Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Flaviviridae
El género Flavivirus comprende más de 70 virus, la mayoría de los significa «amarillo», y por el virus de la fiebre amarilla, la especie
cuales se transmiten por artrópodos o son zoonóticos, de los cuales tipo), junto con los virus del género Pestivirus (que son de impor-
30 se sabe que causan enfermedad humana1,2. Muchos de los restantes tancia veterinaria) y los del género Hepacivirus (virus similares al
tienen un potencial patogénico desconocido, pero se han implicado de la hepatitis C), según características morfológicas y estructuras
en infecciones de laboratorio; varios son patógenos veterinarios. Los genómicas similares1. No existen relaciones antigénicas entre virus
agentes se clasifican en la familia Flaviviridae (del latín flavus, que en los respectivos géneros.
Desde una perspectiva global, las cargas para la salud pública y
*Advertencia: las opiniones o afirmaciones contenidas en este capítulo son las opiniones
socioeconómicas que suponen las infecciones flavivirales tales como el
privadas del autor (SJT) y no deben considerarse un reflejo de la postura oficial del Ejército dengue, la fiebre amarilla (FA), la encefalitis japonesa (EJ) o la encefalitis
o del Departamento de Defensa de Estados Unidos. transmitida por garrapatas (ETG) han sido de suficiente magnitud para
1980 © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1980.e1
PALABRAS CLAVE
anticuerpo neutralizante; arbovirus; emergente; encefalitis; fiebre hemo-
rrágica; flavivirus; patogenia inmunitaria; tropical; vacuna; vector
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1981
estimular, en un estadio precoz, el desarrollo de vacunas dirigidas a con- mosquito no se demostró hasta 1900, y su etiología viral, hasta 1928.
trolar las enfermedades3-5. La licencia y distribución de vacunas eficaces El desarrollo por parte de Theiler de la vacuna atenuada de la cepa 17D
para la FA (>70 años), la EJ (>50 años) y la ETG (>30 años) han provo- en la década de 1930 tuvo el reconocimiento de un premio Nobel, pero,
FIGURA 155-1 Distribución geográfica de flavivirus significativos desde el punto de vista médico. A, Regiones con transmisión de fiebre amarilla.
B, Regiones con transmisión de la encefalitis japonesa. C, Países con transmisión del virus del Nilo Occidental. D, Países con transmisión de encefalitis trans-
mitida por garrapatas.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1982
estaba produciendo una transmisión endémica del virus desde hacía en Texas, con un epicentro alrededor de la extensa área metropolitana
más de 2 años de una subestirpe del genotipo americano-africano26. La de Dallas. En la actualidad, el VNO es la principal causa de encefalitis
transmisión del VDEN y el incremento de la carga global de enfermedad transmitida por mosquitos y epidémica en Estados Unidos46.
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
plegada no son lineales y dependen de la conformación. La proteína se han correlacionado con las características biológicas virales, que son
preM contribuye al plegamiento de la proteína E en la vía secretora la razón fundamental de sus patrones de transmisión. Por ejemplo, los
celular, lo que evita su plegamiento erróneo, antes de ser escindida a su genotipos del virus de la ESL del este y el oeste de Estados Unidos exhiben
forma M en el virión maduro. La proteína NS1 se expresa en la superficie distinta neurovirulencia y características de transmisión concordantes
de las células infectadas y también se secreta como un antígeno fijador de con las observaciones epidemiológicas74,75. En un nivel clínico, se han
complemento. Aunque los anticuerpos contra NS1 no neutralizan el descrito diferencias estructurales entre cepas asociadas al dengue clásico
virus, contribuyen a la inmunidad protectora, probablemente por cito- y al dengue grave (FDH) que dan pistas potenciales para identificar
toxicidad celular dependiente de anticuerpos y respuestas mediadas por determinantes moleculares de la virulencia viral del dengue75.
células contra las células infectadas62. Además de sus funciones en la
replicación viral NS1, NS2A, NS3 y NS5 presentan epítopos que deter-
minan el serotipo viral y las respuestas linfocíticas restringidas por los EPIDEMIOLOGÍA
antígenos leucocitarios humanos (HLA) con reactividad cruzada entre Fiebre amarilla
los flavivirus63,64. Los estudios sugieren que NS4B y NS5 intervienen en La FA se transmite en 48 países de África Subsahariana (n = 34) y de
el antagonismo contra el interferón65,66. América del Sur tropical (n = 14) (v. fig. 155-1A). La enfermedad no
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1984
se ha documentado nunca en Asia, pero en principio la transmisión adquirida en la jungla han sido hospitalizados en ciudades de Brasil y
antroponótica del virus (interpersonal transmitida por vector) podría en Santa Cruz, Bolivia (afortunadamente, sin alcanzar ciudades). La
producirse allí y en otros lugares infectados por el mosquito A. aegypti, inminente amenaza de transmisión epidémica ha promovido campañas
incluido el sur de Estados Unidos4,76,77. La FA epidémica («urbana»)
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
FIGURA 155-2 Distribución real y potencial aproximada de Aedes aegypti. La banda entre las isotermas de 10 °C representa la distribución potencial.
(De la Organización Mundial de la Salud. Technical Guide for Diagnosis, Treatment, Surveillance, Prevention, and Control of Dengue Haemorrhagic Fever,
2.ª ed. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 1997.)
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1985
y se intensifica al comienzo de la estación lluviosa, cuando los mos- de VDEN circulan en América, lo que aumenta la incidencia y la gra-
quitos vectores son más abundantes, ya que la mayor humedad alarga vedad del dengue en la región124,125.
su período de vida y el incremento de las temperaturas acorta el período La diseminación de los virus del dengue por viajeros virémicos se ha
extrínseco de incubación92,93,94.
del dengue en la región. La introducción en Cuba en 1981 de una nueva genera casos durante todo el año y la ausencia de epidemias estacionales
cepa de VDEN-2 desde el Sudeste Asiático produjo la primera epidemia fácilmente detectables. La distribución geográfica de distintos genotipos
significativa de FDH en América, con el resultado de 116.143 hos de VEJ fue propuesta para explicar las diferencias en la epidemiología
pitalizaciones, incluidas 10.000 por shock. Santiago de Cuba escapó clínica, pero ahora se cree que se explica mejor gracias a la evolución de
al brote de VDEN-2 en 1981 hasta la reaparición en 1997, cuando tan los virus en la región de Indonesia-Malasia y su subsiguiente expansión
sólo enfermaron los adultos infectados durante el brote de VDEN-1 como genotipos de evolución más reciente137,139.
de 1977-1979104. Una explicación parcial del aumento de la frecuencia de El virus se transmite por el mosquito Culex tritaeniorhynchus y por los
la enfermedad es la aparente mayor capacidad de replicación de algunos mosquitos relacionados que crían en el suelo y estanques a cerdos y aves
virus del Sudeste Asiático en los mosquitos vectores122. Desde 1989, acuáticas, que son los principales huéspedes amplificadores del virus140.
se han descrito brotes recurrentes de FDH en la mayor parte de Cen- Los cerdos adultos virémicos están asintomáticos, pero la cerda gestante
troamérica y Sudamérica, lo que ha provocado varios miles de casos abortará o tendrá mortinatos. Los caballos y los humanos infectados
de FDH cada año10,121,123. Con la reintroducción de la nueva cepa de se encuentran sintomáticos, pero son huéspedes incidentales. Como
VDEN-3 en Centroamérica en 1994, en la actualidad los cuatro tipos los arrozales son hábitats favorables para que procreen los mosquitos
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1986
Australia† Islas del estrecho de Torres Máximo en febrero-abril; riesgo de transmisión Brote localizado en el estrecho de Torres en
todo el año 1995 y casos esporádicos en 1998 en el
estrecho de Torres y en el continente de
Australia en la península de Cape York
Bangladesh Pocos datos, pero probablemente extensa Posiblemente julio-diciembre, como en el norte Brote en el distrito de Tangail, división Dacca;
de India casos esporádicos en división de Rajshahi
Bután Sin datos Sin datos —
Brunéi Se supone esporádica-endémica, como Se supone transmisión todo el año —
en Malasia
Camboya Endémica-hiperendémica en todo el país Se supone mayo-octubre Casos en campos de refugiados en la frontera
con Tailandia y en Phnom Penh
Filipinas Se supone endémica en todas las islas Incierta: especulaciones basadas en localizaciones Brotes descritos en Nueva Écija, Luzón (incluido
y agroecosistemas enero 2004) y Manila
Luzón Occidental, Mindoro, Negros, Palawan:
abril-noviembre
Otro sitio: a lo largo del año, con mayor riesgo
en abril-enero
India Casos comunicados en todos los estados, Sur de India: mayo-octubre en Goa, octubre-enero Brotes en Bengala Oeste, Bihar, Karnataka,
excepto Arunachal, Dadra, Damán, Diu, en Tamil Nadu, agosto-diciembre en Karnataka Tamil Nadu, Andrha Pradesh, Kerala, Asma,
Gujarat, Himachal, Jammu, Cachemira, Segundo máximo: abril-junio en distrito Mandya Uttar Pradesh, Manipur y Goa; casos urbanos
Lakshadweep, Meghalaya, Nagar Haveli, Andrha Pradesh: septiembre-diciembre† comunicados (p. ej., en Luchnow)
Orissa, Punjab, Rajastán y Sikkim Norte de India: julio-diciembre
Indonesia Kalimantan, Bali, Nusa, Tenggara, Sulawesi, Probablemente riesgo todo el año; varía en cada Endémica en Bali, Java y posiblemente
Molucas, Irian Jaya y Lombok isla; máximo de riesgo asociado a lluvias, cultivo en Lombock; casos esporádicos reconocidos
de arroz y presencia de cerdos en otros sitios
Períodos de máximo riesgo: noviembre-marzo,
junio y julio en algunos años
Japón† Infrecuente; casos esporádicos en todas Junio-septiembre, excepto abril-diciembre Vacunación no recomendada rutinariamente
las islas, excepto Hokkaido en las islas Ryuku (Okinawa) para viajar a Tokio y otras ciudades grandes;
transmisión enzoótica sin casos humanos
observados en Hokkaido
Laos Se supone endémica-hiperendémica Se supone mayo-octubre —
en todo el país
Malasia Esporádica-endémica en todos los estados de Transmisión todo el año; octubre-febrero La mayoría de los casos de Penang, Perak,
Península, Sarawak y probablemente Sabah en Sarawak Salangor, Johord y Sarawak
Myanmar Se supone endémica-hiperendémica Se supone mayo-octubre Brotes repetidos en el estado de Shan,
en todo el país en el valle de Chiang Mai
Nepal Hiperendémica en las tierras bajas del sur Julio-diciembre Vacunaciones no recomendadas para viajeros
(Terai); casos esporádicos en el valle de que vayan sólo a áreas de gran altitud
Katmandú
Pacífico occidental Dos epidemias descritas en Guam y Saipán Incierta; posiblemente septiembre-enero El ciclo enzoótico puede no ser sostenible;
desde 1947 las epidemias han ocurrido después
de la introducción del virus
Pakistán Puede transmitirse en los deltas centrales Se supone junio-enero Casos descritos cerca de Karachi; las áreas
endémicas se solapan con las del Nilo
Occidental; la parte más baja del valle
del Indo puede ser un área endémica
Papúa Nueva Guinea Islas Normanby y provincia Oeste Probablemente riesgo a lo largo de todo el año Casos esporádicos localizados
República de Corea† Esporádica-endémica con brotes ocasionales Julio-octubre Los últimos brotes grandes fueron en 1982-1983
República Democrática Se supone endémica en todo el país, Julio-octubre Epidemia en la década de 1970, pocos datos
de Corea en áreas rurales <800 m de altitud recientes
República Popular Casos en todas las provincias, excepto Norte de China: mayo-septiembre Vacunación no recomendada de forma rutinaria
China† Xizang (Tíbet), Xinjiang, QingHai Sur de China: abril-octubre (provincias de Guangxi, para viajeros que vayan sólo a áreas urbanas
Áreas templadas: endémica a Yunnan, Guangdong, y sur de Fujian; Sichuan,
periódicamente epidémica Guizhou, Hunan y Jiangxi)
Sur de China: hiperendémica Hong Kong: abril-octubre
Hong Kong: casos infrecuentes en nuevos
territorios
Rusia Áreas marítimas del lejano oriente al sur Período máximo julio-septiembre Transmisión esporádica en ciclos rural y selvático
de Khabarovsk
Singapur Tasas más altas de transmisión enzoótica Transmisión a lo largo de todo el año, Vacunación no recomendada rutinariamente;
en áreas rurales occidentales de la isla con máximo en abril dos casos esporádicos en 2001
Sri Lanka Endémica en todas las áreas, excepto en Octubre-enero; pico secundario de transmisión Brotes en las provincias noroeste y central
las montañas; periódicamente epidémica enzoótica en mayo-junio (Anuradhapura)
en las provincias central y del norte
Tailandia† Hiperendémica en el norte; Mayo-octubre Brotes anuales en el Valle de Chiang Mai; casos
esporádica-endémica en el sur esporádicos en los suburbios de Bangkok
Taiwán† Casos endémicos esporádicos en toda Abril-octubre; máximo en junio Casos comunicados en Taipei y la cuenca del río
la isla Kao-hsiung-Pingtung y a su alrededor
Vietnam† Endémica-hiperendémica en todas Mayo-octubre en el norte, todo el año en el sur Las más altas tasas en Hanoi y cerca
las provincias de esta ciudad
*Los datos se basan en publicaciones, informes de vigilancia epidemiológica y comunicaciones personales. Las extrapolaciones se han elaborado con los datos disponibles. Los
patrones de transmisión pueden cambiar.
†
td:sup>Las tasas de incidencia comunicadas localmente pueden no reflejar los riesgos para los visitantes no inmunes, ya que las altas tasas de inmunización local pueden
ocultar la transmisión enzoótica continua.
Modificada de las referencias 2 y 90, y actualizada de ProMed Mail (www.promedmail.org) y siguiendo la Global Alliance for Vaccines and Immunizations, Southeast Asia and
Western Pacific Regional Working Group9s Japanese Encephalitis Meeting: Setting the Global Agenda on Public Health Solutions and National Needs, Bangkok, Tailandia, 2002.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1987
vectores, el riesgo de infección es más alto en las áreas rurales. No obs- casos se ha reducido, pero aún se cuentan 1.000-1.500 casos anuales de
tante, tanto los cerdos como los arrozales se encuentran en los alrededores tipo neurológico y la mortalidad ha permanecido estable en un 10% en
de algunas ciudades asiáticas, lo que provoca casos aislados y raramente los casos neurológicos. Al igual que la EJ, muchos de los supervivientes a
*Sólo se muestran los detalles de los brotes seleccionados. Los criterios de hospitalización, definiciones de caso y métodos diagnósticos varían entre los brotes, y algunos
números son aproximados.
NO, Nilo Occidental; SNC, sistema nervioso central.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas 1988
FIGURA 155-3 Ciclo de transmisión del virus del Nilo Occidental y ejemplos de la modificación de factores climatológicos, de los vertebrados,
los mosquitos y humanos sobre la infección y la enfermedad.
Los medios por los que el VNO se introduce en nuevas áreas no se En los estados del este, la ESL se transmite periódicamente en brotes
comprenden por completo. Las aves migratorias se consideran esenciales regionales y localizados con largos intervalos, sin transmisión significa-
para el movimiento de los virus desde África hasta el sur de Europa. Éstas tiva en los años transcurridos. Los brotes ocurren en las áreas urbanas al
pueden haber estado implicadas en su introducción en Norteamérica, final del verano y en otoño, a menudo en los vecindarios más antiguos,
aunque la importación de aves exóticas virémicas o de anfibios y el donde el agua residual sucia provee el hábitat para la procreación de
transporte inadvertido de mosquitos son explicaciones alternativas150. C. pipiens y C. quinquefaasciatus, mosquitos de las casas del norte y del
La evidencia de genética molecular sugiere una única introducción en sur, respectivamente. Más de 50 epidemias, de alrededor de cientos de
Estados Unidos de una cepa, posiblemente desde Oriente Medio151. casos, han sido reconocidas en pequeñas ciudades o capitales, entre ellas
La mayoría de las infecciones humanas por el VNO son asintomáti- Houston, Dallas, Memphis, Nueva Orleans, Chicago y Detroit. La más
cas. Los estudios epidemiológicos realizados después del brote de 1999 grande, en 1975, produjo más de 3.000 casos de infección neurológica
en Nueva York sugieren que aproximadamente 1 de cada 5 personas a nivel nacional, similar en escala y localización geográfica a los brotes
infectadas desarrolla fiebre, y sólo 1 de cada 150 presenta enfermedad recientes de ENO. En tres brotes desde 1991, se comunicó un riesgo
del SNC148,149. Estas cifras son similares a las tasas de ataque del brote de desproporcionado entre indigentes infectados con el virus de la inmu-
Rumanía de 1997, pero parecen ser mucho más altas que las comunica- nodeficiencia humana (VIH), lo que probablemente refleje su mayor
das en Egipto y Sudáfrica, debido probablemente a la presencia previa vulnerabilidad a la picadura de los mosquitos al atardecer, cuando los
de anticuerpos en las personas de África152-154. En Nueva York, Ruma- vectores son más activos157. En el período 1992-2000, han aparecido
nía e Israel, el riesgo de enfermedad neurológica se incrementó con la brotes mucho más pequeños y casos esporádicos (mediana de 14 casos;
edad, lo que puede explicarse, en parte, gracias a los diferentes patrones rango 2-26 casos anualmente). El brote de 2001 en Louisiana produjo
epidemiológicos vistos en zonas de África. En Egipto, la mayoría de la 71 casos y fue un recordatorio de la transmisión enzoótica continua y
población se infecta durante la infancia, y la enfermedad neurológica del potencial epidémico del virus158.
es rara153. En Sudáfrica, un gran brote afectó a una población estimada Los brotes en Florida ocurren de forma más difusa en localidades
de 18.000 personas de todas las edades, aunque sólo se comunicó un suburbanas y urbanas, donde las zonas bajas encharcadas y los estan-
único caso de encefalitis del Nilo Occidental (ENO)154. ques facilitan lugares de cría para C. nigripalpus159. En los estados del
oeste, la ESL se transmite de forma perenne y a bajo nivel en las áreas
Encefalitis de San Luis rurales, a menudo en asociación con granjas irrigadas y pastizales.
Se han descrito casos de ESL asociados a brotes en casi todos los esta- Hace 40 años, los brotes en áreas agrícolas se producían a intervalos
dos de EE.UU., las provincias de Ontario y Manitoba en Canadá y el regulares; más recientemente, los casos han sido más esporádicos, y
estado de Sonora en México, mientras que sólo se han notificado casos con frecuencia han estado relacionados con exposición profesional o
esporádicos en Argentina, Brasil, Panamá, Trinidad, Guayana francesa, han ocurrido próximos a ciudades. También han aparecido pequeños
Surinam, Curasao, Jamaica y República Dominicana. También se ha brotes urbanos. El descenso de los casos se ha atribuido a cambios
identificado transmisión viral enzoótica en Alberta y Columbia Britá- seculares en el uso de la tierra, a las viviendas con aire acondicionado
nica en Canadá y en Ecuador, Guatemala y Haití, y puede aparecer en y a otros factores que conducen a una menor exposición. La exposición
cualquier otro lugar de América155,156. disminuida a la infección se ha confirmado en poblaciones rurales de
En Estados Unidos, el virus se transmite a las aves en 3 ciclos dis- California, donde las tasas de seroprevalencia oscilan ahora entre el
tintos, solapándose a los del VNO: por Culex pipiens y Culex quinque- 0,1% y el 11%156.
fasciatus en los estados del Este y Medio Oeste, por Culex nigripalpus El riesgo de enfermedad se asocia más estrechamente a la edad avan-
en Florida, así como por Culex tarsalis en las Grandes Llanuras y en zada, pero también se ve un riesgo ligeramente mayor en los lactantes.
el Lejano Oeste. Las personas se infectan de manera fortuita a partir La importancia de la edad se refleja en la proporción decreciente entre
del ciclo enzoótico y, como en la infección por VNO, son huéspedes infección asintomática y sintomática, con rangos que van de 800 : 1 en
finales. Las características de los vectores y sus respectivos ciclos de niños a 85 : 1 en adultos mayores de 60 años (fig. 155-4)160. Entre 1999
transmisión definen las características epidemiológicas en cada zona y 2007, el 75% de todos los pacientes fueron mayores de 40 años, con
geográfica un mayor riesgo en varones y en personas de raza negra47.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1989
inflamatorias del huésped, sin necesidad de viremia en éste165. Las larvas
y ninfas de las garrapatas se alimentan sobre todo de aves y de pequeños
mamíferos, y las adultas de mamíferos grandes, tales como el corzo, el
La albuminuria y la insuficiencia renal reflejan factores prerrenales, del bazo y en los macrófagos tisulares204,205. El antígeno viral, pero no una
incluidos los vómitos y la miocarditis, así como la invasión del parén- replicación viral activa, puede demostrarse más ampliamente en las célu-
quima y, en la enfermedad avanzada, necrosis tubular aguda 76,196. El las de Kupffer hepáticas y los endotelios, las células tubulares renales y los
antígeno viral puede identificarse en el riñón, y también en el corazón, macrófagos alveolares y el endotelio. Casi todos los pacientes están viré-
donde la infiltración grasa degenerativa del miocardio y del sistema de micos en el momento de la presentación clínica con fiebre y eliminan el
conducción contribuye a disminuir el gasto y a provocar arritmias195. Los virus de la sangre unos días después de la defervescencia206,207. El males-
hallazgos neurológicos probablemente reflejen las alteraciones metabóli- tar y los síntomas seudogripales que tipifican el dengue probablemente
cas, el edema cerebral y las hemorragias, más que la encefalitis. La causa reflejen la respuesta de citocinas de los pacientes; no obstante, la mialgia,
de la diátesis hemorrágica está mal definida, pero probablemente repre- un síntoma cardinal de la enfermedad, puede indicar asimismo cambios
sente una combinación de una síntesis hepática reducida de los factores anatomopatológicos en el músculo, caracterizados por un moderado
de coagulación, coagulación intravascular, trombopenia y disfunción infiltrado mononuclear perivascular con acumulación de lípidos208.
endotelial y plaquetaria. Una combinación de daño parenquimatoso El dolor musculoesquelético (fiebre quebrantahuesos) podría reflejar
directo y de un síndrome similar a la respuesta sistémica inflamatoria la infección por el virus de los elementos de la médula ósea209,210. La
parece contribuir al shock y a la evolución mortal. Los anticuerpos supresión de la eritropoyesis, mielopoyesis y trombopoyesis se manifiesta
neutralizantes elaborados dentro de la primera semana de enfermedad como citopenias en la sangre periférica. El examen histopatológico de la
eliminan el virus, y la recuperación se sigue de inmunidad de por vida. piel de pacientes con exantema muestra un grado menor de vasculitis
Se cree que la inmunidad flaviviral heteróloga (p. ej., dengue previo) dérmica linfocitaria y, de forma variable, antígeno viral204,205. Se ha des-
provee una protección parcial contra la infección, lo que puede contribuir crito una elevación de las aminotransferasas hepáticas en la mayoría de
a la ausencia de FA en Asia197. No obstante, a diferencia de la situación los casos de dengue, con el nivel de la aspartato aminotransferasa (AST)
con la FDH, no se produce una estimulación inmunitaria mediada por inicialmente más alto que el de la alanina aminotransferasa (ALT), y con
anticuerpos. La selección genética se ha descrito en supervivientes de niveles más altos en la FDH que en el dengue117. En los casos mortales,
epidemias de FA, y tanto la juventud como la edad avanzada se han los hallazgos histopatológicos recuerdan a los de la FA precoz leve, con
considerado factores de riesgo para la enfermedad sintomática4,198. Ser hipertrofia de las células de Kupffer, balonización focal y necrosis de los
portador de hepatitis B, que es prevalente en áreas de África con FA endé- hepatocitos en distribución medio-zonal con formación ocasional de
mica, no constituye un factor de riesgo para la enfermedad sintomática199. cuerpos de Councilman, cambios grasos leves y una respuesta celular
mononuclear periportal escasa211. Las complicaciones neurológicas se
Dengue y fiebre del dengue hemorrágico han atribuido principalmente a las alteraciones metabólicas y a las hemo-
La mayoría de las infecciones por el virus del dengue son subclínicas. rragias intracraneales, focales y a veces masivas, pero se ha demostrado
La fiebre del dengue autolimitada es la evolución clínica habitual de la que se produce una invasión viral del SNC y encefalitis212,213.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
infección. El síndrome de FDH (fig. 155-5) se produce en un pequeño El shock en el síndrome del shock del dengue (SSD) aparece tras la
porcentaje de casos, aparentemente como una respuesta inmunopato- repentina extravasación de plasma en sitios extravasculares, entre ellos
lógica a la infección y por lo general en el contexto de la inmunidad la pleura y las cavidades abdominales, normalmente con defervescencia
heteróloga debida a una infección previa por un tipo de VDEN diferente de la fiebre200,214. El aumento extenso de la permeabilidad vascular se
o por otro flavivirus200,201. asocia a la activación inmunitaria, según se manifiesta por unos niveles
Al igual que sucede con la FA, los estadios iniciales de la infección plasmáticos incrementados de los receptores solubles del factor de
por VDEN se han deducido a partir de la infección experimental de necrosis tumoral (sTNFR/75), IL-8, interferón g (IFN-g) y factor de cre-
personas o de otros primates. cimiento endotelial vascular, entre otros mediadores215,216,217,218. Además,
Después de la picadura de un mosquito infeccioso, el virus se replica la formación de inmunocomplejos activa el sistema del complemento,
en los ganglios linfáticos locales y en 2-3 días se disemina por vía san- con incremento de C3a, C5a y complejos C5b-9 solubles219,220. La rápida
guínea a varios tejidos. Los virus suelen circular en la sangre durante reversibilidad predecible del síndrome en 48 horas y la escasez de una
4-7 días en el plasma y los monocitos infectados202. El ARN viral también correlación de los datos histopatológicos (normalmente edema perivas-
se detecta con facilidad en los linfocitos B circulantes203. Es probable que cular con diapédesis de eritrocitos y hemorragias focales generaliza-
el virus también se replique en la piel, en las células linfoides reactivas das) sugieren que la respuesta inflamatoria produce una vasculopatía.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1992
La reducción del gasto cardíaco puede contribuir aún más al shock221,222. inducido por IFN de la 2-5-oligoadenilato sintetasa-1 (OAS1) que pro-
La diátesis hemorrágica es compleja y no se comprende bien. Refleja una ducía una proteína truncada63, y un polimorfismo del mismo gen se ha
acción de las citocinas y el daño vascular, los anticuerpos virales que se asociado con la infección por el VNO en el ser humano247. Los ratones
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
unen a las plaquetas o la reacción cruzada con el plasminógeno y otros con inactivación génica que tenían una deficiencia de otros genes en
factores de la coagulación, una función y supervivencia plaquetarias la vía del IFN tipo I también mostraban una mayor sensibilidad a una
reducidas, y una coagulopatía leve de consumo223-226. encefalitis mortal248. Otros factores de la respuesta del huésped también
El aumento de la frecuencia de FDH en las infecciones secundarias se han relacionado con la susceptibilidad a la encefalitis por flavivirus.
del dengue ha sugerido la participación de la inmunidad adaptativa en Una respuesta inflamatoria dependiente de un receptor de tipo Toll 3
la patogenia de la forma grave del dengue. Se ha demostrado que los funcional se ha asociado con la neuroinvasión y lesión neuronal por
anticuerpos «heterólogos» de una infección previa por VDEN aumentan el VNO en ratones y con ETG en el ser humano249,250. Se observó que
la captación y replicación virales en las células que tienen receptores Fc un alelo defectivo en el receptor de quimiocinas CCR5 (CCR5∆32) se
(aumento dependiente de anticuerpos) in vitro227,228,229 y en un modelo asociaba significativamente con la infección sintomática por VNO y con
de ratón230. Se ha propuesto que los anticuerpos adquiridos pasivamente una forma grave de la enfermedad en la ETG251,252.
tienen el mismo efecto patológico durante la primoinfección por VDEN Los mecanismos de la neuroinvasión viral siguen sin comprenderse
en lactantes nacidos de mujeres inmunes al dengue231. De forma simultá- por completo. En modelos animales de encefalitis por arbovirus, el
nea, las respuestas de memoria celular a los antígenos heterólogos también virus entra al SNC cruzando el endotelio vascular o a través del epitelio
pueden contribuir a la inmunopatología durante las infecciones secun- olfativo, donde la barrera hematoencefálica está alterada. No obstante, en
darias232. Los niveles plasmáticos elevados de CD8 soluble e IL-2 soluble el ser humano la evidencia sugiere la transmisión a través del endotelio
en pacientes con FDH y la citometría de flujo de los linfocitos circulantes vascular, bien por transferencia pasiva o por replicación del virus en
de sangre periférica indican una activación de los linfocitos T memoria células endoteliales244,248. Se ha propuesto que los monocitos infectados
CD4+ y CD8+ en respuesta a una infección secundaria216,233. Las células que también transportan el virus a través de la barrera hematoencefálica.
responden a los antígenos con reactividad cruzada predominan sobre las Dentro del cerebro, los viriones se propagan de célula a célula. Los
respuestas primarias contra el virus infectante, siguiendo el paradigma del cambios anatomopatológicos consisten en congestión meníngea e infla-
pecado original antigénico, pero pueden ser ineficaces para la eliminación mación, edema cerebral y una extensa encefalitis con predilección por
viral y, en su lugar, pueden ser una fuente de citocinas con un efecto clínico el hipocampo y la corteza temporal, el tálamo, la sustancia negra, el
negativo233. La producción resultante de IL-2, interferón g, TNF-a y otras cerebelo, las áreas periventriculares del tronco del encéfalo y la médula
linfocinas se refuerza por la abundancia incrementada de células diana espinal anterior244. La degeneración neuronal focal y la necrosis con
infectadas y de la expresión inducida por flavivirus de moléculas del com- neuronofagia evolucionan hacia la formación de nódulos gliales y,
plejo principal de histocompatibilidad de tipo I y II que activan aún más con la cicatrización, cambios espongiformes. El antígeno viral aparece
a los linfocitos T234. Los monocitos infectados activados (y posiblemente en los cuerpos neuronales y sus procesos, y más tarde en las células
las células endoteliales) producen y liberan con su lisis TNF-a, IL-1, factor fagocíticas253. Los infiltrados perivasculares inflamatorios consisten en
activador de las plaquetas, IL-8 y RANTES, que actúan en sinergia con linfocitos T CD4+ y CD8+ activados, macrófagos y linfocitos B. Los lin-
linfocinas, histamina y C3a y C5a para producir la disfunción endotelial focitos T activados predominan en el líquido cefalorraquídeo (LCR)254.
transitoria que da lugar al escape de plasma. Varios procesos pueden contribuir a la muerte neuronal, como la
Aunque la infección con cualquiera de los cuatro VDEN puede apoptosis, el edema citoplásmico, la vacuolización y la rotura de la
producir FDH, algunos datos indican una mayor propensión después de membrana. En un estudio anatomopatológico de ETG, el antígeno viral
una segunda infección con ciertos tipos de VDEN o con cepas específicas se ha identificado sobre todo en neuronas de gran tamaño; había una
de una virulencia supuestamente mayor en una población concreta par- mala relación topográfica entre los infiltrados inflamatorios (sobre todo
cialmente inmune207,235,236. Las tendencias hacia una gravedad mayor o linfocitos T y macrófagos) y la distribución del antígeno, lo que sugiere
fluctuante de la enfermedad durante brotes prolongados se ha atribuido un proceso de muerte celular mediada por fenómenos inmunitarios en
a la evolución de cuasiespecies virales237. Varios polimorfismos genéticos lugar de una lisis viral directa255.
en el huésped humano también influyen en el riesgo de FDH, sobre La infrecuente recuperación del virus a partir del LCR, a menudo en
todo en HLA y los genes MICB, que controlan las respuestas inmunita- pacientes con enfermedad mortal y fulminante, se asocia a la ausencia
rias, así como en el gen PLCE1, cuyo mecanismo aún se desconoce212,238. de anticuerpos intratecales, lo que indica un papel esencial de la neu-
La inducción de respuestas inmunitarias innatas y una elevación de tralización viral en la recuperación256. Los linfocitos T también son
los niveles de anticuerpos séricos neutralizantes se correlacionan con esenciales para la eliminación del virus en infecciones experimentales
la eliminación de la viremia206,239, pero la inmunidad protectora se asocia de ratones y unas respuestas tenues de IFN-g por los linfocitos T CD4+
tanto a la respuesta inmunitaria humoral como a la celular232,240,241,242. contra la proteína NS3 del virus de la EJ se correlacionaron con una
La inmunidad protectora cruzada inducida por la infección con un enfermedad más grave en un estudio en seres humanos257-259. Por otro
tipo de VDEN es limitada y breve, ya que la infección con un segun- lado, la formación de inmunocomplejos intratecales y de anticuerpos
do tipo de VDEN durante la misma estación de transmisión no es infre- antineurofilamento y antiproteína básica de mielina se ha asociado a
cuente. La enfermedad después de la infección con dos o más tipos de un mal pronóstico, lo que sugiere una lesión inmunopatológica260,261.
VDEN (p. ej., un tercer o cuarto episodio de dengue) es poco frecuente243. La inmunopatología también está implicada en modelos animales de
encefalitis por flavivirus, lo que se corrobora por la observación de que
Encefalitis por flavivirus en algunos pacientes inmunodeprimidos infectados por el VNO hay
El período de incubación variable y potencialmente largo de 4-21 días un comienzo retrasado de las características clínicas, a pesar de una
puede reflejar el intervalo para la replicación viral en las células cutáneas viremia elevada248,262. Los linfocitos T reguladores pueden desempeñar
de Langerhans y los ganglios linfáticos locales, con una breve viremia un papel destacado en el control de esta respuesta para proteger contra
posterior antes de que el virus invada el SNC244. Los virus pueden recupe- una enfermedad grave263.
rarse pocas veces de la sangre, normalmente menos de 1 semana después La parálisis subaguda y progresiva de la musculatura de las extre-
del inicio de la enfermedad y antes del establecimiento de los síntomas midades y la epilepsia crónica son características bien conocidas de
neurológicos, pero a veces más tarde en pacientes inmunodeprimidos. la ETG, y se ha demostrado la persistencia del virus en el LCR261. Las
Para el VNO, la detección mediante análisis de PCR en tiempo real es concentraciones de neopterina y b2-microglobulina en el LCR, así
más frecuente245,246. La gran proporción de infecciones que son asinto- como la síntesis intratecal de inmunoglobulina G (IgG) se mantienen
máticas, aproximadamente 100 veces el número de casos sintomáticos, elevadas durante semanas y la pleocitosis persiste durante mucho más
es sorprendente y presenta una uniformidad llamativa entre la ESL, la tiempo que en otras infecciones del SNC, lo que concuerda con una
EJ y la ENO. La infección subclínica posiblemente refleja la eliminación reacción inflamatoria prolongada264. En algunos estudios, se ha descrito
periférica del virus antes de que se produzca la neuroinvasión. la presencia de mutaciones del gen viral NS1 y respuestas defectivas de
Las respuestas innatas se consideran esenciales para esta eliminación. los linfocitos T161,265. La eliminación retrasada del VEJ también se ha
La susceptibilidad genética a la encefalitis por flavivirus en ratones sugerido por la presencia de virus infectivos, antígeno o anticuerpos IgM
de laboratorio se asoció primero con una variante alélica en el gen en el SNC varias semanas después del comienzo de la enfermedad266.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1993
La edad avanzada es un factor de riesgo destacado para desarrollar vómitos, la hiperestesia de la piel y la disgeusia son quejas comunes.
infección neurológica (v. fig. 155-4). Las bases biológicas de esta sus- Inicialmente, la piel aparece enrojecida, pero en un plazo de 3-4 días y
ceptibilidad relacionada con la edad están mal definidas. Aunque la con la lisis de la fiebre, se desarrolla un exantema macular inespecífico
La fiebre clásica del dengue es una enfermedad febril aguda con cefaleas, un pulso débil y rápido, un estrechamiento de la presión diferencial a
artromialgias y exantema, pero la gravedad de la enfermedad y de las menos de 20 mmHg y, en los casos más extremos, una presión arterial
manifestaciones clínicas varía con la edad y el tipo de virus. La infec- indetectable, establecen el síndrome del shock. El recuento plaquetario
ción suele ser asintomática o inespecífica y consiste en fiebre, malestar, disminuye y las petequias aparecen en una distribución extensa con
inyección faríngea, síntomas respiratorios de vías altas y exantema equimosis espontánea. La hemorragia se produce en las mucosas del
(especialmente en niños)10,271,272. Es más probable que el VDEN-2 y tubo digestivo y en los lugares de venopunción. El hígado se palpa
el VDEN-4 causen infecciones asintomáticas en personas no expues- agrandado hasta en el 75% de los pacientes, con esplenomegalia variable.
tas a flavivirus207. La gravedad de la infección puede estar aumentada Hasta en el 40% de los pacientes se observa un aumento de los niveles
entre lactantes y ancianos273. Después de un período de incubación de de amilasa y signos ecográficos de dilatación pancreática. Los derrames
4-7 días, la fiebre (a menudo con escalofríos, cefalea frontal grave y dolor pleurales se pueden detectar en más del 80% de los casos si se realiza una
retroorbitario) se desarrolla de manera abrupta con una rápida pro- radiografía en decúbito; en combinación con un hematocrito elevado e
gresión a la postración, intenso dolor musculoesquelético y lumbalgias, hipoalbuminemia, lo que refleja una hemoconcentración, estos estudios
así como dolor abdominal a la presión. La anorexia, las náuseas, los proporcionan medidas objetivas de pérdida de plasma. No obstante,
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1994
la ecografía ha sido más sensible a la hora de detectar los derrames hacia una somnolencia progresiva y el coma. Aunque el pródromo puede
pleurales, la ascitis, el edema de la vesícula biliar en más del 95% de evolucionar a lo largo de varios días a una semana, algunos niños debutan
los casos graves y los derrames pararrenales y perirrenales en el 77%, con una convulsión repentina después de una breve enfermedad febril.
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
así como el derrame subcapsular hepático y esplénico y los derrames Los principales hallazgos son fiebre alta y alteración del nivel de cons-
pericárdicos290,291. La presencia de derrame pleural y peritoneal se asocia ciencia, que va desde una ligera desorientación o cambios sutiles de la
a enfermedad grave. Puede desarrollarse un síndrome de dificultad res- personalidad hasta un estado intenso de confusión, delirio y coma1,3,297.
piratoria del adulto (SDRA) con fuga alvéolo-capilar292. En pacientes no El mutismo ha sido una forma de presentación en algunos casos. La
tratados, la hipoperfusión complicada por la disfunción miocárdica y rigidez de nuca es un hallazgo variable, y se presenta en un 33-66% de los
la disminución de la fracción de eyección provoca acidosis metabólica casos. En un tercio de los casos se detectan parálisis de nervios craneales
e insuficiencia orgánica. Con medidas de soporte durante el perío- con parálisis facial y mirada no conjugada. La debilidad muscular puede
do crítico de la enfermedad, a menudo puede esperarse la resolución asociarse a disminución o incremento del tono, y puede ser generalizada
espontánea de la vasculopatía y la insuficiencia circulatoria en 2-3 días, o asimétrica, con hemiparesia, o distribución inusual de parálisis flácida
con recuperación completa después. La duración de la enfermedad es o espástica. Puede evidenciarse la presencia de hiperreflexia, clonus del
de 7-10 días en la mayoría de los casos. La mortalidad ha alcanzado tobillo y otros reflejos anormales. Los movimientos descoordinados,
el 50% en poblaciones infraatendidas sanitariamente, pero en centros tales como balismos no estereotipados, ataxia o temblor, pueden estar
experimentados menos del 1% de los casos son mortales. La encefalo- presentes al principio. La coreatetosis, la rigidez, la facies en máscara
patía, el shock prolongado y la insuficiencia hepática y renal no suelen y otros signos extrapiramidales aparecen de forma no infrecuente más
complicar la enfermedad, pero se asocian a un mal pronóstico. Como tarde en la enfermedad. Las convulsiones focales o generalizadas se
sería de esperar en áreas donde el dengue infecta al 10% de los niños desarrollan hasta en el 85% de los niños y el 10% de los adultos300. Las
cada año, la infección concurrente con bacterias, parásitos y otros virus convulsiones múltiples y el estatus epiléptico se asocian a un mal pronós-
patógenos aparece con frecuencia. Se han observado infecciones dobles, tico. También puede haber un estatus epiléptico motor sutil, en el que la
sobre todo sepsis por gramnegativos, en 1 de 200 niños hospitalizados única manifestación clínica podría ser el espasmo muscular en un dedo
con dengue, y han dado lugar a fiebre prolongada y hospitalización293. o párpado, pero puede pasar desapercibido con facilidad300.
Es improbable que los intentos para diferenciar la fiebre del dengue Los signos de aumento de la presión intracraneal, tales como papile-
de otras enfermedades febriles agudas tengan éxito, aunque el diagnós- dema e hipertensión, se detectan en una minoría de pacientes, aunque
tico se facilita si las pruebas de laboratorio indican leucopenia, neu- algunos casos mortales muestran signos de herniación uncal o tentorial,
tropenia, trombocitopenia o niveles ligeramente elevados de AST9,117,237. y los signos clínicos compatibles con síndromes de herniación del tronco
Incluso cuando el rubor facial fue incluido como un criterio selectivo en del encéfalo no son infrecuentes300. Más de un tercio de los pacientes en
un estudio que también englobaba a pacientes con FDH, los síntomas coma necesita ventilación asistida. Los casos fulminantes pueden ser
diferenciadores fueron la anorexia, las náuseas y los vómitos. Una prueba rápidamente mortales. De forma más típica, es de esperar que se produzca
del torniquete positiva, que es un requisito en la definición de caso de la mejoría después de una semana, con la defervescencia de la fiebre.
FDH, se obtiene más a menudo que en niños con otras enfermedades La función neurológica se recobra de modo gradual a lo largo de varias
febriles, pero su especificidad es baja. En comparación con el chikun- semanas, con una recuperación posterior tras el alta hospitalaria, a lo largo
gunya, otra infección epidémica transmitida por A. aegypti, es más de intervalos de meses o años301,302. Las infecciones de las úlceras de estasis,
probable que los pacientes con dengue tengan conjuntivitis, exantema y las infecciones urinarias, la neumonía y la bacteriemia suelen complicar la
dolor musculoesquelético294. La dificultad de diferenciar el dengue de la recuperación prolongada desde el coma y la parálisis, y pueden ser causas
rubéola, el sarampión e incluso la gripe ha sido enfatizada por la falta de secundarias de muerte. La virulencia de la infección se pone de manifiesto
reconocimiento inicial de epidemias enteras. La diferenciación clínica de por una mortalidad actual del 25% en lugares con unidades de cuidados
la FDH respecto a la FA y a otras fiebres virales hemorrágicas también es intensivos. Las anomalías neurológicas tales como trastornos comiciales,
difícil, y el diagnóstico requiere la confirmación de laboratorio. paresia de los nervios motores y craneales, ceguera cortical y trastornos
La diferenciación clínica o de laboratorio, en el momento de la pri- del movimiento persisten hasta en un tercio de los pacientes después de
mera presentación, de niños destinados a desarrollar FDH facilitaría la cinco años. Una mayor proporción, quizás incluso del 75% de los niños
intervención antes de la aparición repentina de shock295. En un estudio, que se recuperan, muestra anomalías psicológicas y conductuales. Los
las elevaciones de AST por encima de 60 U/ml, el recuento de leucocitos casos aislados de recidiva clínica semanas después del alta hospitalaria con
menor de 5.000/mm3 y el recuento absoluto de neutrófilos inferior a recuperación del virus de la sangre periférica se han atribuido al retraso
3.000/mm3 tuvieron valores predictivos más altos que la prueba del de la eliminación del virus o a su persistencia, pero el significado de estas
torniquete para diferenciar el dengue de otra enfermedad febril117,237. En observaciones resulta incierto303. En la enfermedad adquirida durante
otro estudio, un nivel elevado de sTNFR/75 tuvo una sensibilidad de un el primer o segundo trimestre del embarazo, el virus puede infectar la
93% y un valor predictivo negativo del 95% en la predicción del shock215. unidad fetoplacentaria y precipitar el aborto304. No se ha descrito que los
Se están evaluando otras citocinas como marcadores en la predicción de casos adquiridos en el tercer trimestre del embarazo interrumpan la ges-
la enfermedad leve o grave. Aunque hay pocos estudios prospectivos, tación. Las infecciones congénitas sólo se han notificado cuando el virus
los resultados son variables y la aplicación de medidas útiles en el punto se introdujo por primera vez en una población adulta susceptible, ya que
de asistencia puede ser difícil201,296. casi todas las mujeres en las áreas endémicas tienen inmunidad adquirida.
Los viajeros no inmunes pueden tener un riesgo mayor.
Encefalitis japonesa Los estudios de laboratorio muestran una leucocitosis periférica, de
La infección es sintomática en menos del 1% de los casos de EJ, pero la hasta 30.000/mm3 con desviación izquierda e hiponatremia. La presión
enfermedad suele ser una encefalitis grave que a menudo conduce al de apertura del LCR está elevada en alrededor del 50% de los pacientes300.
coma y a una evolución mortal en el 25% de los casos. Es probable que el El rango de pleocitosis va desde menos de 10 hasta varios miles de células
espectro de la enfermedad clínica sea más amplio de lo apreciado en la por milímetro cúbico, con una mediana de varios cientos de células de
evaluación de los pacientes hospitalizados. Los casos de EJ se encuentran predominio linfocítico. Las proteínas del LCR pueden estar normales o
entre los niños hospitalizados con fiebre aguda de origen indetermina elevadas hasta 100 mg/dl. El electroencefalograma muestra un patrón
do e, indudablemente, muchos pacientes con enfermedad febril y cefalea o difuso de ondas lentas (zeta o delta) con actividad comicial superpues-
meningitis aséptica no acuden al hospital. Algunos estudios han llamado ta, incluidas descargas epileptiformes periódicas lateralizadas300,305. Las
la atención sobre pacientes que se presentan con parálisis espinal sin pruebas de imagen cerebral revelan un edema difuso de la sustancia blanca
signos encefalíticos, que se diagnosticaron de forma errónea en principio y señales anómalas, sobre todo en el tálamo (a menudo sin evidencia de
como casos de poliomielitis, y, por el contrario, cambios conductuales hemorragia), los ganglios basales, el cerebelo, el mesencéfalo, el puente y la
agudos que imitan psicosis y sin signos motores1,3,297-299. Los signos más médula espinal306,307. La electromiografía muestra cambios de desnervación
precoces son el letargo y la fiebre y, a menudo, la cefalea, el dolor abdo- parcial crónica compatible con destrucción de las células del asta anterior.
minal, las náuseas y los vómitos. El letargo se incrementa durante varios En las zonas rurales de Asia, la meningitis tuberculosa, bacteriana (en
días, tras lo que suelen aparecer conductas inusuales asociadas a un delirio especial, tratada parcialmente) y el paludismo cerebral son los princi-
con agitación, inquietud y movimientos motores anómalos, que avanzan pales diagnósticos alternativos9,135,308,309. La fiebre tifoidea con temblores
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1995
y ataxia, la infección por el dengue con encefalopatía, la intoxicación tercios de los enfermos hospitalizados tenían encefalitis (con o sin signos
por plomo, el golpe de calor y la encefalitis por el enterovirus 71 se han de irritación meníngea) y un tercio presentaba meningitis152,314,315. Se han
confundido con la EJ. En las áreas endémicas de EJ, cualquier brote reconocido casos de parálisis flácida aguda causada por infección viral
del asta anterior de la médula espinal (mielitis) en brotes recientes316-318.
FIGURA 155-7 Cambios en la resonancia magnética en la encefalitis del Nilo Occidental (ENO). Imágenes de recuperación de la inversión de
fluido atenuado (FLAIR) de un paciente con ENO en el día 10 de hospitalización, donde se observa un incremento de la intensidad de señal en la sustancia
gris periventricular del cuarto ventrículo en el vermis del cerebelo (A y B) y un aumento de la intensidad de señal en ambos tálamos y en el núcleo caudado
derecho (C y D). (De Solomon T, Dung NM, Kneen R, y cols. Seizures and raised intracranial pressure in Vietnamese patients with Japanese encephalitis.
Brain. 2002;125:1084-1093. Con autorización de Oxford University Press.)
No se ha descrito ningún caso de recidiva clínica o enfermedad progre- son mortales. Aunque las diferencias en las tasas de ingreso hospitalario
siva. Los lactantes y niños pequeños suelen exhibir secuelas neurológicas pueden haber confundido alguna de estas observaciones, las diferencias
significativas en el momento del alta, pero la función psicomotora suele intrínsecas en la neurovirulencia de diversos subtipos virales de la ETG
recuperarse más tarde, en el seguimiento324. Poco se sabe del riesgo o se han demostrado en infecciones animales experimentales.
de la evolución de la infección congénita. Las personas VIH positivas Los síntomas prodrómicos precoces pueden no detectarse en niños,
parecen tener un riesgo mayor para adquirir la ESL, pero no está cla cuya enfermedad en más del 66% de los casos consiste en meningitis
ro si esto se relaciona con su estado inmunitario o con otros factores aséptica. La presentación con encefalitis se caracteriza por alteración
(p. ej., mayor riesgo de exposición debido a la indigencia)157. del nivel de consciencia, ataxia, temblor, parestesias, signos focales y,
El recuento de los leucocitos periféricos puede estar ligeramente con menor frecuencia, convulsiones. La debilidad de los miembros
elevado. En algunos pacientes, se ha informado de hematuria micros- y la parálisis suelen representar lesiones de la motoneurona inferior
cópica, proteinuria y piuria. La hiponatremia debida al síndrome de causadas por mielitis o neuritis radicular; la paresia puede ser transitoria
secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) se presenta en o puede evolucionar a debilidad permanente y atrofia muscular. La
más de un tercio de los pacientes, y las concentraciones de ALT y de crea- cintura escapular y la musculatura del miembro superior están afectadas
tina fosfocinasa, pueden estar algo elevadas. Un tercio de los pacientes en la mayoría de los casos, y la continencia urinaria y otras funciones
tiene un aumento de la presión de apertura del LCR, y suele haber una anatómicas también se hallan alteradas. La afectación de los pares cra-
pleocitosis mononuclear moderada, con hiperproteinorraquia. El elec- neales III, VII, IX, X y XI produce parálisis de la mirada, parálisis facial
troencefalograma muestra enlentecimiento difuso y actividad comicial, periférica y disfagia. La evolución es buena en general, sobre todo en
incluidas descargas epileptiformes periódicas lateralizadas. La RM puede niños, pero el pronóstico varía con la edad. Se ha descrito un síndrome
mostrar hiperintensidad de señal en la sustancia negra325. El diagnós- hemorrágico en algunos casos, y también en una infección por el virus
tico debería sospecharse si el caso se agrupa con otros en el verano o al de la encefalomielitis ovina adquirida en el laboratorio330.
inicio del otoño, sobre todo si el paciente es un anciano o un indigente. Se comunican secuelas hasta en el 40-60% de los enfermos, más a
Un cuadro isquémico cerebral, un golpe de calor, la medicación o la menudo consistentes en alteraciones psicológicas como astenia, cefalea,
toxicidad por fármacos, u otras causas de delirio o encefalopatía han sido pérdida de memoria y concentración disminuida, ansiedad y labilidad
con frecuencia el diagnóstico inicial en casos confirmados. Otras causas emocional. Entre las anomalías motoras residuales se encuentran: ataxia
infecciosas de meningitis asépticas o encefalitis aguda, incluida la ENO e incoordinación, temblor, disfasia y, en menos del 5% de los casos,
(que puede trasmitirse de forma simultánea), no se pueden distinguir parálisis específicas craneales o de músculos espinales326,331. La debi-
con facilidad según la clínica. lidad motora progresiva y la epilepsia parcial continua (epilepsia de
Kozhevnikov) son síndromes específicos que pueden reflejar un proceso
Encefalitis transmitida por garrapatas encefalítico crónico. Se han notificado casos de neumonía, insuficiencia
La infección causa síntomas de ETG hasta en el 33% de las personas. Un cardíaca y otras complicaciones asociadas a hospitalización prolongada.
75% de los pacientes son capaces de recordar la picadura de una garrapa- La encefalitis de Possawan es un cuadro grave, con una letalidad
ta, con una mediana de 8 días (rango, 4-28 días) antes del desarrollo de menor del 10%. Han aparecido signos focales en más del 50% de los casos
los síntomas326-328. La enfermedad suele iniciarse con una gripe inespecí- comunicados; en un paciente, la presentación clínica con alucinaciones
fica con fiebre, malestar, cefalea, náuseas, vómitos y mialgias que pueden olfativas y convulsiones del lóbulo temporal simuló una encefalitis
estar acompañadas de fasciculación. En el plazo de una semana, estos sín- herpética332. Pueden quedar secuelas significativas en forma de hemi-
tomas se resuelven de forma espontánea. En la mayoría de los pacientes plejía, cuadriplejía o afasia, y la parálisis medular con atrofia muscular
que han tenido la «forma febril» de la enfermedad, no hay más síntomas, residual es similar a la mielitis asociada a la ETG.
pero en otros que progresan a una enfermedad más grave, la remisión El estudio de la sangre periférica en la ETG muestra leucopenia en la
de los síntomas es temporal, a menudo de 2-8 días (rango 1-20 días), fase inicial de la enfermedad y leucocitosis de hasta 20.000/mm3 durante
antes de que reaparezcan la fiebre alta, la cefalea y los vómitos161. La la segunda fase, con una transición a la leucopenia de nuevo antes de la
segunda fase puede estar limitada a una «forma meníngea» con menin- recuperación. También puede aparecer trombopenia en la fase virémica
gitis aséptica (por lo general en niños) o puede manifestarse como una inicial333. Una elevación de la velocidad de sedimentación y de la concen-
«forma meningoencefálica», una «forma poliomielítica» con parálisis tración de proteína C reactiva es común cuando los pacientes presentan
flácida similar a la poliomielitis o una «forma polirradiculoneurítica» enfermedad neurológica, y se han descrito casos aislados de elevación de
con parálisis similar al Guillain-Barré, que suele resolverse de forma los niveles de ALT y AST y de anomalías electrocardiográficas327. Existe
espontánea. Las infecciones neurológicas suelen ser benignas en niños, una pleocitosis linfocítica moderada en el LCR (promedio de menos
mientras que la enfermedad grave ocurre más a menudo en personas de 100 leucocitos/mm3). El nivel de proteínas en el LCR, aunque es
ancianas. La forma del Lejano Oriente de la ETG se considera más grave, normal al comienzo de los síntomas neurológicos, se eleva durante las
con mortalidad en el 20% de los pacientes hospitalizados y secuelas siguientes 6 semanas, con un incremento en el índice de IgG que indica
neurológicas hasta en el 60% de los que se recuperan329. El 6-8% de las síntesis intratecal. La proporción de la albúmina en LCR/suero, que
infecciones del subtipo siberiano y el 1-2% de las del subtipo europeo revela alteración de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica,
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1997
puede permanecer anormal durante hasta un año326. El número y la dis- Virus Zika
tribución de los linfocitos del LCR y sus marcadores celulares difieren en La presentación clínica y el curso de la infección por el VZIK coinciden
la ETG y la neuroborreliosis, un hecho que puede tener valor diagnós- más con una enfermedad similar a la fiebre dengue sin manifestaciones
les, gingivales y digestivas, con edema pulmonar hemorrágico en el 40% el aislamiento viral, si bien también se han utilizado las líneas celulares
de los pacientes e insuficiencia renal en los casos graves. La enfermedad Vero, LLCMK2, PS y otras líneas celulares continuas de vertebrados342.
puede tener un curso bifásico, con manifestaciones neurológicas en la Los análisis de PCR múltiple en varios formatos que identifican a
segunda y tercera semanas de la enfermedad, que consisten en cefalea la vez la presencia del virus del dengue y sus serotipos en muestras de
intensa, rigidez de cuello, alteraciones del nivel de consciencia y pleo- suero se emplean sólo en laboratorios especializados en Estados Unidos y
citosis del LCR337. Los hallazgos de laboratorio son similares a los de la varios países de Asia, África y Sudamérica343. Se han detectado en sangre
FDH y el VFHA, con leucopenia, trombocitopenia y elevación de las secuencias genómicas del virus de la FA, pero la experiencia clínica es
concentraciones de transaminasas hepáticas. Los pacientes tienen una limitada. En pacientes con encefalitis por flavivirus, el análisis de RT-
viremia detectable durante un período de hasta 12 días tras el inicio PCR no resultó muy útil, aunque puede tener un papel en la detección
de la enfermedad, lo que es inusual y prolongado en comparación con del virus de la ETG en suero agudo. No obstante, el análisis de PCR
otras fiebres hemorrágicas virales179. La tasa de letalidad de la infección en tiempo real (TaqMan) ha demostrado sensibilidad para detectar el
por el VEBK es del 2-10%, cifra más elevada que la de la FDH y menor VNO en el LCR y en el suero, y se ha usado para el cribado de hemo-
que la observada en el VFHA179. Los supervivientes pueden tener una derivados149,343. Se han desarrollado análisis de PCR para la detección y
convalecencia prolongada, de hasta 4 semanas tras la enfermedad aguda. cuantificación (carga viral) de todos los flavivirus y por muchas razones
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas 1998
FIGURA 155-8 Esquema de los métodos diagnósticos apropiados en función del número de días transcurridos después de la infección en
la mayoría de las infecciones por flavivirus.
son las pruebas diagnósticas de elección durante el período virémico, encefalitis de Powassan. Aunque las pruebas de neutralización aportan la
debido a su rapidez (<4 horas en muchos análisis) y el alto grado de mayor especificidad, son laboriosas, caras de realizar y se ofrecen sólo en
sensibilidad y especificidad343. los laboratorios especializados, además de requerir sueros de referencia
El diagnóstico de laboratorio, en la mayoría de los casos, y sobre de control para obtener resultados fiables. Las pruebas de inhibición de
todo en viajeros que solicitan atención clínica después de que la viremia la hemoaglutinación y las de fijación del complemento se usan poco
haya desaparecido, depende principalmente de las pruebas serológicas ahora, pero todavía tienen utilidad en determinadas circunstancias. Los
en el suero y, en el caso de infecciones neurológicas, en el LCR344. La anticuerpos que fijan el complemento, que reconocen la proteína NS1,
detección de IgM mediante análisis de inmunoabsorción ligada a enzi- son relativamente específicos a la hora de distinguir entre complejos
mas (ELISA) de captura de anticuerpos es la técnica preferida para el antigénicos, y como se elevan más tarde (a menudo 4-6 semanas después
diagnóstico específico, aunque algunos laboratorios detectan con éxito del inicio) y declinan con una semivida de 3 años, las reacciones positivas
los anticuerpos IgM e IgG por inmunofluorescencia indirecta. El análisis indican infección en el período intermedio, después de la desaparición
tiene una sensibilidad de más del 95% cuando se analizan las muestras de los anticuerpos IgM. En estudios recientes se ha demostrado que la
de suero obtenidas 7-10 días después del comienzo. En infecciones proteína NS1 está presente pronto en la infección por el virus del dengue
flavivirales secundarias, una combinación de ELISA para IgM e IgG y ofrece una nueva técnica para diagnosticar dicha infección basada en
tiene una sensibilidad del 100% a los 4-5 días del inicio de la enfermedad. la ELISA de captura del antígeno NS1347. La inhibición de la hemoa-
Tanto el LCR como el suero deberían examinarse en caso de encefalitis glutinación y los anticuerpos neutralizantes pueden persistir durante
flaviviral, ya que la IgM puede aparecer de manera más precoz en el décadas después de la infección. Las pruebas rápidas inmunocromato-
LCR. Si se analizan ambas muestras, se obtienen resultados positivos en gráficas en forma de pequeñas carpetas plegadas para detectar el dengue
casi todos los pacientes dentro de los primeros 10 días del inicio de la y la IgM e IgG de la EJ han demostrado una sensibilidad y especificidad
enfermedad, por lo general con un 10% de incremento de la positividad elevadas en las evaluaciones de campo (100% y 90% respectivamente
por cada día (v. fig. 155-6). No obstante, algunos pacientes fallecen sin para la prueba del dengue) y podrían facilitar la confirmación por el
presentar una respuesta de anticuerpos297. La IgM sérica en la infección laboratorio de casos en centros clínicos348.
por dengue declina a niveles indetectables en un plazo de 60 días, pero En un paciente con una enfermedad compatible, un caso se confirma
los anticuerpos persisten hasta 9 meses en los enfermos convalecientes cuando el título de anticuerpos en el suero aumenta cuatro veces, o de
de la ESL y la ETG, y durante más de 16 meses en algunos pacientes con forma alternativa en los pacientes con encefalitis, por la demostración
VNO, lo que puede limitar la especificidad de las pruebas345. de IgM específica del virus en LCR, que refleja la respuesta inmunitaria
Las reacciones heterólogas con otros flavivirus son problemáticas intratecal. Un nivel elevado de anticuerpos IgM en el suero por sí solo se
donde cocirculan numerosos flavivirus, debido a una extensa reactividad considera una evidencia de sospecha de infección reciente si existen tasas
cruzada serológica entre estos patógenos. En Asia tropical, los cuatro elevadas de prevalencia de IgM en la población a causa de infecciones
virus (VDEN, VEJ y, en localizaciones específicas, VNO y VEBK) pue- asintomáticas frecuentes, y porque los anticuerpos pueden persistir más
den cocircular con un alto grado de reactividad cruzada serológica; en allá de una única transmisión estacional.
África, el VFA y el VDEN cocirculan; en Sudamérica, el VFA, el VDEN Los estudios serológicos para la ESL, el VNO, el dengue y otros
y el virus de la ESL cocirculan. Las vacunas recientes contra la EJ o la FA, arbovirus seleccionados se realizan en varios laboratorios privados,
o infecciones recientes con el dengue o el virus de la ESL, pueden causar la mayoría de los laboratorios estatales de EE.UU., los Centros para el
resultados falsos positivos en pruebas para IgM del VNO; los análisis de Control y la Prevención de Enfermedades, el Medical Research Institute
neutralización, como la prueba de neutralización de reducción de placas, for Infectious Diseases del ejército de EE.UU. y otros laboratorios de
y ELISA, que detectan anticuerpos contra el NS5, son más específicos346. referencia. Además, en Estados Unidos puede comprarse un kit con un
El fraccionamiento de IgM antes de la prueba de la inhibición de la análisis de inmunofluorescencia indirecta para arbovirus domésticos,
hemoaglutinación, y la ELISA competitiva de bloqueo de epítopos mejo- que incluye el antígeno de la ESL, y en Europa puede obtenerse un kit
ran la especificidad. No obstante, entre los sueros de pacientes africanos, ELISA para la ETG. Las carpetas inmunocromatográficas y kits de ELISA
todas las estrategias serológicas suelen fallar a la hora de distinguir entre para dengue se venden en Asia y Australia349.
infecciones previas y recientes. Los anticuerpos flavivirales heterólogos
han llegado a ser un problema incluso en muestras remitidas a Estados PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Unidos para el diagnóstico de arbovirus. La infección previa por el Fiebre amarilla
dengue, que refleja exposiciones anteriores en personas que han residido Se recomienda la hospitalización en una unidad de cuidados intensivos,
en el extranjero, es ahora un hallazgo frecuente que puede interferir en donde el paciente pueda ser aislado de los mosquitos, para realizar
la interpretación del diagnóstico serológico de una infección flaviviral una monitorización clínica estrecha y cuidados de soporte, así como
reciente. Estos anticuerpos heterólogos del dengue suelen plantear para prevenir la transmisión antroponótica. La sangre en la fase aguda
dificultades en la interpretación de las pruebas para la ESL, la ENO y la de la enfermedad es potencialmente infecciosa. No se dispone de un
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
1999
tratamiento antiviral, y no se han evaluado clínicamente intervenciones contra el virus en sangre del cordón, lo que indicaba una infección con-
específicas de soporte. Los estudios en modelos de animales pequeños y génita, en un caso sin evidencia de malformaciones congénitas358,359. En
en primates no humanos sobre diversos compuestos (p. ej., interferones, un estudio, la vacuna fue menos inmunógena en mujeres embarazadas
ribavirina) han ofrecido resultados heterogéneos350. Los intentos recien-
es de 2,5-4 por millón de dosis y la de ENAVFA es de 2,5-8 por millón drome de Reye y deberían evitarse. La rehidratación oral con líquidos
de dosis355,357. Ambas tasas son bajas y no han motivado que se varíen que contengan electrólitos y azúcares se aconseja para contrarrestar los
las recomendaciones de vacunación para los viajeros. No resulta sor- vómitos y la diarrea.
prendente que las tasas sean menores en las áreas endémicas, con cifras Una atenta monitorización clínica de los pacientes con sospecha de
de 0,13-3 por millón para la EVAVFA y de 0,16-11 por millón para la dengue grave (FDH-SSD) y el cuidado anticipado y de soporte, sobre
ENAVFA. Debido a que existe un riesgo bien establecido de encefalitis todo en la fase de defervescencia, pueden salvar la vida y han reducido la
asociada a la vacuna en lactantes, la vacuna de la FA está contraindicada mortalidad en 50-100 veces. Las actividades fundamentales consisten en
por debajo de los 4 meses de edad y se recomienda entre los 4 y los monitorizar las pérdidas circulatorias y vasculares por el registro seriado
9 meses sólo en situaciones de alto riesgo. Las vacunas de la FA y el saram- de pulso, presión arterial, perfusión cutánea, diuresis y hematocrito para
pión se administran juntas a los 9 meses en el Programa de Vacunación iniciar la sueroterapia intravenosa. Un incremento en el hematocrito
Expandida según las recomendaciones de la OMS-UNICEF en 35 países de más del 20% (p. ej., del 35% al 42%) indica una pérdida significativa
africanos. El riesgo potencial de la administración de la vacuna en el de volumen intravascular y la necesidad urgente para la reanimación
embarazo no está claro. Se ha descrito la presencia de anticuerpos IgM hídrica. Para mantener la circulación se administra suero salino, con
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2000
monitorización continua para tratar el shock recidivante. El shock nece- corticoides no logró demostrar beneficios ni perjuicios391. En un pequeño
sita una rápida intervención con soluciones de cristaloides o coloides estudio controlado, la tetraciclina administrada como inmunomodulador
isotónicos, o, si es preciso, transfusiones de plasma o sangre completa367. redujo la síntesis de citocinas proinflamatorias y aceleró la recuperación
de la ETG392. Se han descrito oligómeros complementarios que inhiben
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2001
11 o 23 meses después de la serie vacunal primaria en receptores cuyos ha pasado a la evaluación clínica de fase II447-449. También se han desa-
anticuerpos neutralizantes habían disminuido por debajo del nivel de rrollado vacunas quiméricas contra el VNO combinadas con VDEN-2
detección produjo una seroconversión del 100%431,432. La indicación ini- o VDEN-4 y han demostrado proporcionar una protección completa
cial correspondió a adultos a partir de 17 años. En mayo de 2013, la Food contra el VNO en experimentos de exposición450.
and Drug Administration estadounidense amplió el rango de edad para Las vacunas contra la ETG que se usan en la actualidad son FSME-
incluir a lactantes, niños y adolescentes con edades comprendidas entre Immun (Baxter, Austria), Encepur (Novartis Vaccines, Alemania),
2 meses y menos de 17 años para lograr la inmunización activa430,436. El EnceVir (Scientific Production Association Microgen, Rusia) y la vacuna
calendario de vacunación primaria consiste en dos dosis administradas contra la ETG Moscú (Federal State Enterprise of Chumakov Institute
los días 0 y 28 en una suspensión de 0,5 ml por vía intramuscular. La of Poliomyelitis and Viral Encephalitides, Russian Academy of Medical
serie posológica debería completarse al menos 1 semana antes de un Sciences, Rusia)451. FSME-Immun y Encepur están disponibles en la
viaje o de una posible exposición. Unión Europea y han sido autorizadas por la Agencia Europea del
Sanofi Pasteur ha desarrollado una vacuna contra la EJ (JE-CV; IMO- Medicamento452. Todas ellas son seguras e inmunógenas, con unas tasas
JEV) insertando los genes prM y E del VEJ SA14-14-2 en un «esqueleto» considerables de prendimiento en áreas que tienen un alto riesgo de
de la cepa viral YF 17D que contenía los genes no estructurales de la transmisión51,153. Las cuatro vacunas parecen proporcionar inmunidad
FA437,438,439. La vacuna está disponible actualmente en Australia; se han protectora contra los tres subtipos de ETG. La vacunación masiva se
remitido solicitudes adicionales de autorización en Asia. IMOJEV ha ha realizado en Austria desde la década de 1990453. La administración
demostrado su seguridad y una inmunogenicidad seroprotectora des- en tres dosis durante un período de 1 año, con una dosis adicional de
pués de una dosis única de la vacuna440-445. recuerdo 3 años más tarde, ha sido muy eficaz a la hora de reducir las
El Advisory Committee on Immunization Practices sugiere que tasas de enfermedad. Una pauta de inmunización abreviada a los 0, 7 y
los médicos y otro personal deberían aconsejar a los viajeros para 21 o 28 días también es inmunógena454. Se ha demostrado protección
que conozcan el riesgo bajo, aunque casi inevitable, de adquirir la EJ cruzada contra el subtipo del Lejano Oriente de la ETG en animales y en
al viajar a países enzoóticos para dicha enfermedad424. La vacunación ensayos clínicos. Se notificaron sobre todo efectos adversos leves (fiebre
contra la EJ debería considerarse una alternativa importante para reducir y reacciones locales); no obstante, se han apreciado efectos adversos
este riesgo. Las personas con riesgo, incluso si la exposición es breve neurológicos, incluido el síndrome de Guillain-Barré, aunque sin una
(<1 mes), deberían plantearse la vacunación. Las actividades de alto ries asociación causal probada, en aproximadamente uno de cada millón de
go son las que se realizan en exteriores, cerca de áreas agrícolas, durante vacunados. La vacuna de la ETG no está autorizada en Estados Unidos,
las horas nocturnas y cuando el alojamiento esté abierto y no se usan pero está disponible en Canadá. Para la mayoría de los viajeros, el riesgo
mosquiteras. La vacunación debería plantearse si se va a viajar a una zona de adquirir la enfermedad es extremadamente bajo, y las medidas de
endémica para la EJ sin un destino definido o a un área con un brote cono- protección personal (p. ej., evitar hábitats de riesgo, empleo de ropas
cido de EJ. La vacuna contra la EJ no se recomienda a los viajeros que van protectoras, uso de repelentes) son apropiados. Los expatriados pueden
a estar poco tiempo (<1 mes) y cuya visita se limite a áreas urbanas o no elegir ser inmunizados en el extranjero. Hay vacunas de virus vivos
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
tenga lugar durante la estación de transmisión. Por último, la vacuna de atenuados y recombinantes que están en fase de desarrollo.
la EJ se recomienda al personal de laboratorio que trabaje con cepas Se han desarrollado vacunas contra la infección por el VEBK desde la
de VEJ de tipo natural vivas. El personal de laboratorio en situación de década de 1960, utilizando diversas estrategias184,455-457. Se han realizado
riesgo debería recibir dosis de refuerzo de la vacuna contra la EJ o ser rondas anuales de vacunación utilizando vacunas derivadas de cultivo
evaluado periódicamente para determinar los títulos de anticuerpos tisular inactivadas con formol en India, en el estado de Karnataka,
neutralizantes específicos del VEJ424,446. Aunque no se dispone de datos, desde 1990. Por desgracia, la cobertura vacunal y la eficacia parecen ser
las personas con una inmunización parcial o completa con cualquiera menores de lo que se describió previamente458.
de las vacunas inactivadas contra la EJ de primera generación deberían
recibir la serie vacunal completa de IXIARO para garantizar una res- OTRAS INFECCIONES
puesta inmunitaria protectora423. POR FLAVIVIRUS
No existen vacunas autorizadas contra el VNO o la ESL; sin embargo, Encefalitis del valle de Murray
en Estados Unidos se comercializan vacunas para caballos contra el El virus de la encefalitis del valle de Murray es un miembro del complejo
VNO inactivadas con formol y vectorizadas por el virus de la viruela antigénico de los virus de EJ, ESL, ENO, y, al igual que ellos, se trans-
del canario. Una vacuna quimérica viva atenuada, la WNV/YF 17D, mite en un ciclo mosquito-aviar, sobre todo por Culex annulirostris. Los
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2002
Alkhurma Fiebre hemorrágica, encefalitis Arabia Saudí Presumiblemente transmitida por COI, ?V
garrapata
Alma-Arasan Enfermedad febril, meningitis Kazajstán ¿Ixodes persulcatus? V
Apoi Encefalitis Japón ¿Roedores? L
Banzi Enfermedad febril inespecífica Este y sur de África Culex rubinotus–roedores V
Bussuquara Fiebre, artralgias Brasil, Colombia, Panamá Culex melanoconion spp.–roedores V
Edge Hill Fiebre, poliartritis Australia Aedes vigilax–marsupiales V
Ilhéus Fiebre, mialgias, encefalitis Argentina, Brasil, Colombia, Psorophora ferox–aves V, E
Guatemala, Panamá, Trinidad
Karshi Enfermedad febril inespecífica Uzbekistán Varias garrapatas–roedores V
Kokobera Fiebre, poliartralgias Australia, Papúa Nueva Guinea ¿Culex annulirostris?–marsupiales V
Koutango Fiebre, exantema, artralgias África occidental y central Garrapatas–roedores L
Kunjin Fiebre, poliartralgias, encefalitis Australia, Malasia, Tailandia Culex annulirostris–aves V
Langat Fiebre, encefalitis Malasia, Tailandia, Rusia Garrapatas Ixodes–roedores V
Modoc Meningitis aséptica Oeste de Estados Unidos, Canadá Roedores–roedores Z
Negishi Encefalitis Japón, China, Rusia Garrapatas-desconocido L, V
Río Bravo Enfermedad febril inespecífica, meningitis Oeste de Estados Unidos, Canadá Murciélago-murciélago Z, L
Sepik Enfermedad febril inespecífica Papúa Nueva Guinea ¿Mansonia spp.–? V
Virus relacionados Neumonía, encefalitis, linfadenopatías, São Paulo, Brasil Desconocido D
con SPH 16111 exantema
Spondweni Fiebre, exantema, artralgias África del sur y occidental ¿Aedes spp.–? L, V
Usutu Fiebre, exantema África del sur y central Culex spp.–aves V
Wesselsbron Fiebre, artralgias, exantema, encefalitis África subsahariana, Tailandia ¿Aedes spp.–? V, L, COI
Zika Fiebre, exantema, artralgia África occidental, oriental y central; Aedes spp.–monos V
Indonesia, Malasia
COI, contacto con ovejas infectadas; D, desconocido; E, infección experimental; L, infección adquirida en laboratorio; V, transmitido por vector; Z, infección zoonótica.
focos de transmisión viral perenne se mantienen en el oeste de Aus- vómitos y conjuntivitis precede al inicio de la alteración de la conciencia,
tralia, donde aparecen casos esporádicos y pequeños brotes. La mayor la debilidad muscular y, a menudo, los signos cerebelosos. La infección
parte de los casos esporádicos aparece en niños aborígenes que viven neurológica progresa hacia el coma en un tercio de los casos y al falle-
en áreas donde están expuestos al virus, pero también ha habido casos cimiento en el 10%. Las secuelas neurológicas y psicológicas se han
en viajeros de dichas áreas, incluido un visitante europeo459-461. Desde descrito en el 20% de los supervivientes. El tratamiento de soporte puede
que la enfermedad se identificó por primera vez en 1917, el virus se salvar la vida del paciente. Las aplicaciones urgentes de insecticidas se
ha extendido a intervalos infrecuentes a los valles muy poblados de han aplicado en el control de los brotes.
los ríos del sureste, donde se han producido los brotes más extensos,
el más reciente en 1981. También se han detectado casos esporádicos Fiebre hemorrágica de Omsk
en Papúa Nueva Guinea. Se han notificado alrededor de 350 casos en El virus de la fiebre hemorrágica de Omsk se transmite entre las garra-
total, con una letalidad del 20% en el brote más reciente. El inicio de patas Dermacentor y pequeños mamíferos en zonas de bosque denso
la encefalitis se precede de un pródromo de cefalea, náuseas, vómitos, estepario de las regiones de Omsk, Novosibirsk, Kurgan y Tyumen del
fotofobia y rigidez de nuca, seguidos en un plazo de 2-5 días de cambios oeste de Siberia, pero la enfermedad apareció de forma significativa sólo
del nivel de consciencia, estupor y signos motores. En los casos graves después de que las ratas almizcleras fuesen introducidas en la región
se desarrolla coma, parálisis de los miembros y depresión respiratoria para establecer una industria peletera463-465. Los brotes en 1945 y 1958
con la necesidad de soporte ventilatorio. La recuperación se sigue de produjeron epizootias en las ratas almizcleras y 1.500 casos humanos,
parálisis motora en los casos graves y de alteraciones motoras más leves sobre todo entre los tramperos, miembros de sus familias y trabajadores
y síntomas emocionales y psicológicos en una proporción más alta de de laboratorio. La infección se transmite directamente desde los tejidos
supervivientes. El diagnóstico serológico puede verse dificultado por de los animales infectados o por picaduras de garrapata, mostrando un
la reactividad cruzada a los anticuerpos de Kunjin, Kokobera, EJ, Edge máximo en la primavera o a principios del verano y otro máximo en
Hill, Alfuy, Sepik, dengue y otros flavivirus de la región. El tratamiento otoño. Esta afección se asemeja a la enfermedad del bosque de Kyasanar,
de soporte ha reducido la mortalidad y la morbilidad. La vigilancia pero se han notificado más a menudo secuelas neuropsiquiátricas. La
regional de las infecciones de pollos centinela se mantiene como un letalidad es inferior al 3%. Se ha descrito que una vacuna inactivada
sistema precoz de alarma. de la ETG (producida en Rusia) ofrece protección cruzada contra la
enfermedad.
Encefalitis Rocío
La encefalitis Rocío se detectó como una causa nueva de una serie Infecciones por flavivirus identificadas
de brotes de encefalitis aparecidos en 1975-1977 en el valle Ribiera y con menos frecuencia
en las tierras bajas de Santista en los estados costeros de São Paulo y Se ha descrito un pequeño número de casos, e incluso casos aislados de
Paraná, Brasil462. Se identificaron más de 1.000 casos, principalmente las enfermedades enumeradas en la tabla 155-4. En algunas ocasiones,
en pescadores y otras personas con ocupaciones en el exterior. El virus la infección experimental del ser humano (evaluada como tratamiento
se aisló del cerebro humano, y se demostró su relación con el virus de antioncológico) proporciona los únicos datos sobre su patogenicidad.
la ESL, mediante estudios antigénicos, y más tarde por secuenciación
genómica. El virus se transmite de los mosquitos Psorophora a las aves AGRADECIMIENTOS
y las infecciones humanas son fortuitas. Se han detectado infecciones Los autores quieren expresar su reconocimiento y alabar al Dr. David
asintomáticas esporádicas en estudios de campo, pero los brotes no han Vaughn y al Dr. Tom Solomon, dos de los autores del capítulo Flavivirus
reaparecido. En 1996, se informó de evidencia serológica de infección de la 7.ª edición de este libro. Los Dres. Vaughn y Solomon realizaron
en el Estado de Bahía, lejos y hacia el norte, pero el virus no se ha ais- una revisión actualizada y exhaustiva sobre los flavivirus, en la que se
lado fuera del foco original. Un pródromo de fiebre, cefalea, malestar, basa el presente capítulo.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003.e1
Bibliografía completa 33. Scherer WF, Buescher EL, Flemings MB, et al. Ecologic
studies of Japanese encephalitis virus in Japan III. Mos-
63. Brinton MA, Perelygin AA. Genetic resistance to flaviviru-
ses. Adv Virus Res. 2003;60:43-85.
1. Lindenbach BD, Thiel HJ, Rice C. Flaviviridae. In: Knipe
quito factors. Zootropism and vertical flight of Culex tritae- 64. Stephens HA, Klaythong R, Sirikong M, et al. HLA-A and -B
DM, Howley PM, eds. Fields Virology. Philadelphia: Lip-
niorhynchus with observations on variations in collections allele associations with secondary dengue virus infections
pincott Williams & Wilkins; 2007:1103-1113.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003.e2
Aedes aegypti in rural Thai villages. PLoS Negl Trop Dis. 124. Guzman MG, Vazquez S, Martinez E, et al. [Dengue in Nica- 157. Okhuysen PC, Crane JK, Pappas J. St. Louis encephalitis in
2012;6:e1730. ragua, 1994: reintroduction of serotype 3 in the Americas]. patients with human immunodeficiency virus infection. Clin
92. Carrington LB, Armijos MV, Lambrechts L, et al. Effects of Bol Oficina Sanit Panam. 1996;121:102-110:[in Spanish]. Infect Dis. 1993;17:140-141.
fluctuating daily temperatures at critical thermal extremes 125. Uzcategui NY, Comach G, Camacho D, et al. Molecular 158. Jones SC, Morris J, Hill G, et al. St. Louis encephalitis outbreak
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
on Aedes aegypti life-history traits. PloS One. 2013;8:e58824. epidemiology of dengue virus type 3 in Venezuela. J Gen in Louisiana in 2001. J La State Med J. 2002;154:303-306.
93. Carrington LB, Seifert SN, Armijos MV, et al. Reduction Virol. 2003;84(pt 6):1569-1575. 159. Meehan PJ, Wells DL, Paul W, et al. Epidemiological features
of Aedes aegypti vector competence for dengue virus 126. Centers for Disease Control and Prevention. Imported den- of and public health response to a St. Louis encephalitis epi-
under large temperature fluctuations. Am J Trop Med Hyg. gue—United States, 1999 and 2000. MMWR Morb Mortal demic in Florida, 1990-1. Epidemiol Infect. 2000;125:181-188.
2013;88:689-697. Wkly Rep. 2002;51:281-283. 160. Luby JP, Miller G, Gardner P, et al. The epidemiology of St.
94. Carrington LB, Seifert SN, Willits NH, et al. Large diurnal 127. McCoy OR, Sabin AB. Dengue. In: Coates JB, Hoff EC, Hoff Louis encephalitis in Houston, Texas, 1964. Am J Epidemiol.
temperature fluctuations negatively influence Aedes aegypti PM, eds. Preventive Medicine in World War II: Communi- 1967;86:584-597.
(Diptera: Culicidae) life-history traits. J Med Entomol. cable Disease, VII. Arthropodborne Diseases Other Than 161. Gritsun TS, Lashkevich VA, Gould EA. Tick-borne encep-
2013;50:43-51. Malaria. Washington, DC: Office of the Surgeon General; halitis. Antiviral Res. 2003;57:129-146.
95. Burke DS, Nisalak A, Johnson DE, et al. A prospective 1946:29-62. 162. Heinz FX. Molecular aspects of TBE virus research. Vaccine.
study of dengue infections in Bangkok. Am J Trop Med Hyg. 128. Trofa AF, DeFraites RF, Smoak BL, et al. Dengue fever in US 2003;21(suppl 1):S3-S10.
1988;38:172-180. military personnel in Haiti. JAMA. 1997;277:1546-1548. 163. Kunz C. TBE vaccination and the Austrian experience.
96. Sangkawibha N, Rojanasuphot S, Ahandrik S, et al. Risk 129. Jelinek T, Muhlberger N, Harms G, et al. Epidemiology Vaccine. 2003;21(suppl 1):S50-S55.
factors in dengue shock syndrome: a prospective epidemio- and clinical features of imported dengue fever in Europe: 164. Randolph SE, Rogers DJ. Fragile transmission cycles of
logic study in Rayong, Thailand, I. The 1980 outbreak. Am sentinel surveillance data from TropNetEurop. Clin Infect tick-borne encephalitis virus may be disrupted by predicted
J Epidemiol. 1984;120:653-669. Dis. 2002;35:1047-1052. climate change. Proc Biol Sci. 2000;267:1741-1744.
97. Thein S, Aung MM, Shwe TN, et al. Risk factors in dengue 130. Wichmann O, Gascon J, Schunk M, et al. Severe dengue virus 165. Nuttall PA, Labuda M. Dynamics of infection in tick vectors
shock syndrome. Am J Trop Med Hyg. 1997;56:566-572. infection in travelers: risk factors and laboratory indicators. and at the tick-host interface. Adv Virus Res. 2003;60:233-272.
98. Halstead SB. Dengue and hemorrhagic fevers of Southeast J Infect Dis. 2007;195:1089-1096. 166. Daniel M, Kolar J, Zeman P, et al. Predictive map of Ixodes
Asia. Yale J Biol Med. 1965;37:434-454. 131. Centers for Disease Control and Prevention. Dengue hemo- ricinus high-incidence habitats and a tick-borne encepha-
99. Nguyen TH, Lei HY, Nguyen TL, et al. Dengue hemorrhagic rrhagic fever—U.S. -Mexico border, 2005. MMWR Morb litis risk assessment using satellite data. Exp Appl Acarol.
fever in infants: a study of clinical and cytokine profiles. J Mortal Wkly Rep. 2007;56:785-789. 1998;22:417-433.
Infect Dis. 2004;189:221-232. 132. Langgartner J, Audebert F, Scholmerich J, et al. Dengue 167. Daniel M, Danielova V, Kriz B, et al. Shift of the tick Ixodes
100. Watanaveeradej V, Endy TP, Samakoses R, et al. Transpla- virus infection transmitted by needle stick injury. J Infect. ricinus and tick-borne encephalitis to higher altitudes in central
centally transferred maternal-infant antibodies to dengue 2002;44:269-270. Europe. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2003;22:327-328.
virus. Am J Trop Med Hyg. 2003;69:123-128. 133. Endy TP, Nisalak A. Japanese encephalitis virus: ecology and 168. Tokarevich NK, Tronin AA, Blinova OV, et al. The impact of
101. Halstead SB, Lan NT, Myint TT, et al. Dengue hemorrhagic epidemiology. Curr Top Microbiol Immunol. 2002;267:11-48. climate change on the expansion of Ixodes persulcatus habitat
fever in infants: research opportunities ignored. Emerg Infect 134. Mudur G. Japanese encephalitis outbreak kills 1300 children and the incidence of tick-borne encephalitis in the north of
Dis. 2002;8:1474-1479. in India. BMJ (Clin Res Ed). 2005;331:1288. European Russia. Global Health Action. 2011;4:8448.
102. Jain A, Chaturvedi UC. Dengue in infants: an overview. 135. Tsai TF. New initiatives for the control of Japanese encephalitis 169. Haemig PD, Sjostedt de Luna S, Grafstrom A, et al. Forecas-
FEMS Immunol Med Microbiol. 2010;59:119-130. by vaccination: minutes of a WHO/CVI meeting, Bangkok, ting risk of tick-borne encephalitis (TBE): using data from
103. Kouri GP, Guzman MG, Bravo JR, et al. Dengue haemorrha- Thailand. 13-15 October 1998. Vaccine. 2000;18(suppl 2):1-25. wildlife and climate to predict next year’s number of human
gic fever/dengue shock syndrome: lessons from the Cuban 136. Kari K, Liu W, Gautama K, et al. A hospital-based survei- victims. Scand J Infect Dis. 2011;43:366-372.
epidemic, 1981. Bull World Health Organ. 1989;67:375-380. llance for Japanese encephalitis in Bali. Indonesia. BMC Med. 170. Sumilo D, Asokliene L, Bormane A, et al. Climate change
104. Guzman MG, Kouri G, Valdes L, et al. Epidemiologic stu- 2006;4:8. cannot explain the upsurge of tick-borne encephalitis in the
dies on dengue in Santiago de Cuba, 1997. Am J Epidemiol. 137. Paul WS, Moore PS, Karabatsos N, et al. Outbreak of Japa- Baltics. PloS One. 2007;2:e500.
2000;152:793-799;discussion 804. nese encephalitis on the island of Saipan, 1990. J Infect Dis. 171. Lindgren E, Gustafson R. Tick-borne encephalitis in Sweden
105. Vaughn DW. Invited commentary: dengue lessons from 1993;167:1053-1058. and climate change. Lancet. 2001;358:16-18.
Cuba. Am J Epidemiol. 2000;152:800-803. 138. Solomon T, Thao TT, Lewthwaite P, et al. A cohort study 172. McNeil JG, Lednar WM, Stansfield SK, et al. Central
106. Scott RM, Nimmannitya S, Bancroft WH, et al. Shock to assess the new WHO Japanese encephalitis surveillance European tick-borne encephalitis: assessment of risk for
syndrome in primary dengue infections. Am J Trop Med standards. Bull World Health Organ. 2008;86:178-186. persons in the armed services and vacationers. J Infect Dis.
Hyg. 1976;25:866-874. 139. Solomon T, Ni H, Beasley DW, et al. Origin and evolution 1985;152:650-651.
107. Rosen L. Comments on the epidemiology, pathogenesis and of Japanese encephalitis virus in southeast Asia. J Virol. 173. Davidson MM, Williams H, Macleod JA. Louping ill in man:
control of dengue. Med Trop (Mars). 1999;59(4 pt 2):495-498. 2003;77:3091-3098. a forgotten disease. J Infect. 1991;23:241-249.
108. Bravo JR, Guzman MG, Kouri GP. Why dengue haemo- 140. Rosen L. The natural history of Japanese encephalitis virus. 174. Woodall JP, Roz A. Experimental milk-borne transmission of
rrhagic fever in Cuba? 1. Individual risk factors for dengue Annu Rev Microbiol. 1986;40:395-414. Powassan virus in the goat. Am J Trop Med Hyg. 1977;26:190-
haemorrhagic fever/dengue shock syndrome (DHF/DSS). 141. Kitaoka M. Shift of age distribution of cases of Japanese 192.
Trans R Soc Trop Med Hyg. 1987;81:816-820. encephalitis in Japan during the period 1950 to 1967. In: 175. Charrel RN, de Lamballerie X. [The Alkhurma virus (family
109. Thisyakorn U, Nimmannitya S. Nutritional status of children Hammon WM, Kitaoka M, Downs WG, eds. Immunization Flaviviridae, genus Flavivirus): an emerging pathogen res-
with dengue hemorrhagic fever. Clin Infect Dis. 1993;16: for Japanese Encephalitis. Tokyo: Igaku-Shoin; 1972:287-291. ponsible for hemorrhage fever in the Middle East]. Med Trop
295-297. 142. Inactivated Japanese encephalitis virus vaccine. Recom- (Mars). 2003;63:296-299:[in French].
110. Chiewsilp P, Scott RM, Bhamarapravati N. Histocompatibi- mendations of the Advisory Committee on Immunization 176. Kuno G, Artsob H, Karabatsos N, et al. Genomic sequen-
lity antigens and dengue hemorrhagic fever. Am J Trop Med Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep. 1993;42(RR-1):1-15. cing of deer tick virus and phylogeny of Powassan-related
Hyg. 1981;30:1100-1105. 143. Buhl MR, Black FT, Andersen PL, et al. Fatal Japanese viruses of North America. Am J Trop Med Hyg. 2001;65:
111. Friberg H, Bashyam H, Toyosaki-Maeda T, et al. Cross-reacti- encephalitis in a Danish tourist visiting Bali for 12 days. 671-676.
vity and expansion of dengue-specific T cells during acute pri- Scand J Infect Dis. 1996;28:189. 177. Memish ZA, Albarrak A, Almazroa MA, et al. Seroprevalen-
mary and secondary infections in humans. Sci Rep. 2011;1:51. 144. Shlim DR, Solomon T. Japanese encephalitis vaccine ce of Alkhurma and other hemorrhagic fever viruses, Saudi
112. Stephens HA. HLA and other gene associations with dengue for travelers: exploring the limits of risk. Clin Infect Dis. Arabia. Emerg Infect Dis. 2011;17:2316-2318.
disease severity. Curr Top Microbiol Immunol. 2010;338:99-114. 2002;35:183-188. 178. Charrel RN, Gould EA. Alkhurma hemorrhagic fever in
113. Duangchinda T, Dejnirattisai W, Vasanawathana S, et al. 145. Lehtinen VA, Huhtamo E, Siikamaki H, et al. Japanese travelers returning from Egypt, 2010. Emerg Infect Dis.
Immunodominant T-cell responses to dengue virus encephalitis in a Finnish traveler on a two-week holiday in 2011;17:1573-1574;author reply 1574.
NS3 are associated with DHF. Proc Natl Acad Sci U S A. Thailand. J Clin Virol. 2008;43:93-95. 179. Pattnaik P. Kyasanur forest disease: an epidemiological view
2010;107:16922-16927. 146. Campbell GL, Marfin AA, Lanciotti RS, et al. West Nile virus. in India. Rev Med Virol. 2006;16:151-165.
114. Chaturvedi U, Nagar R, Shrivastava R. Dengue and dengue Lancet Infect Dis. 2002;2:519-529. 180. Kasabi GS, Murhekar MV, Yadav PD, et al. Kyasanur Forest
haemorrhagic fever: implications of host genetics. FEMS 147. Solomon T, Ooi MH, Beasley DW, et al. West Nile encepha- disease, India, 2011-2012. Emerg Infect Dis. 2013;19:278-281.
Immunol Med Microbiol. 2006;47:155-166. litis. BMJ (Clin Res Ed). 2003;326:865-869. 181. Wang J, Zhang H, Fu S, et al. Isolation of Kyasanur Forest
115. World Health Organization. Dengue Guidelines for Diag- 148. Pealer LN, Marfin AA, Petersen LR, et al. Transmission of disease virus from febrile patient, Yunnan. China. Emerg
nosis, Treatment, Prevention and Control. Geneva. World West Nile virus through blood transfusion in the United Infect Dis. 2009;15:326-328.
Health Organization; 2009. States in 2002. N Engl J Med. 2003;349:1236-1245. 182. Mansharamani HJ, Dandawate CN, Krishnamurthy BG.
116. Halstead SB. The XXth century dengue pandemic: need for 149. Ravindra KV, Freifeld AG, Kalil AC, et al. West Nile virus– Experimental vaccine against Kyasanur Forest disease
surveillance and research. World Health Stat Q. 1992;45:292-298. associated encephalitis in recipients of renal and pancreas (KFD) virus from tissue culture source, I. Some data on the
117. Kalayanarooj S, Vaughn DW, Nimmannitya S, et al. Early transplants: case series and literature review. Clin Infect Dis. preparation and antigenicity tests of vaccines. Indian J Pathol
clinical and laboratory indicators of acute dengue illness. 2004;38:1257-1260. Bacteriol. 1967;10:9-24.
J Infect Dis. 1997;176:313-321. 150. Rappole JH, Derrickson SR, Hubalek Z. Migratory birds 183. Mansharamani HJ, Dandawate CN. Experimental vaccine
118. Cummings DA, Iamsirithaworn S, Lessler JT, et al. The and spread of West Nile virus in the Western Hemisphere. against Kyasanur Forest disease (KFD) virus from tissue
impact of the demographic transition on dengue in Thai- Emerging Infect Dis. 2000;6:319-328. culture source, II. Safety testing of the vaccine in cortisone
land: insights from a statistical analysis and mathematical 151. Lanciotti RS, Roehrig JT, Deubel V, et al. Origin of the West sensitized Swiss albino mice. Indian J Pathol Bacteriol.
modeling. PLoS Med. 2009;6:e1000139. Nile virus responsible for an outbreak of encephalitis in the 1967;10:25-32.
119. Castleberry JS, Mahon CR. Dengue fever in the Western northeastern United States. Science. 1999;286:2333-2337. 184. Dandawate CN, Desai GB, Achar TR, et al. Field evaluation
Hemisphere. Clin Lab Sci. 2003;16:34-38. 152. Tsai TF, Popovici F, Cernescu C, et al. West Nile encephalitis of formalin inactivated Kyasanur Forest disease virus tissue
120. Ramirez-Ronda CH, Garcia CD. Dengue in the Western epidemic in southeastern Romania. Lancet. 1998;352:767-771. culture vaccine in three districts of Karnataka state. Indian
Hemisphere. Infect Dis Clin North Am. 1994;8:107-128. 153. Hurlbut HS, Rizk F, Taylor RM, et al. A study of the ecology J Med Res. 1994;99:152-158.
121. Thomas SJ, Strickman D, Vaughn DW. Dengue epidemio- of West Nile virus in Egypt. Am J Trop Med Hyg. 1956;5: 185. Filipe AR, Martins CM, Rocha H. Laboratory infection
logy: virus epidemiology, ecology, and emergence. Adv Virus 579-620. with Zika virus after vaccination against yellow fever. Arch
Res. 2003;61:235-289. 154. McIntosh BM, Jupp PG. Epidemics of West Nile and Sindbis Gesamte Virusforsch. 1973;43:315-319.
122. Anderson JR, Rico-Hesse R. Aedes aegypti vectorial capacity viruses in South Africa with Culex (culex) univittatus Theo- 186. Marchette NJ, Garcia R, Rudnick A. Isolation of Zika virus
is determined by the infecting genotype of dengue virus. Am bold as vector. S Afr J Sci. 1976;72:295-300. from Aedes aegypti mosquitoes in Malaysia. Am J Trop Med
J Trop Med Hyg. 2006;75:886-892. 155. Monath TP, Tsai TF. St. Louis encephalitis: lessons from the Hyg. 1969;18:411-415.
123. Guzman MG, Kouri G. Dengue and dengue hemorrhagic last decade. Am J Trop Med Hyg. 1987;37(3 suppl):40S-59S. 187. Duffy MR, Chen TH, Hancock WT, et al. Zika virus outbreak
fever in the Americas: lessons and challenges. J Clin Virol. 156. Reisen WK. Epidemiology of St. Louis encephalitis virus. on Yap Island, Federated States of Micronesia. N Engl J Med.
2003;27:1-13. Adv Virus Res. 2003;61:139-183. 2009;360:2536-2543.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003.e3
188. Haddow AD, Schuh AJ, Yasuda CY, et al. Genetic characte- 217. Green S, Vaughn DW, Kalayanarooj S, et al. Early immune 243. Gibbons RV, Kalanarooj S, Jarman RG, et al. Analysis of
rization of Zika virus strains: geographic expansion of the activation in acute dengue illness is related to develop- repeat hospital admissions for dengue to estimate the fre-
Asian lineage. PLoS Negl Trop Dis. 2012;6:e1477. ment of plasma leakage and disease severity. J Infect Dis. quency of third or fourth dengue infections resulting in
189. Foy BD, Kobylinski KC, Chilson Foy JL, et al. Probable non- 1999;179:755-762. admissions and dengue hemorrhagic fever, and serotype
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003.e4
prospective study of primary school children in Kamphaeng tal infection with Japanese encephalitis virus. J Infect Dis. 334. Alkadhi H, Kollias SS. MRI in tick-borne encephalitis.
Phet, Thailand. Am J Epidemiol. 2002;156:40-51. 1980;141:712-715. Neuroradiology. 2000;42:753-755.
272. Hanafusa S, Chanyasanha C, Sujirarat D, et al. Clinical 305. Misra UK, Kalita J, Jain SK, Mathur A. Radiological and 335. Cimperman J, Maraspin V, Lotric-Furlan S, et al. Double
features and differences between child and adult dengue neurophysiological changes in Japanese encephalitis. J infection with tick borne encephalitis virus and Borrelia
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
infections in Rayong Province, southeast Thailand. Southeast Neurol Neurosurg Psychiatry. 1994;57:1484-1487. burgdorferi sensu lato. Wien Klin Wochenschr. 2002;114:
Asian J Trop Med Public Health. 2008;39:252-259. 306. Singh P, Kalra N, Ratho RK, et al. Coexistent neurocysticer- 620-622.
273. Garcia-Rivera EJ, Rigau-Perez JG. Dengue severity in cosis and Japanese B encephalitis: MR imaging correlation. 336. Alzahrani AG, Al Shaiban HM, Al Mazroa MA, et al. Alk-
the elderly in Puerto Rico. Rev Panam Salud Publica. AJNR Am J Neuroradiol. 2001;22:1131-1136. hurma hemorrhagic fever in humans, Najran, Saudi Arabia.
2003;13:362-368. 307. Kalita J, Misra UK, Pandey S, Dhole TN. A comparison of Emerg Infect Dis. 2010;16:1882-1888.
274. Thisyakorn U, Thisyakorn C. Dengue infection with unusual clinical and radiological findings in adults and children with 337. Pavri K, Clinical. clinicopathologic, and hematologic features
manifestations. J Med Assoc Thailand. 1994;77:410-413. Japanese encephalitis. Arch Neurol. 2003;60:1760-1764. of Kyasanur Forest disease. Rev Infect Dis. 1989;11(suppl 4):
275. Tsai CJ, Kuo CH, Chen PC, et al. Upper gastrointestinal 308. Srey VH, Sadones H, Ong S, et al. Etiology of encephali- S854-S859.
bleeding in dengue fever. Am J Gastroenterol. 1991;86:33-35. tis syndrome among hospitalized children and adults in 338. Bearcroft WG. Zika virus infection experimentally indu-
276. Imbert P, Sordet D, Hovette P, et al. Spleen rupture in a Takeo, Cambodia, 1999-2000. Am J Trop Med Hyg. 2002;66: ced in a human volunteer. Trans R Soc Trop Med Hyg.
patient with dengue fever. Trop Med Parasitol. 1993;44: 200-207. 1956;50:442-448.
327-328. 309. Kumar A. Movement disorders in the tropics. Parkinsonism 339. Lanciotti RS, Kerst AJ. Nucleic acid sequence-based ampli-
277. Chye JK, Lim CT, Ng KB, et al. Vertical transmission of Relat Disord. 2002;9:69-75. fication assays for rapid detection of West Nile and St. Louis
dengue. Clin Infect Dis. 1997;25:1374-1377. 310. Chadha MS, Arankalle VA, Jadi RS, et al. An outbreak of encephalitis viruses. J Clin Microbiol. 2001;39:4506-4513.
278. Kuo CH, Tai DI, Chang Chien CS, et al. Liver biochemical Chandipura virus encephalitis in the eastern districts of 340. Lanciotti RS, Calisher CH, Gubler DJ, et al. Rapid detection
tests and dengue fever. Am J Trop Med Hyg. 1992;47:265-270. Gujarat state, India. Am J Trop Med Hyg. 2005;73:566-570. and typing of dengue viruses from clinical samples by using
279. Lum LC, Lam SK, Choy YS, et al. Dengue encephalitis: a 311. Goldblum N, Sterk VV, Paderski B. West Nile fever; the reverse transcriptase-polymerase chain reaction. J Clin
true entity? Am J. Trop Med Hyg. 1996;54:256-259. clinical features of the disease and the isolation of West Microbiol. 1992;30:545-551.
280. Hommel D, Talarmin A, Deubel V, et al. Dengue encephalitis Nile virus from the blood of nine human cases. Am J Hyg. 341. Sapkal GN, Wairagkar NS, Ayachit VM, et al. Detection and
in French Guiana. Res Virol. 1998;149:235-238. 1954;59:89-103. isolation of Japanese encephalitis virus from blood clots
281. Ramos C, Sanchez G, Pando RH, et al. Dengue virus in the 312. Asnis DS, Conetta R, Waldman G, Teixeira AA. The West collected during the acute phase of infection. Am J Trop Med
brain of a fatal case of hemorrhagic dengue fever. J Neuro- Nile virus encephalitis outbreak in the United States (1999- Hyg. 2007;77:1139-1145.
virol. 1998;4:465-468. 2000): from Flushing, New York, to beyond its borders. Ann 342. Chandler L, Tsai TF. Arboviruses. In: Murray PR, Baron
282. Phongsamart W, Yoksan S, Vanaprapa N, et al. Dengue virus N Y Acad Sci. 2001;951:161-171. EJ, Pfaller A, eds. Manual of Clinical Microbiology. 8th ed.
infection in late pregnancy and transmission to the infants. 313. Asnis DS, Conetta R, Teixeira AA, et al. The West Nile Washington, DC: American Society for Microbiology;
Pediatr Infect Dis J. 2008;27:500-504. virus outbreak of 1999 in New York: the Flushing Hospital 2003:1553-1569.
283. Sharma JB, Gulati N. Potential relationship between dengue experience. Clin Infect Dis. 2000;30:413-418. 343. Lanciotti RS. Molecular amplification assays for the detec-
fever and neural tube defects in a northern district of India. 314. Chowers MY, Lang R, Nassar F, et al. Clinical characteristics tion of flaviviruses. Adv Virus Res. 2003;61:67-99.
Int J Gynaecol Obstet. 1992;39:291-295. of the West Nile fever outbreak, Israel, 2000. Emerg Infect 344. Kuno G. Serodiagnosis of flaviviral infections and vaccina-
284. Mirovsky J, Holub J. Nguyen Ba-Can. [Influence of dengue Dis. 2001;7:675-678. tions in humans. Adv Virus Res. 2003;61:3-65.
on pregnancy and the fetus]. Gynecol Obstet. 1965;64:673- 315. Nash D, Mostashari F, Fine A, et al. The outbreak of West 345. Roehrig JT, Nash D, Maldin B, et al. Persistence of virus-reac-
676[in French]. Nile virus infection in the New York City area in 1999. N tive serum immunoglobulin m antibody in confirmed West
285. Tan PC, Rajasingam G, Devi S, et al. Dengue infection in Engl J Med. 2001;344:1807-1814. Nile virus encephalitis cases. Emerg Infect Dis. 2003;9:376-379.
pregnancy: prevalence, vertical transmission, and pregnancy 316. Gadoth N, Weitzman S, Lehmann EE. Acute anterior mye- 346. Shi PY, Wong SJ. Serologic diagnosis of West Nile virus
outcome. Obstet Gynecol. 2008;111:1111-1117. litis complicating West Nile fever. Arch Neurol. 1979;36: infection. Exp Rev Mol Diagn. 2003;3:733-741.
286. Fernandez R, Rodriguez T, Borbonet F, et al. [Study of the 172-173. 347. Bessoff K, Delorey M, Sun W, et al. Comparison of two
relationship of dengue to pregnancy in a group of Cuban- 317. Leis AA, Stokic DS, Webb RM, et al. Clinical spectrum of commercially available dengue virus (DENV) NS1 capture
mothers]. Rev Cubana Med Trop. 1994;46:76-78[in Spanish]. muscle weakness in human West Nile virus infection. Muscle enzyme-linked immunosorbent assays using a single clinical
287. Monath TP. Early indicators in acute dengue infection. Nerve. 2003;28:302-308. sample for diagnosis of acute DENV infection. Clin Vaccine
Lancet. 1997;350:1719-1720. 318. Sejvar JJ, Haddad MB, Tierney BC, et al. Neurologic manifes- Immunol. 2008;15:1513-1518.
288. Cohen SN, Halstead SB. Shock associated with dengue infec- tations and outcome of West Nile virus infection. JAMA. 348. Cuzzubbo AJ, Vaughn DW, Nisalak A, et al. Comparison
tion, I. Clinical and physiologic manifestations of dengue 2003;290:511-515. of PanBio Dengue Duo IgM and IgG capture ELISA and
hemorrhagic fever in Thailand, 1964. J Pediatr. 1966;68: 319. Solomon T, Fisher AF, Beasley DW, et al. Natural and noso- venture technologies dengue IgM and IgG dot blot. J Clin
448-456. comial infection in a patient with West Nile encephalitis Virol. 2000;16:135-144.
289. Kautner I, Robinson MJ, Kuhnle U. Dengue virus infection: and extrapyramidal movement disorders. Clin Infect Dis. 349. Blacksell SD, Bell D, Kelley J, et al. Prospective study to
epidemiology, pathogenesis, clinical presentation, diagnosis, 2003;36:E140-E145. determine accuracy of rapid serological assays for diagnosis
and prevention. J Pediatr. 1997;131:516-524. 320. Cernescu C, Ruta SM, Tardei G, et al. A high number of of acute dengue virus infection in Laos. Clin Vaccine Immu-
290. Setiawan MW, Samsi TK, Wulur H, et al. Dengue haemo- severe neurologic clinical forms during an epidemic of West nol. 2007;14:1458-1464.
rrhagic fever: ultrasound as an aid to predict the severity of Nile virus infection. Rom J Virol. 1997;48:13-25. 350. Monath TP. Treatment of yellow fever. Antiviral Res.
the disease. Pediatr Radiol. 1998;28:1-4. 321. Weiss D, Carr D, Kellachan J, et al. Clinical findings of West 2008;78:116-124.
291. Statler J, Mammen M, Lyons A, et al. Sonographic findings Nile virus infection in hospitalized patients, New York and 351. Julander JG. Experimental therapies for yellow fever. Anti-
of healthy volunteers infected with dengue virus. J Clin New Jersey, 2000. Emerg Infect Dis. 2001;7:654-658. viral Res. 2013;97:169-179.
Ultrasound. 2008;36:413-417. 322. Wasay M, Diaz-Arrastia R, Suss RA, et al. St. Louis encep- 352. Kelso JM, Mootrey GT, Tsai TF. Anaphylaxis from yellow
292. Lum LC, Thong MK, Cheah YK, et al. Dengue-associated halitis: a review of 11 cases in a 1995 Dallas, Tex, epidemic. fever vaccine. J Allergy Clin Immunol. 1999;103:698-701.
adult respiratory distress syndrome. Ann Trop Paediatr. Arch Neurol. 2000;57:114-118. 353. Thomas RE, Lorenzetti DL, Spragins W, et al. Active and
1995;15:335-339. 323. Azar GJ, Chappell GL, Lawton AH, et al. Follow-up studies passive surveillance of yellow fever vaccine 17D or 17DD-
293. Pancharoen C, Thisyakorn U. Coinfections in dengue of St. Louis encephalitis in Florida: sensorimotor findings. associated serious adverse events: systematic review. Vaccine.
patients. Pediatric Infect Dis J. 1998;17:81-82. Am J Public Health Nations Health. 1966;56:1074-1081. 2011;29:4544-4555.
294. Halstead SB, Nimmannitya S, Margiotta MR. Dengue d 324. Palmer RJ, Finley KH. Sequelae of encephalitis; report of 354. Barrett AD, Monath TP, Barban V, et al. 17D yellow fever
chikungunya virus infection in man in Thailand, 1962-1964, a study after the California epidemic. Calif Med. 1956;84: vaccines: new insights. A report of a workshop held during
II. Observations on disease in outpatients. Am J Trop Med 98-100. the World Congress on Medicine and Health in the Tropics,
Hyg. 1969;18:972-983. 325. Cerna F, Mehrad B, Luby JP, et al. St. Louis encephalitis and Marseille, France, Monday 12 September 2005. Vaccine.
295. Halstead SB. Dengue. Lancet. 2007;370:1644-1652. the substantia nigra: MR imaging evaluation. AJNR Am J 2007;25:2758-2765.
296. Bozza FA, Cruz OG, Zagne SM, et al. Multiplex cytokine Neuroradiol. 1999;20:1281-1283. 355. Lindsey NP, Schroeder BA, Miller ER, et al. Adverse
profile from dengue patients: MIP-1beta and IFN-gamma 326. Günther G, Haglund M, Lindquist L, et al. Tick-borne encep- event reports following yellow fever vaccination. Vaccine.
as predictive factors for severity. BMC Infect Dis. 2008;8:86. halitis in Sweden in relation to aseptic meningoencephalitis 2008;26:6077-6082.
297. Solomon T, Vaughn DW. Pathogenesis and clinical features of other etiology: a prospective study of clinical course and 356. Hayes EB. Acute viscerotropic disease following vacci-
of Japanese encephalitis and West Nile virus infections. Curr outcome. J Neurol. 1997;244:230. nation against yellow fever. Trans R Soc Trop Med Hyg.
Top Microbiol Immunol. 2002;267:171-194. 327. Kaiser R. The clinical and epidemiological profile of tick-bor- 2007;101:967-971.
298. Solomon T, Kneen R, Dung NM, et al. Poliomyelitis- ne encephalitis in southern Germany 1994-98: a prospective 357. Khromava AY, Eidex RB, Weld LH, et al. Yellow fever vacci-
like illness due to Japanese encephalitis virus. Lancet. study of 656 patients. Brain. 1999;122(pt 11):2067-2078. ne: an updated assessment of advanced age as a risk factor
1998;351:1094-1097. 328. Mickiene A, Vene S, Golovljova I, et al. Tick-borne encep- for serious adverse events. Vaccine. 2005;23:3256-3263.
299. Dickerson RB, Newton JR, Hansen JE. Diagnosis and imme- halitis virus in Lithuania. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 358. Cetron MS, Marfin AA, Julian KG, et al. Yellow fever vac-
diate prognosis of Japanese B encephalitis; observations 2001;20:886-888. cine. Recommendations of the Advisory Committee on
based on more than 200 patients with detailed analysis of 65 329. Silber LA, Soloviev VD. Far Eastern tick-borne spring-sum- Immunization Practices (ACIP), 2002. MMWR Recomm
serologically confirmed cases. Am J Med. 1952;12:277-288. mer (spring) encephalitis. In: Davis BD, Fisher SH, eds. Rep. 2002;51(RR-17):1-11:quiz CE1-4.
300. Solomon T, Dung NM, Kneen R, et al. Seizures and raised American Review of Soviet Medicine. New York: America- 359. Tsai TF, Paul R, Lynberg MC, et al. Congenital yellow fever
intracranial pressure in Vietnamese patients with Japanese Soviet Medical Society; 1946:1. virus infection after immunization in pregnancy. J Infect Dis.
encephalitis. Brain. 2002;125(pt 5):1084-1093. 330. Ternovoi VA, Kurzhukov GP, Sokolov YV, et al. Tick-borne 1993;168:1520-1523.
301. Ooi MH, Lewthwaite P, Lai BF, et al. The epidemiology, encephalitis with hemorrhagic syndrome, Novosibirsk 360. Veit O, Niedrig M, Chapuis-Taillard C, et al. Immunoge-
clinical features, and long-term prognosis of Japanese encep- region, Russia, 1999. Emerg Infect Dis. 2003;9:743-746. nicity and safety of yellow fever vaccination for 102 HIV-
halitis in central Sarawak, Malaysia, 1997-2005. Clin Infect 331. Haglund M, Forsgren M, Lindh G, et al. A 10-year follow-up infected patients. Clin Infect Dis. 2009;48:659-666.
Dis. 2008;47:458-468. study of tick-borne encephalitis in the Stockholm area and 361. Kengsakul K, Sathirapongsasuti K, Punyagupta S. Fatal
302. Ding D, Hong Z, Zhao SJ, et al. Long-term disability from a review of the literature: need for a vaccination strategy. myeloencephalitis following yellow fever vaccination in a
acute childhood Japanese encephalitis in Shanghai, China. Scand J Infect Dis. 1996;28:217-224. case with HIV infection. J Med Assoc Thailand. 2002;85:
Am J Trop Med Hyg. 2007;77:528-533. 332. Conway D, Rossier E, Spence L, et al. Powassan virus encep- 131-134.
303. Sharma S, Mathur A, Prakash V, et al. Japanese encephalitis halitis with shoulder girdle involvement. Can Dis Weekly 362. Nasidi A, Monath TP, Vandenberg J, et al. Yellow fever
virus latency in peripheral blood lymphocytes and recu- Rep. 1976;85:2. vaccination and pregnancy: a four-year prospective study.
rrence of infection in children. Clin Exp Immunol. 1991;85: 333. Lotric-Furlan S, Strle F. Thrombocytopenia—a common fin- Trans R Soc Trop Med Hyg. 1993;87:337-339.
85-89. ding in the initial phase of tick-borne encephalitis. Infection. 363. Sibailly TS, Wiktor SZ, Tsai TF, et al. Poor antibody res-
304. Chaturvedi UC, Mathur A, Chandra A, et al. Transplacen- 1995;23:203-206. ponse to yellow fever vaccination in children infected with
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003.e5
human immunodeficiency virus type 1. Pediatr Infect Dis J. 392. Atrasheuskaya AV, Fredeking TM, Ignatyev GM. Changes 423. Halstead SB, Thomas SJ. Japanese encephalitis: new options
1997;16:1177-1179. in immune parameters and their correction in human cases for active immunization. Clin Infect Dis. 2010;50:1155-1164.
364. Lahiri M, Fisher D, Tambyah PA. Dengue mortality: reasses- of tick-borne encephalitis. Clin Exp Immunol. 2003;131:148- 424. Fischer M, Lindsey N, Staples JE, et al. Centers for Disease
sing the risks in transition countries. Trans R Soc Trop Med 154. Control and Prevention. Japanese encephalitis vaccines: recom-
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2003.e6
effect of vaccine dose and schedule, and memory response 454. Zent O, Jilg W, Plentz A, et al. Kinetics of the immune res- 461. Douglas MW, Stephens DP, Burrow JN, et al. Murray Valley
to challenge with inactivated Japanese encephalitis antigen. ponse after primary and booster immunization against encephalitis in an adult traveller complicated by long-term
J Infect Dis. 2003;188:1213-1230. tick-borne encephalitis (TBE) in adults using the rapid flaccid paralysis: case report and review of the literature.
448. Hall RA, Khromykh AA. ChimeriVax-West Nile vaccine. immunization schedule. Vaccine. 2003;21:4655-4660. Trans R Soc Trop Med Hyg. 2007;101:284-288.
Parte III Agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas
Curr Opin Mol Ther. 2007;9:498-504. 455. Banerjee K, Dandawate CN, Bhatt PN, Rao TR. Serological 462. de Souza Lopes O, de Abreu Sacchetta L, Coimbra TL,
449. Biedenbender R, Bevilacqua J, Gregg AM, Phase II. et al. response in humans to a formolized Kyasanur Forest disease et al. Emergence of a new arbovirus disease in Brazil, II.
randomized, double-blind, placebo-controlled, multicenter vaccine. Indian J Med Res. 1969;57:969-974. Epidemiologic studies on 1975 epidemic. Am J Epidemiol.
study to investigate the immunogenicity and safety of a West 456. Dandawate CN, Upadhyaya S, Banerjee K. Serological res- 1978;108:394-401.
Nile virus vaccine in healthy adults. J Infect Dis. 2011;203: ponse to formolized Kyasanur forest disease virus vaccine 463. Lvov DK. Arboviral zoonoses of northern Eurasia (Eastern
75-84. in humans at Sagar and Sorab Talukas of Shimoga district. Europe and The Commonwealth of Independent States). In:
450. Pletnev AG, Putnak R, Speicher J, et al. West Nile virus/dengue J Biol Standard. 1980;8:1-6. Beran GW, ed. Handbook of Zoonoses. 2nd ed. Boca Raton,
type 4 virus chimeras that are reduced in neurovirulence and 457. Thind IS. Attenuated Langat E5 virus as a live virus vaccine FL: CRC Press; 1994:237.
peripheral virulence without loss of immunogenicity or pro- against Kyasanur Forest disease virus, Indian J. Med Res. 464. Charrel RN, Attoui H, Butenko AM, et al. Tick-borne virus
tective efficacy. Proc Natl Acad Sci U S A. 2002;99:3036-3041. 1981;73:141-149. diseases of human interest in Europe. Clin Microbiol Infect.
451. Vaccines against tick-borne encephalitis. WHO position 458. Kasabi GS, Murhekar MV, Sandhya VK, et al. Coverage 2004;10:1040-1055.
paper. Wkly Epidemiol Rec. 2011;86:241-256. and effectiveness of Kyasanur forest disease (KFD) vaccine 465. Grard G, Moureau G, Charrel RN, et al. Genetic characte-
452. Amicizia D, Domnich A, Panatto D, et al. Epidemiology in Karnataka, South India, 2005-10. PLoS Negl Trop Dis. rization of tick-borne flaviviruses: new insights into evolu-
of tick-borne encephalitis (TBE) in Europe and its pre- 2013;7:e2025. tion, pathogenetic determinants and taxonomy. Virology.
vention by available vaccines. Hum Vaccines Immunother. 459. Bennett NM. Murray valley encephalitis. Commun Dis Intell 2007;361:80-92.
2013;9:1163-1171. Q Rep. 2001;25:154-155.
453. Heinz FX, Stiasny K, Holzmann H, et al. Vaccination and 460. Burrow JN, Whelan PI, Kilburn CJ, et al. Australian encepha-
tick-borne encephalitis, central Europe. Emerg Infect Dis. litis in the Northern Territory: clinical and epidemiological
2013;19:69-76. features, 1987-1996. Aust N Z J Med. 1998;28:590-596.
Descargado para marlon charris (marloncharris26@gmail.com) en Universidad Del Sinu de ClinicalKey.es por Elsevier en abril 03, 2018.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.