Está en la página 1de 13

“TORITO” ALEMÁN 

OTRO CUMANANERO DE
TUMBES 

Cumananas. 

En el cielo hay una estrella 


que me llama la atención, 
en la tierra mi negrita
que me roba el corazón. 

No hay quien el cardo levante, 


ni quien la mano le dé;
cuando lo ven por los suelos, 
todos le dan con el pie.

Ay mi palomita
que yo la crié:
tuvo sus alitas 
y volando se fue. 

Las muchachas de mi Tumbes


son trigueñas y bonitas, 
pero son más pedigüeñas
que las ánimas benditas. 
Las muchachas de mi Tumbes
son trigueñas y bonitas, 
pero son más pedigüeñas
que las ánimas benditas.

Tú dices que me quieres


Yo digo que así será
Las caricias son conmigo
Y tu amor con quién será.

Me enfermé de la A
Por culpa de la M
Vino el doctor O
Y me recetó la R

Quisiera ser carpintero


Para construir mi casita
  Para tenerte a mi lado
Cuando yo quiera mamacita

Palomita dame tu mano


para subir a tu nido,
anoche dormiste sola
ahora dormirás conmigo.

El gallo en su dormidero
aletea alegre y canta;
el que duerme en cama ajena
tempranito se levanta.

A nadie le debo medio,


solamente a Dios, la vida:
ésta le debemos todos
porque es deuda conocida.

La muerte a nadie perdona,


a todo nos vuelve esqueleto,
a nadie le guarda respeto,
aunque tenga corona.

Cuando me ausenté de aquí,


de nadie me despedí,
sólo las piedras me vinieron
y ellas lloraron por mí.

La pobreza y la vejez
hermanas deben ser:
al pobre nadie lo quiere,
al viejo ni su mujer.

Matrimonio se consigue,
si es posible cada mes;
lo que amor de padre y madre
se tiene sólo una vez.

De ser como soy, me alegro,


ignorante quien critica:
que mi color sea negro,
eso a nadie perjudica.

Ramita de albahaca verde,


hojitas de primavera,
si quieres irte con otro
espera que yo me muera.

Las viejas para coser


usan tremendos anteojos,
y para celar a las muchachas
pelan los tremendos ojos.
Fábulas.
El tamborín y sus enemigos. 
Un día apareció en los mares un pequeño pez, de dientes grandes y un poco barrigón, casi sin
escamas, los demás peces dijieron:-¿Y éste de dónde salió?, ¡Vaya que es raro y feo¡.
Comentaron, y empezaron a burlarse mucho, le hacían mofas y le pusieron de
nombre Tamborín.

Todos reían mientras el pequeño lloraba su desgracia. En eso apareció otro pez muy grande y
con mucha hambre empezó a atacarlos para comérselos, todos huían espantados menos el
tamborín, pues infló su cuerpo como si fuera un balón, de tal manera que el pez devorador no
lo podía pasar por su garganta, por eso nuestro amigo se salvó. 

Moraleja: No hay que burlarse de los defectos de los demás, pues esos defectos a veces se
convierten en ventajas. 

El picaflor y la sábila.
Antaño, cuando los valientes Tumpis habitaban nuestra tierra, vivía un curaca muy querido por
su sabiduría y valor. Por desgracia en una de sus tantas batallas fue terriblemente herido, y su
herida, por más empeño que pusieron sus curanderos, no sanaba con nada. Entonces el
cacique ordenó: 
-Busquen alguna planta que me cure y prometo que si así fuera, ocupará Un lugar especial en
mi jardín y en el de mis súbditos. 

Un picaflor curioso escuchó la promesa, pensó que descubriendo la planta milagrosa tendría
libre acceso al jardín real si que nadie lo molestara. Acudió presuroso a sus amigos el clavel,
los jazmines y las violetas quienes ni cortas ni perezosas al escuchar la buena nueva, le
regalaron lo mejor de sus pétalos. Una sábila intento ser incluida, pero el picaflor la desdeño.
Raudo llegó al palacio mas la herida del anciano no daba señales de sanar. Y pasó el tiempo,
mucho tiempo cuando la sábila arrancó una de sus ásperas puntas y le pidió a la urraca que la
llevara al curaca. Con mayor fe, el curandero puso el jugo viscoso de la sábila en la llaga y
como por encanto después de varios días sanó. Feliz el curaca, cumplió su promesa y hasta
ahora en muchos jardines de nuestra ciudad ordinaria y amarga sábila ocupa un lugar de
privilegio al lado de las más hermosas flores.

Moraleja: Por eso no debemos ser soberbios y pensar en que somos mejores que otros,
hasta las cosas más pequeñas y humildes tiene valor.

Poemas.
Walter Flores Aguilar

El cielo es de los pájaros

Los pájaros pueden abrir el cielo


porque su canto es libertad. 

Que nadie ataje ni cerque 


ni su canto ni sus vuelos
porque ellos conocen la ruta 
hacia el árbol verde de la vida.

Dejémoslos que jueguen 


como niños en el viento.
No enjaulemos sus vuelos 
ni su canto musical. 
Dejémoslos que escuchen siempre 
el llamado profundo de los bosques. 

Que nadie quiebre sus alas


ni ciegue la luz invicta de sus ojos 
con la pólvora o el cerrojo para volar.

Ángel Lavalle Dios

Mangle

El viento
sembrador
te engendra
en los esteros 
a dos aguas
y el mar te puebla
de raíces y habitantes. 
Alberga tu malla
la pulpa y la coraza 
que desentierra el paladar 
a manos llenas.
Amigo del río 
y de la lluvia
te contemplas 
orondo en los espejos 
en los que otros 
se miran hundirse sin remedio.

Alma de coral y perla. 


Tu corazón 
fibra fatigosa 
y verde la raíz 
que nunca muere.

Carlos Enrique Yacila Peña

Playas del trópico

Mujer, miro tus pies calcinados en una hoguera sin fin.


Y comprendo que yo podría entrar en el fuego como barco
en el mar.
Pero no hay mar suficientemente profundo par ami
sentimiento, para este calor enfrentado al golpe de las olas y el corazón opta por descansar
bajo los muelles o extinguirse entre las algas.
Venid marismas tras vuestro aroma. Traed el azul del agua y sus pétalos de espuma.
Traed la flor del crepúsculo para que habite en mi memoria.
Bajo este ardiente sol ante ti juro desterrar las cenizas de mis hambres, mis temores y las
lágrimas que inundaron la Luna.
El mar está hecho en tus ardores. La sal cocina tu torso desde la raíz de tu piel acanelada.
Pero, esto es la vida como vuestro cuerpo, a expensas del sol, la brisa y tu descanso.

Feliz Moran Davis

A mi madre

Mi madre, pedacito de ternura


de mirada triste
y de manos cenicientas,
solía recoger en el verano
los recuerdos
y amontonar en el otoño,
con dolor,
las rosas secas.
Mi madre, mi pobre madre
sobre  los ojos tristes de la tarde,
sonreía...
mientras yo jugaba
ella remendaba mis pobrezas
una y otra vez
con la paciencia infinita de sus manos.
Mi madre, mi pobre madre
hilvanaba con ternura,
todo los días, mis crepúsculos inciertos.

Aquí algunos poémas de nuestro profesor de Educación Física Fernando Morán, poeta
tumbesino.

PORQUE LA SOLEDAD NO EXISTE…

Vi con angustia 

los relámpagos del alma


Y el minúsculo girón 

de mi última esperanza

se agranda lentamente en mis huesos


y me arranca una sonrisa del mañana

En los abismos 
de mi sed de dromedario
Mi cuerpo marchitaba 
por las hielos del olvido 
y llamaba intensamente al tuyo
y no llegaste 
¿nunca volverás…?
Mis besos cada noche al recorrerte 
se duermen en la espera de un olvido
que no se si llegará
Y una bandada de palmípedas 
que vuelan hacia el norte
me hacen entender 
que el amor
siempre será amor
porque no… te fuiste

Y LATE UN CORAZÓN QUE SIEMPRE ES TUYO…


Me envolví de la esperanza
como única bandera de mi lucha
en esta guerra que llegó para mañana

y me reta desde ayer, a ponerme 

una mordaza en la mirada, cuando duermo

Me abrazo del sol 

Para ahuyentar los fríos


que llegarán mañana
en las ausencias de un retorno
Para matar la indiferencia 
que se ríe
de mi entrega salvaje
y profesa que estoy loco
Lamento las horas 
que se vienen del ayer
porque me acuerdo 
del pan que no conozco
Y me rio 
de las que se fueron al mañana
porque a ellas no llegaré
para mostrar mi hambruna
Pero gozo de las que están aquí
porque te tengo 
abrazada a mi alma
latiendo en un corazón
que siempre es tuyo

Carlos Enrique Yacila Peña

Playas Del Trópico

A las playas de Zorritos con admiración. 

Mujer, miro tus pies calcinados en una hoguera sin fin. 


Y comprendo que yo podría entrar en el fuego como barco en el mar. 
Pero no hay mar suficientemente profundo para mi 
sentimiento, para este calor enfrentando al golpe de las olas y el 
corazón opta por descansar bajo los muelles o extinguirse entre las algas. 
Venid marismas tras vuestro aroma. Traed el azul del agua y sus pétalos de espuma. 
Traed la flor del crepúsculo para que habite en mi memoria.
Bajo este ardiente sol ante ti juro desterrar las cenizas de mis 
hambres, mis temores y las lágrimas que inundaron la Luna.
El mar esta hecho en tus ardores. La sal cocina tu torso desde la raíz de tu piel acanelada.
Pero, esto es la vida como vuestro cuerpo, a expensas del sol, la brisa y tu descanso. 

Walter Flores Aguilar 


Volveras a sonreir 

Te nacieron ojos para el sueño 


y no para la agria, 
Por qué no dejaste que las palomas 
bebieran de tu fuente 
si la lluvia que te moja 
sigue cayendo todavía. 
No dejes que el cielo sea solo para mi
porque siempre habrá luz para tus ojos. 
Si el amor vuelve como un río 
moja tus pies, moja tus dedos 
y borra los trazos que dibujamos 
en la primera estación 
de nuestra primavera. 
Si el amor es una semilla 
por qué llegaste tarde
a la hora de la siembra.
Mujer, tienes que esperar 
otra primavera 
si quieres recoger los frutos 
de mi higuera.
Mujer, sólo por amor volverás 
a sonreír 
presurosa entre la lluvia. 
Sólo por amor 
cosecharás 
la nueva siembra. 

La mesa

La mesa está puesta


dice alegre mi madre
con las manos limpias
se siente mi padre. 
Cantan alegres
cucharas y platos 
somos una colmena 
de sonidos gratos. 
Y al final viene el postre 
es un plato de ensueño 
con la boca hecha agua
termina en mi sueño.

                                   Rigoberto Meza 

Cocodrilo de Tumbes 

Renegón y dormilón 
dueño del río encantado 
pareces un niño asustado 
cuando vez a los cazadores. 

Cocodrilo ya no llores, 
no tengas temores
he venido a cuidarte, 
para que puedas tranquilo 
bañarte y recrearte. 

                                       David Torres Celi 

El cangrejito tumbesino 

Quien corre, quien corre


quien corre sin para 
el cangrejito norteño 
por la playas del litoral. 

Contento, contento
corre en la arena 
a esconderse en el manglar 
¡Oh! Qué rico cangrejito 
alimento de mi hogar 
rico y nutritivo 
como tus amigos del manglar
teniendo el color rojo
de mi bandera nacional, 
como tú, no hay otro igual. 

                                                     Ana María Maizondo Díaz  

El cangrejito desobediente

Un cangrejito rojo
de su ambiente se alejó
sus padres le dijieron:
-"No nos dejes por favor,
afuera hay muchos animales, 
el hombre es destructor..."
El cangrejito rojo
No hizo caso a los consejos;
tomó el camino y se marchó
---"El mundo es mu hermosa..."
el cangrejito repetía.
Pero de pronto, se asustó:
cayó en las manos de un conchero;
de la jicra a un perol...
Pobre cangrejito rojo 
al manglar jamás volvió.

                              Félix Morán Davis 

También podría gustarte