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REPARTO
(POR ORDEN DE LÍNEA)
DON (17)
MAGGIE (149)
MIKE (67)
CONNIE (9)
GREG (81)
CASSIE
SHEILA (152)
BOBBY (84)
BIBI (37)
JUDY (23)
RICHIE (44)
ALAN (5)
KRISTINE (10)
VAL (179)
MARK (63)
PAUL (45)
DIANA (2)
LARRY
ZACK
NÚMEROS MUSICALES
ZACK: A ver,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Bien! Y lo unimos con
vuelta, vuelta, fuera, cierra, salto,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Continuamos! Y...
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso.
Cinco, seis, siete, ocho,
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso.
Cinco, seis, siete, ocho,
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso,
media vuelta, paso, paso, paso.
De cambré voy,
media vuelta, paso, paso, paso.
La última vuelta! Cinco, seis, siete, ocho,
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso,
media vuelta, paso, paso, paso.
Todos los pasos desde el principio, de espaldas al espejo. ¡Cinco, seis, siete, ocho!
(Suena toda la orquesta. Los bailarines dan la cara hacia primer término y bailan la combinación de jazz, con Larry
al frente. Al terminar:)
ZACK: Muy bien. Vamos con los pasos de ballet de nuevo, todos juntos, sin exagerar,
marquen. Un, dos, tres, un, dos, tres.
(Obedecen. Al terminar)
ZACK: Muy bien. Ahora les voy a decir en que grupo les toca. Con el número que le di a
cada uno les voy a indicar en que lugar tienen que formarse.
ZACK: Fíjate bien. El número que no tenga dueño es el tuyo. Damas primero: número 2 al
frente, 9 al fondo, 10 al frente y 23 al fondo.
(Judy no va a su lugar )
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ZACK: ¿23? Judy Turner!
JUDY: ¡23!
(Cambio de luces. Mientras Zack, con “mímica”, sigue formando grupos, los demás cantan:)
(El primer grupo de muchachas empieza los pasos de ballet. Diana baila sacando la lengua)
ZACK: Y...
(El segundo grupo de muchachas empieza la combinación. Vicky baila mal y Zack se dirige a ella:)
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VICKY: No nunca.
ZACK: Y…
ZACK: Y…
(El primer grupo de muchachos empieza la combinación. Zack los detiene y se dirige a Roy:)
ROY: Uno.
ROY: No.
ZACK: Los brazos son: segunda, abajo, cuarta. Déjame ver otra vez…Un, dos, tres, un,
dos, tres.
ZACK: Y...
ZACK: El de la banda en la cabeza, no veas al piso. (Frank levanta la cabeza pero la vuelve a bajar
después de un momento) ¡El de la banda, arriba!
ZACK: Y...
(Terminan la combinación. Cambian las luces. Zack en “mímica” da instrucciones para bailar el jazz. El primer
grupo de muchachas toma su lugar mientras todos cantan:)
TODOS: Sí, la estoy regando
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como un idiota,
estoy haciéndolo muy mal.
TODOS: Y si no le gusto,
si no le gusto,
mi estilo no le ha de gustar,
así no puedo ni bailar,
me siento a punto de llo...
(Las luces vuelven a la realidad. El primer grupo de muchachas baila la combinación de jazz. Cuando terminan,
Zack se dirige a Kristine:)
ZACK: La de café! Mucho mejor, pero sigues muy tensa. Tranquila. (El segundo grupo de
muchachas se coloca en posición) Cinco, seis, siete, ocho. (Tricia hace señas desesperadamente a
Zack) ¡Alto!
TRICIA: Como que ya me sé la combinación, pero ¿me puedes poner alguien al frente? Por
Favor!
ZACK: Larry...
TRICIA: Gracias.
ZACK: Siguientes. Cinco, seis, siete, ocho. (Sheila baila frente a Val y Zack le dice:) A un lado... a
un lado! (Sheila no obedece) ¡Alto!... Sheila, hazme un favor. Pásate al fondo. (A Val) Y
tú al frente. (Sheila se molesta y Val se burla de ella, pero ambas obedecen) Otra vez. Cinco,
seis, siete, ocho.
(El grupo baila la combinación. Al llegar a cierto punto Sheila se detiene y deja al grupo. Después regresa y
termina la combinación)
(El segundo grupo de muchachos empieza la combinación. Richie se sale de la fila enfrente de Paul y cae encima
de Zack, que le dice:)
ZACK: Te felicito, pero te quedas en tu lugar sin estarte luciendo. (A Frank:) ¡Y tú, no
veas al piso! Cinco, seis, siete, ocho.
(Terminan la combinación)
TRICIA: En gira.
ZACK: Bien, ahora la eliminación. Conforme los vaya nombrando se ponen en fila. Damas
primero; número 2, 9, 10, 23... (Judy no escucha) ¡23, Judy Turner!
(Se adelantan Diana, Connie, Kristine, Judy, Bibi, Maggie, Sheila y Val. Zack ve a Cassie, se voltea molesto y la
llama:)
ZACK: Cassie... Las demás muchas gracias, lo siento. (Las eliminadas salen por el fondo derecha)
Muchachos... Números 5, 17, 44, 45, 63, 67, 81... y 84.
(Al, Don, Richie, Paul, Mark, Mike, Greg y Bobby forman una fila tras las muchachas)
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ZACK: Los demás gracias, lo siento. (Los eliminados salen) Larry...
(El grupo se desbanda para ir a sus maletas y buscar las fotos. Mientras...)
(Los bailarines han tomado su posición en la línea blanca pintada en el suelo. Enseñan su foto por delante de su
cara)
Y ¿qué me va a pedir?
O ¿qué actitud fingir?
¿Con cuanta gente he venido a competir
por un lugar y entonces trabajar?
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SHEILA: ¡Perfecto!
JUDY: Perdón... ¿A fuerza hay que contestar? Digo, no es muy cortés preguntar su edad
a las damas.
ZACK: Aquí no cuenta el ser cortés. Aquí lo que cuenta es tu edad y yo quiero saber
cuantos años tienes. Uno por uno en la línea; empezamos por el primero de la
derecha.
(La línea mira a Don. Él se les queda viendo un momento, luego voltea a Zack)
DON: (Da un paso al frente) Mi nombre verdadero es Don Kerr. Nací en Kansas City,
Kansas, el 20 de octubre de 1976.
ZACK: Siguiente.
ZACK: No se oye.
MAGGIE: (Grita) Maggie Winslow! A veces me llamo Margaret, Margie o Peggy... En fin, así
me llamo y nací en San Mateo, California un jueves por la noche a los veinte para
las once, el 17 de Agosto de 1977.
MIKE: Me llamo Mike Costa... legalmente Costafalone. Nací en Trenton, Nueva Jersey,
el 9 de julio de 1977. ¡Ah! O sea que tengo 24 años.
ZACK: Siguiente.
CONNIE: Connie Flores. Ahora y siempre Connie Flores. Nací en la ciudad de México.
(Regresa a su lugar)
ZACK: ¿Edad?
BOBBY: (Burlón) Síguele, señorita Flores.
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CONNIE: (Se adelanta dudando) Ah!... El 5 de Diciembre de... el año 3 conejo del calendario
Azteca.
ZACK: Otro.
ZACK: ¡Siguiente!
SHEILA: Soy Sheila Bryant. Originalmente Sara Rosemary Bryant, nombre que detesto.
Nací el 8 de Agosto de 1972 en Colorado Springs, Colorado. Voy a cumplir 30
años muy pronto, (A Val) y que bueno.
BOBBY: Yo me llamo Robert Charles Joseph Henry Mills, Tercero, y no es broma. Nací en
el norte del estado de Nueva York, cerca de Buffalo, en un pueblo de cuyo
nombre... no quiero acordarme. Nací el 15 de Marzo de 1976.
BIBI: Me llamo Bibi Benzenheimer. Sí, ya sé, tengo que cambiar de nombre. Nací el 6
de Junio de 1975. Vengo de Boston... y aquí me tienen.
JUDY: Me llamo Judy Turner, pero mi verdadero nombre es Tina Turner. (Los demás se
burlan) No, no, no, no... siempre he sido Judy Turner. Nací el 21 de Julio de 1976.
Ah! Nací en El Paso... El Paso, Texas.
RICHIE: Me llamo Richie Walters. Nací en Herculanium, Missouri, en una noche de luna
llena, el 13 de Junio de 1974.
ALAN: Gracias.
ZACK: Siguiente.
VAL: Por convenir así a mis intereses, me llamo Valerie Clark. Pero mis papas insisten
en que me llamo Margaret Mary Houlihan. (Al grupo) Para cortarse las venas,
¿no?... (A Zack) Nací en un pueblo rascuache que se llama Arlington, Vermont. Bye,
bye...
ZACK: ¿Edad?
MARK: Ah! Mark Anthony. En realidad Mark Philip Lawrence Tabori. Nací en Tempi,
Arizona y tengo 20 años!
PAUL: Paul San Marco, nombre artístico. Mi nombre verdadero es Efraín Ramírez. Nací
en el Harlem Español, el 22 de Octubre de 1978.
DIANA: ¿Qué puede uno hablar del Bronx? Está pasando “Central Park”... a la derecha.
DIANA: ¿Quién sabe? Tengo ritmo, soy latina, siempre anduve bailando y brincando...
Oiga... ¿Quiere saber si sirvo para actuar? Deme una escena y se la leo, se la
actúo, pero no puedo nada mas hablar. Por favor, estoy nerviosísima.
DIANA: Mire, no me molesta hablar, de veras, pero... es muy difícil ser la primera... Por
favor.
ZACK: Está bien Diana, regresa a la línea. (Diana vuelve a la línea) Antes de seguir bailando,
y vamos a bailar más todavía, hay una cosa que les voy a explicar. Necesito un
grupo fuerte de bailarines, pero también necesito gente que se vea formidable,
Además, hay pequeños papeles que tendrán que actuar los bailarines que
contrate. Ya tengo sus fotos, ya sé en que han trabajado, pero eso no me va
ayudar. Y no quiero darles nada mas a leer unas cuantas líneas. Creo que sería
mejor que yo supiera algo sobre ustedes, sobre su personalidad. Les voy a hacer
algunas preguntas y quiero oírlos hablar. Hagan de cuenta que están en una
entrevista. No quiero que crean que tienen que actuar. Nada mas quiero oír que
dicen y como son ustedes. Y todos tranquilos... lo más que puedan. (Sheila levanta la
mano) ¿Dime Sheila?
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SHEILA: ¿Cuántos necesitas?
MIKE: Estaría tranquilo... si empezara con el primero. (Se adelanta lentamente) Bueno... ¿Qué
quiere que le diga?
MIKE: Ah! Porque mi hermana bailaba. Mi familia es italiana, o sea que es una familia
grande, tengo once hermanos. Yo soy el menor... Fui un accidente. (El grupo se ríe)
¡No, de verdad, de verdad! Mi hermana me lo contó... Mi hermana Liz, la que
bailaba... Empezó a tomar clases de baile, una clase cada ocho días. Mi mamá la
llevaba y yo por gusto las acompañaba.
(Baila)
(Baila)
MIKE: Bueno... claro que me molestaba que me llamaran “la taconcitos”. ¡Sólo por dos
mugres clases que tomé! ¡¡Estuve a punto de partirle la ma...!!
BOBBY: (Da un paso al frente) Bueno, la verdad no me explico por que me ha ido tan
divinamente. A los cinco años, jugando al mecánico, me puse a cambiar una llanta
y se me cayó el coche encima de la cabeza.
GREG: No exageres.
BOBBY: No, no, no, ahí te voy, ahí te voy. ‘Ora veras... ¿Cuento todas las maravillas y
prodigios que me han pasado en la vida, o les cuento la verdad?
BOBBY: Bueno, para empezar les diré que mi familia es de clase semi media alta, o media
semi clase. Gente muy de su casa. Yo nunca supe si éramos de la alta o qué, pero
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eso si, éramos unos hígados. Teníamos dinero, pero ninguna categoría; ya sabes,
muebles dorados con rojo por todas partes. En fin, mi mamá siempre estaba
jugando canasta con sus amigas, mejor dicho, siempre estaba haciéndole trampa
a sus amigas. Mi papá era gerente de una compañía y a cada rato se iba a sus
convenciones, bueno, borracheras. En la oficina preferían que anduviera de viaje
a que se cayera de borracho. Ahhh! Pero el complicado no era mi papá, el
complicado era yo.
BOBBY: Complicadísimo. Una época me dio por hacer comedias musicales en el garaje,
obras muy escabrosas. Una vez estábamos haciendo Frankenstein, en versión
musical, y le eché a un compañero spray de plata por todo el cuerpo... Se lo
tuvieron que llevar al hospital, porque le dio la cosa esa... ¿Cómo se llama?...
Cuando se le cierran a uno los poros y no puede respirar... Bueno, no se murió,
porque afortunadamente no le pinté las plantas de las patas... “Y”...
(Cambio de luces. Bobby continúa contando su historia en “mímica”, mientras un seguidor ilumina a Don, que
canta:)
DON: “Y”
¿Cómo saber,
cómo saber
qué me va a preguntar?
¿Qué le voy a inventar?
Voy a ver que le cuento.
¿Qué le diré?
¿Qué le diré?
¿Cuento mi niñez?
Ahí viene ya otra vez...
MAGGIE, GREG,
BIBI, PAUL, VAL,
RICHIE: ¿Qué le diré?
¿Cómo decirle?
VAL: “Y”
Pobre de mí,
pobre de mí,
murieron mis papas,
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piojos además,
y luego me violaron.
¿Qué inventaré?
¿Qué inventaré?
¿Qué le puedo poner,
si no me va a creer?
DON, CONNIE,
MIKE, SHEILA,
VAL, DIANA,
RICHIE: ¿Qué le diré?
¿Cómo le cuento?
BOBBY: ¿Escuela? ¿Le cuento de mi escuela? Una mugre escuela de gobierno. Era yo el
puerquito de todo el mundo, puerquito de los alumnos y puerquito de los
maestros. ¡Ah! Y odiaba el deporte con toda mi alma, y allí el deporte era lo
máximo. Digo, el paraíso de los machos. Solo que yo nunca funcioné en ningún
equipo. Y es que para cachar una pelota, yo ni con Cola Loca. Mi papá había sido
campeón de fútbol americano, y le daba yo tanta vergüenza, que no sabía que
inventarle a sus amigos sobre mí. Les inventó que yo había tenido polio, y cada
día de su santo, de regalo, me ponía a caminar con la pata chueca... “Y”...
JUDY: “Y”
No puedo más,
no puedo más,
ya no sé que pensar.
¿Qué me va a preguntar?
Me muero de los nervios.
¿Quién me besó?
¿Cuándo pasó?
¿En dónde vives tú?
¿Y cuanto mido yo?
¿Qué le diré?
VAL, RICHIE,
MAGGIE, JUDY,
CONNIE, DIANA: ¿Cómo les cuento?
JUDY: Y...
CONNIE: Y...
RICHIE: Y...
VAL: Y...
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ZACK: Sí.
SHEILA: Por supuesto. (Se adelanta) ¿Qué quieres que te diga primero?
SHEILA: Porque... pues antes, yo quería ser “prima ballerina”... (Hace un gesto) ¡Ay esa luz!
¿Qué color es ese? ¿No hay nada mas suave?
SHEILA: Bueno... Como te iba diciendo, yo quería ser bailarina de ballet, porque mi mamá
bailaba ballet, hasta que mi papá se lo prohibió...
SHEILA: Que los otros once signos del Zodiaco tienen que tratarme con mucha
precaución... Soy una mujer muy fuerte.
ZACK: Demasiado.
ZACK: Tu papá.
SHEILA: Él.
ZACK: Tu mamá...
SHEILA: Pero quería ser bailarina y la becaron muchas veces y esas cosas. Luego se casó y
por culpa de mi papá tuvo que dejar el baile. Terrible, ¿no? Después tuvo una hija
maravillosa, yo, y la fue convirtiendo en lo que ella siempre había querido ser. Y
lo fue haciendo de una manera fantástica. ¿Quieres que te la cuente?
SHEILA: (Coqueta se suelta el pelo) Es lo que estaba tratando de hacer. (Se sacude la cabeza)
¿Mejor?
SHEILA: Ah si…Lo que hizo. Pues…para empezar, me llevó a todos los ballets, y luego me
regalo sus zapatillas, que yo usaba para correr de puntitas por las banquetas.
SHEILA: ¡Ay, a los cinco años niña!... Un día, me llevó a ver una película, “Las Zapatillas
Rojas”, y se me metió en la cabeza ser esa señora, la bailarina pelirroja. Y cuando
mi mamá se dio cuenta de que yo estaba decidida a bailar, me dijo: “No puedes
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bailar hasta que tengas más edad”. Yo apenas tenia seis años y dije: “Es que
tengo que bailar”. (A Bobby en secreto) Todo se valía con tal de salirme de la casa.
ZACK: ¿Qué?
SHEILA: Ay! Dije que todo se valía con tal de salirme de casa.
La...
MAGGIE, BIBI,
SHEILA: Sube y sube por las escaleras
y una voz que nos da un compás.
Sube y sube por las escaleras.
MAGGIE: Realmente mis papás en nada se ponían de acuerdo. O sea que yo nací para salvar
el matrimonio, pero cuando mi papá fue a recoger a mi mamá al hospital le dijo:
“Fíjate que yo pensé que esto iba a servir de algo, pero se me hace que siempre
no”. De todos modos, yo me daba la gran vida en mis fantasías. Me ponía a bailar
por toda la sala con los brazos extendidos. Me imaginaba a mi papá era un jefe
apache, que me preguntaba: “Maggie, ¿quieres bailar?” Y le decía: “Papi, me
encantaría bailar”.
(Bailan)
MAGGIE, BIBI,
SHEILA: La vida más bonita es de bailarina,...
ZACK: Kristine.
KRISTINE: Bueno... pues, dicen que yo de chiquita nada mas prendían el radio y luego luego
me paraba a bailar. Y, este... Ah, un señor llegó a mi casa... de los que venden...
este... Ay, eran de esos, este...
KRISTINE: ¡Ah sí! Cursos de baile. Ah, y para vender, era genial... no se me olvida... Hizo que
me recargara en la tele, una de esas grandotas y cuadradas. Entonces me volteó,
me agarró el pie y me lo plantó en la nuca, y dijo: “Esta niña tiene madera de
estrella”. Bueno... no sé si fue por la cara que puse, o que yo no me zafaba de la
pierna de este señor, pero mi mamá te puede decir lo importante que fue. Es que,
no me perdía ni un solo baile que saliera en la televisión, sobre todo... Ay Dios!...
Todos los domingos... era este...
ALAN: Ed Sullivan.
KRISTINE: Eso, Ed Sullivan, domingo a domingo, como ir a misa. Y... este... ¡Ay Dios! ¿De que
estaba yo hablando?
ALAN: Ed Sullivan...
KRISTINE: No...no...decía que.... ¡Ah sí! ¡Ed Sullivan!...Ay perdón, es que palabra que estoy
bien nerviosa.
KRISTINE: Es cierto. Pero en fin, siempre supe lo que quería hacer. Yo quería ser como de
película. Sólo que, es muy chistoso, porque nunca quise ser Liza Minnelli, no... Yo
quería ser Olivia Newton John. Lo único malo es que yo tenía un pequeño...
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KRISTINE ALAN
Si pudiera yo cantar,
solo sé desafinar,
es que no puedo can tar,
Como no sé distinguir
un tono bajo de uno alto,
no la hago de soprano,
ni de tiple, ni con tralto.
Y permítanme de cir
no me vayan a pe dir
que les cante una can ción.
ALAN: Un ratón.
KRISTINE: ALAN:
En cambio,
nunca me ha fallado mi vo lumen,
como lo saben
los que a veces me pre... sumen.
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Y,
si la obra es musi cal
nunca he quedado mal
porque sé muy bien bai lar.
Y en las fiestas
cuando alguien dice:
TODOS: A cantar.
KRISTINE: ALAN:
TODOS: Do, re, mi, fa, sol, la, si, do, do, re, mi, fa, sol, la, si, do. La...
TODOS: La...
TODOS: La... la... la... la... la... la... la... la...la... la...
TODOS: ¡La!
ZACK: Bien, Al y Kristine, a la línea... (Alan y Kristine se forman otra vez) Mark...
MARK: (Al grupo) Bueno, se me hace que casi todos ustedes ya sabían desde un principio
lo que querían. Yo... no. Era un niño común y corriente... Un día... Bueno, mi papá
tenía una biblioteca fabulosa en un cuarto de atrás de la casa... y cuando yo tenía
como... once años creo, descubrí un libro para médicos; con ilustraciones de
anatomía, desnudos de hombre y desnudos de mujer. Bueno, me pareció de lo más
interesante, y lo leía yo a cada rato.
DON: De repente...
ALAN: La niñez...
VAL: A dudar!
GREG: A luchar!
RICHIE: Un revés!
MAGGIE: Un traspiés!
+DON, CONNIE,
BOBBY: ... y crecer...
Me falta experiencia,
me sobra después,...
Y llegó
de repente
el amor.
MARK: No, decía que había que tomar penicilina, estrepto... quién sabe que, pero para
conseguirla tenía yo que contárselo a alguien...
Me pongo a tomar mis vasos de agua;
los conté, pasaron de veintitrés.
Por veinte días, ¡casi me ahogo! Finalmente me fui a confesar y le dije al padre
que tenía... ¡gonorrea! Bueno, el también se espantó...
“Cediste a la tentación.”
Al contrario, ¡al contrario!
“Pues no puede ser gonorrea."
Le dije lo que decía el libro de las descargas lechosas y me explicó todo muy
bien... Es la única vez que la iglesia me ha sacado de apuros. Bueno, yo...
... no crecí,
no crecí,
Pero no me di por vencida.
Horas colgada en la barra pase,
me estiraba, no crecía, ¡nada, nada!
PAUL: Secreto,
Mi vida es un secreto.
MIKE: Nada mas por pedito que se me escapó, y me llamaron “el apestoso” por tres
años... ¡¡Bah!!
TODOS: Se acabó,
la niñez
se acabó.
TODOS: Oh!
Ya se fue,
ya pasó.
TODOS: Hora es
de cambiar.
SHEILA: ¡Sorpresa!
CONNIE: Y así, lo único que crecía en mí era el deseo. Como nunca voy a ser Alicia Alonso,
nada mas un tapón de alberca, pero de puntitas. Esa es la bronca, mi tamaño. ¡Y
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sigue siendo, caramba! En el último “show” tenía yo 23 años y me dieron el papel
de una chamaquita de 14!
CONNIE: O.K., O.K., pero no se me notan; así que me vale, porque nunca me ha faltado
trabajo.
A los cinco baile “El Rey y Yo”,
sí señor,
no pare de trabajar.
En el baile sí estoy,
estoy...
DIANA: Estoy... muy emocionada porque voy a tomar clases de actuación en la Academia
de las Artes. ¡Es que me moría de ganas de ser actriz! ¡En serio! En fin, es el
primer día de clases y estamos en el salón, y el profesor... ¡Ay, el profesor!... En
fin, nos sube al escenario, con las piernas entrelazadas como cebollitas, uno
atrás de otro dice: “O.K... vamos a hacer improvisación. A ver, todos en un trineo,
está nevando y hace frío... O.K.... ¡Ya!
Contesto... “¡Nada!
No siento nada.”
Me dice: “¿Nada?
No sirves para actuar.”
No siento nada,
y solo siento
las pendejadas que me dice el profesor.
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Pero pensé: “Estás en la primer semana, puede que sea hereditario. ¡No hay
trineos en San Juan!”
Me regañaron
y se burlaron,
gritaron: “¡Nada!
No sirves para actuar.”
Y me pusieron
como camote,
y entonces sí me dieron
ganas de llorar.
La clase es nada,
no enseñan nada,
y te conviene
cambiar de profesor.
Tienes talento,
no te hagas bolas,
y necesitas
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otra clase de actuación.
DON: ... cuando cumplí quince años, me aumenté la edad para entrar a la A.G.B.A. ¿Me
explico? Al sindicato de músicos, o sea...
... el sindicato
para bailar diario en un cabaret
y andar en giras
por toda la provincia.
Y trabajé dos meses
seguidos con
una encueratriz,
y no te imaginas.
Se llamaba “Lola Lanótas, y sus dinámicas tetótas.” ¡Talla cuarenta y cuatro!
Bueno, yo le gustaba mucho, solo había un camerino y la muchacha tenía que
cambiarse muchas veces de ropa.
Me pasaba a recoger
en un convertible.
Los vecinos en las ventanas espiaban
para vernos juntos en el Cadillac,
a todo dar
los dos...
(Cambio de luces)
TODOS: La niñez
ya se fue,
ya pasó.
ALAN: ¡A lavar!
MAGGIE: Ay mamacita,
la vida sin ti
no es vida, regresa por mí.
GREG: ... lo peor en la escuela era cada vez que la maestra decía: “A ver, tú”... Erección,
erección. ¡En serio! Tenía que recargarme en el pupitre así. Y la maestra me
decía: “¡Tú de pie!” No puedo, me duele una... costilla. “¡Tú de pie!”... Y en el
corredor; tenía que caminar así... con mis libros... tapando así todo el problemón...
MIKE: Mira, yo creía que era el único, y pensé que era un maniático sexual.
BOBBY: Yo también lo creía... Digo, fue una erección como de tres años...
GREG: ¡Y el camión! El camión era lo peor... Nada mas veía pasar un camión y... ¡zumbale!
Y luego hubo aquella vez en que estaba fajando en el asiento de atrás con Sally
Ketchum. Nos estábamos besando, y yo... agarrándole las chichitas, y agarrándole
las chichitas. Y después de una hora más o menos, ella dijo: “Uy, uy, uy, uy. ¿Eso
es todo lo que quieres tentar?” Y de pronto pensé: “Sí, no quiero tentar nada
mas...”
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GREG: Supongo que sí. Fue cuando me di cuenta que yo era homosexual, y me sentí muy
mal, porque entonces creía que ser “gay” significaba ser un desempleado el resto
de mi existencia, y dije... ¡Ay! ¿De que les voy a presumir?... Entonces me
encantaba la ropa. Tenía unos pantalones de gabardina azul claro y rosa...
TODOS: A vivir,
la niñez
se acabó.
ALAN: A madrugar
para estudiar.
¿Con quién anda tu novia hoy?
DON: Me lo compré,
mi primer coche.
TODOS: La niñez
ya se fue,
ya pasó.
MIKE: ¡Postizos!
VAL: ¡Chin...
nunca éstos pinches senos me van a crecer!
TODOS: Hora es
de cambiar...
ALAN: Un accidente,
Eddie murió.
TODOS: …y cre…
GREG, KRISTINE,
JUDY, RICHIE: La adolescencia llegó.
La adolescencia llegó.
La adolescencia llegó... (7)
VAL, BIBI,
DIANA: ¿Cuándo y por qué se acabó?
¿Cuándo y por qué se acabó?
¿Cuándo y por qué se acabó?... (6)
DON, MIKE,
BOBBY: Secundaria y luego prepa.
Secundaria y luego prepa.
Secundaria y luego prepa... (5)
AL, SHEILA,
MAGGIE: Doce, trece y cumples quince.
Doce, trece y cumples quince.
Doce, trece y cumples quince... (4)
MARK, CASSIE,
CONNIE, PAUL: Diecisiete voy a cumplir.
Diecisiete voy a cumplir.
Diecisiete voy a cumplir... (3)
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TODOS: ¡Ándale!
Me agarró,
pero no
sé qué hacer.
Y llegó
de repente
el amor.
(Coreografía. El grupo termina amontonado en el centro del escenario. De repente ellos se desatan en un montaje
de actitudes, cada quién con su historia. Enseguida se dividen en dos grupos, a derecha e izquierda. Richie se queda
sólo en el centro).
Viene el balón,
viene el balón,
viene el balón, ¡yea!
TODOS: Y se fue
RICHIE: ¡Chin!
RICHIE: Caray.
RICHIE: Caray.
RICHIE: ¡Caray!
¿Qué esperas?
¿Qué esperas?...(6)
(La línea se vuelve a formar y regresan las luces a la realidad. Después de una pausa, Val se adelanta y comienza a
hablar. Para éste momento, ya contó parte de su historia)
VAL: Total, al día siguiente en que cumplí dieciocho años, le di un beso de despedida a
mis papás. Me subí a un autobús “Greyhound” directo a Nueva York. ¡Mmmm!
¿Muy señorita ven que abordo el medio, eh? Porque yo quería ser una de las
“Rockettes”.
Pero eso sí, hay una cosa que quiero aclarar. Yo nunca oí hablar de “Las
Zapatillas Rojas”, nunca vi “Las Zapatillas Rojas”. Es más, a mí que me importan
las pinches “Zapatillas Rojas”.
Decidí ser una “Rockette” porque una muchacha de mi pueblo, Louella Heiner, se
salió del pueblo y logró llegar a Nueva York. Y ella sí era “Rockette”. Bueno, ella
regresó de visita una Navidad y le organizaron un desfile de homenaje... ¿Un
desfile? ¡Qué poca madre, ¿no?! Dos horas lloviendo y yo dándole con el pinche
bastoncito. La mala pata fue que alguien se la echó al plato en plena Navidad y la
dejaron como piñata. ¡Feliz Navidad! Ya nunca pudo volver a Nueva York, que era
donde yo tenía bien puesto el ojo. ¡Nueva York, ahí te voy!
Ay, sólo que yo tenía un pequeño problema... o sea,... era fea, ¡fea con ganas! Yo
era flaca, fea, formalita, desabrida y plana como “Hot Cake”. ¿Se lo imaginan? En
fin, me bajé del camión con mis zapatitos todos blancos, mis medias todas
blancas, mi vestidito todo blanco, mi carita toda fea y mi larga cabellera rubia,
que entonces todavía era natural... ¡Carajo, parecía yo una pinche enfermera! Con
ochenta y siete dólares en la bolsa y siete años de clases de tap y acrobacia. Yo
sabía hacer “splits” de ciento ochenta grados y todavía acabar bailando tap a
ritmo de telegrafista. Bueno, con tanto talento, lo menos que me podía pasar era
que el alcalde de la ciudad me estuviera esperando en la terminal. Pero, ¿qué
creen? Tuve que esperar seis meses para mi primera audición. Bueno, finalmente
¡el gran día llegó! Me presenté en el teatro con mis taps de charol rojo. Les hice
mi numerito de tap, y viene un señor y me dice: “¿Sabes hacer “fankick’s”?”...
¡Pero por supuesto! ¿Cómo no voy a saber alzar la pata hasta acá?... Pero no lo vi
muy contento. Es que, claro, no es que no le gustaran mis “fankick’s”, la que no le
gusté, fui yo. Así que me dije:... “¡Pinche Radio City”, pinches “Rockettes”! ¡Yo me
voy a bailar a Broadway!” ¡Y en Broadway... de vuelta a lo mismo. En todas las
audiciones yo bailaba como las más fregonas, y al rato me mandaban a volar como
a cualquier chambona. Pero, un buen día, me cayó el veinte. Es que ciega, yo no
estaba... (Mira a Sheila) Me fijé en lo que contrataban. También me agencié la
tarjeta en que me calificaron, después de una audición. Bueno, descubrí que mis
calificaciones decían: “En baile diez, en cuerpo... ¡tres!” ¡Qué tal!
Las de atrás,
y las de adelante más.
Por delante y por detrás
operándome,
mejorándome
Las de atrás,
y las de adelante más.
¡De repente puedo trabajar!
Ponte más
aquí y atrás,
y ¿quién da más?
Yo era plana,
no había quién me echara un lazo,
con mi cara de pambazo
¡No les gusté, no les gusté!
Ahora en cambio
¿qué tal, que tal?
Ni la Miss Universo
puede ponérseme al tú por tú.
Pues...
las de atrás,
y las de adelante más,
cada par en su lugar,
nuevecitas
y redonditas, ¡sí!
Además,
con poquito silicón,
mis maracas ya puedo menear.
Ponte más
aquí y atrás,
y ¿quién da más?
VAL: Ya te oí, perra. Pero no son como las tuyas, las mías me las hicieron en
proporción.
Sin problemas
puedo asegurar,
toma un taxi,
te vas directo al doctor
que pueda operar...
... de
las de atrás,
y las de adelante más.
Todo mundo quiere ver
cuanto vales tú,
cuanto enseñas tú.
Quieran más,
hazme caso, ya verás,
productores, novios y demás...
Ponte más,
aquí y atrás,
y ya verás.
ZACK: A ver Paul, tienes que haber hecho algo... ¿Cuántos años tenías cuando empezaste
a bailar?
PAUL: Dieciséis...
ZACK: Bueno, ¿qué hiciste antes de cumplir dieciséis años? Por ejemplo, ¿cómo era tu
familia?
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PAUL: Nos queríamos mucho...
PAUL: Éste... dos hermanas. Una se murió cuando yo tenía catorce años.
PAUL: Yo, éste... La verdad, de eso no quiero hablar. Mejor dicho... ¿por qué tengo que
hablar de eso?
ZACK: Está bien, descanso para todos. Pueden salir al pasillo... Paul, continuamos
después tú y yo... (Poco a poco salen todos, pero antes de que salga Cassie...) Cassie... tú no te
vayas.
CASSIE: Mira Zack, me encantaría tener un papel, claro; pero está bien lo que me des.
ZACK: Tu crédito en la cartelera, mutis con aplausos; tu carrera iba bien aquí en Nueva
York.
CASSIE: ¡No tengo trabajo, Zack!... ¡Ay! Estás igual que todos mis amigos, mis
“admiradores”. Se portan como si yo fuera una estrella y no me diera cuenta,
cuando la verdad es que nunca he estado cerca de ser estrella, y nadie tiene los
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pantalones para decírmelo. Bueno, ojalá fuera yo estrella... pero no lo soy, Yo soy
bailarina.
ZACK: Está bien, estás pasando por una mala racha, como cualquiera. Ya cambiará.
CASSIE: Eso es lo que yo todo el tiempo me decía en Hollywood, una y otra vez... ¿Y qué
pasó? Nada. No soy actriz.
ZACK: ¡¿Qué?!
CASSIE: ¡No puedo actuar! Pero ahí andaba yo en California, supuestamente de actriz. Y
no me llevó mucho tiempo descubrir que no puedo actuar... A Hollywood tampoco
le llevó tiempo averiguarlo.
CASSIE: Claro... Una porquería de papel en una película que ni fu, ni fa; papel que acabaron
por cortar, a Dios gracias... “Chica a Go-Go” en un programa especial... ¡Ah! Me
probaron de modelo para un comercial de papel higiénico, pero me descalificaron
al final, porque no lo supe acariciar con cuidado. ¿Qué te parece? Diecisiete años
en el ambiente y me reprueban porque no sé acariciar rollos de papel higiénico.
También bailé en un comercial vestida de “Curita”, muy divertido... Me tocó un
temblor, tomé muchísimo sol... y seguramente te contaron que...
CASSIE: Bueno... pues, cuando a una le sobra el tiempo, ¿qué otra cosa te queda mas que
alocarte y soltarte un poco el pelo? No te cuento lo que engordé, lo que me
angustié. Por eso regresé a Nueva York y por eso hoy me ves aquí... Zack,
cariño... gatito, necesito trabajo.
ZACK: No.
CASSIE: Bueno, eso ya es algo... Date cuenta Zack. Hace dos años que no trabajo en mi
trabajo. No tengo otra alternativa. Por eso me regreso a la línea... (Se acerca a la
línea blanca del piso y la señala) Sí, me regreso a tu línea. ¡Me niego a ser mesera, y
sobre todas las cosas, me niego a dar clases de baile mientras yo pueda seguir
bailando...
¡Ésta es mi vida
el baile es baile!
Yo necesito tu ayuda
para volver a empezar,
para sentir que ya viene el estreno,
la orquesta que empieza a tocar.
(Baila)
Ponme los pasos,
ponme los pasos,
ponme los pasos,
dame la oportunidad.
Solo pido música, los espejos
y los pasos, y poder bailar...
(Baila. Al terminar...)
CASSIE: ¡Sí!
CASSIE: ¡Pero por supuesto! ¿Para qué otra cosa estamos aquí? Eso es de lo que se trata,
¿no? ¡De trabajo, Zack! Por eso hoy estoy aquí... por un trabajo!
ZACK: Pues no debiste haber venido. Estás en donde no debes... Cassie, no eres una
bailarina del montón, ¡no sabes ser del montón!
CASSIE: Pero fui del montón hace años y puedo volver a serlo otra vez. ¿Ni siquiera me
dejas? Por favor, por lo menos dame la oportunidad.
(Entra Larry)
ZACK: Uh, no... No, váyanse abajo y que se aprendan la letra de la canción. (Larry empieza
el mutis) Ah! Y mándame a Paul. (Larry hace mutis. Después de un momento, a Cassie) Está
bien, ve con Larry y apréndete la letra.
(Cassie hace mutis. Después de una pausa entra Paul, inseguro, y se queda al fondo)
ZACK: Sí, Paul... Mira, me gusta mucho como bailas y... (Paul se apena y encoge los hombros) No,
de veras; por eso quiero platicar contigo. Lo primero, si te vas a cambiar el
nombre, ¿por qué te quitas el puertorriqueño y te pones un italiano?
PAUL: Por mi tipo... La gente me dice: “Tú no eres de Puerto Rico, no es cierto.” Pero si
soy.
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ZACK: ¿Y se te hace que pareces Italiano?
PAUL: No, pues... es que... nada mas son ganas de ser otro, y me puse Paul San Marco.
ZACK: ¿Y quién sí? Pero eso es lo que la palabra significa, Paul. “Pasado”, que ya pasó.
PAUL: No, ¿qué saben de teatro los puertorriqueños? Nada. Ahora tienen el canal
cuarenta y siete, pero antes no tenían nada. Pero mi papá le encantaba el cine, y
nos llevaba muy seguido. Salía tarde de trabajar y llegaba a casa, y nos llevaba a
la calle Cuarenta y dos, y nos metíamos a un cine tras otro a ver películas. No sé
por qué, pero siempre me encantaron las musicales.
PAUL: Tenía que sentarme adelante, porque no veía bien. Ahora traigo lentes de
contacto... Me pasaba hasta adelante, y estos hombres extraños llegaban... y se
sentaban junto a mí... y me fajaban... Nunca se lo conté a nadie porque... bueno,
supongo que no importaba...
ZACK: Mira Paul, si estás sufriendo, ya tengo tu fotografía y tus datos... Si te necesito
yo...
PAUL: ¡¡No!! Ah... (Avanza hacia proscenio) O.K.... De tanto ver películas musicales, me dio
por bailar en plena calle y me cachaban todo el tiempo. ¡Vamos, me moría de la
pena! Yo siempre era la bailarina Cyd Charisse... siempre. Lo que en realidad no
entiendo, porque yo siempre quise ser actor. Digo, siempre quise estar en un
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escenario... Una vez mi prima me dijo: “Jamás vas a ser actor”, y sabía que me lo
estaba diciendo porque yo era muy... mariquita. Mejor dicho, era muy, muy
afeminado... Siempre había sabido que era “gay”, pero nunca me molestó. Lo
molesto, era no saber portarme como los hombres. Un día, me vi la figura en el
espejo y dije: “Tienes catorce años y eres un maricón. ¿Qué vas a hacer de tu
vida?”. Para entonces ya estaba yo en la secundaria. Una escuela de tres mil
alumnos. Desambientado, desprotegido, sin amigos a quién hacer reír con mis
chistes, para que dieran la cara por mí, como cuando estaba en escuelas más
chicas. A mí si me gustaba la escuela, pero empecé a sacar muy malas
calificaciones. Ni cuando sabía la respuesta levantaba la mano, porque me daba
miedo que se rieran de mí. Hasta me chiflaban en los pasillos. Feo... muy feo...
Total, un día fui a la oficina del director y le dije: “Soy homosexual”. Era una
secundaria católica, y a los quince años, esas cosas nomas no se decían. Dijo el
director: “¿Quieres ver a un psicólogo?”…y lo vi. Y me dijo: “Creo que estás muy
bien adaptado para tu edad y te aconsejo que te salgas de la escuela”. Y…me salí.
Pero no quería realmente, lo que estaba era harto. Al salirme de la escuela, lo
hice para tratar de saber quién era yo y aprender a ser hombre. Ya ves cuantos
hay en este mundo que no saben ser hombres. Y desde entonces descubrí... que
yo lo soy. Yo estaba en un error; había querido volverme un macho. En fin,
empecé a rondar por la calle Setenta y dos, y a conocer a todos éstos tipos de lo
más raros, con tal de conocer a otros como yo y poder así entender que me
pasaba. Alguien me dijo que estaban buscando bailarines para la revista del
“Jewel Box”, la de los transvestistas... ya sabes. O sea, que me presento en la
audición. Bien, de tantos años de fingir que era yo bailarina, mis piernas tenían
una extensión increíble. Es decir, podía yo girar y hacer cualquier cosa en la
primera audición. Pero me dijeron: “Te falta estatura para ser un señor; ¿no
quieres ser “pony”?”. Yo dije: “¿Cómo “pony”?”, “Una chava”, me dijeron; “¿Qué
tengo que hacer?”, “Déjanos ver tus piernas”, “Pero, las tengo velludas”, “No le
hace. Ven vamos arriba”. Así que subí, y me arremangaron los pantalones, me
pusieron medias de nylon y tacones... Me frikearon, muy feo... Y luego me llevaron
otra vez al piso de abajo y me dijeron: “¡Ay que piernas, oye! ¡Fabulosas!.” Yo
dije: “¿De veras?... Me alegro”... ¡Qué raro pensar en todo esto! ¿Cuánto hace que
fue? Toda una vida. Estaba cumpliendo los dieciséis. En fin, luego vino el
problema de ver que no se enteraran mis papás. ¡Que problema! Por todas las
cosas que tenía que comprar; zapatos para ensayar, aretes, maquillaje. Y por más
que escondía todas estas cosas, mi mamá las encontraba. Le decía que en la obra
salía una amiga y que no quería que su mamá lo supiera, y que yo le guardaba sus
cosas. Me la creyó... Total, por fin iba yo a debutar; en un teatro de mierda, pero
iba yo a trabajar... No era la envidia de nadie. Amigos sí tenía... pero con el
tiempo, resulto humillante. Nadie en la compañía se daba a respetar y casi a
todos les daba vergüenza. Se veían a sí mismos como fenómenos. Quien sabe, se
me hace que la falta de respeto fue lo que no aguanté... y me fui. Anduve de aquí
para allá por algún tiempo, trabajando en oficinas y de mesero. Pero sin estudiar,
no se consigue una buena chamba. Por eso, cuando me pidieron que volviera a la
compañía, volví. Estábamos trabajando en el cine Apolo, en la calle Veintidós.
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Cuatro funciones al día con todo y película,... de plano de carpa. Nos mandaron de
gira. Mis papás querían despedirse y me iban a traer el equipaje al teatro al
acabar la función. Resulta que estábamos haciendo un cuadro de orientales y yo
salía vestido de china, con dos crisantemos grandotes, uno en cada oreja, y un
tocado enorme con bolas doradas por todos lados. Yo iba del camerino al
escenario para el cuadro final y al bajar... a quién veo en la entrada de artistas...
A mis papás. Se les había hecho temprano. Me frikie. No sabía que hacer. Me
dije: “Ya sé, voy a pasar delante de ellos como si nada. No me van a reconocer”.
Respire hondo y comencé a bajar las escaleras. Y justo al pasar frente a mi
mamá, oí que decía: “¡Ay Dios!”. Yo...me quería morir. Pero ¿qué me quedaba?
Tenía que salir a dar las gracias, y me seguí de frente. Terminó la función y volví
al camerino, y al acabar de vestirme y desmaquillarme, bajé otra vez... Y mis
papás seguían parados en el mismo lugar, rodeados de mis... Bueno, nada mas me
dijeron: “Escríbenos, come bien y cuídate mucho”. Y justo antes de salir mi papá
le dijo al productor: “Le encargo mucho... a mi hijo”... La primera vez que dijo...
esa... palabra...
(Al llegar a este punto, el llanto no lo deja continuar. Después de un momento, Zack sube al escenario y lo abraza
para consolarlo. Entra Larry)
(Zack lo detiene con un ademán y habla con Paul en voz baja. Luego, Zack baja la mano y le dice a Larry:)
LARRY: (Grita hacia fuera del escenario) ¡Bien muchachos, ya pueden pasar!
ZACK: Larry, trae los sombreros.
(Larry sale mientras los demás, con excepción de Cassie, comienzan a entrar. Vienen en grupos, repasando la letra
de la canción, practicando la coreografía o haciendo comentarios. Después de un momento, entra Larry con una
caja de sombreros y se dirige al grupo:)
(Todos escogen un sombrero y se lo prueban. Cassie entra cuando comienza a hablar Zack)
(Las muchachas se preparan para bailar la combinación. Cassie se da cuenta de que las demás traen sombrero)
BOBBY: Cassie. (Le da su sombrero a Cassie y después toma el que trae Larry)
(Las muchachas bailan la combinación. Zack las observa y corrige los errores)
MUJERES: Un...
(Terminan la combinación)
HOMBRES: Por...
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,...
ZACK: ¡Me estás echando a perder la combinación, Cassie! Estás mal. Fíjate, contrólate.
Sigue como los demás.
(Todos bailan)
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella es y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente,
su canción.
(Zack jala a Cassie, sacándola del grupo. Los demás, junto con Larry, continúan bailando y cantando pero sin
emitir la voz. En algún momento, durante la siguiente conversación, el grupo se congela, y al final de la misma se
descongela, retomando la coreografía)
ZACK: Mi trabajo.
CASSIE: ¡¿Qué?!
ZACK: ¡Carajo Cassie, ¿cómo es posible?! Dejaste el conjunto a los veintidós. ¿A los
treinta y dos para qué quieres regresar?
CASSIE: ¿Cómo que no? Hice lo que me pediste. Me controlé, obedecí, bailé como los
demás.
ZACK: Por eso lo digo. Mira, si quieres la verdad, me sacaste de quicio. ¡No soporto
verte bailar en el coro!
CASSIE: Pues es tu problema. ¿Por qué? Porque tú fuiste el primero que me sacó del
conjunto. ¿Por eso te sientes frustrado?
ZACK: Cassie, eso no es cierto. Tú sabes que no es cierto. Estaba dirigiendo mi primer
obra.
CASSIE: De eso es de lo que estabas enamorado, del único mundo que tiene significado
para ti.
ZACK: Tú sabes lo importante que era para mí. ¡Hombre, dirigir una obra! Sacarla
adelante significaba no estar condenado a inventar pasos de baile el resto de mi
vida.
CASSIE: ¡Ah! Y tú no naciste para una sola cosa. Tenías que ser bueno para todo; dirigir,
ser coreógrafo, musicales, no musicales, cine. Yo sabía que te gustaba trabajar,
pero trabajando se te pasa la mano ¿no crees?
ZACK: Puede que sí... Pero como que a ti no te molestaba si trabajábamos juntos, pero si
trabajábamos separados, entonces...
ZACK: ¿Y qué tiene eso de malo? ¿Qué tiene de malo ser el mejor y ser estrella?
Cuando me fui del coro estaba decidido a ser...
CASSIE: Esa no es una decisión, es una obsesión. Ser bueno, ser el mejor, ser lo máximo.
¡Es horrible, ¿no te das cuenta?! ¿Vas a pasar el resto de tu vida ensayando la
obra que sigue y la que sigue y la que sigue las 24 horas del día? Y sabes que, ni
siquiera lo haces por ti; lo haces por demostrar algo, como yo lo hacía antes.
Porque lo hacía por ti, para complacerte, para que no te fueras, para que
volvieras. Pero ya no quiero demostrar nada. Lo que quiero es hacer lo que amo,
tanto como pueda y todo el tiempo que pueda. Pero al menos ahora lo estoy
haciendo por mí. ¿Por quién lo estás haciendo tú?
(El grupo reinicia la combinación y recobra la voz, intercalando la canción con el diálogo)
ZACK: Yo sí.
CASSIE: Me alegro. O sea que estamos a mano y me vas a tratar como a los demás.
ZACK: (Señalando al grupo) ¿Eso es lo que quieres de mí? ¡¿Es eso realmente lo que quieres
hacer?!
(Los dos miran al grupo, mientras éste recobra “vida”. Aumenta el volumen de la música)
LARRY: (Al grupo) O.K. muchachos, vamos a hacer la rutina de tap. Todos a la derecha, por
favor. Voy a separarlos por parejas... O.K., quiero ver a Richie con Sheila, y a Bibi
bailando con Bobby... No, no, las muchachas de un lado y los muchachos del otro...
Muchachos, un poco atrás... ¿Listos? Cinco, seis, siete, ocho.
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LARRY: (A Sheila) Sheila, ¿por qué tan sería? Sonríe. (Sheila sonríe exageradamente) Sonriendo,
pero no para anunciar pasta de dientes. Quiero sonrisas que digan: “Me encanta
bailar”.
(Termina la combinación)
LARRY: Muy bien gracias. A la izquierda. Ahora quiero ver a Diana con Greg... Valerie y...
Mark. Mark, baila con Val.
LARRY: Muchachos, quédense un poco al fondo... (A Diana) Diana, no oigo tus “taps”.
LARRY: Mike... a Connie... Connie, ¿te estás escondiendo ahí atrás? Ven para acá.
LARRY: Y quiero ver a... Paul... Los demás espérenme. Cinco, seis, siete, ocho.
(Comienzan a bailar)
(Siguen bailando, hasta que Paul se cae durante un giro. Las siguientes frases se dicen al mismo tiempo)
MAGGIE+: ¡Connie!
PAUL: Sí...
CASSIE+: Un médico...
ZACK: ¿Y ahora?
LARRY: Zack, el doctor dijo que sería más rápido si lo mandamos en un taxi al hospital,
en vez de que él venga para acá. Lo va a estar esperando en la puerta de
emergencia.
CASSIE: Yo voy.
ZACK: No.
DON: Yo te ayudo.
ZACK: (Siguiéndolos a la salida) Paul, te veo después... Larry, me llamas del hospital.
(El grupo queda en silencio. Zack recoge la bolsa y se la da a Maggie. Se dirige a su mesa, pero se detiene; voltea,
observa al grupo y finalmente les pregunta:)
BIBI: Te suicidas.
ZACK: No en serio.
RICHIE+: ¡Hombre!
RICHIE: O.K., yo contesto... que esto ya me está asustando. A mí me encanta estar aquí,
pero un buen día me digo: “Richie, tienes ocho años de pasártela bien, pero... ¿a
dónde vas?”.
ALAN: Hay compañeros que cuando se sienten así, se salen rápido del ambiente.
(Todos protestan)
CONNIE+: Es cierto.
BIBI: ¡Ay, por favor!... No empiecen con que el teatro se va a morir, ahora que yo acabo
de empezar.
(Todos protestan)
MIKE: Pero, aunque así fuera, aunque te contrataran para ésta obra... un día se va a
terminar... Todo se acaba, ¿no es cierto?
RICHIE: Luego hay que volver a empezar. Es un rollo que nunca termina, como la cola del
metro. En ésta ambiente, lo único de lo que puedes estar seguro es que mañana
no tendrás trabajo.
JUDY: Pero, ¿no quieren hacer algo más que seguir bailando en el montón?
SHEILA: Ay, ¿quién no? En este país, todo el mundo quiere ser estrella.
DON: Y además...
BOBBY: Bueno, lo siento pero... yo no puedo preocuparme de eso por ahora, porque mis
planes son seguir meneando las piernas mientras pueda y cuando ya no pueda...
bueno, pues simplemente me dedico a otra cosa.
(Todos protestan)
ALAN: No me digas. Hay más actores sin trabajo que bailarines sin trabajo.
(Reacción general)
DIANA: ¡Ay, no sean payasos! ¡El teatro es así, caray! Nadie se mete al teatro para jugar
a la segura. Estamos todos aquí porque queremos, y miren como se portan. Si el
teatro no es nada mas un trabajo cualquiera... al contrario. O sea que todos
ustedes ¿de qué están hablando?
GREG: De la vida... que está canija para todos. Por eso yo no tengo planes, ni
alternativas. Me conformo con irla pasando... y me bastan las preocupaciones de
cada día para hacerme bolas.
DON: Miren, todos nos sentimos de la misma manera y por eso estamos aquí. Pero, yo
tengo una esposa y dos hijos, y por mucho que me guste el baile y el teatro... el
caso es pagar mis deudas y darles escuela a mis hijos. O sea que tengo que ir a
donde haya dinero.
ZACK: Y, ¿qué vas a hacer?
VAL: ¡Yu-juuu!
GREG: Bueno, si tuviéramos todos que escoger otra carrera... A ver, escojan una
carrera... Tú. (Dirigiéndose a Sheila) ¿Qué te gustaría ser cuando seas vieja?
SHEILA: ¡Joven!
CONNIE: Yo si sé lo que voy a hacer. Porque... una noche, la obra que yo este haciendo se
va a terminar y por fin voy a romper con mi dieta. Luego me subiré al coche con
mi marido y nos iremos a nuestro rancho. Y vamos a tener muchos hijos, bailaré
en la cocina, guisaré todos los días y encantada de la vida me dedicaré a echar
panza.
KRISTINE: Me parece muy bien, menos lo de la gordura. Sí, a mí también me gustaría hacer
eso, pero no tan pronto. Nosotros todavía no tenemos un rancho.
CASSIE: Yo tampoco. Ni podría tener otro amor. Mi felicidad está aquí, en el baile y en el
teatro.
SHEILA: Eso es lo que yo decía antes: “No me daré por vencida. Tengo que ser bailarina a
los dieciocho”... Después me di cuenta de que debía estar en las comedias
musicales y me dije: “Muy bien, voy a bailar en el conjunto... pero tengo que
conseguir un papel antes de los veintiuno...”
SHEILA: Correcto. Luego tienes veinticinco y dices: “Sólo dos años más...”. ¡Bueno
demonios, ya tengo treinta! Quiero decir, ¿cuántos años más me quedan como
bailarina del conjunto? ¿Tres? ¿Cuatro si me opero los ojos?... Bueno, ya no
quiero darme plazos... Y últimamente he estado pensando en abrir una escuela de
baile. No sé... ¿Estoy buscando pretextos? ¿Estoy madurando? No sé...
DIANA: ¿Y quién sabe? ¿Quién sabe algo? No te puedes adelantar. Simplemente tendrás
que esperar a ver que pasa.
ZACK: De acuerdo. Pero si hoy fuera el día que tuvieran que dejar de bailar, ¿cómo se
sentirían?
(Todos reflexionan sobre la pregunta. Diana, que está al centro del escenario, comienza a cantar:)
Al decir adiós
pensemos en mañana.
Todo fue por un deber.
Recordar sin rencor
porque di mi amor.
Al decir adiós...
Porque di mi amor.
TODOS: ...mor.
(Uno por uno, se dirigen lentamente a su lugar en la línea. Cuando ésta se acaba de formar, Zack les dice desde su
mesa:)
(Oscuro final)
61
ONE
HOMBRES: Un singular momento
cada obra y cada vez,
en cada movimiento
y siguiendo sus pies.
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su canción.
Y no es nada común,
y al entrar se ve...
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
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pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su canción.
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su can...
su can...
su canción.