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Subsecretaria de Educación
Norma Nakandakare
Subsecretaria de Planeamiento
y Coordinación de Programas
Andrea Novillo Pinto
Subsecretaria de Capacitación
María de las Mercedes Querejeta
Dirección de Capacitación
Marta Alicia Martínez
Autores
Gianni Rodari
Índice
7 Presentación
7
1
La sociedad contemporánea y
el impacto sobre la subjetividad
El objetivo es realizar un recorrido por estas frases paradigmáticas, que nos lleve a
reflexionar sobre los diversos contextos que atraviesan el presente de nuestros alumnos.
9
Metáfora 1: La corrosión del carácter.
¿Quién?
{ Richard Sennett es Doctor en Sociología y profesor de la London School of Economics. Autor de los ensayos más
provocadores e incisivos de nuestro tiempo sobre el trabajo, la familia y las clases sociales, entre los que destaca
“La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el neocapitalismo”.
A lo largo de su obra, se ocupa de la necesidad y de la responsabilidad social frente al abismo de la desigualdad;
en un mundo confuso de relaciones sociales «flexibles». Nos desafía a encontrar la manera de respetarnos
verdaderamente, por encima de los profundos abismos de la diferencia y la desigualdad.
Hasta hace unas décadas, el trabajo funcionaba como el organizador de la vida social.
Hoy, para mucha gente, ha dejado de cumplir esa función en lo que concierne a la vida
cotidiana y lo cierto es que, cada vez más niños no sólo pertenecen a generaciones donde
el trabajo no representa un ordenador de la vida social sino que jamás han visto trabajar
a sus padres o a los responsables de sus hogares.
En su libro “La corrosión del carácter”, Sennett (2000) intenta comprender cómo las
personas construyen sus subjetividades en el capitalismo salvaje y cómo los cambios que
adopta el mundo del trabajo, en la actualidad, han generado una profunda modificación
en el “carácter” de los sujetos.
(
(
¿Qué se entiende por “carácter”?
Es un término referido a deseos y sentimientos que pueden existir dentro nuestro sin
que nadie más lo sepa; relacionado con la posibilidad de imaginarnos o proyectarnos
en una carrera o trayectoria social a futuro. Se centra en el aspecto duradero de nuestra
experiencia emocional. Precisamente, Sennet distingueentre el carácter y la experiencia.
“El carácter se expresa por la lealtad y el compromiso mutuo, bien a través de la búsqueda
de objetivos a largo plazo, bien por la práctica de postergar la gratificación en función
de un objetivo futuro. De la confusión de sentimientos en que todos vivimos en un
momento cualquiera, intentamos salvar y sostener algunos; estos sentimientos sostenibles
serán los que sirvan a nuestro carácter. El carácter se relaciona con los rasgos personales
que valoramos en nosotros mismos y por los que queremos ser valorados”. (pag. 10)
10
Así, el carácter alude a nuestras amarras o soportes subjetivos para transitar
por la vida social, construidas a través de nuestra historia personal y colectiva.
Solemos escuchar en la vida cotidiana frases tales como “tiene mucho carácter”, o “tiene
un carácter fuerte”, en general aludiendo a una personalidad con una identidad propia.
Sennet se refiere a algo similar pero en el sentido de una personalidad o mentalidad social
encarnada en individuos singulares. Es la formación de una identidad duradera en relación
con los demás en contextos socioculturales particulares.
Para ilustrar las diferencias de la época actual con aquella en la cual el trabajo era el
organizador de la vida de los individuos, el autor relata las trayectorias vitales de dos sujetos
o dos generaciones: Enrico y Rico. Padre e hijo representan dos vivencias en relación con el
trabajo bien distintas.
Enrico, el padre de Rico, trabajó como portero limpiando lavabos y suelos en un edificio
de oficinas del centro. Su trabajo tenía un objetivo principal, a largo plazo: servir a su familia.
Tardó 15 años en ahorrar dinero para comprar una casa en un barrio residencial de las
afueras de Boston, rompiendo los lazos con su antiguo barrio italiano. Su esposa trabajó
como planchadora en un centro de limpieza en seco. Juntos ahorraron para poder pagar
la educación universitaria de sus dos hijos. A los 40 años sabía cuándo iba a jubilarse y
con cuánto dinero contaría después.
Sennett nos comenta que Enrico sentía que se convertía en el autor de su vida y ese relato
le proporcionaba una sensación de respeto por su propia persona. Era una experiencia de
tiempo a largo plazo, una narrativa social biografizada; es decir, que daba cuenta de su
identidad, de su historia de vida. Y la gente sentía que armaba una carrera social, donde
el esfuerzo de hoy tendría recompensas a futuro.
Coexistiendo con estas formas internalizadas por la generación de los adultos, en nuestro
caso por Enrico, vinculadas a la cultura del trabajo, aparecen nuevas reglas de juego para
los más jóvenes.
Veamos esto en la vida de Rico, hijo de Enrico, quien completó sus estudios universitarios
graduándose en ingeniería eléctrica en una universidad local. Se casó con una compañera,
una joven protestante de una familia de mejor posición. Los estudios prepararon a la pareja
para mudarse y cambiar de trabajo con frecuencia. Rico es de esos que se burla de los
esclavos del tiempo, prisioneros de la armadura de la burocracia y cree que hay que estar
abierto al cambio y asumir riesgos. Arriesgarse, aún cuando todo indique que puede
caer en el camino, es el imperativo de su época y él asume este desafío como suyo sin
conocer las consecuencias subjetivas que ello le acarreará. En realidad, en términos de
inconsciente en un sentido sociológico, se podrá decir que Rico cree que elige ser
11
arriesgado y en realidad son las condiciones de la empresa moderna las que lo llevan a
desarrollar este tipo de personalidad.
Mientras los ingresos de Enrico, el padre, se situaban en la cola del escalafón, Rico,
el hijo, ha ascendido hasta el 5 % superior. Sin embargo, las incertidumbres de la
nueva economía afectaron a Rico quien se vio atravesado por un recorte. Las
promesas del capitalismo flexible se desvanecían para varios jóvenes que, como
Rico, habían internalizado los valores que se propugnaban como el
individualismo, la competitividad, la supervivencia de los más fuertes, el riesgo
como atributo del éxito personal.
Los cambios laborales hicieron que pierda a la mayoría de sus amigos y sus vecinos nunca se
convirtieron en testigos de por vida de su historia personal y familiar, lo cual es bien distinto
de la situación de su padre.
Rico pertenece a la generación del trabajo flexible, a corto plazo, con contrato circunstancial.
Aunque prospera desde el punto de vista económico y en cuanto a ocupar cargos
jerárquicos en las empresas modernas, la generación de Rico teme estar al borde de la
pérdida total del control de sus vidas; un miedo profundo está enraizado en sus respectivas
historias laborales. Se debilita la carrera tradicional que avanza paso a paso por una o dos
instituciones. Teme que las medidas que necesita tomar y la manera como tiene que vivir
para sobrevivir en la moderna economía hayan lanzado a la deriva su vida interior y
emocional.“Nada a largo plazo”, es un principio que corroe la confianza, la lealtad y el
compromiso mutuo.
Las modernas redes institucionales están marcadas por la “fuerza de los vínculos débiles”, las
formas fugaces de asociación son más útiles que las conexiones a largo plazo. Estos lazos
débiles están tiñendo el trabajo de equipo, en el cual este pasa de una tarea a otra y el
personal que lo forma cambia durante el proceso. Por el contrario, unos vínculos sólidos
dependen de una disposición a establecer compromisos con los demás. Para hacer frente a
las realidades actuales, el desapego y la cooperación superficial son una armadura mejor
que el comportamiento basado en los valores de lealtad y servicio.
Actividad
12
Para reflexionar con los niños
Invitar a que los alumnos propongan sus propias definiciones del trabajo
y den sus opiniones. Preguntarles:
Además de Sennett, otros autores nos permiten pensar sobre el mundo del trabajo, las
características que hoy adquiere y las consecuencias del lugar que hoy tiene en la sociedad
y en la configuración de las subjetividades. Robert Castel (2004) y Zygmunt Bauman (2000),
realizan una interesante mirada sociohistórica que nos facilita la reflexión sobre estas
temáticas que hoy nos enfrentan con un escenario totalmente nuevo y desafiante.
Bauman en su libro “Trabajo, consumismo y nuevos pobres” hace un análisis del paso
que la sociedad moderna realizó de una “sociedad de productores” a una “sociedad
de consumidores” y del papel que juega en uno y otro escenario la “ética del trabajo” 1 .
Este autor sostiene que la sociedad que vio nacer a la industria era una “sociedad de
productores” ya que sus miembros se dedicaban principalmente a la producción.
La manera en que tal sociedad formaba a sus integrantes estaba determinada por la
necesidad de desempeñar el papel de productores y la norma impuesta a sus miembros
era la de adquirir la capacidad y la voluntad de producir. Por el contrario, en la etapa
actual de modernidad tardía, la sociedad impone a sus miembros la obligación de ser
principalmente consumidores; es decir, de tener la capacidad y la voluntad de consumir.
1
Bauman (2000) realiza una descripción detallada de esta norma de vida. (p. 17)
13
Robert Castel (2004) sostiene que estamos presenciando en el mundo del trabajo procesos
de descolectivización, de reindividualización y de aumento de la inseguridad. El trabajador
se encuentra sobreexpuesto y en condición vulnerable porque ya no está sostenido por
sistemas de regulaciones colectivas. Con esta individualización de las tareas y de las
trayectorias profesionales, sostiene Castel, asistimos también a una responsabilización
de los agentes. Son ellos los que deben afrontar las situaciones, hacerse cargo de sí mismos.
A muchos, la desarticulación de los sistemas colectivos los subsume nuevamente en la
inseguridad social.
Castel, al igual que Bauman, hace referencia a los excluidos, a la clase marginada.
Ambos enfatizan que esta nueva categoría, da cuenta de una sociedad que ha dejado
de ser integral, que renunció a incluir a todos sus integrantes. Esta nueva clase de individuos
es considerada por la sociedad un conjunto inútil y peligroso. Castel menciona que hay un
deslizamiento del Estado social hacia un Estado de la seguridad que preconiza el retorno
a la ley y al orden, como si el poder público se movilizara esencialmente alrededor del
ejercicio de la autoridad represiva y punitiva.
(
( Así, la confianza en el otro, se suplanta por un sentimiento de amenaza por
parte de los demás, percibidos como extraños, peligrosos. La desconfianza es el nuevo
sentimiento, producto de los miedos sociales y los mecanismos estructurales de
la exclusión.
Volviendo a Sennett, el capitalismo del corto plazo amenaza con corroer el carácter, en
especial aquellos aspectos que unen a los seres humanos entre sí y brindan a cada uno
de ellos una sensación de un yo sostenible. Hoy, las condiciones psicológicas apropiadas
para la experiencia de trabajo a corto plazo, las instituciones flexibles y el riesgo constante
conforman un yo maleable, un collage de fragmentos que no cesa de devenir, siempre
abierto a nuevas experiencias.
¿Cuáles son los resultados de las transformaciones actuales del mundo del trabajo?
Vínculos débiles, miedo al otro, corrosión de la confianza, de la lealtad, del
compromiso mutuo, incertidumbre, el fantasma de no conseguir hacer nada de uno
mismo en el mundo, desesperanza de “hacerse una vida” mediante el trabajo. Y esto es
lo que constituye a los sujetos en el actual mundo laboral.
Antonio Berni
Sin título, década del 60
Xilografía. 49,7 x 32,4 cm
Colección particular
14
En los últimos tiempos, decimos entonces, se ha socavado el carácter de la persona.
Corroer es un verbo muy dramático cuando se trata de intentar comprender el juego de la
constitución de la identidad social. Corrosión significa deterioro, erosión, desgaste, al menos
en nuestro diccionario.
Pensemos en esta imagen: el mar y una piedra. ¿Qué es lo que hace lentamente el mar?
Va desgastando, minando, corroyendo la piedra, muy de a poco y muy profundamente.
Las ilusiones del capitalismo moderno salvaje y flexibilizado, lejos de cumplir sus falsas
promesas de dotarnos de más libertad y humanidad, son en realidad renovadas o nuevas
formas de opresión y deshumanización. El carácter duradero y la proyección previsible del
individuo en el capitalismo no eran elementos necesariamente habilitantes o liberadores
en términos de la subjetivación. Pero lo que es innegable, es que sí permitían esto: una
representación acerca del futuro y una proyección o previsión de los sujetos en su carrera
social. Al menos en esa representación simbólica, se fabricaba una trayectoria en proyección
temporal hacia el futuro 2. Hoy, la proyección de trayectorias ha sufrido una ruptura.
2
Ver:Kaplan,C.“Las nominaciones escolares”Cuaderno de Pedagogía.Rosario.Nro.12.
¿Qué podemos reflexionar a partir de la descripción que nos ha permitido hacer Sennet
de las consecuencias subjetivas que se desprenden de las transformaciones en el trabajo?
Nuestros alumnos, hoy, están atravesados por estas transformaciones en las configuraciones
sociofamiliares que los determinan (hogares sin trabajo, hogares con trabajo precario,
hogares asistidos por planes asistenciales, jefes de hogar que por razones laborales deben
migrar de un lugar a otro) y en la representación que pueden hacerse del futuro.
En la socialización primaria los niños van aprendiendo y naturalizando ciertas formas de ver
el mundo en relación con sus condicionamientos materiales y simbólicos de vida.
15
Yo, Matías
La tira "Yo, Matías", ha sido creada por Fernando Sendra en1993 y publicada en el diario Clarín.
Extraída de http://www.todohistorietas.com.ar/tirasdematias.htm
Actividad
16
En relación a la hoja del libro de lectura que aparece abajo sobre la mamá:
En relación a la hoja del libro de lectura que aparece abajo sobre el papá:
17
(
( La falta de proyección a futuro atraviesa a todos los alumnos, aunque diferencialmente
según sea el origen de pertenencia. No se puede proyectar una imagen sobre el porvenir,
y esto en términos de Sennet, ha corroído el carácter.
En la vida escolar, las consecuencias también se dejan ver en la relación “esfuerzo hoy/
recompensa futura”. Se pone en duda esta convicción y no representa un argumento
válido para llevar adelante las tareas que la escuela demanda a sus alumnos. Esforzarse
para terminar el colegio, por ejemplo, ya no se justifica a la hora de intentar conseguir un
mejor empleo.
Por otro lado, la “cultura de trabajo”, que caracterizó a muchas generaciones, dejó de
ser un cimiento de esta sociedad y por lo tanto, la escuela no puede apoyarse en ella y
edificar desde allí parte del trabajo escolar.
Sennet se refiere a la ruptura de trayectorias. Precisamente, otro desafío de la escuela es que los
alumnos puedan imaginar un futuro distinto, ampliar el horizonte simbólico de lo posible.
Si bien el autor es un crítico del capitalismo, señala que, al menos desde el punto de vista de la
subjetividad, la sociedad asalariada permitía fabricar una trayectoria. Hoy en día ya no es así.
El papel de la escuela sería dar cuenta de esta realidad, visibilizando la pluralidad de
situaciones de los alumnos, reconociendo las condiciones sociales que las han provocado,
mostrando que el trabajo es un derecho, haciendo que los niños hablen de esto en vez de
acallarlo. Recuperar la voz de los niños es una tarea tan difícil como necesaria.
La escuela puede contribuir a que los niños elaboren narraciones duraderas. Es importante que
puedan hablar acerca de sí mismos, de su situación de desprotección social. La escuela así
desfamiliariza lo obvio; no toma como naturales los procesos de deshumanización de la
infancia.
Los sujetos tenemos una doble forma de constituirnos como tales: por una parte, estamos
determinados fuertemente por los límites o condicionamientos externos pero a la vez
ponemos en la concreción de nuestras vidas, esperanzas subjetivas.
Yo, Matías
18
Metáfora 2: Las cárceles de la miseria.
¿Quién?
{ Loïc Wacquant es investigador de la violencia urbana y profesor de la Universidad de California-Berkeley.
Su obra analiza la miseria, el delito y la marginalización como una producción social necesaria de una sociedad
que progresa, en la que todos los actores intervienen de manera activa. Obteniendo entonces, como consecuencia,
un "Estado penal" y un discurso que criminaliza la miseria y la marginación que a su vez se traduce en el aumento
de la población carcelaria y el pedido de la población de “mano dura” por parte del Estado hacia los delincuentes.
19
delictivo, transgresión o agresión, sin importar su relatividad, debe ser castigado
severamente. De este modo, no se actúa sobre las causas de la problemática sino sobre sus
consecuencias.
En una entrevista realizada a Wacquant por el diario Página 12 3 , el autor amplía esta
cuestión, analizando los procesos de marginalización en las grandes ciudades.
Sostiene que los análisis que aritmetizan la miseria, es decir, que equiparan la
pobreza con escasos ingresos bajo el término “línea de pobreza”, ignoran y oscurecen
las condiciones que hicieron y hacen posibles los procesos de marginación y
exclusión social.
Por otro lado, argumenta que la marginalización avanzada y los “parias urbanos” ni siquiera
tienen un espacio en el cual expresarse. “Se los designa por exclusión: " sin techo", "sin
trabajo", "extranjeros ilegales", "gente sin educación", "encarcelados". Es un conjunto
heterogéneo definido negativamente. (…) No existen categorías como "la clase
obrera". Hace treinta años se podía decir "los trabajadores" para designar a la mayoría
de los barrios pobres.”
Incluso, hasta hace no mucho tiempo, se podía asociar a la denominación de pobre, palabras
tales como humilde - trabajador - honesto - esforzado.
Hoy en día, estas asociaciones parecen estar mutando, ya que para muchos, la categoría de
pobre comienza a ser vinculada con palabras y cadenas de asociaciones tales como
peligroso - sospechoso - vago, entre otras. Esto tiene fuertes consecuencias sobre las
acciones que el Estado dirige hacia estos sectores creándose a su vez, un sentido común
social condenatorio.
Así, mientras que para la primera serie de significados de “pobre”, el Estado podía desarrollar
políticas compensatorias, para la segunda serie, el Estado destina políticas de control,
represión y vigilancia para los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
3
“La tolerancia cero es más cara que un plan social” En: http://www.pagina12.com.ar/2001/01-03/01-03-31/pag17.htm
20
Para reflexionar
Artículo 9.
Nadie podrá ser arbitrariamente
detenido, preso ni desterrado.
En:
http://www.tinet.org/~cicc/humor/dh/dh09.html
De chicos y cadenas
Caso 2: El padre de un nene de seis años que asiste a una escuela pública convoca a los medios
para denunciar que ese mismo hijo fue violado en el establecimiento. Delante de las
cámaras, el hombre señala como violador a un compañerito del chico.
Caso 3: En su camino a la escuela, el hijo de un cartonero encuentra dos cuchillos. Los guarda
celosamente para que en su casa haya un par de cubiertos más. En el colegio, le cuenta el
hallazgo a un amigo. El amigo cuenta el hecho a sus padres. Los padres denuncian en la
comisaría que un alumno fue armado a clase. Algunos medios piden conocer detalles del
nuevo caso de violencia escolar.
21
Días después, concluye que la dirección "no hizo nada" con el tema y traba la puerta
de entrada del colegio, se encadena a ella e impide el ingreso de todo el establecimiento.
Los alumnos deben ser trasladados a otro edificio y esa mañana se quedan sin
la copa de leche.
Algunos medios -varios- se escandalizan por la "inacción" de las autoridades,
hacen guardia frente a la casa del supuesto violento e invitan a sus programas al hombre
de las cadenas.
Nada más saludable que los padres participen en la vida de la escuela de sus hijos. Nada
más importante que los medios abran el debate sobre los problemas de la educación
en el país.
En: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-50332-2005-04-28.html
4
En http://www.clarin.com/suplementos/zona/2006/08/06/z-03815.htm
22
Metáfora 3: La miseria del mundo.
¿Quién?
{ Pierre Bourdieu (1930- 2002) fue uno de los sociólogos más conocidos e influyentes del siglo XX. Estudió filosofía
en la École Normale Supérieure de París y durante 1958 a 1960 realizó su trabajo de investigación en Argelia, donde
comenzó a construir las bases de su obra en el campo de la sociología. Ha desarrollado dos conceptos nuevos, el
habitus y el campo, y reinventado uno ya establecido, el capital, pero en su dimensión cultural y simbólica.
Por habitus entiende las formas de obrar, pensar y sentir que están originadas por la posición que una persona
ocupa en la estructura social. El campo, es el espacio social que está ocupado por agentes con distintas posiciones o
jerarquías y diversos habitus, con capitales distintos. Estos capitales, aparte del capital económico, están formados
por el capital cultural, el capital social, y por cualquier tipo de capital que sea percibido como "natural", forma ésta
del capital, que denomina como capital simbólico. En su labor de crítica a la cultura, muestra que la distinción cultural
no es más que una forma encubierta de dominación. Es decir, si a alguien le gusta la música clásica y a otro la popular
no es porque hay un gusto musical innato, dado por la propia naturaleza, sino porque somos el producto de nuestra
socialización, de las oportunidades y posibilidades sociales que no están distribuidas en forma igual para todos.
“La miseria del mundo” es otra de las metáforas fuertes para describir a las sociedades
contemporáneas neoliberales, sobre todo, como mencionamos ya, a las sociedades de los
noventa que acarrearon consecuencias profundas sobre los sujetos sociales. El neoliberalismo
ha impuesto una brutal reconcentración del poder a escala mundial que dio como resultado
la creciente destrucción de una civilización y la exclusión de un amplio sector de la población
de los derechos a la educación, la salud, la cultura, la seguridad social.
El capitalismo contemporáneo genera diversos mecanismos de explotación, dominación y
exclusión y las formas sociales de sufrimiento alteran la subjetividad de los individuos y grupos.
Lo novedoso del análisis de Bourdieu sobre la década de los 90, en relación a la tragedia
social, radica en el señalamiento de que este orden social se mantiene y llega a ser eficiente
sólo con la complicidad de los propios dominados, esto es, por la violencia simbólica, una
violencia que es invisible para sus propias víctimas y se ejerce desde el interior de los
individuos; por lo cual habla de “complicidad” pero no porque sea una decisión de las
personas, sino porque se va interiorizando y afianzando con el tiempo a través de los mismos
mecanismos de dominación. Así, en la mejor síntesis teórica de su sociología,“Meditaciones
pascalianas”, Bourdieu examina el papel central de la violencia simbólica en la preservación de
la normalidad social. Este autor sostiene que toda forma de dominación, implica un cierto
grado de violencia simbólica, es decir, de legitimación ejercida desde el orden dominante
hacia el orden dominado.
A partir de entrevistas realizadas durante de tres años a los excluidos dentro de la sociedad
francesa (aclarando aquí que se puede estar excluido aún estando incluido) y expuestas en
“La miseria del mundo”, Bourdieu y su equipo nos trasmiten el efecto económico, social y
psicológicamente desestructurante de la sociedad actual. Esta obra recoge testimonios que
dieron hombres y mujeres en relación con sus existencias y la dificultad para vivir.
23
Las entrevistas analizan los “lugares difíciles” tales como la urbanización, la escuela, el
trabajo social, el subproletariado, el universo de los empleados, el de los campesinos y
artesanos.
Muchos de estos sujetos que han sido arrojados del sistema se ven desamparados, son
actores sociales que dejaron de serlo por ubicarse fuera de los circuitos de trabajo. Surge,
así, una nueva categoría social cuyos componentes son víctimas sociales en lugar de
actores sociales. Su "habitus" social, es decir, los valores, actitudes y formas de actuar
que han internalizado en su trayectoria social, les impide reconstruir una red de
solidaridad familiar o vecinal que son formas tradicionales de sobrevivencia en los
países del Tercer Mundo.
Los individuos que describe Bourdieu en “La miseria del mundo” son individuos que
intentan esconder su miseria; viven frustrados y humillados; manifiestan pasividad, ya que
su agresividad se encauza hacia un Estado Benefactor que los traicionó y no hacia la
reconstrucción de nuevas formas de redes sociales.
24
Junto con la miseria económica,
Bourdieu nos muestra distintas formas
de miseria social entre ellas, la de la
juventud, que sufre ante un futuro sin
porvenir, sea por falta de escolarización,
sea por realizar estudios no deseados,
enmarcados por un rígido sistema
escolar que decide, por encima del
alumno, su orientación profesional.
* Se tocan problemas de identidad
(personal o social) que se acrecientan
cuando se habla con los inmigrados.
No sólo se pone de relieve la miseria económica, sino la miseria que brota del ser íntimo,
de su desgarramiento interior al no sentir vínculos de pertenencia con su entorno
inmediato (familiar) o lejano (el inmigrante que no es ni de aquí ni de allá).
Así, los docentes reconfiguran su identidad profesional para dar respuesta a aquello para
lo cual no han sido preparados.
(
(
Precisamente, cuanto más exclusión, más necesitamos de la escuela y de la
comprensión de los docentes hacia los condicionamientos de vida de los alumnos.
Los mismos maestros forman parte del sufrimiento social a la vez que tienen el
enorme compromiso de acompañar el sufrimiento social de los niños. Quizás sea
éste, el más grande desafío y la mayor gratificación profesional.
Para finalizar este apartado, quisiéramos hacer mención a una frase de Bourdieu, que nos
permite reposicionarnos frente a ciertos pensamientos dominantes que nos anuncian el
fin de la historia y de la utopía: "Lo que el mundo social ha hecho, el mundo social puede,
armado de este saber, deshacer". Esto es, saber más acerca de las realidades de los
alumnos, nos hace comprenderlos mejor y evitar condenarlos a un destino como
despojos o deshechos de las sociedades neoliberales y exclusoras.
* Antonio Berni. El mundo prometido a Juanito Laguna, 1962. Collage sobre madera y cartón. 300 x 400 cm. Colección particular.
25
Bibliografía:
Bourdieu, Pierre. (1999) La miseria del mundo. Madrid, Akal; Buenos Aires, México, FCE de
Argentina.
Castel, Robert (2004) La inseguridad social. ¿Qué es estar protegido?. Buenos Aires, Manantial.
Sennett, Richard (2000) La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el
nuevo capitalismo. Barcelona, Anagrama.
26
2
Escuela y subjetividad
En el capítulo anterior, hemos visto cómo los procesos sociales inciden en los procesos
escolares. A continuación nos referiremos a ciertos mecanismos y prácticas que se
producen y reproducen, muchas veces inconscientemente desde un punto de vista
sociológico, en el interior de la institución escolar.
Nadie en nuestro país, puede ignorar hoy que la desigualdad, exclusión y violencia
atraviesan nuestras infancias. Y decimos infancias, en plural, porque las condiciones sociales
que las hacen posibles son diversas y heterogéneas.
En diferentes contextos, la pobreza ha dejado de ser una variable para analizar algunos
casos de alumnos para convertirse en una matriz que estructura modos de ser,
subjetividades y prácticas no sólo de alumnos, sino también de los educadores quienes, a su
vez, se ven en la tarea de sostener el sufrimiento de los niños sin estar profesionalmente
preparados para ello.
No obstante, la mayoría de los docentes expresan una fuerte voluntad de “sacar adelante”
a los alumnos sin la cual, sería imposible imaginar nuevos horizontes.
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¿Quién?
{ Erving Goffman, a lo largo de su vasta obra, intenta comprender las relaciones sociales, las interacciones en
el seno de las instituciones. A partir de estudios de caso, propone categorías de análisis tales como “estigma” para dar
cuenta del modo en que los sujetos construimos nuestra propia identidad a veces en forma negativa, en relación con
los otros, en contextos culturales específicos.
Se presenta como natural: los atributos que se le asignan al otro aparecen como algo
biológico y no como construcciones socio-históricas. Por ejemplo, se cree que las
mujeres son dóciles, prolijas, buenas para las tareas domésticas porque es su esencia
y no porque históricamente las han educado para que lo sean.
El estigmatizado asume como propios los atributos con los cuales es clasificado, explicando
su destino como parte de su naturaleza. Ello implica que el sujeto adjetivado en forma
negativa asume el rasgo que se considera vergonzante en ciertos contextos culturales e
institucionales, avergonzándose de sí mismo. Al mismo tiempo, vive esta desacreditación
de su persona o del grupo al que pertenece como un sino inevitable; como si le estuviese
dado un destino prefijado.
28
Actividad
Actividad
Imaginar:
A) La situación social de este niño. Cómo es su familia, dónde vive, con qué juega.
B) Cuál sería el destino escolar de este niño según la experiencia escolar que le
brinde la escuela.
29
Cuántas veces escuchamos explicaciones que los propios niños y/o familias construyen frente
al fracaso escolar, del tipo:“no nací para esto”,“lo que pasa es que la cabeza no le da”.
A lo largo de nuestro pasaje por las instituciones sociales, configuramos una idea de nosotros
mismos, una autovalía social a partir de la interacción con los otros, quienes nos devuelven
una imagen a través de la cual nos autopercibimos.
Por medio de los juicios (“Juan es un burro”,“Pedro es inteligente”), cada niño aprende a verse
en función de lo que dicen de él los demás. De este modo, conoce sus límites y también sus
posibilidades. Así, se entiende cómo los mismos alumnos son quienes dicen de sí mismos “no
nací para el estudio”.
Actividad
Y esas posibilidades, cuando son escasas, se relacionan con un contexto social de miseria,
falta de trabajo, desmembramiento familiar etc., y no con su biología. El determinismo
biológico no debe ser el argumento desde el cual se explican las diferencias. Es la
desigualdad y la injusticia, es decir el orden social, el que las explica, en términos de
oportunidades sociales.
Y son estas condiciones de desigualdad e injusticia las que quedan ocultas y se reproducen
inconscientemente cuando uno dice “Juan es burro” pensando interiormente que “nació así”
o que viene de una familia pobre de la que no se puede esperar otra cosa.
Por eso, es preciso afirmarse sobre la idea de que no existe un don para aprender,
dado a unos y negado a los otros por naturaleza.
(
(
Las perspectivas deterministas no dejan espacio para las transformaciones. Si uno cree
que los sujetos están acorralados por su naturaleza u origen familiar, poco puede hacer
la escuela. En cambio al pensar que las determinaciones biológicas o sociales no son
inevitables, encontraremos mayor margen de maniobra para que la escuela pueda
representar una alternativa frente a la exclusión y a un futuro incierto.
Cabe aclarar que el uso de la inteligencia como parámetro de distinción tiene su historia.
En relación a ella, el sociólogo francés Bourdieu formuló el concepto de “racismo de la
inteligencia”. Este racismo, en un principio, propio de la clase dominante, se basa en la
posesión de títulos académicos y escolares como supuestas garantías de inteligencia que
han permitido el acceso a las posiciones de poder económico.
31
La inteligencia no está en los genes
Actividad
Para reflexionar
¿Qué es la inteligencia?
Por Adrián Paenza
Pero lo que me asombra es que si uno le pide a alguien que le diga qué es la inteligencia,
lo más probable es que se encuentre con respuestas muy variadas y dispares:Se trata de la
capacidad para resolver problemas; para adaptarse rápido a situaciones nuevas; es una
habilidad para comprender, entender y sacar provecho de la experiencia; es la capacidad
de percibir, interpretar y responder a su entorno. Obviamente, la lista podría continuar.El
problema reside en que no hay una definición aceptada universalmente sobre lo que
significa. Entonces, ¿de qué habla la gente cuando habla de inteligencia?
Sea lo que sea la inteligencia, ¿Uno es inteligente para todo? Una persona inteligente para
los negocios, ¿es también inteligente para la física? Para ser inteligente, ¿uno tiene que ser
rápido?¿Tiene que llegar a las conclusiones más rápido que la media? Y por otro lado,
¿cómo se mide la media? ¿Puede uno ser inteligente sólo siendo profundo pero no
32
necesariamente rápido?¿Ser inteligente es tener ideas nuevas?
Las personas inteligentes, ¿están preparadas para entender todas las preguntas
y buscar las respuestas?¿Dónde está el punto o la línea, en dónde uno pasa de
no-inteligente a inteligente?
En Estados Unidos, se publicó en 1994 la primera edición del libro The Bell Curve.
Intelligence and class structure in American Life (“La Curva de Bell. La inteligencia y
la estructura de clases en la vida norteamericana”). Sus autores, Richard J. Herrnstein y
Charles Murray, presumen de haber encontrado una buena definición de inteligencia,
formas de cuantificarla y, por lo tanto, formas de medirla. Aparecen análisis estadísticos
(que ellos interpretan como irrefutables desde el punto de vista científico) y un estudio
pormenorizado del IQ (Intelligence Quotient, cociente de inteligencia o coeficiente de
inteligencia). El IQ se transformó en el método más general para expresar la performance
intelectual de una persona cuando uno la compara con la de una población dada.
Otros científicos están fuertemente en desacuerdo con los tests de inteligencia (y lo bien
que hacen), “porque -sostienen- la más importante de las cualidades humanas es
demasiado diversa, demasiado compleja, demasiado cambiante y demasiado dependiente
del contexto cultural y -sobre todo- demasiado subjetiva para ser medida por respuestas a
una mera lista de preguntas”.
¿Ambiente o herencia?
Los debates ardientes continúan. Mi posición frente a este debate es que las condiciones de
contorno son esenciales. Un ejemplo: si el día que yo nací hubieran equivocado al bebé que
le llevaron a mis padres, estoy seguro de que el chico que se hubiera desarrollado en mi
casa hubiera tenido altas posibilidades de desarrollar sus habilidades libremente. Claro, no
necesariamente hubiese sido ni matemático ni periodista. Pero lo que me queda claro es
que hubiera explotado la habilidad “de fábrica” que tiene cada persona al nacer.
Estoy convencido de que todos nacemos con alguna destreza, con el gusto por algo
particular, con algún talento o facilidad. Pero si un niño, desde el momento en que
nace se desarrolla en un medio ambiente sin posibilidades económicas, o sin estímulos
adecuados, es muy probable que nunca llegue a descubrir qué le gusta, ni qué disfruta.
Si les diéramos a todos los niños la posibilidad de vivir en condiciones de desarrollar
todo su potencial entonces, después, podríamos analizar quién es inteligente y quién no.
Aunque ni siquiera nos hayamos puesto de acuerdo con lo que quiere decir.
Este artículo ha sido sintetizado. Se encuentra completo en: Sociedad | Domingo, 02 de Julio de 2006 - © 2000-2006
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33
Históricamente, la inteligencia ha sido uno de los instrumentos con el que las
sociedades han legitimado la desigualdad social; a partir de ella se ha intentado rendir
cuenta del bajo rendimiento escolar de algunos grupos vulnerables (pobres, mujeres,
indígenas, inmigrantes). En tanto que práctica cultural discriminatoria, la inteligencia se ha
constituido en una supuesta medida objetiva y universal que distingue personas o
naturalezas humanas, justificando así los éxitos y fracasos sociales y educativos.
Tanto los discursos del determinismo biológico (que considera la inteligencia como
cualidad esencial o don natural) como los del determinismo ambientalista o sociofamiliar
(que considera que la familia y el ambiente en el que se mueve el alumno es el límite
infranqueable que tendrá para escolarizarse) atribuyen los éxitos y fracasos a distinciones
heredadas, innatas o que resultan de una supuesta naturaleza biológica o familiar.
De este modo, se oculta y legitima una estructura social y educativa caracterizada
por la desigualdad.
En los fracasos educativos las desigualdades en las condiciones sociales para aprender
quedan ocultas y se transforman en déficits de inteligencia o déficits familiares, que los
individuos internalizan como propios. (Por ejemplo:“este alumno no tiene materia prima
suficiente”,“de padre repetidor, hijo repetidor”)
Es tan fuerte el impacto de estos discursos sobre la experiencia social y escolar, que quien
ya se encuentra excluido de ciertos escenarios - por la injusticia social, desigualdades
sociales - se auto-excluye adjudicándose a sí mismo las razones por las que queda afuera.
Actividad
34
El capital cultural como principio
de las diferencias, no como fin.
¿Cómo generar las condiciones institucionales para romper el nudo entre “marca
de origen” del alumno y destino escolar?
¿Cómo lograr que el diagnóstico sobre las diferencias de los alumnos en sus puntos
de partida, no se transforme en juicios condenatorios?
El sociólogo francés Bourdieu considera que una sociedad se reproduce no sólo porque se
garantizan las condiciones económicas, sino porque además se pone en marcha el capital
cultural, un conjunto de prácticas, discursos, formas de ver y actuar en el mundo, que influyen
en la manera de percibir de los sujetos. La hipótesis de Capital Cultural permite dar cuenta,
por ejemplo, de las diferencias que obtienen las niñas en su desempeño y rendimiento escolar
de acuerdo a las oportunidades sociales que les son dadas y no por sus capacidades naturales.
Lo cultural, es considerado entonces, como un principio de diferenciación casi tan poderoso
como lo económico.
Bourdieu utiliza la noción de “poder simbólico” que refiere al poder del lenguaje, a cómo
las adjetivaciones, las clasificaciones, los insultos, los nombres, contribuyen a estructurar el
mundo social. Las palabras, como mencionamos anteriormente cuando hablábamos de
estigmatización, permiten referirse a las cosas a la vez que las construyen.Todos nosotros
vamos internalizando esas palabras con las que somos nombrados.
Entonces, así como los bienes económicos se distribuyen en forma desigual en nuestras
sociedades y los individuos no tienen las mismas oportunidades sociales y educativas de
acceder a ellos, en el mercado simbólico (donde se incluye la escuela) se produce un
proceso similar.
Esta hipótesis, rompe con las explicaciones que habitualmente se dan frente al éxito y fracaso
escolar que no relacionan el desempeño escolar, con los determinantes sociales
responsabilizando así, a la naturaleza individual o social de cada persona por su propio fracaso.
Cuando se dice que tal alumno “no nació para las matemáticas”, se está postulando que su
rendimiento se debe a su naturaleza o a la de su familia. Estos planteos no cuestionan el orden
social ni escolar. En todo caso, lo que hacen es “culpar” al individuo de su fracaso.
El alumno va interiorizando así imágenes de fracaso a través de su experiencia escolar.
Ahora bien, ¿en qué consiste la desigualdad en la distribución y apropiación del capital
cultural? Todos somos portadores de un capital cultural que está formado por ciertos
esquemas de percepción y acción, esto es, ciertos modos de ver (nuestros lentes) y actuar
sobre el mundo, en un momento histórico y social determinado. Podemos por ejemplo,
35
detenernos a reconocer cuáles son las formas de hablar, de pensar el mundo que se
proponen como las “correctas”, es decir, como legitimadas en nuestros tiempos.
Desde que nacemos somos socializados y vamos incorporando formas de pensar el mundo,
de movernos en él, que se inscriben en nosotros a modo de tatuajes indelebles, marcas de
las que nos vamos apropiando y se nos apropian, en un doble movimiento espontáneo y
disimulado. Así, en ocasiones, los modos de actuar y de pensar que tenemos, aparecen para
nosotros mismos y para quienes nos rodean como naturales y no como resultado de un
trabajo de la herencia sobre el heredero y viceversa.
Para reflexionar
A modo de poder ilustrar este pasaje, de una escuela que reduce los saberes a las
supuestas posibilidades de los niños, a una que propone otros saberes, se transcriben
partes de un trabajo que pertenece a una experiencia de Susana Bancescu, con una niña
llamada Alicia que “desconoce en lectoescritura lo que podríamos llamar “elemental”
para su edad y para los años que hace que concurre a la escuela”.
36
Le gusta mucho dibujar y pintar, de forma que apelo a estos recursos en forma
permanente para no enfrentarla directamente con su imposibilidad actual. Veremos libros
de cuentos, le pediré que imagine el texto de acuerdo a los dibujos (...) Escribiré cosas que
me cuenta (en su presencia) y las leeremos nuevamente en los encuentros posteriores.
Sus palabras han quedado impresas en un papel, se pueden volver a leer cuantas veces ella
lo desee. Creo que esto le causa mucho placer. (…) Para mi sorpresa vuelve un día la mamá
con tres hijos más: Un varón de 6 años que cursa primero y dos niñas de 13 y 15 años
que cursan sexto.
(…)Descubrir su apellido en la tapa fue una gran sorpresa. Era el mismo que
figuraba en la portada de sus cuadernos.(…)¿Quién era ese? ¿Es un enano?
¿Por qué pintó tantos perros? ¿Cómo aprendió a pintar caballos, vivía en el
campo? (…) Nos detenemos en “Las Meninas”. ¿Qué son Las Meninas? ¿Nosotros
seremos alguna vez meninas? Algo había aparecido frente a aquel libro:
el asombro, la duda, las preguntas, el deseo de saber.
Diego VELAZQUEZ, Sin proponérselo el autor de aquella portada instalaba a estos niños en otro lugar, rompía
Las Meninas 1656
Lienzo 10'5" x 9'1" la fórmula “Velázquez = Burros por la de Velázquez = Genio de la pintura”.
Museo del Prado, Madrid Una enfermera que trabaja en el mismo lugar, profesora de plástica, se sumó al grupo, nos
ayudó a “mirar”, a “descubrir” a “gozar lo bello”. Nos preguntaríamos más tarde con ella:
¿Por qué predeterminar que alguien no será capaz de comprender o disfrutar algo que
suponemos “tan ajeno” si antes no lo ponemos en su consideración? ¿Por qué no tomar
“las señales” que nos van marcando el camino a seguir? Señales que siempre va marcando
quién aprende. ¿Por qué no instalar “otra mirada”, “otro lugar” para mover algunos
rótulos que por perversos pueden ser paralizantes?
Extraído del texto “El Desnutrido Escolar. Dificultades de aprendizaje en niños de contextos urbanos críticos”. Inés C. Rosbaco,
Homo Sapiens. 2000.
37
La escuela democrática puede generar condiciones para la individuación y la biografización;
es decir, que cada niño pueda dar cuenta de su historia, de su identidad, desde su propia
voz. Esta biografización tiene que ver con un proceso a través del cual, uno va conociendo
e interpretando los contextos en los cuales su historia, su vida, se han construido; contextos
atravesados por relaciones de poder y signados por la desigualdad.
“(...) “dar voz a los participantes”. No es simplemente hacer que los sujetos hablen acerca de
sí mismos, haciendo una descripción de su vida y sus pensamientos. En este caso estaríamos
ante un conocimiento que podríamos denominar como “inocente”, en la medida en que no
compromete los principios sobre los que se sustentan estas descripciones.”
(Rivas López, José I. Mimeo -2000).
Actividad
.
Leer el patito feo...
El patito feo
Tierra adentro, en la parte baja de la pradera, escondido entre los altos juncos que
crecían en el borde de la laguna, había un nido lleno de huevos. Mamá Pata estaba
suavemente sentada sobre ellos, para darles calor. Esperaba con paciencia el nacimiento
de sus patitos. ¡Crac! ¡Crac! Uno tras otro comenzaron a abrirse los huevos, y los patitos
asomaban por ellos sus cabecitas. Pero... ¿qué será esa horrible ave gris que aparecía?
Mamá Pata no salía de su asombro. "Ninguno de los otros patitos es como éste!" exclamó.
Algunos días después, Mamá Pata fue caminando hasta la laguna seguida de
sus patitos.¡Plafff! Se lanzó al agua... y uno tras otro saltaron los patitos. Flotaban
espléndidamente. Y hasta el patito feo nadó junto a ellos.
Después fueron al corral de los patos. Los otros patos los miraron con impertinencia
y dijeron: "Miren, aquí viene otra cría, ¡como si ya no fuéramos bastantes! ¡Y qué feo
es ese patito! ¡Sáquenlo de este corral! ¡No lo queremos!"
Uno por uno, los patos se lanzaron sobre el patito feo y lo picotearon en el cuello, y
lo empujaron de un lado a otro. Vinieron después algunos pollitos y ellos también
picotearon al pobrecito.
Todos los días era lo mismo. El patito feo no podía escapar al maltrato. "Creo que
será mejor que me vaya lejos, muy lejos", se dijo por fin. Así es que, saltando el
cerco, salió a viajar tan rápido como pudo.
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Vino el invierno. Los días eran cada vez más fríos y el pobre patito feo tuvo que
nadar en el agua helada que empezaba a congelarse a su alrededor. Nadie le traía
alimentos y apenas tenía qué comer. ¡Todo era muy triste!
No pasó mucho tiempo antes de que se encontrara en un gran jardín. Tres hermosos
cisnes nadaban en un estanque. "Me gustaría ir con ellos", se dijo el patito.“Quizá ni
siquiera me hagan caso, por ser tan feo. Pero, sin embargo, no importa, lo intentaré".
Voló hasta el agua y nadó rápidamente hacia ellos. Pero cuando miró hacia abajo y
vio su propio reflejo en el agua clara, ¡qué sorpresa! Ya no era un ave oscura y fea, como
le había parecido siempre. Él también era ahora un hermoso cisne blanco.
Unos niños entraron al jardín, gritando: ¡Un cisne nuevo! ¡Mírenlo, aquí!" Y después
añadieron: "¡Es el más lindo de todos los cisnes!"
El cisne nuevo volvió tímidamente la cabeza. Pero se sentía feliz. Aleteó, curvó el
grácil cuello y dijo: "Jamás soñé con tanta dicha cuando era el patito feo".
fin
Extraído de http://www.bebesenlaweb.com.ar/cuentos/clasicos/patitofeo.html
39
Para charlar con los alumnos
• ¿Cómo le decían al patito que era diferente a los demás? ¿Por qué?
• ¿Por qué razón se burlaban?
• ¿Qué es ser distinto? ¿Quiénes son iguales? (Todos somos diferentes y
es lo que nos enriquece. Lo que no deberíamos ser es desiguales)
• ¿En qué cosas deberíamos ser iguales? (Sugerir el tema de los derechos
y oportunidades).
• ¿Qué hubiese ocurrido si el patito hubiese nacido entre los cisnes?
• ¿Lo hubiesen visto feo?
• ¿Era feo el patito?
• ¿Cómo se imaginan ustedes al patito?
• ¿Qué otras características puede tener el patito? ¿Se lo podría llamar
de otra manera?
• ¿El patito es igual para todos?
Para reflexionar
Esta es parte de una entrevista que nos muestra un ejemplo de cómo al considerar las
distintas formas de lectura que traen los niños, se revaloriza el capital cultural de origen.
Los docentes no deberían descartar qué leen ni cómo leen los alumnos de los niveles
socioeconómicos menos favorecidos. Si aprovechan esas aptitudes, pueden mejorar la
calidad de la enseñanza.
Por Analía Roffo.
-Sí, sí. Porque en el mundo escolar se encuentran las primeras grandes desigualdades. Los
niños de los ambientes más desprovistos de recursos culturales y escolares, con padres que
no tienen título y que pueden ser en algunos casos analfabetos, suelen tener experiencias
dolorosas en la escuela. Porque lo que descubren en ese universo rara vez confirma lo que
ellos han adquirido hasta ese momento en su familia.
40
-Intentemos centrarnos en las políticas pedagógicas específicas.
¿Por dónde sugiere empezar para atemperar las experiencias
dolorosas de los chicos en las escuelas en desventaja, las de los
sectores sociales más bajos?
-Hablemos de la lectura, entonces, de las formas como leen chicos y adolescentes. Cuando
los docentes tienen que enfrentar a chicos con dificultades escolares suelen pensar que en
la casa no se lee y que nadie tiene intereses de ningún tipo. Falso, obviamente. La
sociología puede y debe aportar entonces la posibilidad de establecer una diferencia entre
los modos de lectura que se verifican en las familias y los modos de lectura escolares. Los
docentes deberían entender que no hay solo un tipo de lectura ni una sola manera de leer.
-En la escuela, en Francia, cuanto más se avanza en los grados, menos se autoriza a
los niños o a los adolescentes a identificarse con los personajes, a interesarse en la
historia. Se hace una suerte de lectura mecánica. (…)Es como si usted abriera un motor
y sacara las piezas para saber cómo funciona. Y los chicos de los medios populares se
resisten a eso, no les interesa. Y tienen razón. Hay que armar una relación bastante
intelectual con el texto para que esas mecánicas gusten. El problema es que los docentes
creen que a esos alumnos no les gusta leer y no saben leer.
Lo que hay que tratar de explicarles a los docentes es que en los medios populares
no se lee poco, ni sin interés, sino que no se leen las mismas cosas ni de la misma manera
ni con las mismas expectativas de los sectores medios y altos.
(…) Una de las características de los modos populares de apropiación de los textos es
anclarlos en realidades prácticas. Estadísticamente en Francia hay personas que poseen
muy pocos libros. Cuanto más se va a los medios populares, vemos que se lee menos, pero
no poco, insisto.
Son libros prácticos para hombres o mujeres: revistas para hacer físicoculturismo o libros
de tejido, recetas de cocina, manualidades de todo tipo. Son textos que no están hechos
para ser interpretados sino para ser convertidos en gesto. Son instrucciones de uso en
definitiva.
-Sí, pero no todo el diario. Hombres y mujeres de los medios populares empiezan leyendo
los policiales, los avisos fúnebres, los nacimientos (temas importantes en los diarios
locales). Todo lo cercano, lo local, les interesa. En cambio, no leen las noticias políticas ni
las económicas(…).
-Sí, no lo dude. No parece importar que los chicos se identifiquen con los personajes ni con
las situaciones vividas. Importa qué estilo tiene el autor, a qué corriente literaria
pertenece. Se hace una lectura casi de crítica literaria, muy adecuada para otros niveles o
especialidades, pero no en las escuelas.
-Me parece muy legítimo respetar los modos de lectura que los chicos
traen de la casa, pero también es cierto que para seguir estudiando o
para tener mejores trabajos, se requieren aptitudes de lectura más
sutiles y entrenadas.
41
-¡Claro! La constatación sociológica no debe hacer pensar que está muy bien que en
los medios populares se lea lo que se lee y que hay que dejarlos en ese nivel y nada
más. Este análisis -esta aceptación de lo que cada alumno trae- debe servir para
pensar una estrategia pedagógica. Porque los docentes no deben pensar que trabajan
sobre una tabla rasa, ni desestimar conductas de los alumnos, sino saber que se
puede progresar sobre esa base hacia una mayor complejidad.
Los condicionamientos que atraviesan la vida de los alumnos explican gran parte de su
desempeño; pero no revelan cómo ciertas familias e individuos generan estrategias que
resisten o superan parte de los límites que se les imponen con toda su crudeza.Tampoco
dan cuenta de cómo es que, bajo ciertos contextos institucionales, los niños logran superar
las biografías escolares anticipadas o las profecías de fracaso.
Hay cierto misterio en la escuela. Existe una dinámica singular en cada aula, donde
los límites sociales y culturales impuestos al alumno y las opciones de libertad que el
docente le brinda, se combinan produciendo resultados inimaginables.
Y cuanto más se conocen los puntos de partida desiguales con los que los alumnos transitan
su escolarización, mejor se está en condiciones de operar sobre ellos intentando superarlos
o, por lo menos, reducir sus efectos negativos.
42
Para contribuir a lograr trayectorias exitosas, es preciso primero derribar la idea de que los caminos
que recorren los alumnos a través del sistema educativo son homogéneos, lineales y predecibles
en todos sus aspectos.
Por eso, la pregunta sería ¿qué es lo que hace que alumnos pertenecientes a un mismo sector
social, a un mismo género y nacionalidad construyan distintas estrategias y trayectorias escolares?
¿Qué es lo que hacen algunas escuelas cuando tuercen los destinos escolares?
Actividad
43
El poder de las expectativas del maestro sobre el desempeño escolar del alumno, tiene su
antecedente más importante en una investigación que impactó en estudios posteriores,
realizada por Rosenthal y Jacobson (1968) publicada bajo el título de:“Pygmalion en la
escuela”. El estudio consistió en un clásico experimento a partir del cual verificaron como
hipótesis principal que:“En una clase dada, los niños de los que el maestro espera un
desarrollo mayor, mostrarán realmente tal desarrollo”.
Mediante su investigación, dan cuenta del fuerte impacto que tienen las creencias del
maestro respecto de la capacidad intelectual de sus alumnos en su rendimiento escolar.
De esta forma, a modo de profecías auto-cumplidoras, las expectativas de rendimiento
de los docentes se traducen en ciertos resultados escolares de sus alumnos. Se podrían
sintetizar sus conclusiones en una suerte de equivalencias que resultarían así:
PA R A P R O F U N D I Z A R
"Pygmalion en la escuela":
¿Qué ocurrió ocho meses después? Los alumnos del grupo supuestamente
más brillante, aumentaron considerablemente su puntaje en la prueba
tomada a los ocho meses.
44
En las pequeñas cosas, la escuela
se hace grande.
Un buen ejemplo de cómo la escuela puede brindar una
segunda oportunidad.
Actividad
La historia de este niño corresponde a Albert Camus quien, a pesar de su historia familiar,
se convirtió en un destacado escritor que llegó a obtener el Premio Nobel de Literatura.
¿Cómo es que este niño de condiciones humildes pudo transformar su destino de origen?
La respuesta está en su trabajo autobiográfico publicado bajo el título “El Primer Hombre”
que luego toma Alvarez- Uría (1999) 5 en su texto “Escuela y subjetividad” para hacer un
análisis socioeducativo. A través del relato de Camus (1998) se evidencia el lugar que juega
su maestro y la escuela en la construcción de nuevos horizontes.
Pese a los previsibles pronósticos de fracaso escolar, Jacques - nombre con el que aparece
Camus en su obra- logra conseguir una beca para ingresar al Liceo, escapando así de su
destino de origen.
“(…)el señor Bernard, su maestro de la última clase de primaria, había puesto todo su peso
de hombre, en un momento dado, para modificar el destino de ese niño que dependía de él,
y en efecto, lo había modificado”.
La evocación de su paso por la escuela deja ver que, para Camus, la institución escolar
5
Seguimos el camino interpretativo de Álvarez Uría
45
representó una evasión de su vida atravesada por los condicionamientos de la pobreza,
percibida por él como una fortaleza sin puente levadizo. Así lo recuerda:
No, la escuela no sólo les ofrecía una evasión de la vida de familia. En la clase del
señor Bernard por lo menos, la escuela alimentaba en ellos un hambre más esencial
todavía para el niño que para el hombre, que es el hambre de descubrir”.
Ahora bien, existe una corriente que argumenta que si se salvó de fracasar fue únicamente
por su inteligencia, por su voluntad o su esfuerzo individual.
El interrogante es cómo explicar el “éxito” en la escuela de Albert Camus, sin caer en los
enfoques individualizantes de los talentos humanos o las inteligencias dadas, sino poniendo
énfasis en analizar las condiciones que han hecho posible esta excepción y que han tenido
un papel significativo en la construcción de una trayectoria alternativa.
Como sostiene Alvarez Uría, no existía una continuidad entre familia y escuela como sucede
con los niños de las clases medias. Para Camus, la escuela era la puerta hacia lo nuevo y
desconocido hasta el momento, por él y su familia. En la clase del señor Germain, los
alumnos sentían por primera vez que existían y que eran objeto de la más alta
consideración:“se los juzgaba dignos de descubrir el mundo.”
“…con el señor Bernard era siempre interesante por la sencilla razón de que él amaba
apasionadamente su trabajo”.
Entre el Albert Camus alumno y el famoso y reconocido hay una enorme distancia pero la
bisagra entre ambos, se construyó sin duda en la escuela.
Cuando recibe el Premio Nobel, en noviembre de 1957, le escribe a su maestro:
“He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la
noticia pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que
tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de
todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos
la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus
esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en
uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.”
Como sostiene Alvarez Uría, esto no significa que en la escuela se tejan de forma definitiva
los hilos conductores de la vida. La vida da siempre muchas vueltas. Pero, de todas formas, sí
46
parece muy importante la socialización escolar en el tipo de relación que se establece entre
el sujeto y el conocimiento, y ello especialmente si en ese proceso, el sujeto es un niño al
que se le considera digno de descubrir el mundo.
El caso de Camus, es un ejemplo sugerente en lo concerniente al hecho de que la clase
social y la cultura familiar incorporada pueden constituirse en límites o determinantes
fuertes, pero hasta cierto punto, de los destinos escolares.
Actividad
47
Bibliografía:
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48
3
La institución escolar
y la violencia *
Ligado a esta cuestión sobre el sentido de la violencia nos interrogamos ¿qué es lo nuevo
y qué es lo viejo en relación a la violencia escolar? Por otra parte, ¿existe una violencia en
general o sería más pertinente hablar de violencias? y en todo caso, ¿qué distinciones
resultan relevantes hacer?
49
Dos enfoques de violencia:
abarcativa y restringida.
Hay dos grandes enfoques en relación al concepto de violencia.
El punto de vista restringido se refiere a hechos o prácticas que implican mayormente
daño físico sobre las personas. Decimos que esta perspectiva se vincula con una versión
restringida ya que en ella, tiende a delimitarse el concepto con aquello que está sancionado
jurídica o normativamente. La violencia implicaría actos delictivos tales como homicidios,
lesiones, agresiones con o sin armas que, como todos sabemos, se hallan en nuestro código
penal.
La mayoría de las investigaciones, muestran que este tipo de hechos es más bien
infrecuente dentro de las instituciones escolares, aún en países como EEUU donde se
registran los mayores porcentajes de este tipo de hechos.
Así, en nuestras escuelas, las peleas de los alumnos pueden resultar violentas para muchos
de los docentes y autoridades, mientras que para aquéllos pasa por un simple juego, o como
una sencilla pelea, sin otra connotación negativa o vergonzante.
Al mismo tiempo, en una sociedad atravesada por la violencia, los niños naturalizan ciertas
formas de interacción que les impide reconocerlas como violentas.
Para los padres de un alumno, la colocación de una mala nota, podría ser calificada
como un hecho violento, en tanto que para el docente puede ser algo vinculado a su
trabajo de enseñar.
Para reflexionar
50
Si bien ambas posturas tienen sus limitaciones, consideramos necesario entender que la
violencia en nuestras escuelas implica tener presente los sentidos y las prácticas que los
miembros de la comunidad educativa asocian a dicho concepto, para estar en mejores
condiciones para operar pedagógicamente hacia formas de relación donde la violencia no
sea un modo natural.
Dar la palabra…
Extaído de una entrevista realizada a Gianni Rodari, escritor, periodista, maestro y pedagogo.
En: http://www.imaginaria.com.ar/12/5/rodari.htm
La primera refiere al grado de novedad: ¿es la violencia escolar un fenómeno nuevo o viejo?
¿Qué continuidades y rupturas se puede establecer en las formas de expresión de la
violencia? ¿Qué es violencia en un contexto y qué es en otro?
La segunda remite a la cuantificación del fenómeno: ¿Existe hoy más violencia que antes?
¿Qué parámetros de comparación utilizar? ¿Qué violencias se registran y cuáles no? ¿Qué
indicadores se construyen en torno de la violencia escolar?
51
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, las escuelas fueron incorporando
modificaciones en sus pautas organizativas pasando de prácticas más rudas, tales como el
castigo físico, hasta, por ejemplo, formas de sanción que contemplan la reparación de los
daños o heridas causadas.
Ante la pregunta de si existe hoy más violencia que antes, debemos distinguir al menos dos
dimensiones del tiempo: el largo plazo y el corto plazo. Si leemos las estadísticas
relativamente recientes observamos que, en el corto plazo, las violencias han aumentado,
pero es difícil establecer una comparación en el largo plazo. Las dificultades de comparar
se sitúan en la diversidad de fuentes y de indicadores existentes. Así, debemos relativizar
-cuando no desestimar- las afirmaciones de sentido común que sostienen el aumento de las
violencias escolares. Lo que sí podemos establecer es que, actualmente, se tornan visibles
ciertos fenómenos que se nombran como violencia, mientras que antaño “pegarle con la
regla a un alumno indisciplinado” no era percibido como un acto violento ya que la escuela
se presentaba como una institución legitimada para ejercer la autoridad pedagógica y la
violencia simbólica.
Al respecto, cabe preguntarse ¿el aumento de las violencias expresa un aumento de ellas
mismas o de las violencias registradas? Desde este interrogante, podemos plantear que
las estadísticas elaboradas en relación a la violencia escolar, colaborarían sólo de manera
indirecta a sostener la hipótesis del aumento de las violencias.
En todo caso, lo que resulta significativo es que la novedad del fenómeno de la violencia
escolar radica fundamentalmente, en la existencia de una fuerte ruptura con los imaginarios
o significados sociales ligados a la infancia y a la escuela moderna.
¿En qué consiste esta ruptura de las representaciones sociales sobre la infancia?
En cuarto lugar, los docentes y el personal administrativo son en algunos casos blanco
de actos repetidos, mínimos, cuya acumulación produce un estado de sobresalto y de
amenaza permanente. En las sistematizaciones sobre la temática, se pone en duda la
denominación de violencia para estos actos, interpretándolos como fenómenos de
micro-victimizaciones o incivilidades, entendidos como faltas de respeto (este tipo de
fenómenos también reciben la denominación de micro-violencias).
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Al mismo tiempo, podemos sostener que la violencia en la escuela, sigue siendo
mucho menor a la que acontece en otros espacios sociales. Esta constatación nos lleva
a preguntarnos entonces, de dónde surge esta preocupación sobre los hechos de la
denominada “violencia escolar”.
El investigador Bernard Charlot (1997) nos da un principio de respuesta cuando señala que
la preocupación por la violencia escolar es mayor que la que acontece en otros espacios
porque ésta contrasta con “representaciones sociales que tienen un valor fundante: acerca de la
infancia (inocente…); acerca de la escuela (lugar de paz); acerca de la sociedad (pacificada en
un régimen democrático).” (Charlot, 1997, p.1).
Los docentes suelen trabajar desde la perspectiva de “ponerse en el lugar del otro”
con los alumnos y esto permite una comprensión mutua de los sentimientos del
compañero.“¿Cómo te sentirías si te pasara o si te hicieran...?” es un modo de que los
alumnos puedan lograr un respeto por el otro, como modo de prevención de las
formas violentas de relación social entre los compañeros.
Esto significa, que la agresión puede ser causada por diferentes motivos. Por ejemplo, una
agresión por robo, expresa una motivación adquisitiva, es decir, se origina en el deseo de
obtener aquello que posee el otro. Una agresión por intimidación puede tener una
intención puramente demostrativa. Por último, la agresión puede ser relacional, contra una
persona con la que tenemos un vínculo determinado (laboral, familiar o de amistad) por
ello, la motivación habría que buscarla en la conflictividad de esa relación.
Para el caso de la escuela, esta distinción resulta pertinente ya que muchos de los
comportamientos de nuestros alumnos que tildamos de “violentos” tienen motivaciones
diferentes.
Así, respecto al término violencia en las escuelas, debemos ser cuidadosos y no usarlo para
nombrar a casi todo lo que sucede en la escuela.
Conviene, entonces, introducir otro tipo de distinción. Para ello partimos de la diferenciación
que realiza Charlot (2002) en relación al uso del término “violencia” y su vinculación con la
escuela. Las categorías propuestas son las siguientes:
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• Violencia de la escuela
• Violencia hacia la escuela
• Violencia en la escuela
Por otra parte la violencia hacia la escuela, es aquella que está dirigida hacia los docentes,
directivos y bienes materiales. Estos actos de violencia actúan como formas de contestación
frente a la institución escolar. El concepto abarca tanto a los actos de vandalismo contra
el patrimonio escolar como a las faltas o transgresiones a las pautas de la institución y a las
agresiones al personal. Un ejemplo interesante de este tipo de acciones podría ser la quema
de la biblioteca escolar. La acción tiene como destinatario evidente a la escuela. A su vez, la
biblioteca no representa cualquier lugar, es lo que simboliza la palabra, la cultura, aquello
con lo que la escuela trabaja diariamente. En la violencia hacia la escuela, los actos tienen un
significado de rechazo o contestación dirigido contra la institución escolar.
Lo que queremos poner de relieve es que la diversidad de este tipo de hechos, obliga a
pensar estrategias diferenciadas con el objetivo de intervenir sobre la violencia que se
manifiesta en nuestras escuelas.
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Un primer punto de discusión es aquel que plantea la influencia de los medios,
en especial de películas o programas con alto contenido de violencia y la incidencia
supuesta sobre las conductas agresivas de los alumnos.
Algunas investigaciones han intentado mostrar, con escaso éxito, las relaciones entre
violencia consumida y violencia ejercida. Muchos de estos trabajos encuentran que, a mayor
violencia observada por los niños y jóvenes, mayor violencia es ejercida por éstos.
Uno de los cuestionamientos más comunes de estas investigaciones, es que pasan por alto
la incidencia de otras variables como por ejemplo, la exposición a malos tratos familiares o a
abusos de las fuerzas de seguridad, entre otros.
El segundo punto, más interesante de abordar, resulta de la mirada que tienen los medios
sobre la violencia escolar, expresada en las noticias referidas al tema, y el papel que juegan
éstos en la construcción de la opinión pública.
Antecedentes
Los hechos de violencia en los que hay alumnos implicados son cada vez más
frecuentes. Y a la agresión entre compañeros, se sumó el ataque a profesores. Hace tres semanas,
una profesora de física, fue apuñalada por un alumno de 15 años al que tomaba un
recuperatorio. La profesora, de 48 años, murió horas después. La tragedia sucedió en un colegio
privado de una localidad de nuestro país. El chico no tenía antecedentes de mala conducta.
Guantes
Un chico que llevaba guantes de lana pese al calor, sacó un puñal y saltó sobre su profesora
de química en un colegio de Wilde, en el conurbano bonaerense. La profesora de 38 años,
llegó a atajarse del ataque y recibió cortes en varios dedos de su mano derecha. Según la mujer,
el chico, que no tenía problemas de conducta, apuntó directamente a su corazón, pero su
reacción la salvó.
Trompada
Un adolescente de 16 años le pegó una trompada en la cara a su profesor de ciencias sociales
porque le exigió mucho durante el año. Ocurrió en una secundaria donde el chico cursaba el
tercer año. Aunque después del episodio el alumno le pidió disculpas al docente golpeado, las
autoridades del colegio lo expulsaron. El chico debía rendir siete exámenes recuperatorios de
distintas materias.
En el patio
En junio de este año, un chico de 12 años fue apuñalado por otro de 15 en una escuela privada.
Según la madre del chico agredido, su compañero lo atacó luego de que discutieran en el patio
del colegio durante un recreo. Ya en el aula, el chico de 15 le pidió un cortaplumas a otro y atacó
al de 12. Herido en el brazo, recibió varios puntos de sutura.
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¿Qué imágenes de la violencia presentan los medios?
En primer lugar, podemos observar que la imagen que construyen los medios sobre la
violencia escolar ubica a los alumnos como los principales ejecutores de la misma,
son ellos quienes ejercen violencia, o bien contra sus docentes o bien contra otros alumnos.
Así, los niños, los jóvenes y los alumnos aparecen sospechados y peligrosos; habría
que prevenirse de ellos.
¿Qué muestran los medios? Básicamente los diarios representan la violencia escolar como
casos de violencia interpersonal, enmarcados mayormente dentro de lo que se considera
delictivo. Entre los involucrados, son los estudiantes quienes se ven envueltos en situaciones
de violencia vinculadas a la portación de armas, a actos de vandalismo contra la institución
y a violencia entre pares. Este análisis, pone en evidencia que la violencia escolar ocupa un
lugar en la agenda de los medios cuando se producen picos de episodios que se asocian a
la figura de niños delincuentes.
Resumiendo, podemos decir que violencia escolar desde los medios es básicamente la
ejercida por los alumnos, involucrando acciones que se encuentran contempladas en el
código penal.
Para reflexionar
El nene, de primer grado, acaba de revolear un punzón que impacta en la mejilla de una
compañera. Después de escuchar el reto de la maestra, se queda en su silla, pero toma con
las dos manos un cuaderno, lo lleva hacia atrás por encima de la cabeza y le pega una y
otra vez al compañero que escribe mansamente en el escritorio de atrás. (…) Especialistas
consultados por Página/12 coincidieron en que las conductas violentas -que siempre
existieron- son cada vez más frecuentes en las aulas con niños pequeños. ¿Cómo enfrentan
el problema los docentes? Directivos, psicopedagogas y psicólogas infantiles describieron
esta nueva realidad que sacude los establecimientos educativos y aconsejaron cómo actuar.
Este año un padre se encadenó a una escuela pública para reclamar que separaran del
grado al que concurre su hijo de siete años, a un compañerito que supuestamente le
pegaba. “La actitud del hombre, por demás repudiable, puso en primer plano un problema
grave que se está viendo cada vez más: chicos con problemáticas de violencia que pegan y
golpean a sus compañeros”, señaló Gabriela Dueñas, psicopedagoga que trabaja en
colegios privados de sectores medios y altos. “Cada vez hay más casos de niños con
inconducta: chicos que no pueden sostener la tarea escolar, que manotean o pegan a
compañeritos.(...) “Se están observando casos nuevos, de chicos que no tienen problemas
de aprendizaje, pero tienen dificultad para la adaptación a lo cotidiano escolar: no
respetan los tiempos ni las directivas básicas de la escuela”, apuntó Patricia Silva,
psicóloga, coordinadora zonal de los equipos de orientación escolar de la Secretaría de
Educación de la ciudad.
Los especialistas vislumbran que detrás de estos cuadros, la mayoría de las veces hay
situaciones de violencia familiar. “No necesariamente tiene que ser violencia física, a veces
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puede ser psicológica: un chico que está solo la mayor parte del día se siente abandonado.
Por lo general, descargan en la escuela lo que viven en el ambiente familiar”, observó
Dueñas. “A veces hay falta de límites o hay un trasfondo social de desocupación o
desintegración familiar”, destacó Silva. La irrupción de esta problemática no sorprende a
Silvia Duschatzky, investigadora de Flacso en el área Educación. “¿Por qué seguir
esperando que no peguen, si la sensación es que se vive una guerra de todos contra todos
en la sociedad?”, reflexionó.“La agresividad hoy es parte constitutiva de la sociedad y por
ende de la escuela”, describió Ana Suárez Orozco, directora de una escuela enclavada en
una ex zona fabril, con 430 alumnos de EGB y tres turnos de comedor.(…)
Intolerancia:
Como primer consejo, Muafra plantea lo que también afirman otros especialistas: “No hay
que etiquetar al nene como el violento y el malo de la película”. Otro aspecto
fundamental, agregó, es que la escuela analice cada caso en particular. “No es lo mismo un
chico que se pelea en forma circunstancial que otro que pega todo el tiempo”, diferenció.
“Cuando hay violencia hay algo que no se pone en palabras. La idea es buscar qué es lo
que no se está poniendo en palabras”, apuntó.
(…)Es frecuente que padres de los compañeros de un nene que tiene conductas violentas en
el grado planteen que ese chico no es para ese grupo. “Eso es lo habitual, lo que quieren es
sacarlo porque plantean que desestabiliza el aprendizaje de los otros. Pero no podemos
seleccionar a los niños. Buscamos dar todas las respuestas antes de tomar una decisión de
esa naturaleza. Hay padres que comprenden, pero hoy hay una intolerancia muy
marcada. La integración del diferente está instalada en el discurso, pero no en lo
cotidiano”, consideró Prado, director de Educación Primaria.
“Hay papás que les dicen a sus hijos que la próxima vez que sean agredidos devuelvan
el doble o el triple de fuerte o no se acerquen más a él, lo que finalmente va agravando
la problemática, porque el nene termina discriminado o rotulado, cuando generalmente
es una víctima de una situación familiar”, apuntó Dueñas. “Algunas veces hemos citado
a todos los padres de un grado para explicarles qué está pasando. Es muy raro que se
saque a un chico del aula. Además, a veces no se resuelve el problema sólo con que el
chico vaya a un tratamiento porque el problema de violencia trasciende y es familiar”,
sostuvo Diez, directora de la Escuela Nº 9, de La Boca. “Jamás planteo la expulsión”,
aseguró Suárez Orozco.
Actividad
Según el artículo:
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Así como se nominan las acciones, también se nominan a los alumnos de manera particular.
Un trabajo de Periodismo social, pone en evidencia un dato significativo: cuando los
alumnos o jóvenes se encuentran envueltos en algún hecho delictivo o de violencia, reciben
la denominación de “menores” asociada fuertemente al lenguaje jurídico-policial. Por otra
parte, cuando éstos son víctimas de alguna situación de violencia o maltrato, son nominados
con apelaciones a términos que se vinculan a una imagen de la infancia inocente.
Lo que esta visión dicotómica de nuestros alumnos pasa por alto muchas veces, es que
las nominaciones estigmatizan a sus destinatarios y que además éstas tienden, al
individualizar a los actores, a depositar la violencia en los sujetos desplazándola
del verdadero eje de análisis que son las relaciones sociales en donde ésta se produce.
Para poder dar mejor cuenta de la complejidad de los problemas, quizás sería conveniente
hablar en términos de relaciones o prácticas violentas, más que atribuir “la violencia” a tal
o cual alumno.
Para reflexionar
Perversos polimorfos
Ya Freud los había tratado de perversos polimorfos. Pero hasta ahora nadie había
soñado con detectar futuros delincuentes en niños de entre dos y tres años que presenten
"frialdad afectiva, tendencia a la manipulación, cinismo y agresividad", y que sean
impulsivos, poco dóciles y tengan un "índice de moralidad baja". Esta conclusión de
un estudio francés, sin embargo, inspiró un anteproyecto de ley sobre prevención de la
delincuencia que presentará el ministro del interior Nicolás Sarkozy. A partir de los seis
años se les podría inclusive suministrar medicamentos y psicoestimulantes. Por lo visto,
la perversidad polimorfa se está desplazando hacia la adultez.
Pero la cuestión más profunda es otra. Una mirada de desconfianza sobre un chico crea,
en el acto, un chico no confiable, y peor aún, un niño que ya no confía en sí mismo.
Esto sienta las bases para la alteración del comportamiento: así estaremos siempre frente
a la profecía autocumplida, ya que vigilar potenciales "delincuentes" contribuirá a que
se desarrollen como tales. Nunca hay neutralidad en la mirada: los niños se convierten
en aquello que les proponen ser los ojos que los miran.
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proponga detectar a los delincuentes en potencia mediante estudios genéticos, antes de su
nacimiento. Si un futuro Hitler fuese detectado, ¿habría que liquidarlo de antemano?
¿Habremos de exterminar, no sólo la vida, sino expurgar quirúrgicamente de ella todo lo
que consideramos inconveniente? No habrá que esperar entonces ningún juicio final: nos
habremos condenado nosotros mismos, como especie, antes de comenzar a vivir.
Para reflexionar
• ¿Y a un “alumno violento”?
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Hasta no hace mucho tiempo, a la figura de niño se la podía asociar a imágenes de “pureza”,
“inocencia” entre otras. ¿Qué ha sucedido entonces? Evidentemente, se ha producido una
ruptura en la forma de mirar la infancia, producto de procesos de exclusión social de
los cuales, los niños terminaron siendo los más castigados.
Es entonces, de esta manera, como desde los diarios, la televisión y otros tantos medios se
va construyendo una visión criminalizada y estigmatizante de la infancia.
A continuación, veremos un ejemplo más (entre tantos) de cómo esta nueva forma de mirar
la infancia termina criminalizando a los niños.
Así lo afirma un estudio confidencial del Ministerio británico del Interior publicado por
la prensa de ese país. Además, destaca la eficacia de promover iniciativas "suaves", como
la lectura y el lenguaje, para revertir esa tendencia.
Según un informe confidencial del Ministerio británico del Interior, cuyos resultados
fueron publicados hoy por el diario de "The Sunday Times", se puede observar la tendencia
a delinquir de una persona a partir de los tres años y, de esta forma, vigilar de su
comportamiento.
En el documento, encargado por el primer ministro Tony Blair para encontrar fórmulas
de reducción del crimen, se aclara que es posible detectar a un futuro delincuente,
por su conducta agresiva, en la guardería o por la existencia de antecedentes penales
en su familia.
Para controlar esa amenaza, el informe recomienda clases para los padres y una atención
específica para los pequeños "fuera de control". "Con el fin de reducir el crimen, las razones
por las que se deben destinar recursos a los niños con riesgo de delinquir son abrumadoras",
afirma el documento del Gobierno.
Estima además que a los tres años, los niños que no están bajo control tienen hasta
cuatro veces más posibilidades de acabar en prisión en el futuro.
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En cuanto a las acciones sobre los alumnos, se pueden establecer dos grandes grupos:
Por un lado, las soluciones pedagógicas que engloban capacitación docente, los programas
de mediación y resolución de conflictos, las iniciativas referidas a la convivencia escolar,
las campañas de prevención y las tutorías, hasta la revisión de reglamentos y sistemas de
sanciones; por el otro la solución policial-penal que apunta a reforzar el control y la
vigilancia a través de policías, detectores de metales, alarmas y requisas a alumnos.
A su vez, estas concepciones negativas acerca de las poblaciones jóvenes se van extendiendo
e impregnan crecientemente el sentido común, adoptando una forma estereotipada,
simplificadora y homogeneizante. Pierden de vista la multiplicidad de maneras en que se
expresan los niños, más aún cuando éstos se encuentran en situaciones de pobreza, donde
estas imágenes de una infancia criminalizada, suelen traducirse en desconfianza y rechazo
a los integrantes de este grupo social castigado, llegando incluso a culpabilizarlos por sus
comportamientos y su situación.
En síntesis, hablar de “alumno-violento” es una forma de prejuzgar. Así, son señalados como
signos esenciales de violencia un conjunto de acciones y situaciones diversas en las que
se ven implicados a diario estos sujetos. Estos criterios de asignación, como expresiones de
creencias sociales más amplias, se imponen al presentarse como naturales, como si el “ser
violento” fuera algo propio del alumno y no el resultado de las condiciones sociales que lo
atraviesan.
En nuestro país, la mayoría de las medidas que intentan actuar sobre la violencia
en la escuela trabajan a partir de la promoción del diálogo, el uso de la palabra para
resolver conflictos entre los distintos actores. Son estrategias orientadas por una
concepción no estrecha de la prevención de la violencia, es decir, no están asociadas a lo
que se denomina estrategias de tolerancia cero que, por ejemplo, expulsan al alumno que
participa en una pelea o porta un arma, ni se centran en incrementar los sistemas de alerta
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y vigilancia, poniendo detectores de metales o revisando la mochila de los estudiantes.
Más bien, abordan la problemática contemplando diferentes variables y dimensiones de la
misma y abarcan temáticas diversas tales como: la convivencia escolar, los derechos
humanos, la educación para la paz, la educación en valores, el desarrollo de habilidades
para la ciudadanía.
6
(IIPE- Buenos Aires- sede regional del instituto internacional de planeamiento de la educación. Violencia en ámbitos educativos.
Informes periodísticos para su publicación - n° 1. Buenos Aires. Julio de 2001)
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B) Educación en valores
Es usted gitano y va a la escuela
Por Mariano Fdez. Enguita
Apuesto a que usted, lector, no es gitano. Pero imagine por un momento que lo fuera, más
o menos apegado a las formas de vida tradicionales del grupo, y lo metieran de repente
en la escuela ¿Cree que se encontraría a gusto? ¿Piensa que se sentiría súbitamente
agradecido por ser no ya admitido, sino succionado, al indiscutiblemente mejor y siempre
tan correcto mundo de los payos? ¿Cuánto tiempo cree que aguantaría en ella si pudiera
permanecer o abandonarla a su antojo?
Para empezar, le resultaría difícil comprender la obsesión reinante por el silencio y la
inmovilidad. Es verdad que algunos profesores no piden a sus alumnos sino que
mantengan unas condiciones que hagan posible el trabajo de los demás, pero otros,
tal vez la mayoría, pretenden que estén permanentemente inmóviles y en silencio, sin
levantar el culo de la silla, sin poder ir a beber agua ni al servicio, etc., como ideal de
los hábitos de trabajo y convivencia.
Esto encaja relativamente con el modo de vida payo, entre la preocupación de los
padres porque los niños no rompan la cristalería y la certidumbre de que la vida adulta
requerirá de ellos una actitud contenida y disciplinada en el trabajo. Usted, en cambio,
vendría de un hogar pequeño y numeroso, sin muchos objetos de valor que proteger,
poblado por niños de todas las edades que se crían en un clima altamente permisivo y
sin ningún motivo para pensar que el silencio o la parsimonia sean virtudes deseables.
[…] Si es ud. varón, sus maestras raramente aceptarían ni sabrían siquiera que en
su medio familiar ud. ya tiene autoridad sobre sus hermanas de cualquier edad e incluso
sobre su madre, por lo que le resulta cuando menos arduo someterse a la autoridad de
una mujer desconocida. Si es ud. mujer, es probable que tampoco aceptaran la franqueza
con que ya en la pubertad aborda temas como la regla, el matrimonio, el sexo o la
maternidad.
Llevado por su espíritu pragmático quizá decidiera ud. que, si no por sí misma, la escuela
de los payos podría interesarle como medio para alguna otra cosa, por ejemplo para sus
actividades económicas, como cualificaciòn para el trabajo. Enseguida se daría cuenta, sin
embargo, de que, más allá de la lectoescritura y las operaciones elementales, mejor
aprendería lo necesario para sus futuras actividades participando ya en ellas con sus
padres, en vez de pasar esas horas en el aula. Repararía en que esa disciplina y esas
destrezas abstractas que los payos consideran tan necesarias para el día de mañana puede
que lo sean para el trabajo en la fábrica o en la oficina, pero no tienen mucho que ver con
el comercio ambulante o la trata de ganado, ni con las flores o la cestería, ni, en general,
con el trabajo de subsistencia o por cuenta propia que ud. espera pronto desempeñar. […]
63
[…] Incluso si ud. se propone mantenerse como sea en la escuela de los payos, la
indiferencia de ésta ante sus obligaciones familiares y sociales aumentará las dificultades
que ya tiene. Como los payos sólo viajan en verano y celebran sus ceremonias en fin de
semana, no conciben que ud. tenga que ir a trabajar con su familia -o, simplemente,
que no puedan dejarle solo- durante semanas porque llegan los trabajos agrícolas de
temporada, actuaciones artísticas u otras actividades económicas lejos de la escuela, y
mucho menos que emplee varios días seguidos en una boda o un bautizo, ignorantes
de que, aparte de su aspecto lúdico, esos ceremoniales son el cemento de los extensos lazos
familiares y sociales que hacen posible su modo de vida, tan necesarios como el crédito
bancario para el de los payos. Pero no se haga ilusiones: su maestro dudará entre echarle
un rapapolvo o limitarse a una ironía sobre tan prolongada ausencia, sin pensar siquiera
en alguna fórmula que le permita satisfacer tanto a la escuela como al grupo.
Todo esto, claro está, adobado con numerosas experiencias extracurriculares no previstas
en el guión. Tarde o temprano habrá de pasar tragos como que el día que falta algo se
vuelvan hacia ud. todos los ojos, que le llamen despectivamente gitano, que le ofrezcan
una caridad que ni necesita ni quiere, que reconozcan sus excelencias afirmando que no
parece un gitano, que crean hacerle un favor sugiriéndole que cante y baile un poco para
los demás, que le coloquen a dibujar en los asientos del fondo, que le conviertan en carne
de compensatoria, o cosas peores.
No quiere decir esto que deba ud. huir de la escuela como de la peste, pues incluso para
ud. tiene su lado positivo. Si formase parte ud. de los sectores más marginales, podría
considerar su permanencia en las aulas como su aportación personal a la economía
familiar ya que parece ser condición para recibir el salario social, beneficiarse de
realojamientos y mantener buenas relaciones con los trabajadores sociales y las autoridades.
Si hubiera decidido ud. pasar la raya, apayarse, dejar a los suyos para rendirse y ser por
fin uno de los nuestros, no dude de que la mejor forma de hacerlo es la escuela, aunque
resulte dolorosa. Si, lejos de ambos extremos proviniese ud. de un sector acomodado y
relativamente integrado, sepa que durante toda su vida tendrá frecuentes relaciones con
los payos y que, por tanto, ha de conocer su mundo, y una vía para hacerlo es la escuela.
Si acaso es ud. realmente gitano, no vaya a pensar, por cierto, que yo suscribo su
mundo. Muchos de los rasgos que lo definen me parecen simplemente arcaicos, y algunos,
condenables sin importar a quién se atribuyan; sólo una parte me parecen realmente
distintivos y pocos de entre ellos, a la vez, admirables. Pero admito, eso sí, que son
rasgos, y que nadie tiene derecho a ignorarlos ni a descalificarlos en bloque, que su
cultura es importante para ustedes, que tiene como todas elementos positivos y que los
demás debemos aceptarla y podemos beneficiarnos de ella. Es lo mismo que pienso de la
mía, de la que uds. llaman paya, con independencia de cualquier valoración
pormenorizada de los elementos de una y otra. Por eso, créame, le sugiero
que intente aprovechar lo mejor de la escuela, aun a sabiendas de que será al precio de
amargos sinsabores, pero le comprenderé, sin reservas, si me dice que para ud. no
vale la pena.
El autor es catedrático de Sociología en la Universidad de Salamanca y autor de Alumnos gitanos en la escuela paya (Barcelona, Ariel, 1999).
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• ¿Hay algún alumno en la clase que se sienta excluido por ser diferente del resto?
• ¿Cómo actúa este niño en relación a los demás?
• ¿Cómo actúan los demás en relación a él?
• ¿Qué se puede hacer para incluirlo?
• ¿Cómo actúa la escuela frente a las distintas formas que traen los alumnos en
relación a sus:
Para reflexionar
Puntos de vista
Este cuento de Galeano, nos ilustra la necesidad de conocer otros puntos de vista para
entender la complejidad social.
Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo
es la hora del desayuno.
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino.
Desde el punto de vista del oriente del mundo, el día del occidente es noche.
En la India, quienes llevan luto visten de blanco.
En la Europa antigua, el negro, color de la tierra fecunda, era el color de la vida,
y el blanco, color de los huesos, era el color de la muerte.
Según los viejos sabios de la región colombiana del Choco, Adán y Eva eran negros y negros
eran sus hijos Caín y Abel. Cuando Caín mató a su hermano de un garrotazo, tronaron las
iras de Dios. Ante las furias del señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció
que blanco quedó hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Caín.
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Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿Cómo sería la primera noche de amor del género
humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni
conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que
parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas son puras mentiras que Adán
contó a la prensa.
Si las Santas Apóstolas hubieran escrito los Evangelios, ¿Cómo sería la primera noche de
la era cristiana? San José, contarían las Apóstolas, estaba de mal humor. Él era el único
que tenía cara larga en aquel pesebre donde el niño Jesús, recién nacido, resplandecía en
su cuna de paja. Todos sonreían: la Virgen María, los angelitos, los pastores, las ovejas, el
buey, el asno, los magos venidos del Oriente y la estrella que los había conducido hasta
Belén de Judea.
Todos sonreían, menos uno. San José, sombrío, murmuró:
-Yo quería una nena.
La venta de armas es una buena noticia para la economía, pero no es tan buena para sus
difuntos. Desde el punto de vista del presidente Fujimori, está muy bien asaltar al Poder
Legislativo y al Poder Judicial, delitos que fueron premiados con su reelección, pero está
muy mal asaltar una embajada, delito que fue castigado con una aplaudida carnicería.
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C) Una cultura de paz y solidaridad
Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida.
Para comprobar realmente quién lo era, decidieron correr una carrera.
Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre arrancó a toda
velocidad y corrió rapidísimo durante un tiempo. Luego, al ver que tenía
mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato,
recuperar fuerzas y después continuar su marcha.
Pero… ¡Se durmió! La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó,
la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.
Pero la historia tampoco termina aquí. Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó y
llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Por eso,
propuso otra carrera, pero por una ruta distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió
rapidísimo, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. La liebre no sabía nadar, y
mientras se preguntaba "¿Qué hago ahora...?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó
con su paso lento pero constante y terminó la carrera en primer lugar.
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Para reflexionar con los alumnos
• ¿De qué se trata el cuento? ¿De una competencia? ¿De una amistad?
• ¿Cómo es que dos animales tan pero tan diferentes entre sí pudieron
hacerse amigos?
• ¿Cómo aprovecharon sus diferencias?
• ¿Podrían haber llegado a destino en tiempo récord si hubiesen corrido
cada una por su lado como lo hacían antes?
• ¿Pueden dos compañeros así de diferentes hacerse amigos?
• ¿Qué pensaba la liebre de la tortuga antes de conocerla?
• ¿Y la tortuga de la liebre?
• ¿Qué pasó cuando se ayudaron entre sí? ¿Cuál fue el resultado de la carrera?
• ¿Qué ganaron?
Dentro de las iniciativas que tocan este eje es dable destacar dos proyectos que tienen
amplio alcance nacional. Uno de ellos es el “Parlamento de Escuelas por la Paz y la
Solidaridad” que se inscribe en el programa “Educación Solidaria”, dependiente de la Unidad
de Programas Especiales del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
Se propone contribuir a dar mayor visibilidad pública a aquellos adolescentes que, en las
instituciones educativas, tienen propuestas concretas para aportar a una “cultura de la paz y
la solidaridad”. Promueve la reflexión de los estudiantes para fortalecer el trabajo, las
actitudes y las acciones en favor de estos objetivos. Este tipo de iniciativas son llevadas a
cabo por varias provincias y establecimientos escolares de nuestro país, adquiriendo
características singulares de acuerdo a quiénes son sus protagonistas.
En palabras del propio Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus,“...es
la oportunidad para que los jóvenes manifiesten qué es lo que creen que tiene que hacer la
sociedad para responder a la violencia" 7
Desde este tipo de iniciativas se da voz a los alumnos, considerando que sus visiones
son legítimas y que pueden comprometerse con la problemática en su sentido activo.
La otra propuesta viene de la mano de la UNESCO,“Una cultura de Paz” 8 y apunta a que los
alumnos puedan expresar sus sentimientos, especialmente el enfado, la ira y la frustración,
encauzándolos de forma no agresiva ni destructiva (aprendan a autocontrolarse). También
se busca que los alumnos aprendan a dar soluciones a los conflictos sin acudir a la violencia.
Para ello se desarrollan estrategias como la construcción colectiva de normas, el debate y la
argumentación, la escucha y el respeto de las opiniones de los demás, el cumplimiento de
las responsabilidades, la cooperación y la ayuda, etc.
7
Lanzamiento de la convocatoria oficial, 2 de noviembre de 2004. En la Página web del Ministerio Nacional de Educación, Ciencia y
Tecnología: http://www.me.gov.ar/edusol/parlamento_2k4/parlamento_2k4.html
8
García Correa, A, 1998 extraído de IIPE- Buenos Aires- sede regional del instituto internacional de planeamiento de la educación.
Violencia en ámbitos educativos. Informes periodísticos para su publicación - n° 1. Buenos Aires. Julio de 2001
68
D) La mediación
Al igual que la negociación, la mediación permite a los actores gestionar sus conflictos en
forma pacífica y de esa manera se convierte en un instrumento valioso a la hora de prevenir
la violencia en la escuela.
El mediador, que puede ser un par o no, es un tercero que interviene en el conflicto de otros
dos actores, ofreciendo una instancia de diálogo y cooperación. La práctica de mediación
implica abordar el conflicto, de un modo constructivo y no violento.
La mediación educativa no significa “delegar” en los alumnos funciones que son
obligaciones de los adultos como educadores. Tampoco significa la búsqueda de culpables
sino la construcción de alternativas dialógicas a las diferencias y conflictos, que pudieran
afectar la relación entre distintos actores de la comunidad escolar.9
E) La capacitación
La capacitación docente se vuelve una herramienta fundamental en sí misma y como punto
de partida para otras medidas que se deseen implementar.
María Ester Rivas, supervisora del distrito Avellaneda en la provincia de Buenos Aires, relata
una experiencia de construcción de redes escolares para enfrentar las situaciones de
violencia en las escuelas:“En el distrito apostamos a juntar a las instituciones para pensar
y generar formas de trabajo colectivo. Era necesario conceptualizar las situaciones de
violencia que se sufrían, analizar sus causas, reflexionar sobre las características de la escuela
y de la comunidad, para luego desarrollar estrategias para abordar la violencia de manera
creativa y no quedarnos en la queja o la inacción”. 10
9
Martínez Zampa, D., 2001, Barreiro, T. 2000
10
IIPE- Buenos Aires- sede regional del instituto internacional de planeamiento de la educación. Violencia en ámbitos
educativos. Informes periodísticos para su publicación - n° 1. Buenos Aires. Julio de 2001)
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Estos son algunos de los ejes a través de los cuales se pretende abordar un problema que
hoy se presenta como ineludible y que requiere nuestra atención.
Sin embargo, y ante toda la oferta de iniciativas y experiencias, quizás debamos empezar
por lo básico: la mayor comunicación, el diálogo y la atención hacia los alumnos son las
estrategias que más nos pueden ayudar a enfrentar y dar algunas soluciones a esta
problemática.
Actividad
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Bibliografía
Enguita, Mariano Fdez (1999) Alumnos gitanos en la escuela paya, Barcelona, Ariel.
Galeano, E (1998) Patas arriba. La escuela del mundo al revés, Siglo Veintiuno, México,
Charlot, B. y Emin, J.C. (coord.) (1997) Violences à l'école. État des savoirs. Paris, Armand Colin.
* Para su realización, este capítulo se basó en el Proyecto PICT (17339) “Las Violencias en la
escuela media: sentidos, prácticas e instituciones”, con sede en el Instituto de Investigaciones
en Ciencias de la Educación (IICE), Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos
Aires (UBA)- Financia: Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT),
Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), Secretaría para la
Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva (SECyT) - Ministerio de Educación Ciencia
y Tecnología de la Nación. Sus autores son: Kaplan, Carina (2005) (Directora) Castorina, José
Antonio; Brener, Gabriel; Kantarovich, Gabriela; Orce, Victoria; Fainsod, Paula.
(Investigadores) Mutchinick, Agustina; García, Sebastián. (Investigadores becarios)
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La escuela puede ser
La escuela puede ser un lugar donde todo
lo puedo encontrar
si me dejan... buscar.
La escuela puede ser una puerta abierta,
de par en par,
una fuente para calmar la sed,
un espacio libre
para imaginar el porvenir.
Pasen, pasen,
que ya comienzan las clases.
Pasen, pasen,
que ya comienzan las clases.
Pasen, pasen,
que ya comienzan las clases.
Pasen, pasen,
que ya comienzan las clases.
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Este módulo de capacitación se terminó de imprimir en septiembre de 2006.