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ALFA-LACTALBÚMINA: Es una de las proteínas más abundante del suero lácteo. La alfa –
lactalbúmina interviene en la síntesis de la lactosa. Recordemos que esta proteína es
específica del humano, la proteína predominante en la leche de vaca es la Beta-globulina
bovina, específica para las vacas (esta proteína puede aparecer en el suero de mujeres
que consumen muchos productos lácteos y ha demostrado tener un potencial antigénico
que puede sensibilizar al lactante).
LISOZIMA: Es la enzima más abundante (8% del total de las proteínas del suero). Es capaz
de romper la pared de muchas bacterias. La lisozima humana es antigénica y
serológicamente distinta a la bovina. Esta enzima puede potenciar la acción de los
leucocitos. Es muy escasa en la leche de vaca.
LIPASA ESTIMULADA POR SALES BILIARES: La leche humana contiene una lipasa
estimulada por las sales biliares que complementa la acción de las otras lipasas. Esta lipasa
se activa aún con concentraciones bajas de sales biliares como sucede en el neonato. Los
humanos y los gorilas son las únicas especies que proveen a sus hijos el alimento y la
enzima capaz de digerirlo. También es el factor responsable de la inactivación del parásito
Giardia Lamblia.
CRECIMIENTO DEFICIENTE. En todos los casos el niño no crece en forma adecuada. Si se conoce la
edad, el peso será muy bajo según los estándares normales (por debajo de 60 por ciento o -3 DE
del estándar). En los casos graves la pérdida muscular es obvia: las costillas sobresalen; el
estómago, en contraste con el resto del cuerpo, puede ser protuberante; la cara tiene una
característica simiesca (como un mono); y las extremidades inferiores son muy delgadas. El niño
parece ser sólo piel y huesos. Un caso avanzado de la enfermedad es inconfundible, y una vez que
se ve, jamás se olvida.
EMACIACIÓN. Los músculos siempre se encuentran muy disminuidos. Hay poca grasa subcutánea,
si es que queda algo. La piel cuelga en arrugas, sobre todo alrededor de las nalgas y los muslos.
Cuando se toma la piel entre el índice y el pulgar se nota la ausencia de la capa habitual de tejido
adiposo.
ESTADO DE ALERTA. Los niños con marasmo raramente son desinteresados como los que sufren
kwashiorkor. Los ojos profundamente hundidos les dan una apariencia bastante despierta.
También se puede manifestar en modo menos infeliz e irritable.
APETITO. El niño por lo general tiene buen apetito. En realidad, como cualquier individuo
hambriento, el niño puede ser voraz. Los niños con marasmo a menudo se chupan las manos
violentamente o la ropa o cualquier otra cosa a su alcance. Algunas veces emiten sonidos de
succión.
DIARREA. La materia fecal puede ser suelta, pero no es una característica constante de la
enfermedad. La diarrea de naturaleza infecciosa, como ya se mencionó, puede comúnmente haber
sido un factor precipitante.
ANEMIA. Casi siempre se encuentra anemia.
ULCERACIONES EN LA PIEL. Puede haber úlceras por presión, pero por lo general están sobre las
prominencias óseas, no en áreas de fricción. En contraste con el kwashiorkor, no existe edema y
en el marasmo no hay dermatosis en copos de pintura.
CAMBIOS DEL CABELLO. Puede haber cambios semejantes a los del kwashiorkor. Es más común un
cambio en la textura que en el color.
En contraste con el kwashiorkor de los adultos o el edema causado por hambruna que es poco
predominantes, el equivalente del marasmo nutricional en los adultos es muy común. Las cinco
causas principales son las siguientes.
FALTA DE ALIMENTOS. Cualquier niño mayor o persona adulta cuya dieta sea muy deficiente en
energía desarrollará signos casi exactamente iguales a los del marasmo nutricional, y si la
enfermedad progresa puede con frecuencia llegar a ser fatal. En el caso de las hambrunas, la
condición se puede denominar inanición (véase el Capítulo 24). Las hambrunas y la ausencia grave
de alimentos como consecuencia de guerra, disturbios civiles o desastres naturales (sequías,
inundaciones y terremotos), pueden ocasionar marasmo nutricional en los niños y un estado
similar en los adultos, que ocasiona pérdida de peso, emaciación, diarrea, infecciones, etc.
INFECCIONES. La segunda causa principal de emaciación grave o de MPE grave en los adultos son
las infecciones, sobre todo las infecciones crónicas no tratadas o que son intratables. De éstas, la
más común ahora es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) que resulta de la infección
con el virus humano de inmunodeficiencia (VHI). A medida que la enfermedad progresa se
produce una gran pérdida de peso y emaciación grave. Como se mencionó en el Capítulo 3, en
Uganda se le ha dado al SIDA el nombre «enfermedad del enflaquecimiento» debido a la delgadez
de sus víctimas. La tuberculosis avanzada y muchas otras infecciones crónicas de largo plazo
también ocasionan emaciación y pérdida de peso.
NEOPLASIAS. Otra causa de emaciación en personas de cualquier edad son los procesos malignos
o cáncer de cualquier órgano, una vez que progresa hasta un estado intratable por resección
quirúrgica. La caquexia es una característica de muchos cánceres avanzados.
A´ B
El niño con marasmo es muy delgado principalmente debido a la poca ingesta de proteínas. Los
músculos están atrofiados (debilidad muscular por falta de proteínas) y la grasa subcutánea se ha
consumido, por lo que la piel se arruga y resaltan los huesos, por lo que parece tener mayor edad
de la que realmente tiene. El pelo es escaso.
Un niño con marasmo aparece escuálido y su peso corporal puede reducirse hasta menos del 80%
de su peso normal para su altura.
Estos niños suelen ser irritables y tener hambre. El marasmo comienza en los 12 primeros meses
de vida. Está asociado a enfermedades crónicas y al destete temprano.