capital relevante (i).

5. CONCLUSIONES

En principio, este análisis debe tomar en cuenta todos los costos y beneficios de un proyecto, con
respecto a los impactos ambientales, sin embargo, existen dos inconvenientes:

a son difíciles de medir en términos físicos,

a aún en el caso de poder medirlos fisicamente, su valorización en términos monetarios es complicada.

Esta es la razón por la que en un pasado reciente, para cualquier proyecto, sólo se preparaban estudios
económicos relacionados únicamente con los costos y beneficios directos.

Últimamente la sociedad está pidiendo que se consideren los aspectos ambientales en la evaluación de
los proyectos; por ello, se exigen estudios detallados de los efectos que un determinado proyecto tiene
sobre el medio ambiente. Es decir, a pesar de las dificultades, se hace necesario considerar los costo y
beneficios ambientales, midiéndolos en términos monetarios e incluyendo estas cifras en la evaluación
económica.

Ello es lo que constituye la Evaluación de Impacto Ambiental. Ésta requiere la formación de equipos
interdisciplinarios integrados por ingenieros, economistas y otros profesionales de las ciencias sociales.

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