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Los argonautas del Pacífico occidental

Bronislaw Malinowski

Resumen (y recopilaciones): Raúl Francisco

Será el fundador de la metodología del trabajo de campo, la observación participante. Criticará al evolucionismo por tratar de
enmarcar a todas las sociedades primitivas para que encajen en ese modelo.

Malinowski realizo este trabajo a través del método que denominaría como observación participante; que se convertiría por
mucho tiempo en la herramienta por excelencia del antropólogo y que consiste en estudiar un grupo humano desde una
perspectiva emic, conviviendo con quienes son estudiados y participando en las labores que ellos realizan, con la intención de
ver las cosas desde la perspectiva del grupo. Para esto es indispensable socializar con el grupo y dejar de ser visto como un
elemento extraño en él, de tal manera que los actos de las personas sean totalmente naturales tal como se realizarían sin la
presencia del observador, quien debe ser tomado como parte integrante del grupo (Malinowski, B. 1922: 25).

En resumen, para Malinowski la meta del estudio es…”llegar a captar el punto de vista del indígena, su posición ante la
vida, comprender su visión de su mundo”… y solo es posible mediante tres vías:

1) el análisis estadístico o la descripción (de la organización de la tribu y la anatomía de su cultura)


2) la observación de la conducta u observación participante (de los imponderables de la vida real y el tipo de
comportamiento) y
3) recoger datos sobre sus creencias, expresiones típicas, datos del folklore y fórmulas mágicas, a través de la
entrevista.

Para lograr un correcto trabajo de campo, hay que establecer:


a) Adecuadas condiciones de trabajo (alejarse de los blancos e interactuar solamente con los indígenas, estar en
contactos con ellos viendo sus costumbres por sí, solo, sin intermediarios, con ello se llega al éxito del trabajo de
campo),
b) Métodos Activos de Investigación: (tener una buena preparación teórica y estar al tanto de lo más reciente, esto no
quiere decir ideas preconcebidas; llegar a conjeturas gracias a sus saberes teóricos),
c) Estructura Tribal y anatomía de la Cultura: (el etnógrafo tiene que destacar todas las reglas y normas de la vida tribal,
lo que es fijo y permanente, reconstruir la cultura de la misma, y describir las estructuras.

Malinowski fue de los primeros antropólogos que resaltaron las funciones sociales frente a sus orígenes, es decir si se
averiguaba la verdadera función de alguna institución o tradición en un grupo, los orígenes de las mismas perdían importancia.
Él se consideró el fundador del funcionalismo, rechazando la búsqueda de causas generales de los evolucionistas….”mi
convicción… no son los detalles ni los hechos lo que son importantes, sino el uso científico que hagamos de ellos”…
(Malinowski, B. 1922 pp 504).

Este trabajo fue realizado en las islas Trobriand llamadas oficialmente Islas Kiriwina, localizados al oriente de la costa de la
isla de Nueva Guinea. Es aquí donde Malinowski nos presenta lo que él denomina en un principio el sistema comercial del
Kula. (Malinowski, B. 1922: pp 20)

El kula es un “intercambio ritual” donde participan miles de individuos y básicamente es el intercambio de dos bienes:
gargantillas de concha que los trobriandeses llamaban soulava o veigun por pulseras hechas con conchas que recibían el
nombre de mwali. Lo especial de éste intercambio es que los soulava viajan en dirección de las manecillas del reloj y los
mwali en forma inversa, y para cada mwali corresponde un soulava pero los valores de estos no están establecidos, sino que el
valor es puesto por quienes los reciben. Es decir si recibo un brazalete debo entregar un collar que yo considere tiene igual
valor; incurriendo aquí en un acto de reciprocidad, pues el objeto no se intercambia, se regala, pero se espera algo a cambio
algo que se pueda apreciar igual, acto que Mauss explicaría en el ensayo sobre el don (1925).
Los objetos que se intercambian en el kula carecen de valor comercial, pero si tienen un valor de honor y prestigio social al
poseerlos, viene siendo algo como la corona de un rey, que más allá de su valor comercial vale por el prestigio social que se
adquiere al poseerlo. Rara vez estos objetos duran mucho tiempo bajo la posesión de un solo grupo, lo que le otorga una
historia al objeto pues se sabe quién lo ha poseído anteriormente, también es importante anotar que el objeto proporciona tanto
honor al jefe como al grupo que lo posee, pues no es propiedad de una persona determinada, es propiedad del grupo, otorga un
prestigio al grupo que la poseyó, así ya no la posea más. Detrás de este intercambio se establecen y solidifican relaciones de
solidaridad y de honor entre los grupos, a la vez que también se realiza un intercambio comercial de bienes entre los miembros
de las tribus mientras los jefes realizan participan en el kula. Este sistema ha perdurado a través del tiempo a raíz de la
integración del rito con las condiciones geográficas o contexto y la importancia social del acto en si donde tiene lugar.
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I. [NAVEGACION Y COMERCIO EN LOS MARES DEL SUR: EL KULA]
Malinowski realiza el estudio sobre el “Kula”, el cual es un sistema de intercambio intertribal entre tribus de la
zona costera de Nueva Guinea e islas y archipiélagos cercanos. Visitará dos veces el conjunto de las islas en años
separados (1915-1916/1917-1918) estableciéndose principalmente en Trobriand.
Este sistema comercial, el Kula, es el objeto del estudio que se propone desarrollar Malinowski; se trata de un
fenómeno de considerable importancia teórica. Parece afectar profundamente la vida tribal de los indígenas que
viven dentro de su campo de acción, y ellos mismos tienen plena conciencia de su gran importancia, ya que sus
ideas, ambiciones, deseos y vanidades están estrechamente ligados al Kula.

II. [EL MÉTODO EN ETNOGRAFIA]


Malinowski considera que una fuente etnográfica tiene valor científico incuestionable siempre que podamos hacer
una clara distinción entre, por una parte, lo que son los resultados de la observación directa y las exposiciones e
interpretaciones del indígena y, por otra parte, las deducciones del autor basadas en su sentido común y capacidad
de penetración psicológica.

III. [EL TRABAJO DE CAMPO]


¿Cuál es, pues, la magia del etnógrafo que le permite captar el espíritu de los indígenas, el auténtico cuadro de la
vida tribal? Como de costumbre, sólo obtendremos resultados satisfactorios si aplicamos paciente y
sistemáticamente cierto número de reglas de sentido común y los principios científicos demostrados, y nunca
mediante el descubrimiento de algún atajo que conduzca a los resultados deseados sin esfuerzo ni problemas. Los
principios metodológicos pueden agruparse bajo tres epígrafes principales; ante todo, el estudioso debe albergar
propósitos estrictamente científicos y conocer las normas y los criterios de la etnografía moderna. En segundo
lugar, debe colocarse en buenas condiciones para su trabajo, es decir, lo más importante de todo, no vivir con otros
blancos, sino entre los indígenas. Por último, tiene que utilizar cierto número de métodos precisos en orden a
recoger, manejar y establecer sus pruebas.

IV. CONDICIONES ADECUADAS PARA EL TRABAJO ETNOGRAFICO


Como se ha dicho, lo fundamental es apartarse de la compañía de los otros blancos y permanecer con los indígenas
en un contacto tan estrecho como se pueda, lo cual sólo es realmente posible si se acampa en sus mismos poblados.
Malinowski dice que hay que estar en auténtico contacto con los indígenas. ¿Qué significa esto? Para el etnógrafo
significa que su vida en el poblado, toma pronto un curso natural mucho más en armonía con la vida que le rodea.

V. [MÉTODOS ACTIVOS DE INVESTIGACIÓN]

El etnógrafo tiene que inspirarse en los últimos resultados de los estudios científicos, en sus principios y en sus
objetivos. Debe tener una buena preparación teórica y estar al tanto de los datos más recientes no es lo mismo que
estar cargado de «ideas preconcebidas». Si alguien emprende una expedición, decidido a probar determinadas
hipótesis, y es incapaz de cambiar en cualquier momento sus puntos de vista y de desecharlos de buena gana bajo el
peso de las evidencias, no hace falta decir que su trabajo no tendrá ningún valor. Cuantos más problemas se plantee
sobre la marcha, cuanto más se acostumbre a amoldar sus teorías a los hechos y a ver los datos como capaces de
configurar una teoría, mejor equipado estará para su trabajo.
El ideal primordial y básico del trabajo etnográfico de campo es dar un esquema claro y coherente de la
estructura social y destacar, de entre el cúmulo de hechos irrelevantes, las leyes y normas que todo
fenómeno cultural conlleva.
En primer lugar debe determinarse el esqueleto de la vida tribal. Este ideal exige, ante todo, la obligación
de hacer un estudio completo de los fenómenos y no buscar lo efectista, lo singular, y menos lo divertido
y extravagante.

VI. [LA ESTRUCTURA TRIBAL Y LA ANATOMIA DE SU CULTURA]

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El etnógrafo tiene el deber de destacar todas las reglas y normas de la vida tribal; todo lo que es fijo y permanente;
debe reconstruir la anatomía de su cultura y describir la estructura de la sociedad.
El etnógrafo, debe recoger datos concretos de pruebas testimoniales y forjar sus propias deducciones y
generalizaciones. Esto parece evidente, pero no fue resuelto, o por lo menos practicado en etnografía, hasta que los
hombres de ciencia comenzaron a hacer el trabajo de campo.
A partir de este material, que debe abarcar una serie de hechos lo más amplia posible, las conclusiones resultan de
un simple proceso de inducción.
El tratamiento científico se diferencia del que sólo es de sentido común, primero, en que el estudioso completará
mucho más el trabajo y extremará la minuciosidad con procedimientos sistemáticos y metódicos; y segundo, en que
la mentalidad científicamente preparada dirigirá la investigación a través de líneas relevantes y hacia objetivos que
tengan importancia real.
Para resumir el primer punto crucial del método, digamos que cada fenómeno debe ser estudiado desde la
perspectiva, lo más amplia posible, de sus manifestaciones concretas, y procediendo a un examen exhaustivo de los
ejemplos que se especifiquen.
Si es posible, los resultados deben tabularse en una especie de cuadro sinóptico, a la vez útil como instrumento de
estudio y como documento etnológico. La ayuda que prestan tales documentos y tales estudios de los hechos reales
permite exponer las líneas directrices del entramado de la cultura indígena, en el sentido más amplio de la palabra,
y la estructura de la sociedad. Este método podría llamarse el método de documentación estadística a partir del
ejemplo concreto.

VII. [LA VIDA INDIGENA]

Aprendemos mucho de la estructura de la sociedad, pero no podemos percibir ni imaginar las realidades de la vida
humana, el flujo rutinario de la vida diaria, las ocasionales oleadas de agitación ante una fiesta, una ceremonia o
cualquier suceso inesperado. A la hora de determinar los preceptos y normas de las costumbres indígenas y
reducirlos a una fórmula precisa, todo ello a partir de los datos recogidos y de los relatos escuchados, nos
encontramos con que esta gran precisión es extraña a la vida real, que nunca se ajusta rígidamente a ninguna
norma. Es necesario, pues, enriquecer el estudio observando la manera en que se practican las costumbres, cuál es
el verdadero comportamiento de los indígenas sometidos a los preceptos tan exactamente formulados por el
etnógrafo y las muchas excepciones que casi siempre se dan en todos los fenómenos sociológicos.
Si todas las conclusiones están únicamente basadas en los relatos de los informantes o deducidas a partir de
documentos objetivos, resultará imposible, desde luego, revitalizarlas con datos efectivamente observados del
comportamiento real.
Viviendo en el poblado sin otra ocupación que no sea observar la vida indígena, se presencian una y otra vez el
desenvolvimiento cotidiano, las ceremonias y las transacciones, se tienen ejemplos de las creencias tal y como son
vividas en realidad.
En otras palabras, hay toda una serie de fenómenos de gran importancia que no pueden recogerse mediante
interrogatorios ni con el análisis de documentos, sino que tienen que ser observados en su plena realidad.

VIII. [CONCEPCIONES, OPINIONES Y FORMAS DE EXPRESIÓN]

Junto a los grandes rasgos de la estructura tribal y los datos culturales esquematizados que forman el esqueleto,
junto a los datos de la vida diaria y el comportamiento habitual que, por así decirlo, son su cuerpo viviente, es
necesario, todavía, tener en cuenta la mentalidad: las concepciones, las opiniones y la forma de expresarse del
indígena. En todos los actos de la vida tribal se dan, en primer lugar, la rutina prescrita por la costumbre y la
tradición, luego la forma en que se lleva a cabo y, por último, la interpretación que le dan los indígenas de acuerdo
con su mentalidad.
Podríamos enunciar el tercer precepto del trabajo de campo de la siguiente manera: descubrir las formas típicas de
pensar y sentir que corresponden a las instituciones y a la cultura de una comunidad determinada, y formular los
resultados de la forma más convincente.

IX. [RESUMEN DE LA ARGUMENTACIÓN]

Nuestras consideraciones indican, pues, que la meta del trabajo etnográfico de campo debe alcanzarse a través de
tres vías:

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1. La organización de la tribu y la anatomía de su cultura debe recogerse en un esquema preciso y claro. El método
de documentación concreta estadística es el medio que permite construir tal esquema.
2. Dentro de este entramado hay que insertar los imponderables de la vida real y el tipo de comportamiento. Estos
datos se consiguen gracias a la observación minuciosa y detallada, en forma de una especie de diario etnográfico,
posible a partir de un estrecho contacto con la vida indígena.
3. Una colección de informes, narraciones características, expresiones típicas, datos del folklore y fórmulas
mágicas se agrupan en la mentalidad indígena.
Estas tres vías de acceso conducen a la meta final, y el etnógrafo nunca debería perderlas de vista. La meta es, en
resumen, llegar a captar el punto de vista del indígena, su posición ante la vida, comprender su visión de su mundo .
Tenemos que estudiar al hombre y debemos estudiarlo en lo que más íntimamente le concierne, es decir, en aquello
que le une a la vida. En cada cultura los valores son ligeramente distintos, la gente tiene distintas aspiraciones, cede
a determinados impulsos, anhela distintas formas de felicidad.

III. Principales características del Kula

I. [DEFINICIÓN]

El Kula es un tipo de intercambio intertribal de gran envergadura; lo llevan a cabo comunidades que ocupan un
amplio círculo de islas y constituyen un circuito cerrado. Dos tipos de artículos, y solamente dos, circulan sin cesar
en sentidos contrarios a lo largo de esta ruta. En el sentido de las agujas del reloj se desplazan constantemente los
artículos de un tipo: los largos collares de concha roja, llamados soulava. En el sentido contrario se desplazan los
del otro tipo: los brazaletes de concha blanca, llamados mwali.
Siguiendo su propia dirección en el circuito cerrado, cada uno de estos artículos se encuentra en el camino con los
artículos de la otra clase y se intercambian unos por otros sin cesar. Todos los movimientos de los artículos Kula,
todos los detalles de las transacciones, están regulados y determinados por un conjunto de normas y convenciones
tradicionales, y algunos actos del Kula van acompañados de ceremonias mágicas rituales y públicas muy
complicadas.
En todas las islas y en todos los poblados, cierto número más o menos restringido de hombres toman parte en el
Kula, es decir, reciben los objetos en cuestión, los retienen durante un corto espacio de tiempo y luego los hacen
circular. Por lo tanto, cualquier hombre que participa en el Kula recibe periódicamente, aunque no en períodos
regulares, uno o varios mwali (brazaletes de concha) o un soulava (collar de discos de concha roja) y luego lo pasa
a uno de sus asociados, que a cambio le da el artículo contrario. Así que ningún artículo puede permanecer durante
mucho tiempo en poder de un individuo. Una transacción no agota la relación kula; la norma vigente es «una vez
en el Kula, siempre en el Kula» y la asociación entre dos hombres es algo permanente, para toda la vida. Del
mismo modo, cualquier mwali o soulava puede estar siempre circulando o cambiando de manos sin que importe
que nunca se asiente, de forma que el principio «una vez en el Kula, siempre en el Kula» se cumple también con
respecto a los mismos objetos valiosos.
El intercambio ceremonial de los dos tipos de artículos es el aspecto más importante y fundamental del Kula. Pero,
asociado a ello y bajo tal pretexto, se encuentran gran cantidad de actividades y aspectos secundarios. Así, junto al
intercambio ritual de brazaletes y collares, los indígenas hacen comercio normal, cambiando de una isla a otras
muchas mercancías útiles e indispensables, ya que con frecuencia no se pueden encontrar en el distrito que las
importa. Además, hay otras actividades preliminares al Kula o relacionadas con él, tales como la construcción de
canoas de altura para las expediciones, ciertas formas de ceremonias fúnebres y los tabús preparatorios.
El Kula es, pues, una institución extremadamente vasta y compleja, tanto por la extensión geográfica que abarca
como por los múltiples propósitos que alimenta. Reúne a un considerable número de tribus y engloba un vasto
complejo de actividades conexas que se conjugan unas con otras formando un todo orgánico.

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