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CRITICA DE JON SARASTI A LA OBRA “ESTO NO ES LA CASA DE

BERNARDA ALBA”.
22 de septiembre 2017

Un espectáculo bello, fresco, des-acomplejado, un happening de danza y música


donde las palabras de Lorca son asumidas con culpa por los hombres, un discurso
necesario sobre las violencias del hombre. La sorpresa es que no gusta a todo el
mundo. Hay que verlo.

Autor: Federico García Lorca.


Versión: José Manuel Mora.
Intérpretes: Eusebio Poncela, Óscar de la Fuente, Igor Yebra, Jaime Lorente,
David Luque, Julia de Castro, Guillermo Weickert, Arturo Parrilla, Diego Garrido.
Audiovisual: Jaime Dezcallar.
Luz: David Picazo.
Movimiento: Ana Erdozain.
Utilería: Miguel Delgado.
Vestuario: Ana López Cobos.
Escenografía: C. Ferrer y M. Delgado..
Dirección: Carlota Ferrer. Madrid. Teatros del Canal, hasta el 7 de enero.

A mí me hizo disfrutar, y reír, y también me provocó tristeza. Nada es inocente ni


casual en este montaje, y lo mismo que tiene de irreverente lo tiene de lorquiano.
El trabajo de los intérpretes es magnífico, de todos, y tan diverso como lenguajes
que usa. Los críticos lo han despedazado con un desprecio un tanto extraño,
pusilánime. Yo estoy de acuerdo con Carlota Ferrer: la violencia de los hombres
es la misma dentro de casa y en el consejo de administración, todas las religiones
nos montan la guerra antes de dejar escapar una súbdita, el mundo no cambiará
mientras una mitad pisotee a la que tiene al lado. Este pensamiento es el de
Federico García Lorca, y se merece el homenaje.

Desde el principio, (antes de empezar la función los actores ejecutan paseos


surrealistas sobre el escenario) me sorprendió el juego de danza y pantomima, en
absoluta concordancia con el universo de Federico. Los actores bailan, cantan,
tocan instrumentos, y consiguen una belleza a pocos metros, que complace a un
espectador como yo. La procesión de las enlutadas cantando, bailando y tocando
es preciosa.

El espacio y la luz corresponden a la danza contemporánea, danza que aparece


por sorpresa, que caracteriza a los personajes alegres (las criadas y la vieja) y que
nos permite disfrutar del movimiento de un bailarín excepcional, Igor Yebra.
El lenguaje surrealista llena de imágenes el escenario, algo muy propio de la
danza, con perros doberman, pellejos colgados, o la dilapidación en vivo de una
mujer, esta última quizás la más dura y consistente de todas. Igual que Lorca
hacía asesino a su Cristobita el títere, o dilapidaba a Yerma en una romería de
mujeres enloquecidas, los payasos siniestros del final han perdido la inocencia del
arlequín inicial, y meten a la mujer que protesta en una caja.

A lo mejor nada es nuevo, pero voy a llevar a mi madre, ¡y quedan pocos días!
Veremos qué piensa después. Seguro que le encanta ver a Eusebio Poncela tan
de cerca, haciendo de Bernarda francamente bien.

JON SARASTI

Es un dramaturgo, director de espectáculos y crítico teatral donostiarra (1968)


residente en Madrid.

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Granada, cuenta


igualmente con sendas licenciaturas en Arte Dramático y Escenografía por la
Universidad Autónoma de Barcelona.

Su trayectoria combina el ámbito teatral y académico: ha sido director del Centro


Dramático Elvira, de la Universidad de Granada, así como del Aula de Teatro y
coordinador del Postgrado de Dramatización de la Universidad del País Vasco.
Igualmente, imparte docencia de Interpretación Teatral y talleres de Narración oral
y de Teatro en diferentes instituciones como la Casa Encendida, la Universidad de
Alcalá o la Biblioteca Nacional.

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