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Humberto Ak’abal

Camino al Revés Dos Lágrimas


De vez en cuando Cuando nací
camino al revés: me pusieron dos lágrimas
es mi modo de recordar. en los ojos
Si caminara sólo hacia delante, para que pudiera ver
te podría contar el tamaño del dolor de mi gente.
cómo es el olvido.
Después De Hoy Sólo Quien
Después de hoy Sólo quien no ha esperado
comenzaré la distancia. te
Mañana habrá lágrimas, hablará
suspiros y un nombre. de
Después, paciencia.
suspiros y un nombre.
Y más lejos,
sólo será un nombre.
El fuego Hablo
El fuego
acuclillado Hablo
apaga la tristeza del leño para taparle
cantándole la boca
su ardiente canción. al silencio.
Y el leño
lo escucha
consumiéndose
hasta olvidar
que fue árbol.

El triste Oración
Yo prefiero ser triste. En los templos
De la muerte sólo me separa sólo se oye la oración
el silencio. de los árboles
¡Ay, de los alegres! convertidos en bancas.
Para llegar a la muerte
tienen que pasar por la tristeza.

Es reconocido por escribir sus poemas en idioma k’iché, sus obras han sido traducidas a varios
idiomas. Humberto Ak’abal Humberto Ak’abal nació en Momostenango, Guatemala en [[1952). Poeta
de la etnia Maya K’iche. Piensa y escribe sus poemas en idioma K’iché y se autotraduce al español. En
la actualidad es uno de los poetas guatemaltecos más conocidos en Europa y Sudamérica. Sus obras
han sido traducidas al francés, inglés, alemán, italiano, portugués, hebreo, árabe, escocés, húngaro y
estonio.
Miguel Ángel Asturias

Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1967, se destaca por sus poemas: Tecún
Umán, Salve Guatemala, Cantata (1954), entre otros. Falleció el 9 de junio de 1974, Madrid, España.
GUATEMALA SALVE GUATEMALA

(Cantata) ¡Salve Guatemala!


1954 ¡Salve, Guatemala del anhelo y de las alas
¡Patria de las perfectas luces, tuya rubias
la ingenua, agraria y melodiosa fiesta, dos veces extraída del amor!
campos que cubren hoy brazos de cruces! ¡Salve, Guatemala del no callado musical
¡Patria de los perfectos lagos, altos silencio!
espejos que tu mano acerca al cielo ¡Salve, mano del Bien!
para que vea Dios tantos estragos! ¡Salve mano de Dios!
¡Patria de los perfectos montes, cauda Puertas son las espaldas. No veas
de verdes curvas imantando auroras, extramuros.
hoy por cárcel te dan tus horizontes! Puertas de hueso y carne a la entrada del
¡Patria de los perfectos días, horas mundo,
de pájaros, de flores, de silencio en la ciudad del grito, donde se lustran las
que ahora, ¡oh dolor!, son agonías! botas
¡Patria de los perfectos cielos, dueña con sangre, militares de muerte.
de tardes de oro y noches de luceros, ¡No veas! Las espaldas del hombre
alba y poniente que hoy visten tus duelos! encadenado
¡Patria de los perfectos valles, tienden oculten la visión de las cárceles llenas, los
de volcán a volcán verdes hamacas muros
que escuchan hoy llorar casas y calles! fusilados, los caminos huyendo pavoridos
¡Patria de los perfectos frutos, pulpa ¡No veas, lo que fue ameno entre campos de
de paraíso en cáscara de luces, flores,
agridulces ahora por tus lutos! fiesta del poderío del hombre ciudadano,
¡Patria del armadillo y la luciérnaga hoy convertido en yugo, picota y sacristía!
del pavoazul y el pájaro esmeralda, ¡Ciégate la ventura de no ver
por la que llora sin cesar el grillo! y deja que nosotos no apartemos los ojos
¡Patria del monaguillo de los monos, de ti que eres esposa, madre, hija, doncella,
el atelcolilargo, los venados, hoy vendida al extraño! ¡Oh castigo! ¡Castigo!
los tapires, el pájaro amarillo Nadie mueve los labios y todos ven
y los cenzontles reales, fuego en plumas incrédulos,
del colibrí ligero, juego en voces ven de día y de noche, lo que, Patria, no
de la protesta de tus animales! veas,
Loros de verde que a tu oído gritan al gran filibustero morder los onomásticos
no ser del oro verde que ambicionan de tus senos granudos de tierra cariñosa,
los que la libertad, Patria, te quitan. huesudo carnicero, y a los que te vendieron
Guacamayas que son tu plusvalía cuidar que no interrumpa ninguno el festín de
por el plumaje de oro, cielo y sangre, oro.
proclamándote va su gritería... Sople el viento la antorcha de colores
¡Patria de las perfectas aves, libre que pinta con su luz tu firmamento,
vive el quetzal y encarcelado muere, la noche oculte el día para siempre,
la vida es libertad, Patria, lo sabes! el gran filibustero con ojos animales
¡Patria de los perfectos mares, tuyos devora intimidades de la Patria,
de tu profundidad y ricas costas, la palpa igual que un pelotero
más salóbregos hoy por tus pesares! y la aguija para que de vergüenza
¡Patria de las perfectas mieses, antes se desmaye en sus brazos...
que tuyas, júbilo del pueblo, gente ¿Por qué Dios es tan malo que no se apaga
con la que ahora en el pesar te creces! el cielo?
¡Patria de los perfectos goces, hechos Sálgase el mar y barra con la tierra y los
de sonido, color, sabor, aroma, lagos,
que ahora para quién no son atroces! tanta dulzura, tanta riqueza acumulada,
¡Patria de las perfectas mieles, llanto un terremoto acabe con todo para siempre,
salado hoy, llanto en copa de amargura, el gran filibustero, baboso de tabaco,
no la apartes de mí, no me consueles! taladra con su idioma trepidante
¡Patria de las perfectas siembras, calzan el oído de aroma de la Patria,
con hambre de maíz sus pies desnudos, que ya no tiene nombre...
los que huyen hoy, tus machos y tus ¿Por que Dios es tan malo que no se apaga
hembras! el cielo?
No hay tiempo en las arenas
de las esclavitudes.
En las hojas, hay tiempo,
en las ramas, los troncos y raíces,
hay ese tiempo vivo que es del que vive el
hombre
y el que la Patria un día tenía en sus relojes,
hoy el filibustero le cuenta las jornadas
para que satisfaga su ambición de pirata...
¡Oh, tardanza del fuego, del huracán y el
rayo!
¡Patria con su cintura de bisagra quebrada!
¿Que otro atributo el suyo que su esbeltez?
¿Que otro atributo, en alto, que el cántaro
con agua?
¿Que borceguí más fino que la piel de su
planta?
¡Salid, filudas llamas y degollad cosechas!
¡Hay que incendiar la tierra contra el
filibustero!
No es un mito el veneno que adormece y
enjuta,
las cadenas del hielo, el vinagre en la
esponja...
¡Poblad de muerte el tiempo!
¡Poblad de muerte el mundo!
¡Ni una isla de vida!
¡Ni una isla de sueño!
¡La Patria fue vendida al gran filibustero!
Los árboles se duermen en invierno.
Así la Patria duerma mientras ellos imperen,
el gran filibustero y los mil cancerberos,
así la Patria duerma mientras ellos dominen,
así la Patria duerma en espera del día
en que habrá que decir a las estrellas, brillen,
a las aguas reflejen la alegría sonora
de la cara del cielo y a los muertos
despierten
que ha llegado la hora del hogar sin
verdugos,
de la vida sin miedo, de la tierra sin amos,
de la siembra y cosecha de los preciosos
granos,
del día venturoso de abrir los brazos todos
para echarnos al cuello de la Patria querida
y decirle con lluvia de júbilo en los ojos,
estás entre tus hijos,
y ellos están contigo.

TECUN-UMAN AUTOQUIROMANCIA

Tecún-Umán, el de las torres verdes, Leo en la palma de mi mano,


el de las altas torres verdes, verdes, Patria, tu dulce geografía.
el de las torres verdes, verdes, verdes, Sube la línea de mi vida
y en fila india indios, indios, indios con trazo igual a tus volcanes
incontables como cien mil zompopos: y luego baja como línea
diez mil de flecha en pie de nube, mil de corazón hasta mis dedos.
de honda en pie de chopo, siete mil Mis manos son tu superficie,
cerbateneros y mil filos de hacha la estampa viva de tu tacto.
en cada cumbre ala de mariposa Mapa con montes, montes, montes,
caída en hormiguero de guerreros. los llamaré Cuchumatanes,
Tecún-Umán, el de las plumas verdes, como esas cumbres que el zafiro
el de las largas plumas verdes, verdes, del Mar del Sur ve de turquesa.
el de las plumas verdes, verdes, verdes, El Tacaná, dedo gigante,
verdes, verdes, Quetzal de varios frentes guarde la entrada del asombro
y movibles alas en la batalla, donde el maíz se vuelve grano
en el aporreo de las mazorcas ya comestible para el hombre,
de hombres de maíz que se desgranan cereal humano de tu carne.
picoteados por pájaros de fuego, El monte claro de la luna
en red de muerte entre las piedras sueltas. es en tu mano lago abuelo
Quetzalumán, el de las alas verdes con doce templos a la orilla.
y larga cola verde, verde, verde, De allí partió tu pueblo niño
verdes flechas verdes desde las torres -modela, pinta, esculpe, teje-
verdes, tatuado de tatuajes verdes. a la conquista de la aurora.
Tecún-Umán, el de los atabales, Polvo de luz en la tiniebla,
ruido tributario de la tempestad línea del sol en la canora
en seco de los tamborones, cuero carne del cuenco de mi mano,
de tamborón medio ternero, cuero caracol hondo en que palpitan
de tamborón que lleva cuero, cuero atlantes ríos acolchados
adentro, cuero en medio, cuero afuera, y otros más rápidos, suicidas.
cuero de tamborón, bón, bón, borón, bón, Oigo pegando mis oídos
bón, bón, borón, bón, bón, bón, borón, bón, al mapa vivo de tu suelo
bón, borón, bón, bón, bón, borón, bón, bón, que llevo aquí, aquí en las manos,
pepitoria de trueno que golpea repicar todas tus campanas,
con pepitas gigantes en el hueso parpadear todas tus estrellas.
del eco que desdobla el teponastle, Al desposarme con mi tierra
teponpón, teponpón, teponastle, haced, amigos, mi sortija
teponpón, teponpón, teponastle, con la luciérnaga más sola.
tepón, teponpón, tepón, teponpón, La inmensa noche de mi muerte
teponpón, teponpón, teponpón... duerma mi sien sobre mi mano
Quetzalumán, el de las tunas verdes, con la luciérnaga más sola.
el de las altas tunas verdes, verdes,
el de las tunas verdes, verdes, verdes.
Las astas de las lanzas con metales
preciosos de victoria de relámpago
y los penachos despenicados
entre los estandartes de las tunas
y el desmoronamiento de la tierra
nublada y los lagos que apedrean
con el tún de sus tumbos sin espuma.
Tún, munición de guerra de Tecún
que llama, clama, junta, saca hombres
RETRATO DE ABUELOS
de la tierra para guerrear el baile
de la guerra que es el baile del tún.
Recuerdo que en los días rosados de mi
Tún, tambor de guerra de Tecún,
infancia,
ciego por dentro como el nido túnel
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de
del colibrí gigante, del Quetzal,
los niños?),
el colibrí gigante de Tecún.
solía por las noches, cuando la tibia instancia
Quetzal, imán del sol, Tecún, imán
parecía una caja de dulces de la luna,
del tún, Quetzaltecún, sol y tún, tún-
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.
bo del lago, tún-bo del monte, tún-
Abriendo lentamente los cofres de mi abuelo,
bo del verde, tún-bo del cielo, tún,
me daba a que besara la hoja de su espada.
tún, tún, tún-bo del verde corazón
del tún, palpitación de la primavera, Guardaba ha muchos años un relojón de
en la primera primavera tún-bo plata,
de flores que bañó la tierra viva. una bandera blanca y azul color de cielo,
¡Abuelo de ambidiestros! ¡Mano grande la estrella de una espuela y un lazo de
para cubrirse el pecho con tlascalas corbata.
y españoles, fieras con cara humana! Conservo esos recuerdos que me legó de un
¡Varón de Galibal y Señorío hombre
de Quetzales en el patrimonio y tengo en las reliquias de mis antepasados
testicular del cuenco de la honda, la historia de mi casa, la gloria de mi nombre,
y barba de pájaros goteantes y guardo en esos cofres que siempre están
hasta la última generación abiertos
de jefes pintados con achiote rojo el retrato de bodas de mis abuelos muertos.
y pelo de frijol enredador
en penachos de águilas cautivas! ELLA LO DIJO EN UN POEMA
¡Jefe de valentías y murallas
de tribus de piedra brava y clanes Va pasando esta pena,
de volcanes con brazos! Fuego y lava. la pena de la vida,
¿Quien se explica los volcanes sin brazos? la pena que no importa,
¡Raza de tempestad envuelta en plumas tú la has sentido larga,
de Quetzal, rojas, verdes, amarillas! yo la he sentido corta
¡Quetzalumán, la serpiente coral y aún está distante
tiñe de miel de guerra el Sequijel la tierra prometida.
el desangrarse el Arbol del Augurio, A nuestro paso errante
en el augurio de la sangre en lluvia, fatal es todo empeño,
a la altura de los cerros quetzales toda esperanza es muerta,
y frente al Gavilán de Extremadura! toda ilusión fallida ...
¡Tecún-Umán! Yo guardaré tu nombre,
Silencio en rama... yo velaré tu sueño,
Máscara de la noche agujereada... yo esperaré contigo los primeros albores,
Tortilla de ceniza y plumas muertas yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores,
en los agarraderos de la sombra, y cuando ya no quieras que camine contigo
más alla de la tiniebla, en la tiniebla déjame abandonada como un grano de trigo
y bajo la tiniebla sin curación. sobre las sementeras ...
El Gavilán de Extremadura, uñas, ¡Déjame para siempre cuando ya no me
armadura y longinada lanza... quieras!
¿A quién llamar sin agua en las pupilas?
En las orejas de los caracoles sin viento
a quién llamar... a quién llamar...
¡Tecún-Umán! ¡Quetzalumán!
No se corta su aliento porque sigue en las
llamas
Una ciudad en armas en su sangre
sigue, una ciudad con armadura EL AMOR
de campanas en lugar de tún, dueña
de semilla de libertad en alas ¡Ah, suave afán, cabal e inútil pena,
del colibrí gigante, del quetzal, clima de una piel tibia como un trino,
semilla dulce al perforar la lengua en secreto misterio la cadena
en que ahora le llaman ¡Capitan! forjando está con sólo ser divino!
¡Ya no es el tún! ¡Ya no es Tecún!
¡Ahora es el tán-tán de las campanas, Astral tonicidad de sus recreos,
Capitán! preciosa soledad de sus combates,
en linterna de alarma sus deseos
quemando está de campos a penates.
Eternidad de pétalo de rosa,
silencio azúl de álamo que aroma,
manjar de sombra con calor de esposa,
fruto prohibido que en el polen yerra,
tejiendo está con alas de paloma,
el vestido de novia de la Tierra.

INVIERNO LA LUZ CORRE DESNUDA POR EL RIO

En rodillas de viento, galgo y huella La luz corre desnuda por el río


fuí tras de ti, mujer en mi presencia huyendo sin cesar en lo movible
transportado por ágil luz de estrella de la profundidad, del hondo frío
de sentido en sentido hasta la ausencia. en que empieza la sombra y lo invisible.
Atravesaste, amor, los egoísmos La conoció al nacer, era rocío,
que en sílice de lágrimas desvelo no este vano correr tras lo imposible,
yuxtaponiendo abismos sobre abismos imagen del humano desafío
en mi insoluble soledad de hielo. a la divinidad. Sueño apacible
La gran araña de la lluvia teje que endulza los saleros de los ojos,
con agua y viento telarañas móviles mesa frugal y paz es lo que anhela
¿qué mañana serán cuando despeje? navegante, soldado y rey de antojos;
Superficie de vidrio sin quebranto, pero ¡ay! del ¡ay! del alma, no se alcanza
como serán mis ojos cuando inmóviles a volver con los remos y la vela
hayan llorado ya todo su llanto. al puerto en que dejamos la esperanza.
José Batres Montúfar

Fue un escritor, poeta y político guatemalteco. Entre sus obras más famosas se encuentra el poema “ Yo
pienso en ti“. José Batres Montúfar fue un escritor salvadoreño, nacido en el año 1809 y fallecido en 1844.
Desde pequeño, se le ofreció un nivel educativo muy alto, que incluyó herramientas literarias, nociones
musicales y el idioma francés, además de las normas básicas de convivencia, tales como el respeto y la
elegancia, haciendo del niño un pequeño caballero. 
YO PIENSO EN TI ROMANCE
Yo pienso en ti, tú vives en mi mente  Es un joven desgraciado
sola, fija, sin tregua, a toda hora,  cómo una rosa marchita,
aunque tal vez el rostro indiferente  frescura y color le quita
no deje reflejar sobre mi frente  el sol que la ha marchitado.
la llama que en silencio me devora.
En mi lobrega y yerta fantasía  Apenas la sombra queda
brilla tu imagen apacible y pura,  de la forma que perdió:
como el rayo de luz que el sol envía  Ya el olor se disipó,
a traves de una boveda sombria  no hay quién volvérselo pueda.
al roto mármol de una sepultura.
Callado, inerte, en estupor profundo,  Huye de todo consuelo,
mi corazón se embarga y se enajena  que el infeliz no le tiene:
y allá en su centro vibra moribundo  Ni esperanza le mantiene,
cuando entre el vano estrépito del mundo  éste grato don del cielo.
la melodía de tu nombre suena.
Sin lucha, sin afán y sin lamento,  En su profundo estupor
sin agitarme en ciego frenesí,  y desesperada calma,
sin proferir un solo, un leve acento,  ya no lisonjea su alma
las largas horas de la noche cuento  ni la gloria ni el honor.
¡y pienso en ti!
Cómo un volcán abrazado
su adolescencia pasará,
SUICIDIO
¡cuán violento palpitará
su corazón arrojado!
Llegó en fin a este presido
inserta en El Semanario Hoy para él todo está muerto
(periódico literario) que el corazón arrogante
la contienda del suicidio. cayó frío en un instante
Para matar el fastidio, y de tristeza cubierto.
por no decir otra cosa,
saco mi Musa quejosa Otro hombre jamás ha habido
de vivir arrinconada, que algún bien no haya gozado;
cómo quién saca su espada más él siempre desgraciado
para ver si está roñosa. y nunca dichoso ha sido.

A todos hablar prometo La esperanza ni una vez
sin ofender a ninguno, vino a alimentarle un rato;
que a todos, uno por uno, no tendrá un recuerdo grato
los estimo y los respeto. con qué aliviar su vejez.

A decidir no me meto Mírale, tierna doncella,
quién es quién tiene razón; mira aquella alma postrada;
sólo diré mi opinión que enciende una tu mirada
con modestia o sin modestia la vida que aún resta en ella.
que suele causar molestia
afectar moderación. Para la piedad naciste,
tu misión es la ternura;
Muchos siglos van corridos no seas con él tan dura;
velo: casi ya no existe.
desde que hay suicidados
amantes menospreciados
Más ¿rehúsas doncella hermosa,
y jugadores perdidos.
dar fin a tan cruel tormento?
¿No te mueve ni un momento
Tantos sabios distinguidos
su desdicha lastimosa?
han tratado del esplín
y del suicidio, que al fin
Ya su mal está calmado
disputar está demás.
¡Oh muerte! ¡Oh nada desierta!
sobre si es nefas o fas
abre, eternidad, tu puerta
(que yo también sé Latín)
para que entre un desgraciado

Tengo por mal argumento
para quitar la vida
el citar algún suicida
de valor o de talento.
Por uno se encuentra ciento
de la más ilustre fama
que terminaron su drama
enfermos, asesinados,
borrachos, apaleados
en la horca y en la cama.

Lector, si fuera a exponerte
tantos ejemplos diversos
llegaría haciendo versos
a la hora de mi muerte.
Citaré algunos y advierte
que no quiero fastidiarte;
va leyendo hasta cansarte,
y así que estés muy cansado
descansa, lector amado,
no vayas a suicidarte.

Juan Diéguez Olaverri


Es conocido por su obra integrada con 54 poemas originales. Su obra destacada es A los
Cuchumatanes. Juan Diéguez Olaverri nació en Huehuetenango (Guatemala) el 26 de noviembre de
1813 y falleció en ese mismo país el 28 de junio de 1866. Es un poeta muy recordado en su tierra, pese a su
escasa producción literaria.

A LOS CUCHUMATANES En alas del deseo,


Oh cielo de mi Patria! por esa lontananza,
¡Oh caros horizontes! mi corazón se lanza
¡Oh azules, altos montes; hasta mi pobre hogar.
oídme desde allí! ¡Oh, dulce made mía,
La alma mía os saluda, con cuanto amor te estrecho
cumbres de la alta Sierra, contra el doliente pecho
murallas de esa tierra que destruyó el pesar!
donde la luz yo vi!
¡Oh, vosotros que al mundo
Del sol desfalleciente conmigo habéis venido,
a la última vislumbre, dentro del mismo nido
vuestra elevada cumbre y por el mismo amor;
postrer asilo da: y por el mismo seno
cual débil esperanza nutridos y abrigados,
allí se desvanece: con los mismos cuidados,
ya más y más fallece, arrullos y calor!
y ya por fin se va.
¡Amables compañeros,
En tanto que la sombra a quienes la alma infancia
no embargue el firmamento, en su risueña estancia
hasta el postrer momento jugando me enlazó
en vos me extasiaré; con lazo tal de flores,
que así como esta tarde, que ni por ser tan bello,
de brumas despejados, quitárnosle del cuello
tan limpios y azulados la suerte consiguió!
jamás os contemplé.
Entro en el nido amante
¡Cuán dulcemente triste vuelvo al materno abrigo:
mi mente se extasía, ¡Oh cuánto pecho amigo
oh cara Patria mía, yo siento palpitar,
en tu áspero confin!, en medio el grupo caro,
¡cual cruza el ancho espacio, que en tierno estrecho nudo
ay Dios que me separa llorar tan sólo pudo,
de aquella tierra cara, llorar y más llorar.
de América el jardín!
¡Oh cielo de mi Patria!
¡Oh caros horizontes!
¡Oh ya dormidos montes
la noche ya os cubrió!:
adiós, oh mis amigos,
dormid, dormid en calma,
que las brumas en la alma,
¡ay, ay! las llevo yo.

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