Que poco que estamos cuidando

el lugar que todos habitamos,

extinguiendo los peces de mares,
contaminando los manantiales.

La tierra se esta intoxicando,

turbias las aguas en el mar están,
ya el aire tampoco es el mismo,
ha cambiado el paisaje natural.

Son cientos los montes desbastados,

las aguas con desechos industrial,
en el sur se deshielan los glaciares,
y el planeta cansado no da más.

La sociedad se debe despertar,

que no existe la contaminación,
y que la tierra sea un paraíso
no sea fruto de la imaginación

De infinitas cosas bellas

provee la madre tierra,
de las aguas de los ríos,
de los valles y las sierras;
de las plantas, de las flores,
de frondosos verdes bosques,
las especies animales,
las cascadas y los mares.

Pero da tristeza y pena,

el hombre no se da cuenta,
derribando a los árboles
nos destruyen el planeta,
contaminan muchos ríos
y mueren los animales.
Despoblando van la tierra
de todas sus cosas bellas.

Nuestra madre esta llorando,

sus hijos no la respetan,
se escucha el grito del suelo,
clamando que la protejan.
¡Paremos con todo esto,
antes que la tierra muera!
¡Preservemos nuestro ambiente,
cuidemos nuestro planeta!
 MADRE TIERRA

Tierra abrázame necesito tu calor,

El frío, la humedad, tu fuego.
Necesito tu olor ácido, cálido, ígneo.

No me abandones soy tuyo,

Parte de tu esencia, partícula etérea,
Con tu permiso te habito, vivo de ti
Y llegará el día que me sumergiré
En tus cálidas entrañas, cansado
Del continuo peregrinar sin rumbo,
Desnortado, sin aliento, desalentado.

Necesito de tu silencioso lecho,

Para descansar del largo camino
Recorrido, fustigado por le viento,
Por la recia lluvia, el relámpago y el trueno,
De la lucha infligida por la azarosa vida
De quien sueña deseos de riqueza
Partiendo de la más absoluta pobreza.

¡Recuerda¡, nunca será de alta cama

Quien partió de baja cuna.

Autor: José Ángel Miyares Valle

LA MADRE TIERRA

Si la madre tierra hablara

¡seguro que nos diría!
¿Por qué queréis destruirme
si solo os regalo vida?

Os doy, arboles y flores

ríos montes y océanos
las arboledas y flores
las llanuras y los lagos.

Dejo, que el sol os caliente

y un cielo todo estrellado
la luna alumbra la noche
del paraíso soñado.

Animales diferentes
he dejado que crecieran
y aves de mil plumajes
para que todos comieran.
Los mares llené de peces
de mil formas diferentes
hasta puse a las sirenas
para cantarle a las gentes.

Esa gente de la mar

que antaño la respetaba
ahora solo lo esquilma
y lo va dejando sin nada.

Y mi tierra ¡casi estéril!

que pocos la están sembrando
nadie la quiere cuidar
solo la están arrasando.

Habéis quemado los bosques

donde habitaban los duendes
lo estáis destruyendo todo
¡no queda bicho viviente!

¿Qué es lo que queréis hacer

con el paraíso azul?
ya de azul no tiene nada
¡se está quedando sin luz!

¡Qué pena pues Dios me hizo

un paraíso divino!
para que lo respetarais
y lo hereden vuestros hijos.

Pero al paso que lleváis

no quedará ni una piedra
que le podáis enseñar
a la gente venidera.

Y el hombre se adueñará
de mi pobre tierra bella
porque el hombre no ha sabido
procurar que no suceda.