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¿Qué es la sana crítica?

La valoración judicial del dictamen experto*


Fernando ZUBIRI DE SALINAS

1. INTRODUCCION * tar dirigida no a la autosatisfacción del juez, que se


siente puesto al día en materias que cobran hoy
Decía el profesor Garrigues, citando a Vivante, al gran relevancia y notoriedad, que están de moda; ni
abordar el tema del método en la investigación del tampoco a preparar expertos juristas con amplios
derecho mercantil: no se permita jamás tratar una conocimientos de derecho de la empresa, prestos a
institución jurídica si no se conocen a fondo la es- dejar la jurisdicción para integrarse en el mundo vip
tructura técnica y la función económica de la misma: de grandes entidades empresariales y financieras.
acudan a las bolsas, a los bancos, a las agencias, a Sin menospreciar estas opciones personales, creo
las sociedades mercantiles, a las secretarías judicia- que la formación económica del juez ha de estar
les, en busca del material necesario para compren- dirigida a un mejor, más acertado ejercicio de la ju-
der aquella estructura y aquella función.1 risdicción, lo que se realiza a través del proceso,
Los jueces, para comprender la realidad económica interpretando el derecho según la realidad social
a la que aplicamos el derecho, no tenemos que aso- del tiempo actual y conforme a los preceptos y
marnos a las secretarías judiciales, que son el ámbito principios constitucionales —arts. 3.1 del Código
propio en el que desarrollamos nuestra función. Pero Civil y 5.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial—,
sí debemos acudir a las demás instituciones enuncia- sin olvidar, en todo caso, para quién administramos
das, hemos de conocer los avances en la economía, justicia. En último término, recordando siempre que
el mundo de la empresa, el mercado de capitales y las garantías vienen establecidas para la protección
otras instituciones que la realidad económica va del más débil.3
haciendo surgir, con más rapidez de la que la norma No obstante, y en cuanto no tenemos capacidad
jurídica es capaz de seguir. personal de conocer, el proceso pone en nuestras
De este modo daremos plenitud de contenido a manos un instrumento fundamental para ayudarnos
aquella vieja, pero a mi juicio totalmente viva, defini- a adoptar la decisión jurídicamente adecuada a la
ción de Ulpiano acerca de lo que significa la jurispru- controversia que es sometida a nuestro conoci-
dencia: divinarum atque humanarum rerum notitia, miento: el dictamen del perito.
iusti atque iniusti scientia2 Conviene que el juez, ade- El artículo 335 de la Ley de Enjuiciamiento Civil nos
más de un conocimiento técnico del derecho, tenga dice que cuando sean necesarios conocimientos
noticia de todo lo divino y lo humano; especialmente, científicos, artísticos, técnicos o prácticos para valorar
en lo que ahora nos concita, de todo aquello que for- hechos o circunstancias relevantes en el asunto o pa-
ma parte de la actividad de los hombres, y entre ella, ra adquirir certeza sobre ellos, las partes podrán
de la economía y de la empresa. Noticia que no ha de aportar al proceso el dictamen de peritos que posean
ser mero dato extraído de un titular de prensa, de los conocimientos correspondientes o solicitar, en los
conversación superficial o de prejuicio instalado en el casos previstos en esa Ley, que se emita dictamen
sentir común, sino que debe hacer honor a su nom- por perito designado por el tribunal.
bre y constituir auténtico conocimiento, aunque no La pericial se configura como un medio de prueba
exhaustivo, de estas materias. indirecto y de carácter científico, a través del cual se
A mi juicio, el conocimiento de la realidad econó- pretende lograr que el juez, que desconoce cierto
mica por parte de los jueces ha de ser todo lo am- campo del saber humano, pueda valorar y apreciar
plio que resulte posible, pero no habrá de consti- técnicamente unos hechos que ya han sido aporta-
tuirse por mero aluvión de contenidos, aportados dos al proceso por otros medios probatorios, y así
de forma acrítica, sino que deberá integrar la capa- tenga conocimiento de su significación científica, ar-
cidad reflexiva para valorar la actual organización tística o técnica, siempre que tales conocimientos es-
económica, de forma abierta y no unidireccional, peciales sean útiles, provechosos u oportunos para
planteando hipótesis alternativas a la realidad cir- comprobar algún hecho controvertido.
cundante. Y esa formación económica, en cuanto Se ha discutido doctrinalmente si la pericial es un
facilitada por el propio Poder Judicial, habría de es- medio de prueba o si el perito es un mero auxiliar
del juez. Discusión que estimo irrelevante en estos
momentos, pues en todo caso el hecho de consti-
* El presente trabajo constituye el resultado de la reflexión tuir un especial auxilio a la actividad del juez a la
surgida tras la preparación y desarrollo del curso sobre Contabi-
lidad y Auditoría, celebrado en Valencia, octubre de 2003, en el hora de valorar los hechos por aportarle las máxi-
seno del Plan de Formación Continuada para Jueces y Magis- mas de experiencia necesarias para constatarlos,
trados del Consejo General del Poder Judicial, en el que fui codi- la consolida como medio de prueba.
rector, juntamente con Alfred Albiol Paps. Quiero agradecer a los
allí concurrentes las ideas surgidas del debate, que en parte se Davis Echandía estudia detalladamente esta cues-
incorporan
1
al texto. tión, enlazándola con la relativa a la valoración de la
Joaquín Garrigues: Curso de derecho mercantil. Tomo I,
quinta
2
edición, pag. 42.
Digesto 1, 1, 10. La jurisprudencia es el conocimiento de las 3
cosas divinas y humanas, la ciencia de lo justo y de lo injusto. Luigi Ferrajoli, Derechos y garantías: la ley del más débil,
Versión castellana, de Álvaro D’Ors y otros. Aranzadi, 1968. trad. de P. Andrés Ibáñez y A. Greppi, Trotta, 1999.

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prueba pericial. Frente al sistema de prueba legal o ria en sí misma”. Y la de 24 de octubre de 2001, reco-
tasada, las legislaciones modernas reconocen la li- giendo doctrina anterior, mantiene que “La remisión
bertad del crítica del juez frente a la pericia. que el invocado artículo 1243 del Código civil hace a
la Ley de Enjuiciamiento civil para determinar el valor
“La doctrina moderna está de acuerdo en esta liber- de la prueba pericial, nos lleva directamente al artícu-
tad, que consideramos indispensable para que el pe- lo 632 de esta última que deja en libertad al juzgador
rito no usurpe la función jurisdiccional del juez y para para apreciarla según las reglas de la sana crítica
que éste pueda controlar cabalmente si el dictamen que ha de exponer en su acogimiento o rechazo —
cumple o no los requisitos para su existencia, validez sentencias de 6 de febrero de 1987 y 22 de febrero
y eficacia probatoria. Quienes defienden la libre valo- de 1989— sin que esa apreciación, salvo que falte,
ración por el juez de las pruebas en general, obvia- sirva para fundamentar un recurso de casación como
mente la reclaman para la peritación; quienes estiman han establecido las sentencias de 14 de febrero, 7 de
que no se trata de un verdadero medio de prueba, marzo, 20 y 24 de abril de 1989”. El profesor Font Se-
sino de un acto auxiliar para ilustrar al juez en mate- rra recoge ampliamente esta doctrina, con cita de ju-
rias técnicas, artísticas o científicas, con mayor razón risprudencia reiterada del Tribunal Supremo, y siste-
consideran que las conclusiones del dictamen nunca matiza los supuestos en que el Tribunal Supremo
vinculan al juzgador”4. entiende que no se han seguido los postulados de la
sana crítica.6
Al decir de Cortés Domínguez, el medio de prue- En opinión del magistrado Martínez García, reco-
ba es “el mecanismo a través del cual el órgano ju- giendo un criterio generalizado, el principio es el de
dicial adquiere una serie de conocimientos sobre libre valoración por parte del juez; sin embargo, y
los hechos objeto de debate que permiten, correc- comoquiera que éste no puede incurrir en la arbitra-
tamente interpretados y valorados, llegar a una riedad, debe motivar su decisión cuando ésta resul-
conclusión acerca de la existencia de los hechos te contraria al dictamen pericial unánime, cuando
alegados por las partes”.5 se decida por una de las alternativas de las varias
que haya (sobre todo si es la minoritaria) y cuando
se decida por uno de los dictámenes contradicto-
2. LA VALORACION JUDICIAL DE LOS rios, optando por el que le resulte más convincente
DICTAMENES DE PERITOS: SIGNIFICADO DE y objetivo, quedando en cambio dispensado de jus-
LA SANA CRITICA tificar su rechazo cuando el dictamen tampoco dé
razones del resultado al que llega.7
El artículo 632 de la Ley de Enjuiciamiento Civil Los procesalistas coinciden en que, al no existir
de 1881 expresaba que los jueces valorarán la reglas preestablecidas que rijan el criterio estimati-
prueba pericial según las regla de la sana crítica, vo de la prueba pericial, no puede invocarse en ca-
sin que tengan que sujetarse al dictamen de los pe- sación la infracción de precepto alguno en tal senti-
ritos. El contenido normativo de ese precepto se do, pues el juez tiene siempre la facultad y el deber
mantiene en el artículo 438 de la vigente Ley pro- de examinar la concatenación lógica y la fuerza
cesal civil. convincente del dictamen, no pudiendo aceptar
La interpretación que de tales preceptos se ha conclusiones que no se basen en hechos y datos
hecho generalmente por la doctrina y por la juris- que el mismo considere probados. En este sentido,
prudencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supre- Montero Aroca mantiene que no existen reglas le-
mo entiende que la prueba de peritos es de libre gales de valoración, y considera la sana crítica, ci-
apreciación para jueces y tribunales. Los peritos no tando jurisprudencia, como el “razonar humano”
suministran al juez su decisión, sino que le ilustran (STS de 29 de enero de 1991), que corresponde a
sobre el caso y le dan su parecer, pero éste puede “la lógica interpretativa y el común sentir de las
llegar a conclusiones diversas a las que han obte- gentes” (STS de 4 de marzo de 1994).8
nido los peritos. Por su parte Font Serra expresa, citando a Coutu-
Este criterio de la libre valoración de la prueba peri- re, que se entiende por reglas de la sana crítica
cial es recogido en multitud de sentencias del Tribunal una combinación de los criterios lógicos y de las
Supremo, gran parte de ellas dedicadas a explicar la máximas de experiencia que debe utilizar el juez
inatacabilidad en casación de la valoración de la para apreciar la prueba, descripción que —con ra-
prueba efectuada por el tribunal de instancia. Entre zón, a mi juicio— le parece artificiosa.9
otras, la sentencia de 28 de noviembre de 1992 ex-
presa: “la prueba pericial debe ser valorada libremen-
te por el juzgador de acuerdo con la sana crítica, por 2.1. Examen judicial del informe
lo que no puede ser atacada en casación, puesto que
no constan en norma legal alguna concreta que pue- Creo que, con estas y otras explicaciones, no se
da ser invocada en el recurso de casación las reglas llega a entrar en el fondo de la cuestión. La valora-
a que deba sujetarse, salvo que esa valoración con-
duzca a una situación absurda, ilógica o contradicto- 6
Eduardo Font Serra: El dictamen de peritos en la nueva Ley
de Enjuiciamiento Civil. En Cuadernos de derecho judical. La
4
prueba.
7
Pág. 104 y ss.
Devis Echandia: Teoría general de la prueba judicial, tomo II, 8
Angel Santiago Martínez García: obra citada, pág. 94.
pág.
5
347. Juan Montero Aroca: La prueba en el proceso civil. Civitas,
Valentín Cortés Domínguez, citado por Ángel Santiago Mar- 2002,
9
págs. 278-279.
tínez García: La prueba en el proceso civil. Cuadernos de dere- Eduardo Font Serra: El dictamen de peritos y el reconoci-
cho judicial, 34, 1993, págs. 41 y ss. miento judicial en el proceso civil. Págs. 183 y ss.

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ción de la prueba conforme a la sana crítica supone que se declaró la pertinencia de una prueba, las
un pronunciamiento del legislador, contrario al princi- partes tienen derecho a que no sea ignorada, sino
pio de prueba legal o tasada, pero que no puede evaluada a la hora de fijar los hechos relevantes
equipararse sin más a la libre valoración de la prue- para la decisión. Como expone Ferrer Beltrán, ci-
ba. Lo que sucede es que, ante un concepto jurídico tando a Taruffo, el reconocimiento del derecho de
tan sumamente indeterminado, que nunca ha sido las partes a que sean admitidas y practicadas las
realmente fijado en sus contornos ni por el legislador pruebas relevantes para demostrar los hechos que
ni por el Tribunal Supremo, al crear jurisprudencia, fundamentan su pretensión es “una garantía iluso-
como —art. 1.6 del Código Civil— instrumento que ria y meramente ritualista si no se asegura el efecto
complementará el ordenamiento jurídico con la doc- de la actividad probatoria, es decir, la valoración de
trina que, de modo reiterado, establezca el Tribunal las pruebas por parte del juez de la decisión”12.
Supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y Es por tanto práctica improcedente la de admitir
los principios generales del derecho, los jueces toda la prueba que se propone, para posteriormen-
hemos quedado sin armas ni bagajes para valorar te ignorar su contenido. El juez tiene la llave de la
cuestiones científicas o técnicas. decisión acerca de la pertinencia del material pro-
Hernández García pone el dedo en la llaga, batorio que se trata de aportar al proceso, pero una
cuando razona sobre que “en España no existe, en vez declarado pertinente no debe ignorar sus resul-
términos generales, un diálogo interdisciplinar que tados.
permita a los operadores jurídicos, especialmente a La valoración de la prueba ha de hacerse con-
los jueces, aprehender la solución a los problemas forme a las reglas de la lógica, sin que los razona-
apuntados. Sigue observándose, como destaca mientos del tribunal sean arbitrarios, incoherentes o
Damaska, un problema de relación entre dos cultu- contradictorios, o lleven al absurdo. En este punto
ras. La preocupación fundamental de los jueces en diversas sentencias del Tribunal Supremo han efec-
relación con la prueba científica sigue centrándose, tuado consideraciones, en la mayor parte de los
por un lado, en los aspectos procedimentales de casos genéricas, para sustentar el criterio de la li-
producción del medio probatorio y, por otro, en la bre valoración, de la no revisabilidad en casación,
juridificación de la valoración del resultado científico dada la naturaleza extraordinaria de este recurso,
aportado, mediante la aportación de fórmulas gene- pero manteniendo la posibilidad de esta revisión en
rales (sana crítica, libre convencimiento, prudente caso de arbitrariedad de la decisión: STS de 13 de
arbitrio) y, en el mejor de los casos, de cánones julio de 1995, 13 de noviembre de 2001 y 25 de ju-
singulares (racionalidad conclusiva, cualificación nio de 2002, entre muchas otras.
del perito, claridad expositiva, ausencia de contra- A mi juicio, la jurisprudencia ha resuelto la cues-
dicciones internas o externas) que nada tienen que tión en la forma en que era procedente hacerlo,
ver con las condiciones exigidas por el método desde la perspectiva del thema decidendi proce-
científico para que una conclusión o hipótesis pue- salmente planteado: la admisibilidad de un recurso
da ser tenida como aproximativamente fiable o se- de naturaleza extraordinaria, como la casación. Di-
gura. Fórmulas valorativas cuya finalidad no es otra, cho recurso no cabe por razón de infracción de una
en muchos casos, que intentar legitimar comporta- norma procesal que no impone una determinada
mientos sustancialmente elusivos de los deberes forma de valoración de la pericia, de modo que no
judiciales de motivación justificativa de los presu- cabe fundar el recurso de casación en la infracción
puestos de la decisión”.10 de dicha norma ni en el error de hecho en la apre-
Recordando lo dicho por Davis Echandía, el prin- ciación de la prueba, desterrado de los motivos de
cipio de libre valoración de la prueba por parte del casación. Sólo en casos en que se invoque razona-
juzgador comporta, respecto de la pericial, el exa- blemente la arbitrariedad del tribunal sentenciador
men del informe y la libertad de crítica por el juez.11 será posible que la Sala de casación, en su función
Pero la libertad de crítica no exime al juez de reali- nomofiláctica, estudie la valoración de la prueba
zarla con racionalidad; libre arbitrio no puede equi- pericial efectuada por el órgano a quo.
valer a arbitrariedad; y libre crítica exige necesa- En este sentido, aparece como paradigmática la
riamente que la decisión sea explicada y sujeta, a Sentencia del Tribunal Supremo, Sala Primera, de 9
su vez, a la crítica de un tribunal de orden superior. de octubre de 2003, en la que aborda a la vez el
Trataré de explicar estos conceptos. acceso a la casación por infracción de normas re-
El juez ha de valorar las pruebas practicadas en guladoras de la prueba y la valoración de la pericia
el proceso, examinando todas y cada una de las por los tribunales de instancia. Afirma: “la doctrina
que se hayan llevado a cabo en el mismo. Una vez de esta Sala es muy reiterada sobre la valoración y
apreciación de la prueba pericial, como resume la
10
Javier Hernández García: Juez y ciencia. Obra inédita. Cuya
sentencia de 28 de febrero de este mismo año, en
cita puedo hacer por gentileza del autor. En la obra colectiva Sci- estos términos: “el art. 632 de la Ley de Enjuicia-
ence, Law and the Courts in Europe,. Collegio Ghislieri. Pavia miento civil que dispone que el Tribunal de instancia
2004, ha publicado nuevas reflexiones sobre el tema, bajo el
título Judges and Science. Some Thoughts on Spanish Experi- apreciará la prueba pericial según las reglas de la
ence, donde indica: “Although it is risky to generalize, one can sana crítica y la jurisprudencia lo interpreta en el
say that in Spain, in contrast to other countries, the gap between sentido de que debe respetarse la valoración pro-
the way the judge finds the facts and the way the scientific meth-
ods generate the evidence has not been reduced. The judge, in a
large number of cases where scientific evidence is offered, still 12
assesses it acording to the cultural standars of the average per- Jordi Ferrer Beltrán: Derecho a la prueba y racionalidad de
son”.
11
las decisiones, en Jueces para la Democracia, Información y
Davis Echandía, obra citada, pág. 347. Debate, número 47, julio de 2003, págs. 28-29.

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batoria a no ser que sea contraria a derecho, ilógi- material probatorio, valoración de la prueba pericial
ca o absurda. Así, la sentencia de 21 de febrero de en concordancia con la restante prueba practicada,
2003: En cuanto a la crítica de la pericia y de su y otras de corte similar, no dan respuesta suficiente
apreciación por el juzgador de segundo grado, hay al derecho de las partes a una decisión judicial fun-
que partir, que si bien la prueba de peritos es de dada y no hacen posible la revisión de la decisión
apreciación libre, no tasada, valorable por el juzga- por parte del órgano superior, ya que éste puede
dor, según su prudente criterio, sin que existan re- evaluar la irracionalidad de la argumentación cuan-
glas preestablecidas que rijan su estimación, por lo do es explícita, pero dicha evaluación resulta impo-
que no puede invocarse en casación la infracción sible en supuestos de empleo de términos de pura
de precepto alguno en tal sentido —sentencias de generalidad.
1 de febrero y 19 de octubre de 1982 y 11 de octu- En este sentido resulta esclarecedora la crítica de
bre de 1994— no debe olvidarse que la sentencia Igartúa, cuando se refiere a “la cantidad de contra-
de 13 de julio de 1999, con cita de la precedente de bando irracionalista introducido por teorías, muy
28 de junio de dicho año, entre otras, han señalado difundidas, que cifran la valoración de la prueba
que la valoración de la prueba pericial en el recurso en criterios como la intuición subjetiva, la certeza
de casación, es de libertad del juzgador a quo, por moral o cosas por el estilo, y que tan excelente
lo que se encuentra privada del acceso casacional acogida les ha dispensado hasta hace no mucho
y sólo podrá casarse tal valoración, como ha reco- tiempo la jurisprudencia dominante en nuestro
gido la sentencia de 20 de febrero de 1992, cuando propio país”.13
el órgano a quo tergiverse las conclusiones pericia-
les de forma ostensible o falsee de forma arbitraria
sus dictados o extraiga conclusiones absurdas o 2.2. Motivación sobre las cuestiones fácticas
ilógicas”.
Esta doctrina, por otra parte plenamente consoli- Mucho se ha escrito acerca de la exigencia de
dada, decide con claridad la posibilidad de acceso a motivar sobre las cuestiones fácticas objeto del
un recurso de naturaleza extraordinaria. Sin embar- proceso y, en concreto, sobre la acreditación de
go, no se ha realizado por el Tribunal Supremo una unos determinados extremos controvertidos. Haré
exégesis de la norma procesal, como hubiera sido gracia de los argumentos sustentados al respecto,
procedente para lograr, de una vez por todas, la ra- pero recordaré simplemente los criterios hoy adop-
cionalidad de las decisiones judiciales acerca de las tados con práctica unanimidad. Y lo haré, no em-
cuestiones de hecho, enormemente importantes pa- pleando palabras propias14, sino las más autoriza-
ra la decisión de los litigios. No debemos olvidar que das del magistrado del Tribunal Supremo Perfecto
el ejercicio de la jurisdicción comporta la determina- Andrés:
ción de cuál es el derecho para el caso concreto, en El precepto contenido en el artículo 120,3 de la
cuanto que los hechos que lo constituyen, en tanto Constitución, más que cerrar, realmente abre el
que son relevantes, están en el proceso aceptados o problema de la motivación, porque, una vez atribui-
acreditados. Por ello, la función jurisdiccional es, an- do a ésta de modo inequívoco el carácter de deber
tes que la de llevar a cabo una exégesis de la norma —constitucional— del juez, resulta inexclusable
jurídica, la de fijar los hechos comprobados. Y dicha plantearse el problema de sus dimensiones, del al-
fijación, en la medida en que proviene de un debate cance de la exigencia.
y de la resultancia de unas pruebas practicadas en el Como es bien sabido, esa norma de nuevo cuño,
proceso, comporta la necesidad de un análisis valo- fue a proyectarse en un contexto caracterizado por
rativo de tales probanzas. la escasa cultura y la práctica todavía más pobre de
Si el Tribunal Supremo ha fijado las pautas enun- la fundamentación de las resoluciones judiciales.
ciadas, los tribunales y audiencias de grado inferior En efecto, la sentencia penal estándar, el estilo de
han seguido el mismo criterio, bien valorando las las resoluciones judiciales entre nosotros, estaba
pruebas conforme a su criterio, bien manteniendo caracterizado por la declamación, por el hábito de
que la valoración efectuada por el órgano inferior — la declaración apodíctica de ciertos hechos como
en su caso— correspondía a las facultades del juz- “probados”, siguiendo en la forma el torturado y tor-
gador de primera instancia y no debían ser sustitui- turador modelo de la francesa phrase unique, re-
das por un tribunal que carece de la inmediación en dactada en jerga impenetrable, siempre bien ade-
cuanto a la prueba practicada. De forma que, o sen- rezada de gerundios. Tales hechos seguidamente,
cillamente se sustituía la valoración de la prueba se declaraban, con fórmula sacramental y sin nin-
efectuada por el inferior sin garantías efectivas de guna pretensión explicativa, constitutivos de una
que la nueva apreciación fuera a ser más correcta, o determinada infracción penal, haciéndolo como si
se mantenía la realizada en primera instancia en de una derivación puramente mecánica se tratase.
aras de la inmediación. Esta tradición sigue harto viva todavía en la prác-
Subsiste, por tanto, la cuestión fundamental ¿en tica de muchos juzgados y tribunales, aunque a
qué consisten las reglas de la sana crítica? Porque
al haberse actuado en la forma indicada no se ha 13
delimitado el concepto y, con ello, se ha propiciado Igartúa Salaverría, Valoración de la prueba, motivación y
control en el proceso penal, págs. 195-196. Valencia, 1995.
una valoración: a) no sujeta a criterios de racionali- 14
Ya en 1992 me pronuncié afirmativamente acerca de la
dad; b) finalmente, no sometida al control de una necesidad de motivación sobre la prueba practicada y su valora-
instancia superior. La expresión de valoración en ción. La motivación de las sentencias, Comunicación al Curso
sobre La Sentencia penal. Cuadernos de derecho Judicial, Ma-
conciencia de la prueba, valoración conjunta del drid, 1992, págs. 275 y ss.

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partir de momentos relativamente próximos, ha co- ponde a una finalidad de control del discurso, en
menzado a experimentar cambios cuyo relieve no este caso probatorio, del juez, con objeto de garan-
sería justo desconocer. tizar hasta el límite de lo posible la racionalidad de
Así, puede decirse, va abriéndose camino entre su decisión, en el marco de la racionalidad legal. Un
nosotros una cierta nueva cultura de la motivación control, por cierto —conviene insistir— no sólo de
en la que, sin embargo, pesa más el lastre del viejo procedencia externa, sino que no puede carecer de
decisionismo inmotivado que el impulso emanado esa proyección interna sobre el propio operador a
del imperativo del texto fundamental; sobre todo, en la que nos hemos referido; y cuyo fin es, como se
lo que hace referencia a la quaestio facti. ha visto, implicarle (complicarle, diría) o comprome-
Es cierto que la relevancia de la motivación en la terle, para evitar la aceptación acrítica, como con-
materia goza de autorizado reconocimiento juris- vicción, de alguna de las “peligrosas sugestiones
prudencial del más alto rango. Pero también lo es de la ‘certeza subjetiva’”. Esto, incluso en el caso
que, no obstante lo categórico de muchas de las hipotético de que toda la actividad probatoria fuera
aserciones, las propias resoluciones en las que ese de la llamada directa. Porque esa difícil eventuali-
criterio se expresa, fácilmente pasan luego, sin so- dad (donde además directa no significa necesaria-
lución de continuidad, a dar por bueno lo que no mente simple) nunca excluiría aquel peligro y por
son sino verdaderas ausencias de motivación. ende no podría autorizar al juez a rebajar el nivel
Tal es, por ejemplo, el caso de la llamada motiva- de la racionalidad exigible en su trabajo; y porque,
ción implícita, o motivación “no dicha”, que cuenta en cualquier caso, la sentencia no dejaría de estar
con una franca aceptación en nuestra jurispruden- dirigida a terceros, a toda la sociedad, que es lo
cia. Sobre todo tratándose de supuestos de la lla- que impone que se le dote de la información nece-
mada prueba “directa”. saria para que resulte un texto autosuficiente, que
No resulta difícil adivinar que la renuncia —ésta “se baste a sí misma”, sin necesidad de remisiones
quizás más que implícita— a dar realidad en la a las actas del proceso”15
práctica a exigencias de principio como la que nos Entiendo incontestable la necesidad de motiva-
ocupa, que, por otra parte, se formulan con tanta ción de la sentencia en relación con la valoración
firmeza, responde a criterios inequívocamente de la prueba: la sentencia debe fijar, en algún punto
pragmáticos. Lo malo es que la renuncia no es, de ella, los hechos que el juez o tribunal entiende
como parece querer sugerirse, (sólo) a la expresión comprobados, y explicar el porqué. Las sentencias
de la motivación, sino a la motivación misma. penales tienen un apartado expresamente dedica-
En efecto, aunque en una consideración superfi- do a la declaración de los hechos probados —art.
cial tal vez cupiera pensar que, en casos como los 142 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal—; aunque
comprendidos en esa fórmula, habría todo lo más la jurisdicción civil y la contencioso-administrativa
cierta tolerancia con la reserva para el propio órga- no contengan esta previsión, resulta obligado fijar
no decisor de los motivos de su opción acerca de la los hechos para, desde ellos, aplicar el derecho.
quaestio facti, no es así. La motivación acerca de la prueba practicada y
La exigencia de trasladar a terceros los (verdade- los resultados que de ella se desprenden comporta
ros) motivos de la decisión, lejos de resolverse en una exigencia de autocontrol del juez, que no pue-
una simple exteriorización formal de éstos, retroac- de escudarse en razones íntimas de conciencia,
túa sobre la propia dinámica de formación de la sino que ha de expresar la racionalidad de sus infe-
motivación y de la misma resolución en todos sus rencias16 A la vez, es garantía para las partes, quie-
planos; obligando a quien la adopta a operar, ya nes tienen derecho a conocer las razones por las
desde el principio, con unos parámetros de raciona- que se he adoptado una decisión, lo que, a su vez,
lidad expresa y de conciencia autocrítica mucho permite ejercer el derecho a los recursos mediante
más exigentes. Y es que, efectivamente, no es lo la motivación de la discrepancia. Por último, esa
mismo resolver conforme a una corazonada, que expresión de las razones que justifican la decisión
hacerlo con criterios idóneos para ser comunica- permitirá al tribunal de orden superior, caso de re-
dos. Sobre todo en un sistema procesal que tiene al curso, descubrir si la sentencia recurrida responde
principio de presunción de inocencia como regla de a cánones de racionalidad en la decisión sobre los
juicio. Regla que tantas veces obliga a resolver co- hechos para, acto seguido, entrar en la corrección
ntra la propia convicción moral, cuando, después de de la aplicación del derecho. Cito, por todas, la
un cuidadoso análisis de la prueba, aquélla no en- STS, Sala Segunda, de 11 de noviembre de 2002,
cuentra confirmación plausible en ésta. nº 1841: La valoración de la prueba corresponde al
Por eso, aunque en los casos de esa falta de mo-
15
tivación que se designa como motivación implícita, Perfecto Andrés Ibáñez: Acerca de la motivación de los
la que más padece es en apariencia la dimensión hechos en la sentencia penal. En Cuadernos de derecho Judi-
cial, La sentencia penal, 13-1992, págs. 115 y ss.
extraprocesal del precepto del artículo 120,3 de la 16
Véase en el artículo de González Lagier, Hechos y argu-
Constitución, la verdad es que el alcance de la mentos, cuanto expresa sobre “la falacia de la íntima convic-
ción”: este sistema permite entender la expresión “el juez es
claudicación es bastante mayor. libre” de una manera más o menos amplia: desde la libertad
Motivar, escribe Gianformaggio, “significa justifi- absoluta, que incluye la arbitrariedad o la irracionalidad, hasta
car, y justificar significa justificarse, dar razón del la libertad limitada a la razón, al buen juicio o a un procedi-
miento racional de investigación sobre los hechos. Y, citando
propio trabajo admitiendo en línea de principio la a Ferrajoli, añade que la primera de estas interpretaciones
legitimidad de las críticas potenciales, la legitimidad “ha dado lugar a una de las páginas políticamente más amar-
de un control”. gas e intelectualmente más deprimentes de la historia de las
instituciones penales”. En Jueces para la Democracia, Infor-
Efectivamente, la exigencia de motivación res- mación y Debate, nº 47, julio de 2003, págs. 39 y 49.

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Tribunal sentenciador (art. 117.3 CE y art. 741 LE- En este punto creo que nos puede ayudar el pre-
Crim.), el cual está obligado a motivar suficiente- cepto contenido en el artículo 478 de la Ley de En-
mente sus resoluciones (art. 120.3 CE), con el do- juiciamiento Criminal, adaptándolo a la realidad ac-
ble objetivo de que puedan conocerse tual y generalizándolo a las restantes jurisdicciones.
públicamente las razones que las sustenten y de El indicado precepto se sitúa en sede de la actividad
que sea posible su control por los órganos judicia- investigadora del juez instructor, y establece que:
les superiores competentes, para evitar toda posi-
ble arbitrariedad en el ejercicio de la función juris- “El informe pericial comprenderá, si fuere posible:
diccional (art. 9.3 CE) y, al propio tiempo, para dar 1º) Descripción de la persona o cosa que sea ob-
satisfacción al derecho del justiciable a la tutela ju- jeto del mismo, en el estado o del modo en que se
dicial efectiva (art. 24.1 CE). halle.
Como acertadamente pone de relieve Hernández El Secretario extenderá esta descripción, dictán-
García, el juez debe abandonar concepciones ilu- dola los peritos y suscribiéndola todos los concu-
ministas de la valoración probatoria y debe admitir, rrentes.
con humildad intelectual, que la motivación de sus 2º) Relación detallada de todas las operaciones
resoluciones exige la justificación interna y externa practicadas por los peritos y de su resultado, ex-
de sus conclusiones. En ese espacio de justifica- tendida y autorizada en la misma forma que la an-
ción interna ha de dar cuenta de los presupuestos terior.
cognitivos de que parte. 3º) Las conclusiones que en vista de tales datos
formulen los peritos, conforme a los principios y re-
glas de su ciencia o arte”.
2.3 Valoración comparativa en supuestos de
discrepancia Esta estructura lógica del informe resulta aplica-
ble a todos ellos, adaptando la norma a las peculia-
En los casos en que existe un solo informe técni- ridades del caso; y su seguimiento puede servir al
co, el juez puede seguir los criterios adoptados por juez para realizar una sana crítica del informe, valo-
el experto, y hacer suyas en los hechos probados rando —en su caso— las discrepancias que pue-
las conclusiones a las que ha llegado el perito. No dan hallarse entre los varios dictámenes periciales.
obstante, y según hemos visto, no está obligado a En el proceso civil, el artículo 347.1, apartado 3º
seguir el dictamen, sino que puede apartarse de él, permite a las partes interrogar a los peritos sobre
motivando en todo caso la decisión. método, premisas, conclusiones y otros aspectos
Pero es especialmente en supuestos de discrepan- del dictamen.
cia entre los peritos actuantes cuando el juez ha de 1. El perito ha de hacer constar los elementos
realizar un especial esfuerzo de valoración, pues fácticos de que parte, para realizar su valoración.
concurriendo varios dictámenes de expertos emitidos Fijará los hechos y describirá la fuente de su cono-
sobre unos mismos hechos, que llegan a conclusio- cimiento, para que puedan ser contrastados. Así,
nes valorativas distintas, resulta necesario que el en caso de discrepancia, el juez puede determinar
juez, en su irrenunciable función valorativa de la si ésta proviene del método de valoración emplea-
prueba, exigida por las normas procesales —artículo do por el perito, de su apreciación como experto, o
348 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, 741 de la Cri- de que los hechos de los que parte uno y otro son
minal— determine cuál de ellos resulta convincente, diferentes. En todo caso, los elementos fácticos a
total o parcialmente. valorar por el experto son susceptibles de
Una hipótesis puede estimarse verdadera cuando comprobación por otros medios probatorios, y el
se muestra compatible con los datos probatorios, juez puede y debe acudir a éstos —singularmente,
porque los integra y explica en su totalidad, armóni- en la materia que nos ocupa, a fuentes
camente; y no resulta desmentida por ninguno de documentales— para asegurar que los datos de
ellos. hecho que ha tenido en cuenta el perito son
Según Copi, al que cita Andrés Ibáñez, las exi- correctos: si no lo fueran, las conclusiones a que
gencias que debe satisfacer una hipótesis para que llega no podrían tenerse por correctas.
pueda ser tomada en consideración son las si- 2. El juez puede comprobar que el perito haya
guientes: relevancia (el hecho que se trata de ex- actuado conforme al método científico. Para ello es
plicar debe ser deducible de ella); susceptibilidad necesario que exprese en el informe las operacio-
de control (ha de resultar posible formular observa- nes llevadas a cabo, es decir, que indique las re-
ciones que permitan confirmarla o invalidarla); glas de la ciencia que ha seguido para elaborar el
compatibilidad con las hipótesis previamente esta- informe. Como presupuesto básico de fiabilidad,
blecidas (una hipótesis compleja no admite contra- una conclusión científica ha de poder ser sometida
dicción entre sus distintos segmentos, debe ser au- a un test. Popper ha puesto de relieve que el status
toconsistente); aptitud para explicar (debe optarse científico de una teoría viene determinado por su
por la que más y mejor explica); y simplicidad (tanto sometimiento a procesos de refutabilidad y control;
en la experiencia ordinaria como en la científica, es y Hempel muestra cómo las afirmaciones que cons-
preferible la teoría más simple que se adapta a to- tituyen una explicación científica deben ser suscep-
dos los hechos disponibles)17. tibles de una verificación empírica. Por ello, aunque
el juez carece de los conocimientos técnicos nece-
17
Perfecto Andrés Ibáñez: La argumentación probatoria y su
expresión en la sentencia. En Estudios de Derecho judicial, Len- guaje forense, 32-2000, págs. 9 y ss.

57
sarios para actuar como perito, sí puede tener la — en caso de una particular técnica científica,
capacidad necesaria para evaluar la fiabilidad del los tribunales han de considerar la proporción de
perito.18 Como nos recuerda Hernández García, en error, y deben medir el grado en que es fiable.20
referencia a doctrina consolidada en el proceso an-
glosajón, “the judge must distinguish between good
science and the so-called junk science”: el juez de- 3. EL CONOCIMIENTO PERSONAL DEL JUEZ
be distinguir entre la buena ciencia y la llamada
ciencia basura19. El magistrado Murillo García-Atance pone de re-
3. Así, una vez fijados los hechos de partida y de- lieve como parece haber en la libre valoración de
terminada la fiabilidad del método científico utilizado esa prueba contradicción con lo que constituye su
por el perito, el juez puede valorar las conclusiones a naturaleza, pues si se parte de que el juez no sabe
que llega. Normalmente, si los distintos peritos inter- o no lo bastante de aquello de lo que es objeto del
vinientes parten de los mismos elementos fácticos y dictamen pericial ¿por qué no ha de vincularle una
utilizan los mismos parámetros de valoración, las apreciación científica, artística o técnica? Sin em-
conclusiones a que llegan no deberán ser sensible- bargo, no es lo mismo saber ver, hacer o razonar
mente discrepantes. En todo caso, puede existir aquí como el perito, que valorar luego sus argumentos.
una variable de valoración que tenga en cuenta pro- Se puede no saber hacer una cosa y, sin embargo,
nósticos de comportamiento futuro, no sometidos al poder criticarla y ello es la razón de la libre valora-
rigor del método científico, donde la experiencia del ción de la prueba pericial21.
experto pueda ser apreciable. Esto nos acerca a la cuestión de la relevancia
En estos supuestos el juez valorará los diferentes probatoria del conocimiento personal que el juez
dictámenes, y optará por uno u otro. Pero para ello pueda tener de una determinada materia científica
no puede utilizar razones intimistas, de conocimien- o técnica. Pues si estamos avanzando en la conve-
to personal de uno u otro de los peritos, o de que el niencia de ampliar los conocimientos de los jueces
informe haya sido aportado por una de las partes o en materias relacionadas con nuestra función juris-
adoptado a instancia del propio órgano judicial, en diccional, surge enseguida la pregunta: ¿qué hacer
la medida que esto siga siendo posible conforme a con estos conocimientos, ya adquiridos o que pue-
las leyes procesales. Las razones que justifican una dan adquirirse en el futuro?
opción tienen que estar ausentes de prejuicios, de- La doctrina se ha planteado la cuestión de la re-
rivar del propio contenido de la prueba practicada, y levancia del conocimiento personal del juez respec-
ser explicitadas en la fundamentación de la senten- to de los hechos relevantes, más que en orden a
cia. los conocimientos científicos que el juez pudiera
A tal efecto, Hernández García recoge algunos tener de una determinada materia. Es decir, acerca
criterios establecidos por la “doctrina Daubert”, co- de la innecesariedad de prueba de declaración o
mo criterios de valoración de los dictámenes cientí- interrogatorio de parte, testifical o documental, en
ficos: cuanto que los hechos que se pretende acreditar
— para que una aserción o inferencia sea consi- son ya conocidos por el juez como fuente directa,
derada como conocimiento científico, es necesario más que como innecesariedad de la pericial, en
que haya sido producida conforme al método científi- cuanto el juez puede tener conocimientos suficien-
co; tes de materias técnicas o científicas que le permi-
— una conclusión científica debe ser verificable ten prescindir de la pericia, como medio de valora-
empíricamente; ción por un experto de otros hechos, para lo que
— la general aceptación de un particular proce- resulta necesario contra con esos conocimientos
dimiento puede ser un importante factor para con- técnicos. Stein, en un tratado clásico en la mate-
siderarlo admisible ante un tribunal, mientras que ria22, se ha planteado la cuestión desde la perspec-
una técnica que es muy conocida pero tiene un dé- tiva del derecho procesal alemán, entendiendo la
bil soporte en la comunidad científica puede ser vis- conveniencia de introducir en el proceso los hechos
ta con escepticismo; de los que el propio juzgador tiene conocimiento
personal, adquirido fuera del proceso.
18
En este punto conviene recordar el criterio sustentado por la No es este el momento de pronunciarse acerca
Sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de 23 de
abril de 1992, en el caso conocido como de la colza. En su de esa cuestión; pero quiero dejar constancia de mi
fundamento de derecho segundo, y en relación con la relación opinión discrepante. El juez, en cuanto ciudadano,
de causalidad entre la distribución de aceite de colza con anilina conoce un determinado hecho a través de los sen-
y el síndrome tóxico, hacía referencia a la existencia de “cursos
causales no verificables”, con cita de la Sentencia de la propia tidos, y su comprensión está —como la de cual-
Sala de 12 de mayo de 1986 y la del Tribunal Supremo alemán quier otro— sujeta a posibilidades de error. Pero si
de 6 de julio de 1990. Tras una larga consideración, el TS con- las partes pueden poner en duda en el proceso la
cluía afirmando que “se debe considerar que existe una ley cau-
sal natural cuando, comprobado un hecho en un número muy credibilidad de un testigo, en función de su capaci-
considerable de casos similares, sea posible descartar que el
suceso haya sido producido por otras causas. tales condiciones 20
son suficientes para garantizar una decisión racional del caso Javier Hernández García. Obra citada, pág. 61, en la que
desde el punto de vista del Derecho Penal”. Lo que, a mi juicio, expresa una amplia exposición sobre la fiabilidad del método
corresponde a la propia praxis de la investigación científica, que científico.
21
utiliza la inducción como criterio lógico para la validez científica Mauricio Murillo García-Atance y otros: la función pericial de
de una proposición, siempre que ésta haya sido comprobada en los arquitectos al servicio de la Administración de Justicia. Cua-
un número relevante de casos iguales, y se haya descartado dernos
22
de Derecho Judicial, 3-1994, págs. 95 y ss.
como fiable cualquier otra hipótesis, sin necesidad de comprobar Friedrich Stein El conocimiento personal del juez. Versión
la verificación
19
de la tesis en todos los casos imaginables. española de Andrés de la Oliva Santos. Ediciones de la Univer-
Javier Hernández García, obra citada, pág. 60. sidad de Navarra, Pamplona, 1973.

58
dad o incapacidad para comprender unos hechos prueba y no habría sido sometido a la necesaria
que afirman conocer, ¿cómo puede hacerse esa contradicción procesal; c) caso de recurso, la Sala
misma crítica respecto al conocimiento del propio en su función revisora no tendría elementos de jui-
juez, que aparece en el proceso ex novo en la sen- cio para poder valorar ese conocimiento personal,
tencia, y no puede ser sometido a la cross exami- aun en el caso de que el juez hubiese razonado
nation, ni a una prueba sobre la credibilidad de la ampliamente sobre el por qué de la decisión adop-
prueba anterior?23 tada, justificándola, pues los componentes del tri-
Entiendo que el juez que tenga conocimiento per- bunal de alzada no habrían de tener, necesaria-
sonal de los hechos relevantes para la decisión del mente, los mismos conocimientos expertos que el
proceso debería excluir ese conocimiento al mo- juez que ha resuelto en primera instancia.
mento de dictar sentencia, que ha de fundarse en No obstante, el conocimiento personal del juez
los hechos admitidos, los protegidos por presuncio- sobre una determinada materia científica o técnica
nes legales, los acreditados en el propio proceso y puede servir a la hora de realizar la función valora-
los de conocimiento general (hechos notorios). In- tiva de la prueba aportada como pericia. Si ésta ha
cluso se ha planteado la posibilidad de que este de valorarse según criterios de sana crítica, cierta-
conocimiento personal del juez sobre los hechos mente podrá realizarse una más sana crítica desde
constituyese causa de abstención que, aun no re- el conocimiento de la materia, aprehendido a través
conocida entre las establecidas en el artículo 219 del estudio y la cualificación, que desde la absoluta
de la Ley Orgánica del Poder Judicial, pudiera asi- ignorancia. Por ello, expresiones al uso como “los
milarse por analogía a las reconocidas en el núme- jueces somos de letras”, o “los jueces no entende-
ro 12 del precepto, a fin de preservar a la decisión mos de números o de cuentas”, son imágenes ne-
de la necesaria imparcialidad objetiva del juzgador. gativas que hemos de ir desterrando de nuestro
En cuanto a los conocimientos técnicos que el juez lenguaje cotidiano. Y por eso, la formación en cues-
pueda tener, y que sirven para valorar otros hechos tiones económicas ha de servir, no para convertir-
desde una perspectiva técnica o científica, creo que nos en auténticos expertos en la materia, ni para
ha de llegarse a una solución similar. En esta materia sustituir a los peritos en los procesos judiciales, si-
se enfrentan, ciertamente, conceptuaciones que dan no para poder valorar críticamente las opiniones
especial relevancia a las exigencias de la llamada jus- expertas de los técnicos.
ticia material, a otras que resaltan la función formal En definitiva, la relevancia del conocimiento téc-
del proceso y la necesidad de hallar, por esa vía y só- nico del juez aparece en dos momentos procesales:
lo por esa, la verdad formalizada. Para los primeros, 1) la emisión del dictamen del perito; 2) la valora-
esta exclusión del conocimiento es contraria a la bús- ción de la prueba practicada.
queda de la verdad y, en definitiva, de la justicia, y El momento en que el perito emite su dictamen
constituye un despilfarro de conocimiento. Para los ante el juez o tribunal constituye un punto culminan-
últimos, la búsqueda de la verdad necesita de unas te en el proceso. El informe emitido por el experto
garantías que sólo se aseguran a través del proceso es sometido a las preguntas de las partes, que
y sus principios configuradores —contradicción y pueden solicitar de aquél las aclaraciones necesa-
aportación de parte, principalmente— y el interés de rias para fijar la exactitud de las conclusiones a que
la sociedad sólo se colma si esa verdad formalizada ha llegado y su relevancia para la decisión que de-
se ha logrado, en la medida de lo posible, a través del mandan del juzgador. Y éste es un momento en el
cauce adecuado. que el juez suele permanecer mudo, más como es-
Desde mi punto de vista, la opinión más acertada tatua ajena a las cuestiones que se debaten que
es aquella que impide que el conocimiento personal como árbitro no contendiente, pero buen conocedor
del juez pueda constituir fuente probatoria de los de las cuestiones debatidas.
hechos que, en un determinado proceso, han de Pues bien, el mayor grado de conocimiento de los
servir para la aplicación de la norma jurídica y, con jueces sobre las cuestiones a que se refiere el dicta-
ello, de la estimación o desestimación de una pre- men ha de servir para que entable un diálogo fecundo
tensión procesal. Y no puede serlo porque: a) ese con el perito, tanto en lo que respecta a los puntos de
conocimiento personal del juez no es, de entrada, partida fácticos que ha tenido en cuenta al emitir su
científicamente contrastable, ya que el ejercicio de dictamen, como en lo referente al informe mismo: mé-
la jurisdicción sólo avala los conocimientos jurídicos todo científico aplicado, sometimiento a comproba-
del titular de ella, pero en modo alguno los posibles ción de los resultados habidos, conclusiones a las
conocimientos que pueda tener de otras disciplinas; que ha llegado y posibles alternativas. De este modo,
b) aunque pudiera ser objetivamente evaluable ese la prueba cobrará toda su importancia, y el juez esta-
conocimiento, mediante la constancia en el proceso rá en condiciones reales de efectuar su valoración
de la titulación habilitante que un determinado juez conforme a una capacidad crítica24.
tuviera en su poder, el conocimiento personal del La valoración de la prueba se expresará así en la
juez no habría venido al proceso aportado como fundamentación jurídica como un juicio sobre el jui-
cio del experto, en la medida en que sea necesario
23
justificar la decisión —especialmente, según hemos
La prueba sobre la prueba, o valoración de la prueba pericial
por otro perito, era práctica admitida en el proceso penal. En el 24
civil el artículo 347.1, apartado 5º, permite a las partes pedir la El artículo 347.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil permite al
crítica del dictamen de que se trate por el perito de la parte con- tribunal formular preguntas a los peritos y requerir de ellos expli-
traria. Lo que evidentemente no podría realizarse respecto de los caciones sobre lo que sea objeto del dictamen aportado, lo que
conocimientos técnicos o científicos que un determinado juez se producirá a los efectos contenidos en el artículo siguiente,
pudiera tener, ajenos a su conocimiento jurídico. regulador de la valoración de la prueba.

59
visto, en supuestos en que el juez se aparte de las prueba en la misma o en similar posición a la que se
conclusiones del perito o existan informes contra- encontraba el órgano de instancia”25.
dictorios—. Así se logrará realmente la motivación Lo que respecto a la prueba pericial, que se do-
de la sentencia sobre las cuestiones de hecho y cumenta por escrito y en la que lo relevante no es
sobre las valoraciones técnicas, dejando definitiva- el gesto, la duda o la expresión del perito, sino la
mente de lado las generalidades al uso, que sólo fiabilidad de sus conclusiones y lo acertado de la
banalizan la exigencia de fundamentar las valoración por el tribunal a quo, lleva a la conclusión
decisiones judiciales. de que el resultado de la prueba de peritos y su va-
loración puede ser revisado por el tribunal de se-
gunda instancia que, caso de entender no ajustada
4. REVISION DE LA VALORACION POR UN a derecho la decisión apelada, podrá redefinir los
TRIBUNAL SUPERIOR hechos y, en consecuencia, aplicar el derecho a los
hechos que entienda acreditados.
Siempre he sido partidario de la generalización de En este punto han incidido diversas Sentencias
la segunda instancia. Entiendo que es la fórmula más recientes del Tribunal Constitucional, que han esti-
adecuada para satisfacer el derecho a un juicio justo, mado recursos de amparo por vulneración del de-
el derecho a la defensa y, en definitiva, a la realiza- recho a un proceso con garantías, al haberse pro-
ción de la idea de justicia en el caso concreto. nunciado la condena en apelación sin haberse
Sin embargo, he de confesar que la proximidad celebrado vista pública. La STC 230/2002, Sala
de la instauración de la segunda instancia en el Segunda, de 9 de diciembre de 2002, haciendo cita
proceso penal, y la realización práctica en muchos de doctrina del Tribunal Europeo de Derechos
casos de la apelación civil, me sume en la pre- Humanos, analiza el papel que ha de desempeñar
ocupación. Cuál sea, en definitiva, el alcance del la jurisdicción de apelación, afirmando que “la ape-
juicio revisorio ante el tribunal de apelación, cuál lación no se puede resolver en un proceso justo sin
el alcance de la revisión de la cuestión fáctica y, un examen directo y personal del acusado que nie-
especialmente, la posibilidad de una nueva valo- gue haber cometido la infracción considerada puni-
ración de la prueba en la segunda instancia, son ble, de modo que en tales casos el nuevo examen
cuestiones que, a mi juicio, no están todavía sufi- por el Tribunal de apelación de la declaración de
cientemente resueltas, pese a meritorios esfuer- culpabilidad del acusado exige una nueva y total
zos realizados por la doctrina y a recientes sen- audiencia en presencia del acusado y los demás
tencias del Tribunal Constitucional que han interesados o partes adversas”.
abordado el tema. La Sentencia de la misma Sala 118/2003, de 16
Entre la consideración de la apelación como un de junio de 2003, estima también el recurso dedu-
novum iudicium, o como la revisio prioris instantiae, cido porque el Tribunal desconoció el derecho del
me inclino decididamente por la segunda opción. demandante a un proceso con todas las garantías,
Las partes tienen derecho a que su pretensión sea pues en apelación la Audiencia Provincial no obser-
examinada por un juez imparcial predeterminado vó los principios de inmediación y contradicción que
por la ley, y a que la decisión de éste sea revisada presiden el proceso penal, y que “el derecho a un
por un tribunal superior, pero no a una segunda proceso con todas las garantías impone para la
oportunidad procesal, en caso de que la primera ponderación de la prueba personal”.
haya fallado. Cierto que nuestra apelación, tanto en Lo que ha de implicar en el futuro que la parte
el orden civil, en el penal y en el contencioso admi- que inste un recurso de apelación fundado en error
nistrativo, tienen una naturaleza mixta, por cuanto de hecho en la valoración de la prueba habrá de
se permite en determinados supuestos el recibi- solicitar, y el tribunal acceder a ello, la práctica de la
miento a prueba en segunda instancia, practicando prueba cuya valoración se ponga en duda en la vis-
allí nuevas pruebas que habrán de ser valoradas ta pública de la apelación, y ello aunque no se den
por el tribunal juntamente con la valoración de la los requisitos comprendidos en las normas proce-
practicada en la primera instancia, para fijar definiti- sales para el recibimiento a prueba en segunda ins-
vamente la cuestión fáctica. Pero, de modo general, tancia.
la función del tribunal de apelación es la de revisar
la corrección de la valoración de la prueba efectua-
da por el juez de primera instancia, la fijación de los 5. CONCLUSION
hechos acreditados y, tras ello, la subsunción de
éstos en el supuesto de hecho de la norma jurídica La prueba pericial es cada día más relevante pa-
para, en definitiva, determinar la consecuencia jurí- ra la decisión de los litigios, ante cualquiera de las
dica adecuada. jurisdicciones, pues las cuestiones técnicas y cien-
Conde-Pumpido Tourón, al analizar la posibilidad de tíficas inciden con mayor frecuencia en las relacio-
revisión de la prueba por parte del tribunal de apela- nes jurídicas. Esto implica la necesidad de práctica
ción, y refiriéndose al proceso penal, expresa que de dictámenes expertos en el proceso, bien aporta-
existen “...determinadas limitaciones en cuanto a la dos junto a la pretensión inicial, o en la fase proba-
revisión de la valoración probatoria, que se concretan toria como se permite en la Ley de Enjuiciamiento
en el respeto al principio de inmediación y a las
impresiones directas que ésta lleva consigo. Pero no 25
impide una revisión fáctica de todo aquello en que el Cándido Conde-Pumpido Tourón: Ponencia sobre El recurso
de casación penal, en Jornadas sobre la casación. Consejo Ge-
Tribunal revisor pueda situarse en cuanto al medio de neral del Poder Judicial, Madrid, octubre, 2002.

60
Civil, bien mediante la práctica en el juicio oral, co- Ferrajoli, Luigi: Derechos y Garantías: la ley del más débil, trad.
de P. Andrés Ibáñez y A. Greppi, Editorial Trotta. Madrid,
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levancia en el proceso conforme a un criterio lógico y Font Serra, Eduardo: El dictamen de peritos en la nueva Ley de
explicitado, que sirva para disipar cualquier sombra Enjuiciamiento Civil, en La prueba, Cuadernos de Derecho
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de arbitrariedad y permita a la parte a la que no favo- Font Serra, Eduardo: El dictamen de peritos y el reconocimiento
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ción probatoria ante un tribunal superior, de segunda Gallizo Larraz, José Luis: Plan General de Contabilidad y resolu-
ciones del I.C.A.C. Editorial Librería General, Zaragoza, 2001.
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De este modo, la función casacional quedará española. Ediciones Pirámide. Madrid, 2001.
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nos, de velar por la correcta interpretación y aplica- González Lagier, Daniel: Hechos y argumentos (racionalidad
ción del ordenamiento jurídico y de asegurar que epistemológica y prueba de los hechos en el proceso penal).
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Queda por fijar los criterios de lógica en la valora- Hernández García, Javier: Judges and Science. Some Thoughts
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