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La formación del estado-nación en


Colombia durante el siglo XIX: el trazado
histórico-social de la institución
del orden político1

Alexander Emilio Madrigal Garzón

Recibido: 25/5/2012 Aprobado: 31/7/2012

Resumen
El proceso de formación del Estado-Nación durante el siglo XIX en Colombia se comprende como el
trazado histórico-social de la institución del orden político, que implica dinámicas de inclusión y exclusión, con-
stituyentes de los elementos materiales e inmateriales del Estado. Su materialidad se hace visible en el accionar
de la administración pública (burocracia), el mercado (comercio) y los partidos políticos (elecciones), dentro
del proceso de distinción social conducente a la privatización (cierre) del sentido de lo público, mientras que su
inmaterialidad se expresa simbólicamente en la fijación de los imaginarios de integración territorial (fijación de
fronteras), legitimidad sistémica (ideología dominante) y pertenencia clasista (diferenciación poblacional), tendi-
entes a crear la identidad pública.

Palabras claves
Estado-Nación, Colombia, historia, teoría política.

Abstract
The process of nation-state formation in Colombia during the nineteenth century is understood as a his-
torical route of political order institution. It implies dynamics of inclusion and exclusion, which are constituents
of material and immaterial elements of the state. In the process of social distinction, conducive to privatization
(closing) of the sense of the public, the materiality of the state is visible in the actions of public administration
(bureaucracy), the market (trade), and political parties (elections), meanwhile, aimed to create a public identity,
the immateriality of the state is expressed symbolically in the imaginary setting of territorial integration (fixing of
boundaries), systemic legitimacy (dominant ideology) and class membership (population differentiation).

Keywords
Nation-State, Colombia, history, political theory.

1 Politólogo Investigador de la Universidad Nacional de Colombia, Magister en Relaciones Internacionales


de la Universidad Andina Simón Bolívar (Sede Ecuador). http://alexandermadrigal.blogspot.com/ aema-
drigalg@gmail.com

Perspectivas Internacionales, Cali, Colombia, Vol 7 No. 1, Enero - Junio, 2011, pp. 219 - 235, ISSN 1900-4257
220 PERSPECTIVAS INTERNACIONALES. CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES

Introducción (ideología dominante) y pertenencia


El Estado como institución clasista (diferenciación poblacional).
puede entenderse como un disposi- Con base en el anterior plan-
tivo de organización regulador de teamiento, a continuación, desde la
las relaciones de una sociedad, que teoría política y la historiografía, se
a partir de una materialidad y una in- presenta una propuesta de interpreta-
materialidad definitoria de sentido e ción del proceso de formación del Es-
identidad compartida, expresada en tado y la nación en Colombia durante
la nación, establece un orden político el siglo XIX, entendido este proceso
sobre los sujetos que lo conforman. como el trazado histórico-social de
En América Latina , particularmente la institución del orden político que
en Colombia, el siglo XIX represen- se proyectará y desarrollará hacia el
ta el umbral histórico-social durante siglo XX. Por ello, una mirada a la
el cual se presentaron los procesos “génesis del Estado-Nación” resulta
de génesis del Estado, espacio en el indispensable para comprender las
que distintos proyectos se disputan dinámicas del tiempo presente.
la hegemonía en la definición de lo En función del desarrollo de
público-político hacia el siglo XX. lo anterior, en primer lugar, se pre-
El establecimiento del orden sentará una breve consideración
político en el siglo XIX implica di- sobre algunos aspectos metodológi-
námicas de inclusión y exclusión cos referentes a la historiografía, así
para, a través de procesos formativos como los elementos teóricos a tener
constituir los elementos materiales e en cuenta desde la perspectiva de
inmateriales del Estado. La materia- lo público-político; seguidamente,
lidad del Estado se hace visible en el desde algunos trabajos de la histo-
accionar de la administración públi- riografía colombiana, se describirán
ca (burocracia), el mercado (comer- los elementos que componen lo que
cio) y los partidos políticos (eleccio- aquí se designa como la materialidad
nes) dentro del proceso de distinción y la inmaterialidad del Estado, para
social conducente a la privatización finalmente presentar una breve con-
(cierre) del sentido de lo público–. clusión general.
Mientras que la inmaterialidad del
Estado, tendiente a crear la identidad Algunos aspectos
pública, se expresa simbólicamen- metodológicos
te en la fijación de los imaginarios Para emprender el análisis pro-
de integración territorial (fijación puesto es necesario realizar dos pre-
de fronteras), legitimidad sistémica cisiones metodológicas previas so-

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bre la aplicación de modelos teóricos desempeñado por las clases popula-


y la producción historiográfica. Res- res en la independencia de Cartagena
pecto al primer aspecto, es pertinente a lo largo de más de siglo y medio de
anotar que casi todos los estudios en discursos historiográficos”.3
las ciencias sociales se valen de mar- Dado lo anterior, esta reflexión
cos referenciales que permiten ubi- no acogerá ningún modelo teórico
car el objeto de análisis en un molde, general y tiene la pretensión de to-
no siempre (nunca) se adecua a sus mar elementos referenciales distintos
caprichosas formas, y desemboca en de la ciencia política y de las demás
la desfiguración de la realidad. Así disciplinas sociales. La intención es
es como ha sucedido con las dife- diseñar una propuesta de análisis a
rentes reflexiones sobre la formación partir de conceptos, textos y teorías
del Estado en Colombia,2 las cuales en clave interpretativa que permitan
tienden a inscribirse en perspectivas el acercamiento a la cuantiosa infor-
analíticas tradicionales. En cuanto a mación histórica, para desprender
la historiografía, cabe recordar que una lectura actualizada del proceso
ésta es producida por sujetos que de formación del Estado en Colom-
pertenecen a una época y que llevan bia.
consigo “genéticamente” unos valo-
res y una intencionalidad expresada Formación del Estado-Nación
en su narrativa. desde la perspectiva de lo
Por ello, en el caso colombia- público-político
no encontramos estereotipos nega- La historia del siglo XIX es el
tivos, como los que resalta Alfonso umbral de la dispersión constitutiva
Múnera, sobre la lectura prejuiciosa en el cual se forma la comunidad po-
del movimiento independentista de lítica colombiana, estableciendo un
1811 en Cartagena, tomando como universo social a partir de la ilación
ejemplo los trabajos de José Manuel de acontecimientos contingentes en
Restrepo, Gabriel Jiménez Molina- la formación del Estado y la nación
res y Eduardo Lemaitre, donde se dentro de las transformaciones de lo
hace evidente “la continuidad que público-político. El análisis de dicha
hay en la interpretación del papel formación de hegemonía, en la cual

2 Esto no significa que dicha producción debe desecharse, sino que tiende a presentar la realidad de ma-
nera normativa de acuerdo al enfoque o modelo teórico predefinido y, por tanto, es una mirada parcial.
3 Múnera, Alfonso (2005). “Las clases populares en la historiografía de la independencia de Cartagena
1810 – 1812”, En: Fronteras Imaginadas. La Construcción de las razas y de la geografía en el siglo XIX
colombiano. Bogotá. Planeta, p. 178.

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se da el establecimiento del orden so histórico-social en el que distintos


político, implica la reconstrucción proyectos se disputan la hegemonía
historiográfica de múltiples dinámi- en la definición de lo público-políti-
cas de inclusión y exclusión en la de- co.
finición de lo público y lo privado en Así , los procesos constitutivos
el universo del Estado-Nación. del Estado y la nación en Colom-
En relación con la definición de bia, durante el siglo XIX presentan,
lo público-político, Leopoldo Múne- contradictoriamente en su realidad,
ra revela que en la modernidad occi- la articulación de lo privado como
dental existe una tensión permanente público y lo público como privado,
“entre la autonomía de lo privado y como (se sostendrá) sucedió con la
la especificidad social de lo públi- materialidad e inmaterialidad del
co”,4 la cual “sigue un movimiento Estado: el sentido material público-
cíclico de extensión o contracción de político de la administración, el mer-
una de las dos esferas en detrimento cado y los partidos políticos, ponen
de la otra”5 dentro de un proceso his- en acción intereses privados (de la
tórico acompañado de “una profun- elite en el poder), privatizando los
da compenetración que implica una espacios de lo público; mientras que
permanente construcción pública de la identidad inmaterial pública defi-
lo privado y una construcción priva- ne un público inclusivo desde la ex-
da de lo público”.6 Cabe agregar que clusión privada del sujeto nacional
ésta es una vaguedad propia del ca- colombiano.
pitalismo que contribuye a la perma- Sin embargo, lo público-po-
nente confusión de los campos que lítico, visto desde otra perspectiva,
ocupa cada esfera. presenta la emergencia de la esfera
Siguiendo esta tesis parece, pública a manera de espacio de deba-
entonces, que aunque corrientemen- te y deliberación. Se manifiesta pues
te lo privado remita a la esfera indi- como un espacio institucionalizante
vidual y lo público a la de lo colec- de la participación ciudadana de la
tivo, son esferas interdependientes y sociedad civil, como esfera pública
de identificación donde el Estado y oficial coproductora de lo político,7
la nación se estructuran como proce- en este caso, representada en el Es-

4 Múnera, Leopoldo (2001, diciembre), “La tragedia de lo público”, en: Revista Trans, num.1, Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá, p. 236.
5 Ibíd., p 236.
6 Ibíd., p. 237.
7 Al respecto ver: Habermas, Jürgen (1994). Historia y crítica de la opinión pública. Barcelona. Gustavo
Gill.

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tado y la nación colombianos, junto emergencia de una identidad indivi-


con la emergencia de múltiples me- dual (privada) del ciudadano o sujeto
canismos de publicación (periódi- nacional colombiano y a un sentido
cos, pasquines, chapolas, carteles, colectivo (público-privado) estatal
etc.), cuya práctica se sustenta en la compenetrados en el marco del Es-
lógica de inclusión y exclusión y su tado nacional, cuya característica es
finalidad, según Fraser, es elaborar el permanente avance de lo privado
una distinción “para definir una éli- sobre lo público-político.
te emergente, separándola de viejas Justamente, la formación del
aristocracias a desplazar, y de dife- Estado y la nación es un fenómeno
renciar estratos populares y plebeyos social de construcción de lo público-
a gobernar”,8 como sucedió con la político, en el que las dimensiones
elite criolla independentista. de lo público y lo privado se com-
En otras palabras, en la for- penetran a partir de su interrelación,
mación del Estado y la Nación en dentro de un proceso histórico que
Colombia, irónicamente, “un discur- maneja dinámicas de inclusión y ex-
so sobre la publicidad que defiende clusión, en la esfera pública, que se
la accesibilidad, la racionalidad y resiste al avance privatizador.
la suspensión de las jerarquías es-
tamentales se despliega él mismo Materialidad del Estado:
como estrategia de distinción”,9 im- accionar institucional
poniéndose un público privado como y sentido de lo público.
público-político excluyente de los La simple referencia inicial al
dispersos públicos subalternos, que Estado como institución remite a su
pasan a entenderse como privados, realidad concreta. Siguiendo la re-
representados en lo popular, lo mes- flexión sobre el Leviatán hobbesia-
tizo, lo indígena, lo negro, lo feme- no, desde la propuesta de Leopoldo
nino, etc. Múnera, quien rescata las intuicio-
Se concluye así que la lógi- nes históricas de Marx y Bakunin
ca de lo público-político en la for- para comprender sus dimensiones,
mación del Estado y la nación en se parte de que “la crítica del Estado
Colombia, a partir de dinámicas de debe pasar por el análisis de las rela-
inclusión y exclusión, apunta a la ciones y los procesos concretos que

8 Fraser, Nancy (1997). Iustitia Interrupta. Reflexiones críticas desde la posición “postsocialista. Bogotá.
Siglo del Hombre Editores, p. 102.
9 Ibíd., p. 103.

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le permiten respirar”.10 Esto implica borbónicas en procura del fortaleci-


una materialidad que hace al Estado miento de la administración colonial.11
visible a partir de un accionar ins- Se asistió al producto de las
titucional definitorio de un sentido, reformas adelantadas durante todo
como se expresa, principalmente, en el siglo XVIII que, primordialmen-
el accionar de la administración pú- te, tenían la pretensión de poner fin
blica a través de la burocracia, el ac- al poder fragmentado en el plano
cionar del mercado y las relaciones político restándole autonomía a las
de comercio, y en el accionar de los provincias, acabar con el contraban-
partidos políticos en el marco de los do perjudicial al comercio y mejorar
procesos electorales y de gobierno. el sistema de tributación en lo eco-
nómico. Así, en la Nueva Granada,
Accionar de la administración formalmente se estableció una admi-
Uno de los principales retos nistración donde la autoridad máxi-
para la formación del Estado es el ma era el Virrey; pero las reformas
tránsito de la administración colonial realizadas sólo logran agudizar la
a la administración de la República, crisis del imperio español, como se
lo que involucra –entre otros–, el es- refleja en el Movimiento Comune-
tablecimiento de una nueva autori- ro de 1781, alzamiento popular que
dad, ya fragmentada en el Virreinato, amenaza la débil autoridad virreinal
y la formación de una burocracia que a partir del cuestionamiento del ma-
ponga en funcionamiento el Estado. nejo de los impuestos, fuertemente
En el caso colombiano, la ad- reprimido al tildarlo pintorescamen-
ministración colonial del siglo XVIII te como un “abominable crimen de
sufre las reformas centralistas de los la lesa Majestad, pues
Borbones, quienes no pudiendo nadie alegar ig-
(…) quisieron fortalecer el Esta- norancia del horroroso crimen que
do y ampliar el ámbito de sus funciones, comete en resistir o entorpecer las
tanto en España como en sus dominios providencias o establecimientos que
de ultramar… La creación del Virreinato dimanan de los legítimos superiores,
del Nuevo Reino de Granada, en 1717, como que inmediatamente repre-
fue la primera de las manifestaciones sentan en estas remotas distancias

10 Múnera, Leopoldo (1994). “Las Dimensiones del Estado”. En: VARIOS, Constitución Política y Reorgani-
zación del Estado. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia - UPTC, p. 15.
11 Safford, Frank y Palacios, Marco (2002). “La Crisis de Autoridad, 1700 - 1808”. En: Colombia: País
fragmentado, sociedad dividida. Su historia. Bogotá. Editorial Norma, p. 147.

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la misma persona de Nuestro muy cación técnica y académica (científi-


Católico y amado Monarca, para que ca) con un claro interés político. Pero
todos entiendan la estrecha e indis- (…) el trauma y el triunfo de
pensable obligación de defender, au- la Independencia, sin embargo, hi-
xiliar y proteger cuanto sea de servi- cieron que se malograra el desarrollo
cio de su Rey.12 de una élite técnica y científica na-
Tenemos, entonces, una ad- cional. En el siglo XIX la actividad
ministración colonial con funciones científica recibió aprobación formal,
definidas, pero fragmentadas en el pero no obtuvo un verdadero apoyo
espacio de lo local, cuestionada en institucional.14
su intento de penetración social (au- La educación se ve afectada
mento de los tributos), la cual, para por la inestabilidad política, la es-
casez de recursos y por el no respal-
finales del siglo XVIII, profundiza el
do e inexistencia de una comunidad
antagonismo entre criollos ilustrados
académica; consecuentemente, sólo
y gobernantes españoles, sin afectar
“hasta la segunda mitad del siglo
la lealtad al rey.13
XIX, la ciencias en la Nueva Gra-
Sobre esta base se intenta
nada no fueron autosuficientes”.15 El
construir la administración de la Re- país es exclusivamente consumidor
pública durante la primera y la se- de ideas científicas extranjeras, y de-
gunda independencia, espacio en el pendiente de las inyecciones periódi-
cual comienza a posesionarse la bu- cas de instructores foráneos.
rocracia criolla, integrada por la élite Se concluye entonces que la
con experiencia en el gobierno y el necesidad del Estado de contar con
personal egresado de los centros de un personal ilustrado y calificado,
enseñanza. conduce al retroceso en el avance
Se plantea la necesidad de se- científico de la administración colo-
guir formando a la elite colombiana nial:
que alimente la burocracia estatal. En el transcurso de los prime-
De esta manera, se promueve la edu- ros tres decenios de la época repu-

12 “Sentencia de José Antonio Galán”. En: Historia General de Colombia. Antología Histórica. Crónicas,
Documentos, Análisis (1996). Bogotá, Editorial Norma. p. 39-40.
13 Safford y Palacios, Op. Cit., p. 180.
4 Safford, Frank (1989). “La Ilustración en la Nueva Granda”. En: El Ideal de lo Práctico. El desafió de formar
una élite empresarial en Colombia. Bogotá. El Ancora Editores, p. 126.
15 Ídem.

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blicana, la Nueva Granada contó con Como señala Leal, “en efecto,
muy pocos científicos profesionales la variedad de intereses regionales
o amateurs, muchos menos de los seguramente creó un común denomi-
que había tenido a finales del perio- nador de competencia mutua para in-
do colonial… Los sabios de la época fluir en los aparatos estatales central-
colonial no fueron los únicos en ser es, con el fin de ganarse el favor de la
arrastrados a la política; igual cosa intermediación oficial en el comer-
sucedió con la mayor parte de los jó- cio que fomentaba”,17 esto represen-
venes universitarios de las siguientes ta un paso hacia la privatización de
generaciones que abrazaron gustosos lo público estatal, uno de los grandes
las oportunidades que les ofrecía el problemas en la formación del Esta-
gobierno republicano en los campos do-Nación colombiano.
Impulsado por los liberales y
de la jurisprudencia y de la política.16
las reformas de mediados de siglo
hacia la economía de exportación, el
Accionar del mercado
mercado evoluciona regionalmente
La fragmentación administra-
con un comercio que genera ingresos
tiva que venía de la Colonia se man-
modestos durante casi todo el siglo
tiene en la República. A pesar de ello,
XIX. Sin embargo, para finales de si-
el comercio fue el común denomi- glo, “la expansión de la economía de
nador de las actividades económi- exportaciones favoreció a las elites
cas, siendo generador de prestigio en mayor medida, y su efecto de-
y de vínculos en los grupos sociales mocratizante por filtración fue elim-
desde la economía. La formación de inado”.18
una heterogénea clase comerciante Como contraparte de la génesis
plantea la necesidad de intermedia- del proceso de desarrollo capitalista
ción del Estado en el comercio vía periférico concentrador de la rique-
proteccionismo o librecambismo, za, comienzan a surgir clases medias
según los intereses privados que y proletarias deliberantes que ya des-
logran captar la administración en un de finales del siglo XIX, exigían los
periodo determinado. derechos negados por la formación

16 Ibíd., p. 148.
17 Leal Buitrago, Francisco (1989). “Formación Nacional y Proyectos Políticos de la Clase Dominante en el
siglo XIX”. En: Estado y Política en Colombia. Bogotá. Siglo XXI editores – CEREC, p. 125.
18 López-Alves, Fernando (2003). “Un Ejercito débil y una Democracia Restrictiva: Colombia, 1810 –
1910”. En: La formación del Estado y la Democracia en América Latina 1830 – 1910, Bogotá. Editorial
Norma, p. 169.

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de una ciudadanía de minorías por y la moral católicas, alianza Estado


parte de un Estado oligárquico, con – Iglesia, defensa de los monopolios
hegemonía de clase y popularmente y conservación de la tradición y la
cuestionado.19 herencia.
La insuficiente inserción de Resulta interesante constatar
sectores populares obrero-campesi- que en un proceso de formación de
nos en pleno proceso de formación, Estado, donde se tiende a privatizar
ilustrada con la estrechez del bipar- espacios, lo electoral se mantenga
tidismo como forma de canalización como antigua tradición que durante
de las demandas sociales, desembo- el siglo XIX aumenta en número,
ca en la exploración de formas alter- frecuencia y nivel de participación
nativas. Es aquí donde reaparece –y popular, llegando incluso a estable-
seguirá reapareciendo– el persona- cerse momentáneamente medidas
lismo político que ha acompañado como el sufragio universal y de la
nuestra historia nacional y latinoa- mujer.20
mericana, con líderes carismáticos No obstante, dentro de esta
que se ensalzan en los momentos de aparente apertura democrática, la
crisis. historia del derecho al sufragio y de
las elecciones en Colombia muestra
Accionar de los Partidos Polí- exclusiones sobre sectores específi-
ticos cos, que van desde el voto censitario
Para mediados del siglo XIX, excluyente de los económicamente
tanto la administración como el “dependientes”, la exigencia de re-
mercado republicano, se constitu- quisitos limitantes, tácticas de mani-
yen como espacios de disputa de la pulación hasta estrategias varias que
hegemonía de un proyecto político, dejan en duda si el proceso electoral
manifiesto en las propuestas del par- realmente expresa la voluntad popu-
tido liberal y del partido conserva- lar como discursivamente sostienen
dor: libertad religiosa y de cultos, las élites en el poder.
abolición de la esclavitud, educación De esta forma, una conclu-
pública y laica e ingreso al mundo sión sobre la formación del Estado-
moderno burgués frente a las premi- Nación en Colombia durante el siglo
sas conservadoras de defensa de la fe XIX, en relación con la materialidad

19 Carmagnani, Marcello (1984),.Estado y sociedad en América Latina 1850-1930. Barcelona. Crítica, pp.
133 y ss.
20 Al respecto ver: Bushnell, David (1975). “Aspectos de historia electoral colombiana del Siglo XIX”. En
Política y Sociedad en el siglo XIX. Tunja. Ediciones Pato Marino.

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del Estado como forma visible del el proyecto de formación del Estado-
accionar de la administración públi- Nación como privado.
ca, es que ésta se desarrolla a través
de la burocracia, el mercado y las re- Fijación del imaginario de in-
laciones de comercio local, y los par- tegración territorial
tidos políticos en la dinámica electo- La materialidad del Estado
ral y de gobierno, frente a los cuales como institucionalización privada
se puede afirmar la presencia de un de lo público fija límites de acción
proceso de distinción social condu- a través de fronteras territoriales de
cente a la privatización (cierre) del alcance de la dominación en su afán
sentido de lo público por intereses centralizador e integrador. Esto se
de élite que hacen funcionales los hace con la creación de unidades
elementos materiales en el juego de territoriales y con la presencia de
intereses de poder. mecanismos de regulación. No obs-
tante, a pesar de la eficacia de este
Inmaterialidad del Estado: proceso, se terminan presentando los
fijación de una identidad llamados territorios inhóspitos y las
pública sociedades en resistencia.
La inmaterialidad del Esta- En este sentido, como seña-
do hace referencia al “espíritu” que la Palacios “la unidad nacional se
acompaña a la materialidad, la for- refiere ante todo a la incorporación
mación simbólica que traza los ima- de todas las clases, grupos y etnias
ginarios de integración territorial en un proyecto político unificador,
a partir de la fijación de fronteras, capaz de expresar en alguna medida
imaginarios de legitimidad sistémi- sentimientos, lealtades e identida-
ca, desde la ideología dominante y des nacionales enraizadas en lo más
la pertenencia clasista con la dife- profundo del “campo histórico”,21 a
renciación poblacional, tendientes partir de un proceso de integración
a crear una identidad pública de un territorial que, a su vez, permite una
nosotros, ligado a la nación como mayor y necesaria centralización del
fenómeno social constitutivo de lo poder político.
colectivo, a pesar de presentarse una Sin embargo, a pesar de lo abar-
lucha por la hegemonía que ostenta cante que pueda resultar el proyecto

21 Palacios, Marco (2002). “La fragmentación regional de las clases dominantes en Colombia: una pers-
pectiva histórica”. En: La clase más ruidosa y otros ensayos sobre política e historia. Bogotá. Editorial
Norma, p. 45.

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de construcción nacional, apoyado “para la república naciente del siglo


en la influencia social de la Iglesia XIX, eran considerados como “bal-
y su papel creador de conductas ade- díos” que guardaban enormes tesoros
cuadas al orden y a la magnitud de y oportunidades”;23 luego, pasarán a
la identidad partidista a diferentes ser, desde la Constitución de 1863,
niveles, combinando el sentido de territorios nacionales que a finales de
pertenencia individual a un proyec- siglo fueron entregados al control de
to colectivo liberal o conservador, la Iglesia Católica donde se estable-
se puede señalar que este no incluye cieron territorios misionales.24
ciertos sectores marginados que se Los territorios inhóspitos, don-
pueden denominar “sociedades de de habitan las sociedades en resisten-
resistencia”. cia, son entonces espacios que desde
De acuerdo con las reflexiones la época colonial se han mantenido
sobre el Estado colonial, de Marga- aislados, por su difícil acceso dadas
rita Serje, éste nunca logró imponer las duras condiciones geográficas,
su dominio en la totalidad territorial, los cuales
dando cabida a un conjunto de zonas Se fueron poblando con grupos
que marginales (mestizos reacios al do-
Se marginaron de este ordena- minio estatal y al control de los curas
miento debido a razones múltiples, católicos blancos pobres sin acceso a
las que se presentaron muchas veces la tierra, negros y mulatos, libres o
de manera simultánea: frentes de re- cimarrones, fugados de minas o ha-
sistencia indígena o cimarrona, una ciendas), lo que implicó la existencia
extrema dificultad de acceso que las de territorios donde el Estado carecía
definió en términos de aislamiento, del pleno monopolio de la justicia y
sus características climáticas y natu- la coerción legítima y donde no se
rales y/o carencia de recursos iden- habían configurado todavía mecanis-
tificados como interesantes o explo- mos internos de regulación social.25
tables.22 El caso expuesto por Serje no
Tales sociedades de resisten- puede referirse marginalmente sino
cia, ubicadas en territorios salvajes, como representativo de la forma me-

22 Serje, Margarita (2005). El Revés de la Nación. Territorios Salvajes, Fronteras y Tierras de Nadie. Bogotá.
Uniandes - CESO, p. 3.
23 Serje, Op. cit., pp. 4 – 6.
24 Ídem.
25 González, Fernán; Bolívar, Ingrid y Vázquez, Teófilo (2002). “Una mirada histórica del desarrollo político
de Colombia como trasfondo de la violencia” En: Violencia Política en Colombia. De la nación fragmen-
tada a la construcción del Estado. Bogotá. CINEP, 2002, p. 265.

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diante la cual en el proceso de cen- de construcción del Estado y de la


tralización e integración territorial Nación, junto al proceso de estable-
se incorporan contrapúblicos subal- cimiento del orden político,28 debido
ternos,26 tal como lo fueron sectores a la fuerte influencia que ésta adqui-
del movimiento plebeyo e incluso rió en la identidad individual y co-
las mujeres. Respecto de estas últi- lectiva (nacional) como doctrina uni-
mas, cabe anotar que aunque “fueron formizante. Un caso concreto, donde
parte constitutiva de los proyectos de se hace evidente la interdependencia
construcción del Estado neogranadi- ideológica del Estado y la religión,
no en las primeras décadas del siglo es la guerra, justificada en la Colom-
XIX”27 en la República estuvieron bia del siglo XIX, desde perspectivas
socialmente marginadas de espacios profanas o religiosas que terminan
públicos como la educación, prefi-
mostrándose sacralizadas. De acuer-
riendo la formación de los varones
do con Ortiz, se puede hablar de tres
en las virtudes de los buenos ciuda-
fases en la relación Iglesia Católica
danos.
y Guerra:
Fijación del imaginario de le- En la primera, la Iglesia y el
gitimidad sistémica conservatismo se asocian con fuer-
La materialidad del Estado ne- za entre 1840 (a partir de la guerra
cesita cierto grado de legitimidad del de los Supremos) y 1860 (la guerra
orden político establecido, para lo magna que da su victoria al libera-
cual la ideología dominante “natu- lismo y deja como vencidos al con-
raliza” la presencia del Estado. Uno servatismo y la Iglesia), y se recrea
de los componentes ideológicos que el imaginario ya proveniente de las
legitiman al Estado colombiano ha guerras de independencia, de ver al
sido la religión y la Iglesia Católica. otro no como un opositor sino como
Necesariamente, la Iglesia Ca- un enemigo, al que debe someterse o
tólica tenía que ser un factor central destruirse.29
26 Al respecto ver: Fraser, Nancy (1997). Iustitia Interrupta. Reflexiones críticas desde la posición “postsocia-
lista”. Bogotá. Siglo del Hombre Editores, p. 115.
27 Dueñas, Guiomar (2005). “La Educación de las Élites y la formación de la nación en el siglo XIX”. En: Mu-
jer, nación, identidad y ciudadanía: siglos XIX y XX. IX Cátedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado.
Bogotá. Ministerio de Cultura, p.120.
28 Al respecto ver mi artículo: Madrigal, Alexander (2008). “Cruces de la política y la religión en Colombia:
Un acercamiento desde la Teoría Política y la Historia”. En: Revista Surmanía, Vol. I, p. 2.
29 Ortiz, Luis (2005). “Guerras civiles e Iglesia católica en Colombia en la segunda mitad del siglo XIX”. En:
VARIOS, Ganarse el cielo defendiendo la religión. Guerras civiles en Colombia, 1840 – 1902. Bogotá.
Universidad Nacional de Colombia, p. 59.

LA FORMACIÓN DEL ESTADO-NACIÓN EN COLOMBIA DURANTE EL SIGLO XIX: EL TRAZADO HISTÓRICO-


SOCIAL DE LA INSTITUCIÓN DEL ORDEN POLÍTICO
VOLUMEN 8 NÚMERO 1 - ENERO - JUNIO 2012 231

Siguiendo con el planteamien- presenta como proyecto político ex-


to del mismo autor, en una segunda cluyente: la Regeneración. A partir
fase, debido a la negación y no re- ésta se imponen los elementos que
conocimiento del otro, los conserva- en el nuevo milenio siguen siendo
dores y la Iglesia son derrotados por parte de nuestra sociedad y de nues-
los liberales, quienes llevan a cabo tro Estado-Nación. Al respecto, Or-
medidas contra el lugar social de la tiz apunta que:
religión, pero La Iglesia católica se consti-
A partir de 1870, los conserva- tuyó en elemento esencial del or-
dores y la Iglesia se oponen con más den social, se produjo la intromisión
fuerza a la construcción del nuevo concordataria en el estado civil de
paisaje cultural liberal… El modelo las personas y un férreo control cle-
liberal fracasa desde la guerra reli- rical a la educación; fue entronizado
giosa de 1876 -1877 cuando se pro- el Corazón de Jesús y la Virgen de
duce el pírrico triunfo del liberalismo
Chiquinquirá, a quienes se consagró
sobre el conservatismo y la Iglesia, y
la República Católica, hispanista y
se da el ascenso al poder de los libe-
autoritaria… Así pues, derrotados
rales independientes a partir del go-
los liberales radicales de 1885, con-
bierno de Julián Trujillo, triunfador
tinuó el cuestionado orden cultural
de la guerra civil e inmediatamente
católico, lo que se percibe en la más
presidente de la República en 1878,
con el patrocinio de Rafael Núñez. directa participación de la Iglesia en
Este último, en el discurso de pose- política, con su papel dominante en
sión de Trujillo, avisó la muerte de la el sistema educativo, en la prolifera-
Constitución de 1863 y el nacimien- ción de asociaciones católicas –aun-
to de la Regeneración que se venía que éstas ya venían desde las déca-
cocinando desde comienzos de la dé- das de 1860 – 1870–, en el contenido
cada de 1870, pero que debió esperar religioso que se le imprimió a las
dos guerras civiles, la de 1876-1877 fiestas y conmemoraciones patrias;
y la de 1885, en las cuales la partici- en las restricciones de la libertad se-
pación de obispos, clérigos y fieles xual, censura al cine, a la literatura y
fue decisiva para el triunfo conser- a la indumentaria , y en el control de
vador.30 la opinión a través de la prensa ecle-
Finalmente, una tercera fase de siástica, los sermones y confesiona-
recristianización de la República se rios.31

30 Ibíd., p. 60.
31 Ibíd., p. 61.

Alexander Emilio Madrigal Garzón


232 PERSPECTIVAS INTERNACIONALES. CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES

La marca confesional de la re- Fijación del imaginario de


generación en la política colombiana pertenencia clasista
impone al sistema político una su- Con la diferenciación pobla-
puesta “voluntad general” basada en cional que se presenta a lo largo del
la observancia de dogmas necesarios siglo XIX se comienzan a definir las
para realizar los deberes sociales y clases sociales visibles en el siglo
morales de la comunidad bendita de XX, fijando un lugar de pertenencia
la “República Cristiana”. Como in- en la estructura jerárquica del Esta-
dica Patricia Londoño… do-Nación.
(…) el proyecto de Núñez, la Re- En los procesos independentis-
generación, puso énfasis en el orden y tas, como destaca Alfonso Múnera,
el progreso económico e introdujo una la centralidad del papel de los negros
serie de reformas. Aunque Núñez era li-
y mulatos es innegable, pues refleja
beral de origen, su pragmatismo lo llevó
el grado especial de la cuestión ra-
cial; pero, contradictoriamente, en la
a reconocer a la Iglesia como parte or-
formación de la República tiende a
gánica de la sociedad colombiana y de
excluirse estos sectores que hicieron
suma importancia para la consecución
parte (lógica de inclusión) de las ba-
de la tranquilidad social. El presidente
tallas de liberación del Imperio espa-
se valió de la religión para promover
ñol.
la disciplina social. Su Constitución de
Gentes de color equivalentes a
1886… reconocía el poder y la influen- la noción de pueblo resultan exclui-
cia de la Iglesia; y el Concordato que das por la élite ilustrada ahora en el
firmó en 1887 con el Vaticano restituía poder. Así, es claro un sesgo intelec-
a las instituciones eclesiásticas una serie tual, dado que en la fijación de este
de viejos privilegios.32 imaginario “la historiografía tradi-
En síntesis, la elite política cional ha fallado al no advertir en
colombiana utiliza la religión como la independencia cambios de fondo,
instrumento de legitimación del Es- tales como la creación de un espacio
tado y ayuda a su consolidación so- de participación social y política más
cial para obtener el control ideológi- amplio y nuevas avenidas para el as-
co del sistema político. censo social de los artesanos negros
y mulatos”.33

32 Londoño, Patricia (2004). “Una república de curas: Iglesia y Política”. En: Religión, Cultura y Sociedad
en Colombia, Medellín y Antioquia, 1850 – 1930. Bogotá. FCE, p. 53.
33 Múnera, Alfonso (2005). “Las clases populares en la historiografía de la independencia de Cartagena
1810 – 1812”. En: Fronteras Imaginadas. La Construcción de las razas y de la geografía en el siglo XIX
colombiano. Bogotá. Planeta, p. 192.

LA FORMACIÓN DEL ESTADO-NACIÓN EN COLOMBIA DURANTE EL SIGLO XIX: EL TRAZADO HISTÓRICO-


SOCIAL DE LA INSTITUCIÓN DEL ORDEN POLÍTICO
VOLUMEN 8 NÚMERO 1 - ENERO - JUNIO 2012 233

La definición de las clases se la administración, el establecimiento


sigue desarrollando con las reformas de un mercado y la creación de los
liberales entre 1847 y 1863 donde el partidos políticos, lo cual exige una
proyecto modernizador de corte ca- inmaterialidad, identidad en el plano
pitalista necesita generar un sentido de lo simbólico, mediante la fijación
de apropiación política. De acuerdo de la integración territorial, la legi-
con la tesis de Aguilera y Vega timidad sistémica y la pertenencia
(…) la dinamización de la po- clasista, como partes complementa-
lítica se debió tanto a la necesidad de rias en el proceso de formación del
las élites de legitimar sus reformas Estado nacional colombiano.
liberales y de proyectar los recién En el umbral de la disputa por
fundados partidos, como a la movi- la hegemonía, según las dinámicas de
lización de los sectores subalternos inclusión/exclusión, la materialidad
con sus propias formas de entendi- define un sentido (accionar) privado
miento de los idearios utopistas y re- de lo público (la administración, el
publicanos.34 mercado y los partidos políticos), en
La lucha por la imposición de contradicción con la inmaterialidad
la hegemonía, la confrontación entre que fija una identidad pública de un
proyectos, necesita de la presencia nosotros nacional sobre la base de la
y la participación –con la lógica de exclusión material de lo público y el
inclusión/exclusión–, de los sectores desconocimiento de lo público sub-
subalternos, pues ésta no se da en el alterno.
vacío; se trata de la imposición de
un proyecto sobre un sector de cla- Bibliografía
se concreto y definido, disputado por
las élites sobre la clase misma. Aguilera, Mario y Vega C., Renán
(1991). “El ascenso del libera-
Conclusión lismo: instrumentos y efectos de
La formación del Estado en la convocación al “pueblo””. En:
Colombia en el siglo XIX significó Ideal democrático y revuelta po-
la institución de un orden político a pular. Bogotá. Universidad Na-
partir de procesos histórico-sociales, cional – CEREC.
con una materialidad visible, genera-
Bushnell, David (1975). “Aspectos
dora de sentido desde el accionar de
de historia electoral colombiana
34 Aguilera, Mario y Vega C., Renán (1991). “El ascenso del liberalismo: instrumentos y efectos de la con-
vocación al «pueblo»”. En: Ideal democrático y revuelta popular. Bogotá. Universidad Nacional – CEREC,
p. 91.

Alexander Emilio Madrigal Garzón


234 PERSPECTIVAS INTERNACIONALES. CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES

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Alexander Emilio Madrigal Garzón

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