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Resumen del libro “Por qué fracasan los países” de D. Acemoglu y J.

Robinson
Por que fracasan los países es un libro publicado en el 2012, habla básicamente sobre los
motivos del por qué existen países pobres y ricos. Según el estudio de Acemoglu y Robinson la
diferencia entre esas dos brechas son la política, son las instituciones del estado las que explican
el desarrollo de un país. Se sostiene que los países ricos cuentan con instituciones políticas
democráticas que evitan que ciertas elites se aprovechen y enriquezcan a costa de los demás.
En los países ricos, como Reino Unido, Alemania, EE. UU, entre otros, existen mecanismos que
evitan el surgimiento de monopolios de poder. Por el contrario, en América Latina, parte de
África y el sur de Asia los países son pobres porque poseen un Estado ineficaz, corrupto y
antidemocrático. En síntesis, Acemoglu y Robinson destacan a las instituciones como elemento
determinante y clave para el devenir de los países tomando un compendio de ejemplos
ilustrativos que sostiene la tesis del libro.

El primer capitulo llamado “Tan cerca, y sin embargo, tan diferentes” habla sobre la historia de
los dos Nogales. Uno de ellos se encuentra en Arizona, Estados Unidos, y el otro en Sonora,
México. Separados físicamente por una alambrada o reja y con la misma población, costumbres
y geografía, viven vidas de distintas calidades al igual que sus instituciones. Arizona mucho más
rica que Sonora, tiene instituciones políticas y económicas superiores a la de Sonora. Incluso el
turista más distraído puede darse cuenta de esta gran diferencia entre estos dos estados.
Ejemplos como el mencionado también existen como la historia de las antiguas Alemania
Oriental y Alemania Occidental. Otro claro ejemplo es la abismal diferencia entre Corea del
Norte, bajo el régimen casi “monárquico” y Corea del Sur, con características totalmente
distintas, libre, abierta al mundo y dedicada a la innovación y al comercio.

En el segundo capítulo titulado “Teorías que no funcionan”, los autores señalan unas hipótesis
sobre la desigualdad mundial que lleva a que los países fracasen. Se desarrollan tres teorías u
hipótesis: Hipótesis de la geografía, Hipótesis de la cultura e Hipótesis de la ignorancia. Se señala
que las explicaciones del desarrollo y del subdesarrollo no sirven de mucho y por qué. Según la
primera hipótesis la desigualdad mundial es producto de las diferencias geográficas, hay una
relación entre los países pobres y su ubicación geográfica en los trópicos de cáncer y capricornio.
Al contrario, con los países ricos que se encuentran en latitudes templadas. Sin embargo,
Acemoglu y Robinson desmienten esta hipótesis porque a través de la historia se ha demostrado
lo contrario y lo explican con casos concretos, señalan que ni la situación geográfica ni la cultura
son suficientes para demostrar por qué unos países tienen éxito y otros no. Tampoco el que sus
lideres no sepan que hacer para producir riqueza-el desconocimiento o la ignorancia- es
decisivo.

En el tercer capítulo llamado “La creación de la prosperidad y la pobreza”, los autores hablan
de la cuestión de como las instituciones crean incentivos, determinan las políticas y, al final,
dependiendo del caso, la prosperidad y la pobreza. Es decir, cada sociedad se maneja gracias a
un conjunto de reglas políticas y económicas creadas e impuestas por el Estado y los ciudadanos
de manera colectiva. Y mientras las instituciones económicas les dan sentido a los incentivos
económicos, es el proceso político lo que determina bajo que intuciones económicas se vivirá, y
son las intuciones políticas las que determinan como funciona dicho proceso.

En primer lugar, los autores hacen referencia a las instituciones económicas inclusivas, propias
del Estado surcoreano y de una amplia mayoría de los estados capitalistas, las cuales «posibilitan
y fomentan la participación de la mayoría de las personas en actividades económicas que
aprovechan mejor su talento y sus habilidades y permiten que cada individuo pueda elegir lo
que desea». Ahora bien, en aras de que este tipo de institución económica prevalezca en el
sistema económico nacional, la institucionalidad estatal deberá proveer una serie de garantías
para el fortalecimiento de las actividades económicas inclusivas, tales como el derecho a la
propiedad privada, las leyes, los servicios públicos y la libertad de contratación e intercambio,
los cuales deberán ser proporcionados no sólo en favor de las élites económicas, sino también
para la mayor parte de la población. En consecuencia, se tiene que «las instituciones económicas
inclusivas necesitan del Estado y lo utilizan».

En segundo lugar, son clasificadas como instituciones económicas extractivas aquellas que
«tienen como objetivo extraer rentas y riqueza de un subconjunto de la sociedad para beneficiar
a un subconjunto distinto». Según es señalado por los autores, éste tipo de instituciones
económicas no suministran las condiciones necesarias para favorecer el crecimiento económico
y el bienestar social para una mayoría de la sociedad, como sí sucede con las instituciones
inclusivas. Sin embargo, las diferencias entre ambos tipos de instituciones son aún mayores, en
la medida en que cada una presenta un grado distinto de desarrollo en los dos pilares de la
prosperidad: la tecnología y la educación.

Los autores nombran un ejemplo sobre las instituciones políticas de una nación marcan la
capacidad de los ciudadanos de controlar a los políticos e influir en su comportamiento. Según
Acemoglu y Robinson, en la vida real, las intuciones influyen en el comportamiento mediante
incentivos.

Es correcto que la cultura y los valores son importantes, incluso para crearlas y sostenerlas, pero
la fortaleza y la calidad de las instituciones tiene un poder efectivo en las conductas que va mas
allá de las motivaciones ticas y los principios de las propias personas; y esto se debe porque los
incentivos pueden dirigir a los individuos a tomar ya sea buenas o malas decisiones o tener unas
u otras actitudes. Y esto va forjando el éxito o fracaso de los países. Y es verdad que el talento
individual “importa en todos los niveles de la sociedad, pero incluso este factor requiere un
marco institucional para transformarse en una fuerza positiva”.

En el cuarto capítulo titulado “Pequeñas diferencias y coyunturas críticas: el peso de la


historia” tiene como tesis principal el que una vez que se produce un pensamiento o coyuntura
critica, las pequeñas diferencias que importan son las desigualdades institucionales iniciales que
activan respuestas muy distintas. Se tiene como contexto el problema de la peste negra (1346)
esta plaga tuvo una repercusión fuerte en el aspecto social, económico y político.

Además, que no existen dos sociedades que creen las mismas instituciones, y es por esto que
todas tienen un desarrollo diferente.

En el capítulo cinco, llamado “He visto el futuro y funciona”: el crecimiento bajo instituciones
extractivas, habla de que existen instituciones extractivas y instituciones inclusivas, Acemoglu y
Robinson señalan que a lo largo de la historia la mayoría de instituciones que se han
implementado han sido de tipo extractivas, es decir que tienen como objetivo crear y obtener
riqueza para ser extraída. El capítulo se basa en las diferencias en cuanto al tipo de instituciones
mencionadas para alcanzar un bienestar económico pleno. Se expone el ejemplo de la Unión
Soviética quien posterior a los tiempos de la primera guerra mundial manejaba un sistema que
involucraba dichas instituciones en las que tuvieron un desarrollo económico rápido debido al
nivel de atraso que traían frente a otras economías. Este es un claro ejemplo de como la
autoridad y los incentivos proporcionados por el estado pueden dirigir un desarrollo económico
rápido con instituciones de tipo extractivas y como este tipo de crecimiento llega a un tope y se
hunde.
La conclusión central es que las instituciones extractivas NO pueden generar un cambio
tecnológico por dos razones: la falta de incentivos económicos y resistencia por parte de los
grupos de poder, la mayoría de sociedades han sido gobernadas por instituciones extractivas, y
a las que han conseguido imponer algún tipo de orden en los países han logrado un desarrollo
limitado, aunque ninguna de estas sociedades extractivas haya conseguido que fuera
prolongado.

En las instituciones extractivas, los autores descartan las hipótesis de tipo geográfico, cultural y
de ignorancia o mal manejo por parte de los gobernantes, que se han dado en la literatura para
explicar tales diferencias y argumentan, convincentemente, que lo ha llevado a unas naciones a
prosperar de manera sostenida y a otras a fracasar han sido, en esencia, sus instituciones.
Sostienen que los países que han fallado o fracasado son aquello que han establecido
instituciones rotuladas como “extractivas” o que favorecen a los grupos selectos de la sociedad.

Por otro lado, las instituciones inclusivas corresponden a organizaciones y políticas que
estimulan la educación, el cambio tecnológico y el bienestar, mediante la participación de toda
la población. Es lo que se trato de impulsar en estos últimos años en nuestro país y el que fue su
caballito de batalla del sector político “la inclusión” el cual sí permitió disminuir en algo los
índices de pobreza de la mano con la implementación de más programas sociales en beneficio
de la población más necesitada.

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