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RESEÑA DE

ANARQUÍA, ESTADO Y UTOPÍA


DE ROBERT NOZICK1
Caterina Bo Guzmán
Cientista político, UDP
Pasante Fundación para el Progreso | www.fppchile.cl
Noviembre, 2015

Robert Nozick nació en 1938 en Nueva York y murió de la vida cotidiana y la multiplicidad de conse-
en 2002. Fue profesor de filosofía en la Universidad cuencias que conllevan, lo que hace más atractiva
de Harvard. Nozick fue un intelectual que cambió su lectura.
su percepción de la política a medida que pro-
fundizó sus estudios acerca del origen del Estado En el siguiente ensayo, se describen los lineamien-
y los derechos individuales, pasando de un fuer- tos de su obra Anarquía, Estado y utopía y se desa-
te interés por las ideas hegemónicas de izquierda rrollan sus principales ideas sobre cómo llegar a un
—que corresponden particularmente a su épo- Estado óptimo (mínimo) sin violar las libertades de
ca— a exponer y defender los argumentos liberta- sus miembros al momento de su creación y pos-
rios. Su obra más destacada fue Anarquía, Estado terior desarrollo, logrando que este orden políti-
y utopía, libro publicado en 1974. Esta obra ofrece co-social salga de la concepción utópica. Adicional-
diversas reflexiones filosóficas y epistemológicas mente, se mencionan algunas críticas a algunas de
sobre las libertades individuales y los límites al sus tesis y se plantean formas de plasmar sus ideas
poder, analizando no solo hasta qué punto se jus- y principios a nuestra realidad contemporánea.
tifica moralmente la creación de un Estado, sino
también cuáles son los principios fundamentales
para que las personas puedan vivir en una socie- TEORÍA DEL ESTADO DE NATURALEZA
dad libre. Nozick discrepa de los argumentos anar-
cocapitalistas que defienden una situación ópti- En los primeros capítulos de este libro, Nozick se
ma sin Estado. Por el contrario, el autor plantea pregunta cómo se origina el Estado, qué ocurriría
que lo importante es limitar en la mayor medida si no existiera y si es posible la anarquía. Para res-
posible el poder de coacción de esta entidad.1 ponder estas preguntas, el autor cree necesario co-
menzar analizando el estado de naturaleza plan-
Lo más interesante de la obra de Nozick no es solo teado por John Locke.
su contenido, sino también la forma en que expli-
ca sus argumentos y expone sus críticas a trabajos Según Nozick, para imaginar una situación de
realizados por sus contemporáneos en torno a te- anarquía se debe explicar el campo de lo “no po-
mas similares, lo que significó que su obra fuera lítico”, como punto de partida, para dar cuenta de
reconocida a nivel mundial. Es un libro complejo cómo una situación política surge de una situa-
que incluye sus inseguridades como intelectual y ción no política o prepolítica. En el estado de na-
otorga un amplio espacio para plantear sus dudas. turaleza, los individuos están en perfecta libertad
Establece una diversidad de situaciones hipotéti- para actuar y disponer de sus cosas como estimen
cas y/o posibles (muchas veces caóticas), ejemplos conveniente sin depender de otros y ejerciendo los
derechos naturales del hombre, como son el dere-
1 Esta reseña se basa en Robert Nozick, Anarquía, Estado,
cho a la vida, a la propiedad y a la libertad.
y utopía, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 1988.


1
Cuando existen inconvenientes entre los individuos en el estado de naturaleza, se violan sus derechos
y no se respetan los acuerdos voluntarios, agotando todos los recursos para solucionarlos, podríamos
optar por asociaciones privadas, tales como las asociaciones de protección mutua. El origen de estas
agencias2 radica en un orden espontáneo o una suerte de mano invisible (como la metáfora propuesta
por Adam Smith), referida a las pautas de comportamiento que siguen los individuos para conseguir
sus fines dentro de la agencia, que muchas veces pueden no ser intencionales y que, espontáneamente,
se consiguen aunque estos no hayan sido premeditados, entendiendo que los individuos son fines en sí
mismos y no medios para conseguir un fin. Los individuos no pueden ser usados o instrumentalizados
sin su consentimiento. Estas son las restricciones morales indirectas. El autor llama restricciones liberta-
rias a aquellas que, a partir de las restricciones morales indirectas, nos dan a entender que los individuos
son diferentes y tienen vidas diferentes. Por lo tanto, los individuos no son recursos utilizables para
beneficio de un tercero.

Para que no existan disensos sobre quiénes son los responsables de velar por los derechos de determi-
nadas personas a causa de determinadas acciones de agresión, se plantea que emergerá necesariamente
un esquema de división del trabajo e intercambio voluntario, generando agencias que ofrecen valores
económicos a la protección. Este proceso se produciría de manera espontánea por la mano invisible.
Nozick plantea que no es necesario un contrato social como el que describe Locke, sino más bien que las
distintas valoraciones de los medios de intercambio son las que forjan las relaciones entre los individuos.
A su vez, si los participantes de las agencias de protección mutua comienzan a pagar por protección
(acorde a la valorización que cada uno tenga sobre sus bienes, derechos y protección de los mismos), sur-
gen las agencias de protección comerciales. Esto último, generaría una competencia entre agencias por
los clientes y posibles afiliados. Cuando los afiliados de una misma agencia se concentren en una misma
zona geográfica, podemos hablar de una agencia dominante.

¿ES UN ESTADO UNA AGENCIA DOMINANTE?

Si consideramos que son los mismos individuos pertenecientes a una agencia de protección privada los
que le otorgan legitimidad moral a ésta (debido a que protege y no transgrede sus derechos fundamen-
tales) y que no existe el uso de la fuerza como medio de coacción, podríamos decir que, en ese estado de
cosas, aún no es un Estado. La legitimidad subyace en las prohibiciones morales y cómo son transgre-
didas. Aunque las agencias no sean intrínsecamente inmorales (como si lo sería un Estado), no tienen
elementos monopólicos.

Un Estado reclama un monopolio del uso de la fuerza, legisla la legitimidad de su uso y castiga a quien
use la fuerza sin su expresa autorización. Cuando una agencia dominante alcanza el monopolio de la
protección y también el monopolio de la fuerza (que utiliza para velar por los derechos de sus miem-
bros), podemos llegar al Estado ultramínimo. Sin embargo, lo anterior no contempla que este monopolio
sea impuesto en un territorio determinado. Cuando el Estado ultramínimo cumple con el monopolio y
además lo aplica en un territorio, podemos hablar entonces de un Estado mínimo. En este caso, no serían
protegidos solo aquellos que pagan por protección, sino todos quienes pertenecen al mismo territorio
en donde se asienta el monopolio. Esta transición del Estado ultramínimo al Estado mínimo debe ser
basada en premisas morales consentidas por los contrayentes.

2 Para estos efectos, con “agencia” queremos señalar asociaciones de carácter quizá comercial que entregan servicios de protección
y arbitraje. En lugar de la idea de una creación inmediata del Estado a partir de la interacción conflictiva entre ciudadanos —pro-
puesta típica del contractualismo—, aquí se desarrolla una situación intermedia: la de las agencias de protección mutua como
estadio intermedio entre los individuos atomizados (situación prepolítica) y la de creación del Estado unificado.


2
RESTRICCIONES MORALES Y EL ESTADO dad, deben indemnizar a aquellos a quienes les fue
prohibida la acción que, de no ser realizada, pue-
El autor realiza una crítica al utilitarismo clásico, den verse perjudicados. Las personas a quienes
señalando que los individuos no deben ser sacri- se les prohíbe una acción riesgosa, pueden pactar
ficados en pos de un bien mayor, independiente acuerdos voluntarios para abstenerse de hacerlas.
de si este bien mayor alcanza un nivel de satisfac-
ción a nivel general. Luego, expone una analogía En cuanto a la justicia privada, Nozick plantea que
con los animales en base a las experiencias de los cada persona tiene el derecho de tener la infor-
humanos. Es decir, establece las restricciones in- mación adecuada y poder acudir a algún ente que
directas sobre las acciones que un humano pue- sea justo e imparcial. Si esto no fuera así, dado las
de hacerle a otro, apelando a la frase “utilitarismo distintas circunstancias, personas e intereses, el
para los animales, kantismo para los humanos”. Al individuo tendría todo el derecho a defenderse a sí
tener voluntad, los humanos no pueden ser utili- mismo y puede resistirse si alguna otra entidad o
zados para maximizar el promedio de la utilidad persona desea aplicar un tipo de justicia que no le
total, aun cuando esto signifique experiencias de parece válida. Esta protección o defensa también
satisfacción para todos y requiera del sacrificio de puede ser empleada por una agencia de protección
uno de sus miembros. privada como las anteriormente mencionadas.

Nozick ejemplifica lo anterior con la analogía de la


máquina de experiencias. Esta máquina imagina- LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA3
ria nos proporcionaría las experiencias que quisié-
ramos, en la intensidad y tiempo que escojamos, En la segunda parte de su libro, Nozick alude a
considerando que son las experiencias lo que nos la justicia distributiva, señalando que no existe
diferenciaría de los animales y nos impiden ser ningún sistema de distribución neutro, sino más
utilizados por terceros. De esta forma, le daríamos bien que cada persona tiene derecho a distribuir
vital importancia a sentir “nuestras vidas desde sus recursos como estime conveniente. Una distri-
adentro”, sin importar el exterior y evitando agre- bución sería justa cuando es realizada a través de
siones, ya que estaríamos satisfechos con lo vivido un proceso justo e histórico, es decir, que todo lo
en nuestras mentes. Lo malo de esta máquina, es anterior a esa adquisición también fue realizado
que no nos permitiría realizar las experiencias ni de manera justa. En este sentido, el autor plantea
ser de una determinada manera al tener contac- la justicia retributiva, la cual consiste de tres ele-
to con realidades externas y mostrarle al mundo mentos: adquisición de pertenencias (cosas no po-
la imagen que representamos. Por lo tanto, no seídas), transmisión de pertenencias de una perso-
son sólo las experiencias las que determinan la na a otra (a través de un intercambio voluntario) y
no-agresión por parte de terceros (o justificaría la la rectificación de injusticias en las pertenencias.
violación de derechos de los animales por no expe- Entonces, la parte retributiva de la teoría distribu-
rimentar nuestras sensaciones), sino que también tiva es cuando adquiere el carácter histórico.
lo que nos conecta con la realidad. Todo lo anterior
es lo que el autor llama la indeterminación de la Luego, describe el ejemplo del deportista Wilt
teoría moral, mostrando que no existen absolutos. Chamberlein para argumentar que no deben exis-
tir pautas específicas para que cada quien entre-
En un estado de naturaleza, pueden existir accio- gue sus recursos a quien escoja. Si el deportista
nes que producen riesgos para los límites que se pone una cesta para que la gente done un por-
establecen con el fin de no transgredir las liber- centaje de sus recursos sólo para él (además de
tades de los demás individuos. Expone diversas la entrada al partido), es totalmente legítimo que
situaciones en las que puede haber compensacio- Chamberlein se quede con más dinero que el resto
nes por el traspaso de estos límites, considerando del equipo, ya que él es la atracción más importan-
que las compensaciones pueden tener costos para
las partes involucradas. En tales casos, existiría un 3E
 sto implica la idea de que la justicia está basada en cualquier
mecanismo de redistribución. No sólo Rawls —como se verá
principio de compensación. Este principio señala
más adelante— sino las teorías colectivistas de la justicia
que aquellos que prohíben una acción que puede tienen, en diversa medida, formulaciones institucionales
causarles daño, con el fin de mantener su seguri- redistributivas.


3
te del juego y la gente paga por verlo a él, principalmente, “de cada quien como escoja a cada quien como
es escogido” (p. 163).

Del argumento anterior se desprende la crítica a la justicia distributiva, formulada por John Rawls. En
el caso de la cooperación social, la justicia distributiva de Rawls señala que se deben repartir los bene-
ficios de tal cooperación, como un todo. El problema de la teoría distributiva de Rawls, dice Nozick, es
que al tomar la cooperación social y sus beneficios como un total, ignora que los derechos de quienes
se benefician de tal cooperación (derechos individuales) son diferentes y no iguales para todos. Nozick
imagina que la cooperación social es una empresa, en donde cada individuo produce sus resultados de
acuerdo al intercambio voluntario e interpersonal que realice y al valor que le otorga cada persona a su
trabajo. Además, Nozick critica el principio de diferencia de Rawls, en tanto que cada individuo puede
ocupar sus capacidades y talentos para su beneficio individual y no colectivo. El colectivo no debe estar
primero que el individuo, independiente si es por un fin mayor para el resto de la colectividad, en donde
cada individuo es libre de cooperar voluntariamente y sin restricciones. Nozick y Rawls difieren en la
propiedad de los derechos.

EL ESTADO NO NEUTRAL

Nozick plantea que las desigualdades económicas producen desigualdades políticas. Quienes tienen una
mejor posición económica van a procurar tener mayor injerencia en el poder político y, por tanto, usan
en mayor medida las facultades estatales a su favor en un estado no mínimo. Según lo anterior, el autor
señala que un Estado mínimo es la opción que delimita la manipulación del Estado, “reforzar el Estado
y extender el alcance de sus funciones como medio para prevenir que sea usado por alguna parte de la
población es un premio más valioso y un blanco más atractivo para corromperlo” (p. 263). El autor dice
que el Estado puede ser no neutral cuando interviene en contratos, protección de los ciudadanos u otras
atribuciones, debido a que en el momento del resultado final de estos procesos, la situación económica
de los involucrados es diferente en cada caso. En estos casos, debe existir una previa justificación inde-
pendiente para diferenciar entre individuos.

En la última parte del segundo capítulo, Nozick se refiere al Estado moderno y la asimetría de derechos
en un estado más que mínimo. Se esgrimen ejemplos sobre lo que podría llegar a ser un estado aun
más pequeño del que él propone, en donde cada individuo tendría “acciones” y derechos iguales. Estas
acciones derivarían en convenciones de acciones, en donde cada individuo tendría voto respecto a las
decisiones generales. El autor concluye que la propiedad deriva de los derechos y que, por tanto, cada uno
es dueño de lo que produce, por lo que siempre la redistribución es injusta. Las convenciones de acciones
pueden sostenerse hasta el punto de que alguien no quiera pertenecer a una convención determinada
y reclame su derecho de abstenerse, lo que derriba el modelo si este hecho se hace colectivo. Lo anterior,
demuestra que sólo es el estado mínimo el que permite que las personas elijan la opción que les interesa y
su participación en él, “si una estructura institucional diverge en los derechos individuales comprendidos
en las restricciones morales indirectas, uno no estará dispuesto a dejar que continúe operando” (p. 283).

UTOPÍA

Nozick plantea que al imaginar el mejor mundo posible, pensamos en utopía pero, ¿el mejor mundo posi-
ble para quién? Cada individuo dentro de su racionalidad puede pensar en un mundo mejor distinto, por
lo que imaginar un mundo utópico para todos no es posible, ya que no podemos entrar a las mentes de
los demás y asegurarnos que querrán participar de nuestro mundo imaginado, a menos que se presen-
ten principios generales. En ese estado de cosas, volvemos a los primeros argumentos del autor. Si en un
mundo está lo que estoy buscando, entonces me quedaré en él. Pero, si lo que yo puedo obtener del mun-
do A, lo valoro mucho más que lo que podría obtener participando de B, me quedaré en A, aun cuando


4
ambas cosas estén en ambos mundos. Cada quien La crítica de Cohen5, sugiere que la teoría retri-
puede imaginar lo mejor para sí, de acuerdo a su butiva de Nozick podría volverse igualitaria en
propia realidad consciente. el ejemplo del deportista Chamberlein. Al mismo
tiempo en que el deportista decide dejar una cesta
Para Nozick, existen algunos problemas que nos para que los demás aporten dinero adicional para
impiden que nuestras situaciones utópicas pue- verlo, realiza un sesgo casi impositivo sobre los
dan plasmarse en la realidad contemporánea. No consumidores porque sabe que los fans pagarán
podemos diseñar a las personas que queremos ese precio adicional. Por lo tanto, se les está impo-
que estén en nuestros mundos posibles. No po- niendo, aun cuando ellos tienen el derecho a elegir.
demos evitar las divergencias y conflictos que tie-
nen ahora las sociedades, ya que no viven bajo los La crítica de Holcombe6 señala que en un estado de
conceptos de priorizar la propiedad y la libertad naturaleza como el que describe Locke (y en el que
por sobre el interés colectivo. Sin embargo, Nozick se basa Nozick como premisa), siempre el individuo
reconoce que es difícil (si no imposible) establecer más fuerte tomará lo que produce el más débil y se
un estado utópico, imaginando cada uno de los creará, inevitablemente, un monopolio. Holcombe
detalles de su marco, dado que cada autor puede argumenta que, si no es evitable, es preferible, ya
tener direcciones diferentes en su racionalidad. que el Estado creará incentivos para que los ciuda-
danos produzcan a favor de su monopolio, diferen-
Nozick termina su libro señalando que el estado ciándose de mafias o bandidos. Es el monopolio lo
mínimo es la utopía más imaginable y la que más que finalmente coarta la libertad individual.
le ha llamado la atención al mundo intelectual,
pero que en su origen está la utopía. El hecho de
que un Estado se constituya a partir de no violar
los derechos de los individuos, no utilizarlos como
medios para un fin, dejando que cada quien decida
qué hacer sobre su vida, es algo utópico hoy en día.
La libertad, como la entiende Nozick, no es priori-
dad para un estado contemporáneo ya que contra-
dice su propio origen de Estado, lo que mantiene a
la libertad como una utopía.

ALGUNAS CRÍTICAS

La crítica de John Hasnas4, apunta al tamaño del


estado mínimo en cuanto a los monopolios de las
agencias dominantes. Hasnas señala que debiese
existir un estado con menos atribuciones que las
agencias de protección mutuas, justamente para
prevenir la colusión entre ellas. Esta crítica apun-
ta al segundo punto de la creación de un estado
señalado por Nozick, esto es, la comercialización
de la protección mutua. Por lo tanto, no debiesen
existir agencias dominantes, sino más bien, agen-
cias que procuren proteger a sus clientes de forma
independiente.

 . A. Cohen, Self-Ownership, Freedom, and Equality. Nueva


5G
York: Cambridge University Press.
4 John Hasnas, “Toward a Theory of Empirical Natural Rights”,  andall G. Holcombe, 'Government: Unnecessary but Inevita-
6R
Social Philosophy and Policy, vol. 22, nº1, 1999, 111-147. ble', The Independent Review, VIII, nº3, 2004, 325-342.


5

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