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INICIA DEMANDA

Señor Juez:

Julio Enrique González Rubio, (C.P.A.C.F. T° 15 - F° 982 -


CUIT N° 20-04983858-2 -IVA: Responsable Inscripto), letrado apoderado del
actor, constituyendo domicilio en Lavalle 1388, Casillero 190 (Cardigonte),
Capital Federal, y domicilio electrónico en 20049838582, a V.S. me presento y
digo:

I.- PERSONERIA: Que tal como lo acredito con la carta poder que acompaño
soy apoderado del Sr. Gabriel Hugo Montenegro, D.N.I. N° 12.491.287,
argentino, fecha de nacimiento 6 de julio de 1958, casado, empleado,
domiciliado en Paramaribo 850, de la localidad de Martínez, Partido de San
Isidro, Provincia de Buenos Aires.

II.- OBJETO:
A) Que en el carácter invocado y siguiendo expresas instrucciones de mi
mandante, vengo a interponer formal demanda contra Davicom
Comunicaciones S.R.L. y contra sus socios Gregorio Daniel Deharbe y contra
Viviana Emilse Vignolo, todos domiciliados en Crámer 4364, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires por la suma detallada en la liquidación practicada
más abajo o lo que en más o en menos resulte de las probanzas de autos, con más
la actualización monetaria y los intereses desde que cada suma es debida y
hasta el momento de su efectivo pago, y costas, todo ello en base a las
consideraciones de hecho y de derecho que paso a exponer.-
B) Acta de audiencias en el SECLO: el actor inició dos expedientes ante el
Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria. Uno de ellos contra Davicom SRL
y el otro contra las personas físicas demandadas en autos.
Lamentablemente se ha extraviado el acta de cierre de la
conciliación contra Gregorio Daniel Deharbe y contra Viviana Emilse
Vignolo. Sólo tenemos en nuestro poder la copia del acta se labró en el Expte.
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95713/2017 con motivo de la suspensión de la primer audiencia que debía
celebrarse el 29.09.17. Prestamos juramento de que ese expediente se cerró sin
conciliación quedando, en consecuencia, expedita la vía judicial.
Para el caso de que V.E lo considerase necesario solicito que se
libre oficio al S.E.C.L.O a fin de que remita el expediente 95.713/2017.

III.- HECHOS: El actor Gabriel Hugo Montenegro trabajó para la empresa


Davicom Comunicaciones S.R.L. desde el ingreso del 1.04.97 hasta el despido
directo del 4.01.16 que explicaremos más abajo. Fueron casi 19 años de servicios
dedicados y fieles.
La demandada es una empresa dedicada a la tecnología de la
comunicación, especializada en la reparación, venta y alquiler de equipos de
radiocomunicaciones como handies, repetidoras, bases, etcétera. En 1993 la
empresa presentó su contrato social ante la Inspección General de Justicia con la
razón social VICOM COMUNICACIONES S.R.L. Como esa denominación fue
observada por dicho organismo por "similitud de denominación" con otra
empresa pasó a denominarse DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L.
Desde el ingreso del 1.04.97 al 9.08.99 el actor trabajó en
negro. Lo hizo totalmente en negro sin documentación alguna que pusiera en
evidencia la existencia de un contrato de trabajo. A partir del 9.08.99 y hasta el
15.09.02 continuó al margen de las registraciones de la empresa. Sin embargo,
con el objeto de otorgar alguna formalidad a la relación, comenzaron a utilizar
un ardid muy común: "lo hacían facturar sus servicios como monotributista".
Acompañamos una factura de Servi Graff de Ariel E. Blau y Andrés M. Blau
Sociedad de Hecho en donde, con fecha 11.08.99, se imprimieron las primeras
50 facturas "C" que tuvo que comprar el actor para cumplir con el requerimiento
de la empresa. No sé si esa empresa continuará existiendo pero es impensable
que el actor la haya fraguado para traerla a prueba en este juicio. Y acompaño
todas las facturas que el actor emitió en ese período y que están contabilizadas en
los libros de Davicom Comunicaciones S.R.L. Esas facturas llegan solamente
hasta el 15.01.02 porque el actor debido a la gran depresión económica de 2002
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la empresa prefirió pagarle otra vez en negro y sin respaldo alguno desde febrero
a agosto de 2002 De esa manera, continuaban evadiendo las obligaciones
previsionales que los empleadores tienen con sus trabajadores dependientes. De
esa forma se estafó no solo al actor sino, también, al fisco.
Y el actor no fue el único que trabajó en relación de
dependencia para Davicom con la obligación de inscribirse como monotributista
y "facturar" sus "servicios". También lo hicieron Silvio David Rodríguez (DNI
23.601.541) que realmente ingresó el 1.11.96 -aunque fue registrado con
posterioridad- y que continúa trabajando, Fernando Pablo Módica que facturó
desde el 15.12.97 al 23.01.01 y que luego fue registrado, Silvina Andrea Pascual
que lo hizo desde 1997 a 1999 aproximadamente, Ricardo Petrella que facturó
sus servicios desde 1998 a 2000 y Carlos Felipe Sannit -hoy fallecido- que lo
hizo desde 1998 a 1999. Aunque no lo puedo confirmar con certeza creemos que
Davicom también utilizó este sistema fraudulento con Andrea Verónica Dusi y
Carlos Mamfrin.
Desde el ingreso y hasta el 15.09.02 trabajó continuadamente
en el establecimiento que la demandada poseía en Vidal 4.297 de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Allí trabajaba de lunes a viernes, -esporádicamente
trabajó algún sábado- de 9 a 18 horas. Sus tareas operativas consistían en llevar
técnicos y equipamientos a distintos lugares y visitar a los proveedores para
elegir insumos o activar su entrega. Dentro de la oficina completaba planillas,
informes, efectuaba recomendaciones y realizaba el asesoramiento técnico. El
actor realizaba esas tareas junto a los suegros de Gregorio Daniel Deharbe, a
Silvina Andrea Pascual, Silvio Daniel Rodríguez, Andrea Verónica Dusi y
Fernando Módica. Las únicas que trabajaban en "blanco" eran las mujeres.
Muchos de ellos fueron obligados, durante un largo período, a facturar su trabajo,
para luego ser blanqueados. Tal fue el caso del actor y de Fernando Pablo
Módica, Silvina Andrea Pacual y Ricardo Petrella. Hasta donde sabemos Silvio
Daniel Rodríguez siempre estuvo en negro. En la empresa era costumbre que los
trabajadores estuvieran incorrectamente registrados: sus fechas de ingreso, sus
remuneraciones, sus categorías -todos estos rubros o algunos de ellos-
consignadas en libros y recibos eran falsas. Acompaño copia de las cartas
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documento que algunos de esos trabajadores intercambiaron con la demandada
que acreditan lo que acabamos de decir. La similitud de los reclamos crea
presunciones graves, precisas y concordantes de que lo que denuncia el actor era
una costumbre de la empresa que se aplicaba a todos los empleados. La prueba
informativa lo probará con claridad.
A partir del 16.09.02 el actor fue incorporado en los libros
laborales de la demandada. Este “blanqueo” coincidió con la mudanza de las
oficinas de Davicom. Se mudaron de la calle Vidal 4297 a la calle Crámer 4364,
ambas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se lo "registró" con la categoría
de Supervisor, con datos de fecha de ingreso y remuneraciones falsas.
Las nuevas oficinas eran mucho más amplias que las anteriores.
Allí contaban con 2 oficinas, un laboratorio técnico de electrónica, un depósito,
un baño y una cocina. Junto con el crecimiento de la empresa se produjo el
crecimiento del plantel de trabajadores.
El actor continuó realizando el mismo horario -lunes a viernes
de 9 a 18 horas- pero con un importante cambio de funciones. En efecto, en esa
época se abrió una nueva unidad de negocios con el nombre de fantasía de
"Davitax" (radio Taxi). Montenegro fue asignado a ella con la categoría de
Gerente. Tenía a su cargo a un encargado llamado Marcelo Chávez -ya
fallecido- y varios operadores de radio y teléfono. Entre ellos a Leonardo Chávez
que fue operador y despues pasó a "operaciones". En la actualidad trabaja para
Davicom. Esta unidad fue vendida en 2003/2004.
A partir de la venta de Davitax, el actor pasó a ser
SUBGERENTE GENERAL de Davicom. Esta importante modificación -un
ascenso- no fue registrada en los libros laborales: en los recibos de haberes siguió
figurando como Supervisor. El cargo de Subgerente General recién fue
reconocido en el recibo de haberes del mes de Noviembre de 2009.
Al cese el actor era remunerado con la suma de $ 55.000 de la
que sólo se registraba el 29,39455 %. En efecto, conforme los recibos que
acompañamos, al actor se le registraban "haberes brutos" que sólo alcanzaban a
la ridícula suma de $ 16.167. Esa era la mentira que figuraba en los recibos de
haberes. Los "haberes netos", luego de efectuados los descuentos jubilatorios,
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apenas llegaban a $ 13.014. Además Davicom le pagaba mensualmente la cuota
de la medicina privada OSDE Plan 410 que al cese ascendía a la suma de $
4.945. El pago de esta suma de dinero, debe integrar la remuneración del
trabajador. Así lo ha entendido la jurisprudencia que al respecto sostuvo lo
siguiente: “Si la empleadora incorporó a un sistema de medicina prepaga al
trabajador y fue una de las condiciones esenciales ofrecidas al momento de la
contratación, también se trata de un rubro remuneratorio aunque el trabajador
derive a dicha medicina prepaga sus aportes de obra social. En igual sentido ya
se había expedido la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo en los fallos
“Bruno Raúl Hernán c/ Hexagon Bank Argentina S.A. y otro s/ despido” (Sala
IX, 9-feb-2011, MJJ64954 ); “Copolechio Daniel Julio c/ Elvetium S.A.
s/despido” (Sala X, 16-ago-2005, MJJ33427 ); y “Dengra Adrián Eduardo c/
Nestlé Argentina S.A. s/ diferencias de salarios” (Sala III, 13-abr-2009,
MJJ44615 ); entre otros.
En suma la "mejor remuneración bruta normal y habitual"
que devengaba el actor ascendía a $ 59.945 ($ 55.000 más $ 4.945)
Hace unos 10 años que el actor contrajo matrimonio con María
Mercedes Lapuente, con la cual tiene dos hijos: Mateo Gabriel y Catalina
Mercedes. En el año 2015 la Sra. Lapuente trabajaba en la importante empresa
farmacéutica suiza llamada Productos Roche S.A. y percibía una remuneración
bruta de $ 20.790. Después de los descuentos de jubilaciones, ley 19.132, obras
sociales e impuestos a las ganancias su sueldo "neto" era de $ 17.225,70.
Acompañamos recibo de esos haberes. En suma, si fueran ciertos los haberes
netos que, según sus registros, Davicom le pagaba a su Subgerente General
Montenegro, de 19 años de casi 20 años de antigüedad -y pongo énfasis en el
cargo y su antigüedad porque no estamos hablando de un cadete recién
ingresado- por el trabajo en relación de dependencia de ambos miembros de
la pareja ingresaban en la familia solamente $ 30.239,70 mensuales. La
verdad es que la familia tenía ingresos mensuales de $ 77.170,70. En esa época
equivalían aproximadamente a U$D 5.512. Probar que con los ingresos de $
30.239,70 registrados en blanco a ambos integrantes de la familia -los hijos eran
menores- era IMPOSIBLE que la familia contara con el altísimo nivel de vida
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que gozaba es la clave de esta controversia. ¿Cómo probarlo? Si bien es probable
que algunos de los testigos que ofreceremos puedan ilustrar a V.S. acerca de las
irregularidades de la contabilidad laboral de la empresa, un abogado serio y de
excelente nivel como el suscripto procurará respaldarlos con "indicios" y
"presunciones" graves, precisas y concordantes que demuestren la
inverosimilitud de los registros. Por eso ofreceremos pruebas que demuestren
que con esa suma de dinero era imposible que Montenegro y su esposa
pudieran mantener el alto nivel de vida que evidenciaban. Y finalmente será
la sabiduría de V.S. la que analizará los resultados y aplicará el principio de la
"primacía de la realidad". Por eso es importante probar los ingresos de la
esposa Lapuente pues de no incluirse ellos en el debate V.S. podría creer que
podría ser ella la que ganara las mayores remuneraciones de la familia y
fueran ellas las que justificaban el alto nivel de vida que mantenían.
El nivel de las erogaciones reales de la familia Montenegro era
muy superior a los ingresos netos de $ 30.239,70 que cobraban de sus
empleadores. Tal como lo acreditamos con los documentos que acompañamos el
actor manejaba una tarjeta de crédito con consumos que iban desde los $ 23.000
a los $ 27.000 -del año 2015- mensuales. Era titular de un vehículo modelo 2013
por el que abonaba en ARBA cinco cuotas anuales de $ 1.527, y un seguro
mensual de $ 4.885,53. La familia posee otro vehículo a nombre de la Sra. María
Mercedes Lapuente, por el que en el mes de agosto de 2015 pagaron la suma de $
4.140 correspondiente al seguro. Sus 2 hijos concurrían a un colegio privado por
el que en el mes de diciembre de 2015 abonó la suma de $ 16.605. ¡Pagaba más
dinero por la cuota del colegio que lo que figuraba como su sueldo en los libros
de la demandada!. Por el servicio de televisión por cable -servicio que figura, por
razones prácticas, a nombre de esposa- abonó en el mes de diciembre de 2015 la
suma de $ 725. Todo esto sin tener en cuenta que además la familia debía comer,
vestirse, pagar impuestos y servicios. Por gastos generales de alimentos, artículos
de limpieza, cosmética, enseres, útiles, escolares de los hijos, entretenimiento,
etc, etc, gastaban unos 15.000 mensuales.
Además posee una propiedad en Escobar -dentro de un barrio
cerrado- por la que pagó a la Municipalidad de Escobar tasas de Alumbrado,
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Barrido y Limpieza la suma de $ 3.593,72 por los meses de julio y agosto de
2015. Por esa propiedad abonó de expensas en el mes de abril de 2015 la suma
de $ 1.930. Aunque esas tasas y expensas le llegaban a nombre de su actual
esposa, los cierto es que son gastos de la familia.
Todas estas erogaciones sólo podían ser efectuadas por una
familia en la cuál el actor ganaba mucho más que lo que le registraban en
recibos. Como resulta impensable que una multinacional suiza como el
laboratorio Productos Roche S.A. abonara haberes en negro, es indubitable que
los ingresos registrados por Davicom Comunicaciones S.R.L eran falsos.
La abundante documentación y resúmenes de gastos que
acompañamos acreditan que los ingresos de la familia Montenegro-Lapuente
eran muy superiores a los registrados. Y esos gastos serán respaldados con la
prueba informativa que ofreceremos. Le aseguro a V.S, y así lo demostraremos,
que con los haberes netos registrados, Montenegro y su familia nunca podrían
haber llevado el nivel de vida que demostraban. Demostraremos que acá hubo
gato encerrado, que acá hubo indefectiblemente pagos en negro. Al respecto cabe
recordar que el artículo 9° de la L.C.T. establece lo siguiente: "En caso de duda
sobre la aplicación de normas legales o convencionales prevalecerá la más
favorable al trabajador, considerándose la norma o conjuntos de normas que
rija cada una de las instituciones del derecho del trabajo. Si la duda recayese
en la interpretación o alcance de la ley, o en apreciación de la prueba en los
casos concretos, los jueces o encargados de aplicarla se decidirán en el sentido
más favorable al trabajador".
A pesar de las irregularidades mencionadas el actor trabajó sin
problemas hasta el 23.12.15. Desde el 24.12.15 al 3.01.16 estuvo de vacaciones.
Tomó los 11 días de vacaciones que se le adeudaban del año 2014.
El 4 de Enero de 2016 se presentó a trabajar normalmente.
Cuando llegó a la empresa lo esperaba la escribana Romina A. Rossini -
Matrícula 5077- quien procedió a leerle el acta mediante el cual se le notificó el
despido. Este acta decía lo siguiente:

1) Acta Notarial de Notificación del Despido: del 4.01.16:


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EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, CAPITAL DE LA REPÚBLICA
ARGENTINA, A CUATRO DE ENERO DE DOS MIL DIECISEIS,
PROCEDO A LA APERTURA DEL PRESENTE PROTOCOLO AÑO DOS
MIL DIECISEIS DEL REGISTRO NOTARIAL 1547.-CONSTE.-ACTA
NOTARIAL: "DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. A GABRIEL HUGO
MONTENEGRO”. ESCRITURA NÚMERO UNO.- EN LA CIUDAD DE
BUENOS AIRES, CAPITAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, A CUATRO
DE ENERO DE DOS MIL DIECISEIS, ANTE MÍ, ESCRIBANA
AUTORIZANTE, COMPARECE QUIEN SE IDENTIFICA Y HA
SUMINISTRADO SUS DATOS PERSONALES COMO A CONTINUACION
SE INDICA: GUSTAVO LUIS WALTER, DNI 26.865.346 ARGENTINO,
NACIDO EL 10.11.1978, SOLTERO Y CON DOMICILIO EN MAIPÚ 464
PISO 6 OFICINA 611, DE ESTA CIUDAD.- COMPARECE POR SÍ Y
EXPRESA SER UNO DE LOS APODERADOS LEGALES DE LA FIRMA
DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L, ASEGURANDO LA VIGENCIA
DE LA REPRESENTACION QUE INVOCA Y QUE EN TAL
CARACTER DICE: QUE SOLICITA DE MÍ, LA ESCRIBANA
AUTORIZANTE, ME CONSTITUYA EN AV. CRÁMER 4364 DE ESTA
CIUDAD, Y NOTIFIQUE POR ACTA NOTARIAL A GABRIEL HUGO
MONTENEGRO, SU DESPIDO EN LOS SIGUIENTES TÉRMINOS:
COINCIDIENDO CON LA CARTA DE DOCUMENTO QUE LE FUERA
ENVIADA EL 22.12.2015 Y ES DEL SIGUIENTE TENOR "BUENOS AIRES,
22 DE DICIEMBRE DE 2015.- EN MI CARACTER DE APODERADO DE
DAVICOM COMUNICACION S.R.L, ME DIRIJO A UD. A FIN DE
COMUNICARLE QUE ANTE LOS INDESEABLES Y CONSTANTES
INFORTUNIOS SUSCITADOS E INCREMENTADOS A LO LARGO DE
TODO EL ÚLTIMO AÑO, SUMADO AL ÚLTIMO SUCESO OCURRIDO
EL DÍA LUNES 21 DE DICIEMBRE DE CORRIENTE AÑO A LAS 11:30
HORAS APROXIMADAMENTE, EN EL CUAL UD.,
ENCONTRÁNDOSE EN CUMPLIMIENTO DE SUS FUNCIONES
COMO DEPENDIENTE DE ESTA EMPRESA Y FRENTE A TESTIGOS,
COMENZÓ A INSULTAR (COMO ES SU COSTUMBRE) AL SR.
GREGORIO DANIEL DEHARBE GERENTE DE ESTA EMPRESA, CON
EPITETOS IRREPRODUCIBLES EN UNA MISIVA POSTAL, Y A
QUIEN FINALMENTE LO INVITÓ A PELEAR A LA CALLE (COMO
TAMBIÉN ES SU COSTUMBRE) COMPROMETIENDO LA
INTEGRIDAD FÍSICA DE UN TERCERO, TODO LO CUAL HA
INFUNDIDO UN PROFUNDO TEMOR EN LA MISMA. A TODO ELLO,
DEBEMOS SUMARLE LAS HARTAS DENUNCIAS Y QUEJAS POR
MALOS TRATOS QUE NOS HAN EFECTUADO VARIOS EMPLEADOS
DEPENDIENTES POR EL INJUSTIFICADO DESTRATO Y LOS
AGRAVIANTES INSULTOS QUE UD. PROPINA. Y TODA VEZ QUE
ESTA INCONDUCTA QUE HA SIDO TRASMITIDA POR DIVERSOS
CLIENTES QUE FUERON ATENDIDOS POR UD. Y SIENDO ESTE UN
COMPORTAMIENTO INACEPTABLE, ABSOLUTAMENTE
REPROCHABLE, CONTRARIO A DERECHO Y EN ESPECIAL A SUS
OBLIGACIONES COMO TRABAJADOR, CONSTITUYENDO UN
GRAVE VIOLACIÓN DE SUS DEBERES DE CONDUCTA LEALTAD
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LABORAL Y OBLIGACIONES CONTRACTUALES SUMADO A UN
GRAVE PERJUICIO A ESTA FIRMA EN MÉRITO AL DESPRESTIGIO
QUE ESTA SITUACIÓN NOS HA OCASIONADO FRENTE A
NUESTROS CLIENTES, Y SIN MENGUA DEL CONSIDERABLE
PERJUICIO ECONÓMICO QUE SU CONDUCTA NOS PUDIERE
OCASIONAR, CONFIGURANDO ASÍ, SU PROCEDER UNA
INNEGABLE PÉRDIDA DE CONFIANZA OBJETIVAMENTE
VALORADA Y JURÍDICAMENTE REPROCHABLE, ES QUE
COMUNICO A UD. QUE A PARTIR DEL DÍA DE LA FECHA, QUEDA
UD. DESPEDIDO POR SU EXCLUSIVA CULPA ATENTO LA CAUSAL
ANTES INVOCADA, Y SIN PERJUICIO DE LAS ACCIONES POR LOS
DAÑOS Y PERJUICIOS QUE SU INADECUADO PROCEDER PUEDA
SUSCITAR A ESTA FIRMA.- LIQUIDACIÓN FINAL Y
CERTIFICADOS DE LEY (ART 80 L.C.T.) A SU DISPOSICION EN
SEDE DE LA EMPRESA EN PLAZO DE LEY, QUEDA UD.
DEBIDAMENTE NOTIFICADO.- DAVICOM COMUNICACIONES
S.R.L." ACEPTO EL REQUERIMIENTO POR CONSIDERAR AL
REQUIRENTE CON INTERÉS LEGÍTIMO PARA LA PRESENTE.- YO, LA
ESCRIBANA AUTORIZANTE, HAGO CONSTAR: QUE LA
COMPARECIENTE JUSTIFICA SU IDENTIDAD POR SER PERSONA DE
MI CONOCIMIENTO, SEGÚN EL INCISO B) DEL ARTICULO 306 DEL
CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN.- LEO AL
COMPARECIENTE, QUIEN PRESTA SU CONFORMIDAD Y FIRMA ANTE
MI, DOY FE.

ACTO SEGUIDO, EN EL DÍA DE LA FECHA SIENDO LAS 8:30 AM ME


CONSTITUYO EN CRÁMER 4364, ME ANUNCIO Y ME DEJAN
INGRESAR AL LUGAR Y ME ATIENDE UNA SRA. QUE DICE
LLAMARSE MARIANA, A QUIEN PREGUNTO POR EL SR. GABRIEL
HUGO MONTENEGRO Y ME INFORMA QUE TODAVÍA NO HA
LLEGADO Y ME INVITA A PASAR, LUEGO DE UNOS MINUTOS ESTA
MISMA PERSONA ME INFORMA QUE RECIBIÓ UN MENSAJE DE
WHATSAPP EN SU TELÉFONO CELULAR DE PARTE DEL SR.
MONTENEGRO INFORMANDOLE QUE PASARÍA POR EL MÉDICO Y
LUEGO IRÍA AL TRABAJO SIENDO LAS 9:00 AM TOCAN EL TIMBRE Y
LA SRA. MARIANA ME INFORMA QUE ES EL SR. MONTENEGRO,
SALGO A RECIBIRLO Y EXPONGO MI COMETIDO ME CONFIRMA QUE
ES EL SEÑOR GABRIEL HUGO MONTENEGRO, ÉL COMIENZA A
FILMAR EL ACTO CON SU TELÉFONO CELULAR Y ME PIDE UNA
IDENTIFICACIÓN DE MI CONDICIÓN DE ESCRIBANO Y PIDE PASAR A
SU PUESTO DE TRABAJO PARA LUEGO ESCUCHAR EL ACTA DE
NOTIFICACIÓN; UNA VEZ QUE LLEGÓ AL ESCRITORIO QUE DICE
QUE USABA, LE PEDÍ SI PODÍA EXHIBIRME UN DOCUMENTO DE
IDENTIDAD A LO QUE ME RESPONDE QUE SI Y ME EXHIBE UNA
CÉDULA DE IDENTIDAD DE LA POLICÍA FEDERAL CON SU NOMBRE,
Nº 0763377 Y Nº 12.491.287 N. LUEGO DE ESTO ESCUCHÓ CON
9
ATENCIÓN MI LECTURA DEL REQUERIMIENTO DE LA PRESENTE Y A
SU VEZ ENTRÉGOLE UNA COPIA DE LA MISMA; LO INVITO A
FIRMAR LO PRESENTE A LO QUE ME RESPONDE QUE LO HARÁ PERO
QUE PRIMERO QUIERE RETIRAR SUS PERTENENCIAS QUE SON
AGENDAS ANTERIORES, Y CUADERNOS. NO SIENDO PARA MÁS, SE
DA POR FINALIZADO EL ACTO, SIENDO LAS 9:28 AM FIRMANDO EL
REQUERIDO, ANTE MI, DOY FE.- ENMENDADO:"9:00" VALE.-
REABRIENDO EL ACTO EL REQUERIDO SOLICITÓ QUE DEJE
CONSTANCIA QUE NIEGA QUE EXISTE TAL CAUSAL INVOCADA
PARA EL DESPIDO, LEO NUEVAMENTE- NIEGO QUE EXISTA.

Todo era un increíble invento. Debido a ello se generó el


siguiente intercambio postal:

2) CD 705 693 719 del 13.01.16 Sucursal Unicenter:


HE TRABAJADO DESDE MI INGRESO Y HASTA EL 23 DE DICIEMBRE
DE 2015 SIN PROBLEMAS Y SIN CONFLICTO ALGUNO, DESDE EL
24.12.15 HASTA 3.01.16 TOMÉ LOS ONCE DIAS DE VACACIONES DE
2014 QUE SE ME ADEUDABAN. AL REGRESAR, EL 4.01.16 FUI
NOTIFICADO POR ACTA NOTARIAL DEL DESPIDO ARBITRARIO E
INMOTIVADO DECIDIDO POR LA EMPRESA. RECHAZO CAUSALES DE
DESPIDO POR SER UN ABSOLUTO INVENTO. NADA DE LO AFIRMADO
ES CIERTO. MI COMPORTAMIENTO COMO "SUBGERENTE GENERAL"
HA SIDO EJEMPLAR, DEDICADO Y RESPETUOSO NO SÓLO CON LAS
AUTORIDADES DE LA EMPRESA SINO CON EL PERSONAL. DEHARBE
ES SOCIO-GERENTE Y DUEÑO DE LA EMPRESA JUNTO A SU ESPOSA
VIVIANA EMILCE VIGNOLO. LAS CAUSALES INVOCADAS SÓLO
PODRÍAN "SOSTENERSE" CON FALSOS TESTIMONIOS DE UN
"TERCERO" QUE NO SE IDENTIFICA, DE "EMPLEADOS
DEPENDIENTES" O "TESTIGOS" QUE TAMPOCO SE IDENTIFICAN.
DENUNCIO QUE LOS DATOS DEL CONTRATO DE TRABAJO
REGISTRADOS POR LA EMPRESA SON FALSOS. YO INGRESÉ A
TRABAJAR EL 1.04.97. DESDE EL 1.04.97 HASTA EL 15.09.02 TRABAJÉ
"EN NEGRO" CON OBLIGACIÓN DE FACTURAR MIS SERVICIOS
COMO "MONOTRIBUTISTA". A PARTIR DEL 16.09.02 FUI
"REGISTRADO" CON UNA CATEGORÍA Y CON REMUNERACIONES
MUY INFERIORES A LAS EFECTIVAMENTE ABONADAS. EN LA
ACTUALIDAD -TAL COMO SE EVIDENCIA CON MI ELEVADO NIVEL
DE VIDA- ERA REMUNERADO CON UN SUELDO DE $ 55.000
MENSUALES MAS PREPAGA O.S.D.E. EN CONSECUENCIA INTIMO
PLAZO 10 DÍAS RELIQUIDEN TODAS LAS REGISTRACIONES DE MIS
HABERES E INGRESEN LOS FONDOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL QUE
HAN EVADIDO. ANTE FALTA DE PAGO DE LOS AGUINALDOS Y
VACACIONES DE TODA LA RELACION SOBRE HABERES ABONADOS
EN NEGRO Y HABERES MENSUALES EN NEGRO DESDE SEPTIEMBRE
10
DE 2015 HASTA EL CESE INTIMO SU CANCELACIÓN PLAZO DE LEY
DENTRO DEL MISMO PLAZO INTIMO PAGO DE HABERES DICIEMBRE
2015, AGUINALDO SEGUNDO SEMESTRE 2015, VACACIONES 2015,
HABERES ENERO 2016, AGUINALDO Y VACACIONES
PROPORCIONALES 2016, INDEMNIZACIONES INTEGRACIÓN ENERO
2016, SUSTITUTIVA DE PREAVISO Y ANTIGUEDAD CON RECARGO
DEL ART 1º LEY 25.323. CASO CONTRARIO ACCIONARÉ.

3) CD 681 719 547 del 20.01.16 Sucursal Córdoba y Florida:


REITEROLE LA CD QUE LE FUERA REMITIDA EL 15 DE ENERO DEL
CORRIENTE AÑO: "EN MI CARÁCTER DE APODERADA DE DAVICOM
COMUNICACIONES SRL, ME DIRIJO A UD. EN RESPUESTA DE SU TCL
23.789 EL CUÁL RECHAZO POR FALSO, MALICIOSO E
IMPROCEDENTE. NIEGO QUE UD. PERCIBIERA UN SALARIO DE
$55.000 Y QUE SU FECHA DE INGRESÓ DATE DEL 1/04/97. EN EFECTO
UD. INGRESO A LABORAR A LAS ÓRDENES DE ESTA EMPRESA EL
16/09/2002, PERCIBIENDO POR SU FUNCIONES UN SALARIO BRUTO
DE $16.167. DESDE LOS PROLEGÓMENOS DEL VÍNCULO LABORAL
QUE LO UNÍA A MI MANDANTE, EL MISMO SE ENCONTRÓ
PERFECTAMENTE REGISTRADO CONFORME REALES DATOS DE
RELACIÓN, TODO LO CUAL SURGE DE SUS RECIBOS DE HABERES,
QUE MI PODERDANTE MENSUALMENTE LE EXTENDÍA Y QUE
OBRAN EN SU PODER. EN CONSECUENCIA NIEGO QUE MI PARTE
FUERE PASIBLE DE MULTA ALGUNA, NI POR LA LEY 25.323 NI POR
NINGUN OTRO PLEXO NORMATIVO. POR LO EXPUESTO RECHAZO
SUS INTIMACIONES Y APERCIBIMIENTOS POR RESULTAR
IMPROCEDENTES AL CARECER DE TODO SUSTENTO FÁCTICO Y
JURÍDICO QUE LO AVALE. REITERO Y RATIFICO LA TOTALIDAD DE
LOS TERMINOS DE NUESTRO CABLE PREVIO Y LAS CAUSALES QUE
FUERAN INVOCADAS COMO RAZÓN DE SU DESPIDO, DECIDIDO POR
LA EMPRESA. ASIMISMO REITERO QUE SE ENCUENTRA EN
NUESTRAS OFICINAS SU LIQUIDACIÓN FINAL Y LOS CERTIFICADOS
DE REMUNERACIONES Y SERVICIOS (ART. 80 LCT) Y LAS
CONSTANCIAS DE PAGO DE APORTES PREVISIONALES Y DE OBRA
SOCIAL. LE INFORMO QUE EN CASO DE NO COMPARECER A LA
EMPRESA PARA SU RETIRO DENTRO DE LAS 48 HS. HÁBILES DE
RECIBIDO EL PRESENTE, PROCEDEREMOS A SU CONSIGNACION
JUDICIAL.- QUEDA UD. DEBIDAMENTE NOTIFICADO.-"

4) CD 719 266 066 del 12.02.16 Sucursal Unicenter: "VENCIDOS LOS


PLAZOS LEGALES INTIMO 48 HORAS ENTREGA DE CONSTANCIA
DOCUMENTADA DEL INGRESO DE LOS FONDOS DE LA
SEGURIDAD SOCIAL Y LOS SINDICALES A SU CARGO -APORTES Y

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CONTRIBUCIONES DE JUBILACIONES, DE OBRAS SOCIALES Y
LEY 19.032-" (ART. 80 PRIMER Y SEGUNDO PÁRRAFO LCT)
"CERTIFICADO DE TRABAJO" (ART. 80 TERCER PÁRRAFO LCT)
QUE DEBERÁ CONTENER LAS ESPECIFICACIONES ENUNCIADAS EN
EL ART. 80 DE LA LCT "CERTIFICACION DE SERVICIOS Y
REMUNERACIONES FORMA PS 6.2 DEL ANSES” (ART. 12 INCISO "G"
IN FINE LEY 24.241) CONFECCIONADOS EN BASE A LOS DATOS
REALES DE LA RELACION LABORAL. ATENTO A QUE HE TOMADO
CONOCIMIENTO DE QUE NO HAN DEPOSITADO LA TOTALIDAD DE
LOS APORTES PERSONALES RETENIDOS EL SUSCRIPTO PARA SER
INGRESADOS A LOS ORGANISMOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL Y A
LOS MENCIONADOS EN EL ART 43 DE LA LEY 25.345, INTIMOLES
PARA QUE DENTRO DEL PLAZO DE TREINTA DIAS INGRESEN TODOS
LOS IMPORTES ADEUDADOS, MAS LOS INTERESES Y MULTAS, A LOS
RESPECTIVOS ORGANISMOS RECAUDADORES. (ART 132 BIS)
CONTRARIO ACCIONARÉ.

Tal como surge del acuse de recibo del correo oficial esta carta
documento no pudo ser entregada y fue devuelta al remitente, es decir al actor,
por "plazo vencido no reclamada".

5) CD 714 904 901 del 26.02.16 Sucursal Unicenter: POR RAZONES DE


BUENA FE A CONTINUACIÓN REITERO, RATIFICO Y TRANSCRIBO EL
TCL CD 719266066 ENVIADO A UD. EL DÍA 12.02.16 QUE FUE
DEVUELTO AL REMITENTE POR EL MOTIVO DE
"CERRADO/AUSENTE": " VENCIDOS LOS PLAZOS LEGALES INTIMO 48
HORAS ENTREGA DE CONSTANCIA DOCUMENTADA DEL INGRESO
DE LOS FONDOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL Y LOS SINDICALES A
SU CARGO -APORTES Y CONTRIBUCIONES DE JUBILACIONES, DE
OBRAS SOCIALES Y LEY 19.032-" (ART. 80 PRIMER Y SEGUNDO
PÁRRAFO LCT) "CERTIFICADO DE TRABAJO" (ART. 80 TERCER
PÁRRAFO LCT) QUE DEBERÁ CONTENER LAS ESPECIFICACIONES
ENUNCIADAS EN EL ART. 80 DE LA LCT "CERTIFICACION DE
SERVICIOS Y REMUNERACIONES FORMA PS 6.2 DEL ANSES” (ART.
12 INCISO "G" IN FINE LEY 24.241) CONFECCIONADOS EN BASE A LOS
DATOS REALES DE LA RELACION LABORAL. ATENTO A QUE HE
TOMADO CONOCIMIENTO DE QUE NO HAN DEPOSITADO LA
TOTALIDAD DE LOS APORTES PERSONALES RETENIDOS EL SUSCRIPTO
PARA SER INGRESADOS A LOS ORGANISMOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Y A LOS MENCIONADOS EN EL ART 43 DE LA LEY 25.345, INTIMOLES
PARA QUE DENTRO DEL PLAZO DE TREINTA DIAS INGRESEN TODOS
LOS IMPORTES ADEUDADOS, MAS LOS INTERESES Y MULTAS, A LOS
RESPECTIVOS ORGANISMOS RECAUDADORES. (ART 132 BIS)
CONTRARIO ACCIONARÉ.

12
6) CD 725 912 705 del 3.03.16 Sucursal Nuñez: ME DIRIJO A UD. EN
RESPUESTA A SU TCL CD 714904901 EL CUAL RECHAZO POR FALSO
IMPROCEDENTE Y MALICIOSO. LE REITERO QUE SUS CERTIFICADOS
DE SERVICIO Y TRABAJO SE ENCUENTRAN A SU DISPOSICION EN
SEDE DE LA EMPRESA. APORTES DE LEY CANCELADOS Y EN
REGIMEN VIGENTE. QUEDA UD. DEBIDAMENTE NOTIFICADO.
CIERRO INTERCAMBIO.-

Nos encontramos ante un despido arbitrario y carente de todo


sustento. Por ello al actor no le ha quedado otro remedio que recurrir ante V.S
para obtener el pago de lo que se le adeuda.

IV.- CERTIFICADOS LABORALES: Diversas leyes establecen la


obligatoriedad de entregar al trabajador distintos documentos que acreditan la
relación laboral y el cumplimiento efectivo de las obligaciones de la seguridad
social.
En tal sentido demandamos que Davicom Comunicaciones
S.R.L. le entregue al actor los documentos que seguidamente detallaremos
confeccionados con los datos reales de la relación. Los documentos cuya
entrega se demanda son los siguientes:

1) un certificado de trabajo que contenga indicaciones sobre “el tiempo de


prestación de servicios, naturaleza de éstos, constancia de los sueldos percibidos
y de los aportes y contribuciones efectuados con destino a los organismos de la
seguridad social” (art. 80 tercer párrafo L.C.T.);
2) una constancia documentada del ingreso real de los aportes y
contribuciones de la seguridad social (art. 80 L.C.T. primer y segundo
párrafo);
3) una certificación de servicios y remuneraciones fórmula Anses PS. 6.2.
(art. 12 "g" in fine ley 24.241).-

V.- RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS DE LA EMPRESA: Las

13
personas físicas demandadas -socios de Davicom SRL- deberán ser condenados
como responsables solidarios, por haber utilizado a la sociedad con fines
extrasocietarios.
La jurisprudencia acepta la responsabilidad personal y solidaria
de los socios, controlantes, directores y gerentes por las deudas de la sociedad, en
todos aquéllos casos en que, amparados en la pantalla societaria, han abusado de

su personalidad diferenciada para violar la ley, el orden público, la buena fe y


para frustrar derechos de terceros y obtener ganancias ilícitas provenientes de la
evasión previsional o impositiva.-
El art. 54 ley 19.550, en su tercer párrafo agregado por la ley
22.903, establece que "la actuación de la sociedad que encubra la
consecución de fines extrasocietarios, constituya un mero recurso para
violar la ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de
terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que la
hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados".-
Esta norma recepta los principios del "disregard anglosajón",

adaptándolo a nuestra sistema a través del instituto relativo a la inoponibilidad


de la personalidad jurídica, con dos finalidades expresas: a) permitir la
imputación directa de los actos abusivos o fraudulentos a quienes los hayan
cometido utilizando la sociedad como pantalla o instrumento.- b) amén de las
consecuencias que conlleve en cada caso el desbaratamiento del negocio abusivo
o fraudulento según el punto anterior, sancionar la responsabilidad solidaria de
socios y controlantes (Régimen de Sociedades Comerciales, Ley 19.550,
Revisada. ordenada y comentada por Jorge Osvaldo Zunino, Ed. Astrea, 5*
Edición 1988, pág. 114).-
Así se ha establecido que "si la demandada incurría en la
práctica de no registrar ni documentar una parte del salario de los
14
trabajadores, práctica comunmente llamada "pago en negro" y prohibida por
el art. 140 de la L.C.T. y art. 10 Ley 24.013, tal conducta constituye un típico
fraude laboral y previsional. Aunque no pueda afirmarse que tal pago en
negro encubre la consecución de fines extrasocietarios, dicha práctica es un
recurso para violar la ley el orden público laboral, la buena fe y frustra

derechos de terceros. En consecuencia, debe aplicarse al caso lo dispuesto por


el artículo 54 de la ley 19.550 en el párrafo agregado por la ley 22.903 y hacer
responsable a cada uno de los socios en forma solidaria" (C.N.A.T. Sala III,
11.04.97, "Delgadillo Linares Adela c/ Shatell S.A. y Otros" Errepar, T* 3,
Sumario N* 104.026.001).-
Extendiendo los alcances de la condena a los directores de una
sociedad anónima se ha establecido que "no se ha probado en autos que la
codemandada Silvia Cao fuera socia de Fuar S.A. por lo que no le resulta

aplicable el art 54 de la ley 19.550. Sin embargo, en su carácter de presidenta


del directorio de dicha sociedad y en virtud de lo dispuesto por el art. 274 de
dicho cuerpo legal, responde ilimitada y.solidariamente ante terceros -entre
quienes se encuentra la trabajadora actora- por la violación a la ley por falta
de registración de la relación laboral". (C.N.A.T. Sala III, 19.02.98, Duquelsy
Silvia c/ Fuar S.A. s/ Despido", Doctrina Judicial. 1999-2, pág. 144).-
Esta doctrina también es aplicable a los socios y gerentes de una
sociedad de responsabilidad limitada en virtud de lo dispuesto por el segundo y
tercer párrafo del art. 157 ley 19.550 que le asignan a aquellos los mismos
derechos, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades que los directores de
la sociedad anónima.
Al respecto la jurisprudencia ha dicho lo siguiente:

* De acuerdo a la nueva doctrina humanista sentada por la CSJN en los


fallos “Aquino” y “Vizzotti” , en los que a la luz del art. 14 bis de la CN y de
15
los Pactos Internacionales con jerarquía constitucional (art. 75.22 de la CN),
se hizo especial hincapié en que el trabajador es sujeto de preferente tutela, y
que el Estado, ante todo derecho humano debe proteger al hombre adoptando
medidas para velar que las empresas o los particulares no lo priven de tales
derechos, corresponde otorgarle una protección especial al trabajador y
verificar si realmente los integrantes de la sociedad demandada lo
perjudicaron con su accionar extrasocietario. En el caso, existió una relación
laboral defectuosamente registrada y al abonarle parte del salario en negro se
incurrió en evasión previsional, esta situación no sólo benefició a la empresa
sino también a los socios y administradores (menor costo laboral, mayor
incremento en las ganancias) de la misma y como contrapartida perjudicó al
dependiente. Para más, la principal cerró intempestivamente y no hubo
justificación de motivos como para considerar a las personas físicas
demandadas como ajenas a tales conductas. Por lo que tal situación se
enmarca en mal desempeño de sus funciones (art. 274 de la ley de sociedades).
(Del voto el Dr. Balestrini, en mayoría). CNAT Sala IX Expte N° 25.868/03
Sent. Def. N° 12.348 del 15/4/05 “Del Hoyo, Nicolás c/ Air Plus Argentina SA
y otros s/ despido” (Zapatero de Ruckauf – Balestrini - Pasini)

* Debe aplicarse la teoría de la penetración o desestimación de la


personalidad societaria (art. 14 LCT) cuando ha existido un uso desviado de
ésta, ya que se encuentra plenamente acreditado, en este caso, que los “pagos
en negro” obedecieron a una política sistemática, tendiente a evadir el pago de
las cargas legales, puesto que al reducirse el salario del actor y el personal en
un 50%, en forma unilateral por parte del empleador y pagarse en negro el
50% restante, es evidente que existió un accionar destinado a evadir el
cumplimiento de dichas cargas respecto de la mitad del salario y ello va más
allá de una defectuosa registración del salario de un empleado, constituyendo
un accionar fraudulento y contrario al orden público laboral. (Del voto de la
Dra. Pasini, en mayoría). CNAT Sala IX Expte N° 25.868/03 Sent. Def. N°
12.348 del 15/4/05 “Del Hoyo, Nicolás c/ Air Plus Argentina SA y otros s/
despido” (Zapatero de Ruckauf – Balestrini - Pasini)
16
* El socio o controlante debe hacer todo lo que esté a su alcance para impedir
que se concrete la actuación desviada de la sociedad y cuando el legislador
alude a la responsabilización del que hubiere hecho posible la actuación
desviada de la sociedad, obviamente, involucra al socio o controlante que pudo
haberla evitado y no lo hizo, obrando dolosa o culposamente (en este punto se
aplican las normas de derecho común, arts. 512; 902 y 1109 del C. Civil). En
tal contexto, desde que la falta de registro de un trabajador constituye un
recurso para violar la ley, el orden público, la buena fe y para frustrar
derechos de terceros, podrán imputarse los perjuicios sufridos incluso a los
socios controlantes que – con su obrar culposo- avalaron la actuación
disvaliosa no manifestando su disconformidad. CNAT Sala X Expte N°
29.278/02 Sent. N° 13.936 del 6/10/05 “Si egfried, Emmert c/ Ciccone
Calcográfica SA y otros s/ despido” (Scotti - Corach

VI.- TEMERIDAD Y MALICIA: Debo destacar que en el caso de autos V.S.


debe APLICAR OBLIGATORIAMENTE el art. 275 L.C.T. La demandada
deberá ser sancionada por inventar un despido sin causa alguna y por ocultar

indebidamente datos esenciales de la relación -fecha de ingreso y remuneración-


con una falsificación muy grosera de esos actos como para ser admitida por la
justicia. Recordemos que el actor trabajó desde el 1.04.97 al 9.08.99 totalmente
en negro, desde el 9.08.99 al 15.09.02 lo hizo también en negro pero con un
fraude laboral -lo obligaban a facturar sus “servicios” como monotributista- que
intentaba disimular la existencia de la relación de dependencia, y desde ahí hasta
el despido trabajó con un fraude laboral aun más sofisticado: sólo le registraban
una parte mínima de su importantísima retribución; el resto se lo pagaban con un
negro más negro que el del universo antes del “bing bang”. En efecto solo se
registraba el 29,39455 % de su remuneración.
El art. 275 L.C.T. es claro y concreto al definir en qué casos se
deben aplicar intereses sancionatorios de hasta dos veces y media la tasa activa
17
de interés del Banco Nación. Uno de los casos que se considera "especialmente
comprendido" dentro de sus alcances es aquél que se da cuando "sin
fundamento y teniendo conciencia de su propia sinrazón, (......) se hiciesen
valer actos cometidos en fraude del trabajador (....) y se opusiesen defensas
manifiestamente incompatibles o contradictorias de hecho o de derecho." El

caso de autos encuadra perfectamente dentro de varias de esas posibilidades: una


relación deficiente y fraudulentamente registrada durante toda la relación
laboral, un despido inventado, todo efectuado sin fundamento alguno y con
conciencia de su propia sinrazón.
El progreso de la demanda deberá ser insoslayablemente
acompañado por la aplicación ejemplarizadora del art. 275 L.C.T. Toda otra
conducta que no sea un simple allanamiento a la demanda revelará una acción
temeraria, una aventura jurídica más de las tantas que desarrollan los

empresarios.-
En efecto, la promoción de este juicio es una simple
consecuencia de la INDUSTRIA DEL JUICIO que han inventado los
empresarios para obstruir el cobro de los créditos que adeudan, para molestar y
para humillar a los trabajadores que le servían con nobleza. La AVENTURA
JUDICIAL que presenciaremos es producto del incumplimiento mencionado y
de la inconducta contractual de la empleadora. Sin embargo no es aquélla la
única motivación que origina estos juicios: con estos despidos los empleadores
instalan en el alma de los compañeros del despedido el temor a perder su empleo.
Estamos ante la psicología del terror. El abuso, el
autoritarismo, la perfidia se han vuelto moneda común en la Argentina. El
objetivo es el mismo de todos los fascismos: callar a las víctimas, silenciar los
reclamos, crear temor, someter a los empleados para que acepten en silencio los
incumplimientos de sus empleadores.
Ante una inconducta notoria como la de esta empleadora, no
18
bastará con que se la condene a pagar las irrisorias indemnizaciones que derivan
de las leyes flexibilizadoras; no bastará con que se la emplace a pagar los haberes
que adeuda. No, para hacer justicia se requiere que la incumplidora sienta caer
sobre si el máximo peso de la ley; se requiere un fallo ejemplarizador que
incluya la aplicación del art. 275 L.C.T.

Cabe señalar que las indemnizaciones de las leyes 24.013 y


25.323 no han "reemplazado" al art. 275 L.C.T. ni impiden su aplicación. Si bien
aquéllas pueden llevar a la aplicación prudente de éste, lo cierto es que
empresarios tan desleales como los de autos no merecen ninguna contemplación.
Es evidente que el legítimo derecho de defensa en juicio -que
no se discute- no autoriza a utilizar la jurisdicción para demorar y obstruir el
cobro de los créditos. La demandada va a utilizar prácticas obstruccionistas que
dificultarán las pruebas del actor, a fin de evitar que V.S. se ilustre acabadamente

de los hechos denunciados en esta demanda.


Dejo constancia que la no exhibición de los libros de haberes y
documentos requeridos al perito o al Tribunal deberá ser considerada
MALICIOSA Y OBSTRUCCIONISTA .
Y debe destacarse que en este caso el art. 275 L.C.T. debe
aplicarse a todos los créditos pues la demandada ha negado los datos reales de la
relación con temeridad y malicia y con fines claramente dilatorios y
obstruccionistas.

VII.- INCONSTITUCIONALIDAD DE LOS ARTS. 7 Y 10 DE LA LEY


23.928, ARTS. 4 Y 5 DE LA LEY 25.561 Y DEMÁS NORMAS QUE
PROHÍBEN LA INDEXACIÓN DE LOS CRÉDITOS DINERARIOS:
vengo a articular la inconstitucionalidad de las normas que prohíben la
indexación de los créditos de dinero -arts. 7° y 10° ley 23.928 texto según art. 4°
ley 25.561, arts. 617, 619 y 623 Cód. Civil de Vélez según art. 5° ley 25.561,

19
Decreto 214/2002, como asimismo los decretos reglamentarios, normas y
circulares del B.C.R.A. que tienden al mismo propósito- de acuerdo a los
fundamentos que expondré.
Los intereses que aplica la justicia del Trabajo, sin
capitalización mensual de ellos, podrían ser razonables si el cobro de los créditos
se produjera dentro de de uno o dos años desde el despido o la mora. La realidad
es que debido al colapso del fuero es difícil que ello se produzca antes de los
cinco años contados desde el despido.
Días atrás apelé una sentencia en la que se había denegado la
indexación de los créditos con una expresión de agravios en donde demostré
fehacientemente la grosera violación del derecho de propiedad en que incurren
todas las sentencias del fuero. En ella sostuve lo siguiente:

"Sin fundamento alguno, con frases retóricas vacías de


fiundamentos, con puro piripipí el a quo ha rechazado nuestro pedido de que se
indexen los créditos reconocidos y se le apliquen intereses positivos sobre el
capital actualizado como se hizo desde 1974 a 1991. Es imposible hacer una
crítica concreta y razonada a los "fundamentos" del fallo porque la verdad es
que ellos no existen. Decir que "las leyes promulgadas gozan de presunción de
legitimidad" y no decir nada es lo mismo. Ello es así mientras ellas resistan un
cotejo con la Constitución y no despojen a los ciudadanos de sus derechos y de
su propiedad. Afirmar que "el análisis de la de la validez constitucional de las
leyes debe hacerse en cada caso concreto y con suma prudencia" es correcto,
es tan correcto que sorprende que el Dr. Grisolía, con suma comodidad y
ligereza, no lo haya intentado. Tambien es válido decir que "para reparar la
depreciación de los créditos se pueden usar tasas de interés como las que
existen en el mercado financiero" pero no es cierto que esa afirmación tenga
algún sentido sin analizar los resultados numéricos y sin advertir que en el
mercado financiero las tasas de interés se aplican con capitalización mensual de
intereses mientras que en la Justicia no. Y raya en la inconsciencia afirmar que
las tasas decididas en la sentencia "compensan el perjuicio" causado por la
inflación y la depreciación de la moneda. sin mencionar ni un miserable número
20
que lo demuestre. Esa afirmación es falsa y es irresponsable y habla mal del
nivel de la magistratura argentina.
Seguidamente demostraré que lo afirmado por la sentencia es
falso, de falsedad, absoluta, irresponsable y un verdadero despojo. Y lo haré
como debió hacerlo el a quo: en este caso concreto, con suma prudencia, con
estadísticas y análisis fundados, con números, con conocimiento financiero, con
la seriedad que el fallo me ha escamoteado.
Algún dia, cuando yo ya esté muerto, quizás los jueces
comprendan que el nominalismo del viejo art. 619 del Código Civil de Vélez no
se puede aplicar a estos "papelitos" que imprime la Casa de la Moneda sin
respaldo alguno por una sencilla razón: cuando Vélez lo redactó allá por 1870 -
basta con leer la nota al art. 619- pensaba en monedas de valor intrínseco como
lo eran los "doblones" de plata o los "escudos" de oro, o quizas hoy, dólares o
euros y no los "papeles pintados con animalitos" como los que emiten nuestros
inefables gobernantes.
Veamos, entonces, si lo que dice el fallo puede ser considerado
como una solución ajustada a derecho. . Empecemos con la larga crítica
concreta y razonada de los disparates que surgen cuando se "copia" y "pega"
sin análisis alguno de los resultados de la decisión en el caso concreto.
El quo ha condenado a la demandada a pagar al actor la suma
de $ 54.787,16 -a valores de febrero de 2013- en concepto de capital nominal,
con más intereses desde el 6.02.13 con las tasas nominal anual para préstamos
personales libre destino del Banco de la Nación -las muy ponderadas tasas
activas, que sin capitalización mensual no sirven para nada- hasta el efectivo
pago. La aplicación de esa tasa otorga intereses (bah, pavadas) del 181,71 %
desde el 6.02.13 hasta el día de la fecha -21.05.18- período durante el cuál la
inflación alcanzó al 315,55 % y el R.I.P.T.E. se incrementó en un 297,41 %
(pasó de $ 7.063,81 a $ 28.072,31) Esto representa un verdadero DESPOJO
del DERECHO DE PROPIEDAD DEL ACREEDOR de magnitud
incomprensible
Y así como los trabajadores han tenido que afrontar el
"sinceramiento" de las tarifas de luz, gas, agua, transporte, etc-, sería correcto
21
que la C.N.A.T. termine con el despojo a los acreedores del valor adquisitivo de
sus acreencias y adoptara otra -indexación- destinada a "sincerar" y
"resguardar" el valor intrínseco de los créditos de todo tipo que se demandan
ante los tribunales de la provincia, y especialmente de los alimentarios, como lo
son los laborales.
Nos encontramos ante una clarísima e irrefutable
VIOLACIÓN del DERECHO DE PROPIEDAD del acreedor, que está
amparado por el artículo 17 de la Constitución Nacional. No puede dudarse de
que es un CASO FEDERAL clarísimo

A) La gravedad institucional y la cuestión federal que implica la aplicación de


tasas de interés -pasivas o activas- fuertemente negativas sobre los créditos de
todos los acreedores del país: Probablemente no existe, en estos momentos, un
tema de mayor relevancia económica y financiera -con importantes
consecuencias morales y humanas- para que sea tratado por la Justicia, que el
de las "tasas de interés" -ya sean pasivas o activas- que están aplicando los
tribunales inferiores de toda la república. Alcanza a todos los acreedores del
país incluyendo trabajadores, jubilados, demandantes de alimentos, víctimas
de accidentes de tránsito y aquéllos que demandan el pago de créditos.
Alcanza, incluso, al Estado Nacional. En efecto, es de público
conocimiento el "revuelo" que ha causado el arreglo que pretendió hacer el
Estado en el caso del concurso preventivo de la ex-concesionaria del servicio
de correos conocida como Correo Argentino S.A. El Estado actuó como lo
hicieron miles de acreedores que -obligados por la licuación que sufren sus
créditos- optaron por aceptar acuerdos con quitas monstruosas. Desde ya que
son ustedes, los jueces, los CULPABLES de todo ello. Esa licuación es el
resultado de la aplicación de tasas de intereses negativas, sean estas activas o
pasivas, sin capitalización. Las únicas soluciones posibles eran dos: 1) la
indexación con más intereses aplicables sobre el capital actualizado; 2) la
aplicación de tasas activas con capitalización mensual de intereses. Los
ciudadanos se escandalizaron porque lo vieron como un "regalo" del Estado
Nacional a la familia del Presidente. Y tenían razón en escandalizarse. Lo que
22
no sabían es que los "regalos" lo hacen los jueces con sus disparatadas
doctrinas. Y no saben que todos los deudores en la Argentina -no sólo los del
grupo Macri- son beneficiados con despojos parecidos. La realidad es que
todos los acreedores terminan, obligada e indefectiblemente, condonando
deuda. La solución a este problema está en manos de la justicia. Solo espero
que ésta esté a la altura de los acontecimientos históricos, políticos y
económicos que demandan su urgente intervención.
Por ello, antes de adentrarme en las circunstancias propias
del presente juicio y de los hechos que sustentan este recurso, creo conveniente
que V.E. tome conciencia del DESPOJO que están sufriendo los acreedores en
el valor de sus créditos y los beneficios que están recibiendo los que incumplen
con sus obligaciones económicas y financieras. Como no se le escapará a V.E.
esto tiene graves consecuencias morales y humanas. La justicia actualmente
favorece la licuación de las deudas de quienes incumplen sus deberes y afecta el
valor adquisitivo final de los créditos de quién debe recurrir a la Justicia para
cobrar lo que se le debe.

Desde febrero 2013 hasta mayo de 2018 puede estimarse que


existió una inflación verdadera del 315,55 %. En ese período, el sueldo de un
Camarista, con todos los adicionales, se incrementó en alrededor del 270%/ 300
%. No tengo las cifras precisas -que son distintas para cada Camarista- pero
estoy seguro de que se aproximan a las indicadas. Estoy seguro de que, sea
cuales fueran los montos exactos, desde febrero de 2013 hasta mayo de 2018 los
sueldos de los ministros se incrementaron, siguiendo la inflación, en no menos
de del 300 % %. Y no me sorprendería que el incremento excediera este
porcentaje.
¿Qué pasó con las tasas de intereses aplicadas a los créditos
demandados judicialmente -que deberían recomponer el valor adquisitivo de
ellos y otorgar una compensación adicional por la privación del uso del dinero
que sufrió el acreedor- durante este períodos?. Veamos:

* PERÍODO MARZO 2013-MAYO 2018

23
Inflación 315,55 %

Aumento de sueldos ministros 300,00 %

RIPTE 297,41 %

Tasas Activas del Banco Nación 140,00 %

Tasas Activas Actas C.N.A.T. 181,71 %

Tasas Activas del Banco de la Provincia de Buenos Aires 135,24 %

Tasas Pasivas del Banco. Prov. de Bs. As. 55,00 %

Como puede apreciarse las tasas de interés que se aplican no


cubren ni la mitad de la inflación. Contra lo que todos creen son fuertemente
negativas. Ello sucede por tres motivos:

* El primero es que las tasas mensuales nominales de intereses que se aplican,


ya sean activas o pasivas, han sido, en muchos meses, sensiblemente inferiores a
las tasas mensuales de inflación.

*El segundo, y mucho más grave, -y en el que la Corte Suprema de Justicia de la


Nación tiene mucha responsabilidad- sucede porque la inflación se capitaliza
mensualmente generando un crecimiento geométrico, mientras que la forma en
que los jueces aplican esas tasas, no lo hace: al revés de la inflación, las tasas
no se capitalizan mensualmente. Y esto sucede porque en un fallo erradísimo, la
C.S.J.N. dejó sin efecto lo más sabio que estableció la justicia en setenta años:
la capitalización mensual de intereses que había establecido el Plenario "Uzal
S.A. c/ Moreno Enrique" de la Cámara Nacional Comercial. Sean cuál fueren
las tasas de intereses que se apliquen, ellas no pueden calcularse sin
capitalización mensual de los intereses. Y para ello hay que decretar la
inconstitucionalidad del art. 623 del Código Civil. (Hoy art. 770 Código Civil y
Comercial Unificado).

24
* El tercero es que casi ningún juez entiende algo de finanzas o economía. Las
tasas bancarias que publicitan los bancos son nominales y adelantadas. Ellas se
aplican con el sistema de "interés compuesto" -que las capitaliza mensualmente-
que es distinto del que aplican los jueces: sistema de "interés simple".

Sea cual fuere la SOLUCIÓN que V.E. encuentre a


este GALIMATÍAS lo cierto es que la aplicación de intereses que, en el período
debatido en este juicio y sin capitalización mensual de ellos, no cubren más que
el 29 % de la inflación -las activas del Banco de la Nación- o del 23 % de ella -
las pasivas fijadas en la sentencia- NO PUEDE CONTINUAR.
Excelencia. La C.S.J.N. ha dictado fallos progresistas
inolvidables. Sin embargo, ellos son desvirtuados por la Justicia que permite que
esas doctrinas sean desnaturalizadas por la inflación. Porque, Excelencia, qué
sentido tiene decretar la inaplicabilidad de los topes indemnizatorios para los
sueldos altos y su morigeración al 67 % del mejor sueldo -caso Vizzoti- si
después de un largo juicio el acreedor termina sufriendo quitas del 50 %, 60 % y
hasta 90 % del valor adquisitivo de su crédito según fuera la duración del juicio
o la jurisdicción en donde litigue. Para qué sirve decretar la
inconstitucionalidad del art. 39 de la ley de riesgos de trabajo -caso Aquino- si
luego de un largo juicio, el poder adquisitivo de los créditos obtenidos con la
condena es inferior al que tenían ab initio las prestaciones tarifadas de la ley de
riesgos de trabajo.
En definitiva, estamos ante una "justicia de ficción" que
ordena una cosa y que, al final, -y como consecuencia de la aplicación de tasas
de interés fuertemente negativas en este contexto de alta inflación- dice otra
distinta. Al final V.E. convalida lo que la Corte Suprema de Justicia de la
Nación quiso modificar.
Realmente todavía no alcanzo a comprender cómo se puede
considerar que una violación tan grosera de los derechos que tienen los
acreedores -y en cada caso concreto, el de mis mandantes- a que se le respete el
poder adquisitivo de los créditos configura una interpretación legítima del
derecho vigente. ¡Estamos hablando de quitas del 50 %, 60 %, 70 % o más del
25
valor adquisitivo de los créditos de todos los acreedores en juicios de toda la
Provincia! ¡Todo acreedor judicial está sufriendo despojos parecidos cuya
mayor o menor gravedad -pero siempre existente- está supeditada a la duración
del juicio y a las tasas -activas o pasivas- que se apliquen! ¡Esto debe corregirse
ya! ¡no puede hacerse política con el derecho de propiedad de los acreedores!.
En el país de la convertibilidad, sin inflación y con precios
estables, un debate sobre la aplicación de tasas activas reales, podría tener
sentido. Hoy en día es un debate bizantino. Es un debate de leguleyos. En un
país en el que desde el 6.02.13 al 10.05.18 -como veremos más abajo- hubo
una inflación real del 315,55 % y un incremento aproximado de las
remuneraciones del 297,41 % sostener la procedencia "jurídica" de la
aplicación de tasas de intereses de 181,71 % es ridículo. Y es inconstitucional.

A partir de enero de 2002 explotó la Argentina. En esos meses


del primer semestre de 2002 se produjo una gran devaluación que triplicó el
valor del dólar y disminuyó a un tercio el poder adquisitivo que tenían los
créditos para comprar esa moneda. Y los "créditos" fueron, en definitiva, los
bienes más afectados por esa "licuación" de su valor-dólar. ¿Por qué? Porque,
hoy en día, y salvo los créditos, casi todos los bienes -departamentos, autos,
alimentos, productos importados, sueldos, etc- tienen un valor en dólares -en
mayo de 2018, a $ 25,00 por dólar- muy similar, e incluso superior, al que regía
en la época de la convertibilidad. Un ejemplo claro de la pérdida de poder
adquisitivo de la moneda es la existencia de billetes de $ 200, $ 500 y -por
ahora- de $ 1.000. Esto en la época de la convertibilidad (donde el valor
máximo del billete alcanzaba los $ 100) era impensado.
Luego de 16 años todos han salido bastante bien
parados. Todos salvo un grupo: el de los acreedores de créditos en pesos
demandados judicialmente. Y sus abogados, que devengamos honorarios sobre
créditos licuados. Éstos son los grandes perdedores de la sociedad. Y cuando
ello sucede con trabajadores que viven de su sueldo la cuestión es
particularmente grave. En estos casos el Poder Judicial actúa más como Poder
Licuador que como lo que debe ser: un protector de la propiedad de los
26
acreedores.
Desde 1974 (ley 20.744) hasta 1991 se admitió la única
solución -la indexación- que impedía la licuación de los créditos y el
enriquecimiento sin causa de los deudores. Desde 1976 -desde el leading case
Valdéz c/ Cintioni- hasta 1991 se admitió la indexación de todos los créditos.
V.E. lo aplicó miles de veces afirmando que: "la indexación no convierte en
más oneroso el pago de una deuda sino que conserva la identidad e integridad
de las prestaciones". Y hoy la admiten países sin inflación como Uruguay y
Chile. En Uruguay toda condena judicial se expresa en la llamada U.R.
(unidad reajustable) y en Chile en U.F. (Unidad de Fomento), que permiten
conservar actualizado el poder adquisitivo de los créditos.
Y con esta manía argentina de hacer “parches” también la
admiten los arts. 17 inciso 1º de la ley 26.773, 70 de la ley 26.844 y 6 de la ley
27.271 a la que nos referiremos más abajo. Hay créditos indexados por el
índice U.V.A., otros por el C.E.R., se indexan los créditos demandados
judicialmente por las empleadas domésticas, se indexan las jubilaciones y
pensiones, se indexan -a través del RIPTE- las indemnizaciones por accidentes
y enfermedades del trabajo, se indexan los sueldos, se indexan los títulos
públicos, hay plazos fijos indexados....LO ÚNICO QUE NO SE HA
INDEXADO SON LOS CRÉDITOS DEMANDADOS JUDICIALMENTE Y
LOS HONORARIOS DE LOS ABOGADOS.
Aquélla doctrina, la que generalizó la indexación de las
deudas, era sanísima. Permitió aplicar diferenciadamente toda la normativa
civil que regula por separado el "capital" y los "intereses" y daba solución a
todos los problemas económicos que se generaban. Y evitó que los deudores e
incumplidores se beneficiaran inmoralmente del incumplimiento deliberado de
sus obligaciones.
Sólo podría admitirse una prohibición de indexar como la que
estableció la ley 23.928 cuando existiera una estabilidad plena como la que
hubo entre 1993 -pues durante 1991 y 1992 perduró una importante inflación
residual que licuó muchos de los créditos anteriores a 1991- y 2001. Pero no
puede aplicarse a períodos de altísima inflación como los actuales.
27
Cuando algunos ingenuos afirman que los créditos pueden ser
protegidos contra la inflación mediante los intereses, yo siempre les recuerdo
algunos casos que desvirtúan esa idea:

* En las obligaciones sin plazo (art. 509 Código Civil, actuales arts. 886/888 del
Código Civil y Comercial Unificado) los intereses no corren desde el
vencimiento del crédito -tal como lo aceptaba la C.S.J.N. en materia de
indexación de capital- sino desde la constitución en mora. Esto puede suceder
muchos meses después de la fecha de creación de la obligación. Si bien no es el
caso de los créditos laborales, sí lo es el de muchos créditos civiles y
comerciales.

* En los concursos y quiebras, la presentación suspende el curso de los


intereses. Con el sistema de la indexación el deudor debía siempre pagar el
capital indexado aunque no llevara los intereses reales y positivos sobre el
capital actualizado. Ahora el deudor puede pagar, luego de varios años, un
capital licuado por la inflación. Como no hay intereses que puedan "compensar" -
aunque más no sea que parte de la depreciación- la pérdida del valor
adquisitivo del crédito, quien se haya presentado en concurso en enero de 2002
hoy debe apenas el 6,25 % del capital que adeudaba en aquella época. Cuando
propone una quita del 20 % termina pagando el 1,2 % de su deuda original. ¿Y
la Justicia? Bien, gracias. Homologa siempre esta confiscación de bienes de los
acreedores. Ni que yo fuera adivino. Esto lo argumenté en todos los recursos y
es lo que sucedió con el "affaire" de Macri y el Correo Argentino S.A. Si los
jueces cumplieran con sus obligaciones estos despojos no
sucederían.

Como es de público conocimiento el INDEC adulteró desde el


año 2007 todas las estadísticas de precios. Esta situación anómala ocurrió
hasta fines de 2015. A partir de abril de 2016 el INDEC publica estadísticas
serias y confiables que, décimas más o décimas menos, se asemejan a las que
publica la Provincia de San Luis que nunca modificó su forma de medir el
28
incremento de los precios. Las estadísticas de la provincia de San Luis siempre
fueron confiables. Es por ello que ahora que el INDEC se normalizó los
resultados son similares. En efecto, conforme los datos del INDEC el I.P.C con
cobertura nacional que el INDEC comenzó a publicar con base 100 a partir de
diciembre de 2016, tuvo un incremento del 30,10 % a febrero de 2018. En este
mismo período el I.P.C de la Provincia de San Luis tuvo un incremento del 29,44
%. Están publicados en las páginas web de cada uno de estos institutos
En consecuencia, por razones de comodidad, metodológicas y
ante la inexistencia de estadísticas serias del INDEC desde enero de 2007 a
abril de 2016 fundaremos nuestro recurso con las confiables estadísticas de
San Luis que van desde junio de 2007 hasta marzo de 2018. Las estadísticas de
San Luis son inobjetables y las únicas que son válidas para todo el período
comprendido en este juicio.
¿Por qué decimos que las estadísticas de San Luis son
confiables? Porque al igual de lo que hicieron otras provincias independientes
del poder central la Provincia de San Luis aplicó las mismas técnicas
estadísticas tanto antes como después de enero de 2007. Con esas técnicas,
hasta 2007, obtenía resultados que, décimas más, décimas menos, eran similares
a los del INDEC. Ahora que el INDEC se normalizó, ambas series estadísticas -
la del INDEC y la de la Provincia de San Luis- también arrojan resultados
similares. Existe consenso entre los estudiosos del tema que las estadísticas de
San Luis son correctas. Y ello ha sido reconocido por el actual director del
I.N.D.E.C. -Jorge Todesca- quien ha preconizado el uso de esta serie
estadística por su seriedad y consistencia.

Las estadísticas de San Luis son las siguientes:

Año Mes Índice

2013 Enero 432.91

29
Febrero 443.76
Marzo 454.75
Abril 462.18
Mayo 471.01
Junio 482.06
Julio 492.97
Agosto 502.33
Septiembre 511.88
Octubre 529.01
Noviembre 544.12
Diciembre 561.83

2014 Enero 585.34


Febrero 627.32
Marzo 652.39
Abril 665.85
Mayo 682.84
Junio 695.13
Julio 708.81
Agosto 726.63
Septiembre 749.11
Octubre 758.51
Noviembre 769.64
Diciembre 780.99

2015 Enero 792.74


Febrero 808.61
Marzo 825.24
Abril 840.29
Mayo 856.74
Junio 866.25
Julio 886.21
Agosto 903.18
Septiembre 925.23
Octubre 938.03
Noviembre 964.96
Diciembre 1027,54

2016 Enero 1070.62


Febrero 1099.66
Marzo 1132.39
Abril 1170.83
Mayo 1219.86
Junio 1237,74
Julio 1265,75

30
Agosto 1273,51
Septiembre 1295,28
Octubre 1321,60
Noviembre 1339,02
Diciembre 1350,48

2017 Enero 1366,86


Febrero 1390,12
Marzo 1433,32
Abril 1467,76
Mayo 1492,43
Junio 1507,13
Julio 1530,15
Agosto 1552,09
Septiembre 1580,79
Octubre 1606,59
Noviembre 1631,77
Diciembre 1678,00

2018 Enero 1703,20


Febrero 1745,32
Marzo 1794,98

Durante este mismo período la Remuneración Imponible


Promedio de los Trabajadores Estables (R.I.P.T.E) publicada por el Ministerio
de Trabajo fue la siguiente:

* Año 2013

Meses Monto en $ Variación % Indice Base 07/94 = Indice


respecto mes 100 transformado*
anterior Base 07/94 = 100
Enero $ 7.063,81 1,1 % 807,41 807,41
Febrero $ 7.300,21 3,3 % 834,43 834,43
Marzo $ 7.490,70 2,6 % 856,21 856,21
Abril $ 7.634,27 1,9 % 872,62 872,62
Mayo $ 7.896,30 3,4 % 902,57 902,57
Junio $ 7.985,95 1,1 % 912,82 912,82
Julio $ 8.176,79 2,4 % 934,63 934,63
Agosto $ 8.255,89 1,0 % 943,67 943,67
Septiembre $ 8.439,60 2,2 % 964,67 964,67
Octubre $ 8.626,56 2,2 % 986,04 986,04
Noviembre $ 8.666,72 0,5 % 990,63 990,63
31
Diciembre $ 8.743,73 0,9 % 999,43 999,43

* Año 2014

Meses Monto en $ Variación % Indice Base 07/94 = Indice


respecto mes 100 transformado*
anterior Base 07/94 = 100
Enero $ 8.785,03 0,5 % 1.004,15 1.004,15
Febrero $ 9.249,21 5,3 % 1.057,21 1.057,21
Marzo $ 9.634,75 4,2 % 1.101,28 1.101,28
Abril $ 10.156,89 5,4 % 1.160,96 1.160,96
Mayo $ 10.295,00 1,4 % 1.176,75 1.176,75
Junio $ 10.394,20 1,0 % 1.188,08 1.188,08
Julio $ 10.894,91 4,8 % 1.245,32 1.245,32
Agosto $ 10.946,20 0,5 % 1.251,18 1.251,18
Septiembre $ 11.393,26 4,1 % 1.302,28 1.302,28
Octubre $ 11.730,67 3,0 % 1.340,85 1.340,85
Noviembre $ 11.709,66 -0,2 % 1.338,45 1.338,85
Diciembre $ 11.953,50 2,1 % 1.366,32 1.366,32

* Año 2015

Meses Monto en $ Variación % Indice Base 07/94 = Indice


respecto mes 100 transformado*
anterior Base 07/94 = 100
Enero $ 11.997,96 0,4 % 1.371,40 1.371,40
Febrero $ 12.410,76 3,4 % 1.418,58 1.418,58
Marzo $ 12.869,99 3,7 % 1.471,07 1.471,07
Abril $ 13.077,29 1,6 % 1.494,77 1.494,77
Mayo $ 13.556,91 3,7 % 1.549,59 1.549,59
Junio $ 14.104,40 4,0 % 1.612,17 1.612,17
Julio $ 14.535,78 3,1 % 1.661,48 1.661,48
Agosto $ 14.598,39 0,4 % 1.668,64 1.668,64
Septiembre $ 14.983,39 2,6 % 1.712,64 1.712,64
Octubre $ 15.202,43 1,5 % 1.737,68 1.737,68
Noviembre $ 15.526,15 2,1 % 1.774,68 1.774,68
Diciembre $ 15.800,97 1,8 % 1.806,09 1.806,09

* Año 2016

Meses Monto en $ Variación % Indice Base 07/94 = Indice


respecto mes 100 transformado*
anterior Base 07/94 = 100
Enero $ 15.822,89 0,1 % 1.808,60 1.808,60
Febrero $ 16.520,52 4,4 % 1.888,34 1.888,34
32
Marzo $ 16.977,26 2,8 % 1.940,55 1.940,55
Abril $ 17.691,29 4,2 % 2.022,16 2.022,16
Mayo $ 18.042,71 2,0 % 2.062,33 2.062,33
Junio $ 18.277,57 1,3 % 2.089,18 2.089,18
Julio $ 18.988,44 3,9 % 2.170,43 2.170,43
Agosto $ 19.216,78 1,2 % 2.196,53 2.196,53
Septiembre $ 19.666,45 2,3 % 2.247,93 2.247,93
Octubre $ 20.069,28 2,0 % 2.293,97 2.293,97
Noviembre $ 20.422,65 1,8 % 2.334,36 2.334,36
Diciembre $ 20.690,14 1,3 % 2.364,94 2.364,94

* Año 2017

Meses Monto en $ Variación % Indice Base 07/94 = Indice


respecto mes 100 transformado*
anterior Base 07/94 = 100
Enero $ 21.048,21 1,7 % 2.405,87 2.405,87
Febrero $ 21.483,03 2,1 % 2.455,57 2.455,57
Marzo $ 22.285,48 3,7 % 2.547,29 2.547,29
Abril $ 22.650,53 1,6 % 2.589,02 2.589,02
Mayo $ 23.029,98 1,7 % 2.632,39 2.632,39
Junio $ 23.469,98 1,9 % 2.682,68 2.682,68
Julio $ 24.489,17 4,3 % 2.799,18 2.799,18
Agosto $ 24.700,42 0,9 % 2.823,33 2.823,33
Septiembre $ 25.136,35 1,8 % 2.873,15 2.873,15
Octubre $ 25.843,46 2,8 % 2.953,98 2.953,98
Noviembre $ 26.177,33 1,3 % 2.992,14 2.992,14

* Año 2018

Meses Monto en $ Variación % Indice Base 07/94 = Indice


respecto mes 100 transformado*
anterior Base 07/94 = 100
Enero $ 26.929,81 2,4 % 3.078,15 3.078,15
Febrero $ 27.440,21 1,9 % 3.136,49 3.136,49
Marzo $ 28.072,31 2,3 % 3.208,74 3.208,74

. Veamos el caso de autos. En el mes de enero de 2013 (mes


anterior al despido) el número del Índice de Precios al Consumidor de la
provincia de San Luis ascendió a 422,91 y en el mes de marzo de 2018 (último

33
mes del IPC de San Luis) a 1.794,98. Ello significa que la inflación, desde el 6
de febrero de 2013 al 10 mayo de 2018, ascendió a 315,55 % (1.794,98 ./.
422,91 menos 1 x 100). Durante ese mismo período el R.I.P.T.E. (Remuneración
Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) que publica el Ministerio de
Trabajo pasó de $ 7.063,81 (enero de 2013) a $ 28.072,31 (marzo de 2018) con
un incremento del 297,41 %.
Y hay una estadística más. Tal como lo acredito con la copia
que acompaño el sueldo básico de un "especialista en servicios" pasó de los $
5.329,96 que, sin adicionales, reconoció el a quo en la sentencia a los $
20.073,31 que figuran publicados en el Google como convenio SMATA- ACARA
para enero de 2018. O sea que se incrementó en un 276,61 %.
Todos estos datos son públicos y V.E. no puede
desconocerlos. Están en las páginas WEB de las instituciones mencionadas.
Basta googlearlas.
Veamos cual sería el valor del crédito actual del actor -
tomando como hipótesis el valor de la condena- con intereses del 15 % anual -
son los intereses que deben aplicarse a un deudor moroso en vez de los que
normalmente aplican los jueces que no saben distinguir entre los moratorios (15
% anual) y los compensatorios (8 % anual) de épocas sin inflación- sobre
capital actualizado como los que se aplicaban en épocas de estabilidad plena.
Los cálculos exactos son los siguientes:

- Capital al 6.02.13 $ 54.787,16


- Coef. Ajuste por depreciación monetaria (315,55 %) x 4,1555
- Capital actualizado al 6.02.13 $ 227.668,04
- Int. 15 % anual 6.02.13 al 10.05.18 (75,12 %) $ 171.024,22
- Total al 10.05.18 $ 398.692,26

Veamos cuál es el resultado -hoy, dentro de algunos meses


será peor- con la tasa de interés dispuesta en la sentencia:

34
* Capital al 6.02.13 $ 54.787,16
* Intereses C.N.A.T. (181,71 %) $ 99.553,74
- Total al 10.05.18 $ 154.340,90

Y veamos cuál sería el resultado si el actor hubiera sido


despedido hoy, sin intereses: $ 54.787,16 más 276,61 % de incremento del
sueldo básico de convenio: $ 206.335.- O sea que con todos esos "intereses" que
al Dr. Grisolía le parecen razonables y compensatorios, la empresa pagará
cinco años después del despido $ 154.341 que equivalen al 74,8% de lo que le
costaría despedirlo hoy pagando todo al contado. Es mejor negocio que las
Lebacs. Y es la explicación clara del colapso del fuero por la extremada
litigiosidad que genera la bicicleta financiera de los empresarios.
¿Y cual sería el resultado si por milagro no hubiera existido
inflación y a esos $ 206.335 le agregáramos intereses del 15 % anual que son
los que corresponden a un deudor moroso. Este es el resultado:

- Capital con sueldo básico actual $ 206.335


- Intereses de cinco años y dos meses (75,12 %) $ 154.999
- Total $ 361.334

¡Qué maravilla! La justicia se burla de los acreedores.


Medidos sus créditos por su valor adquisitivo y con los criterios que surgen de
la sentencia del a quo el actor hoy sufrirá una QUITA
CONFISCATORIA del 30 % del capital ($ 154.340,90 respecto de $
227.668,04) Y no cobrará "interés" real alguno que lo compense por la
privación del uso de su dinero. Los únicos beneficiados con esta doctrina son los
deudores caranchos y los empresarios que no inventan causales de despidos.
Total esto es más barato que abonar -en tiempo y forma- las indemnizaciones
por despido incausado. La QUITA TOTAL -sumando capital e intereses-
medida por su poder adquisitivo, sería del 60 %. Con el criterio del a quo el
monto de condena hoy alcanzaría SOLAMENTE AL 38,71 % DE SU
35
CRÉDITO DE CAPITAL E INTERESES ($ 154.340,90 respecto de $
398.692,26).
Y con los valores de los sueldos básicos actuales el actor,
después de cinco años y dos meses, cobrará sólo el 42,7 % ($ 154.341 de $
361.334) de lo que le corresponde. Y al momento de la liquidación del art. 132
L.O. cobrará un porcentaje todavía menor.
Esto no le importó al quo que ni siquiera lo analizó. Espero
que sí le importe a V.E. Confío y ruego de que no me defraude. Cómo dijo una
vez el sindicalista Barrionuevo: "Para arreglar a la Argentina hay que dejar
de robar por dos años" Y los empresarios, los deudores civiles, comerciales o
laborales y las A.R.T. roban a manos llenas. Mandan todo a juicio para licuar
sus deudas. Y ustedes, señores, lo avalan. Esto tiene que terminar. Está en sus
manos.
La aplicación de tasas -activas o pasivas- de interés, sin
capitalización mensual no sirve para nada. No es dar a cada uno lo suyo. Es
INJUSTICIA PURA, es un DISPARATE. Es, cuando son sensiblemente
inferiores a la inflación, un hecho de gravedad institucional.
Algunos jueces leyeron alguna vez que los economistas
afirman que la "indexación" recicla y agrava la inflación. Ello es verdad con
una importante salvedad: con esa afirmación los economistas no se referían a la
indexación de deudas reclamadas judicialmente y en mora desde hace varios
años; ellos se referían a la indexación de precios que hacen los agentes
económicos cuando aumentan los propios, no porque hayan sufrido incrementos
en sus costos, sino porque no quieren quedar atrás del incremento generalizado
de otros precios. La indexación de precios se produce cuando a raíz de la suba
de la carne y otros alimentos, los remiseros suben sus tarifas aunque no les haya
aumentado ni el valor del auto, ni el seguro ni la nafta. Allí sí la "indexación"
recicla y agrava la inflación. Desde ya que no es el caso del acreedor judicial
que no tiene facultad alguna de fijar los intereses que debe cobrar por el uso que
el deudor hizo de su dinero.
Y SI COMO PRUEBA DE LO QUE DIGO BASTARA LA
EXPERIENCIA, HABRÁ QUE RECURRIR A LA DE LOS PAÍSES
36
VECINOS: NI EN URUGUAY, CON SU UNIDAD REAJUSTABLE (U.R.).,
NI EN CHILE, CON SU UNIDAD DE FOMENTO (U.F.) APLICABLES
AMBAS EN TODOS LOS JUICIOS, LA ACTUALIZACIÓN MONETARIA
DE LOS CRÉDITOS HA GENERADO INFLACIÓN ALGUNA. LA
INFORMACION SOBRE ESTAS UNIDADES DE CUENTA SE PUEDE
ADQUIRIR A TRAVÉS DEL GOOGLE.
El disparate que acabo de explicar fue sostenido por la Corte
menemista y repetido por miles de jueces sin pensar ni estudiar el tema.
Un disparate aún mayor de la Corte menemista -y sostenido
por muchos jueces- fue sostener que la elevación de las tasas de interés -por
ejemplo aplicar las activas en vez de las pasivas- también impulsaba la
inflación. Esto es otro disparate mayúsculo. Cualquier estudiante de economía
sabe -y espero que V.E. también- que cuando hay tendencias inflacionarias
crecientes en EE.UU. o en EUROPA lo primero que hace la Reserva Federal o
el Banco Central Europeo es elevar las tasas de interés. Los que saben economía
hacen exactamente lo contrario de lo que preconizara aquella curiosa Corte.
El precio del dinero, su verdadero precio, es el que surge de
la aplicación de las "tasas activas con capitalización mensual de intereses".
Las tasas activas representan el precio de venta del dinero en
el mercado financiero. Pero ellas son las que aplican los bancos -con
capitalización mensual de intereses si los intereses no se pagan en ese período-
a los que toman un préstamo a través de un acuerdo de voluntades propio del
contrato de mutuo. Esas no son las tasas de interés que deben aplicarse a un
deudor moroso como el del presente juicio.
La realidad es que hoy todo -sueldos, jubilaciones, alquileres,
precios de servicios, presupuestos, préstamos ajustados por el UVA,
indemnizaciones de enfermedades y accidentes laborales a través del RIPTE,
indemnizaciones del personal doméstico- está de alguna manera indexado.
Serán indexaciones anuales y a dedo, pero son eso: indexaciones. Todo está
indexado. Todo. Todo menos los créditos reclamados judicialmente y los
honorarios de los abogados de los acreedores.
Ni qué hablar de la forma en que nuestra justicia aplica las
37
tasas de interés. Al tomar intereses a 30 días se debe utilizar la tasa de interés
compuesta que los capitaliza mensualmente. Interpretando erradamente el art.
623 Cód. Civil -que con esa interpretación es inconstitucional- la justicia aplica
una absurda tasa de interés simple, sin capitalización. La Cámara Comercial
aplicó durante años la doctrina correcta con el plenario "Uzal c/Moreno" hasta
que la presente Corte -sin advertir que con ello conducía a la supresión de todo
interés real- desestimó su aplicación.
Y llegamos a una situación curiosa. El deudor puede pagar
intereses devengados en febrero, marzo o abril de 2013 -y en los meses sucesivos
hasta la actualidad- SIN INTERESES Y SIN ACTUALIZACIÓN. Es un
verdadero despojo. Es lo que sucede en autos. Un despojo adicional.
La aplicación de tasas de interés inferiores a la inflación
privan al actor de gran parte del poder adquisitivo de su crédito -recorta el
valor de éste- y lo deja sin interés alguno. Es evidente que se viola el derecho de
propiedad tanto el materia de "capital" como de "intereses". Se lo priva de los
intereses del art. 622 del Código Civil -arts. 768, 769 del Código Civil y
Comercial- y de gran parte de su crédito. En ambos casos se viola el
DERECHO DE PROPIEDAD del art. 17 de la Constitución Nacional.
Lo que sucede es que toda la justicia está mirando para otro
lado en materia de la pérdida del poder adquisitivo que sufren los créditos de
los trabajadores. No quiere o no sabe -aunque puede hacerlo- proteger a los
acreedores de la licuación de sus créditos.
A partir de enero de 2002 explotó la Argentina. En esos meses
del primer semestre de 2002 se produjo una gran devaluación que triplicó el
valor del dólar y disminuyó a un tercio el poder adquisitivo que tenían los
créditos para comprar esa moneda. Y los "créditos" fueron, en definitiva, los
bienes más afectados por esa "licuación" de su valor dólar. ¿Por qué? Porque,
hoy en día, y salvo los créditos demandados judicialmente, casi todos los bienes -
departamentos, autos, alimentos, productos importados, sueldos de
trabajadores, sueldos de los ministros de la C.S.J.N., etc.- tienen un valor en
dólares muy similar al que tenían en la época de la convertibilidad.
Luego de 16 años todos han salido bastante bien parados.
38
Todos salvo un grupo: el de los acreedores de créditos en pesos demandados
judicialmente. Éstos son los grandes perdedores de la sociedad. Y cuando ello
sucede con trabajadores que viven de su sueldo la cuestión es particularmente
grave. En estos casos el Poder Judicial actúa más como Poder Licuador que
como lo que debe ser: un protector de la propiedad de los acreedores.
Desde 1974 (ley 20.744) hasta 1991 se admitió la única
solución -la indexación- que impedía la licuación de los créditos y el
enriquecimiento sin causa de los deudores. Desde 1976 -desde el leading case
Valdéz c/ Cintioni- hasta 1991 se admitió la indexación de todos los créditos.
V.E. lo aplicó miles de veces afirmando que: "la indexación no convierte en
más oneroso el pago de una deuda sino que conserva la identidad e integridad
de las prestaciones".
Esta doctrina era sanísima. Permitió aplicar
diferenciadamente toda la normativa civil que regula por separado el capital y
los intereses y daba solución a todos los problemas económicos que se
generaban.
Solo podría admitirse una prohibición de indexar como la que
estableció la ley 23.928 cuando existiera una estabilidad plena como la que
hubo entre 1993 -pues durante 1991 y 1992 perduró una importante inflación
residual que licuó muchos de los créditos anteriores a 1991- y 2001. Pero no
puede aplicarse a períodos de altísima inflación como los actuales.
Cuando algunos ingenuos afirman que los créditos pueden ser
protegidos contra la inflación mediante los intereses, -aunque esa no es la
función de este instituto- yo siempre les recuerdo algunos casos que desvirtúan
esa idea:

* En las obligaciones sin plazo (art. 509 Código Civil) los intereses no corren
desde el vencimiento del crédito -tal como lo aceptaba la C.S.J.N. en materia de
indexación de capital- sino desde la constitución en mora. Esto puede suceder
muchos meses después de la fecha de creación de la obligación. Si bien no es el
caso de los créditos laborales, sí lo es el de muchos créditos civiles y
comerciales.
39
* En los casos de los concursos -como los del CORREO ARGENTINO S.A.- y
quiebras, en donde se produce la suspensión del curso de los intereses -y ello
sucede porque la ley se refiere a intereses puros y no a aquéllos, más elevados,
cuyo monto tiene la doble función de resarcir la privación del uso y lo de
compensar la pérdida de su valor adquisitivo por la inflación- la licuación del
crédito es notoria y evidente. Como los intereses quedan suspendidos, la función
compensatoria de la depreciación monetaria, que algunos le atribuyen, se
pierde.

B) Soluciones requeridas. Distintas alternativas: En fin, sea cual fuere el


sistema que se adopte, lo que quiero es que se evite la confiscación -a favor del
deudor, no del fisco- de los créditos alimentarios del acreedor laboral.
Hay varios métodos:
1) Se puede -y se debe- decretar la inconstitucionalidad de las leyes 23.928,
25.561 y aceptar que, con alta inflación, el único remedio posible es la
indexación. Prefiero la indexación, con índices serios como el RIPTE que el
sistema absurdo que se está aplicando en un contexto de inflación creciente y
descontrolada.
Y debo señalar algo que muy pocos han advertido. El poder
Legislativo, el Congreso de la Nación, ya ha dejado de lado la prohibición de
indexar o actualizar los créditos demandados judicialmente. Si bien no lo ha
hecho con la derogación de las leyes 23.928 y 25.561, lo ha hecho tácitamente al
dictar una norma reciente que ordena su aplicación, En efecto, el art. 70 de la
ley 26.844 (servicio doméstico) establece: "LOS CRÉDITOS DEMANDADOS
PROVENIENTES DE LAS RELACIONES LABORALES REGULADAS
POR LA PRESENTE LEY, EN CASO DE PROSPERAR LAS ACCIONES
INTENTADAS, DEBERÁN MANTENER SU VALOR CONFORME LO
ESTABLEZCA EL TRIBUNAL COMPETENTE, DESDE QUE CADA
SUMA ES DEBIDA Y HASTA LA FECHA DE SU EFECTIVA Y TOTAL
CANCELACIÓN.". Es curioso. Las antiguas "cenicientas" del derecho del
trabajo, las empleadas domésticas, "han cumplido su sueño y se han convertido
40
en "princesas". Ahora los discriminados son los demás integrantes -obreros,
empleados, dependientes- del mundo laboral.
Y con esta manía argentina de hacer “parches” también la
admiten los arts. 17 inciso 1º de la ley 26.773 y 6 de la ley 27.271 a la que nos
referiremos seguidamente. Se ha regulado la actualización de las
indemnizaciones por accidentes y enfermedades: ella se hace con el incremento
que se produce en la “Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores
Estables” conocido como R.I.P.T.E. (art. 17 inciso 1º ley 26.773). También
resulta importante señalar que ha sido el propio Congreso de la Nación quien,
mediante el dictado del art. 6º de la ley 27.271 que establece el "Sistema para
el fomento de la Inversión en Vivienda", confirmó la derogación tácita de la
leyes que prohiben la indexación. En el art. 6 de dicha norma establece la
ACTUALIZACIÓN de los créditos otorgados por los bancos para la
adquisición de viviendas a través del sistema "UVA". Ello no es nada ni nada
menos que la indexación de la deuda que los deudores mantendrán con los
bancos.
Hay créditos indexados por el índice U.V.A., se indexan los
créditos demandados judicialmente por las empleadas domésticas, se indexan
las jubilaciones y pensiones, se indexan las indemnizaciones por accidentes y
enfermedades del trabajo, se indexan los sueldos, se indexan los títulos
públicos, hay plazos fijos indexados....LO ÚNICO QUE NO SE INDEXA SON
LOS CRÉDITOS DEMANDADOS JUDICIALMENTE Y LOS
HONORARIOS PROFESIONALES DEVENGADOS POR LOS
ABOGADOS.
La inconstitucionalidad de las normas que prohíben la
indexación de los créditos de dinero -arts. 7° y 10° ley 23.928 texto según art. 4°
ley 25.561, art. 617, 619 y 623 Cód. Civil (hoy arts. 765, 766 y 770 del Código
Civil y Comercial Unificado) según art. 5° ley 25.561, Decreto 214/2002, como
asimismo los decretos reglamentarios, normas y circulares del B.C.R.A. que
tienden al mismo propósito- se puede respaldar con los fundamentos que
seguidamente expondré:
Como lo han establecido todos los tribunales de la República
41
durante más de 15 años -1976/1991- la indexación no agrava la situación del
deudor ni altera la cuantía de la obligación. Al contrario, se ha demostrado a lo
largo de los procesos inflacionarios que lamentablemente atravesó nuestro país,
que ella permite la conservación del verdadero valor patrimonial del crédito y el
resguardo efectivo del derecho de propiedad. La indexación no hace más
onerosa la deuda de origen ni provoca un empobrecimiento verdadero del
deudor.
Cabe señalar que la prohibición de indexación decidida por el
gobierno de la Nación se basa en un grave error de concepto: creer que la
indexación de las deudas causa mayor inflación y que por sí sola genera
incrementos de precios.
Como todo error esa idea contiene una verdad a medias -que
es la peor de las mentiras-: es verdad que cuando un empresario "indexa" los
precios de su comercio para fijarlos de acuerdo a parámetros que nada tienen
que ver con sus costos, la indexación potencia la inflación. Si un constructor
sube los precios de una construcción -compuesta por ladrillos, cementos,
salarios de los obreros, etc.- por la sencilla razón de que subió el precio del
dólar o de los tomates y manzanas volcados al índice de precios al consumidor,
es evidente que esa indexación injustificada está generando una nueva inflación.
Pero ello JAMÁS SUCEDE CON LAS DEUDAS DE
DINERO: el acreedor no está fijando un nuevo precio ni tiene posibilidades de
hacerlo. Lo único que intenta es cobrar una suma de dinero que al momento de
su efectivización tenga EL MISMO PODER ADQUISITIVO que tenía la
expresión nominal original del crédito al momento del nacimiento de la
obligación, con más un interés positivo razonable como siempre lo fue el fijado
por la Justicia.
Es evidente que a partir del 1.01.02 no se podía seguir
aplicando las tasas de interés que se fijaban en momentos de estabilidad sobre
un capital nominal estable, sin advertir que las condiciones que se tenían en
cuenta para ello habían cambiado radicalmente: se derogó la ley de
convertibilidad, se devaluó el peso, se atravesó la peor crisis económica de la
historia ante una economía virtualmente paralizada, volvió la inflación y la
42
moneda y los créditos se deprecian día a día. Sin embargo los jueces ni se
enteraron de la crisis ni de la inflación. Todos sus fallos históricamente
favorecen a deudores, a incumplidores seriales y a violadores contumaces de las
leyes. Los que cumplen sus obligaciones son los idiotas del sistema.
La realidad económica refleja que desde febrero de 2013
hasta mayo de 2018 se ha verificado una inflación real acumulada -o sea que se
capitaliza mes a mes- del 315,55 %.
Aunque se evitó la temida hiperinflación lo cierto es que la
inflación total, desde febrero de 2013 hasta mayo de 2018 alcanzó un 315,55 %.
A medida de que se han ido eliminando los subsidios generalizados implantados
y se aplicaron incrementos a los servicios, transportes, la inflación reprimida se
ha ido sincerando. Y es un parto con mucho dolor.
La inflación y la depreciación del capital de las deudas no
puede ser compensada con tasas de intereses -ni activas ni pasivas- por cuatro
razones estructurales: 1) todas las tasas, tanto activas como pasivas, que
aplican los bancos son, sin capitalización mensual, negativas; 2) la justicia
aplica las tasas de interés a 30 días -ya sean pasivas o activas- a su valor
nominal en vez de aplicar las tasas efectivas finales cualquier banco pagaría a
sus depositantes a plazo fijo con capitalización mensual automática de intereses
o que cobraría a sus deudores durante el período total de este juicio; 3) La
justicia aplica lo que en matemática financiera se conoce como "tasa de interés
simple". Los bancos aplican la llamada "tasa de interés compuesta" que
capitaliza los intereses mensualmente y 4) la aplicación de intereses con un
sistema diferente -la inflación se capitaliza mes a mes, los intereses no- hacen
que aquélla no sea compensada y provoca una grave licuación de los créditos
del acreedor. Y estos argumentos también serían aplicables a las tasas activas
que, si V.E. decidiera legitimarlas, en nada mejorarán la pérdida sufrida por el
acreedor.
Asimismo, existen razones de derecho en las que sustento mi
pretensión. La prohibición de la indexación contenida en varias de las normas
dictadas durante este año afecta el derecho de propiedad del acreedor (art. 17
C.N.) y viola la protección que las leyes deben brindar al trabajador (art. 14 bis
43
C.N.) Debido a ello dichas normas son inconstitucionales. La aplicación
de tasas de interés fuertemente negativas sin capitalización, provoca que los
créditos del actor sufran una pérdida de su poder adquisitivo promedio, un
empobrecimiento sin causa del acreedor y un enriquecimiento sin causa del
deudor.
Por todo lo expuesto, solicito que se decrete de inmediato la
inconstitucionalidad de leyes mencionadas y se determine que el monto de
condena debe actualizarse desde la fecha de la mora, con más intereses sobre
el capital actualizado, desde que cada suma es debida y hasta el momento del
efectivo pago. Si bien podía existir algún "temor" cuando la inflación parecía
haber sido controlada durante los años 2004 y 2005 -época del ministro
Lavagna en los que la inflación oscilaba entre el 3 % y el 5 % anual- seguir
insistiendo con las "doctrinas nominalistas" de esa época, cuando la inflación se
ha disparado a niveles del 22 al 26 % durante 2007, del 20 % anual en el 2008,
del 15 % en 2.009, del 26 % anual en 2010, del 23 % para 2011 y 2012, 32 %
para 2013, 39 % para el 2014, 39 % para el 2015 y 40 % en el 2016. Es más,
conforme el “programa de metas de inflación” del Ministerio de Hacienda se
"planificaron" inflaciones del 20 %, 15 %, 10 % para 2017, 2018 y 2019. Y
sobre el cumplimiento de esas metas no hay certeza alguna. Y lo más probable
es que no se cumplan. La de 2017 no bajó del 25 % y la de 2018 será algo muy
parecido y difícilmente baje del 25 %. Un juez que se precie de tal, que crea en
la Constitución como su Biblia jurídica particular y que quiera "afianzar la
justicia" no puede aceptar que los créditos de un trabajador sean licuados en la
forma en que está sucediendo.
Si bien Lavagna consiguió dominar la inflación desatada en
2002/2003, a partir del 2007 ella ha reaparecido con inusitada fuerza. A partir
de 2005 comenzó un reajuste exponencial de los sueldos y salarios hasta niveles
que implican una recuperación del nivel adquisitivo que tenían antes de la
devaluación de 2002 y que incluso lo superan.
La justicia no puede hacer como el avestruz y poner la cabeza
dentro de un agujero. La realidad es que los créditos se están licuando. Y
alguien talentoso tiene que hacer algo para impedirlo. Espero que ese alguien
44
sea V.S.
Aplicando la indexación de los créditos, con más intereses del
15 % anual sobre capital actualizado, el monto de condena debió ascender a los
$ 398.692,26 que hemos explicado precedentemente. A pesar de ello el monto
que surge de la decisión del a quo -a valores de hoy en día- el valor sólo alcanza
a $ 154.340,90. La Justicia nos ha robado.

2) Se pueden aplicar intereses a tasa activa que también son fuertemente


negativas. Para evitar que sean negativas se deben aplicar con la tasa del
Plenario "Uzal S.A. c/ Moreno Enrique", con capitalización mensual de
intereses. ¿Por qué debe hacerse así? Porque la inflación se capitaliza mes a
mes; cada porcentaje de inflación se aplica sobre el índice del mes anterior.
Porque la inflación crece de forma geométrica mientras que la tasa de interés
simple crece de forma aritmética. NO PUEDO CREER QUE LOS JUECES
DE LA C.N.A.T. NO ENTIENDAN QUE LAS TASAS ACTIVAS DEL
BANCO DE LA NACIÓN ARGENTINA, APLICADAS SIN
CAPITALIZACIÓN MENSUAL, NO SOLUCIONAN NADA. Tal como la
aplican todos los jueces, para un período -febrero de 2013 a mayo de 2018-
durante el cuál la inflación fue del 315,55 %, esas tasas apenas llegan al 181,71
%. Es decir, que la aplicación de las tasas activas sin capitalización mensual
conduce a resultados disparatados. ¿Que opinarían ustedes, Sres. Camaristas,
si hoy cobraran sueldos equivalentes a los de febrero de 2013 incrementados en
un 181,71 % solamente? Seguramente estarían haciendo huelga.
Si para ello fuera necesario decretar la inconstitucionalidad
de oficio del art. 623 Código Civil (hoy art. 770 del Còdigo Civil y Comercial
unificado), V.E. sabe que nada le impide hacerlo. Desde los fallos "Mill de
Pereyra" y "Banco Interfinanzas" la C.S.J.N. ha determinado que la
Constitución debe aplicarse de oficio -iura novit curia- por lo que en caso de
que una norma inferior como el art. 623 Cód. Civil afecte -en este contexto- un
derecho constitucional como el derecho de propiedad del acreedor, el juez debe
interpretar la contradicción normativa haciendo prevalecer la norma superior:
la Constitución.
45
3) La aplicación de la Constitución y las leyes: Otra solución, que es
obligatoria para V.E., es tan sencilla que parece obvio señalarla: aplicar la
Constitución y las leyes tal cuál fueron planificadas y no licuadas por un
nominalismo que hoy es ridículo. En una nota de opinión del periodista
Fernando Laborda, publicada el domingo 20 de mayo de 2018 en La Nación, se
recordaba que "la inflación es el ladrón más sutil y eficaz, un impuesto sin
legislación que afecta a los sectores más desprotegidos, a través del cuál -como
lo ha reconocido John Maynard Keynes- los gobiernos pueden confiscar
secreta y disimuladamente buena parte de la riqueza de los ciudadanos". Y yo
diría que con ella, y con la complicidad de los jueces, se puede sacarle dinero a
unos para transferírselos a otros. Siempre la justicia -a la que habría que
llamar "Financiera La Ciega" y publicitarla como "Dinero barato para
incumplidores"- ha avalado, en todos los fueros, esta transferencia de ingresos
de la gente decente a los incumplidores y violadores de las leyes. Las leyes que
se violan son las siguientes:

* Artículo 14 bis de la Constitución Nacional: esta norma le reconoce a la


reclamante numerosos derechos constitucionales (los beneficios de la seguridad
social para accidentados como el actor, protección contra el despido arbitrario,
remuneración justa, entre otros) Dichas garantías constitucionales resultan
lesionadas en el presente juicio debido a que los "intereses" otorgados fueron
tan irrisorios que ni siquiera alcanzaron para cubrir la depreciación monetaria
sufrida por el peso desde la mora hasta el día de la liquidación de la sentencia.
Y los verdaderos intereses fueron inexistentes.

* Art. 17 y 18 de la Constitución Nacional: El acreedor laboral tiene derecho -


en realidad también lo tienen los acreedores civiles, comerciales y concursales-
al pago de las sumas debidas por un monto real (y cuando hablo de "real" me
refiero a su "poder adquisitivo", o su poder de compra) idéntico en su valor -o
por lo menos parecido- al que debió percibir en el momento de la mora del
deudor, con más los intereses compensatorios y punitorios correspondientes.
46
Sin embargo, tal como lo demostramos precedentemente la
tasa de interés impuesta por el sentenciante priva al actor de gran parte del
capital real de su crédito y de la totalidad de los intereses positivos que les
corresponden: los intereses fijados sólo cubren una mínima parte de la
depreciación del dinero sin dar intereses reales. Este atropello al derecho a la
propiedad debe ser subsanado por el Poder Judicial, garante de los Derechos
Humanos y de las normas constitucionales, buscando y encontrando una salida
que permita a cada ser humano, también al trabajador, lograr y conservar el
derecho a la propiedad privada en todos sus alcances. El presente proceso
judicial, entonces, lejos de concretar el acceso a la tutela judicial efectiva
(garantía del art. 18 C.N.), se convierte en un instrumento de transferencias de
recursos desde la parte actora a la parte demandada. El demandado, por el
mero transcurso del tiempo y la instrumentación del proceso judicial en su
beneficio, ve licuada su deuda.
Se lesiona, por lo tanto, la garantía de la propiedad privada de
la parte actora con una transferencia de ingresos injustificado a favor de la
demandada, todo lo cual lesiona el debido proceso legal y la igualdad de las
partes en el mismo (art. 18 CN).

* Arts. 519, 520, 521, 522, 622 del Código Civil hoy arts 1738, 768 y 769 del
Código Civil y Comercial Unificado: Que atento a que en el derecho argentino
no existe un interés legal, los jueces deberán determinar el interés que se debe
abonar de acuerdo a lo dispuesto por los arts. 519, 520, 521, 522 y 622 del
Código Civil, los que de acuerdo a todo lo expuesto no pueden utilizarse "tasas
activas" que, sin capitalización mensual de intereses, también son inferiores a
la inflación.
En realidad el "interés" aplicado a tasa activa ni siquiera
cubre la inflación, por lo que la sentencia no fija intereses verdaderos, reales y
positivos. Reitero ellos ni siquiera cubren la inflación. Es decir que con la suma
liquidada, el cobrará una suma de dinero cuyo poder adquisitivo es menor al
que tenía el capital -sin intereses- al momento de la mora.
Por ello los "intereses" fijados en el fallo recurrido violan los
47
arts. 519, 520, 521, 522 y 622 del Código Civil (hoy arts. 1738, 768 y 769 del
Código Civil y Comercial Unificado)."

Por todo lo expuesto, solicito que se decrete la


inconstitucionalidad de las leyes mencionadas y se determine que el monto de
condena debe actualizarse de acuerdo al incremento del índice de precios al
consumidor de la Provincia de San Luis con más intereses del 15 % anual sobre
el capital actualizado, desde que cada suma es debida y hasta el momento del
efectivo pago.
Para el caso de que no se haga lugar a lo expuesto hago
EXPRESA RESERVA DEL CASO FEDERAL.

VIII.- LA APLICACIÓN DEL ART. 770 DEL CÓDIGO CIVIL Y


COMERCIAL: El art. 770 del Código Civil y Comercial de la Nación regula el
anatocismo en forma absolutamente diferente a la que existía en el art. 623 del
Código Civil. Establece lo siguiente:
"No se deben intereses de los intereses, excepto que: a) una
cláusula expresa autorice la acumulación de los intereses al capital con una
periodicidad no inferior a seis meses; b) la obligación
se demande judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha
de la notificación de la demanda; c) la obligación se liquide judicialmente; en
este caso, la capitalización se produce desde que el juez manda pagar la suma
resultante y el deudor es moroso en hacerlo; d) otras disposiciones legales
prevean la acumulación."

Una vez realizada la transcripción literal del art. 770 C.C.C.N.


sólo faltaría -a mi juicio- evaluar con precisión dos aspectos de dicha normativa.
Y ello debe hacerse bajo la luz del siempre olvidado principio del "in dubio pro
operario". Seguidamente me referiré a cada uno de ellos:

1) La regulación novedosa del anatocismo o capitalización periódica de los

48
intereses: al leer el párrafo inicial del art. 770 del Código Civil y Comercial -
"no se deben intereses de los intereses"- parecería que se ha mantenido el
principio general de la prohibición general del anatocismo con cambios y
excepciones que, apenas las analicemos con cuidado, demostrarán que la
aplicación de tal principio puede considerarse excepcional.
En los incisos "a", "b", "c" y "d" del art. 770 del Código Civil y
Comercial se establece que el anatocismo está permitido en cuatro casos a los
que identificaremos con denominaciones que resumen su contenido.

a) Anatocismo Convencional : Una cláusula expresa autorice la acumulación


de los intereses al capital con una periodicidad no inferior a seis meses.

b) Anatocismo Judicial en proceso de conocimiento: La obligación


se demande judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha de
la notificación de la demanda.

c) Anatocismo Judicial en proceso de ejecución: La obligación se liquide


judicialmente; en este caso, la capitalización se produce desde que el juez
manda pagar la suma resultante y el deudor es moroso en hacerlo.

d) Anatocismo legal: Otras disposiciones legales prevean la acumulación.

Si la ley permite el anatocismo en esos casos cabe preguntarse


qué queda fuera de ellos que, aunque parecen excepciones, en la práctica son la
regla. Cabe preguntarse, entonces, en qué casos está prohibido el anatocismo. La
conclusión es evidente: la prohibición del anatocismo sólo regirá para el cobro de
intereses sobre los intereses que un prestamista pretendiera imponerle
unilateralmente a un prestatario -haya mora o no- sin el consentimiento de éste.
Es una hipótesis absolutamente excepcional. Yo no puedo imaginar otra. Y
realmente me resulta impensable que alguien pueda prestar dinero -contrato de
mutuo- sin usar el anatocismo que autoriza el inciso "a" del art. 770 del Código
49
Civil y Comercial.

2) La periodicidad de la capitalización de los intereses: aclarado que, a mi


juicio, el Código Civil y Comercial autoriza el anatocismo en los casos que
hemos denominado "convencional", "judicial" y "legal", cabe preguntarse con
qué periodicidad puede hacerse esa capitalización de intereses.
En el caso del "anatocismo convencional" el mentado art.770
inc."a" establece que puede pactarse con una periodicidad no inferior a seis
meses. La realidad es que dicha limitación es intrascendente. Si el prestamista
quiere imponer intereses del 2 % mensual con capitalización de ellos cada treinta
días superará fácilmente la pseudo limitación legal aplicando ese 2 % con la tasa
de interés compuesta. Como una tasa del 2 % mensual (tasa nominal adelantada)
con capitalización mensual de los intereses cada treinta días equivale al 12,62 %
semestral (tasa efectiva semestral) bastará con que en el contrato de mutuo
consigne intereses del 12,62 % semestrales con capitalización de ellos cada 180
días para obtener los mismos réditos que habría obtenido con una tasa del 2%
mensual con capitalización de ellos cada treinta días.
Lo cierto es que ello quedará librado a la voluntad y acuerdo de
las partes -"pacta sunt servanda"- sin impedimento legal alguno.
En el caso del "anatocismo judicial" una lectura superficial
de la norma y sin evaluar las consecuencias absurdas de ella, puede llevar a los
jueces a sostener que la ley sólo autoriza dos capitalizaciones -y sólo dos- de
intereses: una en la fecha de notificación de la demanda (art.770 inc. "b" del
Código Civil y Comercial); la otra en la fecha de la mora en el cumplimiento de
una sentencia de condena (art.770 inc. "c" del Código Civil y Comercial). No
creo que sea así. En efecto ¿puede la interpretación de las leyes y del derecho
conducir a resultados absurdos? Evidentemente no. Creo fervientemente que no
debe ni puede pasar. Sin embargo, si la justicia avalara tal curiosa interpretación
se arribaría a un resultado práctico disparatado y disvalioso: el acreedor que
demandara a su deudor con diligencia y prontitud a su deudor cobraría, con esta
interpretación, menos intereses que el acreedor poco diligente o activo en la
tramitación del proceso. Los ejemplificaré con una tasa de interés del 2 %
50
mensual:

* Acreedor diligente.
- Mora del deudor 1.01.16
- Notificación de la demanda 1.04.16
- Sentencia del 1.04.19
- Liquidación al 1.04.19 Capital al 1.01.16 $ 100.000
Intereses 1.01.16 al 1.04.16 ( 6 %) $ 6.000
Capitalización (art.770 "b" C.C.C.) $ 106.000
Intereses 1.04.16 a 1.04.19 (72 %) $ 76.320
Total al 1.04.19 $182.320

* Acreedor poco diligente


- Mora del deudor 1.01.16
-Notificación de la demanda 1.04.18
- Sentencia del 1.04.19
- Liquidación al 1.04.19 Capital al 1.01.16 $ 100.000
Intereses 1.01.16 al 1.04.18 (54 %) $ 54.000
Capitalización (art. 770 . "b" C.C.C.) $ 154.000
Intereses 1.04.18 al 1.04.19 (24 %) $ 36.960
Total al 1.04.19 $ 190.960

La interpretación respaldatoria de la idea de que durante el


proceso sólo se pueden capitalizar intereses por única vez en la fecha de
notificación de la demanda VIOLA EL SENTIDO COMÚN Y LA LÓGICA
DEL DERECHO. Por ello resulta lógico que el art. 770 inc. "b" del Código
Civil y Comercial establezca que la capitalización de intereses "opera DESDE
la fecha de la notificación de la demanda" determinando, de tal manera un
"punto de inicio" para la capitalización de los intereses -la fecha de la
notificación de la demanda- y no así un "punto final" para dicha capitalización.
De lo contrario y en forma totalmente ilógica dicha norma tendría que haber
51
establecido que la capitalización de intereses "opera POR ÚNICA VEZ DESDE
la fecha de la notificación de la demanda".
La ley establece la obligatoriedad de capitalizar periódicamente
intereses judiciales sin regular la frecuencia con la que ella debe producirse.
Como acá las partes no pueden pactar los intereses a aplicarse -para lo cuál las
partes de un contrato de mutuo seguramente tendrán en cuenta la limitación de la
capitalización a períodos semestrales que establece el inciso "a" del art 770
mencionado- yo creo que los intereses judiciales se deberán capitalizar
mensualmente. En efecto, el art. 770 del Código Civil y Comercial unificado
autoriza el anatocismo para el caso de los créditos demandados judicialmente.
Dicha norma agrega que la “acumulación” opera desde la fecha de la
notificación de la demanda. Al decir “opera” lo que la ley afirma es que desde
allí corresponde la capitalización de intereses: a) desde la mora y hasta la
notificación de la demanda los intereses se calculan sobre el capital histórico sin
acumulación; b) a partir de la notificación de la demanda y hasta la liquidación
de la sentencia la acumulación se vuelve operativa y debe producirse
periódicamente hasta el momento del efectivo pago.
Como la ley no establece con qué periodicidad deben
capitalizarse los intereses, creo que debe hacerse mensualmente. ¿Por qué?
* Porque la inflación se capitaliza mes a mes;
* Porque al usarse tasas de interés bancarias ellas se deben aplicar en la misma
forma en que lo hacen los bancos: con capitalización mensual.

En conclusión, lo que se pretende es la capitalización de los


intereses desde la notificación de la demanda prevista en el art. 770 inc "b"
Código Civil y Comercial de la Nación. Si bien dicha normativa establece
que la capitalización de intereses "opera DESDE la fecha de la notificación
de la demanda" ello no impide su capitalización periódica a partir de esa
fecha. Como hemos dicho más arriba, si bien el nuevo Código Civil y Comercial
determina un "punto de inicio" para la capitalización de los intereses -la fecha de
la notificación de la demanda- lo cierto es no fija un "punto final" para dicha
capitalización. De lo contrario dicha norma tendría que haber dicho que la
52
capitalización de intereses "opera POR ÚNICA VEZ DESDE la fecha de la
notificación de la demanda"

IX.- LIQUIDACIÓN: Como hemos explicado en el capítulo referido a los


hechos el actor percibía la suma de $ 55.000 netos más $ 4.945 de OSDE. O sea
que cobraba un total de $ 59.945 netos, limpios de polvo y paja.
¿ Es esta la remuneración computable para todos los créditos?
Yo creo firmemente que no. En efecto, si ello fuera
considerado así la justicia transformaría al actor en una virtual cómplice de algo
que jamás aceptó. La decisión de abonarle en negro los haberes fue adoptada por
la demandada para quedarse con los aportes y contribuciones para la seguridad
social. De tal forma no sólo evadía las contribuciones que como empleador debía
hacer al sistema sino que además se apropiaba de los aportes que le retenía al
actor.
En suma, la empresa se apropiaba del 11 % que el actor debía
utilizar para su jubilación y del 3 % que debía aportar para la obra social y del 3
% destinado al INSSJP. La única que obtuvo un lucro de esta apropiación fue la
demandada pues el actor no pudo gozar de los beneficios propios del sistema de
seguridad social.
Por ello la verdadera remuneración computable se conforma
con el sueldo bruto devengado que corresponde a los haberes netos de bolsillo de
$ 59.945 mensuales que hemos indicado.
El mismo se conforma de la siguiente manera:

- Sueldo Mensual Bruto que corresponde $ 72.224,00


- Descuento A.F.J.P. (11 %) ($ 7.945,00)
- Descuento INSSPJ ( 3 %) ($ 2.167,00)
- Descuento Obra Social (3 %) ($ 2.167,00)
- Sueldo Neto Pactado $ 59.945,00

Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha


establecido que: "Si bien en el art. 245 L.C.T. literalmente se alude a la
53
mejor remuneración mensual, normal y habitual "percibida" tanto el
espíritu de la ley como el propósito del legislador fueron establecer que el
módulo para el cálculo de la indemnización por despido sea la
remuneración "que se debió percibir" ya que de lo contrario no sólo se
permitiría el indebido beneficio del empleador deudor sino que también se
dejaría librada la determinación del importe del resarcimiento al exclusivo
arbitrio del moroso" (C.S.J.N. XXII-B.373 del 12.11.91 "Bagolini, Susana c/
Instituto Tecnológico de Hormigón S.A.").

En suma, el sueldo base para el cálculo de las indemnizaciones


asciende a $ 72.224 mensuales. Dejamos constancia que los rubros salariales los
calcularemos con el sueldo neto de $ 59.945 debido a que los aportes del
empleado para jubilación, al INSSJP y a la obra social deberán ser ingresados
por la demandada a los organismos respectivos para cumplir con la condena a
entregar la constancia documentada del ingreso de los aportes y contribuciones
de la seguridad social. Si no lo hiciéramos así, existiría una doble condena a
pagar el mismo rubro.
En cambio, los rubros indemnizatorios -sobre los cuáles no se
hacen aportes ni contribuciones de la seguridad social- se calcularán con el
sueldo bruto real que devengaba el actor: $ 72.224.-
En base a la mejor remuneración mensual devengada de $
72.224 y con aplicación de la capitalización de intereses del art. 770 inc 2 del
Código Civil Comercial Unificado reclamaremos:

01) Adicionales en negro Sept. 2015 ($ 59.945 10.141,) $ 49.804,00


02) Adicional Negro Oct. 2015 ($ 59.945 10.141) $ 49.804,00
03) Adicional Negro Nov. 2015 ($ 59.945 10.141) $ 49.804,00
04) Haberes netoa Diciembre 2015 $ 72.224,00
05) S.A.C. netos 2° Semestre 2015 $ 29.972,00
06) Vac. Pendientes de goce 2015 (72.224 : 25 x 28 d + SAC) $ 87.629,00
07) Haberes del 1 al 4.01.16 (72.224 : 30 x 4 d) $ 9.630,00
08) S.A.C Prop. 1 al 4.01.16 (72.224 : 365 x 4 d) $ 791,00
54
09) VAC. Prop. 1 al 4.01.16 (72.224 : 25 x 0,31 d + SAC) $ 970,00
10) Ind. Integ. 5.01.16 al 31.01.16 (72.224 : 30 x 16 d + SAC) $ 41.728,00
11) Ind. Sust. Preaviso (72.224 x 2 m + SAC) $ 156.482,00
12) Ind. Antiguedad (72.224 x 19 m + SAC) $ 1.486.565,00
13) Ind. Art. 1 ley 25.323 $ 1.486.565,00
14) Ind. Art 2 ley 25.323 (20.864 + 78.241 + 743.282) $ 842.387,00
15) Ind. Art 80 L.C.T (72.224 x 3 m + SAC) $ 234.721,00
16) Ind. art 132 bis LCT (estimado 3 meses) $ 234.721,00
*Subtotal $ 4.833.797,00
* Int. art. 770 inc. b C.C.C.-5.01.16 al 5.09.18- 79,36 % $ 3.836.101,00
* Total al 5.09.18 $ 8.669.898,00

Para el caso de que V.E. considerase que la mejor remuneración debe


calcularse con la remuneración neta, ella ascendería a $ 59.945 ( $ 55.000 + $
4.945 de OSDE) la liquidación del monto reclamado es la siguiente:

01) Adicionales en negro Sept. 2015 ($ 59.945 10.141,) $ 49.804,00


02) Adicional Negro Oct. 2015 ($ 59.945 10.141) $ 49.804,00
03) Adicional Negro Nov. 2015 ($ 59.945 10.141) $ 49.804,00
04) Haberes netos Diciembre 2015 $ 59.945,00
05) S.A.C. netos 2° Semestre 2015 $ 29.972,00
06) Vac. Pendientes de goce 2015 (59.945 : 25 x 28 d + SAC) $ 72.731,00
07) Haberes del 1 al 4.01.16 (59.945 : 30 x 4 d) $ 7.993,00
08) S.A.C Prop. 1 al 4.01.16 (59.945 : 365 x 4 d) $ 657,00
09) VAC. Prop. 1 al 4.01.16 (59.945 : 25 x 0,31 d + SAC) $ 805,00
10) Ind. Integ. 5.01.16 al 31.01.16 (59.945 : 30 x 16 d + SAC) $ 34.634,00
11) Ind. Sust. Preaviso (59.945 x 2 m + SAC) $ 129.877,00
12) Ind. Antiguedad (59.945 x 19 m + SAC) $ 1.233.830,00
13) Ind. Art. 1 ley 25.323 $ 1.233.830,00
14) Ind. Art 2 ley 25.323 ( 17.317 + 64.938 + 616.915) $ 699.170,00
15) Ind. Art 80 L.C.T (59.945 x 3 m + SAC) $ 194.815,00
55
16) Ind. art 132 bis LCT (estimado 3 meses) $ 179.835,00
*Subtotal $ 4.027.506,00
* Int. art. 770 inc. b C.C.C.-5.01.16 al 5.09.18- 79,36 % $ 3.193.229,00
* Total al 5.09.18 $ 7.223.735,00

X.-DERECHO: fundo el derecho del actor en las normas del Código Civil y
Comercial Unificado, de la ley 20.744 y concordantes y de la Constitución
Nacional que hemos citado en los distintos puntos de esta demanda y en la
doctrina y jurisprudencia aplicable al caso concreto.-

XI.-PRUEBAS: se ofrecen las siguientes pruebas:

A) DOCUMENTAL: se acompaña 2 carta poder, 1 telegrama de citación al


S.E.C.L.O., 1 acta de cierre del S.E.C.L.O., 1 acta del SECLO correspondiente al
Expte N° 95713/2017, 1 factura de Servi Graf, 1 tarjeta de presentación de
Gabriel Montenegro con logotipo de Davicom, 97 facturas emitidas por el Sr.
Montenegro a Davicom Comunicaciones S.R.L, 27 recibos de haberes, 1
certificado de matrimonio (instrumento público por estar autenticado al dorso
por el Registro de las Personas de la Provincia de Buenos Aires), 2 certificados
de nacimiento (instrumentos públicos por estar autenticados al dorso por el
Registro Civil de las Personas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). 2
fotocopias de títulos de propiedad automotor, 2 impuestos a los automotores, 2
facturas de la Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A., 1 factura de
High Education S.A., 1 liquidación de expensas de Administración Addino en 2
hojas, 4 resúmenes de Tarjeta Visa del Banco ICBC, 2 facturas de Edenor, 1
factura de Telecom en dos hojas, 1 factura de Aysa S.A, fotocopia de 4
liquidaciones de operaciones de compra venta de moneda extranjera del Banco
Ciudad, 2 recibos de haberes de la esposa del actor por su trabajo en Productos
Roche S.A, 1 factura de Cablevisión Fibertel, 1 boleta de pago de Servicios
Generales de la Municipalidad de Escobar, 1 resumen de cuenta San Matías
Altos de Maschwitz, 1 cédula de citación a Montenegro como testigo en el juicio
56
Monteagudo c/ Davicom, 1 fotocopia de acta del SECLO de Andrea Dusi en dos
fojas, 1 fotocopia de cédula de citación a absolver posiciones a Davicom en el
juicio Cherri c/ Davicom, 1 fotocopia del Telegrama Laboral Nº 80450448
remitido por Galeano a Davicom, 1 telegrama del Seclo dirigido a Davicom, 1
fotocopia del Telegrama Laboral Nº 82490794, 1 fotocopia del Telegrama
Laboral Nª 79525063, 1 telegrama del Seclo dirigido a Davicom, 1 fotocopia del
Telegrama Laboral Nº 83555681, 1 fotocopia de la Carta Documento Nº 406 757
267, 1 fotocopia del Telegrama Laboral Nº 08681305, 1 fotocopia del Telegrama
Laboral Nº 088840628, 1 fotocopia del Telegrama Laboral Nº 79910906, 1
fotocopia del Telegrama Laboral Nº 84158691, 1 acta notarial de notificación de
despido, 3 Telegramas Laborales de Montenegro, 1 acuse de recibo que informa
"rechazo por plazo vencido no reclamado", 2 carta documentos de Davicom.

B) CONFESIONAL: Se cite al representante legal de la demandada y a las


personas físicas demandadas a reconocer firmas y documentos y absolver
posiciones, a tenor del pliego que se acompaña, bajo apercibimiento de ley.-

C) INFORMATIVA: Se libren los siguientes oficios:

- Al Correo Oficial: efectos de que informe texto, fecha y hora de emisión y


fecha y hora de entrega (acompañar planillas) de los telegramas y cartas
documento cuyas fotocopias se acompañan.-

- A la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP): a fin de que


informe: a) si Gabriel Hugo Montenegro (DNI. 12.491.287) se encuentra
inscripto en ese organismo; b) en caso afirmativo, fecha de la inscripción,
número de CUIT o datos personales, categoría de contribuyente, actividad
denunciada, domicilio fiscal, fecha de baja si la hubiere; c) pagos ingresados por
Gabriel Hugo Montenegro (DNI. 12.491.287) en concepto de “monotributo”

57
desde el primer mes contado desde su inscripción hasta el día de la fecha.

- A la A.R.B.A: a fin de que informe: a) si Gabriel Hugo Montenegro (DNI.


12.491.287) se encuentra inscripto en ese organismo; b) en caso afirmativo,
fecha de la inscripción, número de CUIT o datos personales, categoría de

contribuyente, actividad denunciada, domicilio fiscal, fecha de baja si la hubiere;


c) pagos ingresados por Gabriel Hugo Montenegro (DNI. 12.491.287) en
concepto de “impuesto a los ingresos brutos” desde el primer mes contado desde
su inscripción hasta el día de la fecha.-

- A la Inspección General de Justicia de la Nación a fin de que remitan copia


completa del estatuto constitutivo de Davicom Comunicaciones S.R.L. con todos
sus anexos y modificaciones.

- A Servi Graf de Ariel E.Blau y A.M. Blau Sociedad de Hecho a fin de que
informe si, de acuerdo a su contabilidad, el 11.08.99 emitió a favor del cliente
Gabriel Hugo Montenegro la factura 0001-00000333 cuya copia ilustrativa se
acompaña.

- Al Registro de la Propiedad Automotor: a fin de que informe quién fue el


propietario del automóvil Marca toyota, Tipo Sedan 4 puertas, Modelo Corolla
XEI 1.8 M/T, Motor Toyota identificación 2 ZRM188165, Modelo Año: 2013,
Dominio NKL 118 desde 4/03/15 a la actualidad.

-A La Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A.: a fin de que informe


si Gabriel Hugo Montenegro (DNI 12.491.287) fue cliente de La Meridional
Compañía Argentina de Seguros S.A. En caso afirmativo, indique: a) pólizas
contratadas por el Sr. Gabriel Hugo Montenegro (DNI 12.491.287), b) sobre que
58
bien o persona recaía la póliza contratada, c) montos abonados por el Sr. Gabriel
Hugo Montenegro (DNI 12.491.287) por esas pólizas durante la vigencia de
todas ellas, d) si las copias de factura cuya copia se acompaña se corresponde
con la obrante en sus archivos.

- A High Education S.A.: a fin de que informe: a) si a su institución educativa


asisten o asistieron los alumnos Mateo Montenegro y Catalina Montenegro, b)
fecha de ingreso y en su caso de egreso de la institución, c) a nombre de quien
emiten la facturación correspondiente a ambos alumnos, d) informe montos
mensuales abonados por el responsable económico desde el ingreso hasta el
egreso, e) si la factura cuya copia se acompaña se corresponde con la obrante en
sus archivos.

- A Administración D' Addino: a fin de que informe a) a nombre de quién


liquidaban las expensas correspondientes a la unidad 5, Piso PB, Dpto. L,
ubicado en Larralde 2250 de la Localidad de Tigre, b) indique en qué períodos se
liquidaron a nombre al Sr. Hugo Gabriel Montenegro (DNI 12.491.287), c)
montos abonados durante los períodos indicados precedentemente, d) indique si
en algún período esas expensas fueron liquidadas a nombre de la Sra. Mercedes
Lapuente (DNI 22.826.018), e) montos abonados durante los períodos indicados
precedentemente por la Sra. Lapuente, f) si la liquidación de expensas que se
acompaña se corresponde con la obrante en sus archivos.

- Al Banco I.C.B.C.: a fin de que informe si el Sr. Hugo Gabriel Montenegro


(DNI 12.491.287) es cliente de su institución, b) productos contratados por el Sr.
Gabriel Hugo Montenegro (DNI 12.491.287), c) si el Sr. Gabriel Hugo
Montenegro es titular de una tarjeta VISA emitida por el I.C.B.C.; en caso
afirmativo remita copia de todos los resúmenes de cuenta del año 2015; d) si los
59
resúmenes de cuenta que se acompañan se corresponden con los obrantes en sus
archivos.

- A Edenor S.A.: a fin de que informe a) quien es el titular de la cuenta Nº 3


963 457 664 y de la cuenta Nº 1 073 797 433 b) domicilios donde se presta el

suministro a estas cuentas, c) montos facturados a cada una de esas cuentas


durante el año 2015.

- A Telecom Argentina S.A.: a fin de que informe a) quien es el titular de la


línea 4747-1987, b) fecha de alta y bajo si hubiere, c) domicilio donde se presta
el servicio, d) informe los montos facturados a esa línea durante el año 2015.

- A AySA S.A.: a fin de que informe a) quien es el titular de la cuenta de

servicio 1352819, b) fecha de alta y baja si la hubiere, c) domicilio donde se


presta servicio, d) informe los montos facturados por ese servicio durante el año
2015.

- Al Banco Ciudad, Sucursal La Lucila: a fin de que informe a) quien es el


titular de la cuenta 505761/2, b) si las fotocopias de los recibos de las
operaciones efectuadas cuyas copias se acompañan se corresponden con las
obrantes en sus archivos.

- A Productos Roche S.A.: a fin de que informe a) si la Sra. María Mercedes


Lapuente (DNI 22.826.018) fue empleada de su empresa, b) fecha de ingreso y,
en su caso de egreso, c) remuneración bruta percibida -mes a mes- durante el
años 2015.

- Al Registro de la Propiedad Automotor Seccional San Isidro Nº 7: a fin de


60
que informe quien fue el propietario del automóvil Marca Fiat, Tipo Sedan 3
puertas, Modelo Palio Fire 1242 MPI 16 v, Motor Número 178D70556201393,
Modelo Año: 2005, Dominio ESA 509 desde 17.07.09 a la actualidad.

- A A.R.B.A.: a fin de que informe si la Sra. María Mercedes Lapuente (DNI

22.826.018) es o fue titular del impuesto a los automotores del vehículo Dominio
ESA 509. En caso afirmativo informe: a) desde qué fecha la Sra. Lapuente es la
titular de ese impuesto, b) hasta que fecha la titularidad de ese impuesto estuvo a
nombre de la Sra. María Mercedes Lapuente (DNI 22.826.018), c) montos
abonados por este impuesto durante el año 2015/2016.

- A La Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A.: a fin de que


informe si la Sra. María Mercedes Lapuente fue cliente de La Meridional

Compañía Argentina de Seguros S.A. En caso afirmativo informe a) pólizas


contratadas por la Sra. María Mercedes Lapuente. b) sobre qué bien o persona
recaía la póliza contratada, c) montos abonados por la Sra. María Mercedes
Lapuente por esas pólizas durante la vigencia de todas ellas, d) si las copias de
factura cuya copia se acompaña se corresponde con la obrante en sus archivos.

- A Cablevisión S.A. a fin de que informe: a) si su empresa presta el servicio el


servicio de televisión por cable y de Internet en el domicilio de Paramaribo 850,
de la Localidad de Martínez, Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires.
En caso afirmativo, b) fecha de alta de los servicios, c) a quién le facturan esos
servicios d) monto abonado por esos servicios desde el alta hasta la actualidad; e)
si la copia de la factura que se acompaña se corresponde con la obrante en sus
archivos.

- A la Municipalidad de Escobar a fin de que informe a) quien fue el titular de


61
la tasa de servicios generales que pesa sobre el inmueble cuya nomenclatura
catastral es Cir 12, Sec. 0, Chacra, L.Chacra 0, Qta 0, Fracc. 0, L.Fracc. 0, Manz
0, Parc. 3007, L.Parc. 0, Subp 362, C. Mza. 9, desde el año 2015 a la actualidad,
b) domicilio postal al que se remite la liquidación de este impuesto, c) montos
anuales abonados desde 2015 a la actualidad, d) si el impuesto por servicios

generales que se remite se corresponde con los obrante en sus archivos.

- A San Matías Altos de Maschwitz a fin de que informe: a) nombre, apellido


y DNI del cliente identificado con el número 0806017513, b) monto abonado en
concepto de expensas desde 2008 a la actualidad por ese cliente, c) si en la
liquidación de expensas que se adjunta al presente en 7 hojas se corresponde con
la obrante en sus registros.

- Al Registro Civil y Capacidad de las Personas delegación San Isidro: a fin


de que remita copia certificada del acta del matrimonio celebrado el día 13.11.09
entre el Sr. Gabriel Hugo Montenegro (DNI 12.491.287) y Sra. María Mercedes
Lapuente (DNI 22.826.018) celebrado en el Registro Civil de San Isidro.

- A La Escribanía Rossini a fin de que informe si la copia del acta de


notificación "Davicom Comunicaciones S.R.L. a Gabriel Hugo Montenegro del
4.01.16 se corresponde con la original que se encuentra en su protocolo.

- Al S.E.C.L.O. a fin de que remita copia del acta especial de acuerdo


conciliatorio celebrado el 22.08.05 entre Andrea Verónica Dusi y Davicom
Comunicaciones S.R.L. en el Expediente 43.405/05.

- Al Sr. Juez a cargo Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº


21 a fin de que informe si ante el Juzgado a su cargo tramita el expediente
62
"Monteagudo Aguilar Javier Antonio c/ Davicom Comunicaciones S.R.L."
(Expte. Nº 114/06); en caso afirmativo remita copia de la demanda, contestación
de demanda y sentencia si la hubiere, o en su caso acta de conciliación.

- Al Sr. Juez a cargo del Juzgado Nacional de Primera Instancia del

Trabajo Nº 34 a fin de que informe si ante el Juzgado a su cargo tramita el


expediente "Cherri Patricio c/ Davicom Comunicaciones S.R.L." (Expte. Nº
114/06); en caso afirmativo remita copia de la demanda, contestación de
demanda y sentencia si la hubiere, o en su caso acta de conciliación.

D) TESTIMONIAL: se cite a declarar a los siguientes testigos:


1) Testigos Principales:
* Silvia Andrea Pascual D.N.I. Nº 18.484.291, empleada, domiciliada en

Marcos Sastre 3139, Piso 4º, Departamento "B", Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
* Elba Beatríz Sordelli, D.N.I. Nº 20.379.860, empleada, domiciliada en
Coronel Brandsen 1247, de la Localidad de Ramos Mejía, Partido de La
Matanza, Provincia de Buenos Aires.
* Sebastián Ricardo Villaboa, D.N.I. Nº 29.751.413, empleado, domiciliado en
David Magdalena 2550, Departamento "B", de la Localidad de Caseros, Partido
de Tres de Febrero, Provincia de Buenos Aires.
* Sebastián Gastón Keller, D.N.I. Nº 25.257.953, empleado, domiciliado en
Avda. Caseros 2578, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
* Diego Horacio Soracco, D.N.I. Nº 25.669.148, empleado, domiciliado en
Miller 2286, Piso 2º, xx, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

2) Testigos Subsidiarios:
* David Alberto De Diego Maddaleno, D.N.I. Nº 29.751.413, empleado,
63
domiciliado en Rodriguez Peña 1522, localidad de Martínez, Partido de San
Isidro, Provincia de Buenos Aires.
* Marcelo Adrián Ledesma, D.N.I. Nº 26.340.751, empleado, domiciliado en
Tunuyán 1260, localidad de Merlo, Partido de Merlo, Provincia de Buenos Aires.

E) PERICIAL CALIGRAFICA: Para el caso de que se niegue la


documentación acompañada, se designe perito calígrafo único de oficio, a fin de
que dictamine acerca de su autenticidad. A tal efecto quedará autorizado a
solicitar que la persona que se le indique forme cuerpo de escritura, bajo
apercibimiento de ley.

F) PERICIAL CONTABLE (acompaño copia): Se designe Perito Contador


único de oficio para que compulsando los libro, registros y documentos laborales

y comerciales de los demandados correspondientes al período que va desde un


año antes del ingreso del actor hasta un año después de su egreso, dictamine
acerca de los siguientes puntos:

1) Previa atenta lectura de todos los puntos de la pericia informe si la demandada


ha puesto a su disposición todos los tomos de los libros "Sueldos y Jornales Art.
52 L.C.T." con el "Anexo del Art. 13 Dto. 342/92", "Diario", "Inventarios y
Balances", "Sistema Único de Registro Laboral Art 18. Ley 24.013" con la
documentación complementaria respaldatoria del Art 43 Cód. Comercio
(presupuestos, contratos, remitos, facturas, recibos, estatutos, título de dominio,
IVA Compras, IVA Ventas, etc) de la que resulte un cuadro verídico de los
negocios y una justificación clara de cada uno de los actos suceptibles de
registración contable (art. 43 Cód. Comercio), necesarios para contestar con
exactitud todos los puntos periciales relacionados con hechos correspondientes a
un período que va desde doce meses antes del ingreso del actor hasta doce meses
64
después de su egreso. Para ello deberá tener en cuenta que los puntos deberán
contestarse con los datos surgidos de libros y documentos contables y no de
"información" suministrada personalmente o por correo o fax de la empresa. En
caso de no contar con todos los libros y documentos necesarios deberá
comunicarlo de inmediato a S.S. con mención expresa de los registros negados, a

efectos de que se cursen las intimaciones correspondientes. En tal caso se


abstendrá de presentar pericias parciales e incompletas.-
2) Con respecto a cada uno de los tomos de los libros obligatorios "Sueldos y
Jornales Art. 52 L.C.T." con el "Anexo del Art. 13 Dto. 342/92", "Diario",
"Inventarios y Balances", "Sistema Único de Registro Laboral Art 18. Ley
24.013" correspondientes al período que va desde un año antes del ingreso del
actor hasta un año después de su egreso, informará: a) El Sistema de
Registración -manual, hojas móviles, computarizado, etc.- utilizado; b) Número

y fecha de la disposición o resolución que autorizó ese sistema, datos de la


autoridad administrativa que firmó esa resolución y fecha de vencimiento de la
autorización; c) Fecha y autoridad que firma las rubricaciones de cada uno de los
tomos o conjuntos de hojas móviles de los libros obligatorios señalados,
correspondientes al período requerido (Conf. art. 52 inciso 4 in fine de
prohibiciones L.C.T.).-
3) Si el Libro de Sueldo y Jornales contiene los datos exigidos por los incisos
"a", "b", "c", "d", "e", "f" y "g" del art 52 L.C.T. Fundamento del dictamen.
4) Si los recibos de sueldo cumplen con los incisos "a", "b", "c", "d", "e", "f",
"g", "h", "i", "j", "k" del art 140 L.C.T. reformado por ley 24.692. Fundamento
del dictamen.
5) Si el Anexo del Art. 13 del Dto. 342/92 contiene los datos que establece esa
norma. Fundamento del dictamen.
6) Si los diversos tomos o planillas de "Libros de Sueldo y Jornales del Art.
52L.C.T." y del "Anexo del Art. 13 Dto. 342/92" del "Libro Inventario y
Balances" y del "Sistema Único de Registro Laboral" presentan alguna
65
"alteración de los registros", "blancos o espacios", "interlíneas, raspaduras o
enmiendas" -que no estén salvadas con intervención del trabajador y de la
autoridad administrativa en el caso de los libros laborales- "tachaduras de
anotaciones", "supresión de fojas" o "alteraciones de foliaturas y registros".
7) Fecha del último registro obrante en cada uno de los libros obligatorios de la
empresa. Fecha de la compulsa pericial.
8) De acuerdo a todo lo informado dictamine si la demandada ha presentado toda
la contabilidad comercial y laboral llevada en legal forma, tanto en su conjunto
como en cada uno de los tomos de los libros obligatorios.
9) Mes a mes, desde el 9.08.99 hasta el 15.09.02 detalle las facturas de
monotributista que Gabriel Hugo Montenegro presentó a Davicom
Comunicaciones S.R.L. y que tienen que estar registradas obligatoriamente en
los libros Diarios, Subdiarios, Proveedores, IVA Compras y documentación
complementaria. Mes a mes, se deberá informar número de cada factura, fecha de
ellas, descripción de los servicios, imprenta donde se hicieron las facturas, fecha
de iniciación de actividades, importe unitario de los servicios, importe total de la
factura.
10) A partir del Libro de Proveedores, del Libro Mayor, del Libro Diario, del
Libro de IVA compras, de los documentos respaldatorios de esos registros
(facturas, recibos, órdenes de pago de la demandada, etc) y mediante una grilla
de doble entrada efectúe un detalle de todas las personas que prestaron servicios
para la demandada mediante el sistema de "monotributista" desde 1997 a 2002.
En la línea o entrada vertical izquierda se colocarán los nombres y apellidos de
los trabajadores, sus fechas de ingreso y egreso. En cada intersección de la
"entrada horizontal superior" con la "entrada vertical izquierda" se marcará con
una X todos los meses "facturados" por cada uno de ellos. Asimismo se
consignará cuáles de ellos fueron efectivizados. Respecto de los efectivizados se
informará la fecha de ingreso que se les consignó.
11) En base al libro de Sueldos y Jornales normal de Davicom y lo detallado en
el punto precedente, informe mes a mes y durante el mismo período que
solicitaremos en "10" cantidad de personal que trabajó para Davicom
discriminándolos en empleados efectivos, empleados monotributistas contratados
66
y totales de cada mes.
12) En un Anexo, transcriba textualmente con todos los rubros discriminados,
todas las liquidaciones de haberes abonados al actor, mes a mes, desde el
15.09.02 al cese. Los rubros discriminados se presentarán en las siguientes
columnas: a) Remuneraciones Fijas: sueldos por (cantidad, importe unitario y
total); b) Remuneraciones Accesorias Variables: horas extras 50 % y 100 %,
premios por producción y asistencia, adicionales diversos, decretos, a cuenta de
futuros aumentos (cantidad, importe unitario del rubros y total de cada
concepto); c) Beneficios Sociales: horas enfermedad, accidente, vacaciones,
licencias,feriados (cantidad, importe unitario del rubro y total de cada concepto);
d) Otros Haberes: viaticos, ajustes retroactivos, aguinaldos; e) Total Bruto:
Remuneración bruta mensual sujeta a descuentos jubilatorios;
13) Informe cuál sería el sueldo bruto que le correspondería al actor para llegar -
con las deducciones- a los haberes netos que hemos denunciado.-

XII.-ACORDADA: En cumplimiento de Acordada de la Cámara Nacional de


Apelaciones del Trabajo, manifiesto por la presente y bajo juramento que no se
ha iniciado demanda similar a ésta.-

XIII.- CASO FEDERAL: Para el caso de una sentencia adversa arbitraria o que
los intereses que se condenen sean inferiores a la inflación hago EXPRESA
RESERVA DEL CASO FEDERAL para recurrir por vía de recurso
extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

XIV.- AUTORIZACIÓN: Se autoriza a María Fernanda Romero, Juan Ezequiel


Aguiar, Marcela Claudia Ibáñez, y Micaela Constanza González Rubio, a tomar
vista del expediente, dejar nota, retirar y tramitar copias, cédulas, oficios,
exhortos y realizar todas las demás gestiones que sean útiles para la mejor
marcha del expediente.-
nn
67
XV.- PETITORIO: Por todo lo expuesto a V.S. solicito:

1) Me tenga por presentado en el carácter invocado, por parte y por constituido el


domicilio legal indicado.-
2) Se corra traslado de la demanda por el término y bajo apercibimiento de ley.-
3) Oportunamente se haga lugar a la demanda, con expresa imposición de costas
a la demandada.-
Provea V.S. de conformidad,
SERA JUSTICIA.

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AUTOS: “MONTENEGRO GABRIEL HUGO C/ DAVICOM


COMUNICACIONES S.R.L. Y OTROS S DESPIDO”
SENTENCIA Nº 6441. Expte. Nº 21.412/2018
Buenos Aires, 11 de mayo del 2022.

Y VISTOS:
Estos autos en los que MONTENEGRO GABRIEL HUGO
demanda a DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L., DEHARBE
GREGORIO DANIEL y VIGNOLO VIVIANA EMILCE diciendo
haber ingresado a laborar para DAVICOM COMUNICACIONES
S.R.L. desde la fecha, con las tareas, categoría profesional y
remuneración que indica.
Refiere que ingresó el 01 de abril de 1997 y que en fecha
04 de enero del 2016 lo despiden con causa.
Explica que la demandada es una empresa dedicada a la
tecnología de la comunicación, especializada en la reparación,
venta y alquiler de equipos de radiocomunicaciones como handies,
repetidoras, bases, etc.
Sostiene que desde su ingreso hasta el 9 de agosto de
1999 trabajo por fuera de registro y que, a partir del 9 de agosto de
1999, lo hacían facturar por sus servicios como monotributista.
Agrega que, es en fecha 15 de enero del 2002, que por la
depresión económica la empresa prefirió pagar otra vez sin
respaldo alguno desde febrero hasta agosto del mismo año.
Denuncia que el actor no fue el único que trabajo en relación de
dependencia con DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. con la
obligación de inscribirse como monotributista, y en tal sentido,
refiere que los Sres. Rodriguez Silvio David, Modica Fernando
Pablo y Pascual Silvina Andrea también fueron contratados con la
misma modalidad.
Alega que desde su ingreso hasta el 15 de septiembre del
2002, trabajó continuadamente en el establecimiento de la
demandada ubicado en Vidal 4297, C.A.B.A. donde trabajaba de
lunes a viernes de 9 a 18hs, explicando que sus tareas operativas
consistían en llevar técnicos y equipamientos a distintos lugares y
visitar proveedores para elegir insumos o activar su entrega.
Agrega, que dentro de la oficina completaba planillas, informes,
efectuaba recomendaciones y realizaba el asesoramiento técnico.
Sostiene que en fecha 16 de septiembre del 2002, el actor
fue incorporado a los libros de DAVICOM COMUNICACIONES
S.R.L., blanqueo que coincidió con la mudanza de las oficinas de la

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demandada a la calle Crámer 4364, C.A.B.A. y se lo registro como


“supervisor” con fecha de ingreso y remuneración falsas. En dicha
oportunidad el actor refiere que siguió cumpliendo la misma
jornada, pero con un cambio significativo en sus funciones porque
en esa época la empresa DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L.
abrió una nueva unidad de negocios “DAVITAX” (radio taxi) y el
actor fue asignado a ella con categoría de gerente, teniendo a su
cargo al encargado Chávez Marcelo y a varios operadores de radio
y teléfono. Agrega que esta unidad fue vendida en 2003/2004.
Refiere que a partir de la venta de DAVITAX el actor paso a ser
subgerente general de DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. sin
que ello sea reflejado en los recibos de sueldo donde seguía
figurando como “supervisor”. Explica que el cargo de subgerente
general de DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. recién le fue
reconocido en noviembre del 2009.
Denuncia que al cese de la relación laboral la
remuneración ascendía a la suma de $55.000.- y que los recibos
de haberes solo alcanzaban la “ridícula” suma de $16.167 que
luego de los descuentos jubilatorios apenas llegaba a $13.014.
Adiciona que DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. abonaba
mensualmente la cuota de OSDE Plan 410, que ascendía a la
suma de $4.945, suma que solicita se integre a la remuneración.
Es por ello, que denuncia como mejor remuneración normal y
habitual devengada la de $59.945 (ver fs. 9).- Sin perjuicio de ello
efectúa un cálculo aritmético por el cual afirma que le hubiese
correspondido un salario bruto mayor, de haber estado registrado.
Aduce que pese a las irregularidades registrales trabajo sin
inconvenientes hasta el 23 de diciembre del 2015, desde el 24 de
diciembre del 2015 al 03 de enero del 2016 estuvo de vacaciones,
pero el 04 de enero del 2016 cuando se presenta a reintegrar sus
tareas, lo esperaba la escribana Romina A. Rossini quien procedió
a leerle el acta de notificación de despido. Alega que la causal de
despido fue un “invento”.
Por considerar que el accionar de la demandada no se
ajusto a derecho incoa la presente accion fundando en normativa
que considera aplicable, practica liquidacion a fs. 34 de los rubros
que reclama. Plantea inconstitucionalidad de los arts. 7 y 10 de la
Ley 23.928 y 4 y 5 de la Ley 25.561. Solcita la aplicación del art.
770 del CCYC. Reclama responsabilidad solidaria de las personas
físicas codemandadas en su calidad de directores de la sociedad

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empleadora fundando su pretensión en los arts. 54, 59 y 274 de la


Ley 19.950.
A fs. 72/112 los codemandados DAVICOM
COMUNICACIONES S.R.L., DEHARBE GREGORIO DANIEL y
VIGNOLO VIVIANA EMILCE, contestan la acción incoada en su
contra, negando puntualmente todos y cada uno de los hechos
impuestos en el escrito de inicio, salvo en lo expresamente
reconocido.
DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. explica que el actor
ingresó a partir de septiembre del 2002 y no con anterioridad,
sosteniendo que jamás el actor trabajó ni facturó servicio alguno
para la accionada. Aduce que la relación se encontró
correctamente registrada. Detalla que el actor se dedicaba a la
manutención y reparación de Handy, ofreciendo servicios
profesionales, fue así, que, en febrero del 2000, comienza por
fuera de la empresa demandada a realizar en forma independiente
–sin subordinación del art. 23 L.C.T- las reparaciones de equipos
de DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. Refiere, que es por ello,
que Montenegro facturaba y el monto de la facturación oscilaba de
acuerdo a los equipos reparados. Detalla que ese mantenimiento
de equipos fue realizado por el actor desde febrero del 2000 hasta
enero del 2002, cuando el actor le comenta a DAVICOM
COMUNICACIONES S.R.L. que no se dedicaría más a realizar
esas tareas pues había encontrado un trabajo que le redituaba más
dinero.
Remarca que desde enero del 2002, nada más supo del
actor hasta septiembre de ese mismo año, momento en que el
actor concurre al establecimiento de DAVICOM
COMUNICACIONES S.R.L. y le solicita al socio gerente -
DEHARBE GREGORIO DANIEL- si le podía dar nuevamente
equipos ya que se había quedado sin trabajo. Continúa explicando
que para ese momento DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L.
había creado su propio departamento de servicio técnico dentro de
la empresa, haciéndole saber al actor que ya no tercerizaban mas
esas tareas, sino que se realizaban dentro de la empresa y si era
su deseo podía trabajar dentro de la empresa, a lo cual el Sr.
Montenegro accedió. Es por ello, que se lo inscribe con su real
fecha de ingreso, verdadero salario y con la calificación de jefe de
sección técnica. Agrega que con el devenir del tiempo, el actor fue
ascendiendo hasta llegar al puesto de subgerente.

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Narra la demandada que cuando el actor accede al cargo


jerárquico en el año 2015, comienza a tratar al personal que le
dependía de muy mal modo, con gritos, insultos, descalificando las
tareas que realizaban, invitando al personal a pelear, dirigiéndose a
ellos de muy mala manera en forma soez profiriendo gritos e
insultos hacia el personal femenino, y es por ello que se le llamo la
atención en múltiples oportunidades a lo que el actor hacia oídos
sordos. En dicha circunstancia, el Sr. DEHARBE GREGORIO
DANIEL debió tomar cartas en el asunto a fin de garantizar las
condiciones dignas de trabajo, y en el mes de diciembre del 2015,
mantiene una reunión con el actor llamándole la atención,
reiterando y solicitando cese sus constantes tratos inapropiados.
Relata que el actor empezó a insultar a los gritos a cuanta persona
había en el lugar e invito al socio gerente de la empresa,
DEHARBE GREGORIO DANIEL, a pelear. Concomitantemente a
ese suceso el actor se retira de la empresa profiriendo un sinfín de
insultos lo que deriva en el despido con causa.
DEHARBE GREGORIO DANIEL y VIGNOLO VIVIANA
EMILCE oponen falta de legitimación pasiva.
Por considerar que el accionar de DAVICOM
COMUNICACIONES S.R.L. se ajustó a derecho impugnan
liquidación solicitando el rechazo de la acción con costas.
Producidas las pruebas ofrecidas por las partes, llegan los
autos a estos estrados, previa excusación del Dr. Grisolía Julio
Armando en fecha 31 de julio del 2020, quedando así, las
actuaciones en estado de dictar sentencia.

Y CONSIDERANDO:
Atento los términos en los que quedó trabada la litis, y en
virtud del principio que impone la carga probatoria a la parte que
afirma un hecho, y exime de aquélla a la que lo niega ("ei incumbit
probatio qui dicit, non qui negat"), receptado en el art. 377 del
C.P.C.C.N., habré de analizar las probanzas arrimadas a la causa,
de conformidad con las reglas de la sana crítica (cfr. art. 386 del
C.P.C.C.N.) con el objeto de conocer el mérito o valor de
convicción que pueda deducirse de su contenido.
Desde tal perspectiva, he de puntualizar liminarmente que -
en casos particulares como el de autos- debe tenerse en cuenta
que quien alega un hecho en apoyo del derecho invocado, no sólo
debe precisarlo, sino -además- probarlo, para otorgar al

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sentenciante los elementos necesarios que le permitan efectuar


una adecuada valoración del mismo, no pudiéndose eximir de tal
obligación, por el hecho de que la contraparte no haya acreditado
la razón por ella invocada.
En primer lugar, me expediré respecto a la codemandada
DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L., a quien el actor indica
como su empleadora, ya que recordemos demanda a DEHARBE
GREGORIO DANIEL y VIGNOLO VIVIANA EMILCE
solidariamente en virtud de lo normado por los arts. 54, 50 y 274 de
la Ley 19.950.
En tal sentido, entiendo oportuno destacar que, no se
encuentra controvertido en autos que estamos frente a un despido
directo con expresión de causa mediante acta notarial de fecha 04
enero del 2016, a cuyos términos me remito en honor a la
brevedad (ver acta notarial en sobre anexo)
Dicho esto, toda vez que estamos en presencia de un
despido directo dispuesto por la empleadora con invocación de
causa, incumbía a la misma la carga de probar las imputaciones
que le atribuye al actor, como así también que ese eventual
incumplimiento era de tal magnitud que habilitaba a despedirlo sin
derecho al cobro de la indemnización legal.
Cabe puntualizar que la "injuria laboral", es todo acto u
omisión contrario a derecho que importa una inobservancia de
deberes de prestaciones o conducta, imputables a una de las
partes, que lesiona el vínculo laboral. Los intereses legítimos que
pueden ser afectados por actos u omisiones con causa en la
relación contractual, pueden ser tanto de orden patrimonial como
moral. La configuración de la injuria no requiere daño, toda vez que
el elemento que lo caracteriza no es el perjuicio que pueda
experimentar, sino la circunstancia de que, como consecuencia de
la inobservancia imputable de cualquiera de los segmentos de la
relación laboral, ésta vinculación resulta lesionada definitivamente.
La injuria no requiere dolo, basta con que se compruebe
objetivamente el incumplimiento que lesiona el interés legítimo de
la otra parte.
Además, he de destacar que el despido debe ser declarado
contemporáneamente a la injuria, para excluir la idea de que la
falta ha sido consentida, es decir que se ha perdonado o que no se
ha considerado impeditiva de la prosecución del contrato.

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Así las cosas, la jurisprudencia ha determinado que "la


valoración de la injuria debe realizarse teniendo en cuenta los
parámetros de causalidad, proporcionalidad y oportunidad y su
apreciación queda reservada a los jueces, de tal modo que en
cada proceso éstos consideren sí la causal invocada revista o no
ese carácter" (Sala I, 30/3/2001,“Duarte Falcón, Oscar R. v.
Indugraf S.A.”); y que "la buena fe tiene especial preponderancia
en el contrato de trabajo debido a la naturaleza de la vinculación
eminentemente personal que asumen dependientes y
empleadores, influida por factores éticos y morales subsumidos en
los deberes de colaboración y previsión" (C. Lab. y Paz, Corrientes,
3/3/2000, “Paiva, Ramón S. v. El Tigre SA”).
Asimismo, el poder disciplinario consiste en la posibilidad
del empleador de aplicar sanciones al trabajador por sus
incumplimientos. En este orden, el primer párrafo del art. 67 de la
LCT establece que “el empleador podrá aplicar medidas
disciplinarias proporcionales a las faltas o incumplimientos
demostrados por el trabajador”. Se trata de uno de las facultades
que más acabadamente manifiestan el mayor poder empresarial,
pero que debe ser utilizada con parsimonia, pues de su mal empleo
pueden derivar serias consecuencias.
En efecto, de la lectura de la norma transcripta surge una
clara limitación respecto al ejercicio del poder disciplinario, al
imponer una necesaria proporcionalidad entre falta y sanción, lo
que excluye la aplicación de medidas disciplinarias irrazonables o
arbitrarias en relación con el incumplimiento del trabajador.
Asimismo, como las demás facultades del empleador, su ejercicio
está sujeto a las modalidades previstas en el art. 68 de la L.C.T.,
aplicándose en forma y tiempo útil a los fines de la empresa, pero
respetando la dignidad del trabajador (art. 68 L.C.T.).
Doctrinariamente se han establecido distintos requisitos o
principios que deben ser cumplimentados para que el ejercicio del
poder disciplinario sea válido; resultando esencial -entre otros- la
proporcionalidad.
En tal sentido, considero que cualquier sanción aplicada
por el empleador debe ser proporcional a la falta cometida por el
trabajador; como así también resultar razonable respecto al
incumplimiento. Dentro de nuestro régimen sancionatorio, el
despido es la máxima sanción con la que cuenta el empresario; por
ello la falta que habilite su aplicación habrá de ser lo

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suficientemente grave como para impedir la continuación de la


relación laboral.
La proporcionalidad se relaciona con el principio de
razonabilidad, de indiscutida aplicación en nuestra disciplina, dado
que la sanción debe guardar una adecuada relación no sólo con la
falta sino también con quien la comete.
Las sanciones aplicadas por el empleador deben ser con la
proporcionalidad y razonabilidad que el caso impone, excluyéndose
cualquier menoscabo a la dignidad del trabajador o abuso de
derecho.
Al respecto la jurisprudencia ha establecido que “El
despido constituye la máxima sanción prevista para el contrato de
trabajo, por lo que en casos en que el incumplimiento reúne menor
gravedad debe acudirse, en orden a la tutela del principio de
proporcionalidad que toda sanción debe tener respecto de la falta
cometida, a la aplicación de una sanción disciplinaria de menor
entidad y no a la disolución del contrato de trabajo” (CNTrab, Sala
II, 27/9/95, TSS, 1996-94 y que “El acto u omisión que puede
generar injuria debe revestir suficiente entidad que no deje duda en
el ánimo del juez de que se está en presencia de una falta
realmente grave que destruye definitivamente el principio de
disciplina y mutuo respeto que debe imperar en las relaciones
entre empleadores y trabajadores, debiéndose tener en cuenta
para apreciar la gravedad, la antigüedad del empleado, sus
antecedentes, su comportamiento anterior, es decir, todas las
circunstancias personales de hecho que pueden haber rodeado el
caso” (CNTrab, Sala X, 26/12/02, DT, 2003-B-1699).
Retomando el caso de autos, a tenor de los términos en
que la presente litis quedó trabada, me abocaré a elucidar si la
invocada causal de despido resultó -o no- ajustada a derecho en
los términos del art. 242 L.C.T.
En tal sentido, observo, que la demandada en el acta
notarial rescisoria (ver sobre anexo) aduce que ante los
“indeseables y constantes infortunios suscitados e incrementados a
lo largo del último año”, sumado al “último suceso ocurrido el 21 de
diciembre del 2015 a las 11.30hs aproximadamente”, y explicando
que estando el Sr. MONSALVO, en el cumplimiento de sus
funciones, es que comienza a insultar al gerente de la empresa, Sr.
Deharbe, -según dice -invitándolo a pelear en la calle “como era de
costumbre” comprometiendo la integridad física de un tercero.
Refiere que, a ello, hay que sumar las denuncias y quejas por

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malos tratos por parte de empleados dependientes y clientes, sin


siquiera enunciar o detallar a quienes, atribuyendo así al actor un
“comportamiento inaceptable, absolutamente contrario a derecho y
en especial a sus obligaciones como trabajador” y alegando que
por “pérdida de confianza” lo despide por su exclusiva culpa.
En tal sentido, me adelanto a concluir que los hechos
injuriosos alegados por la accionada, desencadenantes del
despido, no han sido acreditados en autos.
Ello así, por cuanto la prueba ofrecida por la codemandada
DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. no resulta suficiente para
acreditar tales extremos.
En primera medida, destaco que no escapa a la Suscripta
que ambos testigos -DI MARCO MARIANA, BEVAQUA EMANUEL
-resultan ser dependientes de la demandada, dato no menor a la
hora de analizar sus dichos.
A su vez, observo que, si bien la testigo DI MARCO a fs.
302/304, refirió que, hacia tareas de administración, no sabe todas
las tareas del actor porque nunca trabajo a la par. Sin perjuicio de
ello, destaca que el actor dejó de trabajar por una discusión con el
socio gerente en la que lo invita a pelear y a partir de ahí es que la
empresa toma la decisión de desvincularlo. Refiere de todas
formas, que no sabe cómo se originó la discusión porque no estaba
presente allí en ese momento, explicando que, el único presente
era el socio gerente -Deharbe- y lo que sabe, lo sabe porque
escuchó por estar en la oficina más próxima.
Agrega la testigo que el actor tenía un problema con el
género femenino refiriendo que con todas las mujeres que
trabajaban en la empresa tenía algún inconveniente, agregando
que lo vivió en carne propia, porque cada comentario que hacían
venia el gaste, menosprecio o desestimación, expresando que al
menos la testigo lo sentía así. Al respecto, dice que la empresa
tomó medidas y que habían hablado en varias oportunidades con
el actor, explicando que lo sabe únicamente por comentarios, sin
poder dar certeza al respecto.
Sin perjuicio de ello, destaca la testigo que la relación del
actor con sus compañeros de trabajo era buena al igual que la
relación con los superiores.
Asimismo, observo que la propia testigo refirió que el actor
cree que no tuvo sanciones o apercibimientos pero que tampoco
sabe decirlo con certeza.

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En igual sentido memoro, que el testigo BEVAQUA


EMANUEL a fs. 306, dijo que el actor era una persona con
carácter, pero nunca tuvo roce ni trabajó bajo su mando, sin poder
aportar mucho más con su declaración.
Por último, observo que el testigo BENITEZ a fs. 392
manifestó que desconoce cómo era la relación del actor con
DANIEL DEHARBE y que de la relación del actor con sus
compañeros tiene un vago recuerdo, pero se atreve a si todo a
calificarla de tirante y no fluida, explicando que una de las razones
por las que decidió cambiar de trabajó fue por el clima laboral
refiriendo a discusiones entre Leonetti, Chamorro y el actor, en las
que dice se elevaba el tono de voz, pero sin poder identificar o
distinguir a una persona causante. Agrega así, que no recuerda si
el actor tuvo un problema puntual con algún compañero de trabajo
y que no puede recordar si había trato del actor para con sus
compañeras en forma diferenciada.
Destaco, asimismo, que la restante prueba testimonial por
esta parte ofrecida –MORALES, BEVAQUA EZEQUIEL y
SORDELLI- no se produjo por razones solo a ella imputables (ver
fs. 160, 311 y 387)
Observo también, que en virtud del principio de buena fe y
de continuidad de la relación laboral- conf. art. 63 de la LCT- la
empleadora, previo a decidir la aplicación de la máxima sanción,
debió encausar la conducta del trabajador mediante otras
sanciones disciplinarias previas y acordes a la irregularidad
endilgada (apercibimiento o suspensión disciplinaria)
A influjo de todo lo expuesto, en función de la prueba
analizada, sólo cabe concluir que la decisión rupturista adoptada
por la demandada resulta incausada, resultando, en
consecuencia, la parte actora acreedora de las indemnizaciones
legales correspondientes.
Por otra parte, en lo que respecta a la fecha de ingreso
tomaré aquella denunciada por el actor al momento de iniciar la
acción, ello así en función de lo manifestado por la testigo
PASCUAL y las facturas analizadas por el perito contador (ver fs.
372 y ss).
En tal sentido, destaco, que la Sra. PASCUAL a fs. 390/391
sostuvo que aproximadamente en 1996 ingresó a trabajar para la
demandada y el actor ya se encontraba trabajando ahí, explicando
que no sabe cuánto cobraba el testigo, pero que la demandada les

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hacía pagar el monotributo y facturar todos los meses en favor de


DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L., explicando que sabe que el
actor facturaba porque al estar ella en la parte administrativa era la
encargada de archivar las facturas. Refiere que en aquel momento
les abonaba DANIEL DEHARBE, el dueño preparaba los sueldos y
les abonaba en su oficina mensualmente.
Solo a mayor abundamiento, observo que el testigo
VILLABOA a fs. 384 sostuvo que no sabe cuándo ingreso el actor a
trabajar en la empresa demandada, pero DANIEL DEHARBE le dijo
que el actor era su amigo, que fue uno de los primeros que empezó
a trabajar y que al presentárselo le dijo que entro cuando se
fundaba la empresa.
Los testimonios indicados se encuentran –a mi entender-
revestidos de eficacia convictiva, por cuanto proceden de testigos
presenciales, que poseen un conocimiento directo de las
cuestiones debatidas y sobre las cuales deponen, resultando –
asimismo- concordantes y objetivos, por lo que adquieren fuerza
persuasoria que el caso impone de conformidad con lo normado
por los arts. 90 L.O. y 386 C.P.C.C.N. aclarándose que sólo he
tenido en cuenta lo vivido por ellos de primera mano, esto es, lo
que han percibido con sus sentidos.
De las declaraciones transcriptas tendré por cierto
entonces que el actor comenzó a prestar servicios para la
demandada el 01 de abril de 1997, tratándose entonces de una
única y continuada relación laboral.
Asimismo, considero oportuno señalar, que la demandada
no ha aportado prueba eficiente alguna tendiente a acreditar que el
actor, fuera un verdadero trabajador independiente en un primer
momento como bien aduce al contestar la acción en su contra, ni
que prestara servicios como bien aduce por fuera de lo normado en
el art. 23 L.C.T. y que contara con una organización empresarial
propia.
Por otra parte, en lo que respecta a la remuneración
percibida por el actor, encuentro acreditado mediante la prueba
testimonial rendida en autos, la existencia de pagos por fuera de
registro.
Al respecto el testigo SORACCO, a fs. 308/309 refirió que
todos cobraban parte de su remuneración por fuera de registro,
explicando que la parte registrada era equivalente a lo abonado por
fuera de registro. Asimismo, el testigo KELLER a fs. 381/382,

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manifestó que al igual que el testigo, el Sr. Montenegro cobraba


una parte en blanco y otra por fuera de registro, y que lo saben
porque resultaba ser un tema de conversación habitual la demora
en el pago de la parte de la remuneración sin registrar. Agrega el
testigo KELLER que cuando le consultaban al actor respecto de los
pagos por fuera de registro él les decía que tampoco había
cobrado su parte. Explica que en una oportunidad el pago de estas
sumas se retrasó casi veinte días, y fue en ese momento que el
accionante le mostro un listado y le señalo en la planilla que él
tampoco había cobrado. Además, refiere el testigo que el actor era
quien abonaba al resto de los empleados las sumas por fuera de
registro y les decía “…espero que al final cuando termine de darles
a todos quede plata para mí…”.
En igual sentido, el testigo VILLABOA a fs. 384, sostuvo
que los empleados tenían un básico y una parte del salario por
fuera de registro la cual era abonada por el actor entre el diez y el
quince de cada mes, y que cuando el testigo reclamaba o
consultaba a Montenegro, él le mostraba que tampoco había
cobrado su parte, que estaban todos en la misma situación. El
testigo VILLABOA recuerda que el actor cobraba con todos
explicando que era muy complicado cobrar un 50% del sueldo por
fuera de registro.
Por último, corresponde el rechazo de la inclusión del rubro
de medicina prepaga como remunerativo, y en tal sentido, adhiero
a lo expresado por la jurisprudencia que afirma que “No
corresponde otorgar al pago de la medicina prepaga carácter
remuneratorio, dado que, si bien es una suma abonada en el
marco de un contrato de trabajo, no retribuye la puesta a
disposición del trabajador ni se concede en función de su
rendimiento, sino que constituye un modo de asunción, por parte
del empleador, de una contingencia social que puede
aleatoriamente afectar o no a sus empleados, es decir, un beneficio
social otorgado con el objeto de mejorar su calidad de vida.” CNAT,
sala IX - 29/04/2021 – “D’Ambrosio, Marcelo Luis c. Novartis
Argentina SA s/ Despido” Publicado en: LA LEY 11/06/2021. Así
también que “No cabe otorgar carácter salarial al costo de la
medicina prepaga, cuyo pago mensual había sido asumido por la
empleadora en el 100%. Dicho pago debe considerarse como un
beneficio social no remunerativo que tuvo por finalidad mejorar la
vida del empleado y de su grupo familiar. En este sentido, el inc. d)

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del art. 103 bis L.C.T. excluye a los gastos médicos (en el caso las
erogaciones realizadas por la demandada para el pago de una
medicina prepaga) de la base de cómputo de otras prestaciones
salariales o indemnizatorias.” Sala IV, Expte. Nº 39351 Sent. Def.
Nº 104169 del 26/04/2018 “Camdessus Mariano Enrique c/Credit
Suisse Group AG y otro s/ despido”. (Guisado-Pinto Varela). En
consecuencia, dicho rubro ha de ser desestimado.
Por lo hasta aquí expuesto, habiéndose acreditado la
existencia de pagos por fuera de registro, en los términos del art.
56 L.C.T. tomaré la mejor remuneración devengada por la suma de
$55.000.-, ya que es ése el monto que manifiesta el actor haber
percibido y ninguna prueba eficaz surge aportada en el sentido
que, de encontrarse registrado por la totalidad de sus ingresos, se
hubiese producido un acrecentamiento de la base salarial
percibida.
Habiéndose concluido entonces en autos, que la decisión
rupturista adoptada por la demandada resultó improcedente, serán
viables las indemnizaciones provenientes de los arts. 232, 233 y
245 L.C.T.
Corresponde desestimar la inclusión del SAC en la
indemnización dispuesta por el art. 245 de la LCT, en virtud de la
doctrina establecida en el fallo plenario nº 322 –in re “Tulosai c/
BCRA” que establece “No corresponde incluir en la base salarial
prevista en el primer párrafo del artículo 245 de la L.C.T., la parte
proporcional del sueldo anual complementario…”, por lo que –no
resultando ser “mensual” el S.A.C.- no corresponde adicionar dicha
suma a la base de cálculo de la indemnización por antigüedad.
Ello es así, toda vez que la sanción de la ley 27.500
(B.O.10/01/19) no deja dudas al respecto conforme lo establecido
en el recientemente sancionado artículo 303 incorporado al Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación que con claridad y sin
hesitación restablece la obligatoriedad de los plenarios, en este
caso emanados de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo.
Toda vez que no se ha acompañado constancia
documentada alguna con las formalidades previstas en los arts.
138 y siguientes de la L.C.T que permitan verificar su pago,
corresponde también hacer lugar a las vacaciones
proporcionales con su correspondiente S.A.C., S.A.C.
proporcional, haberes de los días trabajados mes de enero del

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2016, S.A.C. adeudado 2º semestre del 2015, haberes


diciembre del 2015 y los adicionales de septiembre, octubre y
noviembre del 2015.
Habiéndose acreditado la incorrecta registración respecto a
la fecha de ingreso y respecto de la remuneración efectivamente
percibida por el accionante, corresponde hacer lugar al reclamo
fundado en el art. 1 de la ley 25.323.
En cuanto a la indemnización establecida en el art. 2 de la
ley 25.323, la misma también habrá de prosperar toda vez que el
actor intimó mediante telegrama de fecha 13 de enero del 2016 CD
Nº705693719 (ver sobre anexo) al pago de las indemnizaciones
legales y el incumplimiento de la demandada lo obligó a iniciar la
presente acción.
Igual suerte correrá el reclamo fundado en el art. 80 de la
L.C.T., por cuanto la accionante dio cumplimiento a lo dispuesto
por el art. 3 del decreto 146/01, que recién habilita al trabajador a
formular la intimación prevista en el art. 80 de la L.C.T., si el
empleador no hiciera entrega de los certificados dispuestos en
dicha norma, dentro de los 30 días de haberse extinguido, por
cualquier causa, el vínculo laboral. (ver CD Nro. 714904901 de
fecha 26 de febrero del 2016 obrante en sobre anexo)
En atención a los extremos que se tuvieron por aquí
probados, en lo tocante a la real fecha de ingreso y remuneración
percibida por el accionante, la demandada deberá acompañar los
correspondientes certificados de trabajo y aportes
previsionales.
Finalmente, en cuanto al reclamo por las sanciones
conminatorias dispuesto por el art. 132 bis de la LCT (texto según
art. 43 de la ley 25345) es de destacar que su procedencia se
encuentra condicionada a la acreditación de tres extremos. A
saber: a) que se hubieren retenido aportes de los enunciados en la
primera parte de la norma; b) que no se los hubiere ingresado (total
o parcialmente) "a favor de los organismos, entidades o
instituciones a los que estuviere destinado"; c) que se hubiere
cursado la intimación previa -por el plazo de 30 días- requerida por
el art. 1º del Dec. Reglamentario 146/01.
De la prueba informativa producida a AFIP, ver fs. 394/408,
particularmente fs. 398, se desprende que durante 9 meses la
empresa omitió ingresar el aporte retenido.

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Por otro lado, a través de la CD 719266066 de fecha 12 de


febrero del 2016 obrante en sobre anexo, encuentro
cumplimentada la intimación a la que refiere el art. 1 del citado
decreto.
Ahora, sabido es que la norma en cuestión establece una
sanción conminatoria a cargo de la demandada equivalente al
salario mensual devengado hasta que la accionada ingrese los
aportes. Lo expuesto, en el caso, llevaría a la aplicación de una
sanción que resulta absolutamente desproporcionado en relación a
la magnitud del incumplimiento detectado.
Por ese motivo propongo reducir la sanción a la de 9
salarios, suma que considero adecuada al ilícito del que se trata.
Ello pues, el importe nominal de la deuda que surge del
informe de fs. 398 (INFORME AFIP) desde diciembre del 2013 a
abril del 2014 y desde julio del 2014 a diciembre del 2014, es de
aproximadamente $4.475,94.- en tanto que la sanción que
acarrearía la aplicación lisa y llana del artículo 132 bis sería de
$4.015.000.- ($55.000-remuneración- x 73 -meses desde la
intimación a la sentencia-) más intereses.
Para resolver en ese sentido hago propios los conceptos
vertidos por el Dr. Miguel Ángel Mazza en el fallo dictado por la
Sala II de la CNAT en los autos “ALBARELLOS, MARIANA
NOELIA c/ GRUPEDUC S.A. Y OTRO s/DESPIDO” sent. del
11/05/2017, donde expresó que “resulta plenamente aplicable al
sub examine lo dispuesto por el art. 794 in fine del Código Civil y
Comercial de la Nación- que mantiene la redacción del último
párrafo del art. 656 del Código Civil derogado, que se sitúa en la
Sección 5º, denominada “Obligaciones con cláusula penal y
sanciones conminatorias” y establece que “los jueces pueden
reducir las penas cuando su monto desproporcionado con la
gravedad de la falta que sanciona, habida cuenta del valor de las
prestaciones y demás circunstancias del caso, configuran un
abusivo aprovechamiento de la situación del deudor”; razón por la
cual, en base a lo dicho desde antaño por el más Alto Tribunal del
país respecto de que “corresponde al prudente arbitrio del juez
moderar las penas demasiado rigurosas, teniendo en cuenta la
gravedad del caso y las prácticas de los tribunales” (Fallos:12:315),
por lo que propicio modificar la cuantía de la sanción del art. 132
bis de la ley 20.744.

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Por el contrario, corresponde rechazar reclamo fundado en


las vacaciones adeudadas, atento a lo prescripto por los arts. 154 y
162 L.C.T.
Respecto de la petición de declaración de conducta
temeraria y maliciosa, corresponde resaltar que la jurisprudencia
en forma coincidente ha establecido que “El art. 275, LCT, similar
al art. 45, CPCCN, prevé la aplicación de una sanción pecuniaria al
empleador vencido, cuando hubiere incurrido en una conducta
maliciosa o temeraria que, en definitiva, consiste en el proceder
contrario a los deberes de lealtad, probidad y buena fe. La
temeridad es el conocimiento que tuvo o debió tener el litigante de
su falta de motivos para deducir o resistir la pretensión, es decir la
conciencia de la falta de razón de sus planteos. La malicia se
manifiesta mediante la formulación de peticiones exclusivamente
destinadas a obstruir el normal desenvolvimiento del proceso para
retardar su decisión. El referido artículo debe ser aplicado con
prudencia, y en los casos en que es claro que se ha actuado con
dolo o culpa grave, pues de lo contrario se puede afectar el
principio constitucional de defensa en juicio. Otegui, Cristina Judit
vs. Fundación Educare s. Despido /// CNTrab. Sala IV; 30/04/2015;
Boletín de Jurisprudencia de la CNTrab.; 20133/2010; RC J
5528/15.
Sentado ello, y toda vez que la aplicación de tal sanción es
de aplicación restrictiva, no hallo reunidos los presupuestos de
viabilidad para la aplicación del citado instituto, por cuanto no se
han evidenciado propósitos obstruccionistas o dilatorios del
proceso ni ha opuesto la accionada defensas manifiestamente
incompatibles o contradictorias de hecho ni de derecho, requisitos
de aplicación del instituto peticionado.
Por otra parte, corresponde expedirme respecto a la suerte
a seguir de lo codemandados DEHARBE GREGORIO DANIEL y
VIGNOLO VIVIANA EMILCE, a quienes el actor demanda como
responsables solidarios en virtud de lo normado por de la ley de
Sociedades.
En el presente caso resulta aplicable el art. 157 de la
L.S.C. cuyo párrafo tercero pone en cabeza de los gerentes los
mismos derechos, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades
que los directores de la sociedad anónima. A su vez, el cuarto
párrafo establece que los mencionados serán responsables
individual o solidariamente, según la organización de la gerencia y

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la reglamentación de su funcionamiento establecido por el contrato;


el cual culmina previendo que son de aplicación las disposiciones
relativas a la responsabilidad de los directores cuando la gerencia
fuere colegiada. Esta última parte, nos remite indefectiblemente al
art. 274 de la L.S.C. que justamente establece la responsabilidad
ilimitada y solidaria de los directores por el mal desempeño de su
cargo, según el criterio del art. 59, así como por violación de la ley,
el estatuto o el reglamento y por cualquier otro daño producido por
dolo, abuso de facultades o culpa grave. Pero, conviene destacar,
que esta disposición no permite inferir que deba extenderse la
condena en forma generalizada a la totalidad de los gerentes, sino
sólo al que tuvo participación en el hecho ilícito.
En atención a lo dispuesto ut supra y a lo informado por la
Inspección General de Justicia a fs. 259/181, surge que los dos
únicos socios de la demandada resultan ser DEHARBE
GREGORIO DANIEL y VIGNOLO VIVIANA EMILCE, pero que es
DEHARBE GREGORIO DANIEL el socio gerente de DAVICOM
COMUNICACIONES S.R.L., por lo que será él, quien deba
responder solidariamente con la sociedad condenada.
Destaco además que los testigos, cuyas declaraciones
fueron analizadas precedentemente refieren a DEHARBE
GREGORIO DANIEL como el socio y dueño de la empresa
demandada.
Por lo expuesto, y las pruebas analizadas
precedentemente, considero acreditado que, DEHARBE
GREGORIO DANIEL, es quien ejerce la administración y
representación de la sociedad condenada y, por ende será
responsable en forma solidaria e ilimitada por haber incurrido en
el incumplimiento de sus obligaciones como consecuencia de su
obrar violatorio de la ley.
Al respecto la Jurisprudencia se ha pronunciado diciendo
que “La responsabilidad solidaria del socio gerente por la falta de
registración de la relación laboral, debe abarcar la totalidad de la
condena. Ello así, en atención a que la obligación solidaria es fruto
de una sola causa, posee un solo objeto, y existen una diversidad
de vínculos coaligados en algunos efectos extendidos y otros no.
Es infraccionable entre los diversos deudores, cuando la causa es
la misma y, por otra parte, se produce la función sancionatoria total
cuando la solidaridad tiene por fuente la ley. No inciden allí factores
subjetivos, sino la sanción vinculatoria objetiva (Del voto de la Dra.

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Ferreirós.)” Mercado, José Américo vs. Kellensego S.R.L. y otros s.


Despido /// CNTrab. Sala IV; 25/11/2008; Boletín de Jurisprudencia
de la CNTrab.
Por el contrario, corresponde el rechazo de la acción
intentada contra VIGNOLO VIVIANA EMILCE, por no haber la
misma, ejercido administración ni representación de la sociedad
condenada.
Por lo hasta aquí analizado, tomaré en consideración una
remuneración $55.000.- (conf. art. 56 L.O), y las fechas de ingreso
01/04/1997 y de egreso 04/01/2016, la demanda incoada
prosperará por los siguientes rubros y montos dinerarios, a saber:
1. Indemnización por antigüedad, ($55.000.-x 19–períodos-)
$1.045.000,00.-;
2. Indemnización sustitutiva de preaviso omitido con incidencia de
S.A.C., ($55.000.- x 2+ SAC) $119.166,67.-;
3. Integración del mes de despido con incidencia de S.A.C., ($55.000.- /
31 -días del mes- x 27 –días que faltan para finalizar el mes- + SAC)
$51.895,16.-;
4. Días enero 2016 ($55.000.- / 31 -días del mes- x 4 –días del mes)
$7.096,77.-
5. Haberes diciembre 2015 $55.000.-
6. S.A.C. 2 semestre 2015 ($55.000.-/2) $27.500,00.-
7. Adicional septiembre 2015 ($55.000 -$10.141) $44.859,00.-
8. Adicional octubre 2015 ($55.000 -$10.141) $44.859,00.-
9. Adicional noviembre 2015 ($55.000 -$10.141) $44.859,00.-
10. S.A.C. proporcional ($55.000.- /2 /182,5 x 4) $602,74.-
11. Vacaciones proporcionales [($55.000 / 25) x (28-días de
vacaciones- x 04 –días del año- / 365) + SAC] $731,32.-
12. Art. 1º ley 25.323, (Indemnización por antigüedad)
$1.045.000,00.-;
13. Art. 2º ley 25.323, (Indemnización por antigüedad +
Indemnización sustitutiva de preaviso omitido con incidencia de
S.A.C. + Integración del mes de despido con incidencia de S.A.C. / 2)
$608.030,91.-
14. Art. 80 L.C.T. ($55.000.- x 3) $165.000,00.-
15. Art. 132 BIS ($55.000.- x9) $495.000,00.-
Todo ello hace un total de $3.754.600,58.- monto que difiero de
condena. –
En virtud de las facultades conferidas por los arts. 768 y 769 del
Código Civil y Comercial de la Nación cuyo fin es mantener incólume el
contenido patrimonial del pronunciamiento judicial, lo resuelto por la

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Corte Suprema de Justicia de la Nación in re "Banco Sudameris v.


Belcam SA. y otro" (sentencia del 17.5.94, B.876.XXV), lo dispuesto en
la ley 23.928 y en atención a las variaciones -que temporalmente el
mercado fue imponiendo a las personas que recurrían a las entidades
financieras en busca de capital para reemplazar la falta de pago de las
sumas debidas- que se tradujeran en modificaciones en las tasas
aplicables y toda vez que en el escrito de inicio, se encuentra
peticionada concretamente la aplicación de la excepción prevista en el
artículo 770 inciso b), teniendo en cuenta además que se trata de
créditos reclamados por vía judicial, vigente el nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación sancionado por ley 26.994 y en vigor desde el
1/8/15, corresponde hacer lugar a la petición allí efectuada.
Por ello, los intereses devengados correspondientes al capital
reclamado, desde su exigibilidad hasta la fecha de notificación de la
demanda (13 de junio de 2018 conforme fs. 52/53) serán capitalizados
por única vez conforme las tasas fijadas según corresponda mediante
Acta CNAT Nº 2601 de fecha 21/05/2014, Acta CNAT Nº 2630 de fecha
27/04/2016 (36% anual) y Acta CNAT Nº 2658/2017. A partir de allí sus
accesorios nacerán como simples y en base a las tasas ya referidas
CNAT Sala IV “Zlotnik, Pablo c Cerveceria y Malteria Quilmes s/ Despido
expte 3870/18, Sala V “Pujol, Santiago Sebastian c/ Gas Natural Ban SA
y otro s/ despido” expte 58435/16 y Sala II “Martínez, Daniel c Asociart s
acc ley especial” expte 10526/17.
Ello sin que implique adelanto de opinión para el caso en que se
produzca la mora previa intimación al deudor.
En cuanto a la inconstitucionalidad planteada en relación al
artículo 4 y 5 de la ley 25561 modificatorio de los artículos 7 y 10 de la
ley 23928, por medio del cual se ratificó la prohibición de toda forma de
actualización monetaria, indexación de créditos o repotenciación de
deudas que dicha ley consagró en el año 1991, debe tenerse presente
que la CSJN en ocasión de analizar la constitucionalidad de la ley 23928
en los autos "Yacimientos Petrolíferos Fiscales contra Provincia de
Corrientes y otro" sentencia del 3/3/1992 (Fallos 315:158) afirmó que
dicha ley "Que la ley 23.928 constituye una decisión clara y terminante
del Congreso Nacional de ejercer las funciones que le encomienda el
art. 67, inc. 10, ya referido. Ante tal acto legislativo no sólo han quedado
derogadas disposiciones legales sino que además deben ser revisadas
las soluciones de origen pretoriano que admitían el ajuste por
depreciación, en cuanto, precisamente, se fundaron en la falta de
decisiones legislativas destinadas a enfrentar el fenómeno de la
inflación. De allí que esta Corte no puede mantener idéntico

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temperamento respecto de este punto con relación a períodos


posteriores al 1 de abril de 1991" (consid.14). Posteriormente la Corte y
en plena vigencia de la ley 25.561 volvió a afirmar que la prohibición
genérica de indexación de los créditos constituye una medida política
económica cuyo acierto no le compete analizar (causa C.1051.XL,
"Chiara Díaz, Carlos Alberto c. Estado provincial s. Acción de ejecución",
sent. del 7 de marzo de 2006).
Por no hallar mérito para apartarme del principio general que, en
materia de costas, consagra el art. 68 del C.P.C.C.N., éstas serán
impuestas a las partes demandadas vencida en la contienda. En lo
que respecta la codemanda VIGNOLO VIVIANA EMILCE, considerando
que el trabajador pudo creerse con mejor derecho para litigar, las costas
serán soportadas en el orden causado.
Para regular los emolumentos de los profesionales intervinientes
en la causa, debo destacar que, determinada que ha sido la vigencia de
la ley 27423 (B.O. 22/12/17) a través de su promulgación mediante
decreto 1077/17 con la observación del articulo 64 en torno a este punto
y lo dispuesto por la CSJN en los autos “Establecimiento Las Marías
SACIFA c. Misiones, Provincia de s/ acción declarativa” en sentencia del
04/09/18, se observan en el caso en tratamiento trabajos profesionales
de entidad que activan las pautas de la misma.
Por ello y a fin de valorar los trabajos realizados en autos por los
profesionales intervinientes, tomaré en consideración las pautas fijadas
en la norma citada - Arts. 1,3, 16, 19, 20, 21, 22, 51, 54 y concordantes
de la citada ley -, los términos de la acordada de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación Nº 4/22, y demás disposiciones arancelarias de
aplicación vigentes.
En consecuencia, firme que se encuentren los honorarios de las
partes corresponde en caso de mora aplicar los intereses dispuestos
precedentemente conforme Acta 2658 de la CNAT.
Al efectuarse la liquidación de los emolumentos regulados a los
profesionales actuantes, deberá calcularse -también- la incidencia del
porcentual correspondiente a la alícuota del Impuesto al Valor
Agregado, que integrará los mismos, y ello de conformidad con lo
resuelto por la C.S.J.N. (C.181 -XXIV- 16/6/93, in re "CIA. GENERAL DE
COMBUSTIBLES S.A. s/ RECURSO DE APELACION"), al establecer
que "aun cuando los honorarios regulados judicialmente no pueden
asimilarse literalmente a los precios concertados a que se refiere la
norma legal que estableció el I.V.A., ello no permite obviar la
ponderación de que tal precepto revela inequívocamente que el
legislador previó el funcionamiento del tributo de manera tal que su

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carga se traslade hacia quien ha de pagar por el bien o el servicio


gravado, sin que existan elementos que autoricen a suponer que la
materia bajo examen constituya una excepción a ese principio".
También recordaré que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha
dicho recientemente que “El reconocimiento del pago -por parte del
condenado al pago de costas- del I.V.A. sobre los honorarios regulados
judicialmente a un letrado que es responsable inscripto del tributo se
vincula con los alcances que cabe asignar a preceptos de carácter
federal, tendientes a evitar que la gabela incida directamente sobre la
renta del profesional” (CSJN, 23/5/2006, “Alberó, Mario Isaac v. Pcia. de
Corrientes”).
Las fundamentaciones vertidas brindan, a mi ver, adecuado
sustento en tanto se aborda lo central de la controversia que conduce a
este pronunciamiento, razón por la que no corresponde más análisis
incluso de otros elementos de la causa en tanto resultan inconducentes
para la solución del litigio. En tal sentido rememoro que la C.S.J.N. ha
sostenido que “los jueces no están obligados a seguir y decidir todas las
alegaciones de las partes, sino solo a tomar en cuenta lo que estiman
pertinente para la correcta solución del litigio” (C.S.J.N. en autos
“Tolosa, Juan C. c/ Cía. Argentina de Televisión S.A.”, del 30/04/74, La
Ley, T.155, pag. 750, número 385).
Por todo ello, disposiciones legales citadas, y demás
consideraciones vertidas, FALLO: 1) Hacer lugar a la demanda incoada
por MONTENEGRO GABRIEL HUGO contra DAVICOM
COMUNICACIONES S.R.L. y DEHARBE GREGORIO DANIEL y
condenar a éstas a pagar solidariamente a aquel, dentro del quinto día
de aprobada la liquidación establecida en el art. 132 de la L.O., la suma
de PESOS TRES MILLONES SETECIENTOS CINCUENTA Y CUATRO
MIL SEISCIENTOS CON CINCUENTA Y OCHO CENTAVOS
($3.754.600,58.-), que deberá incrementarse del modo dispuesto en el
considerando respectivo; 2) Imponer las costas a las partes
codemandadas DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. y DEHARBE
GREGORIO DANIEL vencidas en el proceso; 3) Regular los honorarios
de la representación y patrocinio letrado de la parte actora, de las
demandadas por la totalidad de su actuación y del perito contador en
la suma de $1.487.800.- equivalentes a 200 UMAS, de $1.264.630.-
equivalentes a 170 UMAS y de $743.900.- equivalentes a 100 UMAS
(arts. 1, 3, 16, 20, 21 y 22 de la ley 27.423 y Acordada 4/22),
respectivamente, que encuentran expresadas a valores de la fecha del
presente pronunciamiento. Asimismo y de conformidad al art. 54 de la
citada ley, en caso de mora, devengarán intereses a la tasa establecida

#31999970#327180431#20220511091816344
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO NACIONAL DE 1RA INSTANCIA DEL TRABAJO NRO. 67

en el acta nº 2658/2017 de la C.N.A.T; 4) Rechazar la acción incoada


por MONTENEGRO GABRIEL HUGO contra VIGNOLO VIVIANA
EMILCE y eximir a ésta de las resultas de aquélla; 5) Condenar,
asimismo, a DAVICOM COMUNICACIONES S.R.L. a hacer entrega de
los certificados de servicios y remuneraciones previstos por el art. 80
L.C.T., dentro del quinto día, bajo apercibimiento de aplicar sanciones
conminatorias (art. 804 del Código Civil y Comercial de la Nación).
Hágase saber a la totalidad de los intervinientes en autos que, en
virtud de lo dispuesto por la CSJN en sus diversas acordadas, en
especial las N° 4/2020, 12/2020 de fecha16/3/2020 y 13/04/2020 y N°
27/2020 del 20/7/2020 y la Resoluciones de la CNAT, en especial la
N°32/2020 y el avance del expediente digital, que sólo se imprimirá
en papel la sentencia destinada al protocolo. REGÍSTRESE,
NOTIFÍQUESE ELECTRÓNICAMENTE, y –oportunamente- previa
notificación electrónica al Fiscal, ARCHÍVESE.
Dra. LOPEZ MARIA ELENA. JUEZ NACIONAL.

Signature Not Verified


Digitally signed by MARIA ELENA
LOPEZ
Date: 2022.05.11 12:42:29 ART

#31999970#327180431#20220511091816344
APELA SENTENCIA. EXPRESA AGRAVIOS.

Señor Juez:

Julio Enrique González Rubio, (C.P.A.C.F. T° 15 - F° 982 -


C.U.I.T. N° 20-04983858-2 -IVA: Responsable Inscripto), como letrado
apoderado de la parte actora y por el derecho de la representación letrada del
actor en materia de honorarios, con domicilio legal electrónico CUIT
20049838582, en los autos caratulados "Montenegro, Gabriel Hugo c/
Davicom Comunicaciones S.R.L. y Otros s/ Despido" (Expte. 21.412/2018), a
V.E. digo:

I.- PLAZO Y OBJETO: El día 11.05.22 recibi la cédula electrónica mediante


la cual me notificaron de la sentencia definitiva dictada en autos. Por ello, y
teniendo en cuenta el feriado decretado por el Censo Nacional del 18 de mayo de
2021, el plazo de seis días para la interposición del presente recurso vence a las
9.30 del día lunes 23.05.22. Por ello -en tiempo y forma- vengo a apelar la
sentencia dictada y a expresar los agravios que ella causa al actor.

II. CUESTIONES PREVIAS.: aunque seguramente a Sus Excelencias no le


agrade lo que yo diga, creo que a los 73 años puedo hacer algunas evaluaciones
de la Justicia como aporte a su mejora. Aunque los empresarios hablen en todas
las oportunidades de la industria del juicio y acusen a los jueces de beneficiar a
los trabajadores, la realidad es a mi juicio, totalmente distinta. Es verdad que los
trabajadores ganan más juicios de los que pierden. Eso pasa en todos los fueros
porque los abogados de los demandantes -que litigamos a resultados- hacemos el
primer filtro: si el juicio tiene pocas posibilidades de éxito, no lo tomamos. En
cambio, los abogados de las empreas cobran por abono o por trabajo por lo que
toman todo. Y asi se ven todo tipo de aventuras judiciales de las empresas y así
se configura la verdadera industria del juicio que existe: la empresarial.
Es peor: Es la industria del juicio de la PATRIA DEUDORA
1
que sabe perfectamente que litigando sinrazón la Justicia siempre lo beneficia.
Aún perdiendo, paga menos de lo que debe.
Los acreedores, los que litigan obligados por los
incumplimientos de los deudores, siempre obtienen VICTORIAS PÍRRICAS.
En la victoria dejan gran parte de sus derechos. Es lo que sucede en este juicio,
promovido por un gerente de casi 20 años de antigüedad. Ganó, sí, pero la a quo
le licuó sus créditos, le hizo quitas improcedentes y le desconoció derechos. Y a
mi me castigó de la misma manera con una regulación de honorarios que nunca
tuce en mi vida.
Los voy a hacer trabajar mucho. Les pido que analicen con
dedicación mis planteos. A mi edad, con la salud quebrada, me lo merezco.

III.- LOS AGRAVIOS: Los agravios son los siguientes:

A) EL RECHAZO AL PEDIDO DE DECLARACIÓN DE


INCONSTITUCIONALIDAD DE LA PROHIBICIÓN DE INDEXAR
ESTABLECIDA POR LOS ARTS. 7 Y 10 DE LA LEY 23.928 Y LOS ARTS. 4
Y 5 DE LA LEY 25.561: Probablemente no existe, en estos momentos, un tema
de mayor relevancia económica y financiera -con importantes consecuencias
morales y humanas- para que sea tratado por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, que el de las "tasas de interés" -ya sean pasivas o activas y sin importar
si se calculan con capitalización mensual de intereses o sin ella- que están
aplicando los tribunales inferiores de toda la República. Alcanza a todos los
acreedores del país incluyendo trabajadores, jubilados, demandantes de
alimentos, víctimas de accidentes de tránsito y aquéllos que demandan el pago de
créditos.
Tal es así que posiblemente uno de los motivo que llevo a
perder las elecciones del Colegio de Abogados de la Capital Federal al Dr.
Jorge Rizzo -luego de tantos años al frente de dicho Colegio- haya sido su
silencio o inacción respecto de este tema que afecta -en particular- a nuestros
clientes y -en general- a nosotros los abogados. Una muestra de ello es que
algunas de las Agrupaciones que integraban la lista "ganadora" tiene como una
2
de sus principales "banderas" la lucha contra la falta de indexación de lo créditos
reclamados judicialmente. Seguramente ello colaboró para que ganara la lista
encabezada por por el Gil Lavedra.
Por eso no entendemos como la Justicia mira para el "costado"
a la hora de tratar la indexación de los créditos judiciales.
Sin fundamento alguno, con frases retóricas vacías de
fundamentos, la a quo ha rechazado nuestro pedido de que se indexen los
créditos reconocidos y se le apliquen intereses positivos sobre el capital
actualizado como se hizo desde 1974 a 1991. Es imposible hacer una crítica
concreta y razonada a los "fundamentos" del fallo porque la verdad es que ellos
no existen. Decir que "en cuanto a la inconstitucionalidad planteada en
relación al artículo 4 y 5 de la ley 25561 modificatorio de los artículos 7 y 10
de la ley 23928, por medio del cual se ratificó la prohibición de toda forma de
actualización monetaria,indexación de créditos o repotenciación de deudas
que dicha ley consagró en el año 1991, debe tenerse presente que la CSJN en
ocasión de analizar la constitucionalidad de la ley 23.928 en los autos
"Yacimientos Petrolíferos Fiscales contra Provincia de Corrientes y otro"
sentencia del 3/3/1992 (Fallos 315:158) afirmó que dicha ley "Que la ley
23.928 constituye una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de
ejercer las funciones que le encomienda el art. 67, inc. 10, ya referido. Ante tal
acto legislativo no sólo han quedado derogadas disposiciones legales sino que
además deben ser revisadas las soluciones de origen pretoriano que admitían
el ajuste por depreciación, en cuanto, precisamente, se fundaron en la falta de
decisiones legislativas destinadas a enfrentar el fenómeno de la inflación. De
allí que esta Corte no puede mantener idéntico temperamento respecto de este
punto con relación a períodos posteriores al 1 de abril de 1991" (consid.14).
Posteriormente la Corte y en plena vigencia de la ley 25.561 VOLVIÓ A
AFIRMAR QUE LA PROHIBICIÓN GENÉRICA DE INDEXACIÓN DE
LOS CRÉDITOS CONSTITUYE UNA MEDIDA POLÍTICA ECONÓMICA
CUYO ACIERTO NO LE COMPETE ANALIZAR (causa C.1051.XL, "Chiara
Díaz, Carlos Alberto c. Estado provincial s. Acción de ejecución", sent. del 7
de marzo de 2006)" resulta improcedente. Ello pudo ser así en los años
3
2002/2006 durante los cuáles la inflación era muy baja y el despojo no era tan
grosero pero sostenerlo hoy significa que muchos jueces copian y pegan sin
analizar las circunstancias propias de la época en que se dictan las sentencias.
Ello pudo ser así en otras épocas en las que el despojo -porque siempre existió-
de los derechos de los justiciables y de su propiedad y la violaciópn que estas
leyes hacen de la Constitución podrían ser "tolerables".
En efecto, actualmente las tasas de interés fijadas mediante las
actas 2601, 2630 y 2658 de la C.N.A.T. no resultan suficientes Debido a los
niveles de inflación y depreciación de la moneda que padece la Republica
Argentina- para conservar -ni hablemos de aplicar "intereses puros"- el poder
adquisitivo del crédito reclamado en autos esas "tasas" afectan uno de los
derechos fundamentales de la Constitución Nacional como el es el DERECHO
DE PROPIEDAD (art. 17 de la Constitución Nacional).
Seguidamente demostraré que lo afirmado por la sentencia es
falso, de falsedad absoluta y un verdadero despojo. Y lo haré como debió hacerlo
la a quo: en este caso concreto, con suma prudencia, con estadísticas y análisis
fundados, con números y con conocimiento financiero.
Algún dia, cuando yo ya esté muerto, quizás los jueces
comprendan que el nominalismo del viejo art. 619 del Código Civil de Vélez no
se puede aplicar a estos "papelitos" que imprime la Casa de la Moneda sin
respaldo alguno por una sencilla razón: cuando Vélez lo redactó allá por el año
1870 -basta con leer la nota al art. 619- pensaba en monedas de valor intrínseco
como lo eran los "doblones" de plata o los "escudos" de oro, o quizas hoy dólares
o euros, y no los "papeles pintados con animalitos" como los que emiten
nuestros gobernantes.
Veamos, entonces, si lo que dice el fallo puede ser considerado
como una solución ajustada a derecho. Empecemos con la larga crítica concreta y
razonada de los disparates que surgen cuando se "copia" y "pega" sin análisis
alguno de los resultados de la decisión en el caso concreto.
La a quo ha condenado a la demandada a pagar un "capital" de
$ 3.754.600,58. Y ordenó aplicar desde el 4.06.16 al 11.05.22 intereses a actas
2601, 2630 y 2658 de la C.N.A.T. Teniendo en cuenta dichas Actas los intereses
4
que la a quo ordenó aplicar ascienden hasta el día del dictado de la sentencia
(11.05.22) al 294 %.
Basta comparar esas absurdas y confiscatorias tasas con la
inflación del período para comprender la irracionalidad e inconstitucionalidad de
lo decidido. La serie de precios al consumidor del INDEC no sirve porque
empieza con base 100 en diciembre de 2016, o sea casi siete meses después del
despido, en un año de alta inflación. Sin embargo, aún, insuficientes de muestra
la gravedad de la inflación. Desde diciembre de 2016, siete meses despu´´es del
despido, hasta abril de 2022 la inflación fue del 602 %.
Según la estadísticas de precios al consumidor del Instituto de
Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, desde la fecha del despido de junio de
2016 hasta a abril de 2022 existió una inflación del 637 %
Las tasas de interés, cualesquiera que sean las que se usaren,
no compensan -ni siquiera remotamente- la pérdida del poder adquisitivo del
dinero ni generan "interés real" alguno. Hagamos algunas comparaciones que lo
demuestran científicamente.

PERÍODO 4.06.16 A 11.05.22

* Tasas Activas C.N.A.T. 294 %


* Tasas Activas B.N.A. 235 %
* Tasas Pasivas Comunicado 14.290 B.C.R.A. 330 %
* Inflación 637 %
* Ripte 563 %
*Dólar Oficial BNA 759 %

Los números dicen la verdad. Los intereses que la C.N.A.T.


impone a los Tribunales inferiores, y todos los intereses que usa la Justicia en la
Nación y en las provincias son mucho menores al del aumento de los precios, de
los sueldos o del dólar oficial de $ 118,35 actuales que sólo consiguen los
importadores porque mi cliente los tiene que comprar a $ 200 la unidad. Estos
5
intereses no cubren la inflación ni otorgan rédito alguno por la demora que
padecen los acreedores civiles, comerciales y laborales hasta cobrar sus créditos.
Es un premio a los morosos e incumplidores.
Basta comparar la liquidación que resultaría de indexar la
deuda de acuerdo a la inflacion con más intereses moratorios del 15 % anual (no
son intereses compensatorios de un mutuo sino intereses moratorios aplicables a
quienes no cumplen con sus obligaciones). Cabe destacar que las liquidaciones
se practicarán con la capitalización prevista en el art. 770, inc. "b", C.C.C.N.
condenada en la sentencia. Son las siguientes:

* LIQUIDACION CON INDEXACIÓN E INTERESES PUROS

- Capital al 4.06.16 $ 3.754.600


- Coef. de actualización (637 %) x 7,37
- Capital Actualizado al 11.05.22 $ 27.271.402
- Intereses 15 % anual 4.06.16 al 13.06.18 $ 8.181.420
- Total al 13.06.18 (art. 770, inc. "b", C.C.C.N.) $ 35.452.822
- Intereses 15 % anual 13.06.18 a 11.05.22 (58,68 %) $ 20.803.716
- Total al 11.05.22 $ 56.256.538

* LIQUIDACIÓN DE LA SENTENCIA
- Capital al 4.06.16 $ 3.754.600
- Intereses C.N.A.T anual 4.06.16 al 13.06.18 - $ 2.665.390
- Total al 13.06.18 (art. 770, inc. "b", C.C.C.N.) $ 6.419.990
- Intereses 13.06.18 a 11.05.22 C.N.A.T. (223,86 %) $ 14.371.793
- Total al 11.05.22 $ 20.791.783

Es evidente que nos encontramos ante una clarísima e


irrefutable VIOLACIÓN del DERECHO DE PROPIEDAD del acreedor que
está amparado por el artículo 17 de la Constitución Nacional. También se viola el
art. 14 bis de la Constitución porque se desvirtúa la protección contra el despido
arbitrario hasta límites insostenibles. Es un CASO FEDERAL clarísimo.
6
* FUNDAMENTOS: los fundamentos del recurso lo desarrollaremos con cuatro
capítulos que explicaremos seguidamente:

1) La gravedad institucional y la cuestión federal que implica la aplicación de


tasas de interés -pasivas o activas- fuertemente negativas sobre los créditos de
todos los acreedores del país: Ante la inexistencia de una verdadera "moneda"
que cumpla las funciones de tal -medio de pago, depósito de valor y unidad de
cuenta- la depreciación de ella sólo puede disimularse con uno de estos tres
sistemas:

1) La indexación de acuerdo al incremento de los precios al consumidor -o al


R.I.P.T.E. en los juicios laborales- con más intereses puros aplicables sobre el
capital actualizado;

2) La aplicación de tasas activas nominales del mercado bancario -y deben


descalificarse las tasas activas políticas subsidiadas que aplican los bancos
oficiales- con capitalización mensual de intereses.

3) La condena a "valores actuales" del bien o servicio objeto del litigio mediante
la aplicación de la vieja doctrina de las deudas de valor, con más intereses puros
moratorios a calcularse sobre el capital actualizado, tal como la Suprema Corte
de la Provincia de Buenos Aires la ha aceptado en los casos "Vera" y "Aguiar".

Pero no. Los jueces, que en general carecen de conocimientos


económicos y financieros, siguen aplicando un nominalismo vacío de contenido.
La realidad es que todos los acreedores que reclaman sus créditos ante la Justicia
terminan, obligada e indefectiblemente, condonando deuda. La solución a este
problema está en manos de la justicia. Solo espero que ésta esté a la altura de los
acontecimientos históricos, políticos y económicos que demandan su urgente
intervención.
. En un país en donde durante el período de este juicio existió
7
una inflación real del 637 %, un incremento de las remuneraciones promedio
(R.I.P.T.E.) del 563 %, una devaluación del peso cotiización con cepo del
B.N.A del 759 % sostener la procedencia "jurídica" de la aplicación de tasas
pasivas de intereses moratorios del 294 % ES INCONSTITUCIONAL.
Las tasas de interes fijada por la C.N.A.T. violan el derecho
de propiedad del actor y desprestigia a la justicia. Nadie cree en esta
"justicia". Y tienen razón en no creer en ella.

2) La tasa de interés. la violación de la doctrina de la Corte Suprema de


Justicia de la Nación, del art. 17 de la Constitución Nacional y del art. 522 del
Código Civil: Desde 1974 (ley 20.744) hasta 1991 se admitió la única solución -
la indexación- que impedía la licuación de los créditos y el enriquecimiento sin
causa de los deudores. Desde 1976 -desde el leading case Valdéz c/ Cintioni-
hasta 1991 se admitió la indexación de todos los créditos. V.E. lo aplicó miles de
veces afirmando que: "la indexación no convierte en más oneroso el pago de
una deuda sino que conserva la identidad e integridad de las prestaciones".
Y hoy la admiten países sin inflación como Uruguay y Chile. En Uruguay toda
condena judicial se expresa en la llamada U.R. (unidad reajustable) y en Chile en
U.F. (Unidad de Fomento), que permiten conservar actualizado el poder
adquisitivo de los créditos.
Hoy, de distintas formas y con distintas leyes, todo esta
indexado. Lo único que no se ha indexado son los créditos demandados
judicialmente y los honorarios de los abogados.
Aquélla doctrina, la que generalizó la indexación de las
deudas, era sanísima. Permitió aplicar diferenciadamente toda la normativa civil
que regula por separado el "capital" y los "intereses" y daba solución a todos los
problemas económicos que se generaban. Y evitó que los deudores e
incumplidores se beneficiaran inmoralmente del incumplimiento deliberado de
sus obligaciones.
Sólo podría admitirse una prohibición de indexar como la que
estableció la ley 23.928 cuando existiera una estabilidad plena como la que hubo
entre 1993 -pues durante 1991 y 1992 perduró una importante inflación residual
8
que licuó muchos de los créditos anteriores a 1991- y 2001. Pero no puede
aplicarse a períodos de altísima inflación como los actuales.
Lo único real es que en vez de cobrar los $ 56.256.538 que le
corresponderían con indexación del capital de condena más intereses moratorios
puros del 15 % anual, la parte actora sólo cobrará $ 20.791.733.
Padecerá una QUITA del 63 % del poder adquisitivo de su
capital de condena y de los intereses puros que le correspondería. La aplicación
de tasas de interés inferiores a la inflación priva al actor de gran parte del poder
adquisitivo de su crédito -recorta el valor de éste- y lo deja durante largos años
sin interés alguno. Es evidente que se viola el derecho de propiedad tanto en
materia de “capital" como de "intereses". Se la priva de los intereses del art.
522 del Código Civil -hoy art 1738 del Código Civil y Comercial de la Nación-,
y de gran parte de su crédito. En ambos casos se viola el DERECHO DE
PROPIEDAD del art. 17 de la Constitución Nacional.

3) El respeto al artículo 17 de la Constitución Nacional: En fin, sea cual fuere


el sistema que se adopte, lo que quiero es que se evite la confiscación -a favor del
deudor, no del fisco- de los créditos alimentarios del acreedor laboral.

Hay varios posibilidades pero la única justa es la indexación


por el aumento del índice de precios al consumidor. Lo explicaré:

a) Declarar la inconstitucionalidad de las leyes nacionales 23.928 y 25.561.La


pretensión que articulo en este recurso es aplicar la indexación de los créditos
con índices de precios al consumidor serios, con más intereses al 15 % anual, en
vez del sistema absurdo que se está aplicando en un contexto de inflación
creciente y descontrolada.
La inconstitucionalidad de las normas que prohíben la
indexación de los créditos de dinero -arts. 7° y 10° ley 23.928 texto según art. 4°
ley 25.561, art. 617, 619 y 623 Cód. Civil (hoy arts. 765, 766 y 770 del Código
Civil y Comercial Unificado) según art. 5° ley 25.561, Decreto 214/2002, como
asimismo los decretos reglamentarios, normas y circulares del B.C.R.A. que
9
tienden al mismo propósito- se puede respaldar con los fundamentos que
seguidamente expondré:
Como lo han establecido todos los tribunales de la República
durante más de 15 años -1976/1991- la indexación no agrava la situación del
deudor ni altera la cuantía de la obligación. Al contrario, se ha demostrado a
lo largo de los procesos inflacionarios que lamentablemente atravesó nuestro
país, que ella permite la conservación del verdadero valor patrimonial del crédito
y el resguardo efectivo del derecho de propiedad. La indexación no hace más
onerosa la deuda de origen ni provoca un empobrecimiento verdadero del
deudor.
Algunos dicen que la indexación genera inflación. Ello jamás
sucede con las deudas de dinero demandadas judicialmente: el acreedor no está
fijando un nuevo precio ni tiene posibilidades de hacerlo. Lo único que intenta es
cobrar una suma de dinero que al momento de su efectivización tenga EL
MISMO PODER ADQUISITIVO que tenía la expresión nominal original del
crédito al momento del nacimiento de la obligación, con más un interés positivo
razonable como siempre lo fue el fijado por la Justicia.
Es evidente que a partir del 1.01.02 no se pueden seguir
aplicando las tasas de interés que se fijaban en momentos de estabilidad sobre un
capital nominal estable, sin advertir que las condiciones que se tenían en cuenta
para ello han cambiado radicalmente: se derogó la ley de convertibilidad, se
devaluó el peso, se atravesaron las dos crisis económicas más graves de nuestra
historia, volvió la inflación y la moneda y los créditos se deprecian día a día
La inflación y la depreciación del capital de las deudas no
puede ser compensada con tasas de intereses ya sean estas pasivas o activas, con
capitalización mensual de intereses o sin ella. Para peor las tasas de los bancos
oficiales son tasas subsidiadas a las que sólo acceden privilegiados.
Asimismo, existen razones de derecho en las que sustento mi
pretensión. La prohibición de la indexación contenida en varias de las normas
dictadas durante este año afecta el derecho de propiedad del acreedor (art. 17
C.N.) y viola la protección que las leyes deben brindar al trabajador (art. 14 bis
C.N.) Debido a ello dichas normas son inconstitucionales. La aplicación de tasas
10
de interés fuertemente negativas, provoca que los créditos del actor sufran una
pérdida de su poder adquisitivo de tal magnitud que parece una broma de mal
gusto. Se produce un empobrecimiento sin causa del acreedor y un
enriquecimiento sin causa del deudor.
Por todo lo expuesto, solicito que se decrete de inmediato la
inconstitucionalidad de leyes mencionadas y se determine que el monto de
condena debe actualizarse de acuerdo al incremento de los precios al
consumidor, con más intereses del 15 % anual sobre el capital actualizado, desde
que cada suma es debida y hasta el momento del efectivo pago.
Aplicando la indexación de los créditos, con más intereses
moratorios del 15 % anual sobre capital actualizado -que es lo que corresponde a
un deudor moroso que se autoadjudicó un crédito sin demostrar solvencia ni
otorgar garantías- y los intereses por temeridad y malicia el monto de condena
ascenderá a los montos que hemos explicado más arriba.

b) Aplicar tasas activas de operaciones restantes con capitalización mensual de


los intereses. La inconstitucionalidad de los arts. 623 del Código Civil de Vélez
Sarsfield y 770, inc. "b", del Código Civil y Comercial Unificado: De acuerdo a
lo explicado en los puntos precedentes la Justicia está aplicando intereses
negativos sustancialmente inferiores a la inflación con los que priva a los
acreedores de parte del valor adquisitivo del "capital" y de la totalidad de sus
intereses. Los acreedores cobran, luego de un largo juicio, sumas de dinero que
tienen un poder adquisitivo inferior al que tenía su crédito al momento de su
origen. Seamos claros: compran menos cosas al momento del cobro de sus
créditos que las que habrían comprado al momento del nacimiento de ellos.
Reitero: pierden parte de su capital y la totalidad de sus intereses. En la práctica
la justicia ha derogado los arts. 521, 622 y concordantes del Código Civil de
Vélez y las normas del Código Civil y Comercial de la Nación que las
reemplazan. Es peor: han derogado el DERECHO DE PROPIEDAD amparado
por el art. 17 de la Constitución Nacional. Y lo curioso es que todos piensan que
estas tasas son altísimas, con un razonamiento propio de la ignorancia que los
operadores jurídicos demuestran en materia financiera.
11
Desde 1945 -fecha de iniciación de los procesos inflacionarios
persistentes- hasta 1973/76 la justicia siempre aplicó "tasas de intereses
negativas". Cuando se produjo el "rodrigazo" de junio de 1975 la inflación
alcanzó cifras elevadísimas. Si se hubiera continuado con la política de tasas
negativas los acreedores habrían cobrado monedas. A partir de la L.C.T. de 1974
y del fallo de la C.S.J.N. en "Valdez c/ Cintioni" se admitió la indexación
generalizada de las deudas -con más intereses puros- y, por primera vez, la
justicia dejó de favorecer a los deudores y protegió, como debe ser, a los
acreedores víctimas de los incumplimientos. La doctrina era insoslayable: "La
indexación no torna más onerosa la deuda sino que conserva la integridad
de las prestaciones".
Cuando se estableció la "convertibilidad" se prohibió la
indexación de las deudas como parte de un programa que apuntaba a la
estabilidad perfecta. Durante siete años -1994 a 2001- la indexación fue
innecesaria porque los precios tenían una estabilidad, en pesos y en dólares,
absoluta. El capital conservaba, al igual que con la indexación, el poder
adquisitivo del crédito. Además los deudores debían pagar intereses reales y
puros desde la mora.
A pesar de la vuelta de la inflación, la justicia mantuvo vigente
la prohibición de indexar las deudas. Lo hizo en base a doctrinas económicas
tergiversadas que sostienen que la indexación agrava y potencia la inflación. Es
verdad que la indexación de los precios agrava la inflación pero ello no es así
cuando hablamos de la indexación de deudas vencidas en mora.
Como puede apreciarse con las tasas pasivas del Banco de la
Provincia de Buenos Aires -aplicadas sin capitalización mensual- se produce una
QUITA GROSERA del poder adquisitivo del capital y del 100 % de los
intereses. La QUITA TOTAL es enorme. Y si se aplicaran las tasas activas sin
capitalización mensual sucedería exactamente lo mismo. Como lo demostré con
los cálculos hechos más arriba la situación no mejoraría ni con intereses a tasa
activa capitalizados mensualmente. Como la inflación se capitaliza mes a mes y
los intereses no, a la fecha de la sentencia, más aún con la aplicación de tasas
pasivas, la parte actora perdió una parte sustancial de su capital y todos los
12
intereses del crédito. Un verdadero DESPOJO. Me pregunto cuándo la justicia
dejará de perjudicar a los acreedores y a los abogados para beneficiar a los
deudores.
Lo cierto es que con aquellas tasas pasivas -sin capitalización
mensual- la aplicación del art. 623 del Código Civil de Vélez Sarsfield (hoy art.
770 del Código Civil y Comercial Unificado) con una interpretación errada que
es improcedente -Llambías dice que lo que prohíbe es la capitalización de
intereses futuros no devengados y no los de deudas vencidas- conduce a
resultados inconstitucionales. Se viola el derecho de propiedad de los acreedores
y se los priva de un resarcimiento íntegro. Esta "doctrina" lleva a resultados tan
absurdos que no me explico los motivos por los que sigue siendo aplicada.
Si para ello fuera necesario decretar la inconstitucionalidad de
oficio del art. 623 Código Civil (hoy art. 770 del Còdigo Civil y Comercial
unificado), V.E. sabe que nada le impide hacerlo. Desde los fallos "Mill de
Pereyra" y "Banco Interfinanzas" la C.S.J.N. ha determinado que la
Constitución debe aplicarse de oficio -iura novit curia- por lo que en caso de que
una norma inferior como el art. 623 Cód. Civil afecte -en este contexto- un
derecho constitucional como el derecho de propiedad del acreedor, el juez debe
interpretar la contradicción normativa haciendo prevalecer la norma superior: la
Constitución.
Por ello -como alternativa subsidiaria a la solución de la indexación-
solicito que se decrete la inconstitucionalidad del art. 623 del Cód. Civil del
Vélez Sarsfield (hoy -si se lo desinterpreta- art. 770 del Código Civil y
Comercial Unificado) y que se ordene aplicar intereses con las tasas activas
de "operaciones restantes" del Banco de la Provincia de Buenos Aires
capitalizadas mensualmente.
Y lo que resulta de particular importancia es que ya hay una
INTERPRETACIÓN OFICIAL sobre la forma en que se deben aplicar los
intereses a partir de la mora. La ley 27.348 había establecido en su art. 11 una
modificación al art. 12 inciso 3°de la ley 24.557 de accidentes que dejó a esta
norma con el siguiente texto: "A partir de la mora en el pago de la
indemnización será de aplicación lo establecido por el artículo 770 C.C.C.N.
13
ACUMULÁNDOSE LOS INTERESES AL CAPITAL, y el producido
devengará un interés equivalente al promedio de la tasa activa cartera
general nominal anual vencida a treinta días del Banco de la Nación
Argentina, hasta la efectiva cancelación". Esta norma para la MORA en el
pago de las obligaciones fue modificada por el Decreto de Necesidad y Urgencia
N° 669/19 que establece que en caso de mora en el pago de las indemnizaciones
dentro del plazo debido se aplicará un interés "equivalente al promedio de la
tasa activa cartera general nominal anual vencida a treinta días del Banco
de la Nación Argentina, hasta la efectiva cancelación, ACUMULÁNDOSE
LOS INTERESES AL CAPITAL EN FORMA SEMESTRAL, según lo
establecido por el art. 770 del Código Civil y Comercial de la Nación"

c) Aplicar la doctrina de las deudas de valor: Una de la posibilidades de frenar


la quita que sufren los acreedores laborales es aplicar la "DOCTRINA DE LAS
DEUDAS DE VALOR". Ello no es una idea descabellada. Lo aplica
actualmente el Tribunal Supremo de los Tribunales de la Provincia de Buenos
Aires. Es decir, no estamos diciendo que lo aplica un Tribunal de algún Estado
de E.E.U.U o de algún país de Europa. Sino que se aplica a pocos Kilómetros de
la ciudad de Buenos Aires: cruzando la Gral. Paz. La S.C.B.A. ha tratado esta
posibilidad en un caso donde se debatía la indemnización que le correspondía a
un remisero por la pérdida de ingresos -"privación de ganancias"- que sufrió
durante una prisión preventiva injustificada que excedió los plazos legales y que
carecía de fundamento. La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de La Matanza fijó la indemnización que le correspondía de acuerdo
al "ingreso actual" del remisero y no a valores nominales históricos como la
hace la Justicia del Trabajo. Sobre el capital indemnizatorio fijado a valores
actuales ordenó la aplicación de intereses a tasa pasiva B.I.P. del Banco de la
Provincia de Buenos Aires. Parecía evidente que estaba aplicando intereses
propios de épocas inflacionarias -y que los bancos capitalizan mensualmente en
operaciones a treinta días- a un capital actualizado que sólo debería generar
intereses puros.
Apelada la sentencia por la Provincia de Buenos Aires por la
14
"doble actualización" que dicha decisión representaba -algo que no comparto
pues la tasa pasiva digital del Banco de la Provincia sin capitalización sigue
siendo inferior a una tasa pura que se capitaliza mensualmente- V.E. aceptó
disminuir la tasa de interés aplicable sin modificar lo decidido sobre la fijación
del capital de condena a valores actuales. En ese expediente, caratulado "C
120.536 "Vera, Juan Carlos contra Provincia de Buenos Aires s/ Daños y
Perjuicios" en sentencia del 18 de abril de 2018 V.E. estableció la siguiente
doctrina legal:

* "Cabe recordar que esta Suprema Corte ha cuidado de no identificar la


estimación de rubros indemnizatorios a fin de reflejar los valores actuales de los
bienes a los que se refieren, con la utilización de mecanismos indexatorios, de
ajuste o reajuste según índices o coeficientes de actualización de montos
históricos"

* En el matiz diferencial entre ambas modalidades tuvo en cuenta que en la


última se está ante una operación matemática mientras que la primera (consiste)
en el justiprecio de un valor según la realidad económica existente al momento
en que se pronuncia el fallo"

* "La determinación realizada por la Cámara encuadra en la modalidad no


indexatoria (conformando) una solución que se adecua a lo que prescribe el art.
772 del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación"

Esta doctrina también fue aplicada en otro caso en forma


similar a las que hemos explicado. La S.C.B.A ha tratado esta posibilidad en un
caso donde se debatía la indemnización que le correspondía a un trabajador
producto de un accidente de trabajo ocurrido el 4.10.99. El Tribunal de Trabajo
de origen fijó la indemnización que le correspondía al trabajador de acuerdo a la
remuneraciones que percibia al momento del accidente, es decir, que tomó en
cuenta las remuneraciones percibidas por el trabajador en el año 1999 -como
sucede en autos- para una condena que se había dictado más de veinte años
15
después.
El despojo y la licuación del crédito fue tan evidente que la
sentencia fue apelada por la parte actora. Ella cuestionó que las indemnizaciones
se hayan calculado con una remuneración a valores nominales del año 1999.
Dicha parte advirtió que si se aplicaba dicha remuneración el actor iba a cobrar
"monedas". V.E. reconoció dicha afectación y revocó la sentencia de grado. En el
expediente mencionado, caratulado "C 119.914 "Aguiar, Diego Alberto contra
Municipalidad de La Plata y otro. Daños y perjuicios", en la sentencia del 22
de junio de 2020 la S.C.B.A. estableció la doctrina legal del "REALISMO
ECONOMICO" mediante la cual se admitió que el cálculo de los créditos
indemnizatorios reclamados puede hacerse a "valores actuales" o -mejor
dicho- con una "REMUNERACIÓN A VALORES ACTUALES". Con dicha
decisión la S.C.B.A. admitió dos cuestiones:

* Que si una indemnización laboral es calculada -tiempo después desde su mora-


con una remuneración desactualizada afecta -en términos reales- el crédito del
trabajador y la misma debe calcular con una remuneración a valores actuales o
actualizada ("realismo económico").

* Que este sistema -que es aplicable a los créditos laborales ya sea de naturaleza
de tarifada o no- no viola la prohibición de aplicar mecanismos indexatorios
basados en índices de distintos tipos (leyes 23.928 y 25.561).

Al respecto estableció lo siguiente:

"En cambio, con el alcance que habré de precisar, es de recibo


el cuestionamiento dirigido a refutar LA BASE SALARIAL QUE EL
TRIBUNAL DE GRADO ESTABLECIÓ PARA CUANTIFICAR EL
RESARCIMIENTO RELATIVO AL DAÑO MATERIAL.

* La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha recordado en un reciente


pronunciamiento referido a la reparación de daños padecidos por una persona
16
humana (arts. 19 y sigs., Cód. Civ. y Com.; 1 apdo. 2, CADH) que "...tanto el
derecho a una reparación integral [...] como el derecho a la integridad de la
persona en su aspecto físico, psíquico y moral y el derecho a la vida que enlaza
a los dos primeros, se encuentran reconocidos por el plexo convencional
incorporado al art. 75, inc. 22, de la Constitución Nacional (conf. arts. I de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 3 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos; 4, 5 y 21 del Pacto de San José
de Costa Rica y 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;
Fallos: 335:2333)..." (CSJN causa O.85.L. "Ontiveros, Stella Maris c/
Prevención ART S.A. y otros s/accidente - inc. y cas.", sent. de 10-VIII-2017,
cons. 4°).
También precisó en esa oportunidad que "...el principio de la
reparación integral es un principio basal del sistema de reparación civil que
encuentra su fundamento en la Constitución Nacional...", y que "...dicha
reparación no se logra si el resarcimiento -producto de utilización de facultades
discrecionales de los jueces- resulta en valores insignificantes en relación con la
entidad del daño resarcible (Fallos: 314:729, considerando 40; 316:1949,
considerando 4° y 335:2333; entre otros)..." (ídem).
En esa ocasión, el voto concurrente del doctor Lorenzetti
añadió que "...la reparación debe ser plena en el sentido de que, con los
recaudos que exige el ordenamiento, alcance el estándar de una tutela efectiva
de la víctima frente al daño injustamente sufrido y, particularmente, en lo que
atañe al quantum de la reparación, represente una extensión congruente con la
entidad del perjuicio acreditado (doctrina de Fallos: 314:729, considerando 40;
316:1949, considerando 4°; 335:2333, considerando 20, entre otros)...". El
aludido voto precisó que "...este principio de la reparación plena -ahora
recogido expresamente en el art. 1.740 del Código Civil y Comercial de la
Nación- también tenía suficiente y consolidado reconocimiento al amparo del
código derogado, aplicable a la especie por razones de derecho transitorio..."
(cons. 6°).
Advirtió por último que los criterios interpretativos expuestos
"...han sido recogidos por el legislador en los arts. 1.740 y 1.746 del Código
17
Civil y Comercial de la Nación, que aun cuando no se apliquen al caso de autos,
condensan los parámetros ya aceptados por la doctrina y la jurisprudencia en la
materia..." (cons. 7°).

* A la luz de tales precisiones no es ocioso recordar que recogiendo una


distinción con sólida raigambre en nuestro medio, cual es la clasificación en
"deudas de dinero" y "deudas de valor" (CSJN causas "Agua y Energía Eléctrica
S.E.", Fallos: 326:2329; "Adela de la Cruz de Sessa", Fallos: 316:2604;
"Dhicann", Fallos: 310:183; SCBA causas Ac. 58.663, "Díaz", sent. de 13-
II-1996; Ac. 60.168, "Venialgo", sent. de 28-X-1997 y C. 59.337, "Quiroga",
sent. de 17-II-1998; e.o.), el Código Civil y Comercial de la Nación establece de
manera expresa en el art. 772 las reglas aplicables a la justipreciación de estas
últimas, en estos términos: "Cuantificación de un valor. Si la deuda consiste en
cierto valor, el monto resultante debe referirse al valor real al momento que
corresponda tomar en cuenta para la evaluación de la deuda. Puede ser
expresada en una moneda sin curso legal que sea usada habitualmente en el
tráfico. Una vez que el valor es cuantificado en dinero se aplican las
disposiciones de esta Sección".
Al remitir al "VALOR REAL AL MOMENTO QUE
CORRESPONDA TOMAR EN CUENTA PARA LA EVALUACIÓN DE LA
DEUDA", la citada norma particulariza -ahora de manera explícita para la
determinación de créditos como el debatido en la especie-, el criterio del
"REALISMO ECONÓMICO", con amplia recepción en la legislación vigente y
en la doctrina jurisprudencial imperante (v.gr. arts. 1, ley 24.283; 8 dec. 214/02
y 11, ley 25.561 -texto según ley 25.820-; CSJN causas "Melgarejo", Fallos:
316:1972; "Segovia", Fallos: 317:836; "Román Benítez", Fallos: 317:989;
"Escobar", Fallos: 319:2420).

* El fallo bajo examen se ha apartado injustificadamente de los aludidos


principios que informan la reparación de los daños sufridos por las personas
humanas, como eficazmente ha sido puesto de manifiesto por el recurrente. En
él, se arriba al otorgamiento de un monto indemnizatorio que no respeta el
18
principio de "reparación plena", con evidente lesión a los derechos
constitucionales que amparan al trabajador demandante (arts. 14 bis, 17 y
concs., Const. nac.). Esto es dirimente para orientar la definición del caso, toda
vez que se ha determinado la base salarial para el cálculo del rubro en cuestión -
mediante pronunciamiento dictado el día 30 de abril de 2015- a partir del monto
que percibía el actor al momento del accidente, producido el día 4 de octubre de
1999 (v. vered., fs. 256 vta.; sent., fs. 262 vta. y 269), sin atender a la verdadera
naturaleza del crédito en cuestión -consistente en la contrafase de una deuda de
valor- y a las reglas que gobiernan su cuantificación conforme al derecho
común. Corresponde entonces revocar esta parcela del pronunciamiento (art.
289 inc. 1, CPCC), y reenviar las presentes al tribunal de origen para que,
debidamente integrado, dicte un nuevo fallo de acuerdo a los parámetros
establecidos en la presente (art. 289 inc. 2, CPCC)" (C 119.914 "Aguiar, Diego
Alberto contra Municipalidad de La Plata y otro. Daños y perjuicios").

Cabe destacar que si se admite que una base salarial devaluada


por el paso del tiempo puede afectar un crédito laboral reclamado -no importa si
el mismo es tarifado o no- aquella debe dejarse de lado y proceder a calcularlo
con una remuneración actualizada.

B) EL RECHAZO DE LA APLICACIÓN DE LAS SANCIONES POR


TEMERIDAD Y MALICIA: El a quo rechaza la aplicación de las sanciones por
temeridad y malicia porque " como esta sanción es de aplicación restrictiva -la
ley dice lo contrario- no hallo reunidos los presupuestos de viabilidad para la
aplicación del citado instituto, por cuanto no se han evidenciado propósitos
obstruccionistas o dilatorios del proceso ni ha opuesto la accionada defensas
manifiestamente incompatibles o contradictorias de hecho ni de derecho,
requisitos de aplicación del instituto peticionado" (sic).
El fallo, para cualquier persona con morar y dignidad, es
desconcertante. Y la "doctrina" de muchos jueces de Cámara que siempre repiten
lo mismo, también lo es. La temeridad y malicia de la demandada fue más que
19
evidente y surgen claramente de sus actos propios y obstruccionistas.
Hace años que lucho contra los fraudes laborales que
instrumentan los empresarios para abaratar costos laborales y violar las leyes que
amparan a los trabajadores. Si bien tuve éxito en muchísimos casos, no lo he
tenido en la proporción que me parece deseable. La justicia, muchas veces, se
olvida del efecto moralizador que deben tener sus sentencias frente a una
sociedad que parece creer que transgredir la ley es una travesura de "Juvenilia".
Yo no creo que haya que ser complaciente con la inmoralidad y el fraude.
Tampoco creo que una sentencia deba tratar por igual al empresario que cumple
con las leyes y que sólo discute la procedencia de un despido, de una
modificación razonable de las condiciones de trabajo o de las conductas a
adoptar ante una crisis económica o financiera, con aquél que las viola para
"currar".
Como ya sabemos que estas defensas se fundan en mentiras,
solicitamos además la aplicación del art. 275 L.C.T. cuyo texto autoriza la
fijación judicial de intereses sancionatorios a quien "sin fundamento y con
conciencia de la propia sinrazón" u "opone defensas manifiestamente
incompatibles o contradictorias de hecho o de derecho".
El actor fue sometido a varias conductas descriptas por el art.
275 L.C.T. Las mismas se consideraron probadas por la a quo. Ellas son las
siguientes:

* La demandada por inventó un despido sin causa alguna y lo hizo alegando


hechos inexistentes y agraviantes

* La demandada ocultó y negó los datos esenciales de la relación -fecha de


ingreso y remuneración- con una falsificación muy grosera de esos actos como
para ser admitida por la justicia. Recordemos que -como la sentencia de la a quo
lo reconoce- el actor trabajó desde el 1.04.97 al 9.08.99 totalmente en negro,
desde el 9.08.99 al 15.09.02 lo hizo también en negro pero con un fraude laboral
común -lo obligaban a facturar sus “servicios” como monotributista- que
intentaba disimular la existencia de la relación de dependencia, y desde ahí hasta
20
el despido trabajó con un fraude laboral aun más sofisticado: sólo le registraban
una parte mínima de su importantísima retribución; el resto se lo pagaban con un
negro más negro que el del universo antes del “bing bang”. En efecto sólo se
registraban el 29,39455 % de su remuneración. No estaban registrados más del
70 % de sus haberes

El art. 275 L.C.T. es claro y concreto al definir en qué casos se


deben aplicar intereses sancionatorios de hasta dos veces y media la tasa activa
de interés del Banco Nación. Uno de los casos que se considera "especialmente
comprendido" dentro de sus alcances es aquél que se da cuando "sin
fundamento y teniendo conciencia de su propia sinrazón, se cuestionase la
existencia de la relación laboral, -y creo que esto vale para cuando se la
cuestiona en todo o en parte o cuando se cuestionan groseramente los datos de su
anitigüedad y remuneracion- se hiciesen valer actos cometidos en fraude del
trabajador (....) y se opusiesen defensas manifiestamente incompatibles o
contradictorias de hecho o de derecho." El caso de autos encuadra
perfectamente dentro de varias de esas posibilidades: UNA RELACIÓN
GROSERAMENTE REGISTRADA CON FECHA DE INGRESO FALSA
Y UNA REMUNERACIÓN MINIMA DURANTE TODA LA RELACIÓN
LABORAL, UN DESPIDO INVENTADO, TODO EFECTUADO SIN
FUNDAMENTO ALGUNO Y CON CONCIENCIA DE SU PROPIA
SINRAZÓN. ¿Los arts. 62 y 63 l.c.t. existen para la a quo? Evidentemente no.
En efecto, la promoción de este juicio es una simple
consecuencia de la INDUSTRIA DEL JUICIO que han inventado los
empresarios para obstruir el cobro de los créditos que adeudan, para molestar y
para humillar a los trabajadores que le servían con nobleza. La AVENTURA
JUDICIAL que presenciamos es producto del incumplimiento mencionado y de
la inconducta contractual de la empleadora. Sin embargo no es aquélla la única
motivación que origina estos juicios: con estos despidos los empleadores instalan
en el alma de los compañeros del despedido el temor a perder su empleo.
Estamos ante la psicología del terror. El abuso, el
autoritarismo, la perfidia se han vuelto moneda común en la Argentina. El
21
objetivo es el mismo de todos los fascismos: callar a las víctimas, silenciar los
reclamos, crear temor, someter a los empleados para que acepten en silencio los
incumplimientos de sus empleadores.
Ante una inconducta notoria como la de esta empleadora, no
basta con que se la condene a pagar las irrisorias indemnizaciones que derivan de
las leyes flexibilizadoras; no bastará con que se la emplace a pagar los haberes
que adeuda. No, para hacer justicia se requiere que la incumplidora sienta caer
sobre si el máximo peso de la ley; se requiere un fallo ejemplarizador que
incluya la aplicación del art. 275 L.C.T.
Cabe señalar que las indemnizaciones de las leyes 24.013 y
25.323 no han "reemplazado" al art. 275 L.C.T. ni impiden su aplicación. Si bien
aquéllas pueden llevar a la aplicación prudente de éste, lo cierto es que
empresarios tan desleales como los de autos no merecen ninguna contemplación.
Es evidente que el legítimo derecho de defensa en juicio -que
no se discute- no autoriza a utilizar la jurisdicción para demorar y obstruir el
cobro de los créditos. La demandada va a utilizar prácticas obstruccionistas que
dificultarán las pruebas del actor, a fin de evitar que V.S. se ilustre acabadamente
de los hechos denunciados en esta demanda.
Y debe destacarse que en este caso el art. 275 L.C.T. debe
aplicarse a todos los créditos pues la demandada ha negado los datos reales de la
relación con temeridad y malicia y con fines claramente dilatorios y
obstruccionistas.
Es evidente que el legítimo derecho de defensa en juicio -que
no se discute- no autoriza a utilizar la jurisdicción para demorar y obstruir el
cobro de los créditos.
Va de suyo que aunque V.E. aplique las fuertes sanciones por
temeridad que corresponden, ello en nada afectará al "negocio" que ya hizo la
demandada. Los "ahorros" efectuados a través de los pagos "en negro"
realizados, la evasión de aportes a la seguridad social sobre los pagos "en negro"
y la licuación indemnizaciones que debe pagarse, ya fueron definitivamente
"embolsados": engañados por la aparente legitimidad del ardid utilizado, la
mayoría de los obreros deficientemente registrados durante estos últimos diez
22
años no han efectuado juicio alguno.
Creo que Morello tiene razón cuando al analizar el art. 275
L.C.T. formula la siguiente distinción entre temeridad y malicia. Conforme
consta en la pág. 1380 de la LEY DE CONTRATO DE TRABAJO
COMENTADA de J. López, N. Centeno y J.C. Fernández Madrid (Ediciones
Contabilidad Moderna, 1987, Tomo II) "Morello intenta una distinción según
sea el momento o estado procesal en que aquéllas se configuren y que
referido con el alcance del art. 275 de la L.C.T. al empleador, deben estar
referido al acto de oposición o a los restantes que hacen al proceso. Se
configuraría TEMERIDAD, cuando al deducir oposición el empleador sabe
a ciencia cierta que carece de razón, pero "no obstante, abusando de la
jurisdicción, compone(n), como improbus litigator, un proceso del que se ha
de generar daño a la otra parte" mientras que se daría MALICIA cuando
el empleador "obstaculiza, retarda, provoca articulaciones manifiestamente
improcedentes, mañosas" con el solo propósito de dilatar la tramitación del
proceso".
Los autores de esa obra -López, Centeno y Fernández Madrid-
en pág. 1381 consideran que las sanciones del art. 275 nada tienen que ver con
las que proveen las normas rituales para sancionar las inconductas dentro del
proceso. Sostiene que aquéllas "configuran una sanción por el perjuicio que
se supone causa aquél al trabajador en razón de la conducta asumida y que
deriva de los principios generales que ordenan lo que es materia propia de
la responsabilidad procesal y la sanción procesal, en cambio, se regulan a
través de las leyes rituales dictadas por la nación y las provincias, con el
alcance ya visto. Hace referencia allí a un resarcimiento tarifado, estando
facultado el juez para graduar el monto de la multa, "que en su función
resarcitoria, indemniza como la cláusula penal (arts. 652 y 653 Código
Civil)"
Y aunque la ley no define el concepto de temeridad es evidente
que siempre está asociado a la falta de lealtad, probidad y buena fe que
establecen los siempre olvidados arts. 62 y 63 L.C.T. En suma, aunque no se
encuentren conductas procesales obstruccionistas o dilatorias -las que en
23
cualquier caso sólo sirven para definir a la malicia- siempre habrá temeridad
cuando se miente deliberadamente con conciencia de la propia sinrazón.
Coincido con aquellos jueces que sostienen que la apreciación
de la temeridad debe hacerse con el rigor del derecho penal a fin de no afectar el
derecho de defensa. En ese sentido no alcanzará con que el empleador pierda el
juicio por insuficiencias de las pruebas a su cargo sino que será necesario que el
actor acredite la deslealtad, la mentira, el abuso de la jurisdicción y la temeridad.
Se deberá probar que la demandada no podía ignorar la sinrazón de su defensa ni
las consecuencias de los hechos que indudablemente existieron.
Justamente es lo que sucede en autos en donde hemos probado,
una a una, todas las mentiras de la demandada. La empresa HA LITIGADO
CON CONCIENCIA DE SU PROPIA SINRAZÓN, EN FORMA
DESLEAL, MINTIENDO PERMANENTEMENTE, ABUSANDO DEL
PROCESO Y OPONIENDO DEFENSAS QUE SON CONTRADICHAS
POR SUS ACTOS PROPIOS REGISTRADOS EN SUS PROPIOS
LIBROS CONTABLES. Las descaradas mentiras de su defensa han sido
largamente probadas.
El temerario es un audaz y es un imprudente. El temerario viola
la ley deliberadamente soslayando la existencia de normas que desde el inicio
llevan a su "defensa" irremediablemente al fracaso.
Sólo un temerario puede alegar que el actor estaba
correctamente registrado y que incurrió en una conducta inexistente con la
imprudencia e impunidad utilizada en este juicio. En efecto, resulta
absolutamente inadmisible que una empresa, con asesoramiento letrado, insista
en invocar la correcta registración y el abandono de trabajo.
En estas épocas de profunda degradación moral ha llegado el
momento de que los deudores deliberados, los bicicleteros y los industriales del
juicio comiencen a RESPETAR y a tener un sano TEMOR REVERENCIAL
a la JUSTICIA. Si hoy en día no lo tienen es porque miles de sentencias
asépticas que "dicen" el derecho -un derecho que todos conocemos desde el
mismo día del despido- sin otra consecuencia. Algunos jueces dicen que la
mentira puede ser un recurso defensivo válido. A eso hemos llegado. Pues bien,
24
para la moral media de los argentinos ello no es admisible. La mentira es propia
de cobardes y mafiosos y ajena a hombres de bien. Espero que V.E. no acepte
tan fácilmente la deslealtad de la contraria. Para mí son inmorales todos los
empresarios que violan audazmente las leyes vigentes. Y también creo que son
inmorales los jueces que pasan por alto estas conductas liberándolos de toda
sanción.
No puede soslayarse el carácter antidemocrático que asumen
las conductas de estos empresarios y las de los jueces que los dejan sin sanción.
Si la esencia del sistema republicano consiste en que todos los ciudadanos
cumplamos con las leyes vigentes aunque no nos gusten, todos aquellos que las
violan o convalidan conspiran contra el progreso y consolidación del sistema.
Cuando la gente ve como los ricos y poderosos hacen fortunas mediante
evasiones impositivas, fraudes, incumplimientos y violaciones de la ley sin que
la justicia los sancione es evidente que el descrédito de aquella pasa a
justificarse. Un juez es algo más que un simple confeccionador de sentencias.
Un juez es parte del Poder de Estado que ha sido creado por la Constitución para
moderar los conflictos y aportar a la sociedad mensajes moralizantes propios de
su dignidad. El Poder Judicial debe marcar rumbos con sus sentencias. Por ello
es reconocido como uno de los tres poderes políticos del Estado.
En toda la contestación de demanda de las accionadas NO
HAY UNA SOLA VERDAD. Solo se incurren en MENTIRAS Y
DESLEALTADES con total impunidad. Es evidente entonces que las
demandadas han litigado CON CONCIENCIA DE SU PROPIA SINRAZÓN.
Si han evadidos aportes con la defectuosa y han inventado una causal de despido
¿alguien puede creer en la inocencia de esa decisión? ¿alguien puede creer que
ella no conoce la falsedad de sus argumentos?
En suma, las demandadas sólo han articulado MENTIRAS Y
OCULTAMIENTOS. Y lo ha hecho deliberadamente y con conciencia de su
propia sinrazón. ¿Para qué han actuado así? Para demorar el juicio, para que el
actor pueda cobrar sus créditos años después y para beneficiarse con intereses
inferiores a los que les cobra el mercado financiero. Además porque gozan
humillando a los trabajadores.
25
Con respecto al continuado y deliberado incumplimiento de la
ley como patología social argentina Carlota Jackisch, Directora Programa
Político, Ciedla, de la Fundación Konrad Adenauer, en el diario La Nación del
28.09.97 (Sección Enfoques) ha efectuado el siguiente análisis.

"La escena transcurre en Berlín, corre el año 1938. Dos


diplomáticos de carrera, uno alemán y el otro argentino, conversan sobre las
cada vez más intensas tareas propagandísticas que el nacionalsocialismo
realizaba en el exterior, específicamente en la Argentina.
El tema había cobrado actualidad por la denuncia que habían
hecho asociaciones de derechos humanos y algunos legisladores socialistas de
la Argentina, obligando al gobierno de turno a presentar una queja formal ante
el gobierno del Tercer Reich.
El diplomático alemán, V. Weizsäcker, inquirió al argentino, el
embajador Labougle, ¿cómo era posible que grupos de agitadores
nacionalsocialistas hubieran logrado durante seis años desarrollar sus
actividades sin que se hubiese producido ninguna reacción por parte de las
autoridades argentinas?
El embajador de Argentina contestó: "Porque la Argentina es
un país donde, en general, cada uno hace lo que quiere". (Archivo Político del
Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania)
Esta inobservancia de las normas, muchas veces el desdén
despectivo hacia las mismas, no es patrimonio exclusivo de la Argentina, pero
distintos indicadores tienden a mostrar que el "todo vale" es un rasgo
fuertemente arraigado en la sociedad argentina.
Las violaciones a las normas del tránsito son un buen ejemplo
de lo dicho. Según una investigación realizada en Buenos Aires (Luchemos por
la Vida. Asociación Civil) cada automóvil particular viola un semáforo en rojo
una vez por día, aproximadamente. Los colectivos, cada uno, violan semáforos a
razón de casi dos por hora, cada día. En términos comparativos, la Argentina es
el país con el mayor número de muertos en accidentes del tránsito en el mundo."
Pero el tema no se agota en el incumplimiento de normas
26
viales, también se violan los códigos edilicios, se adulteran alimentos y
medicamentos, se falsifican títulos profesionales, no se cumplen los horarios (la
puntualidad en un sentido amplio es una norma que no sólo caracteriza a la vida
civilizada, sino que mejora la eficiencia de la sociedad en general), se ensucian
los espacios públicos y se pagan sobornos para no cumplir con determinadas
normas.
Según datos de Gallup Argentina (Gallup Argentina.
Opiniones acerca de la corrupción. Encuesta 1792, año 1996) casi un cuarto de
la población está dispuesto a dar dinero a la policía para evitar una multa,
cantidad similar de personas se siente inclinada a no facturar trabajos para
pagar menos impuestos o lograr certificados médicos no veraces, que justifiquen
su inasistencia al trabajo. Según la misma fuente, prácticamente la mitad de los
argentinos, si encuentran dinero, ni piensa en buscar a su dueño, sino que se lo
queda.
Este menosprecio por la normatividad por parte de una
determinada sociedad fue estudiada por el sociólogo francés Emile Durkheim en
el siglo pasado y acuñó el término "anomia" para describir ese comportamiento
social. Durkheim sostenía que en una situación en la que se borran todos los
límites, los deseos y las pasiones se vuelven desmedidos. La insuficiencia
normativa (no porque las normas no existan, sino porque su cumplimiento no es
percibido como obligatorio) produciría un estado social de crispación y
ansiedad por lo infinito: la passión de l'infini.
Peter Waldmann ha definido la anomia como un estado de
desorganización social que se remite a la falta de normas claras y vinculantes
(Peter Waldmann, Argentino, un caso de anomia, Augsburgo, 1995, (inédito))
En la Argentina, las normas existen, aunque es cierto que a
veces la yuxtaposición de las mismas o su carácter contradictorio ofrecen la
excusa para evitar su cumplimiento. No es la ausencia de normas lo que explica
el carácter "anómico" de la Argentino, sino el desprecio a la normatividad por
parte de segmentos considerables de la sociedad.
Jaime Potenze contaba hace unos años en la Fundación Carlos
Pellegrini que era muy común que, frente a una comisaría, cuando un agente de
27
policía aparecía con alguien al que llevaba preso la gente que se reunía allí
gritase "que lo larguen, que lo larguen".
Existe en la Argentina una solidaridad con quien delinque.
Estadios de fútbol repletos ovacionan a un director técnico violador de un
menor. Un jugador de fútbol, adicto a las drogas, es colocado como la cara
visible de una campaña contra el uso de drogas. Ese mismo jugador, ante el
asedio periodístico, descarga una escopeta contra reporteros y la condena no
termina de fijarse porque el poder político percibe una opinión pública
mayoritaria favorable a su absolución.
Evidentemente, una justicia dependiente del poder político o de
la opinión pública, no constituye un factor que ayude a disminuir el caudal de
anomia de una sociedad. En términos generales, la anomia sólo puede ser
combatida mediante un Poder Judicial que imparta justicia sólo ateniéndose a
las leyes.
En la Argentina, el Poder Judicial sufre desde hace décadas
una fuerte devaluación social. Innumerables sondeos muestran que los
argentinos no confían en la Justicia y, además, están convencidos de que
intereses de distinta índole influyen en las decisiones de la judicatura.
Qué valor puede otorgar una sociedad al cumplimiento de las
normas si la institución cuya función es asegurar ese cumplimiento no es
confiable, sus atribuciones no son cumplidas cabalmente, sus acciones no son
justas y para pertenecer al cuerpo se requieren, en algunos casos, otras
condiciones que las relacionadas con la función.
Evidentemente este hecho produce anomia, pero también
muestra anomia en la propia institución judicial".

Lamentablemente en nuestra sociedad y en nuestra justicia se


ha producido una suerte de prostitución del lenguaje por el cual se vacía de
contenido a palabras como temeridad, lealtad, buena fe, conciencia de su propia
sinrazón, abuso del fraude, aprovechamiento de la inexperiencia del trabajador y
se le otorga a otras -como por ejemplo el derecho de defensa en juicio- alcances
que no poseen.
28
Esto, que ya fue advertido por George Orwell en su obra de
ciencia ficción "1984" en donde se definía a esta prostitución del lenguaje como
el "neohabla", transforma a las sociedades en verdaderas Torres de Babel en
donde el lenguaje sólo sirve para la confusión.
Ya antes nuestro genial Discépolo había advertido el fenómeno -
tan propio de la Argentina- en las inmortales letras del tango Cambalache en
donde denunciaba esta suerte de relativismo moral de nuestra sociedad.
Es más, el lenguaje se ha prostituido de tal manera que los
violadores permanentes de todas las leyes laborales se presentan en la televisión
como pilares de la sociedad acusando a los obreros de aventureros judiciales
creadores de la increíble industria del juicio con la que nos han abrumado.
Respecto de esta tergiversación de la verdad a través de la
manipulación del lenguaje, Amadeo Frúgoli sostuvo en "El Lenguaje y la
Política" (Diario La Nación, 11.08.99, pág. 15) los siguientes conceptos.

"La manipulación del lenguaje es una característica de


nuestra época, si bien el fenómeno no es nuevo. Hace siglos preguntaron a
Confucio cuál sería su primera decisión si le encargaran el gobierno de un país.
Confucio respondió: "Rectificar el lenguaje. Porque si el lenguaje no es exacto,
lo que se expresa no es lo que significa. Si lo que se expresa no es lo que
significa, lo que debe ser realizado queda sin realizar: Si queda sin realizar, la
moral y el arte se perjudicarán. Si la moral y el arte se perjudican, la justicia se
desviará- Si la justicia se desvía, la gente quedará en un terrible desconcierto.
Es decir que no debe haber abuso en lo que se diga. Porque esto es lo que
importa sobre todo".
El lenguaje es un extraordinario instrumento de comunicación
cuando el que habla y el que escucha dan a las palabras el mismo sentido. Pero
cuando se maltrata la semántica, se torna imposible el entendimiento. Las
palabras modifican la realidad para bien o para mal. Ocurre lo primero cuando
la relación entre las palabras y las cosas es armónica; lo segundo, cuando la
palabra se viste con una falsa acepción y llama, por ejemplo, justicia a lo que es
venganza, libertad a lo que es exceso, derecho a lo que es arbitrariedad, historia
29
a lo que es ficción. en este último caso se trata de una subversión de la lengua,
que en la mayoría de los casos no es casual, sino que sirve a determinados
propósitos.
El objetivo perseguido con el uso arbitrario del lenguaje,
particularmente en el campo de la política, ha sido siempre manejar las mentes
para ponerlas al servicio de determinados intereses ideológicos. En la
confusión medran quienes ocultan sus verdaderas ideas o su carencia de ellas, y
disimulan sus intenciones. Las palabras vaciadas de su verdadero significado
sirven sólo para el engaño o el agravio, para luchas indistintamente por el bien
o por el mal, para defender actitudes contradictorias. (...)
Y así, mientras esta Babel se extiende, más se fortalecen los
planes de quienes intentan mediante el uso de determinados términos provocar
reacciones emocionales automáticas, de rechazos o adhesiones, que se agitan en
las profundidades del alma humana y que se llaman prejuicios. El empleo
emotivo del lenguaje tiende a favorecer a quien lo realiza, y a perjudicar a sus
adversarios. De allí el uso de calificativos desdeñosos para atacar a quienes
piensan distinto, y la ausencia total de argumentaciones serias para justificar el
insulto. La dialéctica del "pensamiento único" nutre en gran medida esta
técnica. Quien piensa distinto es un enemigo y debe ser descalificado mediante
los más duros dicterios.
Hay palabras que tienen una fuerte carga emotiva -buena o
mala-, lo que determina que si no hay cierta reflexión sobre ellas, o no se tiene
en cuenta su uso interesado, se apoderan del pensamiento y lo pervierten. Las
palabras moldean el juicio a tal punto que pueden llegar a tornarlo estéril o
desfigurarlo. Según la palabra que se emplee para referirse a una cosa, será la
interpretación que se tendrá de ella, porque a determinada palabra va unida
cierta idea, de tal modo que las palabras actúan como anteojeras que nos
permiten ver unas cosas y no ver otras, mirar para un sector o para otro. (...)
Debe darse a las palabras toda la importancia que tienen en la
lucha política, en la que se transforman en armas que, unidas a los medios de
comunicación, cuyo estrépito envuelve al mundo actual, adquieren un poder
formidable. Hay que exigir precisiones sobre lo que se discute, y desenmascarar
30
a quienes por ignorancia o por conveniencia huyen de las definiciones.
El lenguaje es el cimiento de la acción política. Quizá por eso
es en este campo donde más se observa este arbitrario manejo de las palabras.
(...)
Quizás una manera de perfeccionar la política sería
perfeccionar el lenguaje dando a cada palabra la acepción que le corresponde,
Abandonar las abstracciones y vaguedades (tan cómodas pero tal dañinas), los
estereotipos, los términos imprecisos, y llamar las cosas por su nombre correcto
ayudaría a tornar más claro y serio el debate político. Hay que luchar contra
los discípulos de Humpty Dumpty, que le decía a Alicia que cuando empleaba
una palabra ésta significaba lo que él quería que significase.
Heidegger enseña que la palabra es la casa del ser. De modo
que si el lenguaje se desmorona, se desmoronan modos de pensar y de existir. El
lenguaje es una textura muy suave en la que se da forma al universo."

De tal forma me parece que en las controversias laborales se ha


manipulado el lenguaje hasta extremos inentendibles. A la mentira, la deslealtad
y la inescrupulosidad se la llama "defensa en juicio". A la impunidad se la
defiende con el "principio de seguridad jurídica", la mañosidad y
obstruccionismo se funda en las "garantías del debido proceso". Desde hace años
los obreros víctimas de los incumplimientos empresariales son "industriales del
juicio" y "aventureros judiciales" mientras que los eternos incumplidores y
sempiternos perdedores de los juicios son los "pilares de la sociedad". Se
justifica el incumplimiento de la ley a través de la imputación de "anacronismo"
con la que se pretende flexibilizar el derecho laboral. Para volver a las leyes
vigentes en 1920 se habla de la necesidad de "modernizar" el derecho de trabajo.
Mariano Grondona decía en La Nación del 12.03.2000 lo
siguiente:

"(...) Cuando el Gobierno lanzó esta semana un globo de


ensayo para ver si la comunidad aceptaba la reducción de la semana laboral a
48 hs, de modo tal que las horas que los empleados trabajen de menos puedan
31
redistribuirse ente los desempleados, se encontró al poco andar con que la
semana de 48 hs ya está en la ley. En una ley que no se cumple."
"En otro orden de cosas, la buena voluntad de la que aún goza
la presidencia De la Rua le permitió aumentar los impuestos para reducir el
déficit fiscal sin encontrar la resistencia contra la cual chocó el impuesto
docente en las postrimerías de la presidencia de Menem. ¿Ayudará esta feliz
concurrencia de voluntades entre el Gobierno y la Ciudadanía si, desde el
momento en que se evade casi la mitad de los impuestos, la nueva carga abruma
por partida doble a los contribuyentes cumplidores?."
"Naftas adulteradas con solvente, empleos en negro, yates de
famosos que entran de contrabando...Es difícil pensar que la quiebra de la ley
sea, en la Argentina, un fenómeno excepcional. (...)."
"Nuestro problema no es, entonces, que las leyes escritas sean
buenas o malas. El problema, de carácter previo, es que una parte considerable
del país vive al margen de la ley. Allí donde la ley no es soberana, ¿de qué sirve
mejorar las leyes? Dedicarse a mejorarlas sin asegurar previamente su efectiva
vigencia es exponerse al anatema que lanzó Juan Bautista Alberdi cuando se
quejó amargamente de las "revoluciones caligráficas" (...)"
"Sin embargo, cada vez que la Argentina enfrenta un
problema, lo primero que surge en nuestra discusión colectiva es que hay que
reformar alguna ley. Si se difunde la delincuencia, no faltan propuestas para
modificar el Código Penal o los códigos de procedimientos penales. Si escasean
los recursos del Estado, allí van nuestras leyes impositivas. Si falta trabajo, se
discute la reforma de la legislación laboral."
"No bien aprobadas, empero, las nuevas disposiciones montan
el caballo indómito del comportamiento social. Una es nuestra constitución
escrita. Otra nuestra constitución real." "Si eso es así, la tarea urgente de los
argentinos no es cambiar las leyes sino lograr que ellas, las que sean, se
cumplan.

Para esto hace falta una JUSTICIA EJEMPLARIZADORA que


32
todavía no existe. Va de suyo que el derecho de defensa en juicio -un bien muy
preciado- no autoriza a litigar con ligereza o deslealtad. Tampoco autoriza a
litigar con conciencia de la propia sinrazón ignorando olímpicamente las
constancias de autos que demuestran el conocimiento que ella tenía de la falta de
sustento de su posición. Tampoco autoriza a aprovecharse de la inexperiencia
del trabajador para inventar un despido inexistente ni para abonarle sumas "en
negro". Así como una patente de corso no autorizaba a robar pirateando en la
ilegalidad, el derecho de defensa no otorga un bill de impunidad.
El derecho de defensa en juicio debe ser utilizado dentro de los
límites éticos y legales que la moral y la ley determinan. Nadie desea privar de
ese derecho a la accionada. A tal punto no fue privado de ella que lo pudo ejercer
en su totalidad. Sin embargo una cosa es su ejercicio y otras muy diferentes son
las consecuencias de su accionar. El derecho de defensa en juicio no ha sido
afectado. Sin embargo, comprobada la temeridad, la mentira, el abuso, el
obstruccionismo y la deslealtad, su conducta debe ser sancionada. Nadie
pretende que al defender sus derechos las partes sigan una conducta angelical.
Sin embargo, al hacer su opción moral deben saber que no tienen garantizada su
impunidad.
La violación de la ley tiene que dejan de ser un negocio en la
Argentina. La impunidad tiene que terminar. La Justicia tiene la palabra.
Vuestros hijos, mis hijos y los hijos de millones de argentinos merecen vivir en
un país mejor en donde los vivillos severamente sancionados y el apego a la ley
sea respetado.
Por ello solicito que se revoque la sentencia en este aspecto y
se apliquen intereses art. 275 L.C.T. de DOS VECES Y MEDIA LA TASA
ACTIVA.

C.- EL MONTO DE LA INDEMNIZACIÓN DEL ART. 132 BIS L.C.T.: La a


quo hizo lugar a la indemnización prevista en el art. 132 bis L.C.T. dado que
consideró probado los tres supuestos establecidos en dicho norma. Ahora bien,
cuando estableció la cuantía de dicha indemnización no estableció la condena
establecida en dicha normativo sino que hizo una limitación no permitida por la
33
ley. Otra vez más se apartó de la ley y de la Constitución. Al respecto estableció
lo siguiente:
"Finalmente, en cuanto al reclamo por las sanciones
conminatorias dispuesto por el art. 132 bis de la LCT (texto según art. 43 de la
ley 25345) es de destacar que su procedencia se encuentra condicionada a la
acreditación de tres extremos. A saber: a) que se hubieren retenido aportes de
los enunciados en la primera parte de la norma; b) que no se los hubiere
ingresado (total o parcialmente) "a favor de los organismos, entidades o
instituciones a los que estuviere destinado"; c) que se hubiere cursado la
intimación previa -por el plazo de 30 días- requerida por el art. 1º del Dec.
Reglamentario 146/01. De la prueba informativa producida a AFIP, ver fs.
394/408, particularmente fs. 398, se desprende que durante 9 meses la empresa
omitió ingresar el aporte retenido. Por otro lado, a través de la CD 719266066
de fecha 12 de febrero del 2016 obrante en sobre anexo, encuentro
cumplimentada la intimación a la que refiere el art. 1 del citado decreto. Ahora,
sabido es que la norma en cuestión establece una sanción conminatoria a cargo
de la demandada equivalente al salario mensual devengado hasta que la
accionada ingrese los aportes. Lo expuesto, en el caso, llevaría a la aplicación
de una sanción que resulta absolutamente desproporcionado en relación a la
magnitud del incumplimiento detectado. Por ese motivo propongo reducir la
sanción a la de 9 salarios, suma que considero adecuada al ilícito del que se
trata. Ello pues, el importe nominal de la deuda que surge del informe de fs.
398 (INFORME AFIP) desde diciembre del 2013 aabril del 2014 y desde julio
del 2014 a diciembre del 2014, es de aproximadamente $4.475,94.- en tanto
que la sanción que acarrearía la aplicación lisa y llana del artículo 132 bis
sería de $4.015.000.- ($55.000-remuneración- x 73 -meses desde la intimación
a la sentencia-) más intereses. Para resolver en ese sentido hago propios los
conceptos vertidos por el Dr. Miguel Ángel Mazza en el fallo dictado por la Sala
II de la CNAT en los autos “ALBARELLOS, MARIANA NOELIA c/ GRUPEDUC
S.A. Y OTRO s/DESPIDO” sent. del 11/05/2017, donde expresó que “resulta
plenamente aplicable al sub examine lo dispuesto por el art. 794 in fine del
Código Civil y Comercial de la Nación- que mantiene la redacción del último
34
párrafo del art. 656 del Código Civil derogado, que se sitúa en la Sección 5º,
denominada “Obligaciones con cláusula penal y sanciones conminatorias” y
establece que “los jueces pueden reducir las penas cuando su monto
desproporcionado con la gravedad de la falta que sanciona, habida cuenta del
valor de las prestaciones y demás circunstancias del caso, configuran un
abusivo aprovechamiento de la situación del deudor”; razón por la cual, en base
a lo dicho desde antaño por el más Alto Tribunal del país respecto de que
“corresponde al prudente arbitrio del juez moderar las penas demasiado
rigurosas, teniendo en cuenta la gravedad del caso y las prácticas de los
tribunales” (Fallos:12:315), por lo que propicio modificar la cuantía de la
sanción del art. 132 bis de la ley 20.744".

La procedencia de la indemnización del art. 132 bis L.C.T. es


INDUDABLE. Lo que se debe revocar es la limitación de la sanción dictada por
el a quo ¿Por qué? Por los siguientes motivos:

- El art. 132 bis L.C.T. no establece -a diferencia de la indemnización prevista en


el art. 245 LC.T.- "tope" alguno al monto de la indemnización. La ley es clara al
momento de establecer el monto de la indemnización. No deja lugar a
interpretación alguna cuando establece que si al "momento de producirse la
extinción del contrato de trabajo por cualquier causa NO HUBIERE
INGRESADO TOTAL O PARCIALMENTE esos importes a favor de los
organismos, entidades o instituciones a los que estuvieren destinados, deberá a
partir de ese momento pagar al trabajador afectado una sanción conminatoria
mensual equivalente a la remuneración que se devengaba mensualmente a
favor de este último al momento de operarse la extinción del contrato de
trabajo, importe que se devengará con igual periodicidad a la del salario
HASTA QUE EL EMPLEADOR ACREDITARE DE MODO FEHACIENTE
HABER HECHO EFECTIVO EL INGRESO DE LOS FONDOS
RETENIDOS". Y la realidad es que hasta ahora eso no ha sido probado. Por
eso la a quo no puede invocar "topes" donde la ley no los impone. Y mucho
menos cuando el involucrado es un "sujeto de derecho de preferente tutela
35
constitucional" declarado así por la C.S.J.N. en Fallos como "Vizzotti",
"Aquino", "Rossi", entre otros.

- La a quo no ponderó el espiritu y finalidad de la norma (art. 132 bis L.C.T.). El


art. 2 del C.C.C.N. establece que "La ley debe ser interpretada teniendo en
cuenta sus palabras, sus FINALIDADES, las leyes análogas, las disposiciones
que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los
VALORES JURÍDICOS, de modo coherente con todo el ordenamiento". Es
evidente que el legislador al establecer la cuantía de la indemnización del art. 132
bis L.C.T. tuvo en cuenta o como finalidad proteger un VALOR JURÍDICO
para nada menor: el SISTEMA DE JUBILACIÓN Y LAS FINANZAS DEL
ESTADO. Imagínese V.E. que si para el empleador le resulta más barato no
ingresar los aportes retenidos al trabajador que pagar un indemnización menor
por hacer ello, tendremos más conductas de ese tipo. Y ello llevara a la quiebra el
sistema de jubilación que de -por sí- es deficitario. De hecho fíjese excia. que en
la última parte del art. 132 bis L.C.T. no se descarta ACCIONES PENALES
contra el que cometa ello. Este es uno de los pocos casos donde la ley de contrato
de trabajo prevee una ACCIÓN PENAL por cometer algunas de las
obligaciones previstas en su normativa. Ciertamente "retener" dinero del
trabajador que debe ser destinado a la Seguridad Social y sus Subsistemas
configura una RETENCIÓN INDEBIDA sancionada en el Código Penal
Argentina. Por ese -al contrario de lo sostenido por la a quo- la sanción fijada por
el art. 132 bis L.C.T. es razonable con el BIEN O VALOR JURÍDICO que se
intenta proteger (art. 2 C.C.C.N.).

- La jurisprudencia de la C.N.A.T. fue tajante al respecto:

* "El art. 43 de la ley 25345 dispone el pago de sanciones conminatorias a favor


del trabajador, cuando intimado fehacientemente el empleador a ingresar – en
los organismos de la seguridad social – los fondos retenidos, no lo cumpla. La
parte final indica que continuarán devengándose hasta la acreditación del
ingreso. Por ende, cuando llega firme a la Alzada el derecho a su percepción
36
(por otro periodo) debe concluirse, en mérito a la norma referida, que también
comprende los periodos posteriores hasta que los demandados acrediten haber
ingresado los fondos retenidos oportunamente" (CNAT Sala VIII Expte Nº
19.369/02 Sent. Def. Nº 31.113 del 18/3/2003 “Maceira, María Martha
c/Excelsitas SA y otro s/despido” (Morando – Billoch). En el mismo sentido,
Sala VIII Expte Nº 2.867/09 Sent. Def. Nº 38.377 del 21/8/2011 “De Robles,
Daniel Eduardo c/Obra Social Bancaria Argentina s/despido” (Catardo –
Pesino).

* "Toda vez que del informe pericial contable así como de la prueba informativa
en este caso, surge con claridad que la demandada al momento de la extinción
del contrato de trabajo tenía importante deuda pendiente por aportes de cuota
sindical, seguro de vida, obra social, etc., que no había depositado
oportunamente, y teniendo en cuenta que el actor cumplió con el requisito
establecido por el art. 146/01 en cuanto a la intimación para regularizar dicha
situación, es acreedor de un monto equivalente a la última remuneración
devengada mensualmente a su favor al momento de la rescisión del vínculo,
importe que se devengará mensualmente desde el despido hasta que el
empleador acreditare de modo fehaciente haber hecho efectivo el ingreso de
los fondos retenidos (art. 132 bis LCT). Lo dicho es sin perjuicio de la crítica
técnica y terminológica que merece la ley cuando denomina "sanción
conminatoria" a los "salarios continuatorios" (CNAT Sala VII Expte Nº
18186/02 Sent. Def. Nº 37.300 del 26/2/2004 “Puric, Julia c/ Hotelería y
Desarrollos SA s/ despido" (Ferreirós – Rodríguez Brunengo). En el mismo
sentido, Sala VII Expte Nº 18.974/09 Sent. Def. Nº 43.469 del 31/3/2011
“Mari, Liliana Marcela c/Filan SA s/despido” (Ferreirós – Rodríguez
Brunengo) y Sala VII Expte. Nº 20.561/2010 Sent. Def. Nº 44.219 del
30/03/2012 “Macoretta, Diego Damián c/Centralab SA s/despido”. (Rodríguez
Brunego – Fontana - Ferreirós).

* "Al tratarse de una sanción represiva - cancelatoria, consistente en el pago de


los salarios de manera continuada hasta el cumplimiento del deber jurídico
37
impuesto, el incumplimiento en análisis encierra más que un mero
incumplimiento obligacional de los deberes impuestos al empleador; por ende,
se está en el terreno de la responsabilidad contractual dolosa por el deliberado
incumplimiento de la obligación y que puede conducirnos a la responsabilidad
penal, según los casos. Por ello, la claridad de la norma y la gravedad del
incumplimiento no permite excusas habida cuenta que el dinero fue retenido
antes de ser "no ingresado", y eso es lo que no permite disminuir ni dejar de
lado la sanción prevista, ya sea el cumplimiento total o parcial, puesto que así lo
dice la norma" (CNAT Sala VII Expte Nº 16183/01 Sent. Int. Nº 25.675 del
5/8/2004 "Nápoli, Hector c/ Nabil Travel SRL s/ despido”. (Ferreirós -
Rodríguez Brunengo)

* "La multa prevista en el art. 43 de la ley 25345 difiere de la figura de la


sanción conminatoria. La norma en análisis resulta de aplicación cuando -
como en el caso- el empleador en su carácter de agente de retención incumple
con su obligación legal de efectuar el depósito de los aportes oportunamente
retenidos, y a diferencia de las sanciones conminatorias que pueden ser
reducidas, modificadas o incluso dejadas sin efecto (art. 666 bis CC), la norma
en análisis no contiene tal facultad" (CNAT Sala VII Expte Nº 16183/01 Sent.
Int. Nº 25.675 del 5/8/2004 "Nápoli, Hector c/ Nabil Travel SRL s/ despido”.
(Ferreirós - Rodríguez Brunengo)

* "Debe desestimarse la pretensión de morigeración de la sanción establecida


en el art. 132 bis LCT, con fundamento en la aplicación de lo dispuesto en el art.
666 bis del Código Civil pues, aun cuando la primera de las normas citadas
dispone la aplicación de una “sanción conminatoria”, no es susceptible de
conceptualizarse como una astreinte, ya que no coadyuva a la eficacia de una
decisión judicial, ni parte del juez en ejercicio de su imperium para obtener el
acatamiento de sus propias decisiones. Por otra parte, su monto no es
discrecional, pues está fijado expresamente sobre una base cierta y determinada
por la ley y no existe la posibilidad de su morigeración o eliminación por parte
del magistrado que la aplica" (CNAT Sala II Expte. N° 16.454/06 Sent. Def.
38
Nº 95.811 del 4/6/2008 “Zapata, Griselda Elizabeth c/Obra Social Bancaria
Argentina s/despido”. (Pirolo - González).".

Por ello la sentencia debe revocarse en este aspecto.

D.- LA EXTENSIÓN DE LA CONDENA A VIVIANA EMILCE VIGNOLO:


La a quo limitó la extensión de la condena sólo al socio gerente y rechazó la
demandada contra la otra socia de Davicom S.R.L. Ello es improcedente ¿Por
qué? Por lo siguientes motivos.

- Davicom es una empresa solamente constituida por dos personas: Gregorio


Daniel Deharbe y Viviana Emilse Vignolo. Seguramente todos los activos
patrimoniales -si es que ello ya no pasó- serán transmitidos a Vignolo. Con ello,
toda condena será "letra muerta" y deberá ser colgado en un "cuadro" porque
nunca podrá cobrarse. Todo el trabajo que la Justicia y el Suscripto han realizado
será en vano.

- Porque el art. 54 ley 19.550, en su tercer párrafo agregado por la ley 22.903,
establece que "la actuación de la sociedad que encubra la consecución de
fines extrasocietarios, constituya un mero recurso para violar la ley, el
orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de terceros, se
imputará directamente a los socios o a los controlantes que la hicieron
posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios
causados".-
Esta norma recepta los principios del "disregard anglosajón",
adaptándolo a nuestra sistema a través del instituto relativo a la inoponibilidad
de la personalidad jurídica, con dos finalidades expresas: a) permitir la
imputación directa de los actos abusivos o fraudulentos a quienes los hayan
cometido utilizando la sociedad como pantalla o instrumento.- b) amén de las
consecuencias que conlleve en cada caso el desbaratamiento del negocio abusivo
o fraudulento según el punto anterior, sancionar la responsabilidad solidaria de
39
socios y controlantes (Régimen de Sociedades Comerciales, Ley 19.550,
Revisada. ordenada y comentada por Jorge Osvaldo Zunino, Ed. Astrea, 5*
Edición 1988, pág. 114).-
Así se ha establecido que "si la demandada incurría en la
práctica de no registrar ni documentar una parte del salario de los

trabajadores, práctica comunmente llamada "pago en negro" y prohibida por


el art. 140 de la L.C.T. y art. 10 Ley 24.013, tal conducta constituye un típico
fraude laboral y previsional. Aunque no pueda afirmarse que tal pago en
negro encubre la consecución de fines extrasocietarios, dicha práctica es un
recurso para violar la ley el orden público laboral, la buena fe y frustra
derechos de terceros. En consecuencia, debe aplicarse al caso lo dispuesto por
el artículo 54 de la ley 19.550 en el párrafo agregado por la ley 22.903 y hacer
responsable a cada uno de los socios en forma solidaria" (C.N.A.T. Sala III,

11.04.97, "Delgadillo Linares Adela c/ Shatell S.A. y Otros" Errepar, T* 3,


Sumario N* 104.026.001).-
Extendiendo los alcances de la condena a los directores de una
sociedad anónima se ha establecido que "no se ha probado en autos que la
codemandada Silvia Cao fuera socia de Fuar S.A. por lo que no le resulta
aplicable el art 54 de la ley 19.550. Sin embargo, en su carácter de presidenta
del directorio de dicha sociedad y en virtud de lo dispuesto por el art. 274 de
dicho cuerpo legal, responde ilimitada y.solidariamente ante terceros -entre
quienes se encuentra la trabajadora actora- por la violación a la ley por falta
de registración de la relación laboral". (C.N.A.T. Sala III, 19.02.98, Duquelsy
Silvia c/ Fuar S.A. s/ Despido", Doctrina Judicial. 1999-2, pág. 144).-
Esta doctrina también es aplicable a los socios y gerentes de una
sociedad de responsabilidad limitada en virtud de lo dispuesto por el segundo y
tercer párrafo del art. 157 ley 19.550 que le asignan a aquellos los mismos
derechos, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades que los directores de
40
la sociedad anónima.
Al respecto la jurisprudencia ha dicho lo siguiente:

* De acuerdo a la nueva doctrina humanista sentada por la CSJN en los


fallos “Aquino” y “Vizzotti” , en los que a la luz del art. 14 bis de la CN y de
los Pactos Internacionales con jerarquía constitucional (art. 75.22 de la CN),
se hizo especial hincapié en que el trabajador es sujeto de preferente tutela, y
que el Estado, ante todo derecho humano debe proteger al hombre adoptando
medidas para velar que las empresas o los particulares no lo priven de tales
derechos, corresponde otorgarle una protección especial al trabajador y
verificar si realmente los integrantes de la sociedad demandada lo
perjudicaron con su accionar extrasocietario. En el caso, existió una relación
laboral defectuosamente registrada y al abonarle parte del salario en negro se
incurrió en evasión previsional, esta situación no sólo benefició a la empresa
sino también a los socios y administradores (menor costo laboral, mayor
incremento en las ganancias) de la misma y como contrapartida perjudicó al
dependiente. Para más, la principal cerró intempestivamente y no hubo
justificación de motivos como para considerar a las personas físicas
demandadas como ajenas a tales conductas. Por lo que tal situación se
enmarca en mal desempeño de sus funciones (art. 274 de la ley de sociedades).
(Del voto el Dr. Balestrini, en mayoría). CNAT Sala IX Expte N° 25.868/03
Sent. Def. N° 12.348 del 15/4/05 “Del Hoyo, Nicolás c/ Air Plus Argentina SA
y otros s/ despido” (Zapatero de Ruckauf – Balestrini - Pasini)

* Debe aplicarse la teoría de la penetración o desestimación de la


personalidad societaria (art. 14 LCT) cuando ha existido un uso desviado de
ésta, ya que se encuentra plenamente acreditado, en este caso, que los “pagos
en negro” obedecieron a una política sistemática, tendiente a evadir el pago de
las cargas legales, puesto que al reducirse el salario del actor y el personal en
un 50%, en forma unilateral por parte del empleador y pagarse en negro el
50% restante, es evidente que existió un accionar destinado a evadir el

41
cumplimiento de dichas cargas respecto de la mitad del salario y ello va más
allá de una defectuosa registración del salario de un empleado, constituyendo
un accionar fraudulento y contrario al orden público laboral. (Del voto de la
Dra. Pasini, en mayoría). CNAT Sala IX Expte N° 25.868/03 Sent. Def. N°
12.348 del 15/4/05 “Del Hoyo, Nicolás c/ Air Plus Argentina SA y otros s/
despido” (Zapatero de Ruckauf – Balestrini - Pasini)

* El socio o controlante debe hacer todo lo que esté a su alcance para impedir
que se concrete la actuación desviada de la sociedad y cuando el legislador
alude a la responsabilización del que hubiere hecho posible la actuación
desviada de la sociedad, obviamente, involucra al socio o controlante que pudo
haberla evitado y no lo hizo, obrando dolosa o culposamente (en este punto se
aplican las normas de derecho común, arts. 512; 902 y 1109 del C. Civil). En
tal contexto, desde que la falta de registro de un trabajador constituye un
recurso para violar la ley, el orden público, la buena fe y para frustrar
derechos de terceros, podrán imputarse los perjuicios sufridos incluso a los
socios controlantes que – con su obrar culposo- avalaron la actuación
disvaliosa no manifestando su disconformidad. CNAT Sala X Expte N°
29.278/02 Sent. N° 13.936 del 6/10/05 “Si egfried, Emmert c/ Ciccone
Calcográfica SA y otros s/ despido” (Scotti - Corach).

Por ello la sentencia debe revocarse en este aspecto.

E.- LA CAPITALIZACIÓN PERIODICA DE INTERESES PREVISTA EN


EL ART. 770, INC. "B", C.C.C.N. Si bien la a quo estableció la aplicación del
art. 770, inc. "b", C.C.C.N. Lo hizo de una manera errónea: ordenó -dentro del
proceso de conocimiento- una sólo capitalización y NO UNA
CAPITALIZACIÓN PERIÓDICA de ellos
Después de la sanción del Decreto de Necesidad y Urgencia N°
669/19 ya no puede haber dudas de la interpretación como debe aplicarse a los
arts. 623 del Código Civil de Vélez o al art. 770 del C.C.C.N. Y lo que resulta de
particular importancia es que ya hay una INTERPRETACIÓN OFICIAL sobre
42
la forma en que se deben aplicar los intereses a partir de la mora. La ley 27.348
había establecido en su art. 11 una modificación al art. 12 inciso 3°de la ley
24.557 de accidentes que dejó a esta norma con el siguiente texto: "A partir de
la mora en el pago de la indemnización será de aplicación lo establecido por
el artículo 770 C.C.C.N. ACUMULÁNDOSE LOS INTERESES AL
CAPITAL, y el producido devengará un interés equivalente al promedio de
la tasa activa cartera general nominal anual vencida a treinta días del Banco
de la Nación Argentina, hasta la efectiva cancelación". Esta norma para la
MORA en el pago de las obligaciones fue modificada por el Decreto de
Necesidad y Urgencia N° 669/19 que establece que en caso de mora en el pago
de las indemnizaciones dentro del plazo debido se aplicará un interés
"equivalente al promedio de la tasa activa cartera general nominal anual
vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina, hasta la efectiva
cancelación, ACUMULÁNDOSE LOS INTERESES AL CAPITAL EN
FORMA SEMESTRAL, según lo establecido por el art. 770 del Código Civil
y Comercial de la Nación.

Al leer el párrafo inicial del art. 770 del Código Civil y


Comercial Unificado -"no se deben intereses de los intereses"- parecería que se
ha mantenido el principio general de la prohibición general del anatocismo con
cambios y excepciones que, apenas las analicemos con cuidado, demostrarán que
la aplicación de tal principio puede considerarse excepcional.
En los incisos "a", "b", "c" y "d" del art. 770 del Código Civil y
Comercial se establece que el anatocismo está permitido en cuatro casos a los
que identificaremos con denominaciones que resumen su contenido.

a) Anatocismo Convencional : Una cláusula expresa autorice la acumulación


de los intereses al capital con una periodicidad no inferior a seis meses.

b)Anatocismo Judicial en un proceso de conocimiento: La obligación


se demande judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha de
la notificación de la demanda.
43
c) Anatocismo Judicial en un proceso de ejecución: La obligación se liquide
judicialmente; en este caso, la capitalización se produce desde que el juez
manda pagar la suma resultante y el deudor es moroso en hacerlo.

d) Anatocismo legal: Otras disposiciones legales prevean la acumulación.

Si la ley permite el anatocismo en esos casos cabe


preguntarse qué queda fuera de ellos: los anatocismos permitidos, aunque
parecen excepciones, en la práctica son la regla. Cabe preguntarse, entonces, en
qué casos está prohibido el anatocismo. La conclusión es evidente: la prohibición
del anatocismo sólo regirá para el cobro de intereses sobre los intereses que un
prestamista pretendiera imponerle unilateralmente a un prestatario -haya mora o
no- sin el consentimiento de éste. Es una hipótesis absolutamente excepcional.
Yo no puedo imaginar otra. Y realmente me resulta impensable que alguien
pueda prestar dinero -contrato de mutuo- sin usar el anatocismo que autoriza el
inciso "a" del art. 770 del Código Civil y Comercial.
Aclarado que, a mi juicio, el Código Civil y Comercial autoriza
el anatocismo en los casos que hemos denominado "convencional", "judicial" y
"legal", cabe preguntarse con qué periodicidad puede hacerse esa capitalización
de intereses.
En el caso del "anatocismo convencional" el mentado art.770
inc. "a" establece que puede pactarse con una periodicidad no inferior a seis
meses. La realidad es que dicha limitación es intrascendente. Si el prestamista
quiere imponer intereses del 2 % mensual con capitalización de ellos cada treinta
días superará fácilmente la pseudo limitación legal aplicando ese 2 % con la tasa
de interés compuesta. Como una tasa del 2 % mensual (tasa nominal adelantada)
con capitalización mensual de los intereses cada treinta días equivale al 12,62 %
semestral (tasa efectiva semestral) bastará con que en el contrato de mutuo
consigne intereses del 12,62 % semestrales con capitalización de ellos cada 180
días para obtener los mismos réditos que habría obtenido con una tasa del 2%
44
mensual con capitalización de ellos cada treinta días. ¿Se comprende?
Lo cierto es que ello quedará librado a la voluntad y acuerdo de
las partes -"pacta sunt servanda"- sin impedimento legal alguno.
En el caso del "anatocismo judicial" una lectura superficial
de la norma y sin evaluar las consecuencias absurdas de ella, puede llevar a los
jueces a sostener que la ley sólo autoriza dos capitalizaciones -y sólo dos- de
intereses: una en la fecha de notificación de la demanda (art.770 inc. "b" del
Código Civil y Comercial); la otra en la fecha de la mora en el cumplimiento de
una sentencia de condena (art.770 inc. "c" del Código Civil y Comercial). No
creo que sea así. En efecto ¿puede la interpretación de las leyes y del derecho
conducir a resultados absurdos? ¿Puede la ley interpretarse con apartamiento de
la redacción literal de ella? Evidentemente no. Creo fervientemente que no debe
ni puede pasar. Sin embargo, si la justicia avalara tal curiosa interpretación se
arribaría a un resultado práctico disparatado y disvalioso: el acreedor que
demandara a su deudor con diligencia y prontitud a su deudor cobraría, con esta
interpretación, menos intereses que el acreedor poco diligente o activo en la
tramitación del proceso. Los ejemplificaré con una tasa de interés del 2 %
mensual:

* Acreedor diligente.
- Mora del deudor 1.01.16
- Notificación de la demanda 1.04.16
- Sentencia del 1.04.19
- Liquidación al 1.04.19
Capital al 1.01.16 $ 100.000
Intereses 1.01.16 al 1.04.16 (6 %) $ 6.000
Capitalización (art.770 inc "b" C.C.C.) $ 106.000
Intereses 1.04.16 a 1.04.19 (72 %) $ 76.320
Total al 1.04.19 $ 182.320

* Acreedor poco diligente


- Mora del deudor 1.01.16
45
-Notificación de la demanda 1.04.18
- Sentencia del 1.04.19
- Liquidación al 1.04.19
Capital al 1.01.16 $ 100.000
Intereses 1.01.16 al 1.04.18 (54 %) $ 54.000
Capitalización (art. 770 inc "b" C.C.C.) $ 154.000
Intereses 1.04.18 al 1.04.19 (24 %) $ 36.960
Total al 1.04.19 $ 190.960

La interpretación respaldatoria de la idea de que durante el


proceso sólo se pueden capitalizar intereses por única vez en la fecha de
notificación de la demanda VIOLA EL SENTIDO COMÚN Y LA LÓGICA
DEL DERECHO. Por ello resulta lógico que el art. 770 inc "b" del Código
Civil y Comercial establezca que la capitalización de intereses "opera DESDE
la fecha de la notificación de la demanda" determinando, de tal manera un
"punto de inicio" para la capitalización de los intereses -la fecha de la
notificación de la demanda- y no un "punto final" para ella. Desde la mora y
hasta la fecha de notificación de la demanda el legislador ha otorgado al deudor
un “período de gracia” en donde no se capitalizan periódicamente los intereses.
A partir de la fecha de la notificación de la demanda cesa ese período de gracia
¿Por qué? Porque el deudor puede evaluar la procedencia del reclamo y allanarse
a él. Al continuar el juicio no puede favorecerse de esa “gracia”: los intereses
deberán capitalizarse periódicamente. La palabra "DESDE" es la que define el
sentido del texto legal que analizamos. Dice el diccionario que la palabra
DESDE "denota el punto, en tiempo o lugar, de que procede, se origina o ha
de empezar a contarse una cosa, un hecho o una distancia". El sentido literal
de la frase -salvo que los autores del C.C.C. no supieran redactar- indica que a
partir de esa fecha comienza, sin agotarse, la capitalización periódica de los
intereses. Para que pudiera interpretarse de otra manera -y suponiendo que los
redactores sabían escribir- dicha norma tendría que haber establecido que la
capitalización de intereses "opera POR ÚNICA VEZ EN la fecha de la
46
notificación de la demanda".
De ello se desprende que la ley establece la obligatoriedad de
capitalizar periódicamente intereses judiciales sin regular la frecuencia con la
que ella -la capitalización acumulativa- debe producirse. Como acá las partes no
pueden pactar los intereses a aplicarse -para lo cual las partes de un contrato de
mutuo seguramente tendrán en cuenta la limitación de la capitalización a
períodos semestrales que establece el inciso "a" del art 770 mencionado- yo creo
que los intereses judiciales se deberán capitalizar mensualmente. En efecto, el
art. 770 del Código Civil y Comercial unificado autoriza el anatocismo para el
caso de los créditos demandados judicialmente. Dicha norma agrega que la
“acumulación” opera desde la fecha de la notificación de la demanda. Al decir
“opera desde” lo que la ley afirma es que desde allí corresponde la capitalización
de intereses: a) desde la mora y hasta la notificación de la demanda los intereses
se calculan sobre el capital histórico sin acumulación; b) a partir de la
notificación de la demanda y hasta la liquidación de la sentencia la acumulación
se vuelve operativa y debe producirse periódicamente hasta el momento del
efectivo pago.
Como la ley no establece con qué periodicidad deben
capitalizarse los intereses, creo que debe hacerse mensualmente. ¿Por qué?
* Porque la inflación se capitaliza mes a mes;
* Porque al usarse tasas de interés bancarias ellas se deben aplicar en la misma
forma en que lo hacen los bancos: con capitalización mensual.

Por lo que debe revocarse el fallo en este aspecto ordenarse una


capitalización mensual de los intereses.

F.- LA REMUNERACIÓN COMPUTABLE: La a quo no computó para


calcular la mejor remuneración computable los aportes que debió retener la
demandada por los pagos "en negro" ni el monto que abonaba por la prepaga
OSDE al actor.
Ello es incorrecto. ¿Por qué? Porque Davicom le pagaba
mensualmente la cuota de la medicina privada OSDE Plan 410 -uno de los
47
mejores- que al cese ascendía a la suma de $ 4.945. El pago de esta suma de
dinero, debe integrar la remuneración del trabajador. Así lo ha entendido la
jurisprudencia que al respecto sostuvo lo siguiente: “Si la empleadora incorporó
a un sistema de medicina prepaga al trabajador y fue una de las condiciones
esenciales ofrecidas al momento de la contratación, también se trata de un
rubro remuneratorio aunque el trabajador derive a dicha medicina prepaga
sus aportes de obra social. En igual sentido ya se había expedido la Cámara
Nacional de Apelaciones del Trabajo en los fallos “Bruno Raúl Hernán c/
Hexagon Bank Argentina S.A. y otro s/ despido” (Sala IX, 9-feb-2011,
MJJ64954 ); “Copolechio Daniel Julio c/ Elvetium S.A. s/despido” (Sala X, 16-
ago-2005, MJJ33427 ); y “Dengra Adrián Eduardo c/ Nestlé Argentina S.A. s/
diferencias de salarios” (Sala III, 13-abr-2009, MJJ44615 ); entre otros.
También, la decisión de abonarle en negro los haberes fue
adoptada por la demandada para quedarse con los aportes y contribuciones para
la seguridad social. De tal forma no sólo evadía las contribuciones que como
empleador debía hacer al sistema sino que además se apropiaba de los aportes
que le retenía al actor.
En suma, la empresa se apropiaba del 11 % que el actor debía
utilizar para su jubilación y del 3 % que debía aportar para la obra social y del 3
% destinado al INSSJP. La única que obtuvo un lucro de esta apropiación fue la
demandada pues el actor no pudo gozar de los beneficios propios del sistema de
seguridad social.
Por ello la verdadera remuneración computable debería estar
confirmada con el sueldo bruto devengado ($ 72.224) que corresponde a los
haberes netos de bolsillo de $ 59.945 mensuales que hemos indicado.
El mismo se conforma de la siguiente manera:

- Sueldo Mensual Bruto que corresponde $ 72.224,00


- Descuento A.F.J.P. (11 %) ($ 7.945,00)
- Descuento INSSPJ ( 3 %) ($ 2.167,00)
- Descuento Obra Social (3 %) ($ 2.167,00)
- Sueldo Neto Pactado $ 59.945,00
48
Es curioso el resultado del fallo. Si la empresa hubiera
cumplido con la ley registrando correctamente todos los adicionales que
pagaba en negro -incluyendo OSDE- debería haber calculado todos los
créditos indemnizatorios con una mejor remuneración normal y habitual de
$ 72.224. Como violó la ley, el fallo la "beneficia" al obligarla a pagar todos
los créditos con un sueldo mucho menor: $ 55.000. O sea que coloca a la
víctima de la violación de la ley como "complíce" del delincuente. La a quo
debe creer que el actopr estaba en condiciones de exigir el cumplimiento de
la ley sin perder un empleo como el suyo: de nivel gerencial.

Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha


establecido que: "Si bien en el art. 245 L.C.T. literalmente se alude a la
mejor remuneración mensual, normal y habitual "percibida" tanto el
espíritu de la ley como el propósito del legislador fueron establecer que el
módulo para el cálculo de la indemnización por despido sea la
remuneración "que se debió percibir" ya que de lo contrario no sólo se
permitiría el indebido beneficio del empleador deudor sino que también se
dejaría librada la determinación del importe del resarcimiento al exclusivo
arbitrio del moroso" (C.S.J.N. XXII-B.373 del 12.11.91 "Bagolini, Susana c/
Instituto Tecnológico de Hormigón S.A.").

Por ello la sentencia debe revocarse en este aspecto.

G. LOS CERTIFICADOS DE TRABAJO: en la demanda nosotros


reclamábamos la entrega de tres documentos distintos. Decíamos lo siguiente:
"Diversas leyes establecen la obligatoriedad de entregar al
trabajador distintos documentos que acreditan la relación laboral y el
cumplimiento efectivo de las obligaciones de la seguridad social.
En tal sentido demandamos que Davicom Comunicaciones
S.R.L. le entregue al actor los documentos que seguidamente detallaremos
confeccionados con los datos reales de la relación. Los documentos cuya
49
entrega se demanda son los siguientes:

1) un certificado de trabajo que contenga indicaciones sobre “el tiempo de


prestación de servicios, naturaleza de éstos, constancia de los sueldos percibidos
y de los aportes y contribuciones efectuados con destino a los organismos de la
seguridad social” (art. 80 tercer párrafo L.C.T.);

2) una constancia documentada del ingreso real de los aportes y


contribuciones de la seguridad social (art. 80 L.C.T. primer y segundo párrafo);

3) una certificación de servicios y remuneraciones fórmula Anses PS. 6.2. (art.


12 "g" in fine ley 24.241).-"

Son tres documentos distintos. Y el segundo es esencial porque


obliga al empleador a ingresar los aportes y contribuciones de la seguridad social
evadidos. Y lo establece como obligación contractual por lo que autoriza al
trabajador a reclamarlos.
Hay un fallo de la S.C.B.A. que los describe diferenciadamente
de la siguiente manera:

"La obligación instrumental del empleador establecida en el párr. 2, Art. 80,


LCT, consiste en la entrega del certificado de trabajo y supone informar con
veracidad acerca de los datos que la misma norma señala (tiempo de
prestación de servicios, naturaleza de los mismos, constancias de sueldos
percibidos y de aportes y contribuciones realizados con destino a la Seguridad
Social), a los que debe agregarse la información que dispone el artículo sin
número del cap. VIII del tit. II, incorporado a la Ley de Contrato de Trabajo
por la ley 24.576. Pero con ella no se agota el contenido obligacional de la
norma pues el empleador debe, además, entregar la constancia documental a
la que precisamente alude el recurrente en la presentación bajo examen. La
ley no establece que forma ha de tener el certificado y algunas empresas lo
emiten en el formulario PS62 de la ANSES (como acontece en la especie),
llamado “certificación de servicios y remuneraciones”. Sin embargo, aunque
tales instrumentos contienen datos similares (no siempre coincidentes), sus
50
finalidades son distintas: el previsto en La Ley de Contrato de Trabajo está
destinado a su exhibición a los fines de la obtención de un nuevo empleo,
mientras que mediante el restante se procura una prestación previsional. Más
allá del formulario escogido por la demandada para extender la certificación
en cuestión, resulta evidente que la misma no abastece los requerimientos que
la norma impone. Tampoco se adjuntó la correspondiente constancia del
ingreso de los fondos de la Seguridad Social y Sindical (esto último si
correspondiere), por lo que el recurso, en esta parte, debe prosperar. En
consecuencia, debe revocarse la sentencia en ese tramo y ordenarse el
cumplimiento de la entrega del certificado de trabajo en los términos previstos
en el Art. 80, LCT, y la constancia documentada referida (art. 80, párr. 1)”
(S.C.B.A., Causa L 100.241, Sanchez, Jorge A v. Jafer S.R.L. s/ Despido.
Sentencia del 26.1.2010.)"

Con la misma desprolijidad que exhibió en los anteriores


rubros, la a quo sólo condenó a la demandada a entregar "los certificados de
remuneraciones y servicios previstos por el art. 80 L.C.T." bajo apercibimiento
de aplicar astreintes que en otros casos se limitaron a 30 días. Otra vez la Justicia
a favor del empleador incumplidor.
La realidad es que la sentencia es poco clara. Yo podría haber
articulado una aclaratoria pero ante la exigüedad de los plazos habría que tenido
que apelar lo mismo. Así que por razones de economía procesal introduzco el
tema ahora.
Pido que con claridad se pronuncien sobre los tres documentos
reclamados, por separado. Quiero que a mi cliente la empresa le ingreses los
aportes y contribuciones de la seguridad social que ha evadido

H.- LA REGULACIÓN DE HONORARIOS: El a quo nos ha regulado sólo un


7,15 % ($ 1.487.800 de regulación de sentencia respecto de $ 20.791.784,56 de
condena de capital e intereses C.N.A.T.) de la escala para quienes hemos actuado
en la doble condición de apoderados y patrocinantes. El mínimo legal que nos
correspondía era del 14,30 % ( 11 % por mi actuación como patrocinante más
un mínimo miserable del 30 % por mi actuación como apoderado).
Inconstitucional y discriminatoriamente la L.O. nos impone un tope del 20 % que

51
no existe en los demás fueros. Si ese tope podía justificarse antes de 1997 cuando
el procedimiento era totalmente de oficio hoy no se entiende. Y menos se
entiende que no exista regulación alguna del 20 % en toda las historia del fuero
que conozco desde hace 40 años cuando la mayoría de ustedes ni eran abogados.
Debo concluir que para la a quo nuestro trabajo es propio de un
principiante y de una calidad pobrísima. A esta representaciòn letrada le
REGULÓ POR DEBAJO DEL MINIMO LEGAL. A la a quo no le importa
mi creatividad, no le interesa mi talento, no le importa mis aportes al juicio ni
mis derechos. No le importa mi extenso y calificado alegato, base de la
sentencia. Nada le importa. El mandato social es igualar para abajo, beneficiar a
los mediocres y castigar el talento. Me castiga por todos lados. Licúa los
créditos, hace quitas improcedentes, regula porcentajes por debajo de la ley.
Con 73 años, y más de 40 de caminar el fuero, conozco la
mentalidad de muchos jueces, no todos por suerte. Tal como me lo dijo una vez
un juez, ya jubilado, en la Justicia muchos aplican una especie de "esmuchismo"
y un "masomenismo" que aterran. Ignoran que para ganar el sueldo de un juez de
Cámara -ese creo que es mi nivel- debo recaudar tres veces más por mes. ¿Por
que? Porque cuando un juez gana $ 600.000 pesos netos por mes su ingreso se
integra con muchos beneficios pagos por su empleador -vacaciones de un mes y
medio pagas, aguinaldos, licencias por enfermedad, licencias por accidentes,
coberturas por A.R.T., aportes y contribuciones de la seguridad social para poder
jubilarse con sueldo completo, etc, etc.- que en los cálculos actuariales de costos
que conozco representan un 100 % de la remuneración neta. Un juez le cuesta al
empleador $ 1.200.000 mensuales -el famoso costo laboral- para que al final
solo reciba neto $ 600.000. Y a ese $ 1.200.000 necesario para equipararse a un
juez en sueldos netos y beneficios, el profesional independiente debe agregar
mínimo $ 600.000 de alquileres del estudio, muebles y útiles, sueldos del
personal, cargas sociales, impuestos de todo tipo y color, impuesto a las
ganancias de un promedio del 35 %, instalaciones informáticas, servicios de
internet, agua, electricidad, gas., telefonía fija y móvil, lex doctor, nosis, y mil
gastos más. Ese prejuicio -"cuánto que ganan los abogados por un juicio grande
(porque de los chicos en los que casi trabajamos gratis, ni se acuerdan)" es lo
52
que conduce a resultados como los que emergen de regulaciones similares a las
de este juicio: son violatorias de la ley y no valoran el talento y esfuerzo
abogadil.
Como mi labor ha sido excelente pido que me regulen el 20 % del
monto total que resulte de la liquidación del art. 132 L.O. Así, en porcentajes,
como siempre se hizo con resultados óptimos. Y pido el 20 % -una cifra que
nunca van a regular aunque uno escriba un tratado de derecho- con la esperanza
de que me regulen el 19 %. Eso es lo que corresponde.
Y por mi actuación en la Alzada pido una regulación del 35 % de lo
devengado por mi actuación en la instancia inferior.

IV.- CASO FEDERAL: por todo lo expuesto hago expresa reserva del caso
federal para recurrir ante la Corte Suprema mediante recurso extraordinario
federal.

V.- PETITUM: Por lo expuesto solicito que se revoque la sentencia en lo que ha


sido materia de agravio con imposición de costas a la contraria.

Proveer de Conformidad,
SERÁ JUSTICIA
Juzg. 67

53
CONTESTO TRASLADO

Excma. Cámara de Apelaciones del Trabajo:

Patricia Alba Sanmamed, abogada inscripta al T° 69 F°639 del


C.P.A.C.F apoderada de la demandada, mantengo domicilio en Avenida Callao 384,
Entrepiso, Oficina 6, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y electrónico en
27184272461 y 20141890396, en autos caratulados “RODRÍGUEZ, Hugo Damián
c/ RECONDEL S.R.L. s/Despido” Expte. 63.633/2012 a V.E.
respetuosamente me presento y digo:

I-OBJETO
Que vengo por el presente a contestar traslado de la expresión de agravios de
la apelación intentada por la actora y a solicitar se confirme lo resuelto por
el aquo con respecto al rechazo de la aplicación de sanción por temeridad y malicia.

II- IMPROCEDENCIA DE LA SANCION POR TEMERIDAD Y MALICIA


Podría iniciar diciendo que el distinguido colega me ofende tildándome de
mentirosa, corsaria, cobarde, mafiosa, entre otras sutilezas que desliza amparado por
un anónimo teclado, más propias de un ping pong en redes sociales que de una
presentación judicial, pero luego recuerdo que provienen del mismo letrado que le
daba órdenes a V.S. para que removiera al perito contador (otro delincuente ése, en
palabras del vehemente abogado) al inopinado grito de “¡Remuévalo, Excia!”, sin que
acertara yo a entender qué significa para él esa abreviatura que a mí me sonaba a
“excrecencia” y que, por si fuera poco, además escribe en mayúsculas cuando las
normas de la gentileza y buenas costumbres indican que equivale a gritar; entonces ni
me inmuto, en el barrio decíamos “tomalo como de quien viene”. Cosas…
Ironías aparte, ironías que me permito porque jamás le llamaron la atención al
doctor ante ninguna de las muchas bravuconadas teñidas de sesudos y soberbios
razonamientos que escribió durante todo el proceso por lo tanto tampoco debieran
hacerlo conmigo, sólo he de agregar que la verdad y la mentira son conceptos
relativos y que en los procesos judiciales los jueces tratan de llegar a los verdaderos
hechos de la manera más acertada posible ya que la evidente circunstancia de no
haber asistido en persona a los sinnúmeros de conflictos que se arriman a los
tribunales dificulta grandemente su absoluta objetividad y/o virtudes adivinatorias
que el colega pretende tengan para distinguir mentira donde no la hay,
donde sólo advierten estrategia de trabajo con un fin determinado, sea que funcione o
no.
La actora obtuvo una sentencia favorable pues trabajó sus
testigos, porque apretó al contador y porque cierta prueba arrimada por esta parte no
se sostuvo, no se informó bien en los términos pedidos, pero de ahí a deducir que allí
o en una registración contable deficiente que no tengo modo de anticipar, en primera
porque no soy contadora, y en segunda, porque debo confiar en lo que el cliente me
informa, hay temeridad y malicia existe un trecho y es largo: el obrero
despedido efectivamente dejó de concurrir a trabajar, fue el único que no aceptó las
nuevas condiciones y, como no sea mudándole la planta a su casa, no había modo de
continuar con la relación laboral que se extinguió como lógica consecuencia de su
actitud.
Los argumentos llevados a Cámara con respecto a la temeridad y malicia
rechazadas en primera instancia pueden parecer interesantes, pero cansan al lector
porque no se limitan a una apreciación objetiva, científica y austera de los supuestos
agravios, sino que se extienden a lo largo de carillas y carillas haciendo caso omiso
de la economía procesal y de los bosques nativos arrasados de paso, sabrá Dios con
qué intención como no sea el lucimiento literario del dr. Rubio en su rol
de conspicuo adalid de los trabajadores. Su salud coronaria debiera inquietarle un
poco a la luz de su ingente esfuerzo por obtener justicia en un país donde pocas cosas
funcionan bien.
En coincidencia con el a quo entiendo que no existe en el
expediente evidencia alguna de propósitos obstruccionistas o dilatorios en los
términos del art. 275 de la L.C.T., no se ha cuestionado la existencia de la relación
laboral y no se ha hecho otra cosa que ejercer el derecho de defensa ante una acción
que prosperó porque la lectura de la prueba que realiza es favorable a la actora, pero
eso no es suficiente para calificar de temeraria o maliciosa la conducta asumida por el
perdidoso que sostuvo una decisión tomada en absoluta libertad y en uso de los
derechos de organización y dirección que, mal que le pese a la representación de la
actora, le corresponden así como su defensa ante la acción.
Por lo expuesto solicito a los Señores Jueces de la Excelentísima Cámara de
Apelaciones del Trabajo rechacen el agravio que peticiona la actora con respecto a la
no aplicación de la sanción por temeridad y malicia a mi representada y confirme la
decisión del aquo.
Quieran V.E. proveer de conformidad que
SERA JUSTO.-
Poder Judicial de la Nación
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SALA II
SENTENCIA DEFINITIVA

EXPEDIENTE NRO.: 21412/2018

AUTOS: MONTENEGRO, GABRIEL HUGO c/ DAVICOM COMUNICACIONES


S.R.L. Y OTROS s/DESPIDO

VISTO Y CONSIDERANDO:
En la Ciudad de Buenos Aires, luego de deliberar, a fin de considerar los recursos
deducidos en autos y para dictar sentencia definitiva en estas actuaciones, los integrantes
de la Sala II, practicado el sorteo pertinente, en la fecha de firma indicada al pie de la
presente proceden a expedirse en el orden de votación y de acuerdo con los fundamentos
que se exponen a continuación.

El Dr. José Alejandro Sudera dijo:


Contra la sentencia dictada el 11/5/2022 se alzan la parte actora
y los codemandados en los términos que vierten en los escritos incorporados al sistema
Lex 100 el 24/5/2022, respectivamente.
Se quejan los codemandados porque la Sra. Juez de grado
consideró injustificada la decisión de despedir al trabajador; por el modo en que fue
valorada la prueba testimonial; y porque tuvo por acreditada la fecha de ingreso invocada
en la demanda. También se agravian porque la judicante tuvo por demostrada la existencia
de pagos de manera marginal; porque se los condenó al pago de la multa del art. 80 LCT y
al incremento establecido en el art. 2º de la ley 25323.
La parte actora se queja porque la judicante rechazó el pedido
de declaración de inconstitucionalidad referido a la prohibición de indexar establecida en
los arts. 7 y 10 de la ley 23928 y arts. 4 y 5 de la ley 25561. Asimismo, se agravia porque
se rechazó la aplicación de la sanción establecida en el art. 275 LCT; por el monto
establecido en concepto de art. 132 bis LCT; y porque no extendió la condena solidaria
contra la codemandada Viviana Emilce Vignolo. A su vez, critica que no se haya hecho
lugar a la capitalización periódica de los intereses; porque la judicante no incluyó la suma
abonada en concepto de medicina prepaga; y porque, según dice, la sentenciante no fue
clara al establecer la condena a hacer entrega del certificado de trabajo previsto en el art.
80 LCT.
I.- Delimitados de este modo los temas traídos a conocimiento
de este Tribunal, por razones de orden metodológico analizaré en primer lugar la queja de
los codemandados en torno a la conclusión de la a quo según la cual la decisión resolutoria
resultó injustificada.

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Arriba firme y sin controvertir a esta Alzada la conclusión de
la a quo según la cual “estamos frente a un despido directo con expresión de causa
mediante acta notarial de fecha 04 enero del 2016…”. De la misma manera, llega firme a
esta instancia, lo expuesto por la judicante en cuanto a que “…la demandada en el acta
notarial rescisoria (ver sobre anexo) aduce que ante los “indeseables y constantes
infortunios suscitados e incrementados a lo largo del último año”, sumado al “último
suceso ocurrido el 21 de diciembre del 2015 a las 11.30hs aproximadamente”, y
explicando que estando el Sr. Monsalvo, en el cumplimiento de sus funciones, es que
comienza a insultar al gerente de la empresa, Sr. Deharbe, -según dice- invitándolo a
pelear en la calle “como era de costumbre” comprometiendo la integridad física de un
tercero. Refiere que, a ello, hay que sumar las denuncias y quejas por malos tratos por
parte de empleados dependientes y clientes, sin siquiera enunciar o detallar a quienes,
atribuyendo así al actor un “comportamiento inaceptable, absolutamente contrario a
derecho y en especial a sus obligaciones como trabajador” y alegando que por “pérdida
de confianza” lo despide por su exclusiva culpa”.
De acuerdo a lo expuesto, obviamente a cargo de la
exempleadora se encontraba acreditar la existencia y entidad de los motivos en los que
pretendió fundar la decisión resolutoria (art. 377 CPCCN); pero estimo que estuvo muy
lejos de haberlo logrado.
En efecto, tal como fue señalado en el fallo recurrido no
existe ningún elemento de juicio que acredite los incumplimientos alegados en la carta
documento resolutoria (que remite a los hechos detallados en el acta notarial especificada).
Las declaraciones de Di Marco, Bevaqua y Benítez carecen de eficacia probatoria a fin de
demostrar las supuestas injurias invocadas por la accionada (cfr. art. 90 LO). Obsérvese
que la declaración de la testigo Di Marco (fs. 302) respecto de la cual hacen puntual
referencia los codemandados en el memorial recursivo, no resulta suficiente para
demostrar los hechos injuriosos imputados al demandante, en la medida que, más allá de
que la deponente realiza una descripción de la situación que habría desencadenado el
despido del actor, lo cierto y concreto es que luego indicó no haber estado presente en el
momento de la supuesta discusión, que estaba en una oficina cercana, por lo que tampoco
pudo precisar cómo se originó el conflicto que, en definitiva, tampoco presenció.
Asimismo, si bien indicó que el conflicto había ocurrido en diciembre de 2015, dijo no
recordar la fecha. Por otra parte, si bien la testigo indicó que el actor tenía “un problema
con el género femenino”, pues con todas las mujeres que trabajaban en la empresa
tenía algún inconveniente y que ello lo había vivido en carne propia, porque cada
comentario que hacían “venia el gaste, menosprecio o desestimación”; lo cierto es que,
más allá de que dicha cuestión no fue específicamente introducida por la ex empleadora al
momento de decidir el despido del trabajador, la deponente también indicó que la empresa

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había tomado medidas con respecto a ello y que, en definitiva, la relación del actor con
sus compañeros de trabajo era buena al igual que la relación con los superiores.
Asimismo, los testimonios de Bevaqua Emanuel (fs. 306) y
de Benítez (fs. 392) tampoco aportan evidencia objetiva a la cuestión. Obsérvese que
Bevaqua, si bien declaró que el Sr. Montenegro era “una persona de carácter” lo cierto es
que indicó que nunca había tenido “roce” con él ni había trabajado bajo sus órdenes, por lo
que sus dichos carecen de toda eficacia a los fines pretendidos por los recurrentes.
Asimismo, Benítez dijo desconocer cómo era la relación del actor con el gerente, Daniel
Deharbe y, menos aún, cómo era con sus compañeros. Indicó no recordar si el accionante
había tenido algún problema puntual con algún compañero de trabajo y que tampoco podía
recordar si había trato diferenciado del actor hacia sus compañeras de trabajo. Si bien
luego señaló tener “un vago recuerdo” de cómo era el vínculo del actor con sus
compañeros de trabajo y se atrevió a calificarlo como tirante y no fluido, lo cual –según
dijo- lo llevó a decidir el cambio de trabajo, pues había discusiones entre Leonetti,
Chamorro y el actor en las que dice se elevaba el tono de voz, lo cierto es que, como fue
destacado por la judicante, el deponente no pudo identificar o distinguir a una persona
causante, por lo que la declaración de este testigo tampoco aporta evidencia objetiva a la
cuestión.
En definitiva, como fue señalado por la Sra. Magistrada de
grado, en virtud del principio de buena fe y de continuidad de la relación laboral (conf.
arts. 10 y 63 de la LCT) la empleadora, previo a decidir la aplicación de la máxima
sanción, debió encausar la conducta del trabajador mediante otras sanciones
disciplinarias previas y acordes a la irregularidad endilgada (apercibimiento o
suspensión disciplinaria). Es decir que, aún colocándonos en la hipótesis de que el actor
hubiera incurrido en la falta que se le imputa, es evidente que no revestía carácter
impeditivo del mantenimiento de la relación y que -acaso, de haber existido- bien pudo
haber sido sancionada mediante una medida proporcionada a su significación (conf. arts.
67 y ssgtes. LCT) antes que adoptar la extrema decisión de resolver el vínculo (arg. arts.
10, 62 y 63 LCT); sobre todo, si se tiene en cuenta que no contaba con sanciones
disciplinarias previas. En tales condiciones, encuentro que el despido careció de causa
legítima; y, en esa inteligencia, he de desestimar el segmento recursivo de los
codemandados y propiciar lo resuelto en la instancia a quo en cuento admitió el derecho
del actor a las indemnizaciones que pretende (arts. 232, 233 y 245 LCT).
II.- Se quejan los codemandados porque la Sra. Magistrada de
grado tuvo por acreditado un ingreso del trabajador anterior al registrado con fecha
16/9/02.
En primer lugar, corresponde señalar que arriba firme y sin
controvertir a esta Alzada la conclusión de la judicante según la cual “la demandada no ha

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aportado prueba eficiente alguna tendiente a acreditar que el actor, fuera un verdadero
trabajador independiente en un primer momento como bien aduce al contestar la acción
en su contra, ni que prestara servicios como bien aduce por fuera de lo normado en el art.
23 L.C.T. y que contara con una organización empresarial propia” (cfr. art. 116 LO).
Señalo esto por cuanto los apelantes fincan el eje de la crítica
en la fecha de ingreso que tuvo por acreditada la judicante (1/4/1997), mas dejan
incólumes los restantes fundamentos según los cuales el lapso discutido estuvo enmarcado
en una relación laboral encubierta. En tal ilación, y en el estricto marco en que fuera
expresado el agravio, el tratamiento de los cuestionamientos introducidos por los apelantes
debe quedar ceñido a determinar si se encuentra acreditado un ingreso anterior al
registrado y no, en cambio, a las características del vínculo en sí mismo.
En tal contexto, debo adelantar que la queja en este aspecto
no puede tener favorable andamiento en la medida que los apelantes no rebaten
adecuadamente los fundamentos fácticos y jurídicos en los cuales se basó la sentencia
recurrida (Cfr. art. 116).
En el caso, la Sra. Juez de la anterior instancia, además de
analizar las facturas adjuntadas por el perito contador, tuvo especial consideración en la
declaración brindada por Pascual (en cuanto ubica el ingreso del actor en el año 1996) y en
el testimonio de Villaboa (fs. 395) quien, si bien manifestó desconocer la fecha de ingreso
del Sr. Montenegro, fue categórico en señalar que Daniel Dehabere le había comentado
que el actor era su amigo y que fue uno de los primeros que empezó a trabajar, y que
cuando se lo presentaron le dijeron que el actor había ingresado cuando se fundó la
empresa. Las declaraciones apuntadas, como señalé, no fueron objeto de crítica concreta y
razonada, sin que resulte suficiente la mera disconformidad expresada en el memorial
recursivo (cfr. art. 116 LO).
Por ello, propicio desestimar el agravio y mantener lo
decidido en la instancia a quo, en el punto.
III.- Igual suerte ha de seguir el agravio que gira en torno a
cuestionar la conclusión de la a quo según la cual tuvo por acreditados los pagos en negro
invocados en el inicio.
En efecto, las declaraciones brindadas por los testigos
Soracco, Keller y Villaboa demuestran en forma clara e inequívoca que el actor percibía
sumas de dinero en forma marginal (cfr. art. 90 LO). Obsérvese que los mencionados
deponentes refirieron que todos cobraban parte de su remuneración por fuera de registro, y
que la suma que se les abonaba era equivalente a la abonada en forma marginal. Indicaron
que el actor también cobraba una parte en blanco y otra por fuera de registro y que esto lo
sabían porque resultaba ser un tema de conversación habitual la demora en el pago de la
parte de la remuneración sin registrar. Relataron que, en una oportunidad, el pago “en

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negro” se retrasó casi veinte días y que, había sido en ese momento, cuando el accionante
le mostró un listado y le señalo en la planilla que él tampoco había cobrado (ver, en
especial, la declaración de Keller). Resulta relevante destacar la declaración del
mencionado Keller cuando también indicó que el actor era quien abonaba al resto de los
empleados las sumas por fuera de registro y que les decía “…espero que al final cuando
termine de darles a todos quede plata para mí…”.
La concordancia y uniformidad de sus declaraciones con
respecto a las condiciones remuneratorias bajo las cuales trabajó el accionante me llevan a
aceptar la evidencia que surge de sus dichos -conf. art. 90 LO-. Valorando en conjunto y
de acuerdo con las reglas de la sana crítica los testimonios mencionados (conf. art. 386
CPCCN y 90 LO), entiendo que está suficientemente acreditado que existía en la empresa
una modalidad retributiva marginal que se aplicaba a todo el personal y que, en virtud de
esa práctica patronal generalizada, la remuneración mensual devengada por el accionante
alcanzó a un valor superior al liquidado a través de recibos. La acreditación de tal extremo,
por otra parte, lleva a concluir que los registros y la documentación emitida por la sociedad
demandada que fue presentada en esta causa contienen datos falsos sobre los salarios
devengados por el actor y que, por lo tanto, tales instrumentos carecen de eficacia
probatoria respecto del nivel salarial alcanzado.
En virtud de las consideraciones expuestas, propicio
desestimar el segmento recursivo de los codemandados y mantener lo decidido en la sede
de grado anterior, en cuanto tuvo por acreditada la existencia de pagos sin registrar en
favor del demandante.
IV.- Se queja la parte actora porque la Sra. Juez de la anterior
instancia consideró que la suma abonada al Sr. Montenegro en concepto de “medicina
prepaga” no tenía carácter remuneratorio. Cuestiona los argumentos del fallo y sostiene
que la suma de $4.945.- que le era abonada en tal concepto debe integrar la remuneración
el trabajador, conforma pacífica jurisprudencia que individualiza.
Considero que le asiste razón. En efecto, tal como ha
señalado mi distinguida colega, la Dra. Andrea E. García Vior, en una causa de aristas
similares a la presente, a cuyas consideraciones adherí (cfr. Vicente, Carolina I. c/ Interbas
S.A. s/ despido”; Set. Def. del 9/12/2021) “En lo que respecta puntualmente a la medicina
prepaga, cuestión que pese a no ser novedosa aún continúa debatiéndose tanto en
doctrina como en jurisprudencia, considero que no puede negarse que la mejora de las
prestaciones que implica la contratación de una más amplia cobertura médica a la que
los trabajadores no tendrían acceso de mantenerse en el régimen de obra sociales,
implica un beneficio patrimonial para el trabajador y su familia que integra el sinalagma
contractual y que, obviamente, habría sido merituado al tiempo de la contratación, por lo
que aun no reemplazando este mejor servicio un gasto necesario (puesto que el servicio

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básico estaría cubierto por el sistema nacional de salud), representa para el destinatario
una mejora susceptible de apreciación pecuniaria que bien puede calificarse como
“ventaja patrimonial” obtenida como contraprestación de la fuerza de trabajo puesta a
disposición. Como se ha sostenido, “el concepto de medicina prepaga reviste carácter
remuneratorio en tanto configura una prestación en dinero o en especie otorgada por el
empleador, como consecuencia de su condición de trabajador, y constituye una ventaja
patrimonial concreta a favor de éste”.
Asimismo, señaló mi distinguida colega que “… de
conformidad con lo normado por los arts. 103 LCT y 1º del Convenio 95 OIT y el criterio
hermenéutico seguido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, entre otros in re
“Pérez, Aníbal Raúl c/ Disco S.A.” (CSJN, sentencia del 1/9/2009 – T. 332 P. 2043), cabe
confirmar lo resuelto en grado en este aspecto”, es decir, otorgarle carácter remuneratorio a
la suma abonada en concepto de medicina prepaga.
Por ello, corresponde modificar el decisorio de grado en este
punto y establecer que la remuneración del actor debe alcanzar la suma de $59.945.-
($55.000.- invocado en la demanda en concepto de sumas abonadas en forma marginal y
registradas), con más la de $4.945.- en concepto de medicina prepaga.
No prosperará la queja de la parte actora en cuanto pretende
que se integre a la remuneración los aportes que se hubieran devengado si la relación
hubiera estado totalmente registrada pues, tal como indica en el memorial recursivo, las
sumas abonadas en negro no fueron registradas y, por lo tanto, la exempleadora no se
“apropió” de los aportes que le retenía al actor.
V.- No obtendrá favorable acogimiento la queja de los
codemandados en torno al pago del incremento del art. 2 de la ley 25323 pues no se han
esgrimido ante esta Alzada causas que hubieren justificado la conducta omisiva de la
accionada respecto de la falta de pago de las indemnizaciones derivadas del despido
imputable a su responsabilidad, y como dicha actitud colocó al accionante en situación de
tener que promover esta acción para procurar su cobro; resulta procedente el incremento
con base en el art. 2º de la ley 25323, por lo que corresponde confirmar el decisorio en el
punto.
VI.- El segmento recursivo de los codemandados en cuanto
cuestionan la condena al pago de la multa del art. 80 LCT –basado en que no fueron
demostrados los pagos sin registrar y que el certificado en cuestión fue puesto a
disposición del trabajador- no puede resultar viable a la luz de los fundamentos antes
expuestos y en los que se consideró demostrada la existencia de pagos en forma marginal
y, por lo tanto, la confección a la que alude resulta insuficiente al no contener los datos
reales de la relación laboral acreditada en estos autos.

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VII.- La parte actora en el memorial recursivo solicita ante esta
Alzada que se especifique en el fallo los documentos a los cuales resultó condenada la
accionada en los términos previstos en el art. 80 LCT. Explica que la codena a hacer
entrega del certificado previsto por la norma apuntada no resultó clara pues no especifica
cuáles son los tres documentos que debe adjuntar la empleadora.
En tal sentido, corresponde aclarar –tal como solicita el
demandante- que conforme la norma mencionada, el empleador está obligado a entregar al
trabajador un certificado de trabajo en el que deben constar: a) el tiempo de prestación del
servicio, b) la categoría y tareas desempeñadas, c) las remuneraciones percibidas, d) los
aportes y contribuciones efectuadas a los organismos de seguridad social y e) la
calificación profesional obtenida en los puestos de trabajo en que se hubiere desempeñado
(cfr. 6° artículo sin número situado entre los arts. 89 y 90 LCT).
Por ello, propicio acoger el agravio y establecer que en la
condena a hacer entrega del certificado previsto en el art. 80 LCT queden especificados los
datos que deben contener.
VIII.- La parte actora se agravia porque la sentenciante de grado no
aplicó el art. 275 de la LCT; a mi juicio no le asiste razón.
En el caso, no se observa que la demandada o el profesional
que actúa en su nombre, al responder la presente acción o durante el trámite de estas
actuaciones, hayan asumido conductas manifiestamente contrarias a la lealtad o buena fe
procesal, al derecho o a la razón ni que hayan urdido maniobras tendientes a burlar la
garantía al derecho de defensa de la otra parte o el ejercicio pleno de la jurisdicción. En
suma, no observo que durante el proceso hayan asumido conductas susceptibles de ser
calificadas como maliciosas o temerarias, por lo que entiendo que no corresponde aplicar
las sanciones contempladas para esos casos; sin perjuicio de que el resultado del pleito
quede reflejado en la imposición de costas (arg. arts. 34, 45 y 71 CPCCN y arts. 275 LCT).
En síntesis, el actor no demostró que la accionada hubiera
actuado con plena conciencia de su propia sin razón, por lo que considero que no cabe
hacer lugar a la sanción prevista en el at. 275 de la LCT ni en el 45 del CPCCN, máxime
cuando de no obrarse con suma prudencia al respecto, podría afectarse seriamente el libre
ejercicio del derecho de defensa en juicio que le asiste a las partes en el proceso. En
consecuencia, de prosperar mi voto, corresponde desestimar el agravio en cuestión.
IX.- Se queja la parte actora porque la Sra. Magistrada de grado
no hizo lugar al pedido de inconstitucionalidad de la prohibición de indexar establecida por
los arts. 7 y 10 de la ley 23928 y arts. 4 y 5 de la ley 25562.
Considero que no le asiste razón. En efecto, creo conveniente
señalar que comparto las apreciaciones efectuadas por el Fiscal General del Trabajo, Dr.
Eduardo O. Álvarez en el Dictamen Nº 12.211del 5-8-91 (en autos: "Roldán Celestino H.

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c/Gastronomía Privada SA s/despido", Expte. Nº 27.924/89) referido a un tema similar al
presente, pero vinculado únicamente a la ley 23.928. Sostuvo en esa ocasión que, cuando
surgió el fenómeno de la inflación con características de trascendencia, se recurrió a
instrumentos jurídicos para paliar los efectos del envilecimiento del signo monetario y
evitar así que los perjuicios recaigan sobre el acreedor en beneficio del deudor moroso.
Con referencia concreta a una cuestión como la aquí analizada sostuvo que: “En síntesis,
existen dos posibles respuestas del ordenamiento jurídico referente a las secuelas de los
procesos inflacionarios: la repotenciación de las deudas en base a índices que traten de
reflejar la pérdida del valor del dinero y la acción dinámica de la tasa de interés, en su
teleología reparadora del perjuicio originado por la mora, que se ve configurado, entre
otros elementos, por la inflación misma. A partir de la ley 23928, nuestro derecho por
razones vinculadas a la política económica, recurrió al segundo sistema... y, por lo tanto,
no existiría objeción constitucional, salvo que se demostrase acabadamente el presupuesto
fáctico que la parte actora invoca: la afectación del derecho de propiedad”. En el caso de
autos, no se aprecia que las disposiciones de la ley 23928, modificadas por la 25561,
afecten un derecho garantizado a la demandante por la Constitucional Nacional desde el
momento que la Ley Suprema no contiene previsión referida a la implementación de un
determinado sistema de ajuste del valor monetario que se relacione con la garantía
establecida en el art. 17. Por otra parte, como lo ha señalado la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en reiteradas ocasiones, nadie tiene un derecho adquirido al mantenimiento
de las leyes o reglamentos, ni a la inalterabilidad de los mismos (C.S.J.N.,1-11-77,
"González Santos, Juan C. c/ Estado Nacional s/ pago de haberes", en Fallos: 299:93; ver
también Fallos: 267:247; y 268:228). Ello así porque es obvio que las normas jurídicas no
regulan una realidad estática e inmutable sino esencialmente variable, por lo que es lógico
que se vayan modificando en función de los cambios que se operan en el plano socio-
económico y cultural sobre el que pretenden actuar. El deterioro actual de nuestro signo
monetario, no justifica por sí solo la invalidación pretendida porque no debe olvidarse que,
como reiteradamente lo ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la
declaración de inconstitucionalidad de un precepto de jerarquía legal constituye la más
delicada de las funciones susceptibles de encomendarse a un tribunal de justicia, pues
configura un acto de suma gravedad institucional que debe ser considerado como “ultima
ratio” del orden jurídico (C.S.J.N., 24-2-81, “Vialco SA c/ Agua y Energía Eléctrica”,
L.L.14-7-81, pág.2; 2-12-93, “Cocchia, Jorge c/ Nación Argentina”, en F:316:2624; 26-
12-96, “Monges, Analía c/ U.B.A.”, en F:319:3148; y F: 312:235, entre muchos otros.) y
en el caso de autos, no se observa que el demandante hubiera expuesto argumentos
concretos que permitan verificar con la precisión que la importancia de la cuestión merece,
el menoscabo que habría originado la aplicación de las disposiciones cuestionadas sobre
derechos constitucionalmente garantizados, por lo que su petición aparece como una

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invocación genérica de agravios conjeturales, desprovista de argumentos que justifiquen la
descalificación constitucional perseguida. De la doctrina elaborada por el más Alto
Tribunal se desprende que el interesado en la declaración de inconstitucionalidad de una
norma debe demostrar claramente de qué manera ésta contraría la Constitución Nacional
causándole de ese modo un gravamen; y, para ello, es menester que precise y acredite
fehacientemente en el expediente el perjuicio que le origina la aplicación de la disposición
cuestionada. Por las razones expuestas y, dado que en este pronunciamiento se fija una tasa
de interés que, por su dinámica –necesariamente–, reflejará adecuadamente el costo del
dinero que la mora de la demandada priva de disponer al acreedor, concluyo que
corresponde desestimar el agravio y mantener lo resuelto en la instancia de origen, en el
punto.
X.- Se agravia la parte actora porque la Sra. Juez de la anterior
instancia si bien aplicó lo dispuesto en el art. 770 de CCyC lo hizo, según explica, de
manera errónea ya que ordenó una sola capitalización y no una “capitalización periódica
de los intereses”.
Considero que no le asiste razón. En efecto, a diferencia de
otros supuestos en que se establecen capitalizaciones periódicas, en el previsto en el inciso
b) del art. 770 del CCCN únicamente al momento en que se notifica la demanda opera la
acumulación de intereses al capital, sin mengua de la capitalización prevista en el art. 770,
inc. c), del CCCN, cuya aplicación se encuentra supeditada a la decisión del magistrado
que interviene en la etapa de ejecución ante el eventual incumplimiento del deudor de la
intimación de pago de las obligaciones que se liquiden en aquella oportunidad. Así, los
accesorios que se devengaron después de dicha notificación, no son capitalizables, sino
que nacen como simples (ver, sobre el tema, JPL N°6, sentencia dictada en el Expte. N°
52.022/2008 “Maruca, Miguel Ángel c/ Baduan, Alberto Raúl s/ cumplimiento de
contrato”; y “Martínez Daniel c/Asociart ART s/accidente-ley especial”, del registro de
esta Sala, a cuyas consideraciones adherí).
En función de las argumentaciones esgrimidas, propicio
desestimar el agravio y mantener lo resuelto en la sentencia de la sede anterior, en este
aspecto.
XI.- Se queja la parte actora porque la Sra. Juez a quo rechazó la
extensión de condena solidaria a la codemandada Viviana Emilce Vignolo, quien se
comportó como socia de la demandada.
Considero que no le asiste razón. En efecto, tal como fue
resuelto en la sentencia de grado anterior, la mencionada codemandada no ejerció la
administración ni representación de la sociedad condenada que, en cambio, fue ejercida
por quien fuera su socio-gerente, el codemandado y condenado, Gregorio Daniel Dehabre
(ver, además, informe de I.G.J de fs. 259/181).

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Por otra parte, no está acreditado en autos que Vignolo se
haya desempeñado como “socia gerente” de la sociedad demandada ni, en definitiva, que
haya integrado el órgano de dirección de la persona jurídica como para considerarla
responsable por las decisiones adoptadas por ese órgano societario. En efecto, de las
constancias citadas precedentemente no existe elemento de juicio que acredite que dicha
codemandada, más allá de formar parte de la sociedad (como “socia”), hayan cumplido
funciones de gerente como para considerarla partícipe de la maniobra elusiva señalada.
Demás está decir que los actos ejecutados en representación de la persona jurídica, en la
medida que no resulten extraños al objeto de ésta ni a las disposiciones contractuales y
legales que regulan su creación, obligan sólo al ente societario cuya responsabilidad –
como es obvio- se diferencia de la de sus socios y directores. En el caso de autos, no existe
ningún elemento de juicio que acredite que Viviana Emilce Vignolo haya asumido
personalmente la explotación de la empresa o del establecimiento en el que trabajó el
actor. Desde esa perspectiva, estimo que no están reunidos los recaudos para descorrer el
velo societario ni para establecer la responsabilidad contemplada en los arts.157, 59 y 274
LS con relación a la mencionada Viviana E. Vignolo.
Por ello, propicio desestima el agravio y mantener lo resuelto
en la instancia a quo, en el punto.
XII.- Se agravia la parte actora porque la sentenciante estableció
un límite en la condena al pago de la sanción prevista en el art. 132 bis LCT por lo que
considera que se apartó de la ley y de lo dispuesto en la Constitución Nacional.
La Sra. Juez de grado señaló en este punto que “… sabido es
que la norma en cuestión establece una sanción conminatoria a cargo de la demandada
equivalente al salario mensual devengado hasta que la accionada ingrese los aportes. Lo
expuesto, en el caso, llevaría a la aplicación de una sanción que resulta absolutamente
desproporcionado en relación a la magnitud del incumplimiento detectado. Por ese
motivo propongo reducir la sanción a la de 9 salarios, suma que considero adecuada al
ilícito del que se trata”.
Ahora bien, arriba firme a esta Alzada que la sociedad
codemandada retuvo los aportes del trabajador destinados a los organismos de seguridad
social desde diciembre de 2013 a abril del 2014 y desde julio del 2014 a diciembre del
2014. Asimismo, llega sin controvertir a esta Alzada que la parte actora cumplió con los
requisitos que establece el propio art. 132 bis de la ley 20744 y el artículo 1 de su decreto
reglamentario 146/01.
El art. 132 bis de la L.C.T. establece una sanción
conminatoria de devengamiento periódico mensual a favor del trabajador cuyo empleador
no hubiese ingresado total o parcialmente las sumas retenidas con destino a la seguridad

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social o cuotas, aportes periódicos o contribuciones a que estaban obligados convencional
o legalmente los trabajadores.
El art. 1° del Dec. 146/01 al reglamentar el art. 132 bis de la
LCT impuso como recaudo formal para la procedencia de la sanción conminatoria allí
prevista la previa intimación al empleador para que “dentro del término de TREINTA (30)
días corridos… ingrese los importes adeudados, con más los intereses y multas que
pudieren corresponder”. De tal previsión no puede extraerse que, además de intimar en
forma concreta por el ingreso de los importes retenidos con destino a la Seguridad Social
que se encontraran adeudados al tiempo de operarse la extinción (conf. art. 132 bis LCT) y
por el plazo allí indicado, el requirente esté obligado a individualizar la totalidad de los
períodos e importes adeudados.
A mi juicio, tal conclusión no puede extraerse válidamente
de las normas en juego; por el contrario, en la reglamentación se utiliza una formula
abierta que involucra a los importes adeudados, con más los intereses y multas “que
pudieren corresponder” y lo cierto es que tales datos necesariamente son de conocimiento
de la obligada incumplidora, por lo que exigir tal precisión al trabajador, además de no
surgir de la letra de la ley -ni de su espíritu-, se advierte a todas luces superfluo e
irrazonable, máxime cuando no es infrecuente que algunos intentos de regularización a
nivel fiscal y tributario incidan en los períodos e importes que concretamente pudieran
considerarse adeudados al tiempo de la extinción, los que no siempre se ven reflejados en
los datos que figuran en los registros del órgano recaudador.
En cuanto al incumplimiento concretamente sancionado por
la norma estimo conveniente señalar que ninguna duda cabe en el caso en torno a que la
empleadora, al tiempo de operarse el cese, no había ingresado a los organismos de la
Seguridad Social la totalidad de los aportes y contribuciones correspondientes al
accionante.
Ello emerge de los considerandos del fallo en crisis, por lo
que, de acuerdo a sus características, encuadra claramente en el supuesto expresamente
contemplado en el art. 132 bis de la LCT (ver demás consideraciones expuestas en “El
despido como escenario de otras indemnizaciones: las multas de los artículos 80 y 132 bis
de la LCT”, trabajo que integra la obra El despido arbitrario y sus consecuencias
indemnizatorias, Editorial Errepar, Bs. As., 2010, págs. 311/345 y criterio desarrollado por
la Dra. Graciela A. González al emitir su voto in re “Reymundi, Héctor José c/ Rotadyne
Argentina S.A. y otro s/despido”, Sentencia Nro. 94.546 del 23/10/2006 -expte.
761/2003-).
En consecuencia, por lo expuesto, propicio revocar este
aspecto de la sentencia recurrida y acoger el agravio de la parte actora, en este aspecto.

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A fin de fijar la cuantía de la condena creo conveniente
referir que, tal como se ha venido sosteniendo con criterio que comparto, “La multa
prevista en el art. 43 de la ley 25345 (art. 132 bis de la LCT) debe ser devengada desde la
fecha de extinción del contrato de trabajo. La misma norma expresa que "si el empleador
hubiera retenido aportes al trabajador con destino a los organismos de la Seguridad
Social… y al momento de producirse la extinción del contrato de trabajo por cualquier
causa no hubiere ingresado total o parcialmente los importes a favor de los organismos,
entidades o instituciones a los que estuvieren destinados, el empleador deberá a partir de
ese momento pagar al trabajador afectado una sanción conminatoria mensual equivalente a
la remuneración que se devengaba mensualmente a favor de este último…" . (CNAT, Sala
VIII, Expte Nº 91/03 Sent. Nº 24.960 del 30/6/2004 "Tassone, Isabel c/ Institutos
Antártida SAMIC s/ despido"), por lo que corresponde tomar como inicio del cómputo de
la sanción al mes inmediato posterior al distracto.
En cuanto al cese del cómputo de los importes involucrados
en la sanción se han planteado posturas diversas: 1) que se computen los importes
correspondientes a los períodos mensuales corridos hasta la interposición de la demanda
(cfr. Miguel Ángel Pirolo al votar en los autos “Giménez Galeano José Alfredo c/ Buenos
Aires Wash S.R.L. y otros s/ despido”, CNAT Sala II, sentencia N° 94.273 del 12/6/06); 2)
que se computen los períodos corridos hasta el dictado de la sentencia de primera
instancia (posición propiciada por Julio A. Grisolía con cita de lo dispuesto por la Sala II
CNAT en los autos “Caccia, Vanina Ángela y otros c/ Arcatel S.A. y otros” del 30/4/08);
o 3) que la determinación del monto se difiera hasta el momento en que se practique la
liquidación prevista en el art. 132 de la L.O, o en su caso, hasta que se acredite el ingreso
de los aportes retenidos (entre otros, CNTrab, Sala I in re “Kaimes, Eduardo c/ Di
Constanzo, Juan”, sentencia del 30/9/03; íd, Sala II, “Cristaldo Pérez, Julia c/ Interwear
S.A. s/ despido”, sentencia N° 92.908 del 28/9/04).
Entiendo que esta última posición es la que se adecua a los
expresos lineamientos de la norma porque en el caso, no se trata de nuevos vencimientos
de una misma obligación. La obligación frente a los organismos destinatarios de los
aportes quedó incumplida en una ocasión remota –cuando se omitió hacer efectivo el
ingreso de los importes descontados del salario del trabajador-. Aquél pretérito
incumplimiento, según el art. 132 bis LCT genera una sanción accesoria –independiente de
las previstas a nivel tributario y penal económico- que se perfecciona al desoírse la
intimación que formule el trabajador en los términos del art. 1º del dec. 146/01, cuyo
cómputo se inicia al mes siguiente del distracto y se va incrementando con el tiempo en
tanto el deudor no acredite fehacientemente haber dado cumplimiento con aquella
obligación principal incumplida.

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Estrictamente no se trata de emitir una condena de futuro, la
condena recae sobre hechos pretéritos y lo único que se difiere a futuro es la cuantía total
adeudada porque ello depende del obrar al que la norma sujeta la continuidad del
devengamiento de las penalidades que conforman esa sanción.
Tal como se puntualizara en muchísimas ocasiones, el
trabajador afectado “es acreedor de un monto equivalente a la última remuneración
devengada mensualmente a su favor al momento de la rescisión del vínculo, importe que
se devengará mensualmente desde el despido hasta que el empleador acreditare de modo
fehaciente haber hecho efectivo el ingreso de los fondos retenidos (art. 132 bis de la LCT).
Lo dicho es sin perjuicio de la crítica técnica y terminológica que merece la ley cuando
denomina "sanción conminatoria" a los "salarios continuatorios". (CNAT Sala VII, Expte.
Nº 18.186/02 S.D. Nº 37.300 del 26/2/2004 “Puric, Julia c/ Hotelería y Desarrollos S.A. s/
despido" – Ver en igual sentido, CNAT Sala X, Expte Nº 8.306/02 S.D. Nº 16.395 del
28/11/2008 “Díaz, Ángel Victoriano c/ Simerbet S.R.L. y otros s/ despido”, CNAT Sala VI
Expte. Nº 6.617/07 S.D. Nº 61.731 del 15/12/2009 “Mezza, José c/ Blasco Hnos y Cía.
S.A. y otro s/ despido”, CNAT Sala IX Expte. N° 20.607/2011 S.D. N° 17.604 del
23/02/2012 “Olivera, Leonardo Daniel c/ Imcorp S.A. s/ despido”, CNAT Sala V Expte Nº
54.774/2010 S.D. Nº 73.968 del 21/3/2012 “Peralta, Agustina Sol c/ Báez 243 S.R.L. y
otros s/despido”, CNAT Sala III Expte Nº 8.091/2010 S.D. Nº 93.210 del 31/8/2012
“Gómez, Sandra Edith c/ EPSA Electrical Products S.A. s / despido”).
Si bien en lo personal (ver SD del 9/11/21 recaída in re
“Barranco, Gilda Susana c/ Sell Point SRL y otros s/ despido”, Expte. n.° 59.756/14)
entiendo que la sanción conminatoria del art. 132 bis LCT es un solo crédito cuya cuantía
se va incrementando mes a mes, que lo hace hasta que lo indebidamente retenido por el
empleador se integra en su totalidad al destino correspondiente -sin que ello implique una
condena a futuro- y que dada su naturaleza cuasi-penal no devenga intereses, mis
distinguidos colegas hacen mayoría en un criterio distinto, que por elementales cuestiones
de economía procesal hago mío a los fines prácticos y desarrollo a continuación.
Aclarado ello, esta Sala -en su actual integración- tiene
establecido como criterio mayoritario que dado que dicha sanción conminatoria se genera
de modo constante a favor del extrabajador hasta que el empleador cumplimente el ingreso
de los aportes retenidos, a fin de fijar un monto líquido susceptible de ejecución,
corresponde establecer el importe adeudado por las sanciones corridas hasta la fecha de la
presente sentencia que, conforme la remuneración fijada en grado en $59.945 mensuales
resulta ser de $5.065.325,50.- ($ 59.945 x 78 períodos computables de febrero 2016 a
agosto 2022 -incluidos los SAC-) dejando a salvo el derecho del reclamante de ampliar, en
la etapa del art. 132 LO por los periodos posteriores y hasta el ingreso efectivo de los

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fondos retenidos (con similar criterio, CNAT Sala X, Expte. Nº 36.378/10 S.D. Nº 19.844
del 30/5/2012 “González, Ricardo Daniel c/ Bordadora 2000 S.R.L. y otros s/ despido”).
Dicho importe devengará intereses desde la fecha del
presente pronunciamiento, dado que recién en esta instancia se determinó la cuantía de lo
adeudado (con similar criterio CNtrab, Sala III, Expte Nº 10.422/06 Sent. Int. Nº 62.417
del 13/6/2012 “Iriarte, Gerardo Esteban c/Farmacia Richieri SCS y otros s/despido”).
XIII.- De acuerdo a todo lo que llevo dicho, teniendo en cuenta que
se ha establecido modificar la remuneración establecida en la sentencia dictada en la
anterior instancia, corresponde recalcular los rubros diferidos a condena y que se propician
confirmar, en base al salario mensual de $ 59.945.-.
Por ello el actor, resulta acreedor a los siguientes conceptos e
importes: $1.138.955.- en concepto de indemnización por antigüedad; $129.880,83.- en
concepto de indemnización sustitutiva de preaviso omitido con incidencia de SAC;
$56.561,01.- en concepto de integración del mes de despido con incidencia de SAC;
$7.734,83.- en concepto de haberes por 4 días de enero 2016; $59.945.- en concepto de
haberes diciembre 2015: $29.972,50.- en concepto de SAC 2° semestre 2015; $49.804.- en
concepto de adicional septiembre 2015; $49.804.- en concepto de adicional octubre 2015;
$49.804.- en concepto de adicional noviembre 2015; $666,05.- en concepto de SAC
proporcional 2016; $2.597,61.- en concepto de vacaciones proporcionales 2016,
computada la incidencia del SAC; $1.138.955.- en concepto de incremento art. 1 ley
25323; $662.698,42.- en concepto de incremento art. 2 ley 25323.-; $179.835.- en
concepto de multa art. 80 LCT; $5.065.325,50.- en concepto de sanción art. 132 bis LCT,
todo lo cual arroja un total de $ 8.622.538,75.-, que debe ser diferido a condena, con más
los intereses establecidos en el fallo recurrido, que se propician confirmar en esta Alzada.
XIV.- La solución propuesta conlleva la necesidad de reajustar lo dispuesto
en primera instancia en materia de costas y regulaciones de honorarios, y proceder a su
determinación en forma originaria (art. 279 del CPCCN)
Abstracto deviene, por tanto, el examen de las críticas que se
formulan al respecto.
Atento la forma en resolverse la cuestión, propicio imponer las
costas de ambas instancias a cargo de los codemandados condenados, en forma solidaria
(art. 68 del CPCCN).
De acuerdo al mérito, extensión y calidad de las labores
desplegadas en la anterior sede, las leyes vigentes en cada uno de los actos procesales
cumplidos (Fallos: 341:1063), y de acuerdo a lo establecido en art. 58 inc. a) y d) de la ley
27.423 propicio regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora, de la
demandada y del perito contador en 570,23 Umas, 481,68 Umas y 250 Umas

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(equivalentes, hoy, a $5.930.392; $5.009.472.- y a $2.600.000.-), para cada una de ellas
(cfr. Acordada CJSN 25/22).
Asimismo, de conformidad a lo que prevé el artículo 30 de la
ley 27.423, voto por establecer los honorarios de los abogados de la parte actora y de la
demandada, por su desempeño ante esta sede, en el 30% de lo que a cada una le
corresponda percibir por sus tareas en primera instancia.
La Dra. Andrea Érica García Vior dijo:
En el caso, la sentenciante de grado sobre el monto de condena por
ella determinado a valores del 4 de enero de 2016 (fecha del distracto) dispuso la
aplicación de las tasas de interés establecidas en las Actas 2630 y 2658 de la CNAT desde
la fecha de exigibilidad del crédito y hasta su efectivo pago, previa capitalización de los
intereses -por única vez- a la fecha de notificación de la demanda -13/6/2018- (con similar
criterio al por mí aplicado en el precedente “Martinez”, citado por mi distinguido colega).
Contra tal decisorio se alzó la parte actora, quien -en base a
operaciones aritméticas que lucen correctas-, puso en evidencia que el monto que arrojaría
la condena de primera instancia con más los intereses referidos, aún calculados del modo
antes indicado (conf. art. 770 inciso b) del CCCN), no representa en la actualidad un
importe justificado y razonable teniendo en cuenta la pérdida del poder adquisitivo de la
moneda y las distintas variables económicas vigentes en el período considerado (enero de
2016 a mayo de 2022 -fecha de la sentencia de grado-). Se expidió en contra del
“nominalismo” adoptado en nuestro sistema, planteó la inconstitucionalidad de las leyes
23928 y 25561 por cuanto prohíben la utilización de mecanismos actualizatorios y,
puntualmente sostuvo, entre otras argumentaciones, que “la Justicia está aplicando
intereses negativos sustancialmente inferiores a la inflación con los que priva a los
acreedores de parte del valor adquisitivo del "capital" y de la totalidad de sus intereses.
Los acreedores cobran, luego de un largo juicio, sumas de dinero que tienen un poder
adquisitivo inferior al que tenía su crédito al momento de su origen. Seamos claros:
compran menos cosas al momento del cobro de sus créditos que las que habrían
comprado al momento del nacimiento de ellos
Asimismo, en sus agravios, la recurrente señaló como argumento alternativo, que
las tasas de interés utilizadas en el fuero debían capitalizarse mensualmente y que en el
caso de entenderse que ello estaba vedado por el art. 623 CC (hoy 770 CCCN), tal norma
debía declararse inconstitucional por afectar el derecho de propiedad del trabajador.
Las argumentaciones vertidas y las comparaciones numéricas en las que se sustenta
la crítica realizada por la parte actora se asemejan a las utilizadas por la mayoría de los
integrantes de esta Cámara en los debates mantenidos para el dictado de la Resolución
adoptada mediante Acta 2764 CNAT del 7 de septiembre del año en curso, por lo que me

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permito transcribir aquí lo que sostuve en correlación a lo que se venía debatiendo en
reuniones anteriores en tal ocasión :
“… Ante el planteo que nos convoca creo que todos hemos coincidido en que el
mejor modo para analizar la razonabilidad de los resultados que arrojan las liquidaciones
practicadas sobre la base de las Tasas dispuestas en las Actas CNAT 2601, 2630 y 2658
era recurrir a índices de readecuación monetaria tales como el RIPTE, el UVA, el CER, el
ICL (alquileres) o el IPC. Aunque descartamos tomar en cuenta la variación cambiaria,
debemos reconocer que la fluctuación del dólar estadounidense en el período que hemos
tomado como ejemplo (2015/2018) ha arrojado valores aún más altos. Advertí que los
índices o coeficientes de readecuación antes mencionados son útiles y eficaces en la
medida que los porcentuales de variación se aplican sobre los valores vigentes al tiempo de
publicarse, es decir sobre el total de lo adeudado a la fecha de su establecimiento, lo que se
emparenta o asimila a la capitalización de intereses que si bien -como principio- está
vedada por ley, es utilizada por el sistema financiero y cambiario bajo el ropaje de índices
de ajuste. Vemos que los créditos bancarios, financieros e incluso los de los propietarios
rentistas se revalorizan al ritmo en que se produce la depreciación de la moneda y, a su vez
reconocen a los acreedores un interés puro (precio por el uso del capital independiente de
la mora). Esta suerte no la corren los acreedores privados -no bancarios- y menos aun los
laborales.- En efecto cualquier tasa de las vigentes que se aplique (pueden consultarse las
principales variables económicas en la página del BCRA) de forma directa y no
acumulativa o capitalizando los intereses con cierta periodicidad, va a arrojar valores
mucho más bajos que los que representaban los créditos de los acreedores laborales al
tiempo de originarse. Esto sucedió con la Tasa Efectiva Anual Vencida Cartera General
Diversa del BNA adoptada en el Acta 2658 CNAT y va a suceder con cualquier otra que se
estime representativa del “precio cobrado por el uso del capital” (he verificado que los
resultados de las distintas tasas publicadas como variables por el BCRA arrojan en el
ejemplo tomado sólo entre un 25% y un 35% del crédito establecido a valores actuales
mediante el CER o el RIPTE) y ello – a mi ver- porque pese a ser una tasa “efectiva” no
se dispuso para el ámbito privado (no bancario) la capitalización periódica de intereses. En
suma, adhiero a la propuesta que con tanto detalle y estudio efectuara la Dra. Gabriela A.
Vázquez, pero no en el entendimiento de que deba imponerse a la jurisdicción una
interpretación determinada de las disposiciones del art. 770 del CCCN, sino porque creo
que la Cámara en su labor reglamentaria se encuentra facultada para sugerir el método a
utilizar para la aplicación de intereses (compensatorios y moratorios -767 y 768 CCCN-),
los que además de reflejar la variación del precio por el uso del dinero – mediante tasas
variables y no fijas en un porcentual- deberían ser capitalizados con cierta periodicidad.
Efectuados los cálculos, las periodicidades de los índices antes mencionados (diarios -
CER- mensuales -UVA, trimestrales -RIPTE-) arrojan resultados que duplican el valor del

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crédito ajustado por RIPTE más una tasa pura del 6% anual (parámetro de razonabilidad
arbitrariamente elegido), por lo que me parece prudente y razonable disponer una
capitalización anual tomando como punto de partida para la primera de ellas a la prevista
en el art. 770 inciso b) del CCCN que puede aplicarse como parámetro y sólo por analogía
respecto de todos los créditos pendientes de cobro cualquiera sea la fecha en que se
originaran o se dedujera la acción…”.
Por estas razones, o interpretando que el art. 770 inciso b) permitiría más de una
capitalización -puesto que allí se establece que “la acumulación opera desde la fecha de la
notificación de la demanda” pero no indica con qué cadencia o periodicidad (criterio
interpretativo sostenido por la Dra. Vázquez que fuera acompañado por la mayoría)-, en
dicha Resolución de Cámara, por mayoría, se decidió sugerir que en el fuero se continúen
aplicando las tasas de interés previstas en las Actas 2601, 2630 y 2658 de la CNAT pero
con capitalizaciones anuales a partir de la fecha de notificación de la demanda (en el caso
13/6/2018) y es esta la solución que propongo se le dé al recurso de la parte actora en el
punto.
En cuanto a los planteos que con base constitucional se deducen, entiendo que dada
la forma en que propicio dar solución a la queja, los mismos devienen abstractos. Sin
embargo, estimo conveniente referir que la fijación de la política monetaria y cambiaria
es en principio de resorte exclusivo del Poder Ejecutivo Nacional y que retomar la senda
pretoriana de precedentes como “Valdez, Julio H. c. Cintioni, Alberto D." (CSJN, 3/5/79, "
Fallos: 301:319), ante lo sostenido por el Superior Tribunal de la Nación en fechas
posteriores y más recientes (luego de la pérdida de vigencia del régimen de
convertibilidad) -ver, entre otros “Massolo, Alberto Jorge c/ Transporte del Tejar S.A”,
sentencia del 20/04/2010-, aunque pueda resultar justo y razonable en el marco de un caso,
puede tener consecuencias nefastas a nivel macro, sometiendo a su vez al acreedor laboral
a la prolongación de su trámite sine die y con resultado incierto en caso de recurrirse a la
Corte.
Desde esa perspectiva, y teniendo en cuenta que como reiteradamente se ha
señalado, los jueces y juezas del caso pueden válidamente conjurar los efectos perniciosos
del paso del tiempo en los créditos dinerarios mediante la aplicación en forma adecuada de
intereses -compensatorios y moratorios-, el planteo formulado con base constitucional
contra lo dispuesto en las leyes 23928 y 25561 debería ser desestimado.
Finalmente, en cuanto al planteo subsidiario o alternativo que se dedujera en
procura de que se declare inconstitucional el art. 770 del CCCN, dada la forma en que se
dispusiera hacer aplicación de las tasas de interés previstas en las Actas 2601, 2630 y
2658, mediante el Acta 2764 antes referida, tal declaración resulta innecesaria, aún cuando
no se sostuviera el criterio amplio de interpretación propiciado por la Dra. Vázquez (conf.
CNCom, Sala F “Borras, Ricardo A. y otros c/Caja de Seguros S.A.”, Expte. 43798/10,

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sentencia del 16/12/2020 y Corte Suprema de Justicia de Santa Fé in re “Olivera, Miguel A
c/Supermercado San Jorge s/cobro de pesos laboral” del 31/10/2017 -Id SAIJ:
FA17090312- que fueran aportados y analizados en el debate que antecediera a la reunión
del 7/9/22-).
Es que, como lo dejara expuesto, las juezas y jueces de la causa se encuentran
facultados por los arts. 767 y 768 del CCCN -aplicable en forma supletoria en materia
laboral con más vigor aún luego de la abrogación del art. 276 de la LCT- a disponer no
sólo las tasas de interés, sino también la metodología para su aplicación (conf. CSJN,
17/5/94, "Banco Sudameris c. Belcam S.A. y otra", Fallos: 317:507), máxime cuando -
como se advirtiera en las últimas reuniones de Acuerdo General- la aplicación en forma
recta o lineal de tasas de interés bancarias -previstas en su generalidad para capitalizarse
periódicamente-, arroja resultados que diluyen injustificada e irrazonablemente el valor
real del crédito dinerario que se intenta tutelar. Nótese que esa facultad de establecer el
método de aplicación de los intereses se le ha reconocido, por ejemplo, a las entidades
financieras y bancarias para el resguardo de sus créditos (conf. arg. art. 1398 CCCN) y
estas, a su vez, continúan utilizando en algunas de sus operaciones al Coeficiente de
Estabilidad de Referencia (CER) como método de ajuste, por lo que a mi ver, ninguna
duda puede albergarse en cuanto a la potestad de la judicatura de disponer tasas de interés
capitalizables con cierta periodicidad.
Consecuentemente de prosperar mi voto, sobre el monto de $ 3.557.213,55 (que
resulta de descontar del total de $ 8.622.538,75 la sanción del art. 132 bis de la LCT fijada
a valores actuales en $ 5.065.325,50) deberán calcularse los intereses dispuestos en las
Actas 2630 y 2658 CNAT desde la fecha del distracto (enero 2016) hasta el 13/6/18 (fecha
de notificación de la demanda), momento en el cual deberá procederse a la primer
capitalización de intereses y, sobre el resultante, volver a acumular intereses al capital cada
año aniversario hasta el efectivo pago de la obligación (conf. Acta 2764 CNAT).
En cambio, el monto de $ 5.065.325,50 que en el voto que antecede se ha fijado a
valores del mes de septiembre 2022 -con criterio que comparto-, sólo debería devengar los
intereses previstos en el Acta 2658 CNAT desde la fecha del presente pronunciamiento y
ello de conformidad con lo dispuesto por el Dr. Sudera en su considerando XII, sin
perjuicio de la capitalización que eventualmente pudiera disponerse en la etapa ejecutoria
de conformidad con lo dispuesto en el art. 770 inciso c) del CCCN.
El Dr. Victor A. Pesino dijo:
Que adhiere a los fundamentos expuestos por el Dr.
José Alejandro Sudera, por análogos fundamentos.
Por lo que resulta del acuerdo que antecede (art. 125 de la
ley 18.345), el Tribunal RESUELVE: 1) Modificar parcialmente la sentencia dictada
en la anterior instancia y elevar el monto diferido a condena a la suma de

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$8.622.538,75.-. 2) Establecer que la condena a hacer entrega del certificado de
trabajo previsto en el art. 80 LCT debe contener los requisitos establecidos en el
considerando VII de la presente sentencia. 3) Imponer las costas de alzada a los
codemandados recurrentes, en forma solidaria. 4) Regular los honorarios de los
profesionales firmantes de los escritos dirigidos a esta Cámara en el 30% de los
asignados en origen.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

Víctor A. Pesino Andrea Garcia Vior José Alejandro Sudera


Juez de Cámara Jueza de Cámara Juez de Cámara

BRS

Signature Not Verified Signature Not Verified Signature Not Verified Signature Not Verified
Digitally signed by ANDREA ERICA Digitally signed by JOSE Digitally signed by VICTOR Digitally signed by JUAN
GARCIA VIOR ALEJANDRO SUDERA ARTURO PESINO SEBASTIAN REY
Date: 2022.09.22 16:02:22 ART Date: 2022.09.23 08:12:12 ART Date: 2022.09.23 10:42:33 ART Date: 2022.09.23 10:59:20 ART

#31999970#342873772#20220922154507785
INTERPONE RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL.

Excma. Corte:

Julio Enrique González Rubio (C.P.A.C.F. Tº 15- Fº 982),

como letrado apoderado de Gabriel Hugo Montenegro y por mi propio derecho,

constituyendo domicilio en Av. Corrientes 378, Piso 6° (Estudio Nahuel

Altieri), Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Domicilio Electrónico en

20049838582 en autos "Montenegro Gabriel Hugo c/ Davicom

Comunicaciones S.R.L. S/ Despido" (Expte. Nº 21412/18) , a V.E. digo:

I.- PLAZO: La sentencia dictada por la Sala II de la C.N.A.T. me fue notificada

el 23.09.22. Debido a los feriado de los días 7 y 10 de octubre de 2022 el plazo

de 10 días para la interposición del presente recurso vence a las 9:30 hs. del

miércoles 12.10.22 (art. 124 in fine C.P.C.C. de la Nación).

II.- OBJETO: Que en tiempo y forma vengo a interponer el recurso

extraordinario federal que prevé el art. 14 de la ley 48 contra la sentencia

definitiva de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo que

violó el derecho de propiedad del actor sobre el valor adquisitivo de su crédito y

lo priva de los intereses positivos reales a los que tiene derecho. Es tan clara la

violación al derecho constitucional de propiedad y la falta de fundamentos de la

sentencia que, en autos "Ávalos Alfredo Osmar c/Axis Logística y otra s/

Despido s/Recurso de Queja" -y en otras "quejas" del mismo tenor- donde se

cuestionó la aplicación de tasas de interés muy inferiores a la inflación -y todas


1
las aplicadas en las provincias o en la Justicia Nacional, activas o pasivas, sin

capitalización de intereses o con ella como la decisión del Acta 2764, lo son-

alegando que violan el derecho de propiedad del actor, la Procuración General de

la C.S.J.N. con dictamen del 10 de marzo de 2017, firmado por Víctor

Abramovich aconsejó "admitir la queja, declarar procedente el recurso

extraordinario, dejar sin efecto la sentencia recurrida y restituir las

actuaciones al tribunal de origen para que (.....) se dicte un nuevo

pronunciamiento con el alcance indicado".

Y si bien en el expediente citado arriba se trata de un recurso

interpuesto contra las tasas pasivas de interés que convalidó la Suprema

Corte de la Provincia de Buenos Aires en vez de las tasas activas que confirma

V.E. la distinción es intrascendente pues en ambos casos la violación del derecho

de propiedad ocurre de la misma manera. El hecho de que las tasas activas sean

superiores a las tasas pasivas no cambia la esencia del problema: la licuación de

los créditos. Debido a ello tenemos la obligación moral y material de recurrir la

sentencia de la C.N.A.T. para que se terminen las injusticias cometidas contra

los acreedores. En fin queremos terminar con la mentira -que muchos abogados

"compran"- de que la tasas activas que aplica la C.N.A.T. son adecuadas para

compensar la alta inflación que padece el país y otorgar una mínima renta. .Para

ello haremos un análisis empírico y científico -y no las abstracciones que la

mayoria de los jueces repiten sin fundamento objetivo alguno- para demostrar

como se afecta el derecho de propiedad del acreedor. Y sería muy positivo que,

comprobada a simple vista la licuación de los créditos del actor, V.E. conceda

este recurso y no nos obligue a recurrir en queja.


2
Digo más. La C.S.J.N me ha notificado en autos

"PÉREZ HUGO OSCAR C/JUAN CINCOTTA S.A S/DIFERENCIAS DE

SALAROIOS EXPTE N| 4797/2015" se ha designado a la Dra. Victoria

Patricia Pérez Tognola para integrar el Tribunal Supremo a fin de dictar

sentencia en 58 causas similares, de las cuáles 55 son recursos articulados por el

suscripto.

Sería un inútil dispendio de actividad procesal negar la

concesión de este recurso. Y a los 74 años estoy cansado de trabajar de más.

IV. EL RECURSO EN MATERIA DE INTERESES: recurso es admisible por

los siguientes motivos:

* Alarmado por la licuación de los créditos que vienen sufriendo los acreedores

de créditos de dinero demandados en todos los fueros de todas las provincias y

de la Nación en el Punto VII de la demanda solicité que se declarara la

inconstitucionalidad de los arts. 7 y 10 de la ley 23.928 y de los arts 4 y 5 de la

ley 25.561 con el objeto de que se posibilitara la indexación o actualización de

las deudas, con más intereses puros, positivos, de acuerdo a la doctrina de la

C.S.J.N de "Valdez Julio H.c/ Cintioni Alberto Daniel" en 1976 o, en

subsidio, que se aplicaran intereses a tasa activa con capitalización mensual de

intereses. En el Punto VIII de la demanda, también solicité, en subsidio, la

aplicación del art. 770 inciso "b" C.C.C.N. con capitalización de intereses al

momento de la notificación de la demanda más capitalización periódica de

intereses a partir de esa fecha..


3
* Todas mis peticiones fueron rechazadas en primera instancia con la salvedad de

que se aceptó la capitalización de los intereses por única vez a partir de la fecha

de notificación de la demanda. Apelada ella con un enjundioso trabajo de

demolición que no fue escuchado, la Sala II rechazó el recurso con voto

mayoritario de los Dres. Sudera y Pesino y con la disidencia de la Dra. García

Vior que optó por la aplicación del acta N° 2.764 de la C.N.A.T que prevee la

capitalización a la fecha de notificación de la demanda y otras subsiguientes cada

doce meses a partir del 13.06.18 (art.770 inc. "b" C.C.C.N.)

* El recurso se interpone contra la sentencia definitiva de la Sala II de la

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo -dictada en materia de

intereses- que, en lugar de aplicar alguna de las soluciones descriptas en el

Punto VI Apartado "D" del presente recurso, decidió convalidar el fallo del

Juzgado Nacional del Trabajo N° 67 que ordenó aplicar intereses a tasa activa

desde el 4.01.16 hasta el efectivo pago con las tasas que surgen de las actas Nº

2.601, 2.630 y 2658 de la C.N.A.T. con una única capitalización de intereses a la

fecha de la notificación de la demanda producida el 13.06.18 (art.770 C.C.C.N.).

Se negó a decretar la inconstitucionalidad de las normas atacadas o a ordenar la

capitalización mensual semestral o anual de los intereses

*La aplicación de las tasas de interés ordenadas por la C.N.A.T para el período

que va desde la mora del 4.01.16 hasta la fecha del 30.09.22 apenas representó,

incluyendo la única capitalización aceptada, intereses del 409 %. Durante ese


4
mismo período la inflación alcanzó al 1.261 % el R.I.P.T.E. se incrementó en

un 914 %, la atrasada cotización oficial de dólar subió un 1.053 % y la del dólar

turista un 1.823 %

* A pesar de haber expresado agravios al respecto, los jueces de la Sala II de la

C.N.A.T. que formaron mayoria sólo reprodujeron un Dictamen del Fiscal

General del Trabajo dictado hace más de 18 años y fallos de la C.S.J.N emitidos

en otro contexto -no existía una inflacion como la que hay desde 2018 y

agregaron que -a pesar de que en la página 6 de mi apelación yo había

demostrado que con el sistema atacado se producía una quita del 63 % de los

créditos reclamados- que yo no habia demostrado el agravio. Tampoco

advirtieron que su decisión lesiona gravemente el derecho de propiedad del actor

sobre el poder adquisitivo de sus créditos y los intereses puros. Claro que las

afirmaciones realizadas por los Jueces de la Cámara son puras abstracciones sin

fundamentación concreta alguna. Decir que en un período en el que la inflación

se incrementó en un 1.261 %, el R.I.P.T.E. se incrementó -los salarios bajaron

de valor real- en un 914 %, la atrasada cotización oficial de dólar subió un 1.053

% y la del dólar turista un 1.823 % creer que intereses del 409 % sirven para

"reflejar adecuadamente el costo del dinero" -como dice la sentencia- parece un

chiste de mal gusto. Así son nuestros jueces: copia y pegan, repiten clichets y ni

revisan las consecuencias de sus resoluciones.

Para comprobar que nuestra afirmación es real presentaremos este

recurso. El despojo es grave en todos los juicios. En una demanda que versa

sobre créditos alimentarios, como lo son los de un trabajador, lo es mucho más.


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De tal manera la sentencia dictada VIOLA EL DERECHO DE PROPIEDAD

(art. 17 C.N.) del actor en una magnitud sin precedentes.

* Además, para hacerlo la sentencia de la C.N.A.T. incurre en dos groseras

ARBITRARIEDADES:

1) No constituye una derivación razonable del derecho vigente -que yo sepa el

art. 17 de la Constitución Nacional que resguarda el derecho de propiedad forma

parte del derecho aplicable y todavía está vigente- debido a que priva al acreedor

de la esencia -el poder adquisitivo- de sus créditos en una magnitud que no tiene

antecedentes en la República. El fallo convalidó una VIOLACIÓN del

DERECHO DE PROPIEDAD DEL ACTOR sin precedentes y violó la

doctrina de la C.S.J.N. en este aspecto.

2) No se hace tratamiento real alguno de los resultados inconstitucionales que

produce la aplicación de las leyes 23.928 y 25.561 en este caso concreto y que

explicamos en la página 6 de nuestro recurso de apelación y, con ello, se priva al

actor de un pronunciamiento fundado sobre lo que alegamos: la

inaplicabilidad de tasas activas sin capitalización mensual de intereses al

reclamo del actor porque con ellas se configura un DESPOJO

INCONSTITUCIONAL del valor intrínseco de sus créditos alimentarios. Con

esa omisión afectó las GARANTÍAS DEL DEBIDO PROCESO que la

Constitución Nacional otorga a los ciudadanos,

6
En suma, existen dos cuestiones federales que hacen a la

admisibilidad de este recurso extraordinario federal.

La de FORMA, es la falta de pronunciamiento real y concreto del

Tribunal Superior de la Causa sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad

de las leyes 23.928 y 25.561 y la violación del derecho de propiedad denunciado

en el recurso de apelación. Existe, entonces, una manifiesta arbitrariedad de

sentencia: el fallo recurrido carece de fundamentación autónoma.

La de FONDO es, justamente, el despojo que sufre el actor en su

patrimonio por la aplicación de tasas de interés ridículas y fuertemente inferiores

a la inflación. Reitero: intereses del 409 % contra una inflación del 1.261 %

evidencia que con la decisión adoptada no se cubre la pérdida del poder

adquisitivo del dinero ni se otorga "interés" real, positivo alguno

V. LOS HECHOS. LOS ANTECEDENTES DEL PRESENTE CASO.

FUNDAMENTACIÓN AUTÓNOMA:El actor Gabriel Hugo Montenegro

trabajó para la empresa Davicom Comunicaciones S.R.L. desde el ingreso del

1.04.97 hasta el despido directo del 4.01.16 que explicaremos más abajo. Fueron

casi 19 años de servicios dedicados y fieles con sueldos altísimos.

La demandada es una importante empresa dedicada a la

tecnología de la comunicación, especializada en la reparación, venta y alquiler de

equipos de radiocomunicaciones como handies, repetidoras, bases, etcétera. En

1993 la empresa presentó su contrato social ante la Inspección General de

Justicia con la razón social VICOM COMUNICACIONES S.R.L. Como esa

denominación fue observada por dicho organismo por "similitud de


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denominación" con otra empresa pasó a denominarse DAVICOM

COMUNICACIONES S.R.L.

Desde el ingreso del 1.04.97 al 9.08.99 el actor trabajó en

negro. Lo hizo totalmente en negro sin documentación alguna que pusiera en

evidencia la existencia de un contrato de trabajo. A partir del 9.08.99 y hasta el

15.09.02 continuó al margen de las registraciones de la empresa. Sin embargo,

con el objeto de otorgar alguna formalidad a la relación, comenzaron a utilizar

un ardid muy común: "lo hacían facturar sus servicios como monotributista".

Desde el ingreso y hasta el 15.09.02 trabajó continuadamente

en el establecimiento que la demandada poseía en Vidal 4.297 de la Ciudad

Autónoma de Buenos Aires. Allí trabajaba de lunes a viernes, -esporádicamente

trabajó algún sábado- de 9 a 18 horas. Sus tareas operativas consistían en llevar

técnicos y equipamientos a distintos lugares y visitar a los proveedores para

elegir insumos o activar su entrega. Dentro de la oficina completaba planillas,

informes, efectuaba recomendaciones y realizaba el asesoramiento técnico. Las

únicas que trabajaban en "blanco" eran las mujeres. Muchos de ellos fueron

obligados, durante un largo período, a facturar su trabajo, para luego ser

blanqueados.. En la empresa era costumbre que los trabajadores estuvieran

incorrectamente registrados: sus fechas de ingreso, sus remuneraciones, sus

categorías -todos estos rubros o algunos de ellos- consignadas en libros y recibos

eran falsas.

A partir del 16.09.02 el actor fue incorporado en los libros

laborales de la demandada. Este “blanqueo” coincidió con la mudanza de las

oficinas de Davicom. Se mudaron de la calle Vidal 4297 a la calle Crámer 4364,


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ambas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se lo "registró" con la categoría

de Supervisor, con datos de fecha de ingreso y remuneraciones falsas.

El actor continuó realizando el mismo horario -lunes a viernes

de 9 a 18 horas- pero con un importante cambio de funciones. En efecto, en esa

época se abrió una nueva unidad de negocios con el nombre de fantasía de

"Davitax" (radio Taxi). Montenegro fue asignado a ella con la categoría de

Gerente.

A partir de la venta de Davitax, el actor pasó a ser

SUBGERENTE GENERAL de Davicom. Esta importante modificación -un

ascenso- no fue registrada en los libros laborales: en los recibos de haberes siguió

figurando como Supervisor. El cargo de Subgerente General recién fue

reconocido en el recibo de haberes del mes de Noviembre de 2009.

Al cese el actor era remunerado con la importante suma de $

55.000 -en esa época equivalía a unos 4.200 dólares- de la que sólo se registraba

el 29,39455 %. En efecto, conforme los recibos que acompañamos, al actor se le

registraban "haberes brutos" que sólo alcanzaban a la ridícula suma de $ 16.167.

Esa era la mentira que figuraba en los recibos de haberes. Los "haberes netos",

luego de efectuados los descuentos jubilatorios, apenas llegaban a $ 13.014.

Además Davicom le pagaba mensualmente la cuota de la medicina privada

OSDE Plan 410 que al cese ascendía a la suma de $ 4.945. En suma la "mejor

remuneración bruta normal y habitual" que devengaba el actor ascendía a $

59.945 ($ 55.000 más $ 4.945)

A pesar de las irregularidades mencionadas el actor trabajó sin

problemas hasta el 23.12.15. Desde el 24.12.15 al 3.01.16 estuvo de vacaciones.


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Tomó los 11 días de vacaciones que se le adeudaban del año 2014.

El 4 de Enero de 2016 se presentó a trabajar normalmente.

Cuando llegó a la empresa lo esperaba la escribana Romina A. Rossini -

Matrícula 5077- quien procedió a leerle el acta mediante el cual se le notificó el

despido. Esta acta, en lo sustancial, decía lo siguiente: En mi carácter de

apoderado de Davicom Comunicación S.R.L., me dirijo a ud. a fin de

comunicarle que ante los indeseables y constantes infortunios suscitados e

incrementados a lo largo de todo el último año, sumado al último suceso

ocurrido el día lunes 21 de diciembre de corriente año a las 11:30 horas

aproximadamente, en el cual ud., encontrándose en cumplimiento de sus

funciones como dependiente de esta empresa y frente a testigos, comenzó a

insultar (como es su costumbre) al sr. gregorio daniel deharbe gerente de

esta empresa, con epítetos irreproducibles en una misiva postal, y a quien

finalmente lo invitó a pelear a la calle (como también es su costumbre)

comprometiendo la integridad física de un tercero, todo lo cual ha infundido

un profundo temor en la misma. a todo ello, debemos sumarle las hartas

denuncias y quejas por malos tratos que nos han efectuado varios

empleados dependientes por el injustificado destrato y los agraviantes

insultos que ud. propina. y toda vez que esta inconducta que ha sido

transmitida por diversos clientes que fueron atendidos por ud. y siendo este

un comportamiento inaceptable, absolutamente reprochable, contrario a

derecho y en especial a sus obligaciones como trabajador, constituyendo un

grave violación de sus deberes de conducta lealtad laboral y obligaciones

contractuales sumado a un grave perjuicio a esta firma en mérito al


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desprestigio que esta situación nos ha ocasionado frente a nuestros clientes,

y sin mengua del considerable perjuicio económico que su conducta nos

pudiere ocasionar, configurando así, su proceder una innegable pérdida de

confianza objetivamente valorada y jurídicamente reprochable, es que

comunico a ud. que a partir del día de la fecha, queda ud. despedido por su

exclusiva culpa atento la causal antes invocada

La demandada nada probó por lo que el juez de grado hizo

lugar a la demanda, incluyendo las indemnizaciones del art. 132 bis, por un total

de $ 3.754.600,58 pesos, con más los intereses de las actas Nº 2.601, 2.630 y

2658 de la C.N.A.T. con una capitalización única de intereses a la fecha de la

notificación de la demanda producida el 13.06.18 (art. 770 inc "b" C.C.C.N.)

Como la sentencia tenía gruesos errores técnicos apelé la

decisión emitida sobre diversos rubros.

Debido a la grosera afectación que la aplicación de esas tasas

producía al derecho de propiedad del actor y sobre su patrimonio, y a la violación

de derechos protegidos por la Constitución Nacional que ella representaba,

también apelamos los intereses fijados y la desestimación de nuestros planteos

sobre la inconstitucionalidad de las leyes 23.928 y 25.561.

Finalmente, mediante sentencia notificada el 30.09.22 la Sala II

de la C.N.A.T corrigió varios de esos errores técnicos y elevó el monto de la

condena a $ 8.622.538,75. No obstante ello mantuvo la tasa de interés

aplicada por el a quo y la capitalización de intereses por única vez al momento

de la notificación de la demanda y confirmó la desestimación que había hecho la


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a quo de los planteos de inconstitucionalidad explicados.

Al 4.01.16 esos $ 8.622.538,75 equivalían a US$ 663.272

dólares. Hoy, al 30.09.22, esa suma con más intereses del 409 % equivalen -con

cotización oficial del dólar- a miserables a US$ 292.591 y con el dólar turista o

solidario, a US$ 175.554. Un verdadero afano

VI.- DESPOJO DE GRAN PARTE DEL PODER ADQUISITIVO DEL

CAPITAL DEL ACTOR Y DE TODOS LOS INTERESES PUROS CON

LAS TASAS DE INTERESES NEGATIVAS QUE SE APLICAN : para

fundar autónomamente el fondo del asunto que motiva este recurso que la

C.N.A.T. se negó a debatir -LA VIOLACIÓN DEL DERECHO DE

PROPIEDAD DEL ACTOR-, explicaré como se produce el DESPOJO

denunciado.

A) LA GRAVEDAD INSTITUCIONAL Y LA CUESTIÓN FEDERAL QUE

IMPLICA LA PROHIBICIÓN DE INDEXAR LOS CRÉDITOS. LA

VERDADERA INDUSTRIA DEL JUICIO: Probablemente no existe, en estos

momentos, un tema de mayor relevancia económica y financiera -con

importantes consecuencias morales y humanas- para que sea tratado por la Corte

Suprema de Justicia de la Nación, que el de las "tasas de interés" -ya sean pasivas

o activas- que están aplicando los tribunales inferiores de toda la República.

Alcanza a todos los acreedores del país incluyendo trabajadores, jubilados,

demandantes de alimentos, víctimas de accidentes de tránsito y aquéllos que

demandan el pago de créditos.


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Debido a las leyes 23.928 y 25.561 la indexación de los créditos esta

"prohibida" en la Argentina. En realidad no lo está ¿Por qué? Porque el art. 17 de

la Constitución Nacional garantiza a todos los habitantes del país la

intangibilidad de su propiedad. Va de suyo que el derecho de propiedad incluye

la intangibilidad del poder adquisitivo -medido en la forma que se quiera- de los

créditos. Y es evidente que en un país donde en las sentencias siempre se aplican

intereses que, sin capitalización mensual, son notoriamente inferiores a la

inflación ese derecho es violado todos los días por todos los jueces de la

República que se niegan a declarar la inconstitucionalidad de aquellas nefastas

leyes.

Y era tan fácil de arreglar. Bastaba con sancionar una ley que

autorizara la indexación de los créditos reclamados judicialmente, una ley que

los políticos no han dictado ni tampoco promoverán.

Excelencia, es la falta de indexación de los créditos y del

otorgamiento de intereses puros lo que genera la "industria del juicio". Ella es

la fuente de la verdadera industria del juicio: la de los deudores que utilizan a

la Justicia -que aplica tasas de intereses miserables- como fuente de

financiamiento de sus deudas. Al fin y al cabo eso es lo que genera el "colapso"

de la Justicia. Esto fue reconocido expresamente por el Dr. Ricardo Lorenzetti

al decir que "otro aspecto relevante es la relación entre economía y proceso,

que se evidencia al estudiar los incentivos que actúan sobre las partes en la

toma de decisiones. Podemos observar muchos ejemplos: SI LAS TASAS DE

INTERÉS QUE RECONOCE LA JUSTICIA EN CONFLICTOS

PATRIMONIALES ES INFERIOR A LA DEL MERCADO, HABRÁ MÁS


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JUICIOS PORQUE A LOS DEUDORES LES CONVIENE LA ESPERA DEL

PROCESO, MIENTRAS QUE SI LOS INTERESES, LOS HONORARIOS O

LA TASA DE JUSTICIA SON MÁS ELEVADOS HABRÁ MENOS JUICIOS

PORQUE AUMENTAN LOS COSTOS DE TRANSACCIÓN" ("El arte de

hacer justicia”, Ricardo Luis Lorenzetti, pág. 160, Editorial Sudamericana)

Por ello no pueden continuar las pseudo doctrinas "nominalistas"

que despojan al acreedor de su propiedad. Por ello V.E. debe condenar a la

demandada a pagar lo que debe con más una indexación que compense la

depreciación monetaria sufrida por el crédito. A ella deberá agregarle intereses

puros sobre el capital actualizado. O por lo menos intereses que compensen la

inflación padecida por los créditos y agreguen un plus que remunere

razonablemente la privación del dinero que mi cliente ha sufrido. No es otra cosa

que volver a la sana doctrina de la C.S.J.N. dictada en "Valdez Julio H.c/

Cintioni Alberto Daniel" en 1976.

B) EL DESPOJO: Por ello, antes de adentrarme en las circunstancias propias del

presente juicio y de los hechos que sustentan este recurso, creo conveniente que

V.E. tome conciencia del DESPOJO que están sufriendo los acreedores en el

valor de sus créditos y los beneficios que están recibiendo los que incumplen con

sus obligaciones económicas y financieras. Como no se le escapará a V.E. esto

tiene graves consecuencias morales y humanas. La justicia actualmente favorece

la licuación de las deudas de quienes incumplen sus deberes y afecta el valor

adquisitivo final de los créditos de quién debe recurrir a la Justicia para cobrar lo

que se le debe.
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Para el período que va desde la mora del 4.01.16 hasta la

fecha actual del 30.09.22 los intereses fijados por la sentencia apenas

representaron, incluyendo la única capitalización aceptada, un incremento del

409 %. Durante ese mismo período la inflación alcanzó al 1.261 % el

R.I.P.T.E. se incrementó en un 914 %, la atrasada cotización oficial de dólar un

1.053 % y la del dólar turista un 1.823 %

¿Qué pasó con las tasas de intereses aplicadas a los créditos del

actor -que deberían recomponer el valor adquisitivo de ellos y otorgar una

compensación adicional por la privación del uso del dinero que sufrió el

acreedor- durante estos períodos?. Veamos:

* PERÍODO ENERO 2016 A SEPTIEMBRE DE 2022

* INFLACIÓN 1.261 %

* RIPTE 914 %

* DOLAR OFICIAL 1.053 %

* DOLAR TURISTA 1.823 %

* TASAS ACT. C.N.A.T. DE LA SENTENCIA 409 %

Como puede apreciarse NINGUNA TASA DE INTERÉS, en la

forma en que las aplica la justicia, REPRESENTAN UNA REPARACIÓN

REAL Y ADECUADA DE LA PRIVACIÓN QUE SUFRE EL ACREEDOR

DE SU CAPITAL. En realidad con ellas SE PRIVA AL ACREEDOR DE

GRAN PARTE DEL CAPITAL Y DE TODOS LOS INTERESES PUROS,


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POSITIVOS -POR ARRIBA DEL CAPITAL- QUE LE CORRESPONDEN

La licuación provocada por tasas de interés -activas o pasivas-

aplicadas sin capitalización mensual es indubitable. Y lo es por las siguientes

motivos:

* El primero es que las tasas mensuales nominales de intereses que se aplican, ya

sean activas o pasivas, son inferiores a las tasas mensuales de inflación. Las tasas

de los bancos oficiales siempre han sido manipuladas por los gobiernos por

razones políticas. Siempre el gobierno quiso manejar las tasas de intereses para

licuar sus deudas y las de las empresas estatales. Hubo épocas -los ministros eran

muy jóvenes o no habían nacido- donde hubo nacionalización de los depósitos

bancarios y las tasas las fijaba arbitrariamente el B.C.R.A. y otras donde las

regulaba con los encajes como sucedió en la década de los 50 donde en años de

inflación del 109 % como en 1959, la Justicia aplicaba intereses del 36 % anual

del Banco de la Nación. Es tanta la maldad de los gobiernos que la del

comunicado B.C.R.A. 14.290 se compone de la mezcla tasas pasivas de todo

tipo -incluyendo las de las cajas de ahorro que no dan nada- aplicadas, eso sí,

con capitalización. Los funcionarios licúan deudas deliberadamente y con mala

intención los créditos demandados en juicio por los acreedores pero no ignoran

finanzas como los jueces inferiores de la República.

*El segundo, y mucho más grave, sucede porque la inflación se capitaliza

mensualmente generando un crecimiento geométrico, mientras que la forma en


16
que los jueces aplican esas tasas, no lo hace: al revés de la inflación, las tasas no

se capitalizan mensualmente. En vez de aplicar la tasa de interés compuesta

que es la que aplican los bancos, la Justicia aplica la tasa de interés simple que

no usa nadie en el mundo.

Sea cual fuere la SOLUCIÓN que V.E. encuentre a este DESPOJO

lo cierto es que la aplicación de intereses que, en el período de tramitación de

este juicio y sin capitalización mensual de intereses, no cubren más que el 32 %

de la inflación NO PUEDE CONTINUAR. Y tampoco debería continuar la

aplicación de un nominalismo como el del art. 619 Código Civil (actual art. 766

del Cód. Civil y Comercial) a una moneda de papel que no cumple con ninguna

de las funciones de ella y que, en épocas de alta inflación, es inviable. Y cabe

recordar, porque muchos lo olvidan, que cuando Vélez diseñó esta norma (ver

nota al art. 619 C.Civil) hablaba de monedas de valor intrínseco como lo eran las

de plata y oro de esa época o como podrían serlo hoy en día euros o dólares o de

monedas de papel con respaldo en oro como los de la Caja de Conversión

vigente hasta 1930 aproximadamente.. Yo no sé si V.E. se da cuenta pero las

leyes dictadas por el Congreso de la Nación son -en términos reales- modificadas

e incluso derogadas por la inflación.

En definitiva, estamos ante una "justicia de ficción" que ordena una

cosa que, al final, -y como consecuencia de la aplicación de un nominalismo

absurdo con tasas de interés fuertemente negativas en este contexto de alta

inflación- dice otra distinta. Al final los jueces de grado convalidan la violación

de derechos constitucionales..
17
Ante la inflación de 1945-1976 y la aplicación de tasas de interés

sustancialmente inferiores a la inflación la Justicia, como lo hace ahora, licuó los

créditos de los acreedores. Algunos juristas lo advirtieron pero no lo

solucionaron. Se intentaron paliativos como la doctrina de los "actos de valor"

que "actualizaba" las deudas por el valor de un sólo bien sin advertir que las

deudas son de dinero y que su depreciación se mide mejor por el índice de

precios al consumidor.

Se solucionó en 1974 con el reconocimiento de la indexacion de los

créditos laborales que hizo el art. 276 de la L.C.T. Y lo solucionó para todos los

créditos la C.S.J.N. en 1976, cuando aceptó la indexación generalizada a partir

del fallo "Valdez Julio H.c/ Cintioni Alberto Daniel"

En mi caso, consciente de que con tasas politizadas de intereses de

bancos oficiales, sin capitalización mensual o con ella, es imposible "dar a cada

uno lo suyo", hace más de once años que vengo pidiendo la declaración de

inconstitucionalidad de las leyes 23.928 y 25.561. Y al tener que pasar por una

C.N.A.T. y una S.C.B.A. que no escuchan ni muestran interés en evitar este

despojo, he debido recorrer un largo camino, con algunos resultados iniciales

adversos. Y creo que al analizar otros recursos que, corrigiendo errores e

insuficiencias, interpuse con tozudez gallega, finalmente el Procurador Fiscal

Abramovich advirtió el GROSERO DESPOJO que padecían todos los

acreedores que litigan en la Provincia de Buenos Aires y en todo el país, y

recomendó hacer lugar a una queja que debí interponer por la caprichosa

negativa de la S.C.B.A. a conceder el recurso federal que se había interpuesto.

Creo que en esos casos se reconoció, implícitamente, el agravio federal que


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existía y la trascendencia de la materia traída a debate.

Y lo digo por los siguientes motivos: UNA CORTE NO

PUEDE CONVALIDAR QUE APLICAR TASAS DE INTERESES COMO

LAS DECIDIDAS POR LA CÁMARA -las activas de la C.N.A.T.

explicadas que, en este caso ascienden hoy al 409 %; ellas representan

apenas un 32 % de la verdadera inflación del 1.261 % y corroen el poder

adquisitivo de la condena- ES UNA JUSTA INTERPRETACIÓN DE LA

CONSTITUCIÓN. El actor es privado del 68 % del poder adquisitivo del

capital de su crédito y de la totalidad de los intereses puros que le

correspondían.

C) LA VIOLACIÓN DEL ART. 17 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL Y

DEL ART. 522 CÓDIGO CIVIL. LA VIOLACIÓN DEL DERECHO DE

PROPIEDAD, EL DESPOJO DE PARTE DEL CAPITAL Y DE TODOS LOS

INTERESES Y LA CUESTIÓN FEDERAL EN ESTE JUICIO: Si bien este

recurso se interpone en el caso concreto debatido en este proceso, lo cierto es que

la sentencia que la C.S.J.N. dicte en esta materia alcanzará a TODOS LOS

JUICIOS QUE SE TRAMITEN EN EL PAIS.

No hace falta escribir mucho para demostrarlo. Desde la mora hasta

la fecha de la sentencia de Cámara puede estimarse que existió una

inflación verdadera del 1.261 %.

¿Cómo llegamos a esa cifra) Como desde enero de 2007 el

I.N.D.E.C. fue intervenido por el ex Secretario de Comercio Guillermo Moreno

y desde allí se falsificaron todos los datos hasta la nueve serie estadística del
19
INDEC que comienza en diciembre de 2016, debemos recurrir a estadísticas

serias como las de la Provincia de San Luis cuya veracidad fue aceptada por el

ex-presidente del I.N.D.E.C., hoy fallecido, Jorge Todesca. El Índice de Precios

al Consumidor de la Provincia de San Luis, desde enero de 2016 hasta

septiembre de 2022 se incrementó en un 1.261.

Todos estos datos son públicos y V.E. no puede desconocerlos.

Están en las páginas WEB de las instituciones mencionadas.

Veamos cual sería el valor del crédito actual del actor -tomando

como hipótesis el valor de la condena de $ 8.622.539 con intereses del 15 %

anual -son intereses moratorios no compensatorios- sobre capital actualizado

como los que se aplicaban en épocas de estabilidad plena:

* Con indexación

- Capital al 4.01.16 $ 8.622.539

- Inflación (1.261 %) x 13,61

- Capital actualizado al 30.09.22 $ 117.352.756

- Int. 15 % anual 4.01.16-30.09.22 (101,25 %) $ 118.819.665

- Total al 30.09.22 $ 236.172.421

Veamos cuál sería el resultado con las tasas fijadas en la

sentencia, con inclusión de la capitalización efectuada al 18.06.18

* Con Tasas Activas C.N.A.T.


20
- Capital al 4.01.16 $ 8.622.539

- Intereses Tasas Act. C.N.A.T. 409 % $ 35.266.185

- Total al 30.09.22 $ 43.888.724

La aplicación de tasas -activas o pasivas- de interés, con

capitalización de intereses o sin ella, cuando son sensiblemente inferiores a la

inflación configura un hecho de gravedad institucional Configura una

CONFISCACIÓN, un DESPOJO, una INJUSTICIA, una VIOLACIÓN

DEL DERECHO DE PROPIEDAD y DE LA CONSTITUCIÓN. Es absurdo.

¿Cómo puede la justicia avalar tamaña "expoliación" de bienes? Vaya a saberse.

Pensamiento rutinario, frases hechas, desinterés, mitomanía del precedente,

incomprensión de los fenómenos económicos y financieros, complicidad con el

poder económico. La verdad es que no lo sé.

Se han utilizado todo tipo de argumentos, falaces, con un absoluto

desconocimiento de la teoría económica básica y de la realidad. Me referiré a los

más conocidos.

a) Algunos jueces leyeron alguna vez que los economistas afirman que la

"indexación" recicla y agrava la inflación. Ello es verdad con una importante

salvedad: con esa afirmación los economistas no se referían a la indexación de

deudas reclamadas judicialmente y en mora desde hace varios años; ellos se

referían a la indexación de precios que hacen los agentes económicos cuando

aumentan los propios, no porque hayan sufrido incrementos en sus costos, sino

porque no quieren quedar atrás del incremento generalizado de otros precios. La


21
indexación de precios se produce cuando a raíz de la suba de la carne y otros

alimentos, los remiseros suben sus tarifas aunque no les haya aumentado ni el

valor del auto, ni el seguro ni la nafta. Y es lo que sucederá en estos días con la

devaluación del peso contra el dólar. Allí sí la "indexación" recicla y agrava la

inflación. Desde ya que no es el caso del acreedor judicial que no tiene facultad

alguna de fijar los intereses que debe cobrar por el uso que el deudor hizo de su

dinero. Y que seguirá siendo el mas perjudicado por este sistema nefasto.

Pero ello JAMÁS SUCEDE CON LAS DEUDAS DE DINERO:

el acreedor no está fijando un nuevo precio ni tiene posibilidades de hacerlo. Lo

único que intenta es cobrar una suma de dinero que al momento de su

efectivización tenga EL MISMO PODER ADQUISITIVO que tenía la

expresión nominal original del crédito al momento del nacimiento de la

obligación, con más un interés positivo razonable como siempre lo fue el

fijado por la Justicia.

Y si como prueba de lo que digo bastara la experiencia, habrá que

recurrir a la de los países vecinos: ni en Uruguay, con su unidad reajustable

(U.R.)., ni en Chile, con su unidad de fomento (U.F.) aplicables ambas en todos

los juicios, la actualización monetaria de los créditos que se hace con ellas ha

generado inflación alguna. La información sobre estas unidades de cuenta se

puede adquirir a través del Google.

b) Un error aún mayor sostenido por muchos jueces fue consistió en afirmar que

la elevación de las tasas de interés -por ejemplo aplicar las activas en vez de las

pasivas- también impulsaba la inflación. Esto es otro disparate mayúsculo.


22
Cualquier estudiante de economía sabe que cuando hay tendencias inflacionarias

crecientes en EE.UU. o en EUROPA lo primero que hacen la Reserva Federal y

el Banco Central Europeo es elevar las tasas de interés. Los que saben economía

hacen exactamente lo contrario de lo que preconizan muchos jueces. Y es lo que

hace muchas veces nuestro el B.C.R.A. para "calmar" la corrida contra el peso y

la subida de los precios.

La realidad es que hoy todo -sueldos, jubilaciones, alquileres, precios

de servicios, presupuestos, préstamos ajustados por el UVA o por el CER.

indemnizaciones de enfermedades y accidentes laborales a través del RIPTE,

indemnizaciones del personal doméstico- está de alguna manera indexado. Serán

indexaciones anuales y a dedo, pero son eso: indexaciones. Todo está indexado.

Todo. Todo menos los créditos reclamados judicialmente y los honorarios de

los abogados de los acreedores.

Ni qué hablar de la forma en que nuestra justicia aplica las tasas de

interés. Al tomar intereses a 30 días se debe utilizar la tasa de interés compuesta

que los capitaliza mensualmente. Interpretando erradamente el art. 623 Cód.

Civil -que con esa interpretación es inconstitucional- la justicia aplica una

absurda tasa de interés simple, sin capitalización mensual de los intereses.

A partir de enero de 2002 explotó la Argentina. Luego de 20 años

todos han salido bastante bien parados. Todos salvo un grupo: el de los

acreedores de créditos en pesos demandados judicialmente. Y nosotros, los

abogados de los acreedores. Éstos son los grandes perdedores de la sociedad. Y

cuando ello sucede con trabajadores que viven de su sueldo la cuestión es


23
particularmente grave. En estos casos el Poder Judicial actúa más como Poder

Licuador que como lo que debe ser: un protector de la propiedad de los

acreedores. El crédito más barato es el que consigue el deudor moroso que

chicanea un juicio para pagar a los premios con importes totalmente depreciados.

Fue V.E. la que en miles de fallos a partir del caso "Valdez"

estableció que "la indexación no convierte en más oneroso el pago de una

deuda sino que conserva la identidad e integridad de las prestaciones". Esta

doctrina era sanísima. Permitió aplicar diferenciadamente toda la normativa civil

que regula por separado el capital y los intereses y daba solución a todos los

problemas económicos que se generaban.

Solo podría admitirse una prohibición de indexar como la que

estableció la ley 23.928 cuando existiera una estabilidad plena como la que hubo

entre 1993 -pues durante 1991 y 1992 perduró una importante inflación residual

que licuó muchos de los créditos anteriores a 1991- y 2001. Pero no puede

aplicarse a períodos de altísima inflación como los actuales.

Cuando algunos ingenuos afirman que los créditos pueden ser

protegidos contra la inflación mediante los intereses, -aunque esa no es la

función de este instituto- yo siempre les recuerdo algunos casos que desvirtúan

esa idea:

* En las obligaciones sin plazo los intereses no corren desde el vencimiento del

crédito -tal como lo aceptaba la C.S.J.N. en materia de indexación de capital-

sino desde la constitución en mora. Esto puede suceder muchos meses después

de la fecha de creación de la obligación. Si bien no es el caso de los créditos


24
laborales, sí lo es el de muchos créditos civiles y comerciales.

* En los casos de los concursos y quiebras, en donde se produce la suspensión

del curso de los intereses -y ello sucede porque la ley se refiere a intereses puros

y no a aquéllos, más elevados, a cuyo monto se le atribuye la doble función de

resarcir la privación del uso y lo de compensar la pérdida de su valor adquisitivo

por la inflación- la licuación del crédito es notoria y evidente. Como los intereses

quedan suspendidos, la función compensatoria de la depreciación monetaria, que

algunos le atribuyen, se pierde.

* Todos los casos que he traído a la Corte demuestran el error de esta idea. El

nominalismo y las tasas de interés fuertemente negativas -tanto las activas de la

C.N.A.T. como las pasivas de la S.C.B.A.- producen la extinción de los derechos

y una transferencia injustificada de ingresos de la víctima al incumplidor.

D) SOLUCIONES REQUERIDAS. DISTINTAS ALTERNATIVAS: En fin,

sea cual fuere el sistema que se adopte, lo que quiero es que se evite el despojo

del poder adquisitivo de los créditos alimentarios del acreedor laboral.

Hay varios métodos:

1) Se puede -y se debe- decretar la inconstitucionalidad de las leyes 23.928,

25.561 y aceptar que, con alta inflación, el único remedio posible es la

indexación. Prefiero la indexación, con índices serios, que el sistema absurdo

que se está aplicando en un contexto de inflación creciente y descontrolada. Esta

es mi elección pues es la que menos problemas y controversias causa.


25
Y debo señalar algo que muy pocos han advertido. El poder

Legislativo, el Congreso de la Nación, ya ha dejado de lado la prohibición de

indexar o actualizar créditos. Si bien no lo ha hecho con la derogación de las

leyes 23.928 y 25.561, lo ha hecho tácitamente con muchas normas como el art.

70 de la ley 26.844 (servicio doméstico) los arts. 17 inciso 1º de la ley 26.773 y

6 de la ley 27.271. que crea la unidad ajustable UVA que no es otra cosa que la

indexación de la deuda que los deudores mantendrán con los bancos Se ha

regulado la actualización de las indemnizaciones por accidentes y enfermedades:

ella se hace con el incremento que se produce en la “Remuneración Imponible

Promedio de los Trabajadores Estables” conocido como R.I.P.T.E. (art. 17

inciso 1º ley 26.773).

Hay créditos indexados por el índice U.V.A., o por el C.E.R, se

indexan los créditos demandados judicialmente por las empleadas domésticas, se

indexan los alquileres, se indexan las jubilaciones y pensiones, se indexan las

remuneraciones para el cálculo de las indemnizaciones por accidentes y

enfermedades del trabajo, se indexan los sueldos, se indexan los títulos públicos,

hay plazos fijos indexados. LO ÚNICO QUE NO SE INDEXAN SON LOS

CRÉDITOS DEMANDADOS JUDICIALMENTE Y LOS HONORARIOS

PROFESIONALES DEVENGADOS POR LOS NUEVOS POBRES DE

ARGENTINA: TRABAJADORES Y ABOGADOS.

La inconstitucionalidad de las normas que prohíben la indexación de

los créditos de dinero -arts. 7° y 10° ley 23.928 texto según art. 4° ley 25.561,

art. 617, 619 y 623 Cód. Civil (hoy arts. 765, 766 y 770 del Código Civil y

Comercial Unificado) según art. 5° ley 25.561, Decreto 214/2002, como


26
asimismo los decretos reglamentarios, normas y circulares del B.C.R.A. que

tienden al mismo propósito- se puede respaldar con los fundamentos que

seguidamente expondré:

Como lo establecieron todos los tribunales de la República

durante más de 15 años -1976/1991- la indexación no agrava la situación del

deudor ni altera la cuantía de la obligación. Al contrario, se ha demostrado a lo

largo de los procesos inflacionarios que lamentablemente atravesó nuestro país,

que ella permite la conservación del verdadero valor patrimonial del crédito y el

resguardo efectivo del derecho de propiedad. La indexación no hace más onerosa

la deuda de origen ni provoca un empobrecimiento verdadero del deudor.

La inflación y la depreciación del capital de las deudas no puede ser

compensada con tasas de intereses -ni activas ni pasivas- por seis razones

estructurales: 1) todas las tasas, tanto activas como pasivas, que aplican los

bancos oficiales están politizadas 2) todas las tasas, tanto activas como pasivas,

que aplican los bancos oficiales son, sin capitalización mensual, negativas; 3) la

justicia aplica las tasas de interés a 30 días -ya sean pasivas o activas- a su valor

nominal adelantado en vez de aplicar las tasas efectivas finales que cualquier

banco pagaría a sus depositantes a plazo fijo con capitalización mensual

automática de intereses o que cobraría a sus deudores durante el período total de

este juicio; 4) La justicia aplica lo que en matemática financiera se conoce como

"tasa de interés simple". Los bancos aplican la llamada "tasa de interés

compuesta" que capitaliza los intereses mensualmente 5) la aplicación de

intereses con un sistema diferente -la inflación se capitaliza mes a mes, los

intereses no- hacen que aquélla no sea compensada y provoca una grave
27
licuación de los créditos del acreedor. 6) las tasas utilizadas son propias de

plazos cortos -30 días- por lo que no pueden ser utilizadas para los plazos -años-

que dura un juicio.

Y estos argumentos también son aplicables a las tasas activas que, si

V.E. decidiera legitimarlas, en nada mejorarán la pérdida sufrida por el acreedor.

Asimismo, existen razones de derecho en las que sustento mi

pretensión. La prohibición de la indexación afecta el derecho de propiedad del

acreedor (art. 17 C.N.) y viola la protección que las leyes deben brindar al

trabajador (art. 14 bis C.N.) debido a ello dichas normas son inconstitucionales.

La aplicación de tasas de interés fuertemente negativas sin capitalización,

provoca que los créditos del actor sufran una pérdida de su poder adquisitivo

promedio, un empobrecimiento sin causa del acreedor y un enriquecimiento sin

causa del deudor.

Por todo lo expuesto, solicito que se decrete de inmediato la

inconstitucionalidad de las leyes mencionadas y se determine que el monto

de condena debe actualizarse desde que cada suma es debida y hasta el

momento del efectivo pago, con más intereses sobre el capital actualizado,

Para mi deben indexarse los créditos por el incremento de un índice de precios al

consumidor confiable o, subsidiariamente, por el incremento del valor del sueldo

del actor medido por el RIPTE para evitar controversias.. Si bien podía existir

algún "temor" cuando la inflación parecía haber sido controlada durante los años

2004 y 2005 -época del ministro Lavagna en los que la inflación oscilaba entre el

3 % y el 5 % anual- seguir insistiendo con las "doctrinas nominalistas" de esa

época, cuando la inflación se ha disparado es negar justicia a quien defiende sus


28
derechos.

2) Se pueden aplicar tasas de intereses politizadas de los bancos oficiales a

tasa activa -que también son fuertemente negativas- siempre y cuando se

calculen con capitalización mensual de intereses. Esta es una alternativa que no

me parece la mejor pero es la que responde al nominalismo y a la realidad actual

financiera. He hecho los cálculos y he comprobado que desde 2001 hasta ahora

no cubren ni el 50 % de la inflación. Hubo muchas tasas políticas.

Sin embargo, si quisiera descartarse la sanísima indexación cabe

preguntarse por qué los intereses deberían capitalizarse mensualmente. Y ello es

así porque la inflación se capitaliza mes a mes; cada porcentaje de inflación se

aplica sobre el índice del mes anterior. Porque la inflación crece de forma

geométrica mientras que la tasa de interés simple crece de forma aritmética. Las

tasas activas del Banco de la Nación Argentina, aplicadas sin capitalización

mensual, no solucionan nada.

Si la Corte no quisiera aplicar la indexación por el I.P.C. de la

provincia de San Luis o por el R.I.P.T.E. subsidiariamente pido que se apliquen

las tasas activas de interés del Banco de la Nación Argentina para operaciones de

descuento de documentos comerciales a 30 días, incrementadas en un 30% (no se

pueden aplicar intereses compensatorios propios de un mutuo a deudas en mora)

y con capitalización mensual de intereses. La Corte podria dictar una medida

de mejor proveer consultando por oficio al Banco de la Nación cuál sería el

resultado de lo pretendido para comprobar si es exagerado o no.

Si para ello fuera necesario decretar la inconstitucionalidad de


29
oficio del art. 623 Código Civil (hoy art. 770 del Còdigo Civil y Comercial

unificado), V.E. sabe que nada le impide hacerlo. Desde los fallos "Mill de

Pereyra" y "Banco Interfinanzas" la C.S.J.N. ha determinado que la

Constitución debe aplicarse de oficio -iura novit curia- por lo que en caso de que

una norma inferior como el art. 623 Cód. Civil afecte -en este contexto- un

derecho constitucional como el derecho de propiedad del acreedor por lo que el

juez debe interpretar la contradicción normativa haciendo prevalecer la norma

superior: la Constitución.

E) EL CASO FEDERAL: Es evidente que con la aplicación de las tasas activas

explicadas -que en este juicio son totalmente negativas- la C.N.A.T. ha

VIOLADO ABIERTAMENTE los arts. 14 bis, 17 y 18 de la Constitución

Nacional, y los arts. 519, 520, 521, 522 y 622 del Código Civil de Vélez

vigente al momento de los hechos. También viola el art. 623 C.Civil

interpretado correctamente.

* Artículo 14 bis de la Constitución Nacional: esta norma le reconoce a la

reclamante numerosos derechos constitucionales (los beneficios de la seguridad

social para accidentados como el actor, protección contra el despido arbitrario,

remuneración justa, entre otros) Dichas garantías constitucionales resultan

lesionadas en el presente juicio debido a que los "intereses" otorgados fueron tan

irrisorios que ni siquiera alcanzaron para cubrir la depreciación monetaria sufrida

por el peso desde la mora hasta el día de la liquidación de la sentencia. Y los

verdaderos intereses fueron inexistentes.


30
* Art. 17 y 18 de la Constitución Nacional: El acreedor laboral tiene derecho -

en realidad también lo tienen los acreedores civiles, comerciales y concursales- al

pago de las sumas debidas por un monto real (y cuando hablo de "real" me

refiero a su "poder adquisitivo", o su poder de compra) idéntico en su valor -o

por lo menos parecido- al que debió percibir en el momento de la mora del

deudor, con más los intereses compensatorios y punitorios correspondientes.

Sin embargo, tal como lo demostramos precedentemente la tasa

de interés impuesta por el sentenciante priva al actor de gran parte del capital real

de su crédito y de la totalidad de los intereses positivos que les corresponden: los

intereses fijados sólo cubren una mínima parte de la depreciación del dinero sin

dar intereses reales. Este atropello al derecho a la propiedad debe ser subsanado

por el Poder Judicial, garante de los Derechos Humanos y de las normas

constitucionales, buscando y encontrando una salida que permita a cada ser

humano, también al trabajador, lograr y conservar el derecho a la propiedad

privada en todos sus alcances. El presente proceso judicial, entonces, lejos de

concretar el acceso a la tutela judicial efectiva (garantía del art. 18 C.N.), se

convierte en un instrumento de transferencias de recursos desde la parte actora a

la parte demandada. El demandado, por el mero transcurso del tiempo y la

instrumentación del proceso judicial en su beneficio, ve licuada su deuda.

Se lesiona, por lo tanto, la garantía de la propiedad privada de

la parte actora con una transferencia de ingresos injustificado a favor de la

demandada, todo lo cual lesiona el debido proceso legal y la igualdad de las

partes en el mismo (art. 18 CN).


31
* Arts. 519, 520, 521, 522, 622 del Código Civil hoy arts 1.738, 768 y 769 del

Código Civil y Comercial Unificado: Que atento a que en el derecho argentino

no existe un interés legal, los jueces deberán determinar el interés que se debe

abonar de acuerdo a lo dispuesto por los arts. 519, 520, 521, 522 y 622 del

Código Civil, los que de acuerdo a todo lo expuesto no podrán ser fijados con las

llamadas tasas pasivas ni las activas -cualquiera que se utilice- del Banco

Provincia de Buenos Aires pues o del Banco de la Nación Argentina pues ellas

son fuertemente negativas. Tampoco pueden utilizarse "tasas activas" que, sin

capitalización mensual de intereses, también son inferiores a la inflación.

En realidad el "interés" aplicado a tasa pasiva ni siquiera cubre la

inflación, por lo que la sentencia no fija intereses verdaderos, reales y positivos.

Reitero ellos ni siquiera cubren la inflación. Es decir que con la suma liquidada,

el actor cobrará una suma de dinero cuyo poder adquisitivo es menor al que tenía

el capital -sin intereses- al momento del despido.

Por ello los "intereses" fijados en el fallo recurrido violan los arts.

519, 520, 521, 522 y 622 del Código Civil (hoy arts. 1738, 768 y 769 del Código

Civil y Comercial Unificado).

F) LA DOCTRINA QUE PRETENDEMOS: hoy en día ni las tasas pasivas ni

las tasas activas brindan un remedio razonable contra la inflación. Las tasas

activas que aplica la C.N.A.T. desde la mora del deudor de este juicio hasta la

actualidad representaron intereses totales de apenas el 409 %. Estas tasas activas

no solucionan nada. Estos intereses, contra una inflación real de ese período del

1.261 % son también confiscatorios. No resguardan el poder adquisitivo del


32
CAPITAL ADEUDADO y encima se priva al acreedor de todos LOS

INTERESES apropiados por el deudor durante el transcurso del proceso. Y en

períodos más largos la situación se agrava. Por ello, LAS TASAS ACTIVAS

NO SON NINGUNA SOLUCIÓN. Por lo expuesto, como existe una resistencia

incomprensible a establecer la legitimidad constitucional de la indexación de los

créditos demandados judicialmente -que no realimentan la inflación- creo que

V.E. debe dictar una sentencia que establezca que los créditos deben indexarse y

llevar intereses positivos .

VII. MIS HONORARIOS: dejo constancia de que en caso de prosperar este

recurso mis honorarios se deberá ordenar una nueva regulación de mis

honorarios en un porcentaje del monto total de condena que resultare de la

decisión de V.E.

VIII.- PETITORIO: por lo expuesto solicito:

a) Se descalifique a la sentencia dictada por su arbitrariedad, por no constituir

una derivación razonable del derecho vigente y por violar derechos garantizados

al actor por la Constitución.

b) Se declare que la "tasa de interés" que la C.N.A.T. impone a todos los

Juzgados Nacionales del Trabajo afecta, en la actualidad, el derecho de propiedad

del acreedor -y el de sus abogados- y que lo priva íntegramente de los intereses

de los arts.. 522 Código Civil y 769 del Código Civil y Comercial Unificado y
33
de gran parte del "capital" real -no nominal- de su crédito.

c) Que se ordene dictar un nuevo pronunciamiento en el que se aplique la

indexación de los créditos demandados o tasas de interés que cubran la inflación

producida, medida con estadísticas confiables y que otorguen un plus adicional

que represente intereses puros por la privación del dinero.

d) Se ordene adecuar la regulación de mis honorarios al nuevo monto que resulte

de la sentencia que requiero.

PROVEER DE CONFORMIDAD

SERÁ JUSTICIA.
SALA II
C.N.A.T.
J.E.G.R.

34
CONTESTA RECURSO EXTRAORDINARIO.
EXCMA. CÁMARA:
ROMÁN LUIS CHRÉTIEN, en mí carácter de letrado apoderado de las demandadas, con domicilio constituido

en la calle Lavalle 1454 piso 1º Of. 9/10. “D” (Zona 173), electrónico en el CUIT 20147897317 (drromanchretien@gmail.com - TE
1139227574), en los autos caratulados “MONTENEGRO, Gabriel Hugo c./ DAVICOM COMUNICACIONES SRL y otros s./
DESPIDO”, Expte. 21.412/2018, a V.E. respetuosamente me presento y digo:

I). OBJETO.
Que vengo, en legal tiempo y forma, siguiendo precisas instrucciones de mis mandantes, a contestar el traslado
conferido respecto del recurso extraordinario federal interpuesto por la parte actora con fecha 17-10-2022, que me fuera notificado

en el mismo día, debiéndose tener presente que el 18-10-2022 ha sido decretado inhábil mediante Acordada de la CSJN 26/2022.
Que he de solicitar, a mérito de las consideraciones de hecho y derecho que en sucesivos acápites se han de
exponer, se desestime la presentación recursiva en traslado con costas.

II). ANTECEDENTES.
El actor introduce Recurso Extraordinario contra la sentencia dictada por la Sala II de la Excma. Cámara del
Fuero Laboral, entendiendo que la misma violó su derecho de propiedad respecto del valor adquisitivo de su crédito, pues el que se

le ha reconocido se licúa con el paso del tiempo, privándolo de intereses positivos los cuales reclama se capitalicen mensualmente,
desconformándose con los postulados del Acta 2764 CNT, propiciando la inconstitucionalidad de los arts. 7 y 10 de la Ley 23.928
como así también de los arts. 4 y 5 de la Ley 25.561.

A la vez requiere la capitalización en base al art. 770 inciso b) del CCyCN pero en forma distinta a como se ha
acogido la norma, es decir peticiona no sólo la capitalización desde la notificación de la demanda por única vez sino que la misma
sea periódica.

Realiza una serie de cálculos aritméticos, en forma antojadiza, pus la inflación imperante por el período
comprendido entre el 04-01-16 al 30-09-22 dice alcanzó un 1.261%, lo que resulta esotérico, pues a poco que se ingrese a la página
del INDEC el costo inflacionario por el lapso temporal indicado alcanzo el 494,9% y no el absurdo índice que proclama.

1
Dicho esto, debo decir que el recurso que intenta el actor no puede prosperar; ello en razón de las
consideraciones que infra se han de volcar y, por el contrario, deberá, tal como oportunamente lo requiriera esta representación por
la demandada, declarar la Inconstitucionalidad del Acta 2764 como así también la del art. 770 inciso b) del CCyCN., amén de los

cuestionamientos ya introducidos por esta parte en el Recuro Extraordinario presentado el pasado 11.10.22.
Reclama el accionante la capitalización mensual de intereses como así también la aplicabilidad de la nueva Acta
2764 pero con una capitalización distinta a la que determina la sentencia recurrida, solicita indexación, como así también la

inconstitucionalidad de los artículos 7 y 10 de la Ley 23.928 y artículos 4 y 5 de la Ley 25.561, entendiendo que el fallo en crisis
cercena el derecho de propiedad sobre el valor adquisitivo de su crédito.
He de sostener que ninguna razón le asiste para recurrir como lo hace, por cuanto el Acta de mención a todas

luces resulta inconstitucional como así también la capitalización que se pretende, y demás ítems, tal los argumentos que infra
referiré, por lo que se solicita el rechazo del recurso en traslado con costas.
Sin perjuicio de lo manifestado precedentemente he de resaltar, que la accionante en el recurso en responde no

ha demostrado la procedencia del Caso Federal, trata fundamentarlo en el Art. 14 bis de la C.N. olvidando que lo que debate es una
cuestión de intereses y no de los derechos que consagra dicho artículo el cual evidentemente no fue vulnerado.
También trata de fundamentarlo en los Art. 519, 520, 521, 522, 622 y 623 del CC de Velez y/o en los Art. 1738,

768 y 769 del CCyCN en lo pertinente al presente caso tengamos en cuenta que los mencionados artículos no solo no son de
aplicación al presente entuerto, más allá de ello, si vemos la clara contradicción en la que incurre el actor al fundamentar la
procedencia del recurso extraordinario en el Art. 768 CCyCN el cual textualmente dice: “Intereses moratorios. A partir de su mora

el deudor debe los intereses correspondientes. La tasa se determina: a) por lo que acuerden las partes; b) por lo que dispongan las
leyes especiales; c) en subsidio, por tasas que se fijen según las reglamentaciones del Banco Central “, cuando a lo largo de todo el
libelo se quejó de las tasas de interés fijada por el Banco Central.

Tampoco procede la fundamentación en el Art. 17 y 18 de la Constitución Nacional, ya que no fue violentado su


derecho de defensa en juicio y mucho menos el derecho de propiedad, tenga en cuenta V.E. que dicho derecho no se ha visto
vulnerado, ya que lo que pretende el actor jamás le ha pertenecido ni ha entrado en su patrimonio, lo que puede tener en este

2
momento es un derecho en expectativa, que puede concretarse o no, por lo que jamás se vio violentado el derecho que tutela el Art
17 de la C.N.
Al respecto, cabe recordar que, a diferencia de los derechos adquiridos, el derecho en expectativa mal llamado

derecho, es simplemente una pretensión, la cual puede o no concretarse, pero ninguna propiedad se ve afectada mientras no haya
una resolución que la avale.
Conforme lo expuesto precedentemente el Actor no ha podido demostrar la procedencia del caso Federal por lo

que se solicita su rechazo con costas.


III.- INSCONSTITUCIONALIDAD ACTA 2764 – ARTÍCULO 770 CCyCN.
Lejos del beneficio particular que muchos esperan con ansias, entre ellos el actor, al aplicarse esta nueva Acta,

me refiero a la 2764 del 07 septiembre de 2022, es mi deber plantear el interrogante si podrá atravesar un control de
constitucionalidad de parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y, también, cuál será el impacto futuro económico sobre el
ya castigado empleo privado en nuestro país.

Respecto a la primera pregunta formulada, sostengo que el Acta es inconstitucional, afectando seriamente el
derecho de propiedad, lo que será objeto de análisis en sucesivos acápites. En cuanto al segundo interrogante, no quepa duda que de
aplicar el Acta 2764 -tal como fue concebida-, como sus antecesoras que se añaden a esta (Actas 2601/14, 2630/16 y 2658/17) más

la capitalización que determina el inciso b) del artículo 770 del CCyCN traerá aparejado el inicio de no pocos concurso cuanto no
quiebras, ya que, inexorablemente, serán montos imposibles de abonar para cualquier empleador.
Obsérvese que hasta el propio Dr. Corach -refiriéndose a esta nobel Acta- así lo reconoce al remarcar que "son

dos créditos de naturaleza distinta. Ello en cuanto a que el banco paga capitalización por intereses y el crédito del trabajador está en
expectativa hasta que el tribunal lo reconoce. El plazo fijo toma cada año calendario. Si se capitaliza y se vuelve a cargar intereses,
se está haciendo anatocismo".
Dicha Acta afecta severamente el derecho de propiedad, como así también lo hace el artículo 770 CCyCN, en
especial el inciso b). En otras palabras, el legislador al introducir este nuevo inciso b), al mentado artículo 770, dio riendas sueltas
al acto inmoral de la usura, es decir, que la norma lleva a una consecuencia patrimonial que equivale a un despojo del deudor,

acrecentando la obligación que recae en la cabeza del deudor hasta un límite que excede los de la moral y las buenas costumbres

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pues va capitalizando intereses que van a formar parte de un capital, y así sucesivamente, convirtiéndose la deuda en una verdadera
bola de nieve imparable e impagable.
Por ello he de afirmar que en base a los normado en el artículo 771 del mismo plexo normativo, serán los jueces

quienes deben morigerar esos intereses, y cuando no decretar la inconstitucionalidad del art. 770 inciso b).
Así, la suma de intereses moratorios no debe ser excesiva o abusiva y debe mantenerse constantemente dentro de
límites razonables y prudentes, respetando los principios consagrados en los arts. 9, 10 y 771 del CCyCN, que orientan y

condicionan al juzgador en la selección de una tasa.


El modo en que se resuelve la cuestión mediante el anatocismo judicial (art. 770 inc. b CCCN) automático,
generalizado, oficioso y retroactivo, aplicado además sobre la base de una tasa de interés que ya se ve sumamente agravada en el

fuero laboral por imperio de las Actas Nros. 2601/14, 2630/16, 2658/17ª las que se suma la 2764, en relación con otros fueros
judiciales que se replica a sí misma en forma anual, ello permitirá visualizar una grave afectación al derecho constitucional de
propiedad y a la garantía de defensa en juicio; reitero lo que me lleva a propiciar la inconstitucionalidad del Acta 2764 y la del

inciso b) del referido artículo.


Va de suyo que la pretensión del actor no encuentra asidero jurídico ni lógico alguno, pues proclama una
capitalización mensual de intereses (no anual, ni semestral) la cual prohíbe la misma norma, más allá de la inconstitucional que

encierra.
Retomando los parámetros del Acta 2764, que se aplica al caso de autos, véase el nefasto resultado económico
según las evaluaciones efectuadas por los propios magistrados en dicha Acta: un crédito laboral de $.100.000, en mora desde el

1/5/2015, cuya demanda se notificó, hipotéticamente, el 01/02/2016, bajo la nueva modalidad, resultaría hoy día en $.2.100.000 o lo
que es equivalente a veintiún (21) veces el capital inicial, es decir un 2.000% más, lo que es un verdadero despojo que la
Constitución no ampra; siendo que el aquel período según el INDEC el porcentual o espiral inflacionaria desde mayo de 2015 a
febrero de 2016 lo fue en un promedio anual del 46,40$%.
Bajo el sistema anterior, el monto representaba unos $.700.000; realmente un despropósito que sin duda alguna
conculca el derecho de propiedad de cualquier deudor.

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Sorprende que quienes brindaron el ejemplo de tales guarismos no hubieran advertido la desproporción que
encierra en sí mismo este súbito resultado. Máxime en un país sumido en un estado de quiebra general, donde sólo un tercio de la
población (“con suerte”) tiene empleo de fuente privada. Lamentablemente, los estudios económicos que se mencionan no obran
adjuntos al Acta, ni tampoco la justificación del descarte de otras perspectivas. Quizás, hubieran sido necesarias más reuniones de
los magistrados y no la fatiga que se expresa en algunas alocuciones, de que se trataba ya de la tercera discusión.
Sabido es que el anatocismo, que la parte actora pretende, para la corriente clásica del pensamiento judicial, en

todos los fueros, siempre fue visto como un instituto disvalioso, de aprovechamiento de la necesidad del deudor bajo la mecánica de
la usura. (solo a modo de ejemplo Ver CNCiv Sala J, “COIAZZET, Roxana Verónica c./ SCELZI, Virginia María y otros s./
DAÑOS Y PERJUICIOS”, 28/12/2021, Expte 80921/2015).

Recuerda Trigo Represas, que el anatocismo interés compuesto o capitalización de intereses, consiste en sumarle
a una deuda de dinero intereses ya devengados por la misma, para que ambos sumados vuelvan a su vez a producir nuevos
intereses. En cuanto al vocablo anatocismo en sí, proviene del griego «aná», reiteración, y «tokimós», acción de dar a interés y es el

término que puntualmente utiliza el Código Civil y Comercial para designar al instituto en cuestión, aunque lo cierto es que al
mismo también se lo conoce como «convenio de pago de intereses sobre intereses», «capitalización de intereses» o «interés
compuesto» este último porque es exigir réditos por los intereses que con tal fin se agregan al capital, constituye, en verdad, la

formación de un interés compuesto, ya que se consideran los intereses devengados como nuevo capital, que rinde a su vez los
suyos, que es lo que desmesuradamente pretende el actor. El anatocismo constituye una práctica de capitalización de intereses que,
en principio, se encuentra prohibida, salvo las excepciones expresamente autorizadas por la propia ley. Se ha dicho que “la
prohibición obedece al hecho de que, mediante tal acumulación de capital e intereses, la suma adeudada podría llegar a
incrementarse en forma exagerada en muy poco tiempo; lo que llevaría a que se convierta en uno de los medios más refinados de
usura”.
En consecuencia, con esta línea, el Código Civil Velezano (Ley 340) en la redacción original de su art. 623
establecía la prohibición del anatocismo. Sólo admitía la posibilidad de convenio expreso entre acreedor y deudor pero posterior a
la mora y en el supuesto de la liquidación judicial de la deuda, hoy día receptado en el art. 770 inc. c) del CCyCN.

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No obstante, con el desarrollo de concepciones doctrinarias más modernas se introdujeron algunas posiciones
más proclives a la ampliación del instituto. Así se explica la modificación al art. 623 producida por la Ley 23.928 de
Convertibilidad. Tampoco ha de perderse de vista que tal capitalización se encuentra vedada por art. 7 de la ley 23.928 y del art. 5

de la ley 25.561, normas estas que hasta el hartazgo nuestro Cimero Tribunal ha dicho que no son inconstitucionales.
Es dable señalar que, a pesar del carácter categórico de la prohibición de anatocismo en el cuerpo normativo
civil, el propio Vélez Sarsfield estableció un criterio diferente al redactar el Código de Comercio (en colaboración con Eduardo

Acevedo) para el caso de los mutuos comerciales (Art. 569 del Código de Comercio), la cuenta corriente comercial (Art. 788
Código del Comercio) y la cuenta corriente bancaria (Art. 795 del Código de Comercio), más no para cualquier otro tipo de crédito.
Evidentemente un jurista de la talla de Vélez advertía que el tráfico mercantil presentaba necesidades,

costumbres y prácticas diferentes; pero sólo el mercantil no así el civil ni el laboral.


Destaco la raíz histórica de la capitalización de intereses, ya que, entre varios de los problemas que presenta la
unificación de las disciplinas en el Código Civil y Comercial de la Nación ha producido la pérdida de los matices originarios, sin

efectuar una precisa distinción entre el origen civil o comercial de los créditos involucrados o sus características.
Muchas reflexiones se podrían hacer respecto de este nuevo cuerpo normativo. Basta señalar que actualmente los
institutos “estrella” de nuestros regímenes jurídicos son el contrato de consumo y los planes de empleo del sistema de Seguridad

Social, porque la Argentina, V.E., se quedó sin negocios y en breve, también, sin empleo genuino.
Observemos la evolución doctrinaria y jurisprudencial en la materia para luego poder abordar, con mayor
claridad de concepto y precisión, lo que sucede en el fuero laboral, tanto con la nueva Acta como con el artículo 770 del CCyCN.

Plenario “Uzal” de la Cámara Comercial. Posterior plenario “Calle Guevara” -posición de la CSJN-:
Las apuntadas diferencias en las previsiones de capitalización de intereses que registraban el Código Civil y el
Código Comercial, llegaron a los tribunales.

Fue así que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial tuvo en su seno visiones contrapuestas, que
concluyeron, en el año 1991, con el famoso fallo plenario “Uzal c./ Moreno”, a través del cual se generalizó la capitalización de
intereses para dicho fuero.

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La referencia a este plenario UZAL, es un antecedente imprescindible puesto que fue revocado por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación. Adviértase la importancia de la decisión del Máximo Tribunal, al no tratarse de una sentencia
especifica o con efectos sobre un caso en particular, sino de un fallo de alcance general y aplicación obligatoria para todo un fuero.
A raíz de los argumentos de la Corte llevó, años más tarde, a otro fallo plenario de la Cámara en lo Comercial,
abrogatorio de “UZAL” y que lleva el nombre de quien fuera entonces el Fiscal de ese fuero, Dr. Calle Guevara, por ser el impulsor
del cambio de criterio, caratulado «Calle Guevara, Raúl (Fiscal de Cámara) s./ Revisión de Plenario» del 25 de agosto de 2003.

De la lectura de este segundo plenario, “CALLE GUEVARA”, para comprender la situación del anatocismo,
destaca en el mismo, la prolija mención a las sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en materia de capitalización
de intereses, todas ellas contrarias a la posición inicial de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial.
Dijo el Dr. Calle Guevara (lo que hoy cobra trascendencia en el caso que nos irrumpe):
“Son numerosos los pronunciamientos en los que la Corte dejó sin efecto las soluciones concretas que habían
adoptado los jueces de la causa con base en la doctrina plenaria. Uno de los primeros recayó en la causa «García Vázquez, Héctor y
otro v. Sud Atlántica Cía. De Seguros», sentencia del 22.12.1992, donde expresó que «la aplicación de la sentencia de la alzada que
por remisión al fallo plenario del fuero dictado en la causa ‘Uzal S.A. v. Moreno, Enrique’, convalida la capitalización permanente
y en breves lapsos, lleva a una consecuencia patrimonial equivalente a un despojo del deudor, cuya obligación no puede exceder el
crédito actualizado con un interés que no trascienda los límites de la moral y las buenas costumbres (arg. Arts. 953 y 1071 del
Código Civil)». Por tales razones consideró que la sentencia vulneraba garantías constitucionales y debía ser descalificada como
acto jurisdiccional (Fallos: 315:2980). Criterio reiterado en ulteriores decisiones (ver Fallos: 316:3131; 317:53 y sus citas;
318:1345; 319:973; entre otros)”.
En cuanto al instituto del anatocismo, agrega el Fiscal de Cámara: “De otro lado, varios fallos del Alto Tribunal
fueron más allá, en tanto implicaron una descalificación categórica de la propia tesis central del plenario. En tal sentido, consideró
la Corte, que la capitalización de intereses allí prevista importaba autorizar «la violación de una norma expresa de orden público
(art. 623 Código Civil) sin que concurran los supuestos legales de excepción, de modo que la resolución adoptada por el a quo
aparece desprovista de fundamento (conf. Fallos 316-3131)», y concluyó que la decisión dictada en virtud de la mencionada

doctrina plenaria «se encuentra privada de apoyo legal suficiente y justifica su descalificación como acto jurisdiccional, pues

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implica un menoscabo de las garantías contempladas en los arts. 17 y 18 CN» (in re: «Okretich, Raúl A. v. Editorial Atlántida S.A.»
, pub. en JA,1999-IV, p. 602). En iguales términos se ha expedido en fecha muy reciente in re «Asociación de Propietarios de
Farmacias v. Farmacia Central Merlo», sentencia del 21.5.2002, consid. 3°, A. 991, XXXVI).
Fallo de la Corte Suprema de Justica. Reversión del plenario “Uzal”. Sentencias “García Vázquez” y “Fabiani”.
El fallo fundacional de la Corte Suprema en la materia (capitalización de intereses) ha sido “García Vázquez,
Héctor y otro v. Sud Atlántica Cía. de Seguros” (Fallos 315:2980, 22/12/1992)
Se trata de una sentencia “per curiam” (Es decir, unánime, sin votos propios ni disidencias. Típico de esa época,
con menos personalismos) que pone el acento en el punto de vista económico y la afectación del derecho constitucional de
propiedad (art. 17 CN), destacándose en el mismo:
1) la obligación a cargo de los jueces de evitar “resultados irrazonables que prescinden de la realidad económica
que se tuvo en mira determinar”;
2) El rechazo de la Corte a la alteración del principio de congruencia, producido ante la desproporción “de la

relación entre el monto originariamente reclamado… y la cuantía de la condena establecida en la sentencia definitiva”;
3) El reconocimiento sobre la presencia de “dos fenómenos hiperinflacionarios” durante el curso del proceso
“con la consecuente distorsión de los distintos precios del mercado, que hacían necesario un examen circunstanciado de dicha

realidad;
4) La incongruencia que puede presentarse por la mera aplicación de índices de actualización, ya que “el
mecanismo para mantener actualizado el capital sólo constituye un arbitrio tendiente a obtener una ponderación objetiva de la

realidad, más cuando el resultado se vuelve objetivamente injusto -tal como sucede en el presente caso- debe ser dejado de lado en
tanto dicha realidad debe prevalecer sobre abstractas fórmulas matemáticas” (lo subrayado me pertenece);
5) La evidencia de la injusticia en la solución: “basta la mera observación de la cuantía del crédito aprobado por

la alzada para verificar que los mecanismos destinados a preservar su intangibilidad y el pago de los intereses moratorios, no han
sido apropiados… ya que su monto ha excedido notablemente la razonable expectativa de conservación patrimonial y de lucro”;
6) La imposibilidad de invocar el principio de cosa juzgada para mantener el injusto: “La solución impugnada no

puede ser mantenida so color del respeto a un principio de cosa juzgada establecida oportunamente en la sentencia”;

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7) El límite a la obligación del deudor, “cuya obligación no puede exceder el crédito actualizado con un interés
que no trascienda los límites de la moral y las buenas costumbres” y, por ende, la imposibilidad de imponer una “capitalización
permanente y en breves lapsos” que lleve a “una consecuencia patrimonial equivalente a un despojo del deudor”.
Más tarde, la Corte Suprema de Justicia fue construyendo una teoría del instituto de la capitalización y de la
sentencia arbitraria, con sus principios generales, excepciones y alternativas procesales, que completan el hito inicial de “García
Vázquez”.

Véase así el caso “Fabiani, Esteban Mario c./ Pierrestegui” (Fallos 316:3131, 16/12/1993) que avanza en el
sentido de proporcionar un marco general de interpretación, con dos consideraciones importantes.
La primera, en cuanto elabora una teoría de la capitalización de intereses, cuyo principio general es la

prohibición del anatocismo y su carácter de norma de orden público. En consecuencia, según palabras de la Corte, la capitalización
de intereses sólo procede por vía de excepción, con interpretación restrictiva y bajo el necesario concurso de la habilitación legal
previa: “Si bien el art. 623 del Código Civil después de su reforma autoriza la capitalización con un criterio más amplio que en la
anterior redacción, sigue limitándola a los supuestos expresamente contemplados por la norma, los que -dado su carácter de
excepción a la regla- no pueden ser interpretados extensivamente… Es descalificable lo decidido si el sistema de capitalización
decidido por el a quo supera significativamente el monto que resultaría de aplicar, en el período correspondiente, los índices de
aumento de precios por los que se persigue mantener la intangibilidad del crédito”.
La segunda, de índole procesal y en materia de recurso extraordinario federal, es la aplicación al caso
de la figura de la sentencia arbitraria en etapa de ejecución, que se produce ante un “franco apartamiento de los términos del fallo
final que se pretende ejecutar”, cuando la “determinación del monto de condena mediante el cálculo de los accesorios… se
encuentra privado de apoyo legal suficiente y justifica su descalificación como acto jurisdiccional, pues implica un menoscabo de
las garantías contempladas en los arts. 17 y 18 de la Constitución Nacional.”
Con posterioridad la Corte mantuvo el criterio en sucesivos fallos. Así en “Caja de Crédito Flores Sud Sociedad
Cooperativa Limitada c./ Coelho, José y otra” (Fallos 317:53, 8/2/1994) criticó la actuación judicial desde una perspectiva
ritualista, “sobre todo cuando la recurrente había demostrado -en anteriores presentaciones- el exceso a que llegaba la liquidación

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practicada por el acreedor mediante la capitalización de los intereses utilizada, así como la violación del entonces vigente artículo
623 del Código Civil”.
En “Berdejo, Idelfonso c./ Godnic, Luis Alberto” (Fallos 319:973, 3/6/1996) rechaza el mecanismo de

recomposición monetaria con más intereses retroactivos: “El pago de intereses previstos desde el 20 de abril de 1983 en la forma
indicada y sobre la base de un capital reajustado, encierra una doble actualización y no comporta el examen circunstanciado de
dicha realidad, aparte de que vulnera lo dispuesto por el art. 623 del Código Civil, con la consecuencia de lesionar en esta materia
los límites impuestos por la moral y las buenas costumbres (arg. arts. 953 y 1071 del código citado)”.
Y en “Okretich, Raúl Albino c./ Editorial Atlántida S.A.” (Fallos 325:2652, 15/7/1997) ratifica “Que… la
cámara, al admitir la capitalización de intereses, autoriza la violación de una norma expresa de orden público (art. 623 del Código
Civil) sin que concurran los supuestos legales de excepción, de modo que la resolución adoptada por el a quo aparece desprovista
de fundamento” (confr. Fallos: 316:3131)”.
Quedan muchas otras sentencias de similar tenor como los dictados en “Ojea Quintana, Martín María c/ Macesil

S.A. y otros” 04/05/1995, Fallos: 318:912; “Delpech, Fernando Francisco c/ Heller, Juan Sebastián y otra”, 3/6/1996, Fallos
318:1345 o “Quadrum Quadrum S.A. c/ Ciccone Calcográfica S.A. s/ ordinario. 28/02/2006, Fallos 329:314, pero los reseñados
permiten visualizar la posición unívoca del Máximo Tribunal en la materia “la capitalización de intereses es de carácter restrictivo”.

Anatocismo en la sentencia laboral: Fallo Tazzoli CSJN 329:335 del 28/2/2006. Importancia.
Por diversas alternativas procesales, el plenario UZAL llegó también a la Cámara del Trabajo y más tarde, desde
sede laboral, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Ello dio lugar a una importante sentencia, es la dictada en los autos “Tazzoli, Jorge Alberto c/ Fibracentro y
otros S.A. s/ despido”, (Fallos 329:335) que, en consonancia con los fallos del fuero de comercio, desestimó la capitalización de
intereses.
Dice el dictamen de la Procuradora, a cuyas conclusiones se remite el Tribunal:
“V.E., de modo reiterado ha señalado que la previsión del artículo 623 del Código Civil es de orden público y
que la capitalización de intereses sólo es admisible de modo restrictivo … so pena de que mediante la aplicación de fórmulas

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matemáticas abstractas se generen resultados objetivamente injustos, que trascienden los límites de la moral y las buenas
costumbres (Fallos: 315:441, 2980; 316:42, 3131; 319:63, 2037; 326:2533, 4567 y otros)
Y el voto propio de los Dres. Highton, Zaffaroni y Lorenzetti surge:

“Si la cuantía del crédito aprobado, luego de adicionarle los intereses capitalizados conforme se estableció en la
citada jurisprudencia plenaria, excede notablemente una razonable expectativa de conservación patrimonial, tal solución no puede
ser mantenida so color de un supuesto respeto al principio de la cosa juzgada (Fallos: 316:3054; 317:53; 318:912, entre otros). En
tal sentido, cabe observar que sobre un monto de condena de $.152.663,32 se calcularon intereses por el lapso que va del 2 de
febrero 1999 al 2 de agosto de 2003 por un total de $.343.140,96 (fs. 1004), lo que equivale a un incremento del 224,76%. La mera
ponderación de este último resultado aprobado por la alzada, permite advertir que se ha excedido notablemente a una razonable
expectativa de conservación patrimonial del crédito de la actora; por lo que la solución impugnada no puede ser mantenida pues
notoriamente se ha apartado de la realidad económica del caso, violentando los principios establecidos en los arts. 953 y 1071 del
Código Civil”.
Revertido aquel conocido plenario UZAL el Cimero Tribunal continuó en la línea de la ratificación de su
doctrina. Cito por su importancia, los siguientes fallos:
En “Sociedad Anónima Compañía Azucarera Tucumana s./ Quiebra s./ Incidente de ejecución de Sentencia”

(Fallos: 329:5467, 28/11/2006), se introduce como parámetro de ponderación el tratamiento de la ley 24.283 (Norma de explicación
para la liquidación judicial o extrajudicial): “Que de lo expuesto se deriva la irrazonabilidad de soslayar las injustas consecuencias
que la aplicación de las pautas indexatorias provocaría en el caso, con desconocimiento de los principios generales en materia de
indemnización expropiatoria y los imperativos de justicia que guiaron la sanción de la ley 24.283”
En “Automotores Saavedra S.A. c./ Fiat Concord S.A. s./ Ordinario” (Fallos: 332:466 17/03/2009) el dictamen
del Procurador Fiscal enfatiza “que el cómputo acumulativo de intereses que aplican en forma exponencial tasas que incluyen la

actualización del capital para los efectos inflacionarios puede resultar en un despojo para el deudor, cuya obligación no puede
exceder el crédito actualizado con un interés que no trascienda los límites de la moral y las buenas costumbres, en cuya observancia
está interesado el orden público (Fallos: 318:1345; 320:158)”

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Otra sentencia importante es la dictada en “Banco de la Provincia de Buenos Aires c./ Cohen Rafael y otro s./
Ejecutivo” (Fallo: 335:863, 12/6/2012), puesto que si bien se trata de un supuesto de excepción, a saber, la cuenta corriente
bancaria, donde la norma legal habilitaba la capitalización de intereses, no obstante pone el acento en la petición de la demanda y
señala que: “….correspondía que los jueces realizaran un estudio pormenorizado sobre el alcance objetivo del artículo 795 del
Código de Comercio y su puntual aplicabilidad al saldo emergente luego del cierre de la cuenta corriente bancaria respectiva,
considerando que los réditos en cuestión tienen su causa en la mora del deudor de acuerdo a la pretensión del actor en el escrito de
inicio… De tal forma, el recurrente aduce que en el caso fue novada la obligación en tanto medió el cierre de la cuenta bancaria (en
el año 1994) y el consentimiento del deudor, que firmó el acuerdo de pago con la entidad financiera y reconoció la deuda en su
presentación de fojas 52; y en tales condiciones, no resultaba aplicable el artículo 795 referido. Manifiesta que el anatocismo
resuelto en la causa importa aumentar el saldo de cuenta corriente de un monto de $.53.571,01 (al 8 de agosto de 1994) en
$.1.124.959 (sólo en concepto de intereses). Señala que si se le aplicara el índice de costo de vida publicado por el INDEC desde
septiembre de 1994 hasta el 1 de agosto de 2009 tendría un valor actualizado de $122.141,90.”
También merece recordarse el caso “Mulleady Juan Benito c./ Sociedad Anónima de Tenis Argentino Cif y otros
s./ sumario” Fallos: 335:1948, 2/10/2012, pues será luego a su vez objeto de cita en subsiguientes sentencias, que contiene una
prolija reseña del Fiscal (con cita de precedente laboral Tazzoli) sobre los principios aplicables a la materia: (Del dictamen del

Fiscal) “Es procedente el recurso extraordinario deducido contra la resolución que aprobó la liquidación practicada contemplando la
aplicación y validez del mecanismo de capitalización de intereses fijado en el plenario «Uzal», pues conforme la doctrina del
precedente «Tazzoli» (Fallos:329:335), es descalificable -en tanto implica un menoscabo de las garantías de los arts. 17 y 18 de la
Constitución Nacional- el pronunciamiento que, con fundamento en plenarios del fuero, admitió la capitalización de intereses en
violación de una norma expresa de orden público (art. 623 del Código Civil), sin que concurran los supuestos legales de excepción,
por lo que la decisión recurrida debe dejarse sin efecto.”
Sentencias de la Corte Suprema de Justicia sobre intereses en materia laboral:
Entre las sentencias del Máximo Tribunal en cuanto a intereses en materia laboral, son relevantes las siguientes:
“Gentini, Jorge Mario y otros c./ Estado Nacional Ministerio de Trabajo y de la Seguridad Social y otro s./ otros
reclamos” (Fallos 341:1763, 4/12/2018) (Se evidencia en este fallo un notorio reproche al tribunal de grado, visto la mención

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específica de sus integrantes). Se refiere a un caso de propiedad participada y su interés radica por la especial mención de la Corte a
la violación del principio de congruencia: “Que también corresponde descalificar lo resuelto en materia de intereses en tanto el a
quo ordenó aplicar, con efecto a partir del año 2003, la tasa prevista en el acta CNAT 2601 -dictada en 2014- en reemplazo de la
que había sido fijada en el fallo definitivo del 20 de abril de 2009 con arreglo al acta CNAT 2357 -dictada en 2002-, cuando tal
punto no había sido materia de agravio, excediendo así el marco de su jurisdicción apelada” (Fallos: 315:2406; 322:3084;
335:1031)”.

Igual referencia a la violación del principio de congruencia se efectúa en la sentencia “Ripp, Juan Ignacio c./
Personal Collect S.A. s./ despido” (Fallos 342:1652, 8/10/2019). Dice la Corte: “El a quo, sin proporcionar ningún tipo de
fundamentación seria que justifique su decisión, fijó dogmáticamente una suma resarcitoria que resultó ser veinticuatro veces
superior a la pretendida”.
A su vez, también interesa el fallo en cuanto efectúa una crítica que es necesario tener en cuenta para los
accidentes de trabajo bajo el derecho común, sobre la sumatoria de daños evaluados a valores actuales, con más las tasas de interés

agravadas del acta 2601: “Asimismo dispuso la aplicación de intereses según el Acta 2601 de la Cámara Nacional de Apelaciones
del Trabajo, con lo que el capital determinado se incrementaría notoriamente aun cuando su estimación -según señaló- había sido
efectuada «en cálculos hodiernos», es decir, a valores actuales”.
En “Camacho, Oscar Carlos c./ Curtiembres Becas S.A. y otro s./ accidente – acción civil” (Fallos 344:2026,
19/8/2021), vuelve a insistir con el principio de congruencia, abordando de lleno la cuestión de la superposición de daños
actualizados e intereses, para decir: “la jueza de primera instancia fijó la suma resarcitoria a -valores actuales-. A su turno, la

cámara confirmó ese aspecto del fallo, pero, sin proporcionar razón alguna, modificó lo resuelto en materia de intereses al ordenar
que corriesen desde la primera manifestación invalidante. Así, este tramo del pronunciamiento dejó de guardar correspondencia con
el enunciado previo, conforme al cual el monto de condena se hallaba determinado -en cálculos hodiernos-, es decir en importes
vigentes al tiempo del dictado de la sentencia de primera instancia del 28 de junio de 2017 (fs. 674). Como producto de la
modificación ordenada, pues, el tribunal de alzada elevó exponencialmente el importe de la condena, al punto de superar más de
diez veces el monto reclamado por la actora en su demanda (cfr. causa - Ripp, Juan Ignacio, Fallos: 342:1652)”.

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El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación: el art 770 y su interpretación. Una visión de la tasa de interés y
del anatocismo.
Con la sanción del Código Civil y Comercial, vigente desde el mes agosto del año 2015, se presenta una nueva

redacción en materia de capitalización de intereses, bajo el art. 770, en particular, en el inciso b), que constituye una novedad en
relación con el anterior 623 del Código Velezano.
En cuanto al origen de esta nueva disposición, ya he dicho que la procedencia histórica proviene de los contratos

mercantiles del Código de Comercio, a los que luego se sumó el reclamo de algunos doctrinarios más modernos. De este modo, la
propuesta del inciso b) de procurar el anatocismo con base en la notificación de la demanda figuró en los anteproyectos del Código
Civil y Comercial. Pese a ello, con total honestidad, es de señalar sus defensores, todos autores distinguidos, justifican su posición

como una forma de protesta frente al fenómeno de la inflación, pero sin la debida profundidad en cuanto a la consideración del
instituto de la usura (Quizás esta expresión personal sea el reflejo de una fidelidad sentimental hacia la figura de Vélez Sarsfield y
el total rechazo que me provoca el anatocismo).

Tampoco se ha analizado suficientemente su constitucionalidad a la luz de la garantía del art. 18 de la CN, en


tanto el efecto coercitivo de la capitalización por la mera notificación de una demanda y ante la amenaza del agravamiento
progresivo de la eventual condena, puede constituir un elemento de presión para amilanar el imprescindible ejercicio de la defensa
en juicio, en la amplitud y extensión plena en que lo reconoce el cuerpo constitucional. Desde tal perspectiva sostengo, firmemente,
que el inciso b) resulta a todas luces inconstitucional, afectando seriamente el derecho de propiedad.
Ninguno de estos reparos que expreso ha tenido suficiente tratamiento. Podrá advertirse, de una búsqueda de

comentarios sobre el actual art. 770 inc. b) CCyCN, que las obras dedicadas al nuevo Código, presentan escasas consideraciones,
cuando las mismas, lisa y llanamente, no son inexistentes.
Afirmo que la norma resulta inconstitucional por cuanto afecta el derecho de propiedad de los deudores,

teniendo en cuenta la desmesurada consecuencia patrimonial que el anatocismo provoca. Recordemos que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha considerado arbitraria la capitalización de intereses, que ese mecanismo equivale a un despojo del deudor,
que la norma como regla general prohíbe el anatocismo el cual es de orden público y que ese criterio se ha aplicado aún por encima

14
del principio de cosa juzgada (Fallos ya reseñados supra). Pues bien, si se admite la capitalización desde la notificación de la
demanda, ese efecto de despojo patrimonial se concretará inexorablemente.
Por otra parte, la aplicación de la nueva norma producirá un injustificado beneficio patrimonial a favor de los

acreedores, pues por el sólo hecho de iniciar un juicio se incrementará sustancialmente su crédito y, lo anterior, seguramente
determinará el incremento de las demandas judiciales, fomentando en los acreedores la especulación de obtener un beneficio
lucrativo fácil y gratuito.

A su vez, la nueva norma (a la que remite el Acta 2764) produce una incongruencia legal; la capitalización de
intereses es contradictoria con un sistema en el que está prohibida la actualización monetaria de las deudas, lo cal ha sido declarado
constitucional por la Corte en reiteradas oportunidades (CSJN, “Yacimientos Petrolíferos Fiscales c./ Corrientes, Provincia de y

Banco de Corrientes s./ cobro de australes”, Y. 11. XXII., 03/03/1992, Fallos: 315:158; criterio reiterado en fallos 315:992 y 1209;
319:3241; 328:2567 y, 333:447. CSJN, -Del dictamen de la Procuración General al que la Corte remite- en autos “Puente Olivera,
Mariano c./ Tizado Patagonia Bienes Raíces del Sur SRL s./ Despido”, P. 536. XLIX. RHE, 08/11/2016, Fallo: 39:1583).

La capitalización de intereses por este medio puede tener un efecto comparable o mayor al de la actualización
monetaria por índices de precios, especialmente si se aplican tasas activas de interés y, lo que es peor, la aplicación de este tipo de
anatocismo vulneraría el límite del costo medio del dinero, establecido como pauta de abuso en el artículo siguiente (art. 771 del

CCCN).
Cabe volver a recordar que la CSJN ha considerado arbitrarias las sentencias que ordenaron aplicar tasas activas
de interés capitalizables (Fallos CSJN, 315:2980. El criterio se reiteró en ulteriores decisiones ver Fallos: 316:3131; 317:53;

318:1345; 319:973; entre otros y, reafirmado en el fallo “Tazzoli” ya reseñado.


En base a todos estos cuestionamientos, no cabe sino concluir que la posibilidad de capitalización de intereses a
partir de la notificación de la demanda judicial es inconstitucional, y también lo ha de ser el Acta 2764 del fuero laboral que recepta
tal principio.
Como contrapartida al pensamiento doctrinario favorable, el instituto del anatocismo por notificación de la
demanda del art. 770 inc. b) CCyCN no ha recibido la misma aceptación en sede judicial, sobre todo en el fuero civil, en la cual son
escasas las sentencias proclives a su aplicación. En esta cuestión, los magistrados civiles parecen obrar según el criterio restrictivo

15
de la Corte Suprema, antes desarrollado (dos fallos recientes de la CSJN se refieren al art. 770 CCyC, no obstante, se tratan
cuestiones de derecho público federal. Son las sentencias dictadas en Fallos 341:1661 y 342:85).
Así se advierte en numerosas sentencias, con diversos fundamentos:

A modo ejemplificativo; la Sala J de la Cámara Civil (Expte. N° 80921/2015 “COIAZZET, Roxana Verónica c./
SCELZI, Virginia María y otros s./ DAÑOS Y PERJUICIOS” 28/12/2021) entiende que se trata de una disposición genérica de
interpretación obligada y estricta, e inaplicable para las obligaciones de valor: “Hemos sostenido que si bien el art. 770 inc. b)

constituye una novedad del nuevo ordenamiento. Por cierto, se trata de una disposición genérica que es necesario interpretar por
cuanto, incorrectamente aplicada, puede llevar a desvirtuar la directriz general. Cabe recordar, además, que, por tratarse de una
excepción, se impone una hermenéutica estricta (ver Jornadas Nacionales de Derecho Civil del año 2017, pto. 11 de las
Conclusiones de la Comisión n°3). Al respecto, cuadra destacar que esta hipótesis reconoce su antecedente inmediato en el art. 569
del código comercial derogado que, referido al mutuo comercial, disponía que los intereses vencidos pueden producir intereses por
demanda judicial o por convención especial. El presupuesto de aplicación de esta excepción sólo es compatible con el

incumplimiento de las deudas de dinero líquidas o fácilmente liquidables en las que el acreedor se vio compelido a promover
demanda judicial, conclusión a la que se arribó en las Jornadas Nacionales de Derecho Civil del año 2017, anteriormente citadas
(conf. pto. 13 de las Conclusiones de la Comisión n° 3) (conf. CNCiv Sala M, 29/3/2019 Expte N°88.010/2014 “Rompani, Leandro

Leonel c./ Gómez, Guillermo Alberto y otros s./ daños y perjuicios”). Lo que se pretende, en definitiva, es que la práctica
consistente en la capitalización de intereses se desarrolle sólo en puntuales situaciones en las que la misma no degenere en usura; es
decir, que la misma no lleve a una consecuencia patrimonial que equivalga a un despojo del deudor, acrecentando la obligación que
recae en cabeza del deudor hasta un límite que excede los de la moral y las buenas costumbres. (Conf. CNCiv esta Sala M,
25/11/2021, Expte N° 82851/2018 “Galarza, Carla de los Ángeles c./ Transportes Santa Fe SACI y otros s./ daños y perjuicios”).
Sentado ello cabe señalar que en los presentes resultaba indispensable que el sentenciante determine, en la oportunidad procesal

pertinente, la cuantía de la reparación juntamente con los accesorios debidos. Desde esa perspectiva, y con anterioridad a que se
establezca la medida del daño, entiendo que no puede resultar de aplicación al caso el supuesto de excepción a la prohibición de
anatocismo regulado en el inc. b) del art. 770. Sabido es que la prohibición legal de anatocismo constituye una norma de orden

público (CSJN, fallos 316:3131; Ameal, Oscar, en “Código Civil….”, dir/coord. Belluscio-Zannoni, ed.Astrea, 1981, t° 3, pág. 131

16
y stes.) y aun cuando la norma autoriza la capitalización de los intereses con un criterio más amplio que en la redacción anterior,
sigue limitándola a los supuestos expresamente contemplados, los cuales -dado el carácter excepcional de la regla- no pueden ser
interpretados extensivamente (fallos 316: 3134), por lo que cabe desestimar el agravio incoado al respecto… En este sentido cabe
señalar que el art. 770 del CCyC establece como principio general que no se deben intereses de los intereses. Vale decir, reitera -
como primera premisa- la prohibición de anatocismo que regía durante el código civil sustituido, esto es, la posibilidad de
capitalizar los intereses que se vayan devengando de modo que, acumulándose al capital, constituyan una misma unidad.

A su vez, la Sala I (“C., K. L. y otro c./ Edenor S.A. y otro s./ daños y perjuicios”, Expte. Nº 18.039/2014,
18/8/2022) entiende que sólo son capitalizables los intereses compensatorios, pero no los moratorios : “No corresponde la
capitalización de los intereses pretendida por la parte actora, dado que no se dan los supuestos contemplados en el art. 770 del
Código Civil y Comercial. Cabe aclarar que según la función económica que desempeñan, los intereses pueden ser compensatorios
y moratorios. Los primeros son los que se pagan por el uso el capital ajeno, mientras que los segundos responden al concepto del
perjuicio sufrido por el acreedor por el retardo incurrido por el deudor en el incumplimiento de sus obligaciones. Va de suyo
entonces que los que se fijan en las sentencias de condena mal pueden configurarse como compensatorios. Más aún tampoco
existen en el supuesto intereses compensatorios pactados entre las partes, por lo que sólo cabe establecer los intereses que se deben
para el caso de incumplimiento de la manda judicial. Siendo entonces que los estipulados cubren dicha circunstancia, es que la
queja será desestimada”.
La Sala A (“BELBEY, Rosana Elizabeth y otro c./ TRANSPORTES 1 DE SEPTIEMBRE SA LINEA 93 y otro
s./ daños y perjuicios”, Expte. N° 38895/2014 J.29 (G.Y.) Recurso N° 038895/2014/CA002, 2/5/2022) también se remonta al

origen comercial de la norma: “Deviene necesario destacar que no se adecua a la hipótesis de autos la aplicación del art. 770 inc. b),
toda vez que el supuesto allí establecido reconoce como antecedente el art. 569 del derogado Código de Comercio, relativo al
mutuo comercial (cfr. esta Sala, “ANSALDI, Raúl Edgardo y otro c./ DUEÑA, Horacio Darío y otros s./ Daños y perjuicios”, del
26/04/2016, Expte. Nº 92.030/2012)”.
La Sala H (“Lizzano, Leonardo c./ Aguas Argentinas S.A. y otros s./ Daños y Perjuicios” Nº
84.999/2016, 6/2/2022) coincide con las antes mencionadas: “Al respecto, recuerda Trigo Represas, que el anatocismo constituye

una práctica de capitalización de intereses que, en principio, se encuentra prohibida, salvo las excepciones expresamente

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autorizadas por la propia ley. Se ha dicho que la prohibición obedece al hecho de que, mediante tal acumulación de capital e
intereses, la suma adeudada podría llegar a incrementarse en forma exagerada en muy poco tiempo; lo que llevaría a que se
convierta en uno de los medios más refinados de usura. En este sentido cabe señalar que el art. 770 del CCyC establece como
principio general que no se deben intereses de los intereses. Vale decir, reitera -como primera premisa- la prohibición de
anatocismo que regía durante el código civil sustituido, esto es, la posibilidad de capitalizar los intereses que se vayan devengando
de modo que, acumulándose al capital, constituyan una misma unidad productiva de nuevos intereses. Es lo que se denomina
también “interés compuesto” (conf. Cazeaux - Trigo Represas, Derecho de las obligaciones, T. I, p. 603; Pizarro - Vallespinos,
Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones, ed. Hammurabi T. 1, p. 430). En cuanto a las excepciones previstas por el mentado
art. 770, en lo que aquí concierne, el inc. b) constituye una novedad del nuevo ordenamiento, pues se trata de una disposición
genérica que es necesario interpretar por cuanto, incorrectamente aplicada, puede llevar a desvirtuar la directriz general. Cabe
recordar, además, que, por tratarse de una excepción, se impone una hermenéutica estricta (conf. esta Cámara, Sala J, “Coiazzet,
Roxana Verónica c/ Scelzi, Virginia María y otros s/ Daños y perjuicios”, del 28/12/2021; conf. esta Cámara, Sala M, “Rompani,
Leandro Leonel c./ Gómez, Guillermo Alberto y otros s./ daños y perjuicios”, del 29/3/2019).
Lo que se pretende, en definitiva, es que la práctica consistente en la capitalización de intereses se desarrolle sólo
en puntuales situaciones en las que la misma no degenere en usura; es decir, que la misma no lleve a una consecuencia patrimonial

que equivalga a un despojo del deudor, acrecentando la obligación que recae en cabeza del deudor hasta un límite que excede los de
la moral y las buenas costumbres.
Sabido es que la prohibición legal de anatocismo constituye una norma de orden público (CSJN, fallo 316:3131)

y, aun cuando la norma autoriza la capitalización de los intereses con un criterio más amplio que en la redacción anterior, sigue
limitándola a los supuestos expresamente contemplados, los cuales -dado el carácter excepcional de la regla- no pueden ser
interpretados extensivamente (fallo 316:3134)

La Sala M (Rodríguez, Lucía Mabel c./ Nación Seguros S.A. y otro s./ daños y perjuicios”, Expte. Nº CCF
636/2016, 6/7/2022), por su parte, recuerda el origen histórico del instituto en el mutuo comercial y por ende, rechaza una
interpretación literal de la norma: “El supuesto de anatocismo previsto en el art. 770 inc. b) del Código Civil y Comercial –y cuya

aplicación fue requerida a fs. 78 de la demanda–, reconoce como antecedente el art. 569 del derogado Código Comercial, referido al

18
mutuo comercial, que en su parte pertinente rezaba: “Los intereses vencidos pueden producir intereses, por demanda judicial o por
una convención especial. En el caso de demanda, es necesario que los intereses se adeuden a lo menos por 1 año”. Como
acertadamente lo ha señalado la Dra. Benavente, aunque el art. 770 inc. b) nada dice, su fuente permite explicar de manera plausible
los alcances que corresponde asignar al instituto aquí planteado por el actor. En efecto, en antecedentes de esta Sala se ha precisado
que el presupuesto de aplicación de esta excepción a la prohibición de anatocismo sólo es compatible con el incumplimiento de las
deudas de dinero líquidas o fácilmente liquidables, en las que el acreedor se vio compelido a promover demanda judicial”.
Convengamos V.E. que en el caso que hoy nos ocupa no ha existido, sino hasta el dictado de la sentencia, una
deuda líquida o fácilmente liquidable, obsérvese que para condenar a mis representados se debió examinar la validez o no del
distracto dispuesto y del salario denunciado, por lo que, hasta el dictado de la sentencia, insisto, no se estaba en presencia de una

obligación exigible y fundada.


En otros términos, en los procesos judiciales por obligaciones de valor (como las indemnizaciones, tal el
presente caso traído a estudio), no solamente se discute la existencia, vigencia y exigibilidad de la obligación, sino que también está

controvertido el monto o extensión de la misma. Recordemos que la extensión de la obligación, igual que su existencia, es de
interpretación restrictiva (art. 727, CCCN). Por ello, no puede sorprender que la legítima controversia entre las partes se centre en
tal cuestión.

Fácilmente se advierte que si en la especie, aún no se ha fijado con carácter definitivo la cuantía del reclamo
(esto va a ser con el dictado de la sentencia definitiva) tampoco funciona la referida excepción del inciso b).
Estimo, y así he de sostenerlo, que en el caso de autos nos encontramos en una típica obligación de valor, donde
el deudor debe una determinada utilidad, un beneficio cierto, que es aquél que debe recibir el acreedor para adquirir ciertos bienes,
y en tales supuestos la moneda no es el objeto de la prestación, sino que constituye un subrogado o sustituto en el acto de
cumplimiento. Aunque en este tipo de obligaciones la condena se traduzca finalmente en la entrega de una suma de dinero, ésta

sólo sirve de medida para establecer cuál es el monto que permitirá finalmente restaurar, en el patrimonio del acreedor, un
determinado quid o valor debido por el obligado. Así, puesto que en las deudas cuya cuantía depende de juzgamiento, el obligado
no conoce el monto definitivo hasta el momento de la decisión jurisdiccional, comparto en que no puede entenderse que resulte de
aplicación el inc. b) del art. 770 Cód. Civil y Comercial al supuesto de las obligaciones de valor, por cuanto del art. 772 citado se

19
desprende que “el monto resultante debe referirse al valor real al momento que corresponda tomar en cuenta para la evaluación de
la deuda…” que –incluso– “puede ser expresada en una moneda sin curso legal que sea usada habitualmente en el tráfico”. Por
supuesto, “una vez que el valor es cuantificado en dinero se aplican las disposiciones de esta sección”. Por lo tanto, aplicar en el

caso la capitalización de intereses –que no es más que una excepción a la prohibición de anatocismo instituida como principio
general– a partir de la notificación de la demanda, esto es, con anterioridad a que se establezca la medida del daño, “importaría
desnaturalizar las denominadas obligaciones de valor, asimilándolas indebidamente a las deudas de dar sumas de dinero”.
En el presente caso resultaba indispensable que el Juez determine, en la oportunidad de dictar sentencia, la
cuantía de la reparación juntamente con los accesorios debidos. Desde esa perspectiva, y con anterioridad a que se establezca la
medida del daño, entiendo que no puede resultar de aplicación al caso el supuesto de excepción a la prohibición de anatocismo
regulado en el art. 770 inc. b), por lo que cabe desestimar el agravio incoado al respecto.
Dicho de otro modo, aquel inciso b) del art. 770 supone necesariamente una deuda que ya viniera generando
intereses y cuyo pago fuera demandado judicialmente, supuesto en los que podrían capitalizarse desde el momento de la mora hasta

la notificación de la demanda, situación que no se verifica en el caso de autos pues, hasta el dictado de la sentencia, la deuda no
existía, ni era fácilmente liquidable o líquida. Esto así por cuanto la sentencia de fondo, para condenar a mis mandantes, debió
examinar la validez o no del distracto dispuesto, entonces hasta el dictado de esa decisión no se estaba en presencia de una

obligación exigible, Es decir no queda acreditado que el deudor haya incurrido en mora.
Prohibición de indexación: un fallo de la corte en materia de remuneración: “Álvarez”
Más allá del rechazo que me provoca el instituto del anatocismo, habrá quienes han de sostener que no se puede

negar la realidad inflacionaria y la afectación de los créditos laborales. Pero recuérdese “que una injusticia no puede cubrir la otra”.
Nuestro propio ordenamiento jurídico, a través del art. 5 de la ley 25.561 obsta a la actualización monetaria de
las deudas, disposición que, por diversos motivos y salvo alguna rara excepción, los jueces de todos los fueros y niveles

jurisdiccionales se resisten a declarar como inconstitucional.


Vemos entonces verdaderas acrobacias jurídicas para recomponer los créditos reconocidos en las sentencias, ya
que la mirada elevada a la Corte Suprema del decisor judicial permite anticipar que no se modificará el criterio del Máximo

Tribunal de la Nación.

20
Sería interminable relevar sentencias relativas a la cuestión. Nos limitamos a una en particular, el fallo “Álvarez,
Gladys Stella y otros c/ Estado Nacional -Consejo de la Magistratura art 110 2/ Empleo Público” (Fallos 342:1847) del 5/11/2019,
por referirse a la intangibilidad de las remuneraciones -en este caso judiciales-, que gozan de una especial protección constitucional.

Dijo allí la Corte: “El artículo 110 de la Constitución Nacional no importa un mandato que imponga mantener en
valores constantes las remuneraciones judiciales, no siendo suficiente tampoco la mera prueba de la existencia de la inflación para
violarlo”
Una solución desde el fuero civil: duplicación de la tasa sin capitalización:
Los magistrados del fuero civil no han permanecido insensibles frente al fenómeno de la inflación, pero como
módulo de compensación, en lugar de acudir al instituto del art. 770, se apoyan en los arts. 768 y 771 CCyC y las facultades

judiciales que este último le otorga al decisor.


Véase la posición actual de la Sala H de dicho fuero:
Dispone el art. 768 del Código Civil y Comercial: “A partir de su mora el deudor debe los intereses

correspondientes. La tasa se determina: a) por lo que acuerden las partes; b) por lo que dispongan las leyes especiales; c) en
subsidio, por tasas que se fijen según las reglamentaciones del Banco Central”. En el caso, como sucede en todas las demandas de
daños y perjuicios derivados de accidentes de tránsito, no hay una tasa acordada entre víctima y responsable, y tampoco una

establecida por leyes especiales (-también ocurre en los procesos laborales- tal consideración me pretenece). Por ende, solo resta
acudir a tasas fijadas en alguna reglamentación del Banco Central. Por otro lado, el art. 771 prevé que el juez debe valorar “el costo
medio del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se contrajo la obligación”. Esto significa que, en lo que
aquí interesa, que desde el día del hecho el acreedor (víctima) se ha visto privado del capital al que tiene derecho, y que entonces se
debe evaluar cuánto le hubiera costado el dinero si lo hubiera buscado en el mercado. Es sabido que la fijación judicial de intereses
para las deudas en mora procura resarcir al acreedor por la demora en percibir su crédito y castigar al incumplidor, quien se apartó

de los términos de la obligación asumida en origen. La jurisprudencia ha resaltado el contenido disvalioso del incumplimiento y la
necesidad de desalentarlo, conceptos que conviene recordar y tener presentes (véanse consideraciones de la mayoría en el caso
“Samudio”). El orden jurídico requiere, como pauta general de conducta, que toda persona cumpla con las obligaciones que

legítimamente asume y así lo ratifican las normas del CCCN. Cuando se asigna a las deudas en mora una tasa menor a la que

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abonan -con arreglo a la ley, los reglamentos en vigencia y los pactos válidos- las personas que cumplen sus obligaciones con
regularidad, se desplazan las consecuencias ya apuntadas de la morosidad hacia la sociedad y, en paralelo, se beneficia a los
incumplidores. Lo dicho no obsta en absoluto a la garantía de los derechos del deudor, en particular cuando, en su calidad de

consumidor, se haya visto sometido a abusos que las normas protectoras imponen reparar. Son cuestiones distintas que pueden
tratarse de manera independiente (Drucaroff Aguiar, Alejandro, “Los intereses en los contratos bancarios y el nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación”, RCCyC 2015 –agosto-, 162). Esta Sala viene aplicando desde hace tiempo la tasa activa de interés, ya sea

por aplicación del fallo plenario, ya por considerar que no había motivos para cambiarla por una tasa pasiva. Sin embargo, un nuevo
examen de la cuestión permite advertir que la tasa activa que aplica este tribunal no compensa al acreedor, para quien el costo del
dinero es mucho más alto. Parece entonces que una tasa adecuada para estos casos sería la que surja de aplicar dos veces la tasa
activa, pues su resultado refleja el costo del dinero en el mercado para muchos usuarios. No puede dejar de mencionarse que el
artículo 16° de la ley 25.065, de Tarjetas de Crédito, prevé que «el límite de los intereses compensatorios o financieros que el
emisor aplique al titular no podrá superar en más del 25%» a la tasa que aplique a las operaciones de préstamos personales en

moneda corriente para clientes. Este límite, que fue convalidado por la Corte Suprema (“Proconsumer c. Banco Itaú Buen Ayre
S.A. s./ sumarísimo, del 17/05/2016, LA LEY 2016-D, 159) al no intervenir en el caso resuelto por la sala C de la Cámara Nacional
en lo Comercial (fallo del 20/04/2012, publicado en el mismo lugar), es mayor –por el momento– a la tasa que en esta decisión se

establece. La aplicación doble de la tasa activa de interés rige, como es sabido, a partir de 01/08/2015 y hasta el efectivo pago, dado
que hasta esa fecha y desde la fecha del hecho, esta Sala entiende que debe aplicarse la doctrina del caso “Samudio”, como se ha
sostenido en numerosos precedentes (“Nieto, Rubén Esteban c/ Cajal, Saúl Guillermo y otros s/ Daños y perjuicios”, Expte.
104.622/2011, del 12/06/2016; “Focaraccio, Georgina Vanesa y otros c/ Giménez, Ángel y otro s./ daños y perjuicios”, Expte.
95.334/2013, del 10/08/2008; “Medina, Daniel c./ Fernández Prior, Jorge s./ daños y perjuicios”, Expte. 100.900/2013, del
15/07/2016, entre otros). En ese orden de ideas, estimo razonable se aplique para la totalidad de los rubros la tasa activa conforme
surge del citado plenario desde la fecha del hecho hasta el 1° de agosto de 2015 y a partir de allí la doble tasa activa hasta el
efectivo pago (arts. 768 inc. c) y art. 770 del C.C.yC.).”

22
En cuanto al alcance de esta duplicación del plenario “Samudio” es de señalar que el resultado final de esta
fórmula, ya de por sí gravosa, está muy lejos de la repotenciación del 2200% que se menciona en el Acta 2764, la que,
convengamos, cercena el derecho de propiedad y, por ende, es inconstitucional.
Algunos interrogantes sobre el Acta 2764. Carácter obligatorio o de sugerencia. Violación del principio de
congruencia. Anualización de la capitalización.
Las mismas dudas que presento parecen emanar de los autores del Acta 2764, puesto que en la parte dispositiva

se aclara (o se oscurece) en varios tramos, de que se trata de una “sugerencia”. Quizás fuera prudente una nueva evaluación de la
materia y una definición más ajustada, a fin de evitar la actual incertidumbre. Sin perjuicio de ello, se han de plantear algunas
cuestiones prácticas.

En el caso de las acciones deducidas en forma previa a la sanción del nuevo Código Civil y Comercial, la
capitalización no sería aplicable, por ausencia de norma legal, aunque este no sea el caso que hoy nos ocupa. No obstante, señalo
que así lo ha entendido la Cámara Civil al disponer: “En virtud de lo dispuesto por el artículo 7° del Código Civil y Comercial, la

norma invocada resulta inaplicable al caso de autos ya que al momento en que según el mentado inciso b) debía producirse la
capitalización de los intereses moratorios, no se encontraba vigente el nuevo ordenamiento positivo (C.N.Civil Sala “A”, “Maruca,
Miguel Ángel c./ Baduan, Alberto Raúl s./ cumplimiento de contrato” -expte. 52.022/2008- del 22/2/2018; íd. Sala “B”, “Díaz,
Oscar Raúl c./ Peralta, José Alberto s./ daños y perjuicios” -54389/2012- del 22/11/2017; íd. Sala “C”, “Consorcio de Prop. Paraná
c./ Fernández, Carlos Manuel s./ ejecución de expensas” -expediente n° 74565/2012- del 4/8/2016”. “Sala E, 90325/2006 C C A c./
G SA (rebelde) y otros s./ daños y perjuicios, 6/10/2021).
En cuanto al principio de congruencia, la petición del art. 770 inc. b) no es habitual en las demandas interpuestas
ante el fuero del Trabajo. Pese a ello, el Acta 2764 no efectúa ninguna distinción entre los procesos en que se activó la pretensión y
aquellos en los que ni siquiera fue esbozada. Me remito al respecto al principio general en la cuestión, que prohíbe el anatocismo

con carácter de orden público, así como a la condición de accesorios de los intereses respecto del capital (CSJN “El carácter
accesorio que posee la obligación de intereses, con arreglo al derecho de fondo, no puede verse alterado por circunstancias de orden
procesal, como es la que su cumplimiento haya constituido el reclamo principal de la demanda”. Vianini S.P.A. y otro c./ Obras
Sanitarias de la Nación. Fallos: 304:226), motivo por el cual deben ser objeto de requerimiento puntual y diferenciado (en particular

23
cuando se trata además de una excepción, como la capitalización). Asimismo, resalto la posible aplicación de la doctrina de los
Fallos “Cohen”, “Gentini”, “Ripp”, “Camacho” y demás antes mencionados, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Finalmente, en cuanto a la repetición de la capitalización en forma anual que surge de la referida Acta 2764,

resultan atinadas al respecto las observaciones del Fallo “Antuña” de la Corte.


También es posible citar una sentencia contraria del fuero civil, que interpreta que sólo puede utilizarse el
anatocismo del art. 770 inc. b) una sola vez, sin volver a repetirse hasta la etapa de ejecución, en la que regirá el art. 770 inc c)

CCyC (intimación de pago luego de la condena firme):


“Adviértase que únicamente a partir del momento en que se notifica la demanda, opera la capitalización de
intereses. De allí en adelante no hay más capitalización (salvo que concurra otro de los supuestos previsto por el artículo 770

citado). Para que proceda el anatocismo por “demanda judicial”, es requisito la promoción de una demanda judicial, por capital e
intereses, y su notificación. Una vez cumplidos tales requisitos, se produce la acumulación al capital de los intereses devengados
hasta dicha notificación, mientras que, los que se devengan después de la notificación, no son acumulables, sino que nacen como

simples (conf. C.N.Civil, precedentes citados en el párrafo anterior) CAMARA CIVIL - SALA E 90325/2006 C C A c/ G SA
(REBELDE) Y OTROS s/DAÑOS Y PERJUICIOS Buenos Aires, 6 de octubre de 2021)
Naturaleza de los créditos alcanzados. ¿Es posible la capitalización sobre multas y sanciones?. Deuda de valor.
La respuesta, conforme los fallos reseñados de la CSJN, ha de ser por la negativa. Como se ha visto, la Cámara
Civil destaca el origen de la norma del art. 770 CCyC, sobre la base del mutuo comercial del antiguo Código de Comercio, y la
imposibilidad de replicarla en el caso de las deudas de valor. Y mucho menos la capitalización pretendida por el actor puede

aplicarse a las multas, en el caso la del art. 132 bis lo que fuera materia de agravio de esta parte en el recurso extraordinario en
trámite por ante la distinguida Sala II.
Por ello el anatocismo del inciso b) del art. 770 requiere un análisis especial para el caso de multas y sanciones,

tan extendidas en el Derecho del Trabajo (ley 24.013, ley 25.345, ley 25.323, art 132 bis LCT), en las cuales rige además una
garantía de defensa en juicio reforzada (art. 18 CN). Otro aspecto que seguramente generará jurisprudencia.
La indemnización por despido, ¿es una deuda de valor?, indudablemente la respuesta es por la afirmativa, así lo

avala la doctrina legal de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, al decir que la reparación por los daños a la persona

24
trabajadora constituye una deuda de valor (SC L. 119.914 “Aguiar” de fecha 22 de junio de 2020 y L 122.532 “Papalia” del 29 de
septiembre de 2020).
El alto Tribunal Bonaerense da claros indicios para reafirmar que la indemnización por despido es una deuda de

valor.
En un novedoso fallo dictado por el Tribunal de Trabajo N°1 de Junín, sede Chacabuco: “Orlando Evangelina c./
Orsini Santiago y otro/a s./ despido” Expte. 38.502, de fecha 25 de junio de 2021, lleva la liquidación a valores actuales. Es decir,

toma el salario que le hubiera correspondido al momento del dictado de la sentencia, lo que denota que se trata de deuda de valor.
Ello, así pues, “el salario entraña siempre una exigencia de valor mínimo” para argumentar en favor de
considerar la indemnización por despido como deuda de valor.

El supuesto que permite la capitalización de intereses por la promoción de la demanda judicial no debe aplicarse
a las “deudas de valor” por varias razones: 1º La primera razón es estrictamente conceptual. Sostenemos que el anatocismo no debe
aplicarse a las demandas por deudas de valor por el mismo concepto legal de la “deuda que consiste en un valor”, de acuerdo a la

terminología del Código ahora vigente. El art 772 del CCCN establece, refiriéndose a las obligaciones de valor, que “Una vez que
el valor es cuantificado en dinero se les aplican las disposiciones de esta Sección”. Esa sección es en donde, justamente, está
previsto el anatocismo y las excepciones al mismo, entre las que está la que nos ocupa. Lo dicho me conduce al razonamiento que

sigue: Como sabemos, si hay un proceso judicial por el reclamo de una obligación que consiste en un valor, la cuantificación en
dinero se produce recién con el dictado de la sentencia. Es evidente que la demanda es, temporalmente, anterior al dictado de la
sentencia. Luego, resulta insostenible la posibilidad de aplicar el anatocismo por el inicio de la demanda, cuando la deuda que

consiste en un valor todavía no era dineraria, según los conceptos del mismo Código.
2º En segundo lugar, existe una razón valorativa. En los procesos judiciales por obligaciones de valor (como las
indemnizaciones), no solamente se discute la existencia, vigencia y exigibilidad de la obligación, sino que también está

controvertido el monto o extensión de la misma. Recordemos que la extensión de la obligación, igual que su existencia, es de
interpretación restrictiva (art. 727, CCCN). Por ello, no puede sorprender que la legítima controversia entre las partes se centre en
tal cuestión. Por experiencia como abogado que actúa diariamente en cuestiones contenciosas, he comprobado que muchas veces se

llega al conflicto judicial, no porque el eventual deudor desconozca la existencia de la obligación, sino porque las partes no se

25
ponen de acuerdo sobre el monto del crédito del acreedor. Luego, sería injusto que el deudor sea penalizado con la capitalización de
intereses cuando se niega a pagar la suma que el demandante pretende en forma unilateral. En tal sentido se debe tener presente
que, de acuerdo a la práctica judicial, en casi la totalidad de los casos, las eventuales condenas son sustancialmente menores a los

montos demandados. Ello constituye una clara evidencia de que la demanda no siempre es promovida porque el deudor se niega a
pagar una legítima obligación sino porque ilegítimamente el acreedor pretende el pago de una suma que ningún juez le reconocería.
3º La tercera es una razón hermenéutica por la ubicación de las normas positivas. El anatocismo es regulado por

el art. 770 del CCCN, dentro de las normas que regulan las denominadas obligaciones dinerarias; mientas que las obligaciones de
valor son incorporadas al CCCN en una norma (el art. 772) que está ubicada posteriormente en el orden numérico ordinario de los
artículos del Código. De tal forma, por la ubicación en el Código de las normas involucradas, el anatocismo permitido por

demandas judiciales no debe comprender a las deudas de valor.


4º El cuarto argumento se sustenta en la interpretación restrictiva de toda excepción a una regla general. Como
todas las excepciones a la prohibición de capitalizar intereses, esta nueva excepción legal también debe ser interpretada en forma

restrictiva. Como la regla general sigue siendo la prohibición del anatocismo, los supuestos excepcionales en que se permite la
capitalización de intereses deben ser interpretados en forma estricta y restrictiva. Por ello, ante la duda sobre su procedencia, no
debe permitirse la incorporación de intereses al capital demandado. Si al hecho de la imposición de la prohibición como regla

general, sumamos el fundamento moral y de orden público de la prohibición del anatocismo, hasta tal punto que se revisa
judicialmente el mismo aún luego de sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada, es evidente que la aplicación de la excepción
debe ser aplicada en forma sumamente restrictiva, abarcándose la menor cantidad de casos posibles. También por ello, en virtud de

este criterio restrictivo, no debe aplicarse la capitalización de intereses por demanda judicial a los procesos en los que se reclaman
deudas de valor.
5º El quinto fundamento se sustenta en el resultado que el anatocismo produce. Sin perjuicio de presentarse los

requisitos de procedencia del anatocismo autorizado legalmente por el Código, considero que esta excepción a su prohibición no
debe ser aplicada a las deudas de valor, a poco que se considere la inequidad a la que conduce. En tal sentido debe tenerse en cuenta
que las condenas por deudas valor, especialmente las que fijan indemnizaciones, cuantifican la obligación a valores al momento de

la sentencia. Si el valor que debe ser cuantificado en la sentencia incluyese intereses hasta el inicio de la demanda, los cuales se

26
agregarían al valor reclamado, se desvirtuaría la norma del art. 772 del CCCN, que establece que “el monto resultante debe referirse
al valor real”, pues el mismo se vería incrementado indebidamente con injustificados accesorios. Esto conduciría a resultados
absolutamente desproporcionados, que vulnerarían los límites impuestos por la moral, las buenas costumbres y el orden público,

consagrándose un abuso.
Norberto O. Centeno hace más de cuarenta años se asomó al tema de considerar a la deuda salarial, como la
propia de una obligación de valor. Para ello se apoyó en el pensamiento de Boffi Boggero, Trocoli, Morello y Masnata, haciendo

gala de un pluralismo político que saltaba barreras en busca de la verdad, y se atrevió a hacer una atrevida consideración de las
obligaciones por créditos de salarios como deuda de valor que, con humildad, la consideró una aproximación al tema (Norberto O.
Centeno, "El salario como deuda de valor. Aproximación al tema", en Revista de Legislación del Trabajo, Tomo XX -B- julio a

diciembre de 1972, pág. 588 y ss.).


Consecuencias operativas del Acta 2764 en el procedimiento laboral.
En el orden formal, la implementación del Acta 2764 se enfrentará con dos cuestiones propias de la Ley de

Ordenamiento Laboral.
La primera es el modo en que la Cámara del Trabajo interpreta hoy día la fórmula de inapelabilidad de las
sentencias por razón del monto, establecida en el art. 106 L.O. en 300 veces el valor del bono de derecho fijo de la ley 23.187,

puesto que la capitalización de los accesorios desde la notificación de la demanda y el importe final a que arribarán los intereses,
será muy superior al capital inicial reclamado y a las restantes sumas involucradas en el recurso de apelación.
Es ampliamente sabido que las Salas del fuero del trabajo de modo casi unánime, adoptan, para el cálculo del art.

106 LO solamente el capital puro, con absoluta exclusión de los intereses.


De esta forma, habrá que estar atentos a la posible modificación de este criterio, en vista de las impugnaciones
que pudieran surgir al Acta 2764, ya que, con la nueva fórmula propuesta, los accesorios pueden superar el capital en 22 o más

veces, y con ello devenir incongruente que se impida, bajo tales condiciones, el acceso recursivo a un control del resultado.
En segundo término, también se avizoran conflictos en la etapa de ejecución, según la norma del art. 109 L.O.,
remitiéndome a dicho respecto al fallo de la Corte Suprema en el caso Anselmi (Fallos 345:81, del 17/2/2022, “inapelabilidad de las

resoluciones de ejecución en el proceso laboral”). En este contexto, se presenta la sentencia “ANSELMI” de la Corte Suprema de

27
Justicia de la Nación, que reitera la doctrina de otro precedente en la materia, el fallo “SANCHEZ”. Ambos aportan una visión más
proclive en favor de los recursos, al resguardo del debido proceso adjetivo.
Se trata de la revisión de una decisión de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata, que declaró mal

concedido un recurso de apelación del Estado Nacional en materia de astreintes con intereses, por aplicación del art. 109 LO.
La resolución del caso se efectúa bajo el instituto de la arbitrariedad, es decir, también en un marco de excepción
al sistema de acceso al Máximo Tribunal. Excepción triple entonces, por la arbitrariedad, por tratarse de una decisión adoptada en

la etapa de ejecución, y en razón de que, además, el examen de la procedencia de un recurso es una evaluación privativa del tribunal
al cual está dirigido. Todos ellos supuestos, en principio, ajenos a la materia del recurso extraordinario federal.
De este modo, la Corte ingresa en el aspecto fáctico: el inferior ha omitido tratar “ las serias alegaciones del

Estado Nacional acerca del gravamen irreparable que le causaba… una liquidación de astreintes por un monto, según dijo,
exorbitante, sin reparar en el carácter provisional de aquellas, ni en que la obligación principal ya había sido cumplida durante el
año 2010 ni en la circunstancia de que el trámite del pago fue realizado bajo la estricta observancia de las normas de consolidación
pública”. (FMP 51004545/1990/1/RH1 Anselmi, Héctor Rubén c/ Ferrocarriles Argentinos s/ diferencias salariales. Del 17 de
febrero de 2022).
Por ello concluye que “el pronunciamiento apelado exhibe graves vicios de fundamentación que lo descalifican

como un acto jurisdiccional válido con arreglo a la doctrina de esta Corte sobre arbitrariedad de sentencias”.
Es decir, las alegaciones “serias” formuladas por las partes aún en la etapa de ejecución de sentencia, requieren
pronunciamientos debidamente fundados. Interpretación que, acorde a la importancia de garantía constitucional en juego que es la

de defensa en juicio, tiene aplicación al derecho procesal proceso en general, sea de carácter laboral como civil y comercial.
Podemos aventurar entonces que, bajo esta doctrina de la Corte, en el primer caso, el del proceso laboral, el
espíritu en favor del recurso debe ser más amplio, dado que la posibilidad de apelar es más limitada.

En suma, ambas sentencias, el fallo “ANSELMI” y su antecedente “SANCHEZ” son una cita útil en la práctica
profesional diaria, ya que los pronunciamientos de la Corte en materia procesal y en particular, en las ejecuciones, no son tan
frecuentes.

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Lo dicho guarda estrecha relación, no sólo en cuanto a la concesión del recurso que se intenta, sino por cuanto
vemos que el Acta que se cuestiona (ya lo he hecho en el recurso extraordinario ya presentado en autos) afecta seriamente el
derecho de propiedad de todo deudor, convirtiéndola en inconstitucional, pues eleva cualquier crédito por encima de toda inflación

habida en este país.


Finalmente, no puede descartarse que en oportunidad de la liquidación de la condena (art. 132 L.O.) la parte
perjudicada invoque y solicite el control previsto en el art. 771 del CCyC, que dice: “los jueces pueden reducir los intereses cuando

la tasa fijada o el resultado que provoque la capitalización de intereses excede, sin justificación y desproporcionadamente, el costo
medio del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se contrajo la obligación.” Ello en conjunción con el art.
10 del CCyC, de abuso del derecho. De este modo se generarían mayores fuentes de continuidad de los litigios, con revocatorias,
quejas, revocatorias in extremis, recursos extraordinarios, entre otras alternativas procesales, a todas luces inconvenientes en el
actual estado de sobrecarga de trabajo de los tribunales.
La división social y política que atraviesa nuestro país se refleja en el Acta 2764, donde la solución a una
situación de injusticia, como es la desvalorización del crédito laboral, es fuente para otro injusto, cual es el anatocismo oficioso.
Como bien dijo la Corte en “García Vázquez” y en tantas otras ocasiones, la actividad jurisdiccional requiere también, la
evaluación de sus resultados.
Recordemos también que, según la tradición de la doctrina argentina, la norma que prohíbe el anatocismo como
regla general es considerada de orden público, pues ella se funda en consideraciones de carácter moral y económico. También la
Corte Suprema ha considerado que en la observancia de tal prohibición está involucrado el orden público (SALVAT, Raymundo

M., Tratado de Derecho Civil Argentino. Obligaciones en general, ob. cit., p. 141. CSJN - 17/03/2009, S.C. A.413, L.XLIII -
"Automotores Saavedra S.A. c/ Fiat Concord S.A. (RHE)" – El Dial del 18.3.09. En el mismo sentido, Fallos: 318:1345; 320:158).
Pese al profundo y loable fundamento de la prohibición del anatocismo como regla general, tal regla impeditiva

ha quedado altamente limitada como norma rectora y moralizadora. El nuevo Código Civil y Comercial, a mí criterio, ha ampliado
inapropiadamente las excepciones legales a la prohibición del anatocismo. Es decir, el Código vigente ha incrementado los
supuestos en los que expresamente es admitida la capitalización de intereses, por ello y doctrina sentada por nuestro Cimero

Tribunal ha de declararse su inconstitucionalidad.

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Esta criticada nueva excepción a la prohibición del anatocismo, me refiero a la del inciso b), debe limitarse a las
obligaciones dinerarias estrictas, excluyéndose a las obligaciones de valor, por ello supra he hecho la distinción entre deudas
dinerarias y de valor, tal como lo introdujera en el recurso extraordinario que otrora introdujera esta parte.

Así la norma deberá ser declarada inconstitucional por cuanto por el solo hecho de interponer una demanda se
incrementará sustancialmente su crédito, lo que sin duda determinará el incremento de las demandas judiciales, fomentando en los
acreedores la especulación de obtener un beneficio lucrativo fácil y gratuito.

A su vez, la nueva norma produce una incongruencia legal; la capitalización de intereses es contradictoria con un
sistema en el que está prohibida la actualización monetaria de las deudas, lo cual ha sido declarado constitucional por la Corte en
reiteradas oportunidades (CSJN, “Yacimientos Petrolíferos Fiscales c./ Corrientes, Provincia de y Banco de Corrientes s/ cobro de

australes”, Y. 11. XXII., 03/03/1992, Fallos: 315:158; criterio reiterado en causas 315:992 y 1209; 319:3241 y 328:2567. CSJN.
Massolo Alberto Jorge c/ Transportes del Tejar s.a. y otro s./daños y perjuicios, M. 913. XXXIX., RHE, 20/04/2010, Fallos:
333:447. Entre muchos otros).

Sin perjuicio de las críticas generales ensayadas, venimos a sostener que el anatocismo no debe ser aplicado
cuando se demanda una obligación de las denominadas “deuda de valor”. Deudas de valor son aquellas en las que “el monto
resultante debe referirse al valor real al momento que corresponda tomar en cuenta para la evaluación de la deuda” (art 772 del

CCCN). Recordemos que entre las obligaciones de dar dinero y las de valor existe una distinción ontológica. En una y en otra, el
deudor debe cosas distintas. En las primeras el deudor debe “desde el inicio de la obligación” una cantidad de moneda, es decir,
debe directamente dinero; mientras que en las segundas el deudor debe un valor patrimonial (BUSTAMANTE ALSINA, Jorge;

Deudas de dinero y deudas de valor. Alcance de la distinción y posibilidad de suprimirla, LA LEY 149, 952 - Obligaciones y
Contratos Doctrinas Esenciales Tomo III, 01/01/2009, 7, Cita Online: AR/DOC/3432/2009).
Esta distinción es la posición de la mayoría de la doctrina nacional y fue sostenida en las XIX Jornadas

Nacionales de Derecho Civil, en donde se concluyó que la distinción entre deudas de dinero y de valor existe desde el punto de
vista ontológico, porque hay una sustancial diferencia entre deber un “quantum” (deudas de dinero) y un “quid” (deudas de valor).
En las primeras se debe una “cantidad de algo” que es dinero y en las segundas se debe otra cosa que es el “valor de algo”.

Leyes 23.928 arts. 7 y 10, 25.561 arts. 4 y 5.

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Proclama el accionante la inconstitucionalidad de las normas del epígrafe, para así sostenerlo expresa, en
concreto que, al no poderse aplicar la actualización o indexación de las deudas, con más intereses puros, se cercena el derecho de
propiedad.

Adelanto que ninguna razón le asiste, por cuanto ya en el año 2010, más precisamente con fecha 20 de abril de
ese año, nuestro Máximo Tribunal en los autos “Massolo, Alberto José c./ Transporte del Tejar S.A.”, dejó sin efecto la resolución
de la Sala A de Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil que confirmara la inconstitucionalidad del artículo 4 de la Ley Nº

25.561, modificatorio del artículo 7 de la Ley Nº 23.928, que prohíbe la actualización monetaria, indexación por precios, variación
de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor.
Para así disponerlo expreso “que la ventaja, acierto o desacierto de la prohibición de toda clase de actualización

monetaria escapa al control de constitucionalidad ya que la conveniencia del criterio elegido por el legislador no está sujeta a
revisión judicial y los artículos 7 y 10 de la Ley Nº 23.928 constituyen una decisión del Congreso Nacional de ejercer las funciones
que le encomienda el artículo 67, inc. 10 (hoy artículo 75, inc. 11), de la Constitución Nacional de “Hacer sellar la moneda, fijar su
valor y el de las extranjeras...”. Agrega la Corte que el valor de la moneda circulante con fuerza legal en todo el territorio de la
Nación -que cumple la función de un bien económico insusceptible de ser regulado directa o indirectamente por la ley de la oferta y
la demanda- se funda en la autoridad del Estado que es su creador y, que por consiguiente, la perdurabilidad de ese valor como
signo monetario de fuerza legal, en tanto no fuere alterado por el propio Estado de quien dimana, no puede estar a merced de las
convenciones concertadas por los particulares entre sí”.
Los arts. 7 y 10 de la ley 23.928, modificado por el art.4 de la ley 25.561, son normas cuya validez

constitucional ha sido hartamente convalidada por la CSJN. (conf. causas L. 101.512, «Alanis», sent. del 21-III-2012; L. 92.297,
«Ferreyra», sent. del 23-III-2010; L. 89.957, «Marino», sent. del 4-VI-2008; L. 85.591, «Fernández», sent. del 18-VII-2007; entre
muchas).

La ley 25.561, denominada de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario, se sancionó el 6 de enero
de 2002 y se publicó en el número extraordinario del Boletín Oficial de la Nación el 7 de enero de dicho año. En su art. 4 estableció
la nueva redacción de los arts. 7 y 10 de la ley 23.928, determinando así -concerniente a la primera de dichas normas- que el deudor

de una obligación de dar una suma determinada de pesos cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad

31
nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o
repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con las salvedades previstas en la presente ley.
El segundo de los artículos establece que se mantienen derogadas, con efecto a partir del 1 de abril de 1991,

todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación
de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios.
Dispone también que la derogación se aplicará aún a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo

aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo-
de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que corresponda pagar.
En suma, el art. 4 de la ley 25.561, con las modificaciones introducidas a dichos preceptos, no hizo más que

ratificar la vigencia del principio nominalista plasmado en 1991 mediante la ley 23.928, una de cuyas manifestaciones consiste en
la prohibición de los mecanismos de actualización monetaria (v. Lorenzetti, Ricardo L., La emergencia económica y los contratos,
p. 160, Rubinzal - Culzoni, Bs. As., 2002).

Es oportuno recordar que en ocasión de examinar la compatibilidad constitucional de la ley 23.928 -


precisamente, en lo relativo al roce de la referida prohibición indexatoria con el derecho de propiedad- la Corte Suprema de Justicia
de la Nación estableció, in re "Yacimientos Petrolíferos Fiscales contra Provincia de Corrientes y otro", sentencia del 3 de marzo de

1992 (Fallos 315:158), que dicha norma legal "constituye una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de ejercer las
funciones que le encomienda el art. 67 inc. 10 [hoy art. 75, inc. 11]. Ante tal acto legislativo no sólo han quedado derogadas
disposiciones legales sino que además deben ser revisadas las soluciones de origen pretoriano que admitían el ajuste por
depreciación, en cuanto, precisamente, se fundaron en la falta de decisiones legislativas destinadas a enfrentar el fenómeno de la
inflación. De allí que esta casación no puede mantener idéntico temperamento respecto de este punto en relación a períodos
posteriores al 1º de abril de 1991" (ver considerando 14).
Ratificando los principios rectores en la materia, en similar sentido, la Suprema Corte en precedentes similares al
de autos, cuya doctrina -precisamente- alega el actor se encuentra en tela de juicio, tuvo ocasión de afirmar que "la modificación
introducida por la ley 25.561 a la ley 23.928 mantuvo la redacción del art. 7º de ésta, en el que sólo cambió el término 'australes'
por 'pesos', estableciendo que el deudor de una obligación de dar una suma determinada de pesos cumple su obligación dando el día

32
de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada y que en ningún caso se admitirá actualización monetaria, indexación por
precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa y, además ratificó la derogación dispuesta por su
artículo 10, con efecto a partir del 1º de abril de 1991, de todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autoricen la
indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas,
impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios". Añadiendo que: "el acogimiento de una pretensión indexatoria como
la expuesta por el accionante, además de ser contraria a las normas referenciadas en el párrafo anterior -que justamente fueron
dictadas con la finalidad de evitar el envilecimiento del signo monetario- no haría más que contribuir a ese proceso" (conforme
causas B. 49.193 bis, "Fabiano", sentencia int. de 2-10-2002; Ac. 86.304, "Alba", sentencia del 27-10-2004).
Posteriormente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha reiterado la vigencia del reseñado criterio, al

sostener que "la prohibición de indexar impuesta en las leyes federales aludidas [en referencia a las leyes 23.928 y 25.561] procura
evitar que el alza de los precios relativos correspondientes a cada uno de los sectores de la economía, al reflejarse de manera
inmediata en el índice general utilizado al mismo tiempo como referencia para reajustar los precios y salarios de cada uno de los
demás sectores, contribuya de manera inercial a acelerar las alzas generalizadas de precios. Por tal motivo, la recomposición de la
pérdida del valor adquisitivo ha de darse sector por sector y caso por caso". Agregando que "... la ventaja, acierto o desacierto de
dicha medida legislativa escapa al control de constitucionalidad pues la conveniencia del criterio elegido por el legislador no está
sujeta a revisión judicial, salvo que sea arbitrario o irrazonable, extremo no alegado ni demostrado en el caso ” (Fallos: 224:810;
300:642 y 700; 306:655, entre muchos otros)" (conf. C. 1051. XL. In re "Chiara Díaz, Carlos Alberto c./ Estado Provincial s./
acción de ejecución", sentencia del 7-3-2006).

No se advierten motivos, en el caso que hoy ocupa la atención de VV.EE., para apartarse de dichos precedentes,
más estimo necesario efectuar algunas precisiones en atención a los argumentos que expusiera el accionante para recurrir como lo
hace.

Si bien la realidad social o económica de una nación rara vez resulta ser un fiel reflejo del ordenamiento jurídico
que la rige, dada la mutabilidad propia que imprime la evolución humana, no es menos cierto que la vida en sociedad se
desenvuelve -en sistemas republicanos como el nuestro, artículo 1 de la Constitución Nacional- con apego a la voluntad de los

representantes de la soberanía popular. Los mandatos normativos han sido los pilares sobre los que se han construido con el tiempo

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conciencias sociales básicas en torno al alcance y extensión de determinados derechos, acuerdos o soluciones de transacción que en
más de una oportunidad han permitido obtener resultados de bienestar general que de otro modo podrían verse frustrados.
El poder de los jueces debe ejercerse en vista a aquellos mandatos y circunscripto al conflicto que los litigantes

promueven ante sus estrados. Ello importa, al sentenciar, un acotamiento del margen de acción pues, de un lado, demanda
prescindir de meras valoraciones genéricas sobre el contexto social o económico y, del otro, requiere de un preciso escrutinio de los
elementos que conforman las "circunstancias" del caso a resolver.

El arbitrio de recurrir "a los hechos de público conocimiento", para descalificar un mandato normativo, resulta
constitucionalmente reprochable si, como contrapartida, quien lo emplea no efectúa un detalle del modo como esa realidad fáctica
masivamente observada, incide en las específicas circunstancias del caso. Admitir una laxa motivación en esta parcela implicaría

abrir las puertas al dogmatismo o a la mera ideología, subalternizando el rol constitucional reservado a los tribunales.
Dicho lo anterior, advierto que, en la especie, el actor ha incurrido -desde el inicio de la demanda- en el señalado
error. Basta observar que la parte actora, al sustentar su planteo de inconstitucionalidad "del art. 4 de la ley 25.561 y ley 23.928"

postula la necesidad de una actuación jurisdiccional reprochable a la luz de los principios supra esbozados, su argumentación
trasunta un mero parecer sobre los efectos de los sucesos económicos que ha vivido el país como así también de los recientes, mas
no alega ni demuestra cómo ellos han repercutido de modo particular y diferenciado en el específico supuesto de autos; máxime

cuando a la pretendida inconstitucionalidad de dichas leyes, también pretende la capitalización mensual de intereses, lo que en
verdad busca el demandante es un enriquecimiento ilícito.
La Excma. Cámara Nacional del Trabajo ha dicho: “La indexación se impone por vía directamente

constitucional, cuando la economía se desboca y la inflación se vuelve tan imprevisible que ni siquiera las tasas de interés fijadas en
el mercado libre son capaces de proveer un remedio aproximadamente confiable para la desvalorización monetaria real. En tales
casos, se hace preciso medir la inflación ex post facto y corregir sus efectos sobre el pago mediante la aplicación del
correspondiente coeficiente. Pero, mientras la situación no llegue a ese extremo y pueda ser salvada mediante el uso de la tasa de
interés, no hay lesión constitucional suficiente para aniquilar una expresa disposición legal que prohíba la indexación. En esas
condiciones, no existe un perjuicio que justifique emplear el extremo remedio de la declaración de inconstitucionalidad” (en el
caso, de los arts. 2 y 10 de la ley 23.928, modificada por el art. 4 de la ley 25.561 y el art. 5 del Decreto 215/02). (En igual sentido:

34
SD. 84233 del 07/11/02 "Méndez, Gerardo c./ Black Carvajal", del registro de la misma Sala III; ídem causa Nº 8.848/05 “Boullon,
Andrea G. y otro c./ PAMI Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados s/ Diferencias Salariales” del 08-
02-07 SD. 88480).

“Frente a la secuela del proceso inflacionario bien puede responder el ordenamiento jurídico y la jurisprudencia,
ya sea mediante la repotenciación del valor del crédito en base a índices que reflejen de alguna manera la pérdida habida, como así
también mediante la aplicación de tasas de interés, escogiendo entre las que en el mercado financiero se utilizan, que son
dinámicas y variables y que según los casos contemplan, entre otros elementos, los efectos del fenómeno inflacionario.
Considerando el criterio seguido a partir de la ley 23.928, por razones de política económica, se ha adoptado el segundo método y
desde tal perspectiva la declaración de inconstitucionalidad no puede realizarse en abstracto y el planteo formulado en orden a la
temática materializada por dicha disposición legal (Ley de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario) no debería ser
acogido favorablemente, pues teniéndose en consideración la tasa de interés fijada en la sentencia de primera instancia a partir del
1/1/02 -en este caso la tasa activa promedio del Banco Nación para las operaciones de descuento de documentos comerciales- y
su evolución, no se encuentra demostrado y objetivado un perjuicio que autorice a recurrir a la "última ratio" del orden jurídico”.
(CNA Trabajo, Sala V, 16.007/2002, “Franco, Rosa c./ Consorcio Propietarios Independencia 2047” del 09-09-2004, Nro. 67.213).
“No se encuentra acreditada en el caso una afectación al derecho de propiedad del actor de tal magnitud que
sustente la declaración de inconstitucionalidad del art. 4 de la ley 25.561(que modificó los arts. 7 y 10 de la ley 23.928), más aún
cuando el a quo aplicó a las sumas adeudadas un interés equivalente al promedio mensual de la tasa activa aplicada por el Banco de
la Nación Argentina para operaciones corrientes de descuentos comerciales. Debe dejarse sin efecto la declaración de
inconstitucionalidad de oficio del art. 4 de la ley 25.561 y la actualización dispuesta en grado, aplicándose al capital nominal de
condena los intereses previstos mediante Acta Nº 2601/14 y Acta 2630/16”. (CN Trabajo, Sala VIII, BN 371 “Méndez Salguero,
Federico Manuel c./ Gotobtl S.A. y otros s./ Despido” del 24-05-2017, Nro. 54.746/2013-CA1).

Dichos esclarecedores fallos también me llevan a reflexionar, aún más, en que el Acta 2764 excede los límites de
la moral, ya que capitalizan intereses de intereses, por encima de la real inflación habida en nuestro país, logrando que los
acreedores se enriquezcan ilícitamente, principio que colisiona con nuestra Constitución Nacional, por ello V.E. vengo una vez más

a replicar la inconstitucionalidad de la misma como la del art. 770 inc. b) CCyCN.

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Me pregunto, más allá de todas las Actas que la CNT ha emitido para paliar los procesos inflacionarios, no sería
más justo actualizar los créditos de los trabajadores por el salario real que los mismos deberían percibir al momento del dictado de
la sentencia; es decir porque no se toma el salario del trabajador -de acuerdo a CCT- al momento de la sentencia y luego sí
repotenciarlo con capitalización semestral de intereses; sin duda sería lo justo para ambas partes.
Reitero, utilizando palabras de los fallos esclarecedores de la CSJN ya referidos: “La ventaja, acierto o
desacierto de las medidas dispuestas en las leyes 23.928 y 25.561 escapan al control de constitucionalidad, pues la conveniencia del
criterio elegido por el legislador no está sujeta a revisión judicial, salvo que sea arbitrario o irrazonable. Teniendo en cuenta ello, la
tasa activa de interés es el remedio que la C.N.A.T. ha elegido para conjurar el envilecimiento del signo monetario de los créditos
laborales, lo que torna inadmisible declarar la inconstitucionalidad de las normas que vedan la actualización monetaria” . (CNA
Trabajo, Sala IV, 31.817/2006 in re “Ferreira, Miguel Ángel c./ Belclean Servicios Especiales S.A. y otros s./ Despido”, del 28-12-
2009 SD 94483).
Sin perjuicio de lo manifestado he de resaltar que el actor no solo intenta una aventura jurídica totalmente

desproporcionada, lejos de la realidad económica por la que transitan las empresas, sino contraria a toda jurisprudencia imperante
en la materia, argumenta su pretensión con presunciones y estimaciones poco serias y sin un fundamento comprobable, más allá de
ninguna empresa podría soportar, menos una Pyme como la de mi mandante, una erogación como la pretendida, por lo que acceder

a su planteo y sentar un precedente de tamaña envergadura llevaría a mucha empresas a concursarse si es que no a la misma
quiebra, generando un incremento desmesurado en el desempleo, siendo también en perjuicio del mismo acreedor que se vería
obligado a depender del patrimonio que posee el demandado para poder hacer efectivo su crédito, sin perjuicio que dicho

patrimonio deberá repartirse entre el resto de acreedores que concurran al concurso y/o quiebra según corresponda, tornando las
sentencias en inejecutables, siendo esto también en perjuicio de los trabajadores.
En base a los argumentos esgrimidos precedentemente corresponde rechazar el recurso extraordinario impetrado

por la actora con costas.


VI.- PETITORIO
Por todo lo expuesto solicito:

1.- Se tenga por contestado en tiempo y forma el Recurso Extraordinario presentado por la parte Actora.

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2.-Por los fundamentos vertidos se rechace el mencionado recurso con expresa imposición de costas al
Actor.
Proveer V.E. de conformidad

QUE SERÁ JUSTICIA

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LUIS CHRETIEN
Date: 2022.10.31 19:48:11 ART
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO - SALA II

SENTENCIA INTERLOCUTORIA

EXPEDIENTE NRO.: 21412/2018

AUTOS: “MONTENEGRO, GABRIEL HUGO c/ DAVICOM COMUNICACIONES


SRL Y OTROS s/ DESPIDO”

En la Ciudad de Buenos Aires, luego de deliberar, a fin de


considerar los recursos deducidos en autos y para dictar sentencia en estas actuaciones,
practicado el sorteo pertinente, en la fecha de firma indicada al pie de la presente el
Tribunal procede a expedirse de acuerdo con los fundamentos que se exponen a
continuación.

VISTO Y CONSIDERANDO:

Las solicitudes de concesión del recurso extraordinario


que efectúan, por un lado, el señor Montenegro, y, por otro, Davicom Comunicaciones
SRL y Gregorio Deharbe respecto de la sentencia definitiva dictada por esta Sala se fundan
exclusivamente en que el pronunciamiento sería arbitrario, sin aportarse otros fundamentos
de carácter federal.
Aunque es cierto que es a la Corte Suprema a quien le
compete decidir si existe o no un supuesto de arbitrariedad, incumbe a la alzada resolver
circunstanciadamente si la apelación federal, prima facie evaluada, cuenta con
fundamentos suficientes para dar sustento a la invocación de un caso excepcional de
arbitrariedad (CSJN, “Díaz, Ana Elizabeth c/ Medio Oriente S.R.L. s/ diferencias de
salarios” del 01/10/2019, Fallos: 342:1589; y “Spada, Oscar y otros c/ Díaz Perera, E. A. y
otros”, Fallos 310 II:2122). Tal supuesto excepcional no se configura en el presente caso,
por lo que corresponde denegar la concesión de dichos recursos en cuanto se sustentan en
la supuesta arbitrariedad de la sentencia.
Por otra parte, el aludido pronunciamiento no es contrario
a la validez de las disposiciones de carácter federal mencionadas en las quejas, ni a la
validez del derecho que emerge de ellas. Las discrepancias acerca del alcance que cabe
atribuir a esas normas y las divergencias que se puntualizan -en ambos planteos- no llegan
a constituir cuestión federal susceptible de habilitar la vía extraordinaria, pues la solución
adoptada por esta Sala no se contrapone a la teleología de los preceptos allí contenidos.

En atención al resultado propuesto, se imponen las costas


en el orden causado (art. 71 CPCCN).
Fecha de firma: 30/03/2023
Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: JUAN SEBASTIAN REY, SECRETARIO DE CAMARA

#31999970#362859157#20230329105338904
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO - SALA II

De acuerdo con las pautas dispuestas en el artículo 31 de


la ley 27423, se regulan los honorarios de la representación letrada del señor Montenegro y
los de los abogados de Davicom Comunicaciones SRL y del señor Deharbe en 20 UMAs
(actualmente $249.580, conforme Acordada n.º 3/23 de la CSJN).

Por lo expuesto el Tribunal RESUELVE: 1) Rechazar


los pedidos de concesión del recurso extraordinario que formulan el señor
Montenegro y Davicom Comunicaciones SRL y Gregorio Deharbe; 2) Declarar las
costas en el orden causado; 3) Regular los honorarios de los abogados del señor
Montenegro y los de la representación letrada de Davicom Comunicaciones SRL y del
señor Deharbe en 20 UMAs (actualmente $249.580).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

Andrea E. García Vior José Alejandro Sudera


Jueza de Cámara Juez de Cámara

pdi

Fecha de firma: 30/03/2023


Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: JUAN SEBASTIAN REY, SECRETARIO DE CAMARA

#31999970#362859157#20230329105338904

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