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Tribunal : 27° Juzgado Civil de Santiago

Carátula : “Itaú Corpbanca / Norterra Sociedad”


Rol N° : C-26.445-2018
Cuaderno : Principal

EN LO PRINCIPAL: Objeta documento; PRIMER OTROSÍ: Se Opone a la Ejecución, y deduce


Excepciones que Indica; SEGUNDO OTROSÍ: Suspensión del Procedimiento; TERCER
OTROSÍ: Medios de Prueba; en el CUARTO OTROSÍ: Acredita Personería; y en el QUINTO
OTROSÍ: Se tenga Presente.

S. J. L. EN LO CIVIL DE SANTIAGO (27°)

ÁLEX MANUEL CAROCCA PÉREZ, abogado, cédula de identidad N° 8.735.604-3, e


IVANNA MARIEL ALQUINTA CONCHA, abogada, cédula de identidad N° 15.376.018-7,
actuando en nombre y representación convencional, según se acreditará, de doña EVITA
MARÍA MORGADO MENESES, empresaria, cédula de identidad N° 8.750.642-8, todos
domiciliados para estos efectos en calle Rosario Norte N° 555, Oficina 1604, de la comuna
de Las Condes, Santiago, en estos autos sobre Juicio Ejecutivo, causa rol N° C-26445-2018,
caratulados “ITAU CORPBANCA / NORTERRA S.A. Y OTROS”, cuaderno ejecutivo, a V.S.,
respetuosamente decimos:
Que de conformidad a lo establecido en el artículo 346 N° 3 del Código de
Procedimiento Civil, venimos en objetar el Pagaré N° 237573, suscrito con fecha 26 de
enero de 2018, y que sirve de título fundante al presente juicio ejecutivo, por falsedad,
objeción que baso en los siguientes antecedentes de hecho y derecho que a continuación
se exponen:
1.- Que durante el año 2014, entre el Banco Corpbanca y Norterra S.A. deudora principal,
se generaron dos operaciones financieras principales, a través de las cuales la sociedad
Norterra S.A., procuraba obtener financiamiento para algunos de sus proyectos de
trabajo:
2.- La primera según el ofrecimiento del Banco, fue un contrato de Leasing identificado
con el N° 2012802, para adquirir la mitad de un inmueble para desarrollar un loteo, pero
que en definitiva resultó ser un mero contrato de arrendamiento a Norterra S.A., por el

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predio resultante de la subdivisión del Loteo denominado Forestal Llampaico, que tiene
una superficie bruta aproximada de mil setecientos cuarenta y uno coma dieciocho
hectáreas, individualizado en el plano de subdivisión agregado bajo el número cincuenta y
seis al final del Registro de Propiedad del año dos mil trece del Conservador de Bienes
Raíces de Casablanca. El resultante se le denominó ALTOS LAS PETRAS y si bien el Banco
en una dolosa operación lo inscribió como único dueño para materializar ese
arrendamiento, en realidad la mitad de su precio le fue entregado por mi representada en
dinero efectivo al Banco previo a su compra, lo que este no reconoce como corresponde.
3.- La segunda fue el arrendamiento con opción de compra, también presentado como
una supuesta operación de leasing, de diversas maquinas industriales divididas en 4
contratos; el primero por un camión aljibe; el segundo por una motoniveladora; el tercero
por 6 camiones tolvas; y el cuarto por otros 9 camiones Tolva.
4.- Diversos atrasos en los pagos de parte la Sociedad Norterra S.A., y cobros excesivos de
intereses por parte del Banco ejecutante, aprovechándose de esa situación, llevaron a las
partes a extensas negociaciones, que se tradujeron en repactaciones de las deudas y
cambios en plazos, montos y condiciones de pago en dichos contratos, pero que nunca se
pudieron terminar de materializar porque el banco cada vez iba exigiendo más pagos y
más garantías y, además, se produjo la adquisición de Corpbanca por el Banco Itaú, con el
consiguiente cambio de autoridades y de algunos procedimientos.
5.- En ese contexto, las últimas tratativas con el banco acreedor tuvieron lugar a principios
del año 2018, llegándose a un acuerdo que implicaba la venta de la parcela Alto Las
Petras, previa implementación de un proyecto de urbanización que requería su
subdivisión. En una reunión celebrada en la ciudad de Santiago, en oficinas del banco
acreedor, como requisito se dijo que para poder afinar esa propuesta y presentarla a las
autoridades superiores del banco, se pidió a los representantes de la Sociedad Norterra
S.A., entre ellas nuestra representada, doña Evita Morgado Meneses y Waldo Leal Muñoz,
firmar un pagaré en blanco, que quedaría guardado en el cajón del escritorio de un
ejecutivo de Normalización a cargo de las negociaciones y frente a la inicial reticencia de
estos, se les dijo una y otra vez que nunca sería cursado, ya que existían otras garantías
vigentes para las operaciones antes individualizadas, y sobre todo, por estar suscrito en
blanco, es decir, sin menciones sobre monto, fecha de vencimiento y todas las demás
menciones requeridas para la validez de esta clase de documentos. Además, tanto nuestra

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representada como el Sr. Leal, sabían que principalmente a consecuencia de su morosidad
con este banco, no eran sujetos de créditos, por lo que sin asesoría alguna en ese
momento, cedieron a la presión de los ejecutivos bancarios y firmaron ese documento en
blanco.
6.- Sin embargo, algunos días después de la firma del documento antes descrita, y con los
suscriptores ya de vuelta en la ciudad de Antofagasta, el banco les requirió que el pagaré
se firmara nuevamente, con el pretexto de que el documento firmado en Santiago, carecía
de valor al no tener ninguna mención, por lo que requerían que al menos tuviera algunas
menciones previamente llenadas por el banco, entre las que faltaban algunas esenciales,
pero nuevamente con la presión de que era esencial contar con ese documento para
poder proseguir con las negociaciones, cedieron, y nuestra representada doña Evita
Morgado Meneses y Waldo Leal Muñoz, procedieron a suscribir este segundo pagaré en
las oficinas de la Sociedad Norterra S.A., en la ciudad de Antofagasta, el día 26 de enero de
2018, en el transcurso de la tarde, llevándose físicamente el pagaré a las oficinas del
Banco en la ciudad de Antofagasta. Previamente, los referidos representantes de Norterra
S.A. se dejaron copia del pagaré suscrito en esta segunda oportunidad, en las
circunstancias ya descritas, copia que será esencial para resolver esta objeción.
7.- En efecto, el pagaré que sirve de fundamento al presente juicio, no es el mismo que
firmó nuestra representada, ni en la primera, ni en la segunda oportunidad, en este caso,
el 26 de julio de 2018, principalmente porque CONTIENE MENCIONES QUE NO ESTABAN
AL MOMENTO DE LA FIRMA Y QUE FUERON LLENADAS SIN FACULTAD ALGUNA POR EL
BANCO ACREEDOR, EN SU PROPIO BENEFICIO.
8.- Y, además, se sostiene, para ATRIBUIRLE UN SUPUESTO MERITO EJECUTIVO EN ESTOS
AUTOS, QUE EL PAGARE QUE SE INVOCA, N° 237753, fue suscrito por la representante de
Norterra S.A, nuestra representada y demás obligados al pago, ante Notario Público, en la
Región Metropolitana de Santiago, comuna de Huechuraba, LO QUE NO ES CIERTO, pues
fue firmado en Antofagasta, en las oficinas de Norterra S.A., Y SIN LA PRESENCIA DE
NINGUN NOTARIO PÚBLICO, menos de otra ciudad.
En realidad, por la fecha de suscripción, es imposible que haya sido FIRMADO POR
NINGUNO DE LOS SUPUESTOS OBLIGADOS, ante el Notario Público de Santiago, don
Mauricio Bertolino Rendic, que además según su timbre e individualización tiene asiento

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en la comuna de Huechuraba, ni siquiera en Las Condes, en las que se ubican las oficinas
del banco demandante.
9.- En estas circunstancias, a de saber S.S., que la deudora principal, la sociedad Norterra
S.A., HA EJERCIDO CON MUCHA ANTERIORIDAD A SU NOTIFICACION LEGAL EN ESTA
CAUSA, LAS ACCIONES LEGALES DE ORDEN PENAL Y CIVIL que corresponden frente a la
actuación de los ejecutivos del banco para procurarse este título ejecutivo de que no
disponen y por una deuda que tampoco procede, estimando que la actuación del banco
institucionalmente en el orden civil, y a través de determinados funcionarios en el orden
penal, al hacer aparecer este Pagaré y atribuyéndole mérito ejecutivo, es completamente
ilícita.
En concreto, las acciones judiciales ya ejercidas son las siguientes:
i) En primer lugar, con fecha 04 de enero del año 2019, Norterra S.A., PRESENTÓ
ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago, una Querella Criminal, por los delitos de
estafa, falsificación material de instrumento privado mercantil y uso malicioso del mismo
(respecto del Pagaré N° 237573), en contra de don Hernán Rodrigo Bustamante
Retamales, de doña Lorena Jansson Retamal, de don Andrés Uribe Klenner, de don Samuel
Santibáñez Calderón, de doña María del Pilar Labbe Tagle y de don Fernando Rodolfo
Massú Taré, y contra quienes resulten responsables, por la responsabilidad que le cabe en
los delitos denunciados, la cual luego de una disputa de competencia, quedó radicada en
el 7° Juzgado de Garantía de Santiago, RIT N° 309-2019, caratulado “Evita María Morgado
Meneses / Fernando Rodolfo Massú Tare”, bajo el RUC N° 1910000692-0, la cual se
encuentra en etapa de investigación, querella que se acompaña junto a su tramitación en
el Segundo Otrosí de esta presentación.
ii) Y en segundo lugar, con fecha 11 de enero del año 2019, Norterra S.A.,
interpuso en procedimiento declarativo ordinario de mayor cuantía, demanda de nulidad
absoluta del pagaré N° 237573, por adolecer de vicios del consentimiento, como son el
dolo y el error, que lo tornan nulo de nulidad absoluta para todos los efectos legales.
Dicha acción se ejerció en conjunto con la acción de nulidad respecto del supuestos
contrato de leasing del ya mencionado predio Alto Las Petras, comuna de Casablanca,
que en realidad resultó ser el Contrato de Arrendamiento N° 2012802. La causa se
encuentra en actual tramitación bajo el Rol C- 1107-2019, caratulada “Morgado / Itaú
Corpbanca”, seguida ante el 9° Juzgado Civil de Santiago, y pendiente de resolver por la

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Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, recurso de apelación interpuesto por la
demandante, que se encuentra bajo el Rol Ingreso Corte N° 5659-2019, respecto a la
excepción de incompetencia (por estimar que debiera resolverse en arbitraje), opuesta
por el banco demandado, demanda que se acompaña junto a su tramitación en el
Segundo Otrosí de esta presentación.
9.- Por todo lo anteriormente expuesto, objetamos el Pagaré N° 237573, en cuanto
documento acompañado por la ejecutante, por falsedad.
POR TANTO,
PEDIMOS A V.S.: Tener por objetado el pagaré que sirve de fundamento a la presente
demanda ejecutiva, por falsedad.

PRIMER OTROSI: Nuestra representada doña EVITA MARÍA MORGADO MENESES, en su


calidad de aval, fiadora y codeudora solidaria ha sido notificada de la presente causa
ejecutiva con fecha 28 de agosto de 2019 y requerida de pago en la ciudad de Antofagasta
con fecha 29 de agosto de 2019, por la parte ejecutante “Banco Itaú Corpbanca",
Sociedad Anónima Bancaria, del giro de su denominación, representada en estos autos
por don José Bernardo Mandiola Alliende, Abogado, con domicilio en Avenida Presidente
Riesco N° 5537, comuna de Las Condes, según documentos que se acompañan en el sexto
otrosí, para que sea condenada al pago de la cantidad de $627.600.000.- (seiscientos
veintisiete millones seiscientos mil pesos), más intereses y costas de la causa.
Que encontrándonos dentro de plazo legal, conforme lo prescribe el artículo 460
en relación al artículo 259 del Código de Procedimiento Civil, y actuando en nombre y
representación de doña EVITA MARÍA MORGADO MENESES, venimos en oponernos a la
ejecución de autos y deducir las excepciones del artículo 464 números 17, 2, 7, 14 y 11 del
Código de Procedimiento Civil, solicitando el total rechazo de la demanda ejecutiva de
autos, con costas, en base a las consideraciones de hecho y de derecho que a
continuación pasamos a exponer:

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l. LA EXCEPCIÓN DEL N° 17 DEL ARTÍCULO 464° DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL,
ESTO ES, “LA PRESCRIPCIÓN DE LA DEUDA O SÓLO DE LA ACCIÓN EJECUTIVA”.

En primer término, esta parte opone a la ejecución, la excepción contemplada en


el N° 17 del artículo 464° del Código de Procedimiento Civil, esto es de “la prescripción de
la deuda o sólo de la acción ejecutiva”, respecto del pagaré a plazo N° 237573, suscrito
con fecha 26 de enero del año 2018, sin obligación de protesto.
En efecto, de acuerdo a la parte ejecutante, dicho pagaré es a plazo, y de acuerdo
al artículo 49° de la Ley N° 18.092, sobre letra de cambio y pagaré, aplicable a los pagarés
en virtud de lo previsto en el artículo 107 del mismo cuerpo legal, que dispone lo
siguiente: “La letra a la vista es pagadera a su presentación, y si no fuere pagada dentro
del plazo de un año contado desde la fecha de su giro quedará sin valor a menos de ser
protestada oportunamente por falta de pago”, dicho lo anterior, el pagaré N° 237573,
suscrito por nuestra representada en calidad de aval, y codeudora solidaria, tiene como
fecha de vencimiento el día 25 de julio del año 2018.
Por su parte, el artículo 98° de la citada Ley N° 18.092, aplicable al pagaré
conforme lo señala el artículo 107° de dicho cuerpo legal, dispone que: “El plazo de
prescripción de las acciones cambiarias del portador contra los obligados al pago es de un
año, contados desde el día del vencimiento del documento”.
Por lo que, las letras de cambio y pagarés que tienen día de vencimiento, deben
ser presentados para el pago al día de su vencimiento, según lo dispone el artículo 52° de
la Ley 18.092. En cambio, lo que ha de hacerse dentro del plazo de un año contado desde
la fecha de vencimiento del documento, so pena de quedar este sin valor, a menos de ser
protestado oportunamente por falta de pago.
De lo anterior se concluye que en las letras y pagarés a plazo, según el sentido
natural y obvio de estos términos, el día en que deben ser pagados, inicia desde la fecha
de su vencimiento, que en este caso, es el día 25 de julio del año 2018. Y el protesto,
constituye, por esencia, un acto jurídico solemne destinado a comprobar en forma
indubitable que el título fue efectivamente presentado al suscriptor para su pago dentro
del plazo correspondiente, y también para comprobar si este último efectuó o no el pago
requerido.

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A la luz de lo señalado precedentemente, el plazo señalado en el artículo 98° de la
Ley N° 18.092, la fecha de prescripción del Pagaré N° 237573 es el día 25 de julio del año
2019, y nuestra representada fue notificada de esta acción ejecutiva, el día 28 de agosto
de 2019, y requerida de pago el día 29 de agosto de 2019, por lo que operó plenamente la
prescripción de un año contemplada en la norma ya señalada.
De esta forma, V.S., podrá apreciar, que las acciones derivadas del presente pagaré
N° 237573, que por este acto se pretende cobrar, se encuentra total e indubitadamente
prescritas, haciendo con ello, improcedente su cobro, posición que ha sido ampliamente
avalada por la jurisprudencia de nuestra Excelentísima Corte Suprema.
A mayor abundamiento, el artículo 3°, número 10 del Código de Comercio
establece:
“Artículo 3°.- Son actos de comercio, ya de parte de ambos contratantes, ya de
parte de uno de ellos:
10.- Las operaciones sobre letras de cambio, pagarés y cheques sobre documentos
a la orden, cualesquiera que sean su causa y objeto y las personas que en ella intervenga, y
las remesas de dinero de una plaza a otra echas en virtud de un contrato de cambio.”

No debemos olvidar que el pagaré es un título de crédito, en otras palabras,


un documento que permite a su portador legítimo exigir de su deudor el crédito,
constituyendo una fuente de obligaciones, distinta de las clásicas, toda vez que, su
fuerza obligatoria emana de la voluntad unilateral de la aceptación del suscriptor. En
este contexto, el pagaré es un escrito por el cual una persona, llamada suscriptor, se
obliga directamente a pagar a otra, llamada beneficiario, o a su orden, una cantidad
de dinero en una fecha determinada. Luego y de conformidad con lo que prevé el
artículo 105 de la Ley N.° 18.092 dispone “El pagaré puede ser extendido de las
siguientes formas:

1.- A la vista;

2.- A un plazo contado


desde su fecha, y

3.- A un día fijo y determinado.

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El pagare puede tener también vencimientos sucesivos, y en tal caso, para que el no
pago en una de las cuotas haga exigible el monto total insoluto, es necesario que así se
exprese en el documento. Si nada se expresare al respecto, cada cuota morosa será
protestada separadamente”.

Por otra parte el artículo 2514 del Código Civil establece:

Art 2514. “La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige
solamente cierto lapso de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido dichas
acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya Hecho exigible”

De acuerdo a lo expresado en el artículo anteriormente aludido resulta claro


que el único requisito para que ésta opere es la inactividad del titular del derecho
durante determinado plazo. Sin embargo, la prescripción debe ser alegada en juicio,
no pudiendo el juez declararla de oficio. Esto último es de suma importancia, ya que
una acción puede estar prescrita e igualmente ser ejercida con éxito si el demandado
no opone la excepción de prescripción.

El artículo 2515 del Código Civil establece:

Artículo 2515: “Este tiempo es en general de tres años para las acciones
ejecutivas y de cinco para las ordinarias. La acción ejecutiva se convierte en
ordinaria por el lapso de tres años, y convertida en ordinaria durará solamente
otros dos.”

En lo relativo al plazo de prescripción, en general es de tres años para las


acciones ejecutivas y de cinco para las ordinarias. Sin embargo, existen muchos
plazos especiales de prescripción, tanto en atención a la acción en particular, como
al instrumento que constituye el título ejecutivo, por ejemplo, un pagaré, cuyo
plazo de prescripción es de un año.

Asimismo el artículo 98 de la ley 18.092 establece:

Articulo 98.- “El plazo de prescripción de las acciones cambiarias del


portador contra los obligados al pago es de un año, contado desde el día de
vencimiento del documento”.

Si bien, es menester recordar, que ejecutante tiene un año para


proceder.”

El artículo 98 de la Ley N° 18.092 no distingue entre acciones ejecutivas y


ordinarias, por lo que debe entenderse que el plazo de un año que establece es un

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término único de prescripción para cualquiera acción cambiaria, todo de acuerdo
con el principio de que donde la ley no distingue no es lícito al hombre distinguir.
En efecto las acciones que nacen de un título como lo es un pagaré, son sólo
cambiarias, cuyo plazo de prescripción es de un año desde que la obligación que se
contiene en tal instrumento se ha hecho exigible.

Por otra parte el artículo 100 de la ley 18.092 establece:

Artículo 100°. “La prescripción se interrumpe sólo respecto del obligado a


quien se notifique la demanda judicial de cobro de la letra, o la gestión judicial
necesaria o conducente para deducir dicha demanda o preparar su ejecución”.

Que, como se dijo, el aludido artículo 100° tiene el carácter de norma


especial en la materia lo que refuerza y lo manifestado y establecido en los
artículos 4° y 13° del Código Civil, que consagran, precisamente, el principio de la
especialidad de la ley, otorgando primacía en aquellas normas relativas a cosas o
negocios particulares sobre las disposiciones generales y, conforme al primero de
dichos preceptos, las disposiciones contenidas en el Código de Comercio y demás
leyes especiales se aplicarán con preferencia a las del Código Civil. Por otra parte,
el artículo 3° del Código de Comercio señala que: “Son actos de comercio, ya de
parte de ambos contratantes, ya de parte de uno de ello”, las operaciones sobre
letras de cambio, pagarés y cheques sobre documentos a la orden, cualquiera que
sea su causa, objeto y las personas que en ella intervengan. En ese sentido, está
llamado a prevalecer sobre otras disposiciones de orden general para concluir así
que la prescripción de la acción se interrumpe civilmente sólo con la notificación
de la demanda y no con su interposición.

Que siendo la prescripción, un modo de extinguir las obligaciones de


aplicación general, conforme al artículo 1567°, N° 10 del Código Civil, es
totalmente aplicable, más aun en relación al artículo 2497°, del mismo cuerpo
legal.

De esta forma el plazo de prescripción extintiva de la acción ejecutiva se


cumplió el día 25 de julio de 2019, el día en que se inició debidamente una acción
judicial ejecutoria por no pago del pagare y por ende dio facultad al portador para
efectuar el cobro del pagare, razón por la cual al notificarse la demanda y requerir

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de pago a nuestra representada el día 28 y 29 de agosto del año 2019,
respectivamente, la acción ejecutiva ya se encuentra prescrita.

De esta forma, y como S.S., puede apreciar, las acciones derivadas del
pagaré que se pretende cobrar se encuentran total e indudablemente prescritas,
por lo que es improcedente su cobro, posición ampliamente avalada por la
jurisprudencia de nuestro máximo Tribunal.

II. EN SUBSIDIO DE LA EXCEPCIÓN OPUESTA PRECEDENTEMENTE , OPONEMOS LA


EXCEPCIÓN DEL N° 2 DEL ARTÍCULO 464° DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, ESTO
ES, “LA FALTA DE CAPACIDAD DEL EJECUTANTE O DE PERSONERÍA O REPRESENTACIÓN
DE QUIEN COMPARECE EN SU NOMBRE”.

En subsidio de la excepción opuesta precedentemente, esta parte opone a la


ejecución, la excepción contemplada en el N° 2 del Artículo 464° del Código de
Procedimiento Civil, esto es “la falta de capacidad del ejecutante o de personería o
representación de quien comparece en su nombre”, que en el caso sub-lite, es en
relación a la personería de don JOSE BERNARDO MANDIOLA ALLIENDE, quien
supuestamente sería mandatario y apoderado de la ejecutante y quien otorga patrocinio y
mandato judicial al abogado don Andrés Silva Charpentier, quienes han comparecido en
nombre y representación de “Banco Itaú Corpbanca".
El supuesto mandatario pretende acreditar su personería, acompañando a los
autos la sesión ordinaria de directorio N° 357 reducida a escritura pública, en el que se
decide revocar los poderes vigentes a los abogados y dar nuevos poderes a varios
abogados y entre ellos se otorgan facultades al abogado José Mandiola Alliende,
mencionando sólo su nombre y sin dar ningún otro dato de individualización. De hecho,
en la propia demanda se repite la omisión al ni siquiera mencionarse el número de cédula
de identidad del apoderado del banco ejecutante.
Lo cierto es que toda la acreditación de la representación del banco, se basa en
una escritura pública en la que se deja constancia de un acta de sesión de directorio y que
es firmada sólo por el abogado Cristian Toro Cañas, sin embargo en ella, no constan en
forma fehaciente los poderes del compareciente para representar al directorio, como
tampoco los datos necesarios para dar referencia de la constitución válida de dicho

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directorio, lo que en este caso es de suyo relevante debido a que el banco acreedor, en la
misma época de la realización de la reunión de directorio, estaba siendo objeto de una
fusión y consecuentemente de una importante modificación en su estructura de poderes.
Las reglas de la Sociedad Anónima, establecen que para otorgarse legalmente los
poderes de su representación deben observarse una serie de procedimientos para que
ellos se entiendan válidamente emitidos. En primer lugar, es la Junta de Accionistas quien
debe nombrar válidamente a un directorio, quien dura tres años en sus funciones. En
segundo lugar, dicho directorio en sesión válida y con los quórums que exige la ley o su
propio estatuto, debe otorgar poderes a su gerente o gerentes generales o a otras
personas, respecto de las cuales debe indicarse una individualización que no dé lugar a
equívocos y señalando expresamente las facultades que se confieren.
Tomando en consideración lo expuesto, no se encuentra acreditada la personería o
representación que se invoca respecto de José Madiola Alliende, quien no puede otorgar
al abogado patrocinante facultades de las que no goza legalmente, ya que la sola escritura
acompañada no da cuenta ni permitan determinar y acreditar que:
a) La estructura general de poderes de administración vigentes, la designación y
facultades otorgadas al Directorio, así como tampoco de la vigencia del directorio
en los términos del artículo 31 de la ley 18.046.
b) La individualización precisa de don José Mandiola Alliende, quien sólo se
identifica por su nombre patronímico
c) Si los supuestos poderes otorgados a los apoderados mencionados en dicha
sesión de directorio, fueron debidamente inscritos en los plazos que la ley señala
ante el Registro de Comercio respectivo.
Nada de lo señalado precedentemente se puede acreditar con la reducción a
escritura pública acompañada, imponiendo de esta manera a esta parte la carga de
identificarlo, vulnerando en definitiva la igualdad procesal, por lo que en tales
condiciones y para todos los efectos legales no se puede considerar que la demandante
haya exhibido el título de su personería.
La personería o representación legal del apoderado de la ejecutante se prueba a
través de escritura pública, inscrita conforme lo dispone el artículo 22 N°5 del Código de
Comercio, en el plazo que señala el artículo 23 y bajo la sanción de nulidad contenida en el
artículo 24 del mismo cuerpo legal, lo que debe relacionarse con el artículo 1701 del

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Código Civil que dispone que la falta de instrumento público no puede suplirse por otra
prueba en actos y contratos en que la ley requiere esa solemnidad.
El inciso 1° del artículo 6° del Código de Procedimiento Civil dispone que el que
comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de un mandato o en ejercicio de
un cargo que requiera especial nombramiento, deberá exhibir el título que acredite su
representación.
De lo anteriormente indicado, necesariamente se debe concluir que quien
comparece en estos autos en representación del Banco Itaú Corpbanca S.A., José
Mandiola Alliende, no es representante de la sociedad ejecutante, lo que trae como
consecuencia que el abogado don Andrés Silva Charpentier no sea mandatario judicial,
porque no consta al momento de interposición de la demanda que quien le otorgó
patrocinio y poder en la causa tenga la calidad de apoderado y mandatario del banco
acreedor.
En estas condiciones, debe ser acogida la excepción del N°2, del artículo 464, del
Código de Procedimiento Civil.

III.- EN SUBSIDIO DE LA EXCEPCIÓN OPUESTA PRECEDENTEMENTE, OPONGO LA


EXCEPCIÓN DEL Nº6 DEL ARTÍCULO 464° DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, ESTO
ES, “LA FALSEDAD DEL TÍTULO”.

En subsidio de la excepción opuesta precedentemente, esta parte opone a la


ejecución, la excepción contemplada en el N° 6 del Artículo 464° del Código de
Procedimiento Civil, esto es “la falsedad del título”.
En este acápite alegamos la ausencia del requisito legal que le da mérito ejecutivo
al título que se cobra ejecutivamente, establecido en el artículo 434 N° 4 inciso 2 del
Código de Procedimiento Civil y que dice relación con la falta de autorización de las firmas
de los suscriptores, realizada por notario, el que toma dos formas viciosas, como pasamos
a explicar.
En efecto, este Pagaré, cuyo origen, como ya se indicó en Lo Principal, se remonta
a que una vez suscritos los contratos iniciales para adquirir el inmueble situado en
Casablanca, Quinta Región, y los camiones y maquinaria por parte de Norterra S.A, en el
mes enero de 2014, que siempre a los representantes de la demandada se les hizo creer

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que eran de leasing aunque en realidad no lo eran, tuvieron problemas para pagarle la
totalidad de las obligaciones ilícitamente convenidas con el Banco, debido al decaimiento
de la actividad minera especialmente durante los años 2014 a 1017.
Se iniciaron así largas y sucesivas negociaciones para tratar de alcanzar un acuerdo
con Corpbanca, y en ese contexto es que se les pidió que firmaran un Pagaré en blanco en
las oficinas del Banco en Santiago. Ese documento quedó materialmente en un cajón del
escritorio del gerente del área de leasing del banco, quién les aseguró que iba a quedar
ahí, como respaldo, como garantía, y que no sería utilizado.
Sin embargo, algunos días después les dijeron que les habían señalado en el Banco,
que para que dicho Pagaré tuviera valor como una garantía, iba a tener que ser llenado en
algunas de sus menciones esenciales, no en todas, por lo que como una nueva exigencia
para poder continuar negociando, era necesario que lo firmaran “de nuevo”, es decir que
tenían que suscribir otro. Como estaban en su domicilio en Antofagasta, le explicaron que
la única manera de que lo pudieran firmar, era que lo enviaran a esa ciudad y así lo
hicieron, remitiéndolo a través de la sucursal de Antofagasta del mismo Banco, que a su
vez nos lo entregó para que lo firmaran por su cuenta, en Antofagasta.
Se trata del documento de fecha 26 de enero del año 2018, que corresponde al
Pagaré N° 237573 (numero llenado a mano), en favor del Banco Itaú Corpbanca, por la
suma total de $ 627.600.000-., pagadero en una cuota, con vencimiento al día 25 de julio
del año 2018, y que de acuerdo a lo que siempre les manifestaron todos los funcionarios
del Banco que intervinieron en esa época, fue suscrito en garantía, es decir, que no se
haría efectivo de manera autónoma porque formaba parte de una renegociación en curso
con la entidad bancaria.
Pues bien, ese documento fue suscrito por nuestra representada doña EVITA
MARÍA MORGADO MENESES, la represente de la demandada, el día 26 de enero de
2018, en Antofagasta en las oficinas de la compañía y no en las del banco, NUNCA ANTE
NOTARIO, NI EN SANTIAGO, como aparece actualmente en el documento, debiendo
resaltar que, en particular, la página 6 del Pagaré, quedó en blanco, a pesar de que ahora
aparecen menciones con letra manuscrita que no se hicieron y se autoriza la firma ese
día por un Notario Público de Santiago, lo que es falso.

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Esto se advierte al comparar la copia que nuestra representada guardó del
documento entregado al banco ese día en horas de la tarde y el documento que se
presenta en autos, y que objetamos en Lo Principal.
Forzoso es concluir entonces que la autorización notarial del pagaré que sirve de
fundamento a la presente ejecución, es absolutamente irregular e inválida, pues el pagaré
de marras fue firmado en las oficinas de la demandada principal esto es la sociedad
Norterra S.A. ubicadas en la ciudad de Antofagasta, el día 26 de enero de 2018 y
entregadas en la sucursal del banco en la ciudad de Antofagasta, durante la tarde del
mismo día 26 de enero de 2018, por lo que es imposible, durante el mismo día hayan sido
autorizados las firmas en la ciudad de Santiago, comuna de Huechuraba por el notario que
aparece estampando el documento.
El hecho de que el pagaré fue firmado en la ciudad de Antofagasta, consta del
propio documento, en el que es posible apreciar un timbre de la sucursal de Antofagasta,
con lo que se da cuenta que no hay una autorización válida de parte del ministro de fe en
cuanto a las firmas de los suscriptores.
Y el que no fue suscrito ante Notario, sin perjuicio de otros medios de prueba,
consta también de la ya referida copia que Norterra S.A. dejó en su poder ese mismo día,
del documento entregado al banco y en el que se aprecia que no hay autorización alguna
de Notario.
Más aún, de la misma copia se puede apreciar que además se lo llenado
abusivamente en algunas menciones que estaban en blanco al momento de la firma, por
personas, es de presumir que funcionarios indeterminados del mismo Banco, por el que se
constituye a don Waldo Leal Muñoz y a nuestra representada doña Evita Morgado
Meneses, en avalistas, fiadores y codeudores solidarios, además esta última de
representante legal de la referida sociedad, con el objetivo de obtener un nuevo lucro a
costa de todos ellos, ya que el monto por el que se llenó el documento, no se sabe cómo
se determinó, pues la totalidad de la deuda por los contratos que se querían renegociar
según el mismo banco sigue vigente, habiéndose iniciado su cobranza judicial.
Y tampoco sería posible haberles otorgado un nuevo crédito, ya que no eran
sujetos de crédito, todo lo cual confirma que nos encontramos frente a un documento al
que no le puede reconocer la autenticidad que invoca el actor ejecutivo.

14
El artículo 434 N° 4 del Código de Procedimiento Civil expresa “Tendrá mérito
ejecutivo sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagaré o cheque,
respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el oficial de
Registro Civil en las comunas donde no tenga su asiento un notario”. Atendido lo
preceptuado por el artículo transcrito, el pagaré que se cobra ejecutivamente no tiene
mérito ejecutivo, ya que carece de una autorización válida realizada por Notario Público,
ya que el estampado que se visualiza en la hoja 6 del pagaré es falso en los términos
indicados en lo principal de este escrito.
Recordemos que la doctrina señala que “Un título es falso cuando no es auténtico,
es decir, cuando no ha sido realmente otorgado y autorizado por las personas y de la
manera que en el título se expresa”. 1, que es lo que ocurre en la especie, ya NUNCA SE
SUSCRIBIÓ EN SANTIAGO NI ANTE EL NIOTARIO PUBLICO QUE EN EL DOCUMENTO SE
PRETENDE, ni con todas las menciones con las que hoy se presenta a este juicio, RAZONES
POR LAS CUALES DEBE NEGARSELE MERITO EJECUTIVO.
Como segundo vicio, y en subsidio de la falsedad de la autorización notarial,
alegamos la insuficiencia de la autorización que obra en el documento.
Consta del pagaré la siguiente autorización notarial “Autorizó la firma de don
Waldo Leal Muñoz, CI 8.531.853-5, como aval y la firma de doña Evita maría Morgado
Meneses, CI 8.750.642-8, por sí como aval y en representación de Norterra S.A., RUT
78.790.740-7, como suscriptor. Doy Fe. Santiago a 26 de enero de 2018.” Hay timbre de
Mauricio Bertolino Rendic, Huechuraba, Notario Público de Santiago.
Que reciente jurisprudencia emanada de nuestros más altos Tribunales de Justicia
han entendido que la autorización realizada en los términos antes transcritos no es idónea
para revestir de mérito ejecutivo al pagaré.
En efecto, el artículo 434 N° 4° del Código de Procedimiento Civil estatuye que son
títulos ejecutivos los instrumentos privados reconocidos judicialmente o mandados tener
por reconocidos, agregando en el inciso segundo de dicho numeral lo siguiente: “Tendrá
mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagaré o
cheque, respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario (…)”.
Las reglas relativas a los Notarios Públicos, y que reglamentan entre otras materias
sus funciones y las formalidades que éstos deben guardar con el fin de cumplir su rol de
1
Espinoza Fuentes, Raúl, Manual de Procedimiento Civil “El juicio ejecutivo”, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, undécima edición, 2003, p. 112.

15
ministros de fe públicos, están contenidas en el párrafo 7 del Título XI del Código Orgánico
de Tribunales. Así, el artículo 401 N° 10° de dicho Código establece que son funciones de
los notarios: “Autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, sea en su
presencia o cuya autenticidad les conste;”.
A su turno, el primer inciso del artículo 425 preceptúa, en lo pertinente: Los
notarios podrán autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, siempre
que den fe del conocimiento o de la identidad de los firmantes y dejen constancia de la
fecha en que se firman.”;
Que la interpretación de las disposiciones legales precedentemente transcritas
permiten concluir lo siguiente:
a) Que los instrumentos privados, por regla general, no tienen mérito ejecutivo,
salvo cuando hayan sido reconocidos judicialmente o mandados tener por reconocidos;
b) Que el pagaré es un instrumento privado;
c) Que el pagaré puede tener fuerza ejecutiva si, entre otras posibilidades, la firma
del obligado aparece autorizada por un notario:
d) Que los notarios están facultados para autorizar las firmas estampadas en
instrumentos privados, sea con la presencia del firmante o no;
e) Que en cualquiera de los casos anteriores, deben dar fe del conocimiento o de la
identidad de los firmantes, además de la fecha;
Que como ha quedado dicho en el caso que nos ocupa, el Notario se limitó a dejar
constancia que autoriza la firma de dos avales y de un suscriptor SIN CUMPLIR CON EL
IMPERATIVO LEGAL DE DAR FE DEL CONOCIMIENTO O DE LA IDENTIDAD DE LA PERSONA
DEL FIRMANTE, ES DECIR, NO DA CUENTA DE CÓMO ACREDITA ESAS CIRCUNSTANCIAS; Y
POR LO TANTO, NO DA FE PRECISAMENTE DE CÓMO LE CONSTA LA AUTENTICIDAD DE
CADA UNA DE LAS ALUDIDAS FIRMAS, ES DECIR, NO HACE FE QUE LA RÚBRICA PUESTA EN
LOS DOCUMENTOS PRIVADOS PERTENECE, PRECISAMENTE, A LA PERSONAS QUE LAS
ESTAMPARON.
En rigor, se trata de una formalidad esencial que no se pueden admitir
interpretaciones ambiguas del cumplimiento de esta exigencia normativa, pues de lo
contrario ocurre lo que ha sucedido en la especie, que cualquier pretendido acreedor ha
logrado, no se sabe cuándo ni dónde, una firma Notarial puesta en un documento
formulario del propio Banco, llenado en algunas menciones esenciales no se sabe

16
tampoco por quién, cuando, donde no por qué, y pretende que eso sea suficiente para
que se le reconozca merito ejecutivo a tal instrumento, lo que legalmente no corresponde.
Es más, en las mismas circunstancias pretende dar fe de la firma de nuestra
representada doña Evita Morgado Meneses, en representación de Norterra S.A., sin
enunciar cómo le consta dicha representación y de qué documento pudo concluir su
aseveración. En este mismo sentido se pronuncia la sentencia dictada por la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, que en su considerando expresa “Dicho timbre resulta
insuficiente para dar por acreditada la pretendida personería, toda vez que no se
acompañó ni consta en parte alguna la representación a que se alude en dicho estampe y
sin que el Ministro de Fe expresara de qué instrumentos deduce tal representación”
Que así las cosas, forzoso es concluir que el documento enunciado como “pagaré”,
que se esgrimen como fundamento de la ejecución no reviste el carácter de título
ejecutivo, por no cumplir con los requisitos legales que le otorgan dicho carácter;
tratándose de un simple instrumento privado que, como se dijo, por regla general no tiene
dicho mérito.

IV.- EN SUBSIDIO DE LA EXCEPCIONES OPUESTAS PRECEDENTEMENTE, OPONEMOS LA


EXCEPCIÓN DEL N° 7 DEL ARTÍCULO 464°DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, ESTO ES
“LA FALTA DE ALGUNO DE LOS REQUISITOS O CONDICIONES ESTABLECIDOS POR LAS
LEYES PARA QUE DICHO TÍTULO TENGA FUERZA EJECUTIVA, SEA ABSOLUTAMENTE, SEA
CON RELACIÓN AL DEMANDADO”.

En subsidio de la excepción opuesta precedentemente, esta parte opone a la


ejecución, la excepción contemplada en el N° 7 del Artículo 464° del Código de
Procedimiento Civil, esto es “la falta de alguno de los requisitos o condiciones
establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado”.
Fundamos esta excepción en el hecho de que las firmas de los suscriptores del
Pagaré N° 237573, no ha sido autorizada ante Notario Público de conformidad a la ley.
El Inciso 1° del Artículo 425° del Código Orgánico de Tribunales señala: “Los
notarios podrán autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, siempre

17
que den fe del conocimiento o de la identidad de los firmantes y dejen constancia de la
fecha en que se firman. Se aplicará también es este caso la regla del artículo 409.
En este caso S.S., ya se ha explicado latamente –DANDO POR REPRODUCIDO EN LO
PERTINENTE LO EXPUESTO EN LA EXCEPCION PECEDENTE, para evitar más reiteraciones-
que la representante legal de la Sociedad Norterra S.A., jamás concurrió a estampar ante
Notario la firma que aparece en el pagaré en que se funda la ejecución de estos autos. Es
más, ignoraba que iba a aparecer un Notario autorizando su firma y que Notario es que el
que aparentemente lo hizo.
Como ya se señaló precedentemente, ese documento fue suscrito nuestra
representada doña EVITA MARÍA MORGADO MENESES, representante de la sociedad
demandada el día 26 de enero de 2018, en la comuna y Región de Antofagasta en sus
propias oficinas, y no en las oficinas del banco, y lo que es más grave aún, NUNCA ANTE
NOTARIO, NI MUCHO MENOS EN SANTIAGO, como aparece actualmente en el
documento, debiendo resaltar que, en particular, la página 6 del Pagaré, quedó en
blanco, a pesar de que ahora aparecen menciones con letra manuscrita que no hizo, que
no estaban en ese momento, a lo que se añade la presunta autorización de su rúbrica
ese día por un Notario Público de Santiago, sede comuna de Huechuraba, lo que no es
efectivo.
Así las cosas, en ese documento se ha vulnerado la exigencia esencial por la cual el
legislador le da merito ejecutivo al documento suscrito ante Notario como ministro de fe.
Al respecto, dice un autor “El notario desempeña sus funciones con toda la
jerarquía de un servidor público cuyo ministerio es el más alto concepto de la
responsabilidad profesional. En sus manos se encomienda la tuición de intereses
cuantiosos, como también delicadas cuestiones patrimoniales y de familia. Por todo lo
expuesto, el notario debe tener, como pocos, un sentido permanente de rectitud y
escrupulosidad personal, para que el público respete su investidura y sea absoluto
merecedor de su confianza”.2
Por otra parte, el numeral 10 del artículo 401° del Código Orgánico de tribunales
señala: “Son funciones de los notarios: 10° Autorizar las firmas que se estampen en
documentos privados, sea en su presencia o cuya autenticidad les conste”.

2
Ética. Moral Profesional. Deberes Notariales. Roque V. Pondal. Primer Congreso Internacional del Notario
Latino, año 1988.

18
En otras palabras, lo que se busca con dicho precepto es otorgar a la comunidad
“Fe del conocimiento”, es decir, brindar “certeza” de la actuación efectuada por el auxiliar
de la administración de justicia, lo que no ha ocurrido en la especie, tal cual se ha
expuesto también en la excepción precedentemente interpuesta.
Como podrá apreciar S.S., el espíritu de dicha norma fue por una parte establecer
una de las principales funciones que se atribuyen a un notario público, y, además, señalar
la forma en que estas debe ejecutarse, y que en este caso, para autorizar las firmas que se
suscriban en un documento privado, se exige la presencia de la persona que suscribe, o
llevar a cabo alguna otra actividad que le permita tener la plena convicción de que el
suscriptor es quien dice suscribir, Y QUE ESTE ESTÁ por lo menos EN CONOCIMIENTO DE
LO QUE ESTÁ SUSCRIBIENDO, porque, por ejemplo, el documento tiene sus menciones
completas y queda clara la calidad en la que suscribe, lo que en este caso no aconteció.
En consecuencia, habiéndose firmado el pagaré con menciones esenciales en
blanco, sin la presencia del Notario Público como Ministro de Fe que dice autorizar dicha
firma, en una ciudad y en un día distintos, DE LO QUE NO SE DEJA CONSTANCIA POR ESTE
NOTARIO PÚBLICO, que da por hecho que autoriza la firma el día 26 de enero de 2018,
cuando el documento estaba en Antofagasta, y su oficio en Santiago, identidades y
calidades, en el caso de la representación de Norterra S.A., que no dice como le constan ni
como dio por acreditadas, determina que en realidad esa pretendida autorización ante
Notario no es la idónea para conferirle merito ejecutivo al documento invocado en autos.

Por ende, y en consideración que el título que sirve de fundamento a la acción


ejecutiva carece, absolutamente, de los requisitos establecidos en la ley para que tenga
fuerza ejecutiva en relación con el demandado, por cuanto no se cumplió la exigencia
consistente en que en la autorización notarial de las firmas se indique la forma cómo le
consta al ministro de fe la autenticidad de la misma y existiendo menciones esenciales que
no se sabe quién, cuándo , ni por qué aparecen en el documento hecho valer en autos, en
relación a aquel que para otros propósitos –en garantía, como se ha expuesto latamente
en forma previa-, se le entrego en Antofagasta aquel 26 de enero de 2018, no cabe más
que acoger la excepción descrita en el N° 6 del artículo 464° del Código de Procedimiento
Civil ya señalada, y rechazar la demanda ejecutiva intentada en contra de mi
representada.

19
IV.- EN SUBSIDIO DE LA EXCEPCIONES OPUESTAS PRECEDENTEMENTE, OPONGO LA
EXCEPCIÓN DEL N° 14 DEL ARTÍCULO 464° DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, ESTO
ES, “LA NULIDAD DE LA OBLIGACIÓN”

En subsidio de la excepción opuesta precedentemente, esta parte opone a la


ejecución, la excepción contemplada en el N° 14 del Artículo 464° del Código de
Procedimiento Civil, esto es “la nulidad de la obligación”.
Conforme a lo establecido en el artículo 1445 del Código Civil “para que una
persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario: 1° Que sea
legalmente capaz 2° Que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no
adolezca de vicio 3º Que recaiga sobre un objeto lícito; 4º que tenga una causa lícita.”
En el caso sub-lite el acreedor posee un título ejecutivo que no cumple los
requisitos de fondo de toda obligación, pues las firmas del pagaré que se presenta a cobro
ejecutivo se extendieron mediando engaño de parte de quien hoy se apersona como
acreedor, induciendo a error a los deudores, según pasamos a explicar
En efecto, como ya se indicó, este Pagaré se suscribió originalmente SÓLO en
garantía, en blanco en menciones esenciales, con la finalidad de renegociar y garantizar
los financiamiento ya adquiridos por la Sociedad Norterra S.A., de parte de la demandada,
que como ya se adelantó, corresponde al financiamiento, ya pagado en gran parte,
relativo a la adquisición de camiones y maquinarias destinadas a la industria minera, con
el objetivo de prestar sus servicios en la ciudad de Antofagasta,; y para la adquisición de
un predio, previamente determinado, con el objetivo de subdividirlo en parcelas, situado
en el sector de Quintay, comuna de Casablanca, Región de Valparaíso. No se trataba
entonces de una operación nueva.
Diversos atrasos en los pagos de parte de la demandada principal, la sociedad
Norterra, llevaron a celebrar repactaciones de las deudas y cambios en plazos, montos y
condiciones de pago en dichos contratos.
La última tratativa con el banco acreedor se generó a principios del mes de enero
del año 2018, llegándose a un acuerdo que implicaba la venta de la parcela Alto Las
Petras, previa implementación de un proyecto de urbanización que implicaba la
subdivisión del mismo. En la reunión celebrada en la ciudad de Santiago, en oficinas del
banco acreedor, se hizo firmar un pagaré en blanco a don Waldo Leal y a doña Evita

20
Morgado, y se les dijo que se hacía como una formalidad propia de la operación pero que
nunca sería cursado, ya que existían otras garantías vigentes para las operaciones antes
individualizadas. Estas garantías se trataban de sentencias judiciales dictadas en los juicios
por términos de contratos de arrendamiento, que no sólo ordenaban restituir los bienes
supuestamente arrendados, sino condenaban a Norterra S.A. al pago de créditos
compuestos por las rentas de arrendamiento del total del contrato, a pesar de que los
bienes, permanecerían en el patrimonio del banco. De ahí que, la solución de vender en
forma parcelada el terreno de Quintay para pagar el crédito con el producto de las ventas,
surgía como una alternativa razonable y creíble.
A los pocos días de celebrarse la reunión en la ciudad de Santiago, y a pesar de que
un pagaré en blanco se había firmado por Norterra y sus avales con el sólo propósito de
darle formalidad a la operación que se había acordado, y estando Evita Morgado y Waldo
Leal ya de vuelta en la ciudad de Antofagasta, el banco instruyó que el pagaré se firmara
nuevamente, con algunas menciones previamente llenadas por ellos, y otras esenciales en
blanco, lo que se hizo en las oficinas de Norterra en la ciudad de Antofagasta, el día 26 de
enero de 2018, en el transcurso de la tarde, entregándose físicamente el pagaré original
en las oficinas del Banco Itaú Corpbanca, en la ciudad de Antofagasta.
Lo cierto es que el banco acreedor nunca tuvo la intención de respetar el acuerdo
al que se llegó en relación a la forma de pago de los créditos, logrando mediante un
engaño doloso, una disposición patrimonial de parte de los demandados, generando un
título de crédito abstracto, separado de las obligaciones contractuales de las cuales
accedía, por lo que aparte de los créditos reflejados en los juicios por término de contrato
de arrendamiento, hoy existe un crédito por $627.000.000 adicionales y mantiene
vigentes las cobranzas de aquellos originales.
Ciertamente en todo esto proceso se originaron daños y a lo menos un
enriquecimiento ilícito por parte del banco, que deberá ser perseguido por separado.
Por lo explicado anteriormente, el consentimiento prestado por las ejecutadas al
momento de la extensión del pagaré, se basa en un error, inducido con dolo por parte del
ejecutante, de acuerdo a lo ya expuesto, razón por la cual, el consentimiento que da
origen a la supuesta obligación, adolece de vicios que hacen nula la deuda.
El artículo 1451 del Código Civil expresa “Los vicios de que puede adolecer el
consentimiento, son error, fuerza y dolo”.

21
El artículo 1454 del Código Civil expresa “El error de hecho, vicia asimismo el
consentimiento cuando la sustancia o calidad esencial del objeto sobre que versa el acto o
contrato es diverso de lo que se cree; como si por alguna de las partes se supone que el
objeto es una barra de plata, y realmente es una masa de algún otro metal semejante”
En cuanto al dolo, el artículo 1458° del Código Civil, señala que: “El dolo no vicia
el consentimiento sino cuando es obra de una de las partes, y cuando además aparece
claramente que sin él no hubieran contratado”.
El profesor Juan Andrés Orrego Acuña, señala que el dolo es aquella conducta
que se ejercita para obtener una declaración de voluntad o el consentimiento de la otra
parte, o para que esa voluntad o consentimiento se manifieste o preste
respectivamente, en una forma determinada, por lo que define al dolo como aquella
“maquinación fraudulenta empleada para engañar al autor o contraparte de un acto o
contrato, con el fin de arrancarle una manifestación de voluntad o modificarla en los
términos deseados por el individuo que actúa dolosamente”.

En el caso sub-lite, el dolo es evidente, por cuanto fue fraguado por funcionarios
del banco, para que la sociedad Norterra S.A., mediante engaño suscribiera el Pagaré
N° 237573, señalando que era exigencia para continuar con el proceso de
renegociaciones y conversaciones que mantenían a principios de este año 2018,
suscribir ese pagaré con menciones esenciales en blanco, firmado sólo en garantía, en
las oficinas de Norterra S.A., en Antofagasta, pero que no iba a ser llenado ni menos
cobrado. Empero, una vez logrado aquello, procedieron rápidamente y en forma
arbitraria a llenarlo por su cuenta, y lograr una supuesta autorización de un Notario
Público, cobrando una cifra arbitraria a favor del banco, sin siquiera informar hasta
ahora de las razones y monto, y luego procedieron a cobrarlo judicialmente, logrando
además que los representantes legales se constituyeran en avales, fiadores y
codeudores personales.

En cuanto al error, el artículo 1454° del Código Civil, señala que: “El error de
hecho vicia el consentimiento cuando recae sobre la especie de acto o contrato que se
ejecuta o celebra, como si una de las partes entendiese empréstito y la otra donación”.
En el caso de marras, estamos en presencia de lo que se conoce en doctrina como
el “error esencial u obstáculo”, que es aquel que recae sobre la identidad del acto o

22
contrato, o sobre la identidad de la cosa que es objeto de dicho acto o contrato, y que es
el error en el que incurrieron los representantes de la sociedad Norterra S.A, toda vez
que firmaron el pagare con menciones esenciales en blanco, en sus oficinas, sin
autorización de Notario Público, entendiendo que se trataba de una mera garantía de
seriedad, no de adquirir una nueva obligación por un monto determinado, que no tuvo
tampoco ninguna contraprestación. No huno un crédito del parte del banco, una rebaja
en los créditos que se cobran judicialmente, y nada que justificara tal suscripción.
De haber sabido que podía ser llenado en las menciones que quedaron en blanco
por el banco, y hacerlo pasar como suscrito ante Notario Público para intentar darle
merito ejecutivo, jamás lo habrían hecho, demostrando la concurrencia de un error, que
lógicamente vició su consentimiento, lo que debe declararse por el tribunal.
En conclusión, la obligación que contiene el documento que se cobra
ejecutivamente en este acto no reúne los requisitos esenciales para entender que
contiene una obligación lícita, y al faltar uno de los elementos esenciales en toda
obligación, el consentimiento libre de vicios, la obligación es nula ora absolutamente, ora
relativamente.

POR TANTO, en mérito de lo expuesto, y de lo dispuesto en las normativas ya


citadas, y lo prescrito en los artículos 464 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
SOLICITAMOS A V.S.: Tener por opuesta las excepciones contenidas en los números 17, 2,
7, 14 y 11 del Código de Procedimiento Civil, declararlas admisibles, y en definitiva,
acogerlas en todas sus partes, rechazando la acción ejecutiva incoada por Banco Itaú
Corpbanca, en contra de nuestra representada doña EVITA MARÍA MORGADO MENESES,
con expresa condena en costas.
SEGUNDO OTROSÍ: Solicitamos a V.S., suspender el procedimiento de apremio de estos
autos, con el objeto de evitar un gravamen innecesario al ejecutado, y en tanto se
resuelva sobre las excepciones opuestas.
TERCER OTROSÍ: Solicitamos a V.S., tener presente que, en estos autos, nos valdremos de
todos los medios de prueba que franquea la ley, especialmente documentos, testigos,
absolución de posiciones y presunciones.
CUARTO OTROSÍ: Solicitamos a a V.S., tener por acompañados, con citación, los siguientes
documentos:

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1) Copia del mandato judicial otorgado por doña EVITA MARÍA MORGADO MENESES por
escritura pública ante don René Benavente Cash, Notario Público de la Cuadragésimo
Quinta Notaría de Santiago, con fecha 06 de agosto del año 2019, mandato emitido con
firma electrónica avanzada.
2) Ebook de la tramitación de la Querella presentada con fecha 04 de enero del año 2019,
cuyo RUC° 1910000692-0, RIT N° 308-2019, caratulado “Evita María Morgado Meneses /
Fernando Rodolfo Massú Tare, seguida en el 7° Juzgado civil de Santiago.
3) Ebook de la tramitación de la demanda civil de nulidad presentada con fecha 11 de
enero del año 2019, cuyo Rol C- 1107-2019, caratulada “Morgado / Itaú Corpbanca”,
seguida ante el 9° Juzgado Civil de Santiago.
4) Ebook de la tramitación del Recurso de Apelación cuyo Rol Ingreso Corte N° 5659-2018,
caratulada “Morgado / Itaú Corpbanca”, de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de
Santiago.
QUINTO OTROSÍ: Solicitamos a V.S., se sirva tener presente que, asume el patrocinio de
estos autos, tanto el abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, don ÁLEX
MANUEL CAROCCA PÉREZ, cédula de identidad N° 8.735.604-3, quien además asume la
representación, en virtud de la escritura pública de mandato judicial de fecha 06 de
agosto de 2019, otorgado ante don René Benavente Cash, Notario Público de la
Cuadragésimo Quinta Notaría de Santiago, acompañado en el Cuarto Otrosí de esta
presentación, así como también lo hace la abogada habilitada para el ejercicio de la
profesión doña IVANNA MARIEL ALQUINTA CONCHA, cédula de identidad N° 15.376.018-
7, en virtud del mismo mandato, pudiendo actuar conjunta, separada e indistintamente,
ambos con domicilio en calle Rosario Norte N° 555, Oficina 1604, de la comuna de Las
Condes, Ciudad de Santiago, Región Metropolitana.

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