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Se atribuye a la ingeniera Aida Ayala haber conformado un

grupo de personas destinado a beneficiarse con fondos


municipales a través de la concesión de servicios públicos a un
cartel de empresas con un alto índice de sobreprecios.

Que en esta tarea, y también al frente de ese grupo


aparece el empleado municipal y dirigente sindical, Jacinto
Sampayo. Ambos, desde el lugar de privilegio que ocupaban al
momento en que se adjudicó la concesión del servicio de
recolección de residuos de la ciudad de Resistencia a la empresa
PIMP SA, mantuvieron permanentemente el control del proceso
licitatorio, control que si bien comprende el proceso o llamado
en sí, va mucho mas allá, y se remonta al/los momento/s en
que comenzaron a conformarse las distintas firmas que
finalmente culminaron en un entramado societario de
preponderantes dimensiones, con la clara finalidad de proveer o
vender a su único cliente, la Municipalidad de Resistencia.

Para poder llevar adelante estas maniobras, ambos se


encargaron en primer lugar de construir o armar estructuras
societarias, con la clara finalidad de ocultar sus identidades
valiéndose de personas de confianza que, bajo sus órdenes,
llevaron adelante el designio criminal.

Que, en primer lugar, contamos con Jacinto Sampayo


quien, a través del imputado Huidobro y de otras personas
también imputadas, fue dando forma a la razón social
TECMASA SA. TECMASA S.A. CUIT Nro. 30-711670409-4, cuyo
objeto fue descripto en los requerimientos de instrucción ya
formulados, fue conformada el 09 de noviembre del año 2010,
siendo sus socios originales los imputados Ramona Natividad
Núñez y Luis Guillermo Escobar.

Sin embargo, a poco de penetrar en la realidad


societaria de dicha firma se observa que una de sus principales
socias, Ramona Natividad Núñez, quien ostentaba el 49 % del
capital social, no era en realidad socia, sino una persona
interpuesta por otro de los imputados Pedro Alberto Martínez,
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habiendo accedido a dicha posición en virtud de la intervención
que le cupo a Natalia Soledad Martínez Guarino, entonces
amiga personal de Núñez e hija de Pedro Alberto Martínez,
hasta esa época uno de los pocos proveedores de la
Municipalidad de Resistencia.

Que según declaración de Núñez, antes de ser socia


de la firma TECMASA trabajaba en relación de dependencia
para Pedro Alberto Martínez, cumpliendo funciones
administrativas. Accedió a ese trabajo a partir de su relación
con Natalia Martínez quien era su compañera de estudios,
siendo esta persona quien la convence para convertirse en
fundadora y accionista de TECMASA SA bajo el argumento que
su padre - Pedro Alberto Martínez - no podía aparecer como
socio de esta nueva firma, pues ya era proveedor del Estado.
Que de esta manera Núñez, sin aportar un peso, se convierte en
socia de una de las firmas mas exitosas de la ciudad, ocupando
esa condición hasta fines del año 2013 en que finalmente
consigue ceder sus acciones a la empresa INVERSORA NACRIS
SA1, debiendo aclarar que, conforme la versión brindada por
Núñez en su indagatoria, no recibió ningún importe por esta
cesión.

Aparece así Inversora NACRIS SA, ligada ahora a


TECMASA SA, del mismo modo que con anterioridad ya fuera
advertida su vinculación a COYREL, hoy bajo el exclusivo
control del imputado Carlos Huidobro, y entrando en escena
nuevamente la Contadora Vásquez actuando en representación
de Inversora NACRIS, cuya realidad económica resulta aún
desconocida, al haber fracasado el allanamiento practicado en
el domicilio declarado por esta firma sito en Capital Federal,
correspondiendo en este caso recordar que a partir del 11 de
agosto de 2015 Carlos Huidobro se constituye también
accionista de Inversora NACRIS SA.

1 Fs. 2526 obra contrato de cesión de acciones a favor de NACRIS SA

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El entramado construido alrededor de TECMASA SA y
su vinculación con Inversora NACRIS es muy similar al
existente entre esta última y COYREL, y del mismo modo en que
se comprobara la relación entre COYREL, Inversora NACRIS con
los imputados Carlos Huidobro y Jacinto Sampayo como con el
Sindicato de Trabajadores Municipales. Este entramado
nuevamente se advierte aquí entre los mismos ya en el ámbito
de TECMASA SA, y las sucesivas modificaciones y relaciones
que en el seno de esta firma no hacen mas que indicar tales
vínculos societarios y personales, reforzando de esta manera la
hipótesis primigenia en cuanto al papel del imputado Huidobro
como hombre de confianza del acusado Jacinto Sampayo.

Tenemos así en primer lugar que Huidobro estuvo


ligado a esta firma desde el primer momento, cuando era él
quien en persona ya desde el año 2011 negociaba para
TECMASA SA la adquisición de rodados de la firma Chaco
Servicios, mientras que en dichas negociaciones, el papel o rol
del imputado Luis Escobar era el de concurrir al concesionario
simplemente a refrendar lo que había acordado Huidobro con el
dueño de esa Firma, Carlos Frencia conforme lo relatado por
este último en su declaración testimonial.

Del mismo modo, en oportunidad de efectuarse el


allanamiento en las instalaciones de la firma TECMASA SA, el
sereno de la misma allí presente, Serafin Sánchez, indicó una
de las oficinas como pertenecientes al imputado Huidobro, lo
cual fue ratificado en su declaración testimonial en la que se
explayó respecto a Huidobro a quien identificó como su patrón,
ello además de los datos aportados en los requerimientos de
instrucción ya citados en los que se daba cuenta de la relación
entre Huidobro y TECMASA SA al resultar el mismo apoderado
de cuenta bancaria perteneciente a dicha firma, con lo que el rol
y poder de decisión del mismo en el seno de la firma resulta
muy claro.

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De esa manera, se articularon mecanismos que
permitieron una readecuación de la firma, orientada a lo que
meses mas tarde se vería reflejado en el aporte que desde
TECMASA se efectúa para que PIMP SA resulte adjudicataria
del llamado a licitación para el servicio de recolección de
residuos.

Es ahí, durante ese proceso de readecuación, donde


aparece el nombre de Jacinto Sampayo, no ya como hombre de
atrás, sino celebrando él, en nombre propio un contrato de
transferencia de inmueble a favor de TECMASA SA, inmueble
que vale señalar, cumplió un rol fundamental en la
adjudicación del servicio a la firma PIMP SA, solamente ocho
meses después, recordando en este punto el irrisorio precio por
el cual se concretó la operación de dicho inmueble, sobre todo
cuando la misma firma había adquirido la porción lindante a
dicho terreno en el año 2011 de manos de Mario Antonio Torres
DNI 13.592.7712, quien llamativamente fue titular de esa
porción por el término de poco más de un mes, hasta que
transfiere a TECMASA SA. Mario Antonio Torres tendría
vínculos con el partido creado por Jacinto Sampayo de los
trabajadores municipales.

PIMP SA y la vinculación con la ex intendenta Aida Ayala.

Que la vinculación de la gestión de la ex intendenta


Aida Ayala con este hecho, especialmente en lo que respecta a
la empresa PIMP, no es ajena sino, mas bien, clave. Que en el
mes de febrero del año 2014, durante su gestión, se inicia el
proceso de licitación en el que finalmente resulta adjudicataria
la firma PIMP SA. Dicho proceso estuvo rodeado de evidente
irregularidad, que van desde un llamado a licitación hecho a

2 Fs. 244.

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medida, hasta la adjudicación a la única oferente PIMP SA, una
firma también armada a medida.

PIMP S.A, se constituyó el 30 de julio del año 2013,


obtuvo el reconocimiento del Registro Público de Comercio el 07
de marzo del año 2014, esto es, siete días antes de la fecha
prevista para el cierre de la presentación de ofertas y
apertura para contratar, en locación, equipos para ser
afectados al servicio de recolección de residuos producida
el 14 de marzo del año 2014.

Dicho reconocimiento por parte del Registro Público


de Comercio fue fundamental para que PIMP pueda finalmente
resultar adjudicada, puesto que unos de los requisitos previstos
en la resol municipal 255 para ser oferente, en el caso de las
personas jurídicas es que se trate de una legalmente
constituida.

Sus socios originales, FATIMA JESSICA RIGASSIO y


NIDIA MABEL JUAREZ, son en realidad las personas de
confianza de quien en definitiva maneja la empresa, Daniel
Alejandro FISCHER, ello con el claro propósito de ocultar la
realidad societaria.

Posteriormente, PIMP SA, modifica su composición


societaria pasando a formar parte del paquete accionario,
Eulalio Alfredo Bouza, “Sistemas de Administración y Control
SA”, “TECMASA S.A” y “Logística Belgrano”, de acuerdo a la
información obtenida del perfil fiscal, aunque no sufrió
modificaciones respecto a su apoderado, Rolando Acuña,
hombre de confianza de Fischer.

Tal modificación accionaria, operada a pocos días o


pocas semanas de haber ganado la licitación, mostró la
verdadera realidad societaria de PIMP SA, en el marco de la cual
aparecen de un modo un poco mas claro alguno de los nombres
que desde un primer momento contaban con el verdadero
dominio de PIMP SA, muy ligados a la Ingeniera Aida Ayala, al

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dirigente Jacinto Sampayo y al empresario Pedro Alberto
Martínez.

Antes de esta modificación accionaria y durante el


proceso licitatorio se advertía a Rigassio y Juárez como las
caras visibles y únicas accionistas de PIMP SA, y a Acuña como
apoderado de la firma, quien continúa cumpliendo esa función.
Los tres de absoluta confianza de Fischer, su esposa, su madre
y su socio.

Ahora bien, analizando la identidad de las personas


jurídicas y físicas que efectuaron promesas de alquiler de
equipos que permitieron que PIMP SA ganara el proceso, como
quienes posteriormente aparecen también alquilando equipos a
la firma, vemos como bajo ese ropaje se evitó que tales personas
pasaran por los filtros o controles que todo proceso licitatorio
supone, sobre todo en lo que a incompatibilidades respecta,
dado que al no revestir la calidad de socios y simplemente la de
particulares que contratarían con PIMP SA si esta resultaba
adjudicada, su relación con PIMP sería de estricto orden
privado, y como tal ajeno a los controles administrativos.

En este sentido art. 5 de la resol Mpal 255


expresamente establecía los impedimentos para ser oferentes
entre los que incluía a los agentes de la administración pública
nacional, provincial o municipal.

Entre las firmas y personas que intervinieron en la


maniobra de manera irregular cabe mencionar en primer lugar
a TECMASA SA que efectúa promesas de alquilar camiones y el
terreno de calle Soberanía Nacional, respecto de la cual ya
señalamos la vinculación entre los imputados Jacinto Sampayo,
Carlos Huidobro, Luis escobar, Pedro Alberto Martínez y la aquí
requerida Natalia Martínez Guarino.

Por otro lado tenemos a la firma RECIFIS SRL,


ofreciendo también alquilar camiones a PIMP SA., resultando
llamativo que quien efectúa la promesa de alquiler por parte de

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RECIFIS SRL fue Rolando Acuña, quien es al mismo tiempo
apoderado de PIMP SA y de RECIFIS SRL.

Tal circunstancia, en principio llamativa, resultó


luego demostrativa de la finalidad que venimos mencionando
como era la de ocultar la verdadera realidad societaria de este
nuevo cartel empresario que se estaba conformando y el cual
fue ideado por la Ingeniera Aida Ayala y por Jacinto Sampayo.

Que conforme lo informara el Registro Público de


Comercio del Chaco, RECIFIS SRL estaba integrada por Daniel
Alejandro Fischer, Guillermo Carlos Fischer, Guillermo Fischer
y Rodolfo Fischer.

Así tenemos a TECMASA SA por un lado, con


Huidobro a la cabeza, como hombre de confianza de Sampayo
controlando parte del paquete de PIMP SA y por el otro lado
tenemos a Daniel Alejandro Fischer, como hombre de confianza
de Aida Ayala, controlando otra porción, primero a través de
personas de su confianza, Rigassio, Juares, Acuña y luego
directa y personalmente introduciéndose de lleno al seno de
PIMP SA luego de haber ganado la licitación.

Daniel Alejandro Fischer, hombre de confianza de


Aida Ayala se desempeñó como su jefe de campaña, fue y sigue
siendo su persona de confianza tanto en lo comercial, en lo
político como en lo familiar al haber sido pareja de la hija o
hijastra de la ex intendenta y por ello la necesidad de ocultarlo
durante el proceso de licitación.

Sin embargo, y al igual que Huidobro, cumplieron


luego un rol absolutamente activo en las decisiones de la firma,
y conforme lo describiera Eulalio Bouza, durante las reuniones
de directorio eran tanto Fischer como Huidobro quienes
tomaban las decisiones y quienes tenían las discusiones mas
acaloradas.

Otra de las firmas que luego aparece vinculada a


PIMP SA, alquilando camiones y al mismo tiempo como

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accionista es la firma “Sistemas de Administración y Control
SA”, al frente de la cual aparece Alfonzo Campiteli, ligado
también a las empresas concesionarias del servicio de
estacionamiento medido de la ciudad.

Aparece además alquilando unidades el empresario


Pedro Alberto Martínez, cuya relación con la firma TECMASA SA
y sus socios ya fuera explicada, quien además a través de sus
hijos mantuvo relación con la firma COYREL, que a su vez
mantuviera relación con el Sindicato controlado por Jacinto
Sampayo, siendo que COYREL a la fecha es contralado en su
totalidad por el imputado Carlos Huidobro.

Ahora bien, como desde un principio señalábamos


que tanto Aida Ayala como Jacinto Sampayo, desde el lugar que
ocupaban mantuvieron en todo momento el control del proceso
de licitación ya sea por acción o por omisión, no puede perderse
de vista que Jacinto Sampayo, como secretario del STM, y como
pata en toda negociación entre el municipio y el privado, sobre
todo en este tipo de casos en que se tratan aspectos relativos a
la concesión de servicios públicos.

Sin embargo, en este caso no se observó por parte del


sindicato ningún reclamo a la contratación de esta empresa,
cuando tamañas irregularidades exigían, por lo menos de su
parte, un pedido de informes, y ni siquiera encubiertamente lo
han hecho, ya sea sumándose a los reclamos y denuncias
formulados por organismos intermedios, por algunos
legisladores, o por concejales, incluso por el propio Defensor del
Pueblo, es decir, aprovechando el desgaste que estas personas o
organismos pudieran sufrir.

Nada de esto ocurrió, pasó el sindicato a ocupar un


lugar de espectador muy alejado del comportamiento, que frente
a hechos similares solía mostrar y ello por la sencilla razón del
interés que se perseguía, cual era el de beneficiarse a través de
personas y empresas de su confianza, maniobra perfectamente
ideadas en los términos ya señalados.
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El circuito nace entonces mucho antes del proceso de
licitación cuando ya en el mes de junio del año 2013, Sampayo
vende a TECMASA un terreno de su propiedad, terreno que
sería ofrecido en alquiler por esta firma para que PIMP SA
pueda resultar adjudicataria del proceso. Cabe destacar que
entre otras irregularidades, PIMP SA no tenía antecedentes
en el rubro, no contaba con terreno ni oficinas propias, lo
que denotaba su precariedad.

En el mes de julio del año 2013 se conforma PIMP


SA., con Rigassio, Juarez y Acuña a la cabeza.

En el mes de diciembre del año 2013 Inversora


NACRIS SA adquiere el 50 % TECMASA SA, siendo el
controlador de Inversora NACRIS SA el imputado Carlos
Huidobro quien sin embargo ya controlaba TECMASA SA desde
mucho tiempo antes.

En el mes de febrero del año 2014 se produce el


llamado a licitación. Pocos días después, el 20 de febrero de
2014, PIMP recién obtiene el reconocimiento de la
Municipalidad como proveedor, siendo este un requisito
esencial para poder participar, ello a pesar de haber presentado
documentación que daba cuenta de haber proveído en dos
oportunidades servicios a la Municipalidad en los meses de
octubre del año 2013 y enero del año 2014, servicios que si bien
en principio llamaron la atención de esta Fiscalía por la escasa
o poca relación que guardaban con lo que se estaba licitando,
mas llamativo resultaron cuando fueron prestados antes de ser
reconocida la firma como proveedora del Municipio y, sin
embargo, fueron considerados al momento de la adjudicación.

El 14 de marzo del año 2014 culmina el plazo de


presentación de ofertas, siendo PIMP SA la única firma que se
presentó, y en este punto cabe resaltar que PIMP SA obtuvo su
reconocimiento por parte del Registro Público de Comercio solo
siete días antes de que venza el plazo de presentación de
ofertas.
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Adjudicada que fuera la concesión del servicio a la
empresa PIMP SA, en forma casi inmediata, en el mes de mayo
del año 2014 comienzan a verificarse las transferencias de
acciones a los verdaderos dueños y responsables y al mismo
tiempo personas interpuestas por Aida Ayala y Jacinto
Sampayo.

Tenemos así que fue la entonces Intendenta Ayala


quien efectuó un llamado a licitación a los apuros, sin dar
intervención al concejo deliberante y asegurándose al mismo
tiempo no contar con objeción por parte del Sindicato a cargo de
Jacinto Sampayo, quien a través de otras personas se convirtió
en socio de PIMP SA y de la Ingeniera Aida Ayala.

Otro aspecto llamativo fue el momento en que se


inició este proceso, un año antes de concluir su mandato como
intendenta, y sobre todo cuando no lo había hecho antes a
pesar de haber estado en esa función por mas de seis años, con
el agravante que la vigencia del contrato tramitado bajo
este proceso atravesaría varias gestiones con lo cual no
queda otra explicación distinta a que de esta manera se
asegurarían el ingreso de fondos para volcarlos ya sea en
campañas políticas o ganancias personales.

Llamativo también resulta que PIMP SA haya sido la


única empresa en presentarse y no lo hayan hecho otras con
real infraestructura como el caso del grupo ERSA a través de su
firma LUSA, grupo económico que interviene en este tipo de
procesos en distintas ciudades como ser Corrientes, Salta,
Córdoba, por citar solo algunas, cabiendo aquí recordar los
dichos de Eulalio Bouza quien manifestó haber escuchado que
había que ver si el gremio y Huidobro permitían que Ersa se
presentara.

El resultado fue la adjudicación absolutamente


irregular a la empresa PIMP SA no solo por las razones
interpersonales e intersocietarias que por sí mostraban las
inconsistencias e incompatibilidades allí surgidas, sino además
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al haber ignorando la escasa estructura con que contaba PIMP
SA, por no decir nula frente a semejante y tan complejo servicio.

De esta manera aparece el primer hecho susceptible


de ser analizado a la luz de algunos tipos penales como ser el
delito de asociación ilícita, fraude en perjuicio de la
administración pública, negociaciones incompatibles con el
ejercicio de funciones públicas, enriquecimiento ilícito, entre
otros, configurados por la conformación de un grupo de
personas con roles claramente definidos al frente del cual se
encontraban la ex intendenta Aida Ayala y Jacinto Sampayo
como jefes de esa organización, que perseguía como finalidad
asignar a PIMP SA el servicio de recolección de residuos,
mientras que el fraude se vió configurado en lo oneroso y
desproporcionado que el contrato significaba al municipio.

Prueba de ello resulta la extraña y llamativa situación


producida dos años después, cuando aquellos precios que se
acordaron de forma irregular fueron renegociados con la nueva
gestión, renegociación que significó para la firma PIMP un
incremento considerable de costos, con la incorporación de
tres camiones mas a los 21 camiones oportunamente ofertados,
uniforme para el personal municipal de higiene urbana,
incremento de los recorridos, tanto en frecuencia como en
distancias, y todo esto sin ninguna contraprestación extra
por parte del municipio y si a esto le sumamos el proceso
inflacionario producido en aquella época, sobre todo el proceso
de devaluación de la moneda observado en el mes de diciembre
del año 2015 y enero del año 2016, no alcanza a entenderse
como o de que modo pudo la empresa PIMP absorber ese costo,
sin plantearse otra posibilidad que, aquella adjudicación del
servicio asignada dos años antes contenía un fuerte índice de
sobreprecios. De otra manera solamente podríamos decir que
estamos frente a un comportamiento altruista de la firma y de
sus miembros, algo poco común en nuestro país, por no decir
imposible.

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Como resultado de todo este andamiaje, tenemos que
se necesitaba reingresar al circuito legal los fondos obtenidos
ilícitamente y es aquí donde cobran fuerza las personas de
confianza, a través de las cuales se fueron blanqueando los
fondos provenientes de aquel accionar, entiéndase Huidobro,
Fischer, Campiteli, Pedro Martínez y otros.

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