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El triste Oración
Yo prefiero ser triste. En los templos
De la muerte sólo me separa sólo se oye la oración
el silencio. de los árboles
¡Ay, de los alegres! convertidos en bancas.
Para llegar a la muerte
tienen que pasar por la tristeza.
Es reconocido por escribir sus poemas en idioma k’iché, sus obras han sido traducidas a varios
idiomas. Humberto Ak’abal Humberto Ak’abal nació en Momostenango, Guatemala en [[1952). Poeta
de la etnia Maya K’iche. Piensa y escribe sus poemas en idioma K’iché y se autotraduce al español. En
la actualidad es uno de los poetas guatemaltecos más conocidos en Europa y Sudamérica. Sus obras
han sido traducidas al francés, inglés, alemán, italiano, portugués, hebreo, árabe, escocés, húngaro y
estonio.
Miguel Ángel Asturias
Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1967, se destaca por sus poemas: Tecún
Umán, Salve Guatemala, Cantata (1954), entre otros. Falleció el 9 de junio de 1974, Madrid, España.
GUATEMALA SALVE GUATEMALA
TECUN-UMAN AUTOQUIROMANCIA
Fue un escritor, poeta y político guatemalteco. Entre sus obras más famosas se encuentra el poema “ Yo
pienso en ti“. José Batres Montúfar fue un escritor salvadoreño, nacido en el año 1809 y fallecido en 1844.
Desde pequeño, se le ofreció un nivel educativo muy alto, que incluyó herramientas literarias, nociones
musicales y el idioma francés, además de las normas básicas de convivencia, tales como el respeto y la
elegancia, haciendo del niño un pequeño caballero.
YO PIENSO EN TI ROMANCE
Yo pienso en ti, tú vives en mi mente Es un joven desgraciado
sola, fija, sin tregua, a toda hora, cómo una rosa marchita,
aunque tal vez el rostro indiferente frescura y color le quita
no deje reflejar sobre mi frente el sol que la ha marchitado.
la llama que en silencio me devora.
En mi lobrega y yerta fantasía Apenas la sombra queda
brilla tu imagen apacible y pura, de la forma que perdió:
como el rayo de luz que el sol envía Ya el olor se disipó,
a traves de una boveda sombria no hay quién volvérselo pueda.
al roto mármol de una sepultura.
Callado, inerte, en estupor profundo, Huye de todo consuelo,
mi corazón se embarga y se enajena que el infeliz no le tiene:
y allá en su centro vibra moribundo Ni esperanza le mantiene,
cuando entre el vano estrépito del mundo éste grato don del cielo.
la melodía de tu nombre suena.
Sin lucha, sin afán y sin lamento, En su profundo estupor
sin agitarme en ciego frenesí, y desesperada calma,
sin proferir un solo, un leve acento, ya no lisonjea su alma
las largas horas de la noche cuento ni la gloria ni el honor.
¡y pienso en ti!
Cómo un volcán abrazado
su adolescencia pasará,
SUICIDIO
¡cuán violento palpitará
su corazón arrojado!
Llegó en fin a este presido
inserta en El Semanario Hoy para él todo está muerto
(periódico literario) que el corazón arrogante
la contienda del suicidio. cayó frío en un instante
Para matar el fastidio, y de tristeza cubierto.
por no decir otra cosa,
saco mi Musa quejosa Otro hombre jamás ha habido
de vivir arrinconada, que algún bien no haya gozado;
cómo quién saca su espada más él siempre desgraciado
para ver si está roñosa. y nunca dichoso ha sido.
A todos hablar prometo La esperanza ni una vez
sin ofender a ninguno, vino a alimentarle un rato;
que a todos, uno por uno, no tendrá un recuerdo grato
los estimo y los respeto. con qué aliviar su vejez.
A decidir no me meto Mírale, tierna doncella,
quién es quién tiene razón; mira aquella alma postrada;
sólo diré mi opinión que enciende una tu mirada
con modestia o sin modestia la vida que aún resta en ella.
que suele causar molestia
afectar moderación. Para la piedad naciste,
tu misión es la ternura;
Muchos siglos van corridos no seas con él tan dura;
velo: casi ya no existe.
desde que hay suicidados
amantes menospreciados
Más ¿rehúsas doncella hermosa,
y jugadores perdidos.
dar fin a tan cruel tormento?
¿No te mueve ni un momento
Tantos sabios distinguidos
su desdicha lastimosa?
han tratado del esplín
y del suicidio, que al fin
Ya su mal está calmado
disputar está demás.
¡Oh muerte! ¡Oh nada desierta!
sobre si es nefas o fas
abre, eternidad, tu puerta
(que yo también sé Latín)
para que entre un desgraciado
Tengo por mal argumento
para quitar la vida
el citar algún suicida
de valor o de talento.
Por uno se encuentra ciento
de la más ilustre fama
que terminaron su drama
enfermos, asesinados,
borrachos, apaleados
en la horca y en la cama.
Lector, si fuera a exponerte
tantos ejemplos diversos
llegaría haciendo versos
a la hora de mi muerte.
Citaré algunos y advierte
que no quiero fastidiarte;
va leyendo hasta cansarte,
y así que estés muy cansado
descansa, lector amado,
no vayas a suicidarte.