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El test de la Figura Humana de

Elizabeth Koppitz. (DFH)

13:45:00 Mercedes Lafourcade 1 Comments


“A la mayoría de los niños les encanta dibujar y pintar. Si se les da la
oportunidad, producirán espontáneamente dibujos de animales, casas, autos,
botes, aviones, flores y muchas otras cosas. Pero la mayoría de las veces
dibujarán figuras humanas”. Elizabeth Koppitz

Obra de Milo Lockett.


El test DFH es utilizado en las evaluaciones psicopedagógicas, ya que nos aporta datos
de gran valor en las primeras instancias evaluativas. Estos datos permiten
establecer junto a las entrevistas y el test de Bender hipótesis diagnósticas que nos
indican el camino a seguir durante la evaluación y nos da pautas de los aspectos en
los que debemos profundizar. Los aspectos madurativos y emocionales que indaga el
test nos ofrece un panorama de aspectos relevantes en la disposición y capacidad del
niño frente al aprendizaje.

Por ser una técnica proyectiva gráfica, el niño “proyecta” sobre el papel, los
aspectos y características de su personalidad de manera totalmente involuntaria e
inconsciente. En general, los niños dibujan lo que es más importante para ellos y es
muy frecuente que en el dibujo libre, la figura humana ocupe ese lugar. El análisis
de la figura humana (DFH) nos brinda datos relevantes y confiables de los aspectos
evolutivos y emocionales del niño.

El test requiere que el niño dibuje “una persona entera” a pedido del examinador,
en su presencia. Este último punto es importante, ya que un DFH debería ser siempre
el producto de una relación interpersonal. Representa una forma gráfica de
comunicación entre el niño y la persona que está aplicando el test y en cuanto tal,
difiere del dibujo espontáneo que los niños pueden realizar cuando están solos o con
amigos. Las instrucciones dadas son significativas y pueden influir en los resultados
obtenidos.

Este test se basa en la suposición de que el DFH de un niño muestra tanto una
estructura básica como un cierto estilo que es peculiar de ese niño. La estructura del
dibujo de un niño pequeño está determinada por su edad y nivel de maduración,
mientras que el estilo del dibujo refleja sus actitudes y aquellas preocupaciones que
son más importantes para él en ese momento. La consigna de dibujar “una persona”
permite obtener un DFH más rico en material proyectivo que los “auto-retratos”
dibujados a pedido. La consigna ambigua de dibujar “una persona entera” parece
llevar al niño a mirar dentro de sí mismo y sus propios sentimientos en el intento de
capturar la esencia de una “una persona”. La persona que un niño conoce mejor es él
mismo; su dibujo de una persona se convierte por consiguiente en un retrato de su ser
interior, de sus actitudes.

En la práctica clínica hay ocasiones en las que es útil comparar varios dibujos de un
mismo niño. Pero para la detección de niños que comienzan la escuela y para
evaluaciones rápidas o con fines de investigación, parece ser suficiente obtener un
DFH de cada niño. Si se estima esencial un segundo dibujo, puede ser más revelador
un dibujo de “familia completa” o un dibujo libre que un segundo DFH.

Otra consideración llevó a la autora a limitar el test DFH a un solo dibujo de una
persona entera. Muchos niños emocionalmente perturbados y/o dañados
neurológicamente son muy autoconscientes en lo que respecta a su escasa capacidad
para el dibujo y lo inadecuado de su DFH. Si el DFH realmente presenta un autorretrato
interior, no debería sorprender que algunos niños, especialmente los que tienen
problemas, traten de evitar inconscientemente, y aun de manera consciente, revelar
su interior, y que no deseen enfrentarse con el pobre concepto que tienen de sí
mismos.

Administración.
La administración puede ser individual o colectiva. Siempre es preferible la
administración individual, debido a que nos permite observar la conducta del niño
cuando dibuja y realizar preguntas aclaratorias si es necesario. También se ha notado
que la mayoría de los niños producen dibujos más ricos y reveladores en el contexto
de una relación individual.

Consigna:

“Quiero que en esta hoja dibujes una persona entera. Puede ser cualquier clase de
persona que quieras dibujar, siempre que sea una persona completa, y no una
caricatura o una figura hecha con palotes”. Para los niños pequeños que pueden no
entender el significado de “persona” se puede agregar “puedes dibujar un hombre o
una mujer, o un chico o una chica, lo que te guste dibujar”.

Al administrar el DFH, el niño debe estar frente a un escritorio o mesa completamente


vacía y presentarle una hoja A4 un lápiz Nº 2 con goma de borrar. En la
administración colectiva se debe sentar a los niños tan separados como sea posible,
para evitar la copia. No hay tiempo límite en esta prueba aunque la mayoría de los
niños termina en menos de 10 minutos. Se permite borrar o cambiar su dibujo si lo
desea. Durante la producción el examinador debe observar cuidadosamente la
conducta del examinado mientras dibuja y registrar las características inusuales. Se
le debe prestar atención a la secuencia en la cual dibuja la figura, la actitud del sujeto
y sus comentarios espontáneos, la cantidad de tiempo que emplea, y la cantidad de
papel que utiliza. Cuando se administra individualmente, se debe sentar al sujeto de
modo que esté fuera de su vista cualquier cuadro, libro o tapa de revista que pudiera
servirle de modelo. Se debe evitar que dibuje al examinador.

Puntuación.
Analizamos los dibujos en función de dos tipos diferentes de signos objetivos, ítems
evolutivos e indicadores emocionales.

Ítems evolutivos:

Son los signos que se relacionan con la edad y el nivel de maduración, se dan sólo en
relativamente pocos DFH de niños ubicados en un nivel de edad menor, y que luego
aumenta en frecuencia de ocurrencia a medida que aumenta la edad de los niños,
hasta convertirse en una característica regular de muchos o de la mayoría de los DFH
de un nivel de edad dado. A cada ítem esperado y excepcional se le asigna un valor
de un punto. La omisión de un ítem esperado se designa como -1 mientras que la
presencia de un ítem excepcional se computa como +1. Para evitar puntajes negativos,
se debe sumar un valor de 5 al total de los puntajes positivos y de los puntajes
negativos. Así, la omisión de un ítem esperado se computaba como -1+5, o sea, 4. La
presencia de un ítem excepcional se convertía en +1+5, o sea, 6.

El estudio normativo para determinar la frecuencia con que aparecen los 30 ítems
evolutivos en los DFH de varones y niñas entre 5 y 12 años determinó los porcentajes
se dividen en cuatro categorías: ítems esperados, ítems comunes, ítems bastante
comunes y los ítems excepcionales. Se definió al ítem evolutivo como un signo en los
DFH infantiles que está relacionado primordialmente con la edad y la maduración y
que aumenta en frecuencia de ocurrencia a medida que el niño crece; no está muy
afectado por la consigna dada ni por el instrumento empleado para dibujar y no está
muy influido por el aprendizaje escolar ni por la capacidad artística del niño.

Los ítems esperados y excepcionales pueden ser usados para evaluar el nivel general
de madurez mental de un niño aun cuando no se cuente con ningún puntaje definido
de Cociente Intelectual. Este sistema se correlaciona significativamente con los
puntajes de obtenidos mediante el WISC y la escala de Stanford-Binet. Cuando el
puntaje obtenido en DFH está por debajo de su CI, se puede pensar en la presencia
de perturbaciones en su adaptación social y de personalidad, pero cuando el puntaje
del dibujo es superior a su nivel intelectual, entonces es posible que el niño sufra una
carencia sociocultural o alguna deficiencia específica de audición y/o memoria.
Indicadores emocionales:

Son signos relacionados con las actitudes y preocupaciones del niño. No están
relacionados primariamente con la edad y maduración del niño, sino que reflejan sus
ansiedades, preocupaciones y características de personalidad. Cumple con los
siguientes criterios: Debe tener validez clínica, es decir, poder diferenciar entre los
DFH de niños con problemas emocionales, de los que no lo tienen. Debe ser inusual y
darse con escasa frecuencia en los DFH de los niños normales que no son pacientes
psiquiátricos, es decir, el signo debe estar presente en menos del 16% de los niños de
un nivel dado. No debe estar relacionado con la edad y la maduración, es decir, su
frecuencia de ocurrencia en los protocolos no debe aumentar solamente sobre la base
del crecimiento cronológico del niño.

Existen tres tipos:

Aquellos que están relacionados con la calidad de los DFH; los que tienen en cuenta
detalles especiales que no se dan habitualmente; y las omisiones de ítems que serían
esperables a una determinada edad. Las omisiones incluidas en el tercer grupo son en
realidad, omisiones de alguno de los ítems esperados básicos. La ausencia de tales
ítems debe ser considerada como clínicamente significativa, reflejando inmadurez,
mal funcionamiento debido a un retraso mental y/o perturbaciones emocionales. La
presencia de dos o más indicadores emocionales son altamente sugestivos de
problemas emocionales y relaciones interpersonales insatisfactorias.

Interpretación cualitativa
Muchas veces la puntuación no arroja indicadores emocionales, sin embargo en la
observación cualitativa encontramos elementos poco comunes que nos llaman la
atención y nos genera una alarma intuitiva. Por este motivo además de las
puntuaciones que otorgamos, es necesario realizar una observación clínica que dé
cuenta de aspectos latentes en el niño y expresados en el dibujo. Estos aspectos no
serán escritos en un informe ya que no tienen validez científica, sin embargo este
tipo de interpretación nos obliga a hacernos preguntas y formular hipótesis que serán
de ayuda en el diagnóstico, al tiempo que nos permite poner en juego nuestra
experiencia profesional. Para guiar la observación podemos hacernos las siguientes
preguntas:

 ¿Cómo dibuja su figura?


 ¿A quién dibuja?
 ¿Qué está tratando de decir?
La autora sugiere tres principios básicos para analizar el significado de los DFH, válidos
para todos los DFH de niños entre 5 y 12 años.

Cómo dibuja la figura:

Sin tener en cuenta a quién dibuja, refleja el concepto que el niño tiene de sí. La
manera en que el dibujo está hecho y los signos y símbolos empleados, revelan el
retrato interior del niño y muestran su actitud hacia sí mismo. Si dibuja más de una
figura, puede mostrar su concepto de sí mismo en más de una de las figuras.

A quién dibuja:

Es a la persona de mayor interés e importancia para el niño en el momento de realizar


el dibujo. En la mayoría de los casos los niños se dibujan a sí mismos y realizan dibujos
realistas, sin embargo algunos están tan descontentos consigo mismo que distorsionan
sus imágenes hasta que no guardan ningún parecido con su apariencia real o con la de
cualquier ser humano. Otros niños dibujan imágenes ideales de sí mismos con la forma
de sus héroes.

Lo que el niño está diciendo en su DFH:

Puede ser una expresión de sus actitudes y conflictos, o ser un deseo. La elección de
la persona que el niño dibuja representa una manifestación de la persona de mayor
importancia y de cuáles son sus sentimientos hacia la misma. Si un niño describe la
persona que dibujó, entonces la descripción se refiere a la persona dibujada aunque
la manera de dibujar las figuras refleja la actitud de los niños hacia sí mismos. Si un
niño cuenta una historia espontánea sobre su DFH, entonces el contenido de la historia
representa un deseo. Solo se consideran válidos para esta clase de análisis los
comentarios y narraciones espontáneas o estimuladas por una pregunta general y
abierta.

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