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INTRODUCCIÓN
La parada cardíaca (PCR) es una causa importante de morbi-mortalidad. Muchas de las víctimas podrían sobrevivir si los testigos de
la PCR actúan rápidamente, ejecutando una serie de acciones que en su conjunto se denominan “Cadena de Supervivencia“,
compuesta por los siguientes eslabones:
El Soporte Vital Básico (SVB) incluye los tres primeros eslabones de esta cadena:
– RCP
– Desfibrilación precoz.
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GUIA DE REANIMACION BASICA Y AVANZADA. GUIAS AHA 2015
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En este artículo describimos las principales modificaciones en SVB tras la última conferencia del International Liaison Committe on
Resuscitation (ILCOR) 2015 y para ello hemos revisado el documento internacional de consenso (1), las guías publicadas tanto por el
ERC (2) como por la AHA (3), y las hemos agrupado en los siguientes apartados:
– Compresiones torácicas.
– Desfibrilador Automático.
El reconocimiento inmediato de la parada es el paso clave para la activación del sistema de respuesta de emergencias y el inicio
precoz del tratamiento.
Las instrucciones de RCP telefónica mejoran las tasas de RCP por testigos, reducen el tiempo de inicio de la RCP, aumentan el
número de compresiones torácicas realizadas y mejoran los resultados del paciente tras una parada cardiaca.
Los operadores telefónicos de emergencias deben preguntar si la víctima responde y cómo respira (si su respiración es normal o no)
(clase I LOE C-LD). Si la víctima no responde y no respira o esta es anormal, el reanimador y el operador telefónico de emergencias
deben presuponer que la víctima ha sufrido un paro cardíaco (clase IIa LOE C-LD) e iniciar de manera precoz las compresiones
torácicas.
Dentro de las nuevas recomendaciones destaca el uso del teléfono móvil para pedir ayuda sin abandonar a la víctima, con el fin de
no retrasar el inicio de las maniobras.
Compresiones torácicas
Se insiste en el inicio precoz de la RCP, comenzando por las compresiones torácicas sin perder tiempo en comprobaciones (clase IIb
LOE C-LD). Se pone mayor énfasis en las compresiones torácicas de alta calidad y se introducen algunos matices:
– El talón de la mano en la mitad baja del esternón y la otra mano encima, manteniendo los brazos estirados y verticales al pecho de
la víctima (clase IIa, LOE C-LD).
– Profundidad adecuada, descendiendo el esternón al menos 5 cm. (2 pulgadas) y máximo 6 cm. (2,4 pulgadas) (clase I LOE C-LD)
(Guías 2010: al menos 5 cm.).
– Con una frecuencia entre 100 y 120/minuto (clase IIA LOE C-LD) (Guías 2010: al menos 100/min.).
– Permitiendo una expansión completa del tórax entre una compresión y la siguiente (clase IIa LOE C-LD), evitando apoyarse sobre el
tórax entre las compresiones (clase IIa, LOE C-LD).
– Reduciendo al mínimo las interrupciones (menos de 10 segundos) entre los ciclos (clase IIa LOE C-LD).
Emplear aproximadamente 1 segundo para insuflar el tórax con un volumen suficiente para asegurar que el tórax se eleve
visiblemente.
Si se trata de personal entrenado es razonable administrar ventilaciones además de las compresiones (clase IIa, LOE C-LD).
La AHA añade que se puede considerar la administración de naloxona en las emergencias asociadas al consumo de opiáceos (clase
IIa, LOE C-LD).
Se sigue manteniendo la recomendación de comprobar no más de 10 segundos que no hay respiración o ésta no es normal a la vez
que valora que la víctima no responde y si tiene o no pulso. Activa el sistema de emergencias y pide un Desfibrilador Externo
Automático (DEA) para comenzar de inmediato la RCP, y utilizar el DEA en cuanto lo tenga disponible. Si el ritmo no es desfibrilable
continuar RCP durante 2 minutos, en caso que el ritmo sea desfibrilable, administrar la descarga y continuar con la RCP durante 2
minutos.
La relación compresión/ventilación sin dispositivo avanzado de vía aérea continua siendo 30:2 (clase IIb LOE C-LD). , y en el caso de
tener implementado un dispositivo avanzado de vía aérea la relación seria de 1 ventilación cada 6 segundos (10/minuto).
Desfibrilador Automático
Continúa la indicación de usar el DEA lo más rápido posible en cuanto esté disponible. La espera para disponer del DEA no puede
retrasar el inicio de las compresiones (clase IIa, LOE B-R).
Se recomienda la implementación activa de programas de acceso público a DEA en donde exista una probabilidad relativamente alta
de presenciar un paro cardíaco.
La desfibrilación en los 3-5 primeros minutos del colapso puede producir tasas de supervivencia tan altas como 50-70%. Cuanto más
se retrase la aplicación del desfibrilador, más probable es que el ritmo desfibrilable ya se haya deteriorado hacia una asistolia.
Los que realicen la RCP deberían continuarla con la mínima interrupción de las compresiones torácicas mientras se coloca un DEA y
durante su uso. Se sigue enfatizando en la necesidad de reducir el tiempo entre la última compresión y la administración de una
descarga y la reanudación de las compresiones inmediatamente después de la descarga (clase I, LOE C-LD).
En el algoritmo de SVB/BLS en adultos de la ERC se ha reducido en número de pasos para destacar las acciones clave.
Se admite que los primeros pasos de comprobación de respuesta, apertura de la vía aérea, comprobación de la respiración y llamada
al operador telefónico de emergencias médicas pueden realizarse simultáneamente o en sucesión rápida.
Figura 1.- Algoritmo de resucitación en el hospital. ABCDE: vía Aérea, Respiración (B), Circulación, Discapacidad, Exposición iv., RCP:
Resucitación CardioPulmonar.
MONITORIZACIÓN
Se señala la utilidad de la capnografía con onda, la analítica y la ecografía como medios de monitorización útiles en el tratamiento de
la PCR (Class IIb, LOE C-EO).
Descartar la sangre capilar del dedo. La más fiable es la sangre venosa de catéter central.
Respecto al pronóstico, si EtCO2< 10 mmHg. y tras 20 minutos de SVA, debe plantearse dar la reanimación por terminada (Clase IIb,
LOE C-LD).
DESFIBRILACIÓN
Aunque la intubación orotraqueal (IOT) es la mejor técnica que garantiza el manejo de la vía aérea, su uso generalizado no se
recomienda. Solo si el reanimador tiene una habilidad entrenada en esta técnica debe ser seleccionada. La realización de la misma
no debe interrumpir más de 5 sg. el masaje cardiaco (Clase IIb, LOE C)
Es también recomendable el uso de Dispositivos Supraglóticos de vía aérea (DSG).Con ellos no es preciso sincronizar con el masaje
salvo que no se ventile adecuadamente.
Tras RCE se recomienda mantener SatO2 entre 94-98%.
La ventilación debe ser de 1 sg., con una frecuencia de 10 ventilaciones por minuto (Clase IIb, LOE C-LD).
Lo ideal es detectar EtCO2 con visión de la onda de capnografía (además de auscultar a nivel axilar y utilizar la ecografía), para
detectar IOT adecuada con 100% de Sensibilidad/Especificidad (Class I, LOE C-LD). El resto de sistemas de detección no mejoran los
resultados de la visualización y auscultación.
La cricotiroidotomía obtiene más éxito que la punción con aguja. La traqueostomía se mantendría contraindicada.
Vasopresores:
Se recomienda la administración de adrenalina como en 2010 (1 mg. cada 3 a 5 minutos), inmediatamente en ritmos no
desfibrilables, y tras 3 descargas en FV/TV según las recomendaciones ERC y tras 2 descargas en las de AHA. Se ha demostrado que
mejora la supervivencia a corto plazo. También mejora perfusión cerebral y la cardiaca en RCP.
La adrenalina a alta dosis se contraindica (Clase III, LOE C-LD).
No se recomienda el uso de vasopresina como sustituto de adrenalina.
Antiarrítmicos:
Amiodarona, a 300 mg. iv. tras la 3ª descarga en FV/TVsp (Class IIb, LOE B-R). Tras el 5º choque debe administrarse otra dosis de 150
mg. Se ha demostrado que mejora la supervivencia hasta la llegada al hospital, pero no al alta hospitalaria. También parece mejorar
la respuesta a la desfibrilación.
El magnesio no se debe usar rutinariamente (clase III, LOE B-R)
Cloruro cálcico al 10%, 10 ml iv., repetible. En caso de Actividad Eléctrica sin pulso (AESP) con hiperpotasemia, hipocalcemia o
sobredosis de antagonistas del calcio.
OTRAS TERAPIAS FARMACOLÓGICAS:
Bicarbonato: no se recomienda el uso rutinario (Clase III, LOE B). Sólo si existe hiperpotasemia con riesgo vital, en PCR con
hiperpotasemia o sobredosis de antidepresivos tricíclicos con la dosis siguiente 50 mmol. ó 1 mmol./Kg. de bicarbonato sódico iv.
Posteriormente debe administrarse según analítica.
El uso de fibrinolíticos en la PCR debe ser administrado si se sospecha de manera firme embolismo pulmonar como causa de PCR. En
ese caso deben mantenerse maniobras hasta 60 a 90 minutos.
FLUIDOS:
Suero salino 0,9% precozmente en caso sospecha de hipovolemia.
TÉCNICAS Y APARATOS
Los diferentes compresores mecánicos no se recomiendan de forma rutinaria, quedando relegados a circunstancias muy concretas
como riesgo en seguridad o imposibilidad de continuidad en momentos concretos.
ARRITMIAS PERIPARADA
Los algoritmos para el tratamiento de taquicardia y bradicardia NO HAN CAMBIADO desde 2010 (figuras 4 y 5).
Si es estable o no (signos y síntomas de inestabilidad, como signos de shock, síncope, síntomas de insuficiencia cardiaca o síntoma
de isquemia miocárdica, como dolor precordial o alteraciones en ECG).
La naturaleza de la arritmia.
En función de ambos, en caso de taquicardia inestable se recomienda la cardioversión como tratamiento de elección (Class I LOE B),
con energías de 120 a 150J bifásicas si se trata de taquicardia con complejo ancho o una fibrilación auricular, y 70 a 120J bifásicos si
es un Flutter o una taquicardia supraventricular paroxística.
El tratamiento puede verse en los algoritmos procedentes del ERC (figuras 4 y 5), siendo las diferencias entre AHA y ERC menores, y
señalando, por ejemplo, que la AHA reconoce aún la utilidad de adenosina en caso de taquicardia regular INESTABLE junto a la
cardioversión (Class IIb, LOE C) o en caso de taquicardia regular dudosa respecto a si es ancha o estrecha (Class IIb, LOE B), o bien el
uso de Verapamil o Diltiazem para frenar una FA irregular estrecha si se descarta preexcitación (Class IIa, LOE B), además del B-
bloqueante o amiodarona en FA ancha si se descarta QT largo (Class IIa, LOE A). De forma global se mantiene el mismo algoritmo de
2010.
Respecto a la bradicardia, se sigue la misma línea de división entre estable o inestable, y se valora en caso de inestabilidad si tras la
atropina a dosis de 0,5 mg. iv. (No menos en adultos para evitar efectos paradójicos), la administración de diferentes fármacos o el
marcapasos trascutáneo en espera de la necesidad o no del marcapasos iv. Definitivo. En caso de no estar disponible se puede
practicar la puño percusión a 50 a 70 golpes/min. En la mitad inferior izquierda del esternón.
INTRODUCCIÓN
Las guías de Soporte Vital del Paciente Pediátrico del ILCOR 2015 están basadas en tres principios principales:
1. La incidencia de patología crítica en el paciente pediátrico es mucho menor que en los adultos.
2. La respuesta fisiopatológica a la enfermedad en el paciente pediátrico difiere de la del adulto.
3. Muchas emergencias pediátricas son manejadas en el momento inicial por especialistas con poca experiencia en Pediatría.
TERMINOLOGÍA
Figura 1.- Algoritmo de paro cardíaco pediátrico para 2 o más reanimadores, profesionales de la salud, que proporcionan SVB/BLS:
actualización de 2015
2.- CONFIRMAR LA SECUENCIA C-A-B COMO SECUENCIA PREFERIDA PARA LA RCP PEDIÁTRICA
Parece razonable mantener la secuencia indicada en las Guías de 2010, comenzando la RCP con C-A-B (Compresiones-Apertura de vía
aérea-Buena ventilación) en lugar de con A-B-C. La RCP debe comenzar con 30 compresiones (en la reanimación realizada por un
único reanimador) o con 15 compresiones (en la reanimación de lactantes y niños efectuada por 2 PS) en lugar de con 2 ventilaciones.
Para simplificar al máximo el entrenamiento en RCP, a falta de suficientes datos pediátricos, es razonable usar también en lactantes
y niños la frecuencia de las compresiones torácicas de 100 a 120 cpm. Recomendada en adultos.
A los lactantes y niños que sufran un paro cardíaco se les debe practicar la RCP convencional (ventilación de rescate y compresiones
torácicas). El carácter asfíctico de la mayoría de los paros cardíacos pediátricos hace que la ventilación sea necesaria para una RCP
eficaz. No obstante, puesto que la RCP solo con compresiones puede ser eficaz en pacientes con un paro cardíaco primario, si los
reanimadores no quieren o no pueden administrar ventilación, se recomienda que estos realicen la RCP solo con compresiones en
lactantes y niños con paro cardíaco.La RCP óptima en lactantes y niños comprende tanto compresiones como ventilación, pero es
preferible que se realicen solo compresiones a que no se practique la RCP en absoluto.
Para aquellos que deben conocer correctamente el la secuencia de RCP pediátrica (no profesionales de la salud PS) el algoritmo es la
siguiente:
Figura 2.- Actuación ante la presencia de cuerpo extraño en la Vía Aérea del niño.
Ante la presencia de un cuerpo extraño, el niño reacciona siempre con tos en un intento de expulsarlo.
1. Presenciar el episodio.
2. Tos/atragantamiento.
3. Comienzo repentino de síntomas de ahogamiento.
4. Historia reciente de jugar o comer cosas de pequeño tamaño
1. Incapaz de vocalizar.
2. Parada brusca de la tos.
3. Incapacidad para respirar.
4. Cianosis.
5. Disminución del nivel de conciencia.
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Signos de tos eficaz:
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1. Llanto o respuesta a preguntas.
2. Tos enérgica.
3. Ser capaz de coger aire antes de toser.
4. Respuesta completa.
1. El primer paso es “no lesionar”, de manera que si el niño tose y respira, no intervenir salvo para animarle a que siga
haciéndolo.
2. Si la tos del niño es efectiva, no es necesario ninguna maniobra adicional, sólo observar su evolución y animarle a seguir
tosiendo.
3. Si la tos del niño no es eficaz:
3. a. Pedir ayuda.
3. b.1. Si el niño está todavía consciente hay que darle golpes en la espalda con la cabeza hacia abajo en posición supina. Si esto no
funciona, se puede realizar una compresión del tórax en niños menores de 1 año.
En los mayores de 1 año se puede realizar compresión abdominal con mucho cuidado (contraindicada maniobra de Heimlich salvo
que se trate de niños mayores).
Si es expulsado el objeto, vigilar el estado del niño y observar cualquier cambio en la respiración ya que puede haber quedado una
parte del cuerpo extraño alojada en la vía aérea. Además, las compresiones abdominales pueden producir lesiones en las vísceras
abdominales, por lo que ante la menor duda, el niño debe ser examinado por un médico.
3. b.2. SI el niño ha perdido el nivel de conciencia, se debe pedir ayuda en primer lugar sin abandonar al niño en ese estado.
En segundo lugar, abrir la boca en busca del cuerpo extraño de manera que si está visible, puede intentar extraerse con un dedo
teniendo cuidado de no introducirlo más.
En tercer lugar, si no se ve cuerpo extraño o está inaccesible, realizar 5 respiraciones asistidas confirmando que son eficaces
(elevación del tórax). Si no lo son, modificar la postura hasta que lo sean.
A continuación, si persiste la falta de respuesta, comenzar la RCP durante un minuto o 5 ciclos de la secuencia 15 compresiones/2
respiraciones.
Si el niño recupera la conciencia, colocar en posición de seguridad hasta que llegue la ayuda experimentada. Si no la recupera, seguir
con la RCP hasta que lleguen los médicos especialistas.
En general está aceptado que la administración IV. temprana y rápida de líquidos isotónicos es un elemento fundamental del
tratamiento del shock séptico.
Sin embargo, en el caso de los niños con enfermedad febril que estén en entornos con acceso limitado a recursos de cuidados
intensivos (es decir, ventilación mecánica y administración de inotrópicos), la administración de bolos de líquidos IV. debería
emprenderse con suma cautela, ya que puede ser perjudicial.
Se hace hincapié en el tratamiento individualizado y en una frecuente revaluación clínica antes, durante y después de la
administración de líquidos.
No hay datos que respalden una dosis mínima rutinaria de atropina cuando se utiliza como premedicación para prevenir la
bradicardia en la intubación de urgencia. En las guías del 2010 se recomendó una dosis mínima de atropina de 0,1 mg. IV. por la
existencia de informes de bradicardia paradójica en lactantes muy pequeños que recibieron dosis bajas de atropina.
Si ya se ha iniciado una monitorización de la presión arterial invasiva, esta puede utilizarse para ajustar la RCP con el fin de lograr
niveles específicos de presión arterial en niños con paro cardíaco.
Si el paciente tiene un catéter arterial permanente, se puede utilizar la forma de la onda como medio para evaluar la compresión
hasta llegar a un valor específico de presión arterial sistólica.
La amiodarona o la lidocaína son agentes antiarrítmicos aceptables para la FV y TV sin pulso refractaria a las descargas en niños.
Un reciente registro retrospectivo y multiinstitucional de paro cardíaco pediátrico intrahospitalario reveló una asociación entre la
lidocaína y unas tasas más altas de RCE y de supervivencia a las 24 horas, en comparación con la amiodarona. Sin embargo, no se
pudo asociar ni la administración de lidocaína ni la de amiodarona con una mejora de la supervivencia hasta el alta hospitalaria.
Se bajó ligeramente la clase de recomendación porque no existen estudios pediátricos de alta calidad que demuestren la eficacia de
los vasopresores en caso de paro cardíaco.
Para pacientes pediátricos con diagnóstico cardíaco y paro cardíaco intrahospitalario en entornos en los que existan ya protocolos
de oxigenación por membrana extracorpórea, puede considerarse una RCP-EC.
Respecto a los paros cardíacos pediátricos intrahospitalarios, el examen de un registro retrospectivo puso de manifiesto que, cuando
se practicaba una RCP-EC, los resultados eran mejores en el caso de los pacientes con cardiopatías que en el de los pacientes con
enfermedades no cardíacas.
Debe evitarse la fiebre cuando se atienda a niños en coma con RCE después de un paro cardíaco extrahospitalario. En un ensayo
aleatorio grande de hipotermia terapéutica en niños con paro cardíaco extrahospitalario no hubo diferencias en los resultados
con independencia de que se aplicase al paciente hipotermia terapéutica moderada (manteniendo la temperatura entre 32°C y
34°C) durante un cierto periodo o se le mantuviese estrictamente en normotermia (manteniendo la temperatura entre 36°C y
37,5°C).
En el caso de los niños que estén en coma durante los primeros días siguientes al paro cardíaco (intrahospitalario o
extrahospitalario), debe controlarse la temperatura de continuo y debe combatirse la fiebre de forma enérgica.
En el caso de los niños comatosos reanimados tras un paro cardíaco extrahospitalario, es razonable que los cuidadores mantengan
al paciente en normotermia (de 36°C a 37,5°C) durante 5 días o que al principio le apliquenhipotermia continua (de 32°C a 34°C)
durante 2 días y a continuación lo mantengan en normotermia durante 3 días.
En el caso de los niños que permanezcan en coma tras un paro cardíaco intrahospitalario, no hay datos suficientes que permitan
recomendar la hipotermia en lugar de la normotermia.
Un estudio prospectivo y multicéntrico de víctimas pediátricas de paros cardíacos extrahospitalarios asignados aleatoriamente bien
a un grupo de hipotermia terapéutica (de 32°C a 34°C), bien a un grupo de normotermia (de 36°C a 37,5°C) no reveló diferencia
alguna entre los resultados funcionales de los 2 grupos al cabo de 1 año. Ni este ni otros estudios observacionales mostraban
complicaciones adicionales en el grupo tratado con hipotermia terapéutica. Aún no se conocen los resultados de un ensayo
controlado aleatorio, amplio y multicéntrico de hipotermia terapéutica aplicada a pacientes que están comatosos después del RCE
tras un paro cardíaco intrahospitalario pediátrico.
8. FACTORES
Se estudió la importancia que tenían para el pronóstico diversas variables clínicas en el paro cardíaco y posteriores al paro
cardíaco. No se identificó ninguna variable que fuese lo bastante fiable para predecir resultados clínicos. Por lo tanto, los
cuidadores deben tener en cuenta varios factores al intentar realizar pronósticos durante el paro cardíaco y en las circunstancias
posteriores al RCE.
Al tratar de prever los resultados clínicos del paro cardíaco, deben considerarse varios factores. Son varios los factores que influyen
en la decisión de proseguir o finalizar los esfuerzos de reanimación durante un paro cardíaco y en la estimación de las posibilidades
de recuperación después de un paro cardíaco.
No se ha encontrado ninguna variable en el paro cardíaco o posterior al paro cardíaco que permita prever de forma fiable resultados
favorables o desfavorables.
Tras el RCE deben utilizarse líquidos e infusiones vasoactivas (inotrópicos/vasopresores) para mantener una presión arterial
sistólica por encima del percentil 5 de edad.
No se identificó ningún estudio en el que se evaluaran agentes vasoactivos específicos en pacientes pediátricos que ya han
recuperado la circulación espontánea. Estudios observacionales recientes han constatado que la supervivencia hasta el alta
hospitalaria y los resultados neurológicos de los niños que tuvieron hipotensión después del RCE fueron peores.
Tras el RCE en los niños, puede ser razonable que los reanimadores ajusten la administración de oxígeno para llegar a valores de
normoxemia (saturación de oxihemoglobina del 94% o superior). Cuando esté disponible el equipo necesario, debe retirarse
gradualmente el oxígeno para llegar a una saturación de oxihemoglobina de entre el 94% y el 99%.
El objetivo debe ser evitar absolutamente la hipoxemia manteniendo al mismo tiempo la normoxemia. De igual manera, las
estrategias de ventilación tras el RCE en niños deben tener por objetivo alcanzar el valor de PaCO2 adecuado a cada paciente y evitar
al mismo tiempo la hipercapnia o la hipocapnia extremas.
Un amplio estudio pediátrico observacional de paros cardíacos intrahospitalarios y paros cardíacos extrahospitalarios halló que la
normoxemia (definida como una PaO2 de 60 a 300 mmHg.) estaba asociada con una mejora de la supervivencia hasta el alta de la
unidad de cuidados intensivos pediátrica, en comparación con la hiperoxemia (PaO2 mayor de 300 mmHg.). Estudios en adultos y en
animales muestran una asociación entre la hiperoxemia y tasas más altas de mortalidad. Asimismo, estudios realizados en adultos
tras el RCE demuestran una asociación entre la hipocapnia y peores evoluciones de los pacientes.
BIBLIOGRAFÍA
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doi: 10.1161/CIR.0000000000000261.
1. INTRODUCCION:
La cardioversión es una técnica ampliamente difundida para restaurar el ritmo sinusal, debido a su eficacia y seguridad tomando las
precauciones necesarias.
En líneas generales, la cardioversión es un método utilizado para revertir un rítmo cardiaco anormal y rápido, a ritmo sinusal (RS). En
función del mecanismo utilizado para llevarla a cabo, se pueden establecer dos tipos de cardioversión:
Cardioversión farmacológica:
La CVF es el tratamiento de primera elección en algunas arritmias. En ocasiones, los fármacos antiarrítmicos pueden restablecer por
sí solos el ritmo sinusal, sin necesidad de realizar una CVE.
Cardioversión eléctrica:
CVE interna o intracardiaca. La electricidad se suministra de forma directa en el corazón. Este tipo de cardioversión se
puede realizar de diferentes formas:
A través de un dispositivo implantado para el tratamiento de arritmias
(DAI).
Durante una cirugía cardiaca.
Mediante un estudio electrofisiológico (EEF).
Actualmente, gracias a la alta eficacia de los desfibriladores bifásicos, la utilización de la CVE interna ha disminuido notablemente,
con excepción de los pacientes portadores de DAI.
CVE externa o transtorácica (CVE). La corriente eléctrica es administrada a través de la pared del tórax, por medio de palas
o electrodos adhesivos (parches). Hoy en día, es el método estándar de CVE, por lo tanto, en el que nos centraremos a lo
largo de este capítulo.
2. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES:
2.1. Indicaciones
De forma urgente. Cuando existe un ritmo que amenaza la vida del paciente, produciendo inestabilidad hemodinámica.
Si además, la frecuencia ventricular que acompaña a la arritmia a cardiovertir es superior a 150 latidos por minuto, la American
Heart Association (AHA) recomienda la cardioversión inmediata en:
• Taquicardia supraventricular mal tolerada por el paciente. Esta arritmia cuando es bien tolerada revierte frecuentemente con
maniobras vagales.
Si la arritmia es mal tolerada y se acompaña de signos de deterioro hemodinámico, se debe interrumpir mediante la administración
de adenosina intravenosa (CVF de elección) (vial 6 mg/2 ml) o bien mediante CVE.
2.2. CONTRAINDICACIONES:
La cardioversión sigue el mismo principio que la desfibrilación, sólo que el aparato (figura 1) incorpora el análisis del ritmo del
paciente e identifica el complejo QRS del electrocardiograma, principalmente la onda R.
Figura 1. Desfibrilador.
Consiste en la aplicación de una descarga de corriente eléctrica continua en el tórax del paciente, de muy alta energía y
breve duración, con la finalidad de interrumpir una actividad eléctrica anormal. Esta descarga se administra de forma
SINCRONIZADA con la onda R (durante la sístole).
El objetivo es evitar que la descarga coincida con la repolarización ventricular (onda T) que puede causar una Fibrilación o
Taquicardia ventricular.
No se debe confundir la CVE con la DESFIBRILACIÓN, que consiste en el paso de una corriente eléctrica continua NO
SINCRONIZADA con ninguna onda del ECG, ya que no existe un ritmo organizado.
Una de las técnicas que se realiza con mayor frecuencia en el laboratorio de electrofisiología es la CVE electiva ambulatoria en
pacientes con FA persistente. La evidencia científica actual avala la CVE ambulatoria en la FA como una técnica segura y eficaz.
Se puede realizar de forma ambulatoria en pacientes hemodinámicamente estables, que no tengan una cardiopatía grave
subyacente. Es preciso realizar una monitorización de ECG y hemodinámica, durante al menos 3 horas después del antes que el
paciente abandone el hospital.
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El riesgo de accidente cerebro vascular (ACV) por embolismo es muy similar en la FA y el flutter, por lo que la tromboprofilaxis se 25
aplica igual en ambos casos.
Para reducir este riesgo, es obligatoria la anticoagulación adecuada 3 semanas antes de una CVE programada (en la FA de más de 48
horas o de duración desconocida). Posteriormente, el tratamiento debe continuarse durante un mínimo de 4 semanas, debido al
riesgo de tromboembolia tras el procedimiento (figura 2).
En pacientes con factores de riesgo de ACV o recurrencia de FA, el tratamiento con anticoagulante debe continuarse durante toda la
vida (independientemente que mantenga aparentemente el RS).
La realización de un ecocardiograma transesofágico (ETE) puede descartar la existencia de trombos intracardiacos, siendo útil en
aquellos casos en los que existe dificultad para conseguir adecuados niveles de anticoagulación o se desconoce si se ha conseguido.
La probabilidad de éxito de la CVE es variable y oscila entre el 67-94 %. Existen una serie de factores que modifican estas
probabilidades de éxito.
Estos factores pueden resumirse en factores derivados de la técnica e individuales de cada individuo a tratar.
1. Factores derivados de la técnica
La aplicación de una técnica correcta aumenta el porcentaje de éxito de la
CVE.
1.1 Según los electrodos (posición, tamaño y material)
Posición: Actualmente se utilizan dos posiciones para la colocación de los electrodos: anterolateral/anteroposterior (figura
3).
Otros estudios, sugieren que usando un desfibrilador bifásico, no tendría tanta relevancia la posición de los electrodos respecto a la
eficacia de la CVE. En algunos pacientes, puede ser efectiva sólo una de las posiciones. Si las descargas iniciales no son capaces de
revertir la arritmia, los electrodos deben ser recolocados en la posición alternativa, para repetir el intento de CVE. En las mujeres se
deben evitar colocar los parches/palas sobre el tejido mamario.
En las últimas guías del ERC 2015, se recomienda la utilización de electrodos autoadhesivos frente a las palas, reportan mayores
ventajas prácticas y son descritas como más seguras y eficaces. La AHA señala que en los desfibriladores bifásicos, ambas
alternativas son válidas. Sin embargo, en el caso de la CVE de la FA con desfibrilador monofásico, recomienda el uso de los parches
sobre las palas.
1.2 Cantidad de energía suministrada: Dependerá de la arritmia a tratar y del tipo de onda de energía empleada (figura 4).
Según las recomendaciones del ERC 2010, con un desfibrilador bifásico en la FA se recomienda una energía inicial de 120 a 150
Julios. Si tras la primera descarga la arritmia no revierte, se irá aumentando la energía de forma progresiva.
2.2 Estado clínico general del paciente: Enfermedad cardiaca de base, presencia de cardiopatía estructural, etc.
En pacientes portadores de marcapasos permanentes o DAI, la descarga eléctrica puede dañar el generador, el sistema de
conducción o el tejido miocárdico causando una disfunción del dispositivo. El extremo del electrodo tiene que estar, al
menos, a 8-12 cm del generador del marcapasos o DAI y se recomienda la posición anteroposterior. La primera descarga
debe realizarse con la mínima cantidad de energía recomendada (dependerá de la arritmia a tratar). Las descargas bifásicas
son preferibles porque requieren menor energía. En los pacientes portadores de DAI es recomendable además la
desactivación de las terapias antes de la descarga, siempre que se pueda. Después de la CVE, los dispositivos deben ser
interrogados y evaluados para asegurar su buen funcionamiento.
Los parches transdérmicos pueden empobrecer el contacto con la superficie cutánea, favoreciendo la formación de arcos
voltaicos y quemaduras, si colocamos el electrodo o la pala encima del parche durante la descarga. Se recomienda retirarlos
y limpiar bien la piel antes de aplicarla.
Antiarrítmicos: se suelen pautar fármacos antiarrítmicos 24-48 horas antes del procedimiento para evitar la recurrencia
precoz de la FA, pudiendo llegar a restablecer por si solos el RS. Estos fármacos pueden aumentar las probabilidades de
éxito de la CVE y reducir la energía necesaria.
Sedantes (Benzodiacepinas): Midazolam (acción ultra corta, vida media<5 horas, dosis: 0,1 mg/kg I.V). Diazepam (acción
larga, vida media>40 horas, dosis: 0,2-0,5 mg/kg I.V). Flumazenilo (antagonista competitivo de las benzodiacepinas, dosis:
0,3 mg I.V c/30 sg, hasta un máximo de 2 mg).
Etomidato: Dosis 0,3 mg/Kg IV.
Propofol: Dosis 0,5-1 mg/Kg en inyección lenta.
Analgésicos opiáceos: Morfina (dosis: 0,1-0,15 mg/kg I.V). Fentanilo (dosis: 0,05-0,1 mg IV (1-2 ml). Naloxona (antagonista
puro, dosis: 0,2-0, 4 mg I.V c/2-3 min. según respuesta).
Suero fisiológico al 0,9 % para mantener la permeabilidad de la vía venosa.
Crema para quemaduras (sulfadiazina de plata).
3. Carro de paro, prestando especial atención a:
Kit de intubación (laringoscopio, tubo endotraqueal de varios calibres, fiador, etc).
Bolsa balón autohinchable BVM (Ambú®).
Cánulas de Guedel de diferentes tamaños.
Toma de aspiración (comprobación de vacío, cánulas para aspiración, etc.).
• Avisar de la descarga y comprobar que el área alrededor del paciente está despejada y que nadie está en contacto con él.
Administrar la descarga con la energía seleccionada (apretando el botón en el monitor o simultáneamente en ambas palas),
en caso de usar palas presionarlas fuertemente sobre el tórax y si es posible, realizarla durante la espiración.
Tras la administración de la descarga: comprobar el ritmo del paciente.
Si la arritmia persiste, se repite a máxima energía, hasta un máximo de tres descargas, separadas por un tiempo de 2-3
minutos.
Tras una CVE es frecuente la aparición de quemaduras cutáneas (20-25%). Su aparición se relaciona con una técnica inadecuada. El
riesgo de quemaduras es menor con el uso de desfibriladores bifásicos y palas geladas. El uso profiláctico de una crema de
esteroides o ibuprofeno tópico previo a la CVE, puede reducir la severidad y la incidencia de las quemaduras.
Valorar las constantes vitales, respiración y presencia de arritmias hasta que el paciente se recupere totalmente.
La asistencia de la ventilación continuará hasta observar que despierta y respira adecuadamente.
Vigilar el nivel de conciencia tras la sedación y detectar posibles reacciones adversas.
Realizar un ECG para registrar el ritmo cardiaco.
Tratamiento de las quemaduras cutáneas si las hubiera, aplicando la crema de sulfadiazina de plata.
Si el paciente es portador de MP o DAI: interrogar y reprogramar.
Registrar todo el procedimiento en los registros de enfermería de la unidad. Una vez decidida el alta, retirar oxigenoterapia,
vía periférica y monitorización.
Comprobar los conocimientos del paciente sobre el tratamiento y las recomendaciones a seguir al alta hospitalaria.
El procedimiento se ha realizado bajo sedación profunda, por lo que no debe conducir vehículos o manejar maquinaria
potencialmente peligrosa, al menos durante las seis horas posteriores a su finalización.
Como la arritmia puede reaparecer, el paciente debe evitar las causas que la puedan precipitar, como la ingesta de alcohol
o excitantes (café, tabaco, té, etc.), se le recomendará que evite su consumo.
Reforzar la importancia en la toma de anticoagulantes durante el tiempo prescrito. Y debe continuar con el mismo
tratamiento hasta la consulta con su cardiólogo.
Si se han producido quemaduras, deberá aplicarse una crema emoliente o crema para quemaduras, como la sulfadiazina
argéntica. Las molestias pueden durar 2 ó 3 días y suelen ser leves.
Debe acudir a su cardiólogo para revisión
RESUMEN
ESUMEN
Método utilizado para revertir un ritmo cardiaco anormal a ritmo sinusal. La cardioversión se puede realizar con fármacos
(CVF) o bien mediante una descarga eléctrica (CVE). La CVE externa o transtorácica es actualmente el método estándar.
Mecanismo de actuación. Aplicación de una descarga de corriente continúa en el tórax del paciente, capaz de interrumpir
una actividad eléctrica anormal. Esta descarga se administra de forma SINCRONIZADA con la onda R (durante la sístole).
Objetivo: evitar que la descarga coincida con la repolarización ventricular (onda T) pudiendo causar una fibrilación o
taquicardia ventricular.
Tipos de CVE según la urgencia de la demanda: CVE Urgente/CVE programada o electiva.
CVE electiva ambulatoria de la FA: Es uno de los procedimientos que se realiza con mayor frecuencia en el laboratorio de
EEF.
Puntos a recordar:
Pacientes portadores de marcapasos /DAI: requieren precauciones especiales.
Considerar tromboprofilaxis pre y post cardioversión. INR debe estar entre 2 y 3.
Intoxicación digitálica.- Contraindicación absoluta para realizar una CVE.
Sedar adecuadamente al paciente antes de la CVE. La descarga eléctrica es dolorosa.
Activar la opción sincrónica (modo SINC) SIEMPRE, antes de la CVE.
Las quemaduras se relacionan con la aplicación de una mala técnica. Son prevenibles y por lo tanto, evitables.
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