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El Buscón - Esperpentomaquia en dos partes es una obra de teatro en la que se ilustra la célebre
novela picaresca de Quevedo. Una obra burlesca y sarcástica, donde se narran las peripecias del
buscón Pablos: truhán universal, príncipe de embustes y engaños.
El texto teatral de Ricardo López Aranda es una recreación muy libre del texto de Quevedo. La
obra de teatro arranca de las anécdotas que se narran en los episodios finales de la novela
(capítulos VII y X del Libro Tercero), de forma que el drama comienza prácticamente donde aquélla
acababa: La obra de teatro empieza con el encuentro entre Pablos y la Grajales, la prostituta con la
cual se amanceba, y termina con la muerte de ésta en el parto de su hija, aunque también se
recrean episodios anteriores.
La versión teatral escrita por Ricardo López Aranda es una estructura abierta en la que las escenas
elegidas se suceden como en un friso, al son de la muerte, omnipresente, que abre y cierra cada
una de las escenas que componen el drama.
« ...La Danza de la Muerte sirve de introducción a cada escena, que se cierra con todos los
personajes cogidos de nuevo de la mano y conducidos por la muerte.
El coro recita algunos versos y a modo de "flash-back" se escenifica un trozo de la vida de uno de
los personajes que están bailando la "Danza de la Muerte" ya sea Pablos y la Grajales... »
Al igual que en la obra de Quevedo, la sátira se exagera en esta obra hasta el punto de ser una
caricatura y una critica sangrante de la sociedad. Todo es extremado: el lenguaje puede ser crudo,
vulgar, cruel... como la vida misma.
Si Quevedo trata a sus personajes con frialdad, sin compasión ni simpatía, López Aranda los
humaniza, dándoles sentimientos y conciencia, auque sean crueles y despiadados, no pudiendo
imaginar que existan seres humanos sin alma...
« El autor ha pretendido trazar una línea que arranca desde la Edad Media (presente
fundamentalmente a través de la Danza de la muerte), atraviesa el Barroco y llega hasta Valle-
Inclán, aunque el resultado —como no podía ser de otro modo— es una obra original y muy
personal, en la cual, a través de todos estos elementos, López Aranda nos muestra su propia
visión. »
Berta Muñoz Cáliz
Una puesta en escena para un público adulto, divertida, asombrosa, impactante y de gran calidad.
¡A la danza!
¡A la danza!
¡A la danza mortal!
¡¡¡Todos vendrán...!!!
¡A la danza!
¡A la danza!
¡A la danza mortal!
¡Todos vienen ya!
¡A la danza!
¡A la danza!
¡A la danza mortal...!
¡Todos bailan ya!
La obra está compuesta de 29 personajes, incluidos los personajes sin diálogo (7 personajes
femeninos y 22 masculinos), más el coro de danzantes. Pudiendo ser interpretada idealmente por
22 actores. La obra tiene que tener como mínimo 15 actores (7 femeninos y 8 masculinos) para
que se pueda representar.
Esta obra se estrenó el 4 de abril de 1972, en el Teatro Español de Madrid por la compañía titular
del mismo. Con una importante puesta en escena, ya que más de cuarenta personas estaban
presentes en el escenario, si añadimos a los actores el coro de diez danzantes y los figurantes.