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1 GUATEMALA TU NOMBRE INMORTAL

Belisario Baltazar ¡Patria del monaguillo de los monos,


País de la eterna primavera el atel colilargo, los venados,
Hoy alzas al cielo tu bandera los tapires, el pájaro amarillo
Cómo señal de libertad.
y los cenzontles reales, fuego en plumas
Bello es el lago de Atitlán del colibrí ligero, juego en voces
Cómo la cumbre de tu más alto volcán, de la protesta de tus animales!
En el mundo no hay igual,
Guatemala tu nombre inmortal. Loros de verde que a tu oído gritan
no ser del oro verde que ambicionan
Hoy te vistes de azul y blanco los que la libertad, Patria, te quitan.
Que son los colores del cielo,
Hoy quisiera cumplir mi anhelo Guacamayas que son tu plusvalía
De decirte que te amo tanto. por el plumaje de oro, cielo y sangre,
proclamándote va su gritería...
2 GUATEMALA (CANTATA)
Miguel Ángel Asturias ¡Patria de las perfectas aves, libre
¡Patria de las perfectas luces, tuya vive el quetzal y encarcelado muere,
la ingenua, agraria y melodiosa fiesta, la vida es libertad, Patria, lo sabes!
campos que cubren hoy brazos de cruces!
¡Patria de los perfectos mares, tuyos
¡Patria de los perfectos lagos, altos de tu profundidad y ricas costas,
espejos que tu mano acerca al cielo más salóbregos hoy por tus pesares!
para que vea Dios tantos estragos!
¡Patria de las perfectas mieses, antes
¡Patria de los perfectos montes, cauda que tuyas, júbilo del pueblo, gente
de verdes curvas imantando auroras, con la que ahora en el pesar te creces!
hoy por cárcel te dan tus horizontes!
¡Patria de los perfectos goces, hechos
¡Patria de los perfectos días, horas de sonido, color, sabor, aroma,
de pájaros, de flores, de silencio que ahora para quién no son atroces!
que ahora, ¡oh dolor!, son agonías!
¡Patria de las perfectas mieles, llanto
¡Patria de los perfectos cielos, dueña salado hoy, llanto en copa de amargura,
de tardes de oro y noches de luceros, no la apartes de mí, no me consueles!
alba y poniente que hoy visten tus duelos!
¡Patria de las perfectas siembras, calzan
¡Patria de los perfectos valles, tienden con hambre de maíz sus pies desnudos,
de volcán a volcán verdes hamacas los que huyen hoy, tus machos y tus hembras!
que escuchan hoy llorar casas y calles!
3 POESÍA LUNÁTICA Y CHINGONA
¡Patria de los perfectos frutos, pulpa Luis Alfredo Arango
de paraíso en cáscara de luces, Guatemala tiene un río Pensativo
agridulces ahora por tus lutos! y otro que se tiñó de sangre…
Tiene un Volcán de Agua,
¡Patria del armadillo y la luciérnaga otro de Fuego
del pavoazul y el pájaro esmeralda, y una montaña
por la que llora sin cesar el grillo! de huesos y cadáveres.
4 VÁMONOS PATRIA A CAMINAR, YO TE ACOMPAÑO. Ver por las mieses tus campiñas blondas,
Otto René Castillo campiñas en perenne primavera
a las que riegan cristalinas ondas.
Yo bajaré los abismos que me digas.
Yo beberé tus cálices amargos. Con frecuencia la imagen placentera
Yo quedaré sin voz para que tú cantes. surge en mi mente, de tus muchos ríos
Yo he de morir para que tú no mueras. que huyendo van en rápida carrera
Para que emerja tu rostro flameando al horizonte
de cada flor que nazca de mis huesos. en torno de los márgenes sombríos;
Tiene que ser así, indiscutiblemente. o bien el interior de tus hogares
er me figuro lleno de atavíos.
Yo me cansé de llevar tus lágrimas conmigo.
Ahora quiero caminar contigo, relampagueante. Vuela después mi mente a otros lugares,
Acompañarte en tu jornada, porque soy un hombre y sorprende jardines matizados
del pueblo, nacido en octubre para la faz del mundo. de Venus por las rosas singulares.
Ay, patria,
a los coroneles que orinan tus muros Mas a do se encaminan exaltados
tenemos que arrancarlos de raíces, mis pensamientos, cuando aún los tapices
colgarlos en un árbol de rocío agudo, de seda evoco en oro recamados,
violento de cóleras del pueblo.
Por ello pido que caminemos juntos. Siempre y el purpúreo vellón…? Firmes raíces
con los campesinos agrarios el patrio amor en nuestras almas echa,
y los obreros sindicales, al refrescar memorias tan felices.
con el que tenga un corazón para quererte.
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño. Memorias en que, al verse por la flecha
el infortunio herido, luego ufano
5 A LA CIUDAD DE GUATEMALA (ELEGÍA) en ellas paz el ánimo cosecha.
Rafael Landívar
¡Oh salve, Patria para mí querida, Pero me engaño: que injuriosa mano
mi dulce hogar, oh salve Guatemala! vino a agitar mi sosegada mente,
Tú el encanto y origen de mi vida. y mi ánimo a burlar ensueño vano.

¡Cuánto, tierra bendita, se regala ¡Ay! la ciudad que ayer fuera esplendente
el ánimo evocando de tu suelo alcázar y del reino la señora,
las prendas todas, de natura gala! admiración y pasmo de la gente;

Me acuerdo de tu clima y de tu cielo, ¡de piedras un acervo es sólo ahora…!


a tus fuentes me asomo, y se pasea casas, templos y calles…no le quedan;
por tus henchidas calles ¡ay! mi anhelo. y aún del monte a la cumbre protectora

En tus templos mi vista se recrea, no cabe por do ir, que se lo vedan


y a la sombra encontrarme de tus lares, los edificios que en fatal ruina
a ti volando el corazón desea. de sus alturas hasta el polvo ruedan.

A veces me parece los pinares ¡Todo cae…! Parece que fulmina


divisar de tus montes, y las frondas sus aligeros fuegos el tonante,
que esmeraldas semejan a millares. y con su roce todo lo extermina.
Mas ¿para qué deploro sollozante cuna en que se desarrollan para clamar y manifestar
tanta escena de muerte y tanto estrago? pintorescas muestras divinas de artistas geniales.
¡Espectáculo nuevo ved delante…!
Exótica herencia ancestral.
Ya del sepulcro surgen, y ya el vago Gigantes construcciones de un pasado inmortal,
viento nuevas mansiones señorean refugiadas en la lozanía de un verde paisaje florido
y airosos templos; sienten el halago que brinda su belleza a visitantes deslumbrados
por la grandeza de una gloriosa civilización admirable.
del céfiro las fuentes que ya ondean;
Estampa de paz campesina.
torna el pueblo a llenar el “avenida”,
y alma quietud de cuantos lo desean. Entre infinitos cultivos de deliciosas frutas tropicales
en la calma de un atardecer naranja, violeta y azul,
Más que de Egipto el ave eclarecida tranquilo ambiente campestre que enaltece las manos
dichosa Guatemala, nuevamente de nuestra gente que trabaja día tras día para
de sus cenizas propias saca vida. progresar.

Así es Guatemala…
¡Oh rediviva Madre! Alza la frente
Estampa de paz campesina,
en júbilo bañada; y ya al amparo
de otro nuevo desastre largamente, Exótica herencia ancestral,
Maravillosa joya cultural,
puedas vivir. En tanto, yo el preclaro Fervor de patria nuestra,
triunfo que de la muerte has obtenido ¡Fantasía primaveral!
celebraré en mis versos sin reparo,
7 ¡SALVE GUATEMALA!
y haré sea en los astros conocido. Miguel Ángel Asturias
Por fin, mi ronco plectro con intensa ¡Salve, Guatemala del anhelo y de las alas rubias
Ternura te consagro; y sólo pido dos veces extraída del amor!
Tenerte a ti, por premio y recompensa. ¡Salve, Guatemala del no callado musical silencio!
¡Salve, mano del Bien!
6 ¡ASÍ ES GUATEMALA! ¡Salve mano de Dios!
Ernesto Mazariegos Puertas son las espaldas. No veas extramuros.
Fantasía primaveral. Puertas de hueso y carne a la entrada del mundo,
Verdes bosques, caudalosos ríos e imponentes en la ciudad del grito, donde se lustran las botas
montañas, con sangre, militares de muerte.
furiosos volcanes que estallan en maravilloso ¡No veas! Las espaldas del hombre encadenado
oculten la visión de las cárceles llenas, los muros
espectáculo,
fusilados, los caminos huyendo pavoridos.
lagos que admira hasta el más acérrimo desentendido
¡No veas, lo que fue ameno entre campos de flores,
y nos recuerda la imponencia de la naturaleza excelsa.
fiesta del poderío del hombre ciudadano,
Fervor de patria nuestra. hoy convertido en yugo, picota y sacristía!
Se ve el azul y blanco ondeando sereno en el cielo ¡Ciégate la ventura de no ver
entre las majestuosas alas de un quetzal en vuelo y deja que nosotos no apartemos los ojos
cubriendo con su manto el regocijo de su gente de ti que eres esposa, madre, hija, doncella,
hoy vendida al extraño! ¡Oh castigo! ¡Castigo!
que bailan al dulce son de la marimba ancestral
Nadie mueve los labios y todos ven incrédulos,
Maravillosa joya cultural. ven de día y de noche, lo que, Patria, no veas,
Danzas y sones nacidos del origen de nuestra historia al gran filibustero morder los onomásticos
procesiones que se adornan con perenne arte efímero de tus senos granudos de tierra cariñosa,
huesudo carnicero, y a los que te vendieron
cuidar que no interrumpa ninguno el festín de oro. de la vida sin miedo, de la tierra sin amos,
Sople el viento la antorcha de colores de la siembra y cosecha de los preciosos granos,
que pinta con su luz tu firmamento, del día venturoso de abrir los brazos todos
la noche oculte el día para siempre, para echarnos al cuello de la Patria querida
el gran filibustero con ojos animales y decirle con lluvia de júbilo en los ojos,
devora intimidades de la Patria, estás entre tus hijos,
la palpa igual que un pelotero y ellos están contigo.
y la aguija para que de vergüenza
se desmaye en sus brazos... 8 MI BELLA GUATEMALA
¿Por que Dios es tan malo que no se apaga el cielo? Victor Santa Rosa
Sálgase el mar y barra con la tierra y los lagos, Al despuntar el alba,
tanta dulzura, tanta riqueza acumulada, al pie de bosques y volcanes,
un teremoto acabe con todo para siempre, despiertas mi bella Guatemala,
el gran filibustero, baboso de tabaco, entre trinos de Quetzales.
taladra con su idioma trepidante
el oído de aroma de la Patria, Y en tus costas,
que ya no tiene nombre... cálidas, majestuosas,
¿Por que Dios es tan malo que no se apaga el cielo? el sol irradia tus mares,
No hay tiempo en las arenas entre silvestres azahares.
de las esclavitudes.
En las hojas, hay tiempo, Tus tierras fértiles, morenas,
en las ramas, los troncos y raíces, preñan la semilla en su vientre
hay ese tiempo vivo que es del que vive el hombre y de tus montañas serpentean,
y el que la Patria un día tenía en sus relojes, cascadas de cristalino torrente.
hoy el filibustero le cuenta las jornadas
para que satisfaga su ambición de pirata... En tus verdes, verdes, ondulados
¡Oh, tardanza del fuego, del huracán y el rayo! y entre el frio de altiplanos,
¡Patria con su cintura de bisagra quebrada! el aborigen con místicas manos,
¿Que otro atributo el suyo que su esbeltez? recoge los cultivos cosechados.
¿Que otro atributo, en alto, que el cántaro con agua?
¿Que borceguí más fino que la piel de su planta? Cuanto aroma de cafetos,
¡Salid, filudas llamas y degollad cosechas! de blancos azahares,
¡Hay que incendiar la tierra contra el filibustero! se ofertan lozanos y frescos,
No es un mito el veneno que adormece y enjuta, entre bosques desombrados.
las cadenas del hielo, el vinagre en la esponja...
¡Poblad de muerte el tiempo! Selvas verdes, frondosas,
¡Poblad de muerte el mundo! dan clorofila y frescura,
¡Ni una isla de vida! hechizantes y misteriosas,
¡Ni una isla de sueño! bajo cielos de regia albura.
¡La Patria fue vendida al gran filibustero!
Los árboles se duermen en invierno. Mi bella Guatemala,
Así la Patria duerma mientras ellos imperen, orografía de real hermosura.
el gran filibustero y los mil cancerberos, Por ti mi alma un suspiro exhala
así la Patria duerma mientras ellos dominen, y mi corazón reboza de ternura.
así la Patria duerma en espera del día
en que habrá que decir a las estrellas, brillen, 9 VOLCÁN DEL AGUA
a las aguas reflejen la alegría sonora José Batres Montufar
de la cara del cielo y a los muertos despierten Sobre la gran muralla americana
que ha llegado la hora del hogar sin verdugos, altivo torreón, vecino al cielo,
su cúspide levanta soberana, cándida zona en derredor ceñida,
a do jamas osó llevar su vuelo y la sublime cúpula adornada
la reina de las aves atrevida de suspendida nubecilla leve
que en la cuna de Júpiter anida. deshecha y pura y blanca como nieve.

Gigante es Almolonga entre los montes, Y el filósofo en éxtasis admira


fuerte, soberbio, grande entre los grandes las obras portentosas de natura
¡Cuál domina millares de horizontes! y quiere comprenderlas y suspira
¡Cómo huella la cumbre de los Andes! al ver su presunción y su locura;
¡Cómo mira a su falda avasalladas, y su saber y su razón humilla
de cien montes las cimas encumbradas! ante el autor de tanta maravilla.

Cuando animado el pensador profundo 10 LA NIÑA DE GUATEMALAJosé Martí


de la sublime inspiración divina Quiero, a la sombra de un ala,
quiere ver a sus pies el ancho mundo contar este cuento en flor:
y al vértice elevado se encamina, la niña de Guatemala,
¡cómo va sus ideas ensalzando la que se murió de amor.
al par que va subiendo y va mirando! Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
Allá en su patria misma el fiero rayo y de jazmín; la enterramos
oye bronco tronar bajo su planta: en una caja de seda…
y el sol que el monte hiere de soslayo Ella dio al desmemoriado
y la nube que lenta se levanta, una almohadilla de olor;
y su sombra contempla, que distinta él volvió, volvió casado;
cual espectro en la atmósfera se pinta. ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
Verde, risueña, alegre, la campaña obispos y embajadores;
que mil arroyos cruzan argentinos detrás iba el pueblo en tandas,
divisa, y la ciudad y la cabaña, todo cargado de flores…
y el cerro con sus bosques y sus pinos, Ella, por volverlo a ver,
el lago de cristal, la fértil vega salió a verlo al mirador;
y el río transparente que la riega. él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.
Mira a un lado el Océano poderoso Como de bronce candente,
cuyas ondas azules va lamiendo al beso de despedida,
la inmóvil planta al terrenal coloso. era su frente —¡la frente
Al Izalco, por otro mira ardiendo, que más he amado en mi vida!…
y allá en una comarca más distante Se entró de tarde en el río,
el Momotombo mira fulminante. la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
Y sin saciar su vista ni su mente yo sé que murió de amor.
por estrecho sendero y escarpado Allí, en la bóveda helada,
baja de la montaña lentamente la pusieron en dos bancos:
el sabio a sus ideas entregado; besé su mano afilada,
tal virtud, tal poder, tal fuerza encierra besé sus zapatos blancos.
¡aquel gran monumento de la tierra! Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
Se vuelve y ve de la montaña erguida nunca más he vuelto a ver
en la cintura atlética azulada a la que murió de amor.

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