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Para cada significado, es decir imagen conceptual, lo que pensamos y sentimos, le corresponde un
significante que le da la imagen acústica (esto es teorizado por Ferdinand de Saussure, en su
“Curso de Lingüística General”).
Esta unidad tiene la propiedad de valer por la diferencia, es decir, por lo que los otros no son. La
relación es negativa, uno es lo que el otro no.
El psicoanalista J. Lacan toma esta teorización lingüística para formalizar los desarrollos freudianos,
respecto de la conceptualización del inconsciente y del sujeto, como conceptos básicos del
psicoanálisis.
Desde la experiencia clínica, Lacan teoriza invirtiendo la relación del significado con el significante.
El significante prima sobre el significado quitando la relación univoca entre ambos y resaltando
que la barra que los separa es lo que resiste a que haya en la lengua un significante para cada
significado.
Plantea que el significante es lo que viene de afuera, el lenguaje que nos antecede, que define y
nombra como el Otro, con mayúsculas, que en el esquema básico de la comunicación llamamos
código-referente. Lacan lo nombra como el tesoro de los significantes y como un lugar en el que el
cachorro humano, en vías de constituirse como sujeto, se aloja para producir su mensaje, con las
reglas que este mismo tiene, que luego será sancionado por este mismo Otro.
Por este motivo el psicoanálisis sostiene que el sujeto no viene de antemano sino que tiene que
constituirse, en el único lugar que esto sucede en el Otro. Si o si tenemos que pasar por este lugar
para ser quien somos, allí algo se tiene que perder para tomar las coordenadas de subjetivación,
un nombre y un apellido que nos filie en una serie…en una “familia”… por ejemplo.
Por lo tanto decimos que el inconsciente se estructura como un lenguaje, es decir, con sus reglas.
Porque somos sujetos del lenguaje.
En ese lugar del Otro, que definimos como lugar estará encarnado por la madre, en un primer
momento de la vida, y luego si se sostiene una lógica que denominamos deseo, se sustituye por
otras funciones que vendrán a ese lugar a cumplir su función en los determinados momentos de la
vida.
Por un lado, decimos que la constitución del sujeto se funda en lo simbólico del lugar del Otro.
Pero no debemos dejar de lado las cuestiones imaginarias de la misma, respecto en principio de la
Gestalt (buena forma) del cuerpo, es decir, que se precipita la percepción un cuerpo completo allí
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donde todavía no lo hay; y consecutivamente, los ideales a los cuales también nos identificamos a
la manera de emblemas o metas a cumplir.
En base a estos términos sostenemos que el deseo, desde el psicoanálisis, es el deseo del otro.
Problemática en la infancia
Pensamos “la a-puesta del cuerpo en el acompañamiento terapéutico con niños que padecen
problemáticas subjetivas.”
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de todo vínculo posible; no pueden representar y por ende solo emiten producciones monótonas o
ecolalicas generándose una cabal resistencia al lazo social. Podemos agregar a estos rasgos la
mirada fija y evitativa, las crisis que desencadenan los cambios o la modificación de sus rutinas y
una relación con los objetos donde parece leerse una mimesis indistinta entre el niño y esos
objetos. Es de fundamental importancia advertir que estos rasgos que parecen dar cuenta de una
repetición caracterológica nos invitan a leer tras ellos a los niños, con sus particularidades, sus
diferentes modos de manifestarse …Una lectura de la singularidad necesaria para un trabajo ético
y comprometido que apunte a trabajar con sujetos y no con autismos…
Hablar de niño ya nos invita a pensar en una determina posición subjetiva, ya que precisamente la
subjetividad no está garantizada desde el comienzo sino que se construye y reconstruye en
relación al Otro.
Lugar del acompañante: Es importante que su función se incluya dentro de las coordenadas de
trabajo clínico que el niño ya recibe. Es así que las estrategias e intervenciones posibles se
pondrán en acto conjuntamente con quien dirige la cura del niño y con el equipo de trabajo en el
cual este incluido en caso de que existiese. . No se trata de forzar al niño a una adaptación
mecánica porque precisamente esa posición conlleva la anulación de cualquier efecto subjetivante
que pueda producirse… La apuesta permanente que sostiene el trabajo posible es la de alojar
aquello que el niño trae y que muchas veces es leído como una desadaptación, un peligro o
simplemente una rareza. Construir un continente que contenga en los momentos de desborde,
que ofrezca un lugar otro donde convocar al niño, que limite sus manifestaciones sin prohibirlas
sino promoviendo una hacer diferente con ellas o a partir de ellas, un hacer productivo, creativo y
posibilitador de un estar menos mortífero y padeciente.
La transferencia1: la transferencia puede ser un obstáculo o un motor del trabajo posible sin la
construcción y el sostenimiento de un lazo con el niño ninguna intervención tendrá un efecto
terapéutico.
Trabajar apelando a una posición deseante: El acompañante dona una mirada y una escucha sobre
el niño en el marco de un tiempo y un espacio específico apelando a la emergencia de una
dimensión que permita al niño un movimiento identificatorio que done un lugar y un estar acordes
a lo que cada niño trae. No se trata de maniatar lo más particular del niño ni de dejarlas ser a la
deriva sino de trazar con él un nuevo recorrido.
1 Entendemos a la Transferencia como lazo afectivo particular desde el que se sostiene todo tratamiento
posible.
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Importancia del juego: El juego es una herramienta de intervención. Oficia de potenciador del lazo
con el niño y es un fundamental artificio para la construcción de lazos. El acompañante se ofrece
como mediador, ya que será él quien signifique esas iteraciones de un modo diferente, donando
significantes que enmarquen esas acciones y le permitan orientarse de un modo distinto y en
escenas diferentes. El juego es un trayecto a construir como herramienta de intervención y
producción de subjetividad ya que no está dado de antemano.
*-Todas las intervenciones deben ser re trabajadas a posteriori junto al equipo de trabajo.
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BIBLIOGRAFIA
https://autismodiario.org/2011/04/19/leo-kanner-el-padre-del-autismo-y-de-las-madres-
nevera/
Lacan, J; “La instancia de la letra o la razón para Freud”. En “Escritos I”. Ed. Siglo XXI.
Peusner, P; “Huir Hacia Adelante: El Deseo del Analista que no retrocede ante los niños”.
Ed. Letra Viva.